Conocer el mar - Margarita Mainé & Silvi Hei

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Colección

Dirección Editorial: Fabiana Nolla Portillo

Diseño y Diagramación: Florencia Tocci

Texto: Margarita Mainé

Ilustración: Silvi Hei

Edición: Natalia Ribas

Mainé, Margarita

Conocer el mar / Margarita Mainé ; ilustrado por Silvina Heianna. - 1a ed ilustrada.

- Ciudad AutÛnoma de Buenos Aires : Gerbera Ediciones, 2022.

32 p. : il. ; 23 x 18 cm. - (Hilos dorados / 7)

ISBN 978-987-48477-3-7

1. Literatura Infantil y Juvenil Argentina. 2. Narrativa Infantil y Juvenil Argentina.

I. Heianna, Silvina, ilus. II. TÌtulo.

CDD A863.9282

Esta edición de 3.000 ejemplares se terminó de imprimir en abril de 2022 en Gráfica Cartoon S.A., Av. Chile 1820, A4400, Salta, Argentina. Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723. prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio medio visual, gráfico, sonoro, electrónico u otros métodos, sin la autorización escrita del editor.

Para mi amiga Vivi, porque me encanta nadar la vida juntas. Margarita

Siempre hay tiempo para cumplir nuestros deseos. Silvi

Esa mañana, la leona bostezaba sin parar. La noche anterior se había quedado leyendo hasta muy tarde y se había desvelado pensando en el mar.

Mientras leía la historia de la ballena, le parecía sentir que su piel se humedecía con el agua salada. Cómo se sentiría acostarse sobre la arena después de nadar?

Pasaron varios días y los animales comenzaron a preguntarse qué le pasaba a la leona. Ya no se rascaba las orejas como antes, y parecía melancólica y triste. Miraba a su alrededor ignorando la belleza de los árboles. Sus ojos se perdían en el cielo, y las nubes que pasaban, impulsadas por el viento, se llevaban su atención. A la leona le gustaba mucho la sabana, pero había empezado a preguntarse: y si el mar le gustaba más?

¿ ¿

Empezó su caminata sola, pero al atardecer se cruzó con una pareja de elefantes que jugaba con sus crías en el agua del río.

— Adónde vas con esa mochila? —preguntó la elefanta.

—A conocer el mar —dijo la leona, y tuvo que explicarle cómo era el mar y cómo lo había conocido.

Ya casi no se veía el río cuando escuchó que la llamaban.

Allá venía la elefanta con una pesada mochila.

¿

Caminaron las tres juntas durante dos días y, por las noches, durmieron bajo las estrellas.

Al séptimo día de caminata, ya estaban deseando que volviera la lluvia. Les faltaban las fuerzas y no tenían más bocadillos.

“ Cuándo llegamos al mar?”, se preguntaban, pero no decían una sola palabra.

Llegado el octavo día, el desierto empezó a dibujar médanos enormes. Las patas de la elefanta se hundían en la arena blanda, y en dos ocasiones la leona y la jirafa tuvieron que empujarla para que pudiera llegar a lo alto. Después bajaban corriendo, rodando y riendo, hasta que encontraban otro médano y tenían que volver a empezar.

¿

—Estoy cansada —se quejó la jirafa, y la leona la animó diciendo que pronto verían el mar.

Un rato más tarde, levantaron las cabezas y sintieron un aire fresco, salado.

Si alguna de las tres sabía nadar, no se notaba.

“ Podrán salir sanas y salvas?”, se preguntaba un cangrejo que las observaba desde la arena.

La corriente llevaba hacia lo profundo a la jirafa, y tuvo que agarrarse de la elefanta para mantener la cabeza fuera del agua y sentirse a salvo.

Fueron muchos los revolcones hasta que el mar se cansó de jugar con ellas. Las olas comenzaron a ser más serenas, mientras el sol en el horizonte pintaba sus últimos rayos.

¿

Las tres quedaron despatarradas sobre la arena escupiendo agua.

“ Estarán ahogadas o agotadas?”, pensaba el cangrejo golpeando sus pinzas.

De pronto, con mucho esfuerzo, la jirafa levantó el cuello y dijo:

— Qué maravilloso es el mar!

La leona estuvo de acuerdo, y las tres se rieron un buen rato de cómo las olas las habían vencido.

Despues se quedaron dormidas y la luna asomó sobre el mar.

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