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¡Soy un “Ironman”!
by vivelight
Y ¿por qué es tan importante hacer un “Ironman”? Vamos a remontarnos primero a sus orígenes.
¿Dónde y por qué nació el “Ironman”?
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Desde la década de los años 70´s se desarrollan en Hawái 3 competencias de resistencia que ponen a prueba a los mejores atletas del mundo. El “Waikiki Roughtwater Swim” que es una competencia de nado de aguas abiertas de 3.8 kilómetros de distancia, la “Around-
Oahu Bike Race” que es una carrera de ciclismo de ruta de 180 kilómetros y la “Maratón de Honolulu” que es una carrera pedestre de 42,195 kilómetros. La historia es muy divertida Resulta que en 1977 un oficial de la Marina de Estados unidos llamado John Collins y su esposa Judy estaban en la fiesta de premiación del Waikkiki Swim Club. Conversaban amenamente con unos amigos y empezaron a discutir sobre cuál de las tres pruebas era la más difícil y quienes eran los hombres más fuertes del mundo. Unos decían que eran los nadadores, otros los ciclistas y por supuesto varios afirmaron que eran los corredores. Collins y Judy propusieron combinar las tres pruebas en una competencia de un solo día y de esta manera podrían determinar ¿qué atleta resultaba ser el más fuerte? “El primero que termine le llamaremos “Ironman”, dijo Collins y empezaron a planear este reto. Los esposos se pusieron “mano a la obra” y organizaron el que se convertiría en el primer “Ironman”. No imaginaban la trascendencia y potencial que estaban creando con este simple desafío. Decidieron usar el mismo recorrido de cada una de las pruebas que iban a realizar y el costo de inscripción fue de tan solo $3.00 y lo organizaron solamente entre sus amigos. Así el sábado 18 de febrero de 1978 se presentaron en Waikiki, Oahu, 15 atletas, incluido John Collins, para hacer lo que sería el primer “Ironman” de Hawái y el primero en el mundo.
La distancia del primer “Ironman” fue la misma que se usa hasta ahora: 3.8 km de natación, 180 km de ciclismo y 42.195 km de carrera pedestre. Se sabe que estuvo a punto de ganar John Dunbar, un marino estadounidense. Cuenta la historia que no se había hidratado bien por lo que empezó a debilitarse. Esto lo aprovechó Gordon Haller, un chofer de taxi de la isla. Estuvieron intercambiando posiciones durante largo rato hasta que alguien le ofreció a Dunbar una cerveza para “hidratarse” y se la tomó. La jugada le salió mal y en lugar de mejorar empezó a delirar. Finalmente el ganador del primer Ironman fue Haller quien terminó la competencia en 11 horas y 46 minutos. Un año más tarde repitieron la hazaña, esta vez con 16 competidores entre los que estuvieron dos mujeres. Una de ellas se retiró y la otra terminó en 12 horas y 55 minutos por lo que se convirtió en la primera mujer en conseguir realizar la hazaña. John Collins quería convertir su carrera en algo mucho más grande y aprovechó su amistad con unos periodistas de la revista “Sports Illustrated” y les comentó sobre su nueva competencia. Uno de ellos acudió a verla y quedó tan encantado que escribió 10 páginas sobre la misma.
A partir de entonces ya todo es historia. El “Ironman” se empezó a llenar de patrocinadores y coberturas periodísticas. Hoy en día ya no solamente hay la competencia en Hawai, sino que se la desarrolla en todos los continentes, en diferentes fechas, ciudades con profesionales y amateurs. También desde el año 2005 se creó la nueva categoría “Ironman 70.3” que es conocida como un medio “Ironman” y que tiene la mitad de la distancia es decir 1,900 metros de natación, 90 kilómetros de ciclismo y 21.0975 kilómetros de carrera pedestre.
Mis experiencias con el “Ironman”
Hace aproximadamente 10 años decidí hacer triatlón. Corría desde hace algunos años atrás y había regresado de la Maratón de Buenos Aires y debía descansar y no correr durante un tiempo. Empecé a buscar ¿qué más podía hacer? Es que para un deportista es difícil dejar de hacer ejercicio cuando tu cuerpo está tan acostumbrado. Se convierte en algo básico de tu día a día, igual de importante que dormir o comer. Decidí entonces empezar a nadar y retomar la bicicleta que no montaba desde hace varios años. Recuerdo un de - sayuno entre cuatro amigas donde decidimos que íbamos a convertirnos en triatletas. Finalmente solamente mi amiga Pati y yo cumplimos la promesa.
Realizamos juntas algunos triatlones de distancias más cortas. Fue en el año 2015 cuando decidí hacer un “Ironman” 70.3, creo que por la misma razón que muchos otros ecuatorianos. Se realizó por primera vez en nuestro país un “Ironman” 70.3 en Manta. Dos mil ecuatorianos nos inscribimos y estuvimos listos para ser pioneros de esta aventura en Ecuador.
¿Cómo fue mi entrenamiento? Lo más importante para empezar fue lograr dominar los tres deportes. Aprendí a nadar con buena técnica y practiqué más en aguas abiertas. No es lo mismo nadar en piscina que en mar o laguna. También aprendí a manejar bicicleta de ruta, que no es lo mismo en técnica y sensación que una de montaña. Lo tercero fue hacer ejercicios de fuerza para las piernas porque lo más complicado para mí de la carrera es terminar la bicicleta con las piernas “reventadas” y salir a correr. Trabajé durante meses haciendo fondo. Esto para que mis pulsaciones cardíacas se mantengan bajas durante las distancias largas. De esta manera logré resistencia y acostumbré a mi organismo a usar la grasa como energía. También así poco a poco empezaron a bajar mis pulsaciones del corazón y logré que mis músculos, tendones y cartílagos se adapten mejor al esfuerzo prolongado.
Después de unos meses comencé a trabajar en series de intervalos y piques. En algunas sesiones subía y bajaba la intensidad mientras corría todo el tiempo, y en otras hice piques cortos o largos mientras corría y caminaba. Con esto fomenté la potencia aeróbica y ayudé a mi cuerpo en su sistema de recuperación. Por supuesto también de esa manera logré ser más eficiente y rápida.
El día de la carrera Recuerdo que ese 9 de agosto de 2015 Manta amaneció nublado…algo que para quienes quieren playa no es divertido, pero para quienes vamos a hacer una carrera es magnífico porque el calor baja increíblemente, lo cual es mejor para el rendimiento.
Fue una carrera mágica en todo sentido. La experiencia de hacer mi primer “Ironman” fue inigualable y más aún porque logré hacerlo en mi propio país. Llegar a la meta es un sueño hecho realidad. Eso sí, los últimos kilómetros prometí que nunca más lo volvería a hacer, hasta que crucé la meta, me colocaron la medalla en el cuello y automáticamente repetí las palabras: “Quiero otro”. ¿Algún día haré un “Ironman” completo?
Posterior a mi primer Ironman 70.3 hice cuatro más. Pude competir en el calor intenso de Cozumel en el año 2016, con un viento muy fuerte en Miami en 2017, repetí Manta e hice Florida en 2021. Este año haré el de Washington. Que ¿si pienso hacer un “Ironman” completo? Por ahora mi respuesta es negativa. Necesitaría mucho tiempo para entrenar que ahora no tengo, y es además un reto muy difícil. Sin embargo hay una frase muy conocida que dice: “Nunca digas nunca.”