La televisión Un día estaba aburrida, y no decidí hacer otra cosa que encender la que llaman ‘’la caja tonta’’. Nada más conectarla, salió el primer canal, la 1. Una cadena pública. Estaban haciendo un programa de cotilleos. Da gusto que hagan este tipo de programas en televisiones públicas, ya que saber si Chabelita está enfadada con su madre es algo que todos los españoles tienen derecho a saber. Después empiezan los informativos, los más ‘’objetivos’’ de todos. Total, si el dinero lo pone el gobierno… El siguiente canal con el que me encuentro es la 2. ¡Vaya, un canal con algo de cultura! Estaban haciendo un documental interesantísimo… sobre los reptiles del Amazonas, un tema sobre el que no siento ni la más mínima curiosidad, por lo que decidí pasar al siguiente canal, Antena 3. La programación de este canal sería buena si no fuera por sus anuncios interminables, concursos aborrecibles, telenovelas eternas y películas ‘’buenísimas’’ los fines de semana. Aún así es mejor que otras. Y bueno, seguimos con Cuatro, un canal de entretenimiento gracias a una única serie, que está bien, pero ya cansa. Al menos es mejor que Telecinco, la cadena reina del cotilleo, con programas como Mujeres y Hombres, en el que discuten, pero no sobre el significado de viceversa, y Sálvame, enredando la vida de los ‘’famosos’’, por no hablar de la promoción que hacen de sus películas en los informativos, motivos por los que las acabas aborreciendo. Llegamos a ‘’La Sexta’’, la última de las grandes cadenas. Tienen buenos programas, también con ‘’pocos’’ anuncios. Seguí pasando canales y llegué a Nou, cadena autonómica que se encuentra cerrada y por la que seguimos pagando millones. Después de dar una vuelta por el resto de canales (descubriendo teletienda, películas de años inmemoriables, programas de subastas, series con doblajes revientaoídos), llego al canal Intercomarcal, que está retransmitiendo el desfile de la Esperanza, y mientras los niños desfilan, solo comentan el cambio del horario del desfile con la gente de la tribuna que están cómodamente sentados. A mí me apetecía ver a los niños, no escuchar un debate. Después de leer todo esto, supongo que descubriréis que la tele ahora está apagada. La ojeadora.
NNTT En mi opinión en esta época se le da demasiada importancia a las nuevas tecnologías. No pienso que sea ni bueno ni sano estar todo el día enganchado al móvil, y esto les pasa tanto a los niños como a algunos adultos de los cuales los niños toman ejemplo. Ahora los niños de cuatro años saben desbloquear pantallas de móviles y meterse en sus juegos favoritos, los de siete están enganchados a la nintendo DS y los de trece a la play y por supuesto a la vez están todos a la tele y al ordenador. Algunas personas están tan enganchadas al ordenador que se pasan días sin dormir o se saltan comidas por estar con él. En mi opinión muchos padres se quejan pero ellos son los primeros que se pasan el día con el móvil. ¿Qué clase de ejemplo quieren que tomen sus hijos? ¿Qué clase de personas serán los que se pasan todo el día con el ordenador o cualquiera de estos aparatos? No serán capaces de relacionarse con nadie y cuando les entre el conocimiento y quieran cambiar será demasiado tarde y no sabrán cómo hacerlo, el relacionarnos lo aprendemos desde muy pequeños. Por todas estas razones yo creo que deberíamos de mirar la vida a través de nuestros propios ojos y no a través de la pantalla del móvil y pensar bien qué merece la pena decirlo por wasap y qué a la cara. Srta. GS
Mis queridos profesores Desde mi punto de vista, los profesores son unas bellísimas personas que siempre están dispuestos a ayudarme y a ver la vida de un modo diferente. Aunque muchas veces me defraudan por sus métodos de evaluación o por mil cosas, son personas muy educadas y respetuosas con los alumnos y por ello no merecen que algunos se dediquen a insultarles, a meterse con ellos o a contestarles de muy mala manera. Eso es lo peor que un alumno puede hacer, ya que dicho alumno merecería un castigo muy severo. Las personas que hacen algo así, es porque son unos maleducados y necesitan a alguien que los enderece con castigos durísimos. Por ello, yo pienso que dichos profesores tendrían que ponerse en un plan muy serio, y a la más mínima que alguien les ofendiera, poner las medidas drásticas necesarias para que ese alumno se diera cuenta de lo grave que es insultar a un profesor. Lo que no está bien es que no pongan remedio cuando tienen que ponerlo; eso es algo muy grave. Por ejemplo, cuando alguien les contesta de muy malas formas y el profesor solo suspira y se calla, eso es tener cobardía y miedo. Si yo fuera el director del colegio, madre mía la que les caería a esos desafortunados.
El Indignado.
Los valores Es ya costumbre ni dar las gracias ni los buenos días cuando una puerta se abre, y es que la puerta no ha sido empujada por nada menos que una persona. Pero esperad, esto no es lo grave de la situación, donde la educación abunda los valores disminuyen, magnitudes inversamente proporcionales podríamos llamarlas sino fuese porque en la cima de la jerarquía encontramos corrupción, sobornos y egoísmo sin una pizca de consideración. Aquí ni uno ni lo otro son capaces de existir. Que si los jóvenes somos el futuro, pero sin inversiones ni hay futuro ni presente. Y cada vez el abismo aumenta entre la riqueza educada y la pobreza inocente y bonachona. Si analizas, quien más tiene menos da y quien menos tiene más ofrece y agradece. Vivimos en un mundo del revés, tanto las patas arriba se nos sube la sangre a la cabeza y un día nos explotará. Nadie parece tener la fuerza suficiente para darle la vuelta a esta tortilla que se está a punto de socarrar. ¿Quién se ofrece a echarle agua al fuego?
Aurore