La comunicación en la educación

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La comunicación EN la educación

Por Daniel Prieto Castillo.

Editorial Stella.

Ediciones La Crujía.

Buenos Aires.

Segunda edición: 2004.

Este material es de uso exclusivamente didáctico.

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Índice Pórtico…………………………………………………………………………………………..15 Una pedagogía del sentido…………………………………………………………………….21 1. La antigua discusión………………………………………………………………………….21 2. Las precarias legitimaciones…………………………………………………………………23 3. Caminos del sinsentido……………………………………………………………………….27 4. El abandono…………………………………………………………………………………..28 5. La violencia…………………………………………………………………………………..29 6. La mirada clasificadora y descalificadora……………………………………………………33 7. Comunicación en la educación……………………………………………………………….35 8. Comunicar para transformar………………………………………………………………….37 9. El quehacer de la pedagogía………………………………………………………………….40 10. Una pedagogía del sentido…………………………………………………………………..45 Comprender la comunicación en la educación………………………………………………49 1. Seres de comunicación……………………………………………………………………….49 2. Comunicación como sufrimiento…………………………………………………………….57 3. La comunicabilidad…………………………………………………………………………..60 4. La entropía comunicacional en la educación…………………………………………………64 5. Sentido y sinsentido…………………………………………………………………………..66 6. Síntesis………………………………………………………………………………………..67 Comunicabilidad e instancias de aprendizaje………………………………………………..69 Comunicación en la institución……………………………………………………………….75 1. Una compleja trama………………………………………………………………………….79 2. El proyecto educativo………………………………………………………………………..82 3. La fuerza de aprendizaje……………………………………………………………………..85 4. Síntesis……………………………………………………………………………………….86 Comunicación con el educador……………………………………………………………….87 1. La madurez pedagógica………………………………………………………………………89 2. El texto paralelo………………………………………………………………………………92 3. Mediar con toda la cultura……………………………………………………………………95 4. La situación de comunicación………………………………………………………………..97 5. Un ser de quien se aprende…………………………………………………………………..99 6. Síntesis………………………………………………………………………………………100 Comunicación con los medios, materiales y tecnologías…………………………………...103 1. La televisión como medio…………………………………………………………………..106 2. Comprender las tecnologías………………………………………………………………...108 3. Mediar en el mundo digital………………………………………………………………….113 4. Síntesis………………………………………………………………………………………119 Comunicación con el grupo………………………………………………………………….121 1. De las consignas a las prácticas……………………………………………………………..125 2. Conclusiones de una experiencia……………………………………………………………128 3. Apostar a la convivencia……………………………………………………………………131 4. Síntesis………………………………………………………………………………………132 Comunicación con el contexto……………………………………………………………….133 1. El contexto comunica siempre………………………………………………………………136

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2. Superar la descontextualización…………………………………………………………….137 3. Contexto e historicidad……………………………………………………………………..139 4. La vida cotidiana……………………………………………………………………………140 5. Síntesis………………………………………………………………………………………141 Comunicación con uno mismo……………………………………………………………….143 1. Comunicarse………………………………………………………………………………...145 2. Las experiencias decisivas………………………………………………………………….147 3. La memoria………………………………………………………………………………….149 4. Síntesis………………………………………………………………………………………150 En la educación……………………………………………………………………………….151 Bibliografía……………………………………………………………………………………155 Anexos…………………………………………………………………………………………161 Escuela y futuro………………………………………………………………………………..163 Necesidad de políticas de pedagogía universitaria…………………………………………….179 ¿La universidad jardín de infantes?............................................................................................183

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Comunicación con los medios y materiales

Durante un tiempo ya demasiado largo se ha confundido la comunicación en el seno de la educación con algo relacionado sólo con los medios y materiales a utilizar en el aula. En realidad la confusión tiene algún fundamento: estos recursos son lo más tangible en el terreno de la comunicación, lo más visible en el sentido de tenerlos ahí y de usarlos como para comunicar algo. Vamos viendo que la cuestión es mucho más compleja si tomamos en cuenta el conjunto de las instancias de aprendizaje. Para trabajar lo relativo a la comunicabilidad en este punto retorno un texto ya citado: La enseñanza en la universidad. "Una de las preocupaciones más fuertes de este siglo, sobre todo a partir de los años 60, ha sido la de los medios de apoyo al aprendizaje. Pensemos en el más tradicional: el texto. Pero agreguemos a él todo lo trabajado con respecto a los recursos audiovisuales. De la mano de la tecnología educativa, los medios audiovisuales aparecieron en la década del 60 como la solución a todos los problemas de la educación. Gracias a ellos quedarían atrás el verbalismo y los viejos métodos de la educación. No fue así, por supuesto, pero el reclamo para su incorporación crece año tras año. Ni los medios ni los materiales son útiles de manera automática para pro- mover y acompañar el aprendizaje por los siguientes motivos: 1. Es generalizada la falta de capacitación de los educadores para apropiarse del lenguaje de los medios y de sus posibilidades en favor de la educación. 2. El lenguaje de los medios suele ser colonizado por el de la escuela, con lo que pierde su riqueza expresiva para someterse a las viejas formas de pasar información de los textos impresos o del discurso oral en el aula. 3. Los materiales, fundamentalmente los impresos, no están orientados hacia el interlocutor, sino hacia la ciencia o hacia lo que podrían decir los especialistas en la materia. Ello hace que los interlocutores tengan o serios problemas para acceder al grado de dificultad planteada por alguien incapaz de abrir puentes entre los conocimientos y experiencias anteriores y los nuevos, o bien se aburran terriblemente ante textos carentes de atractivo y de recursos de motivación. 4. La producción discursiva escrita y por imágenes de los educadores es en general muy pobre, a tal punto que se puede hablar de una verdadera cultura oral en el campo que nos ocupa. Esto quedó claro en una investigación realizada a fines de la década del 70 en varios países de la región, cuando se evidenció la existencia de una verdadera parodia de apropiación de esas tecnologías para la educación. La parodia consiste en creerse inserto en el desarrollo tecnológico cuando apenas si se están recibiendo algunas migajas, ya sea a través de objetos o de recursos metodológicos. En el campo educativo esa parodia ha tenido muy graves consecuencias. La adopción refleja de medios audiovisuales produjo un enorme despilfarro de recursos y de tiempo. Pero la parodia llega más lejos: se ha pensado insistentemente en que una vertiente de la tecnología puede solucionar todos los problemas que a ella conciernen. Es decir, con la incorporación de medios quedarían resueltas cuestiones metodológicas de la educación. A fines de los 70 me tocó evaluar los materiales de una institución de alcance internacional, dedicados a los educadores del continente. Se trataba de audiovisuales, filminas e impresos

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producidos masivamente para su utilización en el aula. Encontré ejemplos como éste: una filmina dedicada a la reproducción humana, alrededor de 40 imágenes para más de treinta páginas a un espacio. Se pretendía que el maestro fuera leyendo al ritmo de cada imagen, a veces para una de ellas había más de tres páginas... Ni idea, por parte de los autores, de lo que significaban el ritmo audiovisual y el sostenimiento de la atención. No hay máquina que solucione la relación educativa. Cuando ésta carece de comunicabilidad, cuando se asienta en la ruptura y las lejanías, los medios no hacen más que incorporarse a esa situación. Hasta aquí la cita del trabajo mencionado. Lo que estamos planteando en este apartado es que se logra una mayor relación de aprendizaje cuando un material es elaborado jugando al máximo las posibilidades comunicacionales del lenguaje en que está armado el mensaje y del medio a través del cual se lo ofrece. Jugar a fondo la riqueza expresiva de un lenguaje y comunicativa de un medio constituye un modo de acercarse a los interlocutores y, por lo tanto, de acompañar y promover el aprendizaje. Las preguntas son, entonces, ¿cómo podemos promover el aprendizaje a través de los medios?, ¿cómo apoyarnos en ellos para enriquecer nuestras prácticas y, sobre todo, las de los estudiantes? Porque el uso de los medios se inscribe de lleno en la concepción general del aprendizaje y en el modo de promoverlo. Poco y nada podremos esperar en esta línea de alguien que en el resto de sus actividades educativas se desentiende de sus interlocutores para centrar toda práctica en su palabra y en la exigencia de devolver respuestas esperadas. Apropiarse de los medios significa, en primer lugar, apropiarse de todos los recursos de la comunicación en favor de la educación. Sólo desde este último es posible lo primero. 1. La televisión como medio Fue Jesús Martín Barbero (De los medios alas mediaciones) quien planteó en el contexto latinoamericano el hecho de que los medios a su vez son mediados, es decir que los interpreto y utilizo no de una manera mecánica, sino desde mi contexto, mi cultura, mis relaciones. Necesitamos, desde esa perspectiva, mediar los medios desde la escuela. No para colonizarlos con un viejo discurso pedagógico, sino para utilizarlos con sentido creativo. En 1994 coordiné en Mendoza un programa de Televisión en la Escuela, en el cual trabajamos con 840 maestros para la apropiación de las características de la televisión comercial y de sus posibles usos en el aula. El punto de partida fue: "no se puede enseñar lo que no se conoce". Ni tampoco criticarlo, ni utilizarlo en el acto educativo. Sería largo recuperar aquí toda esa experiencia, pero me detengo en puntos funda- mentales, retornando elementos del texto La televisión y el niño. "Mediar la televisión, mediar ese medio. Mediar no significa negar, rechazar en bloque, descalificar a ciegas. Significa ofrecer oportunidades de lectura diferentes, recursos para preguntar, espacios para jugar y recrear elementos de la pantalla... Significa, en definitiva, la búsqueda de una relación menos adaptativa con el medio, sin negarle lo que puede aportar para el entretenimiento y el disfrute, lo que encierra de riqueza en lenguaje y expresividad, lo que permite vislumbrar del contexto social, lo que nos ofrece de horizontes lejanos. Mediar no para combatir agolpes de denuncia el medio, sino para establecer con él una actitud más serena y analítica, la misma que aspiramos para todas las otras esferas de la realidad de un niño. Porque en la televisión está presente lo mejor y lo peor de nuestra sociedad: imágenes de ternura, de solidaridad y de afecto humanos, frente a los más extremos exhibicionismos de violencia y destrucción; hallazgos del conocimiento en sus detalles más preciosos, frente a estereotipos sociales, ya menudo raciales, insostenibles; propuestas informativas en marcadas en la serenidad y el compromiso de veracidad, frente a otras teñidas de amarillismo; programas

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dedicados a rescatar lo mejor de los niños, en lo relativo a su percepción y creatividad, frente a otros que literalmente los utilizan para llenar el espectáculo; relatos capaces de calar en la condición humana, frente a otros plagados de estereotipos; modos serenos de comunicar, frente a otros estridentes, plenos de neurosis; imágenes de una belleza sin límites, frente a otras burdas, improvisadas sobre la marcha. Ese juego infinito merece ser mediado, como lo es el mundo en general, en el cual encontramos también infinidad de contradicciones. Nunca nos hemos resignado a lanzar a nuestros niños a la calle sin prepararlos para enfrentarla, con ese mundo de imágenes no tenemos por qué no intentar lo mismo. Bien. Pero queda una cuestión. ¿Es ésta responsabilidad de la escuela? ¿No tenemos suficiente con la tarea de iniciar en la lectura y en la escritura, con la apropiación de información sobre el país y con la preparación para apropiarse de elementos culturales y de formas de enfrentar esta cada vez más compleja vida? Respuesta: es responsabilidad de la escuela porque el medio compite con ella, porque se ha convertido, para bien o para mal, en una instancia de aprendizaje, en una fuente incesante de información. Por supuesto que no se trata de crear una nueva asignatura llamada televisión, ni tampoco de formar a los chicos como especialistas en el tema. Se trata de utilizar al medio como recurso educativo y de mediarlo desde la educación. Incorporar la televisión a la escuela como recurso para el aprendizaje significa ir mucho más allá de la adquisición de un aparato o de ofrecer de cuando en cuando a los niños y jóvenes algún programa. Significa comprender las reglas de juego y apropiarse de los recursos de relato y de narración; significa utilizar los programas como desencadenantes de tareas grupales, de reflexiones, de búsqueda de información en otras fuentes. Comprometidos con el aprendizaje, tenemos todo el derecho, y la obligación, de analizar y criticar los programas orientados a confundir o a frustrar el aprendizaje. Para eso las viejas técnicas de análisis de los mensajes, que tan poco han entrado a la escuela, siguen teniendo valor siempre que las incorporemos a una lectura más respetuosa del fenómeno, y no a una descalificación en bloque. La utilización del medio, entonces, en función de la promoción y el acompañamiento del aprendizaje, es decir, del proceso de apropiación del mundo y de sí mismo que vive el niño con nosotros. Es en ese sentido que hablamos de la televisión en la escuela: una lectura de ella desde la educación y no una invasión para seguir mirando como se lo hace fuera del aula." Lo que nos ha sucedido en los espacios educativos es que hemos tenido dificultades en mediar los medios, en apropiarnos de sus claves fundamentales para hacerlos partícipes de la riqueza comunicacional del acto educativo. y me refiero no sólo a la televisión, sino incluso al mismo pizarrón. Cada medio tiene su lógica, ligada directamente a la percepción de quienes se enfrentan a él. Estamos ante un juego de lenguajes que requiere un largo aprendizaje y que no se resuelve en un taller de unas pocas horas o en la lectura de algún documento. Todo este universo se nos ha vuelto aún más complejo con la irrupción de las tecnologías de la información y de la comunicación. 2. Comprender las tecnologías Pero, además de los medios, nos queda un capítulo imposible de dejar de lado en el terreno de la educación en nuestro tiempo. Me refiero a las tecnologías, entendidas tanto como las que corresponden ala información y a la comunicación en general como al universo tecnológico en el que se insertan hoy todos los seres humanos y, por supuesto, educadores y estudiantes. Con Virginia Cívico preparamos en 1998 un documento para la Universidad Nacional de Cuyo,

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Mendoza, aportes para un modelo pedagógico en la educación tecnológica", del cual extraigo los párrafos que siguen: •

"Problemas, en relación con la educación para la tecnología:

1. Se puede hablar, con las excepciones del caso, de analfabetismo tecnológico de estudiantes y docentes en todos los niveles y establecimientos educativos. 2. La característica más difundida con respecto a la tecnología es la de un consumo de productos tecnológicos y no de una comprensión, apropiación y uso de sus posibilidades. 3. Se vive en una sociedad de la información con gente que en general no está preparada para localizarla, procesarla y aplicarla a la solución de sus problemas cotidianos y laborales. 4. El sistema educativo, en todos sus niveles, no se ha apropiado de las posibilidades de la tecnología en general y de las nuevas tecnologías de la información en particular, para mejorar sus de enseñanza aprendizaje. 5. El sistema educativo no ha desarrollado una capacidad, ni en sus docentes ni en sus estudiantes, de desarrollar tecnologías para la solución de necesidades, tomando en cuenta el entorno de cada establecimiento y las posibilidades de sus integrantes. Desde esos puntos, nos centramos en las relaciones entre pedagogía y tecnología: 1. La pedagogía tiene por finalidad ofrecer recursos para dar sentido y sostener la tarea de promover y acompañar el aprendizaje. 2. Un modelo pedagógico en la educación tecnológica tiene por finalidad dar sentido y sostener la tarea de promover y acompañar el aprendizaje del mundo de los productos, de sus procesos, de los medios de comunicación, de las tecnologías de la información y de la lectura en profundidad de fenómenos y productos tecnológicos. 3. Entendemos el aprendizaje como la apropiación de las posibilidades de la cultura y de uno mismo. En el campo que nos ocupa, hablamos de apropiación de las posibilidades de la tecnología, en sus vertientes de productos y de procesos, de recursos y de medios, de información y de técnicas de lectura en profundidad. 4. La pregunta central: ¿qué significa promover y acompañar la apropiación de las posibilidades de la tecnología, tal como la venimos caracterizando? Un modelo pedagógico debiera estar estructurado de manera tal de acompañar y promover esa apropiación. Para ello nos toca revisar los principales elementos del modelo: la concepción de la pedagogía, la institución, los educadores, los estudiantes, los recursos tecnológicos, la tecnología en la sociedad. 5. La apropiación de las posibilidades de la tecnología no se concreta en un modelo pedagógico basado en la transmisión de información. Nos resulta contraproducente hablar de 'enseñanza de la tecnología' en el tradicional sentido del término 'enseñanza'. En primer lugar, porque no hay nadie que no esté viviendo ya lo tecnológico en su vida cotidiana; en segundo, porque se trata de recuperar esas experiencias para reflexionar sobre ellas y para pasar de un consumo tecnológico a una comprensión del fenómeno y de los productos; en tercero, porque no es con transmisión de información como se fomenta el saber hacer tecnológico y la comprensión de sus procesos. Partimos, pues, de la necesidad de un modelo interactivo, rico en relaciones humanas y en contactos con productos y procesos tecnológicos, a fin de lograr por una parte la capacidad de observación y comprensión de fenómenos y del objeto tecnológico, y por otra la capacidad de generar objetos para atender a necesidades. De esta manera, podemos decir que la tecnología no se enseña, sino que se aprende a partir de experiencias. 6. Si queremos pasar de la enseñanza de la tecnología a un proceso interactivo en torno a ella, nos toca salir del esquema de la institución cerrada sobre sí misma y apoyada sólo en textos y en la palabra del maestro. La tarea de promover y acompañar la apropiación de lo tecnológico supone formas dinámicas de relación con el contexto,

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tanto para incorporar los productos a las aulas como para salir a espacios donde éstos adquieren sentido por su uso. La institución abierta a lo tecnológico es, en realidad, una institución abierta a la vida social, con toda su complejidad y su belleza. 7. ¿Qué tipo de educador queremos para apoyar la apropiación de lo tecnológico? En primer término alguien que se haya apropiado de lo tecnológico. No se puede enseñar lo que no se conoce y lo que no se comprende. Pero, además, no se puede enseñar lo que no es considerado digno de enseñar, dicho esto en el sentido de concebir la tecnología como un objeto y un espacio de aprendizaje precioso para los estudiantes. Una mirada ingenua sobre este mundo sostenido por la tecnología no es válida para apoyar desde ella la tarea de los estudiantes. En segundo término, alguien con capacidad de interacción con los niños. Como no se trata de enseñar tecnología, sino de acompañar y promover su apropiación, requerimos un pedagogo dispuesto a recuperar las experiencias de los niños, a salir al contexto, a buscar en distintos horizontes tecnológicos, a favorecer la creación de productos y la lectura de los mismos. Alguien con capacidad de planificar cuidadosamente las prácticas en relación con la tecnología. 8. Nos corresponde desmitificar el alcance de los recursos tecnológicos. Corremos el riesgo de pensar en la imposibilidad de apropiación si no se cuenta con tecnología de punta. El saber hacer va desde el uso de materiales tan comunes como las maderas, la tierra y los metales hasta una computadora de última generación. La inventiva se practica sobre los recursos disponibles y no sobre los soñados para desarrollarla. De todas maneras, el modelo pedagógico orientado en esta dirección comprende la disponibilidad de recursos para realizar experiencias tecnológicas mediante la incorporación de recursos que aseguren un mejor desarrollo del conocimiento y del pensamiento a través de los instrumentos adecuados. 9. La educación tecnológica se hace siempre de cara al futuro. La comprensión y la apropiación de las posibilidades de esta área requieren un ejercicio constante de prospectiva. Se trata de analizar y prever las consecuencias de las propias y ajenas acciones en este terreno y de las posibilidades de innovar y resolver necesidades y demandas personales y sociales. 10. La tecnología en la sociedad constituye el acervo más importante para el aprendizaje que pretendemos. En efecto, son ya casi infinitos los productos que sirven para mediar las acciones humanas y es posible aprender de ellos en relación con prácticamente todas las actividades. Se trata, por supuesto, de una selección y programación cuidadosa de los recursos a utilizar, a fin de no desbordamos en todas direcciones. Lo que está en juego aquí es no sólo el aprendizaje a lograr, sino el rescate de los conocimientos previos para aprovecharlos en el proceso. Nacemos y crecemos en un ambiente tecnológico, con relación al cual vivimos en primer lugar un aprendizaje informal que, con sus limitaciones, nos asegura ciertas formas de utilización, relación y apropiación. En una tarea educativa sistemática es necesario ir más allá, pero siempre sobre esa base." El siglo XXI se nos anuncia colmado de propuestas tecnológicas para la educación. En Estados Unidos se habla de "edujuego" o de "eduentretenimiento", porque en el acto educativo confluyen cada vez más las ofertas electrónicas que combinan la adquisición de conocimientos y destrezas con el juego. Esa línea de producción no tiene retorno y se irá haciendo cada vez más rica y compleja. La oferta en español no cesa de crecer y va entrando poco a poco en los establecimientos educativos. Sabemos muy bien de nuestras carencias y de los rezagos en escuelas en las cuales campea el abandono, pero las tecnologías son parte inevitable de nuestro futuro. El concepto de red cobra aquí toda su fuerza y su sentido. Porque, como lo ha demostrado por ejemplo la experiencia de Antonio Battro (La educación digital), es posible pensar y llevar a la práctica escuelas conectadas de manera permanente a la computadora. Y ello significa ir mucho más allá de la relación tradicional en el aula (sin descartarla, ni considerarla cosa del

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pasado) para abrirse a contactos con estudiantes de otros cursos, de otras escuelas y de otros puntos del planeta. Todo lo dicho con respecto a medios, materiales y tecnologías tiene un objetivo central en este texto: preguntarnos por la comunicabilidad también en esta rica instancia. Los textos requieren un esfuerzo de mediación para hacerlos más comunicables (por el lenguaje, por las imágenes seleccionadas, por el modo en que tratamos el contenido...), pero a la vez, cuando utilizamos determinados medios, nos toca preguntarnos por sus posibilidades de comunicación. El hecho de incorporarlos al aula no vuelve más comunicable nada si no se los conoce y si no se juega al máximo su riqueza comunicacional. Para comunicar por radio hay que saber de radio, para hacerlo por televisión, lo mismo, y qué no decir de las nuevas tecnologías de la información. 3. Mediar en el mundo digital Nicholas Negroponte (1999), en su libro Ser digital, reconoce a esta era posibilitada por las nuevas tecnologías cuatro cualidades: la descentralización, la globalización, la armonización y la motivación. El autor, a pesar de que menciona los cambios propios del desempleo y de la eliminación de puestos de trabajo, tiene una visión optimista del futuro, ya que confía en que estos nuevos ambientes impulsarán a la humanidad a formas de cooperación y de interacción no soñadas hasta el presente. Por su parte, Marabotto y Grau (1995) se refieren en su obra Multimedios y educación a los entornos interactivos multimediales que "pueden concebirse como ambientes de representación del conocimiento extremadamente flexibles, análogos en muchas formas a la asociatividad de la mente humana". Esos recursos ofrecen: • • • • • • •

Información no secuencial. Integración de la información. Enlaces asociativos. Caminos. Interactividad. Dinamismo en el abordaje de la información. Integración de medios.

Si combinamos esas posibilidades con las cualidades mencionadas por Negroponte, se nos abre un mundo de alternativas para la educación que todavía no estamos aprovechando en nuestras propuestas desde las instituciones de enseñanza formal y desde las organizaciones no gubernamentales. El mundo digital, al que inexorablemente vamos, asoma con los riesgos que saltan a la vista en nuestros países: concentración de poder en grandes empresas multimedia, acrecentamiento sin límites de las corrientes del mercado financiero, caídas de bolsas a causa de especulaciones que terminan en la desocupación de miles de seres, generaciones inimaginadas de armas inteligentes... Pero, a la vez, trae una serie de oportunidades para la educación, sobre todo por las posibilidades que brinda la interactividad. El hecho, por ejemplo, de ir más allá de los tradicionales textos para pasar a los juegos de construcción del hipertexto, o de los tradicionales medios a los espacios de la multimedialidad, significa una revolución en las tecnologías, y en los posibles aprendizajes que pueden desencadenarse, como no habíamos alcanzando a imaginarla. Pero hoy como nunca hace falta la mediación pedagógica para promover y acompañar el aprendizaje. Porque la que nos sucede con las tecnologías corre el riesgo de acercarse a la manera de encarar los me- dios audiovisuales en la década de 1960. Me refiero a un uso empobrecido, a una colonización del instrumento por viejos discursos pedagógicos empecinados en la transmisión, a un desconocimiento por parte del educador y de la institución de las posibilidades del medio.

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Recordemos lo afirmado con relación a la posibilidad de mediar con toda la cultura: "Cualquier creación del ser humano puede ser utilizada como recurso de mediación. [...] Es posible mediar con toda la cultura del ser humano, con todo el pasado, con los textos que intentan narrarnos el futuro, con la biografía personal y la vida de otros seres, con las fantasías y los hechos cotidianos, con la poesía y las fórmulas químicas, con las creencias y los hallazgos científicos..." La mediación construye puentes para el aprendizaje desde todos los horizontes de vida y de creación del ser humano. Pues bien, una de las aspiraciones de quienes impulsan el mundo digital es que toda la cultura esté volcada en él. Por supuesto que eso siempre será una aspiración, porque algo, y mucho, se escapará. Pero hay ejemplos importantes de esa aspiración. Hacia 1982 Canadá venía impulsando el proyecto Telidón, destinado a incorporar a la computadora la cultura del país para ponerla a disposición de la población a través de redes. Ello porque necesitaba defenderse de la influencia de su vecino del sur. Lo mismo sucede con muchos de los países europeos que buscan afianzar su cultura a través de un gigantesco esfuerzo de registro digital. Para nuestra tarea de mediar, como institución y como educadores, tenemos como nunca cultura a nuestra disposición, la que nos llega a través de las redes de alcance planetario. Sabemos que también circula por ellas lo peor que puede producir el ser humano, pero eso no invalida la enorme proporción de información, de comunicación de experiencias, a la que podemos acceder. Como educadores contamos con un universo abierto para enriquecer nuestras propuestas de información, para acercar experiencias al aula, para traer voces distantes y distintas. Ya no podemos atenernos sólo a los textos para promover y acompañar el aprendizaje.

«Primer ámbito de mediación, entonces: el de la búsqueda y selección en el océano de las redes para aportar a nuestra tarea. « En algunos establecimientos educativos las búsquedas por parte de los estudiantes para completar el aprendizaje son y a una realidad, como también lo es la investigación para alimentar, por ejemplo, la programación de una emisora de radio. Pero todo esto no se improvisa, requiere una orientación y un ordenamiento a fin de evitar la ilusión de aprendizaje y la fragmentación.

«Segundo ámbito de mediación: la capacitación de los estudiantes para esas búsquedas e investigaciones. El aprendizaje a la par de ellos en muchos casos, pero sobre todo el acompañamiento para enriquecerse con el mundo digital.

«

En esos dos puntos el acento está puesto en obtener información de la red, en convertirse un usuario-consumidor de información. Lo cual está muy bien, pero no agota de ninguna manera las posibilidades de este universo. No se trata sólo de extraer información, sino también, y fundamentalmente, de aportarla, primero como institución y como educador. Me refiero a la tarea de ser alguien en la red, de convertirse en un referente de determinados temas, por humildes que sean. Entra aquí el concepto de "valor agregado". Retorno un texto escrito en febrero de 1997 ("Continuidad de la palabra en tiempos de la cultura mediática"). "El mundo digital tiene la virtud de permitirnos el acceso inmediato y la comunicación instantánea con seres situados en cualquier punto del planeta. Pero para ser alguien en él, no basta con moverse en el plano de las posibilidades más elementales del correo electrónico. Desde hace más de diez años se viene trabajando en el terreno de la comunicación ligada a la informatización, el concepto de valor agregado ala información (no olvidemos un antecedente

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valioso de todo esto, la obra Crítica de la economía política del signo, de Baudrillard). Supongamos que quiero incluir una producción personal o institucional en la red. Puedo hacerlo presentando sólo el texto, o bien agregarle una amplia referencia de fuentes, o bien esquemas y gráficos, o bien imágenes, o bien sonido, o bien imágenes en movimiento, o bien imágenes y sonidos... Cada paso va añadiendo valor a lo que se comunica. La gran apuesta del siglo XXI será agregar valor a lo que se proyectará a través de la red. Necesitamos agregar más valor a lo que comunicamos, tanto por la belleza y la fuerza de la expresión como por nuestra capacidad de sacar el mayor provecho comunicacional a cada formato, a cada tecnología que utilicemos. Pero el mayor valor que podemos agregar es el pedagógico. Y para ello necesitamos, hoy más que nunca, mediar con toda la cultura. Agregar valor pedagógico significa producir materiales ricos en texto y contexto, en sugerencias de aprendizaje, en personalización, en comunicación de experiencias, en posibilidades de reconocimiento de la propia situación, en aproximaciones al contexto inmediato y al más general, en recuperación de la memoria, en esperanza, en construcción de futuro, en diálogo, en encuentro, en alegría y fuerza expresiva."

«Tercer ámbito de mediación: el del valor agregado ala informa que incorporamos a la red, valor pedagógico fundamentalmente, porque somos educadores. Una institución y un educador que crean obra, que pueden mostrar lo propio y colaborar en este movimiento cultural a escala planetaria.

«

Y a la vez nuestros estudiantes pueden incorporar su palabra a la red. Ello constituye un paso fundamental, y no nos referimos sólo a lo que se hace a través de redes de conversaciones, sino a una palabra producto del aprendizaje, a lo que van gestando en sus procesos a lo largo de cursos y talleres. Crear obra es valiosísimo para un estudiante, sea en el ámbito de la formación formal o no formal. Crear obra a partir de una orientación, como resultado de lo vivido e interactuado en las relaciones de enseñanza-aprendizaje.

«Cuarto ámbito de mediación: el del valor agregado por los estudiantes a sus productos de aprendizaje, valor en creatividad, en comunicabilidad. « Y para concretar todas esas formas de aportar lo propio, se nos abren los caminos tradicionales y los nuevos. Puedo quedarme en el terreno de la palabra escrita y difundir mis propuestas de esa manera, nadie me lo impide; buena parte de lo comunicado a través de Internet se sostiene en la escritura. Pero puedo ir más allá y producir un video o un material en audio y digitalizarlo para que se incorpore a la red. O lanzarme a las construcciones hipertextuales y mediar mi texto desde otros, con vínculos que permitan abrirse en distintas direcciones para enriquecer la propuesta. O bien construir un material en multimedios, "combinación de texto, gráficos o animaciones generados en computadora, sonido y captura de imágenes en video, que permite crear ambientes de aprendizaje donde los alumnos pueden moverse de un concepto a otro, de un medio a otro, a su propio ritmo y siguiendo sus propios intereses" (Marabotto y Grau, 1995).

«Quinto ámbito de mediación: el del valor agregado a través de las construcciones hipertextuales y multimediales. « 4. Síntesis La mediación pedagógica no es del todo común en los espacios educativos. Como de tecnologías hablamos, recordemos las dificultades todavía existentes en mediar a través de las más usuales: la palabra oral y escrita. El divorcio de la educación con recursos tecnológicos como el audio, la imagen y el video sigue presente. Hemos vivido en algunas provincias la

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incorporación de televisores y videograbadoras a las aulas sin una capacitación ni una reflexión para su uso. Si hay problemas en la mediación cotidiana y en el empleo de esos viejos recursos, éstos no desaparecerán como por encanto al incorporar el mundo digital. Por eso estamos ante una triple tarea: aprender mediación pedagógica, aprender tecnologías y aprender a mediar a través de las tecnologías. Si jugamos esto hasta las últimas consecuencias, corresponde incluir desde las tecnologías de la palabra oral y escrita hasta los multimedios. Tareas, por supuesto, que no pocos establecimientos y organizaciones educativos han encarado. No pretendemos generalizar nada, sólo señalar un espacio en el cual queda todavía mucho por hacer.

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