2016 Boletin Nov Dic

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Directorio Secretario Ejecutivo

Contenido Presentación

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Mons. Rafael Hernández Morales

Director Héctor López Alvarado, Pbro.

Consejo Editorial Pedro Rodríguez González Felipe Larios Velasco Oscar Maldonado Villalpando Juan Bojórquez Aguirre Héctor López Alvarado

Dirección Jarauta No. 210 Col. La Perla entre Federación e Industria Tel. 3618 6084 C.P. 44380 Guadalajara, Jal. www.vicariapastoralgdl.org

Palabra del Pastor Emmo. Sr. Cardenal D. José Francisco Robles Ortega

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Vida Pastoral Diocesana La Casa de la Misericordia en La Arquidiócesis de Guadalajara

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Clausura del Año de la Misericordia en la Arquidiócesis de Guadalajara

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Peregrinación Anual de la Arquidiócesis de Guadalajara a la Montaña de Cristor Rey

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Posada Sacerdotal 2016

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Reunión conjunta del mes de diciembre

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El Otoño Sacerdotal

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Carpa Misionera Navideña 2016

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Caminar de la Iglesia en México

Diseño Editorial e Impresión

Mensaje de los obispos de México en su CII Asamblea

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Fototecnia S.A. de C.V.

Congreso de la Vida Consagrada

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Jornada Nacional de Pastoral Vocacional

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Administración Pbro. Felipe de Jesús Frías González Mensajería: Tercer Milenio

Tiraje 1000 ejemplares

Pulso de la Iglesia Universal Conclusión del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia

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Herramientas Pastorales Conferencia del Pbro. Dr. José Marcos Castellón Pérez

Para leer más

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Presentación Héctor López Alvarado, Pbro. Director

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on la solemnidad de Todos los Santos comenzamos el último bimestre del año 2016 de nuestro Boletín de Pastoral. Lo cual nos lleva a pensar en que cada uno de nosotros estamos llamados a la santidad en nuestra vida a través de la propia cotidianidad en el seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo. En este bimestre uno de los momentos clave del que fuimos testigos fue el 20 de noviembre en la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo: la clausura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, sabiendo que se cerró la Puerta Santa pero continua abierta la puerta de la Misericordia de Dios que jamás se cierra. En este marco nuestro Boletín de Pastoral de noviembrediciembre contiene:

fue: “Dar seguimiento a los resultados de la IV Asamblea Diocesana de Pastoral”; mientras que el objetivo particular fue: “Analizar la resistencia de un buen número de presbíteros para integrarse al proceso diocesano”. También te ofrecemos un artículo que nos lleva a reflexionar en el Amor Misericordioso de Dios que se experimenta en el Nuevo Trinitario Sacerdotal, con los presbíteros que son atendidos ahí, en medio del sufrimiento y la enfermedad. Y para cerrar esta sección encontrarás la reseña de la Carpa Misionera Católica que nuestro Seminario de Guadalajara organizó para hacer llegar al Pueblo de Dios la Misericordia de Dios. En la sección Caminar de la Iglesia en México, te hacemos llegar el Mensaje de los Obispos de México con motivo de su CII Asamblea Ordinaria, cuyos trabajos fueron: orar, reflexionar y definir nuestro caminar, a través de la elaboración de una propuesta para un serio y cualificado Proyecto Pastoral. Y cerramos esta sección con una reseña del Congreso de Provincia de la Vida Consagrada, y el encuentro Nacional de Promotores Vocacionales.

En la sección la Palabra del Pastor, una motivación que nos deja nuestro Arzobispo, el Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega que nos dejó en su homilía en la conclusión del Año de la Misericordia en nuestra Arquidiócesis. En la sección Vida Pastoral Diocesana, en lo que toca nuestro proceso diocesano de pastoral en el mes de noviembre, te presentamos un artículo que nos presenta uno de los frutos que dejó el Jubileo de la Misericordia en nuestra Arquidiócesis: La Casa de la Misericordia. Luego presentamos también un artículo a propósito de la conclusión del Año Santo de la Misericordia en nuestra Arquidiócesis. También te presentamos una breve reseña de lo que fue nuestra peregrinación arquidiocesana a la Montaña de Cristo Rey. Y luego pasando a considerar los acontecimientos diocesanos relevantes en nuestra Arquidiócesis de Guadalajara en el mes de diciembre: encontrarás una reseña de nuestra Posada sacerdotal. Enseguida encontrarás también una breve síntesis de la última reunión conjunta del año 2016, cuyo objetivo general

En la sección Pulso de la Iglesia Universal, te presentamos la clausura del Año Extraordinario de la Misericordia celebrada por el Papa Francisco.

En la sección Herramientas Pastorales, encontrarás una conferencia compartida por el Pbro. Dr. José Marcos Castellón en el Congreso Teológico.

Y finalmente en la sección Para leer más se nos ofrecen 7 nuevas recomendaciones de lecturas, como ayuda para nuestra pastoral.

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Deseamos a todos nuestros lectores del Boletín de Pastoral una Feliz Navidad y Año Nuevo 2017 con la bendición de Dios.


La Palabra del Pastor

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Emmo. Sr. Cardenal D. José Francisco Robles Ortega

de la Nueva Evangelización al servicio del Reino, como se intitula nuestro VI Plan Diocesano de Pastoral, celebramos apenas 300 años de la consagración de nuestra Catedral como casa de misericordia, y a la par de esta celebración como fruto de este año de gracia, nace la iniciativa de estimular el surgimiento de una casa de misericordia, o varias casas si fuera posible, para mostrar con los recursos y posibilidades de nuestro tiempo, el mejor signo que la Iglesia puede ofrecer al mundo cuando de aplicar las enseñanzas de su Maestro se trata.

omos peregrinos hacia la Casa del Padre, y nuestro fin último solo lo alcanzarán los operarios del Reino cuando al final de la jornada reciban cada uno un denario, es decir, la participación plena e ilimitada de la Gloria de Dios. A ello nos indujo el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, a punto de concluir en Roma en el marco de la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, convocatoria universal propuesta por el Papa Francisco, con la sola finalidad de mostrar que la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia, al grado que todo en su acción pastoral debe estar revestido por la ternura con la que se dirija a los creyentes. Eso intentamos vivir durante este Año de la Misericordia, y la Arquidiócesis de Guadalajara, da fe de ello en los copiosos frutos que motivaron a centenares de miles de personas a cruzar la Puerta Santa en Catedral y en aquellas otras iglesias que gozaron de tal privilegio… a descubrir a Cristo doliente en el marginado, en el enfermo, en el recluso, a cauterizar heridas con el perdón, la compasión y el respeto a la dignidad de las personas, de muchos que se sintieron motivados a practicar las obras de misericordia corporales y espirituales…

Solo me resta agradecer a quienes acogieron las reiteradas invitaciones para vivir el año de la misericordia en todos los ambientes, a los que de forma abnegada en su realización y de una manera muy señalada a los miembros del venerable Cabildo Metropolitano, que derramando la reconciliación en cientos de miles de penitentes, actualizaron el gozo supremo del cielo por un pecador que se arrepiente, más que por noventa y nueve que no necesitan de ello.

Y bien, congregados… en presencia de la maternal intercesora de esta Arquidiócesis, nuestra Señora de Zapopan, presente en los grandes capítulos de su historia, clero y fieles laicos, religiosos y seminaristas, delegados de parroquias, movimientos y grupos apostólicos, renovemos este propósito de modo que ser misericordiosos como el Padre, siga siendo en los sucesivo, el sello que rubrique la marca del bautismo que nos hizo hijos de Dios.

La clausura de la Puerta Santa en las Diócesis del mundo ocho días antes de la de Roma, no agota la proyección de esta gracia, antes bien, nos deja mejor dispuestos, en especial a los agentes de evangelización, para asumir lo que con tanto énfasis nos pide San Pablo cuando apremia a los que medran y holgazanean en medio de la comunidad de bautizados, a que se pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida.

La Iglesia en México y en Guadalajara con una andadura de casi medio milenio, tiene un ante sí, trechos muy largos que recorrer en el camino

Señor si hemos hecho el bien, que sea para tu mayor gloria, si hemos dejarlo de hacerlo, ten misericordia de nosotros.

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(Extracto de la homilía del Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega, en la clausura del Año de la Misericordia, Santuario de los Mártires, domingo 13 de noviembre de 2016).


Vida Pastoral Diocesana

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LA CASA DE LA MISERICORDIA EN LA ARQUIDIÓCESIS DE GUADALAJARA

de Pastoral. Por ese motivo, se dio oportunidad de presentar a grosso modo el proyecto en la IV Asamblea Diocesana de Pastoral, en la que se asumió ya como la obra diocesana fruto del Año Jubilar, con la tarea de escuchar sugerencias de los Decanatos y de otras instancias diocesanas.

l pasado sábado 12 de noviembre, en las vísperas de la clausura diocesana del Jubileo de la Misericordia, el Emmo. Sr. Cardenal D. José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, bendijo las instalaciones de lo que será la Casa de la Misericordia, que quiere ser el signo social permanente del Año de la Misericordia.

A partir de ese momento, se empezaron a buscar contactos con otras personas e instituciones para dar a conocer y enriquecer el proyecto Casa de Misericordia; de forma especial se invitó al P. Ernesto Hinojosa Dávalos, como nuevo encargado de la Comisión de Pastoral Social, a sumarse al equipo, para poder integrar la Casa de Misericordia de forma institucional al organigrama diocesano. Al mismo tiempo, se pidió a Sr. Cura Rafael González Reynoso una casona de muy buenas dimensiones, que hasta la fecha estaba en desuso, pero que pertenecía a la parroquia de San José de Analco. Dando comienzo así a la limpieza y acondicionamiento de las instalaciones de la Casa de Misericordia.

La historia de esta obra de la Iglesia nace en el Comité Diocesano de Preparación del Año Jubilar, que pensó en proponer al Sr. Arzobispo un signo social permanente, fruto del Jubileo y que respondiera a nuestro proceso pastoral, a fin de que las celebraciones no quedaran sólo como eventos pasajeros. Se encomendó, de parte del Comité, a los presbíteros Engelberto Polino Sánchez y José Marcos Castellón Pérez que prepararan un bosquejo de proyecto para presentarlo a nuestro Pastor oportunamente. Siendo de tal trascendencia dicha obra, se pensó en formar un equipo y, aprovechando el tricentenario de la Consagración de la Iglesia Catedral, se pensó en invitar al Ilmo. Sr. Cango. Valentín Ruiz Durán para presidir el equipo, que además contaba ya con la experiencia de trabajar con migrantes y de animar el proyecto “Compartir” de parte del Cabildo Metropolitano, en ayuda a personas en situación de calle.

Se comenzaron a tener las primeras reuniones y a conformar un equipo más amplio con otros sacerdotes, religiosos y laicos con experiencia en atención integral a los más pobres. Se presentó el pre-proyecto al Sr. Cardenal José Francisco, que animó al equipo a seguir trabajando y haciendo algunas sugerencias para enriquecerlo; con visión pastoral orgánica y de conjunto, el Sr. Cardenal no quiso asumir en ese momento La Casa de la Misericordia como proyecto diocesano, sin antes presentarlo en la Asamblea Diocesana

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Se tuvieron tres iniciativas importantes, aunque todavía sin mucho impacto, que trataron de convocar y vincular a quienes realizan algún apostolado o servicio a personas en situación de calle. La primera fue una reunión con instituciones de asistencia, contando con la presencia de seis instituciones; en ese momento se vio oportuno de distinguir a personas en situación de calle de los migrantes, sin que signifique merma en atención a ninguna persona sea cual sea la situación que viva. La segunda iniciativa fue una reunión con los sacerdotes asesores de pastoral social de los decanatos; en esta reunión, aunque con muy poca asistencia, se vio la necesidad y la plausibilidad del proyecto. La tercera iniciativa, también con poca participación, fue la del Primer Congreso de la Misericordia en el Santuario de los Mártires, pero


Vida Pastoral Diocesana

que puede abonar a que, siguiendo la invitación del Papa Francisco en Misericordia et misera 21, pueda dedicarse ya de forma permanente un Congreso que tenga momentos de oración, estudio y compartir experiencias de caridad con los más pobres en la Jornada Mundial de los Pobres, el Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, para ir favoreciendo la vinculación entre las personas e instituciones de caridad, y como nos dice el sucesor de Pedro: “Será una jornada que ayudará a las comunidades y a cada bautizado a reflexionar cómo la pobreza está en el corazón del Evangelio” y sensibilizarnos ante tantos rostros de miseria.

La Casa de Misericordia se vio necesaria como fruto del Año Jubilar de la Misericordia porque atender a los pobres es una exigencia de quienes somos discípulos misioneros. El Papa Benedicto XVI dijo tajantemente, al inaugurar la V CELAM en Aparecida, que la opción por los pobres no surge por una razón sociológica sino cristológica y el Papa Francisco nos enseña que esta opción es “una categoría teológica” (EG 198). Si somos seguidores de Jesús no podemos ser indiferentes ante tantos rostros lacerados por la pobreza, hermanos nuestros que no tienen lo indispensable para vivir o que viven por debajo de los estándares de calidad de vida o de dignidad humana. Jesús dejó muy en claro que el juicio final (cf. Mt 25,31-46) versará sobre la práctica de la misericordia en gestos concretos de caridad. También se ha visto la necesidad de esta Casa de Misericordia porque hoy estamos viviendo un crecimiento exponencial de la pobreza y, por lo que se puede prever para un futuro próximo, tendremos un estancamiento en la economía nacional, por lo que seguramente se engrosarán las listas de personas en extrema pobreza. Esta pobreza excluye a muchas personas que se ven obligadas a emigrar, dedicarse a negocios ilícitos o a la indigencia.

El Sr. Cardenal José Francisco pidió que esta obra estuviera tuviera como destinatarios a quienes no hemos atendido de forma eclesial u organizada, por ello se pensó en personas que viven en situación de calle, sea por cualquier motivo. Nos hemos dado cuenta que este mismo interés lo comparten otros hermanos en la fe, incluso quienes no son católicos, y el mismo gobierno municipal, que se ha mostrado siempre interesado y disponible para ayudar en esta obra. Sin embargo, no se atendían de forma eclesial por lo que hemos de seguir trabajando en la vinculación con estas u otras instancias y con personas que se dedican a la caridad para que podamos ofrecer una respuesta eclesial, de forma organizada, sistemática y transformadora e inserta a nuestro proceso pastoral.

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Siendo una obra eclesial, la Casa de Misericordia, quiere insertarse en el proceso pastoral. Estamos conscientes de que es una respuesta a una realidad lacerante de quienes están viviendo situaciones de muerte. Por ello, buscar satisfacer las necesidades básicas de quienes tienen hambre, no tienen techo ni cobija es ofrecer gestos de vida plena en Cristo. Nuestro VI Plan Diocesano de Pastoral, cuando habla del gran para qué del objetivo nos menciona que la vida en Cristo no puede pensarse desde una visión espiritualista que nos despreocupe de las realidades terrenas: “la finalidad última de la Nueva Evangelización es la participación de la vida de Cristo, vida abundante y plena, a todos los hombres de todas las culturas y en los diversos escenarios históricos, y que abarca desde la dimensión espiritual de la vida de la gracia hasta la vida físico-biológica-ecológica-culturalpolítica” (55). En este mismo sentido, quiere hacerse desde la sinodalidad, es decir, desde una espiritualidad de comunión que no ve una obra como fruto de la iniciativa de una persona o de


Vida Pastoral Diocesana

un equipo, sino como fruto de toda la Iglesia, que se deja conducir por el Espíritu Santo; que abre las puertas a todos para que aporten desde las riquezas espirituales y materiales en una gran sinergia espiritual misericordiosa.

psicológicos, así como asistencia espiritual. El deseo de nuestro Arzobispo es que esta casa sea una especie de matriz de muchas casas, que llevando el mismo nombre, actuando en nombre de la Iglesia diocesana y prestando los mismos servicios de forma sinodal, puedan abrirse en las ciudades intermedias de nuestro territorio diocesano o al menos una en cada vicaría episcopal. En esta misma línea queremos ofrecer espacios de reinserción social, con alguna formación básica de oficios, bolsa de trabajo u otros servicios que promuevan a quienes quieren salir de esa situación y no se lo han permitido las circunstancias.

La misión de la Casa de Misericordia es acoger al hermano que vive situación de calle. Se pretende, a través de tres líneas de acción concientizar, vincular y asistir-promover. La línea de concientizar pretende ayudar a toda la Iglesia diocesana a redescubrir la vocación de la Iglesia a vivir la caridad y la misericordia. La oración, la reflexión, el estudio y el análisis de la pobreza son tarea propia de esta línea. Es muy importante darnos cuenta también de acciones u omisiones de los agentes de pastoral o de ciudadanos que pueden provocar la pobreza o situaciones que lo hacen, incluso a veces pensando que se obra rectamente.

Hoy por hoy, la Casa de la Misericordia es un proyecto diocesano que puede tener una gran trascendencia en nuestra historia, eso dependerá de todos y puede ser un paradigma de caridad organizada y de una pastoral orgánica y de conjunto. Esperamos entusiasmar a quienes todavía se resisten, comprometer a quienes les anima ser un signo elocuente de vivencia evangélica y de buscar diversas ayudas para poder contar con los recursos humanos y materiales que puedan dar continuidad a esta obra de todos.

La línea de vincular pretende generar en nosotros una actitud de sinodalidad, de corresponsabilidad, insertándonos en el organigrama de la Pastoral Social como una sección de asistencia y generando sinergia con quienes dentro o fuera de la Iglesia asisten a los más pobres. Hay muchas personas e instituciones que movidos por la fe están haciendo mucho, pero nos falta vincularnos para poder ser más eficientes y logremos juntos ser testimonio de Cristo en el mundo, puesto que la caridad es la forma más elocuente de anunciar el Evangelio.

La línea de asistir y promover se concreta ahora en la Casa de Misericordia que se ubica en la calle Constitución 532, Col. Analco. Donde se espera poder ofrecer lo más pronto posible y a la medida de nuestras posibilidades, los servicios de asistencia básicos como: alimento, aseo personal, cama para pernotar, baños para seo personal, ropa limpia, servicios médicos y

Puedes contactarnos en los teléfonos 36-1371-68 o 3314-07-48-40, en el correo electrónico casademisericordiagdl@gmail.com, en nuestro perfil de Facebbok, y a partir de enero de 2017 en Constitución 532, Col. Analco. Igualmente puedes apoyar esta obra con tus donativos en la cuenta BANCOMER 00187370229 (PRODIGNIDAD HUMANA AC). Pbro. Dr. José Marcos Castellón

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Vida Pastoral Diocesana CLAUSURA DEL AÑO DE LA MISERICORDIA EN LA ARQUIDIÓCESIS DE GUADALAJARA (13 de noviembre de 2016)

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espués de haber vivido con intensidad la experiencia de un Año Jubilar Extraordinario, que Su Santidad Francisco, inspirado por el Espíritu Santo convocó para todo el mundo, llegó el momento de clausurarlo, conforme al calendario oficial para las celebraciones del Jubileo, en donde se había señalado que el 13 de noviembre, XXXIII Domingo del tiempo ordinario, se tendría la clausura de la Puerta Santa en las basílicas de Roma y en las diócesis del mundo, sin embargo el domingo 20 de noviembre, en la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, se tendría la clausura en la Basílica de San Pedro en Roma.

Edicto con el cual nuestro Arzobispo decretó el Año Jubilar de la Misericordia en nuestra Arquidiócesis; y también en dicho subsidio se presentaron algunas iniciativas entre las cuales destacan las peregrinaciones por Decanatos para cruzar la Puerta Santa tanto a la Catedral como al Santuario de los Mártires, lo cual favoreció para que las parroquias vivieran esta experiencia con mayor intensidad.

También vale la pena mencionar que en el subsidio se dieron a conocer iniciativas aprobadas por nuestro Arzobispo de carácter litúrgico-celebrativo, de orden social, de orden teológicopastoral, etc. En el recorrido de este año, entre estas actividades destaca el Congreso Teológico que se realizó en el mes de octubre del 25 al 27, en las instalaciones de la UNIVA, y cuyo tema para este año fue: “La Iglesia, samaritana para un mundo herido”. También vale la pena mencionar que como fruto de esta experiencia del Año Jubilar se hizo realidad la edificación de la Casa de la Misericordia, para ejercer permanente mente la caridad a los más necesitados, cuya bendición de las instalaciones fue realizada el pasado 12 de noviembre de 2016 por el Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega.

Dentro del proceso pastoral de nuestra Arquidiócesis de Guadalajara, la vivencia del Año Jubilar extraordinario de la Misericordia, ha favorecido para experimentar la misericordia de Dios y dejar que sea esa misma misericordia sea la que se haga presente en todas nuestras acciones pastorales. El Comité creado por el Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega en comunión con la Vicaría de Pastoral estuvieron animando y coordinando las iniciativas para vivir mejor este año jubilar. Dicho comité ofreció un subsidio titulado “Indicaciones para vivir mejor el Año de la Misericordia”, en donde se hizo público el

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Así pues, llegó la fecha señalada para clausurar en todas las diócesis del mundo el año de la


Vida Pastoral Diocesana

“la Misericordia de Dios es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia”, y luego nos exhortó a seguir practicando las obras de misericordia corporales y espirituales.

misericordia y el 13 de noviembre se llevó a cabo una magna celebración en nuestra Arquidiócesis de Guadalajara en el Santuario de los mártires, que por cierto vale la pena mencionar que durante ese fin de semana hubo una lluvia que se había prolongado durante varios días, por lo que desde que amaneció el domingo 13 de noviembre, llovía y además hacía mucho frío, lo cual no fue obstáculo para que los fieles de la arquidiócesis se reunieran para participar en la celebración eucarística con la que se cerraba el Año de la misericordia, pero no las puertas de la misericordia de Dios que permanecen siempre abiertas.

Además afirmó que la clausura de la Puerta Santa no agota la proyección de esta gracia, sino que nos deja mejor dispuestos para seguir trabajando al servicio del Reino de Dios y agradeció a quienes acogieron la iniciativa de vivir el Año de la Misericordia, en especial al Cabildo Metropolitano por ofrecer incansablemente el sacramento de la reconciliación, y así nos invitó a todos a renovar el propósito de ser misericordiosos como el Padre.

Aunque la Eucaristía estaba prevista a las 10 de la mañana, sin embargo desde antes de las 8 de la mañana había ya filas de personas para ingresar al Santuario de los Mártires y había peregrinos de todas las edades, a pie, en automóviles, en autobuses, en sillas de ruedas, con bastón. Muchas personas rezaban el santo rosario mientras se dirigían en peregrinación hasta llegar al interior del Santuario. La imagen de la Virgen de Zapopan, patrona de nuestra Arquidiócesis, estuvo presente en la celebración.

Antes de concluir la Eucaristía el Emmo. Sr. Cardenal motivó a hacer nuestras las palabras de la Virgen María proclamando cantando, la oración del “Magnificat”; y luego se dirigió a toda la asamblea de peregrinos presentes, para motivarlos a seguir colaborando en la construcción del Santuario de los Mártires, preguntándoles que si habían sentido el frío, ya que el viento soplaba fuerte y la lluvia intermitente no paraba, así que motivó al esfuerzo para que pronto nuestro Santuario tuviera sus vitrales y poder protegernos de los vientos, con lo cual la asamblea espontáneamente aceptó la invitación y aplaudió.

Se estima que aproximadamente asistieron alrededor de 12 mil peregrinos a la Eucaristía.

La Eucaristía fue presidida por el Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega y concelebraron alrededor de 40 sacerdotes.

Y para concluir el Sr. Cardenal bendijo a todos los presentes y de esta manera quedaba concluido el Año de la Misericordia en nuestra Arquidiócesis.

En su homilía, nuestro Arzobispo, motivó a valorar como “en cada Eucaristía que celebramos, Dios Padre Amoroso y Misericordioso nos abraza en su Hijo Jesucristo para llenarnos de su amor y de su ternura”. Luego hizo hincapié en que el Papa Francisco convocó a este Año Jubilar para mostrar que

Héctor López Alvarado, Pbro. Lic.

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Vida Pastoral Diocesana PEREGRINACIÓN ANUAL DE LA ARQUIDIÓCESIS DE GUADALAJARA A LA MONTAÑA DE CRISTOR REY (21 de noviembre de 2016)

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on las 11:00 de la mañana en la Montaña de Cristo Rey. Una multitud pulula alrededor del monumento votivo a su Divina Majestad: se trata de fieles católicos provenientes de diversos puntos de la Arquidiócesis de Guadalajara. En los rostros se puede ver la alegría del encuentro fraterno, también se deja ver el júbilo que es fruto de que una vez más hemos podido acudir a la cita con el REY DE REYES.

sacramento del perdón.

Se ha llegado la hora, la Scholla Cantorum de nuestro Seminario Menor entona el canto de entrada de la Eucaristía. Decenas de sacerdotes participan en la procesión y es el Sr. Cura Jesús García Zamora (Vicario General) quien, en representación del Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega, preside esta Eucaristía, acompañado por los Monseñores Francisco Casillas Navarro y Rafael Hernández Morales. El pequeño santuario es incapaz de contener a la gran cantidad de personas que se disponen a participar de los Sagrados Misterios.

Hoy casi no se puede andar: han coincidido en este día las peregrinaciones de un par de diócesis más. La multitud se ha convertido en un verdadero mar de gente. Los minutos transcurren y muchos aprovechan para visitar el museo y las tiendas del lugar, otros se toman las ya clásicas “selfies” con los amigos y hermanos de comunidad, incluso hay quienes buscan a los sacerdotes que ya han llegado para recibir el

“El último día de la historia de la salvación tendrá lugar realmente el día en que Jesucristo sea presentado y reconocido como Rey”. Estas fueron algunas de las primeras palabras de la homilía que fue dirigida a los participantes por parte del Padre Jesús García.

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También mencionó que “El reconocimiento de Cristo como rey significa que tú estás dispuesto a obedecer a este rey, a cumplir lo que Él te diga porque todo rey en su reino tiene una ley y esa ley tiene que cumplirse en su reino y entonces el cristiano tiene que preguntar: Señor ¿qué quieres que haga? ¿Cuál es tu voluntad? ¿Cuál es tu mandato? ¿Cuáles son tus leyes? Ya todos lo sabemos… un solo mandamiento les doy, esta es mi ley, ámense los unos a los otros como yo los he amado”.


Vida Pastoral Diocesana

ama a Cristo y que desprecie a su Madre, seríamos cristianos incompletos… ¿Cuál es la verdadera devoción a la Santísima Virgen? Es hacer lo que Ella nos diga también… “hagan lo que Él les diga” esa es la solución a todos nuestros problemas y de todo tipo… y que recemos el santo Rosario, un arma poderosísima para vencer al enemigo”.

Continuó la celebración de la Eucaristía que se caracterizó por una atenta y devota participación de todos los asistentes. Posteriormente a la oración después de la comunión se expuso solemnemente el Santísimo Sacramento y, después de rezar una estación menor, se procedió a renovar el juramento de fidelidad y vasallaje de Nuestra Arquidiócesis a Cristo Rey y enseguida se recibió la bendición. Con el canto “que viva mi Cristo” se dio por terminada la celebración con la promesa esperanzadora de regresar el año siguiente. Francisco Javier Ascencio García, Pbro.

Y prosiguió “¿cómo vas a poder amar a tus hermanos si no has recibido, si no has experimentado el amor de este Rey?”, “si realmente queremos nosotros que nuestros cristianos, que nuestros creyentes arranquen de veras una vida de fe cristiana deberíamos preocuparnos porque cada uno se encuentre realmente con Cristo”. Habiendo coincidido esta peregrinación con la fiesta de la Presentación de María, también se dijo: “Si Cristo es el Rey ¿quién es la Reina? María. No puede haber un buen cristiano que diga que

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Vida Pastoral Diocesana POSADA SACERDOTAL 2016: Acercarnos al misterio de la Navidad con una fe renovada

Para llegar ante Él y contemplar el Misterio de la Navidad

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a vivencia del Adviento constituye una preparación para celebrar adecuadamente la Navidad. El Adviento está impregnado de una gran variedad de movimientos: levantarse y subir, despertarse, preparar y enderezar caminos, reavivar la esperanza, alegrarse, salir a caminar, encontrarse. Y la celebración de las Posadas embona muy bien con la realidad de este tiempo de preparación. Caminando con María y José

El 15 de diciembre, se dieron cita en el Deportivo Morelos cerca de 500 sacerdotes para vivir y concretizar el espíritu del Adviento en la celebración de la así llamada Posada Sacerdotal. Y los padres, en fila, se pusieron a caminar mientras recitaban el Santo Rosario y entonaban villancicos que suenan muy bien en este tipo de celebraciones. Los peregrinos, María y José, convocaron al evento y los presbíteros cargaron con ellos: “Humildes peregrinos, Jesús, María y José…” Y los villancicos también indicaban el movimiento: como invitación de “vamos pastores, vamos”, o señal de premura “Arre borriquillo, arre burro arre…” o cuando indican que hay prisa “los pastores a Belén, corren presurosos”. Ciertamente, el mismo Sr. Arzobispo indicaba que en este tiempo “los únicos que beben y vuelven e beber son los peces en el río; todos los demás pueden tener sanción”. Abrir para dar Posada

La reflexión de la Posada se orienta siempre a contemplar el misterio de la Navidad, “ser capaces

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Vida Pastoral Diocesana

de construir la comunidad, la comunidad que se nos ha confiado, mucho aportaríamos y mucho resolveríamos al tema del aislamiento, del individualismo, de la indiferencia entre tanto problema que tenemos.

de dar acogida al Niño que nació en Belén” y de actualizar los efectos que causó su venida, hoy, también en nuestros tiempos; y como sacerdotes “reavivar la fe y hacer comunidad”.

Por eso, uno de los puntos de reflexión del Sr. Cardenal Robles, fue sobre la posibilidad que ¿“nosotros, a 2 mil años de distancia, podamos entrar en contacto verdadero, auténtico, eficaz, con un niño que nació en las condiciones que ya todos conocemos, en una cultura que también conocemos y que es muy distinta a la nuestra? La respuesta sola es una: Sí, sí podemos por la Fe, no hay otra forma de entrar en contacto, en comunión con este Niño que siendo Dios se hizo hombre”.

Por eso, la invitación de Pastor ha sido doble: Uno a reavivar nuestra Fe en estas Fiestas Navideñas y segundo vincular nuestra confección de mi ministerio de hacer la Eucaristía con el compromiso de hacer la comunidad; acompañando todo el proceso de construcción de la comunidad. Y llegaron los regalos y reinó la alegría

La celebración de las Posadas implica regalos y convivencia festiva. Tampoco esto faltó, porque los Sacerdotes saltaron de júbilo al escucharse ganadores de algún regalo y, después, compartieron una rica comida “en alegría y amistad”.

“Por eso, – continuó el Arzobispo de Guadalajara, nosotros Ministros de la Fe, Maestros de la Fe tenemos que acercarnos a este misterio de la Navidad con una Fe renovada, con una Fe viva. Y en la medida en que nosotros así lo celebremos, en esa medida vamos a acompañar y enseñar a nuestro pueblo para vivir el auténtico misterio de la Navidad, sino es así todo será apariencia, todo será exterioridad, todo será vano”.

Esta vez, la asistencia de los Presbíteros fue muy nutrida y no faltó quien se regresara a sus actividades pastorales diciendo “¡Que hermosos es ver a los sacerdotes reunidos y conviviendo como auténticos hermanos!”. Y es que el Adviento, y la celebración de la Posada, los pusieron en movimiento para llegar ante el Señor y contemplar el Misterio de su Navidad.

Además, en una segunda invitación el Cardenal Robles invito e reflexionar sobre lo que se puede llamar el Ministerio de “actualizar para la Iglesia, para la comunidad, el misterio de la presencia de este Dios hecho hombre y lo hacemos por la predicación, lo hacemos por los Sacramentos, pero en los Sacramentos principalmente lo hacemos por la Eucarística”. Por eso el purpurado añadió: “Si nosotros hiciéramos a partir de la Eucaristía el compromiso

Pedro Rodríguez, Pbro. Lic.

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Vida Pastoral Diocesana

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“DAR SEGUIMIENTO A LOS RESULTADOS DE LA IV ASAMBLEA DIOCESANA”: Reunión conjunta del mes de diciembre de 2016

l 21 de diciembre de 2016 se tuvo la Reunión Conjunta en el Centro Diocesano de Pastoral en la que participaron 47 Agentes de pastoral (laicos, religiosas, religiosos y sacerdotes).

dispuso para llevar a cabo dicho trabajo fue de 40 minutos y luego tuvimos el plenario, donde el secretario de cada equipo nos compartió los resultados. Para optimizar el tiempo nos fuimos al refrigerio, mientras la secretaria, Vero, nos hizo el favor de capturar la información que aportó cada equipo y con ello preparar el tercer momento metodológico.

Nuestro Objetivo general sigue siendo el mismo: “Dar seguimiento a los resultados de la IV Asamblea Diocesana de Pastoral”; mientras que el Objetivo Particular de esta reunión fue: “Analizar la resistencia de un buen número de presbíteros para integrarse al proceso diocesano”.

El encargado del refrigerio es el Sr. Cura Felipe de Jesús Frías González. En dicho refrigerio, que siempre es en abundancia, no puede faltar la fruta, semillas, panela, salchichas, papas a la francesa, refresco, café, galletas, etc. Se aprovecha este momento también para convivir, conocernos e incluso para compartir experiencias de cómo vamos llevando el proceso en nuestras comunidades.

En punto de las 10:30 a.m. se dio inicio con la oración inicial por parte del Sr. Cura Gerardo Jiménez Lozano. Luego Monseñor Rafael Hernández Morales nos ubicó en el objetivo de la reunión para este día, invitándonos a que ayudáramos a descubrir las causas de las resistencias de algunos presbíteros para conocer e integrarse al proceso diocesano. El primer momento metodológico, Ver con los ojos del Padre, fue coordinado por el Sr. Cura José Vicente Ortega Benitez. El padre Chepe nos presentó la materia prima del trabajo a analizar, el análisis de la resistencia como Hecho Englobante. Nos mandó a trabajar en equipos: Vicarios Episcopales y Decanos, Tareas Fundamentales, Tareas Específicas y Vida Consagrada. La ficha de trabajo fue, en esta ocasión, utilizando dos columnas: causas y retos en cuanto a las resistencias, punto a analizar. El tiempo que se

El segundo momento metodológico, Juzgar con los criterios del Hijo, fue coordinado por el Sr. Cura José Luis Llamas Salazar. La iluminación partió del texto Lc 24,13-35 que es acerca de los

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sea por contagio, como un fermento, ya que el proceso es de toda la vida, aunque pareciera que siempre vamos empezando pero también es porque no le hemos dado respuesta.

discípulos de Emaús, quienes en un momento muestran “resistencia”, que al contacto con Jesús Resucitado y su Palabra, que los acompaña en el camino de la vida, vuelven a creer y recuperan su capacidad de ver, escuchar y entender. Para este segundo momento se aplicó el método de la Lectio Divina: meditatio, contemplatiio y oratio, en cuanto la actio se dejó para el tercer momento. Se leyó el pasaje de los discípulos de Emaús en dos ocasiones y después de un momento de reflexión personal se dedicó tiempo para compartir con el compañero de al lado lo que habíamos meditado; luego culminamos todos con la oración, fruto de esta lectio divina. El tercer momento metodológico, Actuar bajo el impulso del Espíritu Santo, fue coordinado por el Sr. Cura Juan Manuel González López, que ambientó dicho momento con una pregunta ¿Cómo puedo ir ayudando a que el presbiterio vaya dejando esas resistencias? y que cada uno podría responder desde el servicio que desempeña, desde luego respetando el proceso de cada sacerdote y sobre todo abonando para que el proceso y la metodología participativa

Para dar respuesta a esta pregunta nos basamos del plenario de la ficha de trabajo del primer momento metodológico, es decir, de las causas y los retos, por lo que hubo una lluvia de ideas sobre el actuar, sobre el compromiso del equipo que conforma la reunión conjunta para motivar y favorecer a que las resistencias si no se eliminan por completo al menos sean cada vez menos. Entre las aportaciones del actuar podemos señalar: •

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Vencer la ignorancia culposa para conocer y dar al conocer el VI Plan y el proceso mismo que hemos asumido desde las IV Asambleas Diocesanas. Preguntarnos ¿Por qué estoy a favor del proceso? Tener una fundamentación, estar convencido del proceso no desde un discurso sino desde la vida.


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Así, pues, nos dimos cuenta que uno de los elementos claves son los “Agentes cualificados” (presbíteros) y que es preciso que vayan caminando y no se queden atrás. A la Reunión Conjunta nos toca animar, acercarnos para acompañar. Esta es la participación y es tarea de todos.

La resistencia puede ser fruto de una limitación humana del presbítero: se propone un test psicológico para descubrir a este nivel las resistencias.

Supervisar el trabajo pastoral por parte de los Vicarios Episcopales y Decanos.

Acompañamiento espiritual, humano, intelectual y pastoral del presbítero, a ejemplo de Jesús que sabe acercarse y acompañar la situación de los discípulos que se encuentran con un corazón apesadumbrado y que luego experimentan un corazón alegre, ardoroso donde el fruto es que el discípulo se hace misionero. El Papa Francisco nos dice que hay que “salir para acompañar”.

Luego se dio paso a las Comunicaciones coordinando esta parte el Sr. Cura Héctor López Alvarado. Se habló sobre la propuesta del Seguimiento de la Metodología Participativa tanto para los Vicarios Episcopales y Decanos que llevarían a cabo la tercera etapa, así como a los sacerdotes que participaron en la primera etapa de esta Metodología como a los nuevos decanos que iniciarían la primera etapa en el año 2017.

Recordar la disposición del Equipo Base de la Vicaría de Pastoral que uno de sus servicios es el acompañamiento a los Equipos Natos de las Vicarias Episcopales.

Así mismo se habló de la Agenda Pastoral 2017 que ya está a la venta, se invitó a suscribirse al Boletín Amarillo y se recordó del cronograma de las Asambleas que se tendrán por Parroquias (Oct – Dic 2016); Decanato (1ª quincena de enero); Vicarías (2ª quincena de enero) y por Comisiones, Secciones, Vida Consagrada (1ª quincena de febrero). Terminamos a la 13:35 p.m. con una oración final y nos deseamos una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo 2017. José de Jesús Aguayo Virgen, Pbro. Lic.

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EL OTOÑO SACERDOTAL, LA NAVIDAD, Y EL NUEVO TRINITARIO SACERDOTAL

sta caída de las hojas secas, trajo también que algunos sacerdotes como frutos maduros recibieron una enfermedad y en esa hora especial, ya los esperaba el Nuevo Trinitario con sus dos brazos abiertos, para abrazarlos con el cariño que significa el Niño Jesús en esta Navidad del año 2016, y de esta forma la Arquidiócesis de Guadalajara durante 2 siglos ha hecho efectivo el precepto evangélico del amor al prójimo.

sacerdote que requiere de estos servicios, también para diócesis que no cuentan con un servicio semejante. La Navidad en el año 2016 sobresale por su alegría

En el Nuevo Trintario Sacerdotal celebramos con alegría la Navidad, ya que de distintas comunidades parroquiales estuvieron viniendo para organizarnos cada día del novenario de las posadas, con el rezo del Rosario, la petición de las posadas, el canto de los villancicos, las piñatas, y las tradicionales pastorelas, que son las catequesis que ha presentado la Iglesia por más de 200 años en nuestros pueblos.

El Nuevo Trinitario Sacerdotal está ubicado en la calle Alfredo R. Plascencia 1055, y es el lugar bendito donde los hermanos caídos por la enfermedad son rescatados y atendidos por esta noble institución, por la samaritaneidad de nuestra Iglesia local, este esfuerzo colosal tiene ya varias décadas de atender a los sacerdotes. La atención a los sacerdotes es integral y permanente.

Este otoño nos deja claro que hay obras como el Nuevo Trinitario Sacerdotal que perpetúan e institucionalizan la caridad evangélica a nivel de diócesis y nos hacen cercano el amor misericordioso de Dios y su ternura a manos llenas.

Una obra de esta índole y calidad

El hermano sacerdote, padre Antonio Flores Flores de 94 años de edad y 64 años de ordenado, hizo un libro sobre el Nuevo Trinitario Sacerdotal, donde detalladamente describe esta casa bendita, lo hizo en septiembre de 2013. El Nuevo Trinitario Sacerdotal y la Navidad son temas a fines porque el amor y la ternura de Dios en la Navidad, se realizan en la atención que se brinda con amor en este bendito lugar; y así se cumple el fin para el que fue creado, y en esta Navidad se deja ver de manera muy cercana lo que es la ternura de Dios, porque aquí los enfermos reciben la atención adecuada para cada uno. El Nuevo Trinitario reclama grandes recursos para lograr su fin, y además abre sus brazos para atender también a algún hermano

Oscar Maldonado Villalpando, Pbro.

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Vida Pastoral Diocesana “CON AMOR ETERNO TE HE AMADO Y POR ESO TE TRAJE A MÍ”: Carpa Misionera Navideña 2016

«Con amor eterno te he amado y por eso te traje a mí» (Jer 31, 3)

noche pudieron aprovechar sin interrupción este encuentro de sanación al reestablecer y fortalecer su amistad con Dios.

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sta frase, que Dios dirige al pueblo de Israel a través de Jeremías, ésta vez la utilizó para llamar al pueblo tapatío a través de la V Carpa Misionera que el seminario diocesano de Guadalajara organiza dos veces al año. En esta ocasión, con la versión navideña y establecida en la Plaza Tapatía en el centro de la ciudad, el Señor Jesús quiso estar más cerca y accesible para miles de personas que transitaron el pasado miércoles 21 de diciembre por aquella zona de la ciudad. Así como en aquél tiempo Jeremías anuncia el favor de Dios para el pueblo escogido que ha regresado del destierro, ahora le ha hablado de esperanza y de un nuevo gozo a estos miles de personas que en su gran mayoría expresaron tener heridas dolorosas, sobre todo relacionadas con el tema de la familia. Así lo refieren alrededor de 25 seminaristas de filosofía y teología que estuvieron interpelando a los transeúntes para conversar un momento y enviar un caluroso mensaje de amor que viene con la espera gozosa del nacimiento del Niño Jesús en este tiempo de Adviento. Además, poco más de 20 sacerdotes, tanto diocesanos como de vida consagrada, estuvieron llegando a diferentes horas del día para ofrecer el sacramento de la reconciliación a los fieles que quisieran recibir esta gracia. Desde las 10.30 de la mañana hasta las 7 de la

Esta Carpa Misionera se coloca en algún punto multitudinario de la ciudad dos días al año: uno durante la Semana Santa y otro durante el tiempo de Adviento. Se comienza a montar desde las 8.30 de la mañana para estar recibiendo, gracias al apoyo de los hermanos franciscanos, a las 11.30 la imagen de Nuestra Señora de Zapopan, quien es la Patrona de nuestra diócesis. Una vez recibida a Nuestra Madre, se reza el santo rosario ambientado por algún ministerio de música y la participación de los fieles. Terminado este acto se continúa con la Santa Misa. En estos momentos es muy impresionante observar a las personas que se sorprenden al encontrarse con María y con Jesús que les han salido al encuentro de esta manera al inicio de sus jornadas, ya sean laborales, ya sean turísticas, ya sean de diligencias personales, y atraídos por el amor de Dios hacen un alto en la prisa cotidiana para abrir sus corazones al Amor de Dios. Al finalizar la Misa, queda el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto para que los fieles puedan tener un encuentro personal de oración y adoración a nuestro Dios.

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El tiempo de la tarde transcurre con más momentos ambientados por alabanzas de distintos ministerios de música, así como con los testimonios de algunos predicadores. Algunos de ellos como Rogelio Casasola, Saraí, Ana Gabriela Gómez, Adriana Ruvalcaba, el Grupo de


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Música Familia Huizar (Misioneros Viñadores), entre otros, ofrecieron un mensaje de esperanza sobre las maravillas que Dios obra en los seres humanos con su infinita Misericordia y dispusieron un ambiente propicio para la oración y el encuentro con Dios. En esta ocasión el eco que ha dejado el «Año de la Misericordia», convocado por el Papa Francisco y que terminó el pasado noviembre, nos ha recordado que la Misericordia de Dios sigue actuando con fuerza y los fieles se encuentran cada vez más necesitados de ella. En la gran mayoría de conversaciones, los fieles expresaron el gran dolor que existe hoy en día en el seno de las familias tapatías. Temas como la desintegración familiar a causa de vicios, la ideología de género que sólo produce gran confusión y heridas profundas, las desapariciones y secuestros debidos al crimen organizado, y la trata de personas involucradas en redes de narcotráfico y corrupción, mantienen envuelta a nuestra sociedad en angustias y dolores que sólo son superados o sobrellevados cuando se cuenta con el amor de Dios en nuestros corazones. Animados por el testimonio de la Sagrada Familia, que en este tiempo de invierno también atravesaron sus propias adversidades, las personas que dedicaron algún momento de oración personal y en familia continuaron sus actividades con mayor paz en sus corazones. Esta paz que el mundo no puede dar, ni ofrecer, sólo se encuentra en la profunda cercanía del Corazón de Dios que quiso hacerse Hombre precisamente para revelar al ser humano que en Él, Jesús, la entrañable Paternidad de Dios vela activamente por el bienestar de cada uno de sus hijos. Así, conducidos por la Sagrada Familia hacia el calor de Belén, la sociedad tapatía, tanto local como turista, pudo sentirse atraída por el amor de

Dios y preparar su corazón de una manera más concreta y eficaz para recibir al Niño Jesús en esta Navidad. Hacia el final de la jornada se impartió la bendición con el Santísimo Sacramento para retirarlo y terminar con la Santa Misa a las 7 de la tarde.

La expresión de unidad de la Iglesia, sobre todo en la Eucaristía, ha hecho de esta Carpa Misionera un medio eficaz y actual para recordar a nuestra sociedad y feligresía que Dios está vivo y habita entre nosotros. Los frutos de un día de presencia son notables y se perciben en las diferentes comunidades y parroquias de la diócesis. Gente que estaba alejada por diversas razones ha encontrado nuevamente la llamada de Dios en sus corazones: «Con amor eterno te he amado y por eso te traje a mí». A los seminaristas que participaron, el llamado a la vida sacerdotal que el Señor ha hecho en sus vidas también se les ha hecho más palpable al encontrarse con las personas que en un futuro no muy lejano pastorearán y servirán. Han escuchado y enfrentado de primera mano el misterio de la iniquidad en el mundo y la profundidad del Amor de Dios y cercanía con el hombre. Los fieles laicos que han podido vivir este encuentro se han ido fortalecidos con la gracia de Dios. Los sacerdotes que administraron los sacramentos también encuentran fortalecida y resignificada su vocación y acción ministerial. En definitiva, aunque es un día de intensidad y gracia, la vida sigue en su cotidianeidad con la seguridad de que Dios está presente y llama a todos y cada uno de los seres humanos: «Con amor eterno te he amado y por eso te traje a mí».

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Seminarista Enrique de Colsa Ailloud


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“PLANIFICAR LA SIEMBRA EN LA ESPERANZA DE UNA BUENA COSECHA”: Mensaje de los obispos de México en su CII Asamblea Ordinaria, del 7 al 10 de noviembre de 2016.

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aludamos a todas las personas de buena voluntad que están abiertas a la esperanza de que juntos podemos construir una Patria más justa, reconciliada y en paz.

con la sociedad, queremos repensar y construir una historia más reconciliada y reconciliadora.

Nos hemos reunido para orar, reflexionar y redefinir nuestro caminar, a través de la elaboración y puesta en marcha de un “serio y cualificado Proyecto Pastoral”, como nos lo ha urgido el Papa Francisco en su reciente visita, expresado con un lenguaje claro y honesto que comprometa cada día más nuestra vida y misión episcopal, ante la grave situación que enfrenta nuestra País.

De esta manera, buscamos ser una Iglesia en salida, de puertas abiertas, dialogante, misericordiosa; que acoja, atienda y acompañe a la persona, y que sea pobre con y para los más pobres.

Nuestra vocación exige anunciar la Verdad en Cristo sobre la persona y el mundo, sin pretender imponerla, sino ofreciéndola como un servicio a nuestro pueblo. Estamos dispuestos a escuchar las distintas voces de la sociedad mexicana, con humildad y apertura, y deseamos que este diálogo sea permanente, propositivo y respetuoso.

Somos conscientes de los amplios cambios culturales de nuestra época y deseamos asumirlos desde una comprometida y conjunta acción pastoral, enfrentando con responsabilidad sus posibilidades, peligros, retos y desafíos presentes y futuros.

Este Proyecto Global de Pastoral, a realizarse en los próximos años, lo viviremos inspirados en la misericordia del Padre que se nos manifiesta en Jesús, y bajo la mirada tierna de Santa María de Guadalupe “que custodia los más altos deseos de nuestro pueblo, sus más recónditas esperanzas, sus alegrías y sus lágrimas”, y con el compromiso de todos los pastores y laicos de proyectar nuestra fe, acompañando especialmente a las familias y a los jóvenes y colaborando en la construcción de una nueva y mejor sociedad.

Con este “Proyecto Global de Pastoral” queremos, en el contexto de la conmemoración del V Centenario de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el año 2031, y en el contexto del segundo milenio del Misterio de la Redención en el 2033, profundizar y responder desde la fe, a la realidad que desafía a nuestra sociedad y a la Iglesia en México, impulsando nuevos procesos evangelizadores.

Así mismo, con motivo del 1er Centenario de la Constitución Mexicana que pronto celebraremos, estamos convencidos que tanto el Gobierno como la ciudadanía hemos de superar con el diálogo las diferencias que han marcado nuestra historia y los conflictos actuales. No se puede gobernar sin escuchar a los ciudadanos. Junto

Lago de Guadalupe, 10 de noviembre de 2016

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CONGRESO DE LA VIDA CONSAGRADA: Provincia Eclesiástica de Guadalajara, del 11 al 12 de noviembre de 2016

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El viernes 11 de noviembre en punto de las 9:45 de la mañana se elevaron a una las voces en oración con el rezo de tercia, posteriormente se dio inicio a las conferencias con la participación de la licenciada en psicóloga María de los Ángeles Arellano quien colaboradora en la provincia Franciscana. En la primera conferencia titulada identificando mis conflictos emocionales, se persiguió el objetivo de reconocer quien soy y de dónde vengo, para que a partir de este conocimiento llevado a la vida se logre la vivencia plena al llamado recibido, en el carisma particular encomendado.

punto de concluir el Año de la Misericordia los consagrados que forman parte de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara recibieron la invitación a participar y celebrar este Jubileo en unión con la Vicaría de Vida Consagrada a través del congreso de formación para la vida consagrada hacia un adecuado manejo de las emociones y de la afectividad en este estilo de vida, los días 11 y 12 de noviembre de 2016 en el auditorio del Seminario Menor de Guadalajara. El objetivo principal fue Escrutar el corazón humano con la luz del Espíritu Santo para poder descubrir qué hay en su interior y bajo la mirada compasiva y misericordiosa de Dios, contemplar el Corazón de Jesús como aquél que es capaz de contener y transformar la miseria que hay en el nuestro. El lema del congreso fue tomado de la primera carta a los Corintios capítulo seis, versículo 12: “ Todo me es permitido mas no todo me conviene, Pero yo no me someteré al dominio de nada”.

Nuestra Madre Santísima se hizo presente iluminándonos con su presencia a lo largo de todo el congreso a través de la bendita imagen de Nuestra Señora de Zapopan. Así mismo en varios momentos se interpretó el canto lema Transforma mi Historia, que fue compuesto e interpretado por los Misioneros del Amor y la Pureza del Corazón de Jesús con ocasión de este evento.

La segunda conferencia fue impartida por la misma Psicóloga llevo por nombre Recursos para modificar creencia y patrones irracionales, está siguió la dinámica de Taller para facilitar a cada participante las herramientas con las que ya cuenta, y que sin embargo algunas veces está cubierto entre los escombros por la falta de oración, sacrificio y penitencia.

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En la última conferencia del día contamos con participación de fray Sergio Durán quien ilumino los corazón de los consagrados con la Asertividad, dejando como síntesis el fragmento del evangelio “Ámense los unos a los otros… y al prójimo como a sí mismos”; ya que todo aquel que ama es capaz de obrar buscando el bien mayor de aquel que es más cercano. Y esta vivencia llevada a la práctica llega a los más lejanos introduciéndonos con ello a la comunión de la Iglesia de forma activa. La celebración


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En la Hora Santa se invitó a caminar hacia Jesús Eucaristía y frente a Él de manera emotiva se renovaron los votos con certeza en el corazón de que Dios es quien obra, que es Él quien mueve el corazón para que se busque su presencia en lo noble, lo heroico y con la ayuda de la virtud entregar la vida por amor a todos aquellos desconocidos que en el nombre de Jesús son amados. Durante este momento de gracia brotaron lágrimas de conmoción de varios de los asistentes al reconocer que Inmensidad puso los ojos en la pequeñez y que en la debilidad obras de manera majestuosa porque Él es majestuoso.

Eucarística de este día fue presidida por Pbro. Alfonzo Hernández Sánchez, fundador del proyecto Misioneras y Misioneros del Amor y la Pureza del Corazón de Jesús. El sábado 12 de noviembre la temática a abordar fue propicia para un ambiente de oración y profundización con la guía del Pbro. Alfonzo Hernández Sánchez quien llevó a cada participante a recordar el inicio de su llamado y a descubrir la gracia con la que Dios fue actuando para que se cristalizara una respuesta generosa. Así mismo invitó a los consagrados agradecer todos los detalles de amor y misericordia recibidos por parte del Corazón de Jesús al reconocer la fragilidad y debilidad del corazón humano.

El congreso culmino con el Sacrificio Eucarístico presidido por el Excelentísimo Sr. Obispo Fray J. Jesús Gonzáles Hernández, OFM; Obispo de la Prelatura del Nayar quien exhorto a los participantes a ser hombres y mujeres llenos de esperanza para responder con generosidad a la Iglesia que sufre y consolar el dolor de todos aquellos que viven en una sociedad vacía, llenando ese vacío con la presencia de Cristo.

Posteriormente se realizó la dinámica de mirarse a los ojos, provocando con este pequeño acto de fe que se reconociera como Dios mismo es quien vive en el interior de cada hombre y mujer, que más allá de la afinidad o antipatía es la Trinidad quien le habita.

Gracias a la Vicaría de la Vida Consagrada, a cada uno de sus colaboradores por compartimos esta experiencia de amor que solo fue lograda por su entrega silenciosa a este proyecto que tantas veces pasamos de largo sin mirar, más estar detrás de este implica una gran dedicación, claro sentido del discernimiento para poder actuar según el deseo de Dios manifestado en la iglesia local, todo esto envuelto en un amor delicado y apasionado por la vida consagrada, Dios los Bendiga.

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Vicaría de Vida Consagrada


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LA BELLEZA SALVARÁ LA IGLESIA: Jornada Nacional de Pastoral Vocacional del 22 al 25 de noviembre de 2016

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uestra Arquidiócesis de Guadalajara fue sede de la Jornada Nacional de Pastoral Vocacional con el Tema “La belleza salvará a la Iglesia”. La cita fue del 22 al 25 de noviembre en las instalaciones del Seminario Menor Diocesano. La participación fue muy nutrida y variada, alrededor de 800 consagradas, consagrados, laicos y sacerdotes se dieron cita para compartir experiencias, vivir la fraternidad del llamado y obvio, nutrirse de las ponencias y dinámicas que a lo largo de la jornada se iban a impartir.

alguno de sus fragmentos? La vocación es propiamente aquel fragmento. Todo animador vocacional, entonces, debería ser un creyente profundamente “tocado por la belleza”, y no solo por la belleza divina, que atrae a sí y fascina, como punto de llegada, sino también por la belleza del camino de su búsqueda, de sus etapas, hasta de sus fatigas… porque es bello buscar y dichoso es aquel quien se pone en la búsqueda del Señor1.

Tanto más quien piensa de poder indicar estos itinerarios a otros en una jornada vocacional nacional debería ser una persona… verdaderamente bella, que sabe hablar de la belleza porque bella es su vida, como un místico o un contemplativo, un esteta o un artista.

El ponente principal fue el Padre Amedeo Cencini, religioso canosiano, profesor de las universidades Salesiana y Gregoriana de Roma y autor de numerosas obras de psicología aplicada a la vida cristiana y de formación para la vida religiosa.

Yo no soy ninguno de estos personajes; tendría casi la tentación de decir que esta no es… mi vocación. Sin embargo no puedo en todo caso auto-dispensarme de confrontarme con el tema de la belleza, preguntándome si mi vida exprese belleza, si lo que hablo y escribo remita de alguna manera a aquella “Belleza tan antigua y tan nueva”2 que fascinó a san Agustín, o al menos llegue a crear nostalgia de ella. Como, por otra parte, debería saber hacer todo creyente.

Presentaremos en dos apartados, parte de la obra del padre Amedeo con el fin de profundizar en este tema que, aunque suena a simple vista extraño, es de suma importancia para la vida de todo cristiano como se irá observando. Introducción

La llamada que viene de Dios, Belleza Absoluta, ¿no es acaso una invitación a reproducir aquella Belleza infinita dentro de la medida pequeña y limitada de la vida de cada llamado? Y la animación vocacional, en consecuencia, ¿no es acaso un itinerario de belleza, de búsqueda de la misma, de educación a percibir sus signos, y de sintonía estética con el Sumo Esteta? ¿No es acaso un contagio de belleza? Y la opción vocacional, ¿No es, en última análisis, la decisión de conformar la propia belleza a la Belleza Suprema, reproduciendo de alguna manera,

Si fuera así de verdad, si cada creyente se sintiera llamado a esparcir belleza a su alrededor, en la vida de cada día y en cualquier relación, en sus palabras y en sus gestos, en el trabajo y en el descanso…, este mundo sería más bello y también la Iglesia. He aquí porque, si la Iglesia 1 ¡Es interesante que en el Salmo se diga que la alegría, y

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la belleza, está en el buscar, no solamente en el encontrar, como quizás sería más lógico y espontáneo pensar! (“Se alegre el corazón de quien busca al Señor”, Salmo 104,3). 2 Agustín, Confesiones, X, 27


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necesita de salvación, podemos aplicar también a ella las famosas palabras de Dostoevskij, para decir que… “la belleza salvará la Iglesia”.

evocada, pero ella también con el rigor de su gramática. También porque la lógica racional no es accesible a todos de igual manera, mientras que la lógica de la belleza es universal, casi instintiva. Adonde no llega el silogismo, allí puede llegar la fascinación y el esplendor de lo bello. Y esto es muy importante para nuestro tema.

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En todo caso, la belleza tiene una fisionomía propia, sus leyes, una especie de gramática, posee su modo de ser y de presentarse, como también algunas características precisas objetivas, que la ponen en relación con otras tantas precisas realidades. Veamos algunas de ellas.

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Dice aquel gran teólogo, amante de la belleza, que es Von Balthasar: “La belleza no hace otra cosa que coronar, como una aureola de esplendor inefable, el dúplice astro de la verdad y del bien, y de su indisoluble relación… Ella exige (como hoy es demostrado) por lo menos el mismo valor y fuerza de decisión que la verdad y la bondad; la belleza no se deja desalojar por estas sus dos hermanas, sin arrastrar tras de sí una misteriosa venganza. Quien, a su nombre, encrespa sus labios a una sonrisa, juzgándola como un juguete de un pasado burgués, se puede estar seguros que esta persona, secreta o abiertamente, no es más capaz de orar y, pronto, ni de amar”5.

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“Lo bello es el esplendor de lo verdadero”3 dice Platón con una definición absolutamente insuperable. Es una manera de ser o el modo de ser de la verdad. Lo que es verdadero es también bello; sin un fundamento en la verdad, ninguna cosa puede decirse bella, o lo es solamente por un instante o por cuanto dura una moda o un interés. Por eso “la belleza ofrece al hombre una orientación en su actuar y en su obrar y debe entrar en la vida del hombre como lo que confiere sentido y valor”4.

Más bien, hoy, con la crisis del pensamiento y de su capacidad probante (cf. El pensamiento débil), disminuyendo la estima y la confianza en las capacidades intelectuales humanas y en la posibilidad de llegar a la verdad, siempre más es el lenguaje de la belleza, la única posibilidad de experimentar y hacer experimentar la verdad y su conocibilidad. Es como decir: aquello que no se alcanza a decir y demonstrar con la rigurosa lógica argumentativa, es más posible y fácil decirlo con la imagen de la belleza, variamente

Me parece importante subrayar dos cosas de lo que dice aquí Von Balthasar con su habitual aguda análisis. La primera es el fuerte carácter de la belleza y por ende de su opción; quien la elige debe hacerlo con “valentía y fuerza de decisión”. Porque la belleza no es solamente para contemplar y gustar, o a lo máximo reproducir, a lo mejor copiándola, sino que es algo para actuar y crear, de modo muy activo y comprometiéndose de alguna manera; lo estético no debe llegar a ser anestésico. Ni es un juguete con el cual entretenerse, sino que, como diremos más 5 H.U. Von Balthasar, Gloria, I. La percezione della forma,

3 Platón, Simposio, XXIX, 212ª. 4 S. Babolín, “La bellezza nella formazione integrale della

persona”, in La via della bellezza, Praglia 1990, p.m.

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Milán 1985, p. 10


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sentido misterioso de la vida, o algo que nos lleva a ello, a su y nuestra personal belleza. Misterio, como sabemos, es algo que no podemos penetrar porque es demasiado luminoso y resplandeciente, es el mismo exceso de luz que lo hace inaccesible. Pero, al mismo tiempo, el misterio desea hacerse conocer, y por eso se deja tocar, sentir, ver, al menos en lo que podemos, y nos envía continuamente mensajes, señales, indicaciones y provocaciones… la belleza es uno de estos. Como una manera de decirse del misterio.

adelante, tiene aspectos dramáticos, que piden coherencia y capacidad de alcanzar el inédito y singular enlace de lo bello con el pathos, o de conjugar lo estético con lo dramático, más que con el simplemente agradable a la vista. La segunda es todavía más interesante e inédita: la belleza no está solamente unida idealmente con la verdad y la bondad, como entidades generalmente abstractas, sino también con actividades muy concretas como el orar y el amar. Porque ambas son en la raíz experiencias de belleza. De hecho, no se puede orar y perseverar en la oración (sin conformarse en hacer “las prácticas de piedad”) si no aprecia en ella una belleza interior, y si no llega a experimentar que… es bello Dios, es bello dejarse envolver por su mirada, escuchar su palabra, dialogar con él…, bello es el templo, bella es la liturgia, bello es cantar juntos las alabanzas al Eterno… así como es bello amar, ser atraídos por la misteriosa belleza del otro, bello es lavar los pies al pobre, bello es servir…, amar es tan bello que aquel que ama no tiene necesidad de recompensa alguna, porque el amor se basta a sí mismo.6 Obviamente, hablamos de una belleza que se percibe solamente con el ejercicio paciente y que no se identifica con un inmediato y banal gusto o placer.

En tal sentido, decir que “la vida es bella”, no es una expresión banal y algo patética, o hasta irritante para quien tiene una experiencia diferente, más significa afirmar que la existencia humana no es un enigma tenebroso sin sentido y sin posibilidad de encontrar algún sentido, sino misterio, y por eso algo sensato, no solo porque tiene sentido en sí, sino porque se hace comprensible; y no solo porque tal sentido ya está escrito, sino porque el mismo viviente puede dar sentido a la vida. Y así empezamos, entonces, a entrever el nexo entre belleza y vocación. Bello, en esta lógica, significa accesible a la mente y al corazón, que se deja examinar y descubrir, y también inventar por el sujeto viviente, artífice de alguna manera del sentido de su propia existencia.

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En realidad la belleza siempre es misteriosa, o sea que está perenemente en contacto con el significado más o menos recóndito de la vida, del ser, de las cosas, de nosotros mismos… Somos atraídos por la belleza, en última análisis, porque allí adentro descubrimos o intuimos el

6 “El amor es por sí mismo suficiente… Es a sí mismo mérito y premio. El amor no busca razones, no busca ventajas fuera de sí. Su ventaja está en el existir” (San Bernardo, Discorsi sul Cantico dei Cantici, discorso 83,4)

He aquí porque una realidad cualquiera nos atrae, fundamentalmente, porque en ella, de alguna manera, brilla un poco de la luz del misterio existencial, o al menos nos parece intuir en ella el sentido de nuestra vida, la vocación de nuestro ser.

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Podemos, entonces, y solo entonces, entender bien lo que dice el poeta Gibran, que nosotros “vivimos solamente para descubrir la belleza.


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Todo lo demás es espera”7, porque somos inmediatamente atraídos por todo lo que pueda orientarnos hacia la verdad de nosotros mismos. Aunque no siempre advertimos claramente el motivo por lo que una cosa, una realidad, una idea, una perspectiva de vida… nos parece bella. Evidente, pues, es el nexo entre belleza y vocación: el discernimiento vocacional es siempre de alguna manera discernimiento de belleza y de lo que puede hacer bella la vida.

Cioran, el gran escritor rumeno, “el ateo creyente que espiaba a Dios”, sugería a los teólogos una su particular “Vía estética” para demostrar la existencia de Dios: “Cuando ustedes escucha a Bach, pueden ver nacer a Dios… después de un oratorio, una cantada o una “pasión”, Dios debe existir… ¡Y pensar que tantos teólogos y filósofos han desperdiciado noches y días para buscar pruebas de la existencia de Dios, olvidándose de la única!”9

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Y si la vía artística puede parecer un camino privilegiado y algo sofisticado, no posible a todos, pensemos en otra belleza que en cambio es accesible a todos: aquella de la naturaleza. Cuando la belleza del cosmos en nuestro entorno nos roza, tal belleza abre inevitablemente nuestra mirada hacia el creador. En ese momento, de manera imperceptible pero real, nuestro ser experimenta un gozo secreto y cada vez nuevo: ¡es la alegría de los sentidos satisfechos!10

Por esa articulada y triple relación, con la verdad, con la dimensión espiritual y con el misterio, la belleza es secreta o abiertamente expresión de Dios, es Dios, es el Espíritu Santo, espíritu de la Belleza divina. Y no de una divinidad genérica, sino del Dios de los cristianos, que queda encantado por la belleza de la creación.

La historia de la salvación es también historia del desvelamiento de una belleza pérdida y reencontrada, de una belleza que en ciertos momentos es débil y alcanzable solo por algunos, pero que luego llega a imponerse sobre las fealdades de alrededor.8 El momento más alto de este desvelamiento de belleza es el gesto del Hijo que dona la vida sobre la cruz. E.

Queda pendiente para el siguiente número de nuestro Boletín los temas sobre el desvelamiento de la belleza, la evangelización de los sentidos y su vinculación a la pastoral.

Hipólito Hernández Valle, Pbro. Formador del Seminario

7 Kahlil Gibran, il profeta, Giunti, Firenze 2006, p. 100 8 Como cuando la madre de Moisés da a luz el hijo y

“vio que era bello y lo escondió por tres meses” (Ex. 2,2), oponiéndose con valentía a la orden perentoria del Faraón. En esta belleza apreciada por la mujer (y que toda madre, por cierto, aprecia en el fruto de su seno) quizás podemos entrever no solo una belleza corporal, sino la belleza de aquel proyecto de Dios que con esfuerzo se está haciendo camino (o está peligrosamente flotando) en los intricados acontecimientos humanos. Belleza que dice la verdad y la bondad del mismo proyecto, por el cual nos saldrá la salvación, el triunfo de lo bello sobre lo feo.

9 E. Cioran, Lacrime e santis, Adelphi 1980, in G. Ravasi,

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Cioran, el ateo creyente que espiaba a Dos, en “Avvenire” 19 de junio 2015, 13. 10 Es uno de los sentidos centrales de la encíclica de Papa Francisco, Laudato sí.


Pulso de la Iglesia Universal SE CIERRA EN ROMA LA PUERTA SANTA PERO NO SE CIERRA LA MISERICORDIA DE DIOS: Conclusión del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia

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ceremonia de clausura del Año Jubilar, que consistió en cerrar la Puerta Santa, pero antes pronunció una oración muy significativa: “Agradecidos por los dones de gracia recibidos y animados a dar testimonio con las palabras de su obrar, la ternura de tu amor misericordioso, cerramos la Puerta Santa…” “… el Espíritu Santo santi�icador renueve nuestra esperanza en Cristo Salvador, puerta siempre abierta, a quien te busca con corazón sincero, única puerta que introduce en el reino que viene”.

an transcurrido once meses y doce días desde que dio inició el Año Extraordinario de la Misericordia: 8 de diciembre de 2015 – 20 de noviembre de 2016, un tiempo de gracia y de renovación espiritual, favorable para todos por haber vivido la experiencia del Amor Misericordioso de Dios. No cerrar las puertas de la misericordia de su corazón – Audiencia General del 16/11/16

Ya el Papa había motivado en su audiencia general del 16 de noviembre de 2016, a considerar como el Año Santo que termina ha sido un momento propicio para redescubrir la importancia de la misericordia de Dios en la vida cristiana, y exhortó a todos a que “Conquistados por Jesucristo seamos siempre mensajeros del amor de Dios en el mundo, practicando las obras de misericordia corporales y espirituales”; y también invitaba a todos a que “Al concluir este Año Jubilar, no cerrar las puertas de la misericordia de su corazón, sino a ser cada vez más pacientes, humildes y sencillos en la acogida de sus hermanos y hermanas”.

Aunque se cierra la Puerta Santa, permanece siempre abierta la Puerta de la Misericordia Posteriormente se dio inicio a la celebración eucarística, y en su homilía el Papa Francisco realizó un breve balance de lo que fue este Año Santo Extraordinario y dijo que “Aunque se cierra la Puerta Santa, permanece siempre abierta de par en par para nosotros la verdadera Puerta de la Misericordia, que es el Corazón de Cristo”. Además destacó que “Este Año de la Misericordia nos ha invitado a redescubrir el centro, a volver a lo esencial. Este tiempo de misericordia nos llama a mirar al verdadero rostro de nuestro Rey, el que resplandece en la Pascua, y a redescubrir el rostro joven y hermoso de la Iglesia, que resplandece cuando es acogedora, libre, �iel, pobre en los medios y rica en el amor, misionera”.

Clausura del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia Así pues, el domingo 20 de noviembre de 2016 en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, se llevó a cabo la clausura del Año de la Misericordia en la Plaza de San Pedro, presidiendo la Eucaristía el Santo Padre Francisco. Antes de iniciar la Santa Misa, el Santo Padre se dirigió directamente a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro para llevar a cabo la

Y señaló que “La misericordia, al llevarnos al corazón del Evangelio, nos exhorta también a que renunciemos a los hábitos y costumbres que pueden obstaculizar el servicio al Reino de Dios; a que nos dirijamos sólo a la perenne y humilde realeza de Jesús, no adecuándonos a las realezas precarias y poderes cambiantes de cada época”.

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Y así invitó a todos “a pedir la gracia de no cerrar nunca la puerta de la reconciliación y del perdón, sino de saber ir más allá del mal y de las divergencias, abriendo cualquier posible vía de esperanza… Como Dios cree en nosotros, in�initamente más allá de nuestros méritos, también nosotros estamos llamados a difundir esperanza y a dar oportunidad a los demás porque aunque se cierra la Puerta Santa, permanece siempre abierta de par en par para nosotros la verdadera puerta de la misericordia, la consolación y la esperanza”.

consigo la riqueza y el peso de la propia historia, en el n. 12 de la Carta aparece una gran novedad: “… para que ningún obstáculo se interponga entre la petición de reconciliación y de perdón de Dios de ahora en adelante concedo a todos los sacerdotes, en razón de su ministerio, la facultad de absolver a quienes hayan procurado el pecado del aborto”. Además el Santo Padre nos deja en esta carta, indicaciones muy concretas para celebrar y vivir la misericordia, con lo cual quienes somos pastores de alguna comunidad, debemos ponernos de frente a nuestros fieles buscando en todo modo mostrar este Amor Misericordioso de Dios, y su bondad.

Carta Apostólica “Misericordia et misera” Después de terminar la Santa Misa, el Santo Padre dio la sorpresa de firmar, publicar y entregar un nuevo documento a algunos fieles, laicos, sacerdotes, religiosos, familia, etc, la Carta Apostólica Misericordia et misera (La Misericordia y la miseria) con la cual Su Santidad ha concluido el Jubileo de la Misericordia pero ha abierto un tiempo indeterminado, el “siempre”, en el cual debemos celebrar la misericordia. En esta perspectiva, nos invita a mirar lo que el Señor ha hecho por nosotros y andar adelante hacia una conversión pastoral.

El mensaje clave de la carta lo tenemos en el n. 16: “Termina el Jubileo y se cierra la Puerta Santa. Pero la puerta de la misericordia de nuestro corazón permanece siempre abierta”. Saber compartir cuanto hemos recibido Así pues, una vez concluido este Año Jubilar, como nos indica el Santo Padre en el n. 21: “No guardemos sólo para nosotros cuanto hemos recibido; sepamos compartirlo con los hermanos que sufren, para que sean sostenidos por la fuerza de la misericordia del Padre. Que nuestras comunidades se abran hasta llegar a todos los que viven en su territorio, para que llegue a todos, a través del testimonio de los creyentes, la caricia de Dios”.

La estructura de este documento es muy sencilla, la carta está dividida en 22 números.

A través de este documento, en esencia, el Santo Padre nos deja claro que no hay pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar, y este mensaje debe estar en el corazón y en el centro de la Iglesia porque el mensaje de la Iglesia es aquel de la misericordia: el Evangelio es el mensaje de la misericordia, y por eso, el Santo Padre, consciente de que cada uno lleva

Héctor López Alvarado, Pbro. Lic.

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“UN MUNDO NECESITADO DE MISERICORDIA”: Conferencia del Pbro. Dr. José Marcos Castellón Pérez

injusto de nuestra patria, que hace que un alto porcentaje de nuestro pueblo viva, o mejor dicho apenas sobreviva, con el miedo, la incertidumbre, la duda, la injusticia, la violencia, la pobreza, etc. sin tener la experiencia de plenitud de vida, a la que estamos llamados todos por Cristo y en Cristo, y que es el gran para qué de nuestro objetivo pastoral diocesano.

n el marco del Jubileo Extraordinario de la Misericordia se llevó a cabo en nuestra Arquidiócesis del 25 al 27 de octubre de 2016, un Congreso Teológico, teniendo como sede las instalaciones de la UNIVA, y cuyo tema fue: “La Iglesia, samaritana para un mundo herido”. De entre todas las conferencias que se ofrecieron, les presentamos a continuación la que pronunció el Pbro. Dr. José Marcos Castellón Pérez, por la trascendencia y aplicación que tiene para vivir y practicar la misericordia en nuestro mundo, y poder ayudar a profundizar con nuestros agentes de pastoral este aspecto en la vida de la Iglesia.

Una teológica

Introducción

Desde la reflexión creyente quisiera que este momento sea un memorial de todas las víctimas inocentes que han padecido la violencia, desde Abel hasta el último justo que sufrirá la maldad por la mano de aquellos que olvidan que somos hermanos provocando sufrimiento y muerte. De manera especial nuestro corazón se une con todas aquellas víctimas del actual orden social

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re�lexión

Este momento de reflexión teológica quiere hacerse desde una doble perspectiva y desde un profundo sentimiento de solidaridad con aquellos que están padeciendo algún dolor infringido injustamente y aquellos que por cualquier motivo están en tirados en el camino medio muertos. Subrayo que se trata de una reflexión teológica porque no pretendo entrar a una descripción pormenorizada y fenomenológica de aquellos que son víctimas de la violencia ni de describir las múltiples y polifacéticas heridas del mundo contemporáneo, sino que me detendré, como lo decía líneas arriba, en una doble perspectiva


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ni étnica ni económica, tampoco se nos dice si viajaba por negocios o por cuestiones familiares o personales; Jesús sólo dice que bajaba de Jerusalén a Jericó, que dista de la ciudad santa un poco más de veintisiete kilómetros y se debe descender un poco menos de mil metros de altura. Siendo el camino tan escabroso se prestaba fácilmente a las emboscadas y a los asaltos porque presentaba rutas fáciles de escape de ladrones y revoltosos. Flavio Josefo, al referirse al área donde se encuentra este camino, testifica que era “desierta y árida, conocido escondite natural para los bandidos”1. San Jerónimo, que vivió muchos años en la Palestina, también da testimonio de lo sinuoso del camino y de su peligrosidad por bandidos y salteadores.

de reflexión: la de la víctima creyente que se pregunta sobre la situación que está padeciendo y desde el creyente que procura responder a las interrogantes que plantea dicha situación.

Propongo mi humilde aportación a este congreso, la que apenas es un balbuceo, pero un balbuceo que quiere ser al unísono del grito de dolor de todos aquellos que están sufriendo y recurren a Dios, porque no hay a nadie más a quien recurrir, y porque siempre Dios, el Dios de la historia de la salvación, ha visto la aflicción de su pueblo, ha escuchado el clamor de los oprimidos y conoce los sufrimientos de su pueblo (cf. Ex 3,7). Conviene aclarar que en adelante consideraré víctima a cualquier persona que sufre sea por la mano injusta o sea por circunstancias que las limitaciones propias de la naturaleza humana impone.

Por las condiciones físicas y de inseguridad que presentaba el camino, se organizaban caravanas que garantizaran la seguridad de los transeúntes. En la parábola, este viajero baja solo, de forma temeraria, con el riesgo de hacerlo; ello nos hace pensar que cometió un acto de imprudencia y de irresponsabilidad, lo que podría haber sido una buena excusa a la indiferencia del sacerdote y del levita. El texto también dice que además de ser despojado de todas sus pertenencias, los asaltantes le dieron una paliza y lo dejaron medio muerto. Lo dejaron irreconocible y con heridas graves en sus carnes, lo que seguramente, por las condiciones del lugar, lo hacía presa fácil ahora de las aves de rapiña. Este pobre hombre que no tiene identidad ha perdido todo, es prácticamente un cadáver; está ahí y está medio muerto.

1. Desde la Víctima

Los invito a realizar un ejercicio de imaginación- reflexión, con una buena dosis de empatía, que nos coloque en el lugar de la víctima de la violencia y de cualquier ser humano que sufre, icónicamente representados en el hombre de la parábola que está medio muerto a la vera del camino. El texto de la parábola del Buen Samaritano, que es el eje de este congreso teológico, nos dice que aquel hombre fue asaltado por unos malhechores, victimarios, que lo dejaron medio muerto. A decir verdad sobre este texto lucano, Jesús no pone el acento en la víctima, sino en el samaritano que supo hacerse prójimo de aquel; sin embargo, de lo que dice o calla Jesús sobre este hombre, hemos de dar cuerpo a este primer punto. No se menciona mucho sobre este viajero, no se sabe su nombre, ni su condición religiosa

Hasta aquí hemos hecho la composición del lugar, pero ahora hagamos el ejercicio de empatía 1 Guerra de los judíos 4,474.

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que tienen su origen en el mismo sistema político y social que permite crímenes de Estado, el crecimiento del crimen organizado y de cualquier forma de conductas abusivas entre ciudadanos. Estos comportamientos violentos se rigen por la lógica de la guerra que sostiene un imaginario que justifica la intolerancia y el aniquilamiento del enemigo. Entre las acciones violentas más comunes en nuestra sociedad están:

con la víctima, con las innumerables víctimas de nuestro tiempo, con todo ser humano que sufre. Está más allá de mi competencia y mis posibilidades mencionar todos los tipos de violencia que se ejerce en la actualidad y realizar la fenomenología de la violencia o la psicología del sufrimiento, pero podemos considerar a grosso modo que hoy las víctimas son las que sufren: ·

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Violencia intrafamiliar: cuando existen conductas agresivas en el trato entre los miembros de la familia y que puede causar graves daños patrimoniales, físicos, psicológicos e incluso la muerte.

o La tortura y mutilación: que es una acción violenta de tipo físico como táctica de seguridad o de guerra a fin de conseguir información de la víctima.

Violencia conyugal: que en la mayoría de los casos se trata de un comportamiento agresivo del varón contra la mujer y que se realiza a través del abuso físico, económico, sexual y emocional.

o La amenaza: es una acción violenta de tipo psicológico que se vive por alguna situación particular sea de tipo familiar, étnico, económico, religioso o político; la víctima vive en un estado de angustia, miedo y ansiedad.

Violencia a menores y personas adultas mayores: niños que viven situaciones de violencia familiar, que repercute en sus conductas; pero se da también el abandono, el descuido, el abuso y la violación. Existe también hoy mucha violencia a los adultos mayores en el abuso emocional y en el descuido de la satisfacción de sus necesidades básicas.

Violencia cultural: especialmente en la divulgación de dibujos animados, videojuegos y series de entretenimiento donde se utiliza la violencia como medio para solucionar problemas o alcanzar los objetivos que se han planteado. Violencia política: cuando se ven vulnerados uno o varios de los derechos humanos fundamentales sea por acción u omisión del Estado. Se trata de males

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o La desaparición: es la acción violenta por la cual la víctima se ve separada involuntariamente del cuerpo social y se le confina, privándole de su libertad, en centros clandestinos de detención e incluso se llega al asesinato. Generalmente se trata de una práctica de terrorismo de Estado, pero también es ya común del crimen organizado. Es una de las acciones por las que el tejido social queda más vulnerado al generar en las familias y en la sociedad un vacío emocional que es imposible superar por un proceso de duelo.


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o La impunidad: se trata de una acción violenta por omisión de la responsabilidad del Estado, garante de los derechos humanos. Se trata de una forma gravísima de violencia que se genera por la corrupción de funcionarios públicos o porque los agresores son parte del aparato gubernamental o tienen vínculos con éste. Sin duda, la impunidad es una de las acciones que más han roto el tejido social y llevan a la desconfianza en las instituciones, porque no se logra restituir los valores ni el orden social de los más vulnerables.

·

Por el interés teológico que nos compete, más allá de la evidencia del dolor y del sufrimiento infringido por los golpes propinado por los verdugos y de la violencia psicológica que padece, ¿qué experimenta la persona que sufre injustamente en su consciencia religiosa? ¿cuáles son sus sentimientos religiosos? ¿qué cosas vienen a su mente y a su corazón, como sagrario de la voz de Dios? ¿cuál es la forma de relacionarse con Dios, en esos momentos trágicos?

o El exilio: lo sufren las personas que tienen que cambiar de lugar de residencia por miedo a las amenazas que hacen temer por la pérdida de la vida o de la integridad de la familia o de los bienes. Se trata de una migración forzada. Quizá muchos de los migrantes, sin que se hable propiamente de exilio, tienen que dejar sus tierras de forma obligada por las condiciones sociales y económicas de sus comunidades de origen. o La masacre: que busca el exterminio de un cuerpo social por motivos políticos, religiosos o étnicos.

o El secuestro: es la pérdida abrupta de la libertad, cuya consecuencia es la anulación social. Además se tasa económicamente al secuestrado que exige la solidaridad extrema de la familia para poder pagar la suma acordada.

Violencia social: que engloba las prácticas de delincuencia, pandillerismo, narcomenudeo, violencia escolar. También se habla de violencia económica que es generada por la pérdida adquisitiva, el aumento de la pobreza, la falta de atención médica y las pocas oportunidades de superación, especialmente de los jóvenes. La violencia social crea una desconfianza social muy grave que termina por aislar a las personas de la convivencia social, como lo demuestra el crecimiento de cotos con vigilancia permanente, además de exacerbar el individualismo y la falta de solidaridad.

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Este momento de reflexión teológica sería sumamente aventurado si no fuera porque la Biblia, en el libro de Job, anuncio del Siervo Sufriente que encarna Jesucristo, nos deja entrever toda una gama de sentimientos de aquel que sufre injustamente. Job es un hombre justo que encarna el sufrimiento humano de una forma injusta, de tal manera que supera la concepción de una retribución dentro de la historia, en la que Dios premia a los buenos con bienes abundantes y castiga a los malos con sufrimientos e incluso


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mejor de los mundos, pero sólo en idea, es un mundo perfecto. El sufrimiento y el dolor, el que está en el camino de la vida medio muerto sería acaso un daño colateral, un accidente. El amigo de Job, Elifaz, es un hombre prudente que elabora esa teodicea chocante, con una presunción antipática, que no tiene en cuenta a la víctima, sino que se hace desde la sola razón erudita, sin corazón ni simpatía. Cuando no se sufre es muy difícil hablar del sufrimiento, de entender a la víctima, se puede ser legal y correcto, se anuncia a un Dios muy a la medida del pensamiento humano, pero en el cual no se puede confiar cuando se está medio muerto a la vera del camino. Se necesita una gran dosis de empatía solidaria cuando se habla de Dios en medio del dolor. Peor resulta para Job, prototipo de toda víctima, la argumentación, tan fría y calculadora como grosera, del más joven de sus amigos; Sofar es el religioso miope que ha aprendido de memoria sin corazón las frases del pensamiento teológico del maestro en boga, y las aplica sin consideración en esta situación como en cualquier otra. Para él no hay matices, es el ideólogo ortodoxo del sufrimiento que no toma en cuenta el dolor de sus oyentes.

la muerte. La gran enseñanza de este libro es que el dolor y el sufrimiento no son propios de los pecadores, sino es de la naturaleza humana. “Los buenos también lloran”. Sin embargo, hasta el momento presente, en la psicología de la víctima se habla de sentimientos de culpabilidad por la situación que se está sufriendo, y en muchas personas de nuestra sociedad todavía hoy se dice ante quien sufre: “algo habrá hecho”, asumiendo casi de forma inconsciente la idea de retribución histórica.

Job es el prototipo del creyente que no puede aceptar el sufrimiento de los inocentes ni el propio sufrimiento infringido injustamente, y reclama, por otra parte, el silencio de Dios. Lo más dramático para un creyente en los momentos de dolor es quizá el silencio de Dios, como lo expresa el mismo Jesús en el patíbulo de la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Sal. 21; Mt 27,46). ¿Qué clase de Dios es el que puede tratar así a este pobre hombre? Job no piensa ni quiere renunciar a su fe en Dios, como el ateo que encuentra en su negación de Dios la respuesta a ese silencio. Job tiene que superar la simplicidad de quienes ven en Dios a un ser paternalista que ahorra sufrimiento a los que ama y castiga severamente a los que lo odian. Pero entonces ¿Qué clase de Dios es? ¿Qué diferencia del Dios con los tiranos de este mundo? Por otra parte, el Dios de la salvación ¿Dónde está? ¿Por qué calla? ¿Por qué permite el sufrimiento? ¡Qué preguntas tan impactantes! En uno de los muros de Auschwitz se deja entrever la inscripción de quien seguramente en medio de los tormentos elevó un reclamo a ese silencio divino: “Si Dios existe, me debe rogar el perdón”. El libro de Job nos alerta de querer elaborar una teodicea, tipo Leibniz, donde el mundo, el

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Job es paciente al soportar tanto los padecimientos de su enfermedad y de sus pérdidas, como en escuchar a sus amigos, que han sido incapaces de escucharlo a él en sus gritos de dolor. Pero se resiste a creer en el Dios mezquino que ha quedado dentro de los límites de la razón y de la tradición. Job se revela no contra Dios sino contra la caricatura que hacen de él, pero es paciente para poder llegar a las últimas consecuencias, va más allá de la argumentación y se enfrenta con el misterio con el que tiene que vérselas en primera persona. No


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bienes: la vida y el amor, pero la vida no puede ser pura felicidad, sino que ésta se entreteje con los hilos de la limitación, del sufrimiento, de la soledad, de la angustia, del pecado, del mal. “Si aceptamos de Dios los bienes, por qué no hemos de aceptar los males” (Job 2,10). Si no aceptamos eso estamos faltando a la elemental sabiduría que nos coloca frente al misterio de la misma vida y de Dios, que siempre en la Biblia debe ser vista desde el tamiz del amor. No hay amor sin dolor, como lo dice de forma poética Gottfried de Estraburgo: “Quien nunca sufrió dolor por amor, nunca tampoco gozó el amor. Amor y dolor: ¿cuándo se han separado estos amantes?”2

trata de justificar a Dios de su sufrimiento, sino a sí mismo frente a Dios, quiere comprender el por qué sin recurrir a la doctrina hecha por quienes están satisfechos.

Aquí se expresa el dramatismo del sufrimiento de los inocentes, de las víctimas de la historia. Si el dolor y el sufrimiento fuera siempre consecuencia de un mal comportamiento ético no habría drama, pero es el inocente el que sufre, es el que no debe el que está pagando una deuda. Este es el drama que pone a Dios en el banquillo de los acusados.

Job, desde la experiencia del dolor habla: no sólo él sufre, también otros justos y el pecador sufren, no porque sea pecador, sino porque es humano, como también lo es el inocente. Todos los seres humanos cargamos en nuestra historia una buena dosis de dolor y sufrimiento; la vida es tan breve como difícil para todos y desde el parto hasta la muerte se convierte en un valle de lágrimas. Job, en un gesto de honestidad con la realidad y consigo mismo, podría haberse hecho las siguientes preguntas: ¿Quién soy y qué tengo que me haría inmune al dolor? ¿Hay algo en mí que me hace especial que no tendría por qué sufrir yo? ¿Por qué a mí no me tendría que tocar sufrir? El dolor experimentado lleva a Job a ser sensible frente el dolor ajeno y solidarizarse con los demás, hace suyos y carga sobre sus hombros las penas de todos los hombres, habla en nombre de las innumerables víctimas y en nombre de Dios, porque deja a Dios ser Dios, no lo quiere limitar a la razón humana ni le pone cortapisas. Así llega a la verdadera sabiduría, a aceptar la realidad del dolor y aceptar el misterio del hombre y el misterio de Dios. Job es consciente de que Dios le ha dado el más grande de todos los

Job reconoce que está solo, pues la presencia de sus amigos no es compañía, es decir, no han sido capaces de acompañarlo en el camino escabroso del sufrimiento. La soledad del que sufre es quizá más difícil de sobrellevar que los mismos dolores físicos. Pero “la soledad es una de las raíces esenciales de las que surge el encuentro del hombre con Dios. Cuando el hombre siente su soledad, se da cuenta de que su existencia es un grito lanzado a un tú”3. La soledad de Job se revela en su opción fundamental. Si Job hubiera seguido el razonamiento de sus amigos, que pretendían hacer una teodicea apática, e incluso de su misma esposa que le insta: “maldice a Dios y muérete” (Job 2,9), hubiera tenido que hacer una opción o por el ateísmo o por la banalización del dolor y sufrimiento.

El ateísmo tiene una aparente justificación en el mal, que ha sido la razón más fuerte de 2 Citado por G. G�������, ¿Por qué el Dios del amor permite

que suframos? Salamanca, 2008, 16. 3 J. R��������, Introducción al cristianismo, Salamanca, 1969, 80.

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solidariamente. Así, el dolor que produce el mal, sin encontrar una explicación del por qué, que todavía está en la oscuridad del misterio, se rescata del absurdo por la aceptación creyente y la capacidad de oblación por el otro.

aquellos que no pueden aceptar a un Dios bueno y amoroso, que no puede hacer nada por los que sufren. Por el contrario, aceptar la argumentación de los amigos, una teodicea tan inútil como insensible, hubiera llevado a Job a banalizar el sufrimiento, a la resignación de quien claudica o al desprecio de sí mismo y a la condena del propio dolor infringiéndose ahora un sufrimiento todavía mayor de orden espiritual: expulsado de la bondad de Dios.

En el N.T. la víctima inocente por excelencia es Jesucristo; es el inocente que baja del cielo para recorrer el camino escabroso y sinuoso de la humanidad, que lo asalta y lo deja desfigurado en la cruz. En las alegorías patrísticas de Ireneo de Lyon, Orígenes y Clemente de Alejandría, el Verbo eterno asume, como el buen samaritano, a la humanidad caída que bajaba de Jerusalén, símbolo del Edén, de la que había sido expulsada y despojada de los preciados bienes del cielo por el demonio y sus secuaces, bandidos que le dejan medio muerta, hasta que el Verbo la eleva a su dignidad, representada en la cabalgadura, y la lleva a la posada, que es la Iglesia, para ser restablecida.

Para nosotros los creyentes, como el paciente Job, la reacción frente a la experiencia del mal, del dolor y del sufrimiento es la confesión de fe y el abandono en el Dios revelado en Jesucristo como pasión y compasión por lo humano. Quien experimenta el mal, es decir, la víctima en los momentos límite siente más viva la necesidad de una fuerza superior que le ayude a sobrellevar aquello que humanamente parece imposible; por ello, más que incitar el ateísmo, la experiencia del dolor y del sufrimiento es un camino de fe. Sin Dios la situación de la víctima se vuelve torturante, se pierde sentido de la vida, se diluye la esperanza. Pero la Escritura en el A.T. va más allá, pues la figura del Siervo de Yahvé supera la de Job. El Siervo es el paradigma de aquel que sufriendo en carne propia la situación de víctima transmuta la pregunta del por qué del sufrimiento al cómo afrontarlo, cómo asumir el sufrimiento injustificado. El Siervo de Yahvé asume todo el mal en sus espaldas para salvar a su pueblo, por lo que el sufrimiento adquiere ahora ya un sentido y un alcance salvífico. El Siervo no paga las consecuencias de un mal cometido personalmente, sino que, siendo inocente, asume toda la maldad del mundo para soportarla

El Dios de la Alianza que parecía enmudecer frente al sufrimiento de las víctimas inocentes ha respondido en la encarnación de su Hijo, el Siervo Sufriente que asume sobre sí la carga del mal y del pecado. Jesucristo es la respuesta total al problema del mal. Jesús invalida el sistema de retribución y comprende su ministerio como una lucha frontal contra el mal. A pesar de la densidad del mal y de los muchos sufrimientos que le propinó, Jesús nunca perdió su capacidad para el gozo, la serenidad y la paz, porque asumió sobre sí el pecado y el sufrimiento de toda la humanidad con la certeza de la grandeza del amor del Padre. Su lucha contra el mal fue desde el gozo, porque “en el abrupto perfil de ese dolor se esconde la fuente del gozo más intenso y puro”4. 4 J.L. R��� �� �� P���, «Dios Padre y el dolor de los hijos» en D���

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La respuesta de Jesús al dolor y al sufrimiento, que es modelo de toda víctima, es el amor, en cuanto capacidad de donación y descentramiento. El amor lleva a la aceptación de la realidad tal cual es sin perspectivas falsas ni encubrimientos banales, pero desde la confianza y la esperanza en el Padre misericordioso. En la compasión de Jesús, en su capacidad de sentir el dolor de los demás con misericordia y de compadecerse, nos revela el misterio más grande del amor, que siendo auténtico hace más vulnerable al amante, hasta llevarlo a la entrega abnegada y a la donación de sí mismo, lo lleva al riesgo supremo de la propia vida porque lo dispone para salvar al que ama, cueste lo que cueste.

mal y nos revela el auténtico misterio de Dios: “Dios es tal, que no se limita a coexistir con el mal, sino que lo asume en su realidad divina. En el Hijo, Dios Padre ha tomado el lugar del inocente que sufre injustamente”5. Dios no sólo permite el mal y lo tolera como si fuera un espectador que mira desde la barrera de la impasibilidad, él mismo lo soporta en el sufrimiento de su Hijo. Es Dios co-sufriente. Pero desde este sufrimiento nos libra de todo mal, porque el Padre rescata a su Hijo resucitándolo de entre los muertos y venciendo en él todo aquello que de mal existe en el mundo. La víctima creyente, puede creer y abandonarse a Dios desde la experiencia del sufrimiento y del dolor porque Jesús sufriente así lo hizo: “Padre… en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46). El hombre que está medio muerto a la vera del camino puede creer porque Dios mismo ha asumido su dolor causado por el mal, no suprimiéndolo sino asumiéndolo y venciéndolo desde el mismo sufrimiento. Puede estar en paz porque cree que Dios no es cómplice del mal, sino que está sufriendo con él y luchando contra el mal. Ahí, en ese momento de mayor dramatismo de la existencia humana, en el momento de la cruz, la fe cristiana alcanza su paroxismo, la mayor exaltación de la revelación del Dios Amor.

Jesús lleva a plenitud la experiencia del justo sufriente representado en Job y la misión del Siervo de Yahvé, por ello él es modelo de fe y de esperanza en los momentos difíciles del dolor, porque creyó en el Padre y se abandonó totalmente a él, no al margen o a pesar de la densidad del mal que le afectaba, sino desde la misma experiencia del sufrimiento, con la certeza de que el Padre no lo abandonaría al poder de las tinieblas, sino es éstas quedarían definitivamente derrotadas en su pasión. La invitación de Jesús a los discípulos no es la de huir del sufrimiento, sino asumir la cruz desde la perspectiva del amor que garantiza su victoria. A ejemplo de Jesús y siendo seguidor de él, el creyente estará dispuesto a que la experiencia de víctima inocente se transforme en experiencia de martirio, de testimonio.

Jesucristo, la víctima inocente que carga sobre sus hombros nuestros pecados y muere en la cruz, por el poder de Dios ha vencido la muerte con su resurrección. En este acontecimiento, que es el gozne y el fundamento de la fe cristiana, toda víctima tiene la certeza de que el mal no es la última palabra. La fe de la víctima es la fe que 5 J.L. R��� �� �� P���, «Dios Padre…» 319-320.

Sólo la com-pasión de Dios, agredido él mismo por el mysterium iniquitatis en Jesucristo, el inocente condenado, esclarece el misterio del

C. (comp.), Una fe que crea cultura, Madrid, 1997, 322.

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se acrisola en el dolor y provoca el abandono en aquellas manos del Padre, que en ese momento son las únicas en las que puede abandonarse, y, por otra parte, le despoja de toda pretensión de autosuficiencia orgullosa. Decía el teólogo Ratzinger: “el creyente sólo puede realizar su fe en el océano de la nada, de la impugnación y de lo problemático; el océano de la inseguridad es el único lugar donde puede recibir su fe”6.

perspectiva de fe, valiéndonos sólo de los datos que nos ofrece la Escritura y la experiencia viva de quienes en el momento del sufrimiento elevan a Dios su mirada. En este segundo momento pretendo someramente ofrecer algunas reflexiones teológicas en torno al sufrimiento de las víctimas, sin la pretensión de decirlo todo ni de decirlo sistemáticamente. La perspectiva es totalmente diferente, pero complementaria. La primera era ponernos en los zapatos del otro, ahora es buscar reflexionar sobre la situación del que padece y, en cierta medida, prepararnos para el momento del dolor… quizá sea más difícil esta parte.

La Sagrada Escritura nos ha permitido hacer este ejercicio de empatía desde el ámbito de la fe en el Dios de la Alianza, revelado en Jesucristo. Pero esta fe se enraiza además en el testimonio de algunos que desde su situación de víctima-mártir expresaron su confianza en Dios, abandonándose en él y descubriendo que su sufrimiento, unido al del Señor Resucitado, cobra un sentido redentor y pacificador: “Que este cuerpo inmolado y esta sangre sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como Cristo; no para sí, sino para dar conceptos de justicia y de paz a nuestro pueblo”, 7 rezaba unas horas antes de ser sacrificado el beato Monseñor Romero. Y aquellas palabras de san Cristóbal Magallanes antes de ser sacrificado recogen la experiencia límite de saberse despojado de la vida: “Soy y muero inocente; perdono de todo corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos”.

A la teología le toca preguntarse sobre la realidad a la luz de la fe y de intentar, a partir de esa lectura creyente de la realidad, aclarar e iluminar con la gramática religiosa el momento difícil y dramático del sufrimiento humano. Hay muchas confusiones y malos entendidos en el lenguaje religioso en torno a la violencia y a la paz que toca a la reflexión creyente ir aclarando para poder dar luz, no propia sino del Evangelio, a las víctimas que tanto sufren. ¿Qué podemos decir a quien sufre, sin ser impertinentes ni antipáticos? ¿Cómo anunciar al Dios bueno en medio del sufrimiento? ¡Qué preguntas tan difíciles, pero no podemos evitarlas! No creo que esperemos de este momento una serie de expresiones políticamente correctas para no herir la susceptibilidad de las víctimas; más bien serán una serie de cuestiones que nos ayuden a reflexionar y, especialmente, a actuar, haciendo presente al Dios de amor y misericordia.

2. Desde la re�lexión creyente

En el primer momento he querido hacer un ejercicio de empatía con la víctima desde una 6 J. R��������, Introducción al Cristianismo, 26. 7 O. A. R�����, La voz de los sin voz: la palabra viva de Monseñor Romero, San Salvador, 1980, 295.

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Antes de seguir conviene que nos preguntemos: ¿Es conveniente hacer este ejercicio de reflexión frente al dolor? Hay quienes piensan que no.


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Dorothee Sölle ha tachado dichas reflexiones en torno al dolor como “sadismo teológico”; otros que estas difíciles preguntas deben responderse siempre y sólo desde el marco de la antropología y no desde la teología, que tradicionalmente se ha movido en dos grandes respuestas: la primera sostiene que el mal es la carencia de un bien debido y que Dios lo permite porque siempre, aquella limitación está al servicio del bien, llegando a relativizar el mal y el sufrimiento. La segunda respuesta está en la responsabilidad no de Dios, sino del ser humano pecador que ha introducido, por el pecado, el mal y la muerte.

cualquier forma en que se expresara y luchó hasta vencerlo en su resurrección. El creyente sobre todo debe ser movido a compasión, a cosufrir, ayudar a llevar la cruz del dolor. Sin duda esta propuesta es plausible y muy necesaria, pero insuficiente; sin quitar la responsabilidad moral sobre la compasión, también toca a la teología reflexionar, hacer teología desde la experiencia de dolor, porque muchos de los teólogos que han discurrido sobre el dolor, lo han hecho en un momento especial de sufrimiento personal o, en ese momento, de asumir aquello que ellos han reflexionado a lo largo de su carrera teológica. Por otra parte, según la experiencia, cuando reflexionamos en algo, aunque no lo estemos viviendo en ese momento, nos prepara para vivirlo cuando así sea, nos dispone y ayuda a entender y elaborar subjetivamente “mi” dolor. “Es verdad que una teoría del sufrimiento no resuelve… pero ofrece el marco en el que hay que buscarle solución… que no tiene que esta en contradicción con la fe en un Dios que ama”9. En ese sentido, quizá se convierta más en un ejercicio de reflexión personal, más que una serie de ideas para tratar de decirlas a quien vemos tirado en el camino del sufrimiento.

Frente a la sensibilidad antropocéntrica de la modernidad la filosofía ha querido responder con la justificación de Dios frente al problema del mal y del sufrimiento por medio de la teodicea. Sin embargo, desde la misma filosofía se ha considerado que dicha pretensión supera las mismas posibilidades del pensamiento humano, pues como dice Karl Rahner, “la incomprensibilidad del dolor es un fragmento de la incomprensibilidad de Dios”8. ¿No corremos el riesgo de con nuestra mente hacer un ídolo frente al silencio del Dios de Amor? Pero, ¿tendríamos que limitarnos a soportar el dolor porque este no es un problema teórico? ¿No sirve de nada entenderlo? ¿Decir una palabra sobre Dios y el sentido del dolor nos convertiría en charlatanes y curanderos que terminan por hacerse insoportables para quien está sufriendo?

En este mismo sentido, el sufrimiento del inocente nos plantea como creyentes, en primer lugar, el problema del mal, porque el mal cimbra los fundamentos mismos de la argumentación teológica: Si Dios es bueno ¿por qué existe el mal? ¿Por qué sufren los inocentes? Si Dios es todopoderoso ¿por qué no evita el sufrimiento a sus hijos bien amados? El Concilio Vaticano II, en la Gaudium et Spes, consciente de la radicalidad y profundidad de la pregunta sobre el mal en 9 G. G�������, ¿Por qué el Dios...? 29-30.

En realidad el mal en la creación y en la persona humana no basta con ser entendido, debe ser combatido, diría la teología política y la teología de la liberación. Cristo no hizo un discurso sobre el mal, luchó contra él en 8 Citado en G. G�������, ¿Por qué el Dios..? 23.

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el mundo y el sufrimiento de los inocentes, nos enseña que “el ateísmo nace a veces como violenta protesta contra la existencia del mal en el mundo” (GS 19). La Iglesia reconoce que desde esta interrogante, incluso muchos hombres de buena voluntad, han renunciado a la fe, porque no puede confesarse, según ellos, al mismo tiempo la fe en un Dios todopoderoso y bueno, con la experiencia dramática del sufrimiento y del mal. Sin embargo, la negación de Dios no conlleva en sí una respuesta al problema del mal, sino que es la confirmación resignada de que el mundo no tiene sentido y no queda de otra más que dimitir y soportar la trágica existencia.

a la responsabilidad del hombre, pero ¿no son parte también de una creación que es eso, creación, imperfecta en cuanto que no es divina y que está en haciéndose en una continua evolución en la que el hombre está en medio? ¿no son manifestación de los límites propios de la criaturalidad? ¿a pesar de todos esos límites no termina siendo la vida con todas sus limitaciones una bendición y un canto de alegría en medio de las precariedades de nuestra condición humana?

Dios no quiere que suframos, pero no puede anular nuestra libertad ni nuestra condición contingente de criaturas. Una intervención en contra de nuestra libertad sería una expresión de falta de amor no propia del amor y la omnipotencia divina. Por otra parte, no puede evitar las catástrofes naturales ni los límites propios de la creación sin contradecir el propio ser criatural de la creación; sería pedirle a Dios que creara un círculo cuadrado. Sin embargo, el Dios que no quiere que suframos se introduce él mismo en Jesucristo en lo más profundo del misterio del dolor y lo hace suyo muriendo en la cruz, asume el sufrimiento y el mal en la cruz hasta amarlo, como lo expresa bellamente Fray Asinelo: “Acércate, Bienamada, la de los bazos abiertos. A ti corro enamorado con un ciclón de deseos. Tengo sed de tu regazo para morir en silencio”. Por ello, “todos los sufrimientos humanos pueden ser penetrados por la misma fuerza de Dios, que se ha manifestado en la cruz de Cristo” (SD 23).

La roca del ateísmo nos exige, por tanto, una argumentación teológica seria y comprometida con el dolor y el sufrimiento. Si pretendiéramos que Dios omnipotente y bueno nos librara del dolor, estaríamos pidiendo renunciar a nuestra libertad, que es, en primera instancia, la revelación primera del amor de Dios por nosotros, que nos ha creado para que seamos libres. Porque es la libertad errada del hombre la que ha provocado esta terrible situación del hombre despojado y tirado medio muerto. Es la libertad pervertida y fratricida del hombre la que ha introducido muchos de los males que tanto nos aquejan y más nos hacen sufrir. Por ello, la teología nos debería hacer tomar consciencia de que no es Dios la causa de los males a la humanidad, sino que es el hombre, él es el que debe ser justificado ante Dios, ante el mundo y ante él mismo. En ello podemos constatar la perversidad del pecado. Ciertamente hay muchos males como la enfermedad y las catástrofes naturales y accidentes que no pueden imputarse siempre

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La Escritura ilumina todo sufrimiento humano, sobre todo el que es producido por el pecado, a la luz de un Dios que lo asume hasta las últimas consecuencias, que se encarna en medio del dolor y no se escandaliza de tocarlo,


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de experimentarlo en carne propia. Pero a la luz de la resurrección el sufrimiento adquiere una dimensión escatológica, que a fin de cuenta, termina por darle sentido al mal, expresado en el dolor y el sufrimiento de los seres humanos. En este sentido, son elocuentes las palabras del Beato Monseñor Romero: “Toda la sangre, todos los cadáveres, todos los misterios de iniquidad y de pecado, todas las torturas, todos esos antros de nuestros cuerpos de seguridad donde lamentablemente mueren muchos, no están para siempre perdidos. Hay un horizonte escatológico que iluminará toda esa tiniebla y hará entonces cantar la victoria a la verdad y a la justicia, y será el triunfo definitivo de todos los que lucharon por la justicia y la paz”10.

pretensión de omnipotencia narcisista de la cultura contemporánea, que cree tener derecho a todo y a ver en los límites una frustración diametralmente opuesta a su fantasía de omnipotencia hedonista. Desde la resiliencia hemos de procurar de ser más conscientes de la hermosa sinfonía de la vida y de los claroscuros del arcoíris de la promesa de vida y salvación.

También hemos de tener una actitud de responsabilidad compartida con el mal del mundo, al que muchas veces condenamos con mucha facilidad, pero no somos capaces de asumir con responsabilidad; muchas de nuestras acciones y omisiones en el ámbito social repercuten en el ambiente y en la cultura. Somos cómplices de la injusticia, de la violencia y de la corrupción, que nace y se desarrolla a pequeña escala en las relaciones sociales más básicas, es decir, desde la familia y de la convivencia de vecindad, es decir, con las personas con las que convivimos cotidianamente.

Desde la perspectiva escatológica se rescata la necesidad de justicia de quien sufre y padece la impunidad de las instancias de este mundo. Sin justicia no hay perdón. Dios no se dejará corromper y pedirá cuentas de aquellos que como Caín, han hecho que la sangre del hermano clame venganza al cielo. Aunque esto choca, aparentemente con la misericordia infinita de Dios, hemos de reconocer que el juicio divino se cierne sobre todos como amenaza de una condenación, fruto de una libertad que ha optado por la muerte y no por la vida, lo que en última instancia es una invitación a la permanente conversión y a vivir según los valores del Reino.

Por último, una llamada, como lo decía la teología política y la teología de la liberación, a asumir el compromiso por quienes son víctimas, viviendo como prójimo del que sufre por el camino de la vida y que nos encontramos todos los días… pero esto es tema del próximo expositor. Muchas gracias.

Nuestras reflexiones quedarían incompletas si no fueran una ayuda a vivir con fe, esperanza y caridad en medio de los sufrimientos propios y ajenos. Hemos de aprender a aceptar con serenidad nuestros límites, renunciando a la 10 O. A. R�����, Así habla Monseñor Oscar Romero,

Bogotá, 1992, 151.

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Para leer más

Ciberteología (Antonio Spadaro) De uno de los Consultores del Pontificio Consejo de la Cultura y del Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, el Padre Antonio Spadaro, responde a preguntas clave del mundo actual sobre la Revolución Digital y la Fe, para que el cristiano pueda responder en este nuevo horizonte. Adquirirlo será un beneficio. Tiene su pagina: www. cibertologia.it

El sentido común a su alcance (Claudi Alsina) El escritor español Claudi Alsina, nos ofrece con humor y sabiduría, un manual con muchos ejercicios para desarrollar e incluir más el sentido común en nuestra vida, sobre todo, en estos tiempos tan necesitados de reflexión y sentido crítico. No hay que suponer nada: de nada ni de nadie. CHARLAS TED (Chris Anderson) En esta era digital, TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño), revolucionó la manera de hablar en público, no ignorando la retórica de la Antigua Roma y la genial Grecia junto a la evolución del discurso, esta guía servirá de ayuda a todos aquellos que quieren hablar bien y tocar corazones, sobre todo con el mensaje de la Buena Nueva. Web: www.ted.com Aborto y contracepción (Guillermo López) Es libro tiene como objetivo de prevenir el aborto. Conocer desde la parte médica este campo tan basto que toca a las familias mexicanas, dará una visión general y ayudará al lector a dar una respuesta más integral y científica a quienes han vivido esta experiencia, destinatarios seguros de la Misericordia de Dios.

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Amantes de las Lenguas Extranjeras Venus on Fire Mars on Ice (John Gray) Del famoso escritor del Bestseller “Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus”, llega este libro básico para ayudar a las parejas en el amor, la vida y la superación de las diferencias entre ellos. Libro de cabecera, donde su consulta dará herramientas suficientes para una relación feliz.

Servitore di Dio e dell’Umanità (Elio Guerriero) Como el pan calientito, surge esta bella obra sobre la biografía del Papa Emérito Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), con la cual los creyentes y laicos comprenderán la vida de un hombre que se ha distinguido por ser un “defensor de Dios y de los hombres”, así definido por el autor. Esperamos que muy pronto se edite la edición castellana para compartirlo con los agentes de pastoral. Dalle parole al dialogo (Giuseppe Colombero) El Padre Giuseppe nos dice que “vivir es comunicar”. Su obra nos invita al análisis en este aspecto tan importante de la existencia: la comunicación. El autor quiere restituir la conciencia sobre la Palabra y el Diálogo, sobre todo en la calidad humana y cristiana. Afortunadamente lo bueno siempre se puede aprender! Sugerimos las siguientes páginas: www.megustaleer.com.mx www.heavenisforreal.net

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