ClanDEStinos
Cristina Ortega
Desperté. No dormí en toda la noche de la emoción. Mi mamá, como de costumbre, con la torta en sus manos, entonaba la canción junto a mis hermanas, aunque esta vez era diferente.
Desperté. No dormí en toda la noche de la emoción. Mi mamá, como de costumbre, con la torta en sus manos, entonaba la canción junto a mis hermanas, aunque esta vez era diferente.
En el colegio nos explicaron sobre los de salir por las tardes de nuestras casas. Al parecer, las puertas de las casas no volvían a abrirse hasta la mañana siguiente, y al salir corríamos el riesgo de no poder volver a entrar. Las llaves se escondían de las cerraduras
toda la noche.
De regreso a casa pasé a ver a Don Miguel; esperaba mi regalo…
Don Miguel me contó una larga sobre un pasadizo secreto que recorría todas las casas de la cuadra, por el cual uno podría mirar el interior de cada una y enterarse de las cosas que ocurrían y así también hacer travesuras. Yo, que siempre había curioso
sido , deseaba entrar a dar un paseo.
Ese sería mi regalo.
Ya adentro, de lo único que pude darme cuenta era que este pasadizo tenía los comedores de las casas.
Mi visita fue rápida, ya llegaba y tenía que volver a mi casa. No quería de la casa toda la noche, menos el día de mi cumpleaños.
Don Miguel me daría la misión mañana por la mañana.
Manuel, este pasadizo es solo , travesuras tu misión será el , de la casa A-33.
pero antes de comenzar a hacer lo que hace todas las tardes investigar
Me había tomado mi papel de tan en serio que dejé de jugar a las bolitas con Felipe.
Ahora mis tardes estaban dedicadas a el Sr. Víctor por radio con esa mujer.
descifrar e intentar lo que hablaba
Le conté al Sr. Víctor toda
la historia de principio a fin. Al comienzo se enojó un poco, pero después me miro, me dio un par de en la espalda, en su cara se dibujó una sonrisa de y me dijo “gracias, niño curioso”.
porqué me agradeció, jamás me habían
agradecido por hacer travesuras. Nunca más supe de él. Al día siguiente un hombre de verde acompañado de otros iguales a él llegaron a casa del Sr. Víctor. La puerta estaba cerrada, la puerta se abrió, pienso que tal vez llegó la hora en que las llaves se esconden y éstas nunca supieron cómo volver a la cerradura y, por lo tanto, el Sr. Víctor nunca más supo cómo a su casa.
© Cristina Ortega Lerdo de Tejada
© Ocho Libros Editores
La primera edición de 500 ejemplares fue distribuida de manera gratuita en el mes de diciembre de 2011. La segunda edición se terminó de imprimir en el mes de enero de 2012, en los talleres de Maval S.A. con un tiraje de 500 ejemplares.
Registro de Propiedad Intelectual N° 211.961
ISBN 978-956-335-097-5
Impreso en Chile/Printed in Chile
Autor/Ilustrador: Cristina Ortega Lerdo de Tejada
Dirección creativa/Edición: Jennifer King
Agradecimientos: Ximena Undurraga del taller V DG/FAAD/UDP
PRODUCCIÓN Y AJUSTE DE ORIGINALES:
Ocho Libros Editores
Director editorial: Gonzalo Badal
Coordinadora de proyecto: María José Thomas
Editor general: Álvaro Matus
Gerenta de producción: Sandra Gaete
Directora de arte y diseño: Jenny Abud
Ajuste de originales: Marisol Abarca
Postproducción de imágenes: Gustavo Navarrete
Corrector de textos: Edison Pérez
Este proyecto es un trabajo conjunto entre el equipo de Educación de la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi y Ocho Libros Editores en colaboración de la Fundación Henry Böll
Ficha catalográfica
741.6 Ortega Lerdo de Tejada, Cristina 868.CH Clandestinos
Santiago, Ocho Libros Editores 2012, 2da edición 40 pp. / Ilus.
Av. Providencia 2608 of. 63, Santiago, Chile Fono (+056) 02 335 1767 www.ocholibros.cl
Prohibida la reproducción total o parcial de este libro por cualquier medio impreso, electrónico y|o digital, sin la debida autorización escrita de los propietarios del copyright.