qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyu iopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcv POEMAS bnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqw Dร A DEL LIBRO ertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiop Curso 12/13 4ยบ PRIMARIA asdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjk lzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwert yuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopas dfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklz xcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnm qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyu iopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcv bnmrtyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyu iopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfg hjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcv bnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbnmqw ertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwertyuiop asdfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjk
¿Qué es poesía? ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía...eres tú. Gustavo Adolfo Bécquer
Esmeralda Aguilar
A UNA NARIZ
FRANCISCO DE QUEVEDO
Erase un hombre a una nariz pegado, erase una nariz superlativa, erase una nariz sayón y escriba, erase un peje espada muy barbado. Era un reloj de sol mal encarado, erase una alquitara pensativa, erase un elefante boca arriba, era Ovidio Nasón más narizado. Erase un espolón de una galera, erase una pirámide de Egipto; las doce tribus de narices era. Erase un narcicísimo infinito, Muchísimo nariz, nariz tan fiera, Que en la cara de Anás fuera delito.
Toñi Antón Rus
Diálogo entre Babieca y Rocinante -¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado? -Porque nunca se come, y se trabaja. -Pues ¿qué es de la cebada y de la paja? -No me deja ni un bocado. -Anda, señor que estáis muy mal criado, pues vuestra lengua de asno al amo ultraja. -Asno se es de la cuna a la mortaja. ¿Queréislo ver? Miradlo enamorado. -¿Es necedad amar? -No es gran prudencia -Metafísico estáis. -Es que no como. - Quejaos del escudero. - No es bastante. ¿cómo me he de quejar, en mi dolencia, si el amo y escudero o mayordomo son tan rocines como Rocinante. MIGUEL DE CERVANTES
MANUELA CORTÉS MORENO
LAS MOSCAS Vosotras, las familiares, inevitables golosas; vosotras, moscas vulgares, me evocáis todas las cosas. ¡Oh viejas moscas voraces como abejas en abril, viejas moscas pertinaces sobre mi calva infantil! ¡Moscas del primer hastío en el salón familiar, las claras tardes de estío en que yo empecé a soñar! Y en la aborrecida escuela, raudas moscas divertidas, perseguidas por amor de lo que vuela -que todo es volar-, sonoras, rebotando en los cristales en los días otoñales... Moscas de todas las horas, de infancia y adolescencia, de mi juventud dorada; de esta segunda inocencia, que da en no creer en nada; de siempre... Moscas vulgares, que de puro familiares no tendréis digno cantor: yo sé que os habéis posado sobre el juguete encantado, sobre el librote cerrado, sobre la carta de amor, sobre los párpados yertos de los muertos. Inevitables golosas, que ni labráis como abejas ni brilláis cual mariposas; pequeñitas, revoltosas, vosotras, amigas viejas, me evocáis todas las cosas.
ANTONIO MACHADO
MARCOS DA SILVA
La guitarra Empieza el canto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla, es imposible callarla. Llora monótona como llora el agua, como llora el viento sobre la nevada. Es imposible callarla. Llora por cosas lejanas. Arena del sur caliente que pide camelias blancas. Llora flecha sin blanco, la tarde sin mañana, y el primer pájaro muerto sobre la rama. ¡Oh, guitarra! Corazón malherido por cinco espadas. Ilya Dmitriev
F.G.Lorca
Iba un día con su abuelo Iba un día con su abuelo paseando un colegial, y debajo de un peral halló una pera en el suelo. Mirala, cógela, muerde, mas presto arroja el bocado que muy podrida de un lado estaba y del otro lado, verde. Abuelo ¿cómo será, decía el chico escupiendo, que esta pera que estoy viendo podrida, aunque verde, está? El anciano con dulzura dijo, vínole ese mal por caerse del peral sin que estuviese madura. Concepción Arenal
Noemí Fernández Fernández
De ola en ola De ola en ola, de rama en rama, el viento silba cada mañana. De sol a sol, de luna a luna, la madre mece, mece la luna. Esté en la playa o esté en el puerto, la barca mía la lleva el viento. Antonio García Teijeiro
Nana de la tortuga Verde, lenta, la tortuga. ¡Ya se comió el perejil, la hojita de la lechuga¡ ¡Al agua que el baño está rebosando! ¡Al agua pato! Y sí que nos gusta a mí y al niño ver la tortuga tontita y sola nadando. Rafael Alberti
Álvaro Flores Pedraza
La cigüeña Que no me digan a mí que el canto de la cigüeña no es bueno para dormir. Si la cigüeña canta arriba en el campanario que no me digan a mí que no es del cielo su canto. Rafael Alberti
Álvaro Fombuena
Érase un viejecita Érase una viejecita sin nadita que comer, sino carnes, huevos, pan y pez.
Siempre tuvo chocolate, leche,vino, té y café; y la pobre no encontraba qué comer ni qué beber.
Apetito nunca tuvo acabando de comer, ni gozó salud completa cuando no se hallaba bien.
Se murió de mal de arrugas más encorvada que un tres, y jamás volvió a quejarse ni de hambre ni de sed.
Rafael Pombo Ainhoa Martín Valero
Caperucita encarnada -Caperucita, la más pequeña de mis amigas ¿en dónde está? -Al viejo bosque se fue a por leña, por leña seca para amasar. -Caperucita, di ¿no ha venido? ¿cómo tan tarde no regresó? -Tras ella todos al bosque han ido pero ninguno se la encontró. -Decidme, niños ¿qué es lo que os pasa? ¿Qué mala nueva llegó a la casa? ¿Por qué esos llantos? ¿Por qué esos gritos? ¿Caperucita no regresó? -Solo trajeron sus zapatitos. -Dicen que el lobo se la comió.
Francisco Villaespesa
Daniel Moreno
Porque son niña, tus ojos Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas de las hurís del profeta. El verde es gala y ornato del bosque en la primavera. Entre sus siete colores brillante el Iris lo ostenta. Las esmeraldas son verdes, verde el color del que espera, y las ondas del océano, y el laurel de los poetas.
Gustavo Adolfo Bécquer
Dara Muñoz Rivero
Ojos claros, serenos
Gutierre de Cetina
Ojos claros, serenos, si de un dulce mirar sois alabados, ¿Por qué me miráis, miráis airados? Si cuanto más piadosos más bellos parecéis a aquel que os mira, no me miréis con ira porque no parezcáis menos hermosos. ¡Ay, tormentos rabiosos! Ojos claros, serenos, ya que me miráis, miradme al menos.
Nazaret Ortega Navarro.
LOS RATONES Juntáronse los ratones para librarse del gato; y después de largo rato de disputas y opciones, dijeron que acertarían en ponerle un cascabel, que andando el gato con él, librarse mejor podrían. Salió un ratón barbicano, colilargo, hociquirromo y encrespando el grueso lomo, dijo el senado romano, después de hablar culto un rato: ¿Quién de todos ha de ser el que se atreva a poner ese cascabel al gato? LOPE DE VEGA
Ana Reyes Patón
EL DENTISTA EN LA SELVA Gloria Fuertes Por la mañana El dentista de la selva Trabajó intensamente Con un feroche cliente.
Era el rey de la jungla, Era un león imponente, Con colmillos careados Y que le faltaba un diente. Por la tarde Y dijo el doctor dentista A su enfermera reciente: -Pon el cartel en la choza, no recibo más pacientes, ha venido un cocodrilo que tiene más de cien dientes. Noemí Reyes Patón
PEGASOS ANTONIO MACHADO
Pegasos, lindos pegasos, caballitos de madera... Yo conocí siendo niño, la alegría de dar vueltas sobre un corcel colorado, en una noche de fiesta. En el aire polvoriento chispeaban las candelas y la noche azul ardía toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles que cuestan una moneda de cobre, lindos pegasos, caballitos de madera!
Antonio Machado
Nadia Ruiz Quílez
La mariposa Mariposa del aire ¡qué hermosa eres! Mariposa del aire dorada y verde. Luz de candil... Mariposa de aire ¡quédate ,ahí, ahí, ahí!... No te quieres parar, pararte no quieres... Mariposa del aire dorada y verde. Luz de candil... Mariposa del aire ¡quédate ahí, ahí, ahí!... Quédate ahí. Mariposa, ¿estás ahí? Federico García Lorca Rosalía Sánchez García
ADMIRÓSE UN PORTUGUÉS Admiróse un portugués de ver que en su tierna infancia todos los niños en Francia supieran hablar francés. ¡Arte diabólico es!, dijo torciendo el mostacho, que para hablar el gabacho un fidalgo en Portugal llega a viejo y lo habla mal y aquí lo habla un muchacho.
Nicolás Fernández de Moratín
Paula Sepúlveda
Canción del pirata José de Espronceda Con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín; bajel pirata que se llaman, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín. La luna en el mar riela, en la lona gime el viento y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Estambul. ...
Nadia Suárez Domínguez
La gallinita GLORIA FUERTES La gallinita en el gallinero dice a su amiga - Cuanto te quiero. Gallinita rubia llorara luego, ahora canta: - Aquí te espero. “Aquí te espero, poniendo un huevo”, me dio la tos y puse dos. Pensé en mi ama, ¡qué pobre es! Me dio penita... ¡y puse tres! Como tardaste, esperé un rato poniendo huevos, ¡y puse cuatro! Mi ama me vende a doña Luz. ¡yo, con arroz! ¡Qué ingratitud! NAZARET TORRES MARÍN
En las mañanicas En las mañanicas del mes de mayo, cantan los ruiseñores, se alegra el campo. En las mañanicas como son frescas, cubren los ruiseñores las alamedas. Ríense las fuentes tirando perlas a las florecillas que están más cerca. Vístense las plantas de varias sedas, que sacar colores poco les cuesta. Los campos alegran tapetes varios. Cantan los ruiseñores, retumba el campo.
Lope de Vega Marta Tudela Solana
El pájaro ruiseñor A mí me canta en el pecho un pájaro ruiseñor. A ti te cantan en la boca el beso que te doy yo. ¡Cuántas aves se reúnen para hacerse una canción! Abro la mano y espero que se pose un ruiseñor. Cierras la boca y en ella se mete mi corazón. Cuídalo como yo cuido en mi pecho al ruiseñor. Carmen Conde
Marianela Zelada