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Motor
RENAULT SUPERCINCO
EL CLÁSICO UTILITARIO QUE ES PASADO Y FUTURO DE EL EJIDO
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Han pasado más de veinte años del cese de su producción, pero hay quienes aún conservan y se desplazan a diario en un Supercinco. El Renault que saltó a la fama como “el deportivo de pueblo” hoy es un icono de los 80. Un turismo mucho más confortable y espacioso que su antecesor, el Renault 5, y que se mantuvo entre los diez primeros vehículos del ranking de ventas durante su periodo de fabricación (1984-1996). El utilitario francés, de sobra conocido en territorio ejidense, superó la barrera de los tres millones de unidades producidas en las plantas de Billancourt, Dieppe y Flins-sur-Seine (Francia); Bruselas y Vilvoorde (Bélgica); Palencia (España); Setúbal (Portugal); Mariara (Venezuela) y, a partir de 1989, Novo Mesto (Eslovenia). El llamado “Proyecto 140”, como fue denominado el Supercinco al principio, se empezó a gestar en Francia en 1978, pero no fue hasta 1983 que fue presentado en el Salón del Automóvil de París.
EL “SUPERCAR”
Su propio nombre es en sí un reclamo comercial en referencia a su origen: una versión mejorada del Reanult 5, más largo y más bajo, lo que lo hacía más espacioso e incluía líneas deportivas en su diseño. Sin embargo, el término Supercinco tan sólo apareció en publicidad. En los primeros años fue presentado como Supercar y, en una segunda etapa, incluso se vendió como el automóvil de Superman. Los usuarios elogiaron aspectos técnicos como el rendimiento durante la conducción, la dirección asistida y el sistema de frenos, aunque coincidían en que a altas velocidades emitía demasiado ruido. Un inconveniente que producía la antigüedad de sus motores, Cléon-Fonte o Sierra, de los años 60, y los “tipo F” diésel y gasolina. En total, la casa francesa comercializó 22 modelos diferentes del Supercinco y más de 35 ediciones limitadas, aunque una de las más reconocidas en el Poniente fue el GTX.
EL GTX
Fabricado entre 1987 y 1990, con motor 1,7 de 90 CV y una caja de cambios con cinco velocidades, el Supercinco GTX se vendió en nuestra ciudad como el deportivo asequible. Lo diferenciaba del GT Turbo, de 120 CV, un motor de nueva generación con inyección, el mismo del Renault 19. Un cambio con el que el Supercinco fue dotado de prestaciones más decentes. Pasaba de 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y su velocidad máxima rondaba los 185 km/h. Con el mítico GTX en la calle, no es de extrañar que 1988 se convirtiera, pues, en el mejor año de ventas del Renault Supercinco. Entre todas sus versiones, la compañía francesa alcanzó la friolera cifra de ventas de 518.910 vehículos en Europa. Sin embargo, su producción fue cancelada en 1990 para darle paso a Clio, a pesar de que los conductores de antaño nunca olvidaron el glamour de su precedente.
PRÓXIMAMENTE, EN ELÉCTRICO
El Supercinco gozó de tanta popularidad que Renault ha decidido recuperar este clásico y transformarlo en un coche compacto, urbano y 100% eléctrico para 2023. Es por esta razón que podemos afirmar que al igual que formó parte de la historia de El Ejido, también lo hará de su futuro.