El efecto Pigmalión Texto elaborado por el profesor Gonzalo Musitu Ochoa (Catedrático de Psicología Social, Universidad Pablo de Olavide)
Les voy a contar la historia de Francis Galton para que les sirva en cierto modo como introducción a este efecto que tiene lugar en las relaciones humanas y muy especialmente en las relaciones profesores-alumnos. Hace aproximadamente 100 años vivía en Londres un hombre llamado Francis Galton -muere en 1911-. Era primo de Darwin y una de las personas más inteligentes de su época. Expuso las bases de la ciencia moderna de la herencia y, durante sus investigaciones, descubrió, entre otras cosas, que cada ser humano posee, en la punta de sus dedos, un patrón exclusivo e inconfundible; por lo tanto inventó, sin quererlo, el método de las huellas digitales. Este hombre, Francis Galton, también trató problemas psicológicos, aunque en esos tiempos no se sabía todavía mucho de psicología, a excepción del nombre. Cierto día realizó el siguiente "experimento mental". Antes de que empezara su paseo matutino por las calles de Londres, se autosugestionó firmemente: "¡Soy el hombre más odiado de Londres!". Después de haberse concentrado durante algunos minutos sobre esta idea -prácticamente una auto-hipnosiscomenzó su paseo, tal y como lo hacía todos los días. Pero algo había pasado. Porque de hecho, ocurrió lo siguiente: algunos transeúntes le insultaban o se apartaban de él con gesto de disgusto; un estibador del puerto le golpeó con el codo, de forma tal que se cayó. Incluso los animales parecían haberse asociado a esta animosidad. Al pasar junto a un caballo, éste le dio una coz y Galton volvió a caer. Comenzó a reunirse gente a ver lo que había ocurrido, y la gente tomó la actitud del caballo -a la vista de lo cual Galton huyó y se refugió en su apartamento-.
Esta historia es verídica y tiene testigos. Se la puede encontrar en distintos libros de psicología ingleses y americanos, bajo el título "Francis Galton's famous walk" (el célebre paseo de Francis Galton). Me preguntarán ustedes "¿por qué nos cuenta esta historia? No solamente porque es divertida, sino porque también se pueden obtener de ella dos conclusiones que les rogaría las tuvieran muy presentes en su actividad profesional y desde luego y por qué no, en su vida. Son las siguientes: 1. El hombre es en buena medida lo que cree que es y cree que puede llegar a ser. 2. No es necesario comunicar con palabras nuestra actitud interior al mundo que nos rodea. Los seres humanos "la captan" sin palabras. Analicemos ahora más detalladamente estas dos ideas. La primera tiene precedentes en la sabiduría antigua. Para sólo citar un ejemplo, encontramos la siguiente afirmación en el Dhammapda de la antigua India, la "Teoría de la meditación mental": "Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado, se fundamenta en nuestros pensamientos y está construido sobre nuestros pensamientos". La primera idea de la historia de Francis Galton significa, por lo tanto, trasladada a la práctica que: Todo cambio de comportamiento tiene que ir precedido de un cambio de pensamiento. Sabemos, por los trabajos de la Escuela de Palo Alto, que prácticamente no es posible obtener un cambio de pensamiento sin la implicación del nivel relacional -afectivo-, excepto en el caso de que se trate de problemáticas que se puedan expresar matemáticamente.
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