El Baúl de los recuerdos- 25 de Mayo

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Sala Amarilla DEL SOL JARDIN Mi 38;CASITA

presenta :

JARDIN 38 "CASITA DEL SOL" PRESENTA;



Esto pasó hace muchos años. Fue en 1810. Buenos Aires no era una gran ciudad sino una pequeña aldea. Las calles no estaban pavimentadas. La mayoría de ellas eran de tierra y unas pocas estaban empedradas. No había edificios de mucha altura como hoy. Las casas eran bajas de un solo piso. ¡Ah! una cosa más. No existían los kioscos de golosinas.



Esta aldea estaba gobernada por el Virrey. Se llamaba así porque mandaba en nombre del Rey . ¿Cuál rey? El rey de España. Este país, que queda muy lejos, al otro lado del océano, había conquistado el nuestro muchos años antes.



Cerca del fuerte donde vivía el Virrey estaba la plaza del pueblo. Allí vendía sus empanadas Feliciana. A veces la ayudaba su amiguito Pedro. ¡La ayudaba a venderlas y también a comérselas!



Entre los pobladores de Buenos Aires había criollos y españoles. Los criollos habían nacido aquí, en el país. Ellos querían ser libres. Para eso tenía que dejar de gobernar el Virrey. No era fácil lograrlo, porque aquel lejano país no quería perder al nuestro.



Por eso los criollos que deseaban organizarse para conseguir la libertad tenían que hacer sus planes sin que el Virrey se enterara. Pedro quería la libertad más que a las empanadas de Feliciana.



Los criollos no perdían la oportunidad de hablar del tema de un gobierno propio. Lo hacían en sus casas, donde nadie podía espiarlos. En aquella época, la gente se reunía mucho en sus hogares a conversar y tomar chocolate.



Es que no existían otras diversiones: ni el Cine ni la televisión, ni los juguetes electrónicos. Esas reuniones se llamaban tertulias. Pedro era todavía muy chiquito para ir a las tertulias. Por eso se juntaba con otros amiguitos a jugar a las escondidas.



Hombres muy importantes decidieron pedir al Virrey una reunión para discutir el tema del gobierno propio. El Virrey no pudo decirles que no, porque aquellos hombres eran muchos y fuertes. Así que se hizo una reunión muy grande , en el Cabildo de la ciudad.



El Cabildo era la casa donde se discutían los asuntos principales. Esta reunión fue lo más importante que se hizo allí. Ocurrió el día 22 de mayo y concurrieron los vecinos poderosos de la ciudad . Otra vez, Pedrito se quedó afuera. Pero Feliciana lo convidó con pastelitos.



La reunión fue difícil porque el bando del Virrey y de los criollos no se ponían de acuerdo. Se discutió mucho y , al final , se votó para saber cuánta gente quería que el Virrey de España dejara de gobernar a los criollos . ¡Y la mayoría quería eso!



Pero el Virrey trató de seguir gobernando a toda costa. El día 25, el pueblo se reunió frente al Cabildo. Llovía mucho, pero no importaba. Querían pedirle la renuncia al Virrey de una vez por todas.



La gente del pueblo , muy ansiosa, esperaba noticias del Cabildo. Impacientes algunos gritaban: “El pueblo quiere saber de qué se trata”. ¡Eso!¿Qué pasaba ahí adentro?



Aunque Feliciana y Pedrito quisieron aprovechar para vender empanadas y pastelitos, no pudieron. Porque la gente estaba más entusiasmada recibiendo de manos de los patriotas unas cintas (hay quienes dicen que eran blancas y celestes) Con esas cintas , los criollos se reconocían entre sí.



Luego de un rato , algunos de los hombres reunidos en el Cabildo se asomaron al balcón. Desde allí comunicaron a la gente que ya habían conseguido que el Virrey renunciara .



Mejor todavía: habían formado un gobierno de criollos. Desde entonces los criollos gobernarían a los criollos.



Y Pedrito ya pudo vender muchas empanadas, porque la gente estaba contenta y quería festejar. Eso sí: se guardó los pastelitos para él.



Gracias !!!! Fin ....... FIN!!!! Jardin nº38 casita del sol.


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