DESCARTES
Renato Descartes (1596 - 1650) es un filósofo que tiene una gran importancia dentro de la Filosofía porque es el filósofo que inaugura una nueva perspectiva filosófica, tanto que con él comienza la denominada Filosofía Moderna.
Si a una Filosofía se le pone el apellido de "moderna", es porque antes ha existido una Antigua (¡¡claro!!), y esa era la de los griegos hasta Alejandría. ¿En qué se diferencian? Fundamentalmente en el principal tema de reflexión: para los Antiguos, la Filosofía era la pregunta por el SER (es decir, la Ontología), mientras que para Descartes y los Modernos será la pregunta esencial la del CONOCER (Epistemología). Esto significa que la principal pregunta de los modernos es ver cuál es el origen y los límites del conocimiento viendo primero si tal conocimiento es posible.
DESCARTES Y LA ÉPOCA BARROCA
Descartes estudió todos los saberes de su época, pero cuando acabó, se dio cuenta de que nada le servía, y que de ninguno se podía fiar. ¿Por qué esta desconfianza de Descartes? Porque le tocó vivir una época bastante difícil, la época Barroca.
La época Barroca se extiende por el siglo XVII fundamentalmente, y su principal característica es vive la "resaca" de los grandes descubrimientos del Renacimiento:
1.- Se descubre América, un continente inmenso y poblado de gente. 2.- Se descubre que el Universo no es geocéntrico, sino heliocéntrico, (Copérnico) que las órbitas no son circulares, sino elípticas (Kepler), y que la física de la Tierra y la de los cielos es la misma (Galileo). 3.- Se rompe la unidad religiosa de la Edad Media con la Reforma Protestante (Lutero). ¡¡¡¡¡Todo lo que se había dicho y mantenido durante tantos siglos ha resultado inexacto o directamente erróneo!!!! Por eso, Descartes se encontraba muy desilusionado con lo que había aprendido, que no era ni más ni menos que esos conocimientos que ya no valían.
DESCARTES Y EL MÉTODO PARA CONOCER.
Ante esa situación, Descartes se propuso indagar por sí mismo si había algún conocimiento que pudiese ser tenido como seguro y fiable. Para ello, examinó todos los conocimientos que había adquirido, y vio que tan solo la Lógica y las Matemáticas permanecían fiables, y que era debido a que utilizaban un método deductivo. Por ello, pensó que debía diseñar un método para el resto de conocimientos, con pocos pasos, pero claros, y que usara siempre la Razón, ya que los sentidos nos engañan. El método de Descartes quedó reducido a estas cuatro reglas: 1.- Evidencia. 2.- Análisis. 3.- Síntesis. 4.- Revisiones frecuentes.
Y con estas cuatro reglas, comenzó Descartes a ver si podía encontrar un conocimiento seguro y cierto del que no pudiese dudar. Para ello, dudó de todo: de los sentidos, de la realidad, y hasta del entendimiento. Pero al dudar de todo, se dio cuenta de que hay algo verdaderamente indudable: y es que estoy dudando. Y si dudo, pienso. Y si pienso, existo.
EL DUALISMO CARTESIANO.
Pero al afirmar que existe por una parte el alma, y por otra el cuerpo, Descartes se inscribe en un tipo de pensamiento conocido como DUALISMO, es decir, que afirma que una única realidad está formada por dos principios distintos, en este caso, el ser humano, por el cuerpo y el alma. Y surge un problema: ¿qué tipo de relación existe entre ellos? ¿Cómo interactúan el cuerpo y el alma? ¿Dónde se aloja el alma dentro del cuerpo? Este es un problema muy interesante en la Filosofía, ya que se puede contestar de diferentes maneras. Descartes lo solucionó diciendo que el alma se aloja en el cuerpo como un piloto en su navío, y que el alma es la que lo hace funcionar, existiendo una comunicación entre ambos por medio de los "espíritus animales". Para Descartes, el alma se encuentra alojada en la glándula pineal, una estructura del cerebro de la que no se conocía demasiado acerca de su función en la época de Descartes. Esta descripción se asemeja mucho a unos dibujos animados de los años 80: Mazinger Z
Otra forma de entender la relación entre cuerpo y alma es negar que el alma sea un principio diferente al cuerpo, y son filosofías denominadas "Materialistas". Una que ya conoces es la de Epicuro, el filósofo del siglo III a C. que decía que todo lo que existe son átomos; todo está constituido por ellos, incluso el alma. Los átomos del alma son más pequeños, redondos y sutiles que los del resto de cosas existentes, y que se quedan atrapados entre los átomos más grandes y pesados, permitiendo la vida y el conocimiento de los cuerpos en los que se insertan. Morir es la disgregación de los átomos.
Y, por último, tenemos la visión cristiana del hombre como formado por cuerpo y alma, creada expresamente por Dios para cada uno de nosotros. Una forma de repasar esta visión es a través de un magnífico soneto de Quevedo, que como ya sabe, fue autor de esta época: Amor constante más allá de la muerte