ARTE PALEOCRISTIANO
1. La nueva iconografía: la pintura de las catacumbas. La cristianización de la basílica. El arte paleocristiano surge en función de una nueva religión, el Cristianismo, y se desarrolla en el marco del Imperio Romano. Hasta el siglo IV, este credo se practica en la clandestinidad, pues sus seguidores eran considerados traidores al Estado romano. Esto explica por qué se estudia en dos grandes etapas. La primera, hasta el año 313, se caracteriza por la ausencia de una arquitectura propia y un lenguaje profundamente simbólico, comprensible sólo para los iniciados. La segunda, comienza en el 313 cuando el emperador Constantino, por el Edicto de Milán, admitió el Cristianismo como religión del Imperio. Los cristianos pueden ahora manifestar públicamente sus creencias, construir sus templos y utilizar un lenguaje plástico claro. ARQUITECTURA. Responde a las necesidades del culto cristiano. Se caracteriza por la utilización de materiales de construcción baratos, como el ladrillo, mampuesto y madera. También se emplea el mármol en las columnas, que a veces son reaprovechadas. Como principales soportes tenemos el muro y las columnas. Los arcos son de medio punto y en la separación de las naves se usan dinteles. La cubierta suele ser de armadura de madera; la decoración puede consistir en pinturas murales, mosaicos o incrustaciones de mármoles; desarrollo y cuidado del espacio interior, que contrasta con la sencillez y pobreza de los exteriores. Su función es religiosa. Antes del Edicto de Milán, no hay una arquitectura propiamente cristiana. Se utilizaban las catacumbas, canteras abandonadas como necrópolis, y los ritos se celebraban en casas particulares y en pequeñas iglesias (tituli). Las catacumbas están trazadas anárquicamente en un laberinto de estrechas galerías que reciben el nombre de criptas. A veces, se ensanchan formando cámaras cuadradas o poligonales; son los cubículos donde recibían sepultura los restos mortales de los atormentados en las cárceles, quemados, apaleados o víctimas de las fieras en el anfiteatro, mientras que el resto de la comunidad reposaba en nichos abiertos en las paredes de los corredores. Estas fosas podían ser rectangulares (loculi) o semicirculares (arcosolia) y se superponían en varios pisos cuando el terreno escaseaba. La oscuridad y el silencio reinaba en ellas, pero la decoración pictórica expresaba un mundo luminoso y optimista.
El lenguaje gráfico procedía básicamente de Oriente, de las comunidades helenizadas de Alejandría, Antioquia y Éfeso. Al principio fueron temas del mundo animal y vegetal a los que se otorga un significado místico: la paloma, símbolo del alma; el pavo real, símbolo de la eternidad; la vid y la espiga, símbolos eucarísticos y el cordero, el Salvador. El principal protagonista fue el pez, palabra que en griego, ikhthys, contenía las iniciales de Iesus Cristos Theu Yous Soter (Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador), y simbolizaba que los neófitos se convertían también en peces al recibir el bautismo en la piscina. Ya en el siglo III comienzan a surgir los episodios del Antiguo y Nuevo Testamento y la imagen del Señor y la Virgen. Al querer realizar la efigie de Cristo, nadie recordaba ya en el siglo III sus rasgos; no existía ningún retrato suyo y los evangelistas habían omitido en todos sus escritos la descripción física del Mesías, fruto de la mentalidad judía, a cuya sociedad había prohibido Moisés hacer imágenes para no incurrir en la idolatría desde el momento en que sorprendió a los israelitas en el desierto adorando un becerro de oro cuando bajaba del monte Sinaí con las Tablas de la Ley. ARTES PLÁSTICAS. Rasgos formales: tendencia al esquematismo, a la desmaterialización de la imagen, a la estereotipación, al uso de planos únicos y luces difusas. La forma pasa a segundo término porque lo que interesa es el tema. La función es didáctica, el arte como medio de adoctrinamiento cristiano. El contenido es religioso. El tema básico es el de la Salvación, presidido por el Buen Pastor (cuyo origen está en el Moscóforo), que alegoriza a Jesús salvando el alma del fiel acompañado de escenas paradisíacas y de temas religiosos simbólicos como Jonás y la ballena, Daniel entre los leones, Noé en el Arca, Sacrificio de Abraham, etc. Se sustituye el ternero por una oveja. Tras el Edicto de Milán surgen ciclos más complejos centrados en la figura de Cristo. Se configura el tema de la majestad de Cristo (Maiestas Domini) Se representa a Cristo entregando la Ley a San Pedro, a Cristo entre los apóstoles, como hombre joven, imberbe o como un hombre más mayor y con barba o con la versión del Maestro, donde se representa como un filósofo romano enseñando a sus apóstoles y discípulos. También se pintó a la Virgen, como madre, sentada con el Niño en el regazo y a la Iglesia como Orante, con los brazos extendidos. La idea del triunfo del Cristianismo se expresaba mediante la Cruz (sobre fondo de pámpanos) acompañados del cordero místico, de los cuatro ríos evangélicos y del Jordán.