Al llegar a La Habana, tus cinco sentidos se desarrollan de una manera exponencial. La imaginación florece. Se crean historias de lo que es, de lo que fue y de lo que será. Cuba es agradecida, es recíproca, donde siempre existe una nostalgia latente y una añoranza en el aire.
Es increible como cada quien percibe a La Habana de distinta manera, aunque todos hayan visto y vivido lo mismo, esto es lo que quiero plasmar en esta serie de Caleidoscopios, donde de una imagen salen distintas formas y se crean diferentes realidades. Nos deshacemos de mecanismos lógicos o racionales. Donde por lo tanto cada quien ve, lo que quiere ver.