Diario del Medievo El destierro del Campeador El Cid abandonó Castilla tras la orden del rey Alfonso VI El pasado 6 de marzo el Cid abandonó Castilla con destino a Valencia obligado por el rey Alfonso VI. Rodrigo Díaz fue desterrado a causa de las falsas noticias que lo acusaban de quedarse con parte de los impuestos recaudados a los árabes. El caballero castellano intentó buscar cobijo en Burgos aunque sus esfuerzos fueron vanos. Tras ir de casa en casa sin obtener ninguna respuesta, una niña de nueve años le explicó que había llegado una orden del rey en la que se prohibía ayudar al Cid, bajo pena de muerte. Rodrigo, muy resignado, demostró la lealtad que profesaba a su rey y su condición de buen vasallo acatando las órdenes de Alfonso VI y cumpliendo el injusto castigo. En Valencia el Campeador conquistó numerosas tierras a los árabes para ofrecérselas como regalo al rey, que lo perdonó, volviendo a ganar su confianza. El Cid regresó a Castilla con el honor perdido restablecido. El Cid, camino de Burgos
Jesús Mari San Juan y Hegoi Etxeberria
Las hijas del Cid se casan con los condes de Carrión El 15 de julio las hijas del Cid, doña Sol y doña Elvira, contrajeron matrimonio con los condes de Carrión en el palacio de Valencia ante la presencia de 200 invitados llegados de todos los reinos peninsulares. La boda se celebró a las 12:30 aunque estaba prevista a las 12:00 y fue oficiada por el obispo de Castilla. Doña Sol vestía un largo traje nupcial color crema, con un reluciente escote y una cola de cuatro metros.
Doña Elvira llevaba un vestido más sencillo blanco y una corona de flores moradas. Los novios, en cambio, vestían muy parecidos, con trajes negros y armaduras de gala. El banquete se sirvió en una gran sala rectangular donde se degustaron unas frutas recién cogidas del bosque, carnes asadas acompañadas con vino, un guiso o estofado y miel, quesos, frutos secos y turrones de postre. La fiesta fue amenizada, hasta las 00:00, por la actuación de los juglares y trovadores más exitosos del momento.
Aitor Iturrarte