EN PORTADA FOTOGRAFÍA: URIEL SANTANA – MAQUILLAJE: JORGE BELTRÁN – ESTILISMO: ENRICO BOMPANI
RAFAEL AMAYAA Y A M A L E A F A R Sigue siendo… el señor Por Juan Camilo Gómez
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ace ya unos años tuve la oportunidad de conocer a Rafael Amaya durante una entrevista que le hice para otro medio en el que fungía como editor. En aquel entonces, apenas corría la primera temporada del superéxito El señor de los cielos y el nombre del actor mexicano, aunque no sonaba con la popularidad que lo hace ahora, ya se comenzaba a cotizar. Recuerdo mi anticipación antes de conocer al “güero” que encarna al popular “Aurelio Casillas”; “¿se parecerá a su personaje? ¿será engreído o simpático?”. Me encontré con un tipo que, aunque de apariencia y porte imponentes, es más bien tímido, reservado, bonachón, pero que una vez te agarra confianza, es un pícaro bromista, con un sentido del humor muy fino, hasta albureador y demasiado simpático. Tiempo después, por causalidades del destino, me tropecé con él en un exclusivo restaurante de South Beach y vacilé en acercarme a saludar; no quería importunar, por un lado, y por el otro temía hacer el ridículo en caso de que no me reconociera o parecer uno de esos groupies fastidiosos. Sin embargo, Rafael no tardó medio segundo en ponerse de pie para saludarme con una amplia sonrisa y hasta me puso conversación, al tiempo que sus acompañantes ignoraban por completo mi presencia en un afán fallido de ahuyentarme para retomar su atención –lo que paradójicamente me hizo sentir gratamente incómodo. Así es Rafael Amaya, un bato sencillo como diría él en su jerga norteña, tremendo bacán como diría yo en mi colombiano. No solo todo un señor, sino el señor –el de los cielos, el del horario estelar de Telemundo, el de los ratings, el del corazón de sus fans… Hoy, en medio de la tercera temporada de El señor de los cielos y ad portas de una cuarta, con todo el éxito y reconocimiento que le ha traído esta producción sin precedentes y con el cielo profesional en sus manos, me reencuentro con el talentoso hermosillense; a pesar de que esta vez no fue una cita en persona debido a sus grabaciones en México, siento en sus palabras que sigue siendo el mismo, pero muy diferente; el mismo tipo sencillo, cercano, bromista y buena gente, pero más ubicado, enfocado, más claro profesionalmente, y en lo personal con “algunos rasguños que le hicieron por ahí”, como dice Shakira; pero como no hay mal que por bien no venga, el desamor le ha traído nuevos bríos y lo ha puesto en lo que él considera “su mejor momento creativo”. Esto fue lo que conversé con “el mero güero”. El señor de los cielos es una producción sin precedentes en la televisión hispana de EE.UU. pues es la primera que ha tenido entrega por temporadas (al estilo americano) y ya va para la cuarta. ¿Cómo te sientes con este logro? Uno como actor trata siempre de crecer y de superar trabajos anteriores, de sorprender al público con nuevas historias y también nuevas formas de contarlas. Creo que este proyecto tiene todos esos atributos y lejos de hacer un homenaje o ser una analogía con el mundo del narco, ha cautivado porque ha sido una megaproducción bien escrita, con un elenco de primera y se siente real en todos los aspectos: el acento norteño, las locaciones, el vestuario; en cierta manera, esa batalla entre el bien y el mal y el factor del amor y el sexo que siempre están presentes han cautivado a una audiencia que quieras o no se siente identificada.
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“Ya todo está dicho [sobre mi ruptura con Angélica Celaya]. Esta es una carrera exigente y cada uno está en su búsqueda. […] Mi prioridad ahora es mi chamba, mi familia y mis amigos”.
¿Crees que las novelas hispanas van a empezar a apuntar en esa dirección a raíz del éxito y la acogida de El señor de los cielos? ¿Tiene más éxito el formato de la serie para la nueva audiencia? Pues sin lugar a dudas las novelas son un formato clásico y familiar que existe y está probado a nivel continental, pero las series también han sido parte de nuestra vida. En el mundo hispano se vienen popularizando desde hace casi una década pero los formatos y plataformas cada vez son más y hay que estar al día con la tecnología y lo que gusta a las nuevas generaciones. Las superseries son lo de hoy y a mí en lo personal me gustan mucho, ¡arre! ¿Qué puede ser lo malo y lo bueno para un actor de interpretar tanto tiempo un mismo personaje? Tú lo has dicho; “Aurelio Casillas” es solamente un personaje y lo único que tenemos en común es que los dos somos del Norte y que nuestra familia es la prioridad número uno. Afuera del set yo sigo siendo Rafael Amaya, y Amaya a Dios gracias tiene una carrera que lo avala. He tenido la fortuna de hacer novelas, series, teatro, cine y me faltan muchas cosas por hacer. El personaje de “Aurelio” tiene muchas bondades y la gente lo ha acogido en todos los estratos sociales… una bendición pues. Pero yo estoy claro, mi reto como persona y como actor es superar a “Aurelio” y sorprender con nuevos proyectos. Son proyectos que te marcan para toda la vida como Scarface, El Padrino, Matrix, Mad Max, pero uno no puede ser Batman o Birdman toda la vida (risas). ¡Hay que saber cambiar de piel y move on, move up! [Seguir adelante, seguir subiendo]. ¿Qué podemos esperar de “Aurelio Casillas” en esta tercera temporada? Creo que “Aurelio” es un bato de armas tomar (risas). Tiene ese conflicto entre el bien y el mal y pues todos se lo quieren fregar (risas). En esta temporada aún faltan muchas sorpresas, le pasa de todo al pobre “Aurelio”, y mantiene vivo el remordimiento de sus actos, aunque trata de enredarse y resurgir como el ave Fénix, no más no lo dejan; siempre lo traen contra la pared y lo obligan a sacar su casta y su apellido. ¿Te ha pasado que estás normal por ahí en tu vida cotidiana y de repente te das cuenta de que dijiste algo, hiciste algo o reaccionaste ante algo como “Aurelio Casillas”? Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, como dicen por ahí (risas). Pero la neta es que yo le he dado mi esencia al personaje. Incluso, muchas de las frases y dichos del “Aurelio” son parte del argot popular de mi gente del Norte. Es el lenguaje con el que me criaron mis papás en Tecate. Todo esto se ha hecho para el pueblo y ellos conmigo son a todo dar, me dicen, “dile al ‘Aurelio’ que diga esto o aquello”; yo me río porque me encanta cómo la gente del Norte y los inmigrantes de Estados Unidos sienten una conexión tan directa con el “Casillas”. Muchas frases son de mi apá (risas). Tú eres bien polifacético. Has fungido de presentador, cantante, has hecho televisión, cine, teatro… ¿te gusta la variedad? ¿Quieres que en tu carrera siempre la haya o eventualmente piensas enfocarte en una cosa específica? ¿Volverías a cantar? Capaz y en el futuro nos apareces por ahí con un sencillo de música regional mexicana (risas). Yo no canto ni los comerciales, pal cura su parroquia y eso no más no es lo mío. Cuando llegué a D.F., fue pues a ver qué y por dónde. Las cosas se fueron dando para el güerito. Haciendo una
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retrospectiva, he sido un hombre con mucha suerte y como dices, he tenido la oportunidad de trabajar con gente que ha sido mi guía, mis maestros, a todo el mundo le podemos aprender algo. Lo bueno es que esta carrera me apasiona. He podido trabajar en España, en Estados Unidos, Colombia, pero no hay sentimiento más bonito que ser profeta en tu tierra; México es mi país y mi regalo, mi premio es el cariño del pueblo, de mi gente. Aún queda un resto por hacer. Tengo muchos planes y propuestas, siento que estoy en un gran momento creativo y es ahora o nunca. ¡Qué bien que estés lleno de nuevos bríos! Pero, ¿cómo va esa vida sentimental tras tu ruptura con Angélica Celaya? Ahora que estás soltero, ¿te estás dando la oportunidad de salir en citas? ¿Tienes tiempo para algo? Citas sí, pero con el llamado de todos los días [a grabar]. Trabajamos de lunes a sábado en locaciones bien remotas y los domingos pues hay que descansar. Mi prioridad ahora es mi chamba, mi familia y mis amigos. ¿Has hablado con Angélica o completamente pasaste la página y cerraste ese capítulo? Ya todo está dicho. Esta es una carrera exigente y cada uno está en su búsqueda. Sabemos que está un poco lejos (ahora que se confirmó cuarta temporada) pero, ¿tienes planes para después de El señor de los cielos? ¿Sigues en contrato? ¿El canal te va a dar algún tipo de descanso? ¿Vas a adelantar algún proyecto personal? Cuéntanos qué hay por ahí, no te guardes nada, ¡prometemos no contarle a nadie! (Risas) ¡Si adelanto algo, me truenan! (Risas). Está bien, cuéntanos entonces por qué tienen tanto éxito estas series de narcos. ¿No es como contradictorio? A veces siento que como latinos, que siempre nos han estigmatizado como narcos, delincuentes y violentos (lo sabré yo con mi pasaporte colombiano), deberíamos sentir una especie de rechazo hacia estas historias, sin embargo sucede todo lo contrario. Esto no es un fenómeno de los latinos, es un fenómeno universal. Tú le llamas narcos, yo le llamo mafia. Hemos crecido viendo series y películas que tratan sobre el poder de los italianos, o los rusos, o los chinos, etc. Siempre existirá una lucha de poder por los bienes, el territorio o las mujeres. Mira ahora el éxito de Game of Thrones, todos contra todos. Esas historias de los clanes y sus dinastías me gustan mucho. Hablando de tu carrera actoral y haciendo una retrospectiva de estos años, ¿cuál ha sido tu mayor aprendizaje? Uno, saber que no canto, dos... dejarme guiar por los que saben un poco más que yo, aprender a escuchar y a hacer equipo y también a perder el miedo con cada personaje que interpreto; no hay nada mejor que salirnos de nuestra zona de confort. ¿Qué papel te encantaría encarnar? Personajes que desgarren a los que estén sentados en sus sillas. Admiro mucho a actores como DiCaprio, Christian Bale, Matthew McConaughey, Tom Hardy, entre muchos otros; tienen un gran olfato para cambiar de piel y reinventarse. Eso es lo que busco, hacer un superhéroe como Gladiator, o por qué no, también un personaje histórico de películas como The Imitation Game o The Theory Of Everything.
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¿Tienes miedo de quedar encasillado en “Casillas”, valga el doble sentido (risas)? Eso me recuerda la película Birdman de Alejandro González Iñárritu. ¿Te identificas? Creo que esa película que consideran una obra maestra en todos los sentidos nos toca esa fibra íntima a todos los actores. No hay nada escrito, todo puede pasar; yo espero tener la astucia y la prudencia para saber decir que no o que sí al que sea mi siguiente paso como actor. Pero miedo no tengo; donde hay miedo no puede haber facilidad ni éxito. Hablando de Alejandro González Iñárritu, su victoria en los Óscar está mostrando la fuerza y el talento que tenemos los latinos en esta industria del entretenimiento, sin embargo, no se hicieron esperar los comentarios discriminatorios, racistas y xenófobos. Como paisano del director, ¿qué opinaste y piensas de eso? ¿Te gustaría trabajar con él algún día? ¡Pero qué profundas tus preguntas, eh! (Risas). Mira, los latinos dejamos de ser una minoría hace mucho tiempo. Los latinos somos no solo respetados por nuestra calidad humana y valores sino que además sabemos trabajar a la altura de quien sea que nos pongan al lado. Ahora mismo, el mejor director de cine en el mundo es orgullosamente mexicano. Sacaron de perspectiva las palabras de su amigo Sean Penn, pero aquí lo que cuenta es que los latinos somos uno mismo y para mí sería más que un honor, un privilegio trabajar con Alejandro o cualquier otro de los directores latinos que están dejando su huella en Hollywood. ¿Te parece que por ser güero tienes otro tipo de acogida o “profiling” en el mercado del showbiz anglo? Pues eso habría que preguntárselo a mis agentes. Lejos de nuestra etnicidad, para ellos lo que cuenta es tu IMBD y tales… pero lo de gusto, con un tinte se arregla (risas). ¿Cuál sería para ti el momento culmen de tu carrera? ¡Uy pues cuando llegue te cuento, porque apenas me considero aprendiz y vengo empezando!
“[Me encantaría encarnar] personajes que desgarren a los que estén sentados en sus sillas. Admiro mucho a actores como DiCaprio, Christian Bale, Matthew McConaughey, Tom Hardy, entre muchos otros; tienen un gran olfato para cambiar de piel y reinventarse. Eso es lo que busco, hacer un superhéroe como Gladiator, o por qué no, también un personaje histórico de películas como The Imitation Game o The Theory Of Everything”.
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