Delfos: revista de Filosofía (Vol 1)

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Delfos Revista de Filosofía

Editores: Mtro. Miguel Ángel Amador Ávila (Universidad Nacional Autónoma de México) Víctor Fabián Nava Salazar (Universidad Nacional Autónoma de México)

Comité Editorial: Dr. Alfonso Arroyo Santos (Universidad Nacional Autónoma de México) Dr. Román Alejandro Chávez Báez (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla) Mtro. Beñat Eizaguirre Indo (Universidad del País Vasco) Dr. Arturo Ramos Argott (Universidad Nacional Autónoma de México)

Diseño Editorial: Carlos Martínez González (Universidad Autónoma del Estado de México)


Contenido Artículos Román Alejandro Chávez El fenómeno y lo sublime....................................................................................................5 Miguel Ángel Amador y Dalhia de la O. Representación científica y variables subrogadas: generación de hipótesis abductivas mediante razonamiento subrogatorio............................................... ...19 [Scientific Representation and Surrogate Variables: Generation of Abductive Hypotheses through Surrogate Reasoning]

Edgar Adrián Mejía La Experiencia Pre-dicativa y Mundo-de-Vida en la Fenomenología: Aproximaciones desde Husserl.................................................................................. ..42 Víctor Fabián Nava La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento...... ..61

Entrevista Antonio Marino López Meditaciones sobre la phronesis y el mundo contemporáneo............................. 81

Nexos Beñat Eizaguirre Indo Un dios salvaje: la incapacidad del sujeto narcisista para el diálogo ..............90 Carlos Martínez González Fotografía callejera con celular: "Geometricaos"............................................102



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l fenómeno y lo sublime

Román Alejandro Chávez Báez Facultad de Filosofía y Letras Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ralexch74@gmail.com

Resumen: Tenemos registros sobre la experiencia o sentimiento de lo sublime desde la antigüedad occidental con Longino. A partir de la modernidad contamos con algunas descripciones en Burke, Kant, Schiller y más recientemente Lyotard. Sin embargo, bajo el enfoque fenomenológico, no contamos, hasta donde tengo noticias, de una descripción seriamente sistemática. En esta ocasión simplemente daremos algunos lineamientos generales sobre lo que podría ser una fenomenología de lo sublime. En este entendido, hemos de decir que la experiencia de lo sublime solamente puede darse en una inversión de la conciencia en la que ésta es neutralizada y amputada de su mundo, dando lugar a una conciencia de imagen estética en el flujo temporal en el que ésta queda desarmada. Así, el sentimiento sublime en el arte es el nombre de un despojamiento en el que la inmensidad no se deja aprehender constitutivamente por lo que aparece y, sin embargo, aparece y, en ese su aparecer, permanece incapturable en la pura inmanencia de la conciencia transcendentalmente reducida.

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El fenómeno y lo sublime MATTINA M’illumino d’immenso Giuseppe Ungaretti

Vir Heroicus Sublimis, Barnett Newman (1950)

Comencemos, para Husserl, la vida de la conciencia está constituida por vivencias intencionales, unidades noemáticas sostenidas por una aprehensión (Auffassung) y un sentido de aprehensión (Auffassungssinn), e integrado por una parte “real” (reell), propiamente vivida en la conciencia (las partes ingredientes Stücke y Momente, la hyle y la mención de sentido, la nóesis), y una parte no “real”, sino intencional (el sentido mentado, el nóema), “pensado” por el “pensar” (que es lo percibido o intuido en la percepción o en la intuición), y que no se confunde con la positividad de la objetividad mundana. Dicho de otro modo, la nóesis es lo que le da forma a una hyle que no es, de suyo, ni intencional ni mundana, sino propia o interna a la vivencia. Ésta es, pues, un todo hylemórfico y la nóesis no se halla en la hyle si no es bajo la forma de una vivencia de acto (Akterlebnis), siendo dicho acto, a su vez, mención intencional de un sentido intencional (acto de “pensamiento”, cogito), que dota al objeto mentado de su significatividad noemática (i.e., se trata de tal o cual objeto percibido, imaginado, deseado, etc.). Así y todo, lo que permite este tipo de análisis —conocidísimo y aquí muy resumido— consiste, según Husserl, en una doble puesta en acto cuyo carácter indisociable es lo que se trata de captar: la

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percepción (o la intuición) interna de la vivencia y la investigación eidética. Esto es importante mencionarlo de entrada, pues en ello radica, implícitamente, la noción de fenómeno en la filosofía husserliana como veremos en lo que sigue. Ahora bien, Husserl en el § 5 del Apéndice a las Investigaciones lógicas, además de realizar un breve balance de la fenomenología misma, el texto es importante por enumerar, de entrada, una serie de equívocos con el que el término “fenómeno” está “gravado” y, a la par, por cuanto queda claramente establecida la distinción entre la aparición o aparecer (Erscheinung), lo que aparece o lo aparente (Erscheinende) y el fenómeno (Phänomen) en cuanto tal. Dice nuestro autor: Teniendo en cuenta que también toda clase de vivencias (entre ellas las vivencias de intuición externa, cuyos objetos se llaman a su vez fenómenos externos) pueden convertirse en objetos de intuiciones reflejas, internas, llámanse «fenómenos» todas las vivencias de la unidad de vivencias de un yo. Fenomenología quiere decir, por consiguiente, la teoría de las vivencias en general y, encerrados en ellas, de todos los datos, no sólo reales, sino también intencionales, que pueden mostrarse con evidencia en las vivencias. La fenomenología pura es, por ende, la teoría de los fenómenos puros, de los fenómenos de la conciencia pura de un «yo puro», esto es, no se sitúa en el terreno de la naturaleza física y animal (o psicofísica) dado por apercepción trascendente, ni lleva a cabo ninguna posición empírica ni judicativa que se refiera a objetos trascendentes a la conciencia; no establece, pues, ninguna verdad sobre realidades físicas ni psíquicas de la naturaleza (por ende, ninguna verdad psicológica, en el sentido histórico), ni toma ninguna como premisa, como axioma. (IL1, 772)

Así, los fenómenos de la fenomenología son, para Husserl, las vivencias (Erlebnisse), esto es, vivencias dentro de la unidad de vivencia de un Yo, el cual es “Yo puro” de la “conciencia pura”. Esta unidad es el flujo temporal del presente viviente, flujo del tiempo interno de la conciencia y no del tiempo mundano y medible. Dicho de otro modo, esta unidad es fluyente, pasajera e inestable, y algo tiene, ciertamente, de inasible. Así y todo, y a pesar de ser intrínsecamente temporal, la vivencia en general está provista de estructura, según Husserl de una estructura intencional diferentemente distinta, en orden a los términos que relaciona. Entonces la vivencia posee una estructura intencional aún más primitiva y más intrínseca; aquella que constituye, para Husserl, la temporalidad del presente, y que hace que la vivencia no sea simple adherencia ciega a sí misma. Como sea, la investigación fenomenológica es una indagación de

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su esencia. Eso mismo nos explica Husserl, algo más abajo, en este mismo texto: Considera, por el contrario (scil. la fenomenología), todas las apercepciones y posiciones judicativas, que mientan allende los datos de la intuición adecuada, puramente inmanente (o sea, allende la corriente pura de las vivencias), puramente como las vivencias que ellas son en sí mismas, y las somete a una indagación de esencia, indagación puramente inmanente, puramente «descriptiva». Esta indagación es pura además en un segundo sentido, en el de la «ideación»; es indagación apriorística en auténtico sentido”. (IL1, 772)

Así las cosas, la fenomenología a la que aspira Husserl todavía puede ser más pura en el sentido de un vuelco trascendental a la conciencia intencional desde lo más fondo de la pasividad originaria. Como sea, será en su lección de 1907 en Gotinga (La idea de la fenomenología) donde Husserl afirme en el curso a las lecciones, lo siguiente: “La palabra «fenómeno» tiene dos sentidos a causa de la correlación esencial entre el aparecer y lo que aparece. Fainomenon quiere propiamente decir «lo que aparece» y, sin embargo, se aplica preferentemente al aparecer mismo, al fenómeno subjetivo”. (IF, 106) Para nuestros intereses, debemos poner énfasis en esta preferencia por el aparecer mismo. De cualquier modo, es claro que para Husserl la noción de fenómeno apunta a la conciencia misma en tanto que se considera un flujo de vivencias intencionales, pero también a lo que aparece en ella. Así, debe quedar claro que el fenómeno siempre es relativo al aparecer y a lo que aparece en dicho aparecer. La distinción es fundamental, ya que la atención se centrará principalmente en el aparecer puro como independiente de lo que en él aparece, esto es, de aquello que aparece. En este sentido la fenomenología pretende tematizar la evidencia misma del aparecer en cuanto tal, esto es, la esencia de la “fenomenalidad” o el proceso mismo de la “fenomenalización” del fenómeno en su puro aparecer sin considerar la presencia de un objeto que aparece. Así, el énfasis del puro aparecer nos lleva a una dimensión de inmanencia radical donde el aparecer se presenta esencialmente a sí mismo y que es, a su vez, condición de su mismo aparecer y de todo aparecer sucesivo. Se trata, pues, de una presencia radical a sí mismo o de la presencia misma de la vida de la conciencia en una radical inmanencia. Esta inmanencia absoluta, esta presencia radical a sí mismo es lo que, me parece, Michel Henry, llamó autoafec-

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ción (que se vincula con lo que Husserl ha nombrado como proto-hyle), que no conoce, originariamente, ninguna objetividad o alteridad. Como sea, es claro que el fenómeno entendido de esta manera, no puede confundirse con las cosas que salen a nuestro encuentro en una mera actitud natural. Ahora bien, se ha hablado ya con demasía de “inmanencia pura” o absoluta, de “conciencia pura”, de “Yo puro”, al respecto en el § 80 de Ideas I, titulado La referencia de la vivencias al yo puro en el que Husserl caracteriza al Yo vinenciante (das erlebende Ich) que, en tanto puro, “no puede hacerle nada ninguna reducción” (Ideas I, 269) y un poco más adelante: “Prescindiendo de sus “modos de referencia” o “modos de comportamiento”, está totalmente vacío de componentes esenciales, no tiene ningún contenido explicitable, es en sí por sí mismo indescriptible: yo puro y nada más” (Ideas I, 269). En estas líneas, Husserl incursiona en un “territorio” a buen seguro presentido por él, pero cuyo umbral, quizá en ese momento, no supo franquear, testimonio de ello es el hecho de que en el ejemplar propio, el pensador de Prossnitz agregó una nota marginal a estas líneas: signos de interrogación y admiración. Se trata, fundamentalmente, del territorio de la afectividad (no intencional), territorio correspondiente a la parte infigurable de la vivencia, parte cuya fenomenalización se realiza genéticamente y donde la Phantasia desempeña un papel fundamental. En este sentido, recordemos que para Husserl la sensibilidad en general, también la protosensibilidad y la sensibilidad secundaria, funcionan conforme a unas leyes propias, éstas son «la asociación, la reproducción (recuerdo, fusión, fantasía).» (Ideas II, 387). Sin embargo, también:

La protosensibilidad es su protohaber. Un segundo haber es la composición intencional de la reproducción (reproducción originaria como recuerdo) y de la transformación en la fantasía que tiene lugar en la reproducción, la transformación pasiva del configurarse-por-sí-mismo con doxa destruida. (Ideas II, 387)

Es claro, por lo apenas dicho que Ideas II es una obra que nos permite el acceso a nuestro propósito, pues la sensibilidad, recordemos, es el subsuelo de los actos de razón en la creación

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artística, entre otros, y su funcionar en términos de reproducción de fantasía, pues los fantasmas de sensación son también parte integrante de una teoría general de la sensibilidad, pues los fantasmas de sensación son también sensibles. Husserl cree además necesario distinguir todavía entre los contenidos de la sensación y los contenidos de la fantasía. El fantasma no es dato de la sensación, sino fantasía del dato de la sensación. Y es que por debajo de las percepciones yacen sensaciones y por debajo de las fantasías yacen fantasmas. El contenido sensible de la sensación no es el fantasma, no equivale a ninguna interpretación de la percepción o de la fantasía. El contenido de la sensación no es el objeto de la fantasía. En este contexto, así nos lo parece, nuestro autor pudo intuir y anunciar el proyecto de una “estética trascendental” planteada en términos de una pasividad que precede a la actividad yoica. La pasividad precede a toda actividad constituyente de objetos por parte del yo. Dice Husserl: Toda productividad primigenia, primigenia por lo menos en uno o algunos pasos, es espontaneidad de acto. Pero toda espontaneidad se hunde en pasividad, y esto quiere aquí decir: toda objetividad puede ser consciente productivamente de modo primigenio, en su constitución originaria (o en la cuasioriginaria de la reproducción, del recuerdo, de la mera fantasía y semejantes), o puede ser «sensiblemente» consciente en forma de posconciencia pasiva, que tras el transcurso de la productiva queda a la zaga y permite una mirada retrospectiva (la más primitiva espontaneidad unirradial) al objeto que acaba de ser activamente constituido, o puede asomar un recuerdo o también una transformación de producciones anteriores mediante la eficacia de legalidades anímicas, etc. (Ideas II, 385)

Se trata, por decirlo así de una «regresión» en el que los objetos de la fantasía y también los del arte, se hunden en esa pasividad cuasi-originaria, invierten la productividad primigenia de la espontaneidad del acto, pareciera, pues, que se invierte el dinamismo de la conciencia otorgando un acceso a esa presencia todavía no objetiva que constituye el ser de la conciencia como actividad intencional quedando, como dice Husserl a la zaga, pero en la mirada retrospectiva es dada una zona pre-objetiva que detiene el curso mismo de la intencionalidad y la actividad constituyente. En eso que hemos llamado regresión (como un regreso a la pasividad originaria) o hundimiento, dice Husserl, el yo abandona su actividad en el mundo objetivo y tendrá

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acceso a un mundo originario, proteiforme y discontinuo que es la génesis del proceso mismo de fenomenalización, un hundimiento separado del régimen objetivo y ontológico del mundo, pero que nos permite un acceso a la experiencia de lo sublime en el arte y dicha experiencia nos lleva a lo que se ha denominado el régimen de la Phantasia que necesariamente implica una epojé, una desconexión del mundo objetivo. A esta epojé la designamos estética, puesto que nos permite el acceso al fondo de la conciencia, donde se pone en marcha el análisis de la “estética trascendental” de Husserl. El asunto de la “estética trascendental”, otra vez, de nuevo y en otras palabras, nos permite el acceso a un régimen excepcional de la conciencia amputada de su mundo o como dice Husserl “al mundo primordial”. Un régimen en el que la conciencia se perderá en una temporalidad sin cosas, pues si en la experiencia estética neutralizamos el ser del mundo, también quedará neutralizado el tiempo objetivo, una ruptura del tiempo objetivo, ya que la obra de arte sublime romperá el instante y la continuidad del tiempo, puesto que bloqueará su administración cronológica, momentánea y pasajeramente, apenas la duración de la experiencia estética, pues este bloqueo de intencionalidad no puede durar mucho. Como sea, esto le confiere a la “intuición” interna un estatuto del todo “especial” puesto que, a menos de mediar objetivación —lo que plantea la aporía (subrayada en los Manuscritos de Bernau) de la dualidad de la aprehensión y del sentido de aprehensión intencionales— “intuido” en ese sentido sólo puede serlo, en rigor, la afectividad como una suerte de hyle pura proto-hyle, y la afectividad modulada en afecciones según las actividades que siempre se dan en las vivencias. Volvamos, prescindiendo, pues, o haciendo abstracción (abgesehen), de esos “modos” que se han mencionado con anterioridad, el Yo puro, sin componentes eidéticos y careciendo absolutamente de cualquier contenido, es puro aparecer y nada más. Lo cual significa, a mi modo de ver, que es, como ya hemos mencionado arriba, presencia radical a sí mismo en su pura inmanencia y ello, a su vez, ha de entenderse no solamente como una conciencia de sí que se

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presenta afectivamente a sí misma, sino, también, implica, necesariamente, un contacto de sí consigo misma y nada más, pero tampoco nada menos. A este respecto, decimos que la conciencia de sí implica solamente un contacto de sí consigo mismo y lo es en y por “desajuste” como nada y que, por otro lado, en y por “desajuste”, la “intuición” que allí se insinúa (cuando se da) no admite nada figurable, nada fijo, estable o matizable por “intuir”. Lo figurable como objeto de intuición (Anschauung) es sólo, en ciertos casos (como, por ejemplo, los de percepción o imaginación de un objeto) la parte “visible” del correlato noemático. Ni siquiera la proto-hyle es analizable (por ejemplo como Empfindung, sensación) si no es porque sea recubierta del correlato noemático, por abstracción respecto del todo “mórfico” intencional. Y sostener que la conciencia de sí, la más primitiva y originaria en su absoluta inmanencia (la dación inmanente que da lo absoluto), resulta infigurable, no equivale, claro está, a sostener que esté vacía (pues lo dado ahí, es dado “con sus cualidades e intensidad” sin ser algo determinable, constituido y formado, vamos, sin ser presentado y menos representado). En el fondo, por retomar los términos de Husserl, la vivencia (o el fenómeno) no es “adecuadamente aprehensible” no lo es, en todo caso, “en su plena unidad”, sino sólo como forma en sí misma puramente relativa y transitoria, de unidad temporal, limitada por la unidad de una nóesis, de una mención intencional, y nada más. Por ello dirá Husserl en relación a las vivencias de sentimiento, sólo mencionemos que lo sublime es un sentimiento: “Una vivencia de sentimiento no se matiza. Si miro hacia ella, tengo algo absoluto; no tiene lados que pudieran exhibirse tan pronto así, tan pronto asá. Al pensar, puedo pensar verdades y falsedades sobre ello, pero lo que está ahí en la mirada misiva, está absolutamente ahí con sus cualidades, su intensidad, etc.” (Ideas I, 174)

Y un poco más delante: “Sentamos, pues, que mientras que a la esencia de la dación mediante apariciones le es inherente el que ni una de ellas dé la cosa como algo “absoluto”, en lugar de exhibirla unilateralmente, a la esencia de la dación inmanente es inherente dar precisamente algo absoluto que no puede en forma alguna exhibirse por lados ni matizarse. (Ideas I, 174-175)

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La pura dación de sí inmanente en el aparecer puro es la dación de lo absoluto a sí sin que algo ahí esté determinado, entiéndase, es nada en sentido absoluto, pues si fuera algo sería lo que aparece y no el aparecer mismo, pero esta nada debe ser ahora, pues si no fuera ahora, nada ahí podría aparecer y el hecho es que aparece todo lo que aparece en un aparecer. En estas circunstancias, solamente nos queda decir con Lyotard: “La nada es ahora” y eso, es lo sublime. Este ahora se presenta como desconocido a la conciencia en tanto que no puede constituirlo, pues para constituirlo tendría que ser un algo. En este sentido, es, más bien, lo que la desampara y la destituye, pues es un ahora en el que nada absolutamente aparece, es el aparecer mismo como ahora-nada. Sabemos que a esta eventualidad de que nada sucede se asocia a menudo el sentimiento de la angustia. Se trata, entiéndase, de una suspensión (epojé) de todo aparecer, es una sensación de tiempo en la que no aparece nada. ¿Se trata de una paradoja o contradicción? Y ¿ahora?... Este sentimiento paradójico es lo que llamamos sublime. La pintura de Newman parece ser testigo de lo inexpresable y lo inexpresable es, ciertamente, que aparezca algo: el cuatro. Esto es cuando lo indeterminado sucede. El sentimiento es paradójico en tanto que anuncia omitiendo lo indeterminado (tο apeiron) aparece. Hablando fenomenológicamente, lo sublime es suscitado por la amenaza de que nada aparezca en el aparecer y lo que lo angustia en la angustia es que el aparecer no aparezca, que deje simplemente de aparecer. Incluso, en otro sentido, se trata de una privación suspendida, ya que siempre esperamos que algo aparezca en lugar de nada y no que la nada ahora aparezca. Se trata, pues, de una sensación en la que nada aparece, en la que lo que aparece se nota suspendido, amputado. Curiosamente, recordemos, cuando Longino se dedica a describir lo sublime, el relato se suspende (se perdieron esos folios) otorgándonos esa pérdida de sentido propia de lo sublime. En esa experiencia, todo queda suspendido (Epojé) y reducido (Anábasis) a nada. Así, lo sublime es lo inaferrable o lo aferrable a nada.

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El fenómeno y lo sublime Definir lo sublime como lo inaferrable que nos aferra es subrayar su propia paradoja: su disolverse en el momento mismo en que nos atrapa. De manera que la experiencia de sentirse atrapados (saisissment) se acompaña siempre de la experiencia de sentirse perdidos (dessaisissement). (Saint Girons 2008, p. 281)

Y diríamos nosotros, angustiados… Cómo sea, debemos decir que lo sublime en tanto “lo irrepresentable de la presentación” (Kant) no entra en el dominio de las definiciones lógico-categoriales y, de hecho, no solamente lo sublime, sino el arte en general, por eso dice Baldine Saint Girons: De hecho, lo sublime, en la medida en que van más allá de la lógica semántico- referencial, tiene también el mérito de abrirnos a una lógica de lo fugaz, del choque y del deslumbramiento. En este sentido, lo sublime tiene su origen no tanto en una epifanía, Como en un acoplamiento sorprendente, que hace surgir el significante en lo real e, inversamente, lo real en el significante. (2008, p 282)

Ahora bien en relación a esto último, sabemos que Husserl habló de disciplinas materiales, formales y trascendentales que, pretendía, funcionaran de modo análogo a la lógica, pero en este punto, Husserl se equivoca al querer subordinar los juicios de todos los dominios regionales a la regla de la lógica porque se estrecha el espacio previamente asignado a las ontologías regionales, hay razones para afirmar que la esfera del arte es una fuga precisamente a la lógica de la lógica y gracias a esa fuga se puede construir la propia “lógica” de arte que no es en absoluto una lógica del mundo real y, por último, puede estar en la naturaleza del arte ver el mundo “desde el otro lado”, por lo que cuando Heidegger, en su zur Philosophie Beitraege, habla de Kunst-losigkeit, es decir, sobre la imposibilidad de la existencia del arte como un síntoma de la edad moderna, debe ser entendida como una expresión resultante de la conciencia de las consecuencias de emisión de la aceptación de la posibilidad de un arte por el arte y el momento en que su posibilidad está totalmente en peligro de extinción; al mismo tiempo, es una señal de la determinación de no aceptar la posibilidad de la existencia de obras que no cumplan con la lógica de la realidad. Sabemos que posteriormente Gilles Deleuze al remitirnos a los cuadros de Francis Bacon, dice que:

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El fenómeno y lo sublime pensar la pintura requiere una exploración que difiere radicalmente del modo de conocimiento tradicional. Ésta es la Lógica de la sensación cuyo nombre proviene de Cézanne, quien hablaba de una lógica de los sentidos, no racional, no cerebral (Deleuze 2002, p. 49).

Esta lógica de los sentidos no racional, empata, así lo consideramos, con la sensibilidad primigenia en Husserl, como sea, si la lógica como sabemos no puede alcanzar al ser, si esto no puede alcanzar las relaciones establecidas entre seres ficticios dentro de la obra, entonces la existencia del arte, en cualquiera de sus modalidades, sería la crítica más áspera de la filosofía que ha alcanzado, sin darse cuenta, su final. ¿Es posible, y en qué medida, hacer la pregunta acerca de la existencialidad de la ficción que caracteriza a una obra de arte? Esta pregunta tiene sentido si somos conscientes desde el principio que no es una cuestión de simple existencia de la simple representación, sino de la existencia del ideal de la representación; la existencialidad misma como tal no es de importancia decisiva y menos aún para la clausura de una evaluación de la conciencia. Si así fuera, sería un objeto real, al mismo tiempo sería el más valioso, pero aquí no se trata de la naturaleza que va entregar las cosas valiosas para nosotros, puesto que las cosas no tienen su valor en sí mismas. Se trata de objetos ideales que no están sujetos al espacio natural y el tiempo natural: todos los rangos del arte se extienden entre lo real e indefinido, es un vínculo entre la forma, lo fijo, y lo amorfo, propensos a la formación y la vida en todos sus aspectos. Esto ya suministra razón suficiente para la afirmación de que el arte es el terreno y el lugar de conflicto entre lo real y lo imaginario, lo real y lo irreal, lo objetual y lo no-objetual, lo real y lo posible, si esta tensión siempre se confirmada dentro de una obra de arte El arte es caracterizado por el esfuerzo de formar lo irreal de lo real material y formar el inexpresable en el plano de lo expresable; esto llama lo no llamando, y este nombramiento sostiene su poder que se hace visible sólo en la frontera de dos mundos que se ciernen sobre el vacío. Bajo este entendido de que el arte no comparte la lógica de la lógica, sino que se trata, en todo caso, de otra lógica por detrás de la lógica del mundo, entonces la analogía no tiene sentido y será necesario dejar a un lado esa pretensión y ese proyecto husserlianos. De alguna manera

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El fenómeno y lo sublime

Husserl lo sabía, pues dice: la aprobación o desaprobación estética es un modo de referencia intencional que se presenta como evidente y esencialmente peculiar frente a la mera representación del objeto estético o al juicio teorético sobre él. La aprobación estética y predicado estético pueden ser, sin duda, enunciados, y el enunciado es un juicio e implica como tal representaciones. Pero entonces la intención estética es –lo mismo que su objeto– objeto a su vez de representaciones y de juicios; ella misma sigue siendo esencialmente distinta de estos actos teoréticos. Valorar un juicio como exacto, una vivencia afectiva como elevada, etc., supone ciertamente intenciones análogas y afines, pero no específicamente idénticas. (IL2, p, 492)

Claramente insiste en que son intenciones análogas, pero no idénticas. Esto nos indica que de alguna manera el propio Husserl sabía que el ámbito de la estética no es idéntico a las cuestiones lógicas, sino, diríamos nosotros, radicalmente diferente, la “lógica del arte”, es distinta a la lógica teorética y la analogía, según lo expuesto, no sería el camino adecuado. Ya para finalizar, podemos mencionar, bajo esta perspectiva, que el sentimiento sublime en el arte es el nombre de un despojamiento en el que la inmensidad no se deja aprehender constitutivamente por lo que aparece y, sin embargo, aparece y, en ese su aparecer, permanece incapturable en la pura inmanencia de la conciencia transcendentalmente reducida. Tal es lo sublime…

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Bibliografía: -Deleuze, Gilles (2002). Francis Bacon: Lógica de la sensación. Madrid: Arena Libros. -Husserl, Edmund (2001). Investigaciones Lógicas, 1, Madrid: Alianza Editorial. -Husserl, Edmund (2001). Investigaciones Lógicas, 2, Madrid: Alianza Editorial. -Husserl, Edmund (1997). La idea de la fenomenología, Madrid: Fondo de Cultura Económica. -Husserl, Edmund (1992). Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. México D.F.: Fondo de Cultura Económica. -Husserl, Edmund (1997). Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. Libro Segundo: Investigaciones fenomenológicas sobre la constitución. México D.F.: UNAM. -Saint Girons, Baldine (2008). Lo sublime, Madrid: La balsa de la medusa.

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Geometricaos

Carlos Martínez."Geometricaos 23", Ciudad de México, 2016 Fotografía digital con celular

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epresentación científica y variables subrogadas:

generación de hipótesis abductivas mediante razonamiento subrogatorio

Miguel Ángel Amador Ávila Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Universidad Nacional Autónoma de México miguelwoodman@gmail.com Dalhia De la O Hernández Facultad de Estudios Superiores Acatlán Universidad Nacional Autónoma de México dalhiadelaohernandez@gmail.com

Resumen: El poder abductivo de la representación científica no ha sido tratado suficientemente en los estudios sobre representación. Por lo que, en este artículo, examinamos si es posible que el vínculo entre abducción y representación resida en el razonamiento subrogatorio. Indicamos que la representación científica puede ser caracterizada como preservación indirecta de relaciones lógicas. Posteriormente, explicamos las características de dos estrategias de razonamiento subrogatorio: (1) estándar y (2) variables. Después, nos abocamos al escruti-nio del proceso inferencial abductivo. Nuestra propuesta se basa en defender que las variables subrogadas posibilitan crear hipótesis abductivas.

Palabras clave: Representación científica, Razonamiento subrogatorio, Variables subrogadas, Hipótesis abductivas.

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Representación científica y variables subrogadas

Abstract: The abductive power of scientific representation has not been sufficiently addressed in the studies on representation. Therefore, in this paper we examine the link between abduction and representation via in surrogate reasoning. We point out that scientific representation should be characterized as the indirect preservation of logical relations. Subsequently, we explain the features of two surrogate reasoning strategies: (1) standar strategy and (2) variables strategy. Later, we focus on the scrutiny of the abductive inferential process. Our proposal is based on the claim that surrogate variables make it possible to create abductive hypotheses.

Keywords: Scientific Representation, Surrogate Reasoning, Surrogate Variables, Abductive Hypotheses.

Introducción La teorización filosófica sobre la ciencia se intensificó en las postrimerías del siglo XIX e inicios del siglo XX con los trabajos de científicos y filósofos como Henri Poincaré, Hermann von Helmholtz, Heinrich Hertz, Pierre Duhem, sólo por mencionar algunos notables. Es plausible afirmar que la obra que marca la agenda de los problemas1 que mantuvieron en vilo durante la centuria pasada a los filósofos de la ciencia fue La théorie physique: son object, sa structure, escrita por Duhem. En esta obra, el autor se enfoca en el estudio de la representación en física, a la que concibe como una condensación de hechos en forma de leyes, que a su vez constituyen teorías, las cuales explican deductivamente fenómenos físicos (Cf. Duhem 1906). Así las teorías científicas son una concatenación de representaciones. El trabajo de este filósofo francés tuvo fuertes repercusiones en el ulterior desarrollo de la filosofía de la ciencia, por 1 Sólo por mencionar algunos: (I) la liga indisoluble entre teoría y observación, ya que sin teorías no podríamos idear experimentos; (II) holismo, puesto que no sometemos a prueba una sola hipótesis sino a todo un conjunto formado por ellas; (III) el carácter no-concluyente de ningún experimento, debido a que este procedimiento no refuta ni verifica completamente una hipótesis porque éstas son revisables; (IV) convencionalismo, que afirma que siempre es posible salvar una teoría de la refutación haciendo cambios en los supuestos auxiliares; (V) tesis de la subdeterminación de las teorías por los hechos, viz, que un conjunto de hechos no sólo se explican o sistematizan de manera unívoca; (VI) el criterio de aceptación de una hipótesis radica en su capacidad de resolución de problemas; (VII) el carácter de las leyes en física, es decir, si son enunciados sintéticos o analíticos.

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Representación científica y variables subrogadas

ejemplo considérese cómo la idea de explicar deductivamente es un antecedente del modelo nomológico-deductivo de Carl Hempel (Cf. Hempel 1965). Asimismo, al asumir que las teorías son condensaciones de representaciones se desatendieron las prácticas científicas que las producían; así Rudolf Carnap reconoce tácitamente que en una teoría hay un lenguaje teórico (LT) que representa (condensa) lo que acontece en el ámbito observacional/empírico, traducido a un lenguaje observacional (LO) (Cf. Carnap 1956) descuidando el aspecto de la producción de representaciones. No fue sino hasta la década de 1980 que el análisis del tema de la representación científica dio un giro importante gracias a los trabajos de filósofos y sociólogos como Ian Hacking (Cf. Hacking 1983), Bruno Latour, Steve Woolgar y Michael Lynch (Cf. Latour & Woolgar 1979; Lynch & Woolgar 1988). Con este giro cambió la manera de abordar el estudio de este tópico, mostrando aspectos que permanecían ocultos, en los enfoques que concebían a las teorías científicas como representaciones, tales como los procedimientos de medición, elaboración de reportes, etc., es decir, se abocaron al escrutinio de las prácticas representacionales dentro del laboratorio. Lo anterior condujo a concebir la representación en ciencia como un concepto complejo, en cuya elucidación debemos tener presente el proceso de su construcción en la práctica. En este proceso de construcción se generan modelos, esquemas, instrumentos, entre otros, que sirven para analizar y obtener conocimiento de los fenómenos bajo investigación; los cuales exhiben un rasgo característico de la representación, a saber: nos permiten razonar subrogatoriamente. Así, modelos, esquemas e instrumentos de medición son subrogadores que nos permiten, generando explicaciones, comprender diferentes parcelas del mundo. En lo que sigue, nuestra discusión se aboca en la elucidación de las estrategias subrogatorias inherentes a la práctica representacional, este aspecto no ha sido tratado suficientemente en la literatura sobre representación. Dentro de las lagunas teóricas del asunto nos dedicaremos específicamente a subsanar una en especial, a saber: el poder abductivo para la generación de

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Representación científica y variables subrogadas

hipótesis explicativas del razonamiento subrogatorio. Esta investigación tiene como objetivo profundizar en la comprensión de la relación entre representación científica y lógica abductiva, mediante el escrutinio de la estrategia de razonamiento subrogado con variables; exhibiendo que este razonamiento permite generar hipótesis abductivas para contribuir a resolver problemas teórico-prácticos en diferentes disciplinas científicas. Así, si mostramos que uso de variables subrogadas ayuda a generar hipótesis abductivas para la resolución de problemas, entonces podemos afirmar que el poder abductivo de una representación científica radica, en buena medida, en el razonamiento subrogatorio. Lo anterior determina la estructura del escrito, éste está dividido en dos secciones. En la primera sección nos dedicamos al escrutinio de los conceptos de representación científica y razonamiento subrogatorio; mientras que en la segunda sección trazamos vínculos entre variables subrogadas e hipótesis abductivas, previamente caracterizamos lo que entendemos por abducción; lo cual permite delinear las conclusiones generales. Cabe aclarar que por mor de la simplicidad nuestra argumentación será mediante ejemplos, ya que con ellos ilustraremos las características representacionales y abductivas que queremos destacar. Para finalizar, en lo que se refiere a representación científica y razonamiento subrogatorio acogemos el marco teórico y conceptual desarrollado por Andoni Ibarra y Thomas Mormann (Cf. Ibarra & Mormann 2006) y Atsushi Shimojima (Cf. Shimojima 1996); respecto a la abducción nos basamos en las ideas de Atocha Aliseda (Cf. Aliseda 2011).

1. Representación científica y razonamiento subrogatorio En esta sección nuestro propósito es ahondar en el conocimiento de la representación científica y el razonamiento subrogatorio, caracterizando las estrategias estándar y variables. Al entender la estrategia representacional de razonar con base en variables podremos allanar el terreno para su vinculación con los procesos abductivos. Para lo anterior es menester definir lo que entendemos por representación y explicar el funcionamiento del razonamiento subrogatorio.

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1.1. Representación científica: preservación de relaciones lógicas ¿Qué entendemos por representación científica? Hay quienes la conciben como una relación isomórfica2 entre el objeto representado y el sistema representante (Cf. Suppes 2002) que implica una relación de semejanza objetual, estructural y lógica entre los correlatos; asimismo, también puede verse como una preservación parcial de estructuras, esto es, como un homomorfismo (Cf. Bartels 2006), sólo nos quedamos con semejanza estructural y lógica. Contra esto se posicionan quienes defienden una concepción inferencial de la representación, la cual nos dice, grosso modo, que un modelo3 representa un sistema si cumple con dos condiciones: (a) condición pragmático-intencional, que el modelo sea usado por alguien para representar un sistema; y (b) condición de subrogación, que el modelo permita presentar inferencias específicas del modelo al sistema (Cf. Suárez 2004). Una de las virtudes de la propuesta inferencial es que nos aleja de concepciones estáticas de representación (como las primeras descritas), ponderándola como una actividad –performativa-. Con lo cual las representaciones pueden ser vistas como instrumentos de guía para la acción, las cuales se modifican en un proceso de vaivén –dialéctica de acomodo/resistencia- para continuar con una nueva acción (Cf. Ibarra & 2 Para aclarar: un isomorfismo (o morfismo reversible) se mantiene entre dos conjuntos si existe una relación biyectiva (uno-a-uno) que los une. Decimos que un conjunto A es isomórfico a un conjunto B (y viceversa) si existe una función ( f ) que puede ser construida entre A y B que toma a cada miembro del conjunto A y lo relaciona –mapea- a uno y sólo un miembro del conjunto B, tal que cada miembro del conjunto B está relacionado –mapeado- con uno y sólo uno de los miembros del conjunto A. A guisa de ejemplo, sea A el conjunto de letras mayúsculas del abecedario en castellano y B el conjunto de los números naturales  que va del 1 al 26; podemos crear una función que asigna a toda letra del abecedario f A 1,= f B 2 , etc. Esta función un número. Así, la función conforme al orden del abecedario nos daría = es biyectiva porque a toda letra se le relaciona –mapea- uno y sólo uno de los elementos del conjunto de los números (1-26); asimismo, a cada número se le asigna solamente una letra, así podemos definir una función inversa = f − 1 A= , f − 2 B , etcétera, (Cf. Boesch 2016).

( )

()

( )

( )

Un caso paradigmático de isomorfismo en filosofía de la ciencia lo encontramos en (van Fraassen 1996), ahí este autor sostiene que una teoría científica será representacionalmente exitosa si y sólo si existe tanto una relación isomórfica entre subestructuras empíricas y apariencias, así como entre modelos teóricos y subestructuras empíricas. 3 Entiéndase por modelo: una construcción idealizada de un sistema que describe y transporta sus propiedades a un dominio de realidad más complejo. Por ejemplo, un oscilador armónico es una construcción idealizada (puesto que no toma en cuenta la fricción) de un péndulo. Para una mayor comprensión de ‘modelo’ véase (Hesse 1970).

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Representación científica y variables subrogadas

Zubia 2009). Siguiendo a Ibarra y Mormann (Cf. 2006), definimos representación científica como una relación que preserva indirectamente (mediante simetrías) las relaciones lógicas acaecidas tanto en el sistema representante como en el sistema representado. En este contexto, relación lógica refiere al proceso o secuencia que me lleva de un estado de cosas EC1 a otro ECn+1 dentro de un sistema. Decimos que el sistema A tiene su lógica, es decir, su proceso de ir de EC1 a ECn+1. Cabe aclarar que esta concepción no ha estado exenta de críticas. Por ejemplo, Sergio Martínez sostiene que asumir la preservación de relaciones lógicas no implica un mayor avance respecto a la preservación estructural: “Es perfectamente posible definir las relaciones lógicas como estructura (como parte de la estructura de un topo) y, por lo tanto, utilizar la preservación de estructura para preservar relaciones lógicas” (Martínez 2001, p. 79). Esto sugiere que la preservación lógica no proscribe las representaciones estructurales. Martínez tiene razón en este punto, pues señala que el intento de Ibarra y Mormann por desterrar a la isomorfía del paraíso de las representaciones en ciencia no es factible. No obstante, reconoce, aunque no profundiza en ello, que dicha propuesta caracteriza mejor que las estructurales la dimensión vicariante de las representaciones en la que se capturan semejanzas (Cf. 2001, p. 88). Esto lo consigue la preservación lógica si se utiliza lo que en el dominio del álgebra se denomina ‘conexión de Galois’: “A grandes rasgos, una conexión de Galois es una manera particular de oponer dos conceptos a través de otra oposición” (Barceló 2002, p.3). La idea es que no hay una relación directa entre el dominio representado (hechos empíricos) y el dominio representante (teorías científicas)4, sino que hay una cadena de representaciones entre hechos empíricos y hechos teóricos. 4 Los detalles técnicos y la demostración de esta estrategia pueden verse en (Ibarra & Mormann 2006; e t 2007). La idea es que se requiere que existan aplicaciones preservadoras de orden U → V y V → U tal que (e, t ) sea una conexión de Galois entre ambas. Con ello se concibe una teoría empírica como una situación adjunta ( F , G ) , entre una categoría y otra categoría de hechos empíricos. Resulta que una teoría es correcta si satisface la equivalencia de Galois: e(x) ≤ a sii x ≤ t(a), x ∈ U y a ∈ V Informalmente, una teoría es adecuada si la representación empírica e(x) del hecho teórico trae consigo el hecho empírico a si y sólo si el hecho teórico x implica una idealización t (a) del hecho empírico a (Cf. Ibarra & Mormann 2007, pp. 125-6).

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Representación científica y variables subrogadas

Asimismo, hablar de procesos nos compromete a concebir a la representación como un concepto dinámico –performativo-, que constituye mundo conforme preserva la lógica de los sistemas. Con lo cual permite explicar el proceso acaecido en el sistema representado (i. e., decirme por qué pasó el fenómeno), así como predecir si el evento ocurrirá con cierta frecuencia (esto abre el aspecto modal de las teorías científicas, es decir, el espacio de estados del sistema representado). Valgámonos de un ejemplo para mostrar la preservación lógica en la representación. Caso 1. Representación de los números naturales mediante teoría de conjuntos5. Sea  = (  , s, < , ^) el sistema relacional de los números naturales, donde  es el conjunto de los números naturales, , s y < son la función ‘sucesor’ y la relación ‘menor que’, respectivamente, ^ es el encaje de identidad; el sistema se comporta conforme a los postulados de Peano. Sea V= (V, σ , ∈ , ^) el sistema relacional de conjunto a la manera von Neumann, donde V es un conjunto no-vacío (la clase von Neumann), σ es una función de V a V tal que para toda x en V, σ (x) = x

{ ∅ }, ∈ es la relación de pertenencia al conjunto, y ^ es el encaje de

identidad. Podemos axiomatizar V en teoría de conjuntos, usando el axioma de infinidad para garantizar que existe al menos un conjunto inductivo (uno que contiene ∅ y cerrado bajo σ ), entonces singularizar V como el conjunto más pequeño de este tipo (esto es un subconjunto de cada conjunto inductivo). Así, V contiene todas y cada una de las clases von Neumann, ∅ , { ∅ }, { ∅ , { ∅ }}, { ∅ , { ∅ }, { ∅ ,{ ∅ }}}, etc., y están ordenadas por ∈ . Probamos una representación de  en V vía una función c que identifica la relación < con ∈ , la relación funcional s con σ , y los individuos 0 con ∅ , 1 con { ∅ }, etc. Es posible mostrar que c preserva las relaciones en  , esto es, para cada número natural m y n en  : (A) m < n sólo es el caso si c(m) ∈ c(n) y (B) c(s(n)) = σ (c(n)). Con lo que tenemos:

[f( ∅ ), f({ ∅ }), f({ ∅ , { ∅ }}), …, f(aki)] ∈ V ⟹ [0, 1, 2, …, ak,] ∈  .

5 El ejemplo original se encuentra en (Swoyer 1991). Aquí lo hemos modificado.

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Representación científica y variables subrogadas

La representación es posible por la preservación de relaciones lógicas exhibidas por el carácter asociativo y conmutativo de ambos sistemas, lo que a su vez permite mostrar y explicar el orden de la seriación de los números naturales. Estas relaciones lógicas justifican nuestro actuar como si los números naturales fueran conjuntos cuando razonamos sobre ellos. Así, la estructura de la teoría de conjuntos nos permite saber un poco más acerca de los números naturales. Con base en lo dicho, la preservación de relaciones lógicas es posibilitada porque hemos llevado a cabo el traslado de inferencias subrogatorias de un dominio a otro. Esto abre la cuestión ¿en qué consiste el razonamiento subrogatorio?

1.2. Modelo diagramático de razonamiento subrogatorio Razonar subrogatoriamente significa aplicar las ideas de un sistema B (representante) en un sistema A (representado) para poder extraer inferencias relevantes que nos ayuden a explicar y/o resolver problemas en A. Esto connota dos estrategias, a saber: (1) concebir a los correlatos representacionales como dominios esencialmente distintos (esto es, con objetos diferentes, no comparten una ontología común), en el Caso 1 podemos decir que la ontología del sistema representante (conjuntos) difiere de la del sistema representado (números naturales); por poner otros casos, los modelos numéricos son distintos de las imágenes construidas en astrofísica o las sustancias químicas son diferentes de las ecuaciones que describen sus reacciones. La estrategia (1) puede denominarse como estándar. La otra estrategia es (2) valernos de un elemento o subconjunto (como representante) perteneciente a un conjunto mayor (como representado) para profundizar en el conocimiento de un estado de éste, esto porque no podemos estudiar el conjunto mayor debido a que es extremadamente grande y/o desconocemos su cardinalidad; como vemos, a diferencia de la estrategia estándar (1), no nos valemos de entidades ajenas al conjunto para razonar sobre ellas. La (2) constituye lo que se conoce en ciencias biológicas como variable subrogada. En el razonamiento subrogatorio elegimos una cierta colección de objetos como representantes para sacar conclusiones de otros (objetos representados). Operamos, pues, sobre los ob-

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jetos representantes y entonces interpretamos esa información para obtener información sobre los objetos representados. Pues bien, Atsushi Shimojima pretende modelar esto con base en un sistema de razonamiento representacional  que preserva una ligadura –que en este contexto equivale a un proceso o lógica del dominio representado- Θ1  θ con base en una ligadura del dominio representante Σ1  σ . Así, todas las ⟹ y  se mantienen como se ve en el siguiente diagrama:

Podemos llevar a cabo una inferencia de la información Θ1 a la información θ sobre la base de la ligadura del dominio representante Σ1  σ . Llamamos a esta inferencia subrogatoria ya que normalmente una inferencia de Σ1 a θ estaría basada en la ligadura Θ1  θ del dominio representado, mientras que esta inferencia está basada en la ligadura Σ1  σ del dominio representante. Por lo que una inferencia subrogada sobre el dominio representado respaldada por Σ1  σ está determinada por la relación de indicación de simetrías (⇒). Esta inferencia es válida si la ligadura Θ1  θ se mantiene sobre el dominio representado Cf. Shimojima 1999). Por ejemplo, es más fácil razonar y transferir inferencias si simulamos computacionalmente una situación (los estragos que causaría la explosión de una bomba) que llevar a cabo esa situación (hacer estallar la bomba en el mundo). Valgámonos de un caso para explicar el funcionamiento para explicar el funcionamiento de la estrategia estándar de subrogación para la resolución de problemas. Caso 2. Razonamiento subrogatorio con diagramas de Venn. Sea Θ un conjunto de enunciados y Σ el conjunto de convenciones semánticas del método de diagramas de Venn6. 6 Este ejemplo es paradigmático y puede ser encontrado en (Barwise & Shimojima 1995; Shimojima 1996a;1996b). Aquí seguiremos una versión un poco modificada pero respetando el corazón del ejemplo.

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Representación científica y variables subrogadas

Dado un silogismo: ( θ1 ) Todos los C’s son B’s. ( θ2 ) Ninguno de los B’s son A’s. ( θ3 ) (Por tanto) Ninguno de los C’s son A’s. Utilizamos diagramas de Venn para revisar la validez del silogismo: (1)

Comenzamos dibujando

tres

círculos,

etiquetados “A’s”, “B’s” y

“C’s” respectivamente:

(2)

Con base en las asunción del silogismo, sombreamos el complemento del círcu-

lo-B con respecto al círculo-C357,

(3)

Luego, con base en la asunción del silogismo, sombreamos la intersección del cír-

culo-B y el círculo-A368,

(4)

Observamos que la intersección del círculo-C y el círculo-A está sombreada como

7 La parte central donde C y B se intersectan y que no se ha sombreado, representa el juicio todos los C’s son B’s, por lo que se sombrea como no existente a todo lo demás del círculo de las C’s. La parte de las B’s que queda fuera de la intersección representa a otros B’s que no son C’s. 8 La parte central donde A y B se intersectan, al estar sombreada indica que no existe la clase y representa el juicio ninguno de los B´s son A’s, ya que las clases A y B nunca llegan a corresponderse.

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Representación científica y variables subrogadas

resultado, revisamos que la conclusión del silogismo y decidimos que el silogismo es válido:

Conforme a las reglas semánticas asociadas con el diagrama de Venn; un diagrama presenta la información θ1 y θ2 si y sólo si confirma los siguientes estados de cosas: ( σ 1 ) El complemento de un círculo etiquetado “B’s” con respecto a un círculo etiquetado “C’s” está sombreado (paso (2)). ( σ 2 ) La intersección del círculo etiquetado “B’s” y un círculo etiquetado “A’s” está sombreada (paso (3)). Podemos ver que como una cuestión de índole geométrica, siempre que los estados de cosas y se mantienen en el diagrama de Venn, el siguiente estado de cosas se mantiene en él: ( σ 3 ) La intersección de un círculo etiquetado “C’s” y un círculo etiquetado “A’s” está sombreada. El quid del asunto radica en notar que el hecho σ 3 es un efecto secundario [side-effect] de las operaciones que hemos llevado a cabo (pasos (1)-(4)); las operaciones son realizadas con el fin de llevar a cabo los estados de cosas σ 1 y σ 2 , no σ 3 (Cf. Shimojima 1996a, p. 31). Sin embargo, bajo la convención semántica asociada con los diagramas de Venn, este hecho tiene un valor semántico independiente, esto es, la información θ3 . Obtenemos la información θ3 “for free” (Idem) y decimos que el silogismo es válido. En resumen, la representación científica es una relación que preserva relaciones lógicas (mediante simetrías) resultantes de la aplicación de las ideas de un sistema B (representante) en un sistema A (representado). Toda vez que hemos elucidado lo que entendemos por representación y subrogación es menester ocuparnos de la relación entre la estrategia de variables e hipótesis abductivas.

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2. Hipótesis abductivas y variables subrogadas La finalidad de esta sección es explicar cómo el uso de variables subrogadas posibilita postular hipótesis abductivas. Si explicamos con la estrategia de variables el como como pueden surgir tales hipótesis, esto indica el poder abductivo que ostenta una buena representación científica. Para llevar a cabo lo anterior tenemos que caracterizar el proceso inferencial abductivo para, ulteriormente, vincularlo con el uso de variables.

2.1. Proceso inferencial abductivo Para elucidar en qué consiste el proceso abductivo nos basamos en la propuesta de Atocha Aliseda9. Nuestra autora sostiene que el proceso abductivo va más allá de la forma argumentativa para convertirse en un cambio epistémico de creencias. La estructura de este proceso se caracteriza por novedad y anomalía abductiva. Estas ideas, como dice Aliseda, surgen y se derivan del trabajo de Charles Sanders Peirce y se conectan con teorías de revisión de creencias en inteligencia artificial. La abducción en tanto proceso de razonamiento tiene el siguiente esquema lógico: Γ ,a ⇒ ϕ

Donde Γ es el sistema de creencias o contexto de trasfondo, a la hipótesis abductiva o explicativa y ϕ la observación o creencia problemática. Algunos parámetros que determinan varios tipos de abducción son: (i) Parámetro inferencia ⇒ relación entre explanandum (ϕ ) y

explanans (Γ ,a ) que puede ser ya sea consecuencia lógica clásica, inferencia estadística o inferencia no-clásica; (ii) detonadores abductivos, o bien ϕ es un fenómeno novedoso o es un fenómeno que entra en conflicto con el sistema de creencias o contexto (anomalía); por último, (iii) los ‘productos’ a son los diversos productos de los procesos abductivos, esto es, hechos, reglas e incluso teorías (Cf. Aliseda 2011, pp. 20-21). Aliseda además incorpora a la “revisión” como caso de razonamiento abductivo, lo que implica que los cambios en los sistemas de creencias 9 Hemos cambiado un poco la notación que utiliza la autora porque si la dejábamos tal cual podría inducir a equívocos respecto a la notación que utilizamos en el caso del sistema de razonamiento representacional de Atsushi Shimojima.

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Representación científica y variables subrogadas

no sólo se dan por la acumulación de nueva información o descubrimientos, también se dan como consecuencia de anomalías. Así, advierte Aliseda, nos acercamos a la noción peirceana de abducción en la que <<un hecho es sorprendente>> por ser una experiencia novedosa o contraria a las expectativas. Un hecho sorprendente dispara el razonamiento abductivo. La noción de sorpresa es relativa a un contexto Γ de trasfondo, el cual nos brinda expectativas. Luego el hecho sorprendente, anómalo o novedoso, requiere de explicación, formalmente una novedad abductiva: ϕ es novedosa si y sólo no puede ser explicada Γ  ϕ ni tampoco su negación Γ ∼ ϕ . Mientras que una anomalía abductiva: ϕ es anomalía si y sólo si no puede ser explicada Γ  ϕ , y de hecho el sistema de creencias (teoría) da cuenta de su negación Γ ⇒∼ ϕ (Cf. 2011, p. 21). La novedad abductiva nos lleva a la idea de expansión abductiva: dada una novedad abductiva Γ  ϕ , Γ ∼ ϕ , una explicación consistente a se calcula de tal forma que Γ ,a ⇒ ϕ . Con lo cual

se añaden ϕ y a a la teoría Γ por medio de una simple expansión; es decir, podemos aplicar el aparto conceptual de un sistema para asimilar y dar cuenta de otro. Por otra parte, la anomalía abductiva nos conduce a la revisión abductiva: dada una anomalía abductiva Γ  ϕ y Γ ⇒∼ ϕ , una explicación consistente a se calcula revisando Γ de tal forma que no explique a ∼ ϕ . Con lo cual se obtiene Γ' de tal forma que Γ ' ∼ ϕ donde

Γ ' = Γ − { β1 ,… , β n } . Una vez obtenida Γ'

se genera una explcación a consistente con Γ' de tal forma que Γ ',a ⇒ ϕ . Así el proceso de revisión de involucra los procesos de contracción y expansión (Cf. 2011, pp. 21-22). En síntesis: El razonamiento abductivo se dispara por una sorpresa, la cual genera una duda que puede ser de dos tipos: novedad o anomalía. En el primer caso el fenómeno a explicar es totalmente nuevo y consistente con la teoría, por lo que su explicación se calcula y se incorpora a la teoría por la operación de extensión. En el segundo caso, como el hecho es anómalo, la operación de revisión es necesaria para incorporarlo. Así, la teoría se revisa de tal forma que su modificación no esté en conflicto con el hecho a explicar, a continuación se calcula la explicación y se incorpora a la teoría revisada por expansión. (2011, p. 22). Como hemos visto, la hipótesis explicativa puede decirse que es lo que diferencia la ab-

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ducción de otras inferencias, pues supone un elemento creativo y expansivo en nuestro sistema de creencias. Nuestra hipótesis abductiva a es el lazo que nos permite vincular dos sistemas, es decir, es condición de posibilidad de la representación. En síntesis, las hipótesis abductiva o explicativa a permite entender por qué pasó un fenómeno ϕ , dado un conjunto o sistema de creencias Γ ; es decir Γ∪a ⇒ ϕ ; previo a esto se concibe como un problema Γ ,¿?  ϕ , puesto que Γ por sí misma no puede dar cuenta de ϕ . Al generar hipótesis a que junto con Γ expliquen ϕ , actualizamos constantemente a Γ' . Las hipótesis surgen como resultado de razonar subrogatoriamente.

2.2. Variables subrogadas para la generación de hipótesis abductivas El motivo de esta parte es dilucidar cómo al razonar subrogatoriamente con variables podemos dar génesis a hipótesis. Para ello nos valemos de dos casos. Caso 3. Resiliencia de un ecosistema y variables subrogadas. Sea el problema abductivo Γ , ¿? ⇒ ϕ : donde Γ es el conjunto de sistemas de creencias (desde teorías que dan cuenta de genética de poblaciones, desarrollo demográfico, cadenas bióticas, hasta políticas medioambientales); ϕ es el hecho sorprendente que detona el proceso abductivo, a saber, ‘la resiliencia del ecosistema de la zona lacustre de Xochimilco está menguando’. La resiliencia se refiere a la capacidad que todos los ecosistemas tienen para tolerar ciertos niveles de perturbación, para continuar “vivos”; si ésta es poco a poco minada, entonces sufre graves daños hasta llevar a su “muerte”/destrucción. Para determinar el porqué de este hecho lo concebimos como un problema: ¿cuál es uno de los factores principales que contribuyen a menguar la resiliencia de la zona lacustre de Xochimilco? La hipótesis explicativa a que junto con Γ nos proporcionen una respuesta Γ ∪a ⇒ ϕ surge si utilizamos la estrategia de variables subrogadas. En este caso nuestra variable será el axolote mexicano (Ambystoma mexicanum). En la práctica científica, biólogos, ecológos, etc., se valen de variables subrogadas porque es más fácil hacer un análisis de ellas que escrutar la complejidad multifactorial que conlleva

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el estudio de todo un ecosistema10; en otras palabras, razonan subrogatoriamente. En nuestro diagrama:

El análisis de los procesos encontrados en la variable subrogada (axolote) está representado por Σ1  σ (dominio representante), mientras que los procesos en el ecosistema referentes a su estado de salud son Θ1  θ (dominio representado). Lo que pase en Σ1  σ indica el estado de salud de Θ1  θ . El resultado de nuestro estudio de la variable subrogada ( σ ) tiene que ser trasladado para indicar lo que pasa en el estado de salud del ecosistema θ , esto es: σ ⇒ θ ; lo cual significa que razonamos subrogatoriamente debido a que trasladamos las inferencias obtenidas en Σ1 a Θ1 , preservando los procesos en ambos dominios. La hipótesis explicativa a , de nuestro proceso abductivo, surge gracias a σ ⇒ θ . Dicho lo cual, continuemos con el caso. La elección del Ambystoma mexicanum como subrogador obedece a que: (1) es una especie endémica del lago; (2) es una especie no-estática, se mueve por todo su hábitat, lo que permite recopilar información no sólo sobre una zona pequeña de la región sino sobre todo el ecosistema; (3) al ser un depredador tope almacena sustancias contaminantes que se encuentran a su alrededor, que lo convierte en una especie bioindicadora de las perturbaciones ambientales; (4) debido a que es un anfibio se vuelve un factor para indicar la calidad del agua; y (5) indica perturbaciones bióticas debido a la introducción de especies extrañas a su hábitat (como la carpa y tilapia), lo que provoca la modificación de la estructura trófica (cadena alimenticia) en su ecosistema11. Así, esta especie subroga a más de trescientas especies (flora y fauna) que viven en la zona lacustre. 10 Para un mayor estudio del uso de variables en la práctica científica, véase (Arroyo 2011). 11 Para profundizar en estas características remito al lector a (Zambrano 2014).

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Representación científica y variables subrogadas

La población del axolote ha sufrido un descenso dramático desde 1998 hasta 2014. El censo realizado en 1998 arrojó un promedio de seis mil ejemplares, en 2003 había tres mil ejemplares y en 2008 apenas cien por kilómetro cuadrado. En 2014 sólo se encontraron siete individuos, de los cuales se recolectaron algunos especímenes para ser examinados, éstos presentaban daños a nivel hepático y branquial, además de algunas enfermedades causadas por hongos. Lo anterior sugiere la presencia de sustancias químicas altamente corrosivas han intoxicado provocando la muerte, consecuentemente la disminución poblacional, del axolote. Luego de intervenir, razonar, en el dominio Σ1 de la variable subrogada obtenemos el resultado σ : especímenes con daños hepáticos y branquiales que sugieren o indican ( ⇒ ) la presencia de sustancias tóxicas en el dominio del ecosistema Θ1 que determinan la mala salud de éste θ . Lo que pasa con el axolote es análogo a lo que está pasando en el sistema entero. Así, σ ⇒ θ genera la hipótesis explicativa a : las sustancias químicas provenientes de la descarga de deshechos de las viviendas y embarcaciones son un factor importante para la contaminación de la zona lacustre. Con lo cual nuestra hipótesis a junto con los sistemas de creencias Γ (teorías, en este caso) posibilita responder que la contaminación por sustancias químicas tóxicas es de los principales factores responsables que contribuyen a menguar la resiliencia del ecosistema ϕ . Caso 4. Abducción, variables y VIH En la medicina se utilizan frecuentemente las variables subrogadas ya que permiten reducir el tamaño muestra, al igual que reducen gastos y tiempo. Así, la Fracción de eyección permite diagnosticar la insuficiencia cardíaca; la presión arterial la hipertensión, la densidad mineral ósea ayuda a diagnosticar la osteoporosis y la carga viral puede apuntar hacia una infección por VIH (Cf. Laporte 2008). Utilizaremos este último para ejemplificar a detalle cómo funciona el sistema de variables subrogadas. Se ha confirmado que el VIH tuvo su origen en el Congo y que se desarrolló a partir del SIV (virus de inmunodeficiencia en simios). Se cree que este salto entre especies pudo darse

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Representación científica y variables subrogadas

por la caza y el consumo de la carne infectada de estos animales. Sin embargo, factores sociales, económicos e incluso de educación sexual hicieron que pronto el VIH se esparciera por todo el mundo (Cf. National Geographic 2010). Fueron Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi, científicos franceses, que en los años 80 descubrieron como tal el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), y se identificó el VIH como causa del SIDA (la etapa más avanzada de la infección). Los primeros casos de VIH documentados fueron en 1981 por el Centro de Enfermedades Infecciosas de Atlanta, todos los pacientes eran hombres homosexuales, posteriormente se sumaron adictos a la heroína, de ahí la falsa creencia de que el VIH era una enfermedad particularmente homosexual (GRID: Inmunodeficiencia relaciona con los Gays, como se le llamo en un principio), con lo que se planteaban los grupos de riesgo H: homosexuales, heroinómanos y posteriormente los de procedencia haitiana (Todosida 2013). Dicho lo anterior en nuestro problema abductivo Γ es el sistema de creencias que se desarrolló a partir del pánico que causó en la década de los 80 la pandemia del VIH, es decir, la paranoia, la discriminación e incluso la negación de atención médica a los homosexuales y negros por creerlos portadores del VIH ⇒ ϕ es el hecho sorprendente que detona el proceso abductivo, en este caso lo que provoca el virus, es decir ¿Cómo puede uno determinar si se está infectado? Teniendo en cuenta que se parte del sistema de creencias ( Γ ). De ϕ se desprende Σ1  σ (dominio representante) que serán la cantidad de linfocitos CD4 (un tipo de glóbulo

blanco) hallados en las pruebas para la detección del VIH. Las pruebas para la detección de infección por VIH consisten principalmente en la detección de anticuerpos: prueba rápida de detección de anticuerpos, prueba del VIH OraQuick, el muy utilizado ELISA, entre otros, y Θ1  θ (dominio representado), es decir el estado del cuerpo. Lo que pase en Σ1  σ (el nivel de

linfocitos CD4) indica el estado de salud del cuerpo Θ1  θ . El resultado de nuestro estudio de la variable subrogada ( σ = cantidad de linfocitos CD4) tiene que ser trasladado para indicar lo que pasa en el estado de salud del cuerpo θ , esto es: σ número de linfocitos ⇒ θ estado del cuerpo;

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lo cual significa que razonamos subrogatoriamente debido a que trasladamos las inferencias obtenidas en Σ1 a Θ1 , preservando los procesos en ambos dominios. La hipótesis explicativa a , de nuestro proceso abductivo, surge gracias a σ ⇒ θ . La hipótesis explicativa a se representa con la disminución de linfocitos CD4 que detona la presencia del retrovirus haciendo de la proteína CD4 su receptor, matando en un día a miles de millones de linfocitos. A nuestra pregunta de ¿Cómo puede uno determinar si se está infectado? Responderemos que es a través de mi dominio representante ( σ ), es decir, la cantidad de linfocitos CD4 los que pueden significar un posible seropostivo ( θ ) (estar infectado de VIH) que requiere pruebas más especializadas para la detección del VIH, dejando atrás la falsa creencia de que la raza o las preferencias sexuales son lo que determina si la persona puede o no ser portadora del virus, tirando el sistema de creencias ( Γ ) y, en consecuente modificando la teoría. En conclusión, las pruebas realizadas (detección de linfocitos CD4) arrojan luz sobre el posible padecimiento del sujeto, si dichas pruebas resultan positivas. Pero si es el caso de que salgan negativos se ahorra tiempo, recursos, se logra más eficacia y, en este caso particular, se combate la discriminación y las falsas creencias que podrían privar a sujetos infectados de una detección oportuna. Con este ejemplo nos resulta más claro porqué la medicina se apoya tanto en los valores subrogados, puesto que son clínicamente disponibles, fácilmente cuantificables y muestran un efecto “dosis-respuesta” (Cf. Sánchez 2013); resultan unos verdaderos predictores de la enfermedad, son sensibles y tienen un punto de corte preciso entre los valores normales y anormales. No obstante, se requiere de un sumo cuidado para proceder e interpretar dichos resultados, pues, estas variables funcionan como un tipo de “filtro” en la medicina, es decir, agilizan el proceso de diagnóstico, sin embargo, no es todo el proceso de diagnóstico. Ya que se debe examinar el comportamiento del tratamiento en grupos específicos de pacientes para buscar si hay comportamientos distintos en cada uno. Asimismo se debe interpretar cuidadosamente porque

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Representación científica y variables subrogadas

la aleatorización se ha hecho sin tenerlo en cuenta y estos resultados se deben tratar con métodos de ajuste estadísticos.

A manera de conclusión El estudio de las representaciones científica es complejo, debido a que tenemos que ocuparnos de las prácticas que las originan. En estas prácticas los científicos razonan subrogatoriamente mediante dos estrategias: (1) estándar y (2) variables subrogadas. Estas estrategias nos muestran que parte de la actividad científica radica en transferir las inferencias obtenidas en un sistema representante –que subroga- a un sistema representado –objeto de investigación- para resolver problemas ampliando nuestro conocimiento de éste. Hemos defendido que esa transferencia inferencial es útil o ayuda a poner en marcha el proceso abductivo de generación de hipótesis explicativas; contribuimos a vislumbrar un mecanismo para explicar dicho proceso. El razonamiento subrogatorio es ese mecanismo para postular hipótesis explicativas. Una buena representación científica posibilita lo anterior, en esto radica su poder abductivo. Cabe aclarar que las inferencias que podemos extraer basándonos en variables subrogadas son no-monotónicas, para explicar lo que se entiende por esto hay que describir los que implica que una inferencia sea monotónica. Una inferencia tiene la propiedad de ser monotónica si al añadir nueva información a un conjunto de premisas ( Γ + a ) no se invalidan las conclusiones previas ( Γ + a  ϕ ) (Cf. Aliseda 2006). Entonces, en una inferencia no-monotónica al introducir nueva información en el conjunto de premisas ( Γ + a ' ) se invalidan las conclusiones previas ( Γ + a '  ϕ ). Esto implica que el poder abductivo de representaciones basadas en variables su-

brogadas tiene un carácter falible, son corregibles. De ahí que con el flujo de información, las representaciones en ciencia tienen que actualizarse constantemente para dar cuenta de los objetos de investigación, de lo contrario quedar en desuso. Queda por tratar la posibilidad de que el razonamiento subrogatorio contribuya a dar génesis a más de una hipótesis explicativa (cosa que sucede comúnmente en la práctica cien-

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tífica), esto trae consigo el problema de determinar cuál de ellas utilizar, lo que a su vez nos conduce a aspectos pragmáticos para su elección por parte del científico. Otro asunto reside en relacionar nuestra propuesta de representación científica con la idea de ‘estructura heurística’ desarrollada por Sergio Martínez y Huang Xiang12. Finalmente, cómo nuestra propuesta podría servir para dar cuenta de procesos caóticos, no-deterministas e impredecibles como el caso del decaimiento radiactivo de acuerdo con la mecánica cuántica. Éstas y otras muchas cuestiones se reservan para pesquisas ulteriores.

12 Véase (Martínez & Xiang 2015).

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Geometricaos

Carlos Martínez. "Geometricaos 57" Ciudad de México, 2017 Fotografía digital con celular

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a Experiencia Pre-predicativa y Mundo-de-Vida en la Fenomenología:

Aproximaciones desde Husserl. Edgar Adrián Mejía Jiménez Facultad de Estudios Superiores Acatlán Universidad Nacional Autónoma de México adrians@clubhotmail.com

Resumen: El presente escrito analiza las estructuras de la receptividad con las cuales está constituida la conciencia desde el ámbito pre-predicativo (estético) en el pensamiento de Edmund Husserl, a partir de las obras: Experiencia y Juicio y La Crisis de las Ciencias Europeas y la Fenomenología Trascendental, por ello es que el objeto principal es la transición existente desde la pasividad hasta la génesis del juicio lógico. Por lo tanto, se reflejará el proceso que existe desde el ámbito de la pasividad y lo prepredicativo, aunado a ello, se tiene el propósito de dar cuenta sobre la conexión entre el mundo-de-vida como subsuelo en el cual descansa dicha experiencia originaria.

Palabras clave: Experiencia, Mundo-de-Vida, Pasividad, Pre-predicativa, Receptividad.

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“La aclaración fenomenológica sobre el origen de lo lógico descubre que el ámbito de lo lógico es mucho más amplio de lo que tradicionalmente ha tratado la lógica hasta ahora, y descubre al propio tiempo las razones esenciales ocultas que produjeron es limitación —precisamente al remontarse a los orígenes de lo “lógico” en el sentido tradicional. En ello descubre no sólo que ya existe una aportación lógica en estratos donde la tradición no la había visto, y que la problemática lógica tradicional aparece apenas en un nivel bastante elevado, sino más bien que justamente en esos estratos inferiores es donde deben buscarse los requisitos ocultos que a fin de cuentas permiten entender el sentido y la corrección de las evidencias superiores del lógico.” Edmund Husserl.

La presente investigación se esfuerza en analizar las estructuras de la receptividad con las que está constituida la conciencia desde el ámbito pre-predicativo (estético) en el pensamiento de Edmund Husserl, a partir, principalmente de dos obras; Experiencia y Juicio y La Crisis de las Ciencias Europeas y la Fenomenología Trascendental, aunque no exclusivamente, debido a que es un trabajo que toma en cuenta otros textos del autor. El análisis pretende llevar de modo gradual la tarea dirigida a la transición existente desde la pasividad, hasta la génesis del juicio lógico (que propiamente aquí, ya tiene un grado intencional). Por lo tanto, se ajusta al proceso que existe desde el ámbito de la pasividad y su constitución como terreno pre-predicativo, mostrando que la temporalidad es un parteaguas para el fundamento de todo juicio sobre el mundo objetivo. De este modo y, aunado a ello, se tiene el propósito de dar cuenta sobre la conexión entre la pre-predicación y el subsuelo que precede la vida, desde el concepto Husserliano (die Lebenswelt) el mundo-de-vida. Es preciso enfatizar que el enunciado completo refiere al hecho de escudriñar la génesis del juicio predicativo desde la pasividad originaria de la conciencia, ése es precisamente el meollo del asunto, pero por cuestiones metódicas y de formato, es preciso indagar exclusivamente los contenidos que hay en la conciencia, tomando como referentes los procesos sintéticos anteriores a una actividad consciente del yo y, con ello, plantear el esbozo de una génesis de la

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actividad judicativa, fundada en la pasividad de la conciencia. Una vez logrado lo anterior, se podrá acceder a la senda que vislumbra el ámbito originario del mundo-de-vida como un a priori de correlación universal entre la subjetividad trascendentalmente reducida y la experiencia originaria del mundo. Primero, comenzaremos por entender el campo del cual parten las investigaciones que se suceden. Para hablar de una fenomenología de carácter genético, es ineludible buscar el acceso a lo más originario y lo más básico en la conciencia; a saber, la receptividad. Ésta, es meramente de la conciencia y es el campo que se pretende estudiar aquí, siendo éste un tipo de experiencia pre-predicativa que posibilita poder decir algo del mundo circundante. Esta parte medular del predicar, se funda en estructuras que gradualmente completan la unidad inmanente de la conciencia y que parten de un campo –pre-; la pre-predicación. Dicho campo está en pasividad originaria, la cual se compone de objetos sensibles dados, datos de sentido y datos de la sensación. El campo pre-predicativo es fundamento de la génesis de la percepción, que es propiamente una labor activa del yo, pero en la que existe una presuposición de que hay algo que nos es dado de antemano, a lo cual se dirige nuestra orientación perceptiva. Desde dicho punto, la conciencia cuenta con un campo receptivo que estimula la actividad del yo hacia el objeto y que es pre-dado. Sin más, abordemos el campo de los pre-datos pasivos.1, fundantes de los datos de sentido.

I. Los pre-datos pasivos El campo de sentido es constitutivo de un campo de datos sensibles, definidos como el estrato abstracto de las cosas que son tomadas como concretas, dejando de lado toda cualidad cognoscente. Hay que recordar que se está antes de toda actividad del yo; aún no hay labor judicativa que predique “algo de algo”. Estos datos faltos de sentido, se encuentran en un desconocimiento, que, pese a la expre1 El término utilizado por Husserl es [Vorgegebenheiten].

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sión, es un modo de conocimiento, debido a que se hace consciente su forma vacía de determinabilidad; lo que refiere a que está provisto con un horizonte vacío de indeterminaciones, que gradualmente habrán de llevar a cabo la cognición y al conocimiento. El que se tome partida de la experiencia pre-predicativa como el entorno en el cual subyacen los datos pasivos y pensar los pre-señalamientos, no lleva a pensar la pasividad como un caos en el cual exista una confusión de los datos conformantes del campo, sino que es un campo con una estructura determinada que muestra ordenanza y particularidades, por lo que es un ejido de datos sensibles variados: ópticos, olfativos, táctiles, auditivos, de gusto o bien kinestésicos, los cuales están dados en unidad homogénea respecto a su propio campo; lo que en la percepción refiere a lo óptico, necesariamente pasa por los canales que refieren al campo de la visión. Ello se quiere decir que estén escindidos en la experiencia, sino que son homogéneos respecto de sí mismos, pero heterogéneos en tanto que en la experiencia, aquello que puedo ver, como ejemplo: una rebanada de pastel, también la pruebo, la huelo, la siento, etcétera, siendo todo ello posible en una experiencia.2 Ahora bien, aquellos datos “sensibles”3 que son el estrato abstracto de las cosas que concebimos como concretas son ya producto de un tipo de síntesis constitutiva, que, son el nivel más ínfimo: “Un dato inmanente que permanece sólo es permanente como dato de su contenido.”4

De acuerdo con la cita anterior, el dato es pasivo en tanto que permanece sin estar en contacto con un objeto dado en su percepción, es un pre-dato. Significa que la conciencia tiene un 2. Ejemplo clarificante de la conexión entre los campos de sentido. En la experiencia pre-predicativa estamos viendo apenas su constitución libre de ser lanzada al objeto juzgado, sólo tratamos su posibilidad. 3. Sensible solamente en el sentido hylético, no hay intencionalidad aquí propiamente. Hablamos de materias sin forma definida. 4. Idem.

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contenido asido, y que como dato es algo no desechable de la conciencia, está siempre ahí, en su pasividad originaria, es todavía mayormente originario que las síntesis que instauran la unidad de campo de sentido, unidad que, por el proceso sintético, tiene ya un nivel de operaciones constitutivas. Cada campo de sentido es algo unitario por sí, es una unidad de homogeneidad respecto a los otros campos de sentido, y la señera relación que mantiene con ellos es la de la heterogeneidad. La homogeneidad es la afinidad que encuentra el campo de sentido en relación con la heterogeneidad; la extrañeza. Ello a razón del nexo inmanente de los datos de la sensación. En la conciencia opera un tipo de síntesis que refiere a lo mencionado en los campos de sentido, a la homogeneidad, encargándose de sus semejanzas y su contraste que se designa como síntesis de coincidencia, la cual refiere a una génesis asociativa que apunta al sentido, con el cual opera el pre-dato pasivo que a su vez se edifica sobre síntesis más originarias de la conciencia y que son las de la conciencia interna del tiempo: “La asociación se entiende aquí de manera exclusiva como el nexo puramente inmanente del “algo recuerda algo.”5

La asociación es la génesis de lo que despierta, el modo de acceso a observar del fenómeno de la asociación, es el objeto particular destacado en lo rememorado de la conciencia. La asociación parte de los datos que se destacan desde un campo de la homogeneidad y bien pueden evocar al recuerdo en el campo de sentido por medio de la semejanza. De acuerdo con el llamado del “evocar” es que el papel de lo homogéneo y lo heterogéneo se definen como los elementos fundantes para la asociación de los datos de sentido; les dan su carácter unitario a los ya constituidos campos de sentido gracias a lo semejante y al contraste de lo desemejante. Lo anterior es una base asociativa dada en los datos pasivos, en la cual, a diferencia de lo tratado hasta aquí, se da ya una actividad sintética con una estructura más compleja y en la que se pueden ver las funciones de semejanza y contraste desde varios campos de 5. Ibid, p, 81.

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sentido. Ahora bien, es ineludible tematizar el destacamento del dato en la homogeneización. Mediante la síntesis de coincidencia se posee una fuerza afectiva que está dirigida hacia el yo en el que es producido un estímulo (Ermutigung), el cual se destaca como dato sensible dentro de la pluralidad de cosas que afectan al yo en la experiencia y en el campo de la percepción, en primera instancia sin haber sido aprehendido, simplemente entran en contacto los datos de la conciencia que han permanecido asidos en espera de ese destacamento dado en lo sensible.6 “El dato se destaca de entre una pluralidad de cosas que afectan, debido a su intensidad. Por ejemplo, en la esfera sensible un sonido, un ruido, un color es más o menos llamativo.”7

Decimos que cuando el yo está dirigido hacia el destacamento, surge además de la imposición un grado de tendencia que direcciona al yo hacia el objeto de modo intencional. La tendencia es un momento previo que experimenta el cogito desde un carácter de potencialidad que refleja la posibilidad que tiene el yo de realizar actos, que después se reafirman en lo fáctico. El yo desde la potencialidad es un yo despierto gracias a la orientación, cuya característica esencial es que se comporta direccionante de su propia mirada hacia el destacamento de objetos y de su intensidad, aunque se incluye la parte del ser despertado como aquello que representa; un padecer, un sufrir, un ser afectado por los objetos intencionales. “…Un trasfondo adquiere “vida”, objetos intencionales se le acercan desde allí más o menos al yo, y éste o aquél atrae hacia sí eficazmente al yo. El yo está con ese objeto cuando se dirige a él.”8

En la captación que tiene el yo ante los estímulos con los cuales es afectado, se puede hablar de una receptividad del yo9, al igual que hay un campo del recuerdo también en pasividad. 6. En el campo de lo no sensible es una situación análoga, pero se dice que la idea que se destaca lo hace por un efecto sensorial que se impone al yo, por ello que en el texto se trate solamente lo sensible. 7. Ibíd, p, 83. 8. Ibíd, p, 85. 9. No hay oposición entre receptividad y actividad. Se concibe a la receptividad como el nivel más ínfimo

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Si bien ambos conceptos refieren a un tipo de actividad, desde la fenomenología husserliana genética a la cual nos referimos, no se encuentran en oposición ni escindidos de la pasividad, sino que adquieren cierta gradualidad que acude desde la receptividad como el nivel más bajo y que sostiene a la actividad. Cuando hablamos de actos particulares en relación con la percepción y al recuerdo, hacemos referencia a los actos dóxicos10, partimos de una orientación de carácter dóxico; la doxa como un tipo de creencia, que visto desde la óptica fenomenológica, es génesis del conocimiento que la conciencia experimenta ya en actividad pone algo de sí para captar el objeto; entra esa parte dóxica como nivel de creencia, la cual llega a ser fundamento de toda actividad cuando la atención es llevada a la praxis; cuando el yo está atento y vigilante ante la cosa que se destaca frente a él. Hay una realización de la atención que lleva al yo a estar orientado al objeto; de modo ineludible se tiene intencionalidad en la experiencia del yo de acuerdo a la forma objetual, necesariamente algo en la conciencia es ponente en relación con los objetos que la afectan.11 Para que sea posible tomar los actos dóxicos de la conciencia como enfocados a un conocimiento verdadero debe considerarse que existe un tipo de certeza en la creencia. De ahí parte el acto perceptivo, de una preseñalización que refiere a la dirección orientada hacia el objeto, que, por medio de procesos sintéticos, asevera la certeza que lleva a hacer consciente el ser del objeto, presente en la conciencia12. La creencia de la presencia del ser consciente, es actual y descansa sobre la base temporal de la actividad, hay ya un campo de percepción que se ofrece en pasividad pura. 10. Los actos de la conciencia son dóxicos porque ella es ponente, pero también son téticos. La conciencia es entonces dóxico-tética en tanto que vive en la creencia de la existencia del mundo, tiene la tesis del mundo puesto ahí delante; presupone el entorno en el que habita. Por ello que, de modo inmediato, se experimente en dicha tesis. 11. Aquí es necesario puntualizar que la conciencia desde su base temporal, compuesta por datos desde su pasividad pura, es sensible. Los datos que conforman los campos de sentido son trozos materiales (hyléticos), que son aquellos que entran en contacto con el objeto de modo intencional. El modo intencional refiere a la forma (morfe) en la cual nos es presentado dicho objeto en el horizonte perceptual. A lo largo de la investigación tendrá ello un tratamiento más específico sobre estos temas, pero por el momento es necesario hacer la diferencia mínima, con el fin de entender el sentido de cada parte de la conciencia. 12. Hablamos sólo de un apuntar hacia el objeto.

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de la conciencia interna del tiempo. Los fenómenos presentes en el tiempo, se exhiben en unión de vivencias que suceden entre retenciones (memoria) y protensiones (yecciones). La exhibición de las vivencias conjuntas lleva a pensar la conciencia viviendo siempre en continuidad, y que puede volver a una vivencia pasada para llevar el recuerdo a la vivencia presente, además proyectarse de modo anticipado a vivencias nuevas. La proyección que tiene la conciencia, tiene un carácter en el interés porque la aprehensión crece desde la tendencia de orientación, hasta la prolongación de un cumplimiento total.13 El modo de acceso al objeto de la percepción externa está dado en imagen14. Es constituido sintéticamente en el paso de una imagen a otra, en tanto que el yo ejerce una libertad en la cual puede haber movimientos kinestésicos,15 sin descuidar la mirada en el objeto.16 Mientras las kinestesias se suceden, se presentan imágenes a la percepción a las cuales el yo se presenta como receptivo ante las imágenes dadas a la conciencia: “El percibir que se inicia con la primera orientación del yo, está animado por tendencias perceptivas, tendencias del pasar continuo de unas apercepciones hacia otras apercepciones nuevas, tendencias a recorrer las variedades cinestésicas y a llevar así a término las “imágenes”. Cuando esto sucede, siempre estoy orientado hacia lo que aparece, que se presenta en las imágenes, y especialmente hacia estos o aquellos de sus momentos o formas, etcétera. Este juego de tendencias, el curso tendenciosamente regulado de cinestesias motivadoras, forma parte del acervo esencial de la percepción externa. Todos son desarrollos activos, desarrollos de tendencias que se distienden en el transcurso.”17

Mientras la conciencia está enfocada en las imágenes que irrumpen el horizonte perceptual, los procesos kinéticos siguen en funcionamiento (muevo los ojos involuntariamente) mientras la atención puede dirigirse a un objeto en particular. 13. Se utiliza el término alemán Erfüllung, concepto que apunta al sentido de intuición y en el cual va implícito el significado de “cumplimiento”. 14. Se define como la producción de modos de manifestación cada vez nuevos. 15. Sirven para convertir en dato, los lados del objeto de la percepción o bien, son procesos subjetivos activos que a su vez se comportan como receptivos-productivos. 16. Es importante señalar que cuando se observa el objeto, estos procesos pueden ser involuntarios, cual parpadeo de ojos o bien pueden interrumpir la visión del objeto (cerrando los ojos) y ser el movimiento voluntario. 17. Ibíd, pp 90-91.

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Las imágenes que se mientan con el nombre de tendencias perceptivas, lo son en un pasar continuo de apercepciones hacia otras, siempre nuevas en relación con la perspectiva que está guiada hacia el objeto, pero siempre de la mano con una intención (en este caso de expectativa actual y potencial) que tienen en el carácter de lo expectante, lo protencional como carácter al cual el objeto llegará a estar dado.18 A modo de comentario, es pertinente precisar que existen tipos de obstrucción a las tendencias perceptivas, como lo son la negación y la duda, pero a efecto de no desviar la atención de nuestro tema, dejaremos de lado estas cuestiones. El pre-señalamiento que se hace de las tendecias receptivas, se compone también de aspectos no vistos del objeto, por lo que de algún modo es indeterminado e indefinido y constituyente de la nóesis en la conciencia: “Esta generalidad constituye un carácter noético de la conciencia que pre-señala de manera vacía y, correlativamente, constituye para lo pre-señalado un carácter de su sentido objetivo.”19

Para ilustrar lo anterior, podemos referir a lo visto con la esfera roja. Hay una pre-señalización de un color permanentemente determinado no visto de un objeto determinado; quiere decir que hay una parte de la cosa aún no vista; sin embargo, es ahí donde hay un pre-señalamiento del color. La protensión pre-anticipada apunta a la continuidad, aunque hay un espacio ausente (indeterminado20) que recibe el nombre de certeza, que está fundada en una especie de suposición y por ello es denominada simple. A partir de un modo primario de la certeza simple se puede determinar de un modo elemental un grupo de modalidades con exigencias contrapuestas que están cerradas con precisión, vemos cierta exigencia originariamente simple con exigencias opuestas. 18. Véase el ejemplo que utiliza Husserl en Experiencia y Juicio es el del reverso aún no visto (del objeto) hasta ese instante. 19. Ibíd, p, 105. 20. En sentido de que es campo libre de variabilidad

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El ámbito de la receptividad del cual parte nuestra percepción, es el campo en el cual se suceden sólo síntesis que trabajan en pasividad pero que tienen un hilo conductor hacia la solución de la duda. Todos los procesos que hemos tematizado hasta aquí, anticipan y se presentan en la conciencia como estructuras de la receptividad, que, posteriormente se confirman en la aprehensión simple como todavía pre-predicativos, pero que subyacen a la formación de las modalidades operantes del juicio propiamente predicativo. Una vez que hemos visto la parte de la conciencia que refiere a los datos constituyentes de la materialidad de la misma, y siguiendo la secuencia que hemos estudiado en relación con los objetos dados en la percepción, podemos tematizar el asunto de la contemplación que se da en la aprehensión simple y a las experiencias receptivas dadas en un yo que está orientado hacia el conocimiento. Esta orientación que se da en el yo, tiene como objeto el explicar y con ello satisfacer el interés que se despierta sobre el objeto: “La explicación es un penetrar de la tendencia del interés perceptivo en el horizonte interno del objeto.”21

La explicación tiene la cualidad de anticipar el objeto de acuerdo con sus propiedades, hay un tipo de síntesis continua orientada hacia la unidad del objeto por medio de las síntesis en los fenómenos que responden en identidad a dicho objeto. La síntesis continua está jerarquizada en niveles de percepción (contemplativa) del objeto, de la cual podemos distinguir: 1.

La intuición contemplativa: Es previa a toda explicación y la impleción se dirige

a la totalidad del objeto. Es la simple aprehensión puesta en el nivel más bajo de la actividad objetivadora y no obstruida del interés perceptivo; 2.

El nivel superior del interés: Es constituyente de la contemplación explicativa y

tiene su comienzo en un horizonte interno. En ella se despierta el carácter protencional respec21. Ibíd, p, 113.

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to del ser-así de los objetos, el interés pasa a explicación en el marco de una unidad sintética continua y así confirma al objeto en un estar dado de modo original; 3.

Cuando el interés no es satisfecho con el horizonte interno y requiere una co-aten-

ción de tematizar los objetos que se co-presentan a la conciencia en el horizonte externo. Hay un tipo de relación que apoya a la determinación del ser así del objeto destacado en primer plano. Queda entonces ver la función de la asociación y las síntesis pasiva.

II. Síntesis: pasiva, y por asociación Para comenzar es importante resaltar la importancia del trecho existente entre síntesis pasivas y asociación, puesto que desde las Investigaciones Lógicas (IL) donde propiamente, en la cuarta investigación, hay en inicio una cuestión dedicada a la asociación cuando comienza a hablar de la indicación: “Toda unidad de experiencia, como unidad empírica de la cosa, del proceso, del orden de la relación de cosa, es unidad fenoménica, merced a la palpable mutua implicación de las partes y aspectos de la objetividad aparente, partes y aspectos que unitariamente se destacan. Uno señala en el fenómeno al otro, con determinado orden y enlace. Y en este señalar hacia adelante y hacia atrás, lo individual mismo no es el mero contenido vivido, sino el objeto que aparece (o su parte, o su nota, etc.), el cual solo aparece porque la experiencia presta un nuevo carácter fenomenológico a los contenidos, no valiendo ya éstos por sí, sino para representar un objeto distinto a ellos.”22

En principio la unidad pasiva es donde se funda la unidad fenoménica del Ego. La unidad pasiva es responsable de la sucesión que representa la constitución de la unidad de identidad en general y que tiene carácter universal y coexistencia de datos inmanentes por la naturalidad del suceder de la conciencia. La co-pertenencia de la cual nos habla Husserl en Las (IL) tematiza tanto las partes de la cosa, así como sus lados o aspectos. El principio universal de la síntesis pasiva es la asociación y el papel de la intuición desde el nivel de la asociación es fundamental, ya que realiza un llenado que permite la conformidad 22. Husserl, Edmund. Investigaciones Lógicas, 1, Madrid: Alianza Editorial, 1999, p, 238.

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de las leyes eidéticas de parte de la constitución del Ego puro en la sucesión de los momentos mediante síntesis que conforman en conjunto la unidad de la conciencia, síntesis pasivas que estructuran una unidad pre-predicativa, anterior a toda lógica porque son síntesis que ordenan la materialidad hylética de la conciencia y que no logran concretarse aún, en un cumplimiento significativo; hace falta en dicho punto el empalme de lo mentado con lo dado. La síntesis pasiva se asume como algo “ya hecho en la conciencia” es pasiva, pero en relación con la actividad que propiamente es ya de orden lógico. La pasividad como parte del ámbito pre-lógico y ante-predicativo conlleva a la problemática de pensar distanciada a la síntesis como algo remoto a lo propiamente lógico y eidético. El problema digno de disertación no apunta a una teoría del conocimiento desde la lógica, sino que me parece que es la intención de Husserl de reflexionar sin concepto, las unidades fenomenológicas como tales, los fenómenos como nada más que fenómenos. Se trata, de la concepción de la materialidad “hylè” como algo meramente sensual y aquello propiamente del análisis fenomenológico, en tanto que la síntesis pasiva no es pasiva en virtud de una receptividad ciega, sino que es “actividad” sintética en la que la conciencia es pasiva como tal, donde se constituyen las unidades fenomenológicas como tales. Las síntesis que se realizan en el ámbito de la pasividad tienen la característica innata de un a priori “material” pre-dado que produce una unidad de génesis universal y que constituye el flujo continuo de la vida concreta intencional del Ego. Así es que se logra una conexión entre la génesis del Ego y propiamente su actividad: “El a priori universal que corresponde a un ego trascendental en cuanto tal, es una forma esencial que encierra en sí una infinidad de formas, de tipos apriorísticos de posibles actualidades y potencialidades de la vida, con los objetos por constituir en ella como realmente existentes.”23

La ciencia del a priori universal tendría como punto de partido el ego reducido primordialmente y la formación pasiva responde a las leyes eidéticas de la fenomenología que consienten en síntesis previas de toda actividad y que, en parte, fundan dicha actividad desde una poten23. Husserl. Meditaciones...op.cit., p. 129.

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La Experiencia Pre-predicativa y Mundo-de-Vida en la Fenomenología: Aproximaciones desde Husserl.

cialidad que propiamente es la síntesis pasiva. El principio de la síntesis pasiva es la asociación conforme las leyes eidéticas que constituyen el Ego puro.24 La similitud en la conciencia es persistentemente consciente del mundo en sus progresivas modificaciones de las síntesis que se realizan, puesto que, el mundo es pre-dado para todas las operaciones que se realizan en la conciencia, y la intencionalidad tiende, por su carácter reversible a apuntar a objetos como si fuesen primeros en sí. Objetos que aún no están determinados y por ello son proto-objetos de la génesis en que un mundo pre-dado se configura constantemente de nuevo por la subjetividad que produce efectos dentro de ella; el mundo pre-dado en cuanto mundo “cultural” remite genéticamente a un mundo que carece de sentido cultural, libre del mundo objetivo porque los objetos “culturales” conforman la intersubjetividad de los hombres que se ocupan de ello. El mundo como pre-dado conforma el subsuelo de un mundo en común, en el que el tiempo generacional descansa. Entiendo el contexto de mi vida desde la posición temporal en la que me encuentro; un mundo que adquiere importancia histórica desde mi presente y que conlleva en si al olvido del mundo originario como mundo libre. La conciencia del mundo es subjetivo-individual y en comunidad intersubjetiva25 emerge con base en la empatía. El mundo y sus arrojos culturales pueden volver a ser comprendidos desde mi presente de acuerdo a los antecesores y a las tradiciones. Por tanto, en la génesis no hay un mundo carente de cultura porque no hay la posibilidad de un mundo-nulo históricamente como un mundo libre en el que abruptamente comienza la formación cultural mediante la vida subjetiva; el mundo alberga contenidos históricos siempre nuevos por la vida que tiene intrínsecamente de los sujetos que lo habitan. Es ya lo experimentado e intrínseco un indicio de la experiencia, como experiencia pre-predicativa y será entonces el nivel más bajo de la receptividad. 24. Ego puro como poseedor de contenido esencial. 25. El mundo predado es de antemano existente de manera consciente es como el mundo que es mentado en nuestra intencionalidad y se legitima en cada caso. La “génesis de este mundo” refiere a los niveles del mundo mentado.

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La Experiencia Pre-predicativa y Mundo-de-Vida en la Fenomenología: Aproximaciones desde Husserl.

III. La Experiencia pre-predicativa y mundo-de-vida Este tipo de experiencia es el ámbito primario de la receptividad del que hemos hablado, el yo admite lo que se le acerca y lo acoge. Hay dos momentos del percibir; el primero es el tener conciencia de los fenómenos originales y el percibir que refiere ya a una actividad como aprehensión de objetos destacados en el campo de la percepción que se extiende más allá de ellos. La experiencia pre-predicativa es un campo de datos carentes de sentido que se encuentran en el desconocimiento como modo de conocimiento, debido a que nos es consciente su forma vacía de determinabilidad. El acceso al ámbito receptivo como campo fértil es una reducción a la experiencia pre-predicativa donde se demuestra la génesis de su generalidad universal justo por la presuposición tácita de que todo lo que puede entrar como sustrato en sus juicios es algo que se corresponde en la unidad de nuestra experiencia mediante la lógica, de ahí la importancia de la fundación, el tipo de lo que es como lo que es en el mundo a modo universal e invariable. Al respecto dice Husserl: “La comprobación de que las evidencias predicativas se fundan en evidencias pre-predicativas no sólo representa la genealogía de determinadas especies de predicaciones y de evidencias predicativas, sino la genealogía de la lógica misma en una pieza fundamental.” 26

Toda evidencia parte de los sustratos pre-predicativos; sea ya de orden lógico, funda su sentido en la evidencia de dichos sustratos. El principal problema al que se enfrenta el pensar un ámbito pasivo es al supuesto de la existencia del objeto como dado en el mundo. El peligro que se corre de pensar los objetos como en sí desde la crítica expuesta por Husserl es que se entiende el mundo en un “como si fuese en sí” dejando la verdad oculta tras un ropaje de idealizaciones falsas que no pueden vivir la verdad porque no hay sentido entre el quiasmo de lo dado en el mundo y lo mentado en tanto que el objeto es dado completo. La “experiencia” que se tiene de él carece de autenticidad en tanto que aquello presente en la conciencia no es como tal el objeto y no se resuelve el asunto de la idealización; es inentendible respecto a lo originario. 26. Husserl, Experiencia y Juicio, op.cit., p. 42.

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La Experiencia Pre-predicativa y Mundo-de-Vida en la Fenomenología: Aproximaciones desde Husserl.

La experiencia pre-predicativa desde la fenomenología genética es la experiencia en sentido último y originario, experiencia que no acepta el mundo de nuestra experiencia tal y como nos es dado, sino que persigue la historicidad de éste que está sedimentada en ella. El retroceso a un mundo-de-vida (Lebenswelt) tiene el objeto de indagar verdaderamente sobre aquello que se entiende por doxa y de ahí, eliminar los supuestos que desde la tradición filosófica han relegado el término a mera opinión en sentido descalificador y despectivo. Con ello no se malentienda un menos precio del conocimiento exacto, puesto que el retroceso más que ser una vía de conocimiento es un método, así como las evidencias de carácter apodíctico del lógico. De lo que se trata es del esclarecimiento del camino en el que las evidencias en niveles superiores de la experiencia están fundadas y en la determinación de su sentido; es una elevación de estratos de la doxa a la episteme; que no olvida el origen y el derecho propio de los niveles inferiores. El retroceso implica las evidencias últimas y originarias de la experiencia pre-predicativa en la que se tendrá que volver a las experiencias fundadas más simples y, además, dejar fuera de función toda expresión y contemplar el mundo puramente como mundo de la percepción. Si se piensa en los niveles de constitución hay ya una exclusión del problema de la objetividad y de la validez de nuestros juicios como perteneciente a la esencia de juzgar, no existen las sedimentaciones de sentido que hacen que nuestro mundo, tal cual nos es dado en actitud natural, se entienda como un mundo determinable y exacto. El juzgar debe ser entendido como si fuese en cada caso un juzgar sólo para mí, con resultados de igual forma y totalmente desentendido de la actividad intersubjetiva de los juicios, así como de los supuestos referentes a una comunidad anterior, en la cual los objetos son pre-dados y dotados de un “pre-señalamiento de sentido”. De dicho modo podemos alcanzar los más primitivos sillares de la operación lógica, con los cuales se construye nuestro mundo. Existe una transición gradual cuando el yo es afectado, que va desde el simple percatarse sensible, hasta la actividad del obrar y el valorar como aprehensión de cosas que agradan e incluso son útiles y que es propiamente actividad contemplativa. La actividad de la contem-

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La Experiencia Pre-predicativa y Mundo-de-Vida en la Fenomenología: Aproximaciones desde Husserl.

plación representa una conducta que se puede adoptar esporádicamente, aunque constituye la activación de la génesis de la doxa pasiva originaria. El interés por contemplar es también aquel modo de evidencia pre-predicativa en el que se fundamenta el juzgar predicativo, como lo considera la lógica tradicional. La actividad de la evidencia predicativa se construye en una ficción de que el “yo” entra en una actividad contemplativa que se dirige a lo pre-dado en forma pasiva afectiva sin ningún interés más que contemplar. Un sujeto que se conduce contemplativamente y que no es movido a ninguna acción práctica, por lo que es la acción como tal y simplemente es afectado por el mundo circundante. La superposición de la síntesis activa predicativa, sobre la pre-predicativa es en ambos casos la misma estructura, sólo que, al tratarse de una conducta activa, las estructuras que anteceden a la predicación son más complicadas en los niveles pre-predicativos porque no son una mera percepción. De aquí que la percepción, respecto del juicio categórico de la síntesis activa, es muy importante pese a no ser tan compleja, en tanto que es la base en la cual descansa el juicio, ya que, en la percepción, los objetos están dados como existentes y la percepción está en contraste con el ámbito de la fantasía. La fantasía tiene su manera en que se dan los objetos como cuasi-reales el “como si”, principalmente en el choque de enfrentar estas realidades en el ámbito posicional, y la neutralidad al hacer exclusión de las vivencias de la fantasía, la confusión expresa la limitación de la contemplación posicional de la conciencia que da el ser supuesto como real, mediante el ejercicio de la reflexión, donde la conciencia puede corregir en un futuro y eliminar los fantasmas propios del equívoco y la ambigüedad. Queda pues en trabajos posteriores hacer referencia a los análisis sobre la estructura temporal en la cual descansa la experiencia de la conciencia, así como la constitución de los objetos temporales, puesto que, en la experiencia desde su pre-predicación, hasta la conformación total

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del acto, hay espacio-temporalidad. De aquí que se destaque que toda constitución ya sea no intencional en principio o intencional ya en acto, descansa necesariamente en el tiempo y por ello la necesidad de explicitar el tema que subyace a las estructuras internas de la pre-predicación y de la pasividad.

Consideraciones finales A modo de conclusión, esta exploración intentó expresar nuestro objeto en primera instancia referido a tematizar el subsuelo de las estructuras formales que tradicionalmente forman la lógica analítica de la actividad de la conciencia en que se constituyen las unidades de la esfera predicativa y se sujetan a los sustratos de la pre-predicación que fundamentan los campos de sentido de la percepción de la conciencia y de la conexión existente con su subsuelo originario; desde la fenomenología genética de Husserl, apuntalando la conexión con el concepto de Lebenswelt. Sin embargo, he aquí al final de este primer acercamiento que se ha presentado y se concluye que se ha tenido a bien el indagar por el pensamiento fenomenológico de un autor tan valioso como es Edmund Husserl. La Experiencia Pre-predicativa en la Fenomenología, y Mundo-de-Vida en Husserl, es un primer acercamiento, con objeto de lograr un retroceso de todas las objetividades constituidas como indisolubles a una multiplicidad de actos no originales de la conciencia, en los cuales se pudo indagar que se posibilita la ordenanza genética y pasiva de la cual brotan las objetividades ideales y la evidencia como algo verdadero.

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La Experiencia Pre-predicativa y Mundo-de-Vida en la Fenomenología: Aproximaciones desde Husserl.

Bibliografía -Husserl, Edmund. Experiencia y juicio, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1980. -Husserl, Edmund. La Crisis de las Ciencias Europeas y la Fenomenología Trascendental, Prometeo, Buenos Aires, 1998. -Husserl, Edmund. Lógica formal y lógica trascendental. Ensayo de una crítica de la razón lógica. México D.F.: Centro de Estudios Filosóficos. UNAM, 1962. -Husserl, Edmund. Meditaciones Cartesianas. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1996 -Husserl, Edmund. Investigaciones Lógicas, 1, Madrid: Alianza Editorial, 2001. -Husserl, Edmund. Investigaciones Lógicas, 2, Madrid: Alianza Editorial, 2001. -Husserl, Edmund. Die Lebenswelt (El mundo de la vida. Exposiciones del mundo predado y de su constitución. Textos póstumos (1916-1937).) (Band XXXIX), Springer, Netherlands, 2008.

Complementaria

-Bonilla Alcira, Mundo de la vida: mundo de la historia, Biblos, Buenos Aires, 1987. -Gómez Heras José M. G., El apriori del mundo de la vida, Anthropos, Barcelona, 1989.

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Geometricaos

Carlos Martínez."Geometricaos 42", Ciudad de México, 2017 Fotografía digital con celular

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L

a Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento Víctor Fabián Nava Salazar Facultad de Estudios Superiores Acatlán Universidad Nacional Autónoma de México victor.nava.filosofia@gmail.com

Resumen:

El presente trabajo tiene como objetivo esclarecer las relaciones entre las

manifestaciones de conocimiento descritas en la Teoría de las nociones de Leibniz (en adelante TN). Dicha Teoría nos interesa debido a que compone una parte fundamental de la Epistemología del autor (misma que se ve reflejada en su Metafísica y Ontología) y ofrece un tratamiento para un problema común en Filosofía de la ciencia y Teoría del conocimiento, este problema se sintetiza con la pregunta: ¿Cómo se relacionan las distintas manifestaciones de conocimiento? Defenderemos la tesis de lo que denominaremos como Jerarquía del conocimiento, esto significa que el conocimiento tiene una sola forma y que las diferencias que existen entre sus manifestaciones son sólo en grado. El desarrollo se acota a tres cuestiones: -Exposición de la Teoría - Argumentos a favor de la Jerarquía del conocimiento -Fundamentos epistemológicos la Jerarquía del conocimiento

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

Palabras clave: Jerarquía del conocimiento, representación, relaciones entre conocimientos, funciones de conocimiento, conocimiento Perfecto.

Abstract: The following work has the purpose to clarify the relationships between the knowledge manifestations described in the Notions› theory of Leibniz (from now on TN). This Theory interests us due to it offers a treatment for a common problem in Philosophy of science and Theory of knowledge, this problem is synthesized with the next question: How do the different manifestations of knowledge relate? We will defend the thesis that knowledge has only one form and that the differences that exist between its manifestations are presented in degrees, which constitutes a Hierarchy of knowledge. The development delimits into three issues: -Exhibition of the Theory -Relationships between TN knowledge - Epistemological fundaments of TN

Keywords: Hierarchy of knowledge, epistemological representation, relationships between knowledge, knowledge functions, perfect knowledge.

Introducción En el presente escrito se hará un análisis a la Teoría de las nociones de Leibniz (en adelante TN) con el objetivo de esclarecer las relaciones entre las manifestaciones de conocimiento designadas en esta propuesta. Exponemos nuestras justificaciones:

A.

Acorde al pensamiento leibniziano, la propuesta a la que aludimos contempla tres

esferas: la epistemológica, la metafísica y la ontológica; por tanto, el resultado de nuestra labor abre una posibilidad de comprensión a una parte considerable de dicho pensamiento. Especifi-

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

quemos lo anterior: Nuestro trabajo contempla a la epistemología en virtud de que TN está presente en los principales trabajos de Leibniz sobre el tema, como lo son Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, Meditaciones sobre el conocimiento, verdad y las ideas y Discurso de metafísica. Consideramos que el tema que tocamos es central en la medida en que determina la postura de nuestro autor en cada uno de los escritos citados. Para el caso de la Metafísica y Ontología, encontramos argumentos para entender la dirección teórica que toma la filosofía de Leibniz, señalada por Herrera (1990) y Nicolas (2002), esto es, su tendencia al innatismo presente en escritos como la Teodicea y la Monadología. Esta tendencia guarda una relación estrecha con el conocimiento intuitivo en tanto que aquí podemos hallar una base teórica para el innatismo. En nuestro desarrollo se podrá ver por qué es importante para Leibniz tal conocimiento, lo que procura un camino para entender la tendencia de la que hablamos.

B.

Externo al pensamiento leibniziano. La TN nos interesa debido a que ofrece un

tratamiento para un problema común en Filosofía de la ciencia y Teoría del conocimiento, este problema se sintetiza con la pregunta: ¿Cómo se relacionan las diferentes manifestaciones de conocimiento?1 A consideración, nos delimitaremos sólo a las manifestaciones designadas en el trabajo de Leibniz, esto con el fin de ofrecer una respuesta precisa y que además pueda constituir dicho tratamiento. Asumimos la tesis que denominamos como Jerarquía del conocimiento, lo que significa que defenderemos que el conocimiento tiene una sola forma y que las diferencias que existen entre sus manifestaciones, son sólo en grado. Nuestro desarrollo se acota a tres aspectos: I. Exposición de la propuesta epistemológica de TN, en donde mostraremos el panorama 1 Decimos que TN ofrece un tratamiento y no una respuesta, en virtud de que la resolución del problema anterior requiere de una extensión mayor a la que puede ofrecer este artículo, esto implica contemplar a cada manifestación de conocimiento existente en el presente, pasado y futuro.

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

teórico de Leibniz, en específico, las diferentes manifestaciones de conocimiento. II.

Linealidad epistemológica, en donde se hará un análisis a TN y se determinarán

los argumentos a favor de la tesis. En este punto mostraremos específicamente bajo qué interpretación es consistente una Jerarquía de conocimiento y por qué. III.

Fundamentos de la Jerarquía, en donde determinaremos la estructura epistemoló-

gica de TN para exponer las bases de nuestra tesis. Advertimos al lector que debe considerar este escrito como un paso para una proyecto mayor. Es probable que encuentre algunos temas dignos de un tratamiento más profundo y/o que, por los límites del escrito, no han sido escrutados de la mejor forma posible; de antemano, nos disculpamos por el hecho y aconsejamos que únicamente se tome en cuenta el cumplimiento de nuestro objetivo por medio de la demostración de nuestra tesis; los asuntos secundarios serán tratados en futuros trabajos.

1. Sobre la Teoría de las nociones La propuesta de TN, particularmente desde Meditaciones sobre el conocimiento, verdad y las ideas, señala que los conocimientos guardan una especie de orden, en donde se tienen las siguientes precisiones: “En efecto el conocimiento es Oscuro o Claro y el Claro es además Confuso o Distinto; el Distinto es Inadecuado o Adecuado, y también Simbólico o Intuitivo; si es simultáneamente Adecuado e Intuitivo es sumamente Perfecto” (Leibniz, 1982). En adelante, abreviaremos con una “c.” a cada conocimiento específico (por ejemplo “c. Claro, c. Oscuro, c. Distinto etc."). Cada conocimiento mencionado se entiende de la siguiente manera: (A)

Conocimiento Oscuro: “Noción que no basta para reconocer la cosa representada

[...] o cuando considero algún término poco explicado” (Leibniz, 1982, p 314). Se entiende como c. Oscuro a aquellas nociones que, por sí mismas, no permiten regresar,

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señalar o referir a la cosa de dónde fueron formadas. Cabe señalar que Leibniz nos indica tácitamente que las nociones tienen la característica de ser una representación,2 así, el c. Oscuro refiere a aquellas nociones que no ofrecen las suficientes pistas para regresar de la representación a lo representado. Ejemplo de lo anterior es el conocimiento de una flor sólo por su aroma, como “oler dulce” (esto quiere decir, sin tener otra representación, sea visual o de otro tipo acompañando a la noción). La noción anterior no permitirá reconocer a la flor en específico a la que pertenece, porque ésta puede referir a muchas otras cosas, tales como perfumes.3 (B)

Conocimiento Claro: “Es Claro el conocimiento cuando poseo aquello con lo que

puedo reconocer la cosa representada” (Leibniz, 1982, p 315). A diferencia del Oscuro, Leibniz señala a aquellas nociones con las que, por sí mismas, es posible ir de la representación a lo representado. Denominaremos a esta posibilidad como reconocer. Un ejemplo puede ser la forma estructural de un sólido; dicha noción, por sí misma, permite reconocer al objeto al que refiere. Enseguida, se presentan los siguientes niveles del c. Claro, o bien, los modos en los que el c. Claro es el caso: (C)

Conocimiento Confuso: “Confuso cuando no puedo enumerar por separado las no-

tas4 necesarias para distinguir esa cosa de otras.” (Leibniz, 1982, p 315). Leibniz apela a la distinción de una cosa en relación con otra, lo que denominaremos como diferenciar. El c. Confuso refiere a aquellas nociones que reconocen no exhaustivamente a una cosa, de modo que es imposible diferenciar a ésta de otras en una comparación. El autor 2 El autor desarrolla a fondo esta tesis en su artículo ¿Qué es idea? en donde se entiende a la idea como aquella facultad mental de representar a la cosa y a la noción como una idea concebida. 3 A menos que se tenga otra noción que ayude a referir al objeto representado, por ejemplo, que se acompañe de una noción visual como la figura, resulta complicado identificar a una flor en particular con la noción del aroma. Nuestro autor usará este nivel de la jerarquía para mostrar las limitaciones de algunas nociones del conocimiento empírico. 4 El uso que se le da a la palabra “nota” parece que es el de noción subordinada a una noción general, es decir, el término nota es usado por Leibniz para referir a aquellas nociones que conforman o se subordinan a una noción general, sirva de ejemplo, la noción del árbol (como noción general) es conformada por las notas: ser verde, café, forma x, textura x etc., que conforman las nociones subordinadas.

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

atribuye tal deficiencia a dos razones: a la ignorancia o a la incapacidad intelectual. Como evidencia de la primera causa tenemos la comparación entre la formación de un agricultor (que representa un ejemplo del c. Confuso) con la de un agrónomo respecto a los datos característicos de la tierra. El agrónomo podrá ofrecer un acercamiento más profundo que el que podría ofrecer un agricultor debido a que su formación le permite ser específico sobre este aspecto, es decir, éste conoce a la tierra de acuerdo a sus notas específicas. La razón anterior admite que el conocimiento del agrónomo es distinto mientras el del agricultor es confuso. La segunda causa puede ejemplificarse con el conocimiento del objeto propio de los sentidos, es decir, los colores, olores y sabores. Para ir de la representación a lo representado, comúnmente apelamos a un testimonio empírico y no un análisis a la propia noción: la descomposición de la noción en notas enunciables. Por ejemplo, para explicar qué es el rojo, nuestro reconocimiento frecuentemente recae en demostrativos y no en definiciones; en virtud de que este conocimiento nos llega al entendimiento por un proceso extraordinario al de razonamiento. (D)

Conocimiento distinto: “[…] aquello que permite distinguir esa cosa de todos los

demás cuerpos parecidos, por medio de notas y exámenes suficientes.” (Leibniz, 1982, p 315). A diferencia del Confuso, el c. Distinto conlleva la posibilidad de diferenciar; reconoce aquellas notas que son suficientes de una cosa, de modo que le es posible distinguirla de entre otras parecidas; como el conocimiento que tienen los ensayadores del oro, quienes pueden distinguir este material de otros por medio de exámenes y pruebas a su peso, color y densidad. Enseguida se muestran los modos en los que el c. Distinto es el caso: (E)

Conocimiento inadecuado: “Más como en las nociones compuestas a veces se co-

noce claramente cada una de las notas componentes, aunque de un modo confuso […]” (Leibniz, 1982, p 316). El autor apunta a la falta de exhaustividad de conocimiento sobre las notas que constituyen a una cosa; el c. Inadecuado es una manera de conocer distintamente a la cosa a partir del

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c. Confuso de sus notas. Un caso de c. Inadecuado es lo que señala Frege acerca de la matemática, en donde se conoce a las operaciones aritméticas con un conocimiento confuso de los elementos que componen tales operaciones: los números. (F)

Conocimiento adecuado: “Cuando todo aquello de que se compone una noción dis-

tinta, se conoce además distintamente; o cuando el análisis llega hasta sus últimos elementos […]” (Leibniz, 1982, p 316). A diferencia del c. Inadecuado, este conocimiento conoce a su vez, de manera distinta, todos los elementos que componen a una cosa. El c. Adecuado es una manera de conocer distintamente a la cosa a partir del conocimiento distinto de sus notas; a esto le llamaremos definir. Para Leibniz, es difícil ofrecer un ejemplo, pero señala que la deducción y rigurosidad lógica se asemeja bastante; como el conocimiento de los esquemas silogísticos a continuación:

Premisa 1: Todos los S son Y Premisa 2: Todos los Y son X Conclusión: Todos los S son X

La conclusión en la demostración silogística juega el papel de lo susceptible a conocer, mientras las premisas y las reglas de la silogística juegan el papel de las notas componentes, es decir, gracias a las premisas y a las reglas se logra tener una nueva afirmación y un nuevo conocimiento (la conclusión). De este modo, de manera formal se conoce distintamente tanto la conclusión como sus requisitos o componentes.

(G)

Conocimiento simbólico: “Por lo general, y especialmente en un análisis de mayor

extensión, no vemos, sin embargo, la naturaleza total de la cosa de un modo simultáneo, sino que empleamos signos en lugar de las cosas cuya explicación, al meditar, solemos omitir por

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

razón de economía, sabiendo que la poseemos” (Leibniz, 1982, p 316). Este conocimiento refiere a nociones compuestas, es decir, nociones formadas por una cantidad considerable de notas. El c. Simbólico tiene la posibilidad de concebir, de las nociones complejas, cada una de las notas componentes de manera independiente pero no simultáneamente, y con el fin de tener economía intelectual suspende la concepción simultánea de dichas notas mediante signos. Así, téngase la noción de un polígono de mil lados que, para pensar en cada uno de sus lados, se apela a signos o a algún apoyo intelectual que sustituye a la noción compleja por una representación más simple, esto debido a lo complicado que resulta poder pensar cada uno de los lados al mismo tiempo.

(H)

Conocimiento intuitivo: “Ciertamente, cuando la noción es muy compuesta, no po-

demos pensar a la vez todas las nociones ulteriores que entran en ella: en cambio, cuando ello es factible, o al menos en la medida en que lo es, llamo al conocimiento intuitivo.” (Leibniz, 1982, p 317). A diferencia del c. Simbólico, Leibniz ha definido al Intuitivo como aquel en donde la mente puede comprender distinta y simultáneamente todas las nociones componentes de una cosa, sea simple o compleja; a esta posibilidad la denominaremos Intuir. Un tipo de c. Intuitivo de cosas simples, son los axiomas de la lógica clásica, tal como el conocimiento del principio de identidad “A=A”. Leibniz no nos muestra un ejemplo claro del c. Intuitivo de cosas complejas, pero afirma que el conocimiento de los números se le aproxima bastante. El desarrollo del artículo Meditaciones sobre el conocimiento, verdad y las ideas sigue otras explicaciones, en donde se aborda un método para distinguir a las ideas (entre otras cuestiones); sin embargo y sin aminorar la importancia epistemológica de tales contenidos, para los fines pretendidos, con lo descrito tenemos un panorama suficiente para comenzar un análisis.

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

2. Linealidad y jerarquía epistemológica en los conocimientos Desde un primer acercamiento a TN y haciendo recuento de los conocimientos descritos anteriormente, se observa (esquema 1) que Leibniz ha dado un orden parcialmente jerárquico que parte del conocimiento Claro y Oscuro al c. Perfecto (Intuitivo y Adecuado).

Esquema 1

Pareciera que nuestro autor al colocar por cada sección al menos dos conocimientos, dispone a estos bajo el mismo nivel epistemológico5 (cada nivel es señalado por las secciones 1, 2 ,3 y 4). Lo anterior se aclararía en la medida en que podamos determinar qué tipo de relación existe entre cada uno de los conocimientos, sin embargo, esa cuestión no se nos presenta de 5 Con “mismo nivel epistemológico” decimos que cada noción representa en el mismo grado a la cosa. Este contexto implica concebir clases o tipos de conocimiento, esto es, dos funciones en un mismo nivel de la Jerarquía.

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manera literal, por lo que se hace preciso evidenciarla. 6 Podemos vislumbrar dos pistas que son de ayuda para esta cuestión: La primera es que la TN tiene un sentido, esto es, que el conocimiento tiende a ser Perfecto; por lo tanto, en alguna perspectiva del esquema todos los demás conocimientos se direccionan y subordinan a éste. La segunda pista, es que cada noción puede relacionarse en pares a razón de tener o no una posibilidad (en adelante función) de conocimiento: el c. Oscuro y el Claro difieren por la función de reconocer al objeto; Confuso y Distinto por diferenciar al objeto; Adecuado e Inadecuado por definir al objeto; y finalmente, el Simbólico e Intuitivo por intuir. De lo anterior, tenemos tres implicaciones: 1.

El c. Perfecto tiene de todas las funciones en virtud de estar por encima de todos

los conocimientos. 2.

Un conocimiento se ubica por encima de otro, a razón de ser más cercano al

conocimiento Perfecto o bien, de cumplir con cada una de las funciones descritas.7 3.

Cada función de conocimiento determina un lugar en TN.

Lo mencionado nos sugiere que los conocimientos se pueden perfilar linealmente a razón de que estos se diferencian por la cantidad de funciones que tienen. Para evidenciar nuestro razonamiento, haremos una pequeña demostración. Se asignará una abreviatura a cada noción de conocimiento, tal que: 1.

Int: noción de conocimiento Intuitivo

2.

Sim: noción de conocimiento Simbólico

3.

Ade: noción de conocimiento Adecuado

4.

Ina: noción de conocimiento Inadecuado

6 El lector podría inferir que para las secciones 1 y 2, es claro que no existe el mismo grado de conocimiento, sin embargo, hacemos énfasis en esta cuestión debido a que para las secciones 4 y 5, la cuestión es más complicada. 7 Lo que determina la cercanía o lejanía de una noción de conocimiento respecto al conocimiento perfecto es la cantidad de funciones que tiene su noción. Esta idea será desarrollada a continuación.

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

5.

Dist: noción de conocimiento Distinto

6.

Con: noción de conocimiento Confuso

7.

Clar: noción de conocimiento Claro

8.

Osc: noción de conocimiento Oscuro

Nos serviremos de las reglas de la lógica proposicional para mostrar solamente algunas relaciones de consecuencia proposicional. Según la primera descripción de Leibniz (ver apartado 1), las relaciones de los conocimientos que se pueden implicar, son las siguientes (siga el esquema 2):

Esquema 2

1)

Dist → Clar (Se lee: cada noción de c. Distinto, implica ser una noción de c. Claro)

2)

Con → Clar

3)

Int → Dist

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

4)

Sim → Dist

5)

Ade → Dist

6)

Ina → Dist

Enseguida, son posibles las siguientes deducciones por transitividad: 7)

Int → Clar 1, 3

8)

Sim → Clar 1, 4

9)

Ade → Clar 1, 5

10)

Ina → Clar 1, 6

Demostración 11: Cada noción de c. Claro, implica ser una noción de c. Oscuro. 11) Clar → Osc 

Explicación: Reiterativamente, lo que tienen en común el c. Claro y el Oscuro es

que ambos son una representación del objeto, su diferencia recae en que sólo uno puede ir de la representación a lo representado (sólo uno posee la función reconocer). Por ende, aunque parece posible tener un c. Claro sin pasar por el Oscuro, la noción de c. Claro, al reconocer a la cosa, implica ser representación de la misma, es decir, tiene la característica de c. Oscuro. No sucede así con la pura noción de c. Oscuro. Por un mismo razonamiento tenemos las siguientes tres demostraciones: Demostración 12: Cada noción de c. Distinto, implica ser c. Confuso, pues, la única diferencia entre estos es la función diferenciar en tanto tienen el mismo núcleo (ser c. Claro). 8 12) Dist → Con 8 Las demostraciones, 12, 13 y 14 son formalmente equivalentes. En las tres demostraciones, los conocimientos se presentan con la forma La única diferencia entre X y Y es que X tiene una función más que Y. La explicación de dicha demostración es: si suponemos que X tiene una función más que Y, afirmamos X tiene todas las funciones que tiene Y, además, X tiene una función que no tiene Y, por ello, en la escala, X se coloca por encima de Y. El lector sólo sustituirá las variables por un conocimiento respectivo de cada demostración.

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

Demostración 13: Cada noción de c. Adecuado, implica ser una noción de c. Inadecuado, pues, la única diferencia entre estos, es la función definir en tanto tienen el mismo núcleo (ser c. Distinto). 13) Ade → Ina Demostración 14: Cada noción de c. Intuitivo, implica ser c. Simbólico, pues, la única diferencia entre estos, es la función intuir en tanto tienen el mismo núcleo (ser c. Distinto).9 14) Int → Sim

Enseguida tenemos: Demostración 15: Cada noción de c. Simbólico, implica ser una noción de c. Adecuado. 15) Sim → Ade 

Explicación: Considerando la descripción que hace Leibniz en torno al c. Simbó-

lico, la única diferencia entre éste y el Adecuado es que el último no está determinado por la comprensión de nociones complejas; pues ambos tienen la función definir. Demostración 16: Finalmente, bajo las relaciones de cada conocimiento inferidas en el análisis, por transitividad se tiene lo siguiente (nótese la Jerarquía del conocimiento): 16) (Int → Sim) ˄ (Sim → Ade) ˄ (Ade → Ina) ˄ (Ina → Dist) ˄ (Dist → Con) ˄ (Con → Clar) ˄ (Clar → Osc) Conj.11, 2, 12, 6, 13, 15 y 14 17) (Int → Osc) 16 Con el paso 16 y 17 se demuestra que es posible ir desde el c. Intuitivo hasta el c. Oscuro pasando por cada conocimiento. Nuestro análisis nos ha permitido apreciar cómo y por qué es 9 Podrá pensarse que otra diferencia entre estos conocimientos es el uso del símbolo (o bien, que la diferencia mencionada en la demostración no es precisa, porque no considera el uso del símbolo), sin embargo, este uso se debe a la imposibilidad descrita (se usa símbolo cuando no se puede pensar de manera simultánea la totalidad de una noción compuesta); en esta medida, el símbolo no representa una diferencia en el grado en que se conoce a la cosa y no afecta al contenido de conocimiento; es una opción o estrategia para facilitar a la mente la comprensión de ciertas nociones, es decir, el símbolo para la mente no es algo índole epistemológico sino didáctico y por ello, se omite en la demostración.

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posible una Jerarquía, a continuación nos centraremos en los elementos de tal.

3. Fundamentos epistemológicos de la jerarquía leibniziana Si atendemos a las funciones de los conocimientos, se puede hallar una distinción en la manera en cómo representan las nociones a la cosa. Tenemos aquellas que lo hacen propiamente y aquellas que lo hacen impropiamente. Para entender lo anterior, retómese la idea de la segunda pista (las nociones pares) que usamos en las demostraciones del apartado anterior, donde se dijo que la diferencia entre cada par es una función, llamamos nociones propias a las que tienen dicha función e impropias a las que lo carecen, por ejemplo, la diferencia entre la noción de c. Oscuro y la del c. Claro es la función reconocer, así, el c. Oscuro es una noción impropia y el Claro es una noción propia. Ubicamos en las nociones propias al c. Claro, Distinto, Adecuado e Intuitivo; y en las impropias al c. Oscuro, Confuso, Inadecuado y Simbólico (esquema 3).

Esquema 3

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

El esquema señala con las flechas, la forma en cómo una noción puede perfeccionarse en la Jerarquía, en el centro se señala una función de conocimiento, en el lado izquierdo aquellos conocimientos que cumplen con dicha función y en el derecho aquellos que no; también, se han indicado con puntos (negro, gris, azul y rojo), el número de funciones que tiene cada conocimiento. En primera instancia, podemos notar cuatro funciones del conocimiento: 1)

Reconocer

2) Diferenciar 3)

Definir

4)

Intuir

El análisis nos dice algo más acerca de la estructura jerárquica. Si los conocimientos impropios carecen de una función, es posible reducirlos al nivel inferior próximo en la jerarquía en virtud de no representar diferencia en el contenido del conocimiento o en la manera en cómo representan a la cosa. Por tanto, un c. inferior propio representa del mismo modo que su próximo c. superior impropio (señalado por el número de puntos en el esquema 3). Sirva de ejemplo la diferencia que denota función número 3, el c. Inadecuado se puede reducir al nivel del c. inferior (el distinto), pues, no hay diferencia en la manera de representar a la cosa, entre el c. Distinto y el Inadecuado (todo lo que se conoce con uno puede ser igualmente conocido por el otro, siga el esquema 3). Así, se reduce el c. Simbólico al nivel del Adecuado, el c. Inadecuado al Distinto y el c. Confuso al Claro, sin embargo, el c. Oscuro no tiene un c. inferior propio pues representa el primer nivel de la Jerarquía. 10 Recordemos que el c. Oscuro se define como una representación en cuyo caso, le es 10. Con este párrafo se afirma que la jerarquía del conocimiento leibniziano puede ser reducida desde un punto de vista del contenido-función (a los niveles de los propios), ello no refuta o niega lo desarrollado en los apartados anteriores sobre los niveles que ha designado Leibniz, tan sólo se distingue que en esta designación los únicos niveles que hacen un cambio en el conocimiento son los propios. Puede decirse a consideración, que los conocimientos impropios pueden ser una estrategia didáctica que usa Leibniz para señalar cuestiones que involucran la práctica del conocimiento, por ejemplo tómese la diferencia que señalamos entre el c. Simbólico y el Adecuado.

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imposible regresar a lo representado; por tanto, la definición afirma que el c Oscuro puede representar; lo que arroja una quinta función de conocimiento.

Esquema 4

Con lo dicho, podemos abstraer las características de nuestra Jerarquía; notamos que los límites de ésta, va de la función del c. Oscuro y hasta las del c. Intuitivo. Podemos condensar estas notas en una definición, así, tenemos que el conocimiento parte de ser una representación de la cosa y se consolida como perfecto en la medida en que puede reconocerla, diferenciarla, definirla e intuirla.

Conclusión En relación con nuestro objetivo, el cual era esclarecer las relaciones que existen entre las manifestaciones de conocimiento de TN, podemos aseverar que éstas son jerárquicas, las razones que nos llevan a esta conclusión se pueden apreciar desde las siguientes afirmaciones: (1)

El conocimiento tiene funciones y éstas son finitas.

(2)

Existe un c. Perfecto, éste puede definirse como aquel que cumple con todas las

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La Teoría de las nociones de Leibniz como Jerarquía del conocimiento

funciones de conocimiento. (3)

Las manifestaciones de conocimiento se distinguen unas de otras, por la cantidad

de funciones que tengan, éstas determinan los niveles de la Jerarquía. (4)

El c. Oscuro es el nivel más bajo y el más alto es el c. Intuitivo.

(5)

Es posible ir de c. Oscuro al c. Intuitivo pasando por cada una de las manifestacio-

(6)

Los conocimientos altos mantienen las funciones de los bajos, lo que implica que

nes.

exista un núcleo de conocimiento o una característica general, ésta es la representación (lo que constituye una definición de conocimiento general). Podemos notar con ello algunas implicaciones, interno a la Teoría tenemos: • La Jerarquía conforma un sistema de valoración de conocimientos (por 3). • No existen manifestaciones de conocimiento de distinta clase de lo contrario, tendríamos dos funciones en un nivel epistemológico lo que contradice a la Jerarquía (por 1, 2, 5 y 6). Externo a la Teoría: • El dominio extensional de la Jerarquía se precisa con el c. Oscuro, esto es, que la Jerarquía es aplicable para cualquier manifestación de conocimiento que defina a éste como una representación (por 4). • El sentido intencional de la Jerarquía es explicado por el c. Intuitivo, esto es, que el sentido de la Jerarquía es determinada por la función intuir (por 4).

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Carlos Martínez."Geometricaos 15", Ciudad de México, 2017 Fotografía digital con celular

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editaciones sobre la phronesis y el mundo contemporáneo

Entrevista al Dr. Antonio Marino El Dr. Antonio Marino es profesor de la FES Acatlán. Imparte clases de temas relacionados con filosofía antigua. También se interesa en filosofía política, sobre todo en el problema de la modernidad. Su preocupación respecto a la modernidad es si sus consecuencias eventualmente conducen a la desaparición o abolición del hombre o a su apoteosis. Otro aspecto que le interesa es la exploración de la relación entre poesía y filosofía o en general entre arte y filosofía, debido a que para él la forma como usualmente se estudia a la filosofía, y sobre todo la filosofía moderna, nos deja muy en la oscuridad respecto a la naturaleza humana y lo que propiamente nos permite explorar mejor esta naturaleza es el estudio de obras literarias. En suma, se enfoca básicamente en los griegos, la polémica entre modernos y antiguos, así como la disputa entre filósofos y poetas.

Delfos: ¿Cuál es el sentido primigenio de phronesis? Marino: Phronesis originalmente es un término del griego común y corriente, no es un término técnico, y lo que básicamente significa es inteligencia, pero en un sentido especial que,

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según lo usaban ellos, ni siquiera se restringía estrictamente al hombre. Por ejemplo, los animales pueden mostrar mayor o menor inteligencia, hay algunos que son conocidos por esta nota distintiva como los canes, basta ver a un perro que ande buscando dónde esconder su hueso y ahí vemos que hay unos listos para esto y otros que no tanto; luego, el listo tiene phronesis. Otro caso es el de cómo los colibríes construyen sus nidos, los cuales sitúan en lugares estratégicos; ellos los edifican en ramas que sólo los sostienen a ellos, de esta forma no puede llegar otro animal a quitarle sus huevos, porque de ser el caso la rama se doblaría porque no podría sostener tanto peso. En términos muy generales, esta palabra lo que indica es inteligencia para sobrevivir. Aplicado al ser humano se concibe como inteligencia en sentido práctico en las diferentes circunstancias de la vida. Lo notamos en las personas que ante una dificultad tienen talento para encontrar como resolverla, mientras que otros no son tan perspicaces. Lo que el término phronesis indica es la capacidad de ser inventivo para salir de algún atolladero. Estos fenómenos no tienen nada que ver con alguna doctrina filosófica, se pueden observar y constatar por cualquiera, sin necesidad de ser estudiante de filosofía. Para Aristóteles la phronesis, en términos filosóficos, es la excelencia en la capacidad para juzgar bien, no sólo para el beneficio del individuo sino para el beneficio de la comunidad. El phronimos es el que tiene esta excelencia pues dado su buen juicio sabe anticipar las posibles dificultades en una comunidad; en términos actuales, esta figura se equipara a la del estadista. Entonces es una virtud o una excelencia que se nota post facto, para ilustrar lo anterior, valgámonos de un episodio de la historia contemporánea: en un momento dado en la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra tenía que impedir que las tropas alemanas consolidaran su dominio en el Mediterráneo, para eso tenían que pasar por el estrecho de Gibraltar con el riesgo de que los nazis hundieran los navíos británicos, por esto los expertos ingleses sostenían que era una mala idea ir por ese estrecho. Churchill, el estadista famoso por su phronesis, decide de todas maneras tomar el riesgo, y funcionó, es decir, pudieron pasar sin que les hundieran todos los barcos;

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Meditaciones sobre la phronesis y el mundo contemporáneo

alguien podría objetar “pues no, fue suertudo”, pero en realidad y este es el punto distintivo de esta característica, visto en esta perspectiva, es que se trata de juicios en los que nunca tenemos todos los elementos a la mano, en ese sentido es un juicio que requiere un talento especial, que no se puede obtener de otra manera. Ahora bien, a diferencia de un ser vivo, una computadora nunca podría hacer este tipo de juicios porque involucran trabajar con factores oscuros, poco conocidos, muy vagos y variables, como lo que tiene que decidir en ciertas ocasiones algún político, algún estadista en situaciones muy graves o muy difíciles y que no hay antecedentes, no hay toda una experiencia que ya anticipe como se va actuar o qué es lo que se tiene que hacer. Por tanto, el término cubre desde la inteligencia de los pajaritos hasta la inteligencia de Churchill según el contexto, ese es el ámbito que abarca ese término.

Delfos: ¿Es posible retomar la phronesis en nuestro mundo contemporáneo (fruto de la crisis del proyecto de la modernidad) para fundamentar una ética que nos permita ser responsables individual y colectivamente del desarrollo y consecuencias de los productos científicos y tecnológicos? Marino: Uno de los supuestos implícitos en la phronesis es que de alguna manera el estadista o el que va a tomar las decisiones puede tener suficiente información para llevar a cabo el juicio que decidirá si se hace o no algo, si se compromete o no a algún tipo de proyecto; por lo que una de las peculiaridades del mundo contemporáneo es la infinitud de factores que, debido a la globalización, constantemente están incidiendo en lo que ocurre en el mundo sin que necesariamente alguien lo pueda anticipar. A guisa de ilustración: en este momento desconocemos qué efecto va a tener y cuándo va a decidir hacer algo Corea del Norte, conforme esta incertidumbre vaya creciendo va a afectar cosas como el desempeño de la bolsa de valores; situaciones como ésta siempre tendrán consecuencias que ni son previsibles ni son medibles, etc. Dicho lo cual, creo que resulta claro que la fórmula es: <<entre más globalización menos phronesis>>, porque la globalización va quitando los factores que hacen posible que la phronesis esté al al-

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cance de quienes juzgan qué se hace; tan es sabido esto que por ejemplo, el sustituto moderno de la phronesis es la teoría del riesgo, incluso en Harvard imparten doctorados en teorías del riesgo, la idea es que en lugar de phronesis podemos tener modelos matemáticos en los que juzgamos, con a base en estadísticas y modelos de algorítmicos, el riesgo de tal o cual acción. Pero bueno, digamos, la razón por la cual Aristóteles diría pues aquélla sí es una manera de tomar decisiones pero no de la misma forma que usando la phronesis, ya que dichos modelos están construidos con los supuestos de lo que ya pasó, surge la pregunta: ¿cómo se incorpora lo que ya pasó al juicio actual para decidir qué es lo que conviene hacer en momentos sucesivos? Eso difícilmente se puede incorporar porque no podemos anticipar, por ejemplo, conductas irracionales, esto depende del lado en que uno esté. Así, alguien podría pensar que el Brexit o los separatistas catalanes son extremadamente irracionales. En resumidas cuentas, pues, la phronesis en el sentido clásico ya desapareció del ámbito político por la globalización, por la complejidad de los factores y por la magnitud de las fuerzas. En el mundo clásico no había un señor que podía apretar un botón y volar todo el mundo, con esa imagen supongo que es suficiente para darse cuenta de que uno de los precios que pagamos por el tipo de poder que tiene el hombre hoy en día es la cancelación de la acción prudente como principio de la acción humana contemporánea, o sea que estamos en una situación mucho más peligrosa de la que se vivió en el pasado y por lo mismo en, sentido estricto, la phronesis es irrelevante para el mundo actual.

Delfos: ¿Qué responde a filósofos como Karl Otto Apel1, que consideran que utilizar términos como phronesis para el tratamiento de problemas éticos actuales es un anacronismo puesto que ya no vivimos en sociedades casi autárquicas o poleis, como en la civilización griega antigua? Marino: Lo que pasa es que Apel no acepta completamente las consecuencias de esto, de que ya no vivimos en mundos éticos y visto estrictamente tenemos que llegar a las implicacio1 Por ejemplo, véase: Apel, K. O (1992). Hacia una macroética de la humanidad. México: UNAM.

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nes más profundas, que de hecho vivimos en una circunstancia nihilista, entonces no es porque ya no haya polis que no tiene relevancia la phronesis sino que la razón es porque ya el grado de globalización y poder de la tecnología hace que no tenga relevancia. Pensemos, la mayor parte de las “decisiones” más importantes que están rigiendo el comportamiento de las bolsas de valores en el mundo, no las decide nadie, son modelos matemáticos, las transacciones registradas en la bolsa de valores de Nueva York son de millones por segundo y dado este panorama no hay lugar para el juicio humano. Sostengo que lo importante no es andar lamentándose de que no hay phronesis sino aceptar las consecuencias de que no la hay.

Delfos: Dentro de las acciones tecnocientíficas hay una que preocupa demasiado a los bioéticos, a saber: el hecho de la manipulación genética del ente humano que llevan a cabo los biotecnólogos. ¿Considera usted que esta manipulación significa una conquista de la naturaleza humana o, al contrario, se puede colegir de ella la abolición del hombre tal como es ahora? Marino: El gran problema del manipulación genética es quién escoge qué es lo que vamos a intentar producir, mediante la elección, lo que yo entiendo es que una minoría tiene la facultad de elegir e imponerse sobre el resto. De hecho la manipulación genética es la que se nos vende como el gran beneficio para todos, viz, poder hacer que los ciegos vean y que los cojos corran y todo eso; entonces no es la conquista de la naturaleza, es la conquista de un grupo muy reducido de poderosos sobre el resto del género humano, esto conduce a la mayor esclavitud jamás vivida, porque estamos dependiendo de las voluntades de muy pocos; además esas voluntades buscan un beneficio económico. Por ejemplo, los científicos que trabajan en nuevas técnicas para manipular organismos a nivel genético, por un lado sostienen lo típico “que es para el beneficio de todo el mundo”, luego se les sale la verdad que lo que más les interesa es la cantidad de dinero que van a obtener cuando tengan las patentes de los productos derivados de su investigación. Entonces, en el fondo, lo que está guiando esta investigación no es la in-

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tención de mejorar sino de ganar mucho dinero con los productos desarrollados, éstos se nos presentan como si fueran benéficos para la humanidad, pero no es del todo cierto. Y tan obvio como el hecho de que todavía la mayor parte de la gente que enferma en el mundo, por ejemplo los enfermos en África, se muere porque no tiene acceso a los medicamentos que ya están inventados, así el problema no es que no tengamos suficiente tecnología sino que no tenemos suficiente justicia. La pregunta de fondo es si en un contexto nihilista tiene sentido el poder de la bioética y yo digo que no.

Delfos: Dado este contexto, ¿por qué es importante retomar ideas/conceptos grecolatinos para contrarrestar la razón matematizante-algorítmica (surgida en la Modernidad y que a pesar de todo perdura hasta nuestros días), que ha despojado al ser humano de su ‘carne’ para convertirlo en un ente extenso-geométrico? Marino: Yo entiendo la pregunta entonces “pa’ qué estudiamos a los griegos si ya no tienen nada que ver con el mundo actual”, la respuesta breve es por lo menos para darnos cuenta de que ya no tienen que ver con el mundo actual, ni siquiera tendríamos la distancia para darnos cuenta. El estudio de la filosofía griega es como un antídoto a la propaganda moderna, sin filosofía griega tendríamos que creernos todo el cuento de la modernidad que constantemente nos están contando, entonces, en cierto sentido, la única vía de liberación es mediante el estudio de la filosofía griega, hay que añadir inmediatamente que no se trata de estudiar filosofía griega para recuperar Atenas o re-clonar a Sócrates o algo así, sino es para volvernos conscientes de nuestra propia situación y es a partir de esa toma de conciencia que a lo mejor podríamos hacer algo, porque, insisto, el poder de la propaganda y la retórica moderna es tan extremo, tan fuerte, tan omnipotente que podría decirse que es dificilísimo resistirse a ella porque constantemente nos está prometiendo cosas que benefician al ser humano, por lo cual tenemos que reflexionar acerca de su credibilidad; qué de eso realmente podría beneficiarnos y hasta preguntarnos finalmente qué es bueno para el hombre, porque por ejemplo una de la premisas básicas de

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la doctrina moderna es que la longevidad es buena, creo que ya hay suficiente evidencia para darnos cuenta que eso depende, porque hay maneras muy miserables de llegar a viejito. Insisto, la razón es para tener una distancia que nos permita cierta libertad de análisis y de capacidad crítica frente a la propaganda de la modernidad, para eso se necesita.

Delfos: Por último, un filósofo como usted ¿qué entiende por filosofía y por qué recomendaría el acercamiento a esta disciplina? Marino: Tiene mucho que ver con lo que acabo de decir porque ser filósofo, básicamente, es tratar de no creerse todos los cuentos. Y como me parece que estar sometido a los cuentos dominantes de la época es la manera más triste de dejar de ser humano, entonces ser filósofo es el intento de seguir siendo humano. Quién sabe si lo logremos, pero por lo menos es el intento.

La realización y transcripción de la entrevista fue llevada a cabo por: Sandra Jaramillo y Miguel Ángel Amador.

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n dios salvaje: la incapacidad del sujeto narcisista para el diálogo Beñat Eizaguirre Indo Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea benatindo@hotmail.com

1. La gran oportunidad de la filosofía ¿De qué nos sirve la filosofía hoy en día? El gobierno español aprobó la ley conocida como Lomce (Ley Orgánica para la Mejora Educativa) en el año 2013, y uno de los cambios que supuso fue que la Historia de la filosofía pasaba a ser una asignatura opcional para los alumnos del segundo curso de Bachillerato. Es bien sabido que muchos estudiantes optan por la Religión porque es mucho más fácil obtener una buena calificación sin apenas esfuerzo, pero está claro que la “obligatoriedad” de la filosofía tampoco serviría de mucho a la larga. Me temo que sólo conseguirían aburrir a los alumnos un curso más con Platón, Kant y compañía. La imposición no es la mejor opción, ya que, si la sociedad decide deshacerse de dicha disciplina los profesores y asociaciones que la defienden poco podrán hacer para convencer a esa mayoría de su utilidad. A pesar de la voluntad del gobierno español de relegar la tradición filosófica a un segundo plano en Bachillerato algunos gobiernos autonómicos, entre ellos, Cataluña y Andalucía, decidieron blindar la asignatura de la discordia alegando que era imprescindible para formar

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ciudadanos reflexivos y responsables. Desde entonces ha habido un intenso debate entre los detractores y los defensores del pensamiento filosófico, además de la labor de divulgación que vienen haciendo diferentes asociaciones como la vasca Ágora con la publicación este mismo año de “Filosofiaren defentsak” (“En defensa de la filosofía”, en euskera) coordinado por Íñigo Martínez. ¿Qué papel tiene que jugar en nuestras sociedades? No hay una respuesta definitiva para tal interrogante. Igual que le ha sucedido a la religión, la filosofía puede dejar de ser útil para la mayoría de la sociedad, por tanto, es indispensable cuestionar el modo en que se enseña en las escuelas en la actualidad. Como acabamos de ver en el contexto español la utilidad de las humanidades, entre ellas, la filosofía, está en tela de juicio, por consiguiente, necesitamos definir qué tipo de filosofía queremos legar a nuestros hijos. Al igual que pasa en otras disciplinas, como en el cine, muchos expertos y estudiosos de la materia se alejan cada vez más de la sociedad a medida que van adquiriendo saberes y experiencia. Los cinéfilos y los académicos empiezan a hablar y escribir en un lenguaje extraño que el resto no logra a comprender, se centran en objetos de estudio que no toman en cuenta el interés general, en resumen, acaban dando la espalda a la mayoría de la sociedad mientras los fanáticos de todo tipo de índole consiguen llegar a la gente con sus mensajes claros y directos. Por tanto, nos encontramos ante una gran oportunidad para que podamos deshacernos de cierta tradición filosófica que aburre a la mayoría de los jóvenes, esa misma que está alejada de los problemas reales de la gente, escrita en un lenguaje oscuro... En vez de atacar a los detractores de la filosofía acusándoles de cualquier cosa, lo primero que deberíamos hacer es autocrítica. Nuestro deber consiste en convencer a la mayoría de que sirve para algo, y para ello es indispensable hablar en los términos en los que la gente pueda entender, es decir, hacerlo accesible a la ciudadanía. En mi opinión, la filosofía no debe centrarse tanto en los conceptos, ya que, eso la aleja de la sociedad irremediablemente; una vez aclarados los conceptos básicos a usar, lo importante es enfocarse en los problemas que acucian a la sociedad, y para ello es

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necesario defender las posturas con buenos argumentos.

2. La filosofía a través del cine En esta sección que inauguramos intentaremos abordar los problemas filosóficos de manera atractiva y sencilla a través del cine. Una fascinante experiencia estética nos invita a deliberar sobre los asuntos humanos, a reflexionar sobre la condición humana, sobre la época en la que nos ha tocado vivir, en definitiva, a volvernos sobre nuestros propios actos, valores, incluso, contradicciones. De este modo, un cine “filosófico” nos interrogaría acerca de cuestiones fundamentales y cotidianas de la vida, instándonos a problematizar aquello que solemos dar por sentado. El sabor y el saber están inextricablemente unidos, por ende, la experiencia estética incentiva el proceso deliberativo de la persona. Sin embargo, nos limitaremos a un cierto tipo de cine con el objetivo de no excluir a nadie del debate. El tipo de cine que me interesa esbozar en esta sección va a seguir la misma lógica que la filosofía tal y como la concibo. Será un tipo de cine narrativo, convencional, comercial, en definitiva, accesible y atractivo para todo tipo de públicos. No me interesa promover la diferencia entre los cinéfilos y los que no lo son, lo que me parece importante es atraer al lector. Por ello me serviré de ejemplos cinematográficos de autores de gran renombre o de películas de autores desconocidos que han tenido un gran éxito entre el público. De este modo, todos podemos participar en el debate que se plantea en las páginas que siguen.

3. La sociedad narcisista: el ideal soy yo A través de este texto quisiera plantear uno de los problemas que más nos pueden interesar a los que defendemos la utilidad de la disciplina filosófica: la incapacidad de diálogo del sujeto narcisista. Y para reflexionar sobre ello vamos a usar como ejemplo la coproducción europea “Carnage”1 (2011) del reputado y controvertido cineasta Roman Polanski, la cual está 1 En España el título se tradujo como "Un dios salvaje" y en México "¿Sabes quién viene?"

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basada en la exitosa obra de teatro escrita por la francesa Yasmina Reza. En el atractivo estudio sobre el narcisismo que se titula “Celuloide posmoderno: narcisismo y autenticidad en el cine actual”, Juan Orellana y Jorge Martínez Lucena plantean de manera concisa el asunto que nos interesa analizar aquí: “todos los autores coinciden en señalar el rechazo de la autoridad como característico de una sociedad narcisista. Si el ideal viene del propio yo, los criterios y las normas también” (Orellana; Martínez Lucena, 2010: 43). La divergencia es la consecuencia lógica de la diversidad de valores y posturas, y la pluralidad de opiniones puede acarrear mucha confusión y frustración. Si en la actualidad no existe ninguna Autoridad externa y objetiva (Iglesia, Estado, Familia) que dictamine cuál es la verdad o el criterio más válido a seguir, el diálogo puede fácilmente convertirse en estéril y embarazoso, además de agresivo. Es precisamente lo que sucede en la historia que nos cuentan Polanski y Reza en “Carnage”. El argumento es bien sencillo: dos parejas de padres de clase media-alta de Nueva York se reúnen en la casa de una de ellas para tratar de resolver un problema que les afecta directamente. El hijo de los Cowan (Kate Winslet y Christoph Waltz) ha pegado al hijo de los Longstreet (Jodie Foster y John C. Reilly) con un palo mientras jugaban en el parque. Se trata de un sencillo y pequeño ejemplo, y aunque pueda parecer insignificante al principio, el contundente y desgarrador relato que se construye a partir de esa anécdota es realmente asombroso. Refleja perfectamente los problemas a los que nos enfrentamos los sujetos narcisistas para poder dialogar de manera constructiva y serena de asuntos que nos afectan. Al principio todos (excepto el cínico y nihilista Alan Cowan) están dispuestos a hablar de manera civilizada, siempre manteniendo los modales, por supuesto, pero a medida que avanza el metraje las cosas empiezan a desmoronarse; no tardan en aparecer en escena los insultos, menosprecios, acusaciones de todo tipo, ridiculizaciones, incluso la “idealista” Penélope Longstreet, quien se nos presenta como la firme defensora de la cultura y las artes y la guardiana de los valores occidentales, pega a su marido en un ataque de rabia, aunque sea levemente. Aunque el tono sea cómico, el tándem formado por Reza y Polanski se ensaña con los cuatro personajes por igual, aunque se evidencia más simpa-

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tía hacia unos que hacia otros. Brevemente pasaremos a describir a los dos personajes que más nos interesan por su personalidad y conducta, ya que, representan los lados opuestos del narcisismo; el fanático que cree en la posibilidad de un mundo mejor, queriendo imponer su ideal al resto de las personas, y el nihilista que no cree que la vida tenga un propósito, deseoso de acumular riquezas y poder a costa de los demás. Ambas actitudes son despreciables, aunque según el autor y la guionista el fanatismo sería mucho peor. No es de extrañar que Polanski piense de ese modo, puesto que, el director padeció en su infancia el nazismo (su madre murió en el campo de concentración de Auschwitz) y durante la Guerra Fría tuvo que desenvolverse bajo el férreo régimen comunista. El cínico Alan Cowan es un abogado sin escrúpulos que se encarga de defender los intereses de los accionistas de las grandes farmacéuticas que sólo piensan en su propio beneficio. No cree que exista ningún problema en el comportamiento de su hijo (interpretado por el hijo del propio director), ya que, es normal que los niños de su edad se peleen. Por consiguiente, en vez de centrarse en la discusión que les ha llevado a reunirse, se pasa todo el rato hablando por teléfono. La “cosmopolita” Penélope cree que se puede mejorar la sociedad, y que todos los individuos son responsables de lo que acontece en ella, incluso, le preocupa lo que sucede en países más desfavorecidos, por tanto, se podría intuir que siempre intenta resolver los problemas a base de diálogo. En ese sentido tiene toda la razón, puesto que, hay que afrontar los problemas para que la situación no empeore, pero poco a poco se comienza a entrever su verdadero yo. Polanski nos viene a decir que es una auténtica hipócrita, ya que, su “superioridad moral” hace muy difícil que muestre compasión hacia el agresor y sus irresponsables padres. Esa supuesta superioridad moral, obviamente, entorpece el diálogo; ella está acostumbrada a dar lecciones, no está dispuesta a escuchar, ni llegar a acuerdos con la otra pareja, solamente quiere imponer su visión de las cosas. A medida que avanza el tiempo las sospechas se confirman; al principio del film nadie dice lo que piensa en realidad, salvo el cínico Alan. La “idealista” Penélope resulta ser una dogmática que divide el mundo en buenos y malos, en víctimas y verdu-

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gos. No respeta la complejidad y la pluralidad de las cosas. Por consiguiente, tanto Alan por su conducta cínica como Penélope por su conducta fanática y orgullosa, no están por la labor de escuchar al otro. Uno está acostumbrado a usar el poder y el dinero para aplastar al enemigo, la otra, en cambio, se sirve de la corrección política para dominar, censurar y menospreciar al otro. La sociedad narcisista, unido a los tiempos inciertos que vivimos hoy, provocaría en el individuo reacciones como el nihilismo y el fanatismo. A saber: dos caras de la misma moneda. Nancy y Michael, los otros dos personajes del reparto, en cambio, tienen un tono más conciliador, puesto que, intentan ser amables con el otro, pero cuando empiezan los reproches y acusaciones, ellos también pierden los papeles. Y la conversación se convierte en una parodia de la (in)capacidad del ser humano para razonar. Por otra parte, quisiera destacar el hecho de que todos los personajes empiezan a emborracharse con un whisky carísimo que guarda Michael en casa a causa de la impotencia y la frustración que les produce tener que afrontar ese diálogo tan absurdo y pueril, ya que, uno de los síntomas de la sociedad narcisista sería la evasión de la realidad a través del consumo de drogas. Orellana y Martínez Lucena recalcan este hecho evidenciando la visión lúdica que se fomenta a través del cine contemporáneo sobre todo en cuanto a las drogas blandas como la marihuana o el hachís en vez de abordarlo como un problema social. Si no hay un criterio único para evaluar y resolver las situaciones, y si cada uno quiere imponer su punto de vista al otro, negándose a escuchar al resto, el caos está asegurado. La tesis central resulta simplemente desolador: el sujeto narcisista no tiene remedio. Ni siquiera puede mantener una simple conversación sin insultar o burlarse del otro. De todo esto, se concluye la incapacidad de los individuos de la sociedad narcisista para dialogar con todas las consecuencias que eso puede provocar: fanatismo (el ideal sería lo de menos, visto lo visto) y cinismo. En definitiva, la tesis central que defienden Polanski y Reza es la que verbaliza el cínico pero al mismo tiempo simpático y el más honesto del grupo que no es otro que Alan Cowan, es decir, vendrían a afirmar con rotundidad que todos y cada uno de nosotros llevamos un “dios

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salvaje” en nuestro interior. Y los idealistas son unos hipócritas, unos tramposos que quieren hacer sentir mal al resto de los mortales para poder salvarse ellos mismos. En vez de estar exigiéndole al otro siempre más, deberían de predicar con el ejemplo. El codicioso abogado interpretado por Waltz representaría a figuras tan admiradas y odiadas como Berlusconi o Trump, él se muestra en todo momento tal y como es, no intenta engañar a nadie.

4. El dogma de la corrección política Mucha gente está harta de la corrección política, no hace mucho tiempo era la Iglesia Católica la que controlaba los pensamientos de los creyentes, pero hoy en día seguimos siendo coaccionados por lo políticamente correcto porque nadie desea ser señalado por los demás por expresar sus ideas cuando sabe que no tienen la aceptación de la sociedad. La corrección política lo que consigue es obstaculizar el debate sobre todo tipo de asuntos que se consideran delicados. Tal y como afirmaba el famoso Clint Eastwood en unas declaraciones sobre el presidente de Estados Unidos, “dice muchas tonterías, pero solo dice lo que piensa”. A la divergencia de los valores hay que sumarle el dogma de la corrección política. ¿Cómo podemos llegar a entendernos si no nos atrevemos a decir lo que pensamos realmente? Como vemos la cinta critica el absurdo dogma de la corrección política, y seguramente mucha gente estará de acuerdo con los autores, sí, al menos, los que votaron a Trump en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos. Después de haber sufrido en propias carnes los totalitarismos nazi y comunista Polanski sabe lo que es lo más valioso en la vida, a saber: la libertad individual. Pero también es cierto que Polanski no siempre fue la víctima, ya que, varias mujeres le han acusado de violación. No obstante, es una declaración de principios en toda regla que sea el hijo de éste (Elvis Polanski) quien encarne al agresor. Se podría hacer una lectura de la justificación del propio Polanski ridiculizando a la “idealista” Penélope con el firme propósito de poner en evidencia a algunas de las dogmáticas feministas que le siguen recordando a día de hoy sus agresiones sexuales del pasado. Pero ese tema no nos incumbe en esta ocasión.

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Aunque se nos revele como una desenfadada comedia, “Carnage” es otro ejemplo de ese cine europeo de los Haneke, Östlund o Zvyagintsev auspiciado por festivales más prestigiosos que defiende la idea de que la humanidad es una plaga. Críticos de cine latinoamericanos como Roger Koza ya han criticado ese tipo de cine predominante que se podría enmarcar dentro del llamado movimiento “arte y misantropía”. La cinta critica lo políticamente correcto ridiculizando con mucho desparpajo los valores occidentales a través de la conducta infantil y patética de los personajes. No hay cabida para la democracia y la libertad cuando no existe una Autoridad que pueda dominar el ego del individuo. El relato nos viene a decir que es una utopía pretender llegar a acuerdos sobre temas tan importantes como la regeneración democrática, el derecho de autodeterminación de los pueblos o el cambio climático si no somos capaces de lidiar con un asunto como el que nos presenta la película. Después de haber superado la timidez del inicio, o sea, la corrección política, la conversación se deteriora irremediablemente porque no se quiere tomar en consideración lo que dice el otro. Si se deshumaniza al otro es difícil tomárselo en serio. La divergencia de criterios, valores, intereses, unido al narcisismo de los individuos hace muy difícil que pueda haber un diálogo que sea provechoso. Además como estamos viendo con el proceso independentista de Cataluña, hoy en día no es necesario matar al enemigo, resulta que podemos ignorarle, menospreciarle, acallarle, acosarle por pensar de manera distinta. Polanski y Reza podrían haberse ensañado con los independistas catalanes, pero no hace falta, puesto que, la lección que nos quieren transmitir está clara: si no hay respeto, no puede haber diálogo, y sin diálogo, es imposible que haya una convivencia sana.

5. La relevancia de la compasión Al final, resulta que el espectador no sabe si llorar o reír, lo que sí queda claro es la dificultad que supone entablar un diálogo que sea beneficioso para todos los presentes cuando el

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sujeto narcisista no está dispuesto a ponerse en el lugar del otro. Resulta improbable llegar a acuerdos con personas a las que no respetamos. Resumiendo, es indispensable superar el miedo a lo que los demás puedan pensar cuando uno expresa su punto de vista, ya que, si no se habla claro y honestamente no se puede llegar al meollo de la cuestión. Es el primer escollo que hay que superar para poder hablar tranquilamente. Es difícil expresarse de manera honesta y clara si uno no se siente respetado, ni valorado por el resto de personas. Pero como se ve reflejado claramente en “Carnage”, el hecho de ser sincero no es suficiente para mantener un diálogo en condiciones. Hace falta saber escuchar al otro y darle valor a lo que dice, aunque uno no esté de acuerdo con ello. A pesar de que al final los niños aparezcan jugando juntos, la película resulta muy pesimista (aunque no sombría como estamos acostumbrados con el cine europeo predominante), ya que, no hay ningún personaje que represente a una figura que sea razonable y compasiva, es decir, que esté dispuesta a ceder para llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes. Y para terminar, quisiera plantear una pregunta:

¿Es posible el diálogo si renunciamos a la compasión? Según mi opinión, deberíamos tomar lo mejor de ambas disciplinas, es decir, de la religión y de la filosofía, y deshacernos de ciertas tradiciones en ambos casos porque pueden ser nocivas o aburridas para la población. El ejercicio de la filosofía no serviría de mucho si no respetamos al otro, si no mostramos amabilidad hacia él, si no valoramos su opinión aunque no estemos de acuerdo. Nos serviríamos de las armas que nos provee la filosofía para salirnos con la nuestra. Dejemos a un lado los intereses de diferentes sectas y gremios para que podamos salir todos ganando. La ex monja católica británica Karen Armstrong en su estudio “La gran transformación: el mundo en la época de Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías” afirma que todas las grandes religiones se fundamentan en la Regla de Oro: “no hacer a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”. O lo que es lo mismo: “trata al otro como quieres que te traten”. Por tanto, según Armstrong

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las religiones de Oriente y Occidente tienen el mismo fundamento, a saber: la compasión. Las religiones antes de que fueran usadas por la élite para dominar a la población, o para exterminarla, promovían la “compasión” (Armstrong, 2007: 16). Si cultivamos la compasión hacia nosotros mismos y hacia nuestros semejantes, nos será mucho más fácil llegar a entendernos.

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Referencias -Armstrong, K. (2007). La gran transformación: el mundo en la época de Buda, Sócrates, Confucio y Jeremías. Barcelona: Paidós. -Martínez, I. (2017). Filosofiaren defentsak. Donostia-San Sebastián: Erein. -Orellana, J.; Martínez Lucena, J. (2010). Celuloide posmoderno: narcisismo y autenticidad en el cine actual. Madrid: Encuentro.

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Carlos Martínez. "Geometricao 46", Ciudad de México, 2016 Fotografía digital con celular

Geometricaos


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otografía callejera con celular: Geometricaos Carlos Martínez González Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad Autónoma del Estado de México charlymargon24@gmail.com “¿Por qué algunos fotógrafos salen a la calle y otros se quedan en el estudio? Algunos quieren fingir que se trata de una película y otros fotógrafos salen al mundo a caminar y dicen: ‘muéstrame’. Estos pocos elegidos, con el paso del tiempo, con el deseo de salir del caos, con la esperanza de interactuar con el momento, donde la vida se les aclara, son capaces de dar la bienvenida a la ambigüedad y a los aspectos surrealistas de este tipo de caos. Y a pesar de este caos, obtendrán un momento de claridad.” Joel Meyerowitz en el documental “Todos a la calle”. (2013) Dir. Cheryl Dunn.

Geometricaos es un proyecto fotográfico que vincula el lenguaje visual de la fotografía de calle o callejera (streetphotography) con la versatilidad que otorga la fotografía con celular, bajo la máxima de que “la mejor cámara es la que tenemos a la mano”. El término Geometricaos está compuesto por los términos geometría y caos que hacen patente una antítesis visual, a saber: la presencia de figuras geométricas (orden) formadas por la superposición de objetos y estructuras frente a la luz natural y a las sombras proyectadas en la dinámica cotidiana citadina de la Ciudad de México (caos). El proyecto retoma los fundamentos

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Geometricaos

de la teoría del “decisive moment” de Henri Cartier-Bresson donde se privilegian tres elementos: el tiempo, la composición y el tema. El tiempo como constante devenir donde la fotografía es el único arte capaz de capturar el instante y convertirlo en eternidad. La composición entendida en la fotografía como el reconocimiento en la realidad de un ritmo de puntos, líneas, superficies y valores, es decir, de figuras geométricas con significado y sentido para quien las fotografía y eventualmente para quien las contempla. El tema que por excelencia es la presencia humana así como los espacios que transita; que goza y sufre, que habita y que abandona.

Carlos Martínez. "Geometricaos 1". Toluca, México, 2014 Fotografía digital con celular

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