El Museo del vino de Bullas y la Red Europea Vinest

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El Museo del vino de Bullas y la red Europea Vinest Salvador Martínez Sánchez Director del Museo del Vino de Bullas.

Pedro García Moreno Agente Desarrollo Local del Ayuntamiento de Bullas Salvador Martínez Sánchez

Se cumplen ahora once años desde que se inaugurase el Museo del Vino de Bullas y en este tiempo la institución ha visto logrados y superados la mayor parte de sus originarios anhelos. Se iniciaba como un proyecto para promocionar turísticamente el territorio y ha pasado, además, a convertirse en un referente no sólo del enoturismo regional murciano sino también en importante polo de relación sociocultural y centro de dinamización en torno a la cultura del vino. La variada y constante programación de actividades define su vocación abierta a la sociedad circundante y a la salvaguarda e investigación del patrimonio material e inmaterial de la zona. La sociedad local se siente estrechamente vinculada a su museo, sabiéndose consciente de que en él tiene preservada la memoria colectiva y la propia identidad de Bullas, no sólo como municipio sino también como comarca/región vitivinícola. Palabras clave: Bullas, Vinest, enoturismo, patrimonio vitivinícola, identidad, dinamización.

Licenciado en Geografía e Historia, especialidad Historia Antigua y Arqueología por la Universidad de Murcia. Doctorado del Dpto de Prehistoria, Historia Antigua y Medieval de esta misma Universidad. Desde 2003 es el director del Museo del Vino de Bullas y Agente de Desarrollo Turístico del Ayuntamiento de esta misma localidad. Y desde 2006 es gerente de la Ruta del Vino de Bullas (Asociación RV Bullas). Ha participado en diversas publicaciones en revistas especializadas sobre turismo, historia, arqueología y cultura del vino.

Pedro García Moreno

Conectando con la cultura del vino “VINEST es una red única que promueve la interacción de pequeñas áreas europeas productoras de vino para proteger y realzar la variedad e individualidad de sus vinos, territorios y culturas” Es un proyecto ejecutado entre 1998 y 2002, cofinanciado por el programa europeo RECITE II para la cooperación interregional. La idea del proyecto respondía a la necesidad de potenciar el desarrollo

de un territorio a través de sus productos agrícolas de calidad. Estos productos y, en este caso, el vino debían convertirse en el núcleo central del marketing territorial. El proyecto supuso una inversión, en Bullas, de unos 390.000 euros, aproximadamente, cofinanciada en un 75 % por la U.E. (FEDER). Para un municipio como Bullas representaba una cantidad de dinero muy importante, destinada, la mayor parte, a la construcción y equipamiento del Museo del Vino y a las distintas acciones de formación y asistencia técnica a desarrollar, tanto en el ámbito local como transnacional, con los bodegueros y productores de vino, así como con el sector turístico.

Licenciado en Geografía e Historia, especialidad Geografía y Cursos de Formación del Profesorado, Certificado de Aptitud Pedagógica en la Universidad de Murcia. Desde 1995: es el Agente de Desarrollo Local, siendo a su vez Jefe del Área de Desarrollo Local y Turismo del Ayuntamiento de Bullas. Ha participado en proyectos de desarrollo turístico, asociados a escuelas-taller (Moratalla y Bullas) y programas europeos (proyecto Casa Europa, Cultura 2000, Vinest, Grundtvig, Life +, Leader +, Leonardo, etc...). Desde 2004 es responsable Local de la Red Internacional Vinest.

Cuando surge la posibilidad de participar en VINEST se plantean los siguientes objetivos a nivel local:

Todo esto orientado a mejorar las condiciones económicas del productor y a potenciar un turismo enológico que venga a completar la importante oferta de turismo rural que ya existe en Bullas y en la comarca. Revista de Museología # 60 | 115


Tinajas del Museo del vino Bullas

Los resultados de VINEST pueden sintetizarse en tres apartados:

torio, en el respeto a su identidad, basada ésta en el cultivo de la variedad Monastrell.

1. Creación de una red local:

- La Asociación Ruta del Vino de Bullas, creada en junio de 2006 con el objeto de ser el organismo gestor del enoturismo en la zona. En ella se integran bodegas, Consejo Regulador, Ayuntamiento, enotecas, alojamientos, restaurantes, etc., con el objetivo de mantener y gestionar un producto turístico atractivo y de calidad. Su sede se encuentra en el Museo del Vino de Bullas. Ruta Certificada desde 2007 y que ha vuelto a ser certificada en 2014 por Turespaña y ACEVIN como uno de los 21 destinos que forman el Club de Producto ‘Rutas del Vino de España’. Con su creación, es el empresariado el que asume el protagonismo principal en al promoción y gestión del turismo del vino.

Antes de iniciar el Proyecto, el Ayuntamiento de Bullas tuvo que incorporar a distintos socios locales que representaban los distintos ámbitos del sector vitivinícola de nuestro municipio. Esta iniciativa fue, y continúa siendo, una importante herramienta para fortalecer la producción local de vinos de calidad y aumentar su competitividad. Esta red local ha participado, de forma activa, en todas y cada una de las distintas acciones de cooperación transnacional que se han desarrollado dentro de los distintos proyectos que se han generado desde Vinest y en los que hoy, 16 años después, seguimos trabajando. Tres son los pilares en los que se basa esta red: - La Agencia Vinest, que establece el nexo de unión y el vínculo de transferencia de información y asesoramiento para determinados temas entre los distintos miembros que conforman la red. Es la herramienta que el Ayuntamiento de Bullas utiliza para coordinar y aplicar los proyectos destinados a mejorar el sector. Esta Agencia Vinest utiliza la estructura de la Agencia de Desarrollo Local, creada en 1998 con la finalidad de impulsar y consolidar el desarrollo integrado de su territorio. Se encarga de la gestión del Museo del Vino y de la Oficina de Turismo. - El Consejo Regulador de la D.O. que, como entidad que representa al sector vitivinícola a nivel de Bullas y su comarca, fue creado en 1994 con la finalidad de mejorar la calidad del vino de su terri116 | Revista de Museología # 60

2. Apuesta por el Turismo Enológico: Con el desarrollo del Turismo Enológico se pretende conseguir: n. Desde esta perspectiva los distintos proyectos que se han desarrollado dentro de la Red Internacional Vinest han supuesto un verdadero revulsivo, como impulso principal de las distintas acciones que se han desarrollado y se desarrollan en este campo.


Este tipo de turismo puede imprimirle a nuestras propuestas una personalidad propia en la Región de Murcia, diferenciando nuestra oferta frente a otros productos como el turismo religioso, el de aventura o el monumental; una importante y rica oferta turística comarcal diversa y complementaria entre sí. 3. Red Internacional VINEST: Como consecuencia del trabajo desarrollado, cuando este proyecto termina, surge la necesidad de crear una Red que refuerce y consolide las acciones iniciadas de cooperación transnacional. La Red Vinest tiene como finalidad la interacción de los asociados para proteger y realzar la variedad e individualidad de sus vinos, sus territorios y sus culturas. Entre sus objetivos fundamentales se encuentran:

trabajo de lobby en temas que, a nivel europeo, afectan a todos los socios.

Esta Red es el instrumento ideal para consolidar el objetivo de recuperar y vigorizar la cultura del vino en nuestro territorio, así como para fortalecer la producción local de vinos de calidad. El trabajo que se ha desarrollado, y se sigue desplegando en colaboración con los asociados de la Red, representa no sólo la unión de esfuerzos de socios de diferentes áreas de Europa para contribuir a mejorar el sector del vino en cada una de ellas, sino que, a nivel de Bullas, ha ejercido de elemento catalizador e impulsor de iniciativas, contando en todo momento con la implicación de los distintos actores locales. Gracias a esta fructífera colaboración internacional, Bullas ha podido seguir trabajando en la línea de difundir una cultura peculiar alrededor del vino, la realización de actividades que ayuden a la mejora de la calidad de sus vinos y el desarrollo de un turismo temático que tiene como centro el Museo del Vino de Bullas. En resumen, el Proyecto Vinest puede considerarse el auténtico motor de desarrollo del Turismo Enológico en Bullas.

Escenografia de prensado.

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El contexto geográfico e histórico El Museo del Vino de Bullas se sitúa en el centro neurálgico de una denominación de origen que debe su nombre al municipio que ha capitalizado el cultivo del viñedo y la producción de vino a lo largo del siglo XX e impulsado la necesidad de reconocimiento de la indicación geográfica. En la actualidad, la comarca vitivinícola conforma una D.O. protegida y amparada por la administración pública1 y en la que se encuentran adheridos, total o parcialmente, nueve municipios de gran extensión de la Región de Murcia2.

1 El Reglamento de la Denominación de Origen “Bullas” y de su Consejo Regulador fue aprobado por Orden de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca de Murcia de 29 de marzo 1994, y ratificado por Orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de 5 de septiembre de 1994. 2 El área geográfica que ocupa la Denominación de Origen la componen total o parcialmente varios municipios: Bullas, Cehegín, Mula, Pliego, Ricote, Calasparra, Caravaca de la Cruz, Moratalla y Lorca (según reforma del Reglamento del CRDO, aprobada el 24/05/2006 por la Consejería de Agricultura y Agua de la Comunidad Autónoma de Murcia). 3 AMBEL, 1995, 37. 4 BAQUERO, 1982 5 MARTÍNEZ, 2005, 19-20. 6 MADOZ, 1989. 7 MARTÍNEZ, 2005, 22-23 8 Juan Pedro García: Monsieur Bacqué y la Bodega de los Franceses (www.vinosmalditos.com)

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Desde el punto de vista histórico, nos encontramos con un territorio de secular tradición con la producción de vino. Tan aptas al cultivo de la vid son las tierras del interior de la región de Murcia que hoy día encontramos infinidad de vestigios arqueológicos relacionados con esta práctica y, a la vez, con el consumo de vino. Las vajillas ibéricas y griegas del Cigarralejo (Mula), o las alegorías romanas a la vendimia como el Sello de panadero de El Castellar o el Niño de las Uvas (Bullas), así como numerosos restos relacionados con la vinificación, también en época romana, en Cehegín, Caravaca o Lorca, son algunas de las elocuentes muestras de la tradición vitivinícola comarcal. El Medievo y las edades Moderna y Contemporánea ofrecen multitud de fuentes históricas sobre el cultivo de la vid y documentan la presencia de bodegas repartidas por todo el territorio. Por suerte gran parte de estas bodegas aún se conservan, como es el caso concreto del edificio que alberga al Museo del Vino de Bullas. Sólo un par de ejemplos. En 1660, el erudito Martín de Ambel escribía que en Bullas “hay muchos lagares, a quien en esta tierra llaman bodegas, donde se recogen y conducen más de 20.000 arrobas de excelente vino”.3 Y en 1755, el Padre Ortega hablaba de cosecha “abundantísima de vino, de modo que está reputada su bodega por la mayor de este Reyno de Murcia”.4

Niño de las Uvas, escultura hallada en la Villa romana de Los Cantos (Bullas)

Incluso fiestas contemporáneas, como la de los Caballos del Vino en Caravaca o la Vendimia y bendición del primer mosto en Bullas, son referidas desde la Edad Media y remarcan la tradición enológica de la comarca del Noroeste de la Región de Murcia5.

cia de que en 1883 la mayor parte de lo producido, un 40 %, se exportaba al extranjero (a través del puerto de Alicante)7; son los años en que la zona experimenta un nuevo auge comercial ante la llegada de comerciantes franceses en busca del vino del Noroeste murciano8.

Entre los siglos XVII y XIX, la principal cosecha era, con creces, la de uva con destino a la vinificación. Concretamente en 1850, en el municipio de Bullas, la mayor parte de lo cultivado (más del 70 %) eran viñedos y la producción de vino superaba las 70.000 arrobas6. Hasta el punto de dejar constan-

Tras el bache de la filoxera, que arrasó los viñedos europeos en general, nuestra comarca no verá recuperada la intensa producción de antaño. El cambio de siglo supone un gran punto de inflexión, donde la mayoría de los municipios de la


comarca optan por otros cultivos. Y, aunque Bullas es la excepción, y recupera gran parte del viñedo de su término municipal, las producciones no volverán a ser las de finales del XIX. En la actualidad, se conservan multitud de antiguas bodegas abandonadas. Los centros urbanos históricos (en Cehegín, Moratalla, Mula, Caravaca, Bullas…) esconden centenares de lagares subterráneos y conforman un patrimonio histórico digno de conservación y divulgación9. Es la arquitectura tradicional del vino que, felizmente, puede visualizarse en el espacio que hoy sirve de albergue y es escenario ideal del Museo del Vino de Bullas. La actividad generada Con anterioridad a la inauguración del museo en mayo de 2003, se hizo un importante esfuerzo por acopiar información en torno a la cultura del vino en la zona. Con los medios entonces al alcance, se examinó y recuperó toda la documentación posible (fuentes orales y escritas), se realizaron inventarios de recursos y catalogación de herramientas y elementos enológicos. Fundamental fue la campaña de recogida de material etnográfico alrededor de la cultura del vino, lo que supuso la creación de una importante colección que sería la base del discurso expositivo. Desde su creación en mayo de 2003, el Museo del Vino de Bullas ha desarrollado una intensa actividad, no sólo en los obligados campos de la divulgación, conservación e investigación, sino también en la organización de todo tipo de actividades complementarias y especialmente en acciones

de dinamización y desarrollo socioeconómico del área circundante. El número de visitantes ha ido en aumento año tras año y, si bien, ha sufrido una leve retracción en las últimas anualidades (quizás debido al efecto de la crisis económica), podemos establecer un cómputo general positivo, teniendo en cuenta las dificultades de atraer visitas a una zona históricamente poco frecuentada por turistas. En diez años el museo ha atendido 159.240 usuarios, siendo 2010 el año de mayor afluencia con 20.062 visitas. Las visitas guiadas suponen el 27 %, los visitantes de recorrido libre un 16 % y el resto son usuarios que participan en actividades complementarias y visitas gratuitas (un 57 %). Por segmentos de población, el 52 % son adultos entre 15 y 65 años, el 18 % son jubilados, el 12 % son niños y el 18 % profesionales. De ellos, aproximadamente el 14 % son extranjeros (entre los que predominan, por este orden, británicos, alemanes y escandinavos). La tienda tiene un protagonismo importante, fundamentalmente en la venta de vinos de las bodegas que componen la D.O. Bullas, influyendo en la compra el acuerdo con las empresas productoras para vender los artículos al mismo precio de salida existente en bodega. En cuanto a las exposiciones temporales, éstas se han organizado de manera ininterrumpida desde la puesta en funcionamiento del museo. En total, entre los años 2003 y 2013, se han programado 66

9 221 bodegas censadas sólo en el casco antiguo de Bullas (Inventario de bodegas tradicionales de Bullas. Taller de Turismo Rural de la Escuela Taller Bullas III. Ayuntamiento de Bullas. Octubre, 2000).

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Pero también es importante resaltar la estrecha colaboración con entidades que han permitido la organización periódica de muestras de interesante calado. Destacan el Gremio Regional de Artesanos, la Cofradía del Vino Reino de la Monastrell o la Asociación Murciana de Críticos de Arte, entre otros. En la memoria quedarán “El color del vino” de Mari Cruz Fernández, “Paisajes de vida” de Antonio Fernández, “Sacacorchos del Mundo” de Fernando Riquelme, “Baco” de Juan Ros o “La Viña de Papel” de José Ato. También se ha dedicado un capítulo importante a las actividades formativas y didácticas. De forma periódica se programan cursos de cata de vinos, seminarios y jornadas para emprendedores, formación del sector enoturístico, degustaciones y presentaciones de vinos… Entre las actividades con escolares hay que subrayar el diseño y ejecución de visitas adaptadas a los usuarios de corta edad, con ayuda de soportes pedagógicos (cuadernos didácticos, marionetas para recortar y colorear, planeta de los sentidos, etc.) exposiciones, de las que en torno al 30 % han sido de producción propia. De éstas son reseñables “Vinaria: arqueología del vino”, Vinicónica: iconografía de la vid y el vino en la moneda contemporánea”, “Botellas Antiguas”, “Torculum: homenaje a las donaciones al museo” o “Villa de Los Cantos: historia de la investigación en el yacimiento romano”.

Numerosas actividades complementarias se dan cita a lo largo de año con el objetivo de reforzar los lazos que relacionan a la sociedad con el museo. Normalmente son actividades en las que la cultura del vino siempre está presente; por ejemplo, los ciclos de Vinarte, con conciertos de jazz y vino, folk, flamenco…, así como el maridaje con otras artes (pintura, cine, literatura, poesía…). El Museo del Vino se ha convertido igualmente en el referente de eventos anuales muy específicos. Además de la organización de actividades para celebrar el Día Internacional de los Museos o la Noche de los Museos, es cita obligada la Fiesta del Vino en el mes de febrero, la Muestra de Vinos de la D.O. Bullas y el Certamen de Calidad de los vinos en marzo, así como las actividades que festejan la llegada de la vendimia a finales de septiembre y sirven de apertura a las Fiestas Patronales. Otras actividades organizadas en o desde el museo son las cenas de maridaje, en las que se pretende promocionar a las bodegas y los vinos de la D.O. con los restaurantes y sus productos gastronómicos. También se organizan rutas de tapeo (TapaWine) y ferias (Jornadas Gastronómicas) en las que el vino es el protagonista principal. De igual forma, es de obligado cumplimiento la elección anual del Maestro del Vino, que recae en aquellas personas que han destacado por su vinculación con la cultura del vino de esta tierra. En estos años, la labor de recuperación y conservación del patrimonio ha sido relevante.

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La bodega del museo (fotografía de Damián Guirado)

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Se ha ejecutado la digitalización del inventario de las colecciones, incluyendo el fichero de las piezas y la catalogación de las más significativas. Y también se le ha prestado especial atención a la recepción de nuevas piezas que enriquecen los contenidos históricos y etnográficos del museo. Importante es resaltar que, hasta ahora, todo lo que alberga el Museo del Vino son donaciones totalmente altruistas. También se han liderado, desde el museo de Bullas, eventos relacionados con la investigación y el intercambio de conocimientos, destacando por su importancia y dedicación, el I Congreso sobre Etnoarqueología del Vino y el IV Congreso de Museos del Vino de España. Ambas reuniones han dado como fruto la publicación de las actas en las que se compilan los trabajos desarrollados. También se ha participado, como sede complementaria, en el Congreso Arqueológico del Vino en

época tardoantigua y medieval, organizado por la Consejería de Cultura de la Comunidad de Murcia en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid y el Instituto de Arqueología de Mérida. Los nuevos campos de trabajo Con el devenir del tiempo, el museo se ha integrado en diversas asociaciones y redes con las que organiza actividades y colaboraciones en común, como la Asociación de Museos del Vino de España, el Sistema Regional de Museos de la Región de Murcia, la Asociación de Ciudades Españolas del Vino o la propia Red Europea Vinest ya mencionada. Al mismo tiempo, y como servicio de protección del patrimonio y promoción turística, a las órdenes del Ayuntamiento de Bullas, el Museo del Vino de Bullas ha ido asumiendo una serie de nuevas responsabilidades ajenas a la actividad primigenia y fuera de su ámbito físico, tales como la gestión y atención de la Casa-Museo D. Pepe Marsilla, la

Prensa de madera y esparto (siglo XIX). Donación de Juan Muñoz

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La Casa de D. Pepe Marsilla es un museo filial, inaugurado en diciembre de 2006, en el que se muestra una amplia colección etnográfica que ambienta perfectamente los modos de vida y la sociedad existente en Bullas en la transición entre los siglos XIX y XX. Es un museo en el que se atienden visitas concertadas previamente y se organizan actividades vinculadas a fechas concretas (como, por ejemplo, visitas teatralizadas en las que se escenifica la vida en el interior de la casa en época de vendimia).

gerencia de la Ruta del Vino de Bullas, las actividades de investigación y atención en el yacimiento arqueológico de Los Cantos, o las visitas de grupos organizados a la Bodega de la Balsa, el Itinerario Bullas 1900 o a la Torre del Reloj…

El Museo es también la sede de la Asociación Ruta del Vino de Bullas y de la gerencia encargada de gestionar y planificar las acciones de promoción y comercialización del enoturismo. El propio Museo del Vino es referencia obligada desde donde parten los recorridos guiados por bodegas en producción, viñedos, enotecas, antiguos lagares o visitas a recursos naturales e histórico-artísticos; y también se promociona el uso de los servicios gastronómicos y alojativos certificados en la Ruta.

Casa-Museo D. Pepe Marsilla (sala de estar)

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Otro de los campos de más reciente atención es el de la arqueología. Con ayuda de un proyecto de formación ocupacional (taller de empleo), el Ayuntamiento de Bullas ha promovido la puesta en valor del enclave romano de Los Cantos, convirtiéndolo en un centro de interpretación de la Villa Romana incluida entre los recursos turísticos de la Ruta del Vino. El proyecto se concibe como un laboratorio permanente de arqueología, en el que se contemplan fases de investigación con actividades de difusión y visita turística. En el enclave se han musealizado parte de las estructuras visibles, tanto de la zona urbana como la de labor y almacenamiento, incluyendo la zona de balneario y las instalaciones del posible torcularium. Al mismo tiempo, desde el museo se gestionan las visitas de otras instalaciones de propiedad municipal, como la antigua Bodega de la Balsa y la Torre del Reloj, ésta última unida y en consonancia con el Itinerario Bullas 1900, que sigue un recorrido por la Bullas modernista de principios del siglo XX.

El museo y la vinculación generacional Si un museo debe vanagloriarse de su labor social, el de Bullas nació con buena estrella. Hablamos de un hechizo que se inició en la génesis del proyecto y que se renueva día a día, en una gran implicación de la sociedad de Bullas y de la comarca. Toda la colección existente procede de donaciones sin excepción. Una especie de pacto que distingue a la institución, donde no hay ni un solo elemento adquirido por compra, y muestra, así, la especial vinculación de la ciudadanía con su museo. Además, ya lo decíamos, se han consolidado actividades y eventos en el calendario anual (la fiesta del vino, los certámenes de calidad, la vendimia…) que renuevan y fortalecen, con cada estación, el contacto y correspondencia de la población con el Museo. En todo ello, la Administración Local juega un importante papel, considerando en todo momento al museo como eje vertebrador de su promoción turística y, en gran medida, de su desarrollo económico. Por otro lado, hay que decir que el objetivo principal del Museo del Vino de Bullas no es otro que el de rendir un justo tributo a las personas que, con su trabajo y dedicación, han forjado la cultura del vino de esta tierra. Porque el museo no sólo son colecciones físicas, ha pretendido y procura rescatar la memoria colectiva a través de las personas que han forjado la cultura e identidad local. Son precisamente las personas las que esconden diferentes episodios de vida ejemplar, de tradiciones, de conocimientos guardados en la memoria, de experiencias compartidas…

Rostros del vino: exposición homenaje a los protagonistas culturales del vino

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Nuestra razón de ser: recuperar, conservar y transmitir el patrimonio inmaterial que nos traen los sabios trabajadores del campo y los estoicos luchadores del mundo de la viña y el vino. Las colecciones, las tradiciones y, por supuesto, las personas son las que forjan la historia de una colectividad. Y es a esa historia a la que se le quiere rendir tributo constante en el museo.


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