Actividades Miguel Hernández

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Miguel Hernández para niños ¡Se viste el mundo de fiesta! Llega a Orihuela el retoño,

Su padre está preocupado.

un claro día de otoño,

Miguel tiene que ayudar.

a una familia modesta.

Debe dejar de estudiar y ocuparse del ganado.

Siempre está en pie muy temprano. Cuida en la Sierra Oriolana

Cuida muy bien de las cabras.

las cabras cada mañana:

Al tiempo que pastorea,

tiene que echar una mano.

no hay un libro que no lea: ¡le fascinan las palabras!

Por la tarde las ordeña. Va a repartir a diario

Miguel, el joven pastor,

leche fresca al vecindario,

con tres amigos o cuatro

y por el camino sueña.

forma un grupo de teatro y hace a menudo de actor.

Oye cantar al jilguero. Observa una lagartija

Entre brezos y alhucemas,

que sale de una rendija.

con tan sólo quince años,

Le encanta oler a romero.

mientras vigila el rebaño, empieza a escribir poemas.

Un día Miguel, por fin, va al colegio, muy contento.

Su amigo Ramón Sijé

Destaca por su talento.

le transmite su cultura

Allí aprende hasta latín.

y el amor por la lectura. ¡Tiene en Miguel tanta fe...!

Disfruta mucho en la escuela. Al niño atento y flacucho

Buscando reputación,

los libros le gustan mucho.

viaja a Madrid el poeta,

En la escuela, el tiempo vuela.

con versos en la maleta


y prisa en el corazón.

Muere su amigo y hermano.

Mas Miguel no se ha marchado.

Estalla una guerra cruel

Con sus versos que estremecen,

en la que lucha Miguel

emocionan y enternecen,

del bando republicano.

sigue estando a nuestro lado.

Carmen Gil Tras sufrir enormemente, se casa en cuanto regresa con Josefina Manresa, pero ha de volver al frente.

Los tiempos le son adversos. No encuentra forma mejor de soportar su dolor que componer bellos versos.

Más tarde es encarcelado. Va de prisión en prisión escribiendo en un rincón, triste, enfermo y desgraciado.

¡Cuánto añora a su criatura! En el penal de Torrijos, le hace una nana a su hijo llena de amor y ternura.

Este poeta brillante, un funesto y negro día, muere en una enfermería de la cárcel de Alicante.

http://www.poemitas.es/mhpn.htm#.V FvCr_mG84M


Miguel Hernández

¡Se viste el mundo de fiesta! Llega a Orihuela el retoño, un claro día de otoño, a una familia modesta.


Siempre estĂĄ en pie muy temprano. Cuida en la Sierra Oriolana las cabras cada maĂąana: tiene que echar una mano.


Por la tarde las orde単a. Va a repartir a diario leche fresca al vecindario, y por el camino sue単a.


Oye cantar al jilguero. Observa una lagartija que sale de una rendija. Le encanta oler a romero.


Un día Miguel, por fin, va al colegio, muy contento. Destaca por su talento. Allí aprende hasta latín.


Disfruta mucho en la escuela. Al ni単o atento y flacucho los libros le gustan mucho. En la escuela, el tiempo vuela.


Su padre estรก preocupado. Miguel tiene que ayudar. Debe dejar de estudiar y ocuparse del ganado.


Cuida muy bien de las cabras. Al tiempo que pastorea, no hay un libro que no lea: ยกle fascinan las palabras!


Miguel, el joven pastor, con tres amigos o cuatro forma un grupo de teatro y hace a menudo de actor.


Entre brezos y alhucemas, con tan sólo quince años, mientras vigila el rebaño, empieza a escribir poemas.


Su amigo Ramón Sijé le transmite su cultura y el amor por la lectura. ¡Tiene en Miguel tanta fe...!


Buscando reputaci贸n, viaja a Madrid el poeta, con versos en la maleta y prisa en el coraz贸n.


Muere su amigo y hermano. Estalla una guerra cruel en la que lucha Miguel del bando republicano.


Tras sufrir enormemente, se casa en cuanto regresa con Josefina Manresa, pero ha de volver al frente.


Los tiempos le son adversos. No encuentra forma mejor de soportar su dolor que componer bellos versos.


M谩s tarde es encarcelado. Va de prisi贸n en prisi贸n escribiendo en un rinc贸n, triste, enfermo y desgraciado.


¡Cuánto añora a su criatura! En el penal de Torrijos, le hace una nana a su hijo llena de amor y ternura.


Este poeta brillante, un funesto y negro día, muere en una enfermería de la cárcel de Alicante.


Mas Miguel no se ha marchado. Con sus versos que estremecen, emocionan y enternecen, sigue estando a nuestro lado.














TEXTOS  Dibujo 1: Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela (Alicante) el día 30 de Octubre de 1.910.  Dibujo 2: Solamente fue al colegio durante seis años, desde los ocho hasta los catorce. Entonces dejó la escuela para trabajar, ayudando a su padre con las cabras.  Dibujo 3: Le llamaban el poeta – pastor porque de pequeño ayudaba a su padre a cuidar el ganado, mientras leía y escribía poesías.  Dibujo 4: Se reunía en la tahona de su amigo Carlos Fenoll con un grupo de amigos que amaban la literatura como él, para recitar los poemas que ellos mismos escribían.  Dibujo 5: A los 21 años es reconocida su obra, al serle concedido el primer premio en el concurso convocado por el Orfeón Ilicitano de Elche (Alicante).  Dibujo 6: Sus amigos le animaron a viajar a Madrid, seguros de que allí alcanzaría la fama. Entre todos, juntaron unas pesetas y Miguel, muy ilusionado, se marchó a la capital de España.  Dibujo 7: La gran ciudad le resultó extraña y amenazante. Miguel no consiguió sus objetivos y decidió regresar a casa. Pero en el camino de vuelta, fue detenido y encarcelado por no llevar la documentación necesaria.  Dibujo 8: A pesar de estos fracasos, al poco tiempo vuelve a Madrid. Pero esta vez tiene más éxito y se abre camino en el mundo literario.  Dibujo 9: Estalla la guerra civil y Miguel se alista en el Ejército Republicano. En las trincheras, recita sus poemas a los soldados para animarlos.


 Dibujo 10: En plena guerra se casa con su novia Josefina Manresa, nacida en Quesada (Jaén) y se trasladan a vivir a Cox, un pueblecito alicantino, a una humilde casa propiedad de un familiar.  Dibujo 11: De nuevo en el frente, recibe la noticia de la muerte de su hijo. Pero este dolor se ve compensado con el nacimiento de su segundo hijo. Al final de la guerra, es encarcelado. En prisión, escribe poemas que reflejan su amargura y su preocupación por su esposa y su hijo Miguelito.  Dibujo 12: En prisión enfermó gravemente y, aunque las visitas de su familia le daban ánimo, la enfermedad lo fue matando poco a poco. Murió de tuberculosis, a los 31 años, el 28 de marzo de 1.942 y fue enterrado en el cementerio de Alicante.

Lola Ortiz


Poesías cortas de Miguel Hernández para niños Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo, nacida ya para el marero oficio; ser graciosa y morena tu ejercicio y tu virtud más ejemplar ser cielo. ¡Niña!, cuando tu pelo va de vuelo, dando del viento claro un negro indicio, enmienda de marfil y de artificio ser de tu capilar borrasca anhelo. No tienes más quehacer que ser hermosa, ni tengo más festejo que mirarte, alrededor girando de tu esfera. Satélite de ti, no hago otra cosa, si no es una labor de recordarte. -¡Date presa de amor, mi carcelera!

Tu corazón, una naranja helada... Tu corazón, una naranja helada con un dentro sin luz de dulce miera y una porosa vista de oro: un fuera venturas prometiendo a la mirada. Mi corazón, una febril granada de agrupado rubor y abierta cera, que sus tiernos collares te ofreciera con una obstinación enamorada. ¡Ay, qué acometimiento de quebranto ir a tu corazón y hallar un hielo de irreductible y pavorosa nieve! Por los alrededores de mi llanto un pañuelo sediento va de vuelo con la esperanza de que en él lo abreve.


Pena bienhallada Ojinegra la oliva en tu mirada, boquitierna la tórtola en tu risa, en tu amor pechiabierta la granada, barbioscura en tu frente nieve y brisa. Rostriazul el clavel sobre tu vena, malherido el jazmín desde tu planta, cejijunta en tu cara la azucena, dulciamarga la voz en tu garganta. Boquitierna, ojinegra, pechiabierta, rostriazul, barbioscura, malherida, cejijunta te quiero y dulciamarga. Semiciego por ti llego a tu puerta, boquiabierta la llaga de mi vida, y agriendulzo la pena que la embarga.

Ascensión Coronada la escoba de laurel, mirto, rosa, es el héroe entre aquellos que afrontan la basura. Para librar del polvo sin vuelo cada cosa bajó, porque era palma y azul, desde la altura. Su ardor de espada joven y alegre no reposa. Delgada de ansiedad, pureza, sol, bravura, azucena que barre sobre la misma fosa, es cada vez más alta, más cálida, más pura. ¡Nunca! La escoba nunca será crucificada porque la juventud propaga su esqueleto que es una sola flauta, muda, pero sonora. Es una sola lengua, sublime y acordada. Y ante su aliento raudo se ausenta el polvo quieto, y asciende una palmera, columna hacia la aurora.


¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria?? ¿Recuerdas aquel cuello, haces memoria del privilegio aquel, de aquel aquello que era, almenadamente blanco y bello, una almena de nata giratoria? Recuerdo y no recuerdo aquella historia de marfil expirado en un cabello, donde aprendió a ceñir el cisne cuello y a vocear la nieve transitoria. Recuerdo y no recuerdo aquel cogollo de estrangulable hielo femenino como una lacteada y breve vía. Y recuerdo aquel beso sin apoyo que quedó entre mi boca y el camino de aquel cuello, aquel beso y aquel día.

Dime Dime desde allá abajo la palabra te quiero. ¿Hablas bajo la tierra? Hablo con el silencio. ¿Quieres bajo la tierra? Bajo la tierra quiero porque hacia donde corras quiere correr mi cuerpo. Ardo desde allí abajo y alumbro tus recuerdos.


Mi corazón no puede con la carga Mi corazón no puede con la carga de su amorosa y lóbrega tormenta y hasta mi lengua eleva la sangrienta especie clamorosa que lo embarga. Ya es corazón mi lengua lenta y larga, mi corazón ya es lengua larga y lenta... ¿Quieres contar sus penas? Anda y cuenta los dulces granos de la arena amarga. Mi corazón no puede más de triste: con el flotante espectro de un ahogado vuela en la sangre y se hunde sin apoyo. Y ayer, dentro del tuyo, me escribiste que de nostalgia tienes inclinado medio cuerpo hacia mí, medio hacia el hoyo.

Casida del sediento Arena del desierto soy, desierto de sed. Oasis es tu boca donde no he de beber. Boca: Oasis abierto a todas las arenas del desierto. Húmedo punto en medio de un mundo abrasador el de tu cuerpo, el tuyo, que nunca es de los dos. Cuerpo: pozo cerrado a quien la sed y el sol han calcinado.


Canción última Pintada, no vacía: pintada está mi casa del color de las grandes pasiones y desgracias. Regresará del llanto adonde fue llevada con su desierta mesa, con su ruinosa cama. Florecerán los besos sobre las almohadas. y en torno de los cuerpos elevará la sábana su intensa enredadera nocturna, perfumada. El odio se amortigua detrás de la ventana. Será la garra suave. Dejadme la esperanza.

Más mojado que el rostro de mi llanto Más mojado que el rostro de mi llanto, cuando el vidrio lanar del hielo bala, cuando el invierno tu ventana cierra bajo a tus pies un gavilán de ala, de ala manchada y corazón de tierra.


Bajo a tus pies un ramo derretido de humilde miel pataleada y sola, un despreciado corazón caído en forma de alga y en figura de ola. Barro en vano me invisto de amapola, barro en vano vertiendo voy mis brazos, barro en vano te muerdo los talones, dándole a malheridos aletazos sapos como convulsos corazones.

El Amor Ascendía El amor ascendía entre nosotros como la luna entre las dos palmeras que nunca se abrazaron. El íntimo rumor de los dos cuerpos hacia el arrullo un oleaje trajo, pero la ronca voz fue atenazada. Fueron pétreos los labios. El ansia de ceñir movió la carne, esclareció los huesos inflamados, pero los brazos al querer tenderse murieron en los brazos. Pasó el amor, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan y se encuentran lejanos.


Tus ojos Tus ojos se me van de mis ojos y vuelven después de recorrer un páramo de ausentes. Tu boca se me marcha de mi boca y regresa con varios besos muertos que aún baten, que aún quisieran. Tus brazos se desploman en mis brazos y ascienden retrocediendo ante esa desolación que sientes. Otero de tu cuerpo, aún mi calor lo vence.

Ropas Con Su Olor Ropas con su olor paños con su aroma. Se alejó en su cuerpo, me dejó en sus ropas. Lecho sin calor, sábana de sombra. Se ausentó en su cuerpo. Se quedó en sus ropas.



Extraído del blog “Trabajando con personitas”: http://minipersonas.blogspot.com.es/2013/11/poesia-en-cuclillas-ordeno.html


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Lola Ortiz



ExtraĂ­do del blog "Trabajando con personitas": http://minipersonas.blogspot.com.es/2013/11/poesia-la-nana-de-la-cebolla.html


NANA De la cebolla              

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Nana de la cebolla – Joan Manuel Serrat: http://www.youtube.com/watch?v=SyAwcxAfDS8

Lola Ortiz


Canción “Andaluces de Jaén” – Jarcha: http://www.youtube.com/watch?v=PYvtLoBy9as


ACTIVIDADES

 Observa con atención la imagen de la cubierta de este libro y responde:  ¿Quién es ese niño? ______________________________________________________________________  ¿Qué está haciendo? ______________________________________________________________________ _______________________________________________________________________  ¿Cuál es su estado de ánimo? _______________________________________________________________________  ¿Qué elementos acompañan al protagonista en la ilustración y qué relación

mantiene con ellos? __________________________________________________________________________ __________________________________________________________________________

 Supón que estás en ese mismo lugar, en mitad de la naturaleza, rodeado de animales, y con un cuaderno y un bolígrafo en tus manos. Realiza un ejercicio de imaginación y escribe a continuación un pequeño texto. _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________


 Ya has aprendido muchas cosas sobre el poeta Miguel Hernández. Lee las siguientes afirmaciones sobre él y di si son verdaderas (V) o falsas (F).

Nació en un pueblo de Alicante (Orihuela) No le gustaba ir a la escuela. Su mascota era una cabra llamada Lucera. No tenía hermanos. Su padre quería que fuera a la universidad. Era perezoso y desobediente. Le gustaba mucho leer. Tenía muchos amigos. Su mayor deseo era llegar a ser un gran poeta.  Un enorme caballo alado era el protagonista de los sueños infantiles de Miguel. En sus lomos viajaba hacia sus deseos y huía de sus penas.

Cuéntanos tus sueños.


Imagina que este caballito consigue que tus sueños se hagan realidad. Escribe tres deseos que anhelas conseguir y tres cosas que quieres que el caballito se lleve. _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________

 Busca en la sopa de letras estas palabras relacionadas con los poemas de Miguel Hernández. Coloréalas. NANA ACEITUNAS

CEBOLLA MOLINO

ORDEÑAR OLIVO

JUGUETES ORIHUELA

CABRITA ABARCAS


 Escribe el nombre de estos poemas (fragmentos) de Miguel Hernández:

Por el cinco de enero,

La cebolla es escarcha

cada enero ponía

cerrada y pobre.

mi calzado cabrero

Escarcha de tus días

a la ventana fría.

y de mis noches. Hambre y cebolla,

Y encontraban los días,

hielo negro y escarcha

que derriban las puertas,

grande y redonda.

mis abarcas vacías, mis abarcas desiertas.

Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto lame.

y órganos mi dolor sin instrumento a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado,

Soy un triste instrumento del camino.

que por doler me duele hasta el aliento.

Soy una lengua dulcemente infame

Un manotazo duro, un golpe helado,

a los pies que idolatro desplegada.

un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.

Andaluces de Jaén, aceituneros altivos,

Carne de yugo, ha nacido

decidme en el alma: ¿quién,

más humillado que bello,

quién levantó los olivos?

con el cuello perseguido

No los levantó la nada, ni el dinero, ni el señor, sino la tierra callada, el trabajo y el sudor.

por el yugo para el cuello. Nace, como la herramienta, a los golpes destinado, de una tierra descontenta y un insatisfecho arado.


ÚLTIMAS AUSENCIAS DE MIGUEL HERNÁNDEZ EL POTRO OSCURO Cuento que Miguel Hernández escribió para su hijo Manolillo mientras estaba en la cárcel. El Potro Oscuro fue escrito en papel higiénico e ilustrado por Eusebio Oca, un compañero de prisión. Una vez había un potro oscuro. Su nombre era Potro-Oscuro. Siempre se llevaba a los niños y las niñas a la Gran Ciudad del Sueño. Se les llevaba todas las noches. Todos los niños y las niñas querían montar sobre el PotroOscuro. Una noche encontró a un niño. El niño dijo: - Llévame, caballo pequeño, a la Gran-Ciudad-del-Sueño. - ¡Monta! -dijo el Potro-Oscuro. Montó el niño, y fueron galopando, galopando, galopando. Pronto encontraron en el camino a una niña. La niña dijo: - Llévame, caballo pequeño, a la Gran-Ciudad-del-Sueño. - Monta a mi lado. -dijo el niño. Montó la niña, y fueron galopando, galopando, galopando. Pronto encontraron en el camino un perro blanco. El perro blanco dijo: - ¡Guado, guado, guaguado! a la Gran-Ciudad-del-Sueño quiero ir montado. - ¡Monta! -dijeron los niños. Montó el perro blanco, y fueron galopando, galopando, galopando. Pronto encontraron en el camino una gatita negra. La gatita negra dijo: - ¡Miaumido, miaumido, miaumido! a la gran-Ciudad-del-Sueño quiero ir, que ya ha oscurecido. - ¡Monta! -dijeron los niños y el perro blanco. Montó la gatita negra, y fueron galopando, galopando, galopando. Pronto encontraron en el camino una ardilla gris. La ardilla gris dijo: - Llévenme ustedes, por favor, a la Gran-Ciudad-del-Sueño, donde no hay pena ni dolor.


- ¡Monta! -dijeron los niños, el perro blanco y la gatita negra. Montó la ardilla gris, y fueron galopando, galopando, galopando. Galopando y galopando, hicieron leguas y leguas de camino. Todos eran muy felices. Todos cantaban, y cantaban, y cantaban. El niño dijo: - ¡Deprisa, deprisa!, Potro-Oscuro, ve más deprisa. Pero el Potro-Oscuro no podía ir deprisa. El Potro-Oscuro iba despacio, despacio, despacio. Había llegado a la Gran-Ciudad-del-Sueño. Los niños, el perro blanco, la gatita negra y la ardilla gris estaban dormidos. Todos estaban dormidos al llegar el Potro-Oscuro a la Gran-Ciudad-del-Sueño.


EL CONEJITO A un conejito se le ocurrió echar a correr. Corría y corría, y no dejaba de correr. Corrió tanto que pronto se encontró junto a un huerto cercado. —Éste debe ser un huerto muy rico porque está cercado —dijo el conejito—. Yo quiero entrar. Veo un agujero, pero no sé si podré entrar por él. Hop! Hop! Hop! Sí que pudo entrar el conejito en el huerto por aquel agujero que había visto. Y una vez dentro, se sintió feliz. —Aquí tengo yo una buena comida. Menudo atracón voy a darme! El animalito se puso a comer, y no se cansaba de comer en las berzas, en las coles, en las habas, en las berzas y en las coles. Comió durante todo el día. Y así que el día llegó a su fin, dijo el conejito: —Ahora yo debo marchar a casa. En casa me aguarda mi madre. Se me había olvidado mientras comía. Tres veces intentó salir por el pequeño agujero, y no lo consiguió ni la primera ni la segunda ni la tercera vez. —Ay, madre mía! —gritó—. No puedo salir. Este agujero es demasiado pequeño. Me he pasado todo el día comiendo y ahora estoy demasiado grueso. ¡Ay, que no puedo salir! ¡Ay, madre mía! En esto, llegó un perro al huerto. Y vio al conejito. —Guau! Guau! Guau! —dijo—. Hoy estoy de broma y veo un conejo. Voy a bromear con él. Echó a correr el perro bromista derecho al conejito. —Un perro viene —dijo asustado éste—. ¡Un perro viene! ¡Con lo poco que a mí me gustan los perros! Yo debo salir de aquí. Ay, madre mía! El conejito corrió, y corriendo vio un agujero grande. —Por aquí me escapo —dijo—. A mí no me gustan los perros. Ya estoy fuera del huerto y lejos de los colmillos del perro. Gracias a mi vista y a mis patas. Efectivamente, cuando el perro salió por el agujero grande detrás del conejito, éste ya se encontraba en los brazos de su madre, en la madriguera. Y su madre le reñía diciéndole:


—Eres un conejo muy loco. Me vas a matar a sustos. ¿Qué has hecho por ahí todo el día?


UN HOGAR EN EL ÁRBOL Un día Nita vio un nido en el árbol, que había junto a su ventana. — ¡Toñito! —dijo a su hermano—. Se ve un nido en el árbol. Y dentro hay huevos. ¡Uno, dos, tres, cuatro huevos! En esto, vino un pájaro loco al árbol, se fue derecho al nido y se sentó sobre los huevos. ¡Mira! ¡Mira! —dijo Toñito—. Hay un pájaro. Es el pájaro madre. —¡Sí! —dijo Nita—. Yo veo al pájaro padre también. ¡Qué feliz es! Una mañana Toñito dijo: «¡Ven conmigo Nita! Mira el nido ahora». Nita miró el nido. Adivina qué vio dentro. —¡Ooooooh! —dijo la niña—. ¡Uno, dos, tres, cuatro pájaros pequeñitos! ¡Qué graciosos pájaros tan pequeñitos! Pronto los pajaritos se hicieron grandes. Y querían volar. —¡Mira! —dijo uno de ellos a los otros— Yo puedo volar. ¿Queréis verme volar? ¡Hop, hop, hop! Y el pajarito que quería volar cayó en tierra al intentarlo. Vino el pájaro madre. Y también vino el pájaro padre. Ellos no podían ayudar a su hijito, que se les había escapado del nido. Pero Nita lo cogió al pie del árbol. —¡Ven aquí, Toñito! —dijo la niña—. Este pequeñito cayó del nido. Nosotros debemos ayudarle. Tomó Toñito el pequeño pájaro, subió con él delicadamente sobre el árbol y lo puso dentro del nido. Un día el pájaro padre dijo: —¡Venid, venid, venid, hijitos míos, pajarillos de mi corazón! Ahora ya podéis volar. ¡Volad, volad conmigo! El pájaro madre también dijo: —¡Volad, niñitos míos y del aire! ¡Volad, volad conmigo! Y los cuatro pajarillos echaron a volar. Y el pájaro padre iba delante. Y el pájaro madre iba detrás.


Nita y ToĂąito los despidieron gritando: - Hasta la vuelta, pequeĂąuelos y que no os vayĂĄis a perder en las estrellas de los cielos. Venid siempre al atardecer.


LA GATITA MANCHA Y EL OVILLO ROJO Había un ovillo en el costurero. Era un ovillo muy grande y muy rojo. Era un ovillo muy bonito. La gatita Mancha dijo al verle: - ¡Miaumero! ¡ Miaumero! Una pelota roja. Yo la quiero. Yo la quiero, aunque me quede coja. Yo llegaré hasta el costurero. El costurero está muy alto. Pero todo será cuestión de dar valientemente un salto aunque me lleve un coscorrón. Saltó la gatita Mancha. Cayó dentro del costurero. El costurero, el ovillo rojo y la gatita Mancha cayeron de la mesa y rodaron por el suelo. Dijo la gatita: - Miaumiar! Miaumiar! ¡Yo no puedo correr! ¡Yo no puedo saltar! ¡Yo no puedo ni un pelo mover! ¿Quién me quiere ayudar? Al oírla, vino Ruizperillo. Y vino su madre. Y la hermanita de Ruizperillo también vino. Y toda la familia de Ruizperillo vino a ver la gatita Mancha enredada en el ovillo. Todos reían viéndola cada vez más enredada en el algodón del ovillo rojo. La madre de Ruizperillo dijo: - Mancha, Manchita, usted está de broma. Ahora necesita mi ayuda, gatita, paloma. Este ovillo no es para una gata pequeña, sino para una que enseña viejo el solomillo, vieja la nariz y aguileña. No sabe usted bordar ni coser, gatita de dientes y uñas de alfiler. Toda la familia de Ruizperillo rió hasta que la gatita Mancha salió de su cárcel de algodón. Entonces,


Ruizperillo dejó en el suelo su pelota de goma para que Mancha jugara con ella. Y la gatita echó a correr asustada y diciendo: - Fus! Fus! Parrafús! Porque el gato más valiente, si sale escaldado un día, huye del agua caliente, pero, además, de la fría.


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