visfer martin
- Víctor Fernández Martín Viaje a Islandía del 5 al 21 de septiembre 2015
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2015
I S L A N D I A v i s fe r m a r ti n
He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas; he navegado en cien mares, y atracado en cien riberas…. Antonio Machado
“Si no te gusta el tiempo de Islandia, espera cinco minutos”. Este famoso eslogan abunda impreso en las cientos de camisetas que los turistas se llevan de recuerdo de las tiendas de Reikiavik. Es una frase que se verifica en todo su sentido cuando llevas más de un día en la “tierra de hielo”, que es el significado en nórdico antiguo de la palabra Islandia. Porque el clima es uno de los hándicap que tiene que sufrir el visitante en esta tierra. Es tan cambiante que en cuestión de minutos puedes pasar del sol más esplendido a la más electrizante de las tormentas. Y es que en una vuelta entera a la isla, que es lo recomendable para poder apreciar toda la magnificencia de este país, vives todos los estadios que puedas imaginar en cuestión meteorológica. Pero en ningún momento sientes desazón. En cualquier instante, lugar y atmósfera, Islandia te ofrece lo más extraordinario que jamás pudieses imaginar. Nunca piensas que un lugar como este te pueda impactar tanto. Islandia es de esos países que no te imaginas que existan. Y una vez que estás allí, sigues sin creerte que estés allí realmente. Parece como si al despertarte de un buen sueño, te asomaras a la ventana y la verde omnipresencia estallara frente a ti, como una continuación de lo que estabas soñando. En ninguno de los momentos que vives esa realidad añoras nada más. La vida se para. Te sientes como la madera de deriva, que accidentalmente arriba a las costas y perdura por los tiempos; muda y quieta, la quietud te invade y la sangre deja de correr por tus venas. El silencio golpea los sentidos trascendiendo más allá de lo idealizado. Islandia es una elipsis memorable. Es un punto y seguido en el eterno coexistir de los sentidos. A la experiencia de viajar a Islandia se suma el anhelo de querer volver. Una vez que has descubierto los secretos del propio viaje, las ganas de regresar a contemplar los mismos lugares e incluso los rincones que se han resistido a la visita refuerzan el espíritu que nos lleva a emprender y organizar de nuevo la vuelta. Porque Islandia es el reino invisible, el país del “nunca jamás” de las leyendas y los cuentos. Es el fulgor de la Tierra que pugna por rasgar su corteza y dividirla en miles, millones de terruños marrones, negros y verdes. Verdes, siempre el verde. Eterno. Mezclando su tono con el azul del mar que la rodea y con la espuma blanca de las cientos de cascadas, dando al ambiente de la isla una tristeza y una melancolía monomaníaca. 9
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