223 boletin de pastoral

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Presentación Héctor López Alvarado, Pbro. Director

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urante el periodo del verano, encontramos una pausa en las distintas labores cotidianas de nuestra vida: escuela, trabajos, etc., sin embargo en lo que respecta a nuestros empeños en nuestra vida de fe, no hay pausas. Durante los meses correspondientes a julio y agosto, se ha continuado el seguimiento de nuestro proceso pastoral, posterior a nuestra Asamblea Diocesana, y con el voto de confianza de nuestro Sr. Arzobispo, el Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega se tuvo una reunión el pasado 17 de julio de la Vicaría de Pastoral con un equipo ampliado, para elaborar la redacción de las líneas comunes de acción, con las ideas que aportaron los asambleístas. Y el 7 de agosto se realizó una reunión de trabajo con las distintas instancias diocesanas para evaluar los hechos englobantes que se suscitaron en nuestra asamblea diocesana del mes de junio, y posteriormente en comunión, proponer lo que sigue dentro de nuestro proceso pastoral.

Por otro lado, en la sección “Pulso de la Iglesia Universal”, encontraremos dos comunicados del Santo Padre Francisco, uno con motivo del I Congreso sobre migración, y el otro con motivo del I Congreso Latinoamericano sobre la Familia, organizado por el Departamento de Familia, Vida y Juventud del CELAM, el Pontificio Instituto Juan Pablo II, y la Arquidiócesis de Panamá; dicho evento sin lugar a dudas, servirá como preparación para el Sínodo extraordinario de los obispos del próximo mes de octubre cuyo tema será el de la familia.

Y para concluir esta edición de nuestro Boletín de Pastoral, en la sección “Herramientas Pastorales” les presentamos dos artículos con la finalidad de ser utilizados en nuestros equipos coordinadores básicos, o nuestros distintos grupos parroquiales. El artículo “La Pastoral Pre-matrimonial” propone una reflexión ante la crisis de la familia y del matrimonio, para tomar conciencia de lo que esté a nuestro alcance para poder atender los retos suscitados en la institución familiar. Y finalmente el artículo “Una realidad en dos palabras: Nueva Evangelización”, nos ofrece una reflexión que nuestro Papa emérito Benedicto XVI, siendo cardenal, realizó sobre la “Nueva Evangelización” en el contexto del jubileo de los catequistas y docentes de religión, el 8 de diciembre de 2000.

Ambos acontecimientos son presentados en nuestra sección “Vida Pastoral Diocesana”, al igual que una reseña con motivo del día del Párroco.

En la sección “la Palabra del Pastor”, compartimos un extracto del mensaje que nuestro Arzobispo dirigió a todos los participantes en la reunión de trabajo con las distintas instancias diocesanas del pasado 7 de agosto.

Deseamos que todo el contenido de esta edición de nuestro Boletín de Pastoral siga contribuyendo para dar continuidad a nuestro proceso pastoral, y seguir trabajando por una pastoral organizada y de conjunto, inspirados por una espiritualidad de comunión.

La sección “Caminar de la Iglesia en México” en esta ocasión nos presenta una reseña de la Visita del Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolin en el I Congreso sobre Migración y Desarrollo que se llevó a cabo en la Ciudad de México el pasado mes de julio.

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La Palabra del Pastor

Vida Pastoral Diocesana

Emmo. Sr. Cardenal D. José Francisco Robles Ortega

DE LA II ASAMBLEA DIOCESANA A SU APLICACIÓN EN LAS INSTANCIAS ECLESIALES

lgo que sí considero muy importante en el proceso pastoral en que estamos, es la comunicación; un proceso no puede dejarse a la deriva, un proceso se marca por la coordinación de cada una de las instancias pastorales; la comunicación que debe tener la Vicaría de Pastoral Diocesana, las Vicarías Episcopales, los Decanatos, las Comisiones Diocesanas, la Vida Consagrada, en fin cada una de estas instancias debe de asumir la responsabilidad y el entusiasmo y el esfuerzo por coordinar el trabajo y el proceso diocesano de pastoral. Lo que quiero decir es que no basta con informar… La coordinación es sin duda información, pero va más allá de esa sola información, entonces fíjense que si cada una de las instancias, las Vicarías, los Decanatos, la Vida Consagrada, los Movimientos Apostólicos… asumen la coordinación de su sector bajo un mismo objetivo, bajo las mismas líneas de acción, entonces vamos ir haciendo un caminar en proceso.

Seguimiento a las voces surgidas de los laicos, sacerdotes y consagrados

canzar? Y le decimos a nuestros sacerdotes, y les decimos a nuestros laicos que la tirada es la comunión, vamos realizando en cada circunstancia, en cada acontecimiento, en cada momento hagamos la experiencia de comunión. Y, así nuestro trabajo, respetando los distintos acentos de la realidad, respetando las distintas posibilidades en cuanto a recursos para caminar y, así todos vamos haciendo la experiencia de comunión. No digamos que al hablar de la comunión no se puede realizar. Las líneas de acción tienen que reflejar esto.

Quiero compartirles algo que me parece realista y esperanzador en las reuniones con los decanatos, me dicen, que lo que le encuentran de ventaja en este proceso participativo, es que no lo estamos urgiendo, sino que les estamos pidiendo que se integren al proceso, que desde su realidad, se vayan marcando cada uno el paso común, pero bajo un mismo objetivo, bajo las líneas de acción que hemos elaborado, que garanticemos que vamos caminando por esas líneas y entonces el proceso es diocesano y entonces el proceso es proceso, y entonces el proceso se puede evaluar, y el proceso se puede corregir, reorientar si hacemos todos ese esfuerzo.

Y en cada reunión que se haga (a nivel decanato, de sacerdotes-laicos)…, que se tenga la experiencia de vivir un encuentro con Cristo, con Cristo vivo, porque Cristo está vivo sacramentalmente en el misterio de su presencia real… y cada vez que nos reunimos nosotros podemos hacer la experiencia de un encuentro fraterno entre nosotros, de un encuentro de nosotros discípulos con el Señor que nos ama, que nos consagra, que nos transmite su Espíritu, y que nos está constantemente iluminando y enviando a nuestra realidad.

Entonces el principal llamado que yo les quiero hacer, en esta ocasión, es que asuman el papel de coordinación, no solo de información, sino que se involucren verdaderamente en el proceso, no sólo que informen, sino que sientan, que amen su responsabilidad, que al fin y al cabo es una responsabilidad de servicio”.

Que cada reunión, que cada asamblea que se haga, se impregne de este espíritu de hacer la experiencia del encuentro con Cristo. Que cada encuentro, que cada reunión, que cada asamblea sea una experiencia de comunión. Vamos buscando la comunión eclesial, pero ¿cuándo la vamos a al-

(Extracto del mensaje del Emmo. Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega, en los trabajos realizados con las distintas instancias diocesanas el 7 de agosto de 2014).

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Oscar Maldonado Villalpando, Pbro.

¿HASTA DÓNDE AVANZÓ LA ASAMBLEA?

4.– Implementar los procesos de formación integral de agentes que lleven a la conversión personal y pastoral.

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l punto de llegada fue la aportación de 22 líneas comunes que fueron entregadas al Señor Arzobispo; Él propuso, de acuerdo con los participantes, que el Equipo Base de la Vicaría de Pastoral con algunos elementos de experiencia pastoral, dieran forma final a las líneas.

5.– Propiciar el encuentro con Cristo y la conversión personal y pastoral.

6.– Ofrecer una formación integral a todos que tenga como centro el encuentro con Jesucristo, la espiritualidad de comunión y la búsqueda de la santidad.

Estas fueron las propuestas:

1.– Favorecer el encuentro con Cristo vivo.

7.– Vivir constantemente el encuentro con Cristo en toda acción pastoral como punto de partida a la conversión personal desde una espiritualidad de comunión.

2.– Asumir la espiritualidad de comunión y pobreza evangélica, para una pastoral diocesana misionera, misericordiosa y eficaz en relación con la necesidades urgentes.

8.– Generar y asumir un proceso de formación integral y permanente en todos los sectores de la sociedad y de la Iglesia.

3.– Encontrar a Cristo mediante un espíritu de comunión y misericordia.

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9.– Asumir el proceso evangelizador de nuestra Iglesia privilegiando el kerigma de modo permanente.

20.– Propiciar la madurez cristiana a partir del kerigma y la formación integral de todos.

21.– Formar integralmente a los agentes de pastoral (obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos) al estilo de Jesús que eduque el sentido de pertenencia, comunión y corresponsabilidad eclesial.

10.– Vivir la alegría del Evangelio en la conversión personal y pastoral.

11.– Implementar procesos de formación en espiritualidad de comunión y misión a las periferias.

22.– Fundamentar toda acción evangelizadora en el anuncio y espiritualidad kerigmática.

12.– Propiciar, a partir del encuentro con Cristo, la conversión, la comunión y la solidaridad.

Incidencias:

13.– Capacitar en la comprensión, experiencia y trasmisión del kerigma.

· Espiritualidad de comunión. · Encuentro con Cristo a través del kerigma. · Formación integral, permanente y comunitaria. · Los procesos. · Conversión personal y pastoral.

14.– Anunciar a Jesucristo y su Evangelio de forma entendible, creíble y atrayente al hombre de hoy.

Este fue el punto de llegada de la II Asamblea Diocesana de Pastoral el viernes 27 de junio de 2014.

15.– Asumir la familia como destinatario preferencia de la nueva Evangelización. 16.– Impulsar a la santidad a partir del encuentro personal con Cristo que nos lleve a la conversión.

17.– Potenciar el proceso diocesano, derivándolo en planes pastorales operativos (parroquia, etc. Comisiones, Secciones, otras estructuras) 18.– Impulsar la espiritualidad de comunión (kerigma) 19.– Privilegiar las acciones pastorales que estén dirigidas a la transformación evangélica del mundo a partir de una espiritualidad de comunión.

Vida Pastoral Diocesana

Este momento fue presidido por el Emmo. Señor Cardenal. Él determinó, pidiendo parecer a la concurrencia, que un equipo especial diera precisión y presentación final a las líneas con estas 22 aportaciones de la Asamblea.

· Que se fuera fiel al espíritu (no a la literalidad) de las propuestas de la Asamblea Diocesana de Pastoral. Que se parta de lo más recurrente.

Se pensó que fueran trabajadas, en espíritu de fidelidad a la Asamblea y siguiendo la metodología participativa.

· Que tuvieran presente, con mucha claridad, el objetivo diocesano, sin que se repitieran los elementos de este, sino una concreción práctica.

· Que fueran de carácter universal, es decir, que pudiera ser cauce para la acción pastoral de todas las personas y de todas las instancias y en todos los niveles.

PROPUESTAS DE NUESTRAS LINEAS COMUNES DE ACCIÓN

El pasado jueves 17 de julio de 2014, se tuvo la reunión de este equipo ampliado: Asistieron: Mons. Rafael Hernández Morales, Hna. Claudia Hernández Vega, HCJC; Sr. Cura Gerardo Jiménez Lozano, Sr. Cura Héctor López Alvarado, Sr. Cura José Luis Llamas Salazar, Pbro. Dr. José Marcos Castellón Pérez, Sr. Cura José Vicente Ortega Benítez, Pbro. Eduardo Vargas Flores, Pbro. Oscar Maldonado Villalpando, Sr. Cura Pedro Rodríguez González. Vicarios Episcopales: Sr. Cura Javier González y Sr. Cura Ricardo Armando Díaz Ortega, Decanos: Sr. Cura Bernardo Santana Ramírez y Sr. Cura Enrique González González, Comisiones Diocesana: Sr. Cura Antonio Godina Tejeda, Sr. Cura Engelberto Polino Sánchez, Vida Consagrada: Pbro. Arturo Martín del Campo y Fr. Jorge Arturo Luna, Laicos: Lic. Joaquín Meza y Dr. Jesús Bernal Navarro y Lic. Verónica Antimo secretaria adjunta. Y se llegó a 7 líneas comunes de acción que se presentarán al Sr. Cardenal para que las revise, las corrija, las acepte, las asuma y las publique.

· Que su redacción sea sencilla, impactante y operativa; que generen actitudes y lleven a la acción.

Se llegó por consenso a la siguiente redacción de las líneas comunes de acción:

1.- Propiciar el encuentro personal con Cristo vivo en todas las instancias y tareas pastorales. La evangelización, que es nueva en su ardor, comienza en el corazón de cada persona que encuentra a Cristo como el gran tesoro de su vida, por el que se es capaz de relativizar todo. Del encuentro con Cristo nace la vida cristiana y el deseo vehemente de llevar la buena noticia del Evangelio a todos, con parresía, con gozo y valentía. Del encuentro nace el itinerario formativo del discípulo misionero que lo induce a la misión, siempre en una permanente conversión personal y pastoral, en fiel seguimiento de Jesús y en comunión con la comunidad eclesial. Es tarea de la Iglesia y de todos los agentes de pastoral propiciar, en nosotros (ad intra) y en todos (ad extra), en todas las tareas que realizamos y en todas las instancias eclesiales, el encuentro vivo, existencial y transformador con Cristo, especialmente atendiendo a los lugares

Los criterios que se tuvieron para la redacción, además de los ya descritos en el material de la Asamblea, fueron los siguientes:

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de encuentro que nos señala el documento de Aparecida. A la luz del encuentro con Cristo, que es la razón por la que se es cristiano, se deben revisar nuestras personas, estructuras y métodos pastorales.

su trinchera. Por otra parte, la espiritualidad de comunión fortalece la comprensión y el afecto fraterno, la solidaridad, la subsidiaridad, la corresponsabilidad, la conciencia y el agradecimiento de las cualidades del hermano, de las cuales Dios se vale para evangelizar; igualmente, evita las envidias, el carrerismo clerical y un ambiente de competencia malsana en el ámbito pastoral.

2.- Asumir la espiritualidad de comunión como cimiento e inspiración de toda acción pastoral.

3.- Asegurar la creación y fortalecimiento de espacios y procesos de formación integral.

Como Cuerpo de Cristo la Iglesia goza y agradece los diversos ministerios, carismas y dones que el Espíritu suscita en ella. La diversidad es un gran don del Espíritu, por lo que nunca puede ser ocasión de división ni de fragmentación. Nuestra Iglesia de Guadalajara ha sido bendecida por el Espíritu en la abundancia de estos ministerios carismas y dones, que poniéndolos al servicio de toda la Iglesia y alejando siempre todo mezquino interés sectario, hace florecer la vida de Cristo en nuestra sociedad hasta llegar a convertirnos en agentes de transformación social. La Iglesia debe ser “casa y escuela de comunión” porque con todas sus acciones hace presente el Reino de Dios, que es comunión con Dios y comunión con los hermanos. La comunión hace creíble la misión y orienta con mayor facilidad todas las acciones a la consecución de un objetivo común. Podemos más juntos que cada “genio” desde

La formación integral de los agentes de pastoral es una de las prioridades diocesanas, por lo que hay que encausarla en la creación o fortalecimiento de los espacios y procesos de formación. Esta línea invita a dos cosas: la primera es tomar conciencia de que toda acción pastoral debe ser formativa, ya que debe llevar a quien la realiza como agente (misionero), o quien es interlocutor (receptor activo), a un encuentro o a un reencantamiento con Cristo, de tal forma que sea el inicio o re-inicio de su proceso formativo como discípulo misionero; no debemos perder de vista que el sentido de todas las acciones de las tareas fundamentales de la pastoral existen para hacernos discípulos misioneros de Jesucristo. La segunda es asegurar que, de forma explícita

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y metódica, existan lugares y momentos para la formación integral de los agentes, siempre conforme a las posibilidades de cada instancia. Por otra parte, nos exige respetar el carácter progresivo de la formación, que por ello, debe ser permanente. La apuesta pastoral por los procesos, desde el inicio con la catequesis infantil hasta la formación permanente del clero, es la de favorecer no el sacramentalismo o la vivencia aislada e intermitente de eventos religiosos, sino el seguimiento de Cristo y la madurez humana, espiritual, doctrinal y pastoral de todos.

sus intervenciones las encamina pedagógica y gradualmente a su finalidad última, escatológica, de la comunión perfecta con el Dios Amor Trinidad; la misma creación tiene este horizonte escatológico y se inserta en la única economía de salvación. Toda acción pastoral, en cuanto inserta a un proceso, debe ser una realización actual y auténtica, aunque sea parcial y penúltima, del “para qué” del objetivo; en este sentido toda nuestra pastoral debe estar encaminada a fortalecer nuestras comunidades eclesiales y a la transformación de la sociedad por la vida nueva de Cristo. Por ello, la acción pastoral, acción de la Iglesia que prolonga la obra salvífica de Cristo, se debe insertar en el plan de Dios, concretado en un plan pastoral, que partiendo del Obispo, da garantía de fidelidad a Cristo, comunión eclesial, la búsqueda y la consecución de un objetivo común; al mismo tiempo, da un amplio margen a la libre creatividad, en cuanto que son diversas realidades. Podemos decir que se trata de mirar el mismo horizonte, caminar hacia él, pero cada quien desde su propio contexto, con los pies bien puestos en “su” tierra.

4.- Situar y asumir toda acción evangelizadora en el marco de nuestro proceso pastoral.

La evangelización se realiza a través de procesos de seguimiento de Cristo y de eventos puntuales. Los eventos nunca deben romper con los procesos, sino deben potenciarlos, así como los procesos deben ayudar a enmarcar los eventos en el caminar pastoral de la comunidad y rescatar de ellos su potencial transformador. Cuando se habla de proceso pastoral se tiene de trasfondo una teología de la historia, es decir, se ve la acción pastoral desde la perspectiva del plan de salvación obrado por Dios en su Hijo Jesucristo y por el impulso vivificador del Espíritu. Dios no actúa la salvación de forma intermitente, sino que todas

5.- Acentuar la solidaridad y la salida a las periferias en la formación espiritual del discípulo misionero.

El proceso formativo del discípulo misionero, cuyos espacios y procesos deben ser creados o potenciados conforme a la línea 3, tiene una acentuación en la solidaridad y la salida a las periferias, por nuestro contexto social y eclesial. La vida nueva en Cristo, que abarca la vida de la gracia y la calidad de vida aquí y ahora, crea lazos de solidaridad entre las personas y crea o potencia estructuras que la promuevan; en nuestro contexto tan marcado por las desigualdades sociales, una lacerante pobreza y una grave descomposición del tejido social,

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es conveniente y urgente que los agentes de pastoral se formen en el valor social de la solidaridad; la espiritualidad cristiana no se puede realizar al margen o dando la espalda al hermano sufriente, sino crucificándose en el dolor con él, a fin de hacerlo partícipe de las riquezas de la salvación, tanto del orden material como espiritual. De la misma manera, el proceso formativo lleva necesariamente a la misión, a salir fuera de sí mismo, dejar de ser autorreferenciales e ir a las periferias geográficas y/o existenciales de nuestra sociedad para anunciar la alegría del Evangelio; reconocemos que la cultura está sufriendo una profunda transformación secularista y atea, pero también reconocemos que el corazón del hombre siempre estará abierto a la verdad, al bien y a la belleza, contenidas en el Evangelio de la vida y que nosotros tenemos la gracia de testimoniarlo.

cristiano, el mensaje se une irremediablemente con el mensajero, de tal forma que, utilizándose el lenguaje que se utilice, el testimonio de vida será siempre la manera más elocuente de anunciar y hacer presente a Cristo.

7.- Impulsar el protagonismo de los laicos en la transformación evangélica de la sociedad y su participación en la Iglesia. Los laicos tienen una tarea específica dentro de la Iglesia y del mundo. En la Iglesia participan con sus carismas, no como colaboradores de los clérigos, sino con pleno derecho por el sacerdocio común del que participan desde el bautismo. Ofrecen a Dios el sacrificio existencial de su propia vida y reciben, de los legítimos pastores, el pan de la Palabra y de la Eucaristía para su sustento espiritual, participando de la vida de Cristo. También ejercen una función en el mundo, al que deben siempre impregnar de los valores del Evangelio, como el fermento en la masa. No se debe clericalizar a los laicos ni hacer de los clérigos unos promotores activos de la sociedad, tomando partido por una ideología. Los laicos deben formarse como discípulos misioneros para que ejerzan su misión con liderazgo en todos los campos, especialmente en el de la cultura, de la política y de la economía, a fin de que la vida nueva de Cristo impregne toda la sociedad. En nuestra diócesis todavía se extraña el liderazgo social de los beatos Anacleto González Flores, Luis Padilla y los hermanos Vargas, entre otros.

6.- Anunciar a Jesucristo y su evangelio con un lenguaje comprensible, testimonial y significativo a los hombres y mujeres de hoy.

Nos damos cuenta de la dificultad de darnos entender a las nuevas generaciones que han creado un nuevo lenguaje, una nueva forma de comunicar-se. No se trata sólo de un problema técnico, sino sobre todo antropológico y hermenéutico. Se ha pasado del lenguaje de la palabra y de la razón al del sentimiento, del símbolo y de la imagen. La tarea evangelizadora de la Iglesia nunca ha renunciado a la “traducción” de los perennes contenidos de la revelación a nuevas vasijas conceptuales: del mundo hebreo a la cosmovisión griega; del simbolismo mistagógico a las formulaciones metafísicas; de la escolástica a la existencia y a la historia. Hoy nos toca a nosotros conocer, entender y utilizar el lenguaje de nuestros contemporáneos para hacer comprensible, atractivo y significativo el único mensaje de salvación. Para el

De esta forma los elementos para el VI Plan Diocesano se van completando. Tenemos un objetivo claro, prioridades y ahora las líneas comunes. Todo esto nos va uniendo cada vez más y hemos de ir asumiendo un lenguaje común en nuestro trabajo pastoral.

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Vida Pastoral Diocesana CON ADMIRACIÓN Y AGRADECIMIENTO A TODOS LOS PÁRROCOS

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Pedro Rodríguez, Pbro. Lic.

n la memoria litúrgica de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, se celebró el “Día del Párroco”, en el Templo Expiatorio, el pasado 4 de agosto.

que gira en torno a un tema específico. Indicó que no se puede reducir la Formación Permanente a un tiempo, espacio y tema determinado sino que debe ser la experiencia incidente en todos los momentos de la vida sacerdotal.

“Los sacerdotes de nuestro tiempo reflejan en mayor o menor manera el espíritu sacerdotal del Santo Cura de Ars; quienes como confesores, otros en la penitencia y ayuno, en el celo pastoral, en la obediencia, en la disposición para administrar el sacramento de la Reconciliación, algo de lo que el Santo vivió los ha inspirado”, así lo reconoció el Emmo. Sr. Cardenal D José Francisco Robles Ortega en su saludo al Presbiterio de Guadalajara al festejar a San Juan María Vianney, patrono del Clero y de los Párrocos, el pasado 4 de agosto, en el Templo Expiatorio.

“La Formación inicial que reciben en el Seminario no fue suficiente, -continúo el Cardenal Robles- no se pueden quedar con eso solamente; se necesita aceptar que la dinámica de la Formación

El Arzobispo de Guadalajara subrayó que la felicitación a los Párrocos implica admiración y agradecimiento porque cumplen con entusiasmo y generosidad una responsabilidad compartida. Intensificar y Permanente.

apreciar

la

Formación

El Cardenal Robles reconoció que “ciertamente no todas las virtudes del Patrono de los párrocos se concretiza en cada uno, más bien se convierte en una invitación a contemplar el conjunto de los valores que vivió e irlos completando con la Formación Permanente; se necesita que los sacerdotes sigan formándose en las diferentes virtudes sacerdotales”.

El purpurado explicó que, lamentablemente, el concepto de Formación Permanente, en nuestros días, se ha enfocado solamente a pensar que consiste solamente en una semana de actualización o en un espacio como la casa de ejercicios u otro,

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Vida Pastoral Diocesana

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incluso, procurar disuadir de la celebración a los jóvenes cuya edad no sea la adecuada.

En fin, los párrocos recibieron una motivación que se orientó a meditar sobre una pregunta que fue sugerida para seguirla meditando: ¿Cómo se está promoviendo y proclamando el Matrimonio y la familia como la fórmula adecuada para la realización humana?

Permanente no se reduce a unos cuantos días, a una temática o lugar espacial, sino que es una actitud que lleva al sacerdote a configurarse cada día más con quien los invitó, los eligió y los amó. La gracia ministerial no se le dio al Sacerdote de manera acabada, sino como camino que hay que recorrer para configurarse con Cristo”.

reflexión con una frase que se había proclamado en la hora tercia, “Vigílate a ti mismo y a tu enseñanza”; esa es la tarea del sacerdote, y en ella va en juego también su salvación. Familia y Matrimonio, fórmula para realizarse como hijos de Dios.

La vida del santo Cura de Ars, en su contexto y en su tiempo, consistió en configurarse cada día con Cristo, Buen Pastor y, con esa respuesta, todos se beneficiaron, su Parroquia, la sociedad y su Patria. Todos venían a encontrarlo. En la Formación permanente, cuando no se avanza se retrocede. Por eso, el cardenal concluyó su

Un momento importante de la celebración del Día del Párroco fue la intervención del sacerdote Daniel Guadalupe Jiménez quien expuso una motivación sobre la atención pastoral a los matrimonios y a quienes se preparan para celebrarlo.

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No faltó el momento de alegría en la rifa de regalos que, previamente, algunas parroquias habían donado para los sacerdotes. Después de los regalos se prosiguió con la comida que dio punto final al festejo sacerdotal celebrado en torno a la figura del Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos.

El Padre Daniel Guadalupe indicó que se debe incentivar la formación de los niños y de los jóvenes en la formación cristiana, que tengan bien claro el fin último, que consideren sus dotes físicas en forma integral y que se les eduque a hacer buen uso de su libertad. El padre Jiménez señaló que es misión de los sacerdotes luchar para que el estado matrimonial siga progresando y llegue a la perfección. Asistir con la predicación, catequesis a los niños y enseñar con mayor imaginación sobre el significado del matrimonio cristiano. En cuanto a la preparación al Matrimonio, el Padre Daniel subrayó con insistencia el cuidado que se debe tener sobre la constatación de que nada impida la celebración de un matrimonio mediante el ejercicio de una diligente investigación e

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REUNIÓN DE SEGUIMIENTO A LA II ASAMBLEA DIOCESANA DE PASTORAL

al como se acordó al término de la II Asamblea Diocesana de Pastoral, el día 7 de agosto en las instalaciones del Seminario Mayor de Guadalajara, nos dimos cita, además del equipo de la Vicaria de Pastoral, Vicarios Episcopales, Decanos, responsables de los organismos diocesanos de las pastorales: profética, litúrgica, social, familiar, organismos laicales y vida consagrada; para dar seguimiento a lo realizado del 25 al 27 de junio en el Seminario menor.

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Alfredo Domínguez Ortiz, Pbro.

- Concientizar a los laicos sobre la importancia del proceso diocesano (2) - Crear esquemas de participación para los laicos para que vivan el proceso diocesano (2)

tentes, invitándonos a ser no solo transmisores de la información, sino también coordinadores del proceso que va llevando la Asamblea, así mismo nos conminaba a ofrecer ese encuentro vivo con Jesucristo en todas las actividades pastorales y a promover las siete líneas de acción, agradeciendo una vez más nuestra colaboración en favor de la iglesia diocesana de Guadalajara.

Antes de compartir los alimentos de medio día, abordamos el segundo paso: “Juzgar con los criterios del Hijo”, este se llevó a cabo a través de un panel en el que el Sr. Cura Gerardo Jiménez, nos presentó la importancia de las instancias para que llegue el compromiso de la Asamblea a las bases, recordando algunos elementos que sobre este punto trató el II Sínodo Diocesano. El Pbro. Dr. José Marcos Castellón, sobre la integralidad del agente de pastoral en sus dimensiones humana, cristiana, teológica y pastoral. El Sr, Cura Cándido Ojeda, abordó el tema la importancia de la Asamblea como instrumento de pastoral y el Sr. Cura

El siguiente paso fue reflexionar en tres hechos englobantes que surgieron en la pasada Asamblea del mes de junio:

El objetivo de esta reunión fue: “Analizar la II Asamblea Diocesana de Pastoral, profundizar en la tarea de las distintas Instancias para que el fruto de la asamblea llegue a todos y darle seguimiento al proceso pastoral de la Arquidiócesis.”

1.- Ausencia de decanos, responsables de comisiones o secciones en la Asamblea Diocesana, así como presencia intermitente de algunos sacerdotes.

La agenda de trabajo dio inicio a las 10:30 a.m. con la oración inicial en la capilla ante Jesús Eucaristía expuesto, se nos invitó a realizar lectio divina con el texto de Jn 17, 21-25, para terminar con la bendición del Santísimo. Acto seguido el Emmo. Sr. Cardenal dirigió un saludo a los asis-

2.- Hay laicos que llegan desubicados, que no conocen el proceso diocesano o, en definitiva, no saben a lo que van. 3.- Hay un buen ambiente eclesial, de comunión, con mucha disposición de trabajo entre laicos y sacerdotes. Después se descubrieron las causas y las tendencias para ver los retos ante los hechos englobantes analizados. Lo anterior enmarcado en el paso: “Ver con los ojos del Padre”. Siguiendo la metodología: trabajo por equipos, sub plenario y plenario, se lograron importantes acciones que implementar.

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Respecto del primer hecho los retos significativos son:

- Calendarizar oportunamente los eventos y optimizar tiempos (4) - Concientizar de la importancia del proceso de la Asamblea en comunicación y participación eclesial dando sentido evangélico a nuestra misión pastoral en el seguimiento de Jesús. (2) - Implementar instrumentos de formación y coordinación y comunicación (2) - Darle seguimiento a estas reuniones de Vicarios, Decanos, Comisiones y Vida Consagrada. (2)

Respecto del segundo, los retos significativos son:

- Dar formación integral a los laicos para cualificarlos (5)

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Lic. Pedro Rodríguez, sobre la importancia de la comunicación en el proceso pastoral haciendo hincapié respecto de los tres elementos básicos de toda comunicación: ¿Comunicamos de verdad?, ¿En verdad se nos entiende lo que comunicamos? y ¿Estamos entendiendo a quienes queremos comunicar?

Vida Pastoral Diocesana

- Elaborar acentuaciones para cada año durante la vigencia del Plan. - Favorecer este proceso con el siguiente orden: Asambleas parroquiales, decanales, vicariales y Comisiones. - Favorecer la programación con un lenguaje común. - VI Plan escrito.

Por la tarde, para atender el tercer paso “Actuar bajo el impulso del Espíritu Santo”, el trabajo giró en torno de la presentación de las líneas de acción que son la inspiración, el trasfondo espiritual del plan diocesano. Las líneas de acción son las siguientes:

El trabajo en equipos versó sobre la respuesta a dos preguntas:

a conocer, y que se puede tener acceso a la información a través de su página web: www.siag.org. mx; y posteriormente se presentaron tres videos relativos al desarrollo de la II Asamblea de Pastoral celebrada el pasado mes de junio. Y finalmente se presentó el plenario expositivo de parte de Mons. Rafael Hernández Morales, para concluir con un canto y oración como momento celebrativo de la Jornada.

Mientras los secretarios de los subplenarios trabajaban, la Pastoral de la comunicación a través del Sr. Pbro. Lic. Antonio Gutiérrez Montaño, presentó una importante iniciativa que recientemente se ha creado: el SIAG (Sistema Informativo de Arquidiócesis de Guadalajara), y ofrecieron volantes con la información necesaria para darlo

Esperamos seguir siendo instrumentos y constructores de una nueva manera de enfrentar los retos que la época actual nos presenta para llevar a cabo la tarea evangelizadora.

1. ¿Qué necesita hacer la Diócesis para hacer llegar el fruto de la Asamblea a todos? 2. ¿Cuál sería metodológicamente el siguiente paso que debemos dar?

1) Propiciar el encuentro personal con Cristo vivo en todas las instancias y tareas pastorales, 2) Asumir la Espiritualidad de Comunión como cimiento e inspiración de toda acción pastoral, 3) Asegurar la creación y fortalecimiento de espacios y procesos de formación integral, 4) Situar y asumir toda acción evangelizadora en el marco de nuestro proceso pastoral, 5) Acentuar la solidaridad y la salida a las periferias en la formación espiritual del discípulo misionero, 6) Anunciar a Jesucristo y su evangelio con un lenguaje comprensible, testimonial y significativo a los hombres y mujeres de hoy, 7) Impulsar el protagonismo de los laicos en la transformación evangélica de la sociedad y su participación en la Iglesia.

Las respuestas a la primera pregunta fueron:

- Material común donde vaya la Glosa de las líneas con lenguaje sencillo. - Usar los medios de comunicación para dar a conocer este trabajo - Implementar instrumentos que aseguren la verificación e implementación de las Líneas.

Las respuestas a la segunda pregunta fueron: - Curso de acción para las Líneas.

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CEM

Caminar de la Iglesia en México

CEM

EL ROSTRO DE JESÚS PEREGRINO EN MÉXICO: LOS MIGRANTES

Caminar de la Iglesia en México

Felipe Larios Velasco, Pbro.

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l pasado 15 de julio del presente año, en la ciudad de México, se realizó el seminario internacional dedicado a los flujos migratorios de América Latina hacia los Estados Unidos con el título “Coloquio México-Santa Sede sobre Migración Internacional y Desarrollo”, organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de México y la Embajada de México ante la Santa Sede. Para este evento, se contó con la presencia del Secretario del Estado Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin y el Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo.

cialmente por la importancia del tema a tratar en el referido Convenio.

Seríamos, sin embargo, poco ambiciosos, si no pretendiéramos que este “espíritu de entendimiento” no fuese más allá de la realización de las reformas ya emprendidas. Se necesita igual audacia y voluntad de trabajar unidos para poder afrontar los retos ingentes a los que se enfrentan los Estados Unidos Mexicanos: me refiero principalmente a la pobreza que aún aflige a una importante porción de la población del País. Emigración y pobreza van íntimamente unidas y por ello éste ha sido el tema escogido para la reflexión en el Coloquio antes mencionado. Estos dos desafíos comportan, a su vez, otros retos, como son, la disgregación de las familias o el éxodo de los niños que emigran solos, cuyo número aumenta día a día. Ni podemos dejar de mencionar, además, la plaga de la corrupción y el tráfico de personas; o la misma la violencia, especialmente aquella ligada al narcotráfico, la cual trunca cada año un gran número de vidas, especialmente entre los jóvenes.

Tras casi año y medio de mi última visita a México, pisar nuevamente la tierra mexicana constituye para mi motivo de indecible alegría, pues es una Nación a la que, como muchos bien saben, me siento particularmente ligado por motivos personales y otros diversos. Entre los primeros, destaca el hecho de que hace ya algunos años presté mi servicio en la Representación Pontificia de esta Capital; un recuerdo, éste, que continua imborrable en mi corazón. Por lo que respecta a los otros motivos aludidos, destaco, entre otros, dos de entre los principales: México es un País profundamente devoto de la Virgen de Guadalupe y es, también, una Nación que ama de un modo especial al Papa.

Dentro de la experiencia migratoria, se consideró como una fuerte llamada de atención, la situación de los niños y sus familias migrantes. Simplemente en lo que va de octubre 2013 a junio 2014, más de 57.000 niños están junto a las fronteras de los Estados Unidos, sin ser acompañados por un adulto, la mayor parte a lo largo del confín con el sur-este, en la zona del Valle del Rio Grande (Texas). Son menores y adolescentes, no acompañados, reclusos en lugares de detención porque llegan sin estar en regla migratoria, negando en ocasiones la identidad de los padres que viven en los EE.UU para defenderlos. Así, solo esperan ser enviados de vuelta a su país de origen.

violaciones de los derechos y actitudes racistas o xenofóbicas. El Papa pide cambiar de actitud con “una cultura del encuentro… La única capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor”. Estas son las palabras del Cardenal Pietro Parolin, que dirigió a los medios:

Permítanme ante todo expresar, también desde aquí, mi cordial agradecimiento al Sr. Presidente de la República, Sr. Licenciado Enrique Peña Nieto, por la estimada cortesía con la cual me ha recibido, en nombre de todos los mexicanos, en el Palacio Nacional. Mi gratitud se extiende también al Sr. Secretario de Relaciones Exteriores, Sr. José MeadeKuribreña, que organizando el “Coloquio México-Santa Sede sobre movilidad y desarrollo” me invitó a inaugurarlo en mi calidad de Secretario de Estado. Invitación que de muy buen grado acepté, espe-

Al respecto el Papa Francisco en su mensaje enviado al Seminario sobre la migración en curso a la Ciudad de México, expresaba que es necesario responder con la “cultura del encuentro” y no con el “desinterés o con el miedo”. El Papa subraya que es un fenómeno que lleva consigo grandes promesas pero aunque sufrimientos, como

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Esta vez llego al País en un momento de cambios profundos habiéndose aprobado ya numerosas reformas, las llamadas “reformas constitucionales y estructurales”. Durante el coloquio con el Sr. Presidente que mantuve en el Vaticano el pasado 7 de junio, definí esta fase de innovación que está atravesando México como un “tiempo de siembra”. Una siembra hecha con muchas manos: de suyo, la mayor parte de las reformas se han hecho gracias al esfuerzo unitario de las fuerzas políticas mayoritarias del País.

A todos ellos quisiera repetir la invitación que reiteradamente nos ofrece el Papa: “no permitan que les roben la esperanza”. Se trata de retos, que reclaman de los políticos del País un decidido empeño para no perder el “espíritu de entendimiento” ya logrado, pero al cual debe también sumarse el “espíritu de concierto” con otros Países, especialmente con los gobiernos de los Países vecinos, como los Estados Unidos de América. En el mundo moderno de globalización e interdependencia política y económica, ningún Gobierno nacional puede afrontar con éxito tales retos en solitario. Por ello, el contexto regional americano e internacional actual, reclaman tejer estrategias comunes, ser constantes en los compromisos adquiridos, especialmente cuando se trata de la promoción de la persona y sus derechos y considerar los problemas a afrontar con optimismo y largueza de miras. México, esta gran Nación que San Juan Diego recogió

Deseo y auguro que este “espíritu de entendimiento” no venga a menos, sino que continúe y se dilate en el futuro, para que así los frutos de cuánto ha sido sembrado lleguen a todos y cada uno de los ciudadanos mexicanos, especialmente a aquellos que se encuentran en situación más desfavorecida. Este “espíritu de solidaridad” debe impregnar toda la entera fase en curso de elaboración y aprobación de las Leyes Secundarias que concretan las reformas ya promulgadas.

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en su manto junto a las rosas del Tepeyac, siempre contará con el cariño, la solicitud y la leal colaboración de la Iglesia Católica en general y del Santo Padre en particular.

paulatina maduración de la conciencia sobre los derechos humanos en general y sobre el derecho fundamental a la libertad religiosa en particular.ç 1. Cooperamos y trabajamos unidos por la dignidad humana…Precisamente gracias al reconocimiento explícito del derecho a la libertad religiosa, es posible que en la actualidad autoridades civiles y eclesiásticas podamos encontrarnos en una nueva atmósfera de diálogo confiado, aprecio recíproco y colaboración fructuosa. De una lógica de la desconfianza y del recelo mutuos, se han dado pasos importantes hacia una nueva lógica de mutuo respeto que permitirá la construcción de un nuevo México para las generaciones venideras.

Y estas fueron sus palabras en el encuentro-seminario:

Mirar hacia el futuro, mirar a la persona. Movilidad humana y acontecimiento cristiano Palabras de S. E. el Señor Cardenal Pietro Parolin Secretario de Estado de su Santidad Ciudad de México 14 de julio de 2014

Por muy diversos factores, la promoción y la protección de los derechos humanos no siempre ha sido una tarea fácil para ninguna sociedad democrática avanzada. Tampoco para el pueblo mexicano en su convulsa historia de los últimos doscientos años. Sin embargo, tenemos que reconocer todos que esta nueva dinámica ha conllevado realizar en tiempos recientes algunos pasos importantes. La apertura de miras y el trabajo constante de muchos por la igual dignidad de todos, ha permitido modificar y mejorar el actual marco normativo mexicano.

Lic. Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, Dr. José Antonio MeadeKuribreña, Secretario de Relaciones Exteriores, Señores Obispos, Servidores públicos, Académicos y ciudadanos preocupados por la migración internacional y el desarrollo de México, Amigas y amigos todos: Es para mí un gran honor y un placer poder estar hoy entre ustedes. Como bien saben, durante varios años tuve el privilegio y la oportunidad de servir a la Santa Sede en este País. Les confieso que recuerdo aquel período de mi vida con nostalgia, pues ya entonces era consciente de que estaba siendo un testigo privilegiado del inicio de las importantes transformaciones que la sociedad y las instituciones mexicanas experimentarían en un futuro cercano. Como me gusta decir, aquellos eran “años de siembra”: entonces se entendía que era preciso asentar unos procesos que sólo más tarde fructificarían. No me refiero solo al reto de hacer de México una de las economías más abiertas del mundo y un destino deseado a nivel mundial para la inversión económica. Me refiero, sobretodo, a la

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concepto metafórico o ante una ficción moral. Al contrario, esta realidad es de lo más concreto: cada ser humano, por pequeño y poco funcional que sea, posee una dignidad y unos derechos que nada ni nadie le pueden arrebatar. La gran aportación del cristianismo a la humanidad, que luego, con el madurar de los tiempos, será recogida por la Ilustración como categoría política es la fraternidad universal. La razón iluminada por la fe descubre con gozo que en la gran familia humana todos somos hijos de un mismo Padre. El relato del Génesis revela la explicación última la dignidad humana: a diferencia del resto de las criaturas, el hombre y la mujer han sido creados a imagen y semejanza de Dios, por lo que son como Él, seres racionales y libres. De un modo radical, el cristianismo ha afirmado desde sus mismos inicios que todos somos libres, que todos somos iguales, que todos somos hermanos. Como consecuencia, la dignidad de las personas no procede de su situación económica, de su filiación política, nivel educativo, pertenencia étnica, estatus migratorio o convicción religiosa.

Todo ser humano, por el mismo hecho de ser persona, posee una dignidad tal que merece ser tratada con el máximo respeto. Más aún, el único criterio absolutamente válido para evaluar si una comunidad política cumple con su vocación de servicio al bien común, es precisamente éste: la calidad de su servicio a las personas, pero de un modo especial, a las más pobres y vulnerables. Para los católicos esta convicción no es un dato extrínseco, secundario o estático. De hecho, a lo largo de los siglos, ha sido un continuo estímulo a desinstalarnos y a salir de nuestras seguridades. Muchas veces, vivido con auténtico heroísmo, hasta dar la vida. La verdad sobre el hombre que nos ha revelado Jesucristo, ha sido para los cristianos una verdadera exigencia, en el sentido de ser siempre empáticos y solidarios con todo lo humano, con todo lo que es justo, bello y bueno. Sobre todo, con aquellas dimensiones periféricas de la existencia, las más lastimadas y humilladas, pues ellas son la imagen más nítida del Crucificado. Como señaló el Papa Francisco a los catequistas en el encuentro de septiembre del 2013, “Dios no tiene miedo a las periferias. Por esto, si ustedes van a las periferias, lo encontrarán allí”. 2. El desafío de la emigración…Cada día nos llegan nuevas noticias del ingente número de personas que en el mundo deben salir de su tierra entre situaciones lacerantes de sufrimiento y dolor. Las causas son siempre las mismas: la violación de los derechos humanos más elementales, la violencia, la falta de seguridad, las guerras, el desempleo y la miseria. ¡Cuánta violencia política, económica y social en nuestro mundo! Intentando llegar a una tierra de pro-

A lo largo de este proceso, se ha hecho evidente, una vez más, que la fuente más originaria del derecho no se encuentra en los mecanismos de consenso y pacto entre mayorías y minorías, propios de cualquier asamblea legislativa, sino en el reconocimiento de la dignidad inalienable de toda persona. El “derecho personal” a tutelar, el principio innegociable e irrenunciable que la razón descubre como una necesidad a promover en todo ser humano, surge de una realidad pre-positiva que sostiene todo el orden jurídico. No estamos ante ningún

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misión en la que sea posible una vida digna, miles de personas deben pasar hambre, humillaciones, vejaciones en su dignidad, a veces hasta torturas y, algunos, morirán solos entre la indiferencia de muchos. Atónitos, contemplamos en pleno siglo XXI a las víctimas de la trata humana, a los que son obligados a trabajar en condiciones de semi-esclavitud, a los que son abusados sexualmente, a los que caen en las redes de bandas criminales que operan a nivel transnacional y que a veces cuentan con impunidad a causa de la corrupción y ciertas connivencias.

añade: “Es impresionante el número de personas que emigra de un continente a otro, así como de aquellos que se desplazan dentro de sus propios países y de las propias zonas geográficas. Los flujos migratorios contemporáneos constituyen el más vasto movimiento de personas, incluso de pueblos, de todos los tiempos. Creo poder afirmar con razón que en nuestro mundo globalizado, el progreso no se logra únicamente con un mayor flujo de capitales, mercancías e información. Un incremento del intercambio comercial y financiero entre las naciones no conlleva, de manera automática, una mejora en los niveles de vida de la población, ni tampoco genera automáticamente más riqueza. Al respecto, observamos que las naciones, especialmente aquellas más avanzadas desde el punto de vista económico y social, deben su desarrollo en gran parte a los emigrantes. Ello es así porque el progreso está muy ligado al factor humano, a la cultura, a la inventiva, al trabajo, a las condiciones sociales y familiares. Como bien dijo Benedicto XVI en su encíclica Caritas in Veritate: “El desarrollo de los pueblos depende sobre todo de que reconozcan que son una gran familia, profundizando desde el punto de vista crítico y valorativo en la categoría de la relación” (n. 53).

El tema que hoy nos ocupa, el de la “movilidad humana” en el mundo de hoy, se enmarca en este universo de dolor que no puede dejar indiferente a nadie, especialmente a la Iglesia. El Papa Francisco, en su más reciente Mensaje para la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado nos ha dicho: “Toda persona pertenece a la humanidad y comparte con la entera familia de los pueblos la esperanza de un futuro mejor”. Y poco más adelante

La discriminación, el racismo, el trato vejatorio, las injusticias laborales… ¡no son un buen negocio! Aquellas sociedades en las que los emigrantes legales no son acogidos abiertamente, sino que son tratados con prejuicios, como sujetos peligrosos o dañinos, demuestran ser muy débiles y poco

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preparadas para los retos de los decenios venideros. Por el contrario, aquellos países que saben ver a los recién llegados como elementos generadores de riqueza ante todo humana y cultural y, por tanto, que saben acogerlos debidamente; aquellas sociedades que hacen los pertinentes esfuerzos por integrar a los emigrantes, dan un mensaje inequívoco a la entera comunidad internacional de solidez y garantía que, en sí, generan aún un mayor progreso.

Al respecto, las palabras del Papa Francisco en Lampedusa, lejos de perder su vigor, resuenan cada día con más fuerza: “¿Dónde está tu hermano?”, la voz de su sangre grita hasta mí, dice Dios. Ésta no es una pregunta dirigida a otros, es una pregunta dirigida a mí, a ti, a cada uno de nosotros. […] Antes de llegar aquí han pasado por las manos de los traficantes, esas personas para las que la pobreza de los otros es una fuente de lucro 3. La respuesta común al desafío de la emigración…La Iglesia católica, especialmente en México, está desarrollando múltiples iniciativas concretas para acompañar y acoger con hospitalidad a las personas migrantes. La Iglesia, “maestra en humanidad”, no puede ser un “lugar cerrado” en el que vivir una fe desencarnada. En verdad, no sería la “esposa del Crucificado” si no se volcase a favor del bien común.

Por eso les invito al reto de una sociedad más justa y solidaria, que reconoce el valor de la movilidad humana y no se cierra en sí misma sino que está dispuesta a la acogida y a dejar espacios abiertos. Me parece que a este respecto pueden ser significativas las palabras que Juan Pablo II pronunció en Monterrey durante su primera visita al México: “No podemos cerrar los ojos a la situación de millones de hombres que en su búsqueda de trabajo y del propio pan han de abandonar a su patria y muchas veces las familias, afrontando las dificultades de un ambiente nuevo no siempre agradable y acogedor, una lengua desconocida y condiciones generales que les sumen en la soledad y a veces en la marginación a ellos […] Hay ocasiones, en que el criterio puesto en práctica es el de procurar el máximo rendimiento del trabajador migrante, sin mirar a la persona”.

Cuando la Iglesia encuentra un interlocutor receptivo, un Estado convencido de su vocación de servicio a las personas y, por tanto, no meramente “tolerante” con el hecho religioso, sino dispuesto a promover cualquier instancia que trabaje por mejorar la sociedad, la potencialidad del bien realizado se multiplica y el tejido social se impregna de humanidad. Los estados autoritarios buscan controlar toda la vida social: el aparato estatal es omnipresente, debe hacerlo todo, aunque lo haga mal. No acepta a la llamada “sociedad civil”, basada en el principio de la subsidiaridad, por el cual la instancia superior debe renunciar a hacer aquello que pueden hacer las instancias inferiores, en aras de una mayor eficiencia del servicio prestado. Hoy sabemos que un estado omnipresente no sólo es injusto sino radicalmente ineficiente, puesto que corta de raíz cualquier brote de creatividad y de iniciativa.

¡Sin mirar a la persona! Esta es la cuestión. Podemos empezar a cambiar hoy el futuro si somos capaces de mirar y servir a las personas concretas, aquellas que conocemos, aquellas que tratamos cada día. Si sabemos mirar también el rostro de cada emigrante, aprenderemos a encontrar una razón para afirmar que todos somos hermanos. En el fondo, aprenderemos a conocernos mejor nosotros mismos y surgirá el anhelo del cambio.

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Al respecto, quisiera subrayar que la Iglesia ha sido uno de los factores sociales que históricamente más ha trabajado por el reconocimiento de la “sociedad civil”. Cuando un País no sólo tolera a la Iglesia, sino que en el marco de una sana laicidad establece los medios jurídicos para su protección y promueve su acción social a favor del bien común, garantiza un elemento meta-político clave para el progreso: la confianza. Un estado de derecho en el que los ciudadanos confían en sus políticos, en sus jueces y en las fuerzas del orden, tiene futuro. Una sociedad abierta en la que los consumidores confían en los actores de la economía, tiene futuro. Un estado que confía en las Organizaciones no gubernamentales como expresión de la pluralidad del tejido social, tiene abiertas las puertas del futuro.

Es cierto que la movilidad humana y su impacto en el desarrollo son dos de los fenómenos sociales más complejos, difíciles de resolver sin un espíritu general de confianza. Por un lado el emigrante tiene el deber de integrarse en el País que lo acoge, respetando sus leyes y la identidad nacional. Por otro lado el Estado tiene también el deber de defender las propias fronteras, sin olvidar en ningún caso el respeto de los derechos humanos y el deber de la solidaridad. Es evidente que el fenómeno de la migración no puede ser resuelto únicamente con medidas legislativas o adoptando políticas públicas, por buenas que sean, y mucho menos únicamente con las fuerzas de seguridad y del orden. La solución del problema migratorio pasa por una conversión cultural y social en profundidad que permita pasar de la “cultura de la cerrazón” a una “cultura de la acogida y el encuentro”. Por ello, si buscamos dar soluciones satisfactorias que logren tener un impacto positivo en la movilidad humana, será necesario reconocer que las personas individuales, las organizaciones de la sociedad civil, las diversas instituciones públicas y privadas y los mismos

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países, son interdependientes todos entre sí y que, en consecuencia, es indispensable la cooperación.

titución, ni siquiera el Estado, posee los recursos económicos, políticos, informativos, de capital social o de legitimidad, necesarios para solucionar de raíz los problemas asociados a la emigración. Ante el hecho migratorio, necesitamos urgentemente que se superen los recelos atávicos y se planteen de una vez estrategias comunes a nivel sub-regional, regional y mundial que incluyan a todos los sectores de la sociedad. Pensemos, por ejemplo, en los Estados Unidos de América, cuya Administración ha difundido en estas semanas los datos que se refieren al flujo migratorio de los niños que cruzan la frontera sin estar acompañados por adultos. Su número crece cada día de modo exponencial. Tanto si viajan a causa de la pobreza, de la violencia o con la esperanza de unirse a los familiares que están al otro lado de la frontera, es urgente protegerlos y asistirlos, pues su debilidad es mayor e indefensos, están al albur de cualquier abuso o desgracia.

En este contexto, la Iglesia siempre ha sido y será una leal colaboradora. Cuenta con un acerbo moral y religioso basado en una tradición con dos mil años de antigüedad. Su implantación en algunos países como México, es vasta y reconocida. Por definición, es católica, es decir, universal, transnacional. Su mensaje no se agota en la vida privada de los fieles, sino que buscando su conversión, se expande y alcanza los caminos de la cultura y de la justicia social puesto que no es posible definirse cristiano y vivir de espaldas a la justicia y fraternidad, también con los no creyentes. Dicho de otra manera, sería injusto y radicalmente falso considerar a la fe cristiana como un obstáculo para desarrollo. Por otra parte, la Santa Sede, gobierno central de la Iglesia universal, es un sujeto con plena soberanía en el derecho internacional que goza de plena personalidad jurídica. Mantiene relaciones diplomáticas con 181 Estados, con la Soberana Orden de Malta y con la Unión Europea, además de participar como Miembro o como Observador permanente en la ONU, en varias Agencias especializadas y en fondos o programas de multitud de Organizaciones e Instituciones internacionales. Ayudada por sus Representantes Pontificios, participa en los más variados foros políticos con el objeto de que los derechos humanos universales sean plenamente tutelados desde el respeto a los principios éticos y morales que conforman la vida social.

La política es el arte de lo posible. Hagamos posible lo que parecía imposible. Seamos ambiciosos al plantearnos los retos. No nos desanimemos por aquello que no son sino aparentes fracasos. Con estos sentimientos me congratulo con ustedes por la realización de este Coloquio. Estoy seguro que los trabajos de esta reunión serán de gran ayuda para avanzar nuevas pautas de reflexión, que permitan a su vez nuevos escenarios de diálogo y cooperación. S. Juan Pablo II decía que para un cristiano, “el emigrante no es simplemente alguien a quien hay que respetar según las normas establecidas por la ley, sino una persona cuya presencia interpela y cuyas necesidades se transforman en compromisos”. Quiera Dios que este compromiso lo podamos compartir, para que nadie nos pueda reprochar nunca que no hicimos lo que debíamos a favor de nuestros hermanos emigrantes. ¡Muchas gracias!

La Iglesia siempre apoyará a nivel nacional e internacional cualquier iniciativa dirigida a la adopción de políticas de concierto. Ninguna ins-

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Pulso de la Iglesia Universal LA FAMILIA ES UN CENTRO DE AMOR I CONGRESO LATINOAMERICANO DE LA PASTORAL FAMILIAR Panamá del 4 al 9 de agosto de 2014

Organización

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Oscar Maldonado Villalpando, Pbro.

querido responder al interés de la Iglesia en el continente sobre la familia y el desarrollo social para la vida plena en este continente. No solamente ha buscado dar respuesta a la necesidad expresada por los agentes de Pastoral Familiar de América Latina y el Caribe, sino también a las opciones de la Iglesia subrayadas en Aparecida, en donde la Familia es una opción preferencial.

l I Congreso ha sido organizado por el Departamento de Familia, Vida y Juventud del CELAM, la Arquidiócesis de Panamá, el Pontificio Instituto Juan Pablo II. El lema ha sido “Mi familia y yo serviremos al Señor” el lugar fue el hotel Playa Bonita de Panamá.

El I Congreso tuvo un doble objetivo: Por un lado, impulsar la reflexión, desde las ciencias sociales, la teología y la pastoral, sobre la familia como fuente de riqueza social, para reforzar el sentido del valor social de la familia y promover su ser y su misión en el ámbito social y eclesial como discípula misionera vital para la vida plena y la comunión misionera en el continente; y por otro lado, ha sido un Congreso donde la protagonista ha sido la familia, pues la coordinaron parejas de matrimonios y se tuvieron testimonios y experiencias de vida. Los temas fueron:

En América Latina, en muchas de nuestras familias cristianas, urge fortalecer un sólido discipulado misionero debilitado por el vínculo familiar y social, lo cual está llevando a la sociedad en general, a una ausencia de identidad y pertenencia.

La familia está llamada a ser protagonista de la convivencia social, mediante los valores que contiene y trasmite, a través de la participación de sus miembros en la vida de la sociedad. Familia y sociedad están estrechamente vinculadas por nexos vitales y orgánicos, en cuanto la primera constituye el fundamento y la fuerza vital de la segunda por su servicio a la vida humana en su totalidad.

1.- Familia y Educación. 2.- Familia y Comunicación. 3.- Familia y Vida (Políticas públicas) 4.- Familia y Economía. 5.- Familia y Evangelización.

En la familia nacen los ciudadanos, y cada neonato es una “partícula” de aquel bien común, en la cual las comunidades humanas arriesgan la supervivencia; en el hogar la persona es el centro de atención y se la trata como fin y nunca como medio; por eso, proteger a las familias es la mejor

En el panorama del Sínodo sobre la Familia El I Congreso Latinoamericano de la Familia ha

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Pulso de la Iglesia Universal

garantía contra cualquier querencia antihumana; en la familia se experimenta la sociabilidad, se inicia el ejercicio de las responsabilidades sociales y de las actitudes necesarias para un buen funcionamiento de las relaciones humanas; en ella se inculcan, desde los primeros años de vida, los valores morales y se transmite el patrimonio espiritual y cultural en el que se vive.

Como la familia es la célula vital de la sociedad, la estabilidad de ésta dependerá estrechamente de la estabilidad de las familias que la componen: sin familias honestas y estables, la sociedad se debilita.

No olvidamos que el reconocimiento de la familia es un estímulo para superar una perspectiva social puramente utilitarista, en favor de la cultura de la donación. Esta cultura facilita el reconocimiento de los criterios adecuados para resolver los problemas sociales –trabajo, hogar, salud, educación, etc. y, más en general, promueve la protección de los derechos personales.

El esfuerzo para alcanzar esta estabilidad familiar atañe principalmente a las mismas familias: para resolver las cuestiones que les afectan directamente, las familias deben convertirse en “protagonistas” de la vida social, influyendo en las decisiones institucionales, mediante la propuesta de soluciones idóneas y el empeño en que se lleven a cabo.

Se ha resaltado que muchas veces estos derechos de la familia, no siempre son respetados. Frente a estos abusos, la Iglesia se esfuerza en defender y promover los derechos de la familia. Expresión patente de este compromiso es la Carta de los derechos de la familia, publicada por la Santa Sede; esta Carta es un punto de referencia para la protección y promoción de la familia como sociedad natural y universal, sujeto de derechos y deberes precedentes al Estado.

Por ello este Congreso ha realzado la familia como institución social que media entre el individuo y la sociedad, como elemento socializador, personalizador y educador que fomenta la libertad y la responsabilidad.

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Pulso de la Iglesia Universal

Pulso de la Iglesia Universal MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO CON OCASIÓN DEL “COLOQUIO SOBRE MIGRACIÓN MÉXICO-SANTA SEDE”

Hector López Alvarado, Pbro.

El Santo Padre se ha hecho presente en este I Congreso Latinoamericano sobre la Familia por medio de un mensaje.

que la familia constituye una gran “riqueza social” que aporta “estabilidad y fecundidad”. La estabilidad se debe a que las relaciones basadas en “el amor fiel hasta la muerte”, como el matrimonio, la paternidad o la hermandad, que se aprenden en el núcleo familiar. Por otro lado, la fecundidad se produce porque la familia, continúa, “amplía el horizonte de la existencia” a los individuos, generando “un mundo nuevo”.

En esa comunicación el Papa Francisco defiende a la Familia, que más allá de sus “acuciantes problemas y de sus necesidades perentorias” es un “centro de amor”. El Papa define a la familia como “un centro de amor” donde reina la ley del respeto y de la comunión, y que es “capaz de resistir los embates de la manipulación y de la dominación” de lo que define como “centros de poder mundanos”.

La Familia nos hace creer, contra toda desesperanza y derrotismo, que una convivencia basada en el respeto y en la confianza es posible.

En el seno de la familia nadie es descartado: tanto el anciano como el niño hallan acogida, afirma el Papa. El Obispo de Roma cita la encíclica de Benedicto XVI, “Caritas in Veritate”, al señalar

Con este I Congreso Latinoamericano que se ha realizado en Panamá, nos preparamos para el Sínodo de la Familia a realizarse en el mes de octubre de 2014.

Mensaje del Santo Padre Francisco con ocasión del “Coloquio México Santa Sede sobre movilidad humana y desarrollo” Ciudad de México

parte de todos; el paso de una actitud de defensa y de miedo, de desinterés o de marginación – que, al final, corresponde precisamente a la “cultura del descarte” – a una actitud que tenga a la base la “cultura del encuentro”, la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor”.

D

eseo dirigir mi saludo a los organizadores, a los relatores y a los participantes en el “Coloquio México Santa Sede sobre movilidad humana y desarrollo”.

Me urge, además, llamar la atención sobre decenas de miles de niños que emigran solos, no acompañados, para escapar a la pobreza y a las violencias: esta es una categoría de migrantes que, desde Centro América y desde México, atraviesa la frontera con los Estados Unidos de América en condiciones extremas, en busca de una esperanza que la mayoría de las veces resulta vana. Ellos aumentan día a día. Tal emergencia humanitaria reclama en primer lugar intervención urgente, que estos menores sean acogidos y protegidos. Tales medidas, sin embargo no serán suficientes, sino son acompañadas por políticas de información sobre los peligros de un viaje tal y, sobre todo, de promoción del desarrollo en sus países de origen.

La globalización es un fenómeno que nos interpela, especialmente en una de sus principales manifestaciones como lo es la emigración. Se trata de uno de los “signos” de estos tiempos que vivimos y que nos recuerdan las palabras de Jesús: “¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?” (Lc 12,57). No obstante el gran flujo de migrantes presentes en todos los Continentes y en casi todos los Países, la migración es vista aun como emergencia, o como un hecho circunstancial y esporádico, mientras se ha convertido ya en un elemento característico y en un desafío de nuestras sociedades.

Es un fenómeno que trae consigo grandes promesas junto a múltiples desafíos. Muchas personas obligadas a la emigración sufren y, a menudo, mueren trágicamente; muchos de sus derechos son violados, son obligados a separarse de sus familias y lamentablemente continúan siendo objeto de actitudes racistas y xenófobas.

Finalmente, es necesario frente a este desafío, llamar la atención de toda la comunidad internacional para que puedan ser adoptadas nuevas formas de migración legal y segura. Deseo un gran éxito a la admirable iniciativa del Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno mexicano de organizar un coloquio de estudio y reflexión sobre el gran desafío de la emigración e imparto de corazón a cada uno de los presentes mi Bendición Apostólica.

Frente a tal situación, repito aquello que he tenido oportunidad de afirmar en el Mensaje para la Jornada mundial del Migrante y del Refugiado de este año: “Es necesario un cambio de actitud hacia los migrantes y refugiados por

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Vaticano, 11 de Julio 2014

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Pulso de la Iglesia Universal

Pulso de la Iglesia Universal

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO CON OCASIÓN DEL I CONGRESO LATINOAMERICANO DE PASTORAL FAMILIAR QUE SE CELEBRÓ DEL 4 AL 9 DE AGOSTO DE 2014 EN PANAMÁ

Vaticano, 8 de mayo de 2014

ner en cuenta a los más alejados y desfavorecidos, si en el corazón del hombre están fracturadas estas relaciones básicas, que le ofrecen seguridad en su apertura a los demás.

y a dirigirse a Dios con el hermoso nombre de Padre. Que Nuestra Señora de Guadalupe alcance de Dios abundantes bendiciones para los hogares de América y los haga semilleros de vida, de concordia y de una fe robusta, alimentada por el Evangelio y las buenas obras. Les pido el favor de rezar por mí, pues lo necesito.

Además, el amor familiar es fecundo, y no sólo porque engendra nuevas vidas, sino porque amplía el horizonte de la existencia, genera un mundo nuevo; nos hace creer, contra toda desesperanza y derrotismo, que una convivencia basada en el respeto y en la confianza es posible. Frente a una visión materialista del mundo, la familia no reduce el hombre al estéril utilitarismo, sino que da cauce a sus deseos más profundos.

Queridos hermanos:

dad. En el seno de la familia, nadie es descartado: tanto el anciano como el niño hallan acogida. La cultura del encuentro y el diálogo, la apertura a la solidaridad y a la trascendencia tienen en ella su cuna.

M

e uno de corazón a todos los participantes en este I Congreso latinoamericano de Pastoral familiar, organizado por el CELAM, y los felicito por esta iniciativa a favor de un valor tan querido e importante hoy en nuestros pueblos.

Por eso, la familia constituye una gran “riqueza social” (cf. Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 44). En este sentido, quisiera subrayar dos aportes primordiales: la estabilidad y la fecundidad.

¿Qué es la familia? Más allá de sus acuciantes problemas y de sus necesidades perentorias, la familia es un «centro de amor», donde reina la ley del respeto y de la comunión, capaz de resistir a los embates de la manipulación y de la dominación de los “centros de poder” mundanos.

Las relaciones basadas en el amor fiel, hasta la muerte, como el matrimonio, la paternidad, la filiación o la hermandad, se aprenden y se viven en el núcleo familiar. Cuando estas relaciones forman el tejido básico de una sociedad humana, le dan cohesión y consistencia. Pues no es posible formar parte de un pueblo, sentirse prójimo, te-

En el hogar familiar, la persona se integra natural y armónicamente en un grupo humano, superando la falsa oposición entre individuo y socie-

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Fraternalmente, FRANCISCO

Finalmente, quisiera decirles que, desde la experiencia fundante del amor familiar, el hombre crece también en su apertura a Dios como Padre. Por eso el Documento de Aparecida indicó que la familia no debe ser considerada sólo objeto de evangelización, sino también agente evangelizador (cf. nn. 432, 435). En ella se refleja la imagen de Dios que en su misterio más profundo es una familia y, de este modo, permite ver el amor humano como signo y presencia del amor divino (Carta enc. Lumen fidei, 52). En la familia la fe se mezcla con la leche materna. Por ejemplo, ese sencillo y espontáneo gesto de pedir la bendición, que se conserva en muchos de nuestros pueblos, recoge perfectamente la convicción bíblica de que la bendición de Dios se transmite de padres a hijos.

Conscientes de que el amor familiar ennoblece todo lo que hace el hombre, dándole un valor añadido, es importante animar a las familias a que cultiven relaciones sanas entre sus miembros, a que sepan decirse unos a otros “perdón”, “gracias”, “por favor”,

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Herramientas Pastorales

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LA PASTORAL PRE-MATRIMONIAL

uando se habla de la crisis de la familia y del matrimonio es necesario tener una prudente perspectiva para no despojarlos de su valor y evitar ser víctimas de lo inmediato; esta crisis no es falta del deseo de ideales, más bien un error en perseguir diversas alternativas sexuales, matrimoniales y familiares, que sobre él se emprenden y conducen a la fatal producción de contravalores, el empobrecimiento de los lazos humanos y a la conciencia de frustración.

Daniel Guadalupe Jiménez Cortés, Pbro.

un aspecto de la evangelización de la Iglesia, que tiene como principio operativo y como protagonista responsable a la misma Iglesia, a través de sus estructuras y agentes, que son fundamentalmente la familia, la comunidad eclesial y la parroquia en particular.

Este aspecto evangelizador y preparación es hoy más necesaria que nunca habida cuenta de las dificultades objetivas en que se encuentra la familia y de las concepciones erradas sobre el matrimonio que imperan en la cultura actual y que dificultan una recta comprensión del matrimonio como relación conyugal personal.

Ante esta crisis la pregunta no ha de ser ¿qué pasa con el matrimonio y la familia?, sino ¿cuál es la fórmula de comunicación sexual más adecuada para las características de la especie humana? Y a ésta pregunta se responde el matrimonio y la familia, como respuesta y no como pregunta.

En el Código de Derecho Canónico se proponen algunas normas que se refieren específicamente a la preparación para el matrimonio y se subraya

Para dar a conocer esta respuesta, es necesario entender que la pastoral prematrimonial es

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el papel de los padres y de los pastores en esa preparación para que los contrayentes comprendan y asuman convenientemente la vocación matrimonial: c.226§1 Quienes, según su propia vocación, viven en el estado matrimonial, tienen el peculiar deber de trabajar en la edificación del pueblo de Dios a través del matrimonio y de la familia.

§2 por haber transmitido la vida a sus hijos, los padres tienen el gravísimo deber y el derecho de educarlos; por tanto, corresponde a los padres cristianos en primer lugar procurar la educación cristiana de sus hijos según la doctrina enseñada por la Iglesia.

y progrese hacía la perfección. Ante todo, se ha de prestar esta asistencia:

c. 795 Como la verdadera educación debe procurar la formación integral de la persona humana, en orden a su fin último y, simultáneamente, al bien común de la sociedad, los niños y los jóvenes han de ser educados de manera que puedan desarrollar armónicamente sus dotes físicas, morales e intelectuales, adquieran un sentido más perfecto de la responsabilidad y un uso recto de la libertad y se preparen a participar activamente en la vida social.

1° mediante la predicación, la catequesis acomodada a los menores, a los jóvenes y a los adultos, e incluso con los medios de comunicación social, de modo que los fieles adquieran formación sobre el significado del matrimonio cristiano y sobre la tarea de los cónyuges y padres cristianos. 2° por la preparación personal para contraer matrimonio, por la cual los novios se dispongan para la santidad y las obligaciones de su nuevo estado.

c. 529§1 para cumplir diligentemente su función pastoral, procure el párroco…poner los medios para que los cónyuges y padres sean ayudados en el cumplimiento de sus propios deberes y se fomente la vida cristiana en el seno de las familias.

3° por una fructuosa celebración litúrgica del matrimonio, que ponga de manifiesto que los cónyuges se constituyen en signo del misterio de unidad y amor fecundo entre Cristo y la Iglesia y que participan de él.

c. 1063 los pastores de almas están obligados a procurar que la propia comunidad eclesiástica preste a los fieles asistencia para que el estado matrimonial se mantenga en el espíritu cristiano

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4° por la ayuda prestada a los casados, para que, manteniendo y defendiendo fielmente la alianza conyugal, lleguen a una vida cada vez

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más santa y más plena en el ámbito de la propia ciales, con todo lo que significa para la formación familia. del carácter, para el dominio y recto uso de las propias inclinaciones, para el modo de considerar y c. 1072 procuren los pastores de almas disuadir encontrar a las personas del otro sexo, además de de la celebración del matrimonio a los jóvenes que una sólida formación espiritual y catequética. Paaún no han alcanzado la edad en la que según las pel decisivo lo constituye el ejemplo de los padres, costumbres de la región se suele contraer. unidos en los momentos difíciles y en los prósperos, que se entregan a la familia con alegría y genEn el itinerario que conduce al matrimonio com- erosidad. prende tres etapas, y en ellas ha de estar presente de manera activa el párroco, la Familiaris Consortio b) La preparación próxima como un camien el n.66 nos recuerda: no de catequesis a) La preparación remota y la pedagogía familiar

Esta comprende la formación en las virtudes humanas y sociales, los principales responsables serían los propios padres, los educadores cristianos y la parroquia; es el periodo en que se imbuye la estima por todo auténtico valor humano, tanto en las relaciones interpersonales como en las so-

Comprende la ayuda que se da a los jóvenes a volver a descubrir la vida sacramental, procurando a la vez que en el momento conveniente se les instruya, desde diversos puntos de vista, en las exigencias de la vida matrimonial y familiar, como elementos que deben estar presentes en esta etapa, se pueden señalar: el sentido del matrimonio como vocación a la santidad (LG 5); la dignidad del amor conyugal, su función y ejercicio (GS 49); el sentido y alcance de la paternidad responsable (FC 66); el conocimiento de los elementos necesarios para una ordenada conducción de la familia; las condiciones necesarias para la celebración válida y fructuosa del matrimonio (FC 66). c) La preparación inmediata al matrimonio. Preparación de la ceremonia litúrgica

Tiene como destinatarios a aquellos que están comprometidos a contraer matrimonio en un futuro inmediato; “debe tener lugar en los últimos meses y semanas que preceden a las nupcias como para dar un nuevo significado, nuevo contenido y nueva forma al llamado examen pre matrimonial exigido por el Derecho Canónico” (FC 66); debe hacerse a los novios una catequesis de la doctrina

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ta y formal lo que la Iglesia realiza cuando celebra el matrimonio de bautizados, el pastor de almas no puede admitirlos a la celebración (FC 68).

Es necesario que como pastores de almas, demos la respuesta cierta de que el matrimonio como proyecto de Dios es la fórmula de comunicación sexual más adecuada para las características de la especie humana y que al ser elevada por Cristo a la Dignidad de Sacramento, es el ámbito de la realización interpersonal entre varón y mujer, que los lleva a conseguir la gracia santificante para sí y para la prole. No nos dejemos llevar por el inmediatismo de la subjetividad y el relativismo que le quitan el verdadero valor al matrimonio y a la familia.

acerca del sacramento y sus ritos, oraciones y lecturas, de tal manera que los contrayentes puedan celebrar un matrimonio consciente y fructuosamente; para que la celebración sea fructuosa se pide que en la preparación del sacramento del matrimonio reciban el sacramento de la penitencia y se acerquen a la Sagrada Eucaristía; toda esta preparación ha de ayudar a los contrayentes a identificar las razones por las que se casan y a ser conscientes de su vocación matrimonial. Es tiempo de iniciarse en el rito de la celebración y conocer el significado de los gestos y textos litúrgicos.

Bibliografía:

JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, 1981.

PEDRO –JUAN VILADRICH, La agonía del matrimonio legal, Ed. EUNSA, 5ª Edición, Pamplona 2010.

Los que no hayan recibido el sacramento de la confirmación deberán hacerlo antes de ser admitidos al matrimonio, recepción que es condición necesaria para la licitud del matrimonio.

JAVIER MARTÍNEZ GRAS, Prematrimonial pastoral, en Diccionario General de Derecho Canónico, Vol. VI, Universidad de Navarra, Thomson Reuters Aranzadi, Pamplona 2012.

Si, a pesar de los esfuerzos hechos, los contrayentes dan muestra de rechazar de forma explíci-

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Herramientas Pastorales UNA REALIDAD VIVA EN DOS PALABRAS: “NUEVA EVANGELIZACIÓN”

A

Herramientas Pastorales Felipe Larios Velasco, Pbro.

no contentarse con el hecho, que del grano de mostaza ha crecido el grande árbol de la Iglesia Universal, no pensar que basta el hecho que en sus ramas diversos pájaros pueden encontrar lugar sino osar de nuevo con humildad del pequeño grano el dejar a Dios, cuándo y cómo crecerá (Mt 4, 26-29). En otras palabras: la grande realidad comienza en humildad. Dice un proverbio: “Suceso no es un nombre de Dios”. Se debe cambiar a misterio de la Iglesia que es al mismo tiempo grande árbol y pequeño grano.

propósito del caminar de nuestra Arquidiócesis de Guadalajara, viene al caso la reflexión del Papa Emérito Benedicto XVI sobre la “Nueva Evangelización” cuando era cardenal en Roma. Su reflexión fue ofrecida con motivo del Jubileo de los Catequistas y Docentes de Religión el 8 de diciembre del 2000. Presentamos aquí una síntesis que se puede profundizar más andando directamente a la página vaticana1. El esquema del texto es:

2. El método

Introducción

De su estructura deriva el método. Queremos servir para bien de la persona y de la humanidad dando espacio a Aquel que es la vida. Esta expropiación del propio yo ofreciéndolo a Cristo por la salvación de los hombres, es la condición fundamental del verdadero empeño por el Evangelio. Evangelizar es una forma de vivir: vivir en la escucha y hacerse voz del Padre como Jesús (Jn 5, 43; Jn 16, 13). La forma cristológica y pneumatológica de la evangelización es a un tiempo una forma eclesiológica. El anuncio del Reino de Dios supone la escucha de su voz en la voz de la Iglesia. Los hombres se obtienen de Dios para Dios. Todos los métodos son vacíos sin el fundamento de la oración. Jesús no ha hecho la redención del mundo con palabras bellas, sino con su sufrimiento y su muerte. Su pasión es la fuente inagotable de vida para el mundo; la pasión da fuerza a su palabra (Mt 11, 12; Lc 16, 16; Mc 8, 36).

I. Estructura y método de la Nueva Evangelización II. Los contenidos esenciales de la Nueva Evangelización I. Estructura y método de la Nueva Evangelización

1. Estructura La Iglesia evangeliza siempre y no ha interrumpido el camino de la evangelización, celebra cada día el misterio eucarístico, administra los sacramentos, anuncia la palabra de vida, la Palabra de Dios, y se empeña por la justicia y la caridad. Sin embargo, gran parte de la humanidad de hoy no encuentra en la evangelización permanente de la Iglesia el Evangelio, es decir, la respuesta convincente a la pregunta: ¿Cómo vivir?

II. Los contenidos esenciales de la Nueva Evangelización

La estructura de la Nueva Evangelización es

1. Conversión

1 http://www.vatican.va/roman_curia/ congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_ doc_20001210_jubilcatechists-ratzinger_it.html

El contenido fundamental del Antiguo Testa-

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mento es resumen en el mensaje de Juan el Bautista: ¡Conviértanse! La palabra griega por convertirse significa: repensar –cuestionar el propio y común modo de vivir; dejar entrar a Dios en los criterios de la propia vida; no juzgar más simplemente según la opinión corriente. Convertirse significa de consecuencia: no vivir como viven todos, no hacer como le hacen todos, no sentirse justificados en acciones dudosas, ambiguas, malas del hecho que otros hacen lo mismo; comenzar a ver la vida con los ojos de Dios; buscar el bien, aunque es incómodo; apuntar sobre el juicio de Dios. En otras palabras buscar un nuevo estilo de vida, una vida nueva. Se debe de tomar en cuenta el aspecto social de la conversión. El Evangelio crea vida y una comunidad de camino.

de Cristo.

3. Jesucristo

Con esta reflexión el tema de Dios se ha extendido y concretizado en el tema Jesucristo. Sólo en Cristo y trámite Cristo el tema Dios se convierte realmente concreto: Cristo es Emmanuel, Dios con nosotros, la concretización del “Yo Soy”, la respuesta al Deismo. Sin entrar en los contenidos del

2. El Reino de Dios

En la llamada a la conversión es implícito el anuncio del Dios viviente. El teocentrismo es fundamental en el mensaje de Jesús y debe ser el corazón de la nueva evangelización. La palabra clave del anuncio de Jesús es Reino de Dios. El Reino de Dios es Dios, Dios Es, Dios vive. Dios está presente y actúa en el mundo, en nuestra vida. Anunciar a Dios es introducirnos en la relación con Dios: enseñar a orar. La oración es fe en acto. Hablar de Dios y hablar con Dios deben andar siempre juntos. El anuncio de Dios es guía a la comunión con Dios en la comunión fraterna, fundada y vivificada des-

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4. La vida eterna

anuncio del Salvador, se señalan dos aspectos importantes. El primero es el seguimiento de Cristo. Cristo se ofrece como camino de mi vida. El seguimiento de Cristo tiene una meta más alta: asimilar a Cristo y por lo tanto llegar a la unión con Dios. El segundo es el misterio pascual: la cruz y resurrección. La cruz pertenece al misterio divino, es expresión de su amor hasta el final (Jn 13, 1). Seguir a Cristo es participar de su cruz, unirse en su amor, a la transformación de nuestra vida, que se convierte en el nacimiento del hombre nuevo, creado según Dios (cfr Ef 4, 24).

El anuncio del reino de Dios es anuncio de Dios presente, del Dios que nos conoce, nos escucha; del Dios que entra en la historia para hacer justicia. Esta predicación es por lo tanto anuncio de nuestra responsabilidad. Este es el verdadero contenido del artículo sobre el juicio, su Dios juez: hay justicia. Delante de Dios, se asegurará nuestro corazón. “Dios es más grande que nuestro corazón y conoce todo (1 Jn 3, 19s). Sólo si la medida de nuestra vida es la eternidad, esta vida sobre nuestra tierra es grande y su valor inmenso. El mensaje cristiano es en realidad muy simple. Hablamos de Dios y del hombre, y así decimos todo.

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