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A fondo
domingo 31 — 1 — 2010
renace a un mercado multipolar En clave de «re» El lema de Davos este año ha sido «Repensar, rediseñar, reconstruir»... La economía, por supuesto. Pero también: las políticas, las instituciones, los sistemas y el mundo en general «Tengamos buenas regulaciones, mejores regulaciones, pero no más regulaciones», coincidieron varios de los asistentes con esta declaración a EMPRESA de Peter Levene, presidente del banco británico Lloyd’s
R. Villapadierna Enviado especial a Davos
La estación alpina ha vuelto a ser el sanatorio de «La Montaña Mágica», la célebre novela local y universal de Thomas Mann, sobre este lugar al que se llegaba en busca de alguna cura, sin saber ni cuál era el mal, y ni siquiera si uno era visitante, o terminaría siendo paciente. Como si supiera del riesgo, o que no necesitara cura, el presidente Rodríguez Zapatero vino por primera vez y, raudo, se fue seguramente por última vez. Ni le entendieron, porque venía a ponerse la venda antes de la pedrada, ni entendió él, tal vez también por problemas de traducción. A diferencia del griego Papandreu, no pidió hablar con Roubini, el gurú más crítico; además al presidente no le han gustado nunca las críticas y aquí se habla ya, en términos económicos, del «spanish problem». «Estupendismo» global Su problema de autosatisfacción política se parece al del «estupendismo global» de que ha adolecido la tribu de los «Davos men» durante los últimos diez años; pero estos al menos han emprendido este año su viaje, contritos y penitentes: en el informe anual de
Pricewaterhouse Coopers reconocen que si hubieran entendido la gravedad de la situación habrían reaccionado de otro modo. Es una honestidad que da confianza y que falta entre los políticos. Desigualdades Empresarios y financieros saben que la globalización la han salvado los gobiernos y empresas nacionales y que las cosas no volverán a ser iguales: «serán desiguales, con distintos escenarios y velocidades a la vez», como explicó a EMPRESA el director global de Estrategia de Accenture, Mark Spelman. Por tanto que, aunque la globalización no va a detenerse, será distinta tras la humillante lección en el Monopoly financiero global: la primera, que no es un juego. Que puede
llamarse con pleno derecho la nueva Gran Depresión y que seguramente no ha terminado o no en todas partes por algun tiempo. Y que ha costado unos 11 billones de dólares (según el Foro) al contribuyente global, que habrá que pagar por años. Así que este Davos ha convocado a repensar y a reconstruir lo roto y a reinventar el futuro. Pero aunque éste es el lugar predilecto para el festival de ideas nuevas y autocríticas del pasado, como sugiere Felix Salmon es posible que nadie tenga demasiada idea de qué hacer ahora. Estado: gracias y adiós Pero los banqueros —aún con olor a apestados en este Davos— han levantado la voz, por primera vez desde la debacle de Lehman Brothers, para advertir de que, una cosa es que la policía acuda en ayuda y a poner orden, y otra que quiera quedarse a dormir en el sofá e incluso llevar las cuentas de la tienda. La recesión forzó a una intervención de los estados sin precedentes en el corazón del sistema capitalista y los mercados temen ahora un exceso de regulación que les impida actuar. El presidente del Deutsche Bank o el del Santander han respondido con escozor a los últimos planes de Obama para la banca y Lord Levene,
presidente de Lloyd’s, especificó a EMPRESA que harían falta «buenas regulaciones, mejores regulaciones, pero no más regulaciones» y que causa de la crisis también ha sido la vulneración por parte de los gobiernos de reglas del
La clase política y la banca central piden a los bancos un poco más de responsabilidad y sensibilidad Trichet recuerda que se está subestimando que la crisis económica y financiera estuvo muy cerca de llegar a ser una depresión total
Nueva energía híbrida ¿Necesitamos energía o cambiar el modo de vida? «No es una opción excluyente, son las dos cosas». A cada pregunta disyuntiva, con Neil McArthur, jefe para Europa de la consultora Booz&Co, se sucede una respuesta similar. Su libro «Energy Shift» (El cambio energético) es un compendio analítico del complejo mundo de la energía y la necesidad futura de no excluir nada: ni la energía
limpia, ni la eficiente, ni la económica. «Será carbón, pero limpio; y biocombustibles y gases alternativos. Y captura de CO2 y nuevos modos de almacenaje y de transporte, así como nuevas baterías eléctricas y una nueva energía nuclear. Necesitamos autonomía. La radical dependencia actual nos aterra». ¿Y España? «Tiene muchas posibilidades, pero mucho que hacer».
mercado, como en la normativa hipotecaria estadounidense que precipitó las hipotecas basura. Pero la clase política y la banca central, consciente del coste que ha supuesto a los contribuyentes el rescate del sistema financiero, piden a los bancos en Davos un poco más de responsabilidad y sensibilidad. Y también el secretario general de la Confederación Internacional de Sindicatos, Guy Ryder, recordó en exclusivas declaraciones a EMPRESA que «se ha puesto a prueba no sólo el sistema, sino el nivel de enfado de los trabajado-
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res». Estaríamos en medio de una crisis que ha laminado 34 millones de empleos en dos años, derivan en una crisis de confianza en el capitalismo y en los empresarios. Pero la lobreguez del último Davos ha pasado, la primera economía europea crecerá en 2010 un 1,4%, Estados Unidos ha anunciado un último trimestre de crecimiento al 5,7% en 2009 y la mayoría de la Eurozona salvo España habrá salido de la recesión. Los que se han salvado vuelven a sonreir por las calles nevadas y los restaurantes alpinos del Foro Económico. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) ha tenido a bien recordar que se está subestimando increíblemente que la crisis financiera y económica estuvo muy cerca de llegar a ser una depresión total. «Los gobiernos pusieron en la mesa un nivel de riesgo para los contribuyentes, hasta el 25% del
Producto Interior Bruto (PIB) a ambos lados del Atlántico». El líder sindical Johan Evans, que asesora a la OCDE, opinó que por tanto no se puede esperar que los gobiernos desaparezcan ahora después de pagar. El euro ha ayudado a organizarse y protegerse mejor y la primera lección que ofrece, como ha destacado el presidente Rodríguez Zapatero o Jean Claude Trichet, es que por tanto «nadie se va a salir del euro»; «cualquier problema griego», irlandés o español «se resolverá mejor en la eurozona que fuera», reconoció a EMPRESA el propio George Papandreu. Papandreu advierte además de que se estaba usando a su país, Grecia, para debilitar al euro en su conjunto y quiso asegurar que Atenas no caerán el impago de su deuda ni necesita ser salvada por la Unión Europea.
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Todos a una: Coordinar políticas para salir de la recesión Agenda del G-20 R. V.
Ahora sería necesario trabajar para lograr un sistema financiero más resistente, urgió en su intervención «suiza» Jean Claude Trichet. Desde Rodríguez Zapatero a Nicolas Sarkozy, pasando por analistas y banqueros, han llamado a coordinar las políticas para salir de la recesión y establecer una agenda para después, que incluya una supervisión mejorada de los mercados y usos financieros. El presidente surcoreano,
del que Zapatero busca una invitación para el próximo G-20, ha dicho que éste es el marco en que abordar la nueva agenda. Trichet hizo hincapié en encontrar soluciones a un nivel global, y no nacional o regional, ya que serían una «receta para la catástrofe», y destacó que «si queremos crear empleo lo antes posible, necesitamos confianza», algo que los bancos centrales están tratando de restaurar.
Para crear empleo rápido los líderes apuestan por la confianza
La confianza está retornando al menos entre la mayoría de los empresarios, que ven ya posibilidades de crecimiento y un 40% de ellas están dispuestas a contratar personal. Según el tradicional informe que PriceWaterhouseCooopers presenta en Davos (ver página siguiente), sólo un 18% no esperan prosperar y un 25% espera aún recortes de empleo. Diversas alternativas y velocidades Hace años que se especulaba en Davos sobre el posible desempalme de las economías en un mundo diverso y multipolar. La recesión postpuso las conclusiones del debate, pero el paisaje tras de la crisis muestra efectivamente ya una variedad de alternativas y distintas velocidades: hay recuperación, pero es desigual. Hay crecimiento y recesión dependiendo del lugar: se ha demostrado que «la situación estructural y de los mercados en cada país» iba a prefigurar cómo salir de la crisis, dice el líder sindical Guy Ryder.
N ESTARÁ IKER AY