UNIVERSIDAD DE LA TERCERA EDAD Departamento de Postgrado Habilitación Docente
Materia Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC)
Participantes
Vladimir Valdez
:
DI201300082
Dassiel Herasme
:
DI201300065
Rita E. Muñoz G.
:
DI201300080
Facilitadora Lic. Ángela Mejía, M.A.
Santo Domingo, D.N. 17 de noviembre de 2014
ÍNDICE No. Presentación Introducción Historia Concepto Aspecto Histórico Cifras Entorno a la Brecha Digital Estrategias para Disminuir la Brecha Digital Críticas Hacia el Concepto de Brecha Digital Pobreza Digital El Eslabón Perdido Y la Brecha Digital Ponerse al Día pero no con suficiente Rapidez Los Interrogantes de la brecha digital Brecha Entre Los Países Desarrollados Y En Desarrollo Otras Brechas Y Los Desafíos Conectando Al Mundo La CMSI Estimula El Desarrollo Conclusión Bibliografía
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INTRODUCCION
En nuestro diario vivir observamos que la tecnología ha ido evolucionando y ha ido en gran avance, está la podemos llamar como un “Tsunami del siglo XXI” donde ha arropado por completo la sociedad, en especial el área de educación. Ante este Boom que es la brecha digital es muy importante enfatizar el término a utilizarse este hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y aquellas que no. Algunos autores prefieren en español, el término fractura digital o estratificación digital, por ser mucho más expresivos sobre lo que realmente significa. La traducción a otras lenguas latinas, como el francés, también ha optado por el término de fractura y otros autores extienden el alcance de la Brecha Digital para explicarla también en función de lo que se ha denominado analfabetismo digital, que consistente en la escasa habilidad o competencia de un gran sector de la población, especialmente entre aquellos nacidos antes de la década de 1960, para manejar las herramientas tecnológicas de computación y cuyo acceso a los servicios de Internet es por ende muy extenso. Algunos de los primeros autores que abordaron el problema de la Brecha Digital desde una aproximación sistemática y socialmente profunda fueron Herbert Schiller y William Wresch estos autores planteaban la necesidad de incluir a todos los sectores de la población en el acceso a la información disponible a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como de las posibles ventajas derivadas de tal acceso. El propósito de la brecha digital es enfocarse a la revisión de la información y comunicación para el extenso desarrollo de las tic. Aun que una gran cantidad de gobiernos de todo el mundo, han desarrollado planes encaminados a la disminución de la Brecha Digital, en estrecha colaboración con el sector privado, de manera que se ha planteado la necesidad de estimular no sólo el acceso, sino también el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías, porque sostienen que éstas efectivamente puedan incidir en los propios procesos de desarrollo, combatiendo las demás brechas que subyacen a la digital.
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HISTORIAL DE LA BRECHA DIGITAL
El concepto de brecha digital encuentra su antecesor en el llamado informe “El eslabón perdido”, que se publicó en 1982 por la comisión Maitland. Este puso de manifiesto las conclusiones sobre la carencia de infraestructuras de telecomunicaciones en los países en vías de desarrollo, poniendo como ejemplo el teléfono. Mientras que en algunas referencias, se cita a Simon Moores como acuñador del término, Hoffman, Novak y Schlosser se refieren a Lloyd Morrisett como el primero que lo empleó para hacer referencia a la fractura que podía producirse en los Estados Unidos entre "conectados" y "no conectados", si no se superaban las serias diferencias entre territorios, razas y etnias, clases y géneros, mediante inversiones públicas en infraestructuras y ayudas a la educación. En todo caso, durante esta administración se dio lugar a una serie de reportes publicados bajo el título Falling through the Net, en el que se dejaba evidencia del estado que este fenómeno guardaba en la sociedad estadounidense a finales de la década de 1990 A partir de este origen, algunos autores prefieren en español, el término fractura digital o estratificación digital, por ser mucho más expresivos sobre lo que realmente significa. La traducción a otras lenguas latinas, como el francés, también ha optado por el término de fractura. No obstante, la mayoría de los autores hispanos se decanta por el de brecha, más suave y políticamente correcto. Algunas otras expresiones que han sido usadas para referirse a la Brecha Digital son divisoria digital, brecha inforcomunicacional7 y abismo digital. Otros autores extienden el alcance de la Brecha Digital para explicarla también en función de lo que se ha denominado analfabetismo digital, que consistente en la escasa habilidad o competencia de un gran sector de la población, especialmente entre aquellos nacidos antes de la década de 1960, para manejar las herramientas tecnológicas de computación y cuyo acceso a los servicios de Internet es por ende muy extenso.
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CONCEPTOS BRECHA DIGITAL
Hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y aquellas que no, aunque tales desigualdades también se pueden referir a todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como el computador personal, la telefonía móvil, la banda ancha y otros dispositivos. Como tal, la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías.
Este término también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica. También se utiliza en ocasiones para señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de calidad y aquellos que no. El término opuesto que se emplea con más frecuencia es el de inclusión digital y el de inclusión digital genuina (Maggio, 2007)
ASPECTOS TEÓRICOS DE LA BRECHA DIGITAL
Algunos de los primeros autores que abordaron el problema de la Brecha Digital desde una aproximación sistemática y socialmente profunda fueron Herbert Schiller y William Wresch. De manera general, estos autores planteaban la necesidad de incluir a todos los sectores de la población en el acceso a la información disponible a través de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como de las posibles ventajas derivadas de tal acceso. Para Pippa Norris, se trata de un fenómeno que implica tres aspectos principales: la brecha global (que se presenta entre distintos países), la brecha social (que ocurre al interior de una nación) y la brecha democrática (que se refiere a la que existe entre quienes participan y quienes no participan de los asuntos públicos en línea). Otra corriente de investigadores se han centrado en aspectos cuantitativos de la brecha digital, destacando las diferencias estadísticas en el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, según un extenso abanico de variables socio-demográficas entre las que destacan el sexo, edad, nivel de ingresos, escolaridad, raza, etnia y lugar de residencia.
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Uno de los aspectos más recientes que han sido analizados sobre la brecha digital, tiene que ver no solamente con el acceso a Internet, sino con la calidad de dicho acceso y la disponibilidad de conexiones de banda ancha que permitan acceder a contenidos multimedia en tiempos y costos adecuados al contexto de los usuarios. De forma específica, el investigador holandés Jan van Dijk identifica cuatro dimensiones en el acceso: la motivación para acceder; el acceso material; las competencias para el acceso; y el acceso para usos avanzados (o más sofisticados). Plantea que la brecha digital está en constante evolución, dado el surgimiento de nuevos usos tecnológicos, que son apropiados más rápidamente por aquellos que tienen el acceso en forma más permanente y de mejor calidad, determinado por dicho ancho de banda. El propósito de la brecha digital es enfocarse a la revisión de la información y comunicación para el extenso desarrollo de las tic.
CIFRAS EN TORNO A LA BRECHA DIGITAL
Según Internet World Stats, en el 2010, de los 1966 millones de internautas conectados, casi el 63% vive en los países industrializados, donde reside el 15% de la población mundial. Mientras que Europa y Estados Unidos suman 501 millones de usuarios, en todo el continente africano la cifra desciende a 110 millones, y estas diferencias se manifiestan asimismo entre hombres y mujeres, ciudad o campo, edades, estatus sociales, paralelamente a las "brechas" de siempre: el acceso a la sanidad, a la educación, la mortalidad infantil, el hambre, la pobreza. Datos de 2006 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones muestran que mientras el 58.6% de los habitantes de los países desarrollados tienen acceso a Internet, en los países en vías de desarrollo apenas el 10.2% de los habitantes tiene acceso a esta tecnología.
ESTRATEGIAS PARA DISMINUIR LA BRECHA DIGITAL
Una manera de disminuir la brecha digital es implantar políticas de accesibilidad web, para que todas las personas, independientemente de sus limitaciones físicas o de las derivadas de su entorno puedan usar de forma satisfactoria Internet y la World Wide Web.
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Una gran cantidad de gobiernos de todo el mundo, han desarrollado planes encaminados a la disminución de la Brecha Digital, en estrecha colaboración con el sector privado, de manera que se ha planteado la necesidad de estimular no sólo el acceso, sino también el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías, porque sostienen que éstas efectivamente puedan incidir en los propios procesos de desarrollo, combatiendo las demás brechas que subyacen a la digital. Sin embargo, algunos trabajos han concluido que muchas de estas iniciativas responden a visiones optimistas sobre el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación en el desarrollo, y conciben que el problema de la Brecha Digital se resolverá mediante la introducción de computadores personales con acceso a Internet. Aspectos como la capacitación de los usuarios y la creación de contenidos culturalmente adecuados a cada contexto, son frecuentemente dejados de lado. De forma similar, las comunidades receptoras en estos procesos de equipamiento tecnológico pocas veces son tomadas en cuenta, lo que afecta la sustentabilidad a largo plazo de proyectos de esta naturaleza. En este sentido, algunos autores plantean que las TICs deberían proporcionar un espacio de encuentro de una nueva esfera pública, donde la sociedad civil pueda definirse y comprenderse en su diversidad y donde las estructuras políticas estén sujetas al debate público y sean evaluadas por sus acciones, garantizando la participación de las categorías más excluidas a través de perspectivas de género, regionales y sociales.
CRÍTICAS HACIA EL CONCEPTO DE BRECHA DIGITAL
La brecha digital no es un fenómeno que sea reconocido de forma unánime. Entre las principales críticas que se hacen, destacan los señalamientos hechos por Benjamín M. Compaine, quien sostiene que se trata de un asunto que ha sido objeto de manipulaciones políticas y que las actuales diferencias observadas en el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación, se salvarán gracias al destacado impulso de este sector del mercado. La diferencia social que existe entre aquellas personas que saben utilizar las TIC y aquellas que no, no siempre es un problema de posibilidad de acceso e infraestructuras (servicio universal) o conocimientos previos (alfabetización digital), sino que en la mayoría de los casos es un problema de actitud personal en lo referido a las nuevas tecnologías. Es preciso un cambio cultural que implique a todas las personas sin importar su condición o rango de edad para poner a su alcance y de forma más intuitiva y “usable” lo que llega, ha llegado y llegará en un futuro en materia digital.
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POBREZA DIGITAL
Un concepto alternativo desarrollado en América Latina por DIRSI es el de pobreza digital. El concepto de “pobreza digital” es uno que, como tal, no aparece frecuentemente citado en las discusiones. El concepto más utilizado es el de “brecha digital” generalmente entendida como caracterizando las desigualdades en el acceso y uso de TIC a nivel de hogares o a nivel de países y que es objeto de medición frecuente. Frente al concepto de brecha, el concepto de pobreza digital trata de capturar el nivel mínimo de uso y consumo de los diversos atributos de las TIC, así como los niveles de ingreso de los pobladores para hacer efectiva una demanda.
EL "ESLABÓN PERDIDO" Y LA BRECHA DIGITAL: RECONSIDERACIÓN DEL INFORME MAITLAND En 1985 la UIT publicó un Informe encargado especialmente y titulado El eslabón perdido, el cual señaló a la atención internacional el rotundo desequilibrio existente en cuanto al acceso telefónico entre los países industrializados y en desarrollo.
El Informe de la Comisión Maitland tiene su origen en la Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT celebrada en Nairobi, en 1982, que creó la Comisión Independiente para el Desarrollo Mundial de las Telecomunicaciones. La Comisión estaba presidida por Sir Donald Maitland y tenía por mandato identificar los obstáculos que impedían el establecimiento de infraestructuras de comunicaciones y recomendar los medios mediante los cuales podía estimularse la expansión de las telecomunicaciones en todo el mundo. En enero de 1985 la Comisión presentó sus conclusiones al entonces Secretario General de la UIT, Richard Butler, en un aclamado Informe: El eslabón perdido. La Comisión Maitland acuñó la expresión "eslabón perdido" para destacar la carencia crónica de infraestructura de telecomunicaciones en el mundo en desarrollo. En la fase inicial de sus trabajos, la Comisión concluyó por unanimidad que no podía tolerarse el flagrante y creciente desequilibrio que afectaba la distribución de las telecomunicaciones en todo el mundo. En ese entonces, antes de la telefonía móvil, había unos 600 millones de teléfonos fijos en el mundo y las tres cuartas partes de ellos estaban concentrados en los nueve países más industrializados. Los restantes se distribuían de una manera desigual, y los países más pobres del África subsahariana a menudo contaban con menos de una línea fija cada 500 habitantes.
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El eslabón perdido fue el primer Informe en el que se puso de relieve la correlación directa entre la disponibilidad de infraestructura de telecomunicaciones y el acceso a la misma y el crecimiento económico de un país. La brecha mencionada caracterizaba todos los aspectos del acceso y el servicio universal y representaba una disparidad no sólo entre los países ricos y los países pobres, sino también entre las personas con medios y los menesterosos en una sociedad dada, y entre las poblaciones rurales y urbanas. Para progresar en este sentido, la Comisión fijó la meta de que para principios del siglo XXI prácticamente toda la humanidad debía tener a su alcance el servicio telefónico. ¿Pero qué es lo que debemos entender por "tener a su alcance"? En las zonas rurales, esta expresión se definió como al menos un aparato telefónico disponible a dos horas de camino a pie para todos en el año 2000. Para alcanzar ese objetivo, muchos países desarrollados apuntaron a la ampliación de sus redes, que ya estaban disponibles de una manera generalizada, hacia las partes desaventajadas de su población, así como a la mejora de la calidad de funcionamiento de las redes existentes. En otras palabras, éstos hicieron hincapié en el "servicio universal" (a tenor del cual todos los hogares deben disfrutar de su propio servicio telefónico individual, por lo general un teléfono de línea fija), en contraposición del concepto más general de "acceso universal". Para los países en desarrollo, en cambio, el Informe El eslabón perdido supuso centrarse en el acceso universal, y de este modo esforzarse en ofrecer acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a un porcentaje de la población tan alto como fuera posible, mediante estrategias de acceso compartido (por ejemplo, teléfonos públicos de previo pago, cibercafés, instalaciones comunitarias como los telecentros comunitarios polivalentes), en lugar de disponer de un teléfono en cada hogar. Veinte años después, ¿cuánto hemos avanzado en el mundo para reducir el desequilibrio en materia de acceso a las telecomunicaciones? El Informe El eslabón perdido indicaba la ausencia de infraestructura como una barrera fundamental que impedía el acceso. Desde entonces, el debate se ha ampliado para incluir temas tales como las aplicaciones y las aptitudes o la formación que requieren las comunidades para poder beneficiarse de las nuevas TIC. Hace veinte años, crear infraestructura significaba transferir la responsabilidad a los operadores de la red telefónica pública conmutada (RTPC) para que construyeran y ampliaran esas redes. Asimismo, los usuarios requerían muy poca o ninguna formación para utilizar un teléfono. El paso de las redes con conmutación de circuitos a las redes basadas en IP y de las líneas fijas al servicio inalámbrico, junto con el desarrollo de nuevas redes de información como Internet, ha hecho que las cosas sean muy diferentes en una sociedad de información.
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¿PONERSE AL DÍA, PERO NO CON SUFICIENTE RAPIDEZ?
La UIT sigue regularmente los progresos obtenidos para colmar la brecha digital, sobre todo en el marco del Informe sobre el Desarrollo Mundial de las Telecomunicaciones, cuya primera edición fue publicada con ocasión del décimo aniversario de la publicación del Informe El eslabón perdido. El avance logrado durante los últimos veinte años es el siguiente:
En 1985, unos tres mil millones de personas, esto es, alrededor de la mitad de la población mundial, vivía en países con una tele densidad (líneas telefónicas por 100 habitantes) menor a la unidad. La tele densidad promedio mundial era de alrededor de 7. Había menos de un millón de teléfonos móviles en todo el mundo y sólo unas cuantas decenas de miles de usuarios conectados a Internet (la World Wide Web no existía aún). A fines de 2005, sólo ocho países con una población inferior a 160 millones, o sea alrededor del 2,5% de la población mundial, tienen una densidad telefónica total (fija y móvil combinadas) inferior a la unidad. El promedio mundial de tele densidad total gira en torno a 50. Existen unos dos mil millones de teléfonos móviles en el mundo y alrededor de 750 millones de usuarios de Internet.
No obstante, aunque se han hecho grandes progresos, aún siguen habiendo grandes disparidades en cuanto al acceso a las telecomunicaciones. Por ejemplo, en 2003, la tele densidad total oscilaba entre 0,3 en Liberia y 173 en Taiwán, China. En China, país en el cual la tele densidad de línea fija en 1985 sólo era del 0,3%, ha ascendido al 20,9% en 2003, mientras que la densidad de teléfonos móviles también ha llegado al 21,5. En India también aumentó apreciablemente la tele densidad de línea fija para pasar del 0,4% en 1990 a 4,6% en 2003, mientras que la tele densidad móvil también llegó al 2,5. Algunas de las tasas de crecimiento más rápidas se han registrado en África, región en la que hoy el crecimiento de la economía de telecomunicaciones es el más acelerado en el mundo. En el momento de la publicación del Informe Maitland, había sólo 7,1 millones de teléfonos en ese continente. En el Informe se indicaba que en 1985 Tokio disponía de más teléfonos que todo el continente africano, con una población de 500 millones de habitantes en esa época. Pero en 2003, el número de teléfonos fijos en África se ha triplicado, mientras que el número de teléfonos móviles ha aumentado a más de 50 millones. Y en los primeros años del siglo XXI se abonaron más usuarios a la red en África que en los últimos 100 años precedentes. La reducción de los costos de instalación de las redes móviles y la liberalización del mercado de telecomunicaciones han permitido una considerable mejora en el acceso a las telecomunicaciones, incluidas las comunidades rurales y distantes. Hay que señalar, igualmente, que las dos principales tendencias del mercado que han caracterizado el 10
panorama de las TIC en los últimos veinte años el crecimiento de las comunicaciones móviles y la red de Internet no fueron previstas en el Informe Maitland.
LOS INTERROGANTES QUE SUSCITA LA BRECHA DIGITAL
Como las TIC se han convertido en el eje de la economía de la información mundial, el "eslabón perdido" de Maitland ha pasado de ser un desnivel de servicio vocal en banda estrecha a convertirse en un nuevo "eslabón perdido", a saber, la "brecha digital". Una de las primeras referencias a este término apareció en los Estados Unidos en 1998 cuando la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información publicó el documento titulado Falling through the Net II: New Data on the Digital Divide. En este Informe se introdujo el término "brecha digital" para destacar la división desigual de las TIC entre los diferentes grupos socioeconómicos en el país. El Informe exponía las principales diferencias en cuanto a la disponibilidad de teléfono, computador e Internet en los hogares en términos de ingreso, edad, emplazamiento y nivel educativo.
BRECHA ENTRE LOS PAÍSES DESARROLLADOS Y EN DESARROLLO
Las diferencias entre los países desarrollados y en desarrollo pueden considerarse en función del nivel de penetración de los diferentes servicios TIC (teléfono, teléfono móvil, Internet) y del computador personal. Como se ilustra en el gráfico, ese desnivel entre los países desarrollados y en desarrollo se ha reducido considerablemente debido al crecimiento enorme de las tecnologías móviles y del número de usuarios de Internet en todo el mundo. Ahora bien, habida cuenta de que más del 80% de la población mundial vive en el mundo en desarrollo, aún queda un largo camino por recorrer para poder reducir dicha brecha. Supongamos que las poblaciones nacionales crecieran a ritmos similares y que pudieran mantenerse las actuales tasas de crecimiento de las TIC. Si ese fuera el caso, el Informe sobre Internet Móvil, publicado por la UIT, en septiembre de 2004, indica que se requerirían al menos diez años para reducir la brecha digital. Ahora bien, lo que sucede es que la población de los países en desarrollo está creciendo más rápido que la de los países desarrollados, y que en esa población el porcentaje de personas con edades menores a 15 años es muy elevado.
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Según el Informe sobre Internet Móvil: "Esto significa que Brecha entre los países tal vez resulte necesario que transcurra mucho más tiempo desarrollados y los países en para colmar la brecha digital. Asimismo, dado que más de desarrollo 1000 millones de habitantes de países en desarrollo en todo el mundo viven con menos de 2 USD por día, cantidad que está muy por debajo del nivel mínimo de ingresos aceptado generalmente y necesario para adquirir y utilizar las TIC, es probable que persista el carácter fundamental de la brecha, a menos que las condiciones socioeconómicas básicas cambien radicalmente". OTRAS BRECHAS... Y LOS DESAFÍOS Hay semejanzas entre el "eslabón perdido" de Maitland y la brecha digital de hoy en día. La más importante es que ambos conceptos suponen una correlación directa entre el acceso a las telecomunicaciones, la riqueza económica y el desarrollo social. La brecha digital existe no sólo entre los países desarrollados y en desarrollo, sino también en cada país, donde separa a las ciudades de las zonas rurales, al rico del pobre, a aquéllos con educación superior de los que cuentan con muy poca educación o ninguna, a los hombres de las mujeres y a los jóvenes de las personas de edad. En las zonas rurales y desfavorecidas, incluso de los países que por lo general están bastante desarrollados suele darse una brecha digital que hace que quienes ya están en desventaja dispongan de pocos medios para salvar ese desnivel. En consecuencia, sería más apropiado entender por "brecha digital" un desnivel que abarca múltiples brechas. En el proyecto de documento sobre cuestiones de desarrollo relacionadas con Internet, preparado por el Grupo de Trabajo sobre Gobierno de Internet (GTGI), se destaca que: "la noción de brecha digital abarca en realidad no sólo las brechas de telefonía y de equipos, sino también desniveles de contenido, lenguaje y aplicaciones y capacidades necesarios para poder utilizar de una manera eficaz esas tecnologías y estar así en condiciones de acceder y contribuir a toda la gama de servicios de información y comunicación, que cada vez resultan más viables, debido a una mayor convergencia de las tecnologías y a la reducción del costo de suministro". Con todo, en el documento del GTGI se señala que los componentes y dimensiones de la brecha digital siguen siendo objeto de debate y que algunos participantes en esa discusión estiman que es mucho más fácil abordar la brecha telefónica. En el documento precitado se sugiere que la ampliación de la telefonía móvil es la vía para colmar la brecha digital y que el acceso a Internet ofrecido a través de telecentros tiene un valor secundario como instrumento para el desarrollo de poblaciones pobres, analfabetas e incapaces de beneficiarse del acceso a Internet. A este respecto, en el documento del GTGI se llega a la conclusión de que aún no está claro en qué medida en la noción de acceso universal y en los instrumentos necesarios para traducirla a la práctica se ha tenido presente la convergencia de la tecnología, de tal modo que el acceso universal signifique no sólo acceso a la telefonía vocal básica sino también acceso a la Internet. 12
CONECTANDO AL MUNDO
En un momento en que el mundo desarrollado centra su atención en las comunicaciones de datos y los servicios multimedios e Internet, ¿existe el riesgo de que los países en desarrollo puedan quedar rezagados al concentrarse únicamente en la telefonía móvil? y, ¿es el acceso universal a las TIC un lujo que los países en desarrollo no deberían considerar aún como una prioridad? En diciembre de 2003, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) señaló el camino a seguir al reconocer en su Plan de Acción que la infraestructura de las TIC es indispensable para alcanzar el objetivo de la integración digital. Uno de los objetivos de la CMSI es utilizar las TIC para conectar a todas las aldeas antes de 2015. La UIT ya ha hecho frente a este desafió en el marco de la iniciativa Conectar el mundo lanzada en junio de 2005 con participación de múltiples interesados. Por lo general, la brecha digital refleja a su vez los desniveles de ingreso, salud y educación entre los países y dentro de los mismos. La raíz de esas disparidades es la pobreza. Aunque serían pocos los que rechazaran alimento, alojamiento o atención sanitaria, muchos considerarían poco necesarias las TIC si sus necesidades básicas no estuviesen cubiertas. Cabe preguntarse, por tanto, si construyendo la infraestructura requerida y reduciendo los costos podría aumentarse el acceso a las TIC. ¿Resolver estos problemas garantizaría que la población utilizase las TIC?
LA CMSI ESTIMULA EL DESARROLLO
En el Informe sobre el Desarrollo Mundial de las Telecomunicaciones que preparó en 2002 la UIT sobre el tema "Reinvención de las telecomunicaciones" se destacan dos obstáculos al respecto. El primero es la formación, ya que la utilización de las tecnologías actuales es mucho más compleja que la del servicio telefónico ordinario. Internet reviste poca utilidad para las personas que no tienen las aptitudes necesarias para beneficiarse del acceso electrónico a la información a fin de mejorar su calidad de vida. El segundo obstáculo es una motivación apremiante para utilizar Internet. Existen muchos casos en que las TIC se aprovecharon con éxito para mejorar la calidad de vida personal incluso en comunidades distantes y aisladas. Lo que quizás hace falta es un estudio sobre la forma en que las TIC pueden transformar realmente el proceso de desarrollo en los países pobres. Algo alentador es el mayor reconocimiento (gracias sobre todo a la CMSI) de que obstáculos que impiden el desarrollo tales como la pobreza, el analfabetismo, las enfermedades y el mal gobierno, no podrán ser superados significativamente sin disponer de un mejor acceso a la información. En realidad, si la información representa poder, en ese caso Internet es un medio poderoso para mejorar la situación de aquellos que tradicionalmente quedan rezagados.
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Resulta paradójico que para acceder a Internet muchos de los países en desarrollo sigan recurriendo principalmente a las conexiones con marcación por la red pública conmutada. Dado el costo prohibitivo y los retardos inherentes a la creación de infraestructura de línea fija, el servicio de Internet "móvil", basado en tecnologías inalámbricas avanzadas que pueden aplicarse tanto para los servicios fijos como móviles, puede representar la forma de mejorar rápidamente la conectividad de los usuarios y las comunidades del mundo en desarrollo. Cuando los formuladores de políticas comenzaron a hablar de la brecha digital, lo que preocupaba era promover el acceso a Internet a través de una conexión telefónica. Ahora, en cambio, la brecha es la de la banda ancha. La transmisión de datos en banda ancha (alta velocidad y conexión permanente) se está convirtiendo en un requisito fundamental para el acceso mejorado a Internet. Si la revolución del servicio móvil se extiende un día de modo tal que incorpore dispositivos habilitados para la Internet móvil y a un precio asequible para los usuarios, en ese momento podremos imaginar un futuro prometedor para los países en desarrollo en los cuales es la forma predominante de acceso móvil. Aunque está previsto que los servicios móviles de tercera generación (3G) desempeñen un papel importante en esta nueva experiencia de la banda ancha móvil, lo que realmente entusiasma es la visión de la Internet inalámbrica fija y las tecnologías que utilizan el espectro de manera eficaz tales como Wi-Fi, Wi-MAX y WiBRO. Si los países en desarrollo no contemplan la necesidad de adoptar políticas de acceso/servicio universal completas y neutras en cuanto a tecnología, corren el riesgo de que se repita la historia y el "eslabón perdido" pase también a las capacidades de banda ancha. Los usuarios de los países en desarrollo han demostrado su voluntad de pagar para obtener servicios TIC, a condición que éstos se comercialicen de modo que a todos los usuarios les resulten asequibles, por ejemplo, mediante tarjetas de previo pago. Un modelo similar de "pago en curso" diseñado para la red Internet portátil, junto con unos programas de acceso público ambiciosos, podrían ser la nueva ruta para colmar la brecha digital. No obstante, para que esa visión se transforme en realidad, es preciso resolver problemas de normalización pendientes, así como los relacionados con la falta de una fuente de suministro eléctrico fiable. El sector industrial también tiene ante sí otros desafíos. Uno de ellos es la simplicidad. Incluso los dispositivos móviles actuales siguen siendo demasiado complicados para poder ser utilizados por todos. El sector industrial debe orientar algunos de sus esfuerzos innovadores hacia la simplificación del uso de las tecnologías, de modo que personas comunes en lugares comunes puedan permitírselo, comprender y utilizar cabalmente dichas tecnologías.
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CONCLUSION
La brecha digital no es más que una manifestación de un fenómeno ya existente, la brecha tecnológica y que esta última a su vez nació como producto de no vislumbrar el camino correcto al progreso. La brecha digital es la clara expresión y reflejo de los impactos que producen la falta de acceso tecnológico, la instrucción y educación de los recursos humanos mal orientadas y la integración mal direccionada de los países y sectores mundiales que no se alinean en el poder global. El conocimiento será el principal recurso de poder para la construcción de la futura Sociedad de la Información y el Conocimiento y que mientras existan los problemas de acceso tecnológico, educacional y de integración actuales no se podrá acceder de forma equitativa a ese recurso. Los principales impactos tanto negativos como positivos resultados de la influencia de esta brecha digital van a estar enmarcados en insuficientes potencialidades tecnológicos, educacionales e integracionistas que lastran la construcción de una Sociedad de la Información y el Conocimiento equitativas.
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Bibliografía
El sitio web de la UIT: http://www.itu.int/osg/spu/sfo/missinglink/index.html contiene las versiones en inglés, francés y español del Informe Maitland original. www.tecnologiahechapalabra.com www.monografia.com http://es.slideshare.net/Destello_Boricua/la-brecha-digital
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