Grupo de estudio en parquecentenario

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Grupo de estudio: Remover las definiciones. El movimiento intertextual o la danza como texto. “Casi poesía. No siempre la visión y la palabra coinciden hasta la suma del poema. Muchas veces sólo quedan algunos núcleos o gérmenes o imágenes o roces, como si fueran restos o quizá paradójicas ganancias de un naufragio. ¿Pero acaso es otra cosa toda la poesía? Tal vez se debiera entonces hablar aquí de fragmentos caídos, astillas de poemas, gestos de aproximación, trozos de materia poética de textos que no terminaron de nacer. Y consolarse con la idea de que nacer es un proceso que nunca termina.” Roberto Juarroz La propuesta es recorrer una serie de encuentros de lectura y escritura para profundizar, intercambiar y compartir miradas en torno al movimiento-danza, las formas de decir y aquello que reconocemos como nuestro hacer danza en la actualidad. Planteamos el recorrido por tres tópicos que atraviesan histórica y conceptualmente nuestro foco de interés. Proponemos algunos textos como disparadores de una reflexión colectiva e invitamos a cada participante a traer otros materiales que contribuyan con esta dinámica de intercambio (dibujos, imágenes, apuntes personales, textos o frases seleccionadas, etc). Desarrollo: Tópicos y textos vinculados 28/ 11. Movimiento y pensamiento “El peso de un pensamiento” de J-L Nancy. “Tejer en lo efímero” de Ana Buitrago. “El pensamiento y lo moviente” de Herni Bergson. “Materia y memoria” de Herni Bergson. 5/12. Movimiento y lenguaje “Danza lenguaje” de Marta Gigena. “Razones en el arte contemporáneo” de Gerard Vilar. “La voz teatral” Eduardo Del Estal. 12/12: Movimiento y poesía “Camino de acceso: emergente metafórico” de Noé Jitrik. “Brindis a la danza” de Iris Scaccheri. “La poesía: Explosión del ser por debajo del lenguaje” de Roberto Juarroz . 19/12: Revisión y debate en torno al recorrido realizado. Referencias generales: ● ● ● ●

“Los diversos significados de movimiento”, de Elina Matoso. “Herramientas para la creación coreográfica”, de Susana Tambutti. “Libro del desasosiego” de Fernando Pessoa como Bernardo Soares. “La felicidad, el erotismo y la literatura” de Georges Bataille.


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“Agua viva” de Clarice Lispector. “La poética del espacio” Gastón Bachelard.

Encuentros: Viernes 28 de nov, 5, 12 y 19 de dic, de 10.30 a 12.30 hs. en Parque Centenario. Punto de encuentro: Entrada por Lillo:

En caso de mal tiempo se buscará un sitio alternativo cercano al parque. Teléfonos de contacto: 11 59584284 (Victoria) 11 38946703 (Valeria)


Algunos fragmentos escogidos: La paradoja de Spinoza. Gilles Deleuze "Creo que los grandes filósofos son también grandes estilistas. Si bien el vocabulario, en filosofía, forma parte del estilo, porque implica tanto la invocación de palabras nuevas como la valoración insólita de términos usuales, el estilo es siempre cuestión de sintaxis. Pero la sintaxis es una cuestión de tensión hacia algo que no es sintáctico ni siquiera lingüístico (un afuera del lenguaje). En filosofía, la sintaxis se orienta hacia el movimiento del concepto. Pero el concepto no se reduce exclusivamente a sí mismo (comprensión filosófica), actúa también en las cosas y en nosotros: nos inspira nuevos perceptos y nuevos afectos que constituyen la comprensión no filosófica de la propia filosofía..." La lucidez y el deslumbramiento. Silvio Mattoni (Prólogo de La felicidad, el erotismo y la literatura. Georges Bataille) “Podríamos decir que Bataille siempre, a través de la filosofía, la antropología o la reflexión estética, llega a la poesía, que no será entonces un género literario. Se trata más bien de un movimiento que deja huellas en lo escrito: creación por medio de la pérdida o, en otros términos, el acto del sacrificio en el lenguaje. Si las palabras parecen construir un mundo y de hecho lo justifican, por medio del pensamiento discursivo, el mundo de la acción práctica, de los fines útiles, en la poesía se anularía ese carácter articulado, separado, hecho de conceptos y referencias, y se haría visible la totalidad continua de lo que existe. El erotismo, la visión mística, lo poético, la simple felicidad, son retornos fugaces de lo continuo que niegan la discontinuidad de los seres y sus conciencias separadas. Si la conciencia humana se separó de la animalidad y de la naturaleza, lo natural y el cuerpo no dejan de ser aquello que sostiene ese apartamiento y su verdad última, puesto que siguen siendo la manifestación de su ser mortal, perecedero. Ese retorno de lo continuo en la conciencia discontinua y sus distinciones claras sería la poesía, la afirmación más absoluta, el gran “si” nietzscheano frente a todo lo que hay. Y esos instantes en que se experimenta la continuidad son el verdadero fin, la meta y el pináculo donde la existencia se justifica por sí misma.”

La poesía: Explosión del ser por debajo del lenguaje. Roberto Juarroz www.robertojuarroz.com Vivo el poema como una explosión del ser por debajo del lenguaje. Descubro aquí cuatro elementos básicos: explosión, ser, lenguaje y debajo. Podríamos acercarnos a ellos diciendo lo anterior de otro modo: el poema es la expansión abrupta de una realidad fundamental que se genera a través de las posibilidades subyacentes de la expresión verbal y no sólo por medio de la su capacidad significativa inmediata. [...] Me apasiona la fuerte humanidad de una búsqueda de esta clase, su desafío a las normas y los estereotipos, la densidad de nivel donde se gesta la lucha por la expresión, la intensidad del buceo en las zonas más olvidadas y sin embargo más vivas de lo real, la simbiosis profunda de todas las proyecciones simbolizadoras, la paradójica complementariedad y hasta sincronicidad de lo espontáneo y lo reflexivo, lo dicho y lo no dicho, la victoria y el fracaso, lo esperado y lo inesperado, lo posible y lo imposible, lo uno y lo otro.


Me subyuga el amor que se funda y sustancia en estos espacios vivos y la libertad radical de ese amor, que ya no hace distingos entre expresarse y comunicarse, entre soledad y compañía, entre ausencia y presencia, entre voz y silencio, entre amar y pensar, entre todo y algo. La palabra transfigurada de un hombre solitario puede recoger allí, por abajo, el gesto misterioso y absurdamente magnífico de la humanidad. La poesía puede entonces proyectar ese gesto y abolir en un acto de amor la distancia entre el hombre y los objetos, entre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y el hombre, entre el hombre y la muerte. Más que un vacío, esas distancias son el músculo al que es posible dar vida con el nervio de la visión creadora, con el tatuaje inusitado de la palabra en función y explosión de ser, para mover así el mundo. La realidad está donde queremos que esté, donde somos capaces de engendrar una forma. En el corazón de mi poesía está la creencia en que el pensamiento es más concreto que todo el resto de la materia del mundo. Por eso, en el corazón de mi poesía hay también un rostro. Toda vida es sólo un amago, el anuncio o comienzo de un gesto. También la poesía es un amago, pero su ademán permanece, como si fuera algo más. El hombre y su lenguaje empujando implacablemente sus límites, desvestidos de todo cuanto no sea límite, desvistiéndose de aquello que ahora lo es. Suprema afirmación, es también lo más cercano a la suprema negación. La grandeza concreta de la poesía, como la de la vida, consiste en no estar hecha. Un salto siempre más allá, el salto que nos hace posibles. Desde adentro, toda obra es un fracaso. Pero creo haber buscado algo distinto. Y esa búsqueda, desde adentro o afuera, no es un fracaso. Noé Jitrik La idea de lo metafórico como lugar de encuentro de la lengua (...) que en esa instancia llamaremos “emergente metafórico”, entiendo por tal cosa lo que “resulta” - término menos complementario que preparatorio de la noción de “resto”, o por lo menos que entable con el resto una relación de inclusión diferida- o “lo que se hace”, lo que sucede, o en fin, o que transcurre. Es tal vez lo que vio Mallarmé en su “Sonnet”: las imágenes que convoca care casi de referente, no ilustran pero dan lugar a una forma (...) es metafórico porque “pone en relación”, un desarrollo verbal ideológico con la forma obtenida. (...) El emergente metafórico sería aquella imagen o noción que, producida por el poema, lo acerca al sistema de la lengua desde el movimiento mismo de su configuración y encarna las operaciones de transfiguración de la materialidad verbal. Podría decirse también que el “emergente metafórico” por lo que tiene de relación con movimientos, puede ser entendido como emergente de un impacto pulsional corporal que estaría en la letra, como presencia precisamente corporal. La letra, por cierto, como arraigo en el inconsciente y a la vez, guardando secreto de, sus reapariciones en la mecánica de la espacialización (...). Como lo señalamos el rito sería la resultante de un proceso de espacialización” ¿Para qué poemas? Raúl Dorra “La poesía es por naturaleza imperdible, inextinguible, pues ella nos pone en contacto con las formas primarias de la vida emocional (…) el espacio propio de la poesía no es el libro sino la memoria (…) la poesía está ahí a la espera para que mediante ella el espíritu tome su forma y tonalidad propias (…) si se quiere secreta pero incesante sigue cumpliendo la perentoria de necesidad de darle forma verbal a nuestro mundo afectivo, de darle voz al deseo (…)¿qué es en lo profundo un estilo sino un tono de voz y más profundamente aun, modo de respirar? (…) No olvidemos tampoco que, rodeando a esta poesía en la que inmediatamente pensamos llevados por el hábito de las personas letradas, se difunde, se sigue difundiendo otra poesía, anónima, colectiva, apegada a los movimientos del cuerpo y a los gestos con que socializamos las pasiones. La poesía está


en la base de toda la literatura y aun en la base de la comunicación social. En la poesía está el deseo de decir para que ese decir sea un acto de reunión con el otro” (DORRA: 121-123: 2004) Dominique Combe La idea del todo romántica del poema como confesión del artista testimonia la dimensión moral- por no decir religiosa- de la definición autobiográfica. La cuestión de la ficción y el artificio no puede ser planteada por el Romanticismo, porque no se concibe la existencia de un sujeto específicamente lírico y porque, en poesía, se entiende que toda subjetividad es lírica. Para que surja el problema de un estatuto original y particular del sujeto en la poesía lírica (…) hará falta que el problema de la autenticidad resulte abordable. La reflexión sobre el estatuto del sujeto lírico nace entonces estrechamente ligada a la crítica del pensamiento romántico y a las filosofías de la expresión, fundadas en el mito de un ser originario en cuanto al lenguaje. Laura Scarano El territorio de lo íntimo aparece escrito privilegiadamente por las pasiones, en esos rituales privados, donde el cuerpo forma parte de la simbólica social con los gestos, movimientos, posturas, percepciones. David Le Breton llama "rito de la intimidad" a ese repertorio de gestos, fórmulas, comportamientos expresados por el cuerpo (...) Goulemot dice que "lo íntimo crea ilusión de realidad; pero para crearla, se vuelve público". (..) La intimidad es sin duda ese lugar oscuro y sombrío (...) "Si tomamos la metáfora del recinto de la interioridad, la íntimo será quizá lo más recóndito del yo, aquello que roza lo incomunicable, lo que se aviene a la naturaleza del secreto. Lo privado a su vez parecerá contener lo más íntimo pero ofrecer un espacio menos restringido, más susceptible de ser compartido, una especie de antesala o reservado poblado por algunos otros. finalmente, lo biográfico comprenderá ambos espacios, modulados en el arco de las estaciones obligadas de la vida, incluyendo la vida pública. pero este viaje con escalas hacia el corazón de la interioridad es solo una ilusión: a cada paso, los términos se intersectan y trastocan, lo más íntimo pide ser hablado (Arfucho, 2002)(..). José Luis Pardo: "La intimidad aparece en el lenguaje como lo que el lenguaje no puede (sino que quiere) decir". Marta Gigena En esta línea de pensamiento, se podría hacer ingresar una categoría productiva, proveniente del formalismo ruso, como es la del extrañamiento (ostranenie). Este concepto refiere al modo en el que el lenguaje poético se distingue, supuestamente, del lenguaje ordinario por su capacidad de interferir el proceso de automatización. Pensar el movimiento como lenguaje y tratar de concebir cuáles son los elementos que hacen del movimiento de la danza un movimiento diferenciado es preguntarse acerca de los condicionamientos dentro de los cuales el movimiento de la danza se ha desarrollado. De algún modo, el lenguaje ya establecido de la danza clásica y su continuidad en ciertas especies de la danza moderna hacen pensar en un forzamiento de la relación entre los elementos del signo, pero también en la necesidad de expandir las herramientas de la teoría si queremos ocuparnos de otros objetos que también se conciben como danza. Es decir que el extrañamiento puede entenderse como lo inesperado o lo improbable y en este sentido, la “lengua poética” de la danza clásica es sacudida por el efecto de extrañamiento que aportarán, por ejemplo, en sentidos diferentes, tanto la llamada danza posmoderna como la obra de Pina Bausch. Por un lado, poniendo en problemas el estatuto mismo de lo artístico, y por el otro haciendo volver a mirar lo dado en un sentido que excede el movimiento mismo y lo emparenta con la “escena” que se muestra.


La danza como texto: Tomar la obra de danza como un texto no implica abandonar las posibilidades representacionales del movimiento, sino considerar este aspecto como uno más de la producción de sentido. El uso de la lingüística estructural para el análisis de la danza, como sucede en el nivel de la sintaxis, parece exigir una extensión hacia un nivel semántico que ha sido considerado en otras áreas. Al trascender el límite impuesto de la oración como unidad de sentido, es posible desplazar la cuestión del lenguaje como sistema a una concepción de la obra como texto. Es decir, un conjunto de términos que están más o menos emparentados con la lingüística pero que de manera amplia pertenecen a lo que Todorov señaló como “ciencias del lenguaje”, y en los que otros desarrollos a la lingüística original y se liberan del modelo saussureano. Básicamente el posestructuralismo, algunas categorías planteadas por el formalismo ruso y ciertos elementos de la narratología. Aisthesis. El arte y los cuerpos. Jean Luc Nancy El arte efectivamente resiste y ¿resiste a qué? No tanto al poder político, aunque sí siempre contra todos los poderes. ¿Por qué? Resiste al cierre de los significados. Esto ocurre cuando se dice que esto o lo otro, que la historia tiene tal o cual sentido; desde la religión que el sentido es tal o cual saludo, desde lo histórico político, totalmente económico, que el sentido del hombre sería producir y consumir nuestra civilización, etc. El cierre de los significados. Lo que llamamos arte es lo que no cierra significados, los abre. Abre la sensibilidad. La sensibilidad es algo por medio de lo que sentimos, pero también por medio de un sentido que acontece. Sí decimos que el sentido de la vida es lo que quieran, una dicha, la continuación, etc, lo que quieran; también esperamos algo que podamos sentir; ámbito del significado y del sentir, sensación. Sentimos con el cuerpo. El cuerpo es el alma, la apertura sensible del alma, el espíritu, como quieran. El arte siempre es un asunto del cuerpo. La cuestión arte y cuerpo es ser cuerpo. Pierre Klossowski […] no hay original, el modelo de la copia es ya una copia, la copia es una copia de la copia; no hay más máscara hipócrita porque el rostro que encubre la máscara es ya una máscara, toda máscara es sólo la máscara de otra; no hay un hecho, sólo interpretaciones, cada interpretación es la interpretación de una interpretación anterior; no hay sentido propio de la palabra, sólo sentidos figurados, los conceptos son sólo metáforas disfrazadas; no hay versión auténtica del texto, sólo traducciones; no hay verdad, sólo pastiches y parodias. Y así hasta el infinito.

Esto lo escribí a partir de una práctica de movimiento, en vínculo con algunas lecturas (Szpinoza, Bergson, Bataille): MOVERSE+DECIR. Esa operación que también es una relación o un movimiento, podriamos decir; entre planos de conciencia, entre, o en el medio de lo que está separado pero unido, distinto pero uno. (El cuerpo-alma como una potencia, una intensidad que expresa una relación de movimiento y reposo, de velocidades y lentitudes entre un gran número de partes) Donde lo que importa es el momento, el acto. Somos un momento, es todo lo que hay... tiempo, y lo que importa es qué hacemos con esto. En acto. De alguna manera se me acerca a la experiencia poética, así como una renuncia también a cierto tipo de


lenguaje. Lo poético como posibilidad de retorno, de dar la vuelta, volver de esa conciencia que ve las partes, que sabe de lo separado (para poder poner en relación, para articularlo) y en ese movimiento de vuelta, durante ese proceso quizás poder tocar la totalidad, en algún instante, la experiencia completa, la experiencia de lo continuo (en el tiempo-espacio). Unir lo separado por la duración temporal-espacial de una oportunidad. ___________________ Acá comparto mis anotaciones sobre prácticas al dar clases entre litereratura y cuerpo (evidentemente venimos haciendo un camino paralelo y cercano, qué divertido!! ) La palabra en el cuerpo no representa ya que estamos frente a una palabra que no es literal, sino literaria. Es decir, portadora de desvíos del lenguaje coloquial, de imágenes y de símbolos. Hablamos de palabra poética encarada en el cuerpo. Anclar el movimiento del cuerpo en la imaginación: la imagen como presente hace visible el relato simbólico de la palabra ausente. Aún cuando un texto aparezca, no es idéntico su vínculo con el cuerpo. Se trata de una traducción de un soporte material a otro. Se recorta una lógica, una parte del cuerpo, un motivo de movimiento o una isotopía poética para comenzar una exploración donde el cuerpo se funde con otro tipo de formas. En este nuevo lenguaje de presencias observo las relaciones con el texto como disparador. ¿Se distancia, se asemeja? Encarnar una póetica es un método compositivo. Abolir la dualidad verbal y no verbal, tanto el cuerpo como el poema son un discurrir del lenguaje. El lenguaje funde contenido y forma en distintos soportes, el lenguaje se inscribe. El poema es un disparador, la danza una traducción que compone sobre lo poético su propio universo. Se traduce una experiencia de lectura, no material abstracto sino una “inscripción sensoperceptiva”. Evocar, actualizar, recordar, transformar, deformar. Operaciones del movimiento sobre la forma. Devenir del lenguaje respetando algún aspecto esencialmente poético o referido a un texto “externo” que se “internaliza”. Allí el cuerpo empieza a hablar su propio código. Para leer un poema o escribirlo, hace falta un cuerpo. Cuerpoema o mapa del cuerpo. Lo que comparten el movimiento y el poema es: el discurrir del lenguaje, la formalización de un sentido, la disposición espacial y rítmica y la potencialidad de la imagen. El cuerpo es un intermedio, una frontera, un territorio para el despliegue de estos códigos. El cuerpo es irregular, el movimiento desborda para tocar el mundo. La palabra también toca el mundo. La percepción del cuerpo ancla la escritura y el movimiento. Los sentidos aprehendidos generan un universo de sentido. Evitar la dualidad no verbal y verbal. Es más pertinente entender el cuerpo como signo preverbal. La literatura es una herramienta para la danza en torno a tres ejes: -

Como escritura creativa (emisor)

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Como experiencia de lectura (receptor)

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Como posibilidad de traducción (sujeto interfaz)

Octavio Paz:


“La poesía” Golpean mi pecho tus fantasmas, despiertas a mi tacto, hielas mi frente y haces proféticos mis ojos. Percibo el mundo y te toco, substancia intocable, unidad de mi alma y de mi cuerpo, y contemplo el combate que combato y mis bodas de tierra. Nublan mis ojos imágenes opuestas, y a las mismas imágenes otras, más profundas, las niegan, tal un ardiente balbuceo, aguas que anega un agua más oculta y densa.

“ESTE LADO” Yo veo con las yemas de mis dedos lo que palpan mis ojos; sombras, mundo.


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