Hijo de ladrón. La novela gráfica (Manuel Rojas) - Morales, Martínez & Herrera

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Hijo de ladrón

© Manuel Rojas, 1951

© Sucesión Manuel Rojas, 1973, 2015

Llewellyn Jones 1212 – Providencia

Santiago de Chile

sucesion@manuelrojas.cl

www.manuelrojas cl

Hijo de ladrón, La novela gráfica

© Christian Morales y Luis Ernesto Martínez, 2015

© Ocho Libros Editores, 2015

Primera edición de 1000 ejemplares, impresos en los talleres de B&B impresores en octubre de 2015

Inscripción RPI 258.585

ISBN 978-956-335-301-3

Guion y puesta en página / Christian Morales

Dibujos / Luis Martínez

Adaptación diálogos / Marco Herrera

Asesoría histórica / Jaime Abarca

Ocho Libros Editores

Director editorial / Gonzalo Badal

Director de arte y diseño / Carlos Altamirano

Editora / Florencia Velasco

Ajuste de originales / Michel Contreras

Posproducción de imágenes / Gustavo Navarrete

Corrector de textos / Edison Pérez

Ficha catalográfica

680CH Rojas, Manuel

741.5 Morales, Christian

741.092 Martínez, Luis Ernesto

Hijo de ladrón, La novela gráfica

Santiago, Ocho Libros Editores

2015. 1ª edición

238 pp. / Ilus.

Los autores y editores agradecen el importante apoyo brindado por la sucesión y Fundación Manuel Rojas para la elaboración de esta novela gráfica

Av. Providencia 2608 of. 63, Santiago, Chile

Fono (+056) 02 335 1767 www.ocholibros.cl

Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada o transmitida a través de cualquier medio, sin la expresa autorización de los dueños del copyright.

MANUEL ROJAS

HIJO DE LADRÓN

LA NOVELA GRÁFICA

CHRISTIAN MORALES

Guion y puesta en página

LUIS MARTÍNEZ

Dibujos

MARCO HERRERA

Adaptación diálogos

JAIME ABARCA

Asesoría histórica

¿Cómo y por qué llegué hasta allí?

La culpa es mía: nunca he podido pensar como pudiera hacerlo un metro, línea tras línea, centímetro tras centímetro, hasta llegar a ciento o a mil.

Es una historia larga y, lo que es peor, confusa.

Por los mismos motivos por los que he llegado a tantas partes.

Y mi memoria no es mucho mejor, salta de un hecho a otro y toma a veces los que aparecen primero, volviendo sobre sus pasos solo cuando los otros, más perezosos o más densos, empiezan a surgir a su vez desde el fondo de la vida pasada.

Creo que, primero o después, estuve preso. Nada importante, por supuesto: una joyería cuya existencia y situación ignoraba e ignoro aún.

Tuve, según parece, cómplices, a los que tampoco conocí y cuyos nombres o apodos supe tanto como ellos los míos.

La única que supo algo fue la policía, aunque no con mucha seguridad.

Muchos días de cárcel.

muchas noches durmiendo sobre suelo de cemento.

sin una frazada.

como consecuencia,

una tos que brotaba de alguna parte del...

Después, tos.

pulmón herido. Pulmonía.

Al ser dado de alta y puesto en libertad, salvado de la muerte y de la justicia.

¿Qué hacer? No era mucho lo que podía hacer; a lo sumo, morir; pero no es fácil morir.

No podía pensar en trabajar.

me habría caído de la escalera pintando y menos podía pensar en robar.

El pulmón herido me impedía respirar profundamente.

Tampoco era fácil vivir.

En ese estado y con esas expectativas, salí a la calle.

Está en libertad. Firme aquí ¡cabo de guardia!
Sol y viento
Mar y cielo.

Quisiera sacar libreta de embarque

¿Nacionalidad? Argentino

Llegamos a Valparaíso con el ánimo de embarcar hacia el norte.

¿Certificado de nacimiento? Nunca tuve uno

¿cómo entró a chile?

Tuve por esos tiempos un amigo. Lo perdí. Simplemente se fue.
¡Ayyyy! ¡Ayyyy!

Danzando entre los bueyes, era la imagen perfecta del alma pequeña y errante. En esa forma había entrado a Chile.

¿Para qué podía necesitar un certificado de nacimiento?

¡Ayyyy!

no me creían, pero le habrían creído al papel, que podía ser falso, en tanto que mi nacimiento no podía ser sino verdadero.

¡Ajá!

¿Y quién me acredita que lo es? Debo embarcar. No tengo trabajo

¿No tiene parientes en argentina?

Sí, pero… es la única forma: certificado por certificado

esto ocurría solo con aquella gente; con la de mi condición.

con aquell os que rara vez poseen certificados.

Me bastaba decir que era de Buenos Aires para que lo aceptaran como artículo de fe.

Estos creían en las personas; aquellos, en los papeles.

Mis parientes eran seres nómades. Nuestros padres, sin embargo, en tanto sus hijos crecieron, llevaron vida sedentaria.

si vida sedentaria puede llamarse la de las personas que durante la infancia y la adolescencia de un hijo cambian de residencia casi tantas veces como de zapatos.

Habrían preferido como pájaros emigrantes, permanecer en un mismo lugar hasta que nos valiéramos por nosotros mismos.

pero la estrategia econóMica de la familia por un lado y las instituciones jurídicas por otro,

se opusieron a ello:

mi padre tenía una profesión complicada y peligrosa. que ni nosotros ni mi madre conocíamos.

Luego de no regresar a dormir y cuando ya iba mi madre a buscarlo por las calles de río.

Pregunte usted ahí por el Gallego ¿Quién es O Gallego?

¡O seu marido!

mi padre No era cubano...

y no se llamaba José;

apodado El Gallego…

era el sucio y excitado español ANiCETO HEViA, No llores, rosalía. tráeme ropa y cigarros

un famoso ladrón.

Mi DEFENDiDO Quería mostrarle algunas joyas a PAtti LA ACTRiZ ¿Joyas?

un joyero alemán, cliente de los ladrones de Río DE JANEiRO, le pasó un cofre con anillos y baratijas

¿a esa hora?

¿a qué hora es posible ver a lAS ACTRiCES, USiA?

¿Cómo entró?

La puerta estaba abierta

EL gallego volvió a su casa Y así siguió la vida, de ciudad en ciudad, de república en república.

nacían los hijos, crecíamos los hijos; mi padre desaparecía por cortas o largas temporadas.

Cuando pienso en él me pregunto: ¿por qué?

era sobrio, tranquilo, económico y muy serio en sus asuntos; de no haber sido ladrón habría podido ser elegido, entre muchos, como el tipo del trabajador con que sueñan los burgueses y los marxistas de todo el mundo.

Había pasado malos ratos, es cierto, pero me pareció natural y lógico: eran quizás una contribución que cada cierto tiempo era necesario pagar a alguien, y no era justo que mi padre pagara siempre por todos.

Los cuatro hermanos estábamos ya crecidos y debíamos empezar a aportar nuestras cuotas,

y como no podíamos dar lo que otros dan, trabajo o dinero, dimos lo único que en ese tiempo, y como hijos de ladrón, teníamos:

y lágrimas!

¡libertad

una tarde, al regresar del colegio (hacía algún tiempo que no le veíamos)...

¿tu padre?

no sabe nada, Aniceto no está en casa ¡¿tu padre?!

no quiero molestarla, señora, necesito saber dónde está El Gallego

si había algo que yo, en esos tiempos, quería saber siempre, era el punto en que mi padre, en cualquier momento pudiera encontrarse.

¿Para dÓnde vas?

¿por dónde?

para el norte; tal vez llegue hasta brasil o perú por rosario, y después..., río arriba

¿Lo buscamos adentro ?

¡No!, habría salido Me tiene QUE acompañar

¿adónde? Al departamento de Policía

¿y EL NiÑO? ¡También!

al entrar en el calabozo común

los otros presos me miraban.

¿qué delito podía haber cometido?

Buscaban a mi papá y nos trajeron

¿ y Quién es tu papá?

Aniceto Hevia ¡¿El Gallego?! está aquí

Aurelio lo trajo anoche. el dueño de la casa lo pescó antes

aurelio Sería en adelante y para siempre, el que también por primera vez me llevó preso.

no tenía resentimientos contra él; cumplía como todos, un deber...

se le venía al gallego

y Nuestros PAPELES EN LA ViDA eran diversOs.

forzados por las CiRCUNSTANCiAS.

un policia y un hijo de ladrón.

debíamos mantenernos en ellos, sin pasar del uno al otro sino algunas veces,

y sin dejar de ser lo que éramos:

¿quieres algo?

tu papá pregunta quÉ pasó. ¿está presa también tU mamá?

No

¿Qué te preguntaron los pesquisas?

Sí, ESTÁ acá. aunque Lo buscaban a él

PERO Mi PADRE SABíA QUE YO ESTABA ALLí Y ESO ERA LO iMPORTANTE. luego, fui llevado a una amplia oficina.

¡¿El hijo de el gallego?!

¡Qué coincidencia!

fui el primero acá en argentina en tomarle las impresiones digitales.

sé de memoria! ÉL Es un hombre serio

sé distinguir a la gente y puedo decir que tu padre es...

y no roba porquerías

¡no. el gallego, no!

decente

La policía estaría más tranquila si los ladrones fuesen como tu papá

abre los dedos, suéltalos así, el otro

hagas fuerza!

¡no los pongas tiesos!

cuando por primera vez cayó preso...

toda su ropa interior era de seda ¡y de la mejor!

Ni los jefes la habían visto y jamás podrían tener ropa como aquella

un poco más y lo alcanzas

¿cicatrices, marcas, porrAzos?, ojos oscuros; orejas regulaR tamaño; pelo negro.

se acabó

Seguramente estarás al lado de tu padre, no por las impresiones, sino por EL nombre y EL apellido

¡Llévenselo, está listo!

¿estudias?

Que te vaya bien

PÁSAME
TU MANO

volví al calabozo. los detenidos seguían paseando y conversando.

!y yo, Cuántos amigos he tenido!

!Cerdo pesquisa!

después de robar conmigo se hace policía

y yo moriré enjaulado, de viejo y cobarde

¡cuánto he pasado preso!

¡Cuánto he robado!

cuando caía por estas jaulas, los ratas gritaban que los cambiaran de calabozo

El tren lo agarró retrocediendo

¿Te acuerdas de el Pesado? desagradable como todo un departamento de policía

¿y de victoriano Ruiz?

Victoriano era la pesadilla de CARTERisTAS. DE guardia catorce horas diarias en la central

¿y el rata que quedó con las tripas en el sombrero?

tenía memoria de prestamista

De frente no habría podido. era enorme el desgraciado

víctor rey, gran rata, parecía tan ladrón como yo fiscal y conocía a victoriano como a sus bolsillos

era iGUAL A un príncipe

No se podía entrar y salir entre un tren y otro sin llamar la atención de Victoriano y sus ayudantes

¡me acaban de robar!

¿el ladrón Entró o salió?

miraba por la ventanilla, No vi nada

victoriano se tragó la mierda

Víctor Dejó pasar un tiempo

con esos datos es difícil pillarlo a no ser que otro ladrón lo delate

dio un golpe en el puerto, otro en un banco, y volvió a la Central

presentó su renuncia, pero el jefe no se la aceptó sus ayudantes...

les tiraron la lengua a todos los ratas que encontrarOn en el camino NO sabíaN nada más

¡es cubano ooo!

y ahí iba nuevamente víctor rey, listo a dar otro golpe

cartera!

¿quién se le sentó al lado?

no se preocupe, yo lo ayudo

solo RECUERDO un olor a tabaco fino

victoriano había ganado otra vez, La central era su estación

pero no siempre ganaría; era humano

¡Mi

un día sucedió al percibir un movimiento en el vagón

¡mala costumbre, RATAS!

aunque la saliva asegure QUE la cartera no caiga

¡aaaayuda, por favor!

¡mi billetera!

victoriano se dio cuenta de lo que él representaba para los ratas

era duro y su sola presencia los aterrorizaba

aun así, victoriano se hizo su amigo...

al Manco Arturo tuvieron que cortarle la pierna casi entera

el brazo Lo perdí arrancando de la poli

y con uno solo y cinco dedos me gané el respeto de todas las ratas

todos ayudamos en esta compra, arturo

merci beaucoup

¿hablas francés?

es lo único que puedes aprender allí entre barrotes

Se llevó sorpresas agradables

gracias colegas y amigos

a veces es la suerte a veces la casualidad

¡sin culpa, victoriano!

otras, verdaderas pATADAS en la cara

y a pesar de todas las diferencias...

Victoriano quiso conocer a las ratas que pesquisaba

una cosa es la condición y la otra la profesión

somos hombres, todos hombres

Victoriano se dio cuenta de ello

¡toparse con el camisero!

¿aDónde crees?

¿aDónde vamos, poli?

el camisero, célebre rata madrileña, al rato los tenía a todos en el bolsillo y no existía ninguna acusación en su contra

a remojar los bigotes en vino tinto

y faltaba lo
mejor:

sin embargo, para su sorpresa, victoriano vio esa misma noche cómo el camisero preparaba un nuevo golpe...

...que resultó fallido

¿qué pasa, camisero?

no veo una desde hace un año

Tengo una familia numerosa y estoy con las manos como de plomo

no se sabe qué más le contó el camisero, pero... desde ese día se robó en la central y en toda las estaciones de la ciudad como si no existiera ni el diablo

y donde Victoriano estuviera, aparecían cien ratas a su lado

¡Me robaron!

las tajadas eran iguales para todos

Victoriano se había humanizado demasiado

Había más ratas que pasajeros

pero el estúpido del negro antonio quería ascender a carterista

y Como siempre, nadie ve nada, nadie sabe nada

¡fue detenido en la central y abrió el hocico de lado a lado!

y para probar la acusación...

¿y esto?

Se los manda el zurdo julián. se fue a buenos aires

veintitrés años de carrera ganando una miseria. sin esperanza de ascender por que no soy un político.

¡¿Por qué tengo que cuidarle el dinero a estancieros que llevan en su cartera mi sueldo de más de un año?!

un ladrón era también un hombre con los mismos órganos y las mismas necesidades que el resto de los hombres

y Victoriano había descubierto al hombre

En su vida solo había perseguido y detenido ratas como perro de caza, y tener hijos

El jefe, un don nadie, pero con maña política, lo comprendió Le pidió la renuncia

¿y El Negro Antonio?

y Aurelio, es el mayor

El Zurdo Julián le dejó las tripas en el sombrero

finalizada la historia de estos ratas,

Al atardecer me junté con mi madre en la puerta de Investigaciones.

regresamos a casa.

¡Había pagado la primera cuota!

No pude embarcar: carecía de documentos.

a pesar de mis piernas y de mis brazos, a pesar de mis pulmones y de mi estómago, a pesar de mi soledad y de mi hambre, parecía no existir para nadie.

Lo había conocido a la orilla de un río.

¿De dónde viene?

Ochenta kilómetros en tren Y escondidos en la cordillera

¿ y Sus compañeros?

Allí me quedaba, en aquel puerto desconocido, solo, sin dinero, sin nacionalidad comprobada.

miré hacia el mar: en algún lugar del barco iba mi amigo.

de Mendoza

¡¿Cómo puede andar así?!

Marcharon AL sur

¿Y usted?

Es cierto, cae mucha agua. También yo he estado en Argentina

No. llueve mucho

...Y esa familia vivirá en alguna parte

¿Por qué ha dejado su casa?

¿Y usted por qué lo ha hecho?

ya No tengo

¿Pero tendrá familia?

creo que Mi madre ha muerto

porque En mi casa no hay ningún recuerdo de ella y durante años vivimos solos con mi padre

Hablaba correctamente y debía ser unos siete años mayor que yo.

años que representaban gran porción de experiencia y de conocimientos.

ES PROFESOR

¿usted No tiene dinero?

porque así No llegará muy lejos

llevo unas alpargatas en mi mochila, se las prestaré

entonces Cortaremos lo que le moleste; Lo esencial es no pisar el suelo desnudo

¿Y Su padre?

Me quedarán chicas

Lo mejor habría sido declarar que era necesario interrogarnos por turno sobre aquello que queríamos saber;

no, ¿para qué?

Tengo solamente esta moneda

nuestro origen, por ejemplo, nuestro rumbo, si alguno teníamos.

nuestro destino, si es que sospechábamos cual fuese.

No era alguien a quien se pudiera despreciar allí, a la orilla del Aconcagua.

hijo, ¡¿estudiaste?!

Voy para Valparaíso. pienso seguir hacia el norte. Esta es mi tercera salida

La primera vez me fui de aburrido; me fatigan las matemáticas, la gramática, la historia, la educación cívica y el francés

¡¿Cultura?! Gracias a ella mi padre no me dejaba comer

¡¿Qué parte de las matemáticas?!

sí, papá, Matemáticas

NÚMEROS hasta en el postre

y Quería horizontes, no muy amplios porque soy cegatón, pero más extensos de los que me permitían los muros de la sala de clases

fui marinero. No había humanidades, aunque sí un sargento de mar que bramaba

no sabía hacer nada

¿Qué te ha traído hasta Punta Arenas? busco trabajo

¡Alza arriba, marinero!

¿Te gustaría ser agente de policía?

¿Con uniforme, sable, botas y pistolón?

No, policía de investigaciones. Agente, de civil

¡No, gracias!

¿Hay muchos ladrones aquí?

¿En invierno con veinte grados bajo cero?

¡Ni ladrones ni mendigos! mendigos! A veces Asesinatos. Los suicidas se entierran y listo

navegando toda la costa de Chile y más all á ¡Pero me cansé!

Y me quedé en la ciudad de los días cortos y de las noches largas, según la estación, esperando que pasaran los meses fríos para poder zarpar hacia el norte

un día hubo un incendio

¡Fui yo!

el dueño Estaba aburrido del almacén y quiso venderlo, sin encontrar comprador

un italiano o no, que quema su almacén sin estar asegurado, no puede estar sino de remate

y yo tenía que cuidarlo

estoy seguro de que quizás era el último, de los marsala

Nuestro martirio terminó cuando llegó el barco que tenía que llevar al demente a Valparaíso

el loco se lanzó contra mí: quería apoderarse de mi revólver

¡Garibaldi, la rivoltella! ¡qué estupidez desertar del barco! ¡Garibaldi, la rivoltella! !La rivoltellaaaa¡ Garibaldi… gaaaariiiballl... Había que celebrarlo

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