NOTAS de SALUD

Temblor de ojos; soluciones

De pronto estamos en una conferencia de trabajo o quizás en una cita amorosa y sentimos que nuestro párpado no deja de temblar y de manera involuntaria. Tal vez nos imaginamos lo peor, o no prestamos atención, pero la molestia continúa por algún tiempo más, hasta que de pronto algo cambia. Quizás el nivel de estrés bajó notablemente o estamos evitando tomar alcohol o demasiado café, pero realmente algo pudo haber cambiado en nuestra alimentación. La falta de Vitamina B 12 y minerales como magnesio o potasio pueden ser responsables de estas molestias oculares. Se recomienda la inclusión de pescados, carnes, aves, almejas, lácteos y huevos para cubrir las necesidades de vitamina B, y bananas, durazno, frutos secos, aguacate, legumbres y semillas para que no nos falte los minerales necesarios. La suplementación puede ser necesaria.

El genético catedrático David Sinclair está seguro que pronto podremos extender la vida hasta los 150 años, luego de trabajar en un proyecto junto a ratones de laboratorio que después de participar en las pruebas, han logrado recuperar la vista, rejuvenecer sus cerebros y tejidos; todo esto gracias al eje central de la investigación; el “epigenoma”. Esto podría significar para los seres humanos una puerta para el rejuvenecimiento y el tratamiento eficaz de enfermedades como el Alzheimer, cardiopatías, cáncer o diabetes. El epigenoma activa y desactiva los genes; comunican al ADN que tiene que hacer, con el tiempo este proceso se altera. Los hallazgos encontrados muestran que hay una copia de esta información en las células y se la puede recuperar. Resultó con ratones, ahora veamos que sucede con humanos.

El estrés y la presión arterial

La presión arterial alta exige mayor trabajo al corazón y los vasos sanguíneos, haciéndolos funcionar más fuerte y con menos eficiencia. Esto hace que la cavidad inferior izquierda del corazón (ventrículo izquierdo) se engrose, acrecentando el riesgo de ataque cardíaco, insuficiencia y muerte cardíaca súbita. La ansiedad y el estrés en sí mismos no necesariamente elevan la presión arterial a largo plazo, pero a menudo tienen un impacto en los factores del estilo de vida, lo que puede contribuir absolutamente a la elevación de presión y generar graves consecuencias. Disminuir los niveles de estrés y vigilar la ansiedad, puede reducir la presión arterial y beneficiar directamente al corazón. Entre las opciones más recomendables para mejorar la salud de este órgano están; el ejercicio regular, mejorar la dieta, mejorar la calidad de sueño, controlar el estrés.