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MIÉRCOLES 27/9/2006
ABC
Cultura y espectáculos EL PÁNICO DE IDOMENEO JESÚS GARCÍA CALERO
os más modernos del lugar que defendían la libertad de «crucifixión» de Madonna asumen con progre gentileza que un teatro europeo se autocensure al retirar un «Idomeneo» de Mozart en una versión escénica que termina con Buda, Mahoma, Jesús y Poseidón decapitados. Sobra decir que Buda, Jesús y Poseidón no son el problema. Los hombres se han rebelado a menudo contra los dioses, y de eso habla Idomeneo. Desde la temprana opa que Prometeo lanzó contra el Olimpo —rompió aquel monopolio sobre el fuego para que comiéramos caliente—, nuestras divinas querellas nos han baqueteado, convirtiéndonos en criaturas de cierta dignidad. Han pasado eones desde aquel episodio (y ha pasado E.ON, últimamente, hablando de opas, en las que la UE sí vela por la libertad). Justo en Alemania, ahora, aparece un dios ante el que los occidentales vamos decidiendo no rebelarnos ya: el miedo, a la barbarie fundamentalista, a los talibanes que prohibieron la música y lapidan mujeres, a los que dinamitaron los Budas de Bamiyán. Así que, el que esté libre de pecado, si quiere, que rapte la libertad y la esconda en su serrallo.
L
EPA
Una imagen de la escena final del montaje de «Idomeneo», que ya se estrenó en el año 2003
Alemania se irrita tras la suspensión de una ópera por miedo a los islamistas El montaje incluía una decapitación de Jesucristo, Buda y Mahoma 쎲 La decisión
de la Deutsche Oper de Berlín de retirar de su programación la ópera «Idomeneo» ha generado numerosas críticas en la clase política germana RAMIRO VILLAPADIERNA CORRESPONSAL BERLÍN. «Islamister og naivister (Islamistas e ingenuistas)» alcanza el número de uno de ventas en Dinamarca, donde crece un frente intelectual contra la nueva censura occidental explicada como corrección, coincidiendo con la suspensión en Berlín de un montaje de ópera en eL que aparecía Mahoma, así como de un esperado especial de la televisión pública germana que aborda por primera vez la presión a la que viven algunos alemanes en barrios de fuerte inmigración. En el enrarecido clima que se vive en estas últimas semanas, y ahora entre protestas de papanatismo, la respetada cadena ARD ha desplazado a un horario de mayores el documental «Rabia», sobre problemas con la inmigración, el día en que la Deutsche Oper anunciaba el reemplazo de un controvertido «Idomeneo» en noviembre, por unas más convencionales «La traviata» y «Las bodas de Fígaro».
La razón para lo primero es que «Rabia» muestra por ejemplo cómo en barrios de inmigración un típico niño alemán sin hermanos y madre soltera es acosado y hostigado por un compañero turco, que cuenta con el respaldo de media docena de hermanos y una veintena de primos. En cambio, la razón para escabullir el «Idomeneo» de Mozart no ha sido que el arrojado montaje de Hans Neuenfels incluyese una inopina-
da cabeza cortada de Jesucristo, lo que podría haber pasado por libre expresión artística del drama troyano, sino que también incluía otra de Mahoma. Esto último se ha juzgado como inaceptable y la dirección se ha negado a incurrir en lo que calificó como «un incalculable riesgo para la seguridad» del templo operístico, que dice haber recibido recomendaciones de la Oficina Federal de Investigación Criminal
Contra el ingenuismo R. V. BERLÍN. Dos veteranos comentaristas, conocidos por décadas de apuesta por una sociedad multicultural, se desmarcan ahora en Dinamarca con una seria advertencia contra la candidez pequeño burguesa de la Europa en paz. Karen Jespersen, del «Berlingske Tidende», el diario más antiguo del mundo, y Ralf Pittelkow, analista político de TV2 y
del «Jyllands-Posten», el medio que lanzó el debate de las caricaturas, advierten en muchos europeos una nueva y peligrosa ideología que bautizan como «ingenuismo». Pittelkow compara el expansivo islamismo con el fascismo y el comunismo y dice que ya ha creado una reacción entre el común de miedo y xenofobia contra el emigrante. En esta línea, el
presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, ha lamentado en Berlín que la tolerancia se confunda con «miedo a la confrontación y con corrección política», capaz de transigir siempre «antes con las tesis del otro que con las propias». Barroso se dijo, por ejemplo, «decepcionado por cómo los dirigentes europeos han dejado al Papa en la estacada».
en el sentido de que podrían verse heridos los sentimientos de los fieles mahometanos. No parece ajena esta notificación a la inminente apertura en Berlín de una «Cumbre del Islam» en que el gobierno pensaba abordar las diferencias culturales que llevan a este tipo de conflictos. Distintos políticos alemanes expresaron ayer su estupefacción ante los nuevos argumentos culturales de centros reputados por su celo rompedor, que meses antes programaban una «Madama Butterfly» de Calixto Bieito que dejó a los berlineses con el vello como escarpias. El ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, criticó desde EE.UU. una retirada de cartel por miedo como «inaceptable e irrisoria». El ex presidente socialdemócrata del Bundestag, y cristiano comprometido, Wolfgang Thierse, denunció la amenaza nueva a la libertad artística: «¿A dónde vamos a llegar». El jefe parlamentario social-cristiano calificó la retirada de «Idomeneo» de «pura cobardía». En un orden similar, la hija de la líder terrorista Ulrike Meinhof intenta parar el próximo estreno en Hamburgo de una obra de Elfriede Jelinek, «Ulrike Maria Stuart», en la que, según dice, la autora «desgarra a mi madre» en escena y con ello «también a dos personas reales y presentes como mi hermana y yo».