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CONTRATISTAS DE SEGURIDAD PRIVADA PSC y PMC Podemos aclarar que actualmente el uso del término mercenario no es aplicable al estado real en el que los contratistas trabajan. Actualmente cuando hablamos de contratistas estamos hablando de prácticamente todas aquellas empresas que se mueven en esta industria (que abarcan desde el sector servicios hasta el de seguridad armada) y que proveen de estos servicios en misiones de operaciones de Paz, operaciones de interposición y misiones de ayuda Humanitaria en caso de catástrofes o emergencias
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Cuando nos referimos a los contratistas en el sector de la seguridad normalmente hablamos de PSC (Private Security Contractors, en su término anglosajón) o Contratistas de Seguridad Privada, estos trabajan para compañías que proveen de protección personal, seguridad de los emplazamientos o sitios con personal de seguridad armado. Lógicamente, por las especiales circunstancias en las que este personal debe de realizar sus funciones, su adiestramiento y equipamiento no corresponden ni deberían corresponderse con las de un vigilante de seguridad. Por ello, el perfil demandado por estas empresas corresponde más al de ex militares, ya que sus funciones son muy similares a las desarrolladas en el ejército y su conocimiento de la vida militar hace más compatible su interrelación con ellos. Por otro lado tenemos a las famosas PMC (Private Military Companies) o Compañías Militares Privadas, estas firmas son las que supuestamente se ven implicadas en el desarrollo de las opera-
ciones ofensivas de sus clientes. En la teoría estas compañías no existen (mucho menos en nuestro país). Sí es cierto que pueden haber existido casos puntuales en las que se hayan implicado en operaciones de defensivas contratistas, por poner un ejemplo podemos nombrar la actuación de contratistas de la compañía Blackwater durante la famosa y olvidada batalla desarrollada en Nayaf, Irak, donde la intervención del equipo de seguridad de dicha compañía, evitó lo que podría haber sido una masacre para las fuerzas del contingente internacional,
Por las especiales circunstancias en las que este personal debe de realizar sus funciones, su adiestramiento y equipamiento no corresponden ni deberían corresponderse con las de un vigilante de seguridad
formados y liderados por España. O la actuación del equipo de Triple Canopo en Kut, que resistió más de 24 horas protegiendo a trabajadores del consulado americano hasta que fueron evacuados. IDEAS GENERALES DE LA APARICIÓN DE LOS CONTRATISTAS Desde la década de los noventa los estados están recurriendo cada vez más al empleo de Compañías Militares Privadas (CMP) o Compañías de Seguridad Privada (CSP) para la prestación de servicios de seguridad o de apoyo a misiones militares en zonas de conflicto o zonas hostiles (países donde sus fuerzas de seguridad son inexistentes o deficientes o en los que existen problemas de insurgencia, como Afganistán, los Balcanes, el sudeste asiático e Irak). Es precisamente en Irak, donde el fenómeno ha presentado unas dimensiones sin precedentes, por el volumen de contratación, número de personal empleado y número de compañías presentes. www.sectorseguridad.com
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El papel desarrollado en la guerra de 2003, por los Estados Unidos, durante la fase de ocupación y durante la actual etapa de reconstrucción y estabilización del país, ha desarrollado y apoyado, con la externalización de algunas de las principales funciones de seguridad, el ascenso de dichas compañías. Sin embargo, y muy al contrario de lo que piensa la opinión pública, no es una política exclusivamente estadounidense, ya que numerosos estados y organizaciones internacionales, incluidas la propia ONU y países miembros de la Unión Europea (así como ONG) recurren a este tipo de empresas para la prestación de servicios de seguridad o de apoyo a las tareas de reconstrucción y estabilización. Actualmente el nivel de dependencia de este tipo de servicios por parte de los departamentos de defensa de numerosos estados, en lugares como Irak o el sudeste asiático, es muy superior a las primeras actuaciones de estas empresas durante la fase de los Balcanes o la primera guerra del Golfo.
Desde la década de los noventa los estados están recurriendo cada vez más al empleo de Compañías Militares Privadas (CMP) o Compañías de Seguridad Privada (CSP) para la prestación de servicios de seguridad o de apoyo a misiones militares en zonas de conflicto o zonas hostiles Esta tendencia sigue creciendo, especialmente con las crecientes voces a favor de la externalización de servicios que no pueden ser asumidos por las fuerzas armadas de los países occidentales, en general, y que tarde o temprano deberá de ser asumida en nuestro país. Ya que además de servicios de seguridad, tanto de personal como de instalaciones y convoyes, las funciones desempeñadas cubren un amplio escenario de posibilidades que van desde los tradicionales servicios de alimentación, alojamiento de tropas y lavandería, servicios de comunicación, transporte, interpretes para acompañar a los militares, mantenimiento de determinados sistemas de armamento hasta incluso servicios de inteligencia. Especialmente una de las áreas en la que este tipo de empresas han creado 30
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material policial
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una mayor polémica en la opinión pública es la relacionada con la prestación de servicios de seguridad, dado que implica que personal civil puedan ir armado y pueda emplear el uso de la fuerza si es necesario. Razón por la cual este sector tiene sus partidarios y detractores. Desde la propia industria se plantean el establecimiento de medidas de control y regulación de estas empresas, así como la definición de funciones donde ciertas actuaciones deberían quedar reservadas para el personal militar. Es imprescindible mencionar que estas medidas de control se están regulando por organismos como la Cruz Roja Internacional y el Centro para el Control de Fuerzas Armadas en Suiza, organismos con reconocimiento internacional y que ya han conseguido que países como Reino Unido, Francia, Canadá, Estados Unidos y Alemania, entre otras naciones occidentales, se sumen al proyecto de crear una legislación internacional que regule la contratación y empleo de Compañías Militares Privadas. Es una muestra clara de que esta industria continuará tenien32
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do un papel importante en la resolución de los conflictos armados del futuro. NECESIDAD Y CONVENIENCIA DEL USO DE CONTRATISTAS La utilización de empresas privadas en funciones que tradicionalmente estaban reservadas a los ejércitos estatales se entenderán atendiendo a las características especialmente sensibles de las zonas de
Actualmente el nivel de dependencia de este tipo de servicios por parte de los departamentos de defensa de numerosos estados, en lugares como Irak o el sudeste asiático, es muy superior a las primeras actuaciones de estas empresas durante la fase de los Balcanes o la primera guerra del Golfo
operaciones en las que deban de desarrollar su función. En el contexto actual en el que la reducción de los ejércitos estatales supone un hecho, el uso de contratistas de seguridad, permite aumentar las capacidades de las fuerzas desplegadas. Especialmente cuando el despliegue de personal militar esta sujeto a limites por decisión del propio gobierno o en relación a los a acuerdos territoriales entre estados. Pongamos por ejemplo, el hecho de que en el Departamento de Defensa estadounidense se decidió que aportaría un 15% de la fuerza que la OTAN desplegara en Kosovo. Estos límites no se aplicaron al personal de CMP, por lo que el gobierno estadounidense recurrió al uso de contratistas para las funciones de apoyo en el despliegue, llegando el número de contratistas a doblar al personal militar en la zona. La contratación de contratistas puede llegar a liberar al personal militar de tareas que no requieren formación ni experiencia militar, como la restauración, limpieza y otros suministros básicos. Puede lle-
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gar a suplir el déficit del personal especializado, sobre todo cuando se trata de la cualificación necesaria para el manejo, mantenimiento o reparación de equipos o sistemas de armamento de alta tecnología. En algunos ejércitos se ha llegando a la conclusión de que en ciertas ocasiones no resulta rentable la formación de personal militar para el manejo de determinados sistemas y que pueden ser responsabilidad de contratistas desde el principio. Otra de las ventajas que pueden derivar del uso de CMP, es el empleo de personal local, estos incorporan una ventaja desde el punto de vista lingüístico y cultural con respecto al personal militar, reduciendo las posibles fricciones que pudieran derivarse de la población civil. Así mismo, los contratistas privados pueden ser desplegados con mayor rapidez que las fuerzas armadas. Desde la perspectiva del cliente, el servicio prestado por estas compañías es similar en cuanto a contenido y calidad al que prestan las unidades militares, con las siguientes diferencias: · Solo pueden ser exigidas las prestaciones establecidas en los términos del contrato. · Los contratistas son civiles autorizados a acompañar a las FAS, por lo que los mandos militares carecen de control directo sobre los empleados de dichas compañías, el control corresponde a la compañía a la que pertenecen. · ?La gestión y supervisión en el cumplimiento del contrato suscrito con la compañía se realizara a través de los representantes designados por el gobierno u organismo contratante. · ?Sobre la calidad y fiabilidad del personal empleado, las compañías pueden mantener sus niveles de calidad porque pueden seleccionar a su personal de una amplia y competitiva bolsa de empleo, a diferencia de los ejércitos tradicionales que mantienen unos recursos de personal limitados. · ?Otra de las ventajas presentadas es la de mantener a sus empleados desplegados indefinidamente, mientras que el personal militar debe rotar regularmente.
En conclusión podemos atrevernos a decir que en la actual situación estratégica con la que se encuentran los ejér-
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citos occidentales es prácticamente impensable el llevar a cabo operaciones de las dimensiones que se desarrollan en escenarios como Irak o Afganistán sin el uso de compañías privadas (aunque se las ha empleado con anterioridad en operaciones militares s de menores dimensiones). CASO EJEMPLO: SEGURIDAD MARÍTIMA PARA LA FLOTA PESQUERA ESPAÑOLA El Congreso ha enviado dos barcos, un avión y hasta 395 militares al Océano Índico. El pleno del Congreso dio un apoyo casi unánime a la participación española en la primera misión aeronaval de la Unión Europea. La fragata Victoria, con 196 efectivos, tarda casi tres semanas en llegar al Cuerno de África, donde, desde septiembre pasado, hay un avión de patrulla marítima con 70 efectivos. En abril se 34
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En algunos ejércitos se ha llegando a la conclusión de que en ciertas ocasiones no resulta rentable la formación de personal militar para el manejo de determinados sistemas y que pueden ser responsabilidad de contratistas desde el principio sumará al operativo un buque de aprovisionamiento logístico, con 118 tripulantes. Desde entonces, y por cuatro meses, el mando de la flota europea corresponderá a un capitán de navío español. En la dotación de los buques se incluye un "equipo de guerra naval especial" de la Armada especializada en operaciones especiales a la que, eventualmente, correspondería asaltar un buque secuestrado. El Gobierno no quiso recurrir a esta unidad, aunque esta-
ba alertada, durante el secuestro del atunero Playa de Bakio, en abril pasado. El coste de la operación Atalanta, según las propias fuentes oficiales, oscilará entre 3,7 y 5,1 millones mensuales, en función del número de militares implicados (277 hasta abril y 395 hasta agosto). Coste de hasta 170.000 € diarios, misión desarrollada en el Golfo de Adén, lejos de las zonas donde faenan los pesqueros españoles. Las fuerzas navales internacionales en la zona tienen como principal misión escoltar y patrullar la zona por la que circulan el tráfico marítimo internacional de mercancías. Son más de una veintena de buques militares y los ataques piratas continúan teniendo lugar. Esta no es la ruta de acción de la flota pesquera, cuyos caladeros de pesca se encuentran dispersos en una zona muy amplia y en la que normalmente los buques trabajan de forma aislada. UC Global