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La 'sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961 )

Tomo II

José Luis Sáez, S.J.


José Luis Sáez, S.J., nació en Valencia (España) en 1937, y reside en el país desde 1954. Es miembro de la Compañía de Jesús desde 1958. Hizo sus estudios eclesiásticos en Fordham University (Nueva York) y Woodstock College (Maryland), recibiendo el sacerdocio en Santo Domingo en 1970. Es profesor de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y del Centro de Estudios Institucionales de Teología (PP. Dominicos). El 31 de marzo de 1999, junto a un grupo de periodistas, el presidente de la República le honró con la Orden de Duarte, Sánchez y Mella en el grado de Caballero, por su trabajo en el área de la comunicación social. Desde ese mismo año es además miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia. Además de siete obras en el área de la comunicación social, ha publicado unos dieciséis títulos de historia de la iglesia dominicana, sobre todo en el género de la biografía. Además de Los jesuitas en la República Dominicana, 2 Vols. (1888-1890), y La iglesia y el negro esclavo en Santo Dom.ingo (1994), es el autor de Don Sebastián Ramírez de Fuenleal, obispo y legislador (1996), La expulsión de los jesuitas de Santo Domingo (2006), y seis trabajos de la colección "Hombres de Iglesia", creada por monseñor Rafael Bello Peguero en 1986, entre los que destacan El arzobispo Portes (1996), y Monseiior Pittini (2002).




LA SUMISIĂ“N BIEN PAGADA La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo 1930-1961 Tomo. II



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Archivo General de la Nación Volumen LXI

José Luis Sáez, S. J.

LA SUMISIÓN BIEN PAGADA

La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo 1930-1961

Tomo II

Santo Domingo, 2008

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Archivo General de la Nación, volumen LXI Título: La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana en la Era de Trujillo (1930-1961) tomo II Compilador: José Luis Sáez, S.J.

Departamento de Investigación y Divulgación Edición y cuidado: Modesto Cuesta Diseño: Modesto Cuesta Diagramación y Diseño de cubierta: Miriam Veliz Corrección: Lillian Hiraldo

Cubierta: De izquierda a derecha, el padre Mariano Tomé, superior jesuita, Ángel Arias, director del Instituto Politécnico Loyola, Rafael L. 'frujillo y Francisco Javier Baeza, enviado especial del Padre General jesuita. (Foto cedida por el compilador)

© Publicaciones del Archivo General de la Nación, 2008

ISBN 978-9945-020-47-2 Archivo General de la Nación Calle Modesto Díaz N° 2, Zona Universitaria, Santo Domingo, Distrito Nacional Te!. (809)362-1111, Fax. (809) 362-11 io www.agn.gov.do

Impresión: Editora Búho, C. por A.

Impreso en República Dominicana Printed in Dominican Republic


Contenido Siglas empleadas I 21

Antología de documentos 201. Primera denuncia velada contra la Compañía de Jesús en la prensa dominicana (e. Trujillo, 23 de diciembre de 1957) / 25 202. Respuesta a las anteriores acusaciones por el P. Ramón Calvo, S.J., superior de los Jesuitas en el país (San Cristóbal, 23 de diciembre de 1957) /26 203. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al vicepresidente J. Balaguer sobre el mismo tema (San Cristóbal, 23 de diciembre de 1957) I 28 204. Segunda denuncia abierta en la prensa contra el P. Luis GonzálezPosada, S.J. (C. Trujillo, 4 de febrero de 1958) / 29 205. El P. Luis González-Posada, S.J., defiende su actuación frente a la denuncia anterior (C. Trujillo, 5 de febrero de 1958) /30 206. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al presidente Héctor B. Trujillo solicitando la sustitución del P. González-Posada en la Universidad (San Cristóbal, 7 de febrero de 1958) /31 207. Decreto N° 3517 del presidente Héctor Trujillo sustituyendo al P. Luis González-Posada, S.J., en sus funciones en la Universidad (C. Trujillo, 8 de febrero de 1958) /32 208. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al generalísimo Trujillo sobre la salida y nuevo destino del P. González-Posada, S.J, (San Cristóbal, 13 de febrero de 1958) / 33 209. Carta del P. González-Posada al generalísimo Trujillo antes de salir del país (e. Trujillo, 5 de marzo de 1958) / 33 210. Memorándum del P. Ramón Calvo, S.J., al generalísimo Trujillo sobre una nueva modalidad de congregación mariana estudiantil (San Cristóbal, 18 de marzo de 1958) / 35 211. Editorial del matutino El Caribe sobre el establecimiento de una nueva congregación mariana patrocinada por el generalísimo Trujillo (20 de marzo de 1958) / 36


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JoséLuis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

212. Carta del P. Ramón Calvo, S.J., al vicepresidente Balaguer sobre nuevas acusaciones ce>ntra el P. González-Posada, S.J. (San Cristóbal, 5 de mayo de 1958) /37 213. Carta del mismo al vicepresidente Balaguer sobre amenazas y detención de dos empleados del Instituto Politécnico (San Cristóbal, 18 de mayo de 1958) /38 214. Carta del mismo al generalísimo Trujillo agradeciendo el regreso de los acusados del Instituto Politécnico (San Cristóbal, 21 de mayo de 1958) / 40 215. Carta del generalísimo Trujillo a su hermano Héctor sugiriéndole condecorar a la Virgen de la Altagracia (e. Trujillo, 24 de octubre de 1958) / 41 216. Decreto N° 4245 del presidente Héctor Trujillo condecorando a la Virgen de Altagracia con el Collar del Mérito Judicial (C. Trujillo, 30 de octubre de 1958) /41 217. Fragmento de una conferencia de Mons. Eduardo Ross, asesor eclesiástico del Poder Ejecutivo en el auditorium del Partido Dominicano (C. Trujillo, 17 de diciembre de 1958) /43 218. Circular N° 4 del Vicario General de la Arquidiócesis invitando al clero al tedeum en ocasión de un aniversario más del ascenso al poder de Trujillo (C. Trujillo, 11 de mayo de 1959) /47 219. Carta del M.R.P. General de la Compañía de Jesús al Lic. Tulio Franco Franco, embajador de la República ante la Santa Sede, sobre la separación de los jesuitas del país de su autoridad en Cuba (Roma, 3 de octubre de 1959) /47 220. Recuento del inicio del episcopado de Mons. Juan Félix Pepén en la recién creada diócesis de Higüey (12 de octubre de 1959) / 48 221. Carta del Embajador dominicano ante la Santa Sede al vicepresidente Joaquín Balaguer informado sobre el nuevo nuncio apostólico (Roma, 20 de octubre de 1959/ 50 222. Discurso de Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico de Su Santidad, al presentar sus cartas credenciales al presidente Héctor Trujillo Molina Ce. Trujillo, 31 de octubre de 1959) /53 223. Carta del P. Mariano Vázquez al P. Miguel A. Larrucea, S.J, sobre acusaciones hechas al P. Manuel González Quevedo, S.J. (e. Trujillo, 12 de noviembre de 1959) /54 224. Carta del nuevo nuncio apostólico al presidente Héctor B. Trujillo anunciando la bendición papal a su matrimonio CC. Trujillo, 10 de diciembre de 1959) / 56

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Contenido

225. Carta del mismo sobre el mismo tema a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor (C. Trujillo, 10 de diciembre de 1959) / 56 226. Carta que el seminarista mayor Clemente Medina enviaría al coronel Johnny Abbes García, director del Servicio de Inteligencia Militar, denunciando a varios compañeros (C. Trujillo, 23 de diciembre de 1959) / 57 227. Carta pastoral colectiva del Episcopado dominicano al clero y fieles denunciando la represión del régimen de Trujillo (C. Trujillo, 25 de enero de 1960) / 58 228. Carta del Episcopado dominicano a Rafael L. Trujillo acompañando la copia de la anterior carta pastoral (C. Trujillo, 25 de enero de 1960) / 63 229. Nota del Episcopado dominicano a los sacerdotes de ambos cleros sobre actuaciones de carácter político (C. Trujillo, 25 de enero de 1960) / 64 230. Carta del P. Alfonso Esteve Recio, Sch.P., a Virgilio Álvarez Pina, secretario de Interior y Culto, sobre la detención de dos alumnos del Colegio Mayor (C. Trujillo, 25 de enero de 1960) /66 231. Acusación contra el escolar cubano Antonio Fabré, S.J., aparecida en la prensa matutina (e. Trujillo, 26 de enero de 1960) / 67 232. Telegrama del P. Miguel A. Larrucea, S.J., al generalísimo Trujillo sobre la denuncia aparecida en la prensa ese mismo día (San Cristóbal, 29 de enero de 1960) / 69 233. Carta del P. Miguel A. Larrucea, S. J., pidiendo desmentir la información anterior a Virgilio Álvarez Pina, secretario de Culto (C. Trujillo, 30 de enero de 1960) / 70 234. Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente J. Balaguer quejándose de nuevos ataques a la Iglesia (C. Trujillo, 30 de enero de 1960) / 71 235. Respuesta del vicepresidente Balaguer a la anterior carta del Nuncio Apostólico (e. Trujillo, 30 de enero de 1960) / 72 236. Carta del Nuncio Apostólico accediendo a la cita del vicepresidente Balaguer (e. Trujillo, 31 de enero de 1960) /73 237. Carta del generalísimo Trujillo elogiando al P. Ángel Arias, S.J., director del Instituto Politécnico Loyola (San Cristóbal), aparecida al día siguiente en la prensa / 73 238. Nota presentada por el nuncio Zanini al vicepresidente Balaguer con los ataques aparecidos en la prensa contra la Iglesia (C. Trujillo, 1° de febrero de 1960) / 74

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José Luis Sáez, S. J

La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

239. Carta del Obispo de La Vega a todos los fieles católicos advirtiéndoles las penas en que .incurrirán los asistentes al mitin político de ese mismo día (La Vega, 3 de febrero de 1960) / 75 240. Discurso del Lic. Julián Suardí en el anunciado mitin de La Vega, delante de la Catedral y transmitido por liLa Voz del Camú" (La Vega, 3 de febrero de 1960) / 76 241. Últimos párrafos del discurso del Sr. Gustavo Gómez Ceara en el mismo mitin (La Vega, 3 de febrero de 1960) / 78 242. Fragmento final del discurso de Ramón M. Cordero en el mismo mitin (La Vega, 3 de febrero de 1960) / 79 243. Carta del P. Ángel Arias, S.J., director técnico del Politécnico Loyola, en respuesta a los elogios del generalísimo Trujillo (San Cristóbal, 4 de febrero de 1960) /80 244. Carta del Can. Eliseo Pérez Sánchez al director de El Caribe, sobre un cambio en el gobierno de la Arquidiócesis (e. Trujillo, 4 de febrero de 1960) / 81 245. Carta de Mons. Francisco Panal a la gobernadora Delia García Godoy protestando del mítin político contra la Iglesia, celebrado en aquella ciudad una semana antes (La Vega, 12 de febrero de 1960) /82 246. Carta del Obispo de La Vega a Virgilio Álvarez Pina, secretario de Culto, sobre el mitin mencionado (La Vega, 12 de febrero de 1960) /83 247. Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente Balaguer enviándole la queja del Colegio Agrícola de Dajabón (e. Trujillo, 15 de febrero de 1960) /85 248. Carta del Dr. Joaquín Balaguer, vicepresidente de la República, a Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico, sobre el problema anterior (C. Trujillo, 16 de febrero de 1960) /86 249. Carta del Nuncio Apostólico al Dr. Balaguer en respuesta a la anterior (C. Trujillo, 16 de febrero de 1960) / 88 250. Carta del vicepresidente Balaguer al Nuncio Apostólico sobre el mismo asunto (C. Trujillo, 18 de febrero de 1960) / 89 251. Respuesta de Mons. Lino Zanini a la última carta del vicepresidente Balaguer (C. Trujillo, 18 de febrero de 1960) / 90 252. Carta del encargado de negocios en Irán al Secretario de Relaciones Exteriores, informando sobre Mons. Lino Zanini (Teherán, 22 de febrero de 1960) / 91 253. Carta pastoral colectiva de los obispos dominicanos al clero y fieles en ocasión de la Cuaresma y ampliando la anterior (C. Trujillo, 28 de febrero de 1960) / 93

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Contenido

254. Carta del P. Ángel Arias, S.J., al generalísimo Trujillo exigiendo reparación a la campaña en contra de los jesuitas (San Cristóbal, 15 de marzo de 1960) / 98 255. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor, sobre los problemas del Colegio Mayor Calasanz (C. Trujillo, 22 de marzo de 1960) / 99 256. Telegrama de Virgilio Álvarez Pina a la Curia Diocesana de Santiago anunciando la supresión de la subvención (C. Trujillo, 23 de marzo de 1960) / 100 257. Carta del P. Ángel Arias, S.J., director del Instituto Politécnico Loyola, al generalísimo Trujillo, sobre algunas consultas (San Cristóbal, 25 de marzo de 1960) / 100 258. Carta del generalísimo Trujillo a Mons. Thomas F. Reilly respondiendo a una anterior (e. Trujillo, 31 de marzo de 1960) / 101 259. Carta del generalísimo Trujillo a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor con derecho a sucesión y administrador apostólico sede plena CC. Trujillo, 31 de marzo de 1960) / 109 260. Carta del Arzobispo Coadjutor en respuesta a la anterior del generalísimo Trujillo (C. Trujillo, 4 de abril de 1960) / 111 261. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., al P. Vicente Tomek, prepósito general de las escuelas pías en Roma, informándole sobre los serios problemas del país (C. Trujillo, 11 de abril de 1960) / 112 262. Reportaje de prensa sobre el asesinato de un supuesto "terrorista" colombiano a la puerta del apartamento del arzobispo Pittini (C. Trujillo, 14 de abril de 1960) / 116 263. Carta del Secretario Particular del generalísimo Trujillo a Mons. Hugo E. Polanco sobre la propiedad del Obispado (C. Trujillo, 27 de abril de 1960) / 119 264. Carta del Secretario de Estado de la Santa Sede a Tulio Franco Franco, embajador del país ante el Vaticano, agradeciendo un donativo del generalísimo Trujillo a la Nunciatura (Vaticano, 29 de abril de 1960) / 120 265. Respuesta de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, a la carta del secretario particular del Generalísimo (Santiago, 2 de mayo de 1960) / 120 266. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., al vicepresidente Balaguer, sobre la gravedad de la situación (e. Trujillo, 3 de mayo de 1960) / 121 267. Palabras pronunciadas por Mons. Thomas F. Reilly en la Catedral de San Juan de la Maguana durante la visita del generalísimo Trujillo (7 de mayo de 1960) / 123

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JoséLuis Sáet, S. 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominica¡¡a bajo la Era de Trujillo

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(1930-1961)

268. Artículo anónimo de un religioso español sobre el encuentro de Mons. Reilly y Trujilla.en San Juan de la Maguana (C. Trujillo, 8 de mayo de 1960) / 125 269. Telegrama de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, invitando al generalísimo Trujillo a un tedeum (Santiago, 11 de mayo de 1960) / 127 270. Respuesta del generalísimo Trujillo al telegrama del obispo Polanco (C. Trujillo, 11 de mayo de 1960) / 127 271. Ley N° 5349 que deroga la prohibición de la secta "Testigos de Jehová" dictada en 1957 (e. Trujillo, 12 de mayo de 1960) / 128 272. Sermón de Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo de Santiago, durante la visita del generalísimo Trujillo (Santiago, 16 de mayo de 1960) / 130

273. Fragmentos del discurso leído por el generalísimo Trujillo en el tedeum de la Catedral de Santiago (Santiago, 16 de mayo de 1960) / 131 274. Artículo anónimo de un religioso aparecido en la prensa matutina como carta dirigida al generalísimo Trujillo (San Cristóbal, 19 de mayo de 1960) / 139

275. Telegrama del P. Fernando Arturo Franco Benoit, cura de Mao, invitando al generalísimo Trujillo a un tedeum en su parroquia (Valverde, 21 de mayo de 1960) / 141 276. Respuesta del generalísimo Trujillo al telegrama anterior (21 de mayo de 1960) / 142 277. Nota o Aide-Mémoire de la entrevista sostenida entre el Secretario de la Nunciatura y Porfirio Herrera Báez, canciller de la República (C. Trujillo, 22 de mayo de 1960) / 142 278. Carta de un presidente del Partido Dominicano al generalísimo Trujillo, sobre el brindis del P. Bernardo Ruel, M.S.e. en una fiesta (Sánchez, 23 de mayo de 1960) / 142 279. Carta del Secretario de Estado de Justicia al presidente Héctor B. Trujillo sobre las necesarias medidas de seguridad que requiere el país (C. Trujillo, 24 de mayo de 1960 / 143 280. Voto negativo del Can. Eliseo. Pérez Sánchez, senador por Sánchez Ramírez, contra la Ley de Pena de Muerte (C. Trujillo, 25 de mayo de 1960) / 147 281. Breve nota aparecida en el diario matutino acerca de la muerte repentina del Superior de la Compañía de Jesús en República Dominicana (C. Trujillo, 26 de mayo de 1960) / 147

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Contenido

282. Parte del reportaje de la prensa matutina sobre un mitin celebrado en la capital contra la "intervención" de los EE.UU. en los asuntos dominicanos (e. Trujillo, 27 de mayo de 1960) / 148 283. Carta pública del Ing. Ignacio Agramonte al nuncio apostólico Lino Zanini (C. Trujillo, 28 de mayo de 1960) / 149 284. Otro artículo sobre el discurso del generalísimo Trujillo en la Catedral de Santiago (C. Trujillo, 28 de mayo de 1960) / 151 285. Carta del P. Ángel Arias, S.J., al generalísimo Trujillo renunciando a su cargo de asesor (San Cristóbal, 28 de mayo de 1960) / 153 286. El Ayuntamiento de Salcedo protesta de las injurias del P. Hipólito Fernández, cura de Imbert (Salcedo, 29 de mayo de 1960) / 156 287. Carta del P. Hipólito Fernández L., cura de Imbert, al director de El Caribe negando haber intervenido en política (Imbert, 30 de mayo de 1960) / 157 288. Carta del P. Mariano Tomé, S.J., nuevo superior de los jesuitas, al generalísimo Trujillo negándose a sacar del país a tres jesuitas (C. Trujillo, 1 de junio de 1960) / 158 289. Denuncia aparecida en la prensa contra un religioso paúl de San Francisco de Macorís (e. Trujillo, 5 de junio de 1960) / 159 290. Otra denuncia aparecida en la prensa contra la predicación dominical del párroco de Güaley (6 de junio de 1960) / 160 291. Un artículo breve de El Mundo (San Juan, Puerto Rico), reproducido en el país, sobre el comportamiento del nuncio Lino Zanini (11 de junio de 1960) / 160 292. Carta abierta de un ex seminarista al rector P. Juan López Pedraz, S.J., sobre el ambiente vivido en la institución (C. Trujillo, 19 de junio de 1960) / 162 293. Carta del Vicario Provincial de los dominicos al Jefe de la Policía Nacional denunciando el robo de dos vehículos (C. Trujillo, 23 de junio de 1960) / 163 294. Desmentido del diario El Caribe a un cable recibido de Puerto Rico acerca del paradero del obispo de La Vega (San Juan, 23 de junio de 1960) / 164 295. Cable de la NCWC News Service recibido, al parecer desde San Juan, por Mons. Reilly (27 de junio de 1960) / 165 296. Carta del P. Gerardo Vázquez, S.J., informando al generalísimo Trujillo acerca del enviado especial de la Curia de Roma (Haina, 8 de julio de 1960) / 167 0

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JoséLuis 5áez, 5. J

La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

297. Carta del Director de Gastos del Gobierno al P. Ángel Arias, S.J., director del Politécnic'O Loyola, justificando la reducción del presupuesto de la institución (e. Trujillo, 15 de julio de 1960) / 168 298. Resumen de la entrevista sostenida en Palacio entre el generalísimo Trujillo y el P. Francisco Javier Baeza, S.J., enviado especial de la Curia Generalicia de Roma (e. Trujillo, 18 de julio de 1960) / 169 299. Memorándum de Rafael Paíno Pichardo presentado al generalísimo Trujillo sobre su conversación en el Seminario con el P. Francisco Javier Baeza, S.J. (e. Trujillo, 14 de septiembre de 1960) / 170 300. Carta" del Director de Gastos del Gobierno al P. Ángel Arias aprobando un nuevo presupuesto del Instituto Politécnico Loyola (C. Trujillo, 23 de septiembre de 1960) / 173 301. Fragmentos de la carta del seminarista expulsado al nuevo rector P. Mariano Tomé, S.J., explicando el servicio prestado al Gobierno (C. Trujillo, 15 de octubre de 1960) / 174 302. Denuncia en la prensa matutina sobre la enseñanza en manos de los eclesiásticos o religiosos (e. Trujillo, 23 de noviembre de 1960) / 175 303. Otra denuncia pidiendo suprimir ayudas a la Iglesia y castigar a los instigadores de la carta pastoral de 1960 (e. Trujillo, 25 de noviembre de 1960) / 177 304. Proyecto de ley que castigaría con la deportación a todo extranjero que alterase el orden público, incluyendo a los miembros del clero (e. Trujillo, 29 de noviembre de 1960) / 178 305. Carta de los superiores religiosos del país al Episcopado Dominicano pidiéndole hablar acerca de la tensión reinante en el país (e. Trujillo, 16 de diciembre de 1960) / 179 306. Carta del Can. Eliseo Pérez Sánchez al director del vespertino La Nación sobre la acusación de que el clero no contribuye a obras de caridad (e. Trujillo, 28 de diciembre de 1960) / 182 307. Carta de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, a Rafael Paíno Pichardo, secretario de Interior y Culto (Santiago, 7 de enero de 1961) / 183 308. Respuesta del Secretario de Estado de Interior y Culto a la anterior carta del Obispo de Santiago (C. Trujillo, 10 de enero de 1961) / 184 309. Memorándum del Episcopado dominicano preparado para entregar al generalísimo Trujillo durante la audiencia concedida en el Palacio Nacional (e. Trujillo, 10 de enero de 1961) / 185 310. Informe de la Superiora del Colegio San José, de las HH. de la Caridad del Cardenal Sancha sobre la difícil situación de aquella escuela (Puerto Plata, 11 de enero de 1961) / 188

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Contenido

311. Carta de la Superiora del Colegio María Auxiliadora, de las salesianas, sobre la situación de aquel centro educativo (Moca, 11 de enero de 1961) / 189 312. Carta del generalísimo Trujillo y el presidente Balaguer al Episcopado dominicano en respuesta al memorándum del 10 de enero (C. Trujillo, 11 de enero de 1961) 1191 313. Oficio' del Secretario de Interior y Culto a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor y administrador apostólico sede plena, invitándole a una misa de campaña (C. Trujillo, 12 de enero de 1961) / 192 314. Carta del Secretario de Estado de la Presidencia invitando al arzobispo coadjutor Octavio A. Beras a una recepción en Palacio (C. Trujillo, 16 de enero de 1961) 1193 315. Carta del presidente Balaguer y los secretarios de Estado al Episcopado dominicano solicitando adherirse a la sugerencia del P. Zenón Castillo (e. Trujillo, 16 de enero de 1961) 1193 316. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, en defensa de la independencia de Radio Caribe (C. Trujillo, 21 de enero de 1961) 1196 317. Carta del P. Oscar Robles Toledano al presidente Balaguer apoyando el título de Benefactor de la Iglesia a favor de Trujillo (C. Trujillo, 2 de febrero de 1961) 1197 318. Respuesta de los obispos al presidente Balaguer y demás miembros del Gabinete, sobre la imposibilidad de dar ese título al generalísimo Trujillo (e. Trujillo, 6 de febrero de 1961) 1199 319. Charla del P. Láutico García, S.J., en el programa radial "La Hora Católica" en La Voz Dominicana sobre la campaña de difamación de los eclesiásticos (C. Trujillo, 19 de febrero de 1961) /200 320. Resolución del Ayuntamiento de Monseñor Nouel adhiriéndose a la invitación a otorgar al generalísimo Trujillo el título de Benefactor de la Iglesia (Bonao, 21 de febrero de 1961) 1205 321. Un editorial de Radio Caribe sobre el posible sometimiento a la empresa por difamación (e. Trujillo, 26 de febrero de 1961) 1206 322. Un "Observatorio" de Radio Caribe, reproducido en la prensa vespertina, a propósito del sometimiento de la empresa a la Justicia (C. Trujillo, 2 de marzo de 1961) 1209 323. Sermón de Mons. Francisco Panal en la Catedral de La Vega durante la visita del generalísimo Trujillo y su séquito (La Vega, 4 ele marzo de 1961) /210 324. Carta abierta de algunos ciudadanos anónimos de oposición en adhesión a Mons. Francisco Panal (La Vega, 4 de marzo de 1961) / 215

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José Luís 5áez, 5. 1. La sumisión bíen pagada. La íglesía dominicana bajo la Era de Trujíllo

(1930-1961)

325. Un comentario anónimo sobre el anterior sermón de Mons. Panal (C. Trujillo, 8 de marzo de 1961) /216 326. Opinión de un lector de La Vega, a propósito del sermón de Mons. Panal, sobre el excesivo número de obispos del país (e. Trujillo, 9 de marzo de 1961) /218 327. Un editorial de Radio Caribe a propósito del supuesto apresamiento de sus directivos (C. Trujillo, 9 de marzo de 1961) /218 328. Declaración de Mons, Thomas F. Reilly, C.SS.R., que se leería en todas las misas de la Catedral de San Juan de la Maguana (12 de marzo de 1961) /220 329. Un comentario de prensa favoreciendo que los obispos del país sean siempre dominicanos (C. Trujillo, 15 de marzo de 1961) /222 330. Recuento del viaje a Roma de Mons. Juan Félix Pepén, obispo de Rigüey, para informar al papa Juan :XXIII sobre la situación de la Iglesia dominicana (marzo-junio de 1961) /223 331. Comentario de Associated Press (A.P.) sobre la carta pastoral de Mons. Reilly aparecido en EE.UU. (Washington, 15 de marzo de 1961) /226 332. Un "espacio pagado" comentando las declaraciones de Mons. Reilly a United Press Internacional, remitido a la dirección de prensa de Radio Caribe (San Juan de la Maguana, 16 de m.arzo de 1961) /227 333. Carta del Obispo de Santiago al Secretario de Interior y Culto sobre nuevas quejas y dudas contra Radio Caribe (Santiago, 18 de marzo de 1961) /228 334. Carta del Secretario de Interior y Culto al P. Francisco J. Baeza, S.J., en Río Piedras, informándole de las dificultades con Mons. Reilly y los sacerdotes norteamericanos de San Juan de la Maguana (C. Trujillo, 20 de marzo de 1961) /230 335. Carta del mismo a Mons. Rugo E. Polanco Brito, obispo de Santiago, enviándole copia de refutación al Prelado de San Juan de la Maguana (C. Trujíllo, 24 de marzo de 1961) /231 336. Carta del mismo a Mons. Francisco Panal, obispo de La Vega, a propósito de su circular (C. Trujillo, 24 de marzo de 1961) /232 337. Carta del P. Pablo Marín Solano, O.S.A., de la parroquia San Agustín, a la Secretaría de Interior y Culto, en respuesta a la comunicación anterior enviada a Mons. Panal (La Vega, 25 de marzo de 1961) /235 338. Una nota en el "Foro Público" proponiendo un nuevo título para el generalísimo Trujillo (c. Trujillo, 1° de abril de 1961) /238

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Con tCl1 ido

339. Mensaje del P. Manuel A. Rodríguez Canela, capellán castrense de la Aviación, al generalísimo Trujillo, uniéndose al repudio del terrorismo Ce. Trujillo, 9 de abril de 1961) / 239 340. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Polanco avisándole de unas declaraciones suyas en la predicación CC. Trujillo, 11 de abril de 1961) / 239 341. Supuesto encausamiento de Mons. Thomas F. Reilly por organizar un complot terrorista contra el Gobierno dominicano CC. Trujillo, 12 de abril de 1961) / 240 342. Texto del auto de sometimiento de Mons. Thomas F. Reilly hecho por el Procurador Fiscal del Distrito Nacional CC. Trujillo, 10 de abril de 1961) /242 343. Un comentario anónimo contra la actitud de Mons. Reilly, prelado nullius de San Juan de la Maguana Ce. Trujillo, 12 de abril de 1961) /244 344. Palabras pronunciadas por el senador Mons. Eliseo Pérez Sánchez al presentar renuncia a su cargo Ce. Trujillo, 12 de abril de 1961) / 245 345. Desmentido de la prensa sobre la supuesta detención de Mons. Thomas F. Reilly Ce. Trujillo, 13 de abril de 1961) / 246 346. Una acusación más contra Mons. Reilly CSan Juan de la Maguana, 13 de abril de 1961) /247 347. Respuesta del Obispo de Santiago a la comunicación anterior de R. Paíno Pichardo CSantiago, 14 de abril de 1961) /248 348. Crónica de prensa de la salida del país de tres padres redentoristas de San Juan de la Maguana Ce. Trujillo, 14 de abril de 1961) / 248 349. Carta del Ing. Brito Almonte al generalísimo Trujillo condenando las "maquinaciones" del obispo Thomas F. Reilly CC. Trujillo, 15 de abril de 1961) /249 350. Editorial del matutino El Caribe sobre un nuevo galardón recibido por el generalísimo Trujillo de la Iglesia del Líbano CC. Trujillo, 16 de abril de 1961) /250 351. Un artículo del Lic. Julio Ernesto de la Rocha en la prensa matutina sobre la capacidad de visión futura de Trujillo CC. Trujillo, 17 de abril de 1961) / 252 352. Carta del Secretario de Interior y Culto al superior de la Compañía de Jesús, P. Mariano Tomé, S.J., anunciándole la posible deportación de un jesuita de San Cristóbal CC. Trujillo, 17 de abril de 1961) / 254 353. Un comentario sobre la actitud de los obispos que cambiaron su misión y adoptaron un papel político Ce. Trujillo, 18 de abril de 1961) /255

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JoséLuis Sáez, S. 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10

(1930-1961)

354. Carta de Mons. Eliseo Pérez Sánchez a Francisco Prats Ramírez, director de El Caribe:'comentando una información (C. Trujillo, 28 de abril de 1951) /257

355. Prólogo del P. Zenón Castillo de Aza a su obra recién publicada en la capital (C. Trujillo, mayo de 1961) / 258 356. Conversación sostenida entre el Lic. José B. Uribe Macías, secretario de la Presidencia, y el P. Ángel Arias, S.J., director del Politécnico Loyola (San Cristóbal, 3 de mayo de 1961) /260 357. Carta del P. Ángel Arias, S.J., al generalísimo Trujillo informándole de su charla con el Secretario de la Presidencia (San Cristóbal, 10 de mayo de 1961) /268

358. Respuesta del Subsecretario de la Presidencia, a nombre del Generalísimo, al P. Ángel Arias, S.J. (C. Trujillo, 17 de mayo de 1961) /269

359. Respuesta del P. Arias, S.J., a la anterior del Subsecretario de la Presidencia (San Cristóbal, 18 de mayo de 1961) /270 360. Relación del P. Gabriel Maduro sobre los hechos ocurridos en la parroquia Santo Cura de Ars (c. Trujillo, 1° de junio de 1961) /271 361. Fragmentos del elogio fúnebre del presidente Joaquín Balaguer en el funeral de Trujillo (San Cristóbal, 2 de junio de 1961) /272 362. El Obispo de Santiago anuncia a R. Paíno Pkhardo, secretario de Interior y Culto, la celebración de exequias por el generalísimo Trujillo (Santiago, 6 de junio de 1961) /274 363. Circular del Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo al clero y fieles, sobre el funeral por el descanso del generalísimo Trujillo en la Catedral y demás templos (C. Trujillo, 7 de junio de 1961) / 274 364. Nota suministrada a la prensa por Rafael Paíno Pichardo, secretario de Interior y Culto acerca de la detención del P. Gabriel Maduro (C. Trujillo, 9 de junio de 1961) /276

365. Carta de condolencia del Obispo de La Vega al Secretario de Interior y Culto en respuesta a una anterior del funcionario (La Vega, 18 de junio de 1961) /276

366. Carta del presidente Balaguer a Fr. Ángel Vizcarra, O.P., en Miami, sobre la situación política (C. Trujillo, 4 de julio de 1961) / 277 367. Una reflexión de autor desconocido, bajo seudónimo, enviada al matutino El Caribe (San Cristóbal, 11 de julio de 1961) /278 368. Voto negativo del Can. Eliseo Pérez Sánchez, senador por Sánchez Ramírez, a la ley que creaba la medalla de mérito "14 de Junio" para premiar a los combatientes contra las incursiones de Constanza, Maimón y Estero Hondo (c. Trujillo, 19 de julio de 1961) /281

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Contenido

369. Palabras de adhesión pronunciadas por Mons. Pérez Sánchez en la sesión conjunta de las cámaras (C. Trujillo, 24 de agosto de 1961) /282 370. Carta del Episcopado al presidente Balaguer sobre el deterioro de la situación política del país (C. Trujillo, 28 de agosto de 1961) / 283 371. Un comentario noticioso denunciando a un agustino de San Cristóbal como supuesto violador de menores (C. Trujillo, 14 de septiembre de 1961) /285 372. Fragmentos de una carta pastoral del obispo de La Vega a su clero, religiosos y fieles, sobre la coyuntura política, con ocasión de la fiesta de la Inmaculada Concepción (La Vega, 7 de diciembre de 1961) / 287 Cronología histórica de las relaciones / 293 Iconografía / 323 Bibliografía / 331 Índice onomástico / 335

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Siglas empleadas

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AAS AGN AHPA AMDG APA ARSI ASD BE c. Can. Cardo cfr. e.M.F. col. C.SS.R ed. EN esto exp. f. fdo. GO HEPB ibid. lato lego Licdo. loc.cit. L.S. M.R M.SS.Ce. O.

O.F.M.

Acta Apostolicae Sedis (Vaticano, Roma) Archivo General de la Nación (Santo Domingo, R.D.) Archivo Histórico de la Provincia Antillense (S.D.) Ad Maiorem Dei Gloriam (A mayor gloria de Dios) Archivo de la Provincia de las Antillas (S.D.) Archivum Romanum Societatis Iesu (Roma) Archivo del Arzobispado de Santo Domingo Boletín Eclesiástico (Arquidiócesis de Santo Domingo) copia Canónigo Cardenal confer, confronta Cordis Mariae Filii (Claretianos) columna Congregatio Santíssimi Redemptoris (Redentoristas) editor Ejército Nacional estante expediente folio firmado Gaceta Oficial (Santo Domingo o Ciudad Trujillo, RD.) Hugo Eduardo Polanco Brito (Colección) ibidem latín legajo Licenciado locus citatus o lugar citado Locus Sigilli o lugar del sello Muy Reverendo Misioneros de los Sagrados Corazones original Ordinis Fratrum Minorum (Franciscanos)

21


losé LlIis Sáez. S. J

O.F.M.Cap. O.P. Op. cito O.S.A PP. PCPLA Pbro. q.b.s.m. q.e.g.e q.e.p.d. repr. Sch.P. S.D.B. S.E. S.E.R. S.I. S.LM. S.J.

S.P.v. S.R.E. S.s.

S.S. S.S.L

s.v. trad. U.S.D. VE.

VE.R. VP. v.

La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trlljillo

(1930-1961)

Ordinis Fratrum Minorum Capuccinorum (también O.M. C.) Ordinis Prae'dicatorum (Dominicos) opus citatum Ordinis Sancti Augustini (Agustinos) Papa Pontificio Colegio Pío Latino Americano (Roma) Presbítero que besa su mano que en gloria esté que en paz descanse Reproducido Scholarum Piarum (Escolapios) Societa di Don Basca (Salesianos) Su Excelencia (también Su Eminencia) Su Excelencia Reverendísima Señoría Ilustrísima Servicio de Inteligencia Militar Societatis Jesu (Jesuitas) Santa Pastoral Visita Sancta (ae) Romana (ae) Ecclesia (ae) Seguro servidor Su Señoría (o Su Santidad) Su Señoría Ilustrísima Sanctitas Vestra Traducción Universidad de Santo Domingo (ahora UASD) Vuestra Excelencia Vuestra Excelencia Reverendísima Vuestra Paternidad vide

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AntologĂ­a de documentos


째o.


201. Primera denuncia velada contra la Compañía de Jesús en la prensa dominicana (C. Trujillo, 23 de diciembre de 1957) "Foro Público: Algunos ejemplos más", El Caribe X:3531 (e. Trujillo, 23 de diciembre de 1957), p. 7, cols. 3.

He leído con inusitado interés el diálogo que sostuvieron hace unos días un católico y un evangélico, y al cual se refirió el señor Eugenio del Orbe por medio de esta misma sección. Especialmente llamó mi atención las citas que se hicieron de recientes hechos históricos que revelan sin lugar a dudas la intervención de organizaciones católicas en la vida política de algunos países, tales como Colombia y Argentina, donde esas organizaciones se volvieron contra los gobiernos fundamentalmente católicos de Rojas Pinilla y Juan Domingo Perón. Ahora bien, para hacer honor a la verdad, hay que reconocer que no todas las órdenes religiosas del catolicismo suelen inmiscuirse en los asuntos políticos de los Estados, ajenos a la naturaleza y fines de su misión. La historia sí nos muestra determinados acontecimientos que ponen de manifiesto que la intromisión de la autoridad eclesiástica en las cuestiones de Estado es designio de antaño puesto en práctica por la misma Orden a la cual se refirió el papa Clemente XIV en una memorable bula pontificia, y Carlos III de España, allá por el año 1767. Es también la misma congregación a que perteneció el padre Arroyuelo (sic), funesto consejero del Conde Duque de Olivares; la del padre [Alfonso] Torres, confidente de Alfonso XIII, y la de aquél célebre padre Mariana, único teólogo que defiende el regicidio. Por lo demás, el catolicismo es fuente inagotable de amor y crisol de las más nobles virtudes humanas, de manera que la incomprensión y la intransigencia no encajan en la esfera de su bello y generoso apostolado. LORENZO DE LA CONCHA

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

202.

Respuesta a las anteriores acusaciones por el P. Ramón Calvo, S.f., superior de los jesuitas en el país (San Crístóbal, 23 de diciembre de 1957) c. ARPA. Colección González-Posada. Correspondencia Estado-Compañía (1957-1958), N° 152; repr. "Superior señala armonía orden jesuita con Estado", El Caribe X:3532 CC. Trujillo, 24 de diciembre de 1957), p. 1, cols. 6-7.

Sr. Director del diario El Caribe Ciudad Trujillo Muy señor mío y de toda mi consideración: Como superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana, debo contestar a las graves acusaciones que a nuestra orden religiosa se hacen, como la perturbadora de la tranquilidad de los estados católicos, por el Sr. Lorenzo de la Concha, el día de hoy, en el "Foro Público" del prestigioso diario que Ud. dirige. Como se la ataca aquí, en la República Dominicana, yo no vaya rebatir lo que la historia, contra los sectarismos masónicos, los odios de ateos enciclopedistas y el materialismo comunista, se ha encargado de poner en claro, en cuanto a lo sucedido fuera de la República Dominicana. En cuanto a nosotros, en este acogedor país en el que venimos trabajando hace 21 años, siempre en la más perfecta inteligencia con las autoridades civiles y eclesiásticas, gozando en todo tiempo de la estima, el favor y la ayuda decisiva de ambas, creemos que, lejos de infundir la más ligera sospecha de una influencia perjudicial para el país y sus supremos rectores, nos hemos consagrado lealmente a servirle con toda nuestra alma, allí donde se nos ha requerido por las mismas autoridades. En la frontera de Dajabón, con una labor que acaba de merecer los más altos elogios de la autoridad, hasta el punto de mandar reeditar la Memoria en que se daba alguna noticia de aquella. En el preseminario del P. Fantino (Santo Cerro), preparando en virtud y letras a los candidatos del Seminario por encargo de las autoridades eclesiásticas. En las Casas de Ejercicios Espirituales, fundadas por la generosidad del ilustre Benefactor y Padre de la Patria Nueva, Dr. Rafael Leónidas Trujillo Malina, a cuya liberalidad se ha procurado corresponder, entregándonos de lleno a una obra de espiritualidad, alabada por todos los que han concurrido a dichos Centros de formación religiosa. En el Instituto Politécnico Loyola, fundación del generalísimo Trujillo, invitados por el Jefe Supremo del Estado, y consagrándonos a la forma-

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Al1tología de docH1llentos

ción técnica e integral de los alumnos con una dedicación y un cariño que tienden a plasmar en estos jóvenes los ideales educativos de su insigne fundador. En el Seminario Pontificio de Santo Tomás de Aquino, donde para formar al clero dominicano y de otros países, nos hemos impuesto gustosos a una dura tarea, alentados sin cesar por las autoridades todas, con cuya colaboración hemos contado siempre, y bajo cuyas órdenes hemos actuado en todo momento con la más absoluta lealtad. Finalmente en la Universidad, donde se han desempeñado los cargos y las cátedras que la superioridad nos ha confiado, procurando contribuir con serio y constante trabajo al común esfuerzo por el progreso de la cultura en el país, desde el más alto centro cultural de la República. Fuera de estas actividades, no tenemos otras. A ellas estamos consagrados con noble afecto, como se lo merece este pueblo dominicano -que tantas muestras de estima nos tiene dadas-, y las autoridades civiles y eclesiásticas del país, de las que sólo hemos recibido pruebas de gran consideración y estima, que agradecemos de lo más profundo del alma. En seguirles sirviendo con la misma lealtad ciframos la mejor prueba de cuanto pudiéramos decir. Añadiendo la seguridad absoluta de que la Compañía de Jesús no pondrá la menor dificultad a cualquier disposición que quisieran tomar, relacionada con ella, los que tienen la misión de velar por el bien de la Nación. De Ud. afmo. s.s. (fdo.) RAMÓN CAj:.VO, S.J. Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana

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La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo

(j 930-j 96 j)

203. Carta del P. Ramón Calvo, SJ., al vicepresidente J. Balaguer sobre el mismo tema (San Cristóbal, 23 de diCiembre de 1957) c. APA. Colección G. Posada: Correspondencia Estado RD (l957-1958),N° 152.

Excelentísimo Señor Vicepresidente: Tengo el gusto de remitirle para su conocimiento la carta que hoy envío al diario El Caribe, contestando a un "Foro Público" en el que se renuevan viejas y deshechas calumnias contra la Compañía de Jesús, con lo que se puede crear en este gran país un ambiente de hostilidad hacia la misma. Antes que eso llegue, creo que es conveniente hacer pública nuestra actitud, ya que públicamente se nos ataca, actitud que no puede ser más que ésta: Noble lealtad para seguir correspondiendo como hasta el presente a los favores sin cuento recibidos aquí de todos, especialmente del supremo mentor y Jefe del pueblo dominicano, Dr. Rafael Leónidas Trujillo Malina; y sincera disposición de perfecta conformidad a cualquier medida que las autoridades juzgaren oportuna para asegurar los bienes supremos que en el "Foro" se dejan entrever amenazados por nuestra labor en el país. Si se juzgare conveniente que personalmente expresemos estos sentimientos al Ilustre Benefactor y Padre de la Patria Nueva, con mucho gusto estamos a la menor indicación que se nos haga en ese sentido. Pero no me he atrevido a pedir una audiencia por no molestar la atención del Generalísimo en asuntos que son de algún particular desafecto a la Compañía de Jesús, por lo que el Generalísimo ha mostrado siempre tan grande afecto con obras extraordinarias que no permiten la menor duda. Su afmo. s. s. Cfdo.) RAMÓN CALVO, S.J. Superior de los jesuitas en la República Dominicana

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204. Segunda denuncia abierta en la prensa contra d P. Luis González-Posada, S.1., (e. Trujillo, 4 de febrero de 1958) "Foro Público: Desorganización en Universidad", El Caribe X:3574 (C. Trujillo, 4 de febrero de 1958), p. 9, cols. 3-4.

Acabo de hacer una visita a los edificios de la universidad notando una desorganización e indisciplina. Es necesario la sustitución del rector [Emilio] Rodríguez Demorizi, porque solamente se ocupa de cuestiones de historia y ni siquiera visita los planteles de la Universidad. El vicerrector Posada se ocupa sólamente de las cuestiones religiosas y de la Manresa, y podría ser muy bien director de ese establecimiento, pues en la Universidad no hace si sabe nada. I El vicerrector [Salvador] Iglesias se ocupa de la filosofía e inglés, pero .de la Universidad, nada en absoluto. Las treinta becas que ofrece el Gobierno deberían ser suprimidas inmediatamente, porque en nada favorecen ni a la Universidad ni a los universitarios que disfrutan de ellas. El Secretario de la Universidad y todo el personal deberían ser sustituidos, porque ninguno de ellos se interesa por las cuestiones fundamentales de la Universidad ni vigilan los intereses políticos del Gobierno. ¡Es una apatía única! El Gobierno debe con urgencia imprimirle un sello de ordenación y de organización a la Universidad, de acuerdo con sus normas. Tenemos que hacer honor al rector [Virgilio] Díaz ürdóñez, pues éste se ocupaba frecuentemente de visitar las aulas y de conversar con los universitarios. Es la primera letra que le doy al Gobierno en este sentido. M. VASALLO

1 La acusación no estaba falta de fundamento porque desde la antesala de su despacho se despachaba correspondencia y materiales de Manresa.

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La 5lImisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

2O5.

El P. Luis González-Posada, S.f., defiende su actuación frente a la denuncia anterior (e. Trujillo, 5 de febrér-o de 1958) "Foro Público: Responden denuncia Foro Vicerrector, Secretario USD", El Caribe X:3575 CC. Trujillo, 5 de febrero de 1958), p. 11, cols. 2-3.

Señor Director: Me complazco en contestar al señor M. Vasallo en su foro titulado "Desorganización en la Universidad". No vaya defenderme de su acusación, señor Vasallo, de mi falta de actividad en la Universidad, pues el cargo de vicerrector tiene por finalidad hacer lo que ordene el señor Rector, y de esto y de mi puntualidad, obediencia y disciplina, de lo que he hecho y he deseado hacer, pueden informar los rectores salientes y el actual rector, todavía sólo en parte, pues en el mes que lleva en su cargo se ha dedicado especialmente a inspeccionar los distintos departamentos de esta amplia universidad. Sería interesante que usted, señor Vasallo, encontrase alguna persona, sobre todo profesor, estudiante o empleado de la Universidad, aun el menos importante que pudiera manifestarme que no he atendido en la Universidad por teléfono o personalmente sobre. cualquier asunto, desde los más delicados a los más triviales que deseen tratarme. Desde el curso pasado yo mismo insistí en dejar las cátedras de Introducción a la Filosofía para atender más las labores de la Vicerrectoría. No tengo ninguna docencia actualmente en la Universidad. Con todo, no puedo menos de agradecerle su vivo interés porque "no me ocupe solamente de las religiosas y de la Manresa", y de su sugestión de que podría ser muy bien director de ese establecimiento. Me honro en dirigir Manresa como una de las mejores obras creadas por la eficiente realidad del generalísimo Truj illo, y le notifico que por Manresa han pasado ya 670 estudiantes universitarios, sin contar los que siendo universitarios han asistido en calidad de empleados de la Administración Pública. Opino que muy en consonancia con la labor de Vicerrector son todas las labores de Manresa, y más si este vicerrector es un sacerdote, pues la labor más difícil y delicada en la Universidad estriba en formar la conciencia moral y la ideología del joven universitario, como se hace eficientemente y libremente con los cursillos en Manresa. El valladar más fuerte y en definitiva más verdadero contra toda doctrina disolvente, que tan fácilmente puede germinar en las juventudes universitarias, radica en lograr que dichas juventudes asimilen sincera y li-

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Al1tología de documel1tos

bremente las doctrinas de un sano catolicismo, tradicionalmente dominicano, como se intenta y estimo se consigue en Manresa. Esto es, según mi pobre opinión, la ideología y prácticas seguidas invariablemente y profundamente por el generalísimo Trujillo y el presidente Trujillo. Antes de terminar quiero agradecerle su insulto de "que no hago nada y no sé de nada", y para agradecérselo con algo que merezca la pena, le extiendo una invitación muy cordial para que asista al próximo cursillo de Manresa-Loyola, de tres días, que empieza el 19 de febrero en curso, y vea con sus propios ojos cómo ya soy director de la Obra de Ejercicios San Ignacio (OESI), desde hace cuatro años, y comprenda que mi trabajo allí más fuerte es los sábados y domingos, siendo otros padres los que principalmente actúan los· jueves y los viernes. No dudo de que le sería de gran provecho el cursillo en Manresa, para que se le renueve o grave un poquito más la invariable moral cristiana del Octavo Mandamiento de la ley de Dios, que usted sabe muy bien es "No levantar falsos testimonios ni menti". ¡Que Dios le bendiga! (fdo.) LUIS G. POSADA, S.J.

206. Carta del P. Ramón Calvo, SJ., al presidente Héctor B. Trujillo solicitando la sustitución del P. GonzálezPosada en la Universidad (San Cristóbal, 7 de febrero de 1958) c. APA. Colección G. Posada: Correspondencia Estado RD (l957-1958),N° 152.

Señor: Después de los "Foros Públicos" publicados en El Caribe contra el R. P. Luis G. Posada, S.J., vicerrector de la Universidad de Santo Domingo, he cambiado impresiones con él, como superior de la Compañía de Jesús. y de común acuerdo solicitamos de V. E. que, lo antes posible, sea sustituido en el cargo dicho, ya que el ambiente que dichos foros han formado en torno a su persona no es compatible con la digna permanencia del P. G. Posada en la Universidad, ni es favorable para la Compañía de Jesús, de la que dicho padre es miembro destacado. Él en la Obra de Ejercicios "Manresa" y la Compañía de Jesús en los puestos que las autoridades le han señalado, seguirán trabajando con la misma lealtad y afecto con que su conciencia les garantiza que hasta el

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La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

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presente han servido a los supremos rectores del país y a la causa de la religión y del progreso en'el querido pueblo dominicano. De S. E., atentamente, Cfdo.) RAMÓN CALVO, S.J. Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana Rector del Instituto Politécnico Loyola, Fundación Generalísimo Trujillo

207. Decreto N° 3517 del presidente Héctor Trujillo sustituyendo al P. Luis González-Posada, S.f., en sus funciones en la Universidad (c. Trujillo, 8 de febrero de

1958) El Caribe X:3579 (9 de febrero de 1958), p. 14, cols. 3-4.

CONSIDERANDO: Que el Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana, reverendo padre Ramón Calvo, ha solicitado que se sustituya al presbítero doctor Luis G. Posada, S.J., del cargo de vicerrector de la Universidad de Santo Domingo; VISTA la Ley de Organización Universitaria N° 1398, del 21 de octubre de 1937 y sus modificaciones; En ejercicio de las atribuciones que me confiere el artículo 54 de la Constitución de la República, dicto el siguiente: DECRETO Art. 1. El doctor José Enrique Aybar queda nombrado vicerrector de la Universidad de Santo Domingo en sustitución del presbítero doctor Luis G. Posada, S.J. Art. 2. El doctor Hugo Radhamés Félix Carías queda nombrado vicerrector de la Universidad de Santo Domingo en sustitución del doctor Salvador Iglesias B. Art. 3. El ingeniero Juan Ulises García Bonnelly queda nombrado vicerrector de la Universidad de Santo Domingo, creación. Dado en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la República Dominicana, a los ocho días del mes de febrero del afío mil novecientos cincuenta y ocho, años 114 de la Independencia, 95 de la Restauración y 28 de la Era de Trujillo. HÉCTOR B. TRUJILLO MOLINA

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Antología de doculllentos

208. Carta del P. Ramón Calvo, SI, al generalísimo TrujiHo sobre la salida y nuevo destino del P. González-Posada, SI (San Cristóbal, 13 de febrero de 1958) c. APA. Ibid.,W 154.

Señor: Siguiendo las indicaciones recibidas en la audiencia del día 8 del mes actual, comuniqué al P. Luis G. Posada los deseos manifestados por V. E. de que cesase en la dirección de la obra Manresa y abandonase el país cuando los superiores de la Orden hayan señalado su nueva ocupación En consecuencia, el R. P. José M. Uranga, rector del Seminario Menor de la Compañía de Jesús en Haina, se hace provisionalmente cargo de la dirección de la Obra Manresa en las dos casas levantadas y sostenidas con tanta liberalidad por V. E. para gran bien moral y espiritual del pueblo dominicano. El P. Luis G. Posada saldrá del territorio nacional en cuanto el P. Provincial de la Orden en Cuba le haya destinado a dicha República, asunto del que trataré verbalmente en mi próximo viaje a La Habana. El P. Luis Posada me ha manifestado que, antes de salir, dirigirá por escrito a V. E. su atento saludo de despedida. De V. E. con todo respeto, (fdo.) RAMÓN CALVO, S.J. Superior de la Compañía de Jesús en la república Dominicana

209. Carta del P. González-Posada al generalísimo TrujiUo antes de salir del país (e. TrujiHo, 5 de marzo de 1958) c. ARPA. Colección González-Posada: Compañía de Jesús/

Estado (1957-1958), N° 58; José L. Sáez (ed.), Monumenta Dominicana IV (1952-1966), ff. 153-154.

Querido Jefe: Como anunció a S. E. mi superior el R. P. Calvo, quiero antes de salir del país, enviarle mi respetuoso y sincero saludo de despedida. Todo lo que diga es poco del reconocimiento y agradecimiento que le tengo y le tendré siempre; nada de lo que le he pedido me lo ha negado: beneficios innumerables. La enumeración que conservo escrita de todos ellos haría demasiado larga esta carta de despedida. Pero sí quiero insistir

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José Luis Sáez, S. J

La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

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en dejar constancia escrita de que guardaré toda mi vida, imborrable y muy agradecido recuerdo''de la gran amistad con que siempre me honró S. E. y del muy eficaz apoyo que con tanta prodigalidad me dispensó en todo momento para cuantas obras le propuse, y que hoy quedan felizmente en marcha para bien de la Iglesia y de la Patria que S. E. ha engrandecido. A su amistad tan enaltecedora y a su ayuda tan extraordinaria quise corresponder empleando toda mi buena voluntad día y noche sin perdonar trabajo; desde hace casi doce años que llegué al país me he entregado a trabajar sin descanso por el más grande ideal de mi vocación de Jesuita: el hacer el mayor bien, sobre todo espiritual y moral a todo el mundo, y de un modo muy especial a Su Excelencia y a su familia. Al marcharme, me voy con el íntimo y secreto consuelo de que con la gracia de Dios y las espléndidas ayudas de S. E., especialmente con las dos Manresa, he podido enjugar muchas lágrimas, encauzar rectamente muchos jóvenes, orientar muchas almas hacia el estricto acatamiento al deber y a la autoridad, y llevar a muchas conciencias la paz y la felicidad que brota del acercamiento a Dios,. que es en definitiva lo único eterno y que nunca muere ni acaba. y acerca de su ilustre familia, también sus hijos han pasado por Manresa; todos me han buscado y me han abierto sus conciencias, y a todos he procurado siempre encaminar hacia ~l mayor bien, y hacia el más entrañable amor a sus queridos padres. Nun'ca dejaré de tener a todos Uds. profunda gratitud y sincero afecto, y para todos tendré siempre una plegaria, pidiendo al Señor las mejores bendiciones a favor de Su Excelencia, de su familia, del Gobierno y de esta mi muy querida República Dominicana. He sufrido no poco en este final de mi estancia en la República, pero con muchísimo gusto ofrezco a Dios mi profunda y vivísima pena, con tal que todo redunde en el mayor bien de Su Excelencia, de su familia y de su amado pueblo. Respetuosamente, (fdo.)

LUIS

G. POSADA, S.J.

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Al1tología de documel1tos

210. Memorándum del P. Ramón Calvo, SJ, al generalísimo Trujillo sobre una nueva modalidad de congregación mariana estudiantil (San Cristóbal, 18 de marzo de 1958) c. APA. Obras dejadas: A.e. U.; Monumento DOIIZinic(l11o IV (1990), N° 352, ff. 156-157.

Sobre existencia y apoyo a una congregación mariana para jóvenes estudiantes de toda clase. 1. Estas congregaciones son unas asociaciones de carácter religioso, establecidas en todos los países católicos con la aprobación del Papa y el beneplácito de los obispos, cuya alta dirección lleva en Roma el R. P. General de la Compañía de Jesús. 2. Deseando la Compañía de Jesús contribuir a la realización de los grandes ideales manifestados por Su Excelencia el generalísimo Trujillo en su mensaje del 12 de este mes a los estudiante con los medios propios de las Congregaciones marianas, ruega por medio de esta exposición al Padre de la Patria Nueva se digne manifestamos si vería con agrado la existencia de una congregación, que, con el nombre de "Congregación Mariana Javier", suprimido el carácter de preferentemente universitaria que tenía la disuelta ACU, y abierta a todos los estudiantes, careciendo de vinculación especial con la Universidad y sin apoyo económico de ésta, se consagre a la formación católica e integral de la juventud estudiosa para obtener de sus asociados las grandes realidades que todo los jóvenes esperan juntamente la Iglesia y el Estado Dominicano, confomle a las directrices de su Primer Maestro. 3. y como generosamente el Han. Sr. Presidente de la República, según el Oficio N° 364 del Sr. Secretario de Estado de Culto de 7 de febrero de este año, se dignó conceder una subvención mensual de RD$200 para ayudar al alquiler de un local donde, a una con la extinguida A.C.U., se alojase esta Congregación Javier (que ya se proyectaba) y la Oficina Central de la organización de los cursillos de las Manresa, rogamos se mantenga dicha subvención para estos dos últimos fines en dicho oficio expresados. Este superior beneplácito y apoyo será una garantía y un estímulo para todos los asociados, que trabajarán siempre en perfecta armonía con todos los estudiantes, especialmente con los del Alma Mater para la obtención de los comunes ideales de grandeza moral y superación profesional en bien de la religión y de la Patria. Con todo respeto, (fdo.) RAMÓN CALVO, S.J. Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana

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211. Editorial del matutino El Caribe sobre el establecimiento de una nueva congregación mariana patroCinada por el generalísimo Trujillo (20 de marzo de 1958) "Congregación mariana", El Caribe X:3618

Ce. Trujillo, 20 de

marzo de 1958), p. 11, col 1.

El esclarecido Padre de la Patria Nueva, generalísimo doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina, anunció ayer la constitución en el país de una congregación mariana, que se consagrará a la formación católica e integral de los jóvenes estudiantes dominicanos. La nueva asociación religiosa, patrocinada y dirigida por la Compañía de Jesús, contará con la asistencia moral y material del Gobierno del honorable señor presidente de la República, general Héctor B. Trujillo Molina, cuya garantía y estímulo asegurarán el mejor logro de los ideales de grandeza espiritual y superación profesional que, en bien de la religión y de la Patria, son comunes a la Iglesia Católica y al Estado dominicano. Nacidas bajo la tutela de la Orden Ignaciana (sic) y protegidas por los pontífices romanos, desde que el Vaticano autorizó la primera en 1563, las congregaciones marianas se extendieron rápidarpente por todo el mundo, colmando de gracias espirituales y de perfecciones morales a sus millones de jóvenes asociados. Nada más natural que el establecimiento de una de estas congregaciones en la República Dominicana y nada más lógico, todavía, que haya sido el generalísimo Trujillo quien propiciara y alentara su instauración en el país. Secularmente católica, la nación dominicana ha sabido mantenerse fiel a los elevados principios religiosos que alumbraron su geografía, en la gloriosa epopeya del Descubrimiento, y que más tarde iluminaron su soberanía, en la heroica gesta de la Independencia. En cuanto al ilustre Benefactor de la Patria, épico cruzado de la más esforzada y patriótica gesta de los anales dominicanos, su divisa podría ser: A Dios, en la Patria y por la Libertad, que tal es su amor y su consagración a la hermosa e inmortal trilogía que invocaron los trinitarios y bajo cuyo amparo nació la República. Teniendo por norte y por guía la defensa de la cultura cristiana y occidental, la limpia trayectoria política del generalísimo Trujillo está constelada de obras inspiradas en el culto y respeto a la tradición de la tierra que tuvo el alto privilegio de haber sido la cuna de la civilización en el Nuevo Mundo, a la sombra protectora de la cruz.

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Pero como epítome de su pensamiento, como síntesis de su ideal, como sumario de sus obras, nada mejor que estas palabras escritas por la propia mano de Trujillo en la Cartilla cívica para el pueblo dominicano: "Si queres vencer todas las debilidades y ser un hombl'c superior, ama a Dios y cumple los preceptos de la religión, Cada pensamiento religioso te purificará el espíritu y cada acto que realices para satisfacer tu fe, te hará más justo y más fuerte, con lo cual podrás servir más y mejor a tu Patria y a la humanidad". El eminente estadista que así recomienda a sus conciudadanos el cumplimiento de los deberes religiosos, entre los ineludibles compromisos cívicos, es el mismo que, fiel a los conceptos humanitarios y cristianos en que se funda su doctrina política, empuñó hace veinticinco años el timón de los destinos patrios para conducir a la República Dominicana por nuevos derroteros de ventura al erradicar de su suelo los tres enemigos mortales de la democracia y de la libertad: la pobreza, la ignorancia y el ateísmo materialista. A ese triple empeño corresponde también la constitución de la Congregación Mariana Javier para los estudiantes dominicanos. Porque hermanados en un mismo afán religioso, patriótico y profesional, los congregantes de la nueva asociación robustecerán su fe, su moral y su vocación de estudio. Que es tanto como robustecer la confianza en el porvenir de la Patria y en el ideario de Trujillo.

212.

Carta del P Ramón Ca[vo, SJ., a[ vicepresidente Ba[aguer sobre nuevas acusaciones contra el P Gonzá[ez:Posada, SJ. (San Cristóba[, 5 de mayo de 1958) C.

APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1952-1960), N° 123; J. L. Sáez, Monwnenta Dominicana V (1997), N° 12.

Excmo. Sr. Vicepresidente: He sabido con pena que se han corrido algunos rumores, acusando al P. Luis G. Posada de haber hablado por radio en sentido menos favorable para la República Dominicana. Por la confianza que me inspiran la ecuanimidad e invariable rectitud de V. E., que secunda en todo las sabias normas morales del Benefactor y Padre de la Patria Nueva, Dr. Rafael Leónidas Trujillo Malina, me atrevo a rogarle que, si esos rumores calumniosos llegaran a conocimiento de la Superioridad, antes de darles crédito o publicidad, se hiciese una inves-

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tigación a fondo para aclarar la afirmación que con la irresponsabilidad de un "se dice", es lanzada 'Contra un padre que no puede defenderse y que, por otra parte, podrá haber tenido sus errores, pero amó y sigue amando muy de corazón y con hechos a la República Dominicana, y a sus insignes rectores. Si habló por radio, fácil sería demostrar cuándo habló, por qué radio, qué dijo, ya que le oirían miles y miles de radioescuchas, que podrían testificar. Si no se concreta la acusación -como estamos ciertos que no se podrá concretar-, nos hallamos frente a uno de tantos casos, que, desgraciadamente, dan vivencia perenne al maquiavélico adagio: "calumnia, que algo queda ... ". Si S.E. cree que conviene dar noticia de esta carta a Su Excelencia, el generalísimo Trujillo, puede hacerlo con entera libertad. Si juzga que no hay necesidad, me atengo gustoso a lo que Ud. mejor crea. Con esta ocasión le reitero que la Compañía de Jesús, siempre agradecida a los favores sin cuento que del ilustre Jefe del pueblo dominicano y del Gobierno tiene recibidos, no desea otra cosa sino corresponder a ellos con la más absoluta lealtad, trabajando sin descanso, y ajena a todo lo que no sea su misión religiosa y educativa, en los puestos que tiene asignados por las autoridades, deseando, con la mayor dedicación y entusiasmo, ser útil al progreso intelectual, moral y patriótico del pueb~o dominicano. De Ud., con la mayor consideración, (fdo.)

RAMÓN

CALVO, S.J.

213.

Carta del mismo al vicepresidente Balaguer sobre amenazas y detención de dos empleados del Instituto Politécnico (San Cristóbal, 18 de mayo de 1958) C.

APA. Instituto Politécnico Layola (II), lego 5, N° 26.

Señor: Guiado exclusivamente por el amor a este Instituto Politécnico Loyola, Fundación Generalísimo Trujillo, me atrevo a poner en conocimiento de V. E. dos hechos ocurridos en estos días, relacionados con el personal de esta institución, que nos han llamado la atención y no acabamos de comprender. Uno se refiere al profesor Sr. Higinio López Disla. Fue antiguamente alumno del Seminario de Santo Tomás, y hace cuatro años que ejerce aquí el profesorado con extraordinaria competencia y plena dedicación. Es de

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Antología de doc!l111entos

una conducta no sólo intachable, sino reconocida por todos como ejemplar. De plena confianza del Consejo Directivo, hasta el punto de que le utiliza en las misiones más delicadas de la formación de los alumnos, entre los que fomenta eficazmente la cultura, la piedad y la veneración al ilustre Jefe del pueblo dominicano. Tiene formado un hogar cristiano que sostiene con una laboriosidad y esfuerzo incansable. Pues bien, hace cuatro días se presentó al P. Ángel Arias, director técnico del Instituto, el Sr. Presidente de la Junta Local del Partido Dominicano de San Cristóbal diciéndole que el citado profesor era "un elemento peligrosísimo" y "que podía constituir una amenaza". Al mostrar su extrañeza el P. Arias, que le conoce a fondo, el Sr. Presidente de la Junta Local se marchó contrariado y diciendo: "Bueno, yo salvo mi responsabilidad; yo he cumplido con mi deber". y nosotros añadimos por nuestra cuenta que también nosotros hubiéramos cumplido con el nuestro si hubiésemos observado en el repetido profesor el más ligero síntoma de esa peligrosidad. Pero lejos de observarlo, ha sido todo lo contrario. Porque el hecho, a que aludió el Sr. Presidente de la Junta, de que el padre y un hermano del Sr. [López] Disla, hace más de quince años, cuando el profesor tenía 10 años, fuesen sancionados por faltas que desconocemos, no arguye culpabilidad en el profesor, que desde que fue responsable, ha sido un ciudadano amantísimo de su patria dominicana y de su mentor supremo. Casi al mismo tiempo, el segundo secretario del Politécnico, Sl~ Ramón Ramírez Cavallo, que ha estado en el Politécnico desde su fundación, trabajando siempre con entusiasmo y mostrando hondo afecto y respeto al insigne fundador del mismo, ha sido detenido y llevado a la estación de la Policía, por haber convivido algún tiempo, cuando era soltero, en una pensión con unos jóvenes hermanos -también profesores del Politécnicoa quienes anteriormente se había detenido, creo que bajo la acusación de desafectos al régimen. Este segundo secretario del Politécnico ha sido desde el principio excelente cumplidor de sus deberes, y nunca hemos tenido la menor queja del mismo, distinguiéndose por su gran capacidad de trabajo, por la eficiencia del mismo y por su fidelidad a la institución y a su fundador. Se casó cristianamente hace unos meses, formando un hogar donde vivía actualmente con su señora, pues sólo vivió en la pensión por necesidad, cuando siendo soltero le faltó su propia familia. Hace dos días, como dije, fue detenido por esa convivencia circunstancial y ese breve trato o amistad con esos profesores que con él convi-

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vieron. Y ayer se le dio la orden de abandonar San Cristóbal en el plazo de 48 horas. Ello implica péXra él la pérdida de su empleo entre nosotros, y para la esposa -que está encinta y ha de seguirle-, la pérdida de su destino en el que estaba ganando RD$75 mensuales. Nosotros hubiéramos deseado que en esta ocasión, que tan de cerca afecta al Politécnico, se nos hubiese oído. De otra suerte puede existir el peligro de que se cree aquí un estado de zozobra e intranquilidad que pudiera entorpecer la euforia y el entusiasmo con que todos laboran en este Centro donde tan sinceramente se ama y venera al fundador del mismo e ilustre Benefactor y Padre de la Patria Nueva, el Dr. Rafael Leónidas Trujillo Malina. Como tengo plena confianza en el acertado criterio de Su Excelencia, a él remito el elevar el contenido de esta comunicación a la Superior Autoridad. Y así quedo tranquilo de haber obrado lealmente, ofreciendo unos datos que tal vez merezcan ser considerados. De Ud. atentamente y con el mayor respeto, (fdo.) RAMÓN CALVO, S.J. Rector del Instituto Politécnico Loyola Fundación Generalísimo Trujillo

214. Carta del mismo al generalísimo Trujillo agradeciendo el regreso de los acusados del Instituto Politécnico (San Cristóbal, 21 de mayo de 1958) c. ARPA. Instituto Politécnico: Palacio Nacional (1958-1975), N° 3.

Deseo, con unas breves líneas, manifestar a Su Excelencia el más profundo reconocimiento por la inmediata acogida que se dignó prestar a mi súplica a favor de un profesor y un secretario de este Instituto Politécnico, reponiéndoles en sus puestos. Esta sabia y paternal determinación ha llenado de júbilo y gratitud a los interesados, que quedan más estrechamente ligados desde ahora a la persona de V. E. y más obligados aún al recto desempeño de sus obligaciones en pro de la gran obra de V. E. en este centro de formación, donde todos estamos empeñados en convertir en realidad el mandato del supremo mentor del pueblo dominicano: "Quiero ver las escuelas del país forjando caracteres ... "

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Les he repetido que soy responsable de su conducta patriótica y anticomunista, y me han jurado que no tendré que arrepentirme de la palabra dada. Muy respetuosamente, Cfdo.)

CALVO, S.J. Rector

RAMÓN

215. Carta del generalísimo Trujillo a su hermano Héctor sugiriéndole condecorar a la Virgen de la Altagracia (G Trujillo, 24 de octubre de 1958) Zenón Castillo de Aza, Trujillo y otros benefactores de la Iglesia, pp. 153-154.

Excelentísimo Señor Presidente: Aunque la Ley N° 5013, que crea la Orden de Mérito Judicial y la Medalla de Mérito Judicial, fue hecha específicamente para realzar y premiar a los funcionarios que hayan sobresalido en determinado lapso en el ejercicio de la magistratura, siendo la justicia humana por su altísima misión como salvaguarda de la sociedad, una fuerza moral inspirada en la justicia divina, de donde emana su gran misión en la tierra, nada más natural que al amparo de esa consideración, estime conveniente un homenaje de la Nación a la venerada Virgen de la Altagracia. Égida del pueblo dominicano, consistente en condecorada con el collar de dicha Orden. A este fin, me permito someter a la alta consideración de Vuestra Excelencia la utilidad de orden moral y cívico de dictar un decreto conforme con esta iniciativa, si ella merece vuestra entusiástica acogida. Con mi más distinguida consideración, CEdo.)

RAFAEL

L. TRUJILLO

216. Decreto N° 4245 del presidente Héctor Trujillo condecorando a la Virgen de Altagracia con el Collar del Mérito Judicial (G Trujillo, 30 de octubre de 1958) Castillo de Aza, ibid., pp. 154-156.

CONSIDERANDO: Que el generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva ha sugerido al Poder Ejecutivo la utilidad de orden moral y cívico de que se

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condecore a Nuestra Señora de la Altagracia con el Collar de la Orden del Mérito Judicial; ". CONSIDERANDO: Que si de acuerdo con la letra de la Ley N° 5013, de fecha 11 de octubre del 1958 la indicada orden se instituyó específicamente para realzar y premiar a funcionarios que hayan sobresalido en la difícil y delicada misión de impartir justicia humana, precisa reconocer, con mayor razón, que por su espíritu, le corresponde también a esa fuerza moral inspiradora que constituye la justicia divina y sin la cual se carece del impulso y orientación que hace posible la buena administración de la justicia humana. CONSIDERANDO: Con acendrado espíritu de fe católica, que la Santísima Virgen de la Altagracia, Madre de Dios y "espejo de justicia", es por su altísima dignidad celestial iluminadora de los que llevan sobre sí la ponderosa responsabilidad de impartir justicia, moviéndoles a que se inspiren en el eximio modelo: Jesucristo, Juez Supremo, viniendo así a ser la Virgen Santa paliícipe de las decisiones justas y acertadas de nuestros jueces; VISTA la Ley N° 5013, de fecha 11 de octubre de 1958, publicada en la Gaceta Oficial Núm. 8294; Oído el parecer del Consejo de la Orden del Mérito Judicial y la Medalla del Mérito Judicial; En ejercicio de las atribuciones que me cC?ncede el artículo 54 de la Constitución de la República, dicto el siguiente' DECRETO Art. 1. Condecoro con el Collar de la Orden del Mérito Judicial a la imagen venerada de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora de la República, conservada en su retablo histórico de Salvaleón de Higuey. Art. 2. La indicada condecoración le será impuesta a la venerada imagen de Nuestra Señora de la Altagracia, potectora de la República, el 21 de enero del 1959 por una comisión compuesta por el Secretario de Estado de Justicia, el Secretario de Estado de Culto, el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, el Procurador General de la República, un Subsecretario de Estado de Justicia escogido por el Secretario de Estado de Justicia, el Presidente de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís y el Procurador General de la Corte de Apelación de San Pedro de Macorís. Art. 3. Comuníquese a las secretarías de Estado de Relaciones Exteriores, de Justicia y de Culto, para los fines correspondientes.

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DADO en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la República Dominicana, a los treinta días del mes de octubre del año mil novecientos cincuenta y ocho, años 115 de la Independencia, 96 de la Restauración y 29 de la Era de Trujillo. HÉcToR B. TRUflLLO MOLINA

217.

Fragmento de una conferencia de Mons. Eduardo Ros, asesor eclesiástico del Poder Ejecutivo en el auditorium del Partido Dominicano (e. Trujíllo, 17 ele diciembre de 1958) La obra cristiana del Benefactor de la Patria, C. Trujillo, Editora del Caribe, 1959.

Hace pocos meses, en este mismo auditórium, mi estimado amigo y distinguido jurisconsulto y orador, Lic. [Manuel] Ramón Ruiz Tejada, dicto una conferencia extensa, elegante, tan rica en datos, que es fuente de consulta; de tema distinto en el titulo, pero igual en el fondo al que se me ha encomendado. Esto, el ambiente católico que aquí se respira y la obra religiosa, altamente edificante y ejemplar, de nuestro querido Jefe, y mi propia condición sacerdotal, me impelen a dar a mi actuación un marcado carácter religioso. Ojala que mis consideraciones sean bien acogidas por vuestra benevolencia. El advenimiento del generalísimo Trujillo a la Primera Magistratura del Estado, el16 de agosto de 1930, día memorable en los fastos de nuestra historia, inaugura una nueva era, denominada con toda justicia, Era de Trujillo. No parece sino que aquel día apareció súbitamente un heraldo de la Patria y con rapidez fantástica ascendió a la cúspide de las montañas, bajo a las dilatadas llanuras, recorrió las ciudades, los pueblos, las minúsculas recónditas aldeas y con potente voz que a todos llegaba, exclamo: "¡Dominicanos!: Comienza hoy una nueva era plena de venturas. Aléjense, pues, las viejas calamidades, que todo se renueve. Huyan despavoridas, para no volver jamás, las guerras intestinas, la esclavitud y el caos económicos, el decaimiento de la religión santa que nuestros mayores nos legaron, el analfabetismo y otros muchos males, bacilos crueles que devoran las entrañas de la Patria para darle muerte. Un hombre prodigioso, Trujillo, ha surgido en medio de vosotros, su pecho hierve en patrios ideales; uníos a él, colaborad con él. Varón esforzado, os traerá paz, prosperidad, cultura, religión".

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Verdades amargas eran las desgracias que cita esa ficción literaria; las bienandanzas que esa'misma ficción anuncia, son hoy hermosas y positivas realidades, Seria en extremo prolijo citar aquí todo lo que Trujillo ha realizado a favor de la Iglesia Católica, y por tanto, a favor de nuestra santa religión. Me contentare con espigar. entre lo más resaltante.

Personalidad Jurídica de la Iglesia Es una lástima, señores, que en nuestro país, legisladores y gobernantes que se decían católicos, se abstuvieran a causa de "viejas controversias jurídicas", de remediar los males que significaban para la Iglesia el desconocimiento de la citada personalidad. Para que destruyera el desacierto y se reparara la injusticia lesiva a los derechos e intereses religiosos de los católicos dominicanos, fue necesario que empuñara las riendas del gobierno un estadista de gran visión política, de convicción católica: Trujillo. Bien sabéis, que aún no tenía un año en el poder, cuando sometió al Congreso Nacional un proyecto de ley proponiendo fuera reconocida la personalidad jurídica de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y a todas las instituciones que dependen de ella por virtud de disposición canónica. El Congreso acepto ese proyecto del Honorab~e Señor Presidente de la República y voto la ley que reconoce la citada personalidad. En 1943, somete un nuevo proyecto para que quede definitivamente establecido que la ley del 20 de abril de 1931 por la cual se reconoce la personalidad a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, "es de carácter declaratorio, y en consecuencia, se declaran validos y firmes, y no atacables bajo la alegación de falta de personalidad jurídica, todos los actos jurídicos realizados por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana en la República, aun cuando se hubieren efectuado con anterioridad al 20 de abril de 1931". Templo monumental La erección en Higuey, por contribución popular, de un templo en honor de nuestra Señora de la Altagracia, es una devota iniciativa del Generalísimo Benefactor, quien contribuyo con los miembros de su digna familia, su consorte e hijos, entregando la fuerte suma de cien mil pesos. Además, por su recomendación, el Estado ha tomado a su cargo la prosecución y terminación de la obra. Este templo, monumental y atrevido, de estilo original, será plasmada en la piedra, una oración ferviente, una confiada suplica del pueblo

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Antología de documentos

dominicano y de su insigne conductor, a la Virgen Madre y al precioso niño en cuya contemplación ella se extasía.

Ejercicios espirituales Por disposición del Generalísimo, el Estado ha construido en Haina dos edificios espaciosos y cómodos, destinados a cursillos de religión, en forma de ejercicios espirituales, según el clásico método ignaciano. Grandes son los alcances religiosos, morales y sociales de esta obra sostenida por el Estado. Manresa Loyola, para caballeros, situada cabe el inmenso mar, mueve a pensar en la inmensidad de Dios. Manresa Altagracia, para damas, enclavada en lo alto de una colina, acerca al cielo. Ambas son mansiones del recogimiento y de la paz; de la meditación en las verdades eternas; de las resoluciones heroicas que rompen ataduras... i Solo Dios conoce el bien que allí se ha hecho a las almas! El Concordato Nuestro Concordato. "el mejor que existe hoy en el mundo", según una acertada afirmación, crea un status jurídico sui generis a favor de la Iglesia, cuya amplia libertad en el ejercicio de sus funciones y de acuerdo con su propia organización, el Estado reconoce y garantiza; así como también se compromete al sostenimiento económico y a toda otra ayuda que la Iglesia necesite para el logro de los fines contractuales apetecidos. La Iglesia complementa santamente su acción elevando sus preces al Señor por la República y sus altas autoridades. El Concordato asocia, digámoslo así, a la Iglesia y al Estado en una labor común cívico-religiosa en provecho del pueblo dominicano. ¿A quién se debe tanto bien? ¡A Trujillo! Gratitud a Trujillo Las concepciones luminosas de la mente del Benefactor y la potencia de su voluntad para convertirlas en tangibles realidades, nos asombran a todos y nos mueven a la gratitud. Carreteras, puentes, acueductos, canales de regadío, colegios, guarderías, escuelas de artes gráficas, de artes y oficios instituto politécnico, granjas agrícolas, liceos musicales ... ; tantas y tantas obras de progreso y cultura, imposible de enumerar y que han encumbrado a la Patria a insospechada altura, nos dejan estupefactos y nos mueven, repito, a la gratitud hacia el genial estadista. Mas, hay otras obras cuyo escenario es a menudo la dulce penumbra de la vida intima del Generalísimo, que excitan también a la admiración y la gratitud; de ellas quiero hablaros, porque tienen relación con el tema que nos ocupa.

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Apadrinados por el Benefactor, miles de niños de familias humildes han recibido el sacramento del bautismo. Las aguas lustrales han purificado sus almas e impreso en ellas el indeleble carácter de cristiano. El ilustre padrino, al bien espiritual ha unido el material, obsequiando con liberalidad a sus ahijados. Muy de notar es la cariñosa amabilidad con que los ha tratado a todos. Particular mención merece la ayuda discreta, otorgada por el preclaro Benefactor a quienes por su condición no pueden deambular por la vía pública y extender la mano a los transeúntes ... ; ayuda elevada al cuadrado en su valor moral por ir acompañada de paternales palabras. Quien lo afirma, lo sabe por personal experiencia... No lo puede olvidar. ¡Cuánta caballerosidad y delicadeza! Con la plena autoridad que da el ejemplo, pudo el Generalísimo decir en su conceptuoso y elocuente discurso del 24 de octubre del presente año, pronunciado en el pórtico del Palacio Nacional, ante Su Excelencia generalísimo Héctor Bienvenido Trujillo Malina, presidente de la República, altos funcionarios y una gran muchedumbre: "Es necesario que el Gobierno y el pueblo comiencen una gran campaña contra la miseria. Los industriales deben proporcionar viviendas cómodas y baratas a sus empleados. Seguiré dedicando a los pobres y necesitados, en ayuda sin tregua, todo el tiempo que me reste de vida., Eso v:engo haciendo desde hace muchos años, y alcanza cifras de millones lo ofrecido de mi peculio personal. Conviene cooperar con el Departamento de Salud Pública a favor de los enfermos, que es otro aspecto particular de la miseria". El bien incalculable que el Padre de la Patria, con la eficaz colaboración del Excelentísimo Señor Presidente de la República, hace a la Iglesia; la favorable posición en que la ha colocado para que pueda ejercer un fecundo apostolado; su devoción a los sucesores de Pedro, probada ayer a Pío XI y Pío XII; probada hayal nuevo padre de la cristiandad Juan XXIII; al fino trato que dispensa a nuestros prelados, al clero, a las comunidades religiosas, y otras bondades, encienden en nuestro pecho la viva llama de la gratitud. Conclusión Estamos en vísperas, señores, de la conmemoración de un suceso, el más grande que vieran los siglos, eje y centro de la historia: el nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre por salvar a los hombres. Amado Redentor, bendice al patricio cristiano por las obras con que te glorifica. Vuelve tu amorosa mirada, prenda de felicidad y de ventura, al mundo conturbado; vuélvela a los que te amamos; vuélvela, en fin, a los

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Antología de doculIlentos

que te odian y persiguen, haz que abandonen la tortuosa senda de la iniquidad. La dulcísima melodía que entonáis, oh ángeles que circundáis la cuna del Mesías, nos arrebata. Permitidnos a todos que, pleno el corazón de júbilo y de amor, alabando a la divina Majestad e impetrando sus bondades, uniendo nuestras voces a las vuestras, exclamemos: ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad!

218. Circular N° 4 del Vicario General de la Arquidiócesis invitando al clero al tedeum en ocasión de un aniversario más del ascenso al poder de Trujillo (e. Trujillo, 11 de mayo de 1959) BE III:63 (1959), p. 299.

Reverencias: Los Excmos. Señores Arzobispos Metropolitano y Coadjutor se complacen en invitar, por mi humilde órgano a Su Reverencia y a esa comunidad religiosa al solemne tedeum, que por el nuevo aniversario de la exaltación del generalísimo Trujillo a la Presidencia de la República y en demostración de gratitud por la protección que ha brindado a la Iglesia, se celebrará en nuestra Santa Iglesia Catedral Primada el próximo sábado 16 de mayo en curso, a las 9 a.m. Muy agradecido por su asistencia, le saluda atentamente, MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEZ Vicario General

219. Carta del M. R. P General de la Compañía de Jesús al Líe. Tulio Franco Franco, embajador de la República ante la Santa Sede, sobre la separación de los jesuitas del país de su autoridad en Cuba (Roma, 3 de octubre de 1959) o. ARSr. v. P. Antill. Extern. (1959-1961), N° 55; repr. Monumenta Dominicana IV (1990), N° 368, f. 174.

Excelentísimo Señor: Para informarme con más detalle del asunto que Vuestra Excelencia me expuso en su reciente visita, he hecho venir a Roma al Padre Viceprovincial de las Antillas y al Padre Superior de la Sección Dominicana.

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

Después de estudiar con ellos detenidamente la situación de la Compañía de Jesús en esta República, juzgo lo más oportuno que la Sección Dominicana, mientras duren las actuales circunstancias, a partir de hoy dependa directamente de esta Curia Generalicia de Roma. Agradezco de corazón a Vuestra Excelencia el tacto exquisito que ha tenido dirigiéndose a mí, personalmente, en este delicado asunto. Ha sido para mí de suma complacencia poderlo resolver en el sentido que indico a Vuestra Excelencia, que espero será de su agrado. De Vuestra Excelencia servidor en Cristo, (fdo.) JUAN BAUTISTA JANSSENS Prepósito General de la Compañía de Jesús

220. Recuento del inicio del episcopado de Mons. Juan Félix Pepén en la recién creada diócesis de Higüey (12 de octubre de 1959) o. AHPA. "Entrevista concedida por Mons. Juan F. Pepén a Ana Mitila Lora (20 de noviembre de 1998)", ff. 5-6, 8.

El panorama religioso en nuestro país al, confiárseme la nada fácil tarea de iniciar el trabajo pastoral en una diócesis recién creada, dentro de las limitaciones e interrogantes de la época, permitía ver un crecimiento estructural de la Iglesia particular de la República Dominicana. A la antigua Arquidiócesis de Santo Domingo, única jurisdicción diocesana hasta 1953, se habían agregado, por la decisión bien ponderada de la Santa Sede y seguramente por los reclamos pastorales de los católicos fieles del país, dos nuevas diócesis y una prelatura nullius. Ahora, la nueva diócesis, que llevaba el nombre de la Altagracia, despertaría y animaría en lo posible la vida eclesial en buena parte de la población oriental. Por lo que mira al ordenamiento jurídico-pastoral todo iba bien, y para afianzarlo existía ya una bien asegurada asistencia de la Nunciatura Apostólica. Un concordato, formulado en los términos propios de ese instrumento jurídico regía, al parecer, las relaciones Iglesia-Estado, principalmente en aquellas cuestiones que habían sido ocasión de conflictos por ser de jurisdicción común, aunque en aspectos diferentes, en lo material y en lo espiritual, como lo son el matrimonio y la enseñanza en las escuelas públicas y privadas. En cuanto a la vida religiosa del pueblo, éste seguía viviendo en general como "pueblo católico", dado que la gran mayoría de los dominicanos

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Antología de documentos

habían sido bautizados y seguían bautizándose en la Iglesia Católica. Pero, en el orden de la fe y del compromiso cristiano esa vida religiosa en la mayoría de la gente seguía débil, aferrados a la práctica de la religiosidad popular con poca o ninguna depuración de los elementos míticos que, a veces, la empobrecen. De todos modos, y sobre todo en las zonas del país tradicionalmente más evangelizadas, la fe católica y la Iglesia Católica había que tenerlos en cuenta. El panorama social, dependiente más allá de lo imaginable del aplastante dominio político personal que imperaba en el país por décadas de presión, se resentía en todos sus aspectos de una situación que impedía en una u otra forma el ejercicio más elemental de la libertad. La misma modorra y somnolencia que denotaba la sociedad entera alcanzaba de alguna manera a esta porción de la Iglesia, y era previsible que un día cualquiera las supuestas buenas relaciones Iglesia-Estado terminarían mal, lo que siempre ha sucedido cuando falta en el fondo de ellas de parte del Estado la buena voluntad. El Estado, en el caso de nuestro país, era un hombre impredecible con un poder absoluto en sus manos y un pueblo indefenso a sus pies. El propósito velado de manipular la Iglesia no podía faltar. Para esta Iglesia y para sus obispos, la justicia, la violación a los derechos humanos, la pobreza creciente y la negación de la libertad no podían ser anuncio de un mejor futuro, sino de un reto a la vista que un día había que enfrentar. En los primeros tres años de mi episcopado en la nueva diócesis, a partir del 12 de octubre de 1959, la iglesia dominicana como conjunto vivió tal vez la situación más difícil de toda su historia, es decir, los dos últimos años de la llamada "Era de Trujillo". Aquel desenlace, que sin ser profeta se podía predecir, era la lógica y humana consecuencia de un orden que no era orden, sino un proceso rudo y sangriento de deshumanización en una sociedad.

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La sl/misiól1 biCl1 pagada La Iglesia domillical1a bajo la Era de Truji/lo

(1930-1961)

221.

Carta del Embajador domi ni cano ante la Santa Sede al vicepresidente Joaquín Balaguer informado sobre i~uevo nuncio apostólico (Roma, 20 de octubre de 1959) o. Archivo Palacio Nacional: Embajada Dominicana (1959), N° 20101-25; c. ARPA. Correspondencia Lino Zanini (19591963), N° 840.

Señor Vicepresidente: Los numerosos y considerables actos, obligaciones y atenciones de estos últimos días, unidos a molesto malestar gripal que es tan común en estos tiempos, me habían impedido escribirle de nuevo con todo el reposo que requiere la consideración de los asuntos a que se refieren sus importantes comunicaciones señaladas con los números 13957 y 15515, de fechas, respectivamente, 19 de agosto y 13 de septiembre de 1959. Ahora puedo hacerlo, con todo el debido interés patriótico, completando así lo que ya he llevado a su conocimiento y dirigiéndole las correspondientes informaciones con ruego de presentárselas, con mi respetuoso homenaje, a nuestro querido e ilustre Jefe. 2. Como he comunicado a la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores en el curso del periodo en que usted ha actuado en calidad de encargado de dicho Alto Despacho, el nuevo nuncio apostólico en nuestro país ha emprendido viaje con destino a la República. Como he informado, igualmente, he hecho todo lo que ha estado a mi alcance para ayudar a desarrollar en el muy distinguido prelado, el mejor estado de ánimo, propósitos y simpatías. Para ello, no he vacilado en invertir las sumas recibidas de la Secretaría de Estado para viaje a Riese y agasajos y atenciones, así como he empleado también fondos personales míos. El nuevo representante de la Santa Sede no solamente es muy apreciado, personalmente, por el Santo Padre, sino que goza de vivas simpatías en la Secretaría de Estado de Su Santidad y en otros círculos de la Santa Sede, y es una prestante y muy agradable personalidad. Como naturaleza, es alguien diferente de monseñor Siíno. Es una observación que me permito avanzar para las más cordiales relaciones que se establecerán y se desarrollarán, sin duda alguna, con el nuevo representante de la Santa Sede. He conversado con monseñor Zanini la víspera de su viaje a nuestro país, tanto del asunto a que se contrae su comunicación N° 13957, como de la solución dada a la cuestión que es objeto de su comunicación N° 15515. Consideré preferible suministrarle los correspondientes elementos

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relativos a ambas situaciones y obtener así, en todo lo posible, una disposición de ánimo que nos sea favorable. No podía olvidar que, en lo que se refiere al primer asunto, tengo la convicción personal que las actuaciones de Mons. Siíno hubieran sido siempre no del todo favorables. Por otra parte, no se ganaba nada, sino al contrario, se corría el riesgo de predisponerlo, ocultándole la solución muy recomendable dada al segundo asunto. En todas las manifestaciones de la vida -el Señor Vicepresidente lo sabe-, hay un elemento psicológico y personal que conviene siempre salvaguardar o crear. 3. A la carta que tuvo a bien dirigirme Su Paternidad el Prepósito General de la Compañía de Jesús, con fecha 3 de octubre corriente, y cuyo original envié a usted anexo a la comunicación que me fue grato enviarle en fecha 6 de este mismo mes, correspondí con la mía, cuyo texto copio a continuación: "Muy Reverendo Prepósüo General: Desde el 6 del corriente, día en que tuve el honor de recibir la importante carta que Vuestra Paternidad tuvo la bondadosa atención de dirigirme, había tenido constantemente en mi pensamiento el propósito de honrarme haciéndole una nueva visita para agradecerle vivamente, en nombre de mi Gobierno y en el mío propio, la decisión que Ella se ha dignado tomar acerca de la situación que me apresuré a exponerle con todo el respeto que devotamente le debo y todo el interés que el caso requiere. "He juzgado preferible no molestar de nuevo a Vuestra Paternidad, siempre tan intensamente ocupada, con otra visita y expresarle, por escrito, mi deferente y profundo agradecimiento por la rápida y acertada solución que Ella ha dado al asunto de referencia. "Hónrome, igualmente, en comunicarle que me he apresurado a transmitir a mi Gobierno, muy complacido, la amable carta de Vuestra Paternidad, y aprovecho esta ocasión para renovarle, con mil gracias más sentidas por toda la elevada cortesía con que siempre se ha dignado distinguirme, el homenaje de mi muy deferente y devota consideración". 4. Después del solemne acto de inauguración del año académico de la Pontificia Universidad Gregoriana --dirigida, como el Pontificio Colegio Pío Latino Americano y otras instituciones, por miembros de la Compañía de Jesús- en la tarde del día 15 del corriente, acto al cual me fue grato asistir, tuve la oportunidad de presentar mis cumplidos al reverendísimo padre [Juan Bautista] Janssens y conversar con él en el curso del recibimiento que se acostumbra ofrecer en dicha universidad.

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(1930-1961]

Me confió Su Paternidad que el resultado de la encuesta que se llevó a cabo en Ciudad Trujiliü "había conducido al establecimiento de la culpabilidad de un padre, quien había sido enviado fuera del país. 5. Con relación al asunto tratado por usted mediante su importante comunicación N° 13957, he creído recomendable dirigirle hoy un telegrama. Como no tengo la posibilidad de usar -según instrucciones recibidas de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores-, lenguaje cifrado, me limitaré a poner en conocimiento de Usted lo que sigue: "836. Su 13957. Hablé monseñor Zanini víspera viaje. Punto. He tenido aquí correspondiente conversación. Punto. Impresión no desfavorable. Punto. Escribo aéreo". 6. Diversas circunstancias -entre las cuales han figurado, alIado de otras igualmente dignas de ser tenidas en cuenta, mi ausencia de Roma con motivo del viaje a Riese-Pío X, las vacaciones de monseñor Samoré y todo lo que ha concernido a los agasajos y a la estada aquí de monseñor Zanini y su partida con destino a la República- me aconsejaron posponer hasta ayer mi conversación con Su Excelencia Reverendísima el Secretario de la Sagrada Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios quien, como ya he recordado en otras oportunidades, es la segunda personalidad en importancia de la Secretaría de Estado de Su Santidad. Además de ser funcionario de preciosa colaboración y de entera confianza para el cardenal Tardini, monseñor Antorlio Samoré, arzobispo titular de Tirnovo, ha sido nuncio en Colombia y conoce personalmente a monseñor Beras. 7. La exposición que hice verbalmente siguió exactamente la línea observada en la redacción de su carta de referencia. Y presenté el caso como una sugestión (sic) o deferente invitación a que se tome en seria consideración la necesidad de la solución anotada y esperada. (fdo.) TULlO FRANCO FRANc02 Embajador ante la Santa Sede

2 El firmante ocupó ese puesto por primera vez en 1946, sucediendo al marqués PersichettiUgolini. De nuevo lo ocupó de 1956 a 1960 y por último de 1966 a 1970.

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Antolo!Jía de doc/mlelllos

222.

Discurso de Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico de Su Santidad, al presentar sus cartas credenciales al presidente Héctor Trujillo Malina (e. Trujillo, 31 de octubre de 1959) ((Nuncio eleva votos por pueblo y Gobierno de RD", EL Caribe XII: 4312 Ce. Trujillo, 10 de noviembre de 1959), p. 3, cols. 1-2; J. L. Sáez, Lino Zanini. Diplornático y agente de cambio. 1909-1997, Santo Domingo, 1999. pp. 28-31.

Excelentísimo Señor Presidente: Honra muy grande es para mí, Señor Presidente, entregarle las cartas credenciales que me acreditan ante Vuestra Excelencia y su muy ilustre Gobierno como nuncio apostólico de Su Santidad Juan XXIII, felizmente reinante. Diré algo más: Cuando mi Augusto Soberano me concedió el alto honor de representarle en esta República, acepté su designación como un privilegio. Privilegio es, en efecto, encontrarse en esta tierra espléndida en la que la misma naturaleza se ha volcado pródiga y fecunda. Se diría que la Historia también ha querido reservarle un puesto especialísimo desde el día en que a ella llegó Cristóbal Colón, el puesto que la antigua Espafiola del Gran Almirante tiene por derecho, al comenzar todas las crónicas que narran la expansión y penetración de la Palabra de Cristo y de la fe en las inmensidades del Nuevo Mundo. Las relaciones que corren entre la República Dominicana y la Sede Apostólica -corroboradas por el Concordato, del que este país se siente legítimamente orgulloso-, y que al generalísimo Trujillo le ha cabido la gloria de firmar solemnemente el 16 de junio de 1954, testimonian cómo el lazo vital que une el pueblo a esta maravillosa historia es algo hondamente sentido y operante en la vida cuotidiana. Para repetir una imagen del Evangelio -de ese Evangelio, Sefior Presidente, que la República Dominicana hizo figurar en su escudo desde el primer momento de su independencia-, diría que el lazo de unión entre el pueblo dominicano y su historia puede parangonarse al que une íntimamente a los sarmientos con la vid. Siendo unos con ella, los sarmientos dan fruto. Separados de la misma son madera seca y muerta. El pueblo dominicano y los que guían su suerte han demostrado sentir esta verdad y querer mirar al futuro, conscientes de ella.

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La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil/o

(1930-1961)

A estrechar esta unión contribuyó la actividad preciosa de mis ilustres predecesores, de los 'cuales es grato recordar cordialmente sus nombres: [Rocco] Cocchia, [Bernardino] De Milia, [Antonio María] Buhagiar, [Giulio] Tonti, [Giuseppe] Fietta, [Maurilio] Silvani, [Alfredo] Pacini, [Francesco] Lardone y [Salvatore] Siino. Como ellos, me dispongo a continuarla a favor de la gran causa del bien común, por la cual todos estamos llamados a obrar para el triunfo de la verdad y de la fe sobre los enores deletéreos que socavan la convivencia humana. Mi deseo sincero es que el pueblo dominicano, bajo la égida de sus ilustres gobernantes, siga viviendo su vida social e individual en esta unión, plenamente consciente de lo que ella representa y de los que constituye su más auténtico y profundo valor. Estoy seguro de que lo mismo que hasta hoy, así también en el futuro -un futuro de serenidad y de paz-, este noble país sacará de esa fuente inextinguible fuerzas y empuje para un progreso cada día mayor. Progreso en su sentido pleno, progreso espiritual y también material en orden a un bienestar individual y general que sólo cabe cuando está basado y realizado según los plincipios de la ley divina y de la moral clistiana. La bendición de Dios no ha de faltar para sostener y hacer fructificar la obra de cuantos, investidos de la grave respons~bilidadde dirigir y orientar este hidalgo país y de guiar y gobernar a su generoso pueblo, han dedicado a ello lo mejor de sus vidas, de sus inteligencias y de sus corazones. Con el convencimiento de encontrar en mi misión el apoyo material necesario, formulo mis mejores votos por la prosperidad personal de Vuestra Excelencia y por un bienestar cada día mayor de la ilustre nación dominicana.

223.

Carta del P Mariano VáZqueZ al P MiguelA. Larrucea, S.f., sobre acusaciones hechas al P Manuel González Quevedo, S.J. (c. Trujillo, 12 de noviembre de 1959) o. APA. Seminario Santo Tomás II (1958-1960), N° 37; J. L. Sáez, Monumenta Dominicana V (1997), za parte, N° 13.

Amadísimo en Cristo P. Larrucea: Perdone, quelido padre, que mis primeras líneas sean para tratar un asunto que ayer me proporcionó, además de perder dos horas, un gran disgusto.

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Antolo!Jía de docul1lentos

El general Ranfis (sic) me citó para hablar con él y me envió un carro para buscarme. Ya hacía algún tiempo me había llamado para preguntarme cosas de la masonería, que aquí ha parecido complicada en conspiraciones, unida con los comunistas. Esto ya se lo dije al R. P. [Ceferino] Ruiz. El me dijo que bien. Ayer primero tratamos algo de masonería. Después, en plan como de preocupado y algo disgustado me dijo que habían presentado un informe contra el P. Manuel González Quevedo. Trataron del informe en el consejo de la Presidencia a que suele asistir Ramfis como jefe de las Fuerzas Armadas. Me dijo que la cosa se ponía fea, y él ama mucho a la Compañía de Jesús, que él estuvo con jesuitas, y que quiere mucho al P. [González] Posada, por eso él para evitarnos disgustos, le pidió al Generalísimo -así nombra él siempre a su padre-, que le dejase encargarse de ese asun to y que pasasen a otra cosa. Entonces le dieron a él el informe, y así eso ya no va por los trámi tes de juicio, detención, policía, etc. El me pidió consejo para arreglar el asunto sin dar ningún disgusto a la Compañía y sin que aparezca nada en público por lo que pierda la Compañía lo más mínimo. Y al decir esto él como que emocionaba y mostraba su interés por nosotros y su agradecimiento por las cosas en que le hemos ayudado. Me dijo que uno de estos días iba a escribir una carta del P. Posada, que me la enviaría a mí para que yo me arreglase para hacérsela llegar. Yo le aconsejé que él mismo avisase a nuestro P. General -yo ya he avisado a Roma de cosas de esas en todos los tonos, y no sé si me creen. Me dijo que así lo haría y lo anotó en su agenda. Así es que, por ahora, gracias a Ramfis, de quien se han dicho tantas tonterías en esta casa, nos hemos librado de eso. Pero me temo que como el P. Quevedo es tozudo en su modo de proceder, siga cometiendo imprudencias hasta tal punto que ya ni Ramfis pueda defendernos. Vea V. R. si puede hacer algo más para evitarlo. Por de pronto, de P. espiritual aquí lo haría mucho mejor -como lo hizo antes ya el R. P. Mauro Paz-, hombre prudente y bueno. Queda la Agrupación (i.e. la Congregación), que total es muy poca, y la podría atender mucho mejor cualquiera de Haina con la prudente y seria dirección del P. [Mariano] Tomé. Pues, nuestro pobre rector sigue, aunque ahora con sordina por el miedo, tan desquiciado en sus criterios como antes. Ruegue mucho por su afmo. s. s. e ínfimo en J. C. (fdo.) MARIANO VÁZQUEZ, S.J.

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La sHmisión bien pagada. La Iglesia domiHicana bajo la Era de TrHjillo

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224. Carta de[ nuevo nuncio apostólico a[ presidente Héctor B. TrujiHo anunciando [a bendición papa[ a su matr~.monio (e. TrujiHo,

10 de diciembre de 1959)

c. ASD. Correspondencia Nunciatura (1934-1959), N° 219/b.

Señor Presidente: Tengo el honor de comunicarle que la Secretaría de Estado de Su Santidad me informa que Su Excelencia el Embajador de la República Dominicana ante la Santa Sede ha solicitado, en ocasión del próximo matrimonio de Vuestra Excelencia, la bendición apostólica. 3 El Eminentísimo Señor Cardenal Secretario de Estado me ha confiado la grata misión de poner en conocimiento de Vuestra Excelencia que, el Augusto Pontífice, correspondiendo al deseo expresado, paternalmente otorga la implorada bendición apostólica, evocando celestiales favores de cristiana prosperidad. Al dejar cumplido este honroso deber, aprovecho la oportunidad para reiterarle, Señor Presidente, las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. (fdo.) +MONSEÑOR LINO ZANINI Arzobispo Tit. de Adrianópolis Nuncio Apostólico "

225.

Carta de[ mismo sobre e[ mismo tema a Mons. Octavio A Beras, arzobispo coadjutor (e. TrujiHo, 10 de diciembre de 1959) o. ASD. Correspondencia Nunciatura (1934-1959), N° 219.

Excelencia Reverendísima: Tengo a honra comunicar a Vuestra Excelencia, que el Excelentísimo Embajador de la República Dominicana ante la Santa Sede ha solicitado la bendición apostólica, con motivo de las bodas del Honorable Señor Presidente de la República.

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La boda de Héctor B. Trujillo y Alma McLaughlin, después de 22 años de supuesto noviazgo, se celebró el14 de diciembre de ese año. Como él era aún Presidente de la República, y ella no podía denominarse primera dama -María Martínez de Trujillo era la primera dama indiscutible-, se decidió que la hija del coronel norteamericano Charles McLaughlin, presidente de la CDA, sería la segunda dama.

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Antología de doclJl1lelltos

En respuesta a esta petición, acabo de comunicar al Honorable Señor Presidente que, Su Eminencia Reverendísima, el Señor Cardenal Secretario de Estado me informa que Su Santidad paternalmente otorga la implorada bendición, invocando celestes favores de cristiana prosperidad. Al comunicar a Vuestra Excelencia Reverendísima lo que antecede, aprovecho la oportunidad para reiterarle las seguridades de mi distinguida consideración. (fdo.) +LINO ZANINI . Arzobispo Tit. de Adrianópolis Nuncia Apostólico

226. Carta que d seminarista mayor Clemente Medina enviaría al coronel Johnny Abbes García, director dd Servicio de Intdigencia Militar, denunciando a varios compañeros (e. Trujillo, 23 de diciembre de 1959)4 c. APA. "Documenta anexa Litteris Annuis 1959-1960 (1)", Seminario Santo Tomás 1 (1946-1970), N° 17, ff. 7-8

Distinguido Coronel: Le escribe esta carta un seminarista. Y por segunda vez le estoy enviando datos acerca de la posición de la mayoría de los seminaristas, aquí en el seminario. Por si acaso, yo fui el que en días pasados le envié algunos informes acerca del mismo tema. Y vuelvo y le repito: tenga mucho cuidado con algunos seminaristas en vacaciones, pues son muy enemigos del generalísimo Trujillo. Algunos dicen que están deseosos por que lleguen los rebeldes del extranjero y los comunistas de Cuba y Venezuela para que derroquen al generalísimo Trujillo. Mire un dato, Coronel: El generalísimo Trujillo pasa casi todos los días frente al Seminario, y yo estoy atento a ver lo que dicen algunos seminaristas, y he podido oír muchas cosas, entre ellas ésta: "que muera ese tirano". Y yo digo para mis adentros: "¿Por qué dicen éstos estas cosas? ¿Trujillo les ha hecho algún mal a éstos? No veo las razones".

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La fecha es supuesta, puesto que la carta, que el estudiante siempre negó ser suya, no tenía fecha. Es probable que ese fuese el día en que la encontraron en su cuarto, puesto que tres días después salían todos de vacaciones, y el recibió carta del rector comunicándole su expulsión e131 de ese mismo mes.

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La mmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

Como en mi anterior le digo: tenga muchísimo cuidado con los señores seminaristas siguientes: Ramón Pons Bloise (a) Manchú; Pedro Vinicio Disla, estos dos señores viven, el primero en el mismo pueblo de Salcedo, y el segundo en un campo del mismo pueblo, llamado San José de Conuco. Además Pascual Torres, residente en Estancia Nueva (Moca), José Fco. García, residente en Río Verde Abajo (La Vega), Clemente María Hernández, residente en Tenares, Rafael Sanabia, residente en Santiago. Este dice de vez en cuando que su papá, residente en Ecuador, será el próximo presidente, y así muchos más. Aquí en el Seminario se habla mucho en contra del Generalísimo. Pero no es de noche, sino de día, cuando estamos en recreo. y quiero aprovechar la ocasión para que Ud., que está desempeñando un puesto vital en nuestro país, de mi parte le comunique estas cosas a nuestro Ilustre Benefactor, y le diga que si aquí en el Seminario casi todos los seminaristas le tienen odio, yo, antes, ahora en el presente y en el porvenir le aprecio, y en mis oraciones le encomiendo para que siga con el timón de los destinos de la Patria. Y que cuando él pasa frente al Seminario, yo soy el único que me pongo de pie por respeto a su digna persona. Perdone, Coronel, que yo no firme al pie de esta carta, pues si ven mi firma, mis superiores aquí en el Seminario, hasta me expulsarán de aquí. Sólo le puedo decir que vivo en un campo de La Vega, y estoy a sus órdenes. Vaya terminar repitiéndole una y otra vez que tenga muchísimo cuidado con la mayoría de los seminaristas. Le saluda, (fdo.) UN SEMINARISTA

227. Carta pastoral colectiva del Episcopado dominicano al clero y fieles denunciando la represión del régimen de Trujillo (e. Trujillo, 25 de enero de 1960) Documentos de la Conferencia del Episcopado de la República Dominicana (1969), pp. 39-44; ibid. (1990), pp. 39-44.

Venerables hermanos y amados hijos en Cristo: Juntamente nos felicitamos con vosotros y nos regocijamos por haber podido, un año más, celebrar la hermosa fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia, Reina, Madre y Protectora de la República Dominicana. Autoridades y pueblo, hermanados por el filial vínculo de la devoción a la Santa Madre de Dios, que quiso poner su trono en la histórica villa de

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Al1tología

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Salvaleón de Higüey, han sabido prestar nuevamente su homenaje de fé, piedad y amor a Aquella que proféticamente dijo de sí misma: "Todas las generaciones me llamarán bienaventurada" (Lc. 1, 48). De un cabo al otro de nuestra querida nación, se ha observado el fervor entusiasta, la espontánea religiosidad de vuestros corazones por la Virgen de la Altagracia. Circunstancias delicadas, sin embargo, vinieron a poner una sombra de tristeza en tan bella festividad. Asumiendo la obligación pastoral de cuidar el espiritual rebaño confiado por la bondad divina a nuestra solicitud, no podemos permanecer insensibles ante la honda pena que aflige a buen número de hogares dominicanos. Por ello, expresamos nuestra paternal simpatía, nuestro prof-undo pesar y nuestro común sentimiento de dolor, ya que es una obra de misericordia "consolar al triste", haciendo propia la frase del apóstol San Pablo: "Llorar con los que lloran" (Rom 12, 15). En medio de esta pena, esperamos con la más viva confianza en la intercesión poderosa de Nuestra Señora de la Altagracia que, por encima de las humanas pasiones, Ella hará resplandecer la caridad y la clemencia. La caridad debe ser la compañera y hermana inseparable de nuestra vida, siendo ella la ley fundamental del cristianismo, la "cédula personal" de identidad de los seguidores del Evangelio, de los discípulos de Cristo, de los redimidos en su sangre y en su gracia. Quien nos dió este precepto, ha sabido sacrificar su propia vida, derramar todas las gotas de su sangre, morir con una muerte horrible y espantosa sobre el madero de una cruz, después de haber ofrecido en comida su propia carne a los que Él amaba, es decir a todos los hijos del pecado y de la culpa, a esclavos orgullosos y rebeldes, a criaturas deshonradas y perdidas para siempre. Y Él era Dios como el Padre, Señor, como el Padre del cielo y de la tierra, "figura de su sustancia y esplendor de su gloria" (Hebr 1, 3). ¿Quién podría rechazar esta gran lección valorada con tan magnífico ejemplo de "amaos los unos a los otros, como Yo os he amado"? (1n 15, 12). Os rogamos, por lo tanto, recordar siempre y no olvidar nunca jamás que por ser verdaderos discípulos del Maestro, nuestra caridad tiene que ser "más grande que la de los escribas y fariseos" (Mt 5, 20). Pues El mismo que nos dijo que "quien no haya dado de comer al hambriento, beber al sediento, vestir al desnudo; quien no haya compadecido al enfermo, consolado al afligido, instruido al ignorante y visitado al prisionero, no podrá ser partícipe del Reino de los Cielos" (Mt 25, 35), es El mismo que nos dió como herencia de caridad perpétua la apostólica oración del Padre Nuestro, divinamente comentada con el suplicio de la cruz y con el derramamiento de su sangre inocente.

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A la luz de estas consoladoras verdades, aún mejor podéis comprender, amadísimos hermanos, que la raíz y fundamento de todos los derechos está en la dignidad inviolable de la persona humana. Cada ser humano, aun antes de su nacimiento, ostenta un cúmulo de derechos anteriores y superiores a los de cualquier Estado. Son derechos intangibles que, ni siquiera la suma de todas las potestades humanas puede impedir su libre ejercicio, disminuir o restringir el campo de su actuación. Pero ningún comentario humano llegaría a plasmar con visión tan clara y exactitud tan rigurosa las sapientísimas palabras con que Su Santidad Pío XII (de feliz memoria), declaró en cierta ocasión en torno a la libertad, clima propicio para la actuación de los derechos naturales del hombre: "También se ha hablado tanto -dice el Papa-, de la reglamentación de la libertad, que sería otro fruto exquisito de la victoria, libertad triunfante del arbitrio y de la violencia. Pero esta libertad solamente puede florecer donde el derecho y la ley imperan y aseguran eficazmente el respeto a la dignidad, así de los particulares como de los pueblos. Entre tanto, el mundo está todavía esperando y pidiendo que el derecho y la ley establezcan condiciones estables para los hombres y para las sociedades. Entre tanto, millones de seres humanos continúan viviendo bajo la opresión y la tiranía. No hay nada seguro para ellos: ni el hogar, ni los bienes, ni la libertad, ni el honor; y así se apaga en su corazón el último rayo de serenidad, la última centella de entusiasmo. "En nuestro mensaje natalicio de 1944 -continúa el Papa-, nos, dirigiéndonos al mundo lleno de fervor por la democracia y ansioso de ser su campeón y su propagador, procuramos exponer los principales postulados morales de una recta y sana ordenación democrática. No pocos temen que la esperanza de semejante ordenación padezca por el hiriente contraste entre la democracia de la palabra y la concreta realidad. Si nos elevamos en este momento nuestra voz no es para descorazonar a las muchas personas de buena voluntad que ya han puesto mano a la obra o para menospreciar lo que hasta ahora se ha conseguido, sino únicamente por el deseo de contribuir en cuanto está a nuestro alcance, a un mejoramiento del presente estado. Aún no es tarde .para que los pueblos de la tierra puedan llevar a la realidad, mediante un común y leal esfuerzo, las condiciones indispensables tanto para la verdadera seguridad, la prosperidad general, o al menos, la implantación de un régimen tolerable de vida como para una benéfica ordenación de la libertad" (Discurso al Sacro Colegio Cardenalicio, 2 de junio de 1947). Por eso, la Iglesia Católica, madre universal de todos los fieles, ha sido en todo momento la defensora más ardiente y más sufrida de esos

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Antología de docll111f11tos

sagrados derechos individuales. En pro de ellos ha escrito las encíclicas más sabias; en pro de ellos sus hijos han derramado la sangre; en pro de ellos está siempre dispuesta a dar, como su divino fundador, elocuente "testimonio de la verdad" (In 18, 37). En efecto, ¿a quién pertenece el derecho a la vida, bien radical de todo ser que aparece sobre la faz de la tierra, sino únicamente a Dios, autor de la vida? De este derecho primordial brotan todos los demás derechos inherentes a la naturaleza humana, dado que todo hombre está ordenado a la procreación y a la vida social, puesto que así es como logra alcanzar su perfección y su fin último, que es Dios. De aquí, el derecho a formar una familia, siguiendo cada cual, en la elección del cónyuge respectivo, los dictados de una sana conciencia, recta y libre. De aquí, el derecho al trabajo, como medio honesto de mantener el hogar y la familia, y del cual no puede privarse a nadie. De aquí, el derecho al comercio, para intercambiar productos naturales o artificiales, que debe ser protegido por el Estado con medidas razonables y leyes justas. De aquí, el derecho a la emigración, según el cual, cada persona o familia puede abandonar, por causas justificadas, su propia nación para ir a buscar mejor trabajo en otra nación de recursos más abundantes o gozar de una tranquilidad que le niega su propio país. De aquí, el derecho a la buena fama, tan estricto y severo que no se puede pública ni privadamente, no sólo calumniar, sino también disminuir el buen crédito que los individuos gozan en la sociedad bajo fútiles pretextos o denuncias anónimas, que sabe Dios en qué bajos y rastreros motivos pueden inspirarse. No queremos, amadísimos hermanos, entretenernos en señalar y comentar brevemente los demás derechos naturales que acompañan a los arriba aludidos, pues es bien sabido cómo todo hombre tiene derecho a la libertad de conciencia, de prensa, de libre asociación, etc. etc. Reconocer estos derechos naturales, tutelarlos y conducirlos a su plena perfección material y espiritual, es misión sublime de la autoridad civil y de la autoridad eclesiástica, trabajando cada cual desde su propia esfera y con sus medios propios. Lo contrario a eso, constituiría una ofensa grave a Dios, a la dignidad misma del hombre -hecho a imagen y semejanza del Creador-, y acarrearía numerosos e irreparables males a la sociedad. Para evitar y alejar de nuestra querida Patria los males que lamentamos, y para conseguir toda suerte de bienes espirituales y materiales, a los

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cuales todo hombre tiene perfecto derecho, elevamos a la Santísima Virgen de la Altagracia nuestras preces más fervorosas, a fin de que Ella continúe siendo la esperanza y el vínculo de unión entre los dominicanos, especialmente en estos momentos de congoja y de incertidumbre. De todo corazón pedimos que todos, clero y fieles, supliquen a Dios durante estas celebraciones religiosas en honor de Nuestra Señora de la Altagracia para que en su benignidad conceda sus abundantes dones y consuelos a los que especialmente se hallen en más grave peligro o en más grave necesidad. Con estas oraciones comunes imploramos a Dios misericordioso que la auspiciada concordia y paz llegue a establecerse, y que los sagrados derechos de la convivencia humana, que tanto contribuyen al bien de la verdadera sociedad, sean por todos debidamente reconocidos, legítima y felizmente ejercidos. Antes de concluir la presente carta, no podemos sustraernos al grato deber de comunicaros que, acogiendo paternalmente vuestros llamamientos -que hacemos nuestros-, hemos dirigido en el ejercicio de nuestro pastoral ministerio una carta oficial a la más alta autoridad del país para que, en un plan de recíproca comprensión, se eviten excesos que, en definitiva, sólo harían daño a quien los comete, y sean cuanto antes enjugadas tantas lágrimas, curadas tantas llagas y devuelta la paz a tantos hogares. Seguros del buen resultado de esta intervención, hemos prometido especiales plegarias para obtener de Dios que ninguno de los familiares de la autoridad experimente jamás en su existencia los sufrimientos que afligen ahora a los corazones de tantos padres de familia, de tantos hijos, de tantas madres y de tantas esposas dominicanas. y para que todo eso se verifique lo más pronto posible, unimos a las vuestras nuestras más ardientes plegarias, y cual auspicio de gracias celestes y en testimonio de nuestra paternal solicitud, de corazón impartimos al clero, a los religiosos y religiosas, a todo el pueblo cristiano y a todo hombre de buena voluntad, nuestra pastoral bendición. 25 de enero de 1960, fiesta de la Conversión de San Pablo. (fdo.) +RICARDO Arzobispo Metropolitano Primado de las Américas +OCTAVIO A. BERAS Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo

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+RUGO EDUARDO POLANCO Obispo de Santiago


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Antología

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+FRANCISCO PANAL

+JUAN FÉLIX PEPÉN

Obispo de La Vega

Obispo de La Altagracia +TOMAS F. REILLY

Obispo titular de Temisonio Prelado de S. Juan de la Maguana Nota: Esta carta pastoral colectiva será leída en todas las misas por los reverendos señores sacerdotes a los fieles el primer domingo después de recibida.

228.

Carta del Episcopado dominicano a Rafael L. Trujíllo acompañando la copia de la anterior carta pastoral (G Trujíllo, 25 de enero de 1960) ¡bid., pp. 47-48.

Excelentísimo Señor: Nos, que suscribimos, arzobispo y obispos de la República Dominicana, hondamente afligidos y preocupados por la suerte de los fieles confiados por el pastor Supremo a nuestras responsabilidades y solicitudes de padres en Cristo Nuestro Señor, cumpliendo un sagrado deber que nos impone nuestra misión de sucesores de los apóstoles, hemos dirigido a cuantos en esta hora mayormente experimentan en su carne dolorida y en su atribulada alma el sufrimiento físico y moral, una carta pastoral colectiva. Tenemos el honor de enviar una copia de ella a V. E. para ofrecerle la oportunidad de conocer mejor y apreciar el espíritu que, en circunstancias como la presente, anima a la Iglesia, de la cual V. E. siempre ha querido mostrarse hijo afectísimo. Estamos ciertos de que V. E. verá en esta nuestra actitud de solicitud paternal, la más clara prueba de nuestro deseo de seguir colaborando en plena lealtad con el Gobierno dominicano por el bien del pueblo, pues ningún servicio puede ser más útil a la causa común que hacer conocer a V. E. la verdad, si alguien se hubiera permitido ocultársela. No podemos tampoco ocultar nuestra pena y nuestra sorpresa, cómo la prensa, violando la constante actitud defensora de V. E. en favor del Concordato, se haya permitido criticar la obra de sus manos. Este atrevimiento es tanto más grave contra la persona de V. E., que quiso y firmó el Concordato, ratificado por las cámaras legislativas e introducido en la Carta Fundamental de la Nación.

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Vuestra Excelencia no puede, como católico, permitir más nuevos insultos a la Iglesia y a la"'Sede Apostólica sin peligro de las graves consecuencias que acarrearía sobre el pueblo esta injustificada actitud de la prensa, consecuencias de las cuales, ante Dios y los hombres declinamos toda la responsabilidad. No ignora V E. que el Concordato ha servido más para la causa del país y su prestigio al exterior que para la Iglesia misma. No obstante, Ella siempre quedará agradecida a V E. por ese instrumento internacional, no olvidando a lo que V E. se ha comprometido con la firma del Concordato. Si él no ha dado a la Iglesia los frutos que auspiciaba, ¿no lo atribuiría V E. al hecho de que alguno de sus colaboradores no le haya eficientemente servido en este delicado y trascendental sector? Nos honramos, por tanto, en ofrecer a V E. nuestra colaboración mientras le pedimos intervenir con todo el peso de su autoridad de Benefactor de la Patria ante las autoridades del Gobierno, para que sean cuanto antes enjugadas tantas lágrimas, curadas tantas llagas y devuelta la paz a tantos hogares. Pedimos a Dios recompense su intervención, para que la venerada madre y la distinguida esposa de V. E. no experimenten nunca, en su larga existencia, los sufrimientos que afligen ahora a los corazones de tantas madres y de tantas esposas dominicanas. La Virgen de la Altagracia, de cuya férvida devoción ha dado V E. tantas públicas pruebas, ilumine su mente y guíe sus pasos, a fin de que a todos sea restituida la libertad, tranquilidad y paz, a las que todos únicamente aspiran. Aprovechamos la oportunidad para suscribirnos de V E. con la más alta y distinguida consideración. 25 de enero de 1960, fiesta de la Conversión de San Pablo.

229.

Nota del Episcopado dominicano a los sacerdotes de ambos cleros sobre actuaciones de carácter político (c. TrujiHo, 25 de enero de 1960) ¡bid., pp. 45-46.

Los arzobispos y obispos de la República Dominicana, en su primera reunión episcopal del presente año 1960, en consideración de las particulares circunstancias por la que atraviesa el país, invitan, en el ejercicio de su pastoral ministerio, a todos los sacerdotes del clero secular y regular, a todos los religiosos y religiosas:

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Antología de documentos

1. De abstenerse de toda intervención de carácter político o que altere el

2. 3. 4. 5.

orden público, incompatible con la misión del sagrado ministerio sacerdotal o con la vida religiosa. De intensificar su vida de oración y de apostolado, sobre todo a favor de los más sufridos y atribulados. De organizar especialmente en honor de la Virgen de la Altagracia novenas, triduos y horas santas con actos penitenciales. De recitar en las comunidades religiosas, todos los días, las letanías de los santos y el Miserere. De rezar pro re gravi los sacerdotes en todas las misas, las colectas N° 13 (Pro quacumque tribulacione) o N° 32 (Pro constitutis en carcere), ad libitum celebrantis .5

Las presentes disposiciones quedarán en vigor hasta el Miércoles de Ceniza. Dado en el Palacio Arzobispal de la Arquidiócesis de Santo Domingo, en el día 25 de enero de 1960, fiesta de la Conversión de San Pablo. (fdo.) +RrCARDü Arzobispo Metropolitano Primado de las Américas +OCTAVIO A. BERAS Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo

+RUGO EDUARDO POLANCO Obispo de Santiago de los Caballeros

+FRANCISCO PANAL Obispo de La Vega

+JUAN FÉLIX PEPÉN Obispo de la Altagracia

+TOMAS F. REILLY Obispo titular de Temisonio Prelado de S. Juan de la Maguana

5 Traducción: Pro re gravi (obligatoria y bajo pena), Pro quacumque tribulatione (Para cualquier tribulación), Pro constitutis in carcere (Por los que están en la cárcel), Ad libitum celebrantis (según el deseo del celebrante).

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23 O.

Carta del P. Alfonso Esteve Recio, Sch. P., a Virgilio Álvarez Pina, secretario de Interior y Culto, sobre la dÚención de dos alumnos del Colegio Mayor (c. Trujillo, 25 de enero de 1960) repr. José A. Cruz Infante, Colegio Mayor Universitario San José de Calasanz, Santo Domingo, 2002, p. 145.

Señor Secretario: Es muy penoso para mí el poner en conocimiento de V. E. los sucesos acaecidos durante los últimos días en este Colegio Mayor Universitario "San José de Calasanz". El pasado miércoles 20 de los corrientes a las 6:30 a.m., el estudiante universitario Víctor Aníbal González González fue detenido por tres que informaron ser miembros del Servicio de Inteligencia. Sin previo conocimiento del elemento directivo del Colegio Mayor, fue sacado de los locales de esta institución. El mismo día y a las 11 :30 a.m. tres otros miembros del Servicio de Inteligencia se presentaron pidiendo al joven universitario Bienvenido Tejada, a quien acompañé a las oficinas del citado servicio de inteligencia, y allí le dejé en la confianza (como se me dijo) de que por la tarde, tras las investigaciones oportunas, podría recogerlo y traerlo al Colegio. De ambos estudiantes estoy sin noticias, y por esto, fiado en el buen recuerdo que de su visita a este Colegio todos guardamos, pídole encarecidamente interponga a su alta influencia ante el generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo, Padre de la Patria Nueva, a favor de estos universitarios. Agradeciendo de antemano sus ayudas, y esperando su grata contestación, le saluda atte. (fdo.) P. ALFONSO ESTEvE R. Escolapio

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231. Acusación contra d escolar cubano Antonio Fabré, 5.1., aparecida en la prensa matutina (e. Trujillo, 26 de enero de 1960)6 "Revelan trama comunista dirigida por agente cubano situado en orden religiosa. Utilizaba jóvenes como instrumentos", El Caribe XII:4296 (e. Trujillo, 29 de enero de 1960), p. 1, col. 8; p. 2, col. 8.

El jefe del Servicio de Inteligencia Militar del Gobierno dominicano, coronel Johnny Abbes García, refiriéndose a las especulaciones que se están haciendo en círculos oposicionistas vinculados al comunismo internacional en Puerto Rico y en otras zonas del Caribe, sobre un supuesto complot contra el Gobierno dominicano, declaró que la noticia de que se trata ha sido maliciosamente tergiversada, y que se le ha dado un cariz y una importancia de que carece con fines de propaganda política. El coronel Abbes García manifestó que se ha tomado como pretexto para esas especulaciones la investigación que el departamento a su cargo realiza con motivo de las actividades que el padre jesuita Antonio Fabré de la Guardia, de nacionalidad cubana y ex monitor de filosofía del Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, ha venido realizando amparándose en su condición de religioso y en el Concordato vigente entre ]a República Dominicana y la Santa Sede para viajar entre Ciudad TrujiJIo y Miami y La Habana para indoctrinar a varios seminaristas en la fabricación de bombas y en la organización de cédulas de tipo comunista que tenían la consigna de destruir determinados edificios de la capital de la República y que funcionaban bajo la denominación de "Cédula Pro Betancourt", y "Cédula Pro Fidel Castro".

Actividad subversiva El padre Fabré de la Guardia, quien después de haber sido obrero en Cuba, ingresó en la Orden de los Jesuitas como simple religioso, sin haber llegado a obtener la ordenación correspondiente, extendió sus actividades subversivas hasta el colegio de la Orden Salesiana de San Juan Bosco, donde incorporó a su plan subversivo a algunos alumnos que fueron instruidos por él en la fabricación de bombas de acuerdo con los planos traídos de Cuba y que sirvieron para la fabricación de alrededor de 200 bombas que han sido totalmente recogidas por las autoridades dominicanas. 6

Según el vocabulario jesuita, Fabré de la Guardia era escolar o estudiante porque estaba aún en periodo de formación, aunque al asignársele docencia durante unos aI10s también se le denomina "maestrillo".

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El coronel Abbes García recalcó que el padre Fabré de la Guardia contó con la colaboración de- dos sacerdotes de nacionalidad dominicana, quienes no han sido en ningún momento detenidos, y sobre cuya actitud se han limitado las autoridades correspondientes a hacer la representación de lugar ante sus superiores eclesiásticos. Como consecuencia de la investigación abierta por el Servicio de Inteligencia Militar ha sido necesario practicar algunas detenciones de personas que habían estado enroladas en las células organizadas por el padre Fabré de la Guardia, pero en ningún momento se han encontrado armas en poder de detenidos ni evidencias que revelen que este plan subversivo pasara del estado de una simple conjura de tipo comunista sin arraigo en ningún sector de la sociedad dominicana.

Volar edificios Miami Sí se pudo comprobar -agregó el coronel Abbes García-, que el padre Fabré de la Guardia había también organizado algunas células en Miami para volar allí algunos edificios y extender la red de la conspiración al territorio de los Estados Unidos de acuerdo con la política seguida actualmente por Fidel Castro y los dirigentes comunistas infiltrados en las esferas oficiales cubanas. El coronel Abbes García manifestó que además del padre Fabré de la Guardia se hallaban involucrados en estas actividades el sacerdote español Salvador Pons Franco, quien ha salido para España, y el sacerdote también español Antonio Gómez Ramírez, quien en la vida religiosa se conoce con el nombre de padre Isidoro de Sevilla, y que los únicos dos sacerdotes de nacionalidad dominicana que estuvieron en contacto con el padre Fabré de la Guardia han dado pruebas de arrepentimiento y se han reintegrado a sus actividades normales después de las amonestaciones hechas por las autoridades eclesiásticas correspondientes, y que la República Dominicana mantiene las mejores relaciones con la Iglesia Católica existiendo en el país absoluta libertad de cultos y manteniéndose el más estricto respeto a todas las manifestaciones religiosas. El incidente promovido por el padre Fabré de la Guardia, a quien las autoridades dominicanas permitieron salir libremente hacia Cuba tan pronto se obtuvieron evidencias concretas de sus manejos subversivos, fue solucionado satisfactoriamente de acuerdo con las altas autoridades eclesiásticas, que han dispuesto que la Orden de los Jesuitas establecida en la República Dominicana quede completamente desvinculada de la que tiene su sede en Cuba, medida que se halla ya en vigor, y que evitará que en lo sucesivo religiosos adoctrinados en el fidelismo se radiquen en la República

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Antología de docun¡e¡¡tos

Dominicana y realicen desde las instituciones docentes dependientes de la Iglesia Católica campañas y actividades de carácter subversivo y labor de propaganda a favor del comunismo internacional. En el país desarrollan normalmente sus actividades numerosas sectas religiosas (sic), entre ellas la Israelita de la República Dominicana, la Adventista del 7mo . Día, la Bahais, la Iglesia Metodista Africana, la Iglesia Episcopal Incorporada, La Iglesia Evangélica Dominicana, el Templo Bíblico, la Iglesia Bautista Dominicana, la West Indian Misión (sic), la Sociedad Bíblica Americana, la Iglesia Evangélica Metodista Libre y la Iglesia Evangélica Fronteriza, pero ninguno de sus adeptos ha estado mezclado en actividades políticas antidominicanas ni ha hecho uso inadecuado en el ejercicio de sus cultos respectivos de las prerrogativas que le conceden la Constitución y las leyes.

232. Telegrama del P. Miguel A. Larrucea, 5.1., al generalísimo Trujillo sobre la denuncia aparecida en la prensa ese mismo día (San Cristóbal, 29 de enero de 1960) C.

APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1952-1960), Núm. 1, f. 5; J.L. Sáez (ed.), Monumenta Dominicana V (Santo Dom.ingo, 1997), N° 15.

Refiriéndome al artículo publicado esta mañana en El Caribe, ofensivo y calumnioso para la Compañía de Jesús, pedimos a V. E. intervenga para hacer justa reparación de estos no nuevos insultos y calumnias aparecidas en dicho artículo contraviniendo el decreto publicado por la Secretaría de Culto en que se prohibía terminantemente cualquier acusación a persona o entidad religiosa sin antes avisar a la autoridad eclesiástica competente. En caso de que no apareciese en el mismo diario un público desagravio, nos vemos obligados por dignidad a retirar la participación del Politécnico "Loyola" en la clausura de la Feria Ganadera. La Compañía de Jesús, que vino llamada para servir al pueblo dominicano sentiría, al cabo de veinticinco años de dedicación absoluta correspondida por el pueblo, tener que retirarse si las circunstancias forzaran a ello. S.J. Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana? MIGUEL ÁNGEL LARRUCEA,

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El capitán ayudante militar Reinaldo A. Hernández Díaz respondía ese mismo día con el telegrama siguiente: "Su telegrama amenazante e irrespetuoso se da por no recibido en la oficina del generalísimo Trujillo". cAPA. Instituto Politécnico Loyola: Litterae Annuae (19591960), f.4.

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233.

Carta del P. Miguel A. Larrucea, S. 1., pidiendo desmentir la información anterior a Virgilio Álvarez Pinci;secretario de Culto (G Trujillo, 30 de enero de 1960) C.

APA. Instituto Politécnico Loyola I (1952-1960), N° 1, ff. 5-6; J. L. Sáez (ed.), Monumenta Dominicana IV (1952-1966), f. 179.

Honorable Señor: Como representante del Rvdmo. Padre General de la Compañía de Jesús en la República Dominicana, cúmpleme elevarle mi alta y enérgica protesta contra los recientes ataques que afectan a una Institución secular, que ha rendido en 25 años los mejores servicios a la noble causa del pueblo dominicano. Dada esta circunstancia, que todos los hombres rectos lamentan, pido su autorizada intervención para que sea desmentida categóricamente esa calumniosa y gratuita denuncia de una pretendida trama de carácter comunista, organizada por un miembro de nuestra Orden. Ruego a Ud. se documente, como le será fácil, sobre la actuación del P. Antonio C. Fabré de la Guardia, para convencerse y convence:¡; a la opinión pública acerca de la gratuidad de los alegatos que se han lanzado al dominio público, sin tener en cuenta los principios más fundamentales del respeto debido a las personas consagradas a Dios y a una orden religiosa. Asegurándole nuestra constante y fiel colaboración de amigos sinceros del pueblo dominicano, le reitero la seguridad de mi religiosa consideración. (fdo.) MIGUEL ÁNGEL LARRUCEA, S.J. Superior de la Compañía de Jesús en la República Dominicana

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Antología de dOCliIl1entos

234.

Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente 1. Balaguer quejándose de nuevos ataques a la Iglesia (c. Trujillo, 30 de enero de 1960) Bernardo Vega, La vida cotidiana donIinicana a través del archivo particular del Generalísimo, Santo Domingo, Editora Cultural Dominicana, 1986, p. 96; J. L. Sáez, Lino Zanini (1999), pp. 42-43.

Excelencia: Conoce muy bien V. E. mi deferente simpatía por el noble y querido amigo, Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina. Sabiendo bien cuanto está él siempre atareado, he creído más delicado suspender el diálogo amistoso y cordial que había comenzado con él desde mi llegada. Me permito reanudarlo ahora, y lo hago, refiriéndome a la última entrevista que tuve el honor de tener con él, y en la que tuvo a bien asegurarme, en la presencia de mi inmediato colaborador, que no hubiera permitido más que la prensa atacara, directa o indirectamente, a la Iglesia y sus instituciones. Desde entonces, he asistido con esa superior reserva, prudente y discreta, como le corresponde a un embajador papal, a una serie de artículos poco serios y menos simpáticos -para no decir irrespetuosos y calumniosos-, contra la Iglesia, y recientemente también, contra una intachable actuación de la Santa Sede. En el anhelo de ofrecer al generoso amigo una ocasión más apara que ejerza -siempre que lo crea oportuno y posible-, su alta autoridad e influencia, hágole presente por intermedio de V. E., que es personalmente el Nuncio Apostólico, es decir, un amigo suyo, y que no es el último de los amigos más fieles y sinceros, quien desea cuanto antes una digna reparación y que no se repitan más nuevos desagradables ataques. Éstos, en efecto, estarían en abierto y público contraste con su profesión de católico, y con los sentimientos de entre aquellos sus más adictos colaboradores, que se dedican al bien del país. Es éste un nuevo ramo de olivo que ofrezco de corazón al amigo, confiando que nadie mejor que él sabrá apreciarlo en todo su valor para merecer aquella divina misericordia y aquella celeste asistencia de que necesitan quienes han recibido de la providencia la alta responsabilidad de dirigir los destinos de un pueblo.

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Aprovecho la oportunidad para reiterar a V. E. las seguridades de mi más alta y distinguida consideración. (fdo.) +LINO ZANINI Arzobispo Tit. de Adrianópolis Nuncio Apostólico

235. Respuesta del vicepresidente Balaguer a la anterior carta del Nuncio Apostólico (e. TrujiUo, 30 de enero de 1960) [bid., p. 97; Sáez, [bid., pp. 44-45.

Excelencia Reverendísima: Tengo a honra avisar recepción de la amable carta de fecha 30 del mes de enero en curso, en la cual Vuestra Excelencia Reverendísima me encarga transmitir a Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva los deseos de que se hagan desaparecer ciertas publicaciones que a su juicio podrían ser perjudiciales para las excelentes relaciones que existen entre la Iglesia Católica y el Gobierno dominicano. Deseando llevar con toda fidelidad al ánimo de Su Excelencia el generalísimo Trujillo el asunto a que se refiere Vuestra Excelencia Reverendísima en la amable carta citada, y en vista de que en dicha comunicación Vuestra Excelencia Reverendísima no precisa los casos que Vuestra Excelencia Reverendísima juzga dignos de atención, me permito sugerirle la conveniencia de tener un cambio de impresiones que permita al suscrito ilustrar mejor sobre el caso de que se trata al Ilustre Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva. Este cambio de impresiones podría tener efecto, en caso de que Vuestra Excelencia Reverendísima lo estime conveniente, el lunes próximo a las 9:00 a.m., en mi despacho del Palacio Nacional. Saluda a Vuestra Excelencia Reverendísima con la más elevada consideración y le reitera las seguridades de su amistad, (fdo.) JOAQuíN BALAGUER

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Antología de dOCHlIlwtos

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236. Carta del Nuncio Apostólico accediendo a la cita del vicepresidente Balaguer (e. TrujiUo, 31 de enero de 1960) ¡bid., p. 99; Sáez, Lino Zanini, p. 45.

Excelencia: Tengo el honor de hacer referencia a su amable invitación, por la cual, Vuestra Excelencia ha tenido la amabilidad de invitarme para una entrevista. Acepto, por lo tanto, gustoso de encontrarme mañana en su despacho a las 9:00 a.m. En esta espera, le saludo muy cordialmente (fdo.) +LINO ZANINI Arzobispo Tit. de Adrianópolis Nuncio Apostólico

Carta d~l generalísimo Trujillo elogiando al P Ángel Arias, S.f., director del Instituto Politécnico Loyola (San Cristóbal), aparecida al día siguiente en la prensa

237.

"Trujillo elogia labor del padre Arias", El Caribe XII:4298 CC. Trujillo, 31 de enero de 1960), p. 1, cols. 2-3.

Mi querido padre Arias: Me place notificarle que el Gobierno se siente profundamente satisfecho con su actuación en la dirección técnica del Instituto Politécnico Loyola "Fundación Generalísimo Trujillo", y tengo especial agrado de felicitarle por su consagración y conducta ejemplares. La Compañía de Jesús debe sentirse altamente complacida de contar en su seno con un sacerdote de la capacidad y el celo excepcionales y del sentimiento de responsabilidad demostrados por usted en su labor al frente de un instituto al que el Gobierno dominicano ha dado la más amplia protección y al que yo he ofrecido mi concurso moral y material sin reservas por la seguridad que tengo de la importancia de su misión en beneficio de la juventud dominicana. Tuve hace poco el placer de recibir la visita del nuevo superior de la Compañía de Jesús en nuestro país, reverendo padre Miguel Ángel Larrucea, S.J., y espero que su labor sean tan fructífera como la de sus antecesores, para bien de la Iglesia Católica y el pueblo dominicano.

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La cooperación que el Gobierno y yo personalmente hemos prestado a la Iglesia Católica es un'hecho que se halla a la vista de todos y que me enorgullece, porque estoy seguro de que con esa actitud contribuyo a preservar las esencias del país y a afianzar sus destinos como uno de los más sólidos baluartes en América de la civilización cristiana. Le saluda con la mayor consideración, (fdo.) RAFAEL L. TRUJILLO

238. Nota presentada por el nuncio Zanini al vicepresidente Balaguer con los ataques aparecidos en la prensa contra la Iglesia (c. Trujillo, 1 de febrero de 1960) 0

Vega, La vida cotidiana, p. 98.

Foros públicos 23 de diciembre de 1957: "Algunos ejemplos más" 21 de noviembre de 1959: "Publicación confusa" (contra monseñor Pittini) 22 de noviembre de 1959: (Ataque a los jesuitas) 4 de diciembre de 1959: "Mantequilla de mala,calidad" 11 de diciembre de 1959: "Ejemplo desalentador" 19 de diciembre de 1959: "Censurable anomalía" 28 de diciembre de 1959: "Templo israelita" (participatia in sacris) 3 de enero de 1960: (Contra los padres salesianos) 23 de enero de 1960: "¿Viciado de nulidad?" (Contra el Concordato) 24 de enero de 1960: "Inauguración templo Adventista" 25 de enero de 1960: "Piden abrir encuesta" (Contra el Concordato) 26 de enero de 1960: "Merece felicitación" -el padre Ricardo Velasco 29 de enero de 1960: ARTÍCULO: "Revelan trama comunista dirigida por agente cubano situado en orden religiosa (contra los PP. jesuitas)" Canon Iuris Canonici 1258. 2316 2343 y 2344

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239. Carta deL Obispo de La Vega a todos los fieles católicos advirtiéndoles las penas en que incurrirán los asistentes al mitin político de ese mismo día (La Vega, 3 de febrero de 1960) C.

HEPB. Cartas y Documentos (1959-1961),

rr. 9-10.

Atención: Fieles católicos Os habla vuestro pastor y padre espiritual, el Obispo de La Vega. Hasta Nos han llegado noticias que juzgamos de todo punto falsas, porque de ser ciertas ofenderían gravísimamente a todo el pueblo católico y hasta el mismo generalísimo Truj illo , que se precia y enorgullece de ser el más valiente defensor y bienhechor insigne de la Iglesia Católica. Hasta nos, digo, han llegado noticias de que se ha promovido y organizado por elementos particulares, hostiles a la Santa Iglesia, un mitin político social para esta noche a las 7 con el propósito, según las noticias callejeras, de protestar contra la Iglesia Católica por la actitud asumida por todo el Episcopado de la República Dominicana en su pastoral colectiva que fue leída en todo el país el domingo próximo pasado, día 31 del mes de enero. Rogamos muy encarecidamente a todos nuestros fieles hijos diocesanos, que de ser verdadera -lo que Dios no permita- esta información que nos ha llegado y que circula por toda la ciudad de La Vega, se abstengan en absoluto de tomar parte en dicho acto, que va a todas luces contra la legítima y santa autoridad eclesiástica, y ésto bajo penas gravísimas que impondremos a los transgresores particulares, como son: privación temporal de los santos sacramentos y demás bienes espirituales de la Iglesia, y a las autoridades y entidades públicas, la negación de cultos por sus intenciones. De nuevo os vamos a leer la pastoral colectiva del Episcopado Dominicano, para que la verdad no sea falseada malévolamente y se informen bien de ella los que aún no lo están, y comprendan que más bien que protestar y oponerse abiertamente contra la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de Santo Domingo y contra sus propios legítimos pastores y conductores de sus almas, deben ponerse todos los verdaderos hijos de la Iglesia y los hombres amantes de la paz y la justicia, deben ponerse a su lado y secundarles en suplicar ardientemente a Dios y a la Santísima Virgen de la Altagracia, Madre y Protectora del pueblo dominicano -tan acongojado hoy-, que nos conceda la paz y concordia tan apetecidas, y que los sagrados derechos de la convivencia social humana sean por todos debidamente reconocidos y legítima y felizmente ejercidos, y "para que, en un plan de recíproca comprensión, se eviten excesos", y que "sean cuanto antes enju-

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gadas tantas lágrimas y curadas tantas llagas y devuelta la paz a tantos hogares" que la han perdido. Llenemos las iglesias mejor que asistir a este mitin revolucionario y antirreligioso; llenemos perennemente las iglesias para rogar a Dios y a la Santísima Virgen con actos de cultos y penitenciales, por todas las intenciones ya arriba enumeradas. ¡Viva la Santísima Virgen de la Altagracia! ¡Viva la patria dominicana! ¡Viva la Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana Dominicana!

240.

Discurso del Lic. JuUán Suardí en el anunciado mitin de La Vega, delante de la Catedral y transmitido por «(La Voz del Camú" (La Vega, 3 de febrero de 1960) [bid., ff. 4-6.

(Faltan las primeras palabras) ... las prédicas sanas e inspiradas solamente en lo divino de nuestro siempre querido padre Fantino, nos aferramos a la fe en Dios y a buscarlo donde creíamos encontrarlo asistiendo asiduamente a nuestras iglesias. En esa formación de hombres y mujeres nos criamos, y en 1930 eran escasas las iglesias para alojar los cristianos dominicanos. Pero en el corazón de cada uno de nosotros estaba enraizado 'y bien construido un altar para adorar al creador del Universo. En 1930 surge el generalísimo Trujillo al poder y se duplica nuestra fe en Dios, florece la religión en nuestra República y es el portaestandarte del cristianismo nuestro ilustre Jefe. Hoy, millares de suntuosos templos elevan sus cruces y sus picos al cielo, muchos de ellos construidos con el peculio personal del Padre de la Patria Nueva. La Iglesia tiene personalidad, y el conjunto de todos los esfuerzos, hijos del entusiasmo y de la fe de todos los dominicanos, superados y conducidos por el generalísimo Trujillo, culminaron con el Concordato, que todos llenos de contento celebramos, porque es unión de la Iglesia y del Estado, unión indestructible mientras haya un dominicano sobre la tierra y mientras perdure la gratitud de nuestro pueblo en la gran obra de Trujillo. En nuestra República, los padres de la Iglesia están disfrutando del poder con más holgura y plenitud que los amigos políticos de Trujillo. Ni el más ignorante de nosotros, por todo lo que a diario vemos en ellos, por sus actuaciones de esos curas, por la manera de conducirse, sabemos que hay entre nuestro Gobierno y todos esos curas ministros de Dios, plena comprensión, comunión de ideas y sentimientos.

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Antología de docul1Ientos

Quiere monseñor Francisco Panal, obispo de la Vega, destruir todo eso. No puede, en La Vega no tiene calidad para eso. En La Vega monseñor Francisco Panal no ha hecho nada por el engrandecimiento de la religión cristiana. Por el contrario, le ha restado entusiasmo, y a diario se le critica por su despotismo y por su manera dura de tratar las familias de esta sociedad. No puede en La Vega, porque él sabe que aquí se habla de la tiranía del padre Ubrique, y sabe que por sus solapadas tendencias subversivas está jugando con candela. Señores, el domingo pasado en las iglesias de la provincia de La Vega fue leída una carta pastoral, que por la actitud dudosa asumida, sin duda, por monseñor Francisco Panal, ha producido en el pueblo diferentes comentarios, que personas mal intencionadas utilizan con fines tendenciosos para hacer creer que entre el Gobierno y la Iglesia pueden surgir dificultades y desavenencias. Los hombres, admiradores de esta obra de progreso, hemos considerado oportuno la celebración de esta manifestación, para en ella poner en guardia a nuestro pueblo para no permitir que se le sorprenda con actitudes y expresiones sediciosas, hijas de la fantasía de amargados, en quienes la vanidad, el engreimiento, el egoísmo y el ansia de poder... (Falta, sin duda, una frase de esa oración). Estamos aquí, no para atacar a la Iglesia, no para defender el Gobierno, porque a la Iglesia no la atacaremos nunca, y el Gobierno está bien defendido por sus claras y limpias actuaciones. Estamos aquí para clarificar conceptos, que debido a los comentarios callejeros y tendenciosos que han surgido de la carta pastoral, leída el domingo en nuestra Iglesia y de las de las actitudes dudosas y maliciosas de monseñor Panal, está clamando por una justa interpretación, y más que por una interpretación, por una justa apreciación que ha de culminar en la sentencia del pueblo reafirmando su fe y confianza en Trujillo. Y la protesta más airada de todo lo que en la carta pastoral y en los comentarios callejeros y en las actitudes de monseñor Panal, de tendenciosa injusticia. (Quedaron dos o tres líneas que no fue posible captar). Entre ellos el religioso cubano Fabré, que indujo a varios de sus discípulos a fabricar bombas para con ellas realizar actos de sabotaje, producir una catástrofe en el país. El Gobierno, celoso del orden y de la tranquilidad, descubre esa conjura y cumple con su deber arrestando a los conjurados y evitando así el desastre. Los que se lamentan del descubrimiento de esa conjura y de la prisión de los jóvenes en ella complicados aspiran a que nuestro Gobiérno no tome las medidas de seguridad pertinentes, aspiran a que se produzca la catástrofe y que el Gobierno se cruce de brazos frente a eso. Y de ahí los aviesos [comentarios] y de ahí las actitudes maliciosas y dudosas de

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monseñor Panal. Pero es claro que frente a esas actitudes yesos comentarios surge de inmediato "la: apreciación sensata que hace un pueblo ecuánime. Para confrontar el alcance y la gravedad de la catástrofe producida en el pueblo, la cantidad de viudas que estarían desamparadas y la juventud sacrificada en los cementerios y en los hospitales, la destrucción completa de toda la riqueza nacional, cuando el Gobierno no imponga la autoridad y aplique las leyes pertinentes. Es insensato pensar que en nuestro pueblo se puede revolucionar, preparar bombas para la destrucción y para sembrar la intranquilidad en la República Dominicana impunemente. En todos los países del mundo las revoluciones que se manifiestan con medidas que conducen a la violencia son reprimidas con las mismas medidas que toma nuestro Gobierno y nada tienen de criticable. El ejemplo que acabo de exponer queda manifiesto en los comentarios y en la postura de algunos curas. Son injustas y malintencionadas, y por consecuencia el pueblo no debe fijarse en su contenido. En todo momento el pueblo de La Vega ha sido viril, leal y responsable para mantenerse como un solo hombre alIado del Gobierno, respaldándole en la reconstrucción nacional y en todo lo que signifique engrandecimiento de la Patria. Y hoy tiene la responsabilidad de velar con Él, con el hombre que le acaudilla...

241.

Últimos párrafos del discurso del Sr. Gustavo Gómez Ceara en el mismo mitin (La Vega, 3 de febrero de 1960) ¡bid., f. 5.

Pero, parece, señores, que la Iglesia se ha olvidado de la vida de paz, concordia, prosperidad y dicha que vive la República Dominicana, gracias a los desvelos únicos del Benefactor, y en su pastoral, leída públicamente en nuestra Catedral, al igual que en todo el país el 31 de enero último, se ha referido a una invocación a la Virgen de la Altagracia para que la Madre de Dios interceda por la paz del mundo y porque cese en nuestra República la inquietud en que se encuentran las familias dominicanas. Y nos expresamos así, señores, y me permito llamar la atención sobre el particular porque la pastoral en referencia, después de exponer la religiosidad del pueblo dominicano para la celebración de las festividades de la Virgen de Altagracia, se dice textualmente: "Circunstancias delicadas, sin embargo, vinieron a poner una sombra de tristeza en tan bella festividad."

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y es realmente alarmante, señores, y desconcertante esta apreciación de la Iglesia, cuando ella, que conoce perfectamente todo el desenvolvimiento nacional, es la institución llamada a expresar verdades que no tergiversen los hechos reales en ninguna forma, porque la Iglesia debe ser en todo momento manifestación palpitante de Cristo, y Cristo, como Dios, es la misma expresión de la verdad. Quienquiera que sea, señores, el que proclame que en el seno de la sociedad dominicana hay inquietud de cualquier género, como parece deducirse de la pastoral en referencia, que fue leída en la mañana del citado domingo por monseñor Panal en nuestra Catedral, no se sabe con qué intención, se aparta de Cristo, porque se aparta de la verdad.

242. Fragmento final del discurso de Ramón M. Cordero en el mismo mitin (La Vega, 3 de febrero de 1960) ¡bid., f. 6.

Nos hemos sentido profundamente asombrados al conocimiento de ciertas manifestaciones que desde la tribuna sagrada de la Iglesia, en franca desarmonía con su misión, que bien debía de ser de paz y de amor, han hecho algunos sacerdotes de la localidad. Manifestaciones éstas, señores, que el pueblo ha venido comentando y censurando como pronunciamientos encaminados a desconocer el indeclinable deber y el absoluto derecho que tienen todos los gobiernos, no sólo el nuestro, sino el de todas las naciones del mundo, a tomar, ejercer y ordenar las medidas que consideren indispensables para el sostenimiento de la paz, el sosiego de la familia y la vida del ciudadano. Pero parece, como que aquí en La Vega, los directivos de la Iglesia Católica han pretendido dar la espalda a esos deberes, y acaso, bajo el impulso de una fatal inspiración, o quizás estimulados por la acción de algún anacoreta, pretenden censurar las justicieras actuaciones del Gobierno. Para terminar considero muy ajustado traer ahora a la memoria las sagradas palabras pronunciadas en un místico instante de suprema verdad por aquel divino rabí de Galilea, cuando dijo: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios",

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243.

Carta del P Ángel Arias, SI, director técnico del Politécnico Loyola, en respuesta a los elogios del gene~a1ísimo Trujillo (San Cristóbal, 4 de febrero de 1960) c. APA. Instituto Politécnico Loyola (1959-1964), f. 7; repr. "Director Loyola agradece frases estímulo de Trujillo", El Caribe XII:4301(C. Trujillo, 4 de febrero de 1960), p. 3, cok 1-2.

Generalísimo doctor Rafael L. Trujillo Benefactor y Padre de la Patria Nueva Palacio Nacional Excelentísimo Señor: Con profunda emoción y agradecimiento acabo de leer su carta, mostrando su beneplácito por mi actuación como director técnico del Politécnico Loyola, que V. E. fundó. Su aplauso me estimula a seguir laborando en bien de la juventud dominicana, toda mi vida; pero por mi parte se lo dedico con toda justicia a cuantos han trabajado con toda competencia y entusiasmo en el mismo Instituto: los padres y hermanos de la Compañía de Jesús; a todos los técnicos y profesores, españoles y dominicanos; ya" la misma Compañía de Jesús, a la que le debo todo lo que ahora pongo en bien de la nación dominicana: mi formación técnica, mi concepto de la disciplina y de la lealtad; ella fue la que trajo al Politécnico, y en él me conserva. Por eso me lleno de satisfacción al comprobar el elevado concepto que V. E. tiene de mi Congregación por los generosos elogios que la ha dedicado a través de mi persona. Quedo de V. E. agradecido, atto. s. s. (fdo.)

ÁNGEL ARIAS,

Director

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Antología dc documcntos

244.

Carta dd Can. Eliseo Pérez Sánchez al director de El Caribe, sobre un cambio en el gobierno de la Arquidiócesis (e. Trujillo, 4 de febrero de 1960) "Explican condición cargo administrador apostólico", El Caribe XII:4301 (C. Trujillo, 4 de febrero de 1960), p. t, col. 3-4.

Señor Director: A propósito de la designación por la Santa Sede del Excmo. y Revdmo. Mons. Octavio Antonio Beras, como administrador apostólico de la Arquidiócesis, y para satisfacer el deseo de muchas personas, interesadas en conocer la condición de un administrador apostólico, complacido correspondo por órgano de ese importante diario de su digna dirección, a esta natural curiosidad de todos los católicos por el nuevo régimen eclesiástico. El Sumo Pontífice, por causas graves o razones particulares, en algunas ocasiones, nombra en una diócesis un administrador apostólico, quien asume la dirección total de la diócesis por el tiempo que sea voluntad de la Santa Sede. Esta designación puede recaer en un prelado o en un simple sacerdote, que durante el ejercicio de su cargo goza del privilegio de usar insignias prelaticias, y tiene derecho al tratamiento de Monseñor. Este nombramiento puede ser en "sede plena", o sea cuando vive el obispo propio, que conserva el título; o en "sede vacante", por muerte, renuncia o separación total del prelado residencial. Cuando la designación del administrador apostólico resulta, como acaece hoy en la Arquidiócesis de Santo Domingo, en que el prelado cesante (Excmo. y Revdmo. Mons. Ricardo Pittini), por particular benevolencia de la Santa Sede, en vista de sus méritos, conserva el título honor.ífica de arzobispo metropolitano, el actual administrador apostólico, Mons. Octavio Antonio Beras, arzobispo titular de Eucaita queda sujeto a las prescripciones del Derecho Canónico, que se señalan a un administrador apostólico designado "sede plena". Caso semejante ocurrió durante la prelacía del Excmo Mons. Adolfo Alejandro Nouel, quien al dimitir la mitra en el año 1931, la Santa Sede, en mérito a sus brillantes ejecutorias episcopales, le concedió el título honorífico de arzobispo metropolitano de Santo Domingo, designando administrador apostólico al M. 1. Sr. Canónigo Armando Lamarche y Marchena. Muerto Mons. Lamarche fue nombrado en 1932, administrador apostólico el M. 1. Sr. Can. Lic. Rafael C. Castellanos, quien a su fallecimiento el 21 de enero de 1934, tuvo como sucesor al Can. Elíseo Pérez Sánchez, cuyas

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actuaciones eclesiásticas.,c.omo administrador apostólico se extendieron hasta el8 de diciembre de 1935, en que fue consagrado el Excmo. y Revdmo. monseñor Ricardo Pittini, arzobispo metropolitano de la Arquidiócesis de Santo Domingo. En esa ocasión su Excelencia Mons. Ricardo Pittini designó su vicario general al Ilmo. Mons. Eliseo Pérez Sánchez. Le saluda muy atentamente, Cfdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEz Protonotario Apostólico Párroco de la Catedral

245.

Carta de Mons. Francisco Panal a la gobernadora Delia García Godoy protestando del mitin político contra la Iglesia, celebrado en aquella ciudad una semana antes (La Vega, 12 de febrero de 1960) c. HEPB, ibid., ff. 11-12.

Muy Señora mía: Aprovecho esta coyuntura para llevar a su conocimiento lo siguiente: 1ro. Que hemos lamentado y lamentaremos siempre con profunda pena el escandaloso y sacrílego mitin que se llevó a cabo en mala hora en la ciudad de La Vega, a las puertas mismas de la Santa Iglesia Catedral el día 3 de los corrientes, con el propósito premeditado de protestar abiertamente contra la sagrada jerarquía de la Iglesia Católica en Santo Domingo, y todo ésto con el beneplácito de autoridades y de personas relevantes por su posición social, política, cultural, etc., de todo lo cual protestamos enérgicamente ante usted como también lo haremos ante el Superior Gobierno de la nación, por la actitud de indiferencia y tácito consentimiento ante este hecho tan repugnante. elo 2 Que exijo un acto solemne público de la misma magnitud que el desgraciado mitin, en desagravio de las infames y gravísimas ofensas perpetradas contra la jerarquía eclesiástica del país y la persona del obispo de la diócesis de La Vega; de otra manera, nosotros veríamos en la necesidad de castigar severamente con las penas que establecen los sagrados cánones a todos los culpables de este hecho escandaloso, como ningún otro hasta el presente. 10 3 Que en consecuencia de lo ocurrido y en cumplimiento de las severas amonestaciones que hicimos en público a fieles y autoridades antes

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del mitin de protesta, disponemos que en lo adelante, mientras dura este estado lamentable de cosas, todos los culpables de uno u otro modo quedan privados de todo servicio religioso, para cualquier motivo que sea, en las iglesias pertenecientes a esta jurisdicción diocesana. (fdo.) +MONS. FRANCISCO PANAL, O.P.M. CAP. Obispo de La Vega

246. Carta del Obispo de La Vega a Virgilio Álvarez Pina, secretario de Culto, sobre el mitin mencionado (La Vega, 12 de febrero de 1960) c. ¡bid., ff. 8-10.

Muy distinguido señor: Con pesar inmenso de mi alma vengo a llevar a su conocimiento oficialmente el hecho escandaloso, sacrílego, que tuvo lugar en esta ciudad de La Vega el día 3 de los corrientes, en las puertas mismas de la Santa Iglesia Catedral, en el Parque Duarte, al tiempo en que se celebraban los sagrados cultos ordinarios. Me pareció prudente dejar pasar algunos días de lo ocurrido, para dar tiempo a las autoridades locales y al Supo Gobierno a que reaccionaran justa y saludablemente; pero en vista de que ninguno ha salido por la justicia -tan enormemente ofendida-, me he decidido a presentar a Ud. esta información oficial, que aunque no sea completa en detalles, sí que lo es en lo sustancial. Para el mejor éxito del mitin político social que se proyectó celebral~ se designó un comité organizador compuesto por los señores: Lic. Julián Suardí, presidente; Samuel de Moya Alonzo, vicepresidente; Ramón M. Cordero, Euclides Batista, Manuel U. Córdoba, Juan María Fernández Malagón, Dr. Cristóbal Núñez, R. Emilio Gonell, Dr. Antonio Jiménez, María Amín Canaán, Maximiliano Mieses Lazala, Dr. Gustavo Gómez Ceara y Dr. Frank Guzmán, vocales. En las reuniones que celebraron los organizadores del acto en referencia, se acordó oficial u oficiosamente, por iniciativa propia o -como algunos decían-, por sugerencia superior, protestar contra la actitud asumida por la jerarquía eclesiástica de la provincia de Santo Domingo en su pastoral colectiva, leída en todo el país el domingo 31 del mes de enero pasado y la cual ya es del dominio público general. Me pareció increíble y del todo falsa la noticia que nos llegó al respecto de distintos puntos; pero tanto se insistió por unos y por otros, hasta

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por personas sensatas y honorables a toda prueba, que nos inclinaron a creerla verdadera; y por ~l acaso resultaba como se decía, preparamos unas palabras -cuyo texto completo incluyo a Ud. con la presente-, de atención al público católico de La Vega, previniéndole del hecho que se proyectaba, y dándole normas a dicho acto, que, como se sospechó y anunció por miles de bocas, resultó ser antirreligioso, antipatriótico, sacrílego y revolucionario, como Ud., Señor Secretario, lo podrá comprobar hasta la evidencia con sólo leer los adjuntos fragmentos de los discursos que se pronunciaron aquella noche por distintos oradores, los cuales -para mayor desgraciafueron transmitidos por la estación radioemisora "La Voz del Camú" y grabados por nosotros en discos y cinta magnetofónica, de los que son copias fieles las de a máquina que le adjuntamos. El desorden provocado por estos buenos señores con su mitin -dizque político social-, no llegó a mayores excesos, hasta sangrientos, porque la orden de prisión dada contra los sacerdotes -al decir de las personas honorables-, por el fiscal Cordero, hijo de uno de los más atrevidos oradores del mitin de aquella noche, no le pareció bien o prudente al Gral. Brigadier D. Juan Tomás Díaz, llevarla a la ejecución, gracias a Dios. Después de este final borrascoso y ya tarde de la noche, la Sra. Gobernadora de la provincia dio cuenta de todo lo sucedido al Gral. J. Arismendy Trujillo Malina, despachándose y despachando a todos los suyos a su placer, del mejor modo bueno que pudo, pero el desorden provocado y habido, solamente por las palabras de alerta o atención que se dieron a los fieles, los que en su mayoría acudieron al mitin engañados por el sabroso anzuelo de que vendría al acto el generalísimo Trujillo en persona, y que repartiría dinero, etc. a los asistentes. El alerta o toque de atención que se dio a los fieles contra posibles ofensas y difamación a la Iglesia Católica en la persona de sus jerarcas, se publicó minutos antes de que se comenzara el mitin, cuando ya todo estaba premeditado, escrito y listo de un todo para pregonarlo al público y transmitirlo en ondas sonoras de "La Voz del Camú". y como hasta el presente -no obstante la gravedad del caso y las innúmeras ofensas calumniosas pronunciadas en diversos tonos por los tres o cuatro oradores del susodicho mitin semi-oficial, cuyo eco repercutió vibrantemente en todo el Cibao, y tal vez alcanzó a tierras vecinas, pero extrañas-, no se ha dado satisfacción o explicación alguna a los ofendidos, ni nadie ha salido por la justicia vilipendiada tan atrozmente, antes al contrario, mejor alguno de autoridad se jacta y enorgullece de la magnífica hazaña que ha realizado con su comparsa, como quien se siente bien apoyado y defendido: me ha parecido muy del caso y puesto en razón, dirigirme a

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Antología de documentos

la Sra. Gobernador Civil con la comunicación que también adjunto a Ud. con la presente, poniéndole las cosas en su lugar, y saliendo por los fueros de la justicia a favor de la Santa Iglesia y de su sagrada jerarquía. Pondere Ud. ahora la gravedad de este hecho, que pone de manifiesto el modo -nada amistoso ni respetuoso por cierto, cómo se trata a los obispos y a la Santa Iglesia en el país, según lo propaga la prensa y radio extranjeras-, y que ni siquiera haya habido una acción gubernamental reprensiva (sic) o coercitiva para los culpables, sino más bien se les ha dado aliento para acometer otros hechos parecidos, que viene a ser lo mismo que un tácito otorgamiento de permiso para despacharse a su gusto en otro momento. Hasta aquí, Señor Secretario, mi información sobre el caso que nos ocupa, que está llena de verdad y de sinceridad y de recta intención, como es la de buscar siempre y por siempre la gloria de Dios, el bien espiritual, temporal y social de las almas, la exaltación de la Iglesia Católica, el respeto y obediencia a las autoridades debidamente constituidas y la paz y concordia entre los pueblos cristianos y entre todos los hombres de buena voluntad. Atentamente, (fdo.) +FRANcrsco PANAL O.P.M. Obispo de La Vega

CAP.

247.

Carta del nuncio Lino Zanini al vicepresidente Balaguer enviándole la queja del Colegio Agrícola de Dajabón (e. Trujillo, 15 de febrero de 1960) c. ARPA. Colección Rugo. E. Palanca Brito, N° 9, f. l.

Excelencia: Una vez más me permito molestar la atención de V. E. para ofrecer por su amable conducto a Su Excelencia, mi estimado amigo generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina, una prueba más de mi cordial y desinteresada colaboración con su noble tarea en bien del país. Recibo la adjunta carta de Dajabón, y no sabría cómo mejor dar satisfacción al remitente, sino pidiendo la intervención del muy querido y valioso amigo. Él considerará sobre la oportunidad de hacerse intérprete o no de la situación expresada, análoga a otras que -como sabe V. E.-, están pendientes desde hace meses, y que igualmente confío a la autorizada decisión del Generalísimo.

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Todo acto de buena voluntad contribuirá oportunamente al mejor entendimiento y a la más-provechosa concordia, pues como decía Salustio: "con la concordia las más pequeñas cosas prosperan, con la discordia las más grandes se arruinan". Le ruego comunicar al Generalísimo que tenga la más completa confianza en quien, con los amigos, no puede engañar ni engañarse. Pido por él y deseo que sea bendecida por Dios su tesonera labor de paz y de bienestar, por lo cual puede contar en todo momento con la cooperación únicamente sincera y fiel de su afectísimo amigo en N. S. (fdo.) +LINO ZANINI

248. Carta del Dr. Joaquín Balaguer, vicepresidente de la República, a Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico, sobre el problema anterior (c. Trujillo, 16 de febrero de 1960) c. [bid., ff. 9-9v; J. L. Sáez, Lino Zanini, pp. 47-50.

Excelencia Reverendísima: Me complace sobre manera avisar recepción de la muy atenta carta de fecha 15 del mes de febrero en curso, en la cual V. E. Rvdma. me confía el grato encargo de que exprese a S. E. el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, los deseos que animan a V. E. Rvdma. de prestar la más cordial y desinteresada colaboración al Gobierno dominicano y a sus dirigentes en la noble tarea que realizan en bien del país. Es para mí motivo de honda satisfacción llevar al ánimo de V. E. Rvdma. la seguridad de que las expresiones de colaboración y amistad contenidas en la amable comunicación de referencia han sido recibidas por S. E. el generalísimo Trujillo y por sus más cercanos colaboradores, entre los cuales figura en primer término el Honorable Señor Presidente de la República, como un confortador testimonio de los nobles sentimientos que animan a V. E. Rvdma. y de su noble empeño porque las relaciones entre la Iglesia y el Estado sigan desenvolviéndose dentro del clima de recíproca consideración y buena inteligencia en que se han desenvuelto desde que el generalísimo Trujillo asumió las responsabilidades del poder en la República Dominicana. Las consideraciones que hace V. E. Rvdma. acerca de la necesidad de que se mantenga la concordia, base indispensable para la realización de toda [obra] inspirada en el bien común, coinciden con los sentimientos que animan a S. E.

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el generalísimo Dr. Rafael Leonidas Trujillo y a todo el Gobierno dominicano, que ha aspirado siempre a que en el país reine la mayor arn10nía para que la paz pública descanse sobre bases duraderas y tenga el carácter de un beneficio sólido y estable, del cual participan por igual todas las clases sociales. En relación con la solicitud de los Rdos. Padres (sic) Martin Juffermans y Narciso Alonso. S.J., me permito informar a V. E. Rvdma. que el secretario de Estado de Finanzas, señor Furcy Pichardo, en memorándum distinguido con el N° 143, de fecha 11 del mes de febrero en curso, ha sugerido al Poder Ejecutivo que se adopten medidas drásticas para conjurar las deplorables repercusiones que la pastoral dirigida el 31 de enero último por los altos jefes de la Iglesia dominicana ha tenido sobre las recaudaciones fiscales, y ha recomendado que entre las providencias que se adopten, se incluya la supresión total o la reducción de las subvenciones que el Estado otorga a diferentes instituciones religiosas. La recomendación hecha por V. E. Rvdma. a favor del Colegio Agrícola "San Ignacio de Loyola" de Dajabón, será, sin embargo, considerada por el Gobierno, de acuerdo con los deseos expresados por el generalísimo Trujillo, con toda la atención y simpatía que merece, por tratarse no sólo de una institución religiosa que ha realizado en el país en los últimos años una obra de vasto alcance educativo y social, sino también por el noble interés que V. E. Rvdma. manifiesta a favor de la solicitud prealudida. Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina me ha dado el grato encargo de expresar a V. E. Rvdma. que acoge con especial agrado el ofrecimiento que V. E. Rvdma. le hace espontáneamente de su deseo de prestar la más desinteresada y firme cooperación a la labor de paz y de bienestar que realiza en beneficio del pueblo dominicano. El generalísimo Trujillo aprecia en el más alto grado esa noble y generosa actitud de V. E. Rvdma., que coincide con sus propios sentimientos y que tiene el singular valor de reflejar fielmente el augusto pensamiento del Soberano Pontífice, expresado en reciente mensaje al Episcopado Nacional, sobre la necesidad de que la paz y la concordia imperen no sólo en la República Dominicana, sino en todo el mundo cristiano que se haya hoy enfrentado a la grave amenaza que representa el comunismo para la supervivencia de la civilización, que tuvo su origen en Cristo, y que de Él ha recibido la inspiración y el altísimo espíritu de fraternidad y convivencia que le han hecho imperecedera en la historia. Saluda a V. E. Rvdma. con sentimientos de la más distinguida consideración, (fdo.) JOAQUÍN BALAGUER

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249. Carta del Nuncio Apostólico al Dr. Balaguer en respuesta a la anterior (e. Trujillo, 16 de febrero de 1~QO) ¡bid., f. 9v; Sáez, Lino Zanini, pp. 50-53.

Queridísima Excelencia: Vivamente sensible a los nobles sentimientos que el muy amado y queridísimo amigo, el generalísimo Trujillo ha tenido a bien expresar por el conducto, siempre amable, en la atenta carta de hoy, ruégole manifestarle mi plena adhesión a su actitud de simpatía hacia toda iniciativa a favor del bienestar y prosperidad del noble e hidalgo pueblo dominicano. Séame ahora permitido, querida y amable Excelencia, que ponga un delicado reparo a un punto de su hermosa carta, con la que V. E. tan egregiamente ha interpretado el pensamiento de los esclarecidos amigos, el generalísimo Trujillo y el Han. Señor Presidente de la República. Aun sin tener conocimiento de los secretos que dirigen las altas finanzas, sin embargo, ateniéndose a la lógica y a la práctica, no se ve relación de causa y efecto entre las motivaciones que la voz autorizada del Señor Secretario de Finanzas ha hecho llegar al Poder Ejecutivo para justificar "la supresión total o la reducción de las subvenciones que el Estado otorga a diferentes instituciones religiosas" en fuerza de contratos legales. A este respecto, no faltará a V E. la oportunidad de pedir en mi nombre, personalmente al esclarecido amigo, el generalísimo Trujillo, que ponga toda su influencia para con el Han. Señor Presidente de la República, a fin de que el Poder Ejecutivo, antes de aceptar la referida sugestión del Señor Secretario de Estado de Finanzas, tenga a bien considerar el principio clásico de Derecho: Pacta sunt servanda. De otra parte, estoy seguro que el incomparable amigo no ignora lo que tal vez ha escapado al Señor Secretario de Finanzas de que: 1. En cualquier momento y por cualquier circunstancia, todo contrato bi-

lateral tiene que ser revisado de común acuerdo por las partes interesadas o por sus altos representantes, y que 2. Los diferentes atrasos de los pagos de subvenciones no es problema de ayer, como parece presentarlo dicho Secretario de Estado, sino un problema registrado desde hace meses a esta parte. De todas maneras, yo ruego respetuosamente, que el generalísimo Trujillo, sobre y fuera de toda consideración de carácter económico y de toda apreciación jurídica, intervenga si lo considera oportuno, y en la forma

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Antología de dOCHl11eHtos

que la circunstancia sugiera a su clarividente entendimiento, para resolver favorablemente este asunto. De este gesto suyo nadie ni nada tendría que perderse, todo acto de buena voluntad concurriría oportunamente a favor de siempre mayor serenidad y concordia de espíritu, que vale más que cualquier subvención. La solución favorable e inmediata del asunto que nos ocupa acrecentaría el prestigio de quien, como el Generalísimo, comprende el alcance trascendental de este problema. Una vez más pido, Excelencia, que se interprete de esta amistosa solución, de la cual se seguirán grandes ventajas y ningún inconveniente. Sólo el Generalísimo sabrá apreciar la importancia de esta desinteresada y espontánea sugerencia que un amigo fiel confía a su experimentada generosidad. Con los más cordiales saludos, atentamente me reitero afectuoso en N.S. (fdo.) MONS. LINO ZANINI Arzo Tit. de Adrianólopis Nuncio Apostólico

250. Carta del vicepresidente Balaguer al Nuncio Apostólico sobre el mismo asunto (e. Trujillo, 18 de febrero de 1960) [bid., ff lO-lOv; Sáez, Lino Zanini, pp. 53-54.

Excelencia Reverendísima: Tengo a honra referirme a la muy atenta carta del 16 de febrero en curso, en que V. E. Rvdma. me dispensa el honor de que transmita en su nombre a S. E. el generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo la irrestricta adhesión de V. E. Rvdma. hacia todas sus iniciativas y de expresar al propio tiempo sus sentimientos de gratitud por haber acogido benévolamente la recomendación hecha a favor de los Rvdos. padres Martin Juffermans y Narciso Alonso, S.J., directores del Colegio Avícola San Ignacio de Loyola, de la ciudad de Dajabón. Su Excelencia, el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, se ha dignado prestar su personal atención a cuanto V. E. Rvdma. expone en relación con la fiel ejecución de los contratos que existen entre el Estado y diversas instituciones religiosas, y me ha dado el encargo de expresar a V. E. R. que ordenará que se

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La mmisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

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tomen las providencias que sean necesarias para que dichos acuerdos se cumplan plenamente de la. manera más satisfactoria, como ha sido siempre su aspiración al propiciar y ofrecer todas las facilidades necesarias a los colegios y congregaciones religiosas que colaboran en la magna labor de fortalecer el sentimiento católico y de formar en los más altos principios de civismo y moral a las nuevas generaciones dominicanas. Estoy seguro de que V. E. Rvdma. sabrá interpretar en su justa significación el noble y generoso propósito que anima a Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina de no omitir medio alguno para que se elimine todo lo que pueda dar lugar a que empañe o menoscabe la buena inteligencia que siempre ha existido entre la Iglesia Católica y el Estado, ya que estima, al igual que V. E. Rvdma., que por encima de toda consideración de carácter económico y de todo escrúpulo de orden jurídico debe colocarse el interés superior de que se continúe sin interrupción la obra que el Gobierno y la Iglesia Católica han venido realizando, dentro de un alto y generoso espíritu de colaboración y de solidaridad. Saluda a V. E. R. con sentimientos de la más distinguida consideración, (fdo.)

JOAQUÍN BALAGUER

251. Respuesta de Mons. Lino Zanini a la última carta del vicepresidente Balaguer (C. Trujillo, 18 de febrero de 1960) ¡bid., f. 10v; Sáez, Lino Zanini, pp. 55-56.

Excelencia: Del apresuramiento con el cual tengo el honor de dar contestación a su carta N° 2677, V. E. puede medir la complacencia más viva con que he acogido la noticia de la iluminada y solícita decisión tomada por el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina a favor de la fiel ejecución de los contratos y el regular envío de las subvenciones acordadas a instituciones culturales, subvenciones que venían sufriendo un atraso desde hace algunos meses. No hubiera podido recibir el esclarecido amigo mejor respuesta a mi deferente sugerencia, y me siento feliz que el intercambio de ideas a través de nuestras cartas confidenciales, hayan sido útiles para la solución de este asunto. Tengo la grata impresión, debido a la genial comprensión del generalísimo Trujillo, y agradezco a Dios de haber humildemente contri-

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buido, en esta primera oportunidad que la providencia me ha presentado, a la clarificación de un problema, cuya solución redunda en prestigio de S. .E. el generalísimo Trujillo y en beneficio de una parte muy relevante de la población estudiantil dominicana. Esto comprueba una vez más lo que tuve el honor de comunicarle en otra ocasión personalmente a S. E. el generalísimo Trujillo, que toda divergencia o dificultad puede tener en cualquier momento, entre los hombres de buena voluntad, las mejores y más honrosas soluciones, manteniéndose en el plano de la concordia y de la paz. Deseo por lo tanto expresar por el digno conducto de V. E. mi más cumplida satisfacción al generalísimo Trujillo, ofTeciéndole como prenda de especiales bendiciones divinas mis más férvidas plegarias por su bienestar y por la prosperidad del noble pueblo dominicano. Aprovecho la oportunidad para reiterar las más sentidas expresiones de mi cordial amistad en Nuestro Señor.

CEdo.) MONSEÑOR LINO ZANINI Nuncio Apostólico

252. Carta del encargado de negocios en Irán al Secretario de Relaciones Exteriores informando sobre Mons.Lino Zanini (Teherán, 22 de febrero de 1960) c. ARPA. Correspondencia Lino Zanini (1959-1962), N° 57.

Asunto : Conversación con el Internuncio Apostólico 1. Cúmpleme llevar al elevado conocimiento de esa superioridad que en el curso de una comida que tuvo lugar en la embajada argentina, el internuncio apostólico, monseñor Righi,8 me participó sus preocupaciones sobre las posibles iniciativas de monseñor [Lino] Zanini en su nuevo destino y que esperaba fervientemente que éste no tuviera responsabilidad ni relación con el origen de la carta pastoral leída en las iglesias de la República, a la que calificó de improcedente y ridícula. 2. En el curso de esta conversación me confirmó su conocimiento sobre nuestro país y su profunda admiración por la obra cristiana del Generalísimo 8 Resulta un poco extraño que se mencione a Mons. Vittore Ugo Righi como Internuncio en Irán-Irak, cuando no fue nombrado hasta e114 de octubre de 1960. Había nacido en Gualdo Tadino (23 de marzo de 1910), fue arzobispo titular de Bitta. nuncio en Paraguay (J 9641967), Yfuncionario de la Secretaría de Estado de Roma, donde murió el28 de abril de J 980.

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

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Doctor Rafael L. Trujillo Molina. El internuncio apostólico en Irán, que fue encargado de la nunciatura en Haití, expresó también que, juntamente con el antiguo concordato de la Santa Sede con Haití, el que tiene firmado con el Gobierno de la República es el único existente con países latinoamericanos, y que a su juicio constituye un modelo que la Iglesia aspira a lograr en acuerdo con otros países de la América Latina. 3. Refiriéndose a las iniciativas tomadas por su antecesor me expresó que para informarse del estado de esas gestiones trató de comunicarse con aquel, no habiendo recibido aún respuestas. Dijo que no comprendía esta actitud de monseñor Zanini, que los compromisos adquiridos por éste lo colocaban en una situación incómoda por cuanto ese tipo de actividad estaba, a su juicio, fuera del margen de la que corresponde a la Internunciatura. Muy respetuosamente le saluda, (fdo.) LELAND ROSEMBERG Encargado de Negocios ad-hoc Informe adicional transmitido por Leland Rosemberg, encargado de negocios del país en Teherán sobre el nuncio Zanini Es necesario destacar también la opinión personal expresada por el embajador de Italia en Teherán que acaba de regresar de Roma. Considera a monseñor Zanini ambicioso de gloria y poder. Según este embajador, las iniciativas tomadas por el Nuncio durante su misión en Teherán (construcción de escuelas, hospitales, etc.), está fuera del margen de una misión de ese tipo, y que esas iniciativas no contaron en ningún momento con el auspicio de la Santa Sede. Que todas esas obras fueron inspiradas por sus deseos de gloria. Que solicitó que su consagración como arzobispo se realizara en Riese, su ciudad natal, fuera de la tradicional (estas ceremonias se realizan en Roma), buscando evidenciar la coincidencia de haber nacido en el mismo pueblo que Pío X, y que sus sueños de grandeza lo hacen sentirse en condiciones de llegar a Papa. Considera el embajador de Italia que monseñor Zanini, movido por su ambición quema etapas en ese camino. Admitió que existe una relación amistosa entre éste y el actual Papa, con quien colaboró en la nunciatura en Francia. Me expresó así mismo que atribuye estas deficiencias en la personalidad de monseñor Zanini al hecho de su nueva dignidad eclesiástica y de su promoción diplomática que lo ubica en el decanato, luego de ocupar funciones de internuncio, que en un país musulmán tiene

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escasa trascendencia. Estas causas, según su opinión, pueden haber turbado el espíritu de monseñor Zanini, al que calificó lisa y llanamente de ,megalómano.

253. Carta pastoral colectiva de los obispos dominicanos al clero y fides en ocasión de la Cuaresma y ampliando la anterior (c. TrujiHo, 28 de febrero de 1960) Documentos de la Conferencia del Episcopado (1969), pp. 49-54.

Venerables hermanos y amados hijos en Cristo: Es la cuaresma el tiempo aceptable de la salud espiritual, en el cual la Iglesia, madre amorosa, invita a todos sus hijos al arrepentimiento, al dolor de sus culpas y a una adecuada reparación y expiación. También en esta circunstancia nos dirigimos a vosotros amados hermanos e hijos, en la confianza de que nuestra voz de pastores llegue a vuestros oídos y descienda al fondo de vuestros corazones, como la palabra del Maestro Divino llegada a los oídos y a los corazones de los apóstoles y de los discípulos para fortalecer la fe, la esperanza y la caridad, sobre todo en el momento de la prueba. Nos dirigimos a todos, pero de una manera especial a los débiles, a los humildes, a los atribulados, a los enfermos, pues éstos son llamados de una manera particular a ser testigos de la verdad mediante los estigmas del sufrimiento, de la tribulación y del dolor. Con la voz fuerte de un heraldo de la eternidad clama la Liturgia de este tiempo: "Enmendemos las culpas que por ignorancia hemos cometido, no sea que, sorprendidos por el día de la muerte, busquemos tiempo de penitencia y no podamos hallarlo" (bendición de cenizas). Para llevar a cabo en nosotros esta invitación solemne del Espíritu Santo y responder al llamamiento de la Iglesia, nada mejor que examinar juntos nuestra vida, y ver cuáles son los puntos que debemos especialmente considerar para realizar el precepto del Nuevo Testamento, la conversión, el cambio de mentalidad, despojándonos de los criterios superficiales, caducos y mortíferos, brotados de la carne, la concupiscencia y el príncipe de las tinieblas, para revestirnos de los criterios de Dios, nuestra suprema y definitiva realidad. Así purificaremos nuestra alma y viviremos con integridad, dignidad y honor el recio e inmarcesible ideario de la vida eterna propuesto al mundo por el Hijo de Dios, y seremos dignos del Padre que está en los cielos.

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(1930-1961)

Ante todo, ningún ideal para nosotros tan grande y trascendental como aquel de la caridad en su aspecto de amor fraternal, ya que somos hijos de un padre común que está en los cielos. Como escribía el apóstol San Juan: "Si uno dijere 'Amo a Dios' y aborrece a su hermano, mentiroso es; pues quien no ama a su hermano, a quien ha visto, a Dios a quien no ha visto, no le puede amar. Y este mandamiento tenemos de Él: que quien ama a Dios ame también a su hermano" (l Juan 4, 20-21). Todos tenemos los mismos derechos fundamentales y sobre todos pesan igualmente deberes, y todos caminamos hacia el mismo fin. Todos tenemos una misma naturaleza, plasmada por Dios, en la cual la dignidad de ser imagen y semejanza de Dios habla más alto que todos los títulos de nobleza y todas las exigencias de los convencionalismos humanos. Ejemplo maravilloso de caridad universal nos viene de Dios "quien hace resplandecer el sol sobre buenos y malos; y derrama la lluvia sobre los justos y los injustos" (Mat. S, 45). Sobre esta tierra, en efecto, valle de lágrimas, lugar de tránsito y palestra de duras pruebas, tenemos ocasión sobrada de ejercitar esa caridad a ejemplo del Padre de los cielos, porque convivimos mezclados justos y pecadores, trigo y cizaña. En su altísima economía, Dios no puede castigar fulminantemente a los pecadores tras la comisión de sus faltas. Los <:leja vivir, porque mientras hay vida hay esperanza de salvación y, sobre todo, porque la conducta de los pecadores sirve para tener despierta la fe de los justos, para ejercitar la paciencia y para hacer fecunda la caridad. a) Para tener despierta la fe: Nadie hay tan santo, que no tenga al menos, una pequeña culpa que expiar en esta tierra. Resulta, por tanto, una verdadera bendición de Dios padecer y sufrir en este mundo para merecer los gozos del cielo, pues con razón exclamaba San Pablo: "Los sufrimientos de la vida presente no son adecuados a la gloria futura que será revelada en nosotros" (Romanos 8, 18). Por esto, san Agustín oraba un día en forma muy extraña al sentir humano: "Aquí ahora, Señor, quema, corta, no me perdones, para que logre ser perdonado por toda la eternidad". Lo contrario sucede al pecador. La tentación de muchos cristianos de negar la amorosa providencia de Dios, porque viven y triunfan sobre la tierra tantos pecadores, no tiene verdadera razón de ser, pues la fortuna de éstos comparada con la eternidades como "la hierba del campo que hoy existe y maña se la arroja al fuego" (Mateo 6,30), termina irremediablemente tal prosperidad el día en que será hecha justicia rigurosa, detallada y completa.

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b) Para ejercitar la paciencia: Nadie ignora que la convivencia de justos y pecadores es también para aquellos un purificador ejercicio de paciencia; porque no hay nada que haga sufrir tanto a un alma recta como ver la gracia de Dios conculcada; ni hay martirio más penoso que el infligido por aquellos que, para su propia desventura, se mofan de la religión y de la fe, en una palabra, de la obra misma de Cristo. Es un martirio que no necesita menos valor ni menor paciencia de lo que exigen las demás mortificaciones de la vida; pero nos sirve a todos, amados hermanos e hijos, para subir con más mérito, por ser entonces más parecidos a Cristo, la pendiente de nuestro doloroso Calvario. c) Para hacer más fecunda la caridad de los buenos: Tenéis que consolaros con la fortaleza de Cristo, del cual sois miembros, pues ante todos los males e injurias que el cristiano padece, la única venganza digna de un seguidor de Cristo y conforme al mandamiento del amor es la constante súplica al Señor por la conversión de quienes han perdido el camino que es Cristo. Todo cristiano que acaso en secreto surTe y padece este lacerante martirio de congoja, no olvide el ejemplo divino del perdón. Perdonar es caridad. Perdonar es amor. Perdonar es generosidad. A la luz de las enseñanzas de este santo período de Cuaresma os invitamos también a estar siempre preparados para el momento postrero de la vida, "no sea que sorprendidos por el día de la muerte, busquemos tiempos de penitencia y no podamos hallarlo" (bendición de cenizas). Jesús mismo, Maestro bueno y Pastor solícito, es quien nos amonesta describiendo la llegada de la muerte "como ladrón en la noche", que puede sorprendemos en todo instante. Y si nos encontramos en el amor del Sefíor ¿por qué temer a la muerte, si ésta es entonces el inicio de nuestra vida verdadera? No olvidemos que no hemos sido creados para el tiempo, sino para la eternidad. Tenemos, por lo tanto, que aguardar la muerte con el espíritu con que ora la Iglesia en el prefacio de la misa de difuntos: "a tus fieles, Sefíor, no se les quita la vida sino que se les cambia en otra mejor; y al deshacerse la casa de esta morada terrena, se consigue en el cielo una habitación eterna". La imposición de la ceniza, con la cual comienza el tiempo de Cuaresma, nos recuerda la antigua ceremonia durante la cual el obispo alejaba del templo a los pecadores públicos, quienes debían hacer penitencia a la entrada de las iglesias en el periodo cuaresmal. Recibid vosotros esa ceniza en vuestras cabezas y llevad en vuestros corazones el espíritu que tal rito inculca; la vida austera, piadosa y mortificada.

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Cuatro cosas se practicaban así mismo en la antigüedad, en este tiempo de Cuaresma: a) la limosna; b) la penitencia pública; c) el ayuno, con privación y abstinencia de ciertos manjares; d) y como preparación inmediata al periodo pascual: expiación y más intensa vida de recogimiento y oración. Por lo tanto, haciendo nuestro el lema de San Pablo: "La piedad es útil para todo" (l Tim. 4, 8), os exhortamos encarecidamente a perseverar durante el tiempo de Cuaresma en una ferviente cruzada de oraciones y penitencias, "porque mucho vale la oración perseverante del justo" (Santiago 5, 16). Para consuelo de la humanidad atribulada y dolorida, la providencia amorosa de Dios en sus inescrutables designios sobre la gran familia humana, saludablemente inquieta por la búsqueda de un bien perdido, abre un ángulo luminoso del cielo, resplandeciente de candor, de esperanza, de vida dichosa, de aspiraciones sagradas: la Virgen María, Reina y Madre de toda la humanidad. En ella depositamos, con una confianza ilimitada e indestructible, nuestros deseos, nuestras esperanzas y nuestras oraciones. Motivo de nuevo consuelo para todos nosotros es el mensaje de bendición y amor paternal que en estos mismos días el Santo Padre, dándonos una prueba más de su cariñosa solicitud por nosotros ha dirigido al pueblo dominicano. Este mensaje augusto es para todos, bálsamo reconfortante. Aún más, el Sumo Pontífice, conociendo vuestra piedad y vuestra devoción mariana, se ha dignado asociarse a ella ofreciendo un simbólico cirio votivo que arderá a los pies de Nuestra Señora de la Altagracia en su santuario de Higüey uniendo así ante la milagrosa imagen, las oraciones de este pueblo con las suyas y las de la Iglesia universal. Con palabras de viva gratitud para con el Vicario de Cristo, os transmitimos su apostólica bendición como prenda de especiales gracias celestes. Al terminar nuestra carta pastoral confiamos que será motivo de esperanza para todos, la palabra con que la más alta autoridad del país ha tenido a bien acoger nuestra recomendación, asegurándonos que las súplicas que le fueron dirigidas a favor de los detenidos políticos serán consideradas con particular atención y solicitud en un marco de comprensión y de clemencia. Con la seguridad de que, en el santo tiempo de Cuaresma nuestros deseos y esfuerzos comunes de paz y concordia sean coronados por el éxito anhelado, pedimos a Dios Nuestro Señor que podáis todos celebrar la gloriosa resurrección de Cristo en l<n ambiente de completa serenidad y gozo espiritual.

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A este fin, como prenda de nuestra pastoral solicitud, imploramos sobre vosotros, sobre todos los que os son particularmente queridos, sobre los enfermos, y sobre las comunes intenciones de nuestros queridos diocesanos la más efusiva bendición divina. A 28 de febrero de 1960, Domingo de Quincuagésima. + RICARDO PITTINI

Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo +OCTAVIO ANTONIO BERAS

Arzobispo titular de Eucaita Coadjutor con derecho a sucesión del Arzobispado de Santo Domingo Administrador Apostólico Sede Plena

B. Obispo de Santiago de los Caballeros +HUGO

E.

POLANCO

+ FRANCISCO PANAL

Obispo de La Vega Real +JUAN

F.

PEPÉN

Obispo de La Altagracia + TROMAS

F.

REILLY

Obispo titular de Temisonio, Prelado Nullius de S. Juan de la Maguana NOTA: Esta carta pastoral será leída en todas las iglesias el domingo después de recibida.

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254. Carta del P. Ángel Arias, SJ., al generalísimo Trujillo exigiendo reparación a la campaña en contra de liísjesuitas (San Cristóbal, 15 de marzo de 1960) c. APA. ibid., ff. 7-8; J.L. Sáez Ced.), Monumenta Dominicana IV (1952-1966), f. 181.

Excelentísimo Señor: Una vez más le quedo profundamente reconocido por la atención que tuvo de dejarme el libro ¡Complot develado! que Ud. estaba leyendo y aún no había terminado. Procuraré pagar esto dándole mi sincero parecer, buscando siempre el mayor bien de la Nación, y al mismo tiempo servir a V. E. dentro de mi órbita religiosa. El libro me ha producido una pésima impresión. Pues, en 10 tocante a nuestro compañero de religión, P. Antonio César Fabré es un cúmulo de calumnias indignas, tiradas demasiado ligeramente contra un miembro de una sociedad muy estimada en todo el mundo. Se puede demostrar a quien ha dado esa información que el P. Fabré no pasó, en un momento de ofuscamiento enfermizo, de una simpatía personal con elementos poco afectos al régimen actual. Pero desde eso, a la fabricación de bombas, planos para las mismas, organización de grupos, costumbres izquierdistas, etc. etc., hay un abismo. Todo esto se le dijo a don Virgilio Álvarez Pina, y se le ofreció una refutación cabal de todo, Y esto se le dijo no menos de tres veces, y otras tantas se prometió echar tierra sobre el asunto, contentándonos nosotros con esta promesa, cuando estábamos resueltos a exigir una retractación pública en justicia. Sólo cuando vimos la generosa carta que V. E. me dirigió a mí, dejamos todo en paz, creyendo que con esto le evitábamos una molestia. Pero se ve que don Virgilio de esto no le informó a V. E. como era su obligación, y así ha vuelto a aparecer en escrito, y según la prensa, el mismo don Virgilio lo presentó al Senado, y el Secretario de Justicia se debió de apoyar en este panfleto para su discurso, injusto con nosotros. He tachado, por consiguiente, todo lo que juzgo calumnioso contra la Compañía de Jesús. Pero esto mismo me hace pensar que tal vez otras acusaciones contra elementos religiosos y sacerdotes sigan los mismos caminos no de la verdad; y por consiguiente creo que antes de darse a la imprenta la edición definitiva, debería el Arzobispado tener noticia de lo que se afirma de su personal, para ajustar todo a la verdad, y evitar el desprestigio que lleva consigo toda calumnia. Esto es lo que lealmente pienso de todo ese contenido.

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Atentamente s. s. (fdo)

ARIAS, S.J. Director

ÁNGEL

255.

Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor, sobre los problemas del Colegio Mayor Calasanz (e. Trujillo, 22 de marzo

de 1960) repr. José A. Cruz Infante, Colegio

Ma.yol~

p. 147.

Excelentísimo y Reverendísimo Monseñor: Tengo el sentimiento de comunicarle que el Colegio Mayor Universitario San José de Calasanz está pasando por un momento crítico, debido a ;una serie de malas y poco benévolas interpretaciones de parte de las autoridades competentes. Los padres de familia están retirando a sus hijos a consecuencia de las insinuaciones que reciben de las autoridades policiales, que han considerado este colegio como un foco infeccioso contra el régimen. Es sumamente lamentable que siete años de vida tesonera, consagrada totalmente al bien de la juventud dominicana, sean premiados con trato semejante. Teniendo que informar a mis superiores mayores y a la Santa Sede acerca de la decisión última a tomal~ me dirijo respetuosamente a Vuestra Excelencia, como autoridad jerárquica superior de la Arquidiócesis de Santo Domingo, rogándole intervenga oficialmente ante las autoridades del Gobierno para pedirle digan claramente si desean que continuemos al frente del colegio, otorgándonos entonces el margen de confianza que su gestión conlleva o, si por contrario, desean cancelar nuestra actuación, en cuyo caso podemos asegurar que estamos dispuestos a abandonar el suelo dominicano en el más breve plazo posible. Aprovecho la ocasión para saludarle reiterándole el testimonio de mi más sincera consideración personal, mientras beso reverentemente su anillo de pastor. (fdo.) JOAQUíN FERRAGUT, SCH.P. Rector

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256. Telegrama de Virgilio Álvarez Pina a la Curia Diocesana de Santiago anunciando la supresión dHa subvención (e. TrujíHo, 23 de marzo de 1960) c. HEPB. [bid., f. 11.

262-CP 9337 C. TRUJILLO 30 GD 23 1910 CP Cúmpleme comunicarle para los fines de lugar que ha sido suprimida la subvención que figuraba en el presupuesto para el año 1960 a favor de la Curia Diocesana de Santiago. SECRETARIO DE ESTADO DE INTERIOR y CULTO

257. Carta del P Ángel Arias, S.f., director del Instituto Politécnico Loyola, al generalísimo TrujíHo sobre algunas consultas (San Cristóbal, 25 de marzo de 1960) c. APA. Politécnico Loyola 1 (1959-1964), N° 14.

Excelentísimo Señor: Con la sinceridad con que procuro informarle sobre lo que me pregunta, le doy mi parecer particular sobre dos puntos que me consta le interesan: PATRONATO DE SAN RAFAEL: Juzgo que no debe hacerse actualmente ningún cambio, primero para no molestar a Mons. Pittini, a quien se le acaba de quitar parte del alto cargo que ocupaba, por la imposibilidad física que tiene de cumplirlo a cabalidad. En segundo lugar, cualquier cambio ahora, sería interpretado como una revancha contra la jerarquía, y más de uno pensaría en la circular (sic) de los Sres. obispos. Por otra parte este cambio, si bien puede y debe venir, ahora no urge. TÍTULO DE BENEFACTOR DE LA IGLESIA. Desde el primer momento dije que el otorgar este título correspondía a Roma. No sé que se haya dado a nadie, a pesar de que ha habido soberanos sumamente católicos en su vida y en su obra. Hace unos días celebrábamos la fiesta de un santo suizo, al que los suyos lo llaman "Padre de la Patria". Y ha sido elevado al honor máximo de los altares. Luego ya era peligroso entrar por un camino no utilizado por la Santa Sede. Por eso los eclesiásticos, creo yo, se han abstenido de poner su firma a esta petición. Y aquí me incluyo yo mismo, si bien soy el primero en reconocer los grandes favores que ha

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hecho a la Iglesia y la gran cooperación que siempre le ha prestado, en bien de la misma nación. 2. El inducir a los Sres. obispos a que hagan la petición a Roma, tampoco me parece bien, pues si Roma no accede, cosa natural, quedaría en mal lugar el Vaticano. Y esto debe evitarse, pues se sabe lo que el Sumo Pontífice aprecia a las jóvenes repúblicas americanas, y en particular a la dominicana, cuyo Concordato puede servir de modelo. 3. El que este título venga inmediatamente después de la pastoral, luce a muchos algo sospechoso, como si eso fuese una reivindicación después de lo pasado. 4. Se está acusando violentamente a la República Dominicana de violación de derechos humanos. Si al mismo tiempo, cuando no ha desaparecido la tormenta, se otorgase el título, creo que la misma Iglesia sufriría. 5. Bien sabe V. E. que se le acusa de acumular títulos. Este nuevo serviría para aumentar esta campaña contra su persona. 6. Quépale a V. E. la plena satisfacción de saber que todo hombre consciente y agradecido no olvidará jamás los grandes favores que V. E. ha hecho, y sobre todo, que Dios se los tiene muy presentes. A Él le pido se lo premie ya en esta vida. Atentamente s. s. (fdo.) k'JGEL A.R.1As, S.J.

258. Carta del generaUsimo Trujillo a Mons. Thomas F. Reilly respondiendo a una anterior (e. Trujil.lo, 31 de marzo de 1960) Una carta histórica al Obispo de San Juan de la Maguana, C. Trujillo, Editorial La Nación, 1961, pp. 3-15.

Señoría Ilustrísima: Al avisar recepción de su atenta carta de fecha 24 del presente mes, deseo hacer referencia a la que me dirigiera usted el pasado 29 de febrero, cuyo texto reza del siguiente modo:

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trlljillo ( 19 30-196 i)

Su Excelencia Generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva Excelencia: Permítame llevar a su elevado conocimiento que, hace algunos meses, tenemos varios embarques (vehículos, equipo para funciones recientes, etc.) en beneficio de las obras apostólicas de la Prelatura. Las solicitudes para la exoneración de los derechos fiscales, fueron enviadas a su tiempo por los trámites acostumbrados, pero no se ha recibido contestación hasta la fecha. Vuestra Excelencia y yo y los superiores de varias casas religiosas, hemos considerado siempre que sería necesario desenvolver el territorio de la Prelatura en plan de misiones. Es decir, que los fieles del sudoeste no podrían ofrecer ni las aportaciones suficientes ni el personal para establecer nuevas parroquias y nuevos planteles educativos. Cada año el Gobierno de V. E. ha asignado cuantiosas sumas para construir edificios eclesiásticos y ayudar generosamente en el sostenimiento del personal. También cada año, yo y los superiores seligiosos, hemos recaudado sumas, más reducidas, pero han subido hasta RD$60.000.00 y hasta RD$SO.OOO.OO anuales para cubrir los gastos de estas misiones católicas. Pensamos recoger más este año en curso para que las obras iniciadas no sufran ninguna disminución en sus óptimos resultados mientras dure la actual crisis económica. Todos los vehículos y otros artículos (cuya relación se acompaña) son donativos de los superiores religiosos y otros amigos de la Prelatura. Si las circunstancias actuales no permiten la exoneración de los derechos fiscales, nos hacemos cargo de la situación. Pero una contestación definitiva nos permitiría hacer nuestros cálculos a fin de pagar los impuestos para los artículos más necesarios, y devolver los demás hasta que se normalice la economía. Aprovecho la oportunidad para expresar a V. E. mis sentimientos de la más alta consideración. Muy cordialmente (fdo.) TRaMAS F. REILLY Prelado de San Juan A esta carta, respondí por la vía telegráfica en la forma siguiente:

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Antología de

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Monseñor Thomas F. Reilly Prelado de San Juan de la Maguana Su carta fechada el 29 de febrero la acabo de recibir hoy 5 de marzo. Deseo acusarle recibo de su atento y cordial mensaje. Se han transmitido las órdenes del caso para conceder la exoneración de derechos e impuestos de importación formulada por esa prelatura. Con mis cordiales saludos, GENERALÍSIMO RAFAEL

L. TRUJILLO MaLINA

Posteriormente, me remitió usted su carta de fecha 24 de marzo, que copio textualmente a continuación: Su Excelencia Generalísimo Doctor Rafael L. Trujillo Malina Benefactor de la Patria Excelencia: Hemos recibido con aprecio su telegrama de fecha 5 del actual en el cual V. E. me informa que ha dado órdenes para las exoneraciones de los diversos embarques donados por los superiores religiosos en beneficio de las misiones de este territorio. Hemos comenzado a retirar dichos embarques de las aduanas, y esta misma semana dos reverendos oadres de la Prelatura están en la capital para atender a los detalles. Agradecemos esta nueva prueba de su interés por las difíciles misiones de esta parte del Sudoeste de la República. Como ya hice referencia a V. E. en mi carta del 29 de febrero, nosotros ~los superiores religiosos y YO-, estamos redoblando esfuerzos para recoger lo que falta para sostener dichas misiones durante la crisis económica. Ya yo he hablado a algunos superiores religiosos y he escrito a amigos en los Estados Unidos, y confío poder recoger alrededor de cien mil dólares en el presente año. Como obispo católico, quiero exponer a V. E. que estoy todavía gravemente preocupado por la situación actual. La ausencia completa de los militares en las horas en que deben cumplir su sagrado deber de asistir a la misa dominical, significa mucho para mí. Además, las actuaciones de la policía de Seguridad y la campaña en que se trata del título de "Benefactor de la Iglesia", no contribuyen, por decir lo menos, al sosiego y a la tranquilidad del país, en estos momentos de crisis. Seguimos rezando fielmente por V. E., en medio de tan graves problemas, para que Dios le ilumine y le ayude siempre.

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Aprovecho la ocasión para reiterar a V. E. mis sentimientos de la más alta consideración. '. Muy cordialmente. (fdo.) MONS. TRaMAs F. REILLY Crea, Excelentísimo Señor, que agradezco los nobles esfuerzos que los religiosos dependientes de esa prelatura vienen realizando en ejercicio de su apostolado. No he podido dejar de sorprenderme, sin embargo, que V. E., al escribirme para agradecer un señalado favor que me ha sido grato atender personalmente, utilice términos de censura, cuyo tono de acritud no se compadece con el carácter cortés que es propio de las comunicaciones en que se formula una petición o en que se impetra un beneficio. No obstante esa circunstancia, no me he limitado a endosar la solicitud de V. E. a la Oficina de Exoneraciones del Gobierno, sino que la he recomendado favorablemente para que se la liberara de todos los trámites necesarios y se concediera sin demora. Me ha llamado profundamente la atención lo que V. E. me expresa sobre las actuaciones de la Policía Nacional y sobre el movimiento plebiscitario que se ha producido últimamente en el país para que se me otorgue el título de "Benefactor de la Iglesia en la República Dominicana", y acerca de la inasistencia de los miembros de las Fuerzas Armadas a los servicios religiosos. La iniciativa encaminada a que se reconozca cuanto he hecho en beneficio de la Iglesia Católica tuvo su origen, como no lo puede ignorar V. E., en manifestaciones hechas desde Roma por un sacerdote dominicano, las cuales han sido luego fervorosamente apoyadas por un vasto clamor popular en que participan personas e instituciones de todos los sectores sociales que profesan con honda sinceridad la religión católica, apostólica y romana, y cuyos sentimientos religiosos han estado naturalmente halagados y fortalecidos por mi invariable disposición a proteger la Iglesia en cuyo seno milita la casi universalidad de los dominicanos. Ese movimiento popular no ha sido promovido por mí, sino que ha emanado del pueblo, que no ignora lo que he hecho por la Iglesia Católica desde hace más de 30 años, sin que en ningún momento haya aspirado a obtener recompensa alguna ni a que mis sacrificios y esfuerzos se galardonen con títulos y prerrogativas de ninguna clase. Es natural que la unanimidad con que esta iniciativa ha sido respaldada me produzca una íntima satisfacción, puesto que la mayoría de las

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personas que la patrocinan, las cuales desconocen los procedimientos canónicos, ha obedecido exclusivamente al deseo de pedir por mí lo que hubiesen pedido para cualquiera que hubiese hecho la mitad de lo que yo he realizado para que la fe católica [se] arraigue cada día más en el país, y para que la verdadera iglesia de Cristo lleve a' cabo, con toda la eficacia necesaria, su obra evangelizadora que tanto bien está llamada a producir en un mundo furiosamente combatido por las fuerzas del mal, encarnadas en el materialismo de quienes profesan la doctrina comunista y aspiran a destruir las esencias de la civilización cristiana. Para el pueblo que ha prohijado ese movimiento no ha podido pasar inadvertido el hecho de que en nuestro país la Primera Magistratura del Estado haya sido ocupada por sacerdotes eminentes, como monseüor de Meriño y monseüor Nouel, quienes no se preocuparon por investir a la Iglesia de la personalidad jurídica que le hacía falta, y por someter a un régimen concordatario sus relaciones con el Estado. El destino me reservó esa satisfacción, que aprecio debidamente por lo que ella significa, no para mí personalmente, sino para la mayor gloria de la Iglesia Católica en la República Dominicana. Los que han apoyado la iniciativa de que se trata no pudieron, desde luego, ignorar que una cosa es un deseo de las clases populares y otra muy diferente que Roma tenga que acceder a eso, como cosa oficial. V. E. sabe tan bien como yo, que la Iglesia Católica -obrando democráticamente en tiempos pasados-, acogía en la lista de los santos a los que el clamor público canonizaba. Y aun hoy día, cuando existen reglas estrictas sobre la materia, ningún obispo se preocupa porque el pueblo le llame Santo a quien muera en olor de santidad, porque sabe que la última palabra se reserva siempre a la sabiduría de la Santa Sede. Algo así está sucediendo en nuestro país, y ello debería llenar de satisfacción a todo demócrata consecuente, pues "la voz del pueblo es la voz de Dios". En la que se refiere a la inasistencia de los miembros de las Fuerzas Armadas a los oficios religiosos, he sido informado que el general de brigada César A. Oliva García, comandante de la ya Brigada con asiento en San Juan de la Maguana, dio oportunamente a V. E. las explicaciones de lugar sobre las providencias que se habían puesto en vigor a ese respecto. En cuanto a lo que me expresa V. E. obre la preocupación que le producen las actuaciones del Servicio de Seguridad del Gobierno dominicano, creo de mi deber ratificar a usted los términos de la carta que dirigí en fecha 3 de marzo a los firmantes de la carta pastoral del 31 de enero del año en curso. Todas las medidas para garantizar la estricta observancia de la Constitución y las leyes en lo que respecta a los procedimientos que

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deben seguir los cuerpos de policía y las instituciones judiciales en los casos de personas que realizan actividades contrarias al orden público y a la seguridad del Estado, han sido puestas en práctica con el más alto espíritu de ecuanimidad y de justicia. Me he preocupado personalmente porque esas providencias se cumplan de la manera más estricta, y para que ningún rigor innecesario ni ningún procedimiento que no sea estrictamente legal se utilicen en tales casos contraviniendo las recomendaciones que he hecho, para que nadie pueda alegar un solo hecho de arbitrariedad a cargo de las autoridades dominicanas. No se podría pretender, desde luego, que las autoridades que tienen la responsabilidad de salvaguardar el orden y la dignidad de las instituciones se crucen de brazos ante actividades que ponen en peligro la paz de la nación y la seguridad del Estado. La Leyes para todos: para gobernantes y para gobernados; y si los primeros tienen el deber de no extremarse en la ejecución de la misma, los segundos tienen a su vez la obligación imperiosa de acatarla para que la sociedad no se disuelva y para que el orden no degenere en anarquía. En la mayoría de los países del mundo, los señores obispos tienen sobrados motivos para mostrarse preocupados ante problemas tan graves como el del receso del mundo trabajador, el de la prensa hostil, el de congresos enemigos patrocinados por los adversarios de la Iglesia Católica, el del comunismo que cuenta con el respaldo de gobiernos ateos y persecutorios, y como el de la apatía o la mala voluntad de las autoridades que no secundan con el celo debido la acción regeneradora del clero católico; pero en la República Dominicana, por fortuna, las altas autoridades eclesiásticas pueden entregarse su sagrado ministerio, sin que tales problemas las agobien y las distraigan del cumplimiento de su principal misión, que es la de velar por el bien de las almas y por los intereses puramente espirituales de los fieles. Así, en tiempos no muy lejanos, fue objeto de graves preocupaciones para algunos obispos la situación de Italia bajo el régimen de Mussolini, de la Argentina bajo Perón y la de Cuba bajo Fulgencio Batista. El cambio que se produjo algún tiempo después en cada uno de esos países, como sustitutivo de aquellas situaciones, ha tenido que hacer reflexionar a esos mismos jerarcas que creyeron cándidamente que con la desaparición de esos regímenes podrían sufrir las cosas una evolución favorable. Su decepción ha tenido que ser profunda al encontrarse hoy frente al hecho de que tal transformación se ha efectuado en un sentido perjudicial para los ideales que sustenta la Iglesia Católica v Que se resumen en el mayor bienestar posible para todas las ciases SOClclles y eH t:l uUullL.ClllllenLO <.le la paL. y el orden en todas las naciones civilizadas.

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Estoy seguro de que las autoridades eclesiásticas no aprueban el trato que se da a los negros en determinados países, ya que las discriminaciones raciales constituyen la peor de las ofensas a Dios y el mayor atentado que pueda cometerse contra la dignidad de los derechos humanos; y que para ellas tendrá que constituir un motivo de permanente preocupación ese mal ejemplo en la obra común de mejorar la suerte de los hombres y de establecer en el mundo una era de concordia fundada en la fraternidad y en la justicia. Notable contraste, Excelentísimo Señor, que me hace pensar en la conveniencia de que se haga el mayor hincapié en el cumplimiento, por parte de todos los que profesan la religión católica, apostólica y romana, del cuarto mandamiento que impone el respeto a la autoridad, y cuya obsenrancia bastaría para impedir la maldad ele los que fabrican bombas y traman complots para subvertir antidemocráticamente los poderes legítimamente constituidos. Sería, por otra parte, un craso error juzgar a nuestro país con el mismo criterio con que se juzga al pueblo norteamericano. El pueblo de la República Dominicana es de origen español y su ideología, sus hábitos, sus tradiciones, sus sentimientos y sus ideas, corresponden a los de un país de raza hispánica. Los métodos de gobierno no pueden ser idénticos para los dos países porque su idiosincrasia y su mentalidad no son las mismas. Es el progreso, con todas las ventajas que de él derivan desde el punto de vista de la educación, de la elevación del nivel social, económico, etc., lo que puede ir transformando gradualmente a los pueblos que, como el nuestro, avanzan por los caminos de la civilización con un pesado lastre de incultura política y de resabios ancestrales. Lo importante para los hombres a quienes Dios ha colocado en la dirección de los destinos supremos del pueblo dominicano, es no perder en ningún momento la noción de las justas proporciones para no incurrir en los excesos en que incurrió el gobierno de los Estados Unidos cuando gobernó militarmente la República Dominicana. Esto explica en parte nuestro modo de reaccionar algo violento, pero quién sabe si a ese modo de ser connatural se ha añadido el mal ejemplo que tuvimos la desgracia de aprender de los que ocuparon nuestra Patria durante años. Hubiésemos deseado algún acto de repudio por parte de las autoridades eclesiásticas frente a aquellos ocupantes. Pero a falta de eso, tenemos el testimonio, entre otros mil que se podrían citar, de monseñor Alejandro A. Nouel, arzobispo de Santo Domingo, quien ha descrito mejor que nadie las tremendas equivocaciones y las grandes injusticias en que el gobierno de ocupación incurrió mientras tuvo en sus manos los destinos de nuestro país.

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La SlImisión biel1 pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

"El pueblo dominicano ha sufrido -afirma el ilustre prelado en su carta al ministro W. W. Rüssell del 19 de diciembre de 1920-, sentencias prebostales en asuntos completamente civiles ... Ha sufrido sentencias de un tribunal que falla soberanamente sin derecho alguno a la apelación... Ha soportado una censura para la prensa no solamente humillante y despectiva, sino también ridícula y pueril. Yo recuerdo haber visto un artículo científico observado por un censor, con su sello y firma, prohibiendo su publicación porque el autor de dicho artículo decía: Kant, el gran pensador alemán, padre de la filosofía moderna, no puede considerarse inferior a Aristóteles ni a Platón, etc.... Un sacerdote español de conducta ejemplar, que desempeñaba la cura de almas en Sánchez, fue reducido a prisión, incomunicado y encerrado en Samaná en inmundo calabozo, en donde permaneció cerca de seis meses, por el solo hecho de haber elogiado en una discusión de sobremesa, en el hotel donde se hospedaba y mucho antes de entrar los Estados Unidos en la guerra, el valor y la organización del ejército alemán ... El pueblo dominicano es verdad que en sus conmociones políticas presenció más de una vez injustas persecuciones, atropellos a los derechos individuales, sumarios fusilamientos, etc ... ; pero jamás supo del tormento del agua, de la cremación de mujeres y niños, del tortor de la soga, de la caza de hombres en las sabanas, como si fueran animales salvajes, ni del arrastro de un anciano septuagenario en la cola de un caballo a plena luz meridiana en la plaza de Hato Mayor. Nosotros, no lo niego, conocíamos el fraude en los negocios y el robo al detalle de los fondos públicos; pero con la ayuda y las lecciones de varios extranjeros, nos perfeccionamos en el arte del engaño y en dilapidaciones al por mayor". Es, pues, explicable que sacerdotes de nacionalidad norteamericana, influidos por sentimientos e ideas propios del ambiente de donde proceden, incurran en f1agrantes errores en su manera de apreciar un país pequeño y pobre como el nuestro que dista tanto de su patria de origen en cuanto a la evolución de sus instituciones y en cuanto a la aptitud de cada individuo para ejercer los derechos fundamentales de la persona humana. Termina Su Señoría Ilustrísima ofreciéndome sus oraciones paternales. Las acepto complacido para que Dios me ilumine y me siga fortaleciendo en la misión que me ha confiado: ayudar a mi Patria en todos los órdenes y contribuir con todas mis fuerzas a que en la República Dominicana la fe adquiera cada día mayor fuerza para que pueda servirnos de escudo contra la labor satánica de los enemigos de Dios y de la religión católica, apostólica y romana.

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Antología de docu11leJ1tos

Saluda a Vuestra Señoría Ilustrísima muy respetuosamente y besa su anillo pastoral, RAFAEL

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Carta del generalísimo Trujillo a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor con derecho a sucesión y administrador apostólico sede plena (c. Trujillo, 31 de marzo de 1960) C.

HEPB. ¡bid., N° 13, fr. 13-15.

Señoría Ilustrísima: El Señor Secretario de Estado de Interior y Culto me ha enterado acerca de la petición formulada por Vuestra Excelencia en carta de fecha 15 del mes de enero del año en curso, dirigida al entonces titular de ese departamento, para solicitar la intervención del Superior Gobierno con el fin de que se conjure el déficit del Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, que asciende actualmente a la suma de $33,879.36. Aunque el informe técnico de la citada Secretaría de Estado es adverso a la petición de Vuestra Excelencia por razones burocráticas, muy dignas de atención a causa de los efectos que la pastoral del 31 de enero ha tenido sobre las recaudaciones fiscales, no he vacilado en recomendar que se asigne al Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino la suma solicitada para que esa institución, a la cual he dado todo el apoyo desde su fundación, pueda proseguir su obra que reviste importancia capital por lo vinculada que se halla a la formación del sacerdocio y a la conveniencia de que la Iglesia Católica cuente en nuestro país con suficiente personal netamente dominicano. Considero el Seminario como una de las instituciones más dignas de apoyo oficial por la trascendencia de su misión y por la circunstancia de que una de las necesidades más imperiosas de la Iglesia Católica en nuestro país es la de dotarla de sacerdotes que hayan nacido y se hayan formado en nuestro propio medio, y que conozcan a fondo la verdadera idiosincrasia del pueblo dominicano. Un escrúpulo, sin embargo, me ha hecho considerar que tal vez no sea oportuna mi intervención cerca de los organismos oficiales competentes para que la solicitud hecha por Vuestra Excelencia a favor del Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino sea definitivamente aprobada. El Señor Obispo de San Juan de la Maguana, Su Excelencia monseñor Tomás

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La 5lHlli5ión bien pagada. La Igbia dominicana bajo la Era de Tmjillo (1930-1961)

F. Reilly, en carta que me dirigió en fecha 24 de marzo considera como un motivo de preocupación\:~1 plebiscito popular que se ha iniciado para se me otorgue el título de Benefactor de la Iglesia Católica en la República Dominicana. Ese movimiento, respaldado por algunas figuras destacadas del clero nacional, se inspira evidentemente -según las manifestaciones de las personas e instituciones que lo han apoyado sin reservas-, en el deseo de que se deje constancia, de una manera pública y solemne, del hecho de que he sido yo, entre todos los gobernantes dominicanos, el único que ha secundado sin vacilaciones la obra de la Iglesia Católica, que la ha rodeado de las facilidades materiales necesarias para el ejercicio de su misión espiritual, y que ha llevado esa protección hasta el extremo de suscribir un convenio que somete a un régimen concordatario las relaciones entre la Santa Sede y el Estado. Ante esa actitud del Excelentísimo Señor Obispo monseñor Tomás F. Reilly, lo lógico parece ser que en lo sucesivo me abstenga de intervenir, como lo he venido haciendo desde hace largos años, a favor de cuantas solicitudes puedan favorecer las actividades de la Iglesia Católica y contribuir a la realización de su obra de bien social y espiritual en la República Dominicana. De esa manera, desparecería naturalmente todo motivo para manifestaciones como la que ahora sustenta una inmensa mayoría del pueblo dominicano, que constituye una expre~ión absolutamente espontánea del espíritu público, a la cual he querido permanecer ajeno, no obstante la legítima satisfacción que me produce como refrendación pública de cuanto he hecho a favor de una de las causas más nobles en que puede interesarse un gobernante en nuestro país: la del auge del culto católico, que tan íntimamente se halla unido al nacimiento de nuestra nación y la reafirmación de nuestros atributos más preciosos como país soberano. Mucho me complacería conocer la opinión de Vuestra Excelencia acerca de los escrúpulos que me inspira esta carta y que se justifican por la significación que tienen en lo que respecta a la conducta que me competa observar en lo adelante cuantas veces se solicite mi intervención en asuntos que atañen a la Iglesia Católica en la República Dominicana. Saluda a Su Señoría Ilustrísima muy respetuosamente y besa su anillo pastoral, (fdo.) RAFAEL L. TRUTILLO

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260. Carta del Arzobispo Coadjutor en respuesta a la anterior del generalísimo Trujilla (c. Trujilla, 4 de abril de 1960) ¡bid., Núm. 14, ff. 16-17.

Excelentísimo señor: Tengo el honor de referirme a la atenta carta que tuvo a bien dirigirme el 31 de marzo próximo pasado, en relación con la actitud futura de Su Excelencia en cuanto a vuestra intervención en obras de la Iglesia. Abrigo el convencimiento de que Vuestra Excelencia, como católico, continuará prestando toda colaboración a la Iglesia. Es doctrina de ésta que todos sus hijos tienen el deber ineludible de colaborar en sus obras, obligación que aumenta, en proporción de las posibilidades y la autoridad con que la divina providencia inviste a cada uno. Además, quien favorece a la Iglesia, beneficia siempre al pueblo. Si la Iglesia ha recibido y recibe ayuda de un gobernante católico, Vuestra Excelencia tiene sobradas pruebas de que Ella ha rendido servicios en todos los aspectos de la vida de la nación, y estoy seguro de que su apostolado en nuestra patria representa para Vuestra Excelencia verdadera satisfacción. Por lo demás, el Señol~ inmensamente justo, recompensa aun en este mundo dando "el ciento por uno", conforme al espíritu del Evangelio: "pues el que os diere un vaso de agua en razón de ser discípulo de Cristo, os digo en verdad que no perderá su recompensa" (S. Marcos 9, 41). Refiriéndome al título de Benefactor de la Iglesia, he de informarle con toda sinceridad que los excelentísimos señores obispos, de acuerdo con el procedimiento en vigor actualmente en la Iglesia, no pueden menos de reconocer que títulos de tal índole pueden solamente emanar de la autoridad competente, que es, en este caso, la Sede Apostólica. Según el principio jurídico: ubi major minor cessat, los obispos son incompetentes para otorgar este título; tanto más, cuanto que la Santa Sede ha reconocido los relevantes méritos de Vuestra Excelencia con altas distinciones pontificias que no fueron concedidas a ningún otro gobernante de nuestra República, antes de vuestra gestión pública. Por otra parte, la Iglesia reconoce oficialmente estos méritos de Vuestra Excelencia al hacer públicas plegarias establecidas oportunamente en el Concordato. Agradezco la amabilidad de Vuestra Excelencia por haber querido oír mi opinión en asunto de tan grande importancia.

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Saluda muy atentamente a Vuestra Excelencia con los mejores votos en el Señor, " (fdo.) +OCTAVIO A. BERAS Arzobispo Titular de Eucaita, Administrador Apostólico sede plena de Santo Domingo

261. Carta del P. Joaquín Ferragut, Sch.P., al P. Vicente Tomek, prepósito general de las escuelas pías en Roma, informándole sobre los serios problemas del país (e. Trujillo, 11 de abril de 1960) c. Cruz Infante, Colegio Mayor, pp. 152-154.

Amadísimo y venerado padre: Aprovecho la oportunidad que me ofrece el viaje que realiza a Puerto Rico el Excmo. y Rvdmo. Mons. Lino Zanini, nuncio apostólico en la República Dominicana, para ponerme en comunicación con V P. Reverendísima, y ponerle al corriente de los últimos acontecimientos acaecidos después de su paso por aquí. La situación, con relación a la época de la visita de VP. Rvdma., ha cambiado radicalmente, aun habida cuenta de las previsiones que se podían formular. El periodo crítico comenzó a últimos [días] del mes de enero del año en curso, cuando se descubrió, según dicen, un complot contra el generalísimo Trujillo, con bastantes ramificaciones por toda la nación. Los detenidos, en efecto, fueron muchos. De los universitarios del Colegio Mayor detuvieron a seis. Cuatro de sus casas y dos de aquí. Uno de estos últimos sacado desde el Colegio por las fuerzas del servicio de Inteligencia en las primeras horas del día. En un principio nada se supo de ellos. Al fin, después de una búsqueda infructuosa de varios días, se localizaron en la cárcel nacional llamada "La Victoria". A todo esto, yo estaba ausente de la República Dominicana, pues eran los días en que estaba en Costa Rica en el VII Congreso de Educación Católica, en representación de todos los colegios católicos de la nación. A mi regreso, me enteré de todo. El P. Alfonso [Esteve] había solicitado, a través del Arzobispado, se concediese libertad condicional a los estudiantes del Colegio Mayor, hasta que se verificase el juicio. No se obtuvo contestación. Hacia el 31 del mes de enero se publicó la pastoral de los Excmos. Sres. Ordinarios recabando trato humanitario para con los presos, pues se

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rumoreaban con fundamento tratos brutales, indignos y ofensivos a la dignidad humana. La pastoral tuvo una tremenda repercusión, tanto dentro como fuera, sobre todo fuera de la nación. Era la primera vez en la historia del régimen de Trujillo que se levantaba con virilidad y gallardía una voz denunciando los atropellos, tantas veces repetidos en la negra historia de este régimen dictatorial. Naturalmente se produjo una tensión tremenda con la Iglesia, que no sólo no ha remitido desde entonces, sino que ha ido en aumento, hasta el punto que es imposible predecir hasta dónde puedan llegar las cosas. Se juzgó, por fin, a los encartados. A muchos, si no a todos. Entre ellos a los del Colegio Mayor. De primera sentencia fueron condenados todos a treinta años de cárcel. Todo ello me hizo pensar que nuestros enemigos, los enemigos de la Iglesia, que son muchos y poderosos, fanáticos y virulentos, nos querrían hacer pasar por enemigos del régimen o pretenderían convertir el Colegio en centro de conspiración. El tiempo ha confirmado mis sospechas. Después del juicio y de la revisión, se produjo como una tregua de total inactividad política por parte de los opositores. Pero a partir de la primera decena del mes de marzo, comenzaron a aparecer papelitos con diferentes leyendas en la Universidad, primero en unas facultades, después en otras y últimamente en el Colegio Mayor. Fueron detenidos al parecer los autores de semejantes escritos, y algunos de los que los propagaban. Detuvieron a uno de nuestro colegio, a quien denunció un primo suyo, como quien los difundió en el Colegio Mayor. Esto, unido al hecho de haber escrito varios de los muchachos del Colegio una carta dirigida a monseñor Beras, arzobispo coadjutOl~ a quien visitó V. P. Rvdma. en su visita canónica, para que intercediese cerca del Generalísimo para que se respetasen los derechos humanos de los detenidos, carta que no existe, porque fue rota por el P. Alfonso, desencadenó la tempestad que ya estaba previendo desde hace tiempo. El Servicio de Inteligencia, en efecto, aprovechando las complicidades infantiles de unos y otros muchachos, ha informado a la superioridad, esto es al jefe Truj illo , que el Colegio Mayor es un "foco infeccioso contra el régimen". Fui llamado dos veces al Palacio Nacional a fin de ser informado de las declaraciones de los encartados, que fueron tres al principio, y que ahora son dos, y de la opinión del Servicio de Inteligencia. Di mis argumentos para demostrar nuestra absoluta falta de intervención en nada de cuanto se nos acusaba, pues no podíamos hacernos responsables de las actividades de los colegiales al margen del Colegio y de sus estudios; pero ha prevalecido en la práctica la opinión del Servicio de Inteligencia, sin que valga una conducta intachable durante tantos años y la sinrazón de un

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delito que no existe, pues ni la leyenda de los papeles hace referencia a nadie, ni contiene siquierá injurias o motes, ni la carta dirigida a una autoridad legítima, con legítimo derecho, llegó a su destino. Lo cierto es que el Servicio de Inteligencia comenzó a llamar a alumnos de los padres de nuestros alumnos para que, juntamente con ellos, se presentaran en su cuartel, y allí entre frases soeces e insultantes para nosotros y para la Iglesia, les amenazaban con insinuaciones de peligros futuros, para que obligasen a sus hijos a abandonar el Colegio. Así han conseguido reducirlo prácticamente, por ahora, a la mitad. No sé si después de las vacaciones de Pascua, vendrán más o menos. Se han dado por cierto casos de verdadero valor de parte de los padres y de parte de los colegiales. Algunos, pocos por cierto, han vuelto a pesar de las amenazas. Como consecuencia de todo esto, nos han quitado la subvención, que veníamos recibiendo desde el principio. La situación económica, por tanto, es poco menos que insoluble. Pero no me preocupa tanto como nuestra posición frente a las autoridades. Ante esta situación, y previa consulta y aprobación del Sr. Nuncio, escribí la carta, cuya copia adjunto, dirigida a monseñor Beras, y la contestación del mismo a aquella, que también incluyo. No me extraña esta postura del Gobierno. Estamos acostumbrados a recibir la callada por respuesta. Pero una persona allegada a personas relacionadas con otras de las altas esferas nos ha comunicado confidencialmente que de arriba le han dicho que por ahora no se meterán públicamente con nosotros ni nos llamarán a Palacio; pero que nos cuidemos, porque como viajemos mucho con vehículos, nos puede ocurrir "un accidente fortuito", que frecuentemente suele ser trágico. Naturalmente que en nuestro caso, el blanco del odio, animadversión o despecho de nuestros enemigos y de los enemigos de la Iglesia, está concentrado sobre el P. Alfonso y sobre mí. Más aún, creo yo sobre el P. Alfonso, por el hecho de creerlo el inspirador de la carta en cuestión, que a juicio de aquellos, debe constituir un flagrante delito. Como comprenderá V. P. Rvdma., en estas condiciones, nuestra vida se desenvuelve en un plan de ansiedad y de zozobra, que resta ánimo para todo. No obstante, nos mantenemos en la brecha dispuestos a lo que venga, mientras nuestros superiores no nos ordenen una forma de actuar clara y definida. En este sentido, pido su consejo y orientación. No quisiera que las consecuencias de lo acontecido en el Colegio Mayor repercutieran en el de pequeños. Hasta ahora parece que los campos se mantienen diferenciados. Lo que interesa, creo yo, interpretando el deseo de V. P. Rdma., es garantizar de una u otra forma nuestra permanencia en la República Dominicana, como sea.

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El Excmo. Sr. Nuncio, al enterarse de nuestras dificultades y de la posibilidad de que el Colegio Mayor tuviera que cerrarse, estaba dispuesto a mantenerme a su lado en la Nunciatura, como su secretario particular o buscarnos un acomodo en Puerto Rico, en espera de la solución definitiva de esta situación, que durará más o menos, pero que da la impresión de hallarse en la fase final de su desenvolvimiento, y en previsión de un punto de apoyo y concentración para el caso que tuviéramos que abandonar la República Dominicana, estabilizando la necesaria expansión de nuestra viceprovincia en un país donde las instituciones de cualquier género que sean, no se vean sometidas con tanta facilidad a los vendavales veleidosos de la voluntad omnímoda de un dictador sin criterio, sin escrúpulos y sin conciencia. En estos últimos tiempos, la campaña contra la Iglesia ha subido ele punto. Ha cometido la torpeza el generalísimo Trujillo de querer que se le otorgue el título de Benefactor de la Iglesia en la República Dominicana. Para ello ha movilizado todos sus medios propagandísticos y de presión de que dispone, que son inmensos. De todas partes de la República han comenzado a llover adhesiones "libres y voluntarias" en forma plebiscitaria, adhiriéndose a la solicitud que firmaran el Sr. Presidente de la República y todos los ministros para que se le otorgase dicho título. Ha intentaelo presionar a las religiosas principalmente, religiosos y clero. Afortunadamente nada ha conseguido, a excepción de un voto de unos desgraciados sacerdotes que arrastran por los suelos, como una piltrafa, su dignidad sacerdotal, todos ellos empleados del Gobierno en diferentes institutos militares. Los demás nos hemos negado. Finalmente, la jerarquía eclesiástica ha tomado cartas en el asunto y ha cortado el propósito descabellado. Resulta desconcertante, inconcebible, cómo un hombre pugne por alcanzar un título semejante, y por otro lado, esté atacando a la Iglesia de forma implacable en cosa tan trascendental, entre otras, como es el Concordato, que él personalmente firmó en Roma en el mes de julio de 1954, y que ha pregonado en varias ocasiones que ha sido el acto más trascendental de su vida de gobernante. No sé si con lo que antecede podrá formarse S. P. Rvdma. una idea más o menos aproximada de la tremenda realidad que estamos viviendo. Es esta una situación delicada, difícil y peligrosa. Incomprensible para quien no la vive. Todo en este mundo es paradójico desconcertante, enigmático e imprevisible. Desde luego la impresión general es la de que se avecinan días amargos de dolor, de incertidumbre, de tragedia. Y lo peor es que no se avizora en el porvenir, cualquiera que sea la solución a que se abogue esta situación, una solución clara y satisfactoria, que empuje al

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optimismo y a la esperanza. Humanamente hablando yo no le veo la solución. Soy providencialisfa: y espero en una u otra forma la intervención divina. Pero creo que no faltarán duros días de prueba. Es posible que la providencia requiera el crisol de la adversidad y del sufrimiento para que se purifique esta sociedad, ahíta de corrupción y de vicios, de sordideces inmundas y de pecados espantosos. Ya ojala que de aquel salga radiante el oro inapreciable de la paz. Me dirijo a v.P. Rvdma., como a nuestro amoroso padre común para que nos aconseje, nos dirija y nos aliente, indicándonos a qué hemos de ceñir nuestra conducta en estas excepcionales circunstancias. Su palabra será obedecida con humildad, con obediencia y con amor. Pero necesitamos esa palabra como faro que rasgue las densas tinieblas que nos rodean. Confiamos y pedimos sus paternales oraciones y las de todos los de esa Casa Generalicia, que por brotar de la brasa encendida de amor de Nuestro Santo Padre, han de hallar más favorable acogida ante el trono de Dios. No olvide, amadísimo padre, que esperamos con filial impaciencia la directriz luminosa de sus paternales consejos y sabias decisiones. Besa humildemente su mano el último de sus hijos. (fdo.) P. JOAQUÍN FERRAGUT

262. Reportaje de prensa sobre el asesinato de un supuesto "terrorista" colombiano a la puerta del apartamento del arzobispo Pittini (e. Trujillo, 14 de abril de 1960) "Dan muerte a un terrorista colombiano cuando trataba colocar bomba en Catedral. Acorralado, resiste a las autoridades", El Caribe XII:4373 (C. Trujillo, 16 de abril de 1960), p. 1., col. 8; p. 2, cols. 1-4.

El jueves, pocos minutos antes de la once de la noche, fue muerto en las dependencias de la Santa Iglesia Catedral de Santo Domingo, el terrorista colombiano Jairo Alberto Calderón Forero, después de haber sido sorprendido por agentes de la fuerza pública con poderosas bombas, que intentó colocar en aquel sagrado recinto.

Campa;"ia terrorista En el curso de la presente semana tuvieron efecto en esta ciudad actos de terrorismo, que mantuvieron en constante actividad a los agentes

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Antología de documentos

del orden público, empeñados en localizar al autor de los actos de vandalismo que se venían cometiendo. El Caribe no había dado una inforn1ación sobre estos sucesos, para no entorpecer las activas gestiones que practicaban los agentes del orden público. El lunes en la noche fue colocada una bomba en la Escuela Perú, otra en el antiguo Fuerte Santa Bárbara, y una tercera en la iglesia de San Carlos. El martes en la noche fue colocada una bomba mediana en la residencia del secretario de Agricultura señor Manuel V Ramos, y otra en los alrededores del Convento de los Dominicos. El secretario Ramos, momentos antes de hacer explosión la bomba colocada en su residencia, observó la presencia de un individuo sospechoso en la acera de su casa, con el cual habló. Anoche en la Catedral identificó a Calderón Forero como el mismo individuo que despertó en él tan justificadas sospechas. El o los terroristas se han dedicado en estos días a colocar sustancias pestilentes en las iglesias, arrojar grapas por donde tienen que pasar las procesiones, y profusa cantidad de volantes subversivos calzados por supuestas agrupaciones políticas revolucionarias. En estos volantes -que se arrojan en aceras, jardines y por debajo de las puertas-, se dice que los sacerdotes católicos se han infiltrado en la conspiración antigubernamental con el propósito de hacer las denuncias correspondientes, y que el descubrimiento de la red clandestina que dio lugar a las prisiones de enero, fue obra de sacerdotes al servicio del Gobierno dominicano. Las hojas sueltas piden al pueblo dominicano que se cuide de los "asesinos con sotana".

Ruta de muerte Calderón Forero se hizo sospechoso a los agentes del Servicio de Inteligencia Militar en los alrededores de la iglesia del Carmen, donde estuvo merodeando, parece que con el criminal propósito de colocar allí sus siniestros artefactos. Como continuó su ruta hasta la Catedral, fue siempre seguido de cerca. Allí, alIado de la puerta que da a la llamada Plazoleta de los Curas, se detuvo junto a un tubo del desagüe que sobresale en el lado exterior de la Catedral. Al ver que los agentes de la fuerza pública bajaban del automóvil que lo seguía, penetró en el interior del templo, seguido ya de cerca por las autoridades, intentando colocar uno de los petardos junto a una señora que se encontraba en oración. De ahí salió en vertiginosa carrera, cruzando por la sacristía, hasta llegar a la escalera que conduce a las habitaciones superiores donde reside

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el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Ricardo Pittini. La puerta que da al despacho arzobispal estaba cerrada, en la cual tocó con vigorosa insistencia. Acorralado, hizo uso de una pistola Colt calibre 45, disparando sobre la cerradura de la puerta. En ese instante llegaron los agentes de la fuerza pública sobre los cuales disparó, siendo inmediatamente fulminado por cuatro certeros balazos que pusieron fin a su carrera de terrorista y de maleante.

Actúa la justicia Junto a su cuerpo, que cayó sobre los peldaños superiores de la escalera, estaban los dos artefactos con que quiso hacer una verdadera matanza entre los fieles que devotamente asistían a las ceremonias del Jueves Santo, así como la pistola, totalmente disparada y una cajetilla de fósforos. Al lugar del suceso concurrieron altas autoridades militares y policiales, y representantes de la justicia que practicaron las diligencias de lugar. Los médicos legistas del Distrito Nacional examinaron allí mismo el cadáver del terrorista colombiano, certificando el carácter de las cuatro heridas recibidas. Poco después fue trasladado a la morgue del hospital William Morgan. También concurrieron al lugar del hecho el secretario de Estado de Justicia licenciado Mario Abreu Penzo; secretario de Agricultura Manuel V. Ramos; licenciado Luis E. Suero, procurador general de la República; don Virgilio Álvarez Pina, senador de la República, y otros funcionarios. El secretario Abreu Penzo y el senador Álvarez Pina conversaron en sus habitaciones con Su Excelencia Reverendísima monseñor Ricardo Pittini, arzobispo de Santo Domingo. Ausencia de sacerdotes En las esferas judiciales se reveló que en la Iglesia Catedral, desde el momento del suceso hasta el levantamiento del cadáver del terrorista, no se presentó ningún sacerdote, a pesar de haber sido notificados algunos de ellos de la ocurrencia. El anciano arzobispo Pittini se vio únicamente acompañado de la enfermera que lo asiste, y por la respetuosa deferencia de las autoridades que actuaron en este caso. Los funcionarios judiciales, doctor Manuel de Jesús Vargas Polanco, procurador fiscal interino, y Wilfredo Mejía Alvarado, abogado ayudante, practicaron una visita domiciliaria en la residencia de Calderón Forero, sita en la calle N° 86 de la calle Arzobispo Nouel, tercera planta, donde encontraron, en una de las gavetas de un tocador, otras dos bombas, destinadas a los siniestros fines de la subversión y el terrorismo.

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Antología de dOCll/llel1fos

Quién era Calderón Forero El criminal terrorista era natural de Colombia, en cuyo país había sido oficial del Ejército. En mayo de 1958 tomó parte en una conspiración militar contra la Junta Militar de Gobierno, y contra la persona del doctor Alberto Lleras, a la sazón presidente electo. Al [Tacasar el complot se refugió en la Embajada de Guatemala, la cual le concedió asilo político. Juzgado por tribunales militares, fue condenado a presidio y requerida su extradición al Gobierno guatemalteco. Después de algún tiempo de residencia en Guatemala, se trasladó a Ciudad Trujillo, hace pocos meses. El Servicio de Inteligencia Militar, trabajando incansablemente, está sobre la pista de dos cómplices de Calderón Forero, que hasta el momento no han sido capturados. Se espera que caigan en manos de las autoridades de un momento a otro.

263. Carta del Secretario Particular del generalísimo Trujillo a Mons.

Hugo E. Palanca sobre la propiedad del Obispado (e. Trujillo, 27 de abril de 1960) c. HEPB. ¡bid., N° 17.

Excelentísimo Señor: Como en día pasados usted se dignó dirigirse a la superioridad solicitando que se le diera en propiedad y bajo título la casa que usted ocupa y que tiene como sede al Palacio Obispal, cúmpleme informarle que ese inmueble no es propiedad del Estado dominicano, sino que es propiedad particular del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Malina, quien lo prestó a monseñor Octavio A. Beras en épocas pasadas para los fines a que ahora está destinado. Así mismo cúmpleme significarle que su propietario, el generalísimo Trujillo Malina necesita esa residencia, y que por tanto debe usted ir contemplando la forma de mudarse en otra residencia. Saluda a usted con sentimientos de mi más alta consideración, y besa su anillo pastoral, (fdo.) AUGUSTO PEIGNARD CESTERO Secretario Particular del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas

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264. Carta del Secretario de Estado de la Santa Sede a Tulio Franco Franca, embajador del país ante el Vdticano, agradeciendo un donativo del generalísimo Trujillo a la Nunciatura (Vaticano, 29 de abril de 1960) Castillo de Aza, Trujillo, pp.332-333.

Señor Embajador: No he olvidado llevar al conocimiento del Sumo Pontífice el gesto tan generoso por el cual el generalísimo Rafael Trujillo, presidente de la República Dominicana, ha querido destinar una suma de 50,000 dólares a la construcción de una nueva residencia para la Nunciatura Apostólica en Ciudad Trujillo. Su Santidad se ha mostrado profundamente emocionado con este magnánimo obsequio, en el cual el Santo Padre se complace ver un testimonio particularmente elocuente del amor a la Iglesia y a la Santa Sede del pueblo de Santo Domingo, de su Gobierno y de su Presidente. Es con el corazón agradecido que el Santo Padre recibe esta liberalidad, y le confía, señor Embajador, el cuidado de transmitir al generalísimo Trujillo sus vivas y paternales gracias y formula votos para que este bello gesto contribuya a estrechar aún más las excelentes relaciones que existen entre la noble nación y la Santa Sede. Ruégole aceptar, señor Embajador, la seguridad de mi más alta consideración, (fdo.) G. B.

MONTINI9

265. Respuesta de Mons. Hugo E. Polanca, obispo de Santiago, a la carta del secretario particular del Generalísimo (Santiago, 2 de mayo de 1960) ¡bid., N° 17.

Estimado Señor: Su comunicación N° 6720, de fecha 27 de abril pasado, fue recibida el día siguiente.

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Como es obvio, el firmante (Giovanni Baptista Montini) es el futuro Pablo VI, que había estado presente en la firma del Concordato el 15 de junio de 1954 como prosecretario de Estado, y ese mismo día, en la Embajada dominicana ante la Santa Sede, Trujillo le otorgó la Orden de Duarte. Cfr. E. Rodríguez Demorizi, Cronología de Trujillo II (1955), pp. 277-278.

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Antología de documentos

Enterado de su contenido, le estimaré expresar al generalísimo Dr. Rafael Leónidas Trujillo Malina, propietario de la residencia que durante cuatro años ha servido de Palacio Episcopal de esta ciudad, el agradecimiento de la diócesis por haberse dignado prestar dicha residencia para los fines a que estuvo destinada hasta el día de hoy. Cúmpleme avisarle que, ante la necesidad que de ella tiene su propietario, hoy mismo se ha iniciado el traslado a una nueva residencia, y que desde el jueves 5 de mayo estará la llave a disposición, y podrá ser entregada a la persona que se designe para ello. Muy atentamente, (fdo.) +HUGO EDUARDO PaLANCa Obispo de Santiago de los Caballeros

266. Carta del P Joaquín Ferragut, Sch.P, al vicepresidente Balaguer sobre la gravedad de la situación (c. TrujiHo, 3 de mayo de 1960) c. Cruz Infante, Colegio MaYal; pp. 155-156.

Honorable Señor Vicepresidente: De acuerdo con la conversación telefónica celebrada en la mañana de ayer con el Honorable Señor Rector de la Universidad de Santo Domingo, siguiendo instrucciones de Vuestra Excelencia, cúmpleme comunicarle: Que a raíz de los últimos acontecimientos universitarios, para cuyo conocimiento fue llamado por última vez al Palacio Nacional por Vuestra Excelencia el día 21 del pasado mes de marzo, los hechos se han sucedido como sigue: fueron citados por el Servicio de Inteligencia para que se presentasen en compañía de sus hijos a fin de que éstos prestasen declaración ante ellos. Con algunos de ellos se procedió así, en efecto. Pero en el mayor número de casos fueron solamente los padres, quienes pasaron a las oficinas del Servicio de Inteligencia, donde mediante insinuaciones poco benévolas y amagos de posibles contingencias desagradables para sus hijos, se vieron muy en contra de su voluntad y convicciones, en la amarga coyuntura de tener que obligar a sus hijos a que abandonaran el Colegio Mayor. Como consecuencia, en el plazo de dos días, se dieron de baja en el Colegio más de la mitad de los colegiales. Ante esta situación, originada por la incomprensible actitud del servicio de Inteligencia, me dirigí mediante carta fechada el día 22 de marzo pasado al Excelentísimo Sr. Arzobispo Coadjutor, monseñor Octavio A.

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Beras, recabando la intervención personal cerca del Gobierno para que éste se sirviera manifest<ir con claridad si estaba dispuesto a que continuásemos al frente del Colegio Mayor, otorgándonos la confianza que esa gestión conlleva o si prefería cancelar nuestra actuación al frente del mismo, en cuyo caso le hacíamos saber que estábamos dispuestos a abandonar el suelo dominicano en el plazo más breve posible. Verbalmente me hizo saber Su Excelencia Reverendísima, monseñor Beras, que había hablado dos veces con Vuestra Excelencia, y que en la segunda le había dejado en sus manos la carta que yo le había dirigido a él, con el fin de hacerla llegar al conocimiento del generalísimo Trujillo; pero que hasta aquel momento no había recibido contestación. En fecha 9 del mes de abril recibí una comunicación de monseñor Octavio A. Beras, por escrito, en la que me confirmaba lo expuesto verbalmente y me notificaba que aun cuando le había sido devuelta la carta mía, no había recibido contestación alguna respecto de su contenido. Pasadas las solemnidades de Semana Santa se fueron incorporando algunos de los universitarios al Colegio. Otros se abstuvieron debido a presiones, cuya procedencia no quisieron manifestar. Llegó el día 24 de abril, y a las once y cuarenta y cinco minutos de la noche fue lanzada una bomba contra el Colegio Mayor. Era lo que faltaba para colmar la medida del nerviosismo de los muchachos y el temor y angustia de .sus familiares. Y, naturalmente, se produjo la desbandada. Se fueron los .muchachos, y el Colegio quedó desierto. A esto hay que agregar la comunicación de parte del Director General de Inmigración, por la cual el P. Alfonso Esteve debía abandonar la nación dominicana, cosa que efectuó en el día de ayer a las 9 a.m. En estas condiciones, la finalidad para la que fue establecido el Colegio Mayor quedaba sin efecto y sin sentido. Lógicamente se imponía su cierre. Por ello, mi gestión ante el Sr. Rector de la Universidad de Santo Domingo para que tuviese a bien, previo acuerdo con instrucciones emanadas de la superioridad, indicar la persona que se hiciera cargo del edificio y mobiliario del Colegio Mayor, hasta tanto que el Superior Gobierno decidiera la nueva finalidad a que pudiera destinarse. Muy atentamente, (fdo.)

JOAQuíN FERRAGUT

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Antología de doctl1llmtos

267.

Palabras pronunciadas por Mons. Thomas F. Reilly en la Catedral de San Juan de la Maguana durante la visita del generalísimo Trujillo (7 de mayo de 1960) "Cooperación Iglesia-Estado no sufre mengua", El Caribe XIII:4395 (C. Trujillo, 8 mayo 1960), p. 1, cols. 4-5; p. 11, cols. 4-5.

Excelencia, reverendos padres, distinguidos visitantes y nuestros amados feligreses: Deseamos ofrecer hoy una bienvenida cordial a Su Excelencia, el Benefactor de la Patria. En los últimos meses hemos tenido el placer de ver a S. E. entre nosotros en varias ocasiones; primero en el mes de de diciembre para conmemorar un nuevo aniversario de la gloriosa Batalla de Santomé, y últimamente con ocasión de la gran Feria Agropecuaria de San Juan Bautista, acontecimiento de suma importancia para las provincias del sudoeste en que se ha manifestado, no solamente el progreso y desenvolvimiento de esta región, sino el porvenir alentador, las promesas de nuevas etapas de progreso por la puesta en cultivo de nuevas tierras y modernización en la explotación de las actuales por medio de canales de riego y de técnica moderna en su explotación. Ustedes saben que Su Excelencia ha aprovechado sus visitas a San Juan para hacer recorridos por toda esta jurisdicción con sus ayudantes y técnicos, ponderando nuevos proyectos en beneficio de esta región, los cuales él mismo revelará oportunamente cuando se terminen los estudios previos. Creo también conveniente decir una palabra breve sobre el progreso espiritual, moral y educativo del sur de la República. La prelatura de San Juan fue creada hace apenas seis años. Fue establecida como una jurisdicción independiente de la Iglesia, para atender más adecuadamente a cientos de miles de almas que sufTÍan durante décadas un abandono espiritual que era una triste tragedia. Sin embargo, en el corto espacio de seis años, hemos visto aquÍ en el Sur, merced a una fructífera colaboración de la Iglesia y el Estado, surgir nuevas parroquias y centros culturales y educativos en tomo a esas mismas pan"oquias. En estos centros se enseña y predica el puro evangelio de Cristo, sin herejías ni adulteraciones. El Gobierno de Su Excelencia ha costeado la construcción de numerosos edificios dedicados a este noble fin antes indicado, y haciendo así, a la vez, la mejor obra de gobierno en beneficio del pueblo. Una vez más quiero expresar mi público reconocimiento -como he hecho tantas veces en el pasado-, por esta noble labor del Gobierno de Su Excelencia.

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Mientras tanto, la Ig~esia no ha dejado estos edificios en una inútil inactividad, sino que cree 'haber hecho muy fecundos, en beneficio del pueblo, los dispendios hechos por el Gobierno. La Iglesia ha buscado por todas las partes del mundo varones y mujeres, llenos de virtud y de ciencia, que están haciendo de esos edificios, faros de luz divina y humana para iluminar y guiar al querido pueblo dominicano a través de las tinieblas de este mundo hasta la gloria eterna y la perfecta felicidad. Permítaseme decir de paso, que nuestras amadas monjas y nuestros virtuosísimos y abnegados sacerdotes no han venido aquí como extranjeros. Ellos son personas que han renunciado a todo, incluso al derecho de constituir sus propias familias, para tener perfecta libertad espiritual, y dedicarse en cuerpo y alma al servicio de Dios y de los hijos de Dios, que son nuestros amados hijos, y esto en cualquier parte del mundo. Donde está su grey, ellos están en su casa; donde hay ovejas sin pastor, ellos están siempre dispuestos a acudir solícitos a ejercer su sublime paternidad espiritual. Así, por citar un ejemplo entre muchos, los padres belgas que están en Neiba y Tamayo, trabajan en parroquias de misiones en los Estados Unidos de la misma forma y con la misma dedicación que lo están haciendo aquí; y en los Estados Unidos fueron gustosamente aceptados como padres espirituales de sus hijos como lo han sido igualmente aquí. Este ejemplo de cooperación fecunda de la Iglesia y el Estado en beneficio del pueblo dominicano, no sufre ninguna mengua, porque en algún momento puedan surgir dificultades entre los dos poderes. El Estado es una sociedad soberana, suprema en su esfera. Y también la Iglesia, fundada sobre la roca del primer Sumo Pontífice, es a su vez una Sociedad suprema y soberana en su esfera. A veces, pueden surgir dificultades a pesar de la buena voluntad de ambas sociedades; otras veces, tal vez por la acción de personas mal intencionadas, interesadas en provocar o agravar estos posibles conflictos. Pero aquí, en esta amada República, tradicionalmente católica, confiamos que tales maquinaciones diabólicas no triunfarán. Donde hay entre los representantes de la Iglesia y del Estado hombres de buena voluntad, hombres de inteligencia y de noble sinceridad, los conflictos posibles son pasajeros, se pueden resolver todos los problemas. Un poco de paciencia, una disposición de hacer cada parte un sincero examen de conciencia, y las dificultades se desvanecerán. Aquí en el sur de la República estamos recogiendo solamente los primeros frutos de la benéfica colaboración entre la Iglesia y el Estado en beneficio del pueblo dominicano. Tenemos grandes proyectos, abrigamos grandes esperanzas para el porvenir. Por eso es motivo de gozo contemplar estos primeros frutos porque son promesa de abundante cosecha en

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Antolo!Jía de documelltos

el porvenir, si todos nos dedicamos al trabajo en concordia y paz bajo la bendición de Dios. En el nombre, pues, de los reverendos padres, en el nombre de la feligresía de San Juan y en el mío propio, damos la más cordial bienvenida a la más alta autoridad del Estado, Su Excelencia el Generalísimo, por haberse dignado, una vez más, venir hasta nosotros. Sigamos trabajando todos juntos, hombro con hombro, pues es grande la tarea que queda por hacer, tanto en el orden material como en el espiritual. Pero ante todo, invoquemos todos juntos a Dios nuestro Padre para que Él haga fecundos nuestros buenos propósitos y comunes esfuerzos. Entonemos el tedeum y después supliquemos a Jesucristo Sacramentado su bendición. Que Dios nos ayude y bendiga a todos.

268. Artículo anónimo de un religioso español sobre el encuentro de Mons.

ReiUy y

TrujiHo en San Juan de la Maguana (e. TrujiHo, 8 de mayo de 1960) "Concordia de Trujillo y Reilly fija armonía Estado e Iglesia", El Caribe XIII:4390 (C. Trujillo, 11 de mayo de 1960), p. 13, cols. 5-6.

Admirado y querido Jefe: Con inmensa satisfacción leí y releí hoy en El Caribe la apoteosis de Su Excelencia en San Juan de la Maguana, cuando ayer elevó al Altísimo Dios a una con todo su pueblo, dirigido porsu pastor, Mons. Reilly, el himno consagrado de acción de gracias: el tedeum. En los años que llevo en la República Dominicana, identificado plenamente con los dominicanos para poderlos hacer sinceros cristianos y dignos patriotas, y admirando cada día más el mérito imponderable de Su Excelencia, que ha logrado sacar casi de la nada y entre dificultades inmensas, internas y externas, un gran pueblo, nunca leí en la prensa una verdad tan constructiva para la paz y concordia general de cuantos vivimos en esta patria, y que más conduzca a la prosperidad espiritual. El abrazo sincero de S. E. a Mons. Reilly le hemos recibido todos los que como él tenemos el único propósito y fin de santificar las almas; y ese abrazo de reconocimiento a nuestra abnegada labor nos consuela y nos conforta. A la vez, con Mons. Reilly le abrazamos todos a S. E. agradecidos y en reconocimiento a su inexhausta protección y ayuda a la Iglesia. Por este mutuo abrazo queda definitivamente aclarada la mejor voluntad que siempre hubo, hay y habrá por ambas partes de respetarse y ayudarse

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mutuamente en los bienes que persiguen la Iglesia y el Estado. Con ese abrazo han sido burlados 108 verdaderos enemigos de la Iglesia y del Estado, que sembraron la confusión y ponderaron cierto malestar ficticio entre ambas potestades con la malévola intención no de hacer prevalecer la una sobre la otra, sino de destruir las dos. Mi sueño apostólico y mi ilusión desde hace varios meses no ha sido otro que ver a las supremas autoridades de ambos poderes comprenderse en la caridad de Cristo para ayudarse mutuamente con la mejor voluntad en la consecución de sus fines comunes cristianos, para mayor prosperidad de todos, sin disminución de la dignidad de nadie. Todos los días he venido pidiendo a Dios luz para las supremas autoridades de la Iglesia y del Estado, para que vieran claro que lo que trataba de separarlos no era la enemistad ni la injusticia mutua, sino que eran otros poderes extraños, enemigos a la vez del Gobierno y de Su Excelencia y de su persona y de la Iglesia Católica; vengo pidiendo luz y calma para enjuiciar prudentemente los hechos o rumores disociadores; y sobre todo la mejor voluntad y recta intención de resolver las diferencias positivas que se hallasen en la mejor armonía, según los principios de la justicia cristiana, pues me parecía que éste era el camino más prudente y más evangélico para conservar y consolidar la Iglesia Católica en la República Dominicana. El abrazo de San Juan confirma que existia, existe y existirá esta disposición y esta realidad, gracias sobre todo a la comprensión y justicia de sU: Excelencia. Por eso, admirado y querido Jefe, de todos los dominicanos nativos y adoptados, hoy leí con más placer que nunca El Caribe. Mucho me gustaron sus frases a los que no nacimos aquí, pero lo dejamos todo para servir aquí por amor de Dios y de los dominicanos; pero sobre estas frases alentadoras de Su Excelencia, se eleva y vuela hasta las alturas el abrazo que ayer nos dio y le dimos en San Juan. "Que Dios nos ilumine a todos", como usted nos dijo, para que hallemos el camino de la paz y prosperidad espiritual y material para todos los dominicanos. Que a Su Excelencia y a su Gobierno le llene Dios de poderes para ayudarnos, y a nosotros la mejor voluntad de servir a Dios a la Patria. Le felicita y abraza muy sinceramente quien más sinceramente le admira. Un sacerdote extranjero amigo del generalísimo Trujillo.

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Antología de documentos

269. Telegrama de Mons.

Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, invitando al generalísimo TrujiUo a un tedeum (Santiago, 11 de mayo de 1960) El Caribe XIII:9401 (C. Tmjillo, 14 de mayo de 1960), p. 1, cols. 4-5.

Sabiendo que V. E. visitará Santiago el próximo lunes 16, para la concentración Cívica de la Provincia, creo oportuno celebrar un tedeum en la Catedral del Apóstol Santiago, al cual tengo a bien invitar a V. E. Cordialmente,

E. PaLANCa Obispo de Santiago de los Caballeros HUGO

27O.

Respuesta del generalísimo TrujiHo al telegrama del obispo Polanca (C. Trujillo, 11 de mayo de 1960) ¡bid., 1", cols. 4-5.

Complacidamente avísole recepción de su atento mensaje, participándome que, enterado de mi posible visita a esa ciudad el próximo 16 del mes en curso, tiene el propósito de celebrar un tedeum en la Catedral del Apóstol Santiago, a cuyo acto me extiende cordial invitación. En el caso de que mis ocupaciones me permitan efectuar la proyectada visita a esa ciudad, me será particularmente grato asistir a dicho acto religioso como demostración de mi inquebrantable fervor religioso. GENERALíSIMO TRUJILLO

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271.

Ley N° 5349 que deroga la prohibición de la secta "Testigos de Jehová" dictada en 1957 (e. Trujillo, n.de mayo de 1960) "Derogan ley que prohibía secta Testigos de Jehová. Nueva ley se Inspira en directrices democrática", El Caribe (13 de mayo de 1960), p. 1, cok 3-4; Gaceta Oficial LXXI: 8476 (C. Trujillo, 13 de mayo de 1960), pp6-8.

EL CONGRESO NACIONAL En nombre de la República CONSIDERANDO: Que por la Ley N° 4729, de fecha 26 de julio del año 1957, quedó prohibida la secta conocida con el nombre de "Testigos de Jehová", así como sus prácticas y la propagación de sus doctrinas, teniéndose en cuenta para ello los motivos que en la misma se especifican y que le sirvieron de fundamento; CONSIDERANDO: Que las previsiones especiales de la citada ley se confunden en cierto modo con el derecho común, cuyas disposiciones, en conformidad con el estado actual de nuestra legislación, son más que suficientes para prevenir y sancionar debidamente cualquier acción por medio de la cual se traten de subvertir los fundamentos esenciales del Estado Dominicano, de sus leyes y de su Gobierno; CONSIDERANDO: Que de acuerdo con esas directivas, y dentro de un criterio democrático más amplio, resulta más conveniente y constructivo que sean los tribunales de la República los que determinen en cada caso, con sujeción al derecho común, si las actividades de los miembros de talo cual secta implican o no un atentado a los principios sobre los cuales ha sido organizado el Estado dominicano; CONSIDERANDO: Que las razones precedentes demuestran que la mencionada leyes innecesaria, y que por tanto, debe ser derogada, HA DADO LA SIGUIENTE LEY: ARTÍCULO ÚNICO. Queda derogada la Ley N°. 4729, del 26 del mes de julio del año 1957, por medio de la cual quedaron prohibidas la secta conocida con el nombre de "Testigos de Jehová" y sus actividades. Dada en la Sala de Sesiones de la Cámara de Diputados, Palacio del Congreso Nacional en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la República Dominicana a los veintiocho días del mes de abril del año mil

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Antología de documentos

novecientos sesenta, año 117 de la Independencia, 97 de la Restauración y 30 de la Era de Trujillo. (fdo.)

JOSÉ RAMÓN RODRÍGUEZ

Presidente OPINIO ÁLVAREZ MAINARDI

LUIS

E. DÍAz

Secretario

MONTEAGUDO

Secretario

Dada en la Sala de Sesiones del Senado, Palacio del Congreso Nacional en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la República Dominicana, a los once días del mes de mayo del año mil novecientos sesenta, 117 de la Independencia, 97 de la Restauración y 30 de la Era de Trujillo. CARLOS SÁNCHEZ y SÁNCHEZ

Vicepresidente del Senado en funciones MANUEL JOAQUÍN CASTILLO

JULIO

Secretario

A.

CAMBlER

Secretario

HÉCTOR BIENVENIDO TRUJILLO MOLINA Presidente de la República Dominicana En ejercicio de la atribución que me confiere el artículo 54 inciso 2° de la Constitución de la República; PROMULGO la presente Ley y mando que sea publicada en la Gaceta Oficial para su conocimiento y cumplimiento. DADA en Ciudad Trujillo, Distrito Nacional, capital de la República Dominicana, a los doce días del mes de mayo de mil novecientos sesenta, años 117 de la Independencia, 97 de la Restauración y 30 de la Era de Trujillo. HÉCTOR B. TRunLLO MaLINA

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272. Sermón de Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito, obispo de Santiago, durante la visita del generalísimo Trujillo (S~ntiago, 16 de mayo de 1960) "Obispo Palanca dice hombre necesita Iglesia y Estado", La Nación XXI:7136 (e. Trujillo, 17 de mayo de 1960), p. 10, cols. 1-3.

Celebramos este tedeum de acción de gracias por los innumerables servicios que la divina providencia ha sabido derramar sobre Vuestra Excelencia, sobre la República Dominicana y sobre todos y cada uno de nosotros. Nada más digno, en estos aflictivos momentos de la humanidad, que ver al pueblo dominicano y a su más alto líder doblar sus rodillas para postrarse ante Dios Óptimo Máximo, y reconocer en Él la fuente de toda nuestra humana felicidad. y esta felicidad que el cristiano espera obtener perfectamente en la gloria celestial, debe ser alcanzada, o por lo menos, deseada ardientemente en este valle de lágrimas. El hombre anhela ser feliz. Este ser tan extraño que sobrepasa a todos los demás seres del universo sin llegar a tomar las perfecciones de los ángeles, es el sujeto de esta felicidad, sujeto que posee un alma y un cuerpo y que, por lo tanto, depende de la Iglesia y del Estado. De la Iglesia para buscar los bienes del espíritu; del Estado para procurarse el máximo de los bienes de la tierra. De ahí, señores, que estos dos poderes que emanan de Dios y se dividen al compuesto, deben marchar siempre al unísono en la lucha por el bien, sin confundir sus campos, dando a Dios lo que le pertenece y al César lo que es del César. Nuestra patria que se meció en la cuna del cristianismo, y desde sus primeros vagidos hasta el esplendor de hoy, el pueblo dominicano ha permanecido siempre fiel a sus creencias católicas, creencias que en frases recientes de Vuestra Excelencia, la nación considera "la más gloriosa de sus tradiciones". Ciertamente que la Iglesia Católica representa para la patria dominicana un apoyo moral de primer orden, pues el pueblo sabe que ella se asienta sobre la palabra eterna de Cristo; que ella predica la verdad; que ella enseña al individuo sus derechos y deberes frente al Estado: que ella da pautas a los que están en las alturas e implora las luces de la sabiduría divina sobre los gobernantes para que "vean lo que debe hacerse y para que puedan realizarlo" (Oración del Concordato). Por esta misma razón, Vuestra Excelencia ha proclamado, más de una vez, la adhesión del Gobierno y pueblo dominicanos a los principios

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imperecederos del catolicismo, para que nuestra nación pueda continuar por los derroteros del progreso físico y moral de modo que podamos constituir un pueblo que lucha por alcanzar la felicidad. Mientras las palabras del tedeum resuenan en nuestros oídos y suben hasta el cielo por las columnas vaporosas del incienso, preparemos nuestras almas para recibir la bendición de Jesucristo, presente en la santa hostia consagrada. Que Él os bendiga y bendiga a vuestro pueblo. Amén.

273.

Fragmentos del discurso leído por el generalísimo Trujillo en el tedeum de la Catedral de Santiago (Santiago, 16 de mayo de 1960) "Trujillo invoca protección para Iglesia y Estado sigan y trabajando juntos", El Cm'ibe XIII:44üS (C. Trujillo, 18 de mayo de 1960), p. 1, cols. 1-2; p. 9, cols. 1-6.

El viernes último recibí la visita de un sacerdote amigo que me dijo: "Vengo a verlo antes de su partida para Santiago. He sabido que Mons. Palanca le invita'rá a un tedeum. Por Dios, prepare un discurso para que hable en esta ocasión". Y le contesté: Padre, haré lo que se pueda. Quiero comenzar por agradecer al obispo de Santiago, Mons. Palanca, la oportunidad que me brinda de hacer uso de la palabra en este sagrado recinto; y acepto complacido porque los sentimientos cristianos que bullen en mi corazón deben ser exteriorizados aunque sea fuera de una tribuna política, bajo las bóvedas de un templo católico, donde hablan los ministros de Dios. Los pueblos a veces olvidan la historia y otras veces la desconocen por completo, y es por esa razón que quiero hacer algunas citas de carácter histórico. Comenzaré por un artículo de América Lugo, publicado en 1899. Decía así el ilustre escritor: "No hay que forjarse ilusiones sobre el valer moral del pueblo dominicano. El valer moral alcanza siempre el límite de la capacidad intelectual, y nuestra capacidad intelectual es casi nula. Una inmensa mayoría de ciudadanos que no saben leer ni escribir, para quienes no existen verdaderas necesidades, sino caprichos y pasiones; bárbaros en fin, que no conocen más ley que el instinto, más derecho que la fuerza, más hogar que el rancho, más familia que la hembra del fandango, más escuelas que las galleras; una minoría que sabe leer y escribir, entre la cual sobresalen, es cierto, personalidades que valen un mundo: tal es el pueblo dominicano,

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semisalvaje por un lado, ilustrado por otro, en general apático, belicoso, cruel, desinteresado. Pero semejar no es ser: el pueblo dominicano no es degenerado porque, si bien incapaz de las persistencia en las virtudes, tira fuertemente hacia ellas; porque aunque falto de vigor y vuelos intelectuales, tiene todavía talento y fuerzas para ponerse de pie y dominar gran espacio de la bóveda celeste; porque aún postrado y miserable, está subiendo, peregrino doliente, el monte sagrado donde el águila de la civilización forma su nido". No obstante la débil esperanza que emerge del último párrafo de esta cita, es evidente que el autor no se hacía en 1899, cuando escribió sus notas sobre política, muchas ilusiones sobre el valer moral del pueblo dominicano. Todavía Lugo no era el historiador que fue luego, y no conocía tan ampliamente como las conoció después, las condiciones históricas de la formación de su pueblo. En septiembre de 1901, y dirigidas a las damas puertoplateñas, escribió Lugo sus reflexiones sobre "La religión y la reforma educacional". Aquí se muestra imbuido de las ideas de su maestro, y propugna desde luego el sistema educacional del señor Hostos, anti-tradicionalista, naturalista y racionalista. Refiriéndose de nuevo al pueblo dominicano, dijo lo siguiente: "No son religiosos los pueblos ignorantes; no pueden serlo. La diferencia entre la religiosidad de uno de nuestros campesinos y uno cualquiera de los conservadores ilustrados que impugnan la reforma no son más que diferencias de grado intelectual. Los pueblos ignorantes serán supersticiosos, fanáticos, intolerantes, inquisidores; pero no serán, no podrán ser religiosos". En vísperas de la gran tragedia de 1916, escribió Lugo su trabajo más discutido "El Estado dominicano ante el Derecho Público". Lo leyó en la Universidad de Santo Domingo para obtener el doctorado en Derecho. Las conclusiones a que llega en este trabajo son desoladoramente pesimistas. A no ser por la levantada confianza en los destinos de su país, que demostró poco después frente a la ocupación militar, podría decirse que en su tesis de 1916 quiso escribir el epitafio de la vida nacional dominicana. Entonces sentó esta sombría conclusión: "De la lección atenta de la historia se deduce que el pueblo dominicano, que aunque no constituye Estado, está en vísperas de formarlo, va a fundarlo. Aquel en que todavía no se ha operado, aunque proclame el Estado y lo establezca y organice, no logra constituirlo. El Estado Dominicano refleja lo que puede. La variable voluntad de las masas populares de ningún modo una voluntad pública que aquí no existe. El pueblo dominicano no es una nación porque no tiene conciencia de la comunidad que consti-

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tuye, porque su actividad política no se ha generalizado lo bastante. No siendo una nación, el Estado que pretende representarlo no es un verdadero Estado".

Hastiada esperanza A este negativo remate llegó la hastiada esperanza del gran dominicano cuando cifraba en los cuarenta y seis años de su vida. No había tenido oportunidad de contemplar en su país un solo momento de sensatez nacional. Para estos mismos días del año 16 pronunció también don Francisco J. Peynado su conocido discurso de los Juegos Florales. Andaba entonces por los mismos senderos de desesperanza y escepticismo que conmovían el alma de Lugo. No era posible entonces por aquel luctuoso año sonreír satisfecho ante el porvenir de la República. Todos los presagios eran angustiosos y nadie podía sentirse feliz. Creemos, sin embargo, que la tesis de Lugo y la misma de Peynado estuvieron incompletas. Los dominicanos no hemos sido nunca los únicos culpables de la incapacidad nacional de nuestro país. Los extranjeros lo son en la misma medida que nosotros. En 1916 pagábamos, junto con nuestros errores administrativos, la mezquindad y la falta de verdadero espíritu de cooperación internacional con que el gobierno de Washington negoció la Convención de 1907. En 1916 llegamos al vórtice de la tempestad social y política que significaron en la vida de este país los veintidós años de ocupación haitiana. Por mucho que se piense en todo esto, no es posible concluir de manera distinta a como lo hemos hecho otras veces. A principios del siglo xx, los dominicanos no podían representar otros valores que los derivados de las formas sociales en que vivieron durante todo el siglo XIX, que políticamente se inició para nosotros en 1795 con el Tratado de Basilea. Un natimuerto En 1916 no éramos una nación, y por lo tanto, no podíamos organizar un Estado viable. Según Lugo, el Estado proclamado en 1844 era un natimuerto. La tesis merece nuevas consideraciones. El Tratado de Basilea abrió las puertas de nuestro país a la influencia haitiana, definitivamente establecida después de la derrota de las armas napoleónicas. Toussaint, Dessalines y Boyer mantuvieron vigente en Santo Domingo, por vías de un despotismo primario, la concepción haitiana del Estado hasta 1844. Vivimos cincuenta años sujetos a un régimen desnacionalizante de tipo materialista. Los haitianos nos gobernaron o nos mediatizaron en todo ese tiempo, soterrando las raíces de nuestro espíritu. Uno de los primeros actos

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administrativos de Boyer fue el cierre de la Universidad de Santo Tomás de Aquino. Nosotros sufrimos el impacto del materialismo francés de la Revolución. Esto equivale a decir que por espacio de cincuenta años sufrimos el imperio de la horda, completamente impermeable a sentimientos de progreso moral y de espiritualidad. Ese no fue solamente un periodo de estancamiento, sino un periodo de retroceso nacional. Poco faltó para que nos perdiéramos de una vez. Cuando nos independizamos de Haití en 1844 éramos un país deteriorado, sin raíces inmediatas, ni en la tradición española, ni en la tradición positivista francesa. No teníamos conciencia nacional definida, porque eso fue lo que desquició Boyer, siguiendo a Toussaint y a Dessalines, con una política administrativa fríamente calculada para provecho del programa expansionista de Haití, destinado, desde luego, a obtener la unidad política y social de la isla. Es en este aspecto donde encontramos la grave contradicción del pensamiento político del doctor Lugo. Del cuerpo social dominicano de entonces no podía esperarse una súbita reacción que hiciera posible la aplicabilidad de sistemas de gobierno netamente científicos. Ya lo dijo con profunda claridad el Dr. Henríquez en 1900: "¿Queréis que un pueblo que ha vivido en la atmósfera de la inmoralidad pública y la injusticia, que está inficionado de vicios, de errores fundamentales, que no conoce más prácticas gubernativas que las que en estas tierras han podido perdurar, las de la tiranía, que está revuelto siempre con ideas subversivas contra el orden gubernativo instituido, sea este bueno o malo, poco importa. Queréis que un pueblo semejante que carece en absoluto de tradición aprovechable y de educación, se convierta de un día a otro, surgiendo de la noche de los horrores, todo estropeado, harapiento, hambriento, con el rostro pálido y demacrado, a la mañana deliciosa de un despertar inesperado, se convierta, lo repetimos, en un pueblo adulto, robusto y sano, lleno de vigor moral, con ideas justas, con nobles propósitos, con hábitos sociales y políticos que le permitan dar en su nuevo género de vida la misma notación de los pueblos que, como Suiza, Inglaterra y los Estados Unidos de América, no sólo necesitaron siglos para llegar ahí, sino que contaban con elementos étnicos superiores y una adaptación lenta y natural al medio geográfico y al medio internacional?" Esa transición resultaba verdaderamente quimérica, pero creyendo viable aquella quimera, consumieron sus mejores energías y sus mejores esfuerzos los discípulos del señor Hostos, hasta la falta caída de 1916. El materialismo y el naturalismo hostosianos no podían ser los motores de la

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gran revolución social que necesitaba la vida común del pueblo dominicano. El racionalismo, mera abstracción filosófica, no tiene sentido social y político. Esto se comprobó plenamente con el fracaso político de la Revolución Francesa, que no logró fundar en Francia un régimen institucional divorciado de la tradición, de la historia y de los sentimientos sociales del pueblo francés, como pretendieron en su delirio racionalista los jacobinos y la Convención Nacional.

La única revolución La única revolución posible en Santo Domingo la hemos visto realizarse ya. Ha sido el resultado de una genuina comprensión de nuestras esencias sociales. Nadie podría desconocer hoy la indiscutible eficacia del régimen institucional vigente en nuestro país. Todo cuanto echaban de menos los pensadores políticos de principios en la fracasada organización política de la nación, está ahora en viva capacidad de funcionamiento. En el corto espacio de treinta años se han trasformado todas las deficiencias de la administración pública para convertirse en innegables expresiones de servicio. Por donde quiera que se enfoque el decurso de la vida social dominicana se la encontrará impregnada de un nuevo sentido de eficacia muy distante de la penuria, el malestar y la cortedad que nos distinguían y caracterizaban antes. Como dije ya una vez, en 1930, la situación dominicana se encontraba en el mismo punto de partida. Después de ochenta y seis años de guerras sangrientas y conturbaciones sociales, de miseria y de insatisfacción, no habíamos logrado resolver ninguno de nuestros problemas: vivíamos sin escuelas, sin hospitales, sin trabajo, sin fTonteras, sin caminos, sin moneda, sin bancos, sin agricultura, sin industrias, sin edificios públicos, sin asistencia social, sin energía eléctrica, sin universidad, sin agua de regadío, sin puentes, sin dinero y sin producción apreciable. En 1930 no se había dado un solo paso para recuperar nuestra libertad financiera, y debíamos bajo la coyunda de la Convención mucho más de la deuda que reajustamos en 1907. Mínimun de servicios La República se reducía a sostener con carácter vegetativo un mínimum de servicios que dependía de las escasas proporciones de un presupuesto primordialmente destinado al mantenimiento de una deuda abrumadora. En 1930 nos encontrábamos nuevamente en la encrucijada: los mismos escasos recursos de siempre. El espíritu de los dominicanos abatido por un escepticismo sin remedio, las riquezas sin evolucionar, los

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servicios paralizados, el comercio inactivo, la capital destruida, los acreedores exigentes, la opinión.p~blica divida en innúmeras facciones personalistas de tipo primario, el caudillismo localista tan activo como antes, y en el fondo del cuadro la rebelión armada queriendo levantar su cabeza de hidra. El cuadro por sí sólo bastaba para desalentar al más entusiasta y optimista. Pero yo tuve confianza en los destinos de mi país, en la buena fe de mi pueblo y en la inmanente voluntad de Dios. Tuve paciencia y fe para emprender y organizar un programa de gobierno que se contenía en esta sola palabra: construir. Oportuno es también recordar en esta ocasión lo expresado por el ilustre historiador y religioso desaparecido Fr. Cipriano de Utrera, en su obra Episcopologio dominicopolitano, al referirse a Mons. Ricardo Pittini, arzobispo de Santo Domingo: "Al cumplirse los veinte años de su consagración episcopal, expresa Fr. Cipriano, la Iglesia dominicana ha sido puesta ya en estado de esplendor, como nunca, ni aun durante la dominación española había llegado a estar, todo ello debido al genio político-católico del insigne magistrado generalísimo y Dr. Don Rafael Leónidas Trujillo Molina, a quien sus conciudadanos, en prenda de su visión total de la grandeza de la Patria, han dignificado con los áureos laureles de Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva. "Precedida del otorgamiento que Trujillo le hizo de la personalidad jurídica, fundamento sustancial de sociedad católica con verdadera entidad nacional, todos los demás bienes que al presente atesora pueden enumerarse específicamente como otros tantos beneficios ligados entre sí por la propia mano de aquel varón egregio: multiplicación de instituciones religiosas dedicadas a la enseñanza del pueblo, cuidado de hospitales, clínicas y departamentos universitarios, residencias universitarias para estudiantes de uno y otro sexo, y para el fomento del culto católico; edificación de templos parroquiales en casi todos los pueblos de la República; dirección de planteles de corrección y reeducación de niños y jóvenes delincuentes; nuevo edificio del Seminario Conciliar, establecimiento cabal de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, con el Nuncio de S. S. residente en el país; cooperación 'en grado excelentísimo para la construc-. ción del santuario de Nuestra Señora de la Altagracia en la villa de Higüey; contribución permanente para la dotación de becas en el Seminario; situación privilegiada para los miembros del clero para que, como ministros de Dios, estén exceptuados de impuestos fiscales en cuantas cosas atañen al ejercicio del sagrado ministerio; restauración de la familia cristiana por el reconocimiento legal del matrimonio canónico; capellanías castrenses para

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la instrucción religiosa de la clase militar, enseñanza de religión en escuelas, colegios y cárceles; y dejando sin enumeración los continuos y crecidos donativos que dicho magistrado personalmente ha hecho y cada día hace a entidades eclesiásticas de ambos cleros, secular y regular, las dos obras más relevantes suyas ha sido el Concordato con la Santa Sede, seguido de la legislación nacional de sus elementos particulares, y la creación de tres diócesis y una prelatura eclesiástica en el territorio de la República. "Últimamente, en esta larga y continua cadena de protección de su pueblo y de la fe de sus mayores, justamente cuando se da a la prensa el presente estudio, en los mismos días de las fiestas patrias de febrero de 1956, y bajo los auspicios del Gobierno Nacional, se está celebrando, para honra y decoro de la República e Iglesia dominicana, un congreso internacional de cultura católica, primero de los de esta extensión universal en territorio dominicano, con representativos sociólogos de 33 países de ambos hemisferios". Precisamente en el discurso de inauguración de ese importante cónclave religioso internacional, tuve oportunidad de fijar así mi posición como gobernante en lo que respecta a la Iglesia Católica: Milagrosas fuerzas "Somos humildes hijos de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y reconocemos que la firme sinceridad de nuestra fe y nuestra decidida vinculación a la cultura cristiana fueron milagrosas fuerzas de cohesión que nos hicieron salir triunfantes en etapas dolorosas de nuestra historia. La religión no es solamente consuelo, deber y esperanza para el hombre; también es estímulo, resistencia y ejemplo de sacrificio para las colectividades. Sin Dios no hay nación que se enfrente al tiempo y al destino; sin religión perecerán los Estados que más se ufanen de su fuerza física. "En estos inciertos años que vive la humanidad, combatida por los más duros sistemas materialistas, amenazada por una tenaz ofensiva del ateísmo organizado más que en partido, en táctica que respalda el instrumento de subversión marcial llamado por ellos "Ejército Rojo", es imperativo deber movilizar las fuerzas del espíritu, reforzar las defensas imponderables que nuestra religión nos ofrece, ratificar valerosamente nuestros principios tradicionales, y convertir en enseñanza viva, tanto en el orden doméstico como en el internacional, la divina palabra de Jesús. No es hora de vacilaciones, sino de decisiones firmes, inspiradas por una fe irrevocable. Hay que elegir resueltamente entre los dos sistemas opuestos que se disputan el dominio del mundo, entre las concepción materialista y la concepción cristiana de la vida y de la historia".

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Limpia conciencia Hoy puedo reiterar esas frases con la limpia conciencia de quien ha actuado siempre de acuerdo a sentimientos cristianos profundamente arraigados. Jesús no fue un fundador de dogmas, ni un inventor de símbolos; es iniciador del nuevo espíritu, llamado a regenerar el mundo. Para los que se refugian en el ideal de Dios, Jesús es todavía el Gran Maestro. Él fue el primero que proclamó la soberanía del espíritu, el primero que dijo, dando ejemplo con sus hechos: "Mi reino no es de este mundo". El fundamento de la religión verdadera es pues obra suya, y después de Él sólo falta fecundar y cultivar la divina semilla que su mano arrojó al mundo. Uno de los más grandes pilares de la Iglesia fundada por Jesucristo fue San Ignacio de Loyola, un decidido imitador de Jesús que aspiraba solamente a la mayor gloria de Dios y a la salvación de las almas. Estaba dotado de gran fuerza de carácter, regulada por la razón y el deber, y de profundo conocimiento del hombre y de las armas. Tuvo un valor personal a toda prueba, y gran humildad y sencillez, informadas por la prudencia y el amor al prójimo. Es la gran figura de la Contrarreforma. En él se confunde la tenaz energía vasca con el heroico espíritu emprendedor de los españoles del siglo XVI, y el celo extraordinario de un alma predestinada a su misión. Fundó la Orden de Jesús con hombres humildes, sencillos y nobles, maestros por excelencia, tan eficaces que los ateos, no encontrando nada que decir contra su Orden, se limitan a llamarlos "Los paracaidistas del Vaticano". Sean destinadas mis últimas palabras a evocar el ejemplo de San Ignacio de Loyola para que su recia voluntad nos inspire en nuestra misión de trabajar unidos por el engrandecimiento y dignidad de la Patria. El poder temporal y el espiritual tienen que actuar en armonía porque sólo así pueden ofrecer un frente verdaderamente indestructible contra las fuerzas materialistas que amenazan la civilización cristiana. Los enemigos de Dios actuando como agentes del comunismo para esa obra de desintegración y de subversión de todos los valores morales, han especulado en estos últimos tiempos sobre un supuesto conflicto entre la Iglesia y el Estado dominicano. Ese conflicto inventado por los oportunistas que no buscan el triunfo del Gobierno ni el de la Iglesia, sino el de sus propios intereses, no ha existido jamás porque no puede haber campo para la fricción entre dos potestades que siempre se han comprendido y que tienen los mismos enemigos y que trabajan para los mismos fines.

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Clima de colaboración El Excelentísimo Señor Obispo de San Juan de la Maguana, Mons. Reilly, señaló en un reciente discurso el clima de colaboración que reina entre la Iglesia y el Estado. Y expuso el peligro que para ambos tendría cualquier divergencia que tienda a quebrantar la unidad de su actuación y a favorecer la expansión de las fuerzas del mal. Desde este augusto recinto, invoco como cristiano y como hombre de gobierno la protección de la divina providencia para que nos ilumine a todos y nos permita continuar sin desmayos la obra que estamos realizando juntos para que la civilización a que pertenecemos se conserve en nuestro país con sus mismas características de fe, de cultura y de progreso.

274. Artículo anónimo de un religioso aparecido en la prensa matutina como carta dirigida al generalísimo Trujillo (San Cristóbal, 19 de mayo de 1960) "Trujillo da en la clave y en el clavo", El Caribe XIII:4410 (C. Trujillo, 20 de mayo de 1960), p. 1, cols. 4-5; p. 2, cols. 2-3.

Como siempre, admirado y querido Jefe: No puedo resistirme a felicitarle por su inspirado y elocuente discurso del 17 de mayo en la Catedral de Santiago. Se reiteró el amistoso y simbólico abrazo de San Juan, ahora con Mons. Palanca Brito en Santiago; abrazo que recibimos agradecidos cuantos colaboramos en el apostolado con nuestros obispos, y que devolvemos muy sinceramente a Su Excelencia para trabajar unidos por la paz y prosperidad espiritual y material de la Patria. Pero el abrazo de Santiago tuvo énfasis muy especial al ser rubricado por Su Excelencia con una lección de historia y política patrias con otra aún más profunda de filosofía práctica de ambas, que habrá hecho ver a los ciegos y enmudecer a los habladores. Por eso le quiero felicitar hoy y abrazarle con todos los buenos dominicanos de nacimiento o de voluntad. Después del breve y sencillo prefacio aptísimo para captarse la simpatía universal, nos dio Su Excelencia el argumento de todo su trascendental discurso: recordar la historia a los que la desconocen. ¡Muy bien! No pudo escoger argumento más oportuno ni más práctico. Apuntó Su Excelencia al clavo de nuestra situación. Creo que dio muy bien en él, y que hay que seguir dando y machacando, para fijar y unir en él las aspiraciones legítimas de todos los dominicanos hacia un porvenir de

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constante progreso, y para evitar que volvamos a caer neciamente en el caos y miseria del pasado."·. Por ignorar nuestro pasado o por resistirse a admitir sinceramente las circunstancias que han creado nuestro presente, tal cual es, hay tal vez en la República algunos desorientados, nativos o extranjeros, interesados en obligarnos a tragar como alimento doctrinas y prácticas que nos destruirían por no adaptarse a nosotros. Así como no fueron las palabras ni las discusiones de lo mejor, sino la ejecución de las obras existentes, nacidas sobre todo de la voluntad trabajadora, práctica y firme de un hombre, las que hicieron esta Patria, así tampoco aspira Su Excelencia a ganarse a los alejados con palabras brillantes y razones oratorias, sino con la muda elocuencia de los hechos históricos e ÍlTefutables. Tanto los instruidos, cultos e intelectuales, como los analfabetos que le pudieron oír tienen que responder "amén" a cuanto Su Excelencia recordó en su discurso de Santiago, por cuanto no hizo sino presentar la historia verdadera de nuestro pasado; y por lo tanto la conclusión que fluye es que si hoy somos algo, si significamos algo y si algo tenemos, por Trujillo nos ha llegado y por ningún otro. Podrán, si así lo quieren, no querer que fuera así, porque hay hombres que son libres para tener voluntad mala, pero lo que es verdad, es verdad siempre para todos. Antes del 30 habría, sí, muchos sabihondos como los hay ahora, para dogmatizar sobre política o para hacer su política. ¿Pero hicieron la política de la República? ¿Salvaron la República aquellos idealistas? ¿Los de ahora, prometen eficazmente nada positivo y cierto para el futuro? Se impuso la necesidad de lo positivo y práctico: hacer, construir Patria en todos los órdenes; en el político, en el religioso, en el económico, en el social, en todos. Esto, esto es lo que ha levantado esta Patria y esto mismo es lo que la ha de conservar: construir, construir. ¿Quién se entregó a esa tarea de construir rompiendo todas las formas o fórmulas políticas apriorísticas, ineficaces, inútiles, fatales? La revolución del construir. ¿Y quién fue su genio revolucionario constructor de la Nueva Patria? No necesitó Su Excelencia señalarlo en su discurso. Por eso son sus enemigos los enemigos de esta Patria. Para hablar servimos todos, hasta los tontos: pero para construir sólo sirven las grandes voluntades de sacrificio y de trabajo. Constructores ne. cesita la Patria, no charlatanes. Por eso epiloga Su Excelencia muy acertadamente su transcendental discurso con los ejemplos de "constructores" que nos dieron Nuestro Señor Jesucristo y San Ignacio de Loyola. Jesucristo salvó a la humanidad redimiéndola Él mismo con su propio sacrificio,

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comenzando por hacer primero Él cuanto predicó que hicieran los demás. San Ignacio de Loyola es un ejemplo típico de los tiempos modernos para probar que, para reformar la iglesia y la sociedad, no se requieren habilidades especiales oratorias que él nunca tuvo, sino visión de lo práctico y posible, con voluntad firmísimo de alcanzarlo en cuanto se pudiera mediante los medios adecuados. Ha sido un grande acierto de Su Excelencia, haber puesto casi todo su discurso en boca de filósofos o historiadores que no pensaron jamás en que nos iban a hablar en la Catedral de Santiago el 17 de mayo de 1960. De esta manera tienen tanto más valor sus palabras cuanto menos artificio o interés personal se puede sospechar en ellas. Querido y admirable Jefe: mi entusiasmo me quería llevar ahora a hacer un análisis de todo su discurso y de cada una de sus partes párrafo a párrafo; pero como esto es una carta al autor de ese discurso, no la vaya convertir en lección sobre el mismo. Quede eso para los maestros y conferencistas, quienes deben hacer profusa propaganda de todas las profundas enseñanzas que se encierran en ese histórico discurso para todos, dominicanos y extranjeros. Sin embargo, no quiero llegar al punto final sin felicitarle especialmente por atribuir de una manera tan solemne, tan clara y tan categórica a los valores espirituales y de la religión católica el mérito cohesivo de construir Patria y la medida necesaria para conservarlas intacta.

275. Telegrama del P. Fernando Arturo Franco Benoit, cura de Mao, invitando al generalísimo Trujillo a un tedeum en su parroquia (Valverde, 21 de mayo de 1960) "Benefactor acepta invitación a tedeum", El Caribe XIII:4408 (C. Trujillo, 21 de mayo de 1960), p. 1, cols. 2-3.

Pueblo y párroco de Valverde nos sentiríamos muy honrados Vuestra Excelencia se dignara, si vuestras ocupaciones se lo permiten, asistir tedeum por vuestra ventura personal y bienestar familiar y acción de gracias 30 aniversario brillante Era, La Virgen de la Altagracia os conserve bueno. P.

FERNANDO

A.

FRANCO

Párroco de Valverde

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276. Respuesta del generalísimo Trujillo al telegrama anterior (21 de mayo de 1960) -.

¡bid., p. 1, cols. 2-3.

Agradézcole cordialmente atenta invitación para asistir al tedeum que ofrece por mi ventura personal, bienestar de mi familia y acción de gracias en ocasión del trigésimo aniversario de la Era de Trujillo. A tan honrosos fines le haré conocer oportunamente la fecha de mi retorno a la región del Cibao. Atentamente. GENERALÍSIMO DR. RAFAEL

L.

TRunLLO MOLINA

277. Nota o Aide-Mémoire de la entrevista sostenida entre el Secretario de la Nunciatura y Porfirio Herrera Báez, canciller de la República (c. Trujillo, 22 de mayo de 1960) c. HEPB., loco ci1., N° 18.

El Secretario de Relaciones Exteriores invitó a pasar a la Cancillería, en la tarde del 21 del corriente, a Su Señoría monseñor Luis Dossena, encargado de Negocios a. i. de la Nunciatura Apostólica. El Secretario de Estado expresó a Su Señoría que el Gobierno dominicano estimaba que la ausencia del país de Su Excelencia el nuncio apostólico, monseñor Lino Zanini, resultaba provechoso para las mejores relaciones y la situación de la jerarquía eclesiástica en la República Dominicana, y que, por consiguiente, sería de desear que su ausencia se prolongara indefinidamente en beneficio de ese estado de cosas.

278.

Carta de un presidente del Partido Dominicano al generalísimo Trujillo, sobre el brindis del P Bernardo Ruel, M.S.C., en una fiesta (Sánchez, 23 de mayo de 1960) "Sacerdote exalta vínculos entre Estado y la Iglesia", El Caribe XIII:4415 (C. Trujillo, 28 de mayo de 1960), p. 2, cols. 3-4.

Ilustre y querido Jefe: Muy respetuosamente complázcome en informar a Vuestra Excelencia que anoche en ocasión de conmemorarse el día de Santa Rita, patrona de esta feligresía, el reverendo padre Bernardo Ruel, M.S.C., cura párroco,

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-dando demostración del inmenso cariño, respeto y gratitud que profesa a Vuestra Excelencia-, ofreció una recepción en la Casa Curial a los funcionarios y jefes de oficinas de la localidad, brindando el propio sacerdote para que los estrechos vínculos que siempre han existido entre el Gobierno dominicano y la Iglesia Católica continúen indisolubles, los cuales han adquirido su mayor brillantez y comprensión bajo la sombra protectora que le han brindado los nobles principios de vuestra política asistencial. Al mismo tiempo, el suscrito formuló un brindis por vuestra salud y ventura personal, y ponderando los grandes beneficios y atenciones de que ha sido objeto la Iglesia Católica en la República Dominicana durante la luminosa Era de vuestro ilustre nombre, por lo cual la feligresía y el pueblo dominicano aunados apoyan y respaldan la justiciera iniciativa, nacida al calor de la gratitud, para que a vos le sea otorgado el merecido título de Benefactor de la Iglesia Católica en la República Dominicana: poniéndose de pies (sic) los presentes, inclusive el padre Bernardo Ruel, M.S.C., levantaron sus copas elevando preces al Altísimo por la conservación de vuestra necesaria y preciosa salud. A111egar los asistentes a la Casa Curial, fueron recibidos con el clásico merengue: "Recogiendo limosna no lo tumban", cuya grabación fue tocada repetidas veces bajo un ambiente de completa alegría, devoción y fervor trujillista. Abrázale con el mayor respeto, cariño y lealtad incondicional en nuestro glorioso e inmortal lema de: RECTITUD, LIBERTAD, TRABAJO, MORALIDAD RAMÓN ANÍBAL BÁEZ

T.

Presidente de la Junta Municipal del Partido Dominicano

279. Carta del Secretario de Estado de Justicia al presidente Héetor B. Trujillo sobre las necesarias medidas de seguridad que requiere el país (C Trujillo, 24 de mayo de 1960) "En defensa de la seguridad del país", El Caribe (C. Trujillo, 25 de mayo de 1960), p. 1, cols. 2-4; p. 2, cols. 1-2.

Excelentísimo Señor Presidente: Siempre es oportuno recordar que hace 27 años tuvo efecto en la hidalga ciudad de Santiago de los Caballeros, la extraordinaria Asamblea de todos los miembros de la Judicatura Nacional, para celebrar el día 9 de

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enero del año 1933, fecha consagrada a la Justicia y en donde se escuchó la primera palabra de la República, la voz del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, quien en aquel entonces ostentaba la investidura de Primer Magistrado de la Nación. Todavía resuena en el ambiente judicial del país aquel medular y bíblico discurso que trazó rumbos definitivos y que sentó los postulados que demarcan los derroteros a seguir por los magistrados en sus funciones divinas y sociales de juzgar a los hombres, enseñándoles el valor de su independencia para poner su responsabilidad a cubierto del absurdo precepto de justicia que, al comunicar rectitud a las operaciones humanas, como magistralmente dijo Su Excelencia en aquella ocasión, "se ponderan por encima del deber, del derecho y de la Ley". Ese luminoso concepto que le merece la justicia humana, asemejando a los hombres que la practican con los poderes divinos en la plenitud de sus caracterizaciones, ha contribuido, sin duda alguna, a la brillantez del Poder Judicial en esta Era feliz del pueblo dominicano. Sin embargo, cuando el 25 de enero de 1960, los prelados lanzaron sus pastorales con la aviesa intención de crear al Gobierno un estado caótico y peligroso en su frente interno, en el preciso momento en que confrontaba una delicada situación internacional, dichas pastorales, no obstante tener un carácter manifiestamente sedicio~o y pretender sus autores formar un ambiente de equivocada piedad a favor de los terroristas, para confundir la conciencia de los magistrados que juzgaban a los referidos complotadores bajo la grave acusación de colocar bombas para asesinar a numerosos inocentes y destruir las propiedades públicas y privadas, anarquistas que fueron adiestrados en la preparación de esas máquinas infernales por algunos sacerdotes en el silencio de los claustros, según se comprueba por hechos y documentos, tales como el libro ¡Complot develado!, publicado por el conocido agitador doctor Valera Benítez; los testimonios de muchos delincuentes que figuran en los procesos substanciados por ante nuestros tribunales, y las declaraciones que aparecen publicadas en el periódico El Caribe, deJecha 23 del corriente mes de mayo, hechas por varios jóvenes de Salcedo, libertados condicionalmente por el generalísimo Trujillo, quienes dijeron: "que el sacerdote católico Daniel Cruz Inoa fue uno de los que organizó la trama terrorista en contra del Estado, agrupando numerosos elementos bajo la célula Grupo-Clero-Cultural". Así pues, en esas circunstancias calamitosas para la paz y, cuando me decidí a poner en movimiento la acción pública, para perseguir a los autores de dichas pastorales, de acuerdo con lo establecido por los artículos

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Antología de doclI1lleHtos

201 al 206 del Código Penal, que castigan esos hechos con penas hasta de dos años de reclusión, el Ilustre República, generalísimo doctor Rafael Leonidas Trujillo Malina, no obstante la vigencia de los postulados de independencia de la justicia que él mismo ha mantenido como campeón de nuestra política democrática, humanística y grandiosa, e impulsado por un sentimiento de catolicismo y de cristiandad inconfundibles, no permitió que el suscrito llevara a los tribunales el caso de flagrante violación de nuestras leyes represivas por parte de varios miembros del clero, y para que se aplicara el castigo que tanto merecían los firmantes de dichas pastorales. La gratitud como la lealtad son virtudes cardinales en los hombres, fuente de donde emanan como agua cristalina los sentimientos que elevan a los humanos hasta Dios cuando en íntimas plegarias ruegan sus bendiciones para la protección de los que nos tienden la mano generosa, en función permanente de caridad y de bien. No obstante esos principios que enaltecen la personalidad humana y que constituyen uno de los fuertes pilares en que descansa la moral del hornbre por ser hombre, es notorio el hecho de que nuestros prelados y la clerecía, a pesar de haber recibido un aporte del Gobierno y de los fondos particulares del Benefactor de más de sesenta millones de pesos, para obras cristianas y con la finalidad de fortalecer en el pueblo dominicano su fe en Dios y en la Santa Sede, aun cuando ellos fueron obsequiados con lujosos automóviles, exonerados de impuestos de la cédula personal de identidad, franquicias telegráficas y telefónicas, pase gratuito por los puentes de nuestras carreteras, además conseguir las ventajas derivadas de un convenio religioso-castrense, suscrito en contra de la opinión de los miembros del Ejército, cuya intención exclusiva fue favorecer a un grupo de sacerdotes con grados de coroneles y generales, para que disfruten de jugosos sueldos, jamás se dignaron lanzar una santa pastoral de agradecimiento por esas cuantiosísimas aportaciones, recibidas en beneficio de la catolicidad, aunque esos dones significaron un enorme sacrificio porque llegaron más allá de los limitados recursos económicos de nuestro pueblo. Nuestra clerecía (sic) demostró una ingratitud sin precedente con las sediciosas pastorales de referencia, cuyo único propósito fue levantar el pendón revolucionario en el país, en contra de la paz pública y de la seguridad interior y exterior del Estado. Si comparamos esas pastorales con las de los prelados cubanos, encontramos que entre ellas existen notables divergencias en sus finalidades, pues mientras las pastorales cubanas se limitan a defender a Dios del enemigo común que es el comunismo, sin descender a los campos de Agramante de la política, a pesar de los inter-

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minables asesinatos con que Fidel Castro mancha a diario con sangre inocente los paredones de fUsilamientos y de existir actualmente en las cárceles cubanas veinte mil presos políticos sometidos a vejámenes y torturas que lastiman los más elementales derechos humanos, las de nuestros prelados fueron enderezadas exclusivamente en contra del Gobierno, que es la institución más anticomunista de América, pastorales (las dominicanas), cuya finalidad fue fomentar el comunismo y la anarquía en el país. Antes de terminar esta carta, considero de mi deber expresar a Vuestra Excelencia, que en conversaciones que he sostenido con varios sacerdotes que me merecen el mayor respeto, he podido comprobar que las pastorales de nuestros prelados, fueron la obra de monseñor Lino Zanini, nuncio de la Santa Sede acreditado en nuestro país. Y como esos escritos crearon y facilitaron el movimiento anarquista en la República, atentados que ahora serán castigados con la pena de muerte por nuestra Constitución, considero que un supremo interés de protección a las familias, a la paz y a la seguridad del Estado, exige que dicho nuncio Zanini sea declarado por quien corresponda, persona no grata, pues se ha convertido no en un embajador de la fraternidad, sino en un agente provocador internacional, para evitar que con su permanencia entre nosotros se repitan los acontecimientos políticos pasados, sobre todo, que con la nueva orientación materialista del Vaticano, encaminada a permitir al clero entregarse a realizar actividades políticas, el Gobierno tiene que adoptar los medios de seguridad aconsejables para garantizar la defensa de la Patria. Medidas que no irían en manera alguna enderezadas en contra de los ministros de Dios ni de la religión cristiana, sino que tendrían por única finalidad neutralizar las acciones de hombres, que aun cuando están investidos con el sacerdocio y usan las hieráticas (sic) vestimentas de la sotana, se entregaron a complotar, enseñando el terrorismo para destruir la seguridad exterior e interior del Estado y mancillar en el pueblo dominicano su fe en Dios y en los principios de amor proclamados por Jesús Crucificado, para la redención de la humanidad y la salvación eterna de las almas. Le saluda muy respetuosamente, Cfdo.) LIC. MARIO ABREU PENZO Secretario de Estado de Justicia

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Antología de documentos

280.

Voto negativo del Can. Ehseo Pérez Sánchez, senador por Sánchez Ramírez, contra la Ley de Pena de Muerte (e. Trujillo, 25 de mayo de 1960) o. ASD. Colección Pérez Sánchez: Papeles del Sellado (l955-196l),W 30.

Señor Presidente y demás legisladores en la Asamblea Nacional: Consecuente con mis palabras expresadas en la pasada sesión del Senado, en que se conoció de las reformas constitucionales, recomendadas por el Poder Ejecutivo, y favorecidas por el informe de la Cámara de Diputados, a los cuales me adherí incondicionalmente, excepto al canon que facilitaría el establecimiento de la pena de muerte en nuestro país; hoy, inspirado en ese mismo sentimiento sacerdotal de ayer, confirmo mi voto negativo, con súplica ferviente al cielo porque jamás permita Dios que esta Ley tenga aplicación en el suelo de la Patria.

281. Breve nota aparecida en el diario matutino acerca de la muerte repentina del Superior de la Compañía de Jesús en Repúbhca Dominicana (e. Trujillo, 26 de mayo de 1960) "Rector del Loyola muere de derrame", El Caribe XIII:4413 (C. Trujillo, 26 de mayo de 1960), p. 12, col. 5.

El rector del Instituto Politécnico Loyola, Fundación Generalísimo Trujillo, padre Miguel Ángel Larrucea, de la Compañía de Jesús, murió anteanoche de un derrame cerebral, y su sepelio se efectuó ayer tarde en el cementerio próximo a la Casa de Ejercicios Espirituales Manresa-Loyola, en Raina. El padre Larrucea tenía menos de un año desempeñando las funciones de rector del Politécnico de San Cristóbal. Su deceso ocurrió en la Clínica Abreu, de esta capital. Las honras fúnebres, dentro de la sencillez propia de la Compañía de Jesús, fueron oficiadas en la Manresa-Loyola, con asistencia de prelados y sacerdotes de varias órdenes religiosas. En la mañana hubo una misa en el Politécnico, por el descanso de su alma, a la que asistieron todos los alumnos del colegio. El padre Larrucea había cumplido años el 18 de marzo último. A la fiesta que le ofreció el profesorado y alumnado del Loyola asistió el Padre

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de la Patria Nueva, generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, de quien era leal amigo. "

282.

Parte del reportaje de la prensa matutina sobre un mitin celebrado en la capital contra la "intervención" de los EE. en los asuntos dominicanos (e. Trujillo, 27 de mayo de 1960)

uu.

"Protestan durante mitin la discriminación racial", El Caribe XIII:4415(C. Trujillo 28 de mayo de 1960), p. 1, cols. 2-4; p. 9, cols.1-4.

Una manifestación de protesta contra la discriminación racial fue celebrada anoche, a las 7:30, en el parque Colón de esta capital, reafirmándose en la misma que la igualdad social, base de la democracia, existe plenamente en la República Dominicana. Los manifestantes desmintieron las manifestaciones de la prensa amarilla norteamericana en el sentido de que el piquete del domingo pasado frente a la Embajada y el Consulado de los Estados Unidos fue sugerido por el Gobierno dominicano. Enardecido de júbilo, el público aclamó al Padre de la Patria Nueva, generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, y al Señor Presidente de la República, generalísimo Héctor B. Trujillo Malina. Los grupos de manifestantes portaban cartelones en los que señalaban que los derechos humanos no existen donde hay prejuicios raciales, y que aquí, negros y blancos, son iguales y tienen los mismos derechos. "No queremos en Quisqueya a los negreros yanquis", y "La democracia yanqui es blanca y rubia", rezaban dos de los cartelones. Hablaron los señores Rafael Hernández, Noemí González, Trajano Calderón Sánchez, Zunilda María Bastardo, Pablo Figueroa, Pablo Manuel González y Máximo Manuel Gallardo. Los oradores pusieron de manifiesto que los dominicanos no han sido atacados por el "terrible mal social" del prejuicio racial, y que la solidez de la República Dominicana es más fuerte que todas las intrigas y conjuras internacionales". Asimismo expresaron que los conjurados buscan "criminal alianza" con el comunismo ateo, y reafirmaron que el pueblo dominicano es "cristiano y religioso". Subrayaron la "gran diferencia" entre la República Dominicana y los Estados Unidos, en el sentido de que en la nación norteamericana se le

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coartan al negro las oportunidades y se le cierran "las puertas del trabajo y hasta de los centros de enseñanza". Condenaron también "la insidia, calumnias y las conjuras contra la Patria y la intromisión en asuntos que son de la exclusiva incumbencia de los dominicanos". Subrayaron que muchos católicos han usado el púlpito para dividir la familia dominicana. "Queremos una Iglesia respetuosa de nuestras tradiciones, de nuestras leyes, de nuestra moral y de la justicia patria", manifestaron. Abogaron porque en los templos católicos oficien sacerdotes dominicanos, tanto blancos como negros, sin discriminación y sin interferencias políticas. Dijeron que este mensaje "queremos hacerlo llegar al Nuncio para que tome buena nota y evite en lo sucesivo que se hagan de las iglesias centros divisionistas y bases de actividades políticas que son tan daüinas como la propaganda del comunismo ateo". Después de la manifestación hubo un desfile de los participantes que partió del parque Colón. Recorrió las calles El Conde y Palo Hincado, y la avenida Mella hasta Santa Bárbara. El grupo llevaba los cartelones que portó en la manifestación. Algunos de los cartelones rezaban: "No queremos en Quisqueya a los negreros yanquis", "La democracia yanqui es blanca y rubia" y "Estados Unidos divide a sus hijos por el color de la piel".

283. Carta pública dd Ing. Ignacio Agramonte al nuncio apostólico Lino Zanini (e. Trujillo, 28 de mayo de 1960) "Una carta para monseñor Zanini", El Caribe XIII:4416 Ce. Trujillo, 29 de mayo de 1960), p. 1, cols. 1-4.

Eminencia: Con infinita sorpresa acabo de recibir una invitación para asistir a la recepción que ofrecéis hoya las 11 horas a.m., en el Palacio Arzobispal de la Nunciatura. Digo con infinita sorpresa, porque cuando arribasteis al país, yo no fui de los que asistieron a la primera recepción que Vuestra Eminencia necesariamente ofreció; por lo que me considero descalificado para asistir a ésta, necesariamente más íntima. Os devuelvo vuestra invitación, y respetuosamente os ruego abstenerse de enviarme más invitaciones, por los motivos que más adelante expongo.

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Que he seguido por la prensa los efectos de vuestras actividades en nuestro país, tan diversas. a las excelentes de vuestros predecesores. En vez de predicar la concordia y la tranquilidad, habéis azuzado niños ingenuos en el peligroso ajetreo de la política. Habéis contrariado la sagrada majestad de la Iglesia, tolerando o mejor dicho auspiciando una agitación, que partiendo de los sacerdotes y los púlpitos, ha tenido como resultante ensangrentar el suelo de mi país. No habéis seguido el ejemplo de Jesús, siendo ésta la trayectoria que debéis seguir: Concordia, tolerancia, amor. Existe en nuestro país una conciencia política definida, que comprende las mayorías nacionales de hombres que seguimos incondicionalmente al generalísimo Trujillo, entre esos, me cuento yo, de los más convencidos, ya que he trabajado a su lado y sé agradecerle cuanto ha hecho por mí. Hoy, ese núcleo se hace más fuerte para respaldarlo, frente a toda ingerencia extranjera en los destinos de nuestro amado país. Unidos estamos, unidos le seguiremos, porque toda coalición contra él y su Gobierno lo que hace es despertar, y más, las fuerzas vivas del país, que tenemos con él contraída la deuda de habernos legado una frontera. En vez de enviar invitaciones, ¿por qué no os retiráis mejor de un país en el cual no sois lo suficientemente grato para poder ejercer tranquilamente vuestras sagradas funciones? Y si os quedáis, ¿por qué no os recogéis en la quietud de nuestros templos a orar porque nuestros mandatarios sean iluminados por Dios en la pesada tarea que tíenen encima? Con el mayor respeto, ING. IGNACIO AGRAMONTE

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284. Otro articulo sobre el discu1"sO del generalísimo Trujillo en la Catedral de Santiago (e. Trujillo, 28 de mayo de 1960) J. R. Cordero Infante, "El grandioso discurso de la Catedral de Santiago", El Caribe XIII:4416 (C. Trujillo, 29 de mayo de 1960), p. 5, col. 8.

En el grandilocuente discurso pronunciado en la Catedral de Santiago Apóstol, el Benefactor de la Patria generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Malina puso de manifiesto con lenguaje claro y preciso, la falta de fe en la nación que tenían los hombres de ayer, y la firme fe que tiene el líder del pueblo dominicano que ha dado aliento y fuerzas a la nación para hacer de ella la Patria Nueva. La tesis de esta oración tribunicia está circunscrita dentro de un punto de vista retrospectivo para hacer el análisis histórico del pasado, tomando como premisas los conceptos expresados por el doctor América Lugo al éste contemplar en el 1899 y en 1916 el estado borroso e incierto del pueblo dominicano, por lo que concluye opinando que nuestro pueblo no constituye una nación; y el punto de vista prospectivo, para el Benefactor establecer el entrelazamiento entre el pasado y el presente que vive la República Dominicana. El generalísimo Trujillo hace un documentado y serio estudio del pasado en que la República Dominicana se vio en el pellejo del caos, y una fiel exposición del presente de la nación que significa el cumplimiento de la promesa evolutiva de la sociedad dominicana que hiciera TrujilJo en el 1930 al llegar al poder elegido por el pueblo, cuando no constituíamos una nación, como no lo era en 1924, ni en el primer periodo de la Tercera República que se perfiló como un anacronismo de imágenes y representaciones utópicas, en las que la sociedad no podía vivü~ predominado el problema de los grupos de la desarmonía, contradicciones y pesimismos generados por los caciques políticos de los partidos que se fusionaron para ganar el poder en las eyecciones celebradas como consecuencia del Plan HughesPeynado para la desocupación militar americana. La nación existe cuando Trujillo, con una versación (sic) en el arte de gobernar, ha realizado con capital dirección los destinos del pueblo sembrando y cuidando con fe en medio de una cruda lucha, la nacionalidad y los destinos de la nación. Ha sido labor de 30 años para reconstruir el Estado y constituir la nación sobre base de ciencia de gobernar, de energía creadora.

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Su misión, reflejada en el clásico discurso que comentamos, destaca al hombre de acción y sin..miedo que mantiene el orden con dignísimo y extraordinario empuje como militar que lleva al estadista en su preclara mente, para romper toda disyuntiva o fuerza que ha pretendido dañar el equilibrio social del pueblo. Todo esto se encuentra como una necesaria lección en el discurso de la Catedral de Santiago, bajo cuyas bóvedas sagradas invocó Trujillo el ejemplo de San Ignacio de Loyola, "para que su recia voluntad le inspire en la misión de trabajar unidos en el engrandecimiento y dignidad de la patria, porque solo unidos el poder temporal y el espiritual pueden ofrecer un frente verdaderamente indestructible contra las fuerzas materiales que amenazan la civilización cristiana". Trujillo no considera la actitud de algunos miembros del clero de complotar contra la República, como un conflicto entre el Estado dominicano y la Iglesia Católica. Encuentra la causa de esa actitud en los enemigos de Dios, y por ello, quien es también Benefactor de la Iglesia se expresa así: "Los enemigos de Dios actuando como agentes del comunismo para esa obra de desintegración y de subversión de todos los valores morales, han especulado en estos últimos tiempos sobre un supuesto conflicto entre la Iglesia y el Estado dominicano. Ese conflicto inventado por los oportunistas que no buscan el triunfo del Gobierno ni él de la Iglesia, sino el de sus propios intereses, no ha existido jamás porque no puede haber campo para la fricción entre dos potestades que siempre se han comprendido y que tienen los mismos enemigos y que trabajan para los mismos fines". Nadie comprende la actitud de algunos miembros del clero de fomentar un movimiento conspirativo-celular -como se comprueba en el libro de Valera Benítez-, que pone a éstos en una situación a todas luces patológica, difícil de comprender y descubrir su origen, ya que el sacerdote no puede estar sirviendo al comunismo que es el único enemigo que tiene la Iglesia, por lo que es muy raro el fenómeno que oscurece y aturde la mente y el espíritu de esos miembros del clero. Que el comunismo sea enemigo de la República Dominicana y de su máximo líder tiene clara explicación, ya que Trujillo es el primer anticomunista del mundo. El régimen institucional vigente es la obra de un constructor de la nación dominicana, quien ha ofrecido la prueba de que "todo cuanto echaban de menos los pensadores políticos de principios del siglo en la fracasada organización de la nación, está ahora en viva capacidad de funcionamiento".

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Antología de docu1Hwtos

Por ello, la nación dominicana no busca hoy que otro pueblo le de paz, bienestar económico, fronteras, seguridad. Es un régimen de equilibrio social que han organizado las relaciones sociales entre sí sobre bases ciertas de derecho. Esa es la obra de Trujillo. Desde los grandes discursos de sir Winston Churchill en los días de la Segunda Guerra Mundial, el mundo no había oído ni sentido la voz de un estadista proclamar y defender con sinceridad y valor, la fe en los destinos de una nación.

285. Carta del P. Ángel Arias, S.1., al generalísimo Trujillo renunciando a su cargo de asesor (San Cristóbal, 28 de mayo de 1960) C.

APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1959/1962), N° 25.

Excelentísimo Señor: Ya puede imaginarse con que animo escribo estas líneas, que tienen carácter de despedida; y todas las despedidas son tristes. Bien sabe v: E. con que lealtad, sinceridad y desinterés le he servido siempre en la dirección técnica del Politécnico, obra suya, y últimamente como consejero extraoficial. En este cargo, especialmente, le he servido como en todos: buscando su máximo bien y el de la nación; procurando la concordia entre la Iglesia y el Gobierno: y diciéndole mi sentir con toda lealtad y franqueza, aunque supusiese que le iba a resultar penoso el oírlo... En esto, ciertamente me he diferenciado de otros, que parece no buscan más que ponerle delante lo que le ha de agradar, y le tapan todo lo que le puede molestar. Con la historia contemporánea ante los ojos, creo que eso es un verdadero crimen contra un estadista; y por eso, yo jamás he pensado en ese camino placentero y lo he apartado de mi norma de conducta. He sido consejero en una forma que nunca me satisfizo: dar mi parecer a través de terceros. En mi larga carrera de 15 años de consultor en los colegios en que he vivido, nos reunimos todos los consultores y discutimos nuestros puntos de vista ante el Superior, todos con igualdad de circunstancias, y entonces, el Superior toma la decisión que crea mejor. Pero todos los consultores se han oído por igual, y se ha discutido el parecer de cada cual. A esto atribuyo el que demasiado frecuentemente, mi parecer, que ni yo mismo juzgo el mejor de todos, haya sido superado por el de otros consejeros más próximos y más asiduos a v: E. Yo he buscado la concordia a todo trance, sin menoscabo de ninguna parte, pues estoy seguro que de la discordia, de la violencia y del insulto no

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puede salir nada bueno para nadie, ni para VE. ni para la nación, por la que tanto he trabajado. Ahí están mis consejos y mis planes, demasiado avanzados algunas veces. Contra eso, y enfrente de eso está la prensa diaria, en particular El Caribe de estos días, con declaraciones no de particulares, sino de personalidades gubernamentales. Pedí en justicia, no como gracia, que se limpiase de calumnias el libro ¡Complot develado!, y se me prometió solemnemente hacerlo. Ahí está a la venta pública y un ejemplar ya habrá llegado a Roma, donde tenían noticia de que eso jamás se publicaría al público. A Vuestra Excelencia le están haciendo creer que todos los ataques de fuera contra la República y su persona vienen de la pastoral de los obispos. Yo que, como sabe, he disentido en detalles de ese escrito, he sostenido y sostengo lo contrario: esos ataques vienen de la obra de represión de la Policía y del SIM, cuyos actos, muchos verdaderos y otros más o menos abultados por la maledicencia, son comentados en voz baja por todo el país, y no tardan en salir fuera para alimentar las agencias de noticias del mundo entero. ¿Casos concretos? Llevo cerca de un mes pretendiendo saber el paradero de los dos nobles, padre e hijo. No lo consigo. Otros comentan otras desapariciones misteriosas como las de Simón Ventura, Marrero Aristy, don Ney Pimentel, Policarpo Soler, Miguel A. Gacel, etc., etc. Ahora mismo acuden a mi oficina personas que son obligadas a abandonar sus hogares, sin que se les diga la razón, creando un problema de desesperación a esos padres de familia. Todo esto, y no la pastoral, le está minando peligrosamente el terreno. No son los obispos, sino los ejecutores de esos actos clandestinos los que ensombrecen el panorama nacional. Un día le dije, por lo que yo mismo había visto en Alemania, España, Cuba, y había oído de Colombia, Venezuela, Argentina y otros puntos, que la represión violenta, a puertas cerradas, olvidando que hay códigos y tribunales ordinarios, había llevado a la nlina a aquellos mandatarios, Y se lo dije por escrito porque aprecio profundamente a V E. Y estoy seguro de que V. E. es ajeno a todos estos sistemas, que es el mejor pábulo para los enemigos exiliados. Pero, ¿Qué le van a decir los mismos que hacen eso? Pues que los obispos tienen la culpa. Tiene V E. consejeros muy cerca que no entienden nada de la Iglesia ni de su obra portentosa y divina; no faltan ateos y anticatólicos más o menos disimulados, masones y sectarios. ¿Qué es lo que van a aconsejarle todos esos? Que destruya la obra de la Iglesia, ya que no les consta que a la Iglesia no hay quien la dernlmbe, porque Cristo la apoya. Y anti políticamente no caen en la cuenta de lo que le he dicho en repetidas ocasiones

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Antología de docI/1Ilmtos

tomándolo de discursos de V. E.: que el catolicismo va íntimamente unido a la misma esencia de la nacionalidad dominicana. Se expulsan sacerdotes, se obliga a cerrar el Seminario, no funcionan las Casas de Ejercicios. Y los que aconsejan estas medidas no caen en la cuenta que eso es lo que han hecho los comunistas en China, y no ven que el dañado con esto es el mismo pueblo, tan católico, que al encontrarse sin pastores, se precipita al ateísmo o a la brujería indigna de un pueblo civilizado. ¿Se fomentara por este camino la lealtad a toda prueba, hasta el sacrificio, a la Patria y a sus gobernantes? Yo sostengo que no. Y mientras el Sumo Pontífice pide misioneros para America, en la República Dominicana, la segunda más necesitada de todo el continente, se están expulsando a los sacerdotes. Pero la virulencia roja se ha superado ya aquí. Y lo que ni se vio en la Alemania nazi, ni en la España roja, lo hemos visto en el irrespetuoso escrito del Secretario de Justicia, el cual pensó, como el mismo lo dijo, someter a la justicia civil a todos los Sres. obispos por haber escrito la pastoral; y se olvido de incluir también en el banquillo de los reos al Nuncio de Su Santidad, pues también le hace coautor de aquel escrito. Se sigue acusando a eclesiásticos; pero son muchísimos, y yo el primero, que dudan de la justicia de todo eso. Varios de esos casos han pasado por mis manos, y he demostrado que de todo ellos, ni uno solo era verdadero del todo. He aconsejado prudencia y calma: que se oiga al interesado, que se lleve la acusación primero al Sr. Obispo. Pero esto no interesa a ese género de piadosos consejeros, que parece no van a descansar, sino cuando no quede un ministro de Dios en la República. Eso sí; luego se pasmaran de que en Nueva York se organice una manifestación ante el cardenal Spellman suplicándole acuda en defensa de la Iglesia Católica perseguida en la República Dominicana. De todo esto, ¿tendrán toda la culpa nada más que los obispos? Se está deshaciendo la obra de cristiandad y civilización que ha costado años. Pero no hay que perder de vista que es muy peligroso minar el cimiento, por el peligro que supone para todo el edificio. No caen solo algunas capillas: cae el magnífico Patronato de San Rafael, envidia de todas las naciones hispanoamericanas; y puede caer el mismo Politécnico, tan alabado de los buenos y visto con suspicacia por otros; pues los que llevamos esta grandiosa obra de V. E. somos también sacerdotes y somos "curas extranjeros", contra los que se está disparando noche y día. ¿Se piensa en todo esto? Y que no se hagan ilusiones esos perseguidores disimulados que tiran la piedra y esconden la mano. No causan gran daño a los eclesiásticos,

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que si no pueden trabajar aquí, tienen otras muchas naciones en donde serán recibidos como una bendición. El mal, repito, se causa a la nación, a ese pueblo tan halagado en discursos, y al que muy democráticamente se les están sirviendo estos acontecimientos, sin que él tenga ni voz ni voto. Por todo esto estoy profundamente triste, porque amo a la República Dominicana como a mi segunda patria. Y si bien me opongo violentamente a la obra destructora de anticristianos, con respecto a V. E. sigo siendo el de siempre: su amigo sincero y leal. (fdo.) ÁNGEL ARIAS, S.J. P.S. Pueden dejar de mandarme el servicio de noticias que han estado trayendo todos los días por la mañana.

286. El Ayuntamiento de Salcedo protesta de las injurias del P. Hipólito Fernández, cura de Imbert (Salcedo, 29 de mayo de 1960) "Protestan palabras de párroco de Imbert. El Ayuntamiento y personalidades emiten enérgicas desaprobaciones", El Caribe XII: 4416 (C. Tmjillo, 29 de mayo de 1960), p. 4, col. 7-8.

El Ayuntamiento de este municipio que me honro en presidir, fiel intérprete de los sentimientos de esta municipalidad que se caracteriza por su trujillismo sin reserva y por su devoción cristiana, protesta enérgicamente contra lo aseverado por el párroco de Imbert, Hipólito Fernández, quien procediendo inconsultamente y con espíritu extraviado ha inferido a este pueblo la ofensa más injusta al calificarlo de enemigo del creador de su elevación política y de su máximo bienestar. Así mismo entiende esta corporación que los objetivos juzgados por dicho sacerdote contra la persona ilustre del insigne Benefactor de la Patria, pueden considerarse como algo insólito de una mente enferma, que por lo grosero no merece ser repetida ni comentada. DR. JESÚS MARÍA CAMILO PANTALEÓN Presidente del Ayuntamiento JAIME FERNÁNDEZ VIÑAS Síndico Municipal

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Antología de documentos

287. Carta del P. Hipólíto Fernández L., cura de Imbert, al director de El Caribe, negando haber intervenido en política (Imbert, 30 de mayo de 1960). "Cura párroco de Imbert niega haya intervenido en política",

El Caribe XII: 4418 (C. Trujillo, 31 de mayo de 1960), p. 7, cols. 3-4.

Señor Director: En cuanto a la carta de fecha 20 de mayo en curso, aparecida en el periódico El Caribe, edición del 27 del mismo mes, firmada por el señor José G. de la Rosa, representante local de Trabajo de Imbert, deseo hacer constar la extrañeza que me ha producido la lectura de dicha carta. Me he sentido muy apenado al ver cómo en esa carta se me acusa de procacidad y agresividad en palabras contra el generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, ya que, como lo prueban mis antecedentes, jamás he intervenido en política ni me he apartado de mis obligaciones como sacerdote. No me explico cómo puedan afirmar con palabras que no me atrevo a repetir tanta mentira, pues me parece que ningún sacerdote, y no digo sacerdote, ningún hombre nacido en la República Dominicana y que haya siquiera leído la historia de nuestra Patria, diría tales palabras. Por otra parte, el pueblo de Salcedo, del cual soy hijo, puede estar seguro de que jamás en mi vida traicionaré sus pensamientos y sus tradiciones, que hasta ahora han sido fidelidad a la Patria, yen la Era de Trujillo, lealtad a su política en toda su integridad. Por tales motivos suplico que se haga una investigación tanto con las autoridades como con los civiles del pueblo acerca de mi proceder en el templo y en conversaciones personales. De mi parte quedaré conforme con lo que el pueblo de Imbert afirme sobre mi persona como sacerdote y como dominicano. Le saludo muy atentamente, S. FERNÁNDEZ L. Cura párroco de Imbert HIPÓLITO

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La sumisión bifJl pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trl/jillo ( 19 30-1961)

288. Carta del P. Mariano Tomé, S.J., nuevo superior de los jesuitas, al generalísimo Trujillo, negándose a sacar del país a tres jesuitas (e. Trujillo, 10 de junio de 1960) c. APA. Seminario Pontificio S. Tomás 1 (1958-1961), N° 17; MonumentaDominicana IV (1952-1966), f.183.

Excmo. Señor: Como representante en la República del muy Rev. P. General de la Compañía de Jesús, me dirijo a V. E. con la contrariedad de tener que distraer su atención, pero obligado por necesidad imperiosa, al saber que V. E. es el único que puede hacer justicia en el problema presente. Ayer me citó el Han. Sr. Secretario del Interior y Culto juntamente con los padres José M. Uranga, Manuel González Quevedo y el escolar P. Ángel Lage, y en mi presencia el Han. Sr. Secretario les comunicó en nombre del Superior Gobierno que tenían que abandonar el suelo nacional. Inquirí y manifesté el deseo, por no decir derecho, de conocer como SuperiOl~ las acusaciones contra mis súbditos, y se me negaron. Estoy seguro de que V. E. comprenderá la imposibilidad que tiene el Superior más alto de intimar una orden punitiva, desconociendo totalmente el motivo. Máxime tratándose de padres que llevan muchos años, al menos dos de ellos, trabajando con absoluta solvencia en la República; y siendo el P. José M. Uranga actualmente uno de mis consejeros nacionales. No puedo, Excelencia, intimar esa orden. Además, necesito conocer los errores cometidos por mis súbditos, sin duda graves a juzgar por la pena asignada, como comunicárselos a Roma a nuestro Muy Rev. P. General. Otra dificultad es la pérdida de sujetos para las obras entregadas a nuestra dirección en la República. La lamentable pérdida de mi predecesor, R. P. Miguel A. Larrucea; la salida, tan deseada por el Gobierno, del R. P. Rector del Seminario, unidas a otras necesarias; y ahora la de estos padres, intimada por el Superior Gobierno, me hace temer que no podemos continuar nuestro trabajo. Ya que, por otra parte, a los que salen temporalmente por estudios, se les está negando el permiso de reentrada. Estas dificultades arbitrarias, me hacen consultar a nuestro M. R. P. General si ante tanta imposibilidad debemos dejar alguna de las obras, o quizás abandonar la República todos los miembros de la Compañía. Sería lamentable, Excelencia, después de 25 años de trabajo por el pueblo dominicano, tener que tomar una decisión tan triste. Por eso acudo a V. E. seguro de que, como en ocasiones anteriores, dará la solución justa.

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Antología de doCt/llIentos

En Jesucristo, se ofrece incondicionalmente a V. E. (fdo.) MARIANO TOMÉ, S.J. Representante del M. R. P. General de la Compañía de Jesús en República Dominicana

289.

Denuncia aparecida en la prensa contra un religioso paúl de San Francisco de Macorís (e. Trujillo, 5 de junio de 1960) "Foro Público: Sacerdote truculento", El Caribe XII:4414 Ce. Trujillo, 5 de junio de 1960), p. 11, cols. 3-4.

El día 2 de este mes, mientras el sacerdote español Teodoro Calzada 10 ofrecía la clase de religión en el Colegio La Altagracia que dirigen las Hermanas del Cardenal Sancha, se expresó en términos graves en contra de nuestro Gobierno, llegando al extremo de acusar a éste de cometer actos terroristas dentro de las iglesias con el fin de atropellar la religión calólica romana. Tales expresiones del padre Calzada dieron lugar a que la alumna de 16 años Adalgisa Canaán Fernández, lo mismo que la señorita Hilza Antonia Hernández Jiménez, significaran al mencionado sacerdote que, palabras textuales, "antes de nosotros tener tantos padres extranjeros desconocíamos las zozobras e inquietudes que el país por causa de ustedes ha estado padeciendo. Trujillo es católico, apostólico y romano, y lo que ha hecho es regalar iglesias y este mismo colegio donde está usted hablando en su contra lo obsequió él", expresiones que fueron apoyadas por las demás alumnas, lo que motivó que el padre Calzada tratara de no continuar su clase, lo que accedió seguir después que las alumnas se lo solicitaran con la advertencia de que no les tratara temas políticos. PEDRO PABLO DE JESÚS

Nota de la Redacción: ¿Qué clase de sacerdotes extranjeros es que tenemos? ¿Qué le pasa a Migración que no los deporta?

10 Teodoro Calzada ei"a un paúl español, nacido en Burgos (7 de enero de 1929), que ingresó en esa congregación en 1944, fue ordenado en 1953 y aparentemente llegó al país en 1957 a trabajar en la parroquia de San José Obrero. Cfr. R. Bello Peguero, Nombramientos eclesiásticos II (1991), p. 1017.

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La Slltllisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930-j 96 j)

290.

Otra denuncia aparecida en la prensa contra la predicación dominical del párroco de Güaley (6 de junio-de 1960) "Foro Público: Infundios y groserías", El Caribe XII: 4419 (C. Trujillo, 11 de junio de 1960), p. 11, cols. 3-4.

Ayer domingo a las 5:30 a. m., ante numerosos fieles, el padre José Marcilla Hernández,11 párroco de la iglesia de Santa Ana, del barrio de Güaley, se expresó en términos insultantes con respecto al Gobierno y al diario El Caribe. Entre otras cosas, dijo el sacerdote: "Que me bote el Gobierno como a otros curas, nadie me puede impedir que hable en defensa de mis hermanos. El Gobierno y los protestantes son iguales, lobos disfrazados de ovejas. El Caribe es una basura donde se insulta a los ministros de Dios y hasta al representante de Su Santidad el Papa". MARTÍN CALLES

Nota de la Redacción: Da pena que un titulado ministro del Señor use este lenguaje bajo las bóvedas del templo a su cargo, pues su estilo tabernario cuadraría mejor en antros de perversidad y de odio.

291. Un artículo breve de El Mundo (San luan, Puerto Rico), reproducido en el país, sobre el comportamiento del nuncio Lino Zanini (11 de junio de 1960) Daría Carla, "El nuncio Lino Zanini bajo ataques en Santo Domingo", El Caribe XII: 4429 (C. Trujillo, 11 de junio de 1960), p. 1, col. 3-4.

Tan pronto regresó a la República Dominicana el jueves pasado, el Nuncio Papal, monseñor Lino Zanini, invitó para una recepción en el Palacio de la Nunciatura, según informes que se hicieron públicos en Ciudad Trujillo, el domingo pasado. Pero de acuerdo con los mismos informes, inmediatamente la recepción comenzó a ser torpedeada, en la forma de una carta de uno de los supuestos invitados rechazando la invitación y sugiriendo al Nuncio que se fuera definitivamente del país. 11 El P. Marcilla Hemández, un diocesano no nativo, era párroco de Santa Ana desde e124 de octubre de 1959, y permanecería allí hasta 1969. Cfr. R. Bello Peguero, Nombramientos II (1991), p. 628.

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Al1tolo~ía

de doculIlentos

El texto de la carta presuntamente firmada por un ingeniero de nombre Ignacio Agramonte fue escuchado en San Juan al ser leído por la radioemisora "La Voz Dominicana", controlada por el Gobierno. Monseñor Zanini regresó a Ciudad Trujillo el jueves pasado, inmediatamente después de haberse pedido oficialmente al Gobierno dominicano que fuera declarado non grato. Toda vez que la carta del ingeniero Agramonte fue leída por la radio el domingo por la mañana, parece que la recepción había sido señalada para el sábado a las 11 de la mañana, de acuerdo con los términos de la misiva. Personas que conocen aquí al ingeniero Agramonte dudan que sus relaciones lleguen a tanto como para ser objeto de invitación para una recepción del Nuncio Papal. Esas personas creen asimismo que, por otro lado, en el caso de que fuera cierto que él recibiera tal invitación, escribió la carta rechazándola bajo presión oficial. El ingeniero Agramonte, de acuerdo con la carta, repite las acusaciones oficiales de que el Nuncio se ha implicado en actividades y expresiones subversivas y finalmente decía a monseñor Zanini: "En vez de enviar invitaciones, ¿por qué no osáis retiraros de un país en el cual no sois lo suficiente grato para poder ejercer tranquilamente vuestra sagrada función? Y si os quedáis, ¿por qué no os recogéis a la quietud de vuestros templos a orar para que nuestros mandatarios sean iluminados por Dios en la pesada tarea que tienen encima?" Los observadores ven en esta carta la intención oficial de advertir que nadie sujeto a la autoridad dominicana debía concurrir a la recepción a que invitó el Nuncio.

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292, Carta abierta de un ex seminarista al rector P. Juan López Pedraz. S.1., sobre el ambiente vivido en la instü'iiCión (e. Trujillo, 19 de junio de 1960) El Caribe XII:4439 (C. Trujillo, 21 de junio de 1960), p. 11, cols. 4-5.

Reverendo padre: No sé cómo 'expresarme en esta carta. He esperado casi seis meses desde mi salida del Seminario para ir elaborando mis ideas, y además esperaba que los ánimos se sosegasen.1 2 Ya es tiempo de que diera a luz todos mis conceptos. Pero lo vital de esta carta es expresarle y exponerle mi profunda inconformidad por la manera cómo rigió y está rigiendo el Seminario, centro principal donde se forjan los espíritus de los futuros ministros de Dios. Desde que usted tomó posesión del rectorado del Seminario en el año 1956, siempre ha obrado con caprichos y volubilidad. Su caprichosa decisión en el rectorado del Seminario ha traído lamentables consecuencias. Ha expulsado del Seminario a jóvenes con verdadera vocación, buscando pretextos gratuitos y por el solo hecho de ser buenos patriotas que aman a su tierra y a su Gobierno. Por ese solo hecho los expulsó. Tenían doble vocación: de verdaderos ministros de Cristo y de verdaderos y sinceros patriotas. Esas vocaciones pesan y pesarán sobre sus hombros y están bajo su responsabilidad. Dios le pedirá cuenta. Usted busca los pretextos de que "ante Dios he deliberado que conviene que deje el Seminario". Parece que estamos en los tiempos de los primeros apóstoles, que los iluminaba abiertamente el Espíritu Santo. ¿Es usted infalible? ¿Habla usted ex cathedra? En cambio, a sujetos que están abiertamente en contra del Gobierno y sus instituciones, no los ha expulsado de ahí. Usted no advierte que ésos el día de mañana no serán buenos y cabales sacerdotes, sino unos politicastros de baja posición; que sus consejos serán la subversión y el escándalo. Ahora yo me pregunto: ¿Con qué idea retiene usted a esos sujetos ahí? Habrá que examinarle a usted el "fondo y la forma", como suele decir usted.'3 Yo mejor le aconsejaría a usted que pida permiso a su superior 12 Por información suya, después de siete años allí, fue expulsado del Seminario el día 31 de diciembre de 1959. Cfr. "Carta de Clemente Medina a Mons. Octavio A. Beras, solicitando ingresar de nuevo CC. Trujillo, 20 de diciembre de 1960)", ASD. Conespondencia particulares (1960), s/n. 13 El P. López Pedraz, S.J., era también profesor de oratoria, y autor de la reconocida obra Los resortes de la persuasión en la oratoria sagrada, Santander, Sal Terrae, 1956.

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para que se marche de la República Dominicana antes de continuar dirigiendo así el Seminario. ¿Por qué no expulsó desde un principio a los se. ñores Vinicio Disla, Fabio Salís y a tantos otros, no obstante su manifiesta y gratuita enemistad contra el Gobierno? Todo esto es de público conocimiento. Usted dirá que ya esos no hablan de política. Pretextos y más pretextos. ¿Por qué no los expulsó desde el comienzo; desde que comenzó esta cizaña? Cuando fui a su apartamento personal del Seminario en el mes de marzo de 1959 para que aconsejara a los seminaristas del Seminario Mayor porque se hablaba de política abiertamente subversiva y les diera serios consejos, avisos y advertencias, ¿por qué usted no hizo caso? Ahora está pagando las consecuencias. Cuando los seminaristas cubanos y portorriqueños comenzaron a introducir sus ideologías malsanas, ¿por qué usted no los cortó de raíz inmediatamente? Usted bien lo sabía y siempre procedía con complacencias. ¿Por qué no expulsó a esos que subían al púlpito del Seminario a predicar sermones de doble sentido, muy ajenos a la vocación sacerdotal, y sí inspirados en temas políticos con el deliberado propósito de criticar y censurar injustamente al régimen gubernativo dominicano? ¿Eran esos verdaderos sermones de seminaristas, o más bien diatribas y filípicas mal intencionadas? Padre, escarmiente. Tenga más cuidado para regir un seminario. Si va a continuar rigiéndolo de esa manera, mejor váyase de aquí para que no se pierdan más vocaciones. Estaré eternamente resentido de usted porque me expulsó del Seminario injustamente. Yo tenía vocación. Se suscribe de usted un ex seminarista ofendido que siempre lo recordará. CLEMENTE MEDINA y SUAREZ

293. Carta del Vicario Provincial de los dominicos al Jefe de la Policía Nacional, denunciando el robo de dos vehículos (c. Trujillo, 23 de junio de 1960) c. HEPB, loe. cit., N° 15.

Muy señor mío: Con el mayor afecto saludo a Ud., y le deseo la mejor felicidad en el desempeño de su alto oficio para servicio de la Patria dominicana.

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Quiero, al mismo tiempo, hacer llegar a su conocimiento la sorpresa de que he sido objeto a m'U'egreso de los Estados Unidos por la falta de los dos automóviles, propiedad de la Orden de los padres dominicos que, conforme a la versión de los padres de la comunidad, fueron robados del garaje en la noche del día 16 de abril, víspera del día de Pascua. Conocedor del alto espíritu que le caracteriza a Ud., así como de la técnica precisa y moderna de que están dotados sus hombres, debido al interés supremo del conductor del pueblo dominicano, Generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina, Benefactor y Padre de la Patria Nueva, por las más estrictas normas de existencia pacífica de todos los ciudadanos, me es grato acudir a Ud. para ver de interesarle en la adquisición de estos vehículos de tan absoluta necesidad para nuestro apostolado, y que tan alevosamente fueron tomados del garaje. Nuestros automóviles eran: uno, Opel Capitán, y Morris Minar, el otro. Con mis mejores votos para su felicidad, quedo de Ud. s. s. y capellán, (fdo.) FR.

ÁNGEL VIZCARRA,

O.P.

294. Desmentido del diario El Caribe a un cable recibido de Puerto Rico acerca del paradero del obispo de La Vega (San Juan, 23 de junio de 1960) "Otra vez la prensa amarilla: Alega persecución al clero católico", El Caribe XIII: 4442 (e. Trujillo, 24 de junio de 1960), p. 2, cols. 3-4.

SAN JUAN, Puerto Rico, 23 de junio. (AFP).14 El arzobispo (sic) español Francisco Panal no se encuentra en Puerto Rico, afirmaron aquí fuentes dignas de crédito, después de circular versiones en el exterior de que el prelado había sido obligado a abandonar Santo Domingo por la tirantez que existe entre el clero dominicano y el régimen de Trujillo. En otras fuentes se informó que hasta la semana pasada, un total de 45 sacerdotes extranjeros habían salido de la República Dominicana presionados por el general Trujillo. Nota de la Redacción. Ninguna autoridad del gobierno, ni la Dirección General de Migración ha expulsado a ningún sacerdote del territorio dominicano. Y si han salido algunos extranjeros del país ha sido solamen-

14 Se trata de Agence France-Presse, f1.Indada en 1835 por Charles-Louis Havas y denominada entonces Agence Havas.

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te por su propia voluntad o porque se les había vencido sus permisos legales de residencia y no quisieron renovarlos. Estos últimos, que se han marchado voluntariamente por la mencionada razón, son diez o doce y no cuarenta y cinco, como lo asegura el cable anterior. Por otra parte, es seguro que tanto la información de la AFP, que publicamos aquí, como otra que publicamos hace algunos días, según la cual había llegado a Puerto Rico el arzobispo español Francisco Ramírez (que posiblemente sea el mismo Francisco Panal), proceden de informaciones publicadas en El Mundo, el cual, por la presencia de redactores traidores a la República Dominicana, recoge con alborozo cualquier infundio que directa o indirectamente pueda perjudicarla. Por fortuna, por el cinismo de estas contradicciones, el público ya sabe que sólo se trata de mentir y calumniar.

295.

Cable de la NCWC News Service recibido, al parecer desde San Juan, por Mons. Reilly (27 de junio de 1960)15 o. Obispado de San Juan de la Maguana. Church cl11d State (1957-1960), ff. 16-17; c. ARPA. Correspondencia mmcio Zanini (1959-1963), s/n.

Más tarde la prensa del gobierno publicó una serie de ataques contra el obispo de La Vega, Francisco Panal Ramírez, O.F.M. Cap., un prelado de origen español que ha trabajado más de cuarenta años en la República Dominicana. Al mismo tiempo, seis sacerdotes de la Diócesis de Santiago fueron expulsados y volvieron a aparecer los robos de vehículos. Según los exiliados dominicanos, la actitud de los católicos se resume en un chiste reciente: "Rezamos un Padre Nuestro por la iglesia perseguida, pero rezamos dos Padre Nuestro por la iglesia protegida". Se comenta también el incidente del Nuncio Apostólico en aquella recepción imaginaria del 28 de mayo. El arzobispo Zanini, que también se desempeña como representante papal en Puerto Rico, permaneció en San Juan desde Semana Santa. El 26 de mayo, salió rumbo a Ciudad Trujillo. Mientras tanto, se habían cursado invitaciones a muchas personas en la capital dominicana a una recepción que el supuestamente había preparado el Nuncio para altos funcionarios del gobierno. La invitación llevaba el 15 Las siglas se refieren a la National Catholic Welfare Conference, creada en 1920, bajo la responsabilidad de los obispos norteamericanos.

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sello de la Nunciatura, que se supone fue falsificado por el gobierno para darle a todo ese montaje tm aire de autenticidad. Entre los que recibieron la invitación se contaban funcionarios del gobierno, miembros del cuerpo diplomático, ciudadanos de cierta importancia, sacerdotes y religiosos, e incluso las familias de jóvenes que habían sido arrestados por supuestas actividades contra el gobierno. Se dice que el arzobispo Zanini se enteró de la recepción tan sólo unas horas antes de que se suponía comenzase. Cuando los primeros "invitados" se aparecieron, el Nuncio se negó a recibirlos, y un buen grupo de personas se agolpó a la entrada principal de la Nunciatura. De pronto se oyeron las sirenas de la escolta de motocicletas que anunciaban la llegada de los hermanos Trujillo. Los recuentos de lo que sucedió después se diferencian un poco entre sí. De acuerdo con uno de esos recuentos, el arzobispo Zanini concedió una entrevista a Trujillo, durante la cual el hombre fuerte de Santo Domingo intentó sin éxito presionar al Nuncio para que siguiese adelante con la supuesta "recepción". El arzobispo permaneció insensible, sin embargo, y a fin de cuentas, los "invitados" se vieron obligados a irse. Al día siguiente de la "recepción" abortada, la prensa dio cabida a nuevos ataques contra el Nuncio, y lo mismo sucedió con la radio. El arzobispo Zanini regresó a San Juan el día 30 de mayo, y al día siguiente viajo a Roma, de donde no ha regresado aún. Se dice que piensa volver a la República Dominicana, pero se desconoce si el gobierno permitirá su regreso. Mientras tanto, el gobierno dominicano ha dado algunos pasos en su campaña contra la Iglesia. Según se informa, el mismo Trujillo ha visitado a tres personajes de importancia entre el clero como parte de su fracasada maniobra de obligarles a firmar declaraciones denunciando a sacerdotes extranjeros que trabajan en el país. Los tres sacerdotes se identificaron como monseñor Eliseo Pérez Sánchez, y los PP. Osear Robles Toledano y Castillo de Aza. Monseñor Pérez Sánchez y el P. Robles Toledano son, además, miembros del Congreso Nacional. Se asegura que Trujillo ofreció al P. Robles Toledano, ex cónsul general dominicano en Nueva York, y que recientemente fue expulsado de la Universidad de Santo Domingo, un puesto en el Gobierno como asesor de asuntos eclesiásticos, con tal que firme la declaración solicitada. El P. Robles Toledano rechazó la oferta de Trujillo, pero la radio anunció que la había aceptado. El cargo de asesor eclesiástico está vacante desde que Mons. Eduardo Ross fue expulsado por negarse a apoyar a Trujillo en sus esfuerzos por conseguir el título de Benefactor de la Iglesia.

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2 96. Carta del P. Gerardo VáZqueZ, S.J., informando al generalísimo TrujiUo acerca del enviado especial de la Curia de Roma (Haina, 8 de julio de 1960) J. L. Sáez (ed.), MOI1Umeflta Dominicana V (Santo Domingo, 1997), W 22.

Excmo. señor: Tendrá Su Excelencia deseos de saber algo de nuestro P. visitador recién llegado, Francisco Javier Baeza, enviado por nuestro P. General. Por un momento, Excelencia, me voy a hacer miembro espontáneo de su servicio de inteligencia y llenar cumplidamente sus deseos. 16 Primeramente, el P. Baeza es hijo de un general de Artillería. Se puede decir, por lo tanto, que pertenece a la clase militar a que S. E. pertenece. En segundo lugar, es, como S. E., muy amigo del caudillo de Espal1a, general Franco. Conversa frecuentemente con él, y le ha dado Franco para sus obras más de 30 millones de pesetas, 15 para el Seminario Hispano-Americano de Comillas y más de 20 para el noviciado jesuítico de Villagarcía. En tercer lugar, la idea básica que tiene de la cuestión político-religiosa, adquirida experimentalmente por él en los tiempos de la Segunda República española y en la guerra siguiente de liberación espal101a viene a ser casi la misma que S. E. desarrolló en su discurso pronunciado en la Catedral de Santiago de los Caballeros, es a saber, que la actividad de todo buen sacerdote debe ser trabajar lo más posible y hablar lo menos posible; trabajar lo más posible por construir y hablar lo menos posible para destruir. Precisamente, por ser el P. Baeza un hombre profundamente religioso, le repugna la actividad de un sacerdote que se pasa el día hablando de política. Para él, el sacerdote es puente entre Dios y los hombres, y su actividad debe reducirse a lo que significa tal puente sobrenatural, es a saber, sugerir en mil formas según su capacidad a los que le rodean, el que pasen frecuentemente con su pensamiento y voluntad de la tielTa al cielo. Tal es el hombre, Excelencia, que yo conocí por primera vez en el año 1925; tal es el P. Visitador, que el P. General envía con plenos poderes, sin dependencia alguna de los superiores de las provincias jesuíticas circundantes. Dios guarde a su Excelencia muchos años. (fdo.) GERARDO VÁZQUEZ, S.J. Administrador del Instituto Politécnico Loyola 16 La carta ostenta en la parte superior derecha la nota "No se envió". El remitente, fiel a la norma de depositar las cartas en el buzón del Superior, fue evidentemente interceptada y no llegó a su destino.

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297.

Carta del Director de Gastos del Gobierno al P. Ángel Arias, 5.1., director del Politécnico Loyola, justifica.ndo la reduciendo del presupuesto de la institución (e. TrujiHo, 15 de julio de 1960) o. IPL. Correspondencia del Gobierno (1960), lego 10/C,

5; J.L. Sáez, Instituto Politécnico Loyola (1993), pp. 182-183. o

Reverendo padre: Tengo a bien participarle que su carta de fecha 6 del presente mes, dirigida al insigne Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, fue referida a esta oficina, por ser la encargada de los asuntos concernientes a la coordinación de los gastos del Gobierno. En relación con lo que Ud. expresa en dicha carta acerca de que no le es posible reabrir ese plantel con la apropiación de RD$75.000.00 que le ha sido fijada para el segundo semestre del presente año, le participo, en cumplimiento de instrucciones superiores, que usted debe tomar las providencias del caso para que ese instituto limite los gastos de su funcionamiento a los fondos que le han sido asignados para tal finalidad, ya que actualmente no es posible proveerlo de más. Debe usted, pues, someter un plan de reajuste que comprenda reducción del personal, de alumnado, de los talleres menos indispensables, granjas, etc., y todo lo que 'a su juicio sea susceptible de tal medida, a fin de que el Instituto continúe funcionando, aunque más modestamente, sin que ello altere su estructura esencialmente técnica, mientras desaparezcan las circunstancias que determinaron la reducción de las cuantiosas erogaciones que venía ocasionando ese establecimiento, frente al sentido de estricta economía y discreción con que el Superior Gobierno, ahora más que nunca, está manejando los fondos nacionales. Al preparar ese plan deberá tener en cuenta que los alumnos que necesiten recibir enseñanza primaria, intermedia o secundaria no es indispensable que la reciban en el mismo Instituto, sino que para ello puedan asistir a las escuelas oficiales de esa ciudad, que son, en su clase, de primera categoría. Considera esta Dirección que usted, que siempre ha demostrado ser un entusiasta y eficaz cooperador de la brillante obra que realiza el generalísimo Trujillo Malina en lo relativo al desarrollo de la educación vocacional y técnica debe, esta vez, poner su buena voluntad al servicio del Superior Gobierno, que se inspira en las altas y sabias orientaciones de quien le ha brindado a usted siempre, sin reservas, su honradora confianza y sincera amistad.

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Antología de dOCll11lwtos

Le saluda muy atentamente, (fdo.) MANUEL REYES TINEO Director del Servicio de Economía y Coordinación para Gastos del Gobierno

298.

Resumen de la entrevista sostenida en Palacio entre el generalísimo Trujillo y el P. Francisco Javier Baeza, SJ., enviado especial de la Curia Generalicia de Roma (e. Trujillo, 18 de julio de 1960) c. APA. Seminario Pontificio Santo Tomas II (1959-1960), N° 32; J. L. Sáez (ed.), op. cit., fE. 189-190.

1. Mi misión en la República Dominicana: Visitar a nuestros religiosos, sus personas, sus obras, las necesidades de personal, etc. para que desde Roma tengan un conocimiento más directo e inmediato. Y de esta forma cumplir lo que se prometió a V. E. por parte de N. M. R. P. General a través de su Embajador ante la Santa Sede, de que la sección jesuítica de esta República dependería directamente de Roma, y no a través del Superior de Cuba. 2. Reiterar a V. E. la gratitud de la Compañía por lo mucho que la ha ayudado a desarrollar su labor apostólica en bien de las almas, y en provecho de este querido pueblo dominicano. 3. Reafirmar ante V. E. nuestra decidida voluntad de seguir trabajando cuanto esté en nosotros por el bien espiritual, cultural y científico de esta Nación, en nuestra línea de sacerdotes y religiosos, a las órdenes de la jerarquía eclesiástica. Y cooperar como tales religiosos a los esfuerzos que el Gobierno, y en particular V. E., como Benefactor y Padre de la Patria Nueva, viene realizando por el mejoramiento moral y material de este pueblo dominicano. 4. El Seminario Pontificio de Santo Tomás, como vivero de los pastores de almas en esta nación, es objeto para nosotros de especial interés. Acabo de nombrar nuevo rector al P. Mariano Tomé; están preparándose en Roma y en otras universidades de España, Europa y América nuevos profesores y educadores. 5. La obra del Politécnico de San Cristóbal, tan personal creación de V. E. me ha dejado impresionado por magnitud y magníficas instalaciones. Y creo, sin dudar, que ha de ser, y ya está siendo, de un bien inmenso para toda la nación.

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Por las impresiones que me acaba de reflejar el P. A. Arias, su director técnico, están ahora en.IIlomentos muy difíciles por la reducción del presupuesto; y duda si se podrá continuar, aun con lo más esencial, esta importantísima labor. El P. Arias podrá explicar estas serias dificultades. 6. Las Casas de Ejercicios, centros de formación de hombres de conciencia, fieles cristianos y leales servidores de la Patria, son obras que muy personalmente tiene que agradecer la Compañía a V. E. Últimamente ha disminuido la asistencia de empleados del Gobierno, si bien creemos será esta dificultad transitoria. Pues entendemos sería muy de desear continuase esta asistencia, pero lo que creemos no habrá de faltar ni la autorización, ni, en cuanto sea posible, alguna ayuda económica a los empleados por parte del Superior Gobierno, si V. E. tiene a bien seguirlo patrocinando. 7. El pequeño centro de formación de futuros jesuitas dominicanos establecido junto a la Casa de Ejercicios Manresa-Loyola en Haina, queremos poco a poco ido convirtiendo además en un colegio de segunda enseñanza, al estilo de los muchos que tenemos en Europa y América, pues creemos completará bastante la labor que hace la Compañía de Jesús en esta nación. Para ello estoy pensando traer poco a poco padres que se encarguen de esta obra. 8. Me ha impresionado también la labor que nuestros padres ejercitan en bien directo de las lomas del pueblo en el santuario del Santo Cerro, con el Preseminario y Colegio del P. Fantino y en las regiones de la misión fronteriza con dos parroquias. Por todo ello, como fruto de mi visita, deseo ir aumentando la personal que trabaja en estas diversas obras que la Compañía lleva a cabo en bien de la República Dominicana, con el alto patrocinio de V. E.

299. Memorándum de Rafael Paíno Pichardo presentado al generalísimo Trujillo sobre su conversación en el Seminario con el P. Francisco Javier Baeza, SI (C. Trujilla, 14 de septiembre de 1960) C.

ARPA. Documentos Lino Zanini (1959-1963).

N° 30101-23.

1. Por la mediación del suscrito, solicita que las autoridades de Migración le concedan permiso de salida y retomo, para ir a Roma y regresar a la República.

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Antología de documentos

2. Frente a conversaciones anteriores, el padre Baeza se reafirmó en el concepto de que la carta pastoral del 25 de enero pasado debió contemplarse desde un punto de vista de consejo cristiano a las autoridades, con excepción del último párrafo de la misma por tener un carácter personal y casi agresivo. Estima que debió ejercerse una acción conjunta personal, previamente, como advertencia cristiana antes de que se hiciera un uso de dicha pastoral en forma ofensiva y desagradecida. Considera que dicha carta pastoral, tanto por la forma usada para su difusión, como también por la forma sorpresiva con que fue difundida, dio lugar en gran parte a la campaña religiosa desatada en el exterior y la cual, también dio lugar a que se creara una situación político-religiosa bien desagradable en La Vega (Hice extensas consideraciones al triángulo Zanini-Farland-Reilly).17 3. El padre Baeza tenía ya conocimiento de la correspondencia entre monseñor Panal dirigida al Jefe; y ahora me pide una copia de las bases que sirvieron de norma en las relaciones entre el Gobierno y las distíntas diócesis. Estas bases fueron acordadas en las dos conversaciones sostenidas entre el ilustre Jefe y monseñor Panal. El padre Baeza le da mucha importancia a este acuerdo, y cree que en Roma no se conoce enteramente. 4. En lo que respecta a la situación del nuncio Zanini, el padre Baeza me significó que en el concepto de monseñor Samoré, aquél se apartó de la función que le era propia en su calidad diplomática. En el concepto personal de padre Baeza, el nuncio Zanini fracasó en la misión que le fue confiada. 5. En lo que se refiere a la situación actual de monseñor Beras, el padre Baeza estima que él está investido de "pleno derecho" como administrador apostólico del Arzobispado de Santo Domingo; sin embargo, admitió la necesidad de que se le reconozca la condición de Metropolitano para tener jerarquía espiritual sobre los demás obispos. Dicho reverendo me expresó un buen concepto de monseñor Beras. 6. Me permití expresar al padre Baeza que, en mi humilde concepto, las relaciones actuales entre el Arzobispado y nuestro Gobierno no tenían el vigor que antes tuvieron, debido a las siguientes circunstancias:

17 El apellido Farland es el del embajador norteamericano Joseph Simpson Farland, nombrado embajador en la República Dominicana el20 de mayo de 1957, terminando su misión el 28 de mayo de 1960, tres meses antes de que los EE. UU. rompieran relaciones con el gobierno de Tmjillo (26 de agosto de 1960), que no se restablecerían hasta el 6 ele enero ele 1962.

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ArohiI"C Gonoroldo l>.N"lÓn


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a) Porque monseñor Beras no ha querido hacer reclamación de su excepcional posición actual por razones de delicadeza personal y por respecto espiritual al arzobispo Pittini; en lo que respecta a monseñor Dossena, por éste no malquistarse con su superior jerárquico y temiendo a la inquina del nuncio Zanini; y, en tercer lugar, al hecho de que el embajador Franco no abordó la situación creada con firmeza, en el empeño de mantener siempre un estricto formalismo protocolar. 7. Me permito señalar a Su Excelencia que el propósito del viaje del padre Baeza a Roma, en donde permanecerá a lo sumo cuatro semanas, puede constituir la oportunidad más propicia para dejar resueltos los asuntos pendientes y los que se relaciones con la ejecución del Concordato existente (Confidencialmente esta es la propia intención del padre Baeza). 8. En lo que concierne al caso de monseñor Pittini, estima que es de inaplazable necesidad resolverlo. Yo le hice una exposición completa de la situación creada en el ambiente del Arzobispado por las actividades de Hilda Schott, y debido, también a la terquedad del anciano prelado. 9. El padre Baeza me significó que monseñor Dossena había actuado con el mayor encarecimiento para darle solución a dicha situación, pero que aún no había recibido instrucciones de Roma. El padre Baeza manifestó que alguna acción podría haber sido tomada en conjunto por los obispos de la Arquidiócesis, pero al hablarle yo de que cada obispo tenía su jurisdicción independiente, me dio la razón, concluyendo que era necesario que se tomara una decisión respecto de la posición de monseñor Beras como arzobispo metropolitano. 10. Al llegar al Seminario para sostener la conversación con el padre Baeza, tuve la oportunidad de saludar a monseñor Panal, quien me expresó que estaría por breves horas en la ciudad y que regresaría esta tarde a La Vega. Dicho obispo no se ha acogido al retiro espiritual de Manresa por haberlo llevado a efecto en el Santo Cerro, según me significó el padre Baeza. 11. El padre Baeza se siente contento de las relaciones que existen entre monseñor Panal y el ilustre Jefe. 12. Mañana jueves, tal como respetuosamente le he informado anteriormente a Su Excelencia, tengo invitados a monseñor Beras y a los padres Baeza y Tomé, para almorzar en el Hotel Hamaca, de Boca Chica. Muy respetuosamente, (fdo.) R. PAÍNO PrCHARDO

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Antología de documentos

300. Carta del Director de Gastos del Gobierno al P Ángel Arias aprobando un nuevo presupuesto del Instituto Politécnico Loyola (c. Trujillo, 23 de septiembre de ~

1960) o. IPL. Correspondencia Gobierno (1960), lego 10/C, N° 5.

Asunto: Reorganización económica de ese Instituto Politécnico 1. Tengo a bien dirigirme a usted para confirmarle que el plan sometido por usted para la reorganización económica del Instituto Politécnico Loyola, ha merecido la elevada aprobación de la Superioridad, habiendo quedado aumentada la subvención, por consiguiente, a la suma de RD$286,740.00 o sean RD$23,89S.00 mensuales, a partir del mes de octubre próximo, con las modificaciones, supresiones de cargos y reducciones de sueldos propuestas. 2. Por la cuantía de la subvención, podrá usted apreciar que en ella se incluye la suma de RD$21,600.00 que costará la enseñanza primaria, pero solamente para los alumnos que residen en San Cristóbal y secciones o parajes más cercanos que, según su apreciación, montan a un total de 686, que serán divididos en 20 cursos, con un profesor de RD$90.00 cada uno. 3. Le informo, igualmente, que el pago de la suma de RD$13,787.17 a que ascienden las deudas del Instituto, correspondientes a los meses de junio, julio, agosto y septiembre del presente año, quedará a cargo de esta Oficina a base de que sea reembolsada con las economías que mensualmente se produzcan en la partida de RD$7,SOO.00 destinada a la ración de los alumnos internos, ya que, conforme a lo convenido, en el próximo año escolar el internado no funcionará toda capacidad. Los cheques concernientes a esos reembolsos deberán ser expedidos a nombre del Tesorero Nacional y enviados a esta Dirección para ordenar el reintegro de su valor al fondo correspondiente. 4. Para facilitar la liquidación de las mencionadas deudas, deberá usted someterlas, por meses, comenzando con las más antiguas. Recuérdole que según las reglas de la contabilidad oficial, las facturas deberán ser preparadas por quintuplicado y enviadas con el "visto bueno" de esa rectoría, para que puedan ser pagadas. Le saluda con toda consideración, Cfdo.) MANUEL REYES TINEO Director del Servicio de Economía y Coordinación para los Gastos del Gobierno

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3O1. Fragmentos de la carta del seminarista expulsado al nuevo rector P. Mariano Tomé, SI, explicando el serviCio- prestado al Gobierno (c. Trujillo, 15 de octubre de 1960) c. APA. Seminario Santo Tomás: LitteraeAnnuae 1959-1960, ff.4-7.

Muy querido padre: El día 31 de diciembre ppdo., recibí una carta del padre rector, Juan López Pedraz, en la que me comunicaba que convendría que dejase el Seminario, debido a mi carácter sentimental e impresionante (sic). Yo estaba completamente inocente de la realidad de los hechos. Al día siguiente, un seminarista me dijo que el motivo de todo eso era porque otro seminarista encontró una carta delatora en mi celda y sin firma. Entonces fue cuando caí en la cuenta. Ya yo sabía que dos compañeros míos estaban planeando un asunto de denuncia y aprovechando todas las oportunidades de todo lo que se decía en contra del Gobierno. Nadie lo sabía, sólo ellos y yo, porque ya me lo habían participado. Uno de ellos metió la carta en mi celda, y antes de que yo la encontrara, un seminarista la encontró y se la llevó al P. Rector. La leyeron, sacaron copia de ella, y volvieron a meterla en mi cuarto. Llegué, la encontré allí, y se la ~evolví al que me la había metido en mi cuarto. Después no supe qué hizo con ella. Ya esos dos me habían participado esa denuncia que iban a hacer. Luego que vi mi carrera frustrada por culpa de algunos, mi mamá, que es viuda, le escribió al secretario de Estado, don Manuel de Moya Alanzo, que era amigo de nosotros, para ver si él me daba algún trabajo para sostenerme. Él me citó a su Despacho, y le expliqué todo como sucedió. Luego él me llevó a presencia del mismo generalísimo Trujillo, y él me interrogó de todo. ¿Qué tenía que hacer yo en este caso? Tuve que explicarle todo; ya él tenía gran conocimiento de los acontecimientos del Seminario; hasta me enseñó una carta del seminarista (hoy sacerdote) jamaiquino William Henry, donde éste le daba las gracias por la ayuda que le prestó. Y desde entonces todo quedó tranquilo, hasta que a mediados de junio, el mismo Generalísimo me llama para que hiciera una carta fustigando al P. Juan López Pedraz por su "mala" administración en el rectorado del Seminario. Yo di muestra de miedo, por temor al qué dirán de las gentes, habiendo sido yo seminarista, pero él me lo impuso y tuve que obedecer. Otra pregunta: ¿qué iba yo a hacer en este caso? Y así fue que se editó la famosa "Carta abierta al padre Pedraz" el día 21 de junio del año en curso. Ahí usted ve que yo quería negarme a hacerla, pero la autoridad

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superior me obligaba. Supe que en Santo Cerro se decía que eso no era iniciativa mía. Yo traté de suavizar la carta, pero me dijo el Jefe que lo que quería era única y exclusivamente atacar al P. Pedraz. La carta delatora en el Seminario no fui yo el autor de ella. Si el P. Rector me hubiera llamado a su Despacho, yo le hubiera dilucidado todo. Pero él se ofuscó, se turbó y no hizo un análisis exhaustivo de los hechos. El procedió ciegamente, y a mí en concreto, me expulsó del Seminario teniendo vocación. Ruégole, padre, no comentar todas estas aclaraciones y advertencias con ningún particular de todo el proceso de los acontecimientos, por prudencia y para evitar contratiempos. Le repito, padre, usted sabe cómo son las cosas aquí. Pido a Dios y a la Sma. Virgen usted no desoiga mis súplicas. Es una vocación que anda por el suelo. Permanecí ocho (8) años en el Seminario, faltándome sólo cinco (5) meses para ingresar a la Sagrada Teología. Si hubo falta o imprudencia, yo me arrepiento de veras. Espero en el Señor que Él toque las fibras más íntimas de su corazón. Olvide, no se fije en el pasado, y atienda a socorrerme. Sería mejor que usted y yo tratásemos esto personalmente; usted sabrá cómo hacerlo. Pero no quisiera que usted me cite para vernos en el Seminario, para que mis compañeros no piensen que yo ando con malas intenciones. ¡Cuánto me ha costado demostrar que no soy espía! Ya me despido, pidiéndole la bendición, un hijo en Cristo, (fdo.) CLEMENTE MEDINA y SUÁREZ

302. Denuncia en la prensa matutina sobre la enseñanza en manos de los eclesiásticos o religiosos (c. Trujillo, 23 de noviembre de 1960) "Foro Público", El Caribe XIII:4594 (23 de noviembre de 1960), p. 5, cols. 2-3.

ABOGA POR LA ENSEÑANZA LAICA El momento actual en que vivimos exige que la enseñanza en la República Dominicana no sea católica, sino que sea laica, pues es necesario que cada uno escoja la religión y la educación que le plazca, para que pueda disfrutar de su libertad de conciencia y de pensamiento. No se debe obligar a nadie a recibir una educación o una instrucción religiosa, sino la

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que quiera. Es necesario guiarnos del sabio Sr. Hostos. Hay que implantar el sistema recomendado por este sabio. Por otra parte, rememorando acciones que no nos hemos merecido, es bueno que se tenga presente que en la inauguración de la Feria de 1961, no debe aparecer ningún cura bendiciéndola, pues ya está bendecida. Tampoco deben aparecer los escolares del Loyola, que tanto dinero le cuestan al Estado, porque el padre Arias, el año pasado -qué abuso para el gran evento-, influenciado por el jesuita ya desaparecido Larrucea, se negó en principio a concurrir a la Feria, diciéndole con palabras irrespetuosas al Secretario de Agricultura que ellos no asistirían. Es necesario que se excluya al Loyola y se le dé preferencia a la Guardia Universitaria, que puede hacer una buena representación, o a cualquier otro colegio que designe el Secretario de Estado de Educación y Bellas Artes. Tenemos que cuidarnos para que no se repita la pastoral de enero. Tenemos que cuidarnos para que nos pronuncien (sic) la pastoral y nos impongan el sistema político que están siguiendo en Puerto Rico los representantes de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. El Gobierno y el pueblo dominicanos deben cuidarse de los curas y de la Iglesia, ya que está claro que todos están metidos en política. No nos dejemos sorprender, preparemos las turbas para cuando sea necesario echárselas encima. ¿Qué hacen los curas y la Iglesia en la República Dominicana que no favorecen a los pobres, a los infelices, con el dinero que recogen en todas las iglesias? ¿Por qué no se asocian al Día del Pobre contribuyendo con algo? ¿Por qué no hacen asistencia social? ¿Por qué no realizan ninguna obra social en la República Dominicana? Todo es coger, coger para ellos. La Basílica de Higüey, donde están invirtiéndose varios millones, no debe terminarse, porque el obispo de allí, Pepén, es indiferente a todo, es como si no fuera dominicano. Es un insensible a todo. Es el peor obispo que tenemos. Ojalá designen al obispo Reilly en Higüey. LUIS HOSTOS CAMPUSANO

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303. Otra denuncia pidiendo suprimir ayudas a la Iglesia y castigar a los instigadores de la carta pastoral de 1960 (e. Trujillo, 25 de noviembre de 1960) "Foro Público", El Caribe XIII:4596 (C. Trujillo, 25 de noviembre de 1960), p. 5. Col. 3.

LA VERDAD, AUN CUANDO DUELA Si por circunstancias especiales hubiera necesidad de hacer reajustes en el presupuesto del año 61, debieran suprimirse por completo los enormes gastos que se hacen en favor del clero, los colegios e instituciones religiosas, los proyectos de construir templos católicos, los seminarios, que se convirtieron en centros de conspiración y terrorismo, y todo, en fin, cuanto se refiere al catolicismo. Esta medida sería muy saludable, muy justa y muy bien acogida, ya que nada de utilidad derivó la República Dominicana durante 30 años de prodigarle una ayuda constante e ilimitada a la Iglesia, y en cambio sus jerarcas y muchos otros sacerdotes pagaron muy mal. Evidencia de ello es la carta pastoral del Episcopado del 25 de enero de 1960, leída con tanto énfasis en las iglesias del país, casi todas, ¡oh ironía!, erigidas con recursos del Estado y dádivas personales de quien vive con la mano extendida en perenne acción de bien. Por otra parte, nadie podrá negar que esa carta pastoral de tan triste recordación, afectó nuestra renta, y si no fue más grave el mal que se propusieron producir, fue por encontrarse en la dirección de los destinos nacionales un hombre de la envergadura de Trujillo. Los valores que se economicen con la supresión de tantas dádivas, podrían aplicarse a favorecer las clases pobres, a construir nuevas escuelas, a explotar nuestras riquezas naturales, a crear nuevas fuentes de trabajo, a robustecer el plan de asistencia social y muchas cosas más en favor del pueblo. Es hora de que reciban sanción los verdaderos culpables y responsables de haber creado situaciones que jamás confrontó el país en 30 aüos de tranquilidad, hasta la aparición de la abominable carta pastoral pagada, según se afirma, por Rómulo Betancourt, que si no causó mayores males fue porque encontró al frente de los destinos de la Patria un hombre de extraordinario valor, capacidad, energía, patriotismo y dominio de la alta misión que le está confiada, respaldado por todo el pueblo dominicano. JESÚS DE LA PAZ

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José Luis Sáez, 5.1.

La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

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P.D. Es oportuno recordar, que fue en el Seminario Santo Tomás de Aquino donde un sacerd~te jesuita, el padre Fabré de la Guardia, forjó un centro de conspiración y terrorismo, en complicidad con el rector, padre Pedraz, enseñando a los alumnos a fabricar bombas con planos preparados por él, que en nuestro país no se conocían, una de las cuales ordenó colocar en el Mercado Modelo de esta ciudad, que de no ser descubierta a tiempo, habría causado la muerte de hombres, mujeres y niños, que ese instante colmaban las dependencias del mercado. Que el padre Larrucea, superior de los padres jesuitas, llegado después al país, prosiguió el mismo camino y se desconcertó cuando vio descubiertos sus planes. La verdad hay que decirla aun cuando duela.

304.

Proyecto de ley que castigaría con la deportación a todo extranjero que alterase el orden público, incluyendo a los miembros del clero (e. Trujillo, 29 de noviembre de

1960) El Caribe XIII:4601 (C. Trujíllo, 30 de noviembre de 1960), p. 2, col. 2.

EL CONGRESO NACIONAL En nombre de la RepúbÚca CONSIDERANDO: Que la enmienda política puesta en práctica por el Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina ha ofrecido en todos los aspectos de la vida nacional la tranquilidad social en que se halla cimentada la paz de la República; CONSIDERANDO: Que miembros del clero en el país han cometido actos intranquilizadores que constituyen provocaciones e intervenciones en los asuntos políticos internos de la República; que así mismo, la pastoral suscrita por todos los obispos de la nación y otros actos tendentes a esos mismos fines, son de carácter subversivo; CONSIDERANDO: Que tales actos han producido honda perturbación social y que en vez de ser suprimidos por sus autores, han sido varias veces reiterados; HA DADO LA SIGUIENTE LEY: Art. 1. Toda persona de nacionalidad extranjera, aunque se trate de eclesiásticos, y cual que sea su jerarquía, que por escrito, verbalmente o

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por cualquier otro medio altere el orden social o la paz pública, o realice actos de provocación con dichos fines, para intelvenir de ese modo en los asuntos políticos internos, será deportada por las autoridades de Migración, sin necesidad de ningún requisito de carácter administrativo o judicial. Art. 2. La presente ley deroga toda disposición de la Ley N° 95, del 14 de abril de 1939, y sus modificaciones, o de cualquier otra ley que le sea contraria.

305. Carta de los superiores religiosos del país al Episcopado dominicano pidiéndole hablar acerca de la tensión reinante en el país (e. Trujillo, 16 de diciembre de 1960) o. HEPB.

ibid., Nu 20. ff. 1-2.

Excelentísimos y reverendísimos señores prelados: Los superiores de las órdenes y congregaciones religiosas existentes en la República Dominicana, al tener noticia de la inmediata reunión de SS. EE. RR. en los críticos y transcendentales momentos por que atravesamos, hemos querido, con la mayor sumisión y siempre al lado de la jerarquía, deseosos de cooperar con ella en su misión pastoral, proponer lo siguiente: 1. QUE SE HAGA UN SUPREMO ESFUERZO POR FRENAR Y ACABAR CON ESA CAMPAÑA injusta e injustificable, a la par que calumniosa y difamatoria de radio y prensa contra la Iglesia, el Vaticano, la jerarquía, clero, religiosos e instituciones católicas.

Nuestro trabajo inmediato con los fieles en las parroquias, iglesias y colegios no nos permite llamarnos a engafio sobre el dafio que esa infame campaña produce en las almas. Nos duele esto, y que no se ataje tan trascendental mal. Y entendemos que lo único que podría detener ese alejamiento de los fieles y confortar sus almas, sería una declaración de aquellos que Dios ha puesto en cada diócesis como pastor, guía y maestro. 2. INSTRUCCIONES ORIENTADORAS PARA EL CLERO Y RELIGIOSAS ¿Y por qué hablamos de los fieles? ¿No es verdad que nosotros mismos hemos pedido, deseado y hasta considerado indispensable una palabra de orientación, una norma a seguir, algo que unificara, si no pareceres, al menos conductas en tantos momentos de difícil incertidumbre por los que hemos pasado en este año 1960?

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujil10

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Suplicamos, pues, que se nos den esas instrucciones orientadoras, para obrar todos al unísono al'lado de la jerarquía. ¿No se sentiría, al menos, en bien de todo aquel: "la unión hace la fuerza"? Por el contrario, la experiencia ha enseñado tristemente el desacierto de actitudes individuales. 3. QUE LA JERARQUÍA HABLE Deseamos vehementemente en nombre de Dios y de esas almas dominicanas, a nosotros inmediatamente encomendadas, que W. EE. RR. piensen si no ha llegado aún la hora de que la jerarquía, como tal, hable, ante la aglomeración de los siguientes hechos: A. Campaña grosera, criminal y confusionista contra la Iglesia y clero por radio, prensa y mítines. B. Expulsión injustificada de sacerdotes, religiosos y religiosas (las de

hace unos meses y la reciente del Hno. Salesiano y padre A. Barrios). y todo esto amenaza facilitarse con la propuesta de Ley para expul-

sar extranjeros, incluso eclesiásticos de cualquier jerarquía. DETENER ESA LEY. C. Ataque a la enseñanza religiosa: a. Cierre de dos centros en San Cristóbal (Monagas y PP. Terciarios), y otros dos en Dajabón (Apostolinas y HH. de San Juan). b. Cese de eclesiásticos como profesores de religión en normales, etc. con supresión de la asignación en algunos centros. Y todo esto amenaza llevarse al extremo con la Ley de Enseñanza Laica. DETENER ESA LEY. D. Impedimento de la influencia religiosa: a. Orden ya entregada de cese de vigencia de los contratos con religiosas en hospitales y asilos (unas doscientas cincuenta religiosas) b. Retiro de la subvención señalada en otros centros. E. El despotismo burlón y atropello con que estas cosas se llevan a efecto, sin respeto alguno a condiciones señaladas en los contratos. Esto, como otras violaciones de diversos puntos del Concordato, no se pueden atribuir a particulares, sino al propio Superior Gobierno.

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Antología de documentos

¿W. EE. RR. no creen que, ante estos hechos, los señalados por Dios como pastores, deberían hablar? Sabemos que del Vaticano llegan consignas de "aguantar", "trabajar cuanto se pueda". Sí lo creemos, pero nos cuesta hacernos a la idea de que ese "aguantar" sea equivalente a "no hablar". Vemos en las iglesias de Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia y bien cerquita a la de Cuba, "aguantar" sí, pero sus prelados han hablado, definido posiciones, aclarado a sus ovejas dónde está la verdad. ESO QUEREMOS. "Trabajar cuanto se pueda". Sí lo haremos, aun sumidos en la mayor estrechez y pobreza, aun en la persecución; pero con una bandera desplegada, limpia de contaminaciones irreligiosas, aunque teñida de sangre. LEY DE ENSEÑANZA LAICA, LEY DE EXTRANJEROS, DIFICULTADES -se dice-, en la renovación de la Residencia en la República el próximo enero. Poco podría importar a quienes como "religiosos extranjeros" nos abre los brazos todo el mundo, ansiosos de nuestra labor; pero es este pueblo, son las ovejas de W. EE. RR. las que nos preocupan, por las que miramos, por las que queremos seguir trabajando, por las que no queremos irnos. Que NTRA. SRA. DE ALTAGRACIA ilumine a W. EE. RR. en estos momentos en que el pueblo espera su palabra; cuando el silencio es a veces peyorativamente interpretado como cobardía o complicidad. En que los religiosos desearíamos un cese absoluto de manifestaciones públicas (tedeum, salves, abrazos... , que contra nuestras voluntades se nos ha hecho aceptar), mientras se insulta a la Iglesia y la jerarquía; a las vez que esperamos normas directrices que unifiquen nuestro obrar. En que todo el pueblo nacional y extranjero espera el parecer de la jerarquía dominicana ante hechos casi increíbles, pero demasiado patentes para dejarlos de reconocer. Ofrecemos a vv. EE. RR. la aportación de nuestras oraciones y sacrificios. ALFONSO ESTEVE, SCH. P. Superior PP. Escolapios

FR. ANTONIO GONZÁLEZ, O.P. P. Superior Frailes Dominicos

P. MARIANO TOMÉ, S.J. Superior de la Compañía de Jesús

LEONARDO HUSWELL, S.EM. Superior de los PP. de Scarboro

P. JOAQuíN GÜELL, C.M. Superior de los PP. Paúles

HNO. AMADO GABRIEL, D.L.S. Director Colegio de La Salle

JosÉ M. VILA, C.M.E Superior Padres Claretianos

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José Luis Sáez, S. 1.

La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujíllo

(1930-1961)

306. Carta del Can. Eliseo Pérez Sánchez al director del vespertino La Nación sobre la acusación de que el cl~ro no contribuye a obras de caridad (c. Trujillo, 28 de diciembre de 1960) c. ASD. Correspondencia oficial: Varios (1960), N° 112.

Señor director: He leído con la mayor pena el tendencioso artículo que un anonimista publico ayer en la sección "El Lector Escribe" acusando al clero de no figurar en las listas de contribuyentes para la obra que a favor de los pobres realiza la "Sociedad Amigos de los Desamparados". Parece que ese señor olvido que para obrar la caridad no siempre se está obligado a figurar en listas populares, sobre todo, si esta ya se ha cumplido holgadamente en otras circunstancias, como fueron con el "Día del Pobre" y las fiestas pascuales en que el clero y los religiosos colmaron su deber llevando pan y alegría espiritual a los pobres y abandonados en sus respectivas jurisdicciones. De esta verdad podrán dar testimonio particularmente los numerosos pobres que en la iglesia del Carmen fueron favorecidos en la mañana del viernes 23 del corriente por su párroco con la regalía de RD$300.00, y las muchas familias vergonzantes que en el retiro de su hogar recibieron del sacerdote el consuelo de un valioso aporte metalico y palabras de aliento y esperanza para su almas. Felizmente las obras de caridad realizadas por la Iglesia a favor de los pobres, en todos los pueblos y en todos los tiempos no se podrán negar nunca con palabras huecas lanzadas al aire; del mismo modo que siempre tendrá que reconocerse en nuestro país a Meriño, Billini, Fantino, García y otros muchos sacerdotes como los padres de la caridad y el amor a los pobres, que lo sacrificaron todo en haras de la felicidad de estos. y para no ir más lejos vendrá a robustecer hoy nuestros bien fundados e irrefutables conceptos el autorizado testimonio del Presidente del "Comité Protector de Menores", quien en sus funciones oficiales declaro categóricamente: "que una de hlS aportaciones más valiosas y de los servicios sociales más eficaces alcanzados cada año por el Comité, han venido siempre de las congregaciones religiosas". Agradeceré, Señor Director, el honroso favor de dar cabida en su interesante diario a esta humilde carta, que llevara a todos sus benévolos lectores con mis felicitaciones de Pascua y Año Nuevo, mi más profundo reconocimiento.

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Antología de documentos

Muy atentamente le saluda, (fdo.) MONS. EU5Eo PÉREZ SÁNcHEZ Párroco de la Catedral

307.

Carta de Mons. Hugo E. Polanco, obispo de Santiago, a Rafael Paíno Pichardo, secretario de Interior y Culto (Santiago, 7 de enero de 1961) c. HEPB, ibid., N° 21, ff. 1-2.

Excelencia: Acuso recibo del Oficio N° 344, de fecha 5 del corriente, y según pude afirmar en nuestra conversación telefónica de esta misma mañana, el R.P. [Pedro] Iribarren, M.SS.CC., cantará la salve que se ha solicitado en Lucas E. de Peña. Explica dicho sacerdote que en actitud negativa la hacía como protesta contra Radio Caribe, no sólo por sus ataques a la Iglesia, sino también por sus palabras blasfemas. y quiero aprovechar esta ocasión para manifestar a S. E. la preocupación que me han producido unas noticias llegadas aquí en estos dos últimos días. a) El día 10 de diciembre de 1960, el subsecretario de Interior y Culto, Rvdo. Pbro. Lic. Zenón Castillo de Aza, en carta circular a los directores de colegios católicos, a solicitud de la Secretaría de Estado de Educación, pidió los nombres y direcciones de los padres de los alumnos de dichos colegios. b) He sabido de fuentes fidedignas que grupos de padres de familia que tienen sus hijos en colegios católicos han sido llamados a la Fortaleza San Luis de ésta, y en la de Moca, donde una alta autoridad militar les ha manifestado más o menos lo siguiente: "Se está en conocimiento de que los colegios católicos traman una conspiración para derrocar al gobierno, y los padres que dejen sus hijos en dichos planteles tendrán que atenerse a las consecuencias". c) En Lucas de Peña, el Servicio de Inteligencia Militar ha hecho lo mismo. d) En esta misma villa y los mismos han visitado [a] los padres de las novicias para inducirlos, bajo amenazas, a que obliguen a sus hijas a abandonar la vida religiosa, que ellas libremente han escogido y en la que deben profesar el próximo mes de febrero.

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José Luis 5áez, 5. 1.

La sumisión biw pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (j 930- j 96 j)

Son hechos que no me puedo explicar, y que de seguir su curso obligarán, bajo presión militar, a cerrar los colegios católicos y los noviciados de la diócesis de Santiago..·· Ruego a S. E. enterarse de todo esto, para impedir que se continúe esta campaña. Hago provecho de esta ocasión para saludar muy atentamente a S. E. (fdo.) +HuGO EDUARDO POLANCO Obispo de Santiago de los Caballeros

308.

Respuesta del Secretario de Estado de Interior y Culto a la anterior carta del Obispo de Santiago (e. TrujiUo, 10 de enero de 1961) c. !bid., N° 22.

Excelencia Reverendísima: Es deber del suscrito poner en su conocimiento que informes procedentes de Monte Cristo señalan que el cura párroco de aquella población se negó rotundamente a ofrecer la misa o salve que anualmente tiene efecto como acto inicial para celebrar el día del Poder Judicial. No obstante de que se hizo ofrecimiento a d~cho sacerdote para hacerle efectivos sus honorarios correspondientes, éste mantuvo su negativa para oficiar, argumentando en defensa suya que lo hacía como una protesta "contra Radio Caribe por lo que dicha estación radial viene atacando diariamente a la Iglesia". Muy cordialmente el suscrito considera que está en el caso de invitar la atención de Su Excelencia Reverendísima respecto a la forma destemplada y casi agresiva que últimamente vienen asumiendo algunos sacerdotes españoles de la diócesis a su digno cargo, lo cual resulta realmente lamentable para el mejor desenvolvimiento de las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia. El abajo firmante desea ponderar a Su Excelencia Reverendísima que las expresiones de la prensa o los ataques de que el clero sea objeto no pueden ser considerados, en ninguna forma, como expresión de la voz oficial, ya que se trata de empresas enteramente privadas. Sería muy lamentable que tales irreflexivas actitudes de aquellos sacerdotes pudieran causar nuevos entorpecimientos en el desenvolvimiento de las buenas relaciones entre el Gobierno y el clero, tal como anteriormente ha ocurrido.

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Antología de doculIlentos

La saluda con alta consideración y aprecio. Cfdo.) RAFAEL PAÍNO PICHARDO Secretario de Estado de Interior y Culto

309. Memorándum del Episcopado dominicano preparado para entregar a~ generalísimo Trujillo durante ~a audiencia concedida en el Palacio (e. Trujillo, 10 de enero de 1961)

Naciona~

Documentos de la Conferencia del Episcopado de la República Dominicana. 1955-1969, Santo Domingo, 1969, pp. 55-58.

Los obispos de la República Dominicana reiteramos a S. E. Nuestros más férvidos deseos de prosperidad y bendición del cielo para el nuevo año que acabamos de comenzar. Le felicitamos especialmente por las numerosas obras sociales en bien de los necesitados, los amados de Cristo. Y renovamos nuestro agradecimiento por las muchas obras realizadas por V. E. a favor de la Iglesia. Nos presentamos, además, ante S. E., deseosos de seguir prestando nuestra cooperación, a fin de que esta Patria, tan querida por todos nosotros, sea cada vez más grande y más fraterna para todos, y para ello más unida. Y creemos que nadie como S. E., por la autoridad moral de que se encuentra investido, como Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, puede dirigir hacia el Superior Gobierno nuestros anhelos. Si dentro del campo que nos compete fuésemos a hacer un balance objetivo, tendríamos que confesar que no todo ha sido favorable. Que, en concreto, en las relaciones entre la Iglesia y el Estado ha habido un retroceso; que somos los primeros en lamentar y en desear que se corrija, en bien de todos los dominicanos, católicos en su inmensa mayoría. Nos mueve aquella misma intención que Su Excelencia reconocía en la amable carta contestación que nos dirigió el dos de marzo del año próximo pasado. Y acudimos confiados en aquellas palabras de S. E. en la misma carta: "El deber que me impone mi condición de católico de ofrecer una vez más a la Santísima Virgen de la Altagracia, un testimonio del espíritu de absoluta devoción a los sentimientos de concordia y de fraternidad cristiana, con que me he dedicado, durante treinta años, a velar por la felicidad y bienestar del pueblo dominicano". y si para corregir un mal, es necesario investigar la raíz del mismo, nos ponemos ante la presencia de Dios, Supremo Juez de nuestras

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conductas, y reconocemos que, si bien pudo haber algunas deficiencias, nosotros no hemos sembr.ado la cizaña, por más que se empeñen en lo contrario enemigos solap~dos de Dios y de su Iglesia. Hemos hablado todos nosotros como en conciencia creímos que debíamos hablar a nuestro pueblo, de quienes, cual pastores, cuidamos con la autoridad del mismo Cristo. Jamás ha sido nuestra voluntad incitar a revoluciones, ni alentar a nadie para ello; conocemos la doctrina tradicional de la Iglesia al respecto, y la misma historia es testigo fidedigno de que la Iglesia de Cristo florece bajo imperios, monarquías, repúblicas, y hasta detrás de telones de acero o de bambú. Hemos hecho lo que han hecho otros muchos hermanos nuestros en el Episcopado: hablar como padres de almas en bien de los menesterosos y afligidos; como lo han hecho también miles de veces los sumos pontífices. No hemos tapado delitos, ni defendido lo indefendible. Hemos pedido benignidad dentro de la justicia, como cuando le suplicamos clemencia para el pecador, a Dios, que siendo justísimo, es a la vez, infinitamente misericordioso. En todas partes del mundo se recogen millones de firmas pidiendo clemencia para delincuentes condenados a la última pena. No es un delito, pues, que los obispos hagan lo mismo con sus ovejas. Ciertamente que, si alguno, antes de actuar, nos hubiese consultado, hubiéramos sido los primeros en recordarle la doctrina del apóstol: respetad y amad a vuestros legítimos superiores temporal~s, como al mismo Dios, de quien toda autoridad desciende. Ciertamente que antes de dirigir la pastoral de hace un año podíamos haber dado otros pasos previos. Ninguno de nosotros pudo nunca sospechar la mala interpretación, sectaria las más de las veces, que se ha dado a nuestras palabras. Entre la barahúnda de comentarios y malas interpretaciones que se hicieron, las nobles palabras de la carta que Su Excelencia nos dirigió el dos de marzo, a que nos hemos referido, ponían las cosas en su debido lugar. Si de nuestras palabras, que eran, repetimos, un simple llamado a la clemencia, sin negar sus fueros a la justicia emanada de los códigos penales, otros han sacado comentarios y conclusiones contrarias, eso ellos lo defenderán ante Cristo Juez, ante cuya verdad infalible les citamos. No ha sido comentario de nuestra pastoral: ha sido una ofensiva contra la Iglesia so pretexto de la pastoral; y nosotros somos los primeros en condenar semejantes tergiversaciones de la verdad. Que publicaciones eclesiásticas reprodujesen la carta o trozos de ella, es cosa frecuente y normal en casos análogos. No queremos con ésto decir que [en] el campo eclesiástico no haya habido imprudencias. Las reconocemos, y estamos en el mejor deseo de

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corregirlas, en cuanto podamos, aunque no nos consideramos responsables de ellas. ¿Puede el Gobierno controlar a todos los servidores? ¿O el padre de familia a todos sus hijos mayores? Pero seguiremos haciendo todo lo posible por terminar con este estado de cosas, y buscaremos todos los medios conducentes a una perfecta armonía entre el Estado y la Iglesia. Para esto nos proponemos: 1. Recordar a los Sres. sacerdotes, una vez más, las normas dadas en mate-

ria política. Y en concreto exhortarles: a) a que se empeñen, por todos medios justos, en armonizar y cooperar con las autoridades, en cuanto posible y justo. b) a que tengan buen cuidado de no salirse de los límites de su competencia. c) a que procuren, por todos los medios a su alcance, evitar aun los más leves motivos de roce, desconfianza con las autoridades. 2. Tomar en cuenta las sugerencias que nos haga el Gobierno, y estudiarlas con el mayor empeño, principalmente en lo referente a ceremonias religiosas solicitadas por las autoridades. 3. Seguir cooperando con nuestra mejor voluntad en todas las obras de instrucción, beneficencia y superación moral y material del pueblo dominicano, con el valioso concurso de todo nuestro clero secular y regular. Pero así mismo deseamos firmemente, y es nuestra petición unánime que S. E. intervenga para que: 1. Las autoridades no se muestren desafectas a la Iglesia, sino deseosas también de armonizar y cooperar con ella, para el bien común, fin de ambas potestades en sus respectivos campos: y que no se inmiscuyan en los asuntos eclesiástico-religiosos. 2. Cesen la desconfianza y suspicacia contra la Iglesia. Y en concreto nos permitimos rogar a S. E. intervenga eficazmente -ya que creemos es el único que por su indiscutida autoridad puede hacerlo- para que termine la actual campaña anticatólica de expresión por radio y prensa, sin que esto signifique merma a la libertad de expresión que la Constitución consagra. Pues una cosa es la verdad y otra la difamación. 3. No prosperen los proyectos de leyes y disposiciones que atentan contra la enseñanza religiosa y los colegios católicos. E igualmente para que

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cesen las abusivas intervenciones de algunas autoridades subalternas, que con amenazas, más o .menos veladas, quieren forzar a las familias a que no envíen sus hijos a las escuelas católicas. 4. Que se renueven las facilidades que antes se daban para el ingreso de sacerdotes y religiosos en el país, que vengan a trabajar de acuerdo con la jerarquía, en el campo religioso dominicano, dada la necesidad espiritual de los fieles. 5. Se respeten a la letra los contratos que amparan fundaciones religiosas en los establecimientos del Estado; y se garantice la estadía en el país de sacerdotes y religiosos. Si hubiese alguna queja o acusación contra alguno de ellos, que se lleve inmediatamente a conocimiento de su respectivo obispo, sin darlo a la publicidad, que produce más escándalo que provecho. 6. Las dificultades que existen con respecto al cumplimiento de algunos puntos del Concordato se estudien por peritos del Gobierno y de la Santa Sede. Quiera la Santísima Virgen de la Altagracia, protectora del pueblo dominicano, oír nuestras oraciones y fomentar nuestros anhelos sinceros de cooperación y de amistad en bien de todos. Anhelos que sabemos son compartidos por S. E., como Nos lo reflejaba con hermosas palabras en la citada carta del dos de marzo de mil novecientos sesenta: "... que tanto la Iglesia Católica como el Estado puedan seguir realizando -dentro del espíritu de armonía y solidaridad postulado por el Concordato del 16 de junio de 1954-, la obra que han emprendido juntos, para que las esencias de nuestra civilización, de la civilización de Cristo perduren y cobren cada día vigor en el pueblo donde por primera vez se plantó la cruz de la redención en el hemisferio americano".

310. Informe de la Superiora del Colegio San José, de las HH. de la Caridad del Cardenal Sancha, sobre la difícil situación de aquella escuela (Puerto Plata, 11 de enero de 1961) c. HEPB. loco cit., N° 23.

La infrascrita, superiora del Colegio San José de Puerto Plata, para los fines que puedan interesar, declaro: 1. Que las madres de las niñas alumnas de este colegio se han presentado, en su inmensa mayoría, para avisar que retiraban a sus hijas del colegio.

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Al preguntárseles la razón, dijeron que sus esposos fueron llamados a la Fortaleza San Felipe, donde el señor coronel y el mayOl~ cuyos nombres no conozco, les significaron que les recomendaban retirar a sus hijas del colegio católico, si es que ellos se consideraban amigos del generalísimo Trujillo. Que ante las demandas de algunos, se les dijo que el Servicio Militar de Inteligencia (sic) estaba en conocimiento de que las monjas preparaban un complot y daban a las niñas enseñanzas comunistas, y que el dinero que recibían como pensión de las niñas, las monjas lo empleaban en conseguir armas. Que si dejaban sus hijas en el colegio católico serían responsables si a las niñas les pasaba algo en el autobús del colegio. Algunos preguntaron qué harían con sus hijos, ya empezado el curso, y se les contestó que podían enviarlos al colegio protestante de Mr. Reach y al colegio adventista. El primero de éstos se ha llenado. El Colegio San José tiene una matrícula de 163 alumnos, de los cuales hoy, 11 de enero, han asistido a clases solamente 6 alumnos; la mayor parte de los alumnos esperan en sus casas que esto se solucione. Se sabe que el día 5 del corriente, víspera de los Santos Reyes, comenzaron a llamar a los padres de familia para darles el tal consejo. El comentario de la ciudad está en contra de tal consejo de la alta esfera militar de la plaza; nadie se ha atrevido a enviar sus hijos. No se ha recibido en el Colegio ninguna información oficial ni tenemos que q1:lejarnos de molestias personales; pero es mi humilde parecer que en caso de semejante acusación calumniosa, debí haber sido llamada para responder personalmente.

En la ciudad de San Felipe de Puerto Plata, a los 11 días del mes de enero de 1961. (fdo.) SOR BELARMINIA ABREU HERNÁNDEZ, HCCSS Superiora del Colegio San José

311. Carta de la Superiora del Colegio María Auxiliadora, de las salesianas, sobre la situación de aquel centro educativo (Moca, 11 de enero de 1961) c. [bid., N° 24.

La superiora del Colegio María Auxiliadora de esta ciudad de Moca, para los fines que puedan convenir, declara:

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1. Que el día 5 de enero corriente empezó un desfile de los padres de las niñas inscritas en el Colegio, para avisar que no iban más a enviar a sus hijas al Colegio, pues de la Fortaleza los habían llamado, donde el capitán Beras, el teniente David Kresusnher les había manifestado que no enviaran las niñas a este colegio, pues el Servicio de Inteligencia Militar había avisado que las monjas conspiraban contra el Gobierno, y que allí (en el Colegio) se fabricaban bombas, y que con el dinero de las pensiones que pagaban las niñas, las monjas estaban ayudando a un complot, sirviéndose de la inocencia de las niñas para enviar paquetes. 2. Que a los padres que contestaron que no quitarían a sus hijas del colegio, se les respondió que ellos no respondían de las consecuencias de lo que pudiera pasar. 3. El colegio tiene una matrícula de 315 alumnas, y el lunes 9, al abrirse de nuevo las clases, sólo vinieron 8 alumnas. Signo del temor que había invadido la ciudad. 4. El lunes 9 del corriente, miembros del SIM colocados en las esquinas del Colegio estuvieron preguntando a las pocas que se presentaron, el nombre de sus padres y dirección, presentándose después en algunas familias para averiguar si habían entendido lo que se les dijo en la Fortaleza. 5. En el Noviciado de esta ciudad, para la formación de hermanas salesianas, se presentó un padre de familia en busca de su hija, viéndose obligada la superiora a hacer una declaración escrita en el sentido de que no era ella quien quería entregar a la novicia. Dos postulantes o aspirantes a la vida religiosa, tuvieron que ser entregadas a sus familiares. 6. Hoy, día 11 del corriente, sólo has vuelto unas 20 alumnas. 7. Como superiora protesto de lo afirmado en la Fortaleza, pues nos dedicamos solamente a enseñar los cursos y a poner un poco de amor de Dios en los corazones de estas alumnas. 8. De las 48 alumnas del Bachillerato sólo ha venido una. (fdo.) SOR MARÍA RANIERI AMBROSIO Superiora del Colegio María Auxiliadora

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312. Carta del generalísimo Trujillo y el presidente Balaguer a[ Episcopado dominicano, en respuesta a[ memorándum del 10 de enero (G TrujiHo, 11 de enero de 1961) c. ¡bid., N° 25, ff. 1-3.

Excelentísimos señores: Nos es grato referirnos al atento memorándum que nos fue entregado por vuestras excelencias durante la audiencia solemne que nos fue de especial satisfacción concederles el día 10 del corriente y en el cual nos hacéis patente el propósito de los altos dignatarios de la Iglesia en el país de seguir prestando la más entusiasta cooperación a la obra de engrandecimiento nacional que el Superior Gobierno realiza, y a las iniciativas que pone constantemente en práctica para promover el bienestar material y espiritual de la familia dominicana. Hemos prestado particular atención, en el memorándum de vuestras excelencias, a las consideraciones que hacéis sobre los verdaderos móviles y la recta interpretación que debe darse a la pastoral del 25 de enero de 1960, la cual, según vuestras propias palabras, ha sido aviesamenle tergiversada, y que su única finalidad fue la de dirigir a las altas autoridades civiles del país una simple petición de clemencia a favor de un grupo de personas convictas como reos de crímenes y delitos contra la seguridad interior y exterior del Estado. Hemos prestado igualmente la más esmerada atención a cuanto exponéis en el citado memorándum acerca del propósito que tenéis de usar vuestra influencia jerárquica y vuestro elevado ascendiente moral para corregir las imprudencias que, según reconocéis lealmente, se han cometido en el campo eclesiástico y que tanto han contribuido a entorpecer el clima de recíproca comprensión y armonía que debe existir entre el Estado y la Iglesia. Aplaudimos sinceramente el propósito que os anima, según nos expresáis, de corregir esas anomalías para que en lo sucesivo ninguna sombra se interponga entre el poder temporal y el espiritual, y para que la actitud de algunos miembros del clero no pueda ser tomada como pretexto para especular con móviles políticos sobre una supuesta divergencia entre las dos potestades, obligadas a velar, con el mismo celo y con el mismo amor, por el bienestar y por la pacífica convivencia de todas las clases sociales. En cuanto a las proposiciones que hacéis para que las relaciones entre la Iglesia y el Estado se desenvuelvan dentro de la mayor armonía, nos complace anunciaros que compartimos vuestro deseo de que cualquier discrepancia que pueda existir actualmente o que pueda producirse en lo

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sucesivo entre las autoridades civiles y las eclesiásticas sea objeto de un detenido estudio, y resuelta..a la luz del común anhelo de concordia y de buena inteligencia que ha sido norma invariable del Superior Gobierno en sus relaciones con los representantes de la religión bajo cuyo seno se agrupa la casi universalidad del pueblo dominicano. De acuerdo con este propósito, sinceramente compartido por ambas potestades, serán tomadas las medidas necesarias para que las autoridades de inmigración faciliten el ingreso de acuerdo con la ley de sacerdotes y religiosos en el país, y para que todos los servidores del Gobierno procedan con el más amplio espíritu de concordia y cooperación en sus relaciones con las autoridades eclesiásticas. El Gobierno, por otra parte, hará cuanto esté a su alcance para que se mantenga, sin menoscabo de la libertad de culto consagrada por nuestra Constitución, la enseñanza de la religión Católica en los establecimientos dependientes del Estado, y para que se cumplan los contratos vigentes con fundaciones religiosas. Compartimos así mismo vuestra opinión en lo que respecta a la conveniencia de que el Concordato suscrito entre la República y la Santa Sede el 16 de junio de 1954, sea sometido a un cuidadoso estudio por representantes autorizados de las dos partes en aquellas de las disposiciones de ese instrumento internacional que hayan suscitado dificultades en la práctica. Saludan a vuestras excelencias con la más elevada y distinguida consideración, Cfdo.) RAFAEL L. TRUTILLO

JOAQUÍN BALAGUER

313.

Oficio del Secretario de Interior y Culto a Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor y administrador apostólico sede plena, invitándole a una misa de campaña (G Trujilla, 12 de enero de 1961) o. ASD. Correspondencia Gobierno: Interiory Culto (1961), N° 656.

1. Esta Secretaría de Estado tiene a bien participar a Su Excelencia Reverendísima que entre los números del programa aprobado para conmemorar el "Día del Benefactor de la Patria" el próximo domingo 15 de enero en curso, figura una misa de campaña al pie del obelisco consagrador del cambio de nombre de esta ciudad, por la salud del insigne estadista generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva y la de su honorable familia.

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2. En consecuencia, nos permitimos solicitar de Su Excelencia Reverendísima designar un sacerdote para oficiar la misa de referencia y dictar las órdenes que se estimen pertinentes para que este acto revista la mayor esplendidez. El Sr. George Mañón ha sido designado por este Despacho para la organización de dicha misa, la cual será celebrada a las 8.30 de la mañana de ese día. Muy atentamente, (fdo.) RAFAEL PAINO PICHARDO Secretario de Estado de Interior y Culto

314.

Carta del Secretario de Estado de la Presidencia invitando al arzobispo coadjutor Octavio A. Beras a una recepción en Palacio (e. Trujillo, 16 de enero de 1961) o. ASD. Correspondencia Gobierno: Presidencia (1961), N° 1.

EL SECRETARIO DE ESTADO DE LA PRESIDENCIA Saluda muy atentamente a Su Excelencia Reverendísima, monseñor Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor de Santo Domingo, y tiene la honra de trasmitirle la invitación que le formula el general Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, para la recepción que ofrecerá al Episcopado católico nacional el domingo 22 de enero en curso, de 7:00 p. m. a 9:00 p.m. en el Palacio Nacional. (fdo.) DR. BENJAMÍN URIBE MACÍAS

315.

Carta del presidente Balaguer y los secretarios de Estado al Episcopado dominicano solicitando adherirse a la sugerencia del P. Zenón Castillo (e. Trujillo, 16 de enero de 1961) c. HEPB.loc. cit., N° 26, ff- 1-3.

Excelentísimos señores: En el memorándum que vuestras excelencias entregaron personalmente al generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, el día 10 del mes de enero en curso, os hacéis

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eco, con nobles y justicieras palabras, de los beneficios, favores y mercedes que directa o indirectam.epte ha recibido la Iglesia Católica en nuestro país del gran estadista que la dotó de personalidad jurídica y que no sólo le ha proporcionado el clima de paz fructífera necesario para el desenvolvimiento de sus actividades sino también los medios de orden material, gracias a los cuales ha podido alcanzar un florecimiento y un esplendor sin precedentes en la historia dominicana. La obra del generalísimo Trujillo a favor de la Iglesia tiene un valor extraordinario que no puede escapar a la sagaz penetración y al buen sentido de quienes, como vosotros, tenéis la obligación, por razón de la naturaleza de vuestro ministerio y por vuestra elevada jerarquía, de conduciros ante vuestros compatriotas como fieles intérpretes del sentimiento divino de la justicia para dar acabada expresión a ese sublime atributo de la divinidad en los dictámenes y en los actos con que estáis llamados a intervenir en los acontecimientos humanos. El eximio estadista no sólo ha contribuido, con fondos de su propio peculio muchas veces, para la edificación de templos, ermitas y colegios católicos y para la reconstrucción y acondicionamiento de un gran número de iglesias, sino que también a su acción e influencia se deben la importancia y el vigor que el catolicismo ha adquirido en el país como supremo valor religioso, hecho de inmensa significación para la estabilidad de la familia nacional en los actuales tiempos en que la brutalidad del materialismo ateo amenaza con destruir las bases en que descansa la Iglesia Católica y en que se fundan en el mundo entero las imponderables proyecciones espirituales de su historia dos veces milenaria. La acción del generalísimo Trujillo a favor de la Iglesia no ha terminado, desde luego, como no ha terminado su obra salvadora en beneficio del país, porque el pensamiento y la voluntad del esclarecido conductor y maestro se hallan orientados inexorablemente hacia el logro de un destino cada día mejor para todos los dominicanos. Hace apenas unos días, en la ciudad de Higüey, la villa-santuario donde hizo su milagrosa aparición la Santísima Virgen de la Altagracia, madre espiritual de nuestro país, el generalísimo Trujillo anunció la fundación de una universidad católica, noble iniciativa cuya realización nos permitirá contar con un alto centro de estudios desde el cual podrá edificarse y fortalecerse en la sabiduría y en la grandeza de las verdades del catolicismo la juventud dominicana. El Excelentísimo Señor Obispo de la Altagracia, Mons. Juan F. Pepén, en el hermoso discurso con que ponderó y exaltó la visita hecha recientemente por el generalísimo Tmjillo a la ciudad de Higüey, proclamó que son tantos los beneficios que la Iglesia Católica ha recibido del gran república que a los ministros del Señor sólo les es posible retribuirlos impetrando

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Antología de documelltos

para ese esclarecido Benefactor de la religión de nuestros mayores la gracia y la asistencia divinas. "No somos nosotros capaces, dijo Mons, Pepén en esa memorable oración, de retribuir vuestros favores con la reciprocidad y proporción justa. No lo podemos nosotros, pero lo puede la Virgen Santísima de la Altagracia, a cuya intercesión acudimos, como lo ha enseñado siempre la Iglesia a sus hijos al imponerles el deber de rogar por sus gobernantes". Mención especial merece en el magnífico discurso de este alto dignatario de la Iglesia dominicana, la alabanza que hace de la profunda fe católica del generalísimo Trujillo, que se manifiesta, con mayor elocuencia que en las palabras, en los templos que ha levantado para honra y gloria de Dios, y especialmente en la suntuosa basílica que ha construido para glorificar el culto de la Madre del pueblo dominicano. La .circunstancia es, pues, particularmente propicia para que os invitemos a dar vuestro apoyo y a convertir en realidad la justiciera iniciativa del Pbro. Zenón Castillo de Aza, encaminada a que se otorgue a Su Excelencia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina el título de BENEFACTOR DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LA REPÚBLICA DOMINICANA. Los firmantes de esta comunicación creemos que la concesión a Su Excelencia el generalísimo Trujillo del título propuesto por el Pbro. Zenón Castillo de Aza, además de constituir un justo reconocimiento a la obra del más conspicuo protector que ha tenido la Iglesia Católica en la República Dominicana, tendría, en los momentos presentes, el inestimable valor de ofrecer al mundo un testimonio de la indestructible solidaridad con que el pueblo dominicano, representado por sus dirigentes políticos y por la Iglesia, cuya doctrina profesan las grandes mayorías nacionales, se enfrenta a la grave amenaza que gravita sobre el destino de la humanidad contemporánea. Saludan a vuestras excelencias con la más elevada y distinguida consideración, (fdo.) JOAQUÍN BALAGUER Presidente de la República JosÉ RENÉ RoMÁN FERNÁNDEZ Mayor General, E.N. Secretario de Estado [de las] Fuerzas Armadas RAFAEL PAÍNO PICHARDO

Secretario de Estado de Interior y Culto

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La sumisiól1 biel1 pagada. La Iglesia domil1ical1a bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

DR. BENJAMÍN URIBE MACÍAS

Secretario

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Estado de la Presidencia

BÁEz Secretario de Estado Relaciones Exteriores DR. PORFIRIO HERRERA

316. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Palanca, obispo de Santiago, en defensa de la independencia de Radio Caribe (c. TrujiHo, 21 de enero de 1961) c. HEPB.loc. cit., N° 27.

Excelencia Reverendísima: Tengo el honor de hacer referencia a su comunicación N° 56-61, de fecha 18 de enero en curso, para refutar, muy respetuosamente, ciertos conceptos apasionados que predominan en la misma contra la forma ecuánime que caracteriza la actuación de su Excelencia Reverendísima con esta Secretaría de Estado. Ninguna persona oficial, eclesiástica o particular puede imputar al generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, acción directa o injerencia en los concep- . tos y actuación de Radio Caribe, acerca de la cual reiteradamente he tenido la oportunidad de significar a Su Excelencia Reverendísima, que es una empresa privada, compañía por acciones con capital registrado en la Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional. Una empresa que actúa llenando todos los requisitos legales indispensables, tiene derecho a expresarse en la forma que más convenga a sus intereses, hasta tanto dicha actitud no colida con el orden público. Si ese 99% de la población que Su Excelencia Reverendísima menciona en su carta quisiera contrarrestar la actitud asumida por Radio Caribe, nadie podría impedírselo, siempre y cuando se ajustare a las mismas exigencias y requisitos que ha cumplido aquella entidad. Cuando así lo hiciere, ese conglomerado al que Su Excelencia Reverendísima alude, estaría en situación de constituir otra compañía para emprender por la radio también o por cualquier otro medio legal de difusión, una campaña para combatir aquella y defender los principios de la religión católica que profesa el ilustre Jefe y con él la universalidad del pueblo dominicano. Cuando fuere cierto lo que señala su Excelencia Reverendísima, de que la Radio Caribe está socavando los cimientos religiosos y llega hasta

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Antología de docu11lentos

insultar la devoción de la Santísima Virgen de la Altagracia, habría que concluir, muy dolorosamente por cierto, que la fe católica del pueblo dominicano es muy deleznable y que su formación no tiene el arraigo inquebrantable que le exigen la tradición y la historia. Por otra parte, debo manifestarle, Excelencia Reverendísima, que si existe tal socavación no puede ser obra de Radio Caribe, que es tan mínima, sino del incesante laborantismo que despliegan sistemas políticos que niegan totalmente la existencia de Dios. Permítame significar a Su Excelencia Reverendísima, que difiero del tal concepto, pues estimo que la fe religiosa forma parte de nuestro temperamento y es una de las esencias que componen nuestra nacionalidad, por lo cual la campaña de Radio Caribe, ni cualquier otra adversa, podría resquebrajar esos sentimientos, siempre que la Iglesia y sus representantes conduzcan sus actuaciones de conformidad con el sentir unánime del pueblo dominicano, que es absoluto respaldo a la política y a la obra engrandecedora del generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva. Saluda a Su Excelencia con sentimientos de la más distinguida consideración, (fdo.) RAFAEL PAINO PICHARDO Secretario de Estado de Interior y Culto

317. Carta del P. Osear Robles Toledano al presidente Balaguer apoyando el título de Benefactor de la Iglesia a favor de Trujillo (G Trujillo, 2 de febrero de 1961) J. Balaguer, Memorias de un cortesano en la Era de Trujillo, Santo Domingo, 1988, pp. 98-99.

Señor Presidente: La carta dirigida por Ud. y por el gabinete del Gobierno que Ud. preside a los excelentísimos señores obispos encareciéndoles dar apoyo a la iniciativa de conferir al Generalísimo el título de "BENEFACTOR DE LA IGLESIA CATÓLICA EN LA REPÚBLICA" respira tan limpia sinceridad, descansa en tan ponderables motivos, está labrada en tan gallarda e iluminada prosa y se cimenta en tan hermosos conceptos, bañados en lozanísima espontaneidad que nadie, sensible a los halagos de la lógica, puede no adherirse a ella. Trujillo, con su desbordante personalidad, ha colmado más de un cuarto de siglo de la historia nacional. Las huellas de sus cesáreas gestiones

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están hondamente grabadas en cada rincón del país. Nada ha podido substraerse a su avasallador·.i:nflujo transformador. Las ideas, las instituciones, los hombres, hasta la propia fisonomía geográfica de la República han mudado de semblante. La Iglesia no ha sido una excepción. También Ella ha sentido la mágica sacudida de este insólito y desconcertante varón. Lo atestigua, con veraz testimonio, el reconocimiento de su personalidad jurídica; los templos, colegios y seminarios que, derramados por todo el ámbito nacional, ostentan el sello de una edad nueva en los capítulos de su vieja y muy trabajada historia. A la jerarquía católica, integrada por varones dotados de alto y profundo consejo, formada por hombres hechos a captar en lo fugaz lo permanente, en lo huidizo lo eterno y perdurable, en lo deleznable y perecedero los bienes inacabables de las almas inmortales, no se les escapará la serena ponderación de estos motivos. No es mi designio anticipar ni prevenir su dictamen. Es lógico que no me compete (sic). Los venerables obispos -quos Spiritus Sanctus posuit regere Ecclesiam Dei-, han de expresar a la luz dc sus conciencias y de la posteridad justiciera su iluminada y ecuánime decisión. 18 Su voz será la mía. Su parecer mi juicio. En las actuales patéticas congojas por que atraviesa la estirpe humana nada más puesto en razón y nada más deseable que abogar por una fértil y asidua colaboración entre la Iglesia y el Estado. El unánime y noble empeño de ambos poderes redundará, invariablemente, en beneficio y tranquilidad íntima para la colectividad a cuyo servicio, por querer Divino y cada uno en su esfera, están destinadas, por esencia, la sociedad civil y la sociedad religiosa. Al reiterarle, Señor Presidente, mi compenetración con el parecer de su carta, quiero hacer provecho de esta oportunidad para significarle mis sentimientos de alta consideración y estima. Atentamente, (fdo.) PBRO. DR. OseAR ROBLES TOLEDAN0 19

18 Traducción: "A los que el Espíritu Santo puso al frente de la Iglesia de Dios". 19 En la obra citada, Balaguer aclara que siendo el autor de la carta "figura prominente del clero dominicano y una de las más finas inteligencias del país, se vio constreñido a asociarse, sin duda contra sus sentimientos más íntimos, al supuesto clamor nacional que exigía que se otorgara a Tmjillo el título de Benefactor de la Iglesia de la República Dominicana". C[Y. Balaguel~ Memorias, p. 97.

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Antología de dOClllHeHtos

318. Respuesta de los obispos al presidente Balaguer y demás miembros del Gabinete, sobre la imposibilidad de dar ese título al generalísimo Trujillo (e. Trujillo, 6 de febrero de 1961) Documentos del Episcopado Dominicano (1969), pp. 59-60.

Excmo. Sr. Presidente y honorables secretarios de Estado: Tenemos el honor de referirnos a la importante carta que V. E. Y los miembros del Gabinete tuvieron a bien dirigirnos en fecha 16 de enero próximo pasado, para invitarnos a dar nuestro apoyo a la iniciativa encaminada a obtener que se conceda al generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, el título de Benefactor de la Iglesia en la República. Hemos leído y considerado, con el interés que merece, cuanto SS. EE. Exponen en la citada carta. Y nuestro ánimo no puede menos de estar reconocido hacia el generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina por los "beneficios, favores y mercedes que directa o indirectamente ha recibido la Iglesia Católica en nuestro país", como decís en vuestra carta, para cuidar principalmente en el orden espiritual al pueblo fiel. Por esto, la gratitud nuestra, del clero y del pueblo católico es bien conocida. De esta gratitud dio testimonio en numerosos discursos y documentos el Excmo. Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, monseñor Ricardo Pittini, y nosotros no hemos reparado en expresarla, como también lo han hecho los miembros del clero secular y regular y el pueblo fiel con ocasión de la construcción, reparación de edificios, o de concesiones ordenadas a facilitar la misión sobrenatural de la Iglesia. Vosotros mismos reconocéis, en la carta a que nos referimos, que Nuestra gratitud se ha manifestado siempre. Podéis estar plenamente seguros, excelentísimos señores, que agradecemos privada y públicamente estos "beneficios, favores y mercedes" ordenados al bien común; pues la gratitud es virtud propia del corazón cristiano; y la continuaremos manifestando en toda forma que esté dentro del ámbito de nuestras posibilidades y en el marco de nuestros deberes y derechos. Es precisamente ahora, en el asunto que nos recomendáis, cuando no podemos menos de reconocer el límite de nuestro poder, ya que sobrepasa nuestras atribuciones no sólo conceder sino aun apoyar esa iniciativa por tener la Santa Sede a sí reservada la promoción y concesión de tales títulos. Este derecho, que es ya práctica inmemorial en la Iglesia, se ha mantenido invariable a través de su historia, y se aplica no sólo a título,

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sino también a condecoraciones, sin la intervención de los obispos, cosa que conocéis vosotros mism.o.s por los casos de las condecoraciones concedidas en nuestro país. No dudamos pues, Honorable Sr. Presidente y miembros del Gabinete, que tanto SS. EE., como las demás distinguidas autoridades que se han dirigido a nosotros, comprenderán que no podemos intervenir en el asunto que nos proponéis. Lo cual no implica la más insignificante mengua del agradecimiento que merece la considerable ayuda prestada para bienestar del pueblo católico de todo el país por el Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva. Al mismo tiempo que reiteramos nuestro agradecimiento y reconocemos el límite de nuestras atribuciones, abrigamos en nuestros corazones la seguridad de que Dios, remunerador infalible, no dejará mérito alguno sin la justa recompensa. Os saludamos muy atentamente, +OCTAVIO A. BERAS Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo +FRANCISCO PANAL Obispo de La Vega

+HUGO EDUARDO POLANCO Obispo de Santiago +JUAN FÉLIX PEPÉN Obispo de la Altagracia

+TOMAS F. REILLY Obispo titular de Temisonio Prelado de S. Juan de la Maguana (fdo.) +HUGO E. POLANCO BRITO Obispo de Santiago de los Caballeros

319. Charla del P. Láutico García, SJ., en el programa radial "La Hora Católica" en La Voz Dominicana sobre la campaña de difamación de los eclesiásticos (G Trujillo, 19 de febrero de 1961) o. AHPA. Papeles del P. Láutico García 1 (1961-1962), ff. 2-6.

¿Pueden sancionarse ciertos delitos contra los sacerdotes católicos? En todas las constituciones y códigos civiles de las naciones civilizadas se atiende convenientemente a la defensa de los derechos fundamentales de las personas físicas o morales legalmente reconocidas. De todas.

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Por lo que toca a este país, tanto su Constitución como su Código Penal reconocen enfáticamente como finalidad principal del Estado y sus órganos constitucionales, la protección efectiva de los derechos de la persona humana y de las demás personas morales y jurídicas legalmente asentadas en el territorio nacional. Los derechos fundamentales inherentes a esas personas, se describen en el artículo 8 de la vigente Constitución dominicana, cito según la edición oficial del año 1955. Y uno de los derechos afirmados allí como esencial es "la libertad de conciencia y de cultos", que evidentemente, se ha de realizar con"sujeción al respeto del orden público y a las buenas costumbre". Lo mismo, en el número 7 de ese mismo artículo, se afirma el derecho de todo ciudadano a expresar su pensamiento sin sujeción a censura alguna. Pero de nuevo la ley tendrá que custodiar el debido ejercicio de esa libertad sancionando oportunamente a los que ejerzan mal "atentando contra la honra de las personas o contra el orden social o la paz pública". Por su parte, el Código Penal dominicano agrupa bajo el concepto de atentados contra el orden o paz públicos precisamente cierta clase de delitos contra los derechos constitucionales del libre ejercicio de cultos o de la expresión libre del pensamiento. Tales son los delitos enumerados en los artículos 260 al 264. Ellos vienen a condenar los siguientes atentados contra la paz pública: 1) Violencia moral o constreñimiento para realizar o abandonar el culto católico u otro tolerado, usando intimidaciones bajo el anuncio de un malo violencias físicas (Art. 260). 2) Impedimento o turbación del ejercicio del culto católico o de los autOlizados por la ley, por medio de violencias, desórdenes o escándalos (Art. 261). 3) Ultrajes por palabras o por ademanes contra los ministros del culto católico en el ejercicio de su ministerio (Art. 262). Conviene notar bien que, al castigar los ultrajes de palabras o por ademanes contra los ministros del culto católico, el Código Penal dominicano les pone a éstos en una situación de privilegio. Pues establece para ellos el mismo tratamiento de favor que para los funcionarios públicos. A los demás ministros de otros cultos tolerados solamente se les ofrece protección contra las ofensas mayores, como difamación e injurias. Las que se castigan en todos ciudadanos, sean ministros de religión o no. La defena de la dignidad y libre ejercicio de las funciones sacerdotales, asimiladas por el Código Penal dominicano a las funciones públicas, aún se refuerzan y redoblan más a través de ese instrumento jurídico llamado

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Concordato. Pues en su artículo primero se afirma que la religión católica apostólica romana es la religiQn de la nación dominicana. Y por lo mismo, el Estado Dominicano le reconoce todos los derechos y prerrogativas que le corresponden en conformidad con la ley divina y el Derecho Canónico (Art. 1). No vaya enumerar ahora todos los derechos derivados tanto de la ley divina como del Derecho Constitucional de la Iglesia. Pero conviene resaltar que la Constitución Dominicana, por su artículo 11, también ha incorporado ese dispositivo jurídico en todas sus exigencias. Ahora bien, en el Concordato existe el artículo 13 en el que se ha estipulado: "En caso de que se levante acusación penal contra alguna persona eclesiástica o religiosa, la JURISDICCIÓN DEL ESTADO apoderado del asunto deberá informar oportunamente al competente ordinario del lugar y transmitir al mismo los resultados de la instrucción, y en caso de darse, comunicarle la sentencia tanto en primera instancia como en apelación, revisión o cesación" (Art. 13) Es evidente que todo ciudadano tiene el derecho y el deber de estar debidamente instruido sobre quiénes son los que sustentan y ejercen esa JURISDICCIÓN DEL ESTADO, y sobre cuáles son los procedimientos jurídico-legales por medio de los cuales esa JURISDICCIÓN ha de cumplir lo estipulado en este artículo del Concordato. Cualquier otro ciudadano u organismo que usurpare funciones en ese asunto o usare medios improcedentes contra supuestos culpables, cometería delitos tanto contra los organismos representantes de esa jurisdicción estatal como contra las personas así acusadas. Incidirían en crímenes legales como injurias o difamación. Lo mismo, el artículo 27 del Concordato estipula que: "Las demás materias relativas a personas o cosas eclesiásticas que no hayan sido tratadas en los artículos precedentes, serán arregladas según el Derecho Canónico vigente" (Art. 27). Esto no quiere decir que el Derecho de la Iglesia, en todo su articulado, debe ser incorporado al Derecho Civil dominicano. Pero sí se puede decir que la jurisprudencia civil ha de atender a los que el Derecho Eclesiástico defiende o condena como esencialmente vinculado a la consecución u obstaculización de sus fines. Sobre todo, si esos fines afectan a la sociedad civil, y si ésta se ha comprometido a custodiarlos y defenderlos del modo estipulado por el Derecho de la Iglesia.

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Aunque los fines de la Iglesia sean sobrenaturales, ella sabe muy bien que la santificación de las almas no se podrá conseguir sin enderezar bien todas las actividades humanas y religiosas dentro de una seria disciplina, y sin castigar con las penas congruentes los delitos que atentan contra ese ordenamiento. Esa potestad coercitiva de la Iglesia ha sido ejercida siempre, desde su mismo nacimiento. Es algo inherente a su constitución y naturaleza. Solamente con el correr de los tiempos se ha ido concretando en normas definidas que hoy forman un verdadero código penal y procesal. "La iglesia tiene derecho connatural y propio, independiente de toda autoridad humana, a castigar a los delincuentes súbditos suyos, con penas tanto espirituales como también temporales" Ce. 2214). La Iglesia recaba para sÍ, de un modo exclusivo, el conocer y juzgar en su fuero todos los delitos puramente eclesiásticos cometidos por cualquier fiel, y cualquier delito cometido por los sacerdotes y religiosos. Los delitos no son debidamente sancionados sino cuando, por el correspondiente proceso, se demuestra su existencia y el autor responsable, al que el juez impone el óportuno castigo. Aun en las penas denominadas "de sentencia dada" y en las que incurre por el mero hecho de realizar una acción impropia, se previene que éstas no surten efecto en el hIero externo, sino después de que haya habido sentencia declaratoria CC. 2232). Objeto del proceso criminal son: 1) los delitos públicos, es decir, los ya divulgados o que se divulgarán en breve: y 2) los delitos de fuero mixto, en los que se lesionan a la vez los intereses de la sociedad eclesiástica y la civil. Pero hay otros delitos, públicos o no, mixtos o no mixtos, que la Iglesia no ha querido procesar por vía judicial, sino por la vía administrativa. Estos delitos castigados administrativamente son cometidos, generalmente con gran escándalo de los fieles y gran quebrantamiento de la disciplina de la Iglesia, Y esto hace necesario evitar los trámites del proceso judicial, expuesto a enojosas dilaciones. Pues urgen, ante todo, reparar rápidamente el escándalo. Caen dentro de tales delitos: 1) En primer término, ciertos relajamientos disciplinares de los sacerdotes, como el abandono de la residencia, el concubinato o la negligencia de los párrocos en el cumplimiento de sus deberes ministeriales.

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2) Tampoco debe instruirse proceso criminal cuando se haya dado precepto de conminación de,penitencia, excomunión, suspensión o entredicho. 3) y finalmente, ciertos delitos de fuero mixto cometidos por seglares, y que en la práctica, la Iglesia se lo deja a los jueces civiles, quienes los han de ventilar conforme a las leyes y espíritu del Concordato, allí donde existan. Con todo, aún queda otra clase de delitos cuyo carácter, aun procesal, es interpretado con gran diversidad por los diferentes canonistas. Para unos son delitos públicos en el sentido antiguo del derecho romano, en cuanto que pueden ser acusados por cualquier ciudadano. Para otros, en cambio, son solamente privados, y por lo mismo solamente el ofendido y perjudicado puede acusarlos y presentar querella. A esos delitos pertenecen las INJURIAS. Voy a terminar esta charla exponiendo más detalladamente el concepto de INJURIA según el Derecho de la Iglesia, así como sus clases y las penas y procesos que contra ella se establecen. Se llama INJURIA toda expresión proferida o acción ejecutada, en deshonra, descrédito o menosprecio de otra persona, ya se realice manifiestamente, y por medio de alegorías, caricaturas, emblemas o alusiones. El C.Le. (Le. Código de Derecho Canónico), en su canon 119, exige de todos los fieles la debida reverencia a los sacerdotes, según sus grados y oficios. Y cometen delito de sacrilegio si infieren a los mismos INJURIA REAL. Se llama INJURIA REAL la cometida por obras o hechos contra la integridad del cuerpo o contra la libertad o la dignidad de las personas representantes de la Iglesia. La injuria será verbal, cuando se ejecute por medio de palabras o escritos. Las injurias reales perpetradas contra el Sumo Pontífice, cardenales, patriarcas, arzobispos y obispos son castigadas con excomunión de sentencia ya dada y reservada de un modo especialísimo o especial a la Santa Sede. Las cometidas contra los clérigos y religiosos son también castigadas con excomunión de sentencia ya dada, pero con reservación al obispo del lugar (C. 2343). En el canon 2344 se castigan las injurias verbales. Al que por medio de publicaciones periódicas, discursos públicos o libelos, injurie directa o indirectamente al Romano Pontífice, a un cardenal de la Santa Iglesia Romana, a un legado del Romano Pontífice, a las sagradas congregaciones romanas, a los tribunales de la Sede Apostólica y a sus oficiales menores o al ORDINARIO PROPIO; y al que promueva aversión encubierta u odio

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contra los actos, decretos, decisiones o sentencias de los mismos; DEBE EL ORDINARIO, no sólo a petición de parte, sino también de oficio, obligarle hasta con censuras a dar satisfacción y castigarlo con otras penas o penitencias adecuadas, según lo exija la gravedad de la culpa y la represión del escándalo Ce. 2344). y en el canon 1938 n. 2, la Iglesia previene claramente que "Si se trata de injuria o difamación grave, que se haya causado a un clérigo o religioso, sobre todo si está constituido en dignidad o que un clérigo o religioso haya causado a otro, la acción criminal, puede también entablarse de oficio".

320. Resolución del Ayuntamiento de Monseñor Nouel adhiriéndose a la invitación a otorgar al generalísimo Trujillo el título de Benefactor de la Iglesia (Bonao, 21 de febrero de 1961) El Caribe (c. Trujillo, 14 de marzo de 1961), p. 13, cols. 3-4.

CONSIDERANDO: Que las multitudes dominicanas se han levantado en un justo clamor pidiendo con desbordante júbilo patriótico que sea otorgado el merecido título de Benefactor de la Iglesia Católica, al mentor y guía del pueblo dominicano, generalísimo doctor Rafael Leonidas Trujillo Molina; CONSIDERANDO: Que el otorgamiento del título de Benefactor de la Iglesia al insigne Patricio, constituiría un reconocimiento justiciero a los desvelos con que el Jefe Insigne se ha empeñado en el bienestar de la iglesia católica del país, ofreciéndole lo máximo de su protección, prodigándole toda clase de bienestar económico y material; CONSIDERANDO: Que es deber de las corporaciones edilicias interpretar fielmente el sentimiento de la colectividad que representa, y así lo hace este honorable Ayuntamiento al conocer el desbordante clamor de la municipalidad nouelense adhiriéndose a la idea lanzada por el presbítero Zenón Castillo de Aza, para que en un gesto de reconocimiento y marcada gratitud se otorgue el título de Benefactor de la Iglesia al generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva;

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EL AYUNTAMIENTO DEL MUNICIPIO DE MONSEÑOR NOUEL En uso de sus atribuciones legales RESUELVE: ARTICULO ÚNICO: Solidarizarse, como al efecto se solidariza, con la idea lanzada por el presbítero Zenón Castillo de Aza para que se le otorgue el título de Benefactor de la Iglesia Católica al ilustre líder dominicano, generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, conscientes de que habrá realizado una verdadera justicia a los méritos que hacen del Insigne Patricio uno de los más grandes protectores de la iglesia catóHca en el mundo. DADA en la Sala Capitular del honorable Ayuntamiento del Municipio de Monseñor Nouel, Provincia de La Vega, República Dominicana, a los veintiún días del mes de febrero del año mil novecientos sesenta y uno, años 117 de la Independencia, 98 de la Restauración y 31 de la ERA DE TRUJILLO. Luis Columna Velazco, presidente del Ayuntamiento; doctor Pedro Francisco García Araújo, vicepresidente; Virgilio.Pérez Curiel, síndico· municipal; Reinaldo Rincón Núñez, regidor; Bolívar Batista Canturrencia, regidor; Antonio Khoury, regidor; Pedro María Casado Ruiz, secretario

321. Un editorial de Radio Caribe sobre el posible sometimiento a la empresa por difamación (e. TrujiHo, 26 de febrero de 1961) "Una maniobra contra el pueblo", La Nación XXU:7417 Ce. Trujillo, 26 de febrero de 1961), p. 6, cols, 2-3.

La prensa de anoche y la de hoy nos salieron con un chiste de poco gusto. Un chiste que va dirigido, claramente, contra el pueblo dominicano. Todavía no tenemos detalles completos acerca de la maniobra burocrática que se prepara contra esta Radio Caribe, pero estamos seguros por el origen, de que iremos al banquillo de los acusados por la única razón de estarle diciendo la verdad al pueblo dominicano, acerca de la vagabundería que hacen los anacrónicos curas dentro de este país; porque le estamos diciendo al pueblo dominicano que el imperialismo yankee, vendido a

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Betancourt, está conspirando contra nuestros intereses; porque le estamos diciendo al pueblo dominicano que el gobierno de don Joaquín ha sido una gran decepción, al inclinarse a favor de intereses contrarios a la seguridad nacional; porque le estamos predicando al pueblo dominicano las verdades que necesita saber para defenderse de la piratería que representa un clero conspirador que acecha como el chacal para hundirnos en la desgracia. Por eso seremos atropellados por un Poder Judicial que no tuvo el coraje suficiente para llevar al banquillo al obispo Reilly; que no encarceló a los autores de una carta pastoral que violaba nuestro Código Penal; que no ha llevado a los banquillos a un padre Ramírez, después que éste cometió un brutal acto de inmoralidad contra una menor nativa de Cotuí. Pero a nosotros, que defendemos los intereses del pueblo, que velamos por la prolongación de un trujillismo sano, como lo quiere el pueblo, a nosotros sí nos llevarán a la justicia. Para que sonrían los obispos comilones y vividores, para que sonrían los yankees imperialistas y agresores, para que Betancourt se sienta feliz ... No, señores del gobierno balaguerista: No lograrán nada provechoso con llevarnos a los tribunales de justicia. No hemos sido difamadores. No hemos sido calumniadores. Hemos dicho la verdad, amparados por un derecho sagrado que nos otorga la Constitución de la República, la cual ustedes parecen ignorar de muy mala fe. Esta es una empresa dominicana, formada por jóvenes entusiastas que han sacrificado las diversiones de la edad juvenil para trabajar, con valor y capacidad, a favor de los ideales nacionales que se formaron en nuestras mentes al calor de la Era de Trujillo, viendo con simpatía y con admiración la trayectoria socialista del hombre que ha hecho de este país un territorio de dignidad. No somos unos aventureros, ni estamos comprometidos con ningún poder extraño. Somos dominicanos, únicamente dominicanos, que han asimilado las lecciones progresistas de la nueva escuela nacional y que no tenemos en nuestro espíritu y en nuestras ideas ningún borrón anacrónico que nos ligue al bochornoso pasado que vivió esta patria de Duarte. Somos modernistas y seguimos los dictados de las corrientes sociales modernas, que están encaminadas al progreso de los pueblos y al progreso individual del hombre, libre de presiones imperialistas y de yugos extraños. Hemos asimilado la lección trujillista en su verdadero espíritu, en su verdadero sentido nacionalista, en su verdadero sentido social. No somos politiqueros ni oportunistas. No somos loros de tribuna que halan por hablar. No somos adulones de quien esté en el mejor puesto público

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para ganar pOSICIOnes inmerecidas, No, señores de la Justicia. Somos trujillistas por convicción yJo estamos demostrando con hechos honrados, con honestidad de pensamiento y de obra, con valor y disposición para defender los intereses del pueblo, porque con eso estamos defendiendo los valores fundamentales del trujillismo. Llevar a esta Radio Caribe a un tribunal de justicia es llevar al propio pueblo dominicano. Lo decimos con propiedad, porque hemos dado pruebas de estar íntimamente ligados al pensamiento del verdadero pueblo que nunca ha traicionado; que ha sido leal y sincero sin pedir nada más que mucha salud y mucha vida para el hombre que lo ha dado todo por el bienestar de las mayorías. Si ustedes lo quieren así, para satisfacción de curas y gringos, iremos gustosos al banquillo y nos haremos mártires a nombre del pueblo que defendemos. Pero eso sí, pueden estar seguros los señores de gabinete y los señores de toga, que saldremos de las salas judiciales con más sólidas convicciones y con más entusiasmo para seguir luchando contra los anacrónicos curas y contra el imperialismo yankee. Nuestra balanza se inclinará con más fuerza hacia la izquierda reivindicadora y progresista. Mientras los serviles del clericalismo y del imperialismo yankee planean y ejecutan una agresión contra esta Radio Caribe, en violación a los derechos constitucionales que nos amparan; mientras se procesa y se ejecuta la gran injusticia, seguiremos combatiendo con toda nuestra energía a los estafadores de la fe que, con una sotana puesta, tratan de hundir en las redes del anacronismo al pueblo dominicano. Y seguiremos también denunciando al mundo las atrocidades que a diario comete el imperialismo yankee contra la libertad de los pueblos y contra la economía de los pequeños productores, porque con tal labor, estamos sirviendo a los intereses de este bendito pueblo dominicano, que tan mal tratado ha sido por los poderes del Vaticano y de Wall Street. Radio Caribe irá al banquillo de los acusados. No importa, porque ya hemos sembrado la semilla del honor, para que el pueblo la cultive y tenga recursos ideológicos para un día, por honor, incendiar los templos de la iniquidad y linchar a obispos y curas explotadores y para abofetear, dignamente, a los imperialistas que quieren destruir nuestras libertades y nuestras conquistas sociales ...

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322.

Un "Observatorio" de Radio Caribe reproducido en la prensa vespertina, a propósito del sometimiento de la empresa a la Justicia (e. Trujillo, 2 de marzo de 1961) "Il Nostro Osservatore, pero no romano, sino dominicano", La Nación XXII:7421CC. Trujillo 2 de marzo de 1961), p. 6, cols. 2-3.

En la mañana de ayer nos mandó a buscar el Procurador General de la República para preguntarnos nuestra religión. No nos explicamos por qué no lo hizo por teléfono, evitándonos así la pérdida de tiempo y el tener que molestar a todos los agentes de la Policía como los que acudieron al asiento de esta Radio Caribe para "acompañarno". Lo peor del caso es que todo esto huele a sotana. Parecía como si se quisiese volver a los tiempos de la Inquisición. Pero de una cosa pueden estar seguros, y es de que va a dar mucho, pero mucho trabajo, sumir este país en el oscurantismo y la ignorancia que conlleva el predominio de la católica. Seguiremos diciendo la verdad sin tapujos y sin hipocresías. aunque encima de un cajón de fideos en medio de la calle, porque la voz y expresión del pueblo dominicano que se deja oír a través de estos micrófonos, no puede quedar sometida a los caprichos e intereses de los curas anacrónicos y los yanquis imperialistas. y ya que están averiguando si en nuestra empresa hay capital ruso, seda bueno que averiguaran también si en el Vaticano hay capital dominicano. ¡Vaya si hay! ¡Cantidad! Porque el macúto de los curas es profundo e insaciable, y todo lo que recogen, arañan, piden, limosnean, cobran, explotan, reciben y... pare usted de contar, lo mandan enseguida para Roma. Si aquí hubiese capital ruso, katagués o azerbaijano, pueden estar seguros que se pagarían los impuestos correspondientes al fisco dominicano, porque ésta como todas las compañías comerciales radicadas en el país están dentro de las leyes vigentes. y que nos digan ahora que los negocios de la católica están en iguales condiciones, porque esos no pagan ni con escopeta. ¿No sería conveniente investigar esta extraña situación? Mientras el Procurador General pregunta si aquí hay rublos, los ensotanados afirman que somos comunistas. ¿Coincidencias? ¡Flash! En la mayor parte de los restaurantes de esta ciudad hay capital chino. Y se afirma insistentemente que algunos de sus dueños y empleados practican la religión de Confucio.

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Ya los vemos camino del despacho del Procurador General, escoltados por el correspondiente..número de agentes de la Policía Nacional. Esa va a ser la procesión de los cieguitos. ¿Y qué dice a todo esto el reverendísimo monseñor Beras? Porque él es el único ensotanado que falta por meter la cuchara. Ni huele ni hiede. Sería bueno que dijera por lo menos unas palabritas por la famosa emisora del Santo Cerro, porque ellotutor titular de la estación Santa María ya está patinando y continúa diciendo babosadas. ¿Dónde estuvo todo el día de ayer el Secretario de Justicia del Gobierno de don Joaquín? Cuidado si estuvo con algún obispo oyendo misa mientras se molestaba a gente trabajadora que vive atenta a sus ocupaciones, y consciente de su responsabilidad para el pueblo. Por eso es que luego se comenta que el actual Gobierno dominicano está regido por el Vaticano.

323. Sermón de Mons. Francisco Panal en la Catedral de La Vega durante la visita del generalísimo Trujillo y su séquito (La Vega, 4 de marzo de 1961) Federico Salcedo, O.P.M. Cap., Monseñor Francisco Panal Ramírez. Segundo obispo de La Vega, Santo Domingo, Impren" ta Félix, 1971, pp. 47-52.

Excmo. Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva: Generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina Amado pueblo católico: Permitidme, amado Jefe, que aquí, en la intimidad con nuestro Dios -no importa que el público nos oiga y nos observe-, os cuente, de amigo a amigo, mis penas íntimas, que en esta ocasión son tan hondas y amargas como no las he sufrido en el pasado, ni creo que las pueda pasar más intensas en lo futuro. Estimo como cosa casi cierta que Vuestra Excelencia, querido Jefe, no estáis bien enterado -al menos minuciosamente-, de la abominable campaña atea, anticlerical, antisocial, antitrujillista perfecta y comunista pura, que están llevando a cabo desde hace poco voceros de la radio y la prensa nacionales, en la forma más sacrílega e impía. No vayáis a creer, amado Jefe, que exagero lo más mínimo: podéis Vos mismo convenceros de todo cuanto os digo leyendo cualquier día y escuchando a cualquier hora la radio y la prensa nacionales. Sin duda que os provocarán asco y hasta ansias de vomitar.

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En su carrera triunfal de abominación despiadada no han dejado nada: lugar, cosa, persona, institución divina y sagrada, que no la hayan denigrado, profanado vilmente en su propaganda radial e impresa. De tal suerte, que ya no tenemos templos en todo el territorio nacional, querido Jefe, que no estén execrados, ni personas sagradas que no hayan sido sacrílegamente escarnecidas, ni instituciones divinas y religiosas que no hayan sufrido calumnias y vejaciones oprobiosas. ¿En qué lugar santo, pues, nos juntaremos hoy para celebrar esta sagrada ceremonia en honor de Dios y provecho de V. E. Y de todo el pueblo católico, si los templos, iglesias, santuarios ... no son otra cosa -al decir blasfemo de nuestros enemigos-, más que centros de corrupción y antros de conspiradores? ¿Qué prelado o ministro del Señor oficiará en esta función religiosa, si todos ellos, desde el mismo Romano Pontífice hasta el simple clérigo, no son más que corruptores de juventudes, instructores de la maldad y del crimen, traidores a su Dios y a su Patria, agitadores de la turbas contra los legítimos gobiernos y explotadores sin conciencia de la fe cristiana? ¿Qué ritos y ceremonias usaremos hoy en vuestra presencia, si, para nuestros enemigos, la liturgia sagrada no es sino superstición, farsa ridícula e hipócritas acciones sin sentido? Es preciso, pues, amado Jefe, que siquiera sea espiritualmente, con un acto de desagravio, con una reparación amorosa, levantemos la execración que pesa sobre todo lugar sagrado y la profanación hecha a todo lo santo, y rehabilitemos las personas o ministros sagrados, para que pueden desempeñar sus funciones ministeriales en este momento. Para ello es preciso que, puestos todos de rodillas, repitan a una voz conmigo, con viveza y grande dolor y amor: ¡Viva la Iglesia Católica, Apostólica y Romana! ¡Viva el romano pontífice, vicario de Cristo, pastor y jefe supremo de toda la cristiandad! ¡Viva la jerarquía eclesiástica dominicana. Viva nuestro clero y pueblo católicos! ¡Viva todo lo divino y sagrado de nuestra religión!. Ojala que estas nuestras voces de reparación hayan desenojado a nuestro Señor de las tantas gravísimas ofensas inferidas a su divino corazón, al maltratar de tantos modos y descaradamente a su esposa la santa Iglesia Católica, a su representante el Sumo Pontífice, a sus ministros los jerarcas eclesiásticos, a su clero y fieles católicos. Ojala que así mismo los lugares y personas y cosas sagradas hayan quedado libres de toda execración y rehabilitados en su carácter sagrado. Ya seguros de que estamos en lugar santificado de nuevo, me complazco en daros la más calurosa, entusiasta y ferviente bienvenida. Bien-

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venido seáis, Excelentísimo Señor, a la ciudad de La Vega Real, que hace tiempo os espera con dulce impaciencia para confiaros sus necesidades, a fin de que os las remediéis',' y sus penas para que las consoléis, como vos sabéis hacerlo, cuando os place, con la ayuda omnipotente de Dios. Bienvenido seáis, Excelentísimo Benefactor de la Patria, a esta Santa Iglesia Catedral, casa de Dios y de todos sus hijos, para en unión de todos los aquí presentes, postrados de hinojos y ante el Señor de cielos y tierra, a rendirle -en primer lugar y con el más perfecto y sublime acto de adoración: la santa misa-, un solemne reconocimiento de su poder, sabiduría y amor infinitos, que tiene sobre todas sus criaturas visibles e invisibles; en segundo lugar, para agradecerle una vez más, en masa con vuestro pueblo católico vegano, los preciosos beneficios que se ha dignado distribuirnos por vuestras manos en los 30 años que os tiene al servicio de la nación; también, en tercer lugar, para implorar al Altísimo la conservación de los divinos dones y beneficios que ya poseemos y la consecución de otros más que nos faltan todavía, y finalmente para satisfacer a la justicia divina y pedirle misericordia y perdón para nosotros todos pecadores, que la exacerbamos con nuestras depravaciones y delitos múltiples, públicos y secretos. Sed pues bienvenido, Excmo. Señor, a cumplir bien los designios de Dios con nosotros y a compartir con vuestro pueblo sus alegrías y penas. Las necesidades apremiantes de este vuestro, pueblo, lo mismo que sus penas, ya vos las conocéis sobradamente; pero no está de más que os las recuerde, con vuestra venida, para que aviven y enciendan más vuestros deseos de remediar las primeras y consolar las segundas, según tenéis vieja costumbre, que Dios guarde y afiance cada día más. Lo primero y principal que necesita una gran porción de habitantes de ésta y otras ciudades y lugares, es: trabajo honesto y apropiado a cada uno, lucrativo de los medios indispensables para su subsistencia. Vuestra preclara inteligencia descubrirá el medio de corregir esta vital necesidad. Tal vez aliviaría muchas penurias de esta índole la instalación de pequeñas, medianas y grandes industrias apropiadas y hacederas. Lo podría lograrse distribuyendo equitativamente entre un número mayor de empleados la ayuda que presta el Estado en la forma ordinaria de sueldos. Otra imperiosa necesidad que urge realizar presto, por motivos de moral y de salud, es la de proveer de sencillas e higiénicas casas o viviendas a las innumerables familias que pululan por las extremidades de la ciudad y los campos, llenas de harapos y miseria. Tal problema, tan importante como urgente, quizás podría solucionarse en parte construyendo diversas barriadas de viviendas, sencillas y más baratas aun de las que se

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vienen construyendo, pero higiénicas y apropiadas a las necesidades de los pobres. Una tercera necesidad se impone con premura, a favor de miles necesitados, la alimentación de millares de pobres, que no la tienen, por lo menos la necesaria para cada día. Lo mismo, que es necesario de toda urgencia, vestir -al mínimo siquiera-, a los innumerables pobres que publican con sus guiñapos su extrema pobreza y la mezquina caridad de los demás, que pueden y no hacen nada para vestir al desnudo. También en este campo se puede hacer algo y mucho a favor de los necesitados, estableciendo cocinas y roperos económicos -ya que no es posible fundarlos gratuitos-, al alcance de la masa más pobre. Para este fin, la Iglesia Católica ofrece sus mejores servicios desinteresadamente, y los pone a disposición del Gobierno. En fin, podría ayudarse mucho a los pobres liberándoles de pagar algunos impuestos fiscales, que no soporta su posición económica. Las penas que aquejan duramente a muchos de nuestros hermanos de Patria y de religión ... son también vuestras, Excmo. Señor; lo sabemos bien, por lo mismo es que nos atrevemos a suplicaros que hagáis un esfuerzo mayor, supremo, para llevar el consuelo y la alegría perdidas a tantos corazones, que la necesitan para vivir como seres humanos y cristianos. Aún hay muchos que, sin duda, justamente padecen prisión o destierro; pero acordaos que vuestra compasiva generosidad no ha encontrado jamás valla alguna cerrada o infranqueable en tantas otras ocasiones pasadas. Vuestro corazón ha sobrepujado y vencido a la misma justicia. Y si de ningún modo pudiera haber lugar al perdón completo, al menos, que lo haya para la misericordia con estos desgraciados hermanos nuestros, y que sean tratados no como lo exige quizás la justicia, sino más bien, como lo reclama la caridad de Cristo, que quiso padecer tormentos indecibles, para que no sufriéramos nosotros los tormentos eternos. Otras penas más laceran el corazón de incontables hermanos nuestros, producidas por necesidades imperiosas que ya conocéis bien; corregidas las cuales, desaparecerá, como por encanto, su secuela de martirios acerbos y prolongados. ¿Qué nos resta añadir a estas breves pero sentidas palabras de salutación, pronunciadas en ocasión de vuestra visita honrosa a esta ciudad e Iglesia Catedral de La Vega? Nos falta por decir lo principal, lo que constituye la esencia de todo acto religioso, máxime de éste, que posee todas las características de un acto solemne, público, comunitario, oficial de la Iglesia. Vamos a pedirle al altísimo Señor, por los méritos infinitos de su

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unigénito Hijo Jesucristo Nuestro Señor y Redentor, que haga de nosotros y con nosotros su Santísima Voluntad, así en la tierra como en el cielo. Que solucione con su voluntad omnipotente todos nuestros problemas: internacionales, nacionales, locales, ya sean espirituales, religiosos, políticos, sociales, económicos o morales, según justicia y caridad; que nos trate empero no como merecemos por nuestros incontables y horrendos pecados de toda especie, sino según su infinita misericordia. y ahora nosotros -que nos sentimos religiosos católicos de veras y también hijos sumisos de la patria quisqueyana-, hacemos firme propósito de obedecer a Dios y por Dios al César, es decir, a las autoridades eclesiásticas y civiles debidamente constituidas, que poseen la autoridad de Dios, cuando legítimamente se nos ordene, tendiente al bien general eterno y temporal. A cambio de este nuestro acto de sumisión y obediencia que, mediante sagrado propósito prestamos ahora a Dios y a los que poseen la autoridad de Dios, os pedimos reverentemente que también vos mismo, haciendo gala de vuestro cristianismo católico, apostólico, romano, que profesáis por origen, por sentimiento y por convicción; en la presencia augusta de Dios sacramentado, nos prometáis que haréis amar, respetar y obedecer nuestra fe católica, con sus tradiciones y prácticas sagradas, que han sido y deberán continuar siendo nuestra herencia y patrimonio sacratísimos. Vuestras obras cumbres, vuestras más heroicas conquistas, las habéis ganado y realizado en el campo sagrado religioso. No permitáis, amado Jefe, de ninguna manera, que manos sacrílegas enemigas las destruyan, quitando así las mejores y más brillantes joyas a vuestra corona. Que ni una ofuscada aberración, ni aun villana traición que fuera -tan frecuentes en toda obra humana-, logre no deslucir, menos destruir con un tremendo fracaso, las glorias y laureles imperecederos que ha alcanzado vuestra Era. La fe católica, con todo lo que le es propio, que nos meció en la cuna y nos ha guiado siglo por siglo, entre vicisitudes, fracasos y triunfos, hasta esta cumbre religiosa de resurgimiento espiritual y de cultura cristiana, no puede Vuestra Excelencia verla i:r:npávidamente desaparecer, como si nada os hubiese costado mantenerla y auparla a la altura que está. Mostrad una vez más, Excelentísimo Señor, hasta dónde llega vuestra largueza en perdonar, vuestra magnanimidad en ayudar a los necesitados, vuestra compasión en consolar a los tristes, y vuestra eficacia en remediar a tiempo oportuno y de la mejor manera toda necesidad que llegue hasta vos. Vuestro pueblo, eternamente agradecido por los beneficios sin cuento ni medida que recibe de Dios por vuestras manos, os las besará con

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amor como instrumentos de las divinas bendiciones, que anhelamos alcanzar. En prenda de las cuales yo os imparto las mías muy efusivas a todos los que estáis presentes.

324.

Carta abierta de algunos ciudadanos anónimos de oposición en adhesión a Mons. Francisco Panal (La Vega, 4 de marzo de 1961) c. AHPA. Papeles varios: Mons. Francisco Panal (1961), N° 2.

Excelencia Reverendísima: El pueblo dominicano no puede ocultarle las oleadas de emoción que conmovieron nuestros corazones de patriotas en este día glorioso SABADO 4 DE MARZO DE 1961, en el que no habéis temido desafiar las iras del tirano descubriéndole públicamente en nombre de nuestro martirizado y heroico pueblo, el dolor, la miseria y el amordazamiento en el que le tienen sumido treinta y un años de la más refinada crueldad. No habéis temido afrontar a ese chacal sediento de sangre en su propia cara y al alcance de su manada de adulones, exponiendo claramente las verdaderas necesidades del pueblo dominicano. Como padre espiritual de vuestra grey vegana no podéis ensuciar vuestras manos sacerdotales en las aguas turbias de la política; por eso no sois el líder de la oposición ni el caudillo revolucionario, sino el padre que sufre con sus hijos la más horrenda y desgraciada de las desventuras, y el defensor de los pueblos indefensos. Vuestra misión es enseñar y gobernar en un reino espiritual, pero la voz de la Iglesia Católica romana no puede permanecer en silencio y menos hacer coro a la camarilla amaestrada que corre tras el sol que más calienta. Este seguro, Excelencia Reverendísima, que el pueblo dominicano le agradece desde lo más intimo de su corazón las palabras que pronuncio esta mañana, con las que por medio de los mismos micrófonos que tanto. han blasfemado de Dios y ultrajado el honor de la Iglesia y de su clero, preparados en ese momento para escupir sobre el honor de nuestra Patria con toda suerte de mentiras y alabanzas a su verdugo, han servido para dar a conocer al mundo las penalidades y miserias que aquejan a nuestro pueblo. EL TIRANO ha hollado nuestros derechos más sagrados. Solamente se ha preocupado de labrarse un pedestal en el que todos puedan adorarle, mientras que el pueblo se muere de hambre, desnudo, sin trabajo y sin libertad. Querido Monseñor: en su discurso estuvo compendiado el horror que padece nuestro pueblo. De vuestras palabras no sobra ni una sola. Queremos

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que llegue a vuestros oídos nuestra gratitud al ver que nuestra jerarquía no nos deja luchar solos y que tlq mancilla su autoridad divina en una asquerosa colaboración. Como dominicanos, como cristianos y como amantes de la tan deseada libertad os decimos una vez más GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.

325.

Un comentario anónimo sobre el anterior sermón de Mons. Panal (C. Trujillo, 8 de marzo de 1961) "Glosa: Un discurso de monseñor Pana", El Caribe XIII:4686 (C. Trujillo, 8 de marzo de 1961), p. 1, cols. 3-4.

La palabra de los místicos está bañada en esencia divina. Nos impregnan de mansa espiritualidad y nos transportan, con alas de belleza, hasta mundos de bondad y de ensueños. El místico nos acerca a Dios, sea cual fuere las creencias religiosas que profese, pues, como lo afirmó el católico Menéndez y Pelayo, no hay que ser católico para poseer el don y el anhelo de ser uno con el Ser Supremo. No fue católico Aben Gabirol, dice el polígrafo español, y sin embargo, su misticismo es más auténtico que el de muchos poetas mediocres católicos. Monseñor Panal no es un místico, ni remotamente. Espiritual y constitucionalmente no puede serlo. Está bien clavado a este diario quehacer terrenal, y es lógico y natural que a la tierra estén también ligadas sus preocupaciones inmediatas y sus palabras instintivas. Seguimos glosando su último discurso. No comentaremos sus preces al Altísimo. No nos corresponde, ni tenemos fuerzas para llegar a esas alturas. Nuestros breves comentarios seguirán refiriéndose a la insistencia temporal del Obispo de La Vega. Principalmente de lo que es temporal nuestro, dominicano. Dice monseñor Panal: "Bienvenido seáis, Excelentísimo Señor, a la ciudad de La Vega Real, que hace tiempo os espera con dulce impaciencia para confiaros sus necesidades, a fin de que se las remediéis, y sus penas para que se las consoléis". La Vega, siguiendo el ritmo superador de todo el país, es natural que tenga necesidades. Necesidades de ascenso, de perfeccionamiento, de superación. No es el de hoy el ámbito de NECESIDAD TOTAL en que se desenvolvieron sus actividades provinciales en la vieja era. Pero, parece que monseñor Panal desconoce lo que todos los dominicanos conocemos, que Trujillo está bien informado de la más mínima necesidad de cada seci

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tor dd país. Prueba inequívoca de esta afirmación es el que las haya ido borrando sistemáticamente del panorama nacional, en orden de importancia física o humana. Respecto a las penas que el mitrado expone como si éstas tuvieran aplastada a una comunidad alegre, fuerte y optimista, como la de La Vega, creemos que en este caso, como en tantos otros, hayexageración y estridentismo en la frase episcopal. Si hay penillas de corazón, penilla del alma, nadie mejor que él y sus sacerdotes, cumpliendo su misión, para consolarlas. Las grandes penas que padeció la sociedad dominicana las consoló Trujillo con eficiencia práctica y con trabajos sin fatiga. Casi sin hablar. Siempre sin espectacularismos. En su sermón, de abiertas características administrativas en casi toda su premeditada orientación, monseñor Panal expresó: liLa primero y principal que necesita una gran porción de habitantes de ésta y otras ciudades y lugares, es: trabajo honesto y apropiado a cada uno y lucrativo de los medios indispensables para su subsistencia. Vuestra preclara inteligencia descubrirá el medio de corregir esta vital necesidad. Tal vez aliviaría muchas penurias de esta índole, la instalación de pequeñas, medianas y grandes industrias apropiadas y hacederas". Hace ya años que monseñor Panal vive entre nosotros y, sin embargo, parece que todavía mora en su bien querida tierra española. Recomienda hacer lo que Trujillo ha venido haciendo hace treinta y un años. Crear trabajo, dar trabajo, recomendar que se trabaje; crear industrias, protegerlas, alentarlas, orientarlas. Los talleres trepidantes y las enhiestas chimeneas rubricando de humo la pureza azul de nuestro cielo afirman esta verdad. No es Panal el pionero de la industrialización de la República Dominicana. No han surgido de su respetable báculo de pastor las fuentes de trabajo que tenemos. No nacieron bajo su mitra los planes de desarrollo económico nacional. A Trujillo debemos todo eso. Ni la más sumisa y paciente beata de la feligresía del Excelentísimo Señor Obispo es capaz de creer lo contrario. La actitud de monseñor Panal da la impresión, no sabemos si acertada, de poseer un secreto impulso que lo lanza a querer aparecer como líder civil, a desear que las masas le agradezcan lo que deben agradecer a otro. Y que, evangélicamente nos perdone, si no estamos en lo cierto. Nuestro pecado es pequeño, y Dios sabe perdonar hasta a los grandes ambiciosos.

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326. Opinión de un lector de La Vega, a propósito del sermón de Mons.

Panal,

sobre el excesivo número de obispQ-5.del país (e. Trujillo, 9 de marzo de 1961) "Lector afirma cinco obispos es mucho para país pequeño", El Caribe XIII:4688 Ce. Trujillo, 10 de marzo de 1961), p. 11, cols. 4-5.

Señor Director: Leyendo las glosas que usted ha hecho acerca del discurso del obispo Panal de la Vega, debo decirle que usted ha dejado un punto sin enfocar, muy interesante e importante, que es el siguiente: Hay en nuestro país cinco obispos, que es mucho para un país pequeño, y naturalmente se encuentran disgustados porque las entradas que ellos tienen no son suficientes para sus gastos y para reservas. Ellos necesitan que circule mucho dinero para que los parroquianos contribuyan con buenas sumas para llenar sus arcas, y cuando esto no sucede, entonces dicen que hay miseria y que el pueblo está sufriendo, pero no porque les interese el pueblo ni sus necesidades, porque a ellos lo que les interesa es que el pueblo contribuya. Es necesario hacerle comprender al Santo Padre que aquí no debe haber más de de tres obispos. Con esta gente tendremos siempre dificultades, pero ésta es la razón básica. ApOLINAR GUTIÉRREZ

327.

Un editorial de Radio Caribe a propósito del supuesto apresamiento de sus directivos (e. Trujillo, 9 de marzo de 1961) "Atropello a la libertad humana", La Nación XXII:7428 CC. Trujillo, 9 de marzo de 1961), p. 6, cols. 2-3.

Desde los tiempos de la Inquisición -aquel negro periodo de la historia en que las sotanas clericales ensombrecieron la civilización-, no se había producido un atropello tan .grosero contra los sagrados derechos y prerrogativas del individuo. Cuando los dirigentes de esta Radio Caribe fueron conducidos en la tarde de ayer a la penitenciaría de La Victoria, los enemigos del pueblo dominicano adelantaron en sus esfuerzos por silenciar su legítima voz y expresión. Es decir, se embarcaron en una empresa superior a la de tapar el sol con un dedo o secar el mar con una canasta, o cambiar el rumbo de los astros en el firmamento.

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Cuatro miembros de la directiva de Radio Caribe pasaron la noche tras las rejas de una vulgar prisión. Pero eso no tiene la menor importancia, por aquello de que la cárcel se hizo para los hombres. En efecto, los hombres hicieron las cárceles para meter en ellas a sus semejantes que violen las leyes de la sociedad organizada; pero no se ha fabricado todavía la cárcel que pueda contener a todo un pueblo [ni] las rejas que puedan silenciar la voz que expresa sus ideales y aspiraciones. ¿Qué han logrado con esta acción inicua y desorbitada? ¿Qué pretenden los funcionarios judiciales que han seguido una corriente espuria y bastarda, atentatoria contra la dignidad misma del pueblo dominicano? No han logrado nada, no pretenden nada. Su acción es más insignificante todavía que un propósito bajo, porque en ella no hay ninguna voluntad propia. Por doloroso que resulte, no han hecho más que plegarse a las fuerzas y los intereses de la plaga oscura, perniciosa, retrógrada y anacrónica que desde hace mucho tiempo viene trabajando en secreto y al descubierto en contra de los destinos del pueblo más digno y orgulloso de América. Esa orden de prisión pudo haberse redactado materialmente en el Palacio de Justicia, pero su inspiración y la fucrza motivadora salió de otro sitio. Salió de un lugar oscuro, semejante al habitáculo de los murciélagos; de un sitio al que apenas llega luz porque su misión es la de oscurecer; de oscuros rincones a donde escasamente llega la luz vivificadora del sol que huele a cirios, a moho, a telarañas, a rancio, a podredumbre, a mocato, a sotana vieja y carente de aseo. De ningún otro lugar podría venir, porque hasta el último de los dominicanos es amante de la claridad, la limpieza, la justicia, la higiene en todos los aspectos de su vida. Este atropello de que somos víctimas tiene un trasunto a sotana. Esa orden de prisión humillante y arbitraria ha pasado ya por muchas oficinas donde se supone que se administre justicia, y su aliento fétido ha logrado opacar los propósitos limpios, para los cuales fueron creados. Pero con eso no han logrado nada. Cuatro directivos de Radio Caribe pueden quedarse donde los han llevado, pero no por eso quedará muda la voz que repite los anhelos populares, la voz que deja sentir las vibraciones del pueblo, la voz que acusa a los enemigos de la civilización y el progreso. Por grosera que sea esta desconsideración, no logrará traer un ápice de humillación a esta Radio Caribe. Por el contrario, ello servirá para que levantemos la frente más alta aún para continuar dejando oír la voz del pueblo por nuestro conducto. Esta prisión que hoy sufren temporalmente algunos de nuestros miembros es un acto arbitrario, violatorio de la libertad de conciencia y de

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prensa que se han mantenido ordinariamente en nuestro país. Pero no por ella sino ante los representantes de la misma, porque ninguna de nuestras acciones como integrantes de esta tribuna popular que es Radio Caribe ha obedecido ni obedecerá jamás a intereses personales ni a designios extranjeros. No hemos obedecido a ninguna orden ni jerarquía de la dictadura del Vaticano; no nos hemos plegado a las amenazas de Rómulo Betancourt: no hemos doblegado nuestra voluntad a los explotadores imperialistas de Wall Street; no hemos reflejado un solo deseo, una sola palabra, una sola aspiración, una sola idea que no sean las del pueblo dominicano. Y como tal, nos sentimos con fuerzas suficientes para hacer frente a cualquiera otra vagabundería que quieran sembrar un nuestro suelo los intrusos extranjeros que aspiran a minar la paz bendita de Trujillo, la unidad magnífica que nos ha dado su régimen salvador, la dignidad incólume que todos esos hijos de ... lo que sea, no lograrán mancillar. ¡Viva Trujillo! ¡Viva el pueblo dominicano!

328.

Declaración de Mons. Thomas F. Reilly, C.SS.R., que se leería en todas las misas de la Catedral de San Juan de la Maguana (12 de marzo de 1961) c. HEPB., loe. cit., N° 29, ff. 1-2.

Mis queridos hijos: Ayer, con la expulsión del padre Rogelio Rosselle, misionero belga de la prelatura de San Juan de la Maguana, se realizó la última en una serie larga de violaciones de los derechos humanos y de los derechos de la Iglesia. 2ü Los fieles de Neiba y nosotros mismos estamos muy agradecidos del trabajo noble y desinteresado del padre Rogelio Rosselle. Lamentamos su salida. Está claro ahora que el gobierno de su excelencia generalísimo Rafael Le{anidas Trujillo Malina ha adoptado su modo especial de persecución. Menciono sólo actos reciente.s. En los primeros días del mes de diciembre pasado, un misionero español, padre Ángel Barrios, de esta misma prelatura, fue expulsado sin explicación. En el primer día de enero, otro misionero español de la prelatura, padre Alejandro Bello, fue secuestrado 20 El P. Roger Rosselle Bilmans de los Misioneros del Inmaculado Corazón de María (CICM), regresaría al país en 1967, sería miembro del Consejo Presbiteral y falleció en el accidente del avión de CDA e115 de febrero de 1970. Cfr. Bello Peguero (ed.), Nombramientos eclesiásticos 11 (1991), pp. 894-895.

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y repetidamente golpeado por la policía secreta. El padre Bello fue llevado de su parroquia a la capital con sus brazos atados durante todo el viaje de cinco horas. En la oficina de la Inteligencia Militar le dijeron que todo fue un error lamentable. Las autoridades militares y civiles en varios pueblos han tratado de intimidar a la juventud de la Acción Católica, ya los hombres y mujeres de las distintas sociedades religiosas. En algunas parroquias se encontró prudente disolver las confraternidades religiosas por causa del clima prevalente de temor servil. En las horas de la madrugada del primero de marzo, las puertas principales de nuestra Catedral fueron incendiadas. No permitieron ninguna mención de estos episodios en la prensa ni por la radio. Sin embargo, tanto la prensa como la radio hallan espacio y tiempo para lanzar diariamente ataques de naturaleza vilísima y calumniosísima contra la doctrina, prácticas y líderes religiosos de la Iglesia Católica. Como Uds. saben, hay espías en todos los servicios de la Iglesia Católica, y sus tergiversados informes de las predicas, enviados directamente o por medio de los síndicos y gobernadores provinciales al gobierno central, quedando aceptados como informes fidedignos de los sermones. En este régimen actual se observa una actitud hostil hacia una Iglesia independiente, especialmente teniendo la Iglesia el respeto y el afecto de la inmensa mayoría del pueblo. Según el punto de vista que ahora prevalece en el régimen de su excelencia generalísimo Trujillo se observa que las conversaciones diplomáticas, memoranda conciliatoria y protestas con debida cortesía, son inútiles. Como Uds. saben bien, mientras el régimen de su excelencia generalísimo Trujillo públicamente profesa respetar los derechos de la Iglesia Católica, el régimen está, y desde hace mucho ha estado, cometiendo actos de intimidación y persecución. Uds. todos están bien enterados sobre la diferencia enorme entre la propaganda oficial y las realidades penosas. Pero, mis amados hijos, no se olviden nunca de que Uds. no están llamados a servir a Cristo en el espíritu de cobardía. En estos días oscuros deben ser Uds. discípulos dignos de Cristo el valiente. Imiten a los sacerdotes y monjas heroicos que trabajan en medio de Uds. Ellos han sufrido mucho en este año pasado por el amor a Uds., y se proponen seguir adelante, a menos que sean expulsados; ellos estarían con Uds. Para enseñar, rezar y administrar los sacramentos, ofrecer con Uds. la Santa Misa, compartir con Uds. sus numerosos sufrimientos. Que la paz y bendiciones de Dios sean con Uds. todos. EXCMO. y RVDMO. TOMAS

F. REILLY, C. SS. C.

Obispo de San Juan de la Maguana

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Un comentario de prensa favoreciendo que los obispos del país sean siempre

dominicanos (G Trujillo, 15 de mar'ZQ de 1961) Manuel Atilio Rodríguez Botello, "Al márgen de las glosas: Obispos dominicanos para diócesis dominicanas", El Caribe XIII: 4694(C. Trujillo, 15 de marzo de 1961), p. 4, cols. 5-6.

Como la aurora de la realización de un gran deseo reprimido por largo tiempo, ha llegado hasta el corazón dominicano la patriótica exposición en que las ya célebres glosas del discurso de monseñor Panal hace el importante diario El Caribe sobre la supresión de dos de los cinco obispos que rigen la población católica dominicana. En nuestro espíritu ha vivido siempre ese deseo. Primero, al ver que el noventa por ciento de las naciones de América poseen sus obispos nativos exclusivamente. Segundo, porque habiendo aquí en Santo Domingo tantos dignos y santos sacerdotes nativos, escogieron para dirigir los destinos religiosos de este país a obispos extranjeros que aunque estén dotados de gran virtud no pueden adaptarse de ninguna manera al sentir y al espíritu de los dominicanos. Un obispo nacido en Yanquilandia o en España, el primero acostumbrado al fria temperamento yanqui, y el segundo a la exageración y la fogacidad (sic) religiosa española, ni entre ellos mismos pueden concordar y mucho menos interpretar sin desesperarse y sin pensar que estamos faltos de sentido común, el intermedio entre los dos extremos que tan sencilla y tan bien intencionadamente poseemos los dominicanos. Con esto, ni los culpamos a ellos, ni hay que culparnos a nosotros, pero las cuestiones de inclinaciones espirituales de cada región, sólo pueden interpretarlas a cabalidad los que han nacido bajo esas mismas circunstancias, otros no pueden hacerlo, porque vieron la luz, se amamantaron y crecieron asimilando costumbres que, al llegar a cierta edad, formaron parte inseparable de su personalidad hasta el extremo de hacerlos pensar que los que dependen de ellos, deben sentir y obrar igual. Podría citar aquí mismo una lista de quince sacerdotes nativos, que por su experimentada virtud, ciencia y hasta cualidades físicas, hubieran podido desempeñar sabia y santamente cualquier obispado sin haber necesitado recurrir a buscarlos entre extranjeros; pero no tuvimos esa suerte, a pesar de que estamos agradecidos a Dios por habernos dado un gobierno seglar desde el 193ü, tan lleno de magnificencia, incalculables méritos y maravillosos logros, EL GOBIERNO DE TRUJILLO.

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En nuestra pequeña y gran patria dominicana, la cual está atravesada por pavimentadas y amplias carreteras que unen y hacen accesibles los más distantes rincones, cualquiera de los tres obispos dominicanos con ansias inagotables de llevar su fecundo apostolado hasta sus compatriotas, no sentiría cansancio alguno después de recorrer en un día todo el Cibao, el sur o el este. Abrigamos, por tanto, gran confianza en que un día no lejano y a instancia nuestra, S. S. Juan XXIII reconozca la gran necesidad de que aquí sólo debía haber obispos dominicanos para diócesis dominicanas.

330. Recuento del viaje a Roma de Mons. Juan Félix Pepén, obispo de Higüey, para informar al papa Juan XXIII sobre la situación de la Iglesia dominicana (marzo-junio

de 1961) Juan F. Pepén, Un garabato de Dios. Vivencias de un testigo, Santo Domingo, Universidad Católica del Este, 2003, pp. 129-138.

A mi entender, la única forma de sobrevivir la Iglesia en libertad en el país era la unidad de acción de los obispos. Aquello de arreglar su situación cada uno por su cuenta, había dado oportunidad al dictador para sorprendernos y en algunos casos forzamos a hacer papeles o comportamientos que no favorecían nuestra acción pastoral. ¿Estaba Roma suficientemente informada sobre nuestra situación? Mi condición de obispo nuevo no me ayudaba para entenderlo. Sentí entonces el deseo de peregrinar a Roma. Pensándolo seriamente consulté antes con Mons. Dossena, encargado de la Nunciatura Apostólica y le pareció bien, dándome de paso algunas indicaciones y direcciones. A principios de marzo ya estaba yo camino de Roma, tomándolo al mismo tiempo como descanso. Por eso fui a Nueva York, y al cabo de tres o cuatro días tomé el trasatlántico Independence, un enorme barco de pasajeros que hacía crucero por el Mediterráneo, tocando antes las Islas Canarias, Algeciras y Las Baleares. Más de una semana de viaje que fue para mí inolvidable experiencia de comunicación con gentes de diverso origen y cultura. Tan pronto como llegué a Roma, traté de hacer contacto con el nuncio Zanini. A él le pareció bien mi viaje y el propósito del mismo. Por lo que entendí de inmediato, para la Santa Sede era difícil acabar de entender porque eran cosas increíbles para gente con la cabeza en su lugar. Solicité, por instrucción del Nuncio, ser recibido por el prefecto de la sagrada congregación de los obispos, que lo era el cardenal Carla Confalo-

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nieri, quien prestó mucha atención al informe breve, claro y preciso que le presenté por escrito. . No hube de esperar ;Ducho para ser recibido en audiencia personal por el papa Juan XXIII, el Papa que con su bondad movía los corazones de todo el mundo, anunciando el inicio de una renovación interna de la vida de la Iglesia. Entre muchas audiencias en ese día, la audiencia fue corta, entre diez y quince minutos. Me preguntó si yo hablaba italiano y le respondí negativamente. El no hablaba español y hablamos en francés. El en su buen francés de París donde fue nuncio, y yo en mi mal francés aprendido a tropezones. De todos modos nos entendimos bien. El me vio apesadumbrado y me alentó hasta con algún chiste. Entendió mi situación y me dijo textualmente: "Voy a rezar este rosario hoy para que cuando usted regrese a su país ya esa situación haya cambiado". Aquello fue profético y nos hace ver el valor de la oración. Al final de la audiencia, el Papa me recomendó ver Roma, visitar sus iglesias madres, sus monumentos, vivil~ porque hay que vivir. El me notó seguramente muy preocupado, y lo estaba ciertamente, sobre todo por el regreso. Estuve en Roma unos diez días, suficientes para encontrar y ver a los sacerdotes y seminaristas dominicanos que estudiaban en las facultades eclesiásticas así como a algunos religiosos que podían ofrecer su ayuda para orientarme en lo necesario. Todos mostraron mucho interés por la situación que atravesaba la Iglesia en el país. Viajé en tren de Roma a París solo y desconocido observando cuanto detalle podía servirme en caso de necesidad. Llegué a París a media noche, dormí en un hotel para viajeros junto a la estación del tren, y al día siguiente fui a hospedarme en una hospedería propia para eclesiásticos, desde la cual pude hacer planes para conocer algo la ciudad y peregrinar a dos grandes santuarios, Lisieux, el monasterio carmelita en que vivió Santa Teresa del Niño Jesús en la Normandía, y el santuario de la Virgen de Lourdes, al sur de Francia casi en los Pirineos. Empezaba el mes de abril y estábamos en plena primavera. Era tiempo prudencial de pensar en el regreso a mi país y tuve como propósito antes de dejar Europa visitar el santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal. Fátima, el santuario en que la Virgen María ha mostrado tanta solicitud por nuestro bien, me llenó de esperanza y confianza renovada. Pedí oraciones por mi país y mi pueblo a las comunidades religiosas del santuario, y al día siguiente arreglé los últimos detalles para mi regreso vía Nueva York.

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Viajé por avión de la Pan American de Lisboa a Nueva York, y ya el quince de mayo estaba en la ciudad, en la que de inmediato tuve noticias frescas de la situación de mi país, que seguía igualo tal vez peor. El régimen tenía cada vez más rechazo internacional y se preveían acontecimientos. Había fijado mi regreso a Higüey para la última semana de mayo, y con ese propósito iba a reservar mi pasaje cuando la hermana de un sacerdote dominicano exiliado, la cual llevaba muchos años de residencia en los Estados Unidos y tenía allí amplias relaciones, me dijo con mucha confianza: "MonseñOl~ aguarde aquí una semana más, porque lo que no sucedió en treinta años puede suceder en una semana". Me sorprendió su confianza y seguridad de que algo grande iba a suceder. No sé ni sabré si f"ue simple intuición, inspiración o información sobre los próximos acontecimientos del 30 de mayo de 1961 que había llegado a ella por cauces insospechados. De todos modos, seguí su advertencia, ésta se cumplió el día y la hora que Dios lo permitía, y se abrió ese día un horizonte nuevo para la sufrida y martirizada tierra de Duarte y de tantos otros. A la desaparición física del Jefe siguió de inmediato, como era de suponer, un período de confusión, y la entrada y salida del país se cerró los días siguientes, por varios días. Aproveché ese tiempo para diligencias que podían servir a la diócesis y al país en el futuro. Las noticias que se publicaban en los periódicos de Nueva York en detalle permitían a cualquier dominicano hacer una idea de la precipitación de los acontecimientos, y no podía ser de otra manera después de una larga época de aplastamiento de la libertad. Pasados unos diez días, cuando las informaciones recibidas del país lo aconsejaron, regresé a mi diócesis y mi casa, con la seguridad de que el Señor nunca estuvo lejos de mí en esos días cruciales. Recibí entre otras noticias la información de que Luis Ramón Peña, Papilín, el seminarista romanense preso, había muerto en la cárcel de "La 40", asesinado por el SIM, Servicio de Inteligencia Militar. Mucho tiempo después, unos veinte años por lo menos, un compañero de cárcel me completó la información. Papilín fue asesinado salvajemente porque se negó a acusarme de participar en un supuesto contrabando de armas por las costas de Higuey que la mente enferma de aquellos infelices había tramado presentar como una prueba de la conspiración de los curas contra el gobierno. Cosas del pasado que es mejor olvidar y pedir al Señor que no se repitan. Pero el martirio de este joven, su heroísmo y fidelidad, no pueden ser ignorados y olvidados por el bien del pueblo.

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo

(1930-1961)

331. Comentario de Associated Press (A.P.) sobre la carta pastoral de Mons.

Reilly

aparecido en EE. Uu. (Washi~gton, 15 de marzo de 1961) Ben F. Meyer, "Las falaces acusaciones de un obispo extranjero", El Caribe XIII:4695

Ce. Trujillo, 16 de marzo de 1961), p. 1, cols. 6-7.

La Iglesia Católica, que hace un año denunció al régimen de Trujillo en la República Dominicana por la opresión de derechos humanos, publicó hoy un nuevo ataque contra el gobierno del generalísimo Rafael Trujillo. La nueva crítica a Trujillo se produjo en una carta publicada aquí del obispo Thomas F. Reilly, de Boston (Massachusetts), y que fue leída en todas las misas celebradas en su Catedral de la República Dominicana el domingo 12 de marzo. En la carta, el obispo de la diócesis de San Juan de la Maguana, acusó a la dictadura de Trujillo de practicar "actos de intimidación y persecución" contra la Iglesia, y violaciones de los derechos humanos. La carta del Obispo fue publicada aquí hoy por la Oficina de Informaciones de la Conferencia Católica Nacional de Bienestar. El organismo dijo que las acusaciones hechas en la declaración del Obispo son "otra indicación de las inexactitudes" que, dijo, han aparecido de tarde en tarde en anuncios de periódicos de los Estados Unidos, que tratan de dar la impresión de que hay "cooperación entre la Iglesia y el Estado" en la República Dominicana. Los sacerdotes católicos de la República Dominicana leyeron una pastoral el año pasado en todas las iglesias de la isla, por el tiempo en que el régimen de Trujillo había encarcelado a 2,000 personas, acusadas de fraguar un complot contra el dictador. La declaración del obispo dijo que el padre Roger Rosselle, misionero belga de la diócesis de San Juan de la Maguana, había sido expulsado de la República Dominicana después de ser "secuestrado y golpeado repetidas veces por la policía secreta" de ese país. Además, dijo el obispo, "las autoridades militares y civiles de varias poblaciones han tratado de intimidar a los jóvenes de la Acción Católica y a hombres y mujeres de confraternidades religiosas". Dijo que las puertas de la Catedral de San Juan de la Maguana fueron incendiadas el pasado 1ro. de marzo. "No se ha permitido a la prensa ni a la radio que mencione estos episodios", pese a que la prensa y la radio "tienen espacio y tiempo para

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lanzar ataques diarios de la naturaleza más vil y calumniosa contra la doctrina, los sistemas y los dirigentes religiosos de la Iglesia Católica".

332. Un "espacio pagado" comentando las declaraciones de Mons.

ReiHy a United Press International, remitido a la dirección de prensa de Radio Caribe (San Juan de la Maguana, 16 de marzo de 1961) "Opina sobre declaraciones de Reilly", El Caribe XIlI:4700 (C. Trujillo, 21 de marzo de 1961), p. 9, cols. 2-6.

Señor Director: En un cable de la UPI he leído las mentirosas declaraciones de monseñor Tornas F. Reilly, obispo de la diócesis de ésta, las que en nada me han extrañado y a muchos que corno yo saben de las andanzas revolucionarias de dicho obispo, QUIEN VA A LA CASA CURIAL A COMPLOTAR CON LOS OTROS Y PERMANECE ALLÍ HASTA A LAS TRES DE LA MADRUGADA. Las declaraciones de Reilly, a quien no me considero en el deber de guardar respeto alguno, porque el grande, el inmensamente grande que le tenía a él y sus cómplices, se lo he perdido por completo, ya que si bien es cierto que soy católico, apostólico y romano -como buen dominicano y mejor trujillista-, me he visto en la obligación, muy lamentable por cierto, DE DEJAR DE ASISTIR a los cultos religiosos y misas; esas declaraciones, vuelvo a repetir, no son otra cosa que la ratificación de la mentirosa pastoral del año pasado, por lo que la mayoría del pueblo reniega de ellos. Monseñor Reilly debe saber que separar al pueblo de Trujillo es algo imposible, que ni él ni nadie podrá conseguir nunca; yo me pregunto entonces, y conmigo millares de personas: ¿Por qué Tomas F. Reilly, que en vez de cura debiera ser revolucionario, se obstina en que el pueblo se decida por Trujillo o por él? Porque acerca de esto quiero dar una explicación; los católicos corno yo, que aquí los haya millares, no tenemos absolutamente nada contra la Iglesia, porque ella fue, es y será siempre nuestra Santa Madre Espiritual, como es y será Trujillo siempre nuestro Benefactor y Jefe, pero con CURAS POLÍTICOS metidos a complotadores, no los queremos ver ni en pintura. Convendría a la salud de Reilly y los que lo siguen, que se fueran a otro país, y dejan a la República Dominicana tranquila. Trujillo y este pueblo es una sola cosa, y cuando él y los otros se larguen y vengan verdaderos curas, entonces Trujillo, la Iglesia y el pueblo será una solo.

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y hablando de derechos humanos, sólo puedo decirle a Reilly -yo

soy respetuoso, pero con lps curas-, que se violan los derechos humanos donde no se conoce la democracia, y la República Dominicana es democracia por excelencia. Pero también el pueblo PUEDE VIOLAR LOS DERECHOS HUMANOS DANDOLE UNA SOBERANA PALIZA a un complotador metido a cura. Muy atentamente MANUEL DANILO PIÑA

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333.

Carta del Obispo de Santiago al Secretario de Interior y Culto sobre nuevas quejas y dudas contra Radio Caribe (Santiago, 18 de marzo de 1961) c. HEPB., loco cit. N° 30, ff. 1-3. Señor Secretario: Tengo a bien contestar su Oficio N° 640 de fecha 10 de enero corriente. A pesar de que el Rvdo. P. Santos Ganuza, M.SS.CC., párroco de Montecristi, no ha querido acceder a lo que las autoridades de Montecristi le han pedido, se le escribe hoy para que las complazca cuando le pidan actos religiosos de carácter oficiaJ.21 El P. Santos dice que: "En señal de protesta contra Radio Caribe, el párroco de Montecristi se niega a decir ninguna salve oficial. En caso de que venga el Generalísimo, le diré la salve con mucho gusto. Contra el no tengo nada, y además se la prometí. -Pero ya sabe que Radio Caribe es particular. -Sí, señor, pero es la única manera que tengo para que mi protesta llegue a oídos del Superior Gobierno. Quiero que se informe que el párroco de Montecristi, en señal de protesta contra Radio Caribe, se niega a decir salves. -Si es verdad lo que Radio Caribe dice, ¿Por qué no se nos mete presos a todos? Y si no es verdad, ¿Por qué lo dejan hablar? Lo que no se permitiría decir de tú a tú en la calle, ¿Por qué se ha de permitir por radio, para que todo el mundo lo oiga?

21 El P. Santos Ganuza, de los Misioneros de los Sagrados Corazones (M.SS.CC.), congregación fundada en Mallorca por Joaquín Rosselló (1890), había sido párroco de Montecristi (1958-1960), y lo volvería a ser desde diciembre de 1961 hasta septiembre de 1966. Cfr. A. Camilo González, El marco histórico de la pastoral dominicana (1983), p. 299.

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Antología de docu11lf11tos

No me he metido en política, ni me voy a metel~ pero en cuestiones de religión no me puedo callar" (Extracto de una conversación tenida entre el P. Santos y los señores Gobernador Civil de Montecristi y Presidente del Partido Dominicano, 14/XII/60). y ciertamente, Señor Secretario, que entristece el pueblo el oír el continuo ataque que a su religión y a los ministros de ésta hace Radio Caribe, y que contra una "empresa enteramente privada", como Ud. me lo afirma en su oficio, no se pueda hacer nada. Qué conveniente sería que Ud. se acercara al pueblo para que pudiera descubrir que el 99% de la población del país cree lo contrario, y de esa manera poder informar a la superioridad que es lo que el pueblo cree, y así poner el remedio, pues con esto se está haciendo un daño enorme a la causa que sustenta el generalísimo Dr. Trujillo Malina. Por otra parte, ¿Cuál ha de ser la posición del clero [rente a los ataques diarios de Radio Caribe? ¿Callar y oír pacientemente ... ? Pero Dios nos dirá "perros mudos", según la expresión del profeta, pues no defendemos su Iglesia, máxime cuando los insultos vienen de una entidad privada, que si tiene libertad constitucional para hablar, me parece que los demás también la tienen. Ya estamos en lo intolerable. Del insulto personal, que perdonamos de corazón, porque esta es la ley de Cristo, se está pasando al ataque que se roza con el dogma. ¡Lástima que Ud. no haya tenido tiempo de oír el editorial del domingo pasado, día 15 de enero! ¡Todo el pueblo esta escandalizado! Más de una vez han estado presionándome las palabras de su santidad Pío XII en la encíclica Miranda Prorsus sobre el cine, la radio y la televisión: "Los obispos tienen el deber de poner en guardia a sus fieles con respecto a las emisoras que notoriamente propugnan principios contrarios a la fe católica". La compañía que dirige dicha Radio está socavando los cimientos de la fe católica en el pueblo, y llega hasta insultar la devoción a la Santísima Virgen de la Altagracia, a quien hace unos, días presto tributo de veneración S. E. el generalísimo Trujillo. Me parece, humildemente, que mientras Radio Caribe continúe su campaña anticatólica, no será fácil fomentar buenos deseos de verdadera armonía en el clero, ofendido en la persona del Papa, de los obispos, de varios de sus miembros, etc. Me permito hacer estas reflexiones al Señor Secretario y amigo, con la esperanza de que podamos ver horizontes de concordia.

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Hago provecho de esta ocasión para saludar muy atentamente al Señor Secretario de Culto. (fdo.) +HUGO EDUARDO PaLANCa Obispo de Santiago de los Caballeros

334.

Carta del Secretario de Interior y Culto al P. Francisco]. Baeza, SJ., en Rio Piedras, informándole de las dificultades con Mons. Reilly y los sacerdotes norteamericanos de San Juan de la Maguana (G Trujillo, 20 de marzo de 1961) J. L. Sáez, Monumenta Dominicana V (1997), N° 25.

Mi querido padre y capellán: Es motivo de alta complacencia para mí avisarle recibo de su apreciada carta fecha 11 del corriente y a la cual correspondo ahora en igual grado de sinceridad y afecto que los que usted bondadosamente me dispensa. Ciertamente, el pasado 18 de febrero tuvieron lugar las bodas de mi hijo Bernardo Enrique con la señorita Marinita Boyrie de Moya, acto que tuvo lugar en la capilla del Palacio Nacional y siendo padrinos de ellas el generalísimo Trujillo y su digna consorte. Haré llegar al conocimiento de mis hijos las cordiales bendiciones que usted les imparte para que sea feliz y saludable el hogar constituido bajo la ley y los mandamientos de nuestro Señor Jesucristo. El mitrado que ofició en la boda religiosa lo fue nuestro Arzobispo Coadjutor, netamente dominicano. He tenido la oportunidad de mostrar y comentar con nuestro ilustre amigo el generalísimo Trujillo Malina tanto la carta que a usted le dirige el Ministro Secretario General del Movimiento de la noble nación española, como la que dicho alto funcionario dirigiera al Excelentísimo Cardenal Primado de España, en fecha 21 de diciembre de 1960. Muchísimas gracias por tan interesante información, la cual he leído detenidamente, ya que aquí también hay ciertos sacerdotes y prelados que hacen el juego a las gentes que se empeñan en desconocer la realidad de la obra nacional que está realizando el ilustre Jefe, y también en distanciarlo de la Iglesia Católica, que es la de él y la de todo el pueblo dominicano. Ahora mismo he tenido que dirigir una comunicación al prelado de San Juan de la Maguana, monseñor Tomas F. Reilly, de cuyo contenido le ruego enterarse por la copia que le estoy remitiendo anexa. En las conver-

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Antología de documentos

saciones que yo he tenido el placer de mantener con usted desde que llegó al país, le signifiqué que en mi concepto monseñor Reilly era un factor temperamental adverso a toda feliz avenencia entre el Episcopado y el Gobierno nacional, y por ende, el pueblo dominicano. Quizás usted, mi querido amigo y capellán, no conozca a fondo como lo conozco yo, lo que es psicología norteamericana: son amistosos cuando los mueve el interés de serlo, pero se sobreestiman como omnipotentes, infalibles, menospreciadores de las virtudes hispánicas e insolentes en su trato. Desde luego, hay excepciones a millares, pero la mayoría adolece de esos defectos. En aquella condición está monseñor Reilly y los tres sacerdotes, también norteamericanos, que secundan la labor del prelado en su diócesis de San Juan. Lamento mucho que se prolongue su permanencia en Puerto Rico, porque aunque no tengamos contacto diario usted y yo, le estimo y le agradezco sus buenos consejos y recomendaciones, y vivamente deseo sentirlo de nuevo entre nosotros. Con los mejores votos por su salud y éxito en los asuntos que tiene encomendados, tenga la bondad de favorecerme con su bendición y considerarme su invariable y afectísimo amigo. (fdo.) RAFAEL PAÍNO PICHARDO

335. Carta del mismo a Mons. Hugo E. Polanca Brito, obispo de Santiago, enviándole copia de refutación al Prelado de San Juan de la Maguana (c. Trujillo, 24 de marzo de 1961) c. HEPB., loe. cit., N° 31.

Excelencia Reverendisima: Como consecuencia de las declaraciones que hiciera monseñor Tomas F. Reilly, C. SS.R., prelado de San Juan de la Maguana, las cuales fueron leídas en todas las misas oficiadas en la Catedral de dicha ciudad el domingo 12 del mismo mes en curso, el Secretario de Estado de Interior y Culto estimó que era su deber refutar los conceptos expresados por Su Excelencia Reverendísima, por lo cual le dirigió la comunicación N° 4866, del 16 de este mismo mes. El funcionario abajo firmado considera deber suyo también remitir, como lo hace, muy respetuosamente, copia de la comunicación ya mencionada a Su Excelencia Reverendísima, no tan solo a fin de que pueda

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quedar edificado acerca de su contenido, sino también para ratificar el concepto que tiene esta Secr.etaría de Estado de que ni sacerdotes ni prelados extranjeros ajenos tienen derecho alguno a inmiscuirse en asuntos enteramente ajenos a sus funciones eclesiásticas, toda vez que cuestiones políticas sólo corresponde dilucidarlas y ponderarlas al interés y sentimientos del pueblo dominicano. Saluda a Su Excelencia Reverendísima con sentimientos de su más alta consideración, (fdo.) RAFAEL PAINO PICHARDO Secretario de Estado de Interior y Culto

336. Carta del mismo a Mons.

Francisco Panal, obispo de La Vega, a propósito de su circular (e. Trujillo, 24 de marzo de 1961) c.

HEPB.loc. cit., N° 32, ff. 1-4.

Excelencia Reverendísima: Cuando aguardaba conocer los términos de la circular que Su Excelencia estaba preparando para ser distribuida entre el clero de su Diócesis y leída para el conocimiento de su feligresía el 26 ',de este mes, el abajo suscrito se sintió defraudado con la publicación de la misma, insertada en el diario El Caribe de fecha 24 del corriente. Es así, porque el éxito del servicio informativo de Radio Caribe, C. por A. le privo de la primicia de haberla conocido antes que el público, pues era propósito suyo aludir a ella una respuesta a los términos de su comunicación N° 21, de fecha 15 del corriente, tan carente de espíritu pastoral como llena de términos impropios de su alta investidura de prelado. Si algo realmente esta andando al garete en buenas entendederas lo es, lamentablemente, el Obispo de la diócesis de La Vega Real, cuya feligresía, frente a su estado de salud, cada vez más precaria, aspira a que fuera otro, y no el actual, el que cuidara de sus almas devotas. No es precisamente la política de cultos en nuestro país la que está siendo mal conducida, ya que para orientarla el Superior Gobierno ha dado incontables muestras de protección, generosidad y tolerancia, habiendo más de cuarenta millones de pesos en obras para el auge y dignificación de la Iglesia Católica, pudiendo señalarse que, no obstante las decepciones e incomprensiones causadas por algunos sacerdotes, así como por Su Excelencia Reverendísima directamente, la munificencia del generalísimo

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Antología de documentos

Trujillb Molina en bien de la que es su Iglesia Católica se demostró recientemente al donar de su propio peculio, la suma de $40,000.00, la que puso en manos del padre Juan Fioroni para la terminación del Seminario en la población de Jarabacoa; ordenar como un obsequio suyo al P. Sicard un automóvil con un valor de RD$S,OOO.OO y subsecuentemente un órgano para el templo de Bonao; hacer un presente metalico de RD$l,OOO.OO al padre Agustín Ramírez, de La Vega; entregar en las propias manos del reverendo padre Felipe Vinicio Bello, párroco de la Sección de Sabaneta, provincia de La Vega, la cantidad de $5,000.00 para la terminación del templo que se está construyendo en ese lugar al igual que disponer la preparación de algunos planos y presupuestos a fin de que sean comprendidos los trabajos de construcción de templos parroquiales en Sánchez y Villa Riva, ambos comprendidos en la diócesis de Su Excelencia. Es bueno también llevar al conocimiento suyo que para dejar complacida una petición formulada por el Rvdo. padre Ercilio de Jesús Moya, de la parroquia de Tenares, hablando en nombre de su colectividad católica, el generalísimo Trujillo Molina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, ha hecho recomendaciones especiales al Gobierno Nacional para que se proceda de inmediato al estudio y construcción de una carretera, cuyo valor representara un costo aproximado de RD$l ,200.000.00. Lo que realmente asombra y no tiene justificación alguna es que ciertos prelados y sacerdotes extranjeros radicados en nuestro país, quieran olvidar que el ejercicio de sus deberes eclesiásticos tiene un límite bien definido, pues ningún derecho les asiste para intervenir en cuestiones que les están enteramente vedadas y que son de la única y absoluta competencia de las autoridades y del pueblo dominicano. Aunque no pueda conocerlas tanto como los párrocos y, mucho más todavía, los obispos, el Secretario de Estado de Interior y Culto sabe muy bien lo que son las asociaciones religiosas promovidas, organizadas y patrocinadas por la Iglesia Católica, que en nuestra Madre, pero no descuida por ello tener muy en cuenta también, la forma clandestina, subversiva, perniciosa y solapada con que ciertos sacerdotes utilizaron algunas de ellas para complotar contra la paz pública y la seguridad del Estado. No olvide, Su Excelencia Reverendísima, que fue precisamente en un seminario, en cuyo seno se educan más de trescientos niños para formar el futuro clero de nuestro país, en donde dos sacerdotes extranjeros se dedicaron a adoctrinar a esos "parvulitos" -copiando los propios términos de Su Excelencia-, para preparar formulas químicas y fabricar bombas, las cuales de no haber sido descubiertas a tiempo habrían producido apreciable pérdida de vidas inocentes. ¿No le causo asombro alguno a Su Ex-

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celencia Reverendísima que tal cosa sucediera en un centro de enseñanza religiosa, sostenido por nue.$tro Gobierno, y que hubiese allí profesores cuyas materias de docencia eran las de encauzar practicas nihilistas? Siguiendo sus propias palabras, ¿se habría reído su Excelencia Reverendísima con tantas ganas como lo ha hecho en su carta del día 21 de este mes, en el caso de que "tales simplezas de niños" hubieran causado la muerte y la invalidez de querido hijos suyos en el amor y la paz de nuestro Señor Jesucristo? Aludiendo ahora a la Circular que anticipadamente localizo y publico el servicio informativo de Radio Caribe, C. por A., bien está que Su Excelencia Reverendísima disponga que en lo sucesivo los sacerdotes dependientes de esa diócesis se abstengan de oficiar actos religiosos sin el permiso escrito de su tozudo y dignísimo prelado, pero en la misma medida en que quiera coaccionar a las ovejas y pastores de su rebaño para que no pidan los favores de Dios en protección de personas e intereses particulares, también la prensa y la radio de la República tienen derecho a expresarse con entera libertad, conforme a sus sentimientos e ideología. Este es un país en donde el hecho de que la Constitución establezca como oficial la religión católica, no puede implicar en manera alguna que se amordace a aquellos que no quieren ser creyentes de esa religión. Sin embargo, frente a ciertas actitudes asumidas por Radio Caribe, C. por A., y que podrían interpretarse como una ofensa a figuras eminentes de la Iglesia Católica, ¿no fue la acción de la justicia dominicana la que encauso ante los tribunales de la República a los posibles responsables? ¿Se observo o se tuvo alguna demora para el encausamiento de las personas señaladas como presuntos culpables? Lo que en manera alguna podían ordenar las autoridades judiciales es el encarcelamiento de dichos periodistas con el fin de complacer el capricho de sacerdotes y prelados, quienes en materia de pasiones, no tienen en cuenta la piedad y tolerancia cristianas. Aunque así no quiera admitirlo, Su Excelencia Reverendísima ha lanzado una circular que, si algún carácter tiene es el de no estar alentada por un espíritu de humildad, sino enteramente subversivo y de forma desfachatada, ya que es una manera implícita de querer provocar un estado de rebelión que tienda a poner en peligro la concordia en el seno de la familia dominicana. El Ilustrísimo obispo, monseñor Francisco Panal, está queriendo imponer disposiciones que llegan a ser casi una tiranía sobre las almas de sus feligreses, de lo que es significativo ejemplo lo que se propone llevar a cabo el tan testarudo como arrogante prelado de La Vega.

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Antología de docume11tos

Por lo mismo que los términos de la circular que monseñor Panal -el aparentemente pacifico padre Leopoldo de Ubrique en tiempo de Barahona-, ha dirigido a su clero secular y regular y fieles diocesanos" son constitutivos de una agresión contra los acendrados sentimientos del pueblo dominicano y sus legitimas autoridades, el Secretario de Estado de Interior y Culto no vacila en considerar conveniente que Su Excelencia gestione, por sus propios medios, que Su Santidad el papa Juan XXIII tenga a bien disponer su traslado fuera de los límites de la República Dominicana, ya que con tal medida quedarían aseguradas de nuevo las tradicionalmente estrechas relaciones entre el Gobierno Nacional y la Iglesia Católica. Saluda muy atentamente a Su Excelencia Reverendísima, (fdo.) RAFAEL PAÍNO PrcHARDo Secretario de Estado de Interior y Culto

337. Carta del P. Pabio Marin Sotano, OSA, de ta parroquia San Agustín, a ~a Secretaria de Interior y Cu~to, en respuesta a la comunicación anterior enviada a Mons. Panal (La Vega, 25 de marzo de 1961) c. AHPA. Documentos Varios (1960-1961), N° 21.

Muy señor mío: Le agradezco su gentileza de haberme remitido copia de la comunicación N" 5435, de fecha 24 de marzo de 1961, dirigida por el Sr. Secretario de Estado de Interior y Culto, a su Excelencia Rvdma. monseñor Francisco Panal. Interpreto que al enviarme este documento, Ud. deseara le corresponda devolviéndole mi opinión sobre el mismo. Creo que la clave para asegurar las estrechas relaciones entre la Iglesia Católica y el Gobierno dominicano está en la sinceridad, en la conversación franca, abierta, sin restricciones mentales; sin éstas, nunca se llegará a un acuerdo en beneficio de todos. Por esto y no por otra razón, vaya serle franco al emitirle mi humilde opinión, con ánimo de servir los intereses comunes. En la susodicha comunicación se afirma: Que monseñor Panal padece de un estado precario de salud. Una operación de cataratas en los ojos, no significa que su estado de salud sea malo. Gracias a Dios, que ha escuchado las muchísimas oraciones

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de sus feligreses, ya esta restablecido, haciendo vida intensa de trabajo y oración como en sus buenos. tiempos de Barahona. Soy testigo además de que sus facultades mentales no han sufrido menoscabo alguno con el tiempo, antes bien, las mantiene con la lucidez que los hechos demuestran. Que los feligreses aspiran a que sea otro el que cuide de sus almas. El pueblo, con la sencillez de sus gestos, habla con más elocuencia que nosotros y Uds., con palabras rebuscadas y giroamañadas. La historia de La Vega tiene una serie de episodios ocurridos alrededor de las fiestas del Corpus Christi del año 1960, que hablan por si solos y que dicen de lo que es capaz este pueblo vegano. No es una opinión; son hechos que no se pueden desviar (desvirtuar) mientras viva esta generación. La historia es la mejor maestra, y el olvido de la lección que nos dio, no hace un año, podrían acarrear consecuencias trágicas. En cuanto a la ayuda económica del Superior Gobierno, es un hecho que nadie se atreverá a negar. Los sacerdotes sabemos agradecer y ponderar las cosas en su justa medida, pero no confundimos la ayuda material con las trabas de orden espiritual y moral, que son las que han motivado esta polémica. Pero en el mismo párrafo hay una frase donde se refiere a la tolerancia. ¿No sería más propio usar el término convivencia? Examínelo bien. En este mismo apartado de la carta de esa Secretaría se insinúan los limites definidos para la Iglesia; ahí se observa la falta de un paréntesis para que el sentido de la frase sea completo: este paréntesis podrían ser (según nuestro criterio); otro no cabe. De todas maneras, el autor de la carta no peca de esplendidez; los derechos de la Iglesia son los derechos de Jesucristo, que es Dios; autor y creador de todas las cosas. ¿No será un imperdonable abuso el ponerle veto y señalarle fronteras según nuestro antojo? No puede ser. En esto la Iglesia no puede conceder tanto a la Secretaria de Culto, porque Jesucristo no se escondió en el templo, sino que se lanzo a las calles, a las plazas, a los campos, a los mares. Y al enviar a sus discípulos les dijo: "Así como me envió mi Padre Celestial, así os envío yo a vosotros. Haced cuanto habéis visto que yo he hecho, y enseñad cuanto os he enseñado". Según esto, que nos diga ahora el Sr. Secretario de Culto, donde están esas fronteras tan definidas que el ostenta sabel: De aquí se deduce otra conclusión no menos cierta; que en la Iglesia Católica no hay ni obispos ni sacerdotes extranjeros, está probado que el campo de Jesucristo (la Iglesia), no tiene fronteras y sus obreros siempre serán sus obreros donde quiera que se encuentren mientras trabajen dentro de la viña.

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El firmante de la carta confiesa no conocer las asociaciones religiosas tan bien como los obispos y párrocos, pero a renglón seguido alardea de tener conocimiento de las formas clandestinas, subversivas, perniciosas y solapadas con que las han usado los sacerdotes; estas formas son desconocidas por nosotros, que somos los interesados. Punto trillado. Seminario Santo Tomas de Aquino-Escuela de terrorismo y fábrica de bombas. La Iglesia condena el comunismo. Pero no deja de admirar los métodos científicos que usa para sus fines, y sus éxitos sorprendentes. Entre estos métodos se destaca el llamado LAVADO CEREBRAL, quizás el más eficaz, pero sobre todo el más sorprendente por lo sencillo. El secreto de este método esta en repetir, repetir, repetir. .. hasta meter dentro de la conciencia del individuo cualquier idea o hecho ficticio, hasta convencerle de que son reales. Si no se quiere negar la sinceridad de los que afirman que están seguros de cuanto se le acusa al Seminario, hemos de recurrir a la explicación del LAVADO CEREBRAL. Cronológicamente, la campaña de Radio Caribc contra la Iglesia es, ocho meses anterior a la circular de monseñor Panal, por tanto no se puede negar que la circular les da derecho a la prensa y radio a expresarse contra la Iglesia. Fueron encausados por los tribunales de la República los directivos de Radio Caribe. Esto asegura la carta. Al demonio le es muy difícil disfrazarse cuando pretende representar una comedia, porque cuando no se ven los cuernos, se le ve el rabo. ¿Cómo es posible que el locutor comprendido entre los cuatro encarcelados, pudiese estar sufriendo la condena y al mismo tiempo ante los micrófonos de la emisora? ¿Quizás tiene en don de la bilocación? Estas preguntas se las hace el pueblo. En los medios capitaleños se asegura que los cuatro encarcelados durmieron tranquilamente en sus domicilios. Resumen: El estudio detenido de su comunicación N° 5435 no me convence de lo que en ella se pretende probar. Además, los términos poco respetuosos para con el alto dignatario de la Iglesia, confirman la poca fuerza de los argumentos. Le saluda muy atentamente, (Edo.)

P. PABLO MARÍN

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338. Una nota en el Foro Público proponiendo un nuevo título para el generalísimo Trujillo (c. Trujillo, 1 de abril d~. 1961) 0

Pedro J. Ramírez, "El título debe ser Benefactor de la Religión", El Caribe Ce. Trujillo, 10 de abril de 1961), p. 5, col. 3.

La propuesta, lanzada originalmente por el presbítero doctor Zenón Castillo de Aza y acogida con tanto entusiasmo por un vasto sector del pueblo dominicano para que se otorgue a Su Excelencia el generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina el título de Benefactor de la Iglesia en la República Dominicana, es a todas luces una nobilísima y justiciera iniciativa. ¿Qué duda puede caber? ¿No ha sido, acaso, el generalísimo Trujillo el más generoso protector, el más conspicuo favorecedor, el más ardiente defensor, en suma, el verdadero benefactor de la Iglesia Católica en nuestro país? Ciertamente que sí. Sin embargo, no creemos que la concesión de tal título, por apreciable y merecida que sea, responda a cabalidad a la voluntad popular y al propósito que ésta persigue: ¡rendir honor a quien honor merece! Porque, examinada la cuestión objetiva y desapasionadamente, Su Excelencia el generalísimo Trujillo es mucho más que el Benefactor de la Iglesia Católica en nuestra tierra. En efecto, Su Excelencia el generalísimo Trujillo ha protegido, ha ayudado, ha defendido, ha exaltado material y espiritualmente a todas las religiones que con tan singular libertad y admirable autonomía desenvuelven sus actividades en la República Dominicana, gracias, precisamente, al sentido de respeto absoluto que el gran líder ha sabido inculcar a nuestro pueblo en el ejercicio de la libertad de cultos, consagrada por nuestra Constitución. No ha sido la Iglesia Católica la única que ha recibido en nuestro país, a lo largo de tres décadas luminosas, la acción bienhechora de Trujillo. Esa acción ha sido prodigada también a la religión protestante, en sus diversas denominaciones o sectas: la Evangélica, la Episcopal (sic), la Metodista, la Asamblea de Dios, la de Adventistas del Séptimo Día, etc. etc.; e igualmente a las religiones judía, budista, shintoísta, etc. Es obvio, pues, que Su Excelencia el generalísimo Trujillo no es, simplemente, el Benefactor de la Iglesia Católica en la República Dominicana, sino propiamente el BENEFACTOR DE LA RELIGIÓN en la República Dominicana, y es éste, y no otro, el título que debe conferírsele. Además, consecuentes con ese criterio, no creemos que deban ser los representantes de talo cual religión los que lo otorguen, ni aun los de todas las religiones

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Antología de dOCH11lel1toS

que se practican en el país, sino antes bien, los representantes genuinos y únicos del pueblo dominicano: los miembros del Congreso Nacional. PEDRO

J.

RAMÍREZ

339. Mensaje del P Manuel A. Rodríguez Canela, capellán castrense de la Aviación, al generalísimo Trujillo, uniéndose al repudio del terrorismo (e. Trujillo, 9 de abril de 1961) "Capellán repudia complot terrorista", El Caribe (c. Trujillo, 9 de abril de 1961), p. 13, colA.

Como miembro del clero dominicano y como mayor capellán castrense de la Aviación Militar Dominicana, con todo respeto quiero dejar consignada ante Vuestra Excelencia mi indignación y repulsa ante la incalificable conducta de los neo conspiradores terroristas de San Juan de la Maguana. Ruéguele aceptar los renovados votos de inquebrantable lealtad y admiración de su fiel amigo, PADRE RODRÍGUEZ

c.,

Mayor Capellán Castrense, A.M.D.

340. Carta del Secretario de Interior y Culto a Mons. Hugo E. Palanca avisándole de unas declaraciones suyas en la predicación (e. Trujillo, 11 de abril de 1961) c. HEPB., loe. cit., N° 33.

Excelencia Reverendisima: Cumplo el deber de invitar la atención de Su Excelencia Reverendísima con respecto a frases que se le atribuyen, pronunciadas en las misas de 6:00 y de 7:00 a 8:00 a.m. del día 9 del corriente, en la Catedral de Santiago y en las que aludiendo al caso en que aparece envuelto monseñor Tomas F. Reilly, obispo de San Juan de la Maguana, y del cual se ha hecho eco la prensa nacional, Su Excelencia concluyo afirmando que Radio Caribe se ha querido convertir en la voz del pueblo dominicano. Es también mi deber ceñirme a tomar nota de los conceptos expresados por Su Excelencia Reverendísima en la ocasión señalada, conforme a los cuales de un sentido calumnioso a las graves imputaciones que pesan sobre el obispo Reilly.

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La sumisióll bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjil10

(1930-196t)

Saluda a Su Excelencia Reverendísima con sentimientos de su alta consideración, '. (fdo.) RAFAEL PAÍNO PrCHARDO Secretario de Estado de Interior y Culto

341.

Supuesto encausamiento de Mons. Thomas F. ReiUy por organizar un complot terrorista contra el Gobierno dominicano (c. Trujillo, 12 de abril de 1961) "Ponen a Reilly a disposición de Juzgado de Instrucción por complot terrorista SJM. El encausamiento tiene bases firmes", El Caribe XIII: 4720 Ce. Trujillo, 12 de abril de 1961), p. 1, col. 6; p. 2, cols 6-7.

El requerimiento del procurador fiscal del Distrito Nacional para encausar el obispo ReilIy, viene a ser la culminación de los hechos delictuosos descubiertos por las autoridades dominicanas hace algunos días, en San Juan de la Maguana. Se comprobó que el vasto complot terrorista, encaminado a crear en la opinión pública la idea de que el Gobierno dominicano agredía al clero católico, a fin de provocar indignación, estaba patrocinado por el obispo ReilIy. Tras las acuciosas investigaciones realizadas por el Servicio de Inteligencia Militar, confesaron su culpabilidad en la trama terrorista el mecánico Danis Lorenzo Recio Herrera, de 37 años; el electricista José Aníbal Paniagua Tejeda, de 26 años, y el estudiante normalista Claudia Rafael Méndez Rosado, de 20 años. Tal como confesaron los complicados, el plan terrorista auspiciado por el obispo ReilIy estaba pendiente de la ocasión propicia para llevarlo a cabo, dentro de un ambiente de cierta facilidad y seguridad, ocasión que se presentó en momentos en que comandaba la tercera brigada del Ejército Nacional, con asiento en San Juan, el general de brigada Máximo R. Bonetti Burgos.

Estaba de acuerdo Uno de los terroristas que confesaron su participación, Danís Lorenzo Recio Herrera, quien es hermano de una monja, declaró que estaba de acuerdo con monseñor ReilIy en una conspiración que consistía "en producir ten'or en San Juan de la Maguana, comprometiéndose con el sacerdote,

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Antología de doctlmentos

en su calidad de mecánico experto en esta materia, a fabricar tubos destinados a ser completados con materiales necesarios para la confección de potentes bombas explosivas". Recio Herrera, quien fue detenido por causar incendios en edificios y otras obras públicas de San Juan, dijo que ya había fabricado cinco tubos de ejes cardan para la confección de bombas, por orden de Reilly. El terrorista acusó a monseñor Reilly de terminar de fabricar las bombas explosivas, señalando que "este sacerdote tiene conocimientos sobre todas esas cosas, por haber figurado en la última guerra mundial como capitán de los ejércitos aliados, en donde adquirió conocimientos especiales sobre la fabricación de artefactos explosivos". También afirmó que no percibía ningún beneficio de parte de Reilly por la fabricación de los tubos para las bombas, indicando que su interés era desatar una ola de terror "para incrementar nuestro movimiento revolucionario en contra del Gobierno". Recio Herrera acusó también a Reilly de dirigir todo lo relativo al terrorismo que tenían ideado en San Juan.

Actos de terrorismo En el curso de las investigaciones se informó que Recio Herrera en compañía de Jorge César Hemayne de los Santos y José Enrique Valenzuela Herrera, incendiaron la casa donde tenía sus oficinas la Caja Dominicana de Seguros Sociales, un automóvil propiedad de Rafael Díaz, inspector del Partido Dominicano, y el puente de Tenguerengue. También pensaban incendiar el campos de deportes, acto que no llegaron a realizar por estar uno de ellos borracho. Las autoridades que investigaron los hechos, llegaron a comprobar en forma que no dejó dudas, que monseñor Reilly entregó personalmente dos bombas de tiempo a Rafael Méndez Rosado, para que éste las colocara en el hotel Maguana y en el colegio de las monjas de San Juan. Algunos de los complicados en el plan terrorista habían sido condenados anteriormente, y luego indultados más tarde, por haber participado en tramas terroristas encaminadas a derribar el Gobierno legalmente constituido. Como resultado de las revelaciones de este plan de terror instaurado en San Juan y dirigido por monseñor Reilly, de todos los rincones de la República se han elevado voces de protesta, que al repudiar los actos de terrorismo y la flagrante intromisión del obispo Reilly en los asuntos internos del país, están clamando insistentemente para que se tomen las medidas de lugar y se proceda a expulsar de la República a monseñor Reil1y.

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(1930-1961)

342. Texto del auto de sometimiento de Mons. Thomas ReiHy hecho por el Procurador Fiscal del Distrito Naciori:al (e. Trujillo, 10 de abril de 1961) ¡bid., p. 1, col. 8; p. 2, cols. 7-8.

PROCURADURÍA FISCAL DEL DISTRITO NACIONAL Nos, Dr. Teodoro Tejeda Díaz, procurador fiscal del Distrito Nacional, asistidos del infrascrito Secretario, hemos dictado el siguiente AUTO VISTO: el auto fechado ellO de abril del año en curso, firmado y sellado por el Magistrado Juez Instructor de la Primera Circunscripción, cuyo texto reza de la presente forma: "UNICO: Solicitar, como al efecto solicitamos, al Magistrado Procurador Fiscal de este Distrito Judicial Nacional, poner a disposición de este Juzgado al nombrado padre TOMAS O'REILLY (sic) y dar a este mismo Juzgado requerimiento con carácter completivo para proceder a instruirle la sumaria correspondiente, conjuntamente con los procesados a que se ha hecho mención en este expediente". VISTO: lo dispuesto en Art. 61 del Código. de Procedimiento Criminal, el cual señala lo siguiente: "Fuera de los casos de flagrante delito, el juez de instrucción no hará ningún acto de instrucción ni de persecución sin haberlo comunicado antes al procurador fiscal, quien podrá requerir, además, durante la sustentación del proceso, que se le pase éste cuantas veces sea necesario, a reserva de devolverlo dentro de la veinticuatro horas. Sin embargo, el juez de instrucción podrá dictar, sin haber oído al procurador fiscal, el mandamiento de conducencia y el de prevención". VISTO: el Art. 13 del Concordato intervenido entre la República Dominicana y la Santa Sede, cuyo párrafo 1ro. Establece: "En caso de que se levante acusación penal contra alguna persona eclesiástica o religiosa, la Jurisdicción del Estado apoderada del asunto deberá informar oportunamente al competente Ordinario .dellugar y transmitir al mismo los resultados de la instrucción, y, en caso de darse, comunicarle la sentencia tanto en primer instancia como en apelación, revisión o casación. En caso de detención o arresto, el eclesiástico o religioso será tratado con el miramiento debido a su estado y a su grado. En el caso de condena de un eclesiástico o de un religioso, la pena se cumplirá en cuanto sea posible, en un local separado del destinado a los laicos, a menos que el Ordinario competente hubiese reducido al estado laical al condenado".

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AHtología

de dOCUllleHtos

Nos, Dr. Teodoro Tejeda Díaz, procurador fiscal del Distrito Nacional, después de haber estudiado todas y cada una de las piezas que componen el expediente, especialmente las declaraciones de los procesados CLAUDIa RAFAEL MÉNDEZ ROSADO, JOSÉ ANÍBAL PANIAGUA TEJEDA, DANIS LORENZO RECIO HERRERA, LULIO ALFREDO MÉNDEZ ROSADO, JESÚS MANUEL SÁNCHEZ VALDEZ y HUMBERTO ROSADO MATEO, Y de los testigos Pedro María Colón Núñez y Olegario Rodríguez, hemos establecido igualdad de criterio con el magistrado juez instructor de la Primera Circunscripción, Dr. Fernando A. Silié Gatón, de quien existen elementos de prueba suficientes para lanzar requerimiento completivo contra el nombrado TOMÁS O'REILLY, cura católico, con rango de obispo, por los crímenes de atentar contra la forma de Gobierno legalmente constituido; trama, atentado con objeto de provocar la guerra civil, tentativa de destrucción de edificios por medio de mecanismos explosivos y tentativa de asesinato, hechos previstos y sancionados por los artículos 87, 88, 89, 90, 91, 435 Y 203 del Código Penal; Por tales motivos, RESOLVEMOS: PRIMERO: REQUERIR del Magistrado Juez Instructor de la Primera Circunscripción, Dr. Fernando A. Silié Gatón, proceda a la Instrucción de la sumaria correspondiente contra el nombrado TOMAS O'REILLY, cura católico con rango de obispo; SEGUNDO: COMUNICAR, al tenor del artículo 13 del Concordato intervenido entre la Santa Sede y la República Dominicana, a quien sea de lugar ésta nuestra decisión, transmitiendo al mismo tiempo el resultado del proceso en su estado actual, vía Procurador General de la República. DADO: en nuestro Despacho, sito en uno de los apartamientos (sic) de la primera planta del Palacio de Justicia de Ciudad Trujillo, hoy día DIEZ (10) del mes de ABRIL del año mil novecientos sesenta y uno. DR. TEODORO TEJEDA DÍAZ

Procurador Fiscal J. GARCÍA Secretario

ENRIQUILLO

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(1930-1961)

343. Un comentario anónimo contra la actitud de Mons.

ReiUy, prelado nullíus de San Juan de la Maguana (C>TrujiHo, 12 de abril de 1961) "Minutero", El Cáribe XIII:4720 (C. Trujillo, 12 de abril de 1961), p. 1, cols. 3-4.

Como un mar de lava, ardiente, incontenible, avasallador, se extiende por todo el territorio nacional la indignación pública frente a la inaudita conducta de Reilly. La pluma se resiste a llamarle monseñor. Para serlo, en la conciencia de nosotros los dominicanos, hay que tener virtudes que él ha probado no poseer. Donde la indignación tomó primero forma de protesta multitudinaria fue en la misma ciudad donde Reilly ha desarrollado sus actividades llenas de sombras, donde rogaba a Dios en el lenguaje de las clásicas oraciones y pretendía gobernar con la estaca en la mano. Es yanqui el sacerdote Reilly, pero le gusta poner en práctica el españolísimo HA Dios rogando y con el mazo dando". Pero el dominicano, religioso por tradición y por lealtad a los principios de la Patria Nueva, no tolera que le den con el mazo, aun cuando lo agite un eclesiástico con pujos de jefezuelo. Y ante el insólito salto del obispo de San Juan a la arena prohibida de lo pepa}, el pueblo entero de la República se congrega en plazas y avenidas para exteriorizar su justa indignación y pedir, con voz máscula y responsable, que se tomen las providencias necesarias para sancionar ahora e impedir después actitudes de este tipo antisocial. Es hondamente grato asistir a los templos a elevar oraciones al Supremo Hacedor. Es entrañablemente emocionante escuchar la voz aconsejadora de un pastor de alma blanca, señalando caminos anchos de moral y ofreciéndonos el sacrosanto bálsamo de la resignación. Eso gusta a nuestro pueblo católico. Eso es aceptado por la viril conciencia del dominicano. Lo que no resiste, lo que no consiente, lo que no tolerará nunca es que pretendiendo escudarse en una posición eclesiástica, hombres apasionados quieran disolver los vínculos fraternales de nuestra sociedad. Lo sagrado es sagrado y lo respetamos y ante su majestad, inclinamos humildemente la cabeza. Lo humano, lo pecaminosamente humano, que muestre negras garras de anarquía y que desnude afilados colmillos terroristas, lo criticamos, lo repudiamos, lo sancionamos. Ese ha sido el caso de Reilly. Bajo el technicolor de sus atavíos episcopales se escondía un alma de peligroso buitre. Estaba, según se ha informado, picando las entrañas de la Patria misma, y los dominicanos,

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Antología de doculIlflltos

con su habitual patriotismo, se han levantado frente a él. Estaba equivocado en sus delirios egotistas, y la voz del pueblo lo debe haber hecho despertar. Las protestas cubren ya todo el país. La justicia, obligada a defender la sociedad, ha tomado cartas en el asunto, y el Ministerio Público se ha puesto en pie. También se elevan a los cielos, en humilde sinceridad, las oraciones que piden a lo Alto que nos libre de estos males. Nosotros, que ya hemos protestado, también nos unimos a esas férvidas plegarias: "Padre Nuestro que estás en los cielos ... ".

344.

Palabras pronunciadas por el senador Mons. Eliseo Pérez Sánchez al presentar renuncia a su cargo (c. Trujillo, 12 de abril de 19ó1) o. ASD. Colección Pérez Sánchez: Papeles del Senado (1955-1961), N° 23.

Señores Senadores: La Iglesia y la Patria pasan hoy, tristemente, por un momento crítico y transcendental para la suerte de la República. Estas dos elevadas entidades nacidas hermanadas en la formación de la Nación, bajo el sagrado lema de Dios, Patria y Libertad; que crecieron juntas a través de los tiempos, corriendo la misma suerte, tanto en las alegrías como en las tristezas de la Patria, sin que nunca nube alguna empañase el cielo sereno de sus íntimas relaciones en el desenvolvimiento de los intereses nacionales; hoy, por una lamentable incomprensión ideológica, aprovechada por las malsanas doctrinas ateas y materialistas que invaden el mundo, contra Dios y su Iglesia, se rompe dolorosamente el lazo de mutuo respeto y cordialidad que siempre existió entre ellas, con un mismo ideal y una misma fe. y como natural consecuencia de ese malestar político-social, son hoy las acusaciones gratuitas contra ilustres prelados, cuya consagración episcopal y designación a sus respectivas diócesis se hizo con el beneplácito de nuestro Gobierno, y cuyas ejemplares vidas sacerdotales constituyen un conglomerado de virtudes, honestidad, honradez, seriedad y cultura, hacen honor a la Iglesia y a la República. Este malestar que hacía tiempo veníamos lamentando profundamente y que hubiéramos querido conjurar, aun a costa de nuestra propia sangre, ante la imposibilidad de poder remediarlo, y en vista de que ahora miembros del Cuerpo Legislativo entrarán también en acción para alcanzar la salida del país de los excelentísimos prelados, que se dice son desafectos

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(j 930-j 96 j)

al Gobierno, he considerado de mi deber presentar ante esta Ilustre Cámara Legislativa y ante el generalísimo Trujillo, jefe supremo del Partido Dominicano, quien, honrosamente, me recomendó para esta curul, mi más formal renuncia como senador de la República por la provincia Juan Sánchez Ramírez. (fdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEz

345.

Desmentido de la prensa sobre la supuesta detención de Mons. Thomas F. Reilly (e. Trujillo, 13 de abril de 1961) "El obispo Reilly no ha sido detenido por autoridades RD. Siempre ha tenido amplia protección", El Caribe XIlI:4735 CC. Trujillo, 14 de abril de 1961), p.!, cols. 1-2.

Las autoridades dominicanas en ningún momento han detenido al obispo de San Juan de la Maguana, monseñor Thomas F. Reilly, no obstante las graves acusaciones que pesan sobre él por los atentados terroristas perpetrados recientemente en aquella ciudad sureña. El Caribe ha podido averiguar que monseñor Reilly llegó ayer a esta capital acompañado de varios sacerdotes y monjas de su Prelatura, sin que las autoridades hicieran la menor gestión para detenerlo. Esto desmiente rotundamente ciertas informaciones trasmitidas ayer por radiodifusoras norteamericanas en el sentido de que Reilly estaba preso. Se informó ayer que el obispo y sus acompañantes estaban hospedados en el colegio Santo Domingo donde no tienen protección policial, ya que los desmanes de la turba era un asunto puramente local de San Juan de la Maguana. 22 Diametralmente opuesto a todo 10 informado por las radioemisoras norteamericanas, el obispo recibió continua protección de la policía y el Ejército nacionales cuando se produjeron los graves incidentes de anteayer en San Juan de la Maguana. Fue precisamente esa eficiente protección la que evitó que la turba agresora, varios de cuyos componentes han sido sometidos a la justicia, 22 Ese mismo día aparecía un reportaje gráfico del asalto de las supuestas turbas a la residencia de monseñor Rei1ly. Cfr. "Los sucesos del miércoles en San Juan de la Maguana", El Caribe (C. Trujillo, 14 de abril de 1961), p. 16. El día antes apareció el reportaje a que se refiere esta nota. Cfr. Antonio Paulino S., "Multitud asalta Casa Curial y residencia Reilly en SJM en protesta por ten-01-ismo", El Caribe CC. Trujillo, 13 de abril de 1961), p. 1, cols. 1-3.

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Antología de dOClillleHtos

cometiera atropellos contra el obispo Reilly y los sacerdotes que le acompañaban. Esta protección de la fuerza pública era efectiva aun antes de que Reilly se presentara al cuartel policial de San Juan de la Maguana.

346.

Una acusación más contra Mons.

ReiUy (San Juan de la Maguana,

13 de abril de 1961) "Foro Público: Las cosas de Reilly", El Caribe XIII:4721 Ce. Trujillo, 13 de abril de 1961), p. 5, col. 2.

Es oportuna la ocasión para relatar algunos hechos que ponen en evidencia la conducta del obispo O'Reilly (sic): El señor Víctor Manuel Montes de Oca (Nene) fue en su juventud un bohemio y enamorado, en cuyo tiempo tomó de cada rosa un pétalo, quedándole como recuerdo 13 hijos de distintas mujeres. Raramente se le veía por la iglesia. Pero, después que hizo un santuario en la puerta de su finca, es muy bien católico y visita con mucha frecuencia la iglesia. A la inauguración de este santuario, que se celebró con espléndida fiesta, asistió el obispo O'Reilly con su ayudante Kelly, donde, después de darse tremenda borrachera, hIeran sacados por el patio de la casa y despachados en un carro, para evitar que fueran vistos en tales condiciones. Después de esto, el señor Montes de Oca es muy buen católico. Ahora, yo me pregunto si el Dr. Vertilio Valenzuela, cuando murió, tuvieron que devolver su cadáver al parque, ya que O'Reilly no permitió que lo entraran a la iglesia por ser divorciado y casado nuevamente, y lo mismo hizo con la madre de Alberto Dimagio y Bienvenido Rodríguez Mayal. ¿ Qué le habrá hecho o cuánto ha pagado Nene Montes de Oca al obispo O'Reilly para que le arregle sus asuntos con la Iglesia? Este vivo de O'Reilly, abusando de la ingenuidad de personas de la región, formó una sociedad de "beatos", que hace llamar Caballeros del Santísimo, en cuyos estatutos estableció que no puede hacerse nada sin su consentimiento, lo que debe tenerse en cuenta, y ahora en interés de recabar más dinero, sabe Dios para qué propósitos, está vendiéndole a los niños de la parroquia su fotografía en 15 centavos cada una. R.

HERRERA LAGRANGE

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347. Respuesta del Obispo de Santiago a la comunicación anterior de R. Paíno Pichardo (Santiago, 14 de abrib.de 1961) c. ¡bid., N° 34.

Excelencia: Contesto el Oficio N° 6237, de fecha 11 del corriente mes de abril. Esta vez la información es exacta. He aludido al caso de Su Excia. Rvdma. Mons. Tomas F. Reilly, prelado de San Juan de la Maguana, pidiendo oraciones por él. Creo que si la prensa y la radio gozan de libertad para exponer el caso de San Juan de la Maguana, puedo yo también usar de esta libertad constitucional para no creer verídicas las acusaciones hechas por acusados contra Mons. Reilly. ¿Quién puede decir que ellos no se equivocan? ¿Estoy yo obligado a creerles a ellos o más bien puedo confiar en la honorabilidad de Mons. Reilly? Mientras escribo estas líneas estoy escuchando los montantes-cañón que anuncian la manifestación de esta noche contra los obispos de San Juan de la Maguana y La Vega. Será un deber de conciencia para mí el protestar de esta reunión en las misas que celebre del próximo domingo. Hago provecho de esta ocasión para saludar al Sr. Secretario de Estado de Culto. (fdo.) +HUGO E. POLANCO Obispo de Santiago de los Caballeros

348. Crónica de prensa de la salida del país de tres padres redentoristas de San Juan de la Maguana (c. TrujiHo, 14 de abril de 1961) "El obispo Reilly despide sacerdotes de Prelatura de SJM. Abandonan el país por propia voluntad", El Caribe XIII: 4735 . Ce. Trujillo, 15 de abril de 1961), p. 1, col. 8.

Monseñor Thomas F. Reilly, obispo de San Juan de la Maguana, estuvo en la mañana de ayer en el Aeropuerto Trujillo para despedir a los padres redentoristas John Louis Schomberg y John W. Kelly, quienes se ausentaron espontáneamente del país, el primero con destino a Miami, y el segundo a Nueva York, en vuelos 431 y 227, respectivamente, de la Panamerican World Airways.

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Antología de docl/11Ie11tos

Al ser rodeado por representantes de la prensa, monseñor Reilly rehusó en forma terminante hacer declaraciones. Entre tanto, las autoridades de Migración dominicanas han desmentido categóricamente la noticia publicada en la prensa norteamericana sobre la expulsión de los padres norteamericanos John William Kelly y John Louis Schomberg, de la orden Redentorista. 23 "Tratase de una información aviesa -señalaron dichas autoridades-, por haber propalado los referidos sacerdotes tal infundio con anticipación a su salida espontánea del país". En el aeropuerto, monseñor Reilly estuvo acompañado por otros dos sacerdotes redentoristas de su prelatura de San Juan de la Maguana. Los aviones en que partían los padres Schomberg y Kelly despegaron a la 1:15 p.m. Diez minutos después, monseñor Reilly regresó a esta capital en su lujoso automóvil Chevrolet Bel-Air.

Parte otro sacerdote El padre redentorista Bernardo O'Connor, asignado a la parroquia de Padre Las Casas, prelatura de San Juan de la Maguana, partió también ayel~ a las 8:50 de la mañana, con destino a Kingston, Jamaica, en vuelo 432 de la Pan American World Airways. Fue despedido por varios sacerdotes de la prelatura de San Juan de la Maguana.

349. Carta del Ing. Brito Almonte al generalísimo TrujiHo condenando las "maquinaciones" del obispo Thomas F. Reilly (c. TrujiHo, 15 de abril de 1961) "De todo el país condenan maquinaciones de Obispo", El Caribe XIII:4724 (e. Trujillo, 16 de abril de 1961), p. 13, cols. 6-7.

Ilustre y querido Jefe: Mi trujillismo arraigado y mi fe en el porvenir glorioso de la Patria que usted magistralmente ha engrandecido, me hace dirigirle respetuosamente la presente para repudiar de todo corazón los actos cobardes, criminales, inhumanos y egoístas del terrorista monseñor Tomas F. O'Reilly (sic), que hipócrita y ambicioso quiso perturbar la paz que usted nos ha dado en 31 años de continua labor. 23 El P. John Kelly había sido vicario cooperador de la Catedral de San Juan desde 1957, y el P. Schomberg (usando el nombre de Clemente) fue párroco de la misma desde 1959.

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Gracias a Dios que los maleantes que, disfrazados de piel de ovejas que dirigía el falso apóstol-monseñor O'Reilly (sic) han sido desenmascarados; ahora que les caiga la Justicia a los malos dominicanos y al cerebro de esta trama, al mal llamado monseñor, hay que expulsarlo de nuestra Patria para que no vuelva a sembrar las malas cizañas. Hijo de esta Era Gloriosa que lleva su ilustre nombre, trujillista, de familia eminentemente fiel a su persona, católico, apostólico y.romano; juro que estaré con los ojos abiertos para los falsos apóstoles como Thomas F. O'Reilly no encuentren dónde sembrar las semillas de sus ideas malsanas y disociadoras, que tratan de separar lo que 31 años de bonanza y trabajo han juntado, su genial obra de gobierno y el pueblo que lo quiere. La traición de los facinerosos que dirigía el perverso cura, no debe preocuparle, Jefe querido, porque por cada uno de esos malvados, hay un millón de buenos dominicanos leales y dispuestos a dar la vida por su persona y por la Patria que usted ha engrandecido, como este humilde servidor y amigo leal. Que Dios perdone a todos los que quisieron sembrar la intranquilidad en los hogares dominicanos; porque yo los condeno mil veces por su actitud malvada; quienes actuando como Judas Iscariote que traicionó los ideales de Nuestro Señor Jesucristo, así lo traicionaron a usted, querido Jefe, que nos ha dado todo a cambio de nada. Como siempre, querido Jefe, a sus órdenes "con mis humildes serví:.. cios en cualquiera parte que usted lo juzgue, me despido con sentimientos de lealtad y eterna gratitud, su incondicional amigo, ING. ISIDRO BRITO ALMoNTE

35O.

Editorial del matutino El Caribe sobre un nuevo galardón recibido por el generalísimo Trujillo de la Iglesia del Líbano (e. Trujillo, 16 de abril de 1961) El Caribe XIII: 4724 (C. Trujillo, 16 de abril de 1961), p. 5, col. 1.

MERECIDO GALARDÓN El Ilustre Benefactor de la Patria, generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, acaba de recibir la condecoración del Gran Cordón del Santo Sepulcro, la más alta distinción que otorga la Iglesia del Líbano.

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Antología de doclI11lel1tos

Este tributo al insigne líder de los dominicanos, constituye un nuevo testimonio del reconocimiento universal que en todo momento ha tenido la protección ilimitada y generosa que ha prodigado el egregio patricio a la religión en el mundo. En el curso de su fructífera vida pública, el generalísimo Trujillo ha dado, en forma constante y permanente, notaciones extraordinarias de un profundo espíritu cristiano y de amor a la humanidad. Su mano generosa se ha extendido, en cuanta ocasión ha sido propicia para hacer el bien, sin limitaciones ni regateos. Trujillo ha sido uno de los estadistas que en el mundo han servido con mayor ahínco y devoción el ideal del bien. Su obra bienhechora ha trascendido las esferas nacionales para perfilarlo en el ámbito internacional como uno de los más genuinos benefactores de la humanidad. Cuando el dolor y la tragedia han podido dejar su impacto terrible en el corazón de los hombres, cuando el odio y la barbarie de los empecinados en hacer de los prejuicios raciales uno de los motivos más socorridos para desatar contra sus congéneres la más oprobiosa y satánica labor de destrucción y muerte, la mano generosa de Trujillo se ha levantado para proporcionar albergue y todo género de protección a los que sufren persecución. Tal es el caso del viacrucis de la raza hebrea, que [-ue acosada y perseguida tenazmente por el nazismo. En aquella ocasión, los hombres y mujeres judíos, sin distinción de clase, tuvieron acogida amplia y generosa en la República Dominicana, gracias al humanitario espíritu de su benefactor ilustre. En el terreno puramente religioso, todas las iglesias y todas las sectas sin distinción de credos ni matices, han merecido la protección y ayuda del Gobierno dominicano, a inspiración del humano sentido de universalidad cristiana que abriga en todo momento el ilustre mentor y guía de la familia dominicana. Son incontables los honores que se le han tributado al Generalísimo Trujillo en reconocimiento a esa ingente y amorosa obra a favor de la religión. Desde el Vaticano, el más levantado baluarte de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, hasta las tierras mediorientales donde proliferan las ramas de la Iglesia ortodoxa, las instituciones religiosas y civiles han sabido extender el laurel exultatorio al insigne Benefactor de los dominicanos. Hoy un nuevo y merecido honor viene al cofre simbólico de preciadas y legendarias condecoraciones que han sido discernidas al genial estadista que ha esculpido una patria y ha ofrendado toda una vida al servicio del ideal de Cristo en la tierra. Su Beatitud Benedictus, patriarca de Jerusalén, ha otorgado al generalísimo Trujillo el Gran Cordón del Santo Sepulcro,

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en el grado de Gran Collar, valiosa condecoración que concede la Iglesia del Líbano para premiar los··buenos servicios en aras del cristianismo y la protección que se le dispense a la religión. Conesponderá al Arzobispo Metropolitano del Líbano, monseñor Elie Karam, imponer la condecoración, oportunamente, al ilustre galardonado. La condecoración que acaba de conceder el Patriarca de Jerusalén al Padre de la Patria Nueva, constituye un nuevo y patente reconocimiento de los humanitarios y cristianos sentimientos del insigne líder en aras del florecimiento de los principios y esencias de la doctrina cristiana. Es propiamente un nuevo tributo a su indiscutible condición de benefactor de la humanidad y de la religión.

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Un artículo del tic. Julio Ernesto de la Rocha en la prensa matutina sobre la capacidad de visión futura de Trujillo (e. Trujillo, 17 de abril de 1961) Julio E. de la Rocha Báez, "El Jefe lo presintió", El Caribe XIII: 4725 Ce. Trujillo, 17 de abril de 1961), p. 4, cols. 3_4. 24

Desde los comienzos de la Era de Trujillo, en numerosísimas ocasiones, el pensamiento del Jefe se ha adelantado a señalar hechos acaecidos. mucho tiempo después. Esa misma visión le ha permitido aquilatar a los hombres, y le ha impulsado a realizar acciones que otro gobernante ni siquiera hubiere intentado, con resultados extraordinarios, beneficiosos a su política y a los intereses del país. Han sido manifestaciones geniales, características de sus innatas condiciones de eximio conductor, que le han granjeado la admiración, el respeto y el cariño de su pueblo. Las insólitas actuaciones de los obispos extranjeros Panal y Reilly han indignado a todo el país, y las reprueba el conglomerado católico que entiende que la Iglesia, como institución, a la cual está vinculada y cuya doctrina profesa, es distinta y no puede identificarse con el proceder de los religiosos, cual que sea su jerarquía, que precisamente, mientras ésta sea más elevada, más cuidado deb~n tener quienes las ostentan en el ejercicio de su ministerio, para no incurrir en equivocaciones y en errores irreparables.

24 El autor estaba ligado a la Sociedad de Fervorosos de la Altagracia, de la que sería presidente en 1964. Un año después del artículo sería también miembro del Comité del 1el: Centenario del nacimiento del arzobispo Nouel. Cfr. R. Bello Peguero, Nombramientos eclesiásticos 11 (1991), p. 1173.

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En el año 1948, en el discurso que pronunciara en la inauguración del Seminario Pontificio (sic), el ilustre estadista ponderó la conveniencia del clero nativo, y respecto a las condiciones de los religiosos expresó: "nunca como en los días que corren, fue tan necesaria la formación integral del sacerdote, en el cual deben hermanarse, en apretado e indisoluble consorcio, el saber, la virtud, la sublime audacia, la sosegada mansedumbre, el juicio claro, la voluntad heroica y resuelta, el vivo amor a Dios y la eficaz y llameante caridad hacia los hombres". El 31 de marzo de 1960, en contestación a la carta que le dirigiera el 24 del mismo mes el Obispo de San Juan en un documento trascendental, que por su redacción, estilo y profundidad de pensamientos debe ser ampliamente conocida, el Jefe se sorprende de los términos usados por el mitrado, y le dice que "su tono de acritud no se compadece con el carácter cortés de las comunicaciones en que se formula una petición o en que se impetra un beneficio", al referirse a la solicitud de exoneración de derechos e impuestos sobre diversas importaciones de la Prelatura. En otro de sus párrafos, señala el distinguido remitente: "no se podría pretender desde luego, que las autoridades que tienen la responsabilidad de salvaguardar el orden y la dignidad de las instituciones se crucen de brazos ante actividades que ponen en peligro la paz de la nación y la seguridad del Estado", y refiriéndose a los justos motivos de preocupación que tienen los obispos en la mayoría de los países del mundo por las crecientes actividades de los adversarios de la Iglesia y a la privilegiada situación de que disfruta en nuestro país, expresa: "notable contraste, Excelentísimo Señor, que me hace pensar en la conveniencia de que se haga mayor hincapié en el cumplimiento, por parte de todos los que profesan la religión católica, apostólica y romana, del cuarto mandamiento, que impone el respeto a la autoridad, cuya observancia bastaría para impedir la maldad de los que fabrican bombas y traman complots para subvertir antidemocráticamente los poderes legítimamente constituidos". Una año después, en la Catedral de la Concepción, en la Vega, monseñor Panal, con motivo del justificado júbilo de aquella colectividad por la visita del glorioso adalid, pronuncia un sermón, que ha sido objeto de vivas críticas, por su intervención en la política y faltando al elemental deber de cortesía que tiene una persona ante su huésped. Semanas más tarde, la prensa ha publicado las noticias respecto a las actividades terroristas en San Juan de la Maguana y a la preponderancia y culpable participación del obispo Reilly. Una vez más, el Jefe tuvo una visión profética al redactar su carta del 31 de marzo del pasado año. El amor, la misericordia y el perdón que pre-

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dicó Nuestro Señor Jesucristo, no arraigaron en el alma de los obispos Panal y Reilly, extranjeros que no supieron comprender al pueblo que espiritualmente les tocó dirigir y al cual han traicionado. Parece inconcebible que labios destinados a pronunciar la absolución de los pecados y a pronunciar las palabras sacramentales de la Consagración, y que manos purificadas para elevar la hostia, hayan servido para incitar a turbar la paz, quebrantar el orden, implantar la anarquía y a fabricar instrumentos criminales para hacer daño y destnlir vidas. Una vez más tenemos que repetir: Trujillo no se equivocó.

352. Carta del Secretario de Interior y Culto al superior de la Compañía de Jesús, P. Mariano Tomé, S.]., anunciándole la posible deportación de un jesuita de San Cristóbal (e. TrujiHo, 17 de abril de 1961) o. APA. ibid., Núm. 6657; J. L. Sáez Ced.), op. cit., V (1997), N°26.

Reverendo padre: El Secretario de Estado abajo suscrito considera de su deber llevar al conocimiento de usted, que tiene informes de que el padre jesuita Marciano Mecerreyes Modrón, de nacionalidad española, el día 12 del presente mes, al agotar un turno en el ciclo de charlas de "Orientación religiosa", que se está llevando a cabo en el Instituto Politécnico Loyola, Fundación generalísimo Trujillo, de San Cristóbal, se apartó de los asuntos a tratar, que son de divulgación puramente religiosa, para hacer críticas malsanas respecto de ciertas actuaciones de la justicia dominicana. Tal proceder del padre Marciano Mecerreyes, completamente impropio al inmiscuirse en cuestiones totalmente ajenas a su misión, mueve al funcionario que suscribe, a solicitar a usted, llamar la atención del aludido sacerdote, pues de continuar en esa actitud, serán las autoridades de Migración, las que se encargarán de requerir al referido padre Mecerreyes, en su condición de extranjero, salid del país por indeseable. (fdo.) RAFAEL PAÍNO PICHARDO Secretario de Estado de Interior y Culto

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Un comentario sobre la actitud de los obispos que cambiaron su misión y adoptaron un papel político (e. Trujillo, 18 de abril de 1961) "Ramón Alberto Díaz, ¿Líderes políticos con sotanas?", El Caribe XIII:4726 Ce. Trujillo, 18 de abril de 1961), p. 10, col. 5-6.

La pregunta sin una explicación previa, coge desprevenido al más aguzado lector, más cuando se externe la explicación de lugar, se desorbitarán los ojos del interlocutor, fruncirá el ceño y un gesto de incredulidad se plasmará en su rostro, para acto seguido dudar del equilibrio mental del que afirme tal cosa, porque esta aseveración pasa, con celeridad pasmosa, de lo increíble a lo absurdo. Sí, yo fui blanco de esta afirmación: "en la República Dominicana hay dos obispos que pugnan por convertirse en líderes políticos". De ahí mi natural exclamación: ¿Líderes políticos con sotanas? Primeramente creía que mi interlocutor pretendía tomarme el pelo o jugarme una broma pesada, pero cuando abundó más sobre el asunto, comprendí que la cosa iba en serio y que el caso, un tanto risible, merecía ser analizado detenidamente. La República Dominicana, un pueblo que ha sentado sólidos precedentes de ser una nación eminentemente católica por patrimonio ancestral de sus colonizadores en un 80% de sus 4,070,108 habitantes; un pueblo que fue vejado y flagelado, ora por sus vecinos más cercanos: Haití, ora por sus expediciones foráneas de aventureros desalmados, que se ensañaron cometiendo las más inverosímiles atrocidades, cuando no por el saqueo administrativo realizado por gobernantes inestables e inescrupulosos, que tenían la honradez y la responsabilidad como virtudes muy relativas, con las cuales comerciaban cual si fueran objetos permutables. En esos azarosos días, la religión católica era algo así como un mito, una leyenda o un compendio de cuentos arabescos. El temor a Dios se equivocaba con el beneficio del delito y el provecho del crimen. Todo era confusión. La fe del hombre gemía bajo el aplastante peso de la maldad, el anarquismo, el desorden. Las dantescas escenas eran el amargo manjar que el espíritu deglutía con gula dolorosa. El pueblo estaba mancomunado para la confusión, la Patria era un dolor geográfico. La Iglesia Católica cerró los ojos ante estos acontecimientos, soslayó la responsabilidad que la historia le cargaría, pues sus plegarias, si las hubieron (sic), fueron hechas sin fe, sin verdadera fruición espiritual, porque Dios no las oyó. Así pues los curas no invirtieron ni siquiera una oración -que es lo único que estos capitalistas de lafe pueden ofrecer-, en la exhaustiva labor de reconstrucción de nuestra Patria.

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¡Y aconteció el milagro! Apareció en el umbral de la destartalada Puerta de la Patria Rafael Leónidcts Trujillo Malina, quien con manos diestras y firme voluntad creadora, reconstruyó y estabilizó en todos los órdenes la patria que parecía irredenta. Estructuró con acertadas gestiones una nueva nacionalidad, dio un nuevo sentido a las relaciones entre gobernador y gobernante, fortaleció los vínculos de comprensión y amistad entre sus connacionales, y todos los males se conjuraron al influjo maravilloso de su mente genial. Trujillo rescató la Iglesia Católica de su anonimato, le dio personalidad jurídica, libertad de acción, bienes materiales espléndidos, hasta convertirla en un verdadero poder eclesiástico. Su gestión acrecentó la fe en nuestro medio, construyó, de su propio peculio, cientos de templos para anidar esa fe, para preservar esa religión, porque los hombres que han sabido elevarse al genio, siempre están cerca de Dios. Y comenzó en la República Dominicana la afluencia de sacerdotes de todas las nacionalidades. Se crearon seminarios y otras obras afines, hasta que, ilimitando su protección a la Iglesia Católica, esta religión fue introducida en las escuelas dominicanas como materia básica, por recomendación de Trujillo. 30 años de labor fecunda, 6 lustros de vigilias y onerosos esfuerzos y protección desinteresada no han servido para aplacar el egoísmo y llenar . las valijas a los sicarios del Vaticano. Manos criminales irrumpieron en nuestro suelo, pero fueron repelidas gallardamente por un pueblo que anhelaba demostrarle a su Salvador su agradecimiento por los beneficios recibidos, y esa fue una propicia ocasión. En esa oportunidad, los sacerdotes protegidos, los buitres alimentados por la savia sagrada de nuestra fértil tierra, se confabularon con los intrusos para subvertir el orden político-administrativo de la Patria, se complotaron con el hombre que llenó sus bocas hambrientas con el pan dignificador de la hospitalidad y la confianza, mordieron esa mano dadivosa con sus afilados y envenenados dientes de fieras insaciables. La tristemente célebre pastoral de enero de 1960 es un documento fehaciente y elocuente de la contextura moral de estos modernos Rasputines. Pero Trujillo se da entero a las obras que emprende, y con estos curas se dio al perdón, a la paciencia, a la indulgencia, llegando más allá de la bondad. Pero los ensotanados no justipreciaron este noble gesto de Trujillo, y volvieron a las andadas, esta vez sin máscaras y sin rodeos. Ahora monseñor Francisco Panal, en La Vega, y Thomas F. Reilly, en San Juan de la Maguana, se han autoproclamado "Líderes políticos" en estos dos puntos cardinales de la nación. El primero ha esgrimido la pala-

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bra mordaz, falaz y descarada, para señalar flancos en la obra ingente de nuestro adalid, mientras que el segundo, más criminal y desalmado, se ha dado al terrorismo vulgar, vergonzoso e inhumano, y al infundio trastornador. Estos son los mediadores entre Dios y los hombres, estos son los pastores que pretenden guiar a la humanidad por el camino del bien y la comprensión... da pena y más que pena Asco. En connivencia con este par de charlatanes, faquires de la maldad y la degeneración, están sus manadas de curitas viles, vagos y "babosos" violentadores de la fe y la moral de un pueblo libre y soberano. Pero estos pigmeos, falsos apóstoles que trafican con la fe de la humanidad, estos degenerados que en la cómplice soledad de su templos cometen las más atroces y execrables barbaridades, no verán jamás satisfechas sus bajas y torpes aspiraciones, ni el triunfo caprichoso coronará su pícara empresa, mientras haya un solo dominicano de pie sobre el ancho pedestal de nuestra lealtad. Los dominicanos tenemos un líder que no divide para vencer, un hombre que se ha entregado a su pueblo, y su pueblo se ha entregado a él. Existe armonía entre gobernado y gobernante, el pueblo conoce sus obligaciones porque su salvador se las ha enseñado sin esgrimir el látigo flagelador. Trujillo colma y satisface todas las aspiraciones de su pueblo, no queremos curitas gringos, no deseamos mediadores sofisticados ... , en definitiva no queremos líderes políticos con sotanas.

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Carta de Mons. Ehseo Pérez Sánchez a Francisco Prats Ramirez, director de El Caribe, comentando una información (c. Trujillo, 28 de abril de 1951) c. ASD. Papeles de E. Pérez Sánchez: Documentos del Senado (1955-1961), N° 24.

Señor Director: En esta hora de confusión universal porque atraviesa la humanidad, llena de errores y peligros políticos, religiosos y sociales, que reclaman una conveniente orientación, los hombres de bien y sano criterio deben ponerse a salvo de la maledicencia que inunda todos los sectores de la vida humana, en forma de que no se venga a ser víctima de sus falsías y estar en condiciones de poder orientar a las masas populares por el sendera de la verdad, de la justicia y del amor. Las informaciones publicadas en ese diario en la edición de hoy, sobre la admisión por parte de la Iglesia a los católicos para la agresión san-

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grienta y la rebelión armada contra personas o poderes constituidos, es una invención falsa, abs'mda y tendenciosa, porque la Iglesia Católica nunca podrá contrariar los principios inquebrantables de la ley divina, y porque su misión entre los hombres es de paz, amor, unión, perdón y misericordia. El semanario L'Osservatore de la Domenica es una publicación independiente en la ciudad de Roma, sin conexión con el Vaticano y cuyas opiniones son personales, dudándose mucho que un sacerdote católico hay podido opinar de manera tan desacertada y anticristiana. Esperamos, señor Director, que Ud. que en la Semana Santa yen otras ocasiones ha escrito interesantes "Minuteros" sobre el espíritu cristiano que debe animar a la humanidad en esta hora de crisis política social, sepa interpretar inteligentemente los sentimientos sacerdotales que me han animado al escribirle esta misiva en defensa de la verdad y de la justicia. Le saluda muy atentamente, (fdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEZ Pánoco de la Catedral

355.

Prólogo del P. Zenón Castillo de Aza a su obra recién publicada en la capital

(c. Trujíllo, mayo de 1961) Zenón Castillo de Aza, Trujillo y otros Benefactores de la Iglesia, C. Trujillo, Editora Handicap, 1961, pp. 7-10.

Lejos de retractarme de haber lanzado desde la Roma Imperial y cristiana la idea de conferir el título de Benefactor de la Iglesia en la República Dominicana al generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina. Lejos de retractarme en mi propósito, he llegado a la plena convicción de que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana no registra en sus anales milenarios una figura de relieves tan destacados que, en conjunto, haya favorecido con tanta generosidad sus intereses espirituales y de cultura. Sólo -y téngase muy presente-, la ignorancia en materia de historia eclesiástica puede vislumbrar alguna nube en el cielo despejado de la vida de Trujillo en sus relaciones con la Iglesia. Nadie que haya estudiado, aun con somero detenimiento, el discurrir de los sucesos eclesiásticos, podrá menos de aplaudir, con ruidoso entusiasmo, la labor benéfica de este hombre -humilde cristiano-, para con su Madre la Iglesia Católica.

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No pecamos de parcialidad al emitir estos juicios. Escribimos vestidos de blanco, en feliz expresión de Miguel Maura. Y las cosas vamos a colocarlas en sus respectivos puestos. El sitial que a Trujillo corresponde en la historia de la Iglesia, no es al lado de los mártires, porque no ha derramado la sangre como Sebastián o Policarpo. Tampoco junto a los teólogos, porque su misión de Estadista se ha encauzado por rutas diversas de las que conocieron Agustín y Tomás de Aquino. Ni ha abrevado en las fuentes limpísimas pero difíciles del ascetismo y de la mística, en compañía de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Hay que colocarlo cabe Constantino, Justiniano y Carlomagno, porque, como ellos, en su calidad de orientador y director de pueblos, dio su brazo derecho a la Iglesia, tutelando sus atribuciones y derechos y abriéndole horizontes ilímites de garantías y favores. Pero Trujillo es superior a esa tríade de robustos varones. Constantino es un oportunista de la religión. Se convierte al cristianismo, cuando la necesidad lo apremia, ante la invencible superioridad del adversario. Sólo recibe las aguas purificadoras del bautismo, cuando la agonía le indica la proximidad de su fin. Usa a la Iglesia como un instrumento para sus intereses particulares. Asesina a sus esposas, a sus hijos, a sus allegados más íntimos. Y todo esto, no obstante, la Iglesia Católica, reconocida por sus grandes favores, no duda en llamarlo, como sostiene Will Durant, "el más grande de los emperadores". Justiniano desposa una prostituta. Pinta de carmesí las calles de Constantinopla, ahogando en sangre de millares de ciudadanos, caprichos enteramente personales. Se cuentan muchas historias picantes de su vida privada. Convoca sínodos por su cuenta, y el Papa no le merece consideración alguna. Pretende innovar el credo inmutable de la Iglesia. Autoriza a sus súbditos "a invocar su eternidad", a escuchar sus proverbios, provenientes "de boca divina", a obedecer sus leyes como "oráculos de Dios". Y a pesar de todo esto, su figura aparece nimbada con la aureola de los santos en la Catedral de Ravena. Carlomagno es menos interesado que los anteriores; pero celoso de su autoridad, como príncipe de su pueblo, mantiene al Papa en el cerco de lo que él considera sus atribuciones. Desposa mujeres incontables y se sabe de amores ocultos. Es cruel en la guerra, asolando con el incendio y con la muerte regiones y ciudades. Y es ese mismo Carlomagno el que se hace coronar y adorar por el papa León III en la Nochebuena del 800, mientras el coro de canónigos y el pueblo cantan en San Pedro la letanía "carolina", compuesta especialmente en honor de él. Desde ese momento

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no será patricio, sino "augusto y emperador de los romanos por Dios coronado". Después de la my.erte, la Iglesia continúa enalteciendo su figura, tolerando que, inclusive, hasta nuestros días, reciba Carlamagno en algunas regiones el título de beato. La presente obra, sin carácter crítico ni literario, es un cuadro descarnado de la historia eclesiástica, durante el período de esos inmortales varones, o si se quiere, la actuación de ellos en sus relaciones con la Iglesia de Cristo. Al estudiar la obra eclesiástica de Trujillo, la relacionaremos con la de Constantino, Justiniano y Carlomagno, para que se alcance a ver la superioridad del estadista dominicano frente a esos egregios valores de la historia universal. No pretendemos para el humilde cristiano -nacido en la ciudad de San Cristóbal, bautizado y apadrinado por un sacerdote muerto en olor de santidad-, títulos y decoraciones rimbombantes con sabor a romanismo o bizantinismo preponderante, ante la Iglesia subyugada, comprada a fuerza de concesiones y favores, sino simplemente el reconocimiento de su acción benéfica por la Iglesia, cuya fe heredara de sus padres y de sus abuelos. Sólo queremos para él el título de BENEFACTOR DE LA IGLESIA. Sólo queremos el título, porque en realidad lo es.

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Conversación sostenida entre el Lic. José B. Uribe Macías, secretario de la Presidencia, y el P Ángel Arias, S.J., director del Politécnico Loyola (San Cristóbal, 3 de mayo de 1961) c. APA. Instituto Politécnico Loyola 1 (1958-1964), N°42, ff. 1-5.

[Antes de la versión no taquigráfica de esta conversación (7:30 a 8:50 p.m.), el autor señala que había querido sostenerla, que era su parecer personal, y se lo exponía al Lic. Uribe "para que haga el uso que mejor juzgue en bien de la nación y de su conductor, el generalísimo Trujillo"]. 1. Hace algo más de un año fui honrado con el cargo de asesor religioso del Poder Ejecutivo, con carácter oficioso, sin nombramiento oficlal, y sin sueldo, aunque generosamente se me ofreció varias veces. Enseguida noté que al otro lado había otro grupo que también aconsejaba en sentido diametralmente opuesto al mío, y que su parecer era seguido. Nunca dudé del fervor trujillista y lealtad de ese grupo, pero ciertamente consi-

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deré que iba por mal camino. Yo fui siempre partidario de decir al Jefe la verdad desnuda, con respeto, pero la verdad; las impresiones que yo cogía del pueblo con el que tengo algún contacto, y lo que se decía por la calle en el país y fuera del país. Defendí la legalidad en los procesos, y llegué a decir que, a mi juicio, era mejor fusilar a cincuenta, si eran condenados legalmente por los tribunales legales -supuesto que hubiese pena de muerte, cosa que no hay aquí-, que el que uno se muriese de un colapso al corazón cuando pensaban llevarlo al Palacio de Justicia. Que en materia [de las] relaciones Iglesia-Estado entendía yo bastante más que los de ese otro grupo, que no sabían ni santiguarse, ni menos conocían lo más elemental del Derecho Canónico. Que este Derecho tiene normas ya sancionadas para poner en línea a cualquiera que realmente se desmande, con perjuicio de la comunidad, aunque sea el mismo Sumo Pontífice; y lo mismo nos sucede a los jesuitas; sin que se tenga que recurrir a escándalos públicos, manifestaciones o agresiones. Como este consejo mío no era atendido, no quise que nadie se ['uese a imaginar con escándalo que yo, asesor religioso, era el autor de ciertos desmanes contra la Iglesia, y no me quedó más remedio que presentar mi renuncia irrevocable. 2. Lo que entonces se inició contra la Iglesia ha ido en aumento hasta llegar a la situación violenta e increíble de nuestros días. Se ha puesto empeño en crear problemas a la Iglesia, sin ella buscarlos: a) La pastoral de los obispos. Esa pastoral la he leído yo atentamente varias veces; la ha leído lo mismo el P. [Francisco Javier] Baeza, hombre prudentísimo y que estudió en Austria para interpretar la Escritura correctamente. Y la han leído otros muchos, hasta en Roma. Y nadie ha visto en ella ataque al Gobierno, ni menos incitación a la revuelta. Pero eso se han empeñado en verlo los del otro grupo, y no pasa semana que no se mencione ese escrito en contra de los obispos. De ahí se pasó a la indigna calumnia de decir que había sido escrita con el dinero dado por Betancourt. Y pastorales cien veces más duras se han escrito en todo el mundo católico, empezando por Iberoamérica, y nadie ha armado ese escándalo, sencillamente porque no había motivo alguno para ello. A mí me disgustó aquella frase sobre los parientes de los actuales gobernantes, que un día se podían ver también presos. Yo eso no lo hubiese puesto. Pero en esto no se paran mientes.

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b) El discursito de Mons. Panal delante del Jefe. Lo que dijo el Sr. Obispo se lo he dicho y.o.~ y con más claridad si cabe, al mismo Trujillo. ¿Qué pecado hay en decirle las necesidades del pueblo? ¿No hacen lo mismo los políticos, y seguramente no con tan limpias intenciones? Que él se ofrezca a cooperar, cosa que hago yo con las limosnas que me manda mensualmente el Jefe, ¿es un delito? Pues ahí están todos esos "Minuteros" de El Caribe, sacando las cosas de quicio. RÉPLICA DEL LIC. URIBE: En eso no estoy del todo conforme. Ese monseñor (sic) ha hecho cosas muy raras. V.g., cuando en el banquete que se ofreció a los obispos y clero, se le acercó al Jefe, mientras los demás estaban muy retraídos, y con dulce sonrisa, le entregó un sobre, diciéndole: "Aquí le dejo una estampita de Ntra. Madre la Virgen de la Altagracia para que nos bendiga a todos". Y cuando el Jefe la abrió, se encontró con un verdadero libelo en su contra. Días antes de la visita del Jefe a La Vega, Monseñor estuvo en Palacio, y le expuso todo lo que quiso. ¿Por qué no le mencionó las necesidades de su región? Y si lo hizo, ¿para qué luego vuelve a decirlo en público? ¿O es que pretendía aparentar como que él solo se preocupaba del pueblo? Lo mismo: Enseñó el discurso que iba a pronunciar al Gobernador, y luego lo modificó, introduciendo lo que ha sido criticado. Eso no tiene explicación, pues nadie le obligó a enseñar el discurso, y si se lo pidieron, que hubiese dicho que no estaba obligado. Pero hacer lo que hizo está muy mal. CONTRARRÉPLICA: Si las cosas son del todo así, a mí también me lucen raras. Pero ¿por qué no se dice eso en la prensa, junto con la explicación de Monseñor? Porque si esto se ignora, los infelices "Minuteros" no tienen el menor sentido, si no es seguir complicando la cosa. c) La gratuidad de los ministerios. Ya se ve que eso no era más que un deseo diabólico de enfrentar a la Iglesia con el pueblo. ¿Por qué no se pidió que fuesen gratuitos los servicios de los médicos, las entradas al cine, y otros mil? d) Mala voluntad para interpretar la doctrina pontificia: cuando dice el Papa, lo que todos han dicho, pero que se ve se ignora por ese grupo tendencioso, que el cristiano no tiene dos conciencias; una para actuar como doméstico, y otra para moverse como político. Aquí se escribió largo que el Papa se estaba metiendo en política e incitando a la política vaticanista. Digo otro tanto con la doctrina clásica y viejísima sobre la licitud de la pena de muerte; en cambio se callan como muertos, cuando discutiéndose en el Senado dominicano la

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pena de muerte, fueron dos sacerdotes los que se opusieron a la mayoría o totalidad. Y otros mil casos que omito por no alargar su tiempo escaso. La campaña contra la Iglesia y sus ministros ha seguido en aumento, a pesar de los consejos sinceros de gente inteligente, como el P. Baeza al Sr. Paíno [Pichardo], y contra las promesas repetidas de dar un corte a eso, tenemos: a) La destrucción de la maravillosa obra del Patronato San Rafael. b) Expulsión de sacerdotes y religiosos, sin que los superiores sean notificados de las causas. No dejarlos volvel~ c) Hospitales sin capellanes y asilos de ancianos, a los que les faltan los consuelos supremos de la religión. ¿Y su salvación? d) Exclusión de sacerdotes en escuelas privadas y públicas. e) Y resumiendo todo, la campaña indigna e incivilizada de Radio Caribe, y repetida por el periódico La Nación. Esas calumnias groseras contra el Nuncio, contra los obispos de aquí, de Puerto Rico, de Venezuela. Esos insultos, día tras día, de chismes y cuentos indecentes: ese llegar hasta mencionar suciamente la madre de un Sr. obispo, llamándole "hijo de p." Eso no se hace en ningún sitio ni con un asesino, si se tiene la menor noción de educación. Yeso se ha hecho aquí, y yo mismo lo he oído y lo he leído. f) Amordazamiento de los defensores de la fe; se clausura Radio Santa María con fútiles pretextos, cuando tan fácil era haber avisado, pues se pecaba por ignorancia. No se puede explicar la doctrina de la Iglesia, la más tradicional, no teorías, porque enseguida se ven alusiones y ataques, y los hacen subir esos que están a sueldo para delatar; y claro, si no se mueven, se cree que no son dignos de seguir cobrando. De todo puedo dar datos bien concretos, bien conocidos por mí, pues de Palacio me mandaban esas informaciones, hasta que renuncié a este privilegio. g) Se violenta de la manera más terrible la conciencia de los fieles, como está pasando estos días, en que, aquí mismo en San Cristóbal, y así en otros sitios, se ha escogido con malicia satánica a los mejores católicos para que protesten contra los Sres. obispos, sin que se sepa a ciencia cierta por qué hay que protestar; sólo porque lo dice la prensa controlada por el Gobierno. Y se les da ya escrito lo que han de decir. Se obliga al pueblo a asistir a esos mítines, como yo mismo lo sé de cierto, pues en algunos, bastantes centros oficiales, se pasaba lista

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antes del mitin, y hasta se les llevó en fila para que no faltase nadie, y ya se sabe, so pena d~ represalias si faltaban. Y se pide en las oficinas oficiales contribucio:n'es para seguir protestando contra los legítimos pastores de almas. ¿Y qué remedio queda sino contribuir? ¿Es eso libre? Yo creo que no, y otros muchísimos creen lo mismo. Todo esto y mucho más está ya obrando los efectos perniciosos que yo quise evitar con mi moderación, que no fue escuchada. ¿Cuál es la reacción? Mucho más terrible de lo que ustedes se imaginan, y creo que el mismo Jefe no sabe ni la milésima parte de lo que sucede en contra de su misma persona. Yo, que recibo a tanta gente en mi oficina, porque vienen implorando la caridad de una limosna, un trabajo, una recomendación, una carta al Generalísimo, puedo dar testimonio de que las cosas están cambiando en peor en todos los planos de la sociedad: a) Los religiosos: Esto es una injusticia; no seremos todos unos santos, pero no hay derecho a que se nos trate así. Pero, que sepan arriba que el Papa está pidiendo 50,000 sacerdotes para América. Si nos echan de aquí, lo lamentaremos por el buen pueblo dominicano que obra en contra de nosotros porque le obligan; eso lo sabemos y nos lo dicen. Pero saldremos camino de otras nacion~s donde, por lo menos, no nos han de calumniar de la manera más vil, como aquí ahora se hace. Ni tenemos bienes que perder tampoco. b) Los eclesiásticos nativos: ¿Qué remedio nos queda sino callarnos? ¿Para que se tomen venganzas terribles contra nuestros mismos padres, hermanos y sobrinos de lejano parentesco? Si no se nos expulsa de nuestra querida Patria, mandándonos a hacer unos cursillos en el extranjero, nueva fórmula de expulsión. Saben la injusticia que se comete contra sus compañeros extranjeros, y les repugna; pero tiene sus bocas amordazadas. c) El pueblo sencillo, y el no tan sencillo, de profesionales: Yo mismo he oído decir "¡Esto es una tiranía, que ni en Rusia!" "¡Aquí hace falta un Fidel que haga justicia!" "Mejor sería que se lo llevara todo el diablo". Que se pregunte a los misioneros, y dirán lo que han oído y visto; aparte del testimonio que yo aporto de propia experiencia. d) En Roma, en Puerto Rico y España: Ya el P. Baeza las ha informado de la impresión horrenda que causa todo esto. Allí se publica todo lo que aquí se hace, y que aquí se tapa y se desfigura. Hasta puede ser que allí se aumente a través de las lupas de los exiliados y de los ren-

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Antología de dOClll1lelltos

corosos. Puede ser. Pero cada exiliado a la fuerza, ¿qué quieren ustedes que diga, que se convierta en apologista de esta situación? ¿Y qué cosas pueden decir los que han visto y sufrido los asaltos en San Juan de la Maguana, en La Vega, la voladura del seminario de Santiago, los robos, etc., y del sacerdote traído en un jeep maniatado como si fuese un gangster? En vez de arremeter contra el que mandó esa noticia, mejor hubiese sido probal~ si era posible, que esa noticia era falsa. Y después de publicarse por ahí todas esas barbaridades, se preguntan asombrados: ¿Y ese era el que aspiraba a Benefactor de la Iglesia? ¿Y todavía siguen arrancando firmas pidiendo ese título? 3. En Norteamérica. De persona de todo crédito, que ha viajado últimamente por ese país, he sabido la misma impresión terrible de verdadera repugnancia: ¡Qué esto suceda en América, la democrática América! ¡La que nosotros ponemos como modelo de las naciones viejas! No es extraño que por ahí se diga, no sé con qué fundamento, que Kennedy está hastiado, como católico y como americano, de la situación de fuerza y represión que reina en este trozo de América. Y hay quienes dicen que el presidente del Norte piensa ahora cambiar de ruta. Antes se movió contra la República Dominicana para llegar a Cuba. Ahora quiere moverse contra Cuba, para al día siguiente moverse lo mismo contra la República Dominicana. Y se añade que si en la primera parte de su nuevo rumbo tiene dificultades, en la segunda tiene a toda la América de su lado, como ya antes se demostró en Costa Rica; yeso que entonces la situación era la sombra de lo que es ahora. RESUMEN: He seguido, bajo mi punto de vista las dos corrientes que confluían hacia Trujillo, queriendo cooperar con él. Predije, sin aspirar a profeta, que por ahí se iba mal y en contra del mismo Trujillo. Los hechos, creo que confirman mis temores; y los que creían hacer un favor al Jefe, le han hecho y le están haciendo el mayor mal que se podía imaginar: pérdida de fe en él y en su sinceridad, pues todo el mundo asocia Radio Caribe y otros medios de publicidad y represión con su misma persona. Y lo lamento profundamente, pues conozco la historia de antes del año 30; conozco bastante bien lo que ese hombre ha hecho por su patria; y miro con temor todo cambio de gobierno, pensando en lo que sucedió en España (monarquía-República), en Cuba (Batista-Pidel); en Italia (Mussolini-comunismo e izquierdismo desorbitado); y algo semejante en Colombia y en Venezuela. Pero me queda la conciencia tranquila de que he ha-

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La sumisión bien pagada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

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blado siempre la verdad, aunque resultase amarga; de que he propugnado procedimientos que nunc'il; hubiesen conducido a donde hemos llegado. Y ruego a Dios, en cuyas manos pacientes estamos todos, gobernados y gobernantes, que bendiga a esta tierra querida dominicana. CONTRARRÉPLICA: El Lic. Uribe mencionó la falta de interés del vaticano en solucionar los problemas que se presentaban; y me recordó una carta que yo mismo le había escrito a Mons. Samoré, poniéndole en aviso de la tempestad que se acercaba; la cual ni fue contestada. Y así otros escritos oficiales. RESPONDÍ: Ciertamente eso mismo, y el caso de Mons. [Alfredo] Paccini, lo lamento muchísimo, y por eso pedí mayor atención a estos asuntos. CONTRARRÉPLICA: Por lo menos, ¿por qué no sacan a Mons. Reilly, yanqui, que no le queremos por yanqui? RESPONDÍ: Porque esa no es razón, y menos después de las calumnias que Uds. han lanzado contra él. Cualquiera podría creer que le retiraban porque se tenía eso por verdad. APÉNDICE. 1. Problemas creados a la Iglesia sin necesidad alguna: La cuestión del título de Benefactor de la Iglesia. Desde el principio se aconsejó se llevase eso a través de los Sres. obispos. No se hizo caso, y se lanzó una campaña bullanguera popular, cuya sinceridad ya es de sobra conocida, para presentar a la autoridad eclesiástica un hecho consumado: el clamor popular. Los obispos dieron su respuesta. Y, sin embargo, continuó la campaña enfrentándolos con el pueblo, como si estas cosas fueran un juego político, dejando mal parada la legítima autoridad de los prelados. No hay quienes piensen, tal vez mal pensamiento, que la situación actual ha sido casual. Muchos piensan que la persecución actual no es más que un acto de venganza porque los obispos no se doblegaron en esto. Y la gente se dice: "¡No hay derecho a esto!". 2. Sobre la reunión de conciliación de los obispos con el Generalísimo. Algunos se mostraron reacios a esta reunión, porque habían perdido la fe en la sinceridad de las palabras y promesas. Pero se reunieron y fueron a Palacio. Yo personalmente me tomé la libertad de sugerir que se conviniese entre las dos partes en no dar publicidad al asunto; y sobre todo en que no se publicase ninguna nota sobre la reunión, ni comentario por ninguna de las dos partes, sin que fuese aprobado por ambas. Los Sres. obispos, por delicadeza, no aceptaron esta sugerencia. Y a los pocos días salió en la radio y en la prensa una relación en que los obispos

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aparecían como que habían ido a Palacio a pedir perdón, y a confesar que muchos eclesiásticos habían delinquido metiéndose en lo que no les llamaban. No fue eso, ni mucho menos. Y naturalmente el fnlto que se deseaba de aquella reunión, tan arduamente conseguida, se malogró por culpa de los que redactaron aquellas notas. 3. Sobre la expulsión de obispos extranjeros. Aquí expresé que esa campaña tan anticatólica y tan indigna, era perjudicial, pues desunía al pueblo, y añadí que era del todo innecesaria. Di varios ejemplos, V.g. Mons. Pittini, retirado de su cargo, Mons. [Felipe] Gallego retirado y sacado de la República, por orden de la Santa Sede, y para eso no hizo falta insultos, ni sacar trapos sucios a la calle, ni movilizar el pueblo. Se informó a Roma, se probaron los cargos, y la Santa Sede, que no tapa maldades ni las niega si son verdades, tomó carta en el asunto. Y todos contentos. 4. Sobre el cambio de obispos extranjeros por nativos. Eso tampoco es motivo de manifestaciones ni mucho menos de repudios y mítines. Nunca se hacen esas cosas para eso. El primero que lo desea es el mismo Pontífice, como se puede ver en toda la historia de la Iglesia, y cuan· do hay elementos que reúnen las debidas condiciones, se hacen siempre dignidades nativas. Pero querer arrancar eso a Roma a la hIerza POI" amenazas e insultos, es un error o una ignorancia grave de procedi· mientas. 5. Ahora se acusa al clero de meterse en política. ¿Pero es que se han quemado los archivos del Caribe en donde consta cómo en tiempo de Paulina Álvarez se estuvo pidiendo al P. Posada [que] formase un partido político para mantener el fruto, en concreto, de las provechosas misiones del P. [Antonio] Sánchez, y que siempre se rechazó esa idea? ¿No hablan las historias de América de sacerdotes que han merecido el título de Padres de la Patria? Tal vez convendría especificar: Se quiere la intervención de los curas en cierta política, pero no en otra. Yeso es hablar para entendernos ADDENDA: Me preguntó el Lic. Uribe: ¿Por qué echan de Cuba a los jesuitas? (Pues se había consultado a la Presidencia sobre la posibilidad de traer algunos acá, como se nos había ofrecido anteriormente). RESPONDO: Se expulsa a los extranjeros por la misma razón que aquí. Exponen en Cuba la doctrina cristiana, y porque no coincide con la doctrina de Castro, se les echa. Y con los nativos harían lo mismo, si no tuviesen otros recursos más eficaces, como es tomar represalias con sus allegados.

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losé Luis Sáez, 5.1.

La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

357. Carta del P. Ángel Arias, SJ. al generalísimo Trujillo informándole de su charla con el Secretario de la C.

Pr.~s.idencia

(San Cristóbal, 10 de mayo de 1961)

APA.lnstituto Politécnico Loyola 1 (1958-1964), N° 43, f. 1.

Excelentísimo Señor: Cuando hace ya bastante tiempo se me remitía todos los días lo que le transcribía a V. E. la Dirección de Telecomunicaciones, captado de las radios extranjeras, se me dijo que todo eso le interesaba vivamente a V. E. a pesar de que muchas informaciones no eran más que insultos o mentiras. También recuerdo haber oído que en su destierro, el ex rey de España Alfonso XIII se lamentaba de que sus allegados no le hubiesen descubiel1:o a tiempo toda la verdad de la situación de la nación; de que a título de favor le hubiesen ocultado muchas cosas que se decían y hacían; y que le hiciesen creer que toda la nación estaba con él porque los niños de las escuelas le saludasen moviendo sus banderitas o porque presenciaba nutridos y vistosos desfiles de un pueblo, que a los pocos días iba a desfilar absolutamente lo mismo en honor a la República. Recordando esto, y creyendo hacerle a V. E. un servicio de buen amigo, tuve el miércoles 3 de mayo una charla clara y detallada con el Lic. José B. Uribe sobre temas que juzgué de mucho interés y trascendencia. Seguramente que el Sr. Secretario de la Presidencia no se haya atrevido a decirle a V. E. todo, por temor a herirle. Yo estoy seguro que no se ha de herir, preferirá ahora lo que [no] le dieron a Alfonso XIII a tiempo. Pero si V. E. está interesado en saber lo que le dije, y lo que no pude decirle por falta de tiempo, le puedo proporcionar copia de todo; en este caso sírvase decirme cómo hacérsela llegar a sus manos directamente, v. g. por medio de un emisario personal, pues me temo que de ir por la vía ordinaria se lo resumen o se lo mutilen con la mejor intención del mundo. y creo yo, que no es eso lo que en este caso le gusta a V. E., sino que se le informe de todo, sin que yo, por supuesto, crea todos esos rumores. Aprovecho la oportunidad para reiterarme sinceramente s. s. (fdo.) ÁNGEL ARrAs, S.J. Rector

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Al1tología de documel1tos

358.

Respuesta del Subsecretario de la Presidencia, a nombre del Generalísimo, al P. Ángel Arias, S.f. (e. Trujillo, 17 de mayo de 1961) ¡bid., N° 43, f. 2.

Reverendo padre: En cumplimiento de las elevadas instrucciones del generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Malina, Excelentísimo Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, aviso recibo y doy respuesta a la carta de fecha 10 del mes en curso que Su Reverencia se dignó dirigirle en circunstancias inusitadas. Aunque resulta de todo punto extemporánea la alusión que su Reverencia hace al Rey de España, don Alfonso XIII, a quien hubo al fin de coronar la ingratitud de aquellos a quienes había favorecido, Su Excelen· cia ha pasado por alto esas menciones y ha tenido la oportunidad de con· versar sobre los móviles de su visita con el Secretario de la Presidencia. Como resultado de esa peculiar entrevista suya, Su Excelencia ha conversado sobre el asunto con el Señor Presidente de la República, ya que, como Su Reverencia no ignora, el insigne líder de los dominicanos no ejerce las funciones del Poder Ejecutivo. No obstante la circunstancia de que la elevada investidura que ostenta Su Excelencia no emana, como en las monarquías absolutas, de la divinidad, sino de las convicciones legítimas del pueblo dominicano, siempre ha estado indinado a la tolerancia para con aquellos que han podido titularse sus amigos. Su Excelencia me encarga expresarle que todo cuanto Su Reverencia desee comunicarle, por delicado que sea, puede hacerlo por el mismo conducto por el cual se dignó enviarle la carta citada. Atentamente le saluda, Cfdo.) ARMANDO OSCAR PACHECO Subsecretario de Estado de la Presidencia

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359.

Respuesta del P Arias, SI, a la anteríor del Subsecretaría de la Presidencia (San Cristóbal, 18 de mayo de J?6l) c. ¡bid., N° 43, f. 3.

Mi distinguido y apreciado amigo: Mis ocupaciones me impidieron felicitarle cuando Ud. fue nombrado para ese cargo de gran confianza. Pero al ver hoy su firma en el documento N° 7786 que acabo de recibir me llené de alegría, como si estrechase la mano del amigo inolvidable. En cuanto al contenido de la misiva que Ud. firmó, ahora que estamos en furor de repudios, yo le rechazo de arriba abajo. Es la segunda vez en poco tiempo que se quiere ver faltas de consideración en mis actitudes, cuando bien sabe Dios -que es quien me interesa sepa mis móviles-, que jamás he pretendido igualar [las] situaciones históricas que cito. ¿Cuándo se ha hecho semejantes cosa con una comparación que usen los oradores, o los poetas? Hay que buscar el punto de contacto, pero jamás una identidad de cañamazo punto a punto. Eso no es comparación, eso sería identidad, y jamás lo he pretendido. Dios sabe que aprecio a Trujillo, que le he defendido cuando ha sido necesario, que he ponderado su obra, y sobre todo Dios es conocedor cómo he servido a la Patria, formando sus jóvenes, sin esperar recompensa alguna de ningún género en la tierra, sin aceptar los cheques que se me ofrecieron cuando fui consejero religioso, oficio del Poder Ejecutivo; hasta perder la salud en esta querida tierra. Sin poner término a mi jornada de trabajo, clavado en mi oficina sin días de vacación ni semanal ni anual. Y esto se me pagó con el escrito hoy recibido, cuando no he pretendido más que hacer lo que hace todos los días el coronel C. Saladín que le manda al Jefe lo que se dice por ahí, sin que él, por supuesto, lo crea. No quise hacer más. y no hago más tampoco. Por supuesto, el escrito ofrecido no lo mando por la vía que se me recomienda, pues es una especie de confesión, y ésta no se hace por correo. Quiera Dios que todos los amigos del Jefe lo sean tan sinceramente como yo, o más; que busquen su bien de 'él, como yo lo he pretendido; que le digan siempre la verdad, aunque amarga, como ha sido mi única intención. y para Ud. personalmente un sincero y cariñoso abrazo. Su amigo, (fdo.)

ARrAs, S.J. Rector

ÁNGEL

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Antología de documentos

360.

Relación dd P. Gabrid Maduro sobre los hechos ocurridos en la parroquia del Santo Cura de Ars (c. Trujillo, 1 de junio de 1961) 0

o.ASD. Colección E. Pérez Sánchez: Papeles del Senado (1955-1961), N') 25.

A eso de las ocho de la noche, próximo ya a finalizar los cultos, mientras estaba yo en la iglesia confesando, se me avisó que un hombre había entrado en la Casa Curial y que había subido a la planta alta de la misma. Terminados los cultos, mandé a decir al que había subido, que bajara a la oficina. Se me informó que la persona que había entrado era Huáscar Tejera, cosa que extrañé, ya que el referido señor sólo era para mí un conocido de vista. En la oficina de la Casa Curial, me pidió Tejeda que le dejara dormir aquella noche allí, cosa que negué rotundamente. A todo esto, yo no sabía de que se trataba, él sólo me dijo que estaba metido en un lío. Todo esto sucedió en el espacio de unos diez minutos. Mientras estábamos en la oficina, llegaron dos agentes de seguridad, quienes parece que le venían persiguiendo, y se lo llevaron preso. Pasada una media hora, poco más o menos, vinieron a buscarme dos señores para invitarme a dar unas declaraciones al Jefe de Seguridad. Acompañado del padre Bernardo Lora, quien estaba hospedado en la Casa Curial, me dirigí con los referidos señores a dar las requeridas declaraciones. El padre Lora no estaba en casa en los momentos del acontecimiento; tan pronto llegó, le informé lo sucedido. Al llegar a la oficina de Seguridad, no estaba allí quien debía recibir las declaraciones. Entonces fuimos conducidos los dos padres al Palacio de la Policía Nacional. Allí, tras un rato de espera, fuimos conducidos a la planta baja y quedamos presos. Un poco más tarde llegó al lugar en que estábamos los dos padres, el Coronel Jefe de la Policía Nacional, acompañado de otros oficiales, a quien referí lo acontecido. El referido coronel indicó que el padre Lora podía marcharse, y a mí se me dijo que yo recibiría a unos periodistas. Entrevistado por los periodistas, referí nuevamente los hechos acontecidos. Preguntado por el redactor si yo había escondido a Huáscar Tejeda, contesté que de haber sido así, no hubiera extrañado el que se hubiera refugiado en la Casa Curial. Desde entonces permanecí preso en el Palacio de la Policía Nacional. El día 6 en horas de la tarde, hice las debidas declaraciones ante el Fiscal. El día 7 por la tarde fui trasladado a la Penitenciaría Nacional de La Victoria,

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjillo

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donde estuve hasta el día 9 por la mañana. Ese día fui conducido a la oficina de Seguridad donde e~p.eraba el Procurador General de la República. Desde ahí fuimos a la Secretaría de Interior y Culto, y luego al Arzobispado. El titular de la Cartera explicó que el Señor Presidente de la República, acogiendo las recomendaciones del general Trujillo hijo, había dispuesto que yo quedara bajo la custodia y protección del Arzobispado. (fdo.)

PADRE

GABRIEL

MADURO

361. Fragmentos del elogio fúnebre del presidente Joaquín Balaguer en el funeral de Trujillo (San Cristóbal, 2 de junio de 1961) Joaquín Balaguer, La palabra encadenada, Santo Domingo, 1975, pp. 175-180.

He aquí, señores, tronchado por el soplo de una ráfaga aleve, el roble poderoso que durante más de treinta años desafió todos los rayos y salió vencedor de todas las tempestades. El hecho horrendo consterna nuestro ánimo y estremece con fragoroso estrépito de catástrofe el alma nacional. Para el gran caudillo a quien ahora nos disponemos a entregar a la tierra para que ella reciba como una madre sus despojos mortales, ha llegado fatalmente ese momento supremo. Sea cual sea, señores, la actitud de la posteridad ante su obra y ante su memoria, desde ahora podemos afirmar que el nombre de Trujillo está grabado para siempre en el material que el tiempo respeta y que es capaz de transformarse pero no de perecer en la sucesión de las generaciones. ¡Qué grande hombre fue Trujillo y cómo se proyecta su estatura de prócer sobre la historia dominicana! Fue humano, demasiado humano muchas veces, pero sus mismos errores merecen nuestro respeto porque son hijos de su pasión desvelada por el orden y del concepto mesiánico que tuvo de su misión como hombre público y como conductor del Estado. Su fe religiosa, por ejemplo, permaneció incólume a pesar de todas las apariencias, y el último de los pensamientos que dejó escrito de su puño y letra y que entregó a uno de sus secretarios particulares el mismo día de su muerte para la preparación de un discurso que se proponía pronunciar en la ceremonia inaugural de un templo adventista, pone en evidencia esa condición inseparable de su carácter irretractablemente fiel a sus sentimientos cardinales. El pensamiento está concebido así, y revela

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que el mismo día de la catástrofe ya el grande hombre tenía un presentimiento trágico de su destino: "Estoy convencido de que todos los cristianos tienen las mismas oportunidades y los mismos privilegios ante Dios. Para confirmarlo hago referencia a aquella frase de Jesús: Yo soy el Camino, La Verdad y la Vida; el que crea en Mí, aunque esté muerto, vivirá". Recuerdo que en una ocasión inolvidable me dijo con cierto timbre de emoción en la voz: "Yo pienso siempre mucho en los muertos". Con el pensamiento puesto en sus hijos, solía decir muchas veces: "El trabajo es lo que más acerca el hombre a Dios". Su entusiasmo por las condecoraciones y su afición a los títulos y a todo lo que es pompa teatral en las implacables luchas del podel~ no respondió en el fondo a un simple sentimiento de vanidad, como muchos creyeron, sino que fue uno de los recursos de que se valió este artista de la política, conocedor profundo de la psicología de las masas, para sugestionar las multitudes y para influir sobre la imaginación de los hombres con todo el prestigio de su fuerte y desconcertante personalidad. Al mismo tiempo que un hombre que tuvo una confianza ciega en Dios y en el destino, Trujillo fue fundamentalmente bueno. Bajo su pecho de acero latía un corazón inmensamente magnánimo. Sólo una voluntad granítica como la suya pudo resistir, sin caer en excesos imperdonables y en venganzas inútiles, el cúmulo de asechanzas insólitas, de delaciones infames y de insinuaciones perversas que llegaban a diario, al través de algunos de sus colaboradores, hasta la mesa agobiada de problemas de este dominador de la fortuna. Querido Jefe: hasta luego. Tus hijos espirituales, veteranos de las campañas que libraste durante más de treinta años para engrandecer la República y estabilizar el Estado, miraremos hacia tu sepulcro como hacia un símbolo enhiesto y no omitiremos medios para impedir que se extinga la llama que tú encendiste en los altares de República y en el alma de todos los dominicanos. La tierra de San Cristóbal, la misma en que bebiste 'por primera vez el agua de tus ríos natales, te será siempre propicia y en ella hallarás al fin el descanso que te negó la vida, a ti, batallador incansable que mataste el sueño y que no conociste la fatiga. No eres ya el adalid beligerante que fuiste hasta ayer. Ahora, transformado por los atributos que confiere el misterio a los elegidos por el sueño de que no se despierta, eres un ejemplo, un penacho, un índice que nos señala el rumbo a seguir desde la infinita lejanía de lo desconocido. Que Dios te reciba en su seno y que tus restos perecederos, al transmutarse más allá de la tumba en vigor espiritual y en materia impalpable, contribuyan a vivificar la tierra que tanto

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(1930-1961)

amaste para que la conciencia de la patria se siga nutriendo con la cal y con la energía de tus hue~9s en la infinitud de los tiempos.

362.

El Obispo de Santiago anuncia a R. Paíno Pichardo, Secretario de Interior y Culto, la celebración de exequias por el generalísimo TrujiUo (Santiago, 6 de junio de

1961) "Obispo de Santiago dispone solemnes funerales por líder", El Caribe Ce. Trujillo, 7 de junio de 1961), p. 1, col. 4.

Excelencia: Profundamente apenado por la trágica muerte del generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, me dirijo a usted para que, por su intermedio, expresar mi más sentida condolencia al Excelentísimo Señor Presidente de la República y a toda la familia Trujillo, especialmente a la viuda e hijos del ilustre desaparecido. Hoy mismo he ordenado la celebración de solemnes funerales en todas las parroquias de la diócesis para el jueves 8, a las 9 a.m. Puedo asegurar a S. E. que por noticias fidedignas sé que ya muchos sacerdotes hemos celebrado misas privadas por el eterno descanso de quien en vida hizo tanto bien a la Iglesia en nuestro país, y pidiendo luz para los que han de continuar la dirección de la cosa pública. Saluda muy atentamente al Señor Secretario de Interior y Culto, PaLANCa, Obispo de Santiago de los Caballeros HUGO EDUARDO

363. Circular del Arzobispo Coadjutor de Santo Domingo al clero y fieles, sobre el funeral por el descanso del generalísimo TrujiUo en la Catedral y demás templos (G Trujillo, 7 de junio de 1961) "Arzobispo ordena celebrar funerales por alma de líder", El Caribe CC. Trujillo, 7 de junio de 1961), p. 1, col. 3.

Venerables hermanos y amados hijos: La trágica muerte del generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Malina, Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, debe apremiar nuestras oraciones y sufragios al Padre nuestro que está en los cielos y a la

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Antología de documentos

Mádre de los dominicanos, la Virgen de la Altagracia, por el eterno descanso del ilustre desaparecido. Como católico, era miembro del cuerpo místico de Cristo, de donde nace nuestra obligación de interceder por su alma ante el trono del Altísimo, por medio del Redentor, siguiendo el ordenamiento de la caridad y ele la misericordia propias del cristiano. De su mano, la Patria y la Iglesia Santa recibieron innumerables beneficios; motivo éste muy señalado, para que cumplamos con nuestras oraciones, el deber de la gratitud. A este fin, acogiendo y haciendo nuestra la decisión del Gobierno Nacional de que se celebren funerales por el eterno descanso de su alma el próximo jueves 8 a las 9 de la mañana, disponemos que, en la Santa Basílica Catedral Metropolitana, en las parroquias e iglesias rectorales de la ciudad y de la Arquidiócesis, se celebre la misa solemne de réquiem. Mientras tanto, como pastor de vuestras almas, os dirijo un ardoroso llamamiento para que procuréis contribuir, especialmente por medio de la fervorosa oración, al disfrute de la concordia y de la paz, de la unión y de la fraternidad entre todos los dominicanos según el mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo que leemos en el Evangelio de San Juan (13, 34) "QUE OS AMÉIS UNOS A OTROS, COMO YO OS HE AMADO", manclamiento que es el fundamento de la caridad, "VÍNCULO DE LA PERFECCIÓN" (S. Pablo, Col. 3, 15), que caracteriza a nuestra santa maclre la Iglesia Católica. Que vuestras oraciones, también en este sentido, suban al Señor para que, según el anhelo del santo padre Juan XXIII, desciendan sobre "el dilecto pueblo dominicano y sobre quienes tienen la responsabilidad de su suerte, las luces y bendiciones del cielo". Os saludo y bendigo en el Señor, A. BERAS Arzobispo Coadjutor Administrador Apostólico sede plena de la Arquidiócesis de Santo Domingo +OCTAVIO

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La sumisión bien pa_iJada La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

364.

Nota suministrada a la prensa por Rafael Paíno Pichardo, secretario de Interior y Culto, acerca de la d¡;;tención del P. Gabriel Maduro (C Trujillo, 9 de junio de 1961) "Autoridades eclesiásticas toman cura bajo custodia", El Caribe (e. Trujillo 9 de junio de 1961), p. 1, cols. 3-4.

La Secretaría de Estado de Interior y Culto informa que el Excelentísimo Señor Presidente de la República se ha dignado dar pleno respaldo a la magnánima solicitud que le hiciera el general doctor Rafael L. Trujillo hijo, jefe de Estado Mayor General Conjunto de las Fuerzas Armadas, a fin de que el padre Gabriel Maduro, de la parroquia Santo Cura de Ars, de esta ciudad, quien se encuentra inculpado de violación al Art. 248 del Código Penal, fuera puesto bajo la custodia de las autoridades eclesiásticas, mientras el caso sea ventilado definitivamente por la justicia. Dicho sacerdote estaba detenido en la capilla católica de la Penitenciaria Nacional de "La Victoria", en donde se le dispensaba el tratamiento establecido por el Art. XIII del Concordato existente entre el Gobierno Dominicano y la Santa Sede; pero en vista de las recomendaciones antes dichas y la resolución que en tal sentido dictaran las autoridades apoderadas del caso, el Secretario de Estado de Interior y Culto y el Procurador General de la República, hoy en la mañana han procedido a hacer entrega del aludido sacerdote a monseñor Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor, administrador apostólico sede plena y a monseñor Eliseo Pérez Sánchez, vicario general de la Arquidiócesis de Santo Domingo, a reserva de la sumaria correspondiente.

365.

Carta de condolencia del Obispo de La Vega al Secretario de Interior y Culto en respuesta a una anterior del funcionario (La Vega, 18 de junio de 1961) "Obispo de La Vega deplora muerte de líder dominicano", El Caribe (e. Trujillo, 19 de junio de 1961), p. 1, col. 3.

Honorable señor Secretario: Cumplo con el grato deber de llevar a su conocimiento que reposa en mi poder su atta. de fecha 9 de los corrientes marcada con el N° 9540. Aunque Su Señoría no esté esperando, tal vez, esta mía, por no juzgarla de rigor, yo me creo muy obligado a ello, para agradecerle de todo corazón la suma delicadeza que ha usado usted conmigo al transmitirme

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Antología de documentos

las instrucciones que el Excmo. Señor Presidente de la República se ha dignado impartir a esa Secretaría de Estado de su digno cargo. Así también quiero merecer de Su Señoría el favor de expresarle a Su Excelencia mis sentimientos de gratitud por la fina atencion que en esta oportunidad ha dispensado -sin merecerlo-, al amigo y servidor incondicional. Me ha satisfecho grandemente que tanto el Gobierno Nacional como los familiares del Ilustre Fenecido, Padre y Benefactor de la Patria e Insigne Bienhechor de la Iglesia, Q.E.P.D., se hayan percatado y persuadido bien del aprecio, estima y admiración altísima que siempre sentí por el amigo ido, y que ahora deploro su trágica muerte, y me asocio con mi clero y fieles al inmenso dolor que siente la Nación por su desaparición de esta vida, y me uno a las plegarias generales por su eterna dicha. Hago votos porque pronto, muy pronto, se restablezcan en todo su vigor, brillo y lozanía, las mejores joyas que hermosearon en un tiempo -¡feliz tiempo!-, su regia corona de estadista y gobernante cristiano, pero que hoy -¡oh, dolor!-, están opacadas por la insidia y perfidia de sus enemigos, que Dios perdone. Este -a mi juicio-, sería el monumento más valioso que hará imperecedera su memoria. Hago provecho de esta oportunidad para expresarle de nuevo a Su Señoría, mis sentimientos de la más alta consideración y estima. O.P.M. CAP. Obispo de La Vega

MONS. FRANCISCO PANAL,

366.

Carta del presidente Balaguer a Fr. Ángel Vizcarra, O.P., en Miami, sobre la situación política (e. Trujillo, 4 de julio de 1961) o. HEPB., loe. cit. N° 35

Distinguido padre y amigo: Recibí su amable carta del 27 de junio último, y me apresuro a agradecerle los cordiales términos vertidos en su comunicación citada. Las cosas se están encauzando en nuestro país en forma muy satisfactoria. Nuestras relaciones con la Iglesia Católica, que es la religión que profesamos en su inmensa mayoría los dominicanos, están normalizadas, y confío en Dios que ningún elemento nuevo perturbara esas relaciones en el futuro. No podría haber paz genuina sin una colaboración efectiva entre las dos potestades.

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La sumisión biell pagada La Iglesia domillicalla bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

Le recuerda siempre con el mayor afecto y le envía sus saludos más cordiales su muy obediente servidor, (fdo.)

JOAQUÍN BALAGUER

367.

Una reflexión de autor desconocido, bajo seudónimo, enviada aL matutino El Caribe (San Cristóbal, 11 de julio de 1961) c. APA. Instituto Politécnico Loyola 11: Correspondencia (1961-1964), N° 1.

LO QUE YO REPUDIO Soy un hombre cualquier de la calle; tan sin importancia, que ni siquiera aparezco en la guía telefónica. He leído que ahora se puede expresar libremente lo que se piensa, y como creo que otros muchos piensan como yo, pongo en letras lo que hubiese dicho de palabra en la gran asamblea del Partido, si me hubiesen concedido la palabra. Allí los oradores todos repudiaron lo mismo, y todos pidieron apoyo al Gobierno, unidad y disciplina. Yo hubiese hecho lo mismo, pero. hubiese añadido lo que ahora escribo. Allí se repudió a los que habían asesinado a Trujillo; a esos hombres que habían recibido todo de él, pero por no haber recibido más aún, no dudaron en emplear los mismos métodos selváticos que ellos reprochaban. El repudiar esto no tiene mérito especial; esto lo repudian todos, y ahí están esas sinceras lágrimas yesos ademanes de sincero dolor del pueblo sencillo; esos escritos de condolencia y tantos sufragios por al alma del desaparecido. Pero yo voy por otro camino, por el que otros no han querido entrar, sabe Dios por qué motivos. REPUDIO a los que hicieron posible este asesinato; a todos esos que prepararon el ambiente hasta el punto de que los conspiradores creyeron contar con la aprobación de un gran sector de la opinión pública. Y hasta dónde esto era cierto, ahora se ignora, porque al fallar "algo", todos sacan el cuerpo a las complicaciones. Y entre ellos los instigadores. YO REPUDIO a todos los que con su copioso dinero fundaron y sostuvieron a Radio Caribe, conscientes de la división que estaba metiendo en la familia dominicana. Algunos ya han pagado su delito. Y a los que premiaban con cargos públicos a esos difamadores o a sus más próximos parientes. Ahí está cierto visitador social, que lo que debería visitar es La

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Antologí<1 de documentos

Victoria, y quedarse de inquilino hasta pagar el mal que hizo con sus insultos, con sus groserías y con la traición a su propia conciencia, si es que algo le queda. YO REPUDIO a todos los calumniadores, los que insultaban por Radio Caribe en su etapa anterior, a los que azuzaban al pueblo contra sus obispos y sacerdotes, a los que encendieron el odio contra la Iglesia y sus dogmas. YO REPUDIO a todos aquellos que se prestaron desde lo más elevado del monte de la justicia a la charlotada carnavalesca del encausar, enjuiciar y absolver a los detractores públicos, como si no existiese un código penal para defender el honor y la vida de todo ciudadano. YO REPUDIO a los que tomándose una justicia inventada por ellos. robaban carros, volaban templos en construcción, quemaban iglesias, apedreaban casas curiales: a los que mandaban hacer, y a todos los que dejaban hacer, aunque luego se presentasen con caras de inocentes corderos. YO REPUDIO a todos esos hipócritas, que ahora se rasgan las vestiduras por la quema de una emisora, y antes quedaban impasibles al oír las incitaciones a linchar obispos y destruir sus humildes viviendas. YO REPUDIO a los soplones de oficio que para que se viese que hacían algo y poder seguir cobrando un sueldo de Judas, traicionaban a sus más íntimos amigos, con calumnias que ni ellos mismos creían; y repudio a los que inventaban planes estratégicos de la capital, y en cada sector ponían una célula inventada por ellos para seguir gozando de la triste fama, bien pagada, de grandes estrategas y defensores del pueblo, cuando debía decirse de sus cheques que cholTeaban sangre y lágrimas de seres inocentes. YO REPUDIO a esos otros que copiaron procedimientos de checas nazis o rusas a fin de alTancar confesiones que a ellos les interesaban; y a aquellos que cogían presos, y luego se desaparecían sin dejar rastro alguno. YO REPUDIO a los que promovieron el infame libro ¡Complot develado!, sabiendo que estaba plagado de calumnias, y que luego lo pusieron a la venta a un precio de abuso. Y repudio a los que sabiendo cómo andaba la economía nacional, sugerían congresos y ferias para halagar al de turno, y sacar ellos su ventaja, como es rumor general en voz baja. YO REPUDIO a los que eligieron a ciertos representantes del pueblo, y muerto Trujillo, no tenían palabras suficientes para insultarlos por demagogos. ¿Es que no los conocían o es que no los eligieron precisamente por eso? YO REPUDIO a los que alTancaban las manecillas a los relojes para convertirlas en flechas envenenadas y luego lanzarlas contra Dios y contra el diablo, dándoselas de pontífices, explicando al mismo Papa cómo había

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que entender el espíritu de Cristo: y al heroico franciscano de La Vega, cómo había que imitar la humildad de San Francisco. YO REPUDIO a los que no valían ni para malos clérigos: que no sabían más que decir Amén, y estar siempre de rodillas. Y repudio el que nuestro glorioso pabellón nacional sea paseado por el extranjero por caballeros de tan excelente reputación como John Abbes y Casanova Rubirosa. YO REPUDIO a esa prensa extranjera que ni respeta a un muerto, algo sagrado hasta para los pueblos salvajes. Que se goza echando cieno sobre el cadável~ cuando por allá se cubren de rosas los malvados que acaban en la silla eléctrica. ¿Por qué no sacan al viento lo que no hace mucho se publicó sobre senadores y oficiales del Gobierno? Todos esos incitadores y causantes del crimen estaban hartando al pueblo, el que sufría calladamente el alto costo de la vida por unos impuestos y por unas dificultades al libre comercio de sus productor, que ahora, al desaparecer por obra de los actuales gobernantes, se está viendo que eran innecesarios y, por consiguiente, un verdadero crimen. ¿Qué se ha hecho a los que recomendaron estas medidas abusadoras? Al buen pueblo no le quedaba más recurso antes estos señores de horca y cuchillo que rogar a Dios para que Él remediase lo que los hombres se empeñaban en perder. Para todos esos cómplices, el pueblo ahora pide un banquillo, no una banca en el Senado, en el Congreso o en la mesa presidencial del partido; para que respondan de que ellos hicieron; para que se les pida cuentas de sus desmanes, para que salga a la luz pública su táctica de disponer desde detrás de la estatua del Jefe, y el pueblo llegó a creer que los disparos venían de la misma estatua, y en legítima defensa, se llegó a desear la caída de la estatua, y cayó, dejando al descubierto los taimados que se escondían detrás. Y este mismo pueblo, ahora que tiene donde escoger, espera que la justicia se haga sin necesidad de pedir auxilio a la oposición que también viene a eso, a hacer justicia. Cuando sigo todavía hoy leyendo ciertos nombres en la prensa, me vienen a la mente aquellas sentencias divinas de Jesús: "Ay de vosotros, fariseos hipócritas, que matáis a los profetas, y luego los levantáis grandes monumentos", y podría añadir, "y luego asistís llorosos a horas santas y a responsos fúnebres y os ponéis un lazo negó en señal de profundo dolor. Ay de vosotros fariseos hipócritas". JUSTO ARANJUEZ

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368. Voto negativo del Can. Eliseo Pérez Sánchez, senador por Sánchez Ramírez, 1I la ley que creaba la medalla de mérito « 14 de Junio" para premiar a los combatientes contra las incursiones de Constanza, Maimón y Estero Hondo (e. Trujillo, 19 de julio de 1961) o. ASD. Colección E. Pérez Sánchez: Papeles del Senado (1955-1961), N" 26.

Señores Senadores: Mi espíritu cristiano, sacerdotal y dominicanista, que siempre deploró profundamente la tragedia de Luperón, Maimón y Estero Hondo, cuyas fértiles tierras o embravecidos mares se enrojecieron con la sangre pura de centenares de jóvenes dominicanos, hermanos nuestros todos, venidos de allá o estacionados aquí, con diferentes ideales, pero todos con los mismos derechos al suelo de la Patria, está conturbado, y sobre todo en este momento en que se ha querido poner borrón al pasado y abrir cuenta nueva al porvenir, según patrióticamente lo han demostrado el Excmo. Sei'ior Presidente de la República y el Honorable General Conjunto de las Fuerzas Armadas, al ofrecer amplias garantías constitucionales a todos los dominicanos exiliados, que quieran volver a la Patria, prometiendo a la vez el más decidido apoyo y seguro respaldo a todos los partidos políticos que se formen para ir a la lucha eleccionaria en los próximos comicios de 1962, parece inadecuado en el transcendental momento histórico que vivimos de unión y sana comprensión, crear una medalla de mérito denominada "14 de Junio" para galardonar a los que tomaron parte, de algún modo, en aquellas tristes jornadas que llenaron de luto y de lágrimas numerosos hogares en esta ciudad y en el resto de la República, y cuyo negro recuerdo deberíamos olvidar y detestar para siempre los dominicanos. Por tales razones, Señores Senadores, niego con toda el alma y con todo el corazón mi voto a esta propuesta legislativa, de ningún provecho para el país, ni de utilidad para nuestro conglomerado social. (fdo.) MONS. EusEo PÉREZ SÁNCHEZ Senador

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369. Palabras de adhesión pronunciadas por Mons. Pérez Sánchez en la sesión conjunta de las cámaras (e. Trujillo, 24 de agosto de 1961) o. ASD. ¡bid, N° 27.

Señores Congresistas: Complacido oí el brillante discurso con que honró esta mañana el Excelentísimo Señor Presidente de la República, Dr. Joaquín Balaguer; pero, con el alma destrozada de preocupaciones ante la amenazante y caótica situación política en que se encuentra envuelta la República y que, según palabras del ilustre gobernante, podría estallar en una exterminadora guerra civil, que llevaría a la patria a su ruina y a la muerte, si la cordura y una fraternal comprensión cristiana no nos mueve a deponer las pasiones políticas, a renunciar intereses encontrados y tratar de caminar todos juntos por el sendero de una mutua y patriótica comprensión y respeto a las convicciones individuales y a los ideales políticos colectivos. Por eso, consecuente con los ideales que me llevaron hace dos días a someter a esta honorable Cámara del Senado la propuesta de que se solicitara la valiosa intervención del Excmo. Señor Presidente de la República y de la Jefatura de Estado Mayor General Conjunto de las Fuerzas Armadas, a fin de que se respetaran los derechos ciudadanos y no se repitieran los atropellos sucedidos en esta capital, y las muertes injustificadas acaecidas en Santiago y Puerto Plata, garantizándose a la vez, las actividades democráticas dentro de un ritmo de orden, justicia y libertad: robustecidos mis ideales con las palabras del Primer Magistrado de la Nación, firmaré este documento de adhesión y solidaridad a las transcendentales declaraciones del Ilustre Magistrado, en la confianza de que se iniciará hoy una nueva etapa política de respeto y garantías ciudadanas que asegure días de paz y mayor tranquilidad a la República. (fdo.) MONS. ELISEO PÉREZ SÁNCHEZ Senador

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37O. Carta del Episcopado al presidente Balaguer sobre el deterioro de la situación política del país Ce. Trujillo, 28 de agosto de 1961) Documentos del Episcopado Donzinicano (1969), pp. 64-67.

Excelentísimo Señor: Cuando en el mes de junio pasado comenzaron a llegar hasta nosotros consoladoras noticias de que tanto el Gobierno Nacional como los hombres de los diversos matices políticos tenían la mejor impresión a favor del proceso de organización de un sistema de convivencia capaz de realizar una evolución completa que dejara satisfechos todos los intereses justos, y lograra un estado de comprensión, de mutuo perdón, de ecuanimidad, de justicia y de libertad, sentimos que nuestros corazones de padres y pastores se llenaba de esperanza, porque preveíamos un florecer permanente de la paz individual, social y política en nuestro país. Esta esperanza tenía fundamentos evidentes en las leyes, disposiciones y orientaciones dadas por el Gobierno que inició un admirable proceso evolutivo hacia un estado en que cabrían todos los ideales y anhelos y todas las realizaciones ordenadas al bien común. Al mismo tiempo, la conducta seguida por los miembros de la oposición fortalecía nuestra esperanza. Sin embargo, los penosos acontecimientos de estas últimas semanas, que hemos seguido con ansiedad, crearon un estado de alarma en nuestros corazones. Sucesos y palabras han exacerbado los ánimos. Las injurias y los hechos violentos han producido irreparables daños hasta llegar a la supresión de vidas, tronchadas en plena primavera. Estamos ciertamente convencidos de que la República puede ser conducida, sin riesgo, al disfrute de un orden de paz y de derecho por una senda progresiva de rectificaciones, si los esfuerzos aunados de todos así lo quieren. Pero si esos esfuerzos permanecen aislados y empeñados en una lucha de insultos, de odios, de violencias, de venganzas y de arbitrariedades, ciertamente el país caerá en el caos, en la miseria total, en la desintegración y, no hay duda de que las conquistas de la Restauración y hasta las glorias de la Independencia se perderían de nuevo. Confiamos que Vuestra Excelencia dará el valor justo a nuestras palabras que se fundan también en el clamor de madres y esposas que se nos acercan angustiadas por el derrotero gravísimo que está tomando el país con excesos que no pueden crear el bien común sino destrozarlo.

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Sabemos que, tanto el Gobierno como todos los dominicanos dignos desean un orden fundada·en la legalidad y en los derechos humanos. Que el Gobierno así lo desea, lo ha reiterado Vuestra Excelencia en las declaraciones hechas en el discurso que pronuncio recientemente en la sesión conjunta de las cámaras legislativas, discurso en el que hizo nueva invitación a la cordura y a la comprensión. Que todos los ciudadanos desean también ese orden, no es necesario reafirmarlo; basta escuchar el clamor que surge de todo hogar, y el clamor que proviene de todo el pueblo. Pero no son suficientes estos deseos y palabras. Es necesario que se remuevan obstáculos y se pongan todos los medios conducentes a ello. No obstante la excitación de los ánimos, abrigamos la esperanza de que el país podrá llegar a ese orden deseado, pero solamente por medios pacíficos. La colaboración fiel de las autoridades subalternas a vuestras legitimas orientaciones de respeto a la persona humana, asegurara el éxito pleno. ¡Creemos que todavía se está a tiempo de salvar la Patria! Quiera Dios que, en esta hora de gravísimas responsabilidades, todos y cada uno de los que tienen alguna autoridad no miren sus conveniencias personales y familiares, sino las necesidades y reclamos del pueblo; ni escuchen la voz de la ambición que les grita constantemente invitándolos a seguir rutas que conducen indefectiblemente a la ruina patria. Que todos oigan la voz serena y orientadora de la conciencia y el clamor del pueblo, que les señala la ruta del bien común, la de la comprensión, la de las grandes responsabilidades ante la historia, la ruta de la ecuanimidad propia de toda autoridad, máxime de las que ocupan los puestos señeros de la nación. El pueblo todo quiere la paz, la paz individual, la paz social, la paz política. Pero creemos que no se logrará esa paz hasta que no renazcan en todos los corazones la confianza mutua y el mutuo respeto; hasta que todos puedan confiar en la ecuanimidad, en la rectitud y en la justicia de las autoridades principales y subalternas; hasta que sean reconocidos plenamente los derechos humanos en beneficio de todos los hombres sin discriminación de ninguna especie. Abrigamos la esperanza de. que se logrará que al fin, todos: las autoridades, los dirigentes de movimientos políticos y civiles, todos los ciudadanos, se empeñen en una campaña de comprensión y de respeto que asegure la evolución de la República hacia las metas anheladas, por medios en que no se reiteren, en ninguno de los ambientes, roturas dolorosas. A este anhelado logro se llegará rápidamente si todos respetan las leyes establecidas y los derechos humanos; si en la palabra escrita u oral se abandona el lenguaje ofensivo de la dignidad humana y si, finalmente, las autoridades encargadas

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de conservar el orden público deponen radicalmente los procedimientos drásticos que ofenden la persona física y aun causan la muerte, procedimientos que, en lugar de apacigual~ exacerban los ánimos y despiertan sentimientos de rebeldía y de violencias populares siempre desastrosas. Os hemos escrito todas estas cosas con la autoridad y sinceridad que Nos da nuestra misión de paz, de fraternidad y de unión en medio de los hombres y especialmente nuestro sagrado deber de padres y pastores de todos los dominicanos. Os saludamos en Dios y en la Patria, A. BERAS Arzobispo Coadjutor Administrador Apostólico de Santo Domingo +OCTAVIO

+ HUGO E. PaLANCa Obispo de Santiago + FRANCISCO PANAL

Obispo de La Vega +JUAN FÉLIX PEPEN

Obispo de N. S. de la Altagracia +THOMAS F. REILLY

Prelado de S. Juan

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la Maguana

371. Un comentario noticioso denunciando a un agustino de San Cristóbal como supuesto violador de menores (c. Trujillo, 14 de septiembre de 1961) "Un hecho vergonzoso: ¿Qué medidas tomaran las autoridades eclesiásticas?", La Nación XXII:7515 (C. Trujillo, 14 de septiembre de 1961), p. 6, col. 3-5.

Hay cosas que avergüenzan decirlas por lo brutales e incivilizadas que son, pero que no deben ni pueden callarse porque el hacerlo sería contribuir a la acción criminal de quienes, desprovistos de dignidad humana y de caridad cristiana, las realizan. Y estos hechos son tanto más repugnantes y tanto más horribles cuanto sus autores se escudan cobardemente tras la sotana del eclesiástico.

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La sumisión bif11 pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

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Uno de estos hechos repugnantes ha sido denunciado a las autoridades -exactamente a la Comandancia de la 3 ra . Compañía de la Policía Nacional-o, por la señora Estervina Guerrero, residente en la calle 16 de Agosto, número 21, de San Cristóbal, la cual se querelló contra el padre Antonio Raid (SiC),25 después de haber sido informada por su hija menor Alida Celeste Guerrero, de siete años de edad, que dicho padre Raid la había convertido en objetivo de su sadismo y de sus bajos instintos en aquella y anteriores oportunidades. Según propia declaración, Alida Celeste Guerrero había ido a visitar a su amiga Carmen Isabel Martínez y hallándose ambas en el patio de la casa del profesor Laborda, del Instituto Politécnico Loyola, el padre Raid se la llevó de dicho patio, y despojándola de cierta ropa, dio rienda suelta a sus bajos instintos sexuales, afortunadamente no totalmente consumados, sino como satisfacción de la aberración sexual de dicho padre. De la declaración de la menor agraviada tan groseramente y con tanta cobardía se desprende que el hecho se había repetido anteriormente en varias ocasiones; pero Alida Celeste Guerrero guardó silencio, atemorizada por el padre Raid, el cual la amenazó con golpearla si decía algo, a la vez que dejarla de darle centavos. Pero la muchacha se decidió al fin a revelar a su madre lo que estaba sucediendo, cuando la acción pecaminosa, brutal e incivil del padre Antonio Raid fue sorprendida, en el domicilio del profesor Laborda, por la sirvienta de éste, Blanquita Astacio. Esta denuncia es de las que hacen enrojecer de vergüenza no sólo a las autoridades que las reciben, sino a todos los ciudadanos que sienten el pudor de la decencia y se rigen en sus vidas por los más elementales principios de la caridad cristiana. Por eso, ante un hecho tan bochornoso, cabe preguntar: ¿qué medidas tomarán las autoridades eclesiásticas? Sobre la naturaleza y la veracidad de los repugnantes hechos de que se acusa al padre Antonio Raid no cabe la menor duda. La calidad materna de la denunciante, notoriamente horrorizada ante la comprobada veracidad de lo sucedido, materialización de la aberración sexual de un miembro del clero, cierra toda puerta de escape a la tergiversación de la verdad. Por eso, a pesar de tratarse de una medida que también a nosotros nos avergüenza divulgar, creemos que es necesario hacerlo para evitar que con la impunidad y el silencio se estimule la comisión de hechos de esta naturaleza. 25 Parece referirse al P. Antonio Roy Caverni, O.A.R., nacido en Alagón (Zaragoza) el 12 de junio de 1878, y ordenado el 21 de septiembre de 1901, que aparentemente empezó su trabajo en el país en 1956 y era vicario cooperador de San Cristóbal en 1954. Cfr. R. Bello Peguero (ed.), Nombramientos eclesiásticos 11 (1991), p. 699.

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Quienes conocen lo sucedido han manifestado ya su indignación. Ahora corresponde a las autoridades eclesiásticas tomar medidas convenientes y oportunas. Sin olvidar que la verdad siempre trasciende y que es imposible tapar el sol con un dedo. Los agraviados piden justicia. También la pide el pueblo.

372.

Fragmentos de una carta pastoral del obispo de La Vega a su clero, religiosos y fieles, sobre la coyuntura política, con ocasión de la fiesta de la Inmaculada Concepción (La Vega, 7 de diciembre de 1961) C.

ARPA. Documentos varios Mons. Panal (1960-1961), N° 9.

PAZ Y BIEN Hijos muy amados en los sacratísimos corazones de Jesús y María. Bendita y alabada sea la Inmaculada Concepción de la Sma. Virgen María, patrona augusta de nuestra diócesis y de nuestra ciudad de La Vega Real. Sea por siempre bendita y alabada. Ya parece que han pasado los días más angustiosos quizás y tremendos de nuestra vida. Gracias demos a Dios sin cesar, porque ha sido tan justo y a la vez tan misericordioso con nosotros, ya que si es verdad que nos ha castigado fuertemente por nuestros muchos pecados personales y sociales, no lo es menos el que no ha sido tanto cuanto merecemos por los mismos, pues son de una malicia y gravedad inconmensurable ... infinita. Hoy ya celebramos jubilosos el paso de una larga y oprobiosa esclavitud, en la que todos tomamos parte de un modo o de otro, a una libertad humana, cristiana, propia de los hijos de Dios, a la cual todos así mismo estamos en el deber ineludible de cooperar en toda forma aceptable. Usando, pues, de esta santa libertad que dejo dicha, y dando oídos al apóstol San Pablo que nos manda, en nombre de Dios, a los obispos y sacerdotes con estas palabras de su Epístola 2" a Timoteo, Cap. 4, verso 2: "Predica la palabra, insiste con ocasión (buena, como esta) y sin ocasión, reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y doctrina". Usando, digo, de esta libertad de que ya gozamos, y obedeciendo al Señor en la persona de su apóstol, me dirijo ahora a vosotros todos, mis fieles queridos de la diócesis de La Vega, amigos y enemigos de la causa y principios católicos, a cualquier partido político o credo religioso, a todas las secciones existentes en nuestro suelo patrio y diocesano, a todos los que mandan con potestad u obedecen, a los que enseñan lo mismo que a los que aprenden, a todas las clases sociales: profesionales, estudiantes,

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me dirijo a vosotros para predicaras, reprenderos, rogaros, exhortaros cuando sea preciso en estos momentos difíciles y delicados, a fin de que logremos el bello ideal de una nación cristiana, como es y debe seguir siendo la nuestra: DIOS, PATRIA Y LIBERTAD CRISTIANAS. No vaya hablaros de política ni en tono político. Dios me libre. No me he atrevido antes, como tampoco ahora, ni en lo futuro con el favor de Dios. Pero, tened entendido, para no equivocaros con una mala interpretación, que la religión y la moral tienen puntos de contacto con la política, en razón de que los miembros de la sociedad política son los mismos que los componentes de la sociedad religiosa; y de que todos los hombres son capaces y aspiran al más alto bienestar espiritual y temporal, por todo medio licito y honesto, a cuyas aspiraciones y fin último nadie puede oponérseles lícitamente, como lo vienen haciendo comúnmente y en todas partes más o menos la baja política, dirigida por líderes de la peor calaña: comunista, atea, anticlerical, etc. La Iglesia Católica tiene el derecho y el deber sagrado -en virtud de su divina misión-, de juzgar acerca de la moralidad de todas las acciones humanas, sin excluir el terreno político, ya que las acciones políticas están comprendidas en el campo de la moral. Por tanto, es derecho y deber suyo ineludibles poner en conocimiento de los fieles católicos la compatibilidad o incompatibilidad con la doctrina y la moral católicas de ciertas corrientes o ideologías políticas, para que estos (los fieles católicos) no traicionen su fe y su conciencia, dando su apoyo moral y su sufragio electoral a partidos políticos que están en abierta contradicción con dicha doctrina moral, por falta de la necesaria advertencia. Esto no es en manera alguna intromisión de la Iglesia Católica o sus sacerdotes en política, como pensaran quizás -y ya lo han pensado muchas veces en el pasado-, los enemigos de la religión; es ciertamente una medida pastoral, cuyo único fin es la tranquilidad de las conciencias de los católicos y el bien de las almas, que nos pertenecen. Hay en nuestro país, amados hijos míos, diversas cuestiones de palpitante actualidad política rozantes con lo religioso, sobre las cuales multitud de fieles nuestros quieren, y lo necesitan, que la Iglesia Santa, maestra y guía de la humanidad, o sea sus ministros obispos y sacerdotes, les orienten cierta y seguramente en estos momentos de confusión y de congoja por los rectos caminos que conduzcan a todos al triunfo exitoso, que deberá culminar en el más halagüeña bienestar espiritual y temporal de que somos capaces por voluntad amorosa de Dios. La primera y principal cuestión que se nos propone a resolver para aquietar a los fieles católicos. ¿Deberé pertenecer a alguno de los partidos

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existentes en el país, y en caso afirmativo, a cuál de ellos se deberá pertenece en conciencia? La respuesta a esta pregunta primera es sumamente delicada y peligrosa, por la malicia destructora de los hombres; pero no tenemos más remedio que afrontarla con toda valentía, por la salvación de muchos, y hasta de la Iglesia Católica y de nuestra misma patria cristiana. Respondemos: Cuando peligra gravemente la una o la otra; mas cuando corren riesgo las dos juntamente, la Iglesia y la Patria, como en el caso actual, es de obligación grave de conciencia pertenecer a alguna de las agrupaciones políticas existentes, para lograr con nuestro voto y cooperación, conjurar el desastre que se seguiría de no prestarle nuestro valioso apoyo de todos los modos posibles. Inscríbanse, pues, todos los católicos que hayan llegado a la mayoría de edad, y en el mejor partido que haya en el país. Así lo exigen la Patria y la Iglesia de conjunto, y nos lo impone la conciencia; porque existe hoy, más que nunca en el pasado, el gravísimo peligro de que se confabulen contra ellas las fuerzas del mal, contrarias a Dios y a su Iglesia ya la patria cristiana, que nos legaron nuestros padres, y de que sobrevenga cosa muchísimo peor y más desastrosa que la próxima pasada. El mejor partido es el que los católicos están obligados en conciencia a inscribirse, no tiene nombre propio; pero si tiene razón de ser y finalidad altísima y noble como ningún otro: y tiene su líder, su programa, sus partidarios en número aplastante, Se denomina como quiera, pero es inconfundible con todos los demás. Es el partido que cuadra o viene bien a todo católico real, a todo cristiano que ama a Dios, a su Iglesia y a su Patria. El mejor de los partidos, así como el mejor de todos los candidatos a la Presidencia de la República Dominicana, será aquel que lo más mejor, se acerque a Dios, nuestro principio y ultimo fin. No es buena prueba de la buena calidad de un partido, de su moralidad y sus intenciones, el que algunos de sus miembros sean buenos, ni que gran parte de sus afiliados hagan romerías, visiten Iglesias alguna vez, carguen insignias religiosas, se hayan formado en centros religiosos, y hasta confiesen y comulguen alguna que otra vez en su vida; todo esto y mucho mas es fácil hacerlo para mejor engañar; pero sólo sus buenas obras, nada más, lo declararan y confirmaran en la verdad y en la estimación de las gentes, y le darán el triunfo final que todos anhelamos. La Iglesia Católica, maestra segura de los fieles que se acogen a ella, no ha condenado ningún partido oficial del país; no lo ha merecido que sepamos ninguno todavía, pero seguramente lo hará en el caso que cualquiera de los fundados o por fundar, de aquí o allí, se apartara de los principios

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cristianos o incurriera -Dios no lo permita-, en errores graves contra la fe, la moral, las buenas costumbres, las instituciones sagradas, etc. Yo os he predicado la palabra de Dios con cuanto os dejo dicho hasta aquí. Vaya continuar oyendo y practicando los mandatos del apóstol a los ministros del Señor Nuestro Jesucristo: "Reprende, ruega, exhorta con toda paciencia y doctrina". ¿De qué os vaya reprender, hijos míos muy amados? De seguro que tendrá que ser de algo no bueno, que es lo que siempre abunda y nunca falta en ningún ambiente humano. Con todo, ahora solo me vaya ocupar de lo más sobresaliente del momento político en que vivimos: en los hechos cometidos por las turbas callejeras desenfrenadas contra los que ellas juzgan culpables de algún delito, saqueándolas y destruyéndoles más o menos sus casas y propiedades, maltratándolos de diversas maneras, y acusándoles, entregándoles a la justicia, etc. ¿Por ventura lo que estamos viendo hacer ahora a la muchedumbre, compuesta de toda clase de personas, aun religiosas y muy católicas, no es lo mismo que lo realizado unos días antes por otras masas desenfrenadas, más o menos descreídas e imbuidas de groseros errores y doctrinas? Y sin embargo de que todos juzgamos lo de entonces como pésimo, queremos calificar lo nuestro de ahora como bueno y como santo. No lo es de ninguna manera. Malo es y recriminable por igual incendiar, saquear y destruir casas, propiedades, oficinas e iglesias, aparte la circunstancia agravante que hay en éstas por su carácter de cosas sagradas. Verdad es que Jesucristo, armado de látigo azotó y arrojó de la casa de Dios a los traficantes profanadores del templo; pero no hizo lo mismo en las sinagogas y viviendas de su enemigos, ni los maltrató de ningún modo, sólo los reprendió y echó en cara sus crímenes y pecados, porque como Dios que es posee la misma autoridad (sic). ¿Qué otra cosa más, amados hijos, estáis haciendo que sea reprochable delante de Dios, y que por tanto merezca nuestra reprensión? Estáis haciendo sí otra cosa muy mala, no solo ante los ojos de Dios sino a la vista de toda persona culta, educada, cristiana, de dentro y fuera de nuestro suelo. Estáis abusando hasta el colmo de la crítica, de la calumnia, de la maledicencia, de la mentira burda y del lenguaje más bajo, ruin y ofensivo que tiene el diccionario de nuestra lengua. ¿Acaso la sana moral, el cristianismo puro consienten esto en algún momento, por alguna razón legitima? ¿Contra alguna persona que aunque haya llegado a hundirse en el abismo de la desgracia y la depravación -es hijo de Dios nuestro hermano? Nunca será esto lícito, y sí lo será siempre recriminable, bochornoso, dañino, sobre todo para hijos, hermanos y discípulos ... ¿Queda algo más, amados míos, de que reprenderos? Si, me queda esto último muy sobresaliente, dejando a un lado algunas otras cosas de

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Antología de dOCllHlentos

poca monta. Entre las tropelías llevadas a cabo por las masas callejeras enardecidas, sobresale el hecho de haber destruido irreverente, despiadada y cruelmente todo recuerdo del extinto dictador dominicano en parques, plazas, escuelas, oficinas y hasta en las casas particulares de familia. ¿Cómo os parece que yo, representante de la Iglesia en la diócesis de La Vega, Padre espiritual de todos, buenos y malos, que he sufrido todas vuestras vicisitudes junto con las mías, como debo yo calificar este proceder de las masas estudiantiles que se ha desarrollado casi en toda la República? A la verdad yo lo calificaría de arbitrario, inmoderado y temerario. Tal ejecución, estimo yo, no corresponde a jóvenes imberbes ni a niños, sino a las autoridades nacionales o locales de cada institución, escuela, oficina, etc. Así como no intervinieron ellos, los jóvenes y los niños, en la colocación de nombres, tarjas, bustos, monumentos, etc., tampoco están llamados a tomar parte en su destrucción. Ya que todos más o menos, en una u otr,) ocasión contribuimos de buen o mal grado a instalarlos, a aplaudirlos y vitorearlos, aguardemos pacientes a que los retiren o destruyan quienes deben y pueden hacerlo mejor que nosotros. Ya voy a terminar esta carta de padre espiritual y paslor vueslro, que os he dirigido con el fin y propósito de procuraros en bien espiritual, el mayor de todos los que debéis aspirar y que yo os puedo brindar. Mas antes de acabar, permitidme que os haga una última y suprema recomendación y suplica. Ya hace seis meses que Dios Nuestro Señor, misericordioso y bueno, nos puso en camino de la libertad, lo más difícil que creíamos alcanzar, y sin embargo no hemos querido cooperar con el Señor a nuestra propia salvación de pueblo libre y soberano. Estamos uno contra otros, dirigentes y dirigidos, encaprichados en mezquindades, sin querer echar adelante en nuestra liberación total, y echando en olvido el Mar Negro que hemos atravesado por más de treinta años, y no tomando en cuenta el grave peligro que corremos de volver a lo pasado.

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Además de valerse de los dos volúmenes de la publicada por Emilio Rodríguez Demorizi en 1955, la presente cronología ha tomado en cuenta otras fuentes documentales} como la correspondencia oficial del Arzobispado de Santo Domingo (1930-1961), de los archivos históricos de la Compañía de Jesús (La Habana y Santo Domingo), algunos trabajos previos e incluso otras fuentes periodísticas no reseñadas por Rodríguez Demorizi, por razones obvias.


1930 23 de febrero Mediante un simulacro de revolución, dirigida por Trujillo, Rafael Estrella Ureña sale de Santiago hacia la capital para derrocar al presidente Horacio Vásquez, que al día siguiente se asila momentáneamente en la legación de EE. UU. 3 de marzo. Después de ser nombrado por el presidente saliente secretario de Estado de Interior, Rafael Estrella Ureña asume la presidencia interina de la República. 16 de mayo Con el apoyo de una coalición de partidos menores, resultan electos sin oposición Rafael L. Trujillo (presidente) y Rafael Estrella Ureña (vicepresidente). 6 de julio Mons. Luis A. de Mena presenta su renuncia al cargo de arzobispo coadjutor de Santo Domingo. 23 de julio El gobierno norteamericano reconoce por anticipado el gobierno constitucional de Trujillo-Estrella. 16 de agosto Los electos asumen oficialmente sus cargos frente al Parque Colón. Al tedeum en la Catedral asiste Mons. Adolfo Alejandro Nouel, arzobispo de Santo Domingo. 3 de septiembre Un ciclón, bautizado con el santo del día (San Zenón) destruye la capital y arroja un saldo de mil muertos y 4,000 heridos. 6 de septiembre Para administrar mejor las ayudas recibidas del cuerpo diplomático, Trujillo crea un Comité Dominico-Internacional de la Cruz Roja, bajo su presidencia. 25 de septiembre Mons. Nouel accede al deseo de Trujillo de traer a la capital la Virgen de Higüey para consuelo de las víctimas del ciclón. Protestas de los higüeyanos hacen cancelar el proyecto y sólo se hace recorrer las calles la imagen del templo de la AItagracia el 21 de enero del año siguiente.

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

1931 20 de febrero ", Presenta sus cartas credenciales Mons. Giuseppe Fietta, internuncio apostólico. 24 de febrero El Ejecutivo aprueba la ley que crea la Orden Heráldica del Mérito Juan Pablo Duarte para premiar servicios distinguidos a la Patria. 6 de marzo Trujillo somete a las cámaras el proyecto de ley que otorga personalidad jurídica a la Iglesia Católica y a todas sus instituciones dependientes. Se convertirá en Ley N° 117 el 20 de abril del mismo año. 20 de junio En supuesto enfrentamiento con fuerzas del gobierno, cae en las lomas de Mao el general Desiderio Arias. 27 de junio A la renuncia del arzobispo Nouel, asume el cargo de administrador apostólico sede plena de la Arquidiócesis de Santo Domingo, el Can. Florentino Armando Lamarche Marchena. 16 de agosto Trujillo recibe en la Catedral de manos del arzobispo Nouella Gran Cruz de la Orden Jerosolimitana del Santo Sepulcro. En el Teatro Capitolio de la capital se funda el Partido Dominicano, convertido poco después en partido único. 7 de diciembre Mientras estaba en Nueva York, un grupo de diputados acusa ante el Senado al vicepresidente Estrella Ureña de conspirar contra el Gobierno. Aceptada la denuncia, el Senado le destituye de su cargo. 8 de diciembre Después de una reunión con comerciantes y banqueros, Trujillo asume el mando de las Fuerzas Armadas. 1932 5 de enero La Asociación Nacional de Estudiantes Universitarios (ANEU), solicita al presidente Trujillo la autonomía de la Universidad de Santo Domingo. 25 de mayo Supuestamente por razones de salud, el presidente Trujillo traslada su residencia a San José de las Matas, y permanece allí hasta el 14 de diciembre.

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(Y Cronología histórica de las relaciones

30 de mayo Con motivo del 1ero Congreso de los Exploradores Católicos, fundados por el P. Eliseo Pérez Sánchez, el presidente Trujillo les dirige un mensaje. 16 de julio El Maestro de la Orden de San Lázaro de Jerusalén otorga a Trujillo la Gran Cruz de San Lázaro. 26 de septiembre A la muerte del Can. Armando Lamarche, la Santa Sede designa administrador apostólico al Can. Rafael C. Castellanos, cura de Puerto Plata. Asume el gobierno el día 12 de octubre.

1933 21 de enero Un discurso del Can. Castellanos en una "Revista Cívica" en Santiago provoca críticas en la prensa. 23 de febrero Durante la ceremonia de inhumación de los restos de Francisco J. Peynado en la Capilla de los Inmortales, el Can. Rafael Castellanos impone silencio a los aplausos que intelTumpieron el panegírico del presidente Trujillo. 10 de marzo Trujillo somete a las cámaras el reconocimiento de Mons. Nouel como arzobispo vitalicio de Santo Domingo. Se convertirá en ley el día 10 del mismo mes. 26 de mayo El Congreso Nacional confiere a Trujillo el rango de generalísimo. 17 de septiembre En el local del antiguo Palacio Episcopal (Santo Domingo) se inaugura el Colegio Dominicano de la Salle. 18 de noviembre Invitado a un banquete en honor de Tnljillo en el Palacio Municipal, el Can. Rafael Castellanos no asiste por razones de salud.

1934 21 de enero Esa noche fallece en el Palacio Arzobispal el Can. Rafael Castellanos, administrador apostólico de Santo Domingo.

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trtijillo

(1930-1961)

14 de febrero Asume el gobierno..de la Arquidiócesis de Santo Domingo el Can. Eliseo Pérez Sánchez. 30 de marzo Se anuncia el descubrimiento de una conspiración para asesinar a Trujillo en Santiago. 16 de mayo En un nuevo simulacro de elecciones sin oposición, resulta reelecto presidente Rafael L. Trujillo, acompañándole el Lic. Jacinto B. Peynado como vicepresidente. Asumirán el cargo el 16 de agosto. 16 de julio Mons. Nouel testifica públicamente que los restos depositados en la parroquia de El Seibo son los del general Santana. 13 de noviembre Mediante ley del Congreso (N° 778), Trujillo dona a los salesianos los terrenos para establecer una escuela de artes y oficios en la capital.

1935 22 de febrero Trujillo nombra a Mons. Nouel, arzobispo emérito de Santo Domingo, miembro del consejo de la Orden del Mérito Juan Pablo Duarte. 28 de febrero El gobierno de Trujillo envía al Arzobispado el borrador del contrato para la apertura de una misión fronteriza. 15 de abril El Arzobispado y el gobierno firman el contrato para establecer la "Misión Fronteriza". 10 de junio Fallece en la capital el diputado José Trujillo Valdés y sus restos se depositan en la Capilla de los Inmortales de la Catedral. 11 de octubre La Santa Sede designa el P. Ricardo Pittini, S.D.B., arzobispo de Santo Domingo. Será consagrado en la Catedral el 8 de diciembre de ese año. 29 de octubre A raíz del anuncio oficial del nombramiento, varios periódicos inician una campaña contra el nuevo arzobispo y la m<:lrginación del clero nacional.

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Cronología histórica de las reiaciotles

26 de diciembre Diez profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santo Domingo someten al Parlamento Noruego como candidato al premio Nobel de la Paz para 1936 al presidente Trujillo por su labor en pro de la paz y armonía entre Haití y la República Dominicana. 1936 11 de enero Entra en vigencia la ley que impone a la capital el nombre de Ciudad Trujillo. 21 de enero En la Mansión Presidencial recibe el bautismo de manos del arzobispo Pittini el niño Rafael Trujillo Martínez (Ramfis). 2 de marzo Trujillo confiere la Orden de Duarte a Mons. Ricardo Pittini y a Mons. Joseph Le Gouaze, arzobispo de Port-au-Prince. 5 de abril Mons. Pittini solicita al P. General de la Compañía de Jesús el envío de algunos jesuitas al país. 25 de mayo Mediante Ley N° 1104 el Congreso designa a la ciudad de Bonao (La Vega), con el nombre de Monseñor Nouel. rde agosto Se establece oficialmente en Dajabón el P. Felipe Gallego, S.J., iniciando así la "Misión Fronteriza". 16 de agosto Trujillo confiere la Orden de Duarte al cardenal Eugenio Pacelli, secretario de Estado de la Santa Sede. 17 de octubre Asiste Mons. Nouel a la inauguración del puente General Santana en Higüey, y entrega a Trujillo la espada de Santana. 19 de noviembre El papa Pío XI otorga a Trujillo la Gran Cruz de San Gregorio el Grande. 8 de diciembre El presidente Trujillo visita Dajabón y asiste a un tedeum en la parroquia, que promete construÍl~ 18 de diciembre Presenta sus cartas credenciales Mons. Maurilio Silvani, nuevo nuncio apostólico. Al día siguiente le impone a Trujillo la Gran Cruz de San Gregorio el Magno.

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La sumisiól1 bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

1937 11 de enero " Mons. Pittini bendice el obelisco conmemorativo del cambio de nombre de la capital. 21 de enero El clero nacional ofrece una misa pontifical en honor de Trujillo. 25 de enero Nombra a Mons. Adolfo A. Nouel miembro del consejo de la Orden de Duarte. Ese mismo día. Mons. Pittini bendice la primera piedra de la nueva parroquia de Dajabón. 30 de marzo En Santiago recibe Trujillo de manos del Presidente del Senado la insignia de generalísimo, otorgada por el Congreso Nacional en 1933. 26 de junio Fallece el anciano Mons. Adolfo A. Nouel, y cuatro días después, el Estado decreta tres días de duelo nacional. 31 de julio Trujillo designa a Mons. Pittini vocal de la Junta Pro-Centenario de la República. 8 de agosto El arzobispo Pittini preside la bendició'n del nuevo templo de Dajabón, y cuatro días después acompaña al párroco en una visita al obispo de Cabo Haitiano. 19 de agosto Trujillo visita el nuevo templo de Dajabón y asiste a misa. 2 octubre Comienza en la zona fronteriza el denominado "corte" o matanza masiva de haitianos. 21 octubre El Ejecutivo sanciona la Ley de Organización Universitaria. 12 noviembre El presidente de Haití, Stenio Vincent, solicita la mediación de EE.UU., Cuba y México para resolver el problema dominico-haitiano, pero Trujillo rechaza en principio esa mediación. 1938 31 de enero En Washington concluye el diálogo para poner fin al problema surgido por la matanza de los haitianos, y se impone al gobierno de

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Trujillo el pago de $750,000 al Gobierno haitiano en tres plazos anuales. 23 de febrero Como intermediario, Mons. Pittini recibe del Gobierno un cheque del National City Bank por $250,000 a favor del Gobierno haitiano, cubriendo el primer plazo estipulado. 14 de agosto El Ejecutivo otorga la Orden de Duarte a cinco miembros destacados del clero dominicano, incluyendo el arzobispo Pittini y el arzobispo emérito Luis A. de Mena. 16 de agosto Ante la crítica internacional, agravada por la matanza masiva de haitianos que vivían en el país, Trujillo cede el poder a Jacinto B. Peynado (presidente) y Manuel de J. Troncoso de la Concha (vicepresidente), electos el 16 de mayo. 4 de noviembre El presidente Peynado designa a Mons. Luis A. de Mena miembro del Consejo de la Orden de Trujillo.

1939 28 de marzo Con la patrocinio de "Falange Española", pronuncia una conferencia en la Casa de España el P. Antonio López de Santa Anna, S.J. 3 de abril Trujillo otorga la Orden de Duarte a Mons. Maurilio Silvani, mmcio apostólico. 21-23 de abril En Santiago se celebra el 1cr. Congreso Eucarístico Regional. El Cabildo de Santiago declara huésped de honor al Nuncio Apostólico. 4 de julio En San Pedro de Macorís fallece el P. Francisco Fantino Falco, capellán del Santo Cerro, donde serán sepultados sus restos. 7 de octubre Llegan a la capital los primeros 800 refugiados políticos españoles. Mons. Pittini invita al clero y pueblo a recibirlos con los brazos abiertos. 16 de diciembre El ejecutivo otorga la Orden de Duarte al marqués Eduardo Persichetti Ugolini, embajador ante la Santa Sede.

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(1930-1961)

1940 14 de enero ", Mons. Pittini bendice la primera piedra del futuro Seminario Menor del Santo Cen-o (La Vega), en el local en que había funcionado el Colegio del P. Fantino. 7 de marzo A la muerte del presidente Peynado, asume el poder el Lic. Manuel de J. Troncoso de la Concha. 22 de marzo Con la presencia del presidente Troncoso de la Concha, el arzobispo Pittini pronuncia una palabras antes de ejecutarse por vez primera en la Catedral el oratorio "La muerte de Cristo", de José de Jesús Ravelo. 12 de abril Mons. Pittini dicta una conferencia en el Partido Dominicano de Las Matas de Farfán. 16 de abril Se promulga la ley que denomina "Era de Trujillo" al período histórico iniciado el 16 de agosto de 193O. 14 de octubre La Guardia Universitaria establece sus bases como parte del Partido Dominicano para la reeducación política del pueblo. 1941 9 de marzo Se inaugura el Seminario Menor Padre Fantino en el Santo Cerro (La Vega), bajo la dirección de los PP. jesuitas. 3 de octubre Con veinticinco alumnos se inicia el curso del primer Seminario Menor de la Arquidiócesis en manos de los jesuitas. 9 de septiembre El Congreso declara Día del Padre Billini ello de diciembre de cada año, fecha del nacimiento del filántropo P. Francisco X. Billini. 27 de diciembre Se instala en la capital la Asamblea Revisora de la Constitución, que el 5 de enero otorgará el voto a la mujer. 1942 10 de enero Concluidos sus debates, la Asamblea Revisora proclama la nueva Constitución Política.

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14 de febrero Queda registrado y reconocido legalmente el nuevo Partido Trujillista. Al día siguiente se une al Partido Dominicano para proclamar a Trujillo como candidato presidencial. 27 de febrero Trujillo emite un manifiesto aceptando su postulación a la Presidencia "en momentos difíciles y conflictivos a causa de la guerra". 26 de abril En San Pedro de Macorís, Manuel A. Peña Battle lanza la idea de que Trujillo asuma el poder inmediatamente después de las elecciones del 16 de mayo. El resto del país se une en los días sucesivos a la idea, lo mismo que hará el Senado el 7 de mayo. 18 de mayo Concluidas las "votaciones", y después de aceptar la renuncia del presidente Troncoso de la Concha, Trujillo presta juramento ante la Asamblea Nacional, aunque la Asamblea lo proclamará el 27 de ese mes. 10 de julio Se inaugura en Dajabón la residencia de los jesuitas que trabajan en la "Misión Fronteriza". 16 de agosto Una vez más, presta juramento ante la Asamblea Nacional para cinco años más en el Presidencia de la República. 9 de noviembre Trujillo otorga la Orden de Duarte a Mons. Paolo Bertoli, nuncio apostólico.

1943 6 de mayo Se promulga la ley del Congreso Nacional que "dona" a la Iglesia Católica el Palacio Arzobispal. 17 de noviembre En Dajabón se funda el Colegio Nuestra Señora de la Altagracia, dirigido por las religiosas del Apostolado. 8 de diciembre Mediante el decreto 1588, el Ejecutivo concede la naturalización dominicana privilegiada a Mons. Ricardo Pittini. 11 de diciembre En su visita al templo de Dajabón, recibe a Trujillo el P. Antonio López de Santa Anna, S.J., superior de la "Misión Fronteriza".

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Tmjíllo ( 19 30- j 96 j )

1944 31 de enero " Se inicia la construcción de la Ciudad Universitaria, según la ley aprobada el 17 de noviembre de 1943. 21 de febrero Mons. Giuseppe Beltrami, legado pontificio a las fiestas del Centenario de la República, dirige un mensaje al pueblo dominicano. 23 de febrero Mons. Beltrami bendice en la capital el Hipódromo Perla Antillana. 28 de febrero Mons. Pittini bendice en San Cristóbal el parque y monumento de Piedras Vivas, en el solar en que estuvo la casa natal de Trujillo. 31 de marzo El P. Felipe Gallego, S.J., superior de los jesuitas en el país, propone al Gobierno la fundación de un colegio-internado de varones en Santiago. 11 de abril El gobierno ofrece a los jesuitas el local del antiguo hospital de Santiago para instalar el citado colegio. 7 de mayo Llega al país el historiador Emil Ludwig, invitado por la Universidad de Santo Domingo, aunque su verdadera misión debía ser escribir la biografía de Trujillo. 15 de agosto Se inaugura en San Cristóbal el Colegio San Rafael, dirigido por las HH. Mercedariasde la Caridad.

1945 1° de enero El Ejecutivo concede la naturalización privilegiada a los agustinos recoletos Fr. Custodio Domeño Redin y Fr. Javier !turri Oset, de la parroquia de San Cristóbal. 27 de febrero Trujillo asiste a la inauguración de la estatua del P. Gaspar Hernández, junto a la iglesia del Carmen. 17 de marzo Trujillo asiste en la parroquia de Dajabón a un tedeum entonado por el P. López de Santa Anna, S.J.

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Cronología iJistórica de las relaciones

18 de julio Mediante decreto N° 2834, el Ejecutivo designa vicerrector de la USD al P. Oscar Robles Toledano. 12 de agosto En la Catedral son consagrados el arzobispo coadjutor con derecho a sucesión (Octavio A. Beras), yel obispo auxiliar (Felipe Gallego, S.J.). 24 de octubre Mons. Felipe Gallego, S.J., bendice el nuevo Colegio de la Altagracia (Dajabón). 1946 4 de febrero Mediante decreto N° 3336, el presidente Trujillo designa, entre otros, al arzobispo Beras, a Mons. Eliseo Pérez Sánchez, y a los PP. Antonio López de Santa Anna y Eduardo Ross, miembros del Comité del Faro a Colón. Se juramentaron en Palacio el 11 del misnlO nles. 10 de marzo Se establece en Dajabón el Colegio Agrícola San Ignacio, dirigido por los HH. Cruzados de San Juan Evangelista, llegados de Curazao el 16 de agosto del año anterior. 4 de agosto Un fuerte terremoto, seguido de temblores de tierra de menor intensidad, causa destrozos en la capital y la zona noroeste. A los dos días se celebra una misa de acción de gracias alrededor del obelisco del malecón. 8 de septiembre La Hermandad de las Ánimas de la parroquia de Puerto Plata impone a Trujillo la Medalla de Oro. 25 de noviembre En los salones de Palacio presenta sus cartas credenciales a Trujillo el nuncio, Mons. Alfredo Pacini. 1947 17 de enero Con sólo cuatro edificios, se inaugura en Ciudad Trujillo la Ciudad Universitaria.

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La sumisióll bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

3- 9 de febrero

Se celebra en la Capital la 1a Semana Social del Caribe. Asisten 10 jesuitas de la zona del Caribe para estudiar el Derecho de Propiedad. Son recibidos en Palacio por el presidente Trujillo. 12 de febrero Se inaugura en las afueras de la capital el Colegio Santo Domingo, dirigido por las Hermanas Dominicanas de Adrian (Michigan). Asisten el presidente Trujillo, Mons. Pittini, y Mons. Patrick Barry (obispo de Saint Augustin, Fla.). 15 de febrero A solicitud de Mons. Beras, el presidente Trujillo aprueba la construcción de un nuevo Seminario Conciliar. 25 de febrero El decreto N° 4203 regula la colocación de autoridades civiles y militares durante su asistencia a la Iglesia. 7 de junio Mediante ley del Congreso Nacional, se dispone la construcción de la Basílica de la Altagracia en Higüey y se convoca un concurso internacional para ese fin. 10 de julio El presidente Trujillo sanciona la ley N° 1467 que facilita la celebración del matrimonio a los miembros de las Fuerzas Armadas. 17 de agosto Se inaugura la Ciudad Universitaria, y la bendice Mons. Octavio A. Beras, arzobispo coadjutor de Santo Domingo. 15 de septiembre Mediante el decreto N° 4591, el presidente Trujillo establece el reglamento del servicio militar obligatorio. 11 de diciembre En un artículo en La Nación, Mons. Felipe Sanabia condena la pretendida invasión de Cayo Confites.

1948 9 de febrero Un enorme grupo de acusados de pertenecer al grupo que habría salido de Cayo Confites (Cuba), es enviado a la justicia. 8 de mayo En la inauguración del nuevo Seminario Santo Tomás, participan como oradores el presidente Trujillo, el arzobispo Pittini y el nuncio Alfredo Pacini.

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Cronología histórica de las re/aClo/les

31 de septiembre El redentorista P. Guido Ghildea entona una salve ante el presidente Trujillo en la palToquia de San Juan de la Maguana. 2 de noviembre A la inauguración de la capilla del cementerio de la avenida Tiradentes, asiste el Seminario en pleno. 13 de diciembre Fr. Manuel Suárez, maestro general de los dominicos, visita al presidente Trujillo en Palacio.

1949 15 de enero Invitado por la Secretaría de Previsión Social, visita el país el sociólogo vasco P. Joaquín Azpiazu, S.J., y diseña un código de trabajo. 19 de junio Llega un grupo de expedicionarios a la costa de Luperón en dos hidroaviones anfibios con armas. 10 de agosto La Cámara Penal condena a 30 años de trabajos públicos a cuatro dominicanos y un nicaragüense implicados en el desembarco de Luperón. 24 de octubre Se bendice e inaugura la nueva iglesia parroquial de San Cristóbal. 10 de noviembre Presenta sus cartas credenciales a Trujillo el nuevo nuncio apostólico Mons. Francesco Lardone. 20 de diciembre Se inaugura el primer edificio del Colegio de La Salle en la Ave. Bolívar.

1950 23 de febrero En el Seminario Santo Tomás comienzan las sesiones de trabajo del equipo que estudiará la elaboración del futuro concordato. 25 de febrero Valiéndose de la recién aprobada Ley de Amnistía, quedan en libertad los implicados en la invasión de Luperón de junio de 1949.

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La sumisión bien pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (i 930-196 i)

14 de agosto Fr. Buenaventura de la Vega, ministro provincial de los capuchinos de Andalucía, entrega a Trujillo un pergamino de gratitud por los favores dispensados a esos religiosos.

1951 10 de enero En presencia del presidente Trujillo, Mons. Octavio A. Beras bendice las instalaciones del Central Río Haina. 22 de abril Comienza en La Voz Dominicana, el programa radial "La Hora Católica", a cargo del P. Luis González-Posada, S.J., rector del Seminario Santo Tomás. 10 de mayo Los jesuitas Antonio Sánchez y Constantino García inician un amplio programa de misiones populares, recorriendo 17 parajes del noroeste y este del país. 17 de julio En el auditorio del Palacio del Partido Dominicano, los estudiantes universitarios imponen a Trujillo el "Gran Collar de la Democracia". 1952 2 de enero El P. Luis González-Posada. S.J. presenta a Trujillo el proyecto de una escuela electromecánica en el país. Dos días después, aprovechando una visita al país, el director de la Escuela Electromecánica de La Habana presenta el proyecto a Trujillo. 21 de enero En Higüey se bendice la primera piedra de la gran Basílica de Nuestra Señora de la Altagracia. 21 de abril Trujillo elogia la labor de los misioneros populares jesuitas en carta al Arzobispo de Santo. Domingo. 29 de abril-9 de mayo Para estudiar de cerca el problema de la anulación del matrimonio Trujillo-Ledesma, visita el país, procedente de Roma, Mons. Manuel Bonet Muixi.

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Cronología histórica de las relaciones

12 de mayo El P. Manuel González Quevedo, S.J. dicta en el Centro Social Obrero de la capital una conferencia titulada "La dignidad humana y el problema obrero". 23 de julio El Estado y la Compañía de Jesús firman el contrato mediante el cual los jesuitas se hacen cargo del Instituto Politécnico Loyola (San Cristóbal), fundado por el Estado. La institución se inaugura oficialmente el 24 de octubre, y la bendice Eliseo Pérez Sánchez, vicario general del Arzobispado. 16 de agosto Después de las consabidas "votaciones", ocupa la presidencia Héctor B. Trujillo, hermano del Generalísimo, hasta el 3 de agosto de 1960. 25 de agosto El Dr. Tulio Franco y Franco y el P. Oscar Robles Toledano, delegados dominicanos ante la ONU, promueven la admisión del régimen de Franco a ese organismo. 10 de octubre El generalísimo Trujillo dona $72,000 para la construcción de una casa de ejercicios y una escuela apostólica cerca de Haina (D.N.). 3 de diciembre Sale del país Trujillo como plenipotenciario ante la O.E.A. y visita varias ciudades de EE.UU. en donde permanecerá hasta el 15 de marzo de 1953.

1953 19 de mayo Con la mediación de dos jesuitas, Aminta Ledesma Lachapelle, primera esposa de Trujillo, le solicita anular el matrimonio de 1913. 25 de septiembre El papa Pío XII erige los obispados de Santiago y La Vega y la prelatura nullius de San Juan de la Maguana. 5 de octubre Trujillo envía un mensaje al papa Pío XII con ocasión de la persecución que sufren los católicos bajo el régimen comunista de Polonia. 6 de noviembre A nombre de Trujillo, el P. Robles Toledano, delegado ante la ONU, protesta de las persecuciones a la Iglesia Católica por parte de los comunistas.

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La sllmisión bifll pagada. La Iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

(1930-1961)

23 de diciembre Presenta las cartas ·credenciales el nuevo nuncio apostólico, Mons. Salvatore Siíno. 29 de noviembre El P. González-Posada, S.J., propone un plan para que varias congregaciones femeninas atiendan diez hospitales. 2 de diciembre Mediante el decreto N° 9555, el Ejecutivo nombra al P. GonzálezPosada vicerrector de la Universidad de Santo Domingo. 6 de diciembre Ante el monumento Trujillo-Hall, se celebra un "mitin católico" agradeciendo a Trujillo la Ley de Enseñanza de la Religión en las Escuelas. Hablan el P. González-Posada, a nombre del clero, y Mons. Pittini, que clausuró el acto. 9 de diciembre El P. González-Posada, S.J., propone al generalísimo Trujillo un plan para el complejo educativo en terrenos del Faro a Colón. 10 de diciembre El P. González-Posada, presenta a Tnljillo un plan para fundar un colegio internado jesuita en las cercanías del Faro a Colón. Nunca se materializaría el proyecto.

1954 21 de enero En la Basílica de Higüey Trujillo inaugura la cruzada pacífica contra el comunismo. 27 de febrero Trujillo asiste a la inauguración del nuevo local del Colegio Agrícola de Dajabón, dirigido por los HH. Cruzados de San Juan Evangelista. A solicitud del P. González Posada había aportado $180.000. 5 de nzarzo Mediante dos decretos, el presidente Héctor Trujillo otorga al P. Antonio López de Santa Anna, S.J., la Orden de Duarte y la de Trujillo, ambas en el grado de Caballero. 13 de mayo El Congreso Nacional aprueba que el año siguiente se denomine "Año del Benefactor de la Patria", celebrando los 25 años del régimen. 2 de junio Trujillo y su séquito inician un viaje a España, camino de Roma.

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Cronología histórica de las relaciones

16 de junio En su calidad de ministro plenipotenciario, Rafael L. Trujillo firma en Roma el Concordato con la Santa Sede. 20 de junio El P. Antonio Sánchez, S.J., presenta a Trujillo un "proyecto de ofensiva católica en las barriadas extremas de Ciudad Trujillo". 7 de julio El Senado aprueba el Concordato, que Trujillo le había sometido el día anterior. 31 de julio Se inaugura la Casa de Ejercicios Manresa-Loyola (Haina, D.N.). 6 de agosto Se realiza el canje de ratificaciones del Concordato, actuando como representantes Joaquín Balaguer (secretario de Relaciones Exteriores y Culto), y Mons. Salvatore Síino (nuncio apostólico). 29 de agosto Procedentes de Madrid, llegan al país los primeros tres frailes dominicos, que se establecerán en su antiguo convento. 8 de septiembre Trujillo asiste a un tedeum en el Colegio Agrícola de Dajabón, y recibe las alabanzas que le tributa el P. Antonio López de Santa Anna, S.J. 15 de octubre Mons Eliseo Pérez Sánchez da el picaza inicial de las obras de la futura basílica de Higüey. 27 de noviembre-S de diciembre Gran misión popular de todas las parroquias de la capital, dirigida por el P. Antonio Sánchez, S.J. 30 de noviembre El P. González-Posada es designado miembro de número del Instituto Dominicano de Cultura Hispánica. 7 de diciembre En el auditorio del Partido Dominicano un grupo de seminaristas escenifica "En vísperas de la definición", obra del P. Mariano Vázquez, S.J. 8 de diciembre A la misa de clausura del Año Mariano en el Parque Ramfis, asiste el Generalísimo y su Gobierno.

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1955 22 de marzo '. Mediante el decreto N° 721 el Ejecutivo instituye la Academia de Ciencias Morales y Políticas y nombra entre sus 25 miembros al P. González-Posada, S.J. 14 de mayo Trujillo recibe la investidura como "Padre de la Patria Nueva". Llega de Higüey la imagen de la Altagracia y permanece en la capital hasta el día 19 del mismo mes. Trujillo le impone a la imagen las órdenes de Duarte, Sánchez y Mella y Trujillo. 15 de mayo En el Parque Ramfis y ante el cuadro de Higüey, el presidente Héctor Trujillo renueva la proclamación solemne de la soberanía de la Virgen de la Altagracia sobre el país. 16 de junio El P. Zenón Castillo de Aza propone otorgar a Trujillo el título de "Benefactor de la Iglesia". 19 de julio La Secretaría de Previsión y Asistencia Social y Fr. José Laínez Rodrigo, superior general de los Terciarios Capuchinos, firman el convenio para la dirección y administración del Reformatorio de Menores (San Cristóbal). 6 de agosto En el curso de un banquete en honor del Lic. Federico C. Álvarez en el Hotel Matúm (Santiago), los oradores hacen caso omiso del nombre de Trujillo. 9 de agosto En la capilla de la Nunciatura, y con la presencia de Mons. Pittini, el nuncio Salvatore Siino bendice el matrimonio canónico de Trujillo y María Martínez Alba. 10 de agosto El P. Luis González-Posada, S.J. sugiere al Asistente de América Latina Septentrional que el P. General conceda al generalísimo Trujillo "Carta de Hermandad" en la Compañía de Jesús. 14 de agosto Un decreto del Ejecutivo destituye a los licenciados Federico Álvarez y E. Sánchez Cabral de sus puestos de profesores de la Universidad de Santo Domingo. 16 de agosto Trujillo recibe el "Gran Collar de la Patria".

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9 de noviembre El jefe de Estado Mayor de la Aviación Militar Dominicana (AMD), y la madre María de Jesús, priora general de las Carmelitas Descalzas Misioneras, firman el contrato para la atención del Hospital Militar de San Isidro (Distrito de Santo Domingo). 20 de diciembre Se inaugura en la capital la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre. 1956 26 de febrero Mons. Octavio A. Beras bendice la capilla del Palacio Nacional. 28 de febrero-6 de marzo En el nuevo Palacio del Congreso se reúne el Congreso Internacional de Cultura Católica por la Paz del Mundo con asistencia de 138 delegados de 36 países. Rafael L. Trujillo pronuncia el discurso inaugural. 15 de mayo Mons. Octavio A. Beras bendice el Palacio de Bellas Artes (C. Trujillo). 30 de junio En el vestíbulo de entrada del Instituto Politécnico de San Cristóbal se bendice un busto de Trujillo. 31 de julio Se inaugura la Casa de Ejercicios Manresa-Altagracia, donada por Trujillo a nombre de su hija Angelita. Ese mismo día es designado senador de la República Mons. Eliseo Pérez Sánchez, en sustitución del Can. Felipe Sanabia. 29 de noviembre La Secretaría de Educación y Fr. Armando Tamargo, O.P., superior de los dominicos, firman el contrato para la dirección del Liceo Ulises F. Espaillat (Santiago). 3 de diciembre El P. González-Posada, S.J., clausura el acto de inauguración de la Ave. Dr. Trujillo Molina en la Universidad de Santo Domingo. 1957 13 de enero En la capital se inaugura la Escuela de Artes y Oficios, anexa a la parroquia de María Auxiliadora.

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21 de abril Mons. Octavio A. Beras bendice la Academia Militar de la Aviación "Batalla de las Carreras" (San Isidro). 16 de mayo En otras "votaciones" sin oposición, resulta reelegido Héctor Trujillo, pero esta vez, le acompaña como vicepresidente el Dr. Joaquín Balaguer. 23 de diciembre El Superior de los jesuitas en el país, envía una carta a la prensa defendiéndoles de los ataques aparecidos ese mismo día. 29 de diciembre Trujillo asiste a la eucaristía que celebra el arzobispo Pittini al inaugurar la parroquia Santo Domingo Savio (La Vega). 1958 21 de enero Los jefes de Estado Mayor de las FE AA. Yel nuncio Salvatore Síino firman en la Estancia Ramfis el acuerdo que erige el Vicariato Castrense. 4 de febrero Se inician una serie de denuncias en la prensa del régimen contra la Universidad de Santo Domingo. El día 8 el presidente Héctor Trujillo destituirá de su cargo de vicerrector al P. Luis GonzálezPosada, S.J. 6 de febrero El P. González-Posada asiste al primer picazo de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la USD. 11 de febrero El arzobispo Ricardo Pittini es nombrado primer vicario castrense de la República Dominicana. 25 de febrero Las nuevas autoridades universitarias ordenan el cierre y disolución de la Agrupación Católica Universitaria (A.C.U.), fundada por el P. González-Posada el 30 de julio de 1957. 5 de marzo Antes de su salida del país, el P. González-Posada se despide por escrito del generalísimo Trujillo. 10 de marzo Después de unas semanas de reclusión en Manresa-Loyola, sale del país destinado a Cuba el P. Luis González-Posada. S.J. Ese mismo

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Cronología histórica de las relaciolles

día, los arzobispos de Zaragoza y Santo Domingo firman en Palacio el contrato para la creación del Patronato San Rafael. 20 de marzo Una nueva congregación mariana, sin el nombre de la anterior, es "creada" por el gobierno de Héctor B. Trujillo. 7 de diciembre En un extraño incidente, el arzobispo Pittini resulta seriamente herido en su propia habitación del Arzobispado. 17 de diciembre En la Junta Central Directiva del Partido Dominicano, Mons. Eduardo Ross dicta una conferencia sobre la obra cristiana del generalísimo Trujillo. 29 de diciembre Los dominicos Fr. Avelino González y Fr. Cipriano Díaz informan a su superior provincial sobre la fuerte oposición que encuentran en el Liceo de Santiago.

1959 5 de enero Ante la publicación de tres denuncias en la prensa, Fr. Avelino González, O.P., director del Liceo de Santiago, aclara al generalísimo Trujillo su actuación. 4 de febrero El mismo Fr. Avelino escribe en el mismo sentido el presidente J. Balaguer. 10 de abril El papa Juan XXIII erige la diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia (Higüey), y nombra su obispo al P. Juan F. Pepén. 31 de mayo Recibe la ordenación episcopal el primer obispo de Higüey. Asumirá el cargo el 12 de octubre. 14 de junio Invasión de luchadores anti-trujillistas en Constanza, y posteriormente en las playas de Maimón y Estero Hondo. 20 de agosto Bendición de la primera piedra del Seminario Menor San Pío X en Liceo al Medio (Santiago). 25 de octubre Procedente de Roma, llega al país el nuevo nuncio Mons. Lino Zanini, que desempeñaba la función de internuncio en Teherán (Irán).

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27 de octubre Procedente de Roma, llega al país el P. Miguel Ángel Larrucea, S.J., nuevo superior jesuita, hasta entonces rector del Colegio San Ignacio de Río Piedras (Puerto Rico). 1960 21 de enero Los Fervorosos de la Altagracia imponen al generalísimo Trujillo en la Feria Ganadera la "Medalla de la Gratitud". 25 de enero El Episcopado dominicano emite una carta pastoral acerca de los abusos y falta de libertad del régimen de Trujillo. Será leída en todas las misas el domingo 31 de enero. 28 de enero Una 2a carta pastoral, en ocasión de la Cuaresma, alude veladamente al problema anterior. Se leyó en todas las misas del domingo 6 de marzo. 29 de enero La prensa anuncia que un escolar jesuita cubano es uno de los responsables de un complot terrorista. Son arrestados los miembros del movimiento "14 de Junio". El Superior jesuita anuncia que el Politécnico Loyola no comparecerá ala clausura de la Feria Ganadera. 29-30 de enero En la denominada cárcel de La Cuarenta, son ejecutados 27 adolescentes del grupo denominado "Los panfletistas de Santiago". 29 de enero El P. Miguel A. Larrucea, superior de los jesuitas, notifica a Trujillo por telegrama que el IPL no asistirá a la clausura de la Feria Ganadera. 30 de enero El P. Larrucea exige al Secretario de Culto que aclare la denuncia contra el jesuita cubano, acusado de terrorista. Al día siguiente aparece en la prensa una carta de Trujillo alabando la labor del P. Arias, director técnico del Politécnico de San Cristóbal. 2 de marzo Alegando que la Iglesia era ultrajada, el P. Luis F. Henríquez se niega a celebrar la misa del Día de la Policía Nacional en La Vega.

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Cronología histórica de las relacio HeS

18 de marzo En la fiesta del rector del IPL se presenta inopinadamente el generalísimo Trujillo, y el P. Larrucea aprovecha para advertirle del cierre del Politécnico si no se hace efectiva la asignación. 10 de mayo En el Senado de la República, Mons Eliseo Pérez Sánchez se opone al proyecto que impondría la pena de muerte a cualquier terrorista. El proyecto no prosperó, y se anuló el 28 de junio. 15 de mayo El P. Ángel Arias, S.J., responde a Trujillo, pero exige aclarar las acusaciones contra los jesuitas. 23 de mayo El Superior de los jesuitas comparece ante el Secretario de Culto para responder acusaciones en su contra. Al día siguiente muere en una clínica de la capital víctima de un derrame cerebral sufrido en San Cristóbal. 25 de mayo Sale a la venta en casi todas las librerías de la capital el libro ¡Complot develado!, anunciado ya en la prensa. 28 de mayo El P. Ángel Arias, S.J., director del Politécnico de San Cristóbal, envía una protesta a Trujillo de las acusaciones gratuitas del recién aparecido libro ¡Complot develado! 4 de junio Ante la supresión de la subvención y la delicada situación política, los jesuitas envían a los seminaristas a sus casas y cierran el Seminario. 10 de junio A la orden de sacar del país a tres jesuitas, ordenada por la Secretaría de Interior, el nuevo superior, P. Mariano Tomé, S.J. se niega a cumplirla. 17 de junio La prensa publica una denuncia contra el P. Antonio Sánchez, S.J. 21 de junio Un ex seminarista publica en la prensa una "carta abierta" contra el P. Juan López Pedraz, S.J., rector del seminario. 22 de junio Seis jóvenes amnistiados de Conuco (Salcedo), declaran que el P. Daniel Cruz Inoa era dirigente de la trama terrorista.

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18 de julio Para buscar una salida a la situación, las autoridades romanas de la Compañía de Jesús envían al P. Francisco Javier Baeza, S.J., a entrevistarse con Trujillo en Palacio. Le entrega un "memorándum" con cinco puntos básicos de entendimiento. 3 de agosto Ante la impuesta renuncia del presidente Héctor Trujillo, asume el cargo el Dr. J. Balaguer, vicepresidente desde 1958. 7 de septiembre Fabricada y planificada por el SIM, estalla una bomba en el Seminario Menor San Pío X de Liceo al Medio (Santiago), aún en construcción. 12 de octubre Temiendo por su vida, los salesianos trasladan a Mons. Pittini a la Escuela Taller "Laura Vicuña" (La Vega). 25 de noviembre En una emboscada, en la mansión de "La Cumbre" a su regreso de Puerto Plata, caen asesinadas las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal y su chofer Rufino de la Cruz. 29 de noviembre La Cámara de Diputados presenta un proyecto de ley que permitiría al Gobierno expulsar a cualquier eclesiástico extranjero que interviniese en política. El proyecto no llegó nunca al Senado. 1961 10 de enero Después de un encuentro en Palacio, los obispos entregan a Trujillo un "Memorándum" exponiendo las bases del cualquier entendimiento futuro. 6 de febrero Los obispos responden negativamente a la solicitud hecha por el presidente Balaguer de otorgar a Trujillo el título de "Benefactor de la Iglesia en la República". 4 de marzo Durante la visita del generalísimo Trujillo a la Catedral de La Vega, Mons. Panal aprovecha para describir el malestar del pueblo y los males recibidos por la Iglesia.

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Cronología histórica de las relaciones

12 de marzo En todas las misas de San Juan de la Maguana se lee una declaración de Mons. Thomas Reilly sobre la represión y continuos ataques a la Iglesia. 18 de marzo En la Catedral de La Vega, Mons. Panal ordena sacerdote al diácono Nicolás de J. López Rodríguez, actual cardenal de la Santa Iglesia desde 1991. 19 de marzo Se acusa a Mons. Thomas F. Reilly de provocar el incendio de la Caja de Seguros Sociales de San Juan de la Maguana. 7 de abril El diario El Caribe anuncia el descubrimiento de un fracasado "complot terrorista" dirigido por el Prelado de San Juan de la Maguana. 12 de abril De varias localidades del país llegan a la Presidencia supuestos mensajes que solicitan la expulsión de Mons. Thomas F. Reilly. Ese mismo día se anuncia que han puesto a Mons. Reilly a disposición del Juzgado de Instrucción. 13 de abril Invitados a un mitin contra los obispos Reilly y Panal, los jesuitas del IPL (San Cristóbal) se niegan a que los alumnos asistan. 14 de abril El gobierno cancela la licencia a Radio Santa María (Santo Cerro), por no abrir ni cerrar sus transmisiones con el Himno Nacional. 13-19 de abril En los mítines masivos escenificados en San Pedro de Macorís, El Seibo, Hato Mayor, Barahona, Montecristi, Pimentel, José Contreras, Castillo, San Francisco de Macorís, Salcedo y La Vega los oradores repudian a los obispos de La Vega y San Juan, exigen su inmediata expulsión del país, y piden a Trujillo asumir la presidencia de nuevo. 14 de abril A la puerta del apartamento de Mons. Pittini, junto al ábside de la Catedral, aparece el cadáver del supuesto terrorista colombiano Jairo Alberto Calderón Forero, que esa noche haría estallar una bomba en el templo. 19 de abril A media mañana, supuestas turbas atacan las oficinas del obispo Panal en La Vega e incendian la vivienda del P. Luis Federico Henríquez.

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30 de mayo En camino a San Cristóbal, un grupo de opositores tiende una emboscada a Rafael L. Trujillo, quien cae acribillado a balazos. Sin embargo, fracasa el intento de golpe de Estado que instalaría un gobierno provisional. 31 de mayo Llega del extranjero y asume el poder efectivo el general Ramfis Trujillo. 4 de junio En diferentes operativos, las fuerzas militares capturan y matan a cuatro de los implicados en el atentado de la autopista. 9 de julio La agrupación política "14 de Junio", lidereada por el Dr. Manuel Tavárez Justo, anuncia su conversión en partido político. 11 de julio Se funda la agrupación "Unión Cívica Nacional" (UCN), encabezada por el Dr. Viriato Fiallo, que se convertirá en partido político el 8 de febrero de 1962. 19 de julio Como senador por la provincia Sánchez Ramírez, Mons. Eliseo Pérez Sánchez se opone a la creación de la Orden del Mérito "14 de Junio". 18 de agosto En carta al presidente Balaguer, el Episcopado dominicano expresa su temor ante el deterioro político del país. 28 de agosto En respuesta a un grupo de damas que solicitaban su intervención, el Episcopado se une a su anhelo de paz y concordia. 18-20 de octubre Durante tres días, en la calle Espaillat de la capital, un buen grupo de jóvenes hace frente al ejército, con un saldo de dos muertos y decenas de heridos. 20 de octubre Después de 24 años de exilio, regresa al país Juan Bosch, presidente del P.R.D., fundado en La Habana. 17 de noviembre Después de renunciar a su cargo y antes de salir del país, Ramfis Trujillo ordena matar en la Hacienda María a seis de los implicados en la muerte de su padre.

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Cronología histórica de las rclaciolles

19 de noviembre El general piloto Pedro R. Rodríguez Echavarría anuncia desde Santiago a través de una cadena de emisoras que intenta asumir el poder, mientras el aún presidente Balaguer asume el control de las FEAA.

22 de noviembre Una huelga general paraliza las clases de todos los colegios. La docencia no se reanudará hasta el 9 de enero del año siguiente. 28 de noviembre Después de 25 años, mediante un decreto se restituye el nombre de Santo Domingo a la ciudad capital. 30 de noviembre Se publica la Ley de Amnistía a favor de todos los participantes en el hecho del 30 de mayo. 6 de diciembre Mons. Eliseo Pérez Sánchez renuncia a su puesto de senadOl~ El día 6 se había retirado del Partido Dominicano. 10 de diciembre En su retiro de La Vega muere monseñor Ricardo Pittini. Al día siguiente se celebra el funeral en la Catedral de Santo Domingo, y según su voluntad, sus restos se depositan en la iglesia de San Juan Bosco. 28 de diciembre Se disuelve el Partido Dominicano y sus bienes pasan a obras de bienestar público. 3O de diciembre Se constituye un Consejo de Estado de siete miembros, presidido por J. Balaguer, siendo uno de ellos Mons. Eliseo Pérez Sánchez. Este primer Consejo asumirá el poder ello de enero siguiente.

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IconografĂ­a



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s. Eliseo Pérez Sánchez, Arz. Ricardo Pittini, Arz. Coadjutor Octavio A. Beras, Mons. o E. Palanca Brito, obispo de Santiago; y el padre Ceferino Ruiz, rector del Seminario to Tomás. (Foto de Tirso Espeso)

primer plano, de izquierda a derecha: Octavio Ant. Beras, el nuncio, Mons. Salvatore Siino, arzobispo metropolitano Ricardo Pittini. (Foto de Tirso Espeso)

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El pleno del Seminario en la inauguraci贸n del pabell贸n de la Santa Sede en la Feria de la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, diciembre de 1955.

Mons. Octavio Antonio Beras, arzobispo coadjutor, durante una homil铆a en la Catedral de Santo Domingo



Iconografía

Llegada del teniente general Rafael L. Trujillo. hijo (Ramfis) a Manresa Altagracia. Le saludan el P. Luis González-Posada y Manuel Valdez Larrañaga, embajador de España (31 de julio de 1956).

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Índice onomástico

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Abbes García, Johnny 57,67,68 Abreu Hernández, Belarminia 189 Abreu Penzo, Mario (Lic.)l18, 146 Agramonte, Ignacio 149, 150, 161 Agustín, san 94 Alfonso XIII 25, 268, 269 Alonso, Narciso 87,89 Álvarez Mainardi, Opinio 129 Álvarez Pina, Virgilio 66, 70, 83, 98,100 Álvarez, Federico C. 312 Amín Canaán, María 83 Arias, Ángel 39, 73, 80, 98-101,153,156, 168,170,173,264,268-270,315,317 Arias, Desiderio 296 Aristóteles 108 Astacio, Blanquita 286 Aybar, José Enrique 32 Azpiazu, Joaquín 307 B Báez T., Ramón Aníbal143 Baeza, Francisco Javier 167, 169-171, 172, 230,261,263,264,318 Balaguer, Joaquín 28,37,38,50,71-74,8590,99, 121, 191-196, 198, 199,207,210, 272,277,278,282,311,314,315,318, 320, 321 Barrios, Ángel 179, 220 Barry, Patrick 306 Bastardo, Zunilda María 148 Batista Canturrencia, Bolívar 206 Batista, Fulgencio 106,265 Bautista, Euclides 83 Bello, Felipe Vinicio 233 Bello Peguero, Rafael 159, 160 Bello Peguero, Rafael 220, 221, 252, 286 Beltrami, Giuseppe 304 Beras, OctavioA. (Mons.) 52, 56, 62, 65, 81, 97,99,109,112-114, 12e 122, 162, 171, 172,190,192,193,200,210,275,276, 285, 305, 306, 313, 314 Bernardo Enrique 230 Bertoli, Paolo 303

Betancourt, Rómulo 177, 207, 261 Billini, Francisco X. (P.) 182,302 Bonet Muixi, Manuel 308 Bonetti Burgos, Maximo R. 240 Bosch, Juan 320 Boyer, Jean Pierre 133, 134 Boyrie de Moya, Marinita 230 Brito Almonte, Isidro 249 Buhagiar, Antonio María 54

e Calderón Forero, Jairo Alberto 116-119, 319 Calderón Sánchez, Trajano 148 Calles, Martín 160 Calvo, Ramón 26-28,31-33,35,37,41 Calzada, Teodoro 159 Cambier, Julio A. 129 Camilo González, A. 228 Camilo Pantaleón, Jesús María 156 Canaán Fernández, Adalgisa 159 Carlomagno 259, 260 Carlos III 25 Casado Ruiz, Pedro María 206 Castellanos, Rafael C. 81, 297 Castillo de Aza, Zenón 41, 120, 166, 183, 193, 195,205,206,238,258,312 Castillo, Manuel Joaquín 129 Castro, Fidel 265 Castro, Fidel 68, 146,264, 265, 267 César (emperador romano) 130,214 Churchill, Winston 153 Clemente XIV 25 Cocchia, Rocco 54 Colon Núñez, Pedro María 243 Colón, Cristóbal 53 Columna Velazco, Luis 206 Concha, Lorenzo de la 25,26 Confalonieri, Carlo 224 Confucio 209 Constantino (emperador romano) 259, 260 Conuco, San José del 58 Cordero Infante, J. R. 151 Cordero, Ramón M. 79, 83, 84 Córdoba, Manuel U. 83

335


José Luis Sácz, S. 1. La sumisión bicn pagada La iglesia domillicana bajo la Era de Trujillo

Cruz Infante, José A. 121 Cruz Inoa, Daniel 144, 317 Cruz, Rufino de la 318 D

Dessalines, Jean-Jacques 133, 134 Díaz Monteagudo, Luis E. 129 Díaz Ordóñez, Virgilio 29 Díaz, Cipriano 315 Díaz, Juan Tomas 84 Díaz, Rafael 241 Díaz, Ramón Alberto 255 Dimagio, Alberto 247 Disla, Pedro Vinicio 58, 163 Domeño Redin, Custodio 304 Dossena, Luis 142, 172,223 Durant, Will 259 E

García, Constantino 308 García, Enriquillo J. 243 García, José Francisco 58 García, Láutico 182,200 Gómez Ceara, Gustavo 78, 83 Gómez Ramírez, Antonio 68 Gonell, Emilio 83 González González, Víctor Aníbal 66 González Posada, Luis 29-34,37,40,55, 267,308,310,312-314 González Quevedo, Manuel 54, 55,158 González, Antonio 181 González, Avelino 315 González, Noemí 148 González, Pablo Manuel 148 Guell, Joaquín 181 Guerrero, Alida Celeste 286 Guerrero, Estervina 286 Guido, Guildea 307 Gutiérrez, Apolinar 218 Guzmán, Frank 83

Espaillat, Ulises F. 313 Esteve Recio, Alfonso 66,112,122,181 Estrella Ureña, Rafael 295, 296

F Fabré de la Guardia, Antonio César 67,68, 70,77,98, 178 Fantino Falco, Francisco 26,76,170,182, 301 Farland, Joseph 171 Félix Carías, Hugo Radhamés 32 Fernández L., Hipólito S. 156, 157 Fernández Malagón, Juan María 83 FernándezViñas, Jaime 156 Ferragut, Joaquín 112, 116, 121,122 Fiallo, Viriato 320 Fietta, Giuseppe 54, 296 Figueroa, Pablo 148 Fioroni, Juan 233 Franco Benoit, Fernando Arturo 141 Franco Franco, Tulio 47,52,120,167,172, 309

H

Havas, Charles-Louis 164 Hemayne de los Santos, Jorge César 241 Henríquez, Luis Federico 134,316,319 Henry, William 174 Hernández Díaz, Reinaldo A. 69 Hernández Jimé'nez, Hilza Antonio 159 Hernández, Clemente María 58 Hernández, Gaspar 304 Hernández, Rafael 148 Herrera Báez, Porfirio 142,196 HelTera Lagrange, R. 247 Hostos, Eugenio María de 132, 134, 175 Huswell, Leonardo 181 1

Iglesias B., Salvador 29,32 Iribarren, Pedro 183 Iturri Oset, Javier 304 J

G

Gabirol, Aben 216 Gabriel, Amado 181 Gacel, Miguel A. 154 Gallardo, Máximo Manuel 148 Gallego, Felipe 267, 299, 304, 305 García Araujo, Pedro Francisco 206 García Bonelly, Juan Ulises 32 García Godoy, Delia 82

Janssens, Juan Bautista 48,51 Jesús, María de 313 Jesús, Pedro Pablo de 159 Jiménez, Antonio 83 Juan XXIII 46,52,223,224,235,275,315 Juan, san 94 Juffermans, Martin 87, 89 Justiniano (emperador romano) 259, 260

336

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el 930-1961)


Índice onomástico

K

Kant, Inmanuel1 08 Karam, Elie 252 Kelly, John William 248, 249 Kennedy, John F. 265 Khoury, Antonio 206 Kresunsher, David 190 L

Laborda,Prof.286 Lage, Ángel 157 Lainez Rodrigo, José 312 Lamarche Marchena, Florentino Armando 81, 296, 297 Lardone, Francesco 54, 307 Larrucea, Miguel Ángel 54, 69, 70, 73, 147, 158,176,178,316,317 Le Gouaze, Joseph 299 Ledesma Lachapelle, Aminta 309 León III 259 Lleras, Alberto 119 López de Santa Anna, Antonio 301, 303-305, 310, 311 López Disla, Higinio 38,39 López Pedraz, Juan 162, 174, 175, 178, 317 López Rodríguez, Nicolás de Jesús 319 Lora, Ana Mitila 48 Lora, Bernardo 271 Louverture, Toussaint 133, 134 Ludwig, Emil 304 Lugo, Américo 131, 132, 134, 151 M

Maduro, Gabriel 271, 272, 276 Mañón, George 193 Marcillo Hernández, José 160 Marin Solano, Pablo 235,237 Marrero Aristy, Ramón 154 Martínez Alba, María 312 Martínez de Trujillo, María 56 Martínez, Carmen Isabel 286 Mateo 94 Maura, Miguel 259 McLaughlin, Alma 56 McLaughlin, Charles 56 Mecerreyes Modrón, Marciano 254 Medina & Suárez, Clemente 57, 162, 163, 175 Mejía Alvarado, Wilfredo 118 Mena, Luis A. de 295,301 Méndez Rosado, Claudio Rafael 240, 241, 243

Méndez Rosado, Lulio Alfredo 243 Menéndez & Pelayo, Ramón 216 Meriño, Fernando A. de 105, 182 Meyer, Ben F. 226 Mieses Lazala, Maximiliano 83 Milia, Bernardino de 54 Mirabal, María 318 Mirabal, Minerva 318 Miraba!, Patria 318 Montes de Oca, Victor Manuel (nené) 247 Montini, Giovanni Baptista 120 Moya Alonzo, Manuel de 174 Moya Alonzo, Samuel de 83 Moya, Ercilio de Jesús 233 Mussolini, Benito 106, 265 N

Nouel, Adolfo Alejandro 81, 105, 107,295300 Núñez, Cristóbal 83

o O'Connor, Bernardo 249 Oliva García, César A. 105 Olivares, (Conde, Duque) de 25 Orbe, Eugenio del 25 p

Pablo VI (V Baptista Montini, Giovanni) 120 Pablo, san 94 Pacelli, Eugenio 299 Pacheco, Armando Oscar 269 Pacini, Alfredo 54, 266, 205, 306 Paino Pichardo, Rafael 170, 172,183,185, 193, 195,231,232,235,240,248,254, 263, 274, 276 Panal, Francisco 63,65,77-79,82,83,85, 97,164,171,172,200,210,215-218, 222, 232, 234, 235, 237, 252-254, 256, 262, 277, 285, 286, 318, 319 Paniagua Tejeda, José Aníbal240, 243 Paulino Álvarez, Antonio 246, 267 Paz, Jesús de la 177 Paz, Mauro 55 Peignard Cestero, Augusto 119 Peña Battle, Manuel A. 303 Peña, Lucas E. de 183 Peña, Luis Ramón (Papilín) 225 Pepén, Juan Félix 48, 63, 65, 97, 194, 195, 200, 285, 233, 315 Pérez Curiel, Virgilio 206

337


JoséLuis Sáez, S 1. La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo

Pérez Sánchez, Eliseo 47,81,82,147,166, 182, 183,245,257,258,271,276,278, 282,296,298,305,309,311, 31J, 317, 320, 321 Perón, Juan Domingo 25,106 Persichetti Ugolini, Eduardo 301 Peynado, Francisco J. 133,297,302 Peynado, Jacinto B. 298, 301 Pichardo, Furcy 87 Pimentel, Ney 154 Piña R., Manuel Danilo 228 Pío X 92 Pío XI 46, 299 Pío XII 46, 60, 229, 309 Pittini, Ricardo 81, 82, 97, 100, 116, 118, 136,172,199,267,298-304,306,312, 314,315,318,319,321 Platón 108 Polanco Brito, Hugo Eduardo (Mons.) 62, 65,85,97, 119-121, 127, 130, 131, 139, 183,184,196,200,230,231,239,248, 274, 285 Policarpo (obispo de Esmirna) 259 Pons Bloise, Ramón (Monchú) 58 Pons Franco, Salvador 68 Prats Ramírez, Francisco 165,257 R

Ramírez Cavallo, Ramón 39 Ramírez, Agustín 233 Ramírez, Pedro J. 238, 239 Ramos, Manuel V. 117, 118 Ranieri Ambrosio, María 190 Ravelo, José de Jesús 302 Recio Herrera, Danis Lorenzo 240, 241, 243 Redentor, Amado 46 Reilly, Tomas F. 63, 65, 97,101, 102, 103, 104,109,110,123-125,139,171,176, 207,220,221, 226-228, 230, 231, 239, 240-244, 246-250, 252-254, 256, 266, 285, 319 Reyes Tineo, Manuel 169, 173 Righi, Vittore Ugo (Mons.) 91 Rincón Núñez, Reinaldo 206 Robles Toledano, Oscar 166, 198,305,309 Rocha, Julio Ernesto de la 252 Rodríguez Botello, Manuel Atilio 222 Rodríguez Canela, Manuel A. 239 Rodríguez Demorizi, Emilio 29, 120 Rodríguez Echavarría, Pedro R. 321 Rodríguez Mayol, Bienvenido 247 Rodríguez, José Ramón 129 Rodríguez, Olegario 243

(1930-1961)

Roid, Antonio 286 Rojas Pinilla, Gustavo 25 Román Fernández, José René 195 Rosa, José G. de la 157 Rosado Mateo, Humberto 243 Rosemberg, Leland 92 Ross, Eduardo 43, 166,305,315 Rosselle Billmans, Roger 220, 226 Rosselló, Joaquin 228 Roy Caverni, Antonio 286 Ruel, Bernardo 142, 143 Ruiz Tejada, Ramón 43 Ruiz, Ceferino 55 Russell, W. W. 108

s Sáez, José Luis 53, 71, 86, 88, 89, 90, 169 Saladín, C. (Coronel) 270 Salcedo, Federico 210 Salustio Crispo (historiador romano), Cayo 86 Samoré, Antonio 52, 266 Sanabia, Felipe 306, 313 Sanabia, Rafael 58 Sánchez & Sánchez, Carlos 129 Sánchez Valdez, Jesús Manuel 243 Sánchez, Antonio 267, 308, 317 Santana, Pedro 298 Santos Ganuza (P.) 228, 229 Schomberg, John Louis 248, 249 Schott, Hilda 172 Sebastian (mártir) 259 Sevilla, Isidoro de 68 Sicard, Fausto 233 Siino, Salvatore 50,51,54,310-312,314 Silié Gatón, Fernando A. 243 Silvani, Maurilio 54, 299, 301 Simpson Farland, Joseph 171 Soler, Policarpo 154, Solís, Fabio 163 Spellman, Francis 155 Suardí, Julián 76, 83 Suárez, Manuel 307 Suero, Luis E. 118 T

Tamargo, Armando 313 Tardini, Domenico 52 Tavárez Justo, Manuel 320 Tejada, Bienvenido 66 Tejeda Díaz, Teodoro 242, 243 Tejeda, Huáscar 271

338


Índice onomástico

Tomé, Mariano 55, 158, 159, 169, 172, 173, 181,254,317 Tomek, Vicente 112 Tontí, Giulio 54 Torres, Alfonso 25, 113, 114 Torres, Pascual 58 Troncoso de la Concha, Manuel de Jesús 301-303 Trujillo Martínez, Angelita 313 Trujillo Martínez, Rafael (Ramfis) 55, 272, 299, 320 Trujillo Molina, Arismendy 84 Trujillo Molina, Héctor Bienvenido 31,32, 36,41,43,46,53,56,129,143,148,309, 310,312,314,315,318 Trujillo Molina, Rafael Leónidas 26, 28, 30, 31,33,35-38,40,41,43-47,53,57,63, 66,69,71-74,76,80,84-92,98, 100-103, 109-113, 115, 119-123, 125-127, 129-131, 136, 139-142, 144, 145, 148, 150-153, 157, 158, 164, 166-171, 174, 177, 178, 191-195, 198, 199,205-207,210,216, 217,220-222,226,227,229,230,232, 238, 239, 246, 249-252, 255, 256, 258-260, 265, 268-270, 272-274, 278, 295-301, 303, 305-307,309-314, 317, 318, 320 Trujillo Valdez, José 298

u Ubrique, Leopoldo de 77, 235 Uranga, José M. 33, 158 Uribe Macías, Benjamín 193, 196,260,266, 267, 268 Utrera, fray Cipriano de 136

v Valenzuela Herrera, José Enrique 241 Valenzuela, Vertilio 247 Valera Benítez, Rafael 144, 152 Vargas Polanco, Manuel de Jesús 118 Vasallo, M. 29, 30 Vásquez, Gerardo 167 Vásquez, Horacio 295 Vásquez, Mariano 54, 55, 311 Vega, Bernardo 71, 74 Vega, Buenaventura de la 308 Ventura, Simón 154 Vila, José 181 Vincent, Stenio 300 Vizcarra, Ángel 164,277

z Zanini, Lino 50-53,56,57,71-74,85,86, 89-93, 112, 142, 146, 149, 160, 161, 165, 166,170,171,172,223,315

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Publicaciones del Archivo General de la Nación

Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1844-1846. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1944. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Vol. 11 Rodríguez Demorizi, Vol. 1, C. T., 1944. Samaná, pasado y porvenir, por E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1945 Vol. 111 Vol. IV Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. 11, C. T., 1945. Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Vol. V Rodríguez Demorizi, Vol. 11, Santiago, 1947. San Cristóbal de antaño, por E. Rodríguez Demorizi, Vol. 11, Santiago, Vol. VI 1946. Vol. VII Manuel Rodríguez Objío (poeta, restaurador, historiador, mártir), por R. Lugo Lovatón, C. T., 1951. Vol. VIII Relaciones, por Manuel Rodríguez Objío. Introducción, títulos y notas por R. Lugo Lovatón, C. T., 1951. Vol. IX Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1846-1850, Vol. 11. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1947. Vol. X Índice general del «Boletín» del 1938 al 1944, C. T., 1949. Vol. XI Historia de los aventureros, filibusteros y bucaneros de América. Escrita en holandés por Alexander O. Exquemelin. Traducida de una famosa edición francesa de La Sirene-París, 1920, por C. A. Rodríguez. Introducción y bosquejo biográfico del traductor por R. Lugo Lovatón, C. T., 1953. Vol. XII Obras de Trujillo. Introducción de R. Lugo Lovatón, C. T., 1956. Vol. XIII Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E. Rodríguez Demorizi, Vol. 111, C. T., 1957. Vol. XIV Cesión de Santo Domingo a Francia. Correspondencia de Godoy, Garda Roume, Hedouville, Louverture Rigaud y otros. 1795-1802. Edición de E. Rodríguez Demorizi. Vol. 111, C. T., 1959. Vol. XV Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E. Rodríguez Demorizi, Vol. 111, C. T., 1959. Vol. XVI Escritos dispersos (Tomo 1: 1896-1908), por José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005. Vol. XVII Escritos dispersos (Tomo 11: 1909-1916), por José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005. Vol. XVIII Escritos dispersos (Tomo 111: 1917-1922), por José Ramón López. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2005. Vol. XIX Máximo Gómez a cien años de su fallecimiento, 1905-2005. Edición de E. Cordero Michel, Santo Domingo, D. N., 2005. Vol. XX Lilí, el sanguinario machetero dominicano, por Juan Vicente Flores. Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. I

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Escritos selectos, por Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Edición de A Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006. Obras escogidas 1. Árticulos, por Alejandro Angula Guridi. Edición de Vol. XXII A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006. Obras escogidas 2. Ensayos, por Alejandro Angula Guridi. Edición de Vol. XXIII A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXIV Obras escogidas 3. Epistolario, por Alejandro Angula Guridi. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2006. La colonización de la frontera dominicana 1680-1796, por Manuel ViVol. XXV cente Hernández González. Santo Domingo, D. N., 2006. . Vol. XXVI Fabio Fiallo en La Bandera Libre, de Rafael Darío Herrera (Comp.) Santo Domingo, D. N., 2006. Vol. XXVII Expansión fundacional y crecimiento en el norte dominicano (1680-1795 J. El Cibao y la bahía de Samaná, por Manuel Hernández González. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXVIII Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño, compilación de José Luis Sáez. S. J. Santo Domingo, D. N. 2007. Vol. XXIX Pedro Francisco Bonó / Textos selectos. Santo Domingo, D. N. 2007. Iglesia, espacio y poder: Santo Domingo (1498-1521 J, por Miguel D. Mena. Vol. XXX Edición de Dantes Ortiz, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXI Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. 1: 1492-1501, por fray Vicente Rubio, O. P. Edición conjunta del Archivo General de la Nación y el Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXII La Vega, 25 altOS de historia 1861-1886. (Tomo 1: Hechos sobresalientes en la provincia), por Alfredo Rafael Hernández Figueroa (Comp.) Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo Il: Reorganización de la provincia post Restauración), por Alfredo Rafael Hernández Figueroa (Comp.) Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIV Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII. (Vol. LXXX de la Academia Dominicana de la Historia). Por Genaro Rodríguez Morel (Comp.) Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXV Memorias del Primer Encuentro Nacional de Archivos. Edición de Dantes Ortiz, Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVI Actas de los primeros congresos obreros dominicanos, 1920 y 1922. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894J, tomo 1 (Vol. LXXXII de la Academia Dominicana de la Historia), por Raymundo González. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXVIII Documentos para la historia de la educación moderna en la República Dominicana (1879-1894), tomo II (Vol. LXXXIII de la Academia Dominicana de la Historia), por Rayrnundo González. Santo Domingo, D. N., 2007. Vol. XXXIX Una carta a Maritain, de Andrés Avelino García (traducción al castellano del P. Jesús Hernández). Santo Domingo, D. N., 2007. Primera edición: Editora Montalvo, Ciudad Trujillo, 1944. Vol. XL Manual de indización para archivos, en coedición con el Archivo Nacional de la República de Cuba, por Mariso1.Mesa, Elvira Corbelle Vol. XXI

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Vol. XLI Vol. XLII Vol. XLIII Vol. XLIV

Vol. XLV Vol. XLVI Vol. XLVII Vol. XLVIII Vol. XLIX Vol. L Vol. LI

Vol. LII Vol. LIII Vol. LIV Vol. LV Vol. LVI Vol. LVII Vol. LVIII Vol. LIX

Vol. LX

Sanjurjo, Alba Gilda Dreke de Alfonso, Miriam Ruiz Meriño, Jorge Macle Cruz. Santo Domingo, D. N., 2007. Apuntes históricos sobre Santo Domingo, por el Dr. Alejandro Llenas. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007. Ensayos y apuntes diversos, por el Dr. Alejandro Llenas. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2007. La educación científica de la mujer, por Eugenio María de Hostos. Santo Domingo, D. N., 2007. Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1530-1546) (Vol. LXXXI de la Academia Dominicana de la Historia), por Genaro Rodríguez Morel (Comp.) Santo Domingo, D. N., 2008. Américo Lugo en Patria. Selección, por Rafael Daría Herrera (Comp.) Santo Domingo, D. N., 2008 Años imborrables, de Rafael Alburquerque Zayas-Bazán. Santo Domingo,2008. Censos municipales del siglo XIX y otras estadísticas de población, de Alejandro Paulina Ramos. Santo Domingo, D. N., 2008. Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo 1) de José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008. (en prensa) Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo U), de José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008 (en prensa). Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo UI), de José Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008 (en prensa). Prosas polémicas 1. Primeros escritos, textos marginales, Yanquilil1arias , por Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Prosas polémicas 2. Textos educativos y Discursos, por Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Prosas polémicas 3. Ensayos, por Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Autoridad para educa1~ La historia de la escuela católica dominicana, por José Luis Sáez, S. J., Santo Domingo, D. N., 2008. Relatos de Rodrigo de Bastidas, por Antonio Sánchez Hernández, Santo Domingo, D. N., 2008. (en prensa) Textos reunidos 1. Escritos políticos iniciales, por Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 2. Ensayos, por Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008 Textos reunidos 3. Artículos y Controversia histórica, por Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008. Textos reunidos 4. Cartas, Ministerios y misiones diplomáticas, por Manuel de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz, Santo Domingo, D. N., 2008 La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961), tomo I, por José Luis Sáez, S.J. Santo Domingo, D.N., 2008.

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Colección Juvenil Vol. I Vol. II Vol. III Vol. IV Vol. V

Pedro Francisco Bonó. "Textos selectos, Selección de textos de Raymundo González, Santo Domingo, D. N., 2007 Heroínas nacionales, por Roberto Cassá. Santo Domingo, 2007. E. Rodriguez Demorizi, Vol. I, C. T., 1944. Vida y obra de Ercilia Pepín, por Alejandro Paulina Ramos. Segunda edición, Santo Domingo, D. N., 2007. Dictadores dominicanos del siglo XIX, por Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008. Padres de la Patria, por Roberto Cassá, Santo Domingo, D.N., 2008.

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Colofón Este libro, La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo (1930-1961), tomo II, se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Editora Búho, C. por A, Santo Domingo, República Dominicana, en el mes de julio de 2008. Está compuesto en caracteres New Aster tamaño 11 e impreso en papel cáscara de huevo de baja densidad. La impresión consta de 1,000 (mil) ejemplares en tapa rústica.


BIBL10TECA

AQN

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