GUÍA PARA RECONOCER LOS OBJETOS DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
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CAMPAÑA NACIONAL CONTRA EL TRÁFICO ILÍCITO DE BIENES CULTURALES
gu í a p a ra re c o n o c e r los objetos del p a t r i m o n i o a rq u e o l ó g i co
Ministerio de Cultura República de Colombia
GUÍA PARA RECONOCER LOS OBJETOS DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO
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CAMPAÑA NACIONAL CONTRA EL TRÁFICO ILÍCITO DE BIENES CULTURALES
gu í a
para reconocer los objetos del patrimonio arqueológico
Instituto Colombiano de Antropología e Historia ICANH Dirección de Patrimonio Ministerio de Cultura
MINISTERIO
DE
C U LT U R A
Elvira Cuervo de Jaramillo Ministra de Cultura
DIRECCIÓN
DE
P AT R I M O N I O
María Claudia López Sorzano Directora de Patrimonio María Isabel Gómez Ayala Coordinadora Grupo Bienes Culturales Muebles
I N S T I T U T O C O LO M B I A N O
DE
A N T R O P O LO G Í A
E
H I STO R I A
María Clemencia Ramírez Directora Instituto Colombiano de Antropología e Historia Víctor González Fernández Investigación y Textos Carlos Andrés Barragán María Isabel Gómez Ayala Revisión Editorial Miguel Ramírez Leal Kilkagd@gmail.com Diseño y Diagramación Daniel Manjarrés Usaquén Edición I M P R E N TA N A C I O N A L
DE
C O LO M B I A
Fotomecánica, Impresión y Encuadernación © Ministerio de Cultura © Icanh ISBN: 978 - 958 - 8181 - 41 - 7 Impreso en Colombia. 2006.
Contenido
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Presentación
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Introducción
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Patrimonio Arqueológico Mueble
18 22 34 38 40 42 44 46
E S TAT U A R I A CERÁMICA ORFEBRERÍA MADERAS L ÍT I CO S M AT E R I A L E S Ó S E O S TEXTILES ARTE RUPESTRE
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Patrimonio Subacuático
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Patrimonio Paleontológico
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Legislación y Trámites
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Bibliografía
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Presentación
EI Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia - ICANH en el marco de la Campaña Nacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, aportan una nueva herramienta para la prevención del saqueo, hurto y tráfico ilícito de objetos representativos de sociedades pasadas: Guía para reconocer los objetos del patrimonio arqueológico. Esta guía ha sido concebida como un recurso pedagógico que hace parte de una serie de publicaciones proyectadas por la Dirección de Patrimonio para fortalecer la conciencia de la ciudadanía sobre el tema. También es un instrumento práctico que ofrece conocimientos y mecanismos básicos para identificar bienes culturales pertenecientes al patrimonio arqueológico (por supuesto, sin llegar a constituir una compilación exhaustiva de todas las manifestaciones de este patrimonio). El patrimonio arqueológico está afectado por diversos riesgos como el deterioro físico, el robo, el saqueo, las falsificaciones, el comercio ilícito y la construcción de grandes obras de infraestructura. Estos han adquirido proporciones considerables en Colombia y en el mundo, a lo largo del siglo XX. El aprecio por los
objetos únicos y originales de culturas extintas y el interés por poseerlos son factores desencadenantes de su comercio ilegal. Así mismo, el desconocimiento, el poco sentido de pertenencia cultural, los escasos inventarios, la inestabilidad económica y la insuficiente regulación, contribuyen a la expoliación del patrimonio cultural de las naciones. En Colombia, el tráfico ilícito de bienes arqueológicos, constituye una falta grave contra el patrimonio de la Nación y es un delito que, además de la transacción económica, implica consideraciones que privilegian el interés individual sobre el colectivo. El patrimonio arqueológico es la constancia cultural, histórica y material de las sociedades que han existido en el pasado. Sin este testimonio sería imposible reconstruir la Colombia de esa época o explicarla en el presente. Esta herencia arqueológica, como todo el patrimonio cultural, encierra valores de vital importancia para construir identidad como nación y desarrollar sentimientos de arraigo y pertenencia. La Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura y el ICANH trabajan por la conservación de los bienes culturales dentro del territorio nacional, de acuerdo con el Plan Nacional de Cultura 2001-2010 y con lo establecido en la Ley 397 de 1997. Este Plan, de manera explícita, señala la necesidad de crear mecanismos para proteger las memorias y los patrimonios en riesgo y evitar que sean objeto de comercialización indiscriminada. Lo anterior, en concordancia con los esfuerzos internacionales para combatir este crimen, emanados de la Convención de la UNESCO de 1970, de la Decisión 588 de 2004 (instrumento que protege el patrimonio cultural de la Comunidad Andina), y de los convenios bilaterales suscritos por Colombia para el control del tráfico ilícito. La guía está dirigida principalmente a los funcionarios del Estado – como inspectores de policía, agentes de seguridad, policía fiscal aduanera, policía de turismo, policía de fronteras, fiscales, procuradores, alcaldes y gobernadores –, y aquellas personas cuyo trabajo esté relacionado con la promoción y la protección del patrimonio. Su principal objetivo es incentivar el conocimiento general, la identificación y la acción permanente de protección, vigilancia y control sobre aquellos bienes perte-
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necientes al patrimonio arqueológico. Esperamos que la guía sirva así mismo como un mecanismo de información a comerciantes de antigüedades, al personal de empresas transportadoras, de líneas aéreas, y a docentes. Esta tarea, aunada a la permanente función social que realizan los museos, centros de investigación y de enseñanza superior, permitirá el fortalecimiento de acciones en pro de la conservación, investigación y difusión del patrimonio arqueológico en el país y en el mundo. En términos generales, este documento es un instrumento de consulta para aquellos que se quieran unir al esfuerzo colectivo de preservar el patrimonio arqueológico, evidencia que nos acerca a nuestros antepasados.
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Introducción
La publicación que el lector tiene en sus manos es una guía para identificar los objetos pertenecientes al patrimonio arqueológico, declarados en la Constitución Política como inalienables, imprescriptibles e inembargables (Artículos 63 y 72). El patrimonio arqueológico de Colombia existe como un conjunto de vestigios, lugares físicos e información científica sobre los mismos. Los vestigios y lugares físicos (como objetos elaborados en madera, roca, cerámica, metal, sitios arqueológicos monumentales, restos orgánicos de plantas, animales o humanos, muestras de suelo), son definidos y valorados desde lo postulado por legislaciones internacionales y nacionales. Dado que algunos de los vestigios (vasijas de cerámica, objetos en metal, roca, etc.), son interpretados desde los valores o la estética humanista heredada del Renacimiento, se entienden usualmente como obras de arte producidas por “el hombre”, y no como una herencia de cierta “historia nacional”, es decir un bien público en el que se deberían reconocer todos los ciudadanos de un país. Las legislaciones apenas comienzan a hacer parte de los criterios con los que los coleccionistas de “obras de arte precolombino” y el público que asiste a los museos, o
a parques arqueológicos, entienden el valor y el sentido de la conservación de los objetos que llegan a conocer en contextos intervenidos no científicamente. De modo que, en Colombia, luego de casi ocho décadas de esfuerzos aislados de algunas entidades del Estado, comunidades e investigadores, se empieza ahora a organizar un sistema legal mediante el cual los vestigios arqueológicos son defendidos, en tanto bienes de interés público, de su apropiación o valoración privada (Ley 397 de 1997, Ley General de Cultura, Decreto 833 de 2002). Por otra parte, también se comienza en la década de 1990 a darle una mayor importancia a la divulgación del contexto histórico de esos vestigios, proporcionado por cientos de investigadores nacionales y extranjeros. La legislación ambiental permitió que en esa década se incrementara notablemente el estudio arqueológico vinculado a la expansión de la infraestructura energética, vial o extractiva del país (carreteras, oleoductos, torres de energía, embalses, urbanizaciones). Durante estos proyectos también se adelantaron labores de divulgación como parte del componente social de cada proyecto de ingeniería, y se enriquecieron los inventarios de casas de la cultura y museos locales. Esta labor fue adelantada por los mismos investigadores formados en las décadas de 1980 y 1990 que hacían proyectos de investigación puntuales con financiación generalmente oficial, en contraste con los recursos destinados a estas obras, de carácter privado y eventualmente público. El incremento de recursos para la recuperación del patrimonio arqueológico permitió acceder a diversos lugares y obtener muchos datos en forma puntual, pero desafortunadamente, son contados los casos en que se le ha podido dar un perfil de investigación o de continuidad a tales esfuerzos, dada su dependencia de los proyectos de ingeniería que los hacen posibles. Por otra parte, la información acumulada ha cambiado buena parte del panorama investigativo que se tuvo hasta finales de la década de 1980, cuando se hicieron los últimos balances en conjunto, de la historia reconstruida por el conocimiento arqueológico. Nuevas fuentes de financiación privada, ante lo escasos y concentrados que se encuentran ahora los recursos públicos, y una combinación de esfuerzos de múltiples actores (museos,
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casas de la cultura, instituciones del Estado, universidades, comunidades, medios de comunicación), pueden ayudar a que eventualmente se actualice la imagen que el público tiene sobre la historia de sus antepasados. Actualmente, la Nación pluriétnica y multicultural construye la imagen de su memoria milenaria a partir de algunos lugares comunes que quedan de todo el esfuerzo de divulgación de las investigaciones: una “Ciudad Perdida” (que se entiende más como monumento arquitectónico que como el producto de una compleja organización social cuya naturaleza es poco conocida), unas estatuas de San Agustín (desligadas de los contextos rituales, demográficos, arquitectónicos y políticos que las hicieron necesarias por algunos siglos), objetos elaborados en oro (la leyenda de El Dorado convive con estudios sobre iconografía, procesos técnicos de metalurgia, estudios de mitología sobre los metales), vasijas elaboradas en barro con formas humanas, animales y míticas (exhibidas como las obras de arte hechas por abstractas “culturas” que sólo existen desde el juicio retrospectivo del presente que destaca su ángulo estético), artefactos de piedra inertes con los que se preparaban alimentos (en los que no se ve un largo proceso de experimentación y supervivencia sino primitivismo tecnológico), fragmentos carbonizados de plantas o placas de polen (cuyo estudio es poco menos que inédito para los mismos arqueólogos hasta hace unos quince años). El reto hacia el futuro es integrar los resultados del esfuerzo de varias docenas de arqueólogos(as), con un trabajo de divulgación y diálogo al público general sobre la importancia de la preservación del patrimonio arqueológico. Sin embargo, estos objetivos se ven obstaculizados por el comercio ilegal de arte y antigüedades, actividad que actualmente ocupa el cuarto lugar en el mundo, en el listado de actividades ilícitas. En este contexto y en el marco del cumplimiento de los objetivos de la Campaña Nacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, para salvaguardar el patrimonio cultural del robo y de la exportación ilegal, el Ministerio de Cultura y el ICANH publican esta cartilla como complemento y profundización de la Guía para reconocer los objetos de
valor cultural, editada por el Ministerio en el año 2003. En el primer capítulo de la guía, el lector encontrará una explicación general sobre cómo reconocer un objeto arqueológico. Posteriormente, se dedica un capítulo independiente a las principales categorías de bienes pertenecientes al patrimonio arqueológico en riesgo: estatuaria, cerámica, orfebrería, maderas, líticos, restos óseos, textiles, arte rupestre, patrimonio subacuático, y patrimonio paleontológico. Su referencia está en concordancia con lo consignado por el Ministerio y el ICANH en la Lista roja de bienes culturales latinoamericanos en peligro, promovida y divulgada por el Consejo Internacional de Museos (ICOM, por su sigla en inglés). Para cada categoría el lector encontrará varios ejemplos ilustrados y comentados. En el último capítulo se incluye un panorama general de la legislación nacional vigente en materia de protección del patrimonio arqueológico, así como las principales disposiciones internacionales que aplican para el caso de Colombia. En este aparte también se expone la forma en la que se pueden registrar estos bienes ante el ICANH. Como apoyo a lo anterior, también se incluye un directorio de las instituciones nacionales encargadas de cuidar nuestro patrimonio arqueológico. Por último, el lector encontrará las referencias bibliográficas más importantes para profundizar en los temas desarrollados en los distintos capítulos de la guía.
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Patrimonio arqueológico mueble El patrimonio arqueológico mueble colombiano incluye una gran diversidad de artefactos y restos materiales de culturas prehispánicas y de la época de la Colonia. Las categorías de estos bienes que se encuentran en mayor peligro debido a su tráfico ilícito son: ESTATUARIA CERÁMICA ORFEBRERÍA MADERAS LÍTICOS RESTOS ÓSEOS TEXTILES ARTE RUPESTRE Los materiales arqueológicos que son parte del patrimonio cultural de la Nación incluyen objetos que representan las diversas culturas de las regiones de Colombia, con una antigüedad máxima de aproximadamente 20.000 años, época en la cual se depositaron las primeras evidencias de actividades humanas, que corresponden a las ocupaciones de pequeños gru-
pos de cazadores–recolectores móviles y dispersos. En los sitios arqueológicos más antiguos, se conservan sólo los artefactos hechos de materiales más resistentes como la piedra, aunque en algunos casos se encuentran piezas de madera o hueso. La gran mayoría de bienes arqueológicos colombianos, sin embargo, son de épocas más recientes, aproximadamente entre el año 1.000 a.C. y tiempos de la conquista, cuando las poblaciones eran más grandes y se utilizaban muy variados artefactos de cerámica, piedra y metal. La base gráfica de datos que se presenta en este documento contiene imágenes de objetos que proceden de las varias regiones arqueológicas de Colombia, e ilustran la amplia gama de formas, materiales y decoración en las categorías de bienes protegidos por las leyes nacionales. Los objetos que se muestran en este documento, son parte de colecciones arqueológicas oficialmente registradas y no son bienes hurtados, a excepción de estatuas agustinianas las cuales se han recuperado recientemente. Las imágenes de estas piezas se muestran porque representan las categorías más comunes de objetos que son comercializados ilícitamente. Las formas más representativas de cada una de las categorías y sus características sobresalientes, se han tomado de reportes de investigaciones realizadas en cada una de las regiones arqueológicas. La tipología escogida es particular para Colombia, pero corresponde a las categorías generales usadas para la elaboración de la Lista Roja de bienes culturales latinoamericanos en peligro, definida en Bogotá, en 2002. De esa forma, esta guía complementa y amplía la información de la lista roja publicada por el ICOM (http://icom.museum/redlist/ LatinAmerica/spanish/intro.html). El patrimonio arqueológico colombiano lo conforman todas aquellas huellas materiales, herramientas y artefactos de piedra, cerámica, metal, madera, restos humanos, construcciones y modificaciones en el paisaje que hemos heredado de los diferentes grupos humanos que ocuparon el territorio. También forman parte de este patrimonio los elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes. El saqueo y desplazamiento de este patrimonio desde sus lugares de origen a todo el mundo, ha
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sido una desafortunada constante durante muchos siglos. La mayoría de los museos europeos, por ejemplo, se originaron a partir de colecciones extraídas de diferentes lugares donde Europa estableció sus colonias. Durante la segunda mitad del siglo XX, surgió cierta conciencia sobre la importancia de los objetos que conforman el patrimonio arqueológico, no como obras de arte exótico sino como la memoria de un pasado que no debe ser retirado de sus sitios de origen. Esto hizo que muchos países tomaran medidas y consideraran ilegal su exportación y comercio. En los años setentas, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), encargada de la protección del patrimonio cultural, crea un comité intergubernamental y una convención sobre protección de bienes culturales, de la cual 190 países (incluyendo Colombia) son miembros. Esto con el fin de promocionar el retorno de bienes culturales a sus países de origen, evitar que los museos adquirieran bienes culturales de procedencia ilegal, prohibir la guaquería y las excavaciones arqueológicas sin el permiso de las entidades encargadas e impedir su tráfico ilegal. El Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), establecimiento público adscrito al Ministerio de Cultura, es la entidad encargada de investigar, registrar y proteger el patrimonio arqueológico en Colombia. El Instituto ha realizado logros significativos en sus 60 años de existencia, en cuanto a promover el interés por la protección del patrimonio cultural y arqueológico y en la tarea de estudiarlo y divulgarlo.
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E S TAT U A R I A Se trata de estatuas monolíticas de la Cultura San Agustín (1900 d.C), localizadas originalmente en unas 80 tumbas monumentales monticulares del Alto Magdalena y estatuas de regiones vecinas del sur–occidente colombiano, incluyendo el sur del Huila, Tierradentro, norte de Nariño, la región de Popayán y el norte del Huila. También hay estatuaria en zonas del sur de Cundinamarca, Boyacá y el norte del Caquetá. La mayoría de la estatuaria Agustiniana se encuentra dentro de los predios del Parque Arqueológico de San Agustín, ubicado en el municipio de su mismo nombre, en el departamento del Huila, el cual es administrado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH). La sede principal del parque, de unas 78 hectáreas, contiene los sitios Mesita A, Mesita B (ver Figura 2), Mesita C, Mesita D, Fuente de Lavapatas y Alto de Lavapatas. Un gran número de estatuas procedentes de otros sitios se han exhibido también dentro del Parque, en el sitio llamado “Bosque de las Estatuas”. Las tumbas que incluyen estatuas monumentales y de menor tamaño, son estructuras funerarias compuestas por grandes lajas que forman cámaras con corredores y techos (Figura 3 y Figura 4), cubiertas por montículos de tierra de hasta 30 metros de diámetro y 5 metros de altura. Algunas incluyen sarcófagos monolíticos. No toda la estatuaria es de proporciones monumentales; también existe un tipo de escultura de menor tamaño, que usualmente aparece como ofrenda dentro de las tumbas.
La estatuaria está labrada primordialmente en piedras de origen volcánico, tales como los basaltos, tectitas, manzonitas, comptonitas y andesitas. Las materias primas más comunes son dacitas micáceas y basaltos feldespáticos (andesitas). La técnica de talla de la mayoría de las estatuas es en alto relieve, por lo general, aparece en sus cuatro costados, aunque no todas presentan esta característica. Las más altas miden 3 metros (Alto del Lavapatas, Alto de las Piedras). Además del labrado, muchas estatuas y lajas con diseños geométricos dentro de las estructuras funerarias, presentan pintura en colores como el rojo, el amarillo y el negro (Ver Figura 6). En varios sarcófagos se observan figuras talladas, con tapas y representaciones antropomorfas y zoomorfas (Alto de los Ídolos). Algunas lajas y esculturas tienen diseños incisos lineales, con representaciones antropomorfas también incisas (El Tablón y La Chaquira). En bajo relieve se aprecia la fuente ceremonial llamada “Fuente de Lavapatas”, donde se ven, entre canales, figuras antropomorfas y zoomorfas talladas en el lecho de la quebrada del mismo nombre. Los siguientes son ejemplos de estatuaria que fue hurtada de parques y áreas arqueológicas, de las cuales existen denuncias ante las autoridades competentes:
Estatua policroma del sitio arqueológico de El Purutal, San Agustín, Huila Período Clásico Regional (1-900 d.C.) La mayoría de las estatuas de la zona de San Agustín tenían originalmente pintura como esta, que la erosión y el paso del tiempo ha deteriorado en muchos casos. Imagen: ICANH
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Vista general del Montículo Oriental del sitio Mesita A en 1971 Para esta época, la zona arqueológica de San Agustín ya había sufrido años de expolio por parte de los guaqueros. Imagen: ICANH
Estatua 121 Mesita C, Período Clásico Regional (1-900 d.C.) Esta estatua tiene rasgos muy distintos a las demás estatuas encontradas en este sitio arqueológico. Cuando las piezas arqueológicas salen ilícitamente de un yacimiento, es imposible determinar su procedencia con base en su apariencia externa. Imagen: ICANH
Estatua 10 del sitio Mesita A, Parque Arqueológico de San Agustín, Período Clásico Regional (1-900 d.C.) Los monumentos de gran tamaño, como esta pieza de dos metros de altura no están a salvo de los saqueadores, quienes en ocasiones cortan el material en pequeños bloques fácilmente transportables. Imagen: ICANH
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E S TAT U A R I A
Estatua lítica de Santa Ana, Huila Período y procedencia desconocidos. Algunos ejemplos de estatuaria son tan pequeños como esta pieza de apenas 40 cm lo que las hace de difícil detección en casos de transporte no autorizado. Imagen: ICANH
Estatua No 81 de Mesita B, San Agustín Localizada actualmente en la Mesita D del Parque Arqueológico. Las piezas relativamente pequeñas exhibidas al público, como esta, corren mayor riesgo de ser hurtadas y comercializadas. Imagen: ICANH
Estatua No 352, de procedencia desconocida e intervenida con cemento, Período Clásico Regional (1-900 d.C.) Muchas de las piezas arqueológicas recuperadas del comercio ilícito muestran señas de intervención no profesional, como en esta pieza. Imagen: ICANH
CERÁMICA En esta gran categoría están objetos suntuarios y artefactos utilitarios encontrados en restos de viviendas o que componen el ajuar funerario en tumbas de diversas regiones del país y de varios períodos prehispánicos. Las esculturas, figurillas, volantes de huso, ralladores, coladores, y vasijas de muy variadas formas y funciones, incluyen una gran diversidad estilística y tecnológica. La distribución geográfica del origen de estos objetos cubre todo el país, pero el saqueo y comercio ilícito afecta principalmente las regiones donde se asentaron las culturas Tairona, Muisca, Guane, Tolima, Magdalena Medio, San Agustín, Tierradentro, Nariño, Tumaco, Calima, Malagana, Quimbaya, Cauca, Urabá y Sinú. La cerámica se usó desde hace miles de años, generalmente asociada a actividades agrícolas por su utilidad para almacenar y preparar los alimentos. En la zona arqueológica de Puerto Hormiga (Cartagena), en Colombia, se encuentran los ejemplos de artefactos cerámicos más antiguos de América, que usaban los cazadores–recolectores para almacenar granos silvestres. En la elaboración de objetos cerámicos, el artesano obtiene arcillas y las mezcla con otros productos para mejorar su plasticidad y resistencia. Luego utiliza la técnica de modelado simple (por presión) o la de enrollado, que consiste en ir levantando paredes de rollos delgados de arcilla o usa moldes prefabricados. Una vez terminado el modelado, se puede decorar el objeto aplicando engobes (una capa delgada de arcilla de otro color), pintando o haciendo incisiones o aplicaciones, como preparación a la cocción. La pieza se somete entonces a
Figurinas Es quizás la clase de artefactos cerámicos más comercializada, o al menos la más buscada en el mercado ilegal. Incluye pequeñas esculturas y miniaturas cerámicas antropomorfas y zoomorfas de las regiones de Tumaco (Costa pacífica sur colombiana), la región de Bajo Sinú y Bajo San Jorge (Llanura costera del Atlántico al norte del país), especialmente las denominadas “figurillas Momil”, obtenidas de basureros y depósitos en áreas de vivienda de varios períodos, y figuras de otras regiones como la región de Guajira y las zonas arqueológicas Quimbaya y Calima (incluyendo el famoso estilo Malagana) del sur occidente colombiano. Vasijas Esta categoría es la más común y variada; aparece inicialmente en depósitos del Período Arcaico (4000 a.C - 1000 a.C), en la Costa Atlántica y desde el período Formativo (1000 a.C - 1 a.C), aparece en tumbas y otros depósitos en todo el país. Los estilos decorativos, las formas y las funciones típicas de las vasijas cerámicas varían mucho entre regiones y períodos. Una clase de cerámica precolombina que se trafica ilícitamente y de forma frecuente, son las vasijas más elaboradas, con decoración profusa (incisa, modelada, aplicada y/o pintada), proveniente más que todo de los períodos Formativo y Clásico (1 d.C - 900 d.C), de todas las regiones y que se incluían como parte del ajuar funerario, al lado del cuerpo de la persona enterrada. Urnas funerarias Esta sub–categoría de piezas cerámicas consiste en una gran variedad de recipientes cuya función era la de contener los restos humanos en tumbas secundarias. Se encuentran solas dentro de tumbas o acompañadas de ajuar funerario. Contienen, en los depósitos sin intervenir, huesos humanos completos o fragmentos, de uno o más individuos.
CERÁMICA
un intenso calor (de al menos 400°C), que se obtiene en hornos cerrados o en fogones al aire libre. Existen algunas sub–categorías relacionadas con el patrimonio y los artefactos cerámicos:
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Cerámica miscelánea Este tipo reúne toda una variedad de objetos que no caben en las categorías de figurinas, vasijas o urnas, y que son comunes en las culturas de todo el país. Aquí podemos incluir las ocarinas (objetos musicales), los volantes de huso (utilizados en la elaboración de tejidos), los sellos planos, cilíndricos huecos, cilíndricos macizos con decoración excisa y diseños geométricos, rodillos, silbatos antropomorfos y zoomorfos, especialmente en forma de aves, felinos, murciélagos y ralladores.
Figurina antropomorfa estilizada probablemente de la región Quimbaya En esta región del eje cafetero abundan las tumbas ricas en ajuar funerario. Especialmente codiciadas por los traficantes de arte son estas esculturas abstractas que representan a personajes sentados. A veces, las figuras cerámicas tienen pintura y adornos de oro. Imagen: ICANH
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La función y el uso de las piezas cerámicas se pueden deducir de su forma, pero a veces las piezas contienen restos que ayudan a identificar con certeza la utilización que se dio al objeto. Urnas arqueológicas como esta pieza compuesta de dos partes (cuerpo y tapa), contienen en su interior restos de huesos calcinados. Imagen: ICANH
Vasija de borde curvo de la región de San Agustín Período Formativo 2 (600-300 a.C.). La mayoría de los objetos cerámicos arqueológicos han sufrido alguna erosión de la superficie. Sin embargo, en algunos casos, los objetos arqueológicos originales conservan el tratamiento decorativo de la superficie, como en esta vasija pulida cuya superficie aún es brillante. Imagen: ICANH
Cuenco con base anular de la región arqueológica Tairona Los hornos en donde se cocía la cerámica en épocas precolombinas tenían limitaciones técnicas que resultan en manchas, como las zonas negras que se notan en la superficie y en la pasta de esta pieza. Imagen: ICANH
CERÁMICA
Urna funeraria de la región arqueológica Chimila
Vasija pintada de la región arqueológica Nariño Los artesanos contemporáneos elaboran vasijas cerámicas con las mismas formas y los mismos diseños decorativos de las originales arqueológicas. Las originales, sin embargo, muestran huellas del paso del tiempo, como la erosión de los bordes y la superficie en esta pieza, que permiten a los arqueólogos identificar su originalidad. Imagen: ICANH
Urna Funeraria de la cultura San Agustín, período Formativo 1 (1000-600 d.C.) Por su gran antigüedad y fragilidad, piezas como esta, de solo 5 mm de espesor, se fracturan cuando los guaqueros las extraen. Para mejorar el precio de venta, los traficantes invierten altas sumas de dinero en restauración y las huellas de fracturas reparadas se alcanzan a notar en la superficie como líneas de un color ligeramente diferente. Imagen: ICANH
Figura cerámica de Tumaco, Nariño Probablemente del período entre 500 a.C y 500 d.C. Piezas como esta son en extremo frágiles y dado que una fractura reduciría su precio en el mercado negro, su exportación ilícita implica un muy cuidadoso empaque que puede ser detectado por lo voluminoso del embalaje y su escaso peso. Imagen: ICANH
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Cabeza antropomorfa de la región arqueológica de Tumaco En la costa pacífica de Nariño, los
acumulaciones de fragmentos de figuras modeladas en una arcilla blanca de alta calidad. Muchas de estas figuras fueron fracturadas como parte del ritual en el que se depositaron como ofrenda. Imagen: ICANH
Ocarina de la región arqueológica de los Andes de Nariño que representa una concha de caracol marino Procedencia y período desconocidos. Este tipo de piezas de gran elaboración funcionan como instrumentos musicales, pero por su excelente estado de conservación parece que se hicieron sólo para ser enterradas como ofrendas en las tumbas de personajes de alto rango. Muchas tumbas han sido destruidas en Nariño, respondiendo a una demanda del mercado negro internacional . Imagen: ICANH
Olla Pintada de la cultura Guane Las vasijas elaboradas en las sociedades prehispánicas para ocasiones especiales, como esta vasija de Santander, estaban pintadas y decoradas no solo en el exterior, sino también en las superficies internas. Este rasgo permite a veces distinguirlas de las piezas réplicas. Imagen: ICANH
CERÁMICA
entre 500 a.C y 500 d.C, presentan
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sitios arqueológicos del período
Fragmentos cerámicos -Tiestos- del periodo Formativo San Agustín, Huila (1000-a.C.-1 d.C.) Los fragmentos cerámicos son de gran utilidad para los arqueólogos porque resisten muy bien a la erosión. Además, en una sola región, los estilos de elaboración y las técnicas pueden haber cambiado con el tiempo, como sucede en San Agustín, lo que permite usar la cerámica encontrada para saber en qué períodos se usó un sitio de habitación. Imagen: ICANH
Fragmentos cerámicos -Tiestos- del periodo Tardío San Agustín, Huila (900-1350 d.C.) La gran mayoría del material cerámico estudiado por los arqueólogos, son fragmentos de vasijas rotas que se encuentran en depósitos cerca de los sitios de habitación. La comparación de fragmentos con piezas completas de contextos fechados, permite usar la apariencia externa de los tiestos para identificar el estilo de artefactos de un período y una región específicos. Imagen: ICANH
Cuenco con pintura interna de la región andina de Nariño Los objetos arqueológicos son apreciados en el mercado negro no solo por su buen estado de conservación, sino por detalles que los hacen únicos y que pueden así aumentar su precio potencial. Este cuenco, fracturado, de la cultura Nariño es especial por la representación de dos personajes con sombreros. Los traficantes de bienes arqueológicos hacen todo lo posible por exportar ilícitamente estas piezas especiales. Imagen: ICANH
Cuenco Inciso de la región Quimbaya La similitud de piezas como esta, con las obras de ceramistas y artesanos contemporáneos, facilita la exportación ilícita de bienes arqueológicos que se mezclan con utensilios de cocina de materiales y aspecto similares. Imagen: ICANH
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Urna funeraria con tapa antropomorfa, región arqueológica Tamalameque Procedencia exacta desconocida. Por razones prácticas, a veces los traficantes
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comercian ilícitamente solo una parte de la pieza. Tapas sueltas como la de esta clase de urnas funerarias son exportadas
CERÁMICA
y vendidas en el mercado negro como si fueran objetos independientes. Imagen: ICANH
Copa aplicada y pintada de la cultura arqueológica Muisca Las técnicas de decoración de esta vasija son comunes a muchas regiones arqueológicas. Para distinguir un objeto original de la cultura Muisca, los arqueólogos tienen en cuenta, no solo la presencia de cierta técnica decorativa, sino la configuración precisa de ciertas combinaciones de técnicas que caracterizaron a regiones y a épocas prehistóricas. Imagen: ICANH
Piezas cerámicas in-situ, relleno de Tumba, Montículo Oriental de la Mesita A, San Agustín, 1971 En las excavaciones científicas, los arqueólogos están interesados no solo en las características de las vasijas individuales, sino en el contexto de su entierro y en el conjunto de elementos asociados, que nos permiten reconstruir las actividades y su importancia. Imagen: ICANH
Alcarraza con asa y figura zoomorfa de Malagana, Valle del Cauca Las combinaciones de forma, decoración y acabado de la superficie a veces permiten identificar la procedencia probable de una pieza, como esta alcarraza incautada en el proceso de exportación ilícita, que aunque es de procedencia desconocida, por su apariencia externa se puede describir como proveniente del sitio Arqueológico de Malagana, saqueado en 1992. Imagen: ICANH
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arqueológica Muisca
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Múcura con asa de la región
horno poco controlada. Detalles sutiles aplicados sobre el cuello, denotan que la pieza es la representación de una figura antropomorfa. Imagen: ICANH
Cabeza modelada de Tumaco, Nariño Midiendo sólo unos pocos centímetros, las cabezas Tumaco son muy fáciles de ocultar por los traficantes, quienes al lograr sacarlas del país las venden en el mercado negro por altos precios. Imagen: ICANH
Vasija sub-globular de la región arqueológica Calima Una técnica decorativa prehispánica común a varias regiones es la pintura negativa, que por la inversión de tiempo necesaria no es común encontrar en réplicas. Esta pieza, por ejemplo, se pintó dos veces, primero de negro, luego se dibujaron con cera los diseños decorativos y finalmente se sumergió en pintura roja. Al cocerla, la cera se evaporó, dejando los diseños a la vista. Imagen: ICANH
CERÁMICA
La mancha oscura evidencia la cocción de
Vasija globular estilo Capulí, región andina de Nariño Una de las características de la cerámica prehispánica en lo que hoy es Colombia, es que el modelado de la piezas se hacía sin torno, lo que resulta siempre en asimetrías axiales, como en este botellón en el que se nota la destreza manual para alcanzar una forma ovalada. Imagen: ICANH
Pintaderas de rodillo y sellos muy probablemente de la región arqueológica Quimbaya Procedencia y período desconocidos. Las sociedades precolombinas utilizaban estos artefactos para decorar sus cuerpos en preparación para rituales y ceremonias. Imagen: ICANH
Rallador tabloide zoomorfo, probablemente de la región arqueológica Tumaco Algunas piezas arqueológicas cerámicas tienen incrustaciones de piedra, en este caso pequeñas lascas que se podrían usar para rallar yuca y otros alimentos. Sin embargo, es probable que este artefacto nunca se haya utilizado como rallador, porque carece de huellas de desgaste. Imagen: ICANH
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Quimbaya-Cauca Medio Una característica de la cerámica precolombina, es la falta de homogeneidad del color en la superficie. Las réplicas tratan de imitar este aspecto, usando manchas de color. Una mirada de cerca permite distinguir, en las piezas originales, cambios graduales en el color y la textura. Imagen: ICANH
Copa sub-globular con pintura interna, de la cultura Guane Muchos de los artefactos que se encuentran en las tumbas prehispánicas, tienen la forma de objeto de uso cotidiano, pero su propósito era sólo servir como ofrenda ritual. Esta copa pintada en el interior no cuenta con un tratamiento que evite la erosión de la superficie, lo que sugiere que se elaboró solo para ser enterrada. Imagen: ICANH
CERÁMICA
Vasija modelada de la región
ORFEBRERÍA Esta categoría comprende objetos de oro puro y de aleaciones que incluyen oro y cobre (“Tumbaga”), oro y platino y otros metales. Los estilos son variados y se caracterizan por su gran elaboración y combinación de formas zoomorfas, antropomorfas y representación de entidades sobrenaturales. Algunos objetos constatan la presencia de figuras asociadas a rituales religiosos en los que figura el vuelo chamánico, un icono que se repite en el área Mesoamericana (ver, por ejemplo, la obra “Orfebrería y Chamanismo” del antropólogo Gerardo ReichelDolmatoff, Banco de la República, Bogotá, 1990). Los objetos incluyen pendientes, pectorales, narigueras, collares, cabezas de bastón, discos, esculturas en miniatura, máscaras, aretes, orejeras, recipientes para cal –poporos–, agujas, cuentas de collar, espirales y botones entre otros. Provienen más que todo de los períodos Clásico (1 - 900 d.C) y Reciente (900 - 1500 d.C). Los estilos mas representativos de la orfebrería de las regiones colombianas son: Calima, Muisca, Nariño, Quimbaya, Sinú, Tairona, Tolima, Tumaco, Cauca, Tierradentro y San Agustín. Con base en la clasificación de 28.000 piezas de la colección de orfebrería del Museo del Oro, la investigadora Clemencia Plazas propuso unas categorías amplias según su uso, en las que agrupó los objetos encontrados en el territorio de la actual Colombia, con el fin de colaborar en la unificación de una terminología para la descripción de estos objetos. Las categorías básicas (las cuales presentan subdivisiones) son: aguja, ajorca, alambre, alfiler, anzuelo, aplicaciones, argo-
lla, bastón ceremonial, bezote, brazalete, campana, cascabel, casco, cinturón, colgante, colgantes de orejera, corona, cota, cubre-sexo, cuchara, cuentas de collar, diadema, disco rotatorio, figura antropomorfa votiva, figura zoomorfa votiva, funda para el dedo, herramientas, instrumentos musicales, máscara funeraria antropomorfa, nariguera, orejera, separador de vueltas de collar, placas colgantes, pectoral, peine, pezoneras, pinzas, recipientes, remate de bastón, remate de bezote, representaciones ceremoniales y tejuelo de fundición. En cuanto a la materia prima, en la orfebrería colombiana existe una gran proporción de piezas de tumbaga. El análisis metalúrgico indica el número variable de proporciones distintas en las mezclas de los metales que se emplearon. Las más comunes se agrupan en cuatro categorías: oro fino, 90% de oro; oro bajo, 60% de oro; 30% de oro y puro cobre. Las técnicas de manufactura incluyen: repujado (o presión), soldadura, martillado, fundición simple (vaciado en molde), fundición con molde elaborado con matriz de piedra, fundición maciza sin núcleo y fundición laminar con soldadura. Las técnicas de acabado incluyen: pulida, no pulida, no pulida con huellas lineales, corroída, muy corroída, dorado por oxidación, y líneas horizontales paralelas.
Dos cuentas y nariguera Tairona Algunos objetos de oro, como estas piezas Tairona, presentan algunos imperfectos del proceso de manufactura que permite distinguir las técnicas precolombinas de las réplicas. Aquí, el artesano usó un molde de cera para crear una falsa filigrana y una parte del molde no funcionó, mostrando un orificio en una de las cuentas. Imagen: ICANH
ORFEBRERÍA
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Máscara de oro de Malagana, Valle del Cauca Algunas piezas de oro martillado, como esta máscara localizada en el Museo del Oro, son muy planas y pueden ser escondidas fácilmente. Imagen: ICANH
Collar de cuentas ornitomorfas de la región Quimbaya La orfebrería del suroccidente colombiano incluye gran variedad de formas de cuentas de collar. Es difícil por ello distinguirlas de piezas réplicas, pero si las cuentas varían ligeramente en su forma y acabado, y guardan un mismo patrón de diseño, es probable que se trate de piezas originales. Imagen: ICANH
Nariguera laminar San Agustín La orfebrería del suroccidente colombiano se caracterizó en el período Clásico (1-900 d.C) por la muy alta pureza del oro. En épocas más recientes, se popularizó el uso de aleaciones, que se reconocen por la presencia de partes oxidadas. Los objetos de oro puro, como esta nariguera, conservan el brillo original y el paso del tiempo apenas se nota en algunos rayones y otras huellas en la superficie. Imagen: ICANH
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Nariguera estilo Quimbaya Algunas piezas de orfebrería son difíciles nariguera de escasos 15 mm de largo.
ORFEBRERÍA
Imagen: ICANH
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de detectar por su tamaño, como en esta
Diadema con figuras ornitomorfas de la región Muisca Las piezas de orfebrería precolombina usualmente tienen gran cantidad de detalles, que indican inversión de trabajo manual, pero al mismo tiempo una apariencia burda de la superficie y carencia de una simetría precisa. Los intersticios entre zonas soldadas pueden tener acumulaciones de sedimentos. Imagen: ICANH
Disco de oro martillado Colección Museo del Oro Procedencia desconocida. Imagen: ICANH
MADERAS Se trata de objetos tallados en maderas duras, principalmente de madera de chonta y otras palmas, en forma de sarcófagos, banquitos, sillas, bastones, agujas, lanzaderas y espadas. Muchos artefactos de maderas más blandas se descomponen muy rápido y lo único que queda de ellos en los sitios arqueológicos son manchas de color oscuro en donde estuvieron una vez enterrados. Para poder tallar la madera, los pueblos prehispánicos carecían de hachas de hierro, pero contaban en cambio con una sofisticada tecnología de hachas y cuchillos de piedras duras que permitían talar árboles y tallar objetos. Estas clases de bienes son provenientes, especialmente, de las regiones arqueológicas Calima y San Agustín. Existen algunas esculturas antropomorfas en maderas duras (principalmente en la región Muisca). Esta clase de objetos se elaboró en todos los períodos arqueológicos en el territorio colombiano, pero por ser la madera muy susceptible a la descomposición, su hallazgo es poco común.
Banquito de Madera Calima Las sociedades prehispánicas utilizaban una gran variedad de artefactos de madera. Sin embargo, solo algunas piezas, como este banquito tallado en la dura madera de una palma de chonta, logran preservarse en los sitios arqueológicos. Imagen: ICANH
MADERAS
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Escultura de madera Muisca Los objetos arqueológicos de madera raramente se conservan. Este material, como todos los orgánicos, requiere de condiciones ideales de humedad y acidez. Los objetos arqueológicos de madera se conservan cuando pierden humedad, lo que resulta en su apariencia rugosa y porosa. Cualquier contacto con humedad produce rápido deterioro, como el que se evidencia en esta escultura Muisca. Imagen: ICANH
L ÍT I CO S Los artefactos hechos de piedra (líticos), son la clase más antigua de artefactos humanos, y se remontan al origen de la especie, en el continente africano, hace ya varios millones de años. Las sociedades humanas desarrollaron muy variadas técnicas para la producción de estos objetos, dirigidos a cumplir muy diversas funciones. Los líticos se pueden subdividir en dos grandes grupos: los artefactos lascados (tallados mediante golpes o presión para extraer fragmentos o lascas) y los pulidos (rebajados o formados mediante abrasión). Los objetos arqueológicos de piedra tallada y piedra pulida en Colombia son de muy variada elaboración en su manufactura. Los objetos líticos provienen de tumbas y otros depósitos de todos los períodos, desde el Paleoindio (16.000 - 7.000 a.C) hasta el período Colonial. Los más traficados ilícitamente son pendientes planos decorativos, cuentas tabulares para collares, hachuelas monolíticas rituales, azadas y otros objetos pequeños de piedras duras pulidas, principalmente de las regiones de Calima, Tairona, Guane, Muisca y Alto Magdalena.
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Máscara lítica Tairona de bienes arqueológicos, los objetos precolombinos de piedra carecen de aristas rectas y de huellas
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Como sucede con otras categorías
de metal, que se usan para tallar la piedra en la actualidad. Imagen: ICANH
Hacha lítica pulida Los artefactos utilitarios arqueológicos, como esta hacha pulida, muestran huellas de uso que tienen la misma coloración que el resto de las superficie, y las fracturas nuevas, mostrarán el color de la piedra natural. La piedra absorbe humedad y adquiere con el tiempo una pátina que no se logra reproducir fácilmente en las réplicas. Imagen: ICANH
Collar de cuentas de cuarzo Restrepo - Valle del Cauca Para tallar las duras piedras, los artesanos prehispánicos usaban taladros de madera con arena fina como material abrasivo. Esta técnica usualmente deja en la cuentas huellas cónicas que se unen en un orificio ovalado y pequeño. Las cuentas líticas réplicas se hacen con taladros metálicos que dejan huellas cilíndricas muy simétricas, que permiten distinguirlas de las piezas originales. Imagen: ICANH Pectoral lítico zoomorfo Tairona Para tallar y dar forma a los artefactos líticos, los artesanos prehispánicos utilizaban una tecnología de martillos de piedra y arena para pulir. Imagen: ICANH
L ÍT I CO S
uniformes de las herramientas
M AT E R I A L E S Ó S E O S Objetos de variada forma y función tallados en hueso, principalmente de fauna pero también de huesos humanos. Las sociedades prehistóricas de todas las épocas utilizaron ampliamente el hueso para elaborar artefactos útiles, pero también para crear objetos de gran importancia ritual. Generalmente los objetos que se logran preservar en los sitios arqueológicos, presentan formas de agujas, ganchos para lanzaderas, instrumentos musicales (flautas, silbatos), cuentas para collares y dijes o pendientes. Por su naturaleza frágil y por ser materia orgánica, la gran mayoría de ellos se descomponen. Sin embargo, en condiciones de baja humedad y también en casos en los que el hueso se sometió a algún tratamiento de secado, como por ejemplo su exposición controlada al fuego, los artefactos se pueden conservar muchos años en relativas buenas condiciones. En Colombia, este tipo de bienes provienen en gran parte de las regiones Muisca, Guane, Calima, Nariño y San Agustín y cubren todos los períodos conocidos.
Cráneo con deformación. Zona arqueológica Quimbaya, Valle del Cauca (300-1400 d.C.) Un aspecto que permite identificar cráneos arqueológicos en Colombia es su deformación intencional, realizada para marcar el estatus del individuo. Imagen: ICANH
Cráneo con máscara de Guicán, Boyacá
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Los restos humanos en la época prehispánica eran decorados y modificados como parte de los rituales funerarios, como este cráneo que fue cubierto con una máscara hecha de piel, piedra caliza y semillas. Imagen: ICANH
Momia de Guicán, Boyacá Los entierros prehispánicos en cuevas secas de algunas zonas de Boyacá y Santander, produjeron momificación por deshidratación natural, lo que logra preservar la piel, el cabello y otros tejidos sobre los restos óseos. A pesar de la dificultad para su traslado y conservación, las momias son extraídas y comercializadas ilícitamente. Imagen: ICANH
M AT E R I A L E S Ó S E O S
(1100 d.C.)
TEXTILES Uno de los aspectos más ricos y variados de la cultura material prehispánica, y a la vez uno de los menos conocidos, son las vestimentas y adornos tejidos con diversos tipos de fibras. Las mantas y otros atuendos decorados, eran considerados en muchas de las culturas americanas, posesiones muy valiosas y tenían no solo funciones utilitarias, sino también rituales y religiosas. El desarrollo de complejas tecnologías textiles en América, es anterior al trabajo en cerámica y otros materiales; el cultivo de algodón para textiles, precede en algunas regiones al cultivo de alimentos. Además de algodón nativo, se usaron para textiles fibras de origen animal como lanas y pelos. La elaboración de la fibra y su conversión en textil implica preparar otros artefactos, como son los husos, los telares y las agujas. Asociada a los textiles está una variedad de técnicas de decoración, que incluye el desarrollo de tinturas, combinación de fibras diferentes, trenzados complejos, etc. Los textiles arqueológicos hallados en Colombia provienen en su mayoría del ajuar de individuos momificados. Están elaborados, en su mayoría, en telares, usando como materia prima el algodón, en algunas ocasiones tinturado en colores café, negro y rojo principalmente y en otras, pintado. La gran mayoría de este tipo de vestigios, corresponden al período Clásico de las zonas Muisca, Guane y Nariño, en donde por razones climáticas y químicas los restos orgánicos asociados a momificación y otros depósitos se conservan mejor. En la región de Nariño, los textiles de algodón y lana de camélidos (alpaca y vicuña), incluyen aditamentos de metales como tumbaga y oro.
TEXTILES
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Mochila Guane Pocas regiones arqueológicas de Colombia han permitido que se conserven ejemplos de textiles. Esta mochila Guane de algodón, se conservó, por estar asociada a momias enterradas en cuevas secas en el municipio de Mesa de Los Santos. Imagen: ICANH
Fragmento de manta, textil Guane, Santander Para las sociedades prehispánicas de los Andes septentrionales, los textiles y especialmente las mantas decoradas como esta, eran objetos muy apreciados, usados por personajes importantes y representativos de su posición social y riqueza. Desafortunadamente, estos materiales orgánicos son muy perecederos. Imagen: ICANH
ARTE RUPESTRE Se trata de un tipo de bienes arqueológicos de muy amplia distribución geográfica en todo el territorio colombiano. Corresponde a pinturas (pictografías) y grabados (petroglifos) que las sociedades prehispánicas dejaron sobre superficies rocosas como testimonio de su presencia y de su interacción con la naturaleza. Estos poseen una gran variedad de diseños y múltiples formas, tamaños y materiales. La investigación arqueológica en el tema advirtió su presencia desde el siglo XIX, sin que hasta el momento se haya podido definir una cronología concreta. La gran mayoría son grabados en bajo relieve (petroglifos) y pinturas en diversos colores realizadas sobre superficies planas de grandes piedras. Fragmentos de éstas han sido fracturados y extraídos ilícitamente de muchas partes del país, incluyendo Gorgona en el Cauca, Mesitas del Colegio en Cundinamarca, San Agustín en el Huila, Sáchica, Sogamoso, Muzo y Buenavista en Boyacá.
ARTE RUPESTRE
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Pintura rupestre. Une, Cundinamarca Imagen: ICANH
Grabado rupestre. San Antonio, Cundinamarca Imagen: ICANH
Petroglifos del sitio Piedra Pintada, Municipio de Aipe, Huila Imagen: ICANH
Patrimonio Subacuático
El patrimonio subacuático es una importante parte del patrimonio cultural material, formado por aquellos bienes muebles e inmuebles sumergidos que poseen un especial valor cultural. En Colombia, pertenecen a ese patrimonio todos los vestigios culturales –cualquiera sea su naturaleza y la causa o época de su hundimiento o naufragio– que se encuentren en el suelo y en el subsuelo marinos de las aguas interiores, el mar territorial, la plataforma continental y la zona económica de explotación exclusiva. Los yacimientos arqueológicos sumergidos de la época colonial o más antiguos son, además, parte del patrimonio arqueológico. Están depositados en el fondo de lagunas, lagos, ríos, mares y océanos, y contienen diversas clases de bienes culturales como son los naufragios de naves y su dotación, así como poblados y cementerios de grupos humanos desaparecidos. Algunos sitios arqueológicos prehispánicos hoy están bajo el nivel del mar debido a procesos geológicos locales de hundimiento de terrazas marinas. Además, el nivel del mar ha subido en los últimos 10.000 años, de manera que los sitios costeros muy antiguos están hoy sumergidos. Los naufragios de la época colonial son de gran importancia, porque nos muestran una historia no escrita, sobre la vida de la
gente común a bordo de dichos navíos. Al estar sumergidos, los artefactos no reciben oxígeno y se preservan muy bien. Así, en los naufragios se pueden encontrar bienes de madera, hueso, metal, y fibras, en muy buenas condiciones de preservación. Cuando estos yacimientos son excavados ilícitamente, los saqueadores se concentran en extraer objetos de oro y plata para el mercado negro de antigüedades, y destruyen los elaborados en otros materiales, que contienen valiosa información arqueológica.
Cañón cubierto de moluscos Imagen: Fundación Terra Firme
Cañón pipa decorada Imagen: Fundación Terra Firme
Cañón de bronce siglo XVIII Imagen: Fundación Terra Firme
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Patrimonio Paleontológico
Está formado por los vestigios orgánicos e inorgánicos de las especies extintas, tanto de especies vegetales como animales, que son de gran importancia para entender la larga secuencia evolutiva que precedió a la aparición de la especie humana en el planeta. También cumplen un papel relevante para entender ciertos aspectos de la historia del hombre y sus orígenes ancestrales, por lo cual a esos fósiles y huellas paleontológicas se les considera en Colombia parte de nuestro patrimonio arqueológico, es decir, como una clase de bien de interés cultural. Las leyes establecen que debe ser protegido contra la excavación, comercialización y exportación ilegales (Ley 397 de 1997).
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Excavación de un mastodonte. Pubenza, Cundinamarca Imagen: ICANH
Restos de Mastodonte del Sitio de Los Vados. Norte de Santander Imagen: ICANH
Legislación y trámites
Actualmente, Colombia cuenta con un marco legal importante acerca de la condición y protección del patrimonio arqueológico de la Nación, cuyas disposiciones únicamente se derogan en cuanto ellas sean contrarias a la ley general de cultura. Las principales normas son: Constitución Política de Colombia de 1991 Ley 103 de 1931 Ley 14 de 1936 Ley 36 de 1936 Ley 163 de 1959 Decreto Reglamentario 264 de 1963 Código Nacional de Policía Decreto 522 de 1971 Ley 397 de 1997 Decreto 833 de 2002 Para una información detallada sobre los alcances de la legislación colombiana sobre: (a) Integración del patrimonio arqueológico, (b) Reconocimiento y conceptos técnicos, (c) Propiedad de los bienes arqueológicos, (d) Tenencia de los objetos muebles arqueológicos, (e) Encuentro fortuito de bienes,
cen a la Nación y son inalienables (se encuentran fuera del comercio, no se pueden vender, comprar o transferir a ningún título, como compraventa, legado, herencia, ocupación), imprescriptibles (no se pueden adquirir por la figura o modo civil de la prescripción adquisitiva de dominio, y las acciones reivindicatorias del Estado se pueden ejercer en todo tiempo para obtener su devolución) y son inembargables (no pueden ser objeto de esta medida civil y por lo mismo no podrían ser tenidos como prenda de garantía en efectos civiles o comerciales). Cabe destacar que, con antelación, el artículo 1 de la Ley 103 de 1931 declaró de utilidad pública los monumentos y objetos arqueológicos de las regiones de San Agustín, Pitalito y del Alto Magdalena (departamento del Huila), así como los de cualquier otro sitio de la Nación, a la vez que la misma legislación prohibió la venta y exportación de templetes, sepulcros y sus contenidos, estatuas, lajas, estelas y piedras labradas, así como objetos de oro, alfarería, y demás utensilios indígenas que pudieran ser destinados para la realización de estudios arqueológicos y etnológicos. En 1959, la ley 163 declaró patrimonio histórico y artístico nacional los monumentos, tumbas prehispánicas y demás objetos de interés especial para el estudio de las civilizaciones pasadas. Igualmente dispuso la mencionada ley que en toda clase de exploraciones mineras, movimiento de tierras y demoliciones de edificios, quedaban a salvo los derechos de la Nación sobre los monumentos históricos, objetos y cosas de interés arqueológico y paleontológico que pudieran hallarse en la superficie o subsuelo, y dispuso que los monumentos históricos o arqueológicos no se consideraban incluidos en el artículo 700 del Código Civil, es decir, no estaban cobijados por la noción de “tesoros” que permiten adqui-
Y TRÁMITES
LEGISLACIÓN
(f) Exploraciones y excavaciones arqueológicas, (g) Régimen de restricción, (h) Proyectos de infraestructura que requieren Plan de Manejo Arqueológico, (i) Violaciones, sanciones y, (j) Decomisos, se puede consultar la Circular arqueológica del ICANH, disponible en línea en la página web: http://www. icanh.gov.co. Así mismo se sugiere la consulta de la obra Régimen Jurídico del Patrimonio Arqueológico en Colombia (Castellanos 2003). Sobre la propiedad de los bienes arqueológicos, de acuerdo con los artículos 63 y 72 de la Constitución Política , pertene-
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rir el dominio de las cosas que no pertenecen a nadie. Este tratamiento particular, dado por la Constitución, y en el cual no se reconoce ninguna clase de derecho adquirido anterior, radica en que, a diferencia de ciertos bienes que pueden ser producidos continuamente por la humanidad (obras literarias, obras artísticas y plásticas, obras cinematográficas y audiovisuales), los bienes originarios de culturas desaparecidas y épocas prehispánicas carecen de tal posibilidad de producción actual o futura. Este tipo de titularidad pública se aplica obviamente al patrimonio cultural sumergido, tanto a aquél de carácter arqueológico, como al que tiene carácter historico. Disposiciones pertinentes: Constitución Política, artículos 63, 72, 82, 101, 102, 332; Ley 103 de 1931, artículos 1, 2; Ley 163 de 1959, artículos 12, 14; Decreto 1397 de 1989, artículo 1; Decreto 833 de 2002, artículos 3, 7.
COOPERACIÓN
B I L AT E R A L
En el marco de la “Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales” (Convención UNESCO de 1970), el 15 de marzo de 2006 , se firmó el Memorando de Entendimiento entre el Gobierno de la República de Colombia y el Gobierno de los Estados Unidos de América, relativo a la imposición de restricciones de importación sobre bienes arqueológicos de las culturas precolombinas y ciertos bienes etnológicos eclesiásticos de la época colonial de Colombia. El Memorando, firmado en el marco de la Campaña Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, adelantada por el Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Antropología ICANH, con once entidades públicas y privadas, busca restringir la importación a los Estados Unidos de bienes arqueológicos precolombinos que datan aproximadamente de 1.500 a.C a 1.530 d.C, incluyendo objetos asociados a las culturas Tairona, Sinú, Urabá, Quimbaya, Muisca, Calima, Malagana, Tolima, Tierradentro, Cauca, San Agustín, Tumaco y Nariño; además de ciertas categorías de bienes etnológicos
bia, en caso de requerirse. Las categorías de dichos bienes conforman la denominada “Lista de Designación” y, la importación de los mismos a los Estados Unidos queda restringida, a menos que el Gobierno de la República de Colombia expida una certificación u otra documentación en la cual haga constar que tal exportación no ha infringido sus leyes. Las restricciones de importación entraron en vigencia el 17 de marzo de 2006, fecha en que la “Lista de Designación” fue publicada en el U.S. Federal Register, que es la publicación oficial del Gobierno de los Estados Unidos de América, que proporciona notificaciones oportunas al público. Para que dicho Memorando tenga mayor efectividad, Colombia debe continuar con la realización del inventario y registro de los bienes culturales, debe mejorar la protección de su patrimonio cultural arqueológico y etnológico, mediante la implementación de las leyes de protección del patrimonio cultural, e igualmente debe documentar, realizar el seguimiento y dar publicidad a los casos de hurto y pillaje, así como notificar con prontitud estos hechos a las autoridades nacionales e internacionales. Este Memorando fortalece la lucha contra del trafico ilícito de bienes culturales, en la medida que compromete a los Estados Unidos para ejercer una mayor vigilancia con el ingreso de estos bienes a su territorio y obliga a su devolución, en caso de haber infringido las normas respectivas. mayor información: www.mincultura.gov.co/vbecontent/library/documents/
TRÁMITES SOLICITUD
D E C O N S U LTA Y A S E S O R Í A S O B R E PAT R I M O N I O
A R Q U E O LÓ G I C O
¿En qué consiste el trámite?. Si usted es una persona natural, el representante legal de una entidad pública o privada o el representante de una autoridad territorial o de policía, que ne-
LEGISLACIÓN
eclesiásticos de la época colonial (1.530 a 1.830), entre los cuales se encuentran pinturas, esculturas, objetos de culto, mobiliario, textiles, documentos y libros. Este acuerdo permite un mayor control para evitar el ingreso ilegal de estos bienes al territorio de los Estados Unidos y, facilita su regreso a Colom-
Y TRÁMITES
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cesita hacer una solicitud de consulta y asesoría sobre patrimonio arqueológico, debe dirigirse al Instituto Colombiano de Antropología e Historia - ICANH. Las consultas que atiende tienen relación con: (a) Pasos necesarios para la protección del patrimonio arqueológico en peligro de afectación por obras civiles, (b) Manejo adecuado de áreas, sitios o bienes arqueológicos, (c) Legislación vigente y trámites relacionados con patrimonio arqueológico, (d) Información sobre existencia de sitios arqueológicos en lugares específicos del territorio nacional, (e) Información sobre aspectos arqueológicos (formas de organización social en el pasado), (f) Manejo adecuado de colecciones en museos y laboratorios arqueológicos.
SOLICITUD
D E A U T O R I Z A C I Ó N D E S A L I D A D E L PA Í S D E R É -
P L I C A S D E P I E Z A S A R Q U E O LÓ G I C A S Q U E N O C O N S T I T U Y E N PA R T E D E L PAT R I M O N I O C U LT U R A L D E L A
NACIÓN
¿En qué consiste el trámite?. Si usted es una persona natural o jurídica que requiere autorización de salida del país de réplicas de piezas arqueológicas que no constituyen parte del patrimonio cultural de la Nación, debe dirigirse al ICANH. Requisitos y documentos necesarios para el trámite: (a) Oficio en el que solicita autorización de salida del país de las réplicas en formato original y copia por cada réplica, (b) Dos (2) fotografías de cada réplica. Cuando la entidad lo requiera, el solicitante debe presentar las piezas para su evaluación.
SOLICITUD
DE
REGISTRO
DE
PIEZAS
A R Q U E O LÓ G I C A S ,
C O M O PA R T E D E L PAT R I M O N I O A R Q U E O LÓ G I C O
¿En qué consiste el trámite?. Si usted está a cargo de una colección de piezas arqueológicas, debe solicitar el registro de dichas piezas como parte del patrimonio arqueológico al ICANH. Requisitos y documentos necesarios para el trámite: (a) Formato de registro de piezas debidamente diligenciado, (en papel o a través del Trámite de Registro en Línea), (b) Carta de compromiso sobre el mantenimiento de las piezas en el país, suministro de información sobre el traslado de las mismas dentro del territorio nacional y sobre el cambio de tenedor de las piezas (esta carta puede ser enviada al fax: 5619500 Ext. 144,
piezas, que deberá ser de 100 kb.
SOLICITUD
D E C O N S U LTA S O B R E M AT E R I A L A R Q U E O LÓ G I C O
O COLECCIONES DE REFERENCIA QUE POSEE EL
ICANH
¿En qué consiste el trámite?. Si usted es estudiante o investigador y desea realizar alguna consulta sobre material o colecciones de referencia del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, debe dirigirse al mismo Instituto. Requisitos y documentos necesarios para el trámite: Si es estudiante universitario: oficio Institucional en el cual se solicite consulta de colecciones de referencia, se indique el nombre y la situación de estudiante regular, el título del proyecto o la materia para la cual solicita consulta. Si es investigador: oficio en el cual se solicite consulta de colecciones de referencia, se indique el nombre del investigador, el nombre del proyecto al cual se encuentra adscrito y la institución a la que pertenece, así como la descripción de la metodología a usar en el laboratorio.
SOLICITUD
D E L I C E N C I A D E E X P L O R A C I Ó N Y E X C AVA C I Ó N
A R Q U E O LÓ G I C A
¿En qué consiste el trámite?. Si usted es arqueólogo o representante de una empresa privada o pública y va a realizar un proyecto de arqueología y requiere solicitar licencia de exploración y excavación arqueológica, debe dirigirse al ICANH. Requisitos y documentos necesarios para el trámite: solicitud escrita de la licencia de exploración y excavación, acompañada de formatos con descripción y resumen del proyecto y la hoja de vida del arqueólogo(a) a cargo del proyecto.
SALIDA
T E M P O R A L D E L PA Í S D E P I E Z A S A R Q U E O LÓ G I C A S
¿En qué consiste el trámite?. Si usted es tenedor de bienes muebles del patrimonio arqueológico y desea adelantar una exportación temporal, para exhibición en un evento cultural o
LEGISLACIÓN
al correo postal Calle 12 No. 2-41, Bogotá, D.C., o al correo electrónico icanharqueologia@mincultura.gov.co, (c) Dos (2) fotos a color de 9x12 cm. de cada una de las piezas. Para el Trámite de Registro en Línea (www.icanh.gov.co/registropiezas), sólo se requiere una fotografía digital de cada una de las
Y TRÁMITES
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para estudios científicos, debe solicitar autorización de salida, la cual es otorgada por el ICANH, bajo delegación y en coordinación con el Ministerio de Cultura. Se debe tener en cuenta que el período máximo para dicha exportación es de tres (3) años (Ley 397 de 1997). Requisitos y documentos necesarios para el trámite: 1. Carta de solicitud dirigida a la Dirección General del ICANH, Calle 12 No 2-41, Bogotá D.C., indicando: a. Motivo de la salida temporal b. Número del registro de la colección y listado de las piezas c. Fechas de la exposición o investigación y destino d. Nombre, dirección y teléfono de las entidades responsables, tanto en Colombia como en el país destinatario e. País(es) y ciudad (es) en donde se presentará la exposición o donde se realizará la investigación y sitio (s) del evento (museo o institución cultural) f. Fechas de la exposición o investigación científica g. Fechas de salida y llegada a Colombia h. Nombre del curador de la exposición o del investigador a cargo i. Nombre, dirección y teléfono de la compañía encargada del empaque y transporte de las piezas 2. Documentación anexa: a. Dos (2) juegos de fichas técnicas para exportación temporal con los datos completos de cada pieza b. Fotocopias de la cédula: 1) El tenedor o su representante legal y, 2) El encargado de transportar las piezas c. Descripción técnica de la exposición cultural o propuesta de investigación científica que demuestre el carácter cultural o científico del evento y explique su justificación y relevancia d. Convenio o carta de intención con la entidad que realizará la exposición o investigación e. Certificado de póliza de seguros contra todo riesgo
A LAS CUALES ACUDIR
tes entidades públicas:
I N ST I T U TO C O LO M B I A N O - ICANH
DE
A N T R O P O LO G ÍA
E
H I STO R I A
Calle 12 No. 2-41 Bogotá, D.C. Tel: (57-1) 561 9400 / 561 9500 / 561 9600 / 561 9333 www.icanh.gov.co icanh@mincultura.gov.co
M I N I S T E R I O D E C U LT U R A D I R E C C I Ó N D E P AT R I M O N I O Calle 9 N° 8-31 Bogotá, D.C. Tel: (57-1) 342 0984 Ext. 33 / 40 www.mincultura.gov.co patrimonio@mincultura.gov.co servicioalcliente@mincultura.gov.co
MUSEO NACIONAL
DE
C O LO M B I A
Carrera 7 Nº 28-66 Bogotá, D.C. Tel: (57-1) 334 8366 Fax: 334 7447 www.museonacional.gov.co info@museonacional.gov.co
DAS - INTERPOL Carrera 28 No. 17A-00 Bogotá, D.C. Tel: (57-1) 408 8000 Ext. 4000 / 4018 / 4013 interpol@das.gov.co www.das.gov.co www.interpol.int
LEGISLACIÓN
ENTIDADES
Para consultas sobre información general y sobre trámites relacionados con los bienes pertenecientes al patrimonio arqueológico de la Nación, dirigirse a cualquiera de las siguien-
Y TRÁMITES
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Bibliografía
CASTELLANOS VALENZUELA, GONZALO / Régimen jurídico del patrimonio arqueológico en Colombia / Bogotá D.C. / Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH / 2003.
CAMPAÑA PATRIMONIO INMATERIAL / Patrimonio inmaterial colombiano. Demuestra quién eres / Bogotá D.C. / Ministerio de cultura - Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH / 2005.
COLOMBIA - CONGRESO
DE LA REPÚBLICA / Ley 397 de 1997 (Ley General de Cultura) / 1997 / Decreto 833 de 2002.
COLOMBIA - MINISTERIO DE CULTURA / Guía para reconocer los objetos de valor cultural. Bienes muebles / Bogotá D.C. / Campaña nacional contra el tráfico ilícito de bienes culturales. 2003. COLOMBIA - MINISTERIO
DE
CULTURA / Guía para reconocer los
objetos de la época colonial / Bogotá D.C. / Campaña nacional contra el tráfico ilícito de bienes culturales / 2005.
COLOMBIA - MINISTERIO DE CULTURA - SECAB / Acercamiento a la valoración y protección del patrimonio cultural mueble. Me-
morias de los cursos 2000-2002 / Bogotá D.C. / Campaña nacional contra el tráfico ilícito de bienes culturales muebles / 2002.
COLOMBIA - MINISTERIO DE CULTURA - SECAB / Taller de preparación de la lista roja de bienes culturales en peligro en América Latina. III Taller regional contra el tráfico ilícito de bienes culturales muebles / Bogotá D.C. / Campaña nacional contra el tráfico ilícito de bienes culturales muebles / 2002.
COLOMBIA - PROCURADURÍA GENERAL
DE LA NACIÓN / Protección y defensa del patrimonio público / Bogotá D.C. / Procuraduría delegada para asuntos civiles / 2004.
COLOMBIA - PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN - EMBAJADA DE SUIZA / Derecho internacional humanitario. Protección del emblema. Protección de bienes culturales / Bogotá D.C. / Instituto de estudios / 2003.
DRENNAN, ROBERT D. - MORA CAMARGO, SANTIAGO (COMPILADORES) / Investigación arqueológica y preservación del patrimonio en las Américas / México D.F. / Instituto Nacional de Antropología e Historia.
INSTITUTO COLOMBIANO DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA, ICANH / Plegable: prevención del tráfico ilegal del patrimonio arqueológico / Bogotá D.C. / ICANH / 2005.
GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, VÍCTOR - BARRAGÁN, CARLOS ANDRÉS (EDS.) / Arqueología preventiva en el eje cafetero / Bogotá D.C. / Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH - FIAN FOREC / 2002.
MARTÍNEZ CELIS, DIEGO - BOTIVA CONTRERAS, ÁLVARO / Manual de arte rupestre de Cundinamarca / Bogotá D.C. / Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH - Secretaría de Cultura de Cundinamarca / 2004. THERRIEN, MÓNIKA - ENCISO, BRAIDA / Bienes arqueológicos en el territorio de Colombia (Suramérica) / Bogotá D.C. / Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH - Colcultura / 1995.
BIBLIOGRAFÍA
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Otras publicaciones
Bienes muebles guía para reconocer los objetos de valor cultural. Ministerio de Cultura, 2003
Guía para reconocer los objetos de la época colonial. Ministerio de Cultura, 2003
Segunda edición régimen jurídico del patrimonio arqueológico en Colombia, Gonzalo Castellanos Valenzuela. Instituto Colombiano de Antropología e Historia, ICANH, 2006
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Cartilla Sistema nacional de cooperación contra el tráfico ilícito de bienes culturales, una estrategia de cooperación institucional y ciudadana. Ministerio de Cultura - DAS, Bogotá, Colombia, 2006
Programa de formación, acercamiento a la valoración y protección del patrimonio cultural mueble. Memorias de los cursos 2000-2002 Bogotá / Cartagena / Medellín / Cali / Bucaramanga / Manizales / Santa Marta. Ministerio de Cultura - SECAB, Bogotá, Colombia, 2002
III Taller regional contra el tráfico ilícito de bienes culturales muebles. Taller de preparación de la lista roja de bienes culturales en peligro en América Latina. Memorias talleres 2002. Ministerio de Cultura - SECAB, Bogotá, Colombia, 2002
NO
DEJES QUE SE FUGUE NUESTRO PATRIMONIO