Nosotros los Selknam - Carlos Reyes & Rodrigo Elgueta

Page 1

Nos otros los S el k nam

GUION: CARLOS REYES G.

DIBUJOS: RODRIGO ELGUETA U.

ROTULAD O:

CRISTIÁN VALENZUELA Y

CRISTIAN D O COLOMANSKY.

EDICION ORIGINAL PUBLICADA POR DEINÓN EDITORIAL.

Primer plano de una pantalla de computador en que puede leerse el siguiente texto: Toda historia es una puerta que se abre y en cierto modo una oscilación…

...un pendular entre lo que sucedió y lo que se recuerda. Entre lo que realmente ocurrió y lo que creemos que aconteció.

Entre lo que se cuenta y cómo se cuenta, entre la ficción y la realidad...

Entre la imagen y la palabra, entre la memoria y los hechos.

Esta historia (que es también muchas) bien podría comenzar en distintos momentos, abriendo diferentes puertas.

Podríamos escoger entrar por la puerta en que hace 14.600 años un grupo de Homo Sapiens Sapiens cruzó el estrecho de Bering, en combate contra los elementos, luchando por sobrevivir…

O podríamos abrir la puerta que nos lleva directamente a un encuentro de tres amigos en un pequeño café de José Miguel de la Barra en el verano de 2012.

Tengo un proyecto que proponerles.

Carlos Reyes. Rodrigo Elgueta. Cristián Valenzuela

O tal vez entremos por la puerta que nos lleva a la década del 60. Ahí una mujer del sur del mundo deleita con sus viejas historias a una cautivada antropóloga franco-norteamericana.

También podríamos elegir comenzar esta historia el 21 de septiembre de 1911, con la llegada de un inquieto joven sacerdote y antropólogo germano destinado a trabajar en el Liceo Alemán de Santiago de Chile.

O bien podría comenzar en el presente, con el viaje de una joven y asustada pareja…

incluso podría arrancar con el imposible encuentro de dos extraños separados por los mares del tiempo y el espacio.

...que deja la capital para darse una nueva oportunidad en la austral ciudad de Punta Arenas.

Anne Chapman. Lola Kiepja. Martín Gusinde.

Todas las entradas a esta historia son posibles.

Todas ellas se superponen como capas geológicas de un único cuerpo, profundo y estratificado.

...y que parecen brotar mágicamente desde el parpadeante cursor de mi PC y que ahora tú estás leyendo en esta página de cómic.

Y tiene, aunque arbitrario, un punto de partida…

Todas se interconectan como las ramas de un gran árbol y todas ellas convergen en este instante, hasta estas palabras que escribo…

Nuestro relato se basa en hechos reales y no tanto. Como todas las historias tiene zonas misteriosas, secretos no develados, datos imprecisos.

La incertidumbre es también parte de su encanto.

El espíritu con cuernos, llamado Halaháches por las mujeres y Kótaix por los hombres.

Santiago de Chile, el presente. ¿Falta algo más?

Todo comenzó con un sueño penumbroso, apenas entrevisto.

Tienen miedo…

...pero ese cosquilleo en el alma, esa urgencia que nos hace levantarnos un día y apostar definitivamente por lo desconocido, por lo incierto, ha ganado la batalla.

No, ya estamos listos.

Lo han discutido mucho. Han acariciado tanto esta idea. Ya está hecho.

Hoy se marchan.

Ella no lo entiende...

...pero está dispuesta a viajar hasta el fin del mundo para ayudarlo.

La excusa de una nueva vida los mueve hacia la naciente escuela de arte del Dpto. de extensión de la Universidad de Magallanes...

él tiene una fijación con la cartografía y espera ansioso el instante en que lleguen a su nueva ciudad.

Éél sueña con llegar a ese extraño lugar del mapa austral que siempre le ha fascinado.

Quiere confirmar por sí mismo aquello que tantas veces el mapa le ha mostrado.

Para ella esto es un nuevo comienzo. Cree que no hay mapa que pueda llevar a nadie al centro de sí mismo. Hollando tierras desconocidas, se lanza a la aventura.

...en Punta Arenas. él cumple un sueño.

No recuerdo la primera vez que vi esta imagen de un SELKNAM, SELK’NAM, SHELKNAM u ONA, pero me impresionó vivamente.

¿Qué hay en esta enigmática fotografía tomada por Martín Gusinde en 1923 que aún hoy me cautiva y conmueve?

Cristian nos reunió al dibujante Rodrigo Elgueta y a mí y nos contó sobre su idea de hacer un libro de cómic de ficción sobre los SELK’NAM .

Un extraño libro, mezcla de ficción y no ficción, de entrevista periodística y fantasía…

Tal vez descubrirlo sea una de las razones por las que aceptamos gustosos este proyecto que nos propuso Cristian Valenzuela.

Rodrigo y yo ya nos habíamos coludido para proponerle algo un poco distinto.

Esa tarde comenzó un largo viaje que no solo nos llevaría a Rodrigo y a mí a leer centenares de páginas, obligándonos a viajar al pasado…

No lo sé.
...y mucho más allá…
...hasta el origen de todo.

En el comienzo del comienzo solo existía él: Temáuquel. Nadie sabe, ni sabrá nunca de dónde vino.

E hizo el mundo. Uno, distinto al de hoy.

Un mundo plano. Sin montañas, ni ríos, ni selvas, ni guanacos, ni aves.

Tampoco había hombres ni mujeres en ese mundo.

Solo un cielo bajo, sin sol, sin luna, sin estrellas, sin nubes. Sin luz en el día ni oscuridad total en la noche.

él fue, es y será.

Un mundo penumbroso.

Lo único que existía era Temáuquel.

Este era el principio de los principios para los Selk’nam.

Anne Chapman tiene comentarios periféricos sobre Temáukel o Pemáulk como fuente del poder universal y agrega que es: “La más abstracta y distante de todas las divinidades”.

Otros investigadores han discutido largamente la idea de un ser supremo en las creencias Selk’nam.

Por su parte el arqueólogo Mauricio Massone recoge en su libro “Los cazadores del viento” la afirmación del sacerdote y antropólogo Martín Gusinde quien concluyó que...

...los Selk’nam sí creían en un dios único al que llamaban Temáukel o Temáukl y que consideraban impropio mencionar su nombre más que indirectamente, agrega Massone.

Este es Lucas Bridges. Hijo de un pastor anglicano, el tercer blanco nacido en

Nunca escuché a los Onas nada que me hiciera pensar que creyeran en algún dios supremo.

Pero ¿qué es Temáuquel? ¿Un ser humano?

Creo improbable esta afirmación y comparto la opinión del misionero Salesiano Antonio Coiazzi quien afirma que se debe ser cauto con ello...

...pues los Selk’nam bien pudieron ser influenciados por las nociones cristianas, adaptándolas tardíamente a su cosmovisión.

Ushuaia en 1874. Convivió con los Selk’nam y escribió el volumen “El confín de la tierra”. Mauricio Massone. No. Temáuquel es cáspi, solo cáspi.

“¿Han visto alguna vez el reflejo de su rostro en el espejo de una fuente cristalina?”.

“Cuando observé, por primera vez, mi propio rostro en esa forma...”.

“Ni sospechaba siquiera que era mi propio rostro. Después se me ocurrió...”.

“¿Qué era en realidad?”.

“...Mi cáspi.”.

No. Falleció hace muchos años... pero vive todavía de cierta manera, aunque no es su cuerpo lo vivo, sino su cáspi.

Temáuquel vive más allá de las estrellas. El país en que vive se llama cielo y está mucho más lejano que el sol, la luna y las estrellas.

“¿Era realmente yo?”.

Nuestro cáspi es una imagen de nosotros. Nadie jamás ha visto una imagen de Temáuquel, porque él nunca tuvo cuerpo.

Su cáspi no es humano, ni comparte nuestros sentimientos.

“Esa imagen en el agua era como una sombra impalpable”.

Desde allá gobierna el mundo.

“En los tristes años de vejez, muchas veces se me acerca el rostro de mi mujer difunta”.

“Pero, ¿es ella?”.

No olviden entender todo esto a la luz de los argumentos que les ofrecimos en la página anterior.

Luego discutir con Rodrigo para que bocete las páginas, corrija, dibuje, entinte, etc.

Gracias, Rodrigo. De nada.

Es lento hacer un cómic.

Hay que escribir el argumento, las indicaciones, los diálogos, y corregir, revisar y volver a corregir.

Mientras hacíamos esta investigación, recordamos la cantidad de obras que diversos artistas, de Chile y el extranjero, habían creado a partir del tema Selk’nam.

Sumen a todo eso, el trabajo de aparecer, además como personajes ¡ Agotador!

Una de estas obras es otro cómic, publicado en enero de 2012.

Se trata de la novela gráfica “Raptados”, de álvaro, “Huevo” Díaz en guion y Omar Campos “Oniri”, en dibujos.

La obra se basa en tristes hechos reales y registra la brutal odisea de indígenas trasplantados contra su voluntad...

...desde sus australes tierras hacia Europa (con abierta complicidad del gobierno chileno)...

...para ser exhibidos en zoológicos humanos.

Se hizo inevitable una conversación con el guionista del libro, Alvaro, “Huevo”, Díaz.

Sí, fue en Santiago, en el 2007, 2008, por ahí.

Yo estaba con el tema de “Raptados”, pero no estaba seguro de qué etnia iba a tomar…

Y aparece Anne Chapman dando una conferencia en el Centro Cultural del Palacio La Moneda. Era muy anciana, pero se conservaba muy bien, muy lúcida.

¿Dijo algo que impactó en ti?

...Kawésqar, Selk’nam y Mapuche fueron exhibidos en zoológicos europeos.

Cuando lanzaron el libro, me llamó mucho la atención cuando contaste que estuviste en una charla de Anne Chapman.

Sí. La cercanía que producían los con gente como Chapman que creyó en ellos.

El hecho de que hubiesen sido exhibidos en zoológicos humanos... ...era una idea que me dio vuelta años en la cabeza.

¿Te enteraste de esto en Europa o en Chile? En Europa, en el 97, 98. Me lo cuenta vagamente un amigo.

Lo que yo no sabía era que Hagenbeck había llevado a seres humanos, a indígenas chilenos allá y eso me pegó fuerte.

“Investigué y encontré muy poca información. La tienen como tapada”.

“A Hagenbeck se le reconoce haber hecho el primer zoológico abierto y ser el creador de una nueva forma de domesticación animal a través del cariño”.

“Caminábamos por un barrio antiguo de Hamburgo y me dice: En esta casa vivió Karl Hagenbeck”.

él es el mentor de la idea de llevar seres humanos para ser expuestos.

“Creo que al principio él no tenía la idea de tratarlos como animales”.

“La intención era completamente comercial. Era un negociante fabuloso y ya lo había probado antes con otros indígenas”.

“Trabajé el personaje de Hagenbeck como alguien que se va sensibilizando con sus prisioneros...”.

...pero dudo que haya sucedido así, porque él siguió con esta práctica.

Estaba respaldado por todas las organizaciones de su tiempo. Solo aparece un pequeño grupo de misioneros que habla de derechos humanos.

Es difícil enjuiciarlo porque él es un reflejo de su época.

Punta Arenas, el presente.

Hace pocas semanas él comenzó su trabajo en la Universidad de Magallanes. El entusiasmo lo desborda.

Atrás quedaron las deudas amenazantes y las cartas de embargo de los bancos.

Pagadas.

Atrás quedaron las recriminaciones y la depresión.

Superadas.

El pasado es un papel arrugado, hechos y objetos que se dejan atrás.

Olvidados.

La naturaleza es un lenguaje que comienza a hablar…

...a dos soledades que han empezado a acompañarse.

Tierra del Fuego. Febrero de 1922.

El sacerdote y antropólogo alemán Martín Gusinde tuvo conocimiento de Kenós (Quenós) a través de Cikiol y luego del testimonio de sus informantes Selk’nam: Tenenesk, Keitetowh y otros.

No debe esperarse una estructura coherente, de pensamientos encadenados, en lo que respecta al mito de Kenós.

Se narran breves rasgos individuales que en verdad no se contradicen, sino que se complementan bien; pero entre ellos existe más de una brecha.

Temáuquel envió a Kenós a la tierra...

...para que la recorriera y la poblara de Hoowin...

Hóhuen, Howenh, es una palabra que designa a los antepasados.

Kenós es el enviado de Temáuquel: “Se sitúa en el comienzo del mundo legendario, en el principio de todo el devenir; él es el organizador de la patria Selk’nam”, traduce Gusinde, y agrega:

“él asigna a los Selk’nam su terruño”.

Lo que impide el logro de una imagen acabada, completa.

¡Es ésta la manera de pensar indígena! De todas maneras, Kenós muestra la imagen de un salvador.

Es el intermediario entre Temáuquel y la totalidad de lo restante.

La tierra estaba sumida en la semioscuridad.

Era una pampa inmensa, ilimitada. No había ríos, mar, sol, luna ni estrellas.

Kenós reflexionó largamente.

Estaba solo. Fue hacia un lugar pantanoso. Los exprimió de agua y…

Sacó de allí dos Háruwenhhos (terrón con raicillas y matas de pasto).

Durante la noche los dos terrones se unieron y nació el primer antepasado que creció inmediatamente como una figura desarrollada.

La siguiente noche las dos figuras se unieron otra vez y nació otro ser completamente desarrollado.

Y así, todas las noches durante mucho tiempo hasta poblar todo el territorio.

Por eso los Selk’nam son oscuros, como esos terrones húmedos.

Kenós enseñó a los antepasados a usar el idioma y los instruyó sobre lo que es bueno y lo que es malo.

Y sus mandamientos son respetados hasta hoy, porque provienen de Kenós, enviado de Temáuquel.

Voy a reunirme con el fotógrafo y músico electroacústico Alejandro Albornoz, Mankacen.

Después de una charla que ofrece hoy en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, iremos a un café a charlar.

Mankacen, cazador de sombras, ¿Por qué adoptaste ese pseudónimo?

A fines de los noventas me interesé por la búsqueda de las raíces chilenas y latinoamericanas.

Me encontré con cierta literatura y exposiciones fotográficas.

Mucha gente descubrió el tema de los Selk’nam. Fue como una moda.

¿Puedes explicarme eso?

El mundo mitológico y estético de los indígenas es muy atractivo, pero usar cosas de esos mundos es transgresor. Si tomas algo de los Mapuche, pueden enojarse pues estás usando su patrimonio y por eso hay que tener cercanía y respeto con ellos.

¿Cómo llegaste a la cultura Selk’nam?

Una casualidad. En una librería de viejos encontré una publicación que contaba la historia de Martín Gusinde, sacerdote y antropólogo…

Sí, quienes nos leen ya lo conocen porque lo hemos visto en las páginas anteriores.

Así conocí la cultura Selk’nam. Me llamó la atención esa contradicción o dialéctica, si se quiere, entre su vida material tan sencilla y su mundo espiritual tan rico y complejo.

Mi acercamiento fue muy naif, superficial. Tomé el nombre que los Selk’nam le daban a Gusinde, Mankacen, que significa algo así como cazador de sombras.

Lo llamaron así por la serie de fotografías que les tomó y que hoy son invaluables.

Claro, y ese nombre es una metáfora de mi camino.

Darme cuenta que soy chileno, un occidental de segunda mano, como diría un rockero por ahí. Soy un Santiaguino.

un Huinca. Un ladrón.

Hay un momento en que Gusinde, siendo católico, occidental...

Recuerdo una anécdota de Gusinde con Tenenesk, el chamán.

...con esa mezcla tan especial de fe y racionalismo, cuenta la siguiente historia...

“Cierta vez Tenenesk puso tres guijarros sobre la palma de la mano extendida...”. “Y de pronto...”.

“Los guijarros desaparecieron”.

“El Selk’nam repitió el juego con idéntico resultado”.

“Gusinde dice: No había posibilidad alguna para actos de prestidigitación o engaño ”.

Esa idea de confrontar esa cosa mágica, pagana, ligada a la tierra, con esta visión occidental me llamó la atención y traté de narrarla sin un proceso de intelectualización muy profundo.

Me inspiré, en una primera etapa, en esa sensación mágica para hacer música electrónica. Mi interés era rescatar elementos minimalistas de la estructura de esta música indígena.

Mi disco abría con algo muy ligado a lo originario y cerraba con un tema proto-IBM, una electrónica experimental básica sobre una calle de Santiago con voces robotizadas. Desde lo indígena mágico a lo urbano robótico. De algún modo la tecnología también es mágica…

Hacia lo ciberchamánico...

Sí y tiene esa cosa que mueve hacia lo ritual, hacia lo chamánico...

Punta Arenas. El presente. Es inútil. Después de una pausa incierta sus fantasmas al fin le han alcanzado.

Pronto aprende que hasta las viejas heridas cicatrizadas pueden tener cicatrices.

Cuánta angustia, piensa él.

Nada parece entusiasmarlo mientras una niebla tóxica lo asfixia.

Lo ama, lo odia, lo conoce, lo desconoce tanto que quiere gritarle, luego ofenderlo, después besarlo...

...pero no. Ya no hay palabras, ya no hay gestos.

La naturaleza es un lenguaje que comienza a hablarle en letanías.

Fuerte y claro...

Cuánta desidia, piensa ella.

Los Selk’nam y otros grupos habitaron las inhóspitas regiones del extremo meridional de América del sur en la Isla Grande de Tierra del Fuego...

...parece difícil pensar que un ser humano pueda vivir aquí.

A esas mismas tierras Thomas y Mary Bridges, padres de Lucas Bridges, arriban el 27 de septiembre de 1871.

Lucas nace en esas latitudes que conocerá luego como la palma de su mano.

Así describe Bridges el paisaje austral.

Clima desagradable, de las largas y melancólicas noches de invierno, de la soledad que aísla completamente del mundo...

...mediante leguas y leguas de tierras infranqueables que separan al hombre del núcleo civilizado más próximo.

El escritor chileno, Francisco Coloane, se refirió muchas veces en cuentos y novelas a sus queridas tierras australes.

Las costas occidentales de Tierra del Fuego se desgranan en numerosas islas, entre las cuales culebrean canales misteriosos que van a perderse allá en el fin del mundo, en “La Sepultura del Diablo”.

Los marinos aseguran que en El Cabo de Hornos, el Diablo está fondeado con un par de toneladas de cadenas, que él arrastra, haciendo crujir sus grilletes en el fondo del mar.

Coloane advierte que muchos de los nombres de estas regiones

“recuerdan algo trágico y duro: La Piedra del finado Juan, Isla del Diablo, Bahía Desolada, El Muerto”.

Un aura de magia y misterio han rondado siempre estas tierras, alimentadas por los fantásticos relatos de los primeros viajeros europeos.

El navegante portugués Fernando de Magallanes realizó, al servicio de la corona española, el primer viaje de circunnavegación...

En 1580, Pedro Sarmiento de Gamboa navegó la costa noroccidental de Tierra del Fuego.

Esta tierra es llana y sin monte parece ser muy buena para ganado, hay lomas, y entre ellas valles donde vimos muchos humos, por estar allí la población, y debe ser allí lo más templado.

Sevilla, 10 de agosto de 1519.

Magallanes y 237 hombres, repartidos en cinco naves llegarían al extremo sur de una América...

Pocos regresaron al puerto de Sanlúcar de Barrameda en 1522 a bordo de la nao Victoria, única embarcación superviviente, al mando de Juan Sebastián Elcano.

...en busca de un paso interoceánico para llegar a las especierías por otro camino y acabar con el monopolio portugués que utilizaba el océano índico.

...de la que no se tenía certeza de si se prolongaba o no en la mítica Terra Australis Incógnita.

En sus retinas se llevaron el espectáculo sin precedentes de un universo cultural jamás visto.

“El capitán general Fernando de Magallanes había resuelto emprender un largo viaje por el Océano, donde los vientos soplan con furor y donde las tempestades son muy frecuentes...”.

“...un camino que ningún navegante había conocido hasta entonces; pero se guardó bien de dar a conocer este atrevido proyecto, temiendo que se procurase disuadirle...”.

El primer relato de navegación alrededor del globo... ...fue registrado por el cronista italiano Antonio Pigafetta. “...en vista de los peligros que había de correr”.

Cierto día los expedicionarios tuvieron el primer encuentro con el gigantesco y bárbaro habitante de la Terra Australis.

“...manifestó mucha admiración, y levantando un dedo hacia lo alto, quería sin duda significarnos que pensaba que habíamos descendido del cielo”.

“Este hombre era tan alto que con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura”.

Así describe Pigafetta el encuentro: “Estaba en la playa casi desnudo...”.

“Pero

Los gigantes usaban un calzado de piel de guanaco muy ancho que dejaba una enorme huella sobre la arena, por lo que Magallanes los habría llamado patagones.

Sin embargo, investigadores como Jorge Magasich y Jean Marc de Beer, disienten de esta versión.

cuando el comandante en jefe...”. “...le hizo traer un gran espejo de acero”. ¡Ohhh!

La relación entre “Patagón” y “Patas” -escriben Magasich y Beer- no tiene “explicación gramatical convincente ni en castellano ni tampoco en portugués”.

El caballero Primaleón encuentra a una monstruosa e inteligente criatura. El gigante Pathoagón.

Pathoagon habita una isla junto a unas gentes...

...muy apartadas de todas las otras que hay en ella y son muy bravos y esquivos.

“Parece más acertada la idea que el origen de este nombre provenga de un personaje del romance de caballería Primaleón, derivado de Palmerín de Oliva, muy popular a comienzos del siglo XVI”, agregan.

No traen sino vestiduras de pieles de las animalias que matan. Mas todo es nada con un hombre que ahora hay entre ellos que se llama Pathoagón. Y algunos de los que lo han visto dicen de él maravillas.

La Patagonia es la nueva región maravillosa del siglo XVI.

La Regio Gigantum.

El primer encuentro de Magallanes con los Patagones producirá una rica tradición de obras literarias y pictóricas alimentadas por las fantasías de los viajeros.

En 1764, John Byron, abuelo del vate inglés, afirmó haber visto gigantescos monstruos antropomórficos de tres metros de altura en la Patagonia.

Lo publicó el 9 de mayo de 1766 en el Gentleman’s Magazine.

El investigador Gustavo Vasco ve en estos gigantes patagónicos una herramienta de apropiación de lo desconocido.

Sus aventuras inspiraron la novela “The Unknown Shore” de Patrick O’Brian.

Los exploradores trasladaron los mitos del imaginario colectivo europeo atribuidos a Oriente, al Nuevo Mundo.

América fue el lugar de lo maravilloso y La Patagonia, tierra mítica habitada por seres fabulosos.

A los acéfalos, esciápodes, cinocéfalos, cíclopes, se sumaron los gigantes.

¿Tiene algún fundamento real esta exagerada diferencia de estatura entre los europeos y los patagones que justifique la leyenda?

Magasich y de Beer afirman que la media europea en el siglo XVI estaba entre...

...los 1,50 y 1,60 metros, mientras que la de los patagones sobrepasaba los 1,75.

Los “gigantes” patagones medían solo 20 y 30 centímetros más que los europeos.

1575: Para el franciscano André Thevet los indígenas miden entre 10 y 12 pies, es decir, 2,80 y 3, 36 metros.

Bartolomé Leonardo de Argensola escribe: “El indio preso era entre los gigantes, gigante”

1559: El capitán francés Jean Alfonse afirma que los patagones son dos veces más grandes que los europeos.

1572

Sarmiento de Gamboa asegura que un gigante introdujo una flecha en su garganta.

Con el paso del tiempo los testimonios reducen el tamaño de los gigantes.

1939: El geólogo y paleontólogo francés Alcide d`Orbigny...

...concluye que el promedio es de 1,73 y que ninguno sobrepasa los 1,92 metros.

Las leyendas inspiran la utopía patagónica.

Como la que puede leerse en la “Carta del abate al doctor Maty, secretario de la Royal Society de Londres, sobre los gigantes patagones”, escrita por Gabriel Francois Coyer en 1767. ,

el inglés John Jane asegura haber visto a gigantes lanzando enormes bloques de piedras a los navíos.

En 1871, Nicolás Edme Réstif de la Bretonne publica “La Découverte Australe par un Homme Volant”, sobre una Patagonia utópica habitada por los sabios metapatagones.

Victorino, protagonista de la obra, gracias a unas magníficas alas de su invención, llega a una Patagonia Austral, conformado por veinte islas.

Seres superiores que le transmiten sus altos conocimientos científicos, filosóficos y morales.

Hasta que conoce a los gigantescos Megapatagones.

La pluma de Réstif puebla el viaje de Victorino con fantásticas criaturas.

Magasich y De Beer concluyen que lo que “hoy llamamos “mitos”, en tiempos del Renacimiento formaban parte del mundo que los europeos intuían como real.

“La frontera entre lo perceptible y lo imaginado era entonces incierta”.

Aún hoy seguimos recibiendo la onda de choque de los universos imaginados por los primeros expedicionarios del nuevo mundo.

Sigamos ahora el curso de los acontecimientos hasta la llanura implacable de la Patagonia.

Patagonia de inviernos largos y ventosos.

De piedra caliza, de horizonte sin fin, de cielos enrojecidos, azulosos, naranjas.

Tierra de aguaceros, estepas y guanacos, de canelo y ñires, de llareta, coirón y romerillo.

Hogar de cachalotes, coruros, zorros y cormoranes.

Far west austral: Refugio de forajidos, buscadores de oro, baqueanos, rebeldes, asesinos y extranjeros.

Región de soledad incorregible. Hogar de antiguos y poderosos dioses Tierra Aónikenk. Tierra Kawésqar. Tierra Yámana. Tierra Haush. Tierra Selk’nam.

Punta Arenas. El presente.

Ella está vacía.

Ya no teme al silencio.

él está devastado.

Se ha dado cuenta que su brillante plan de rescate ha devenido en escenografía de cartón piedra.

Hoy lo abraza.

Una vida que no es una vida, sino una fotocopia de una fotocopia de una fotocopia de una fotocopia...

Una vida a punto de descubrir una nueva narrativa.

Una vida cuyo silencio aprieta.

A través de las muchas historias y ricas descripciones que hace Lucas Bridges...

Los onas no tenían jefes hereditarios ni electivos, pero los hombres que sobresalían por su habilidad, casi siempre se convertían de hecho en dirigentes.

Sin embargo, uno podía ser el jefe hoy y otro mañana, pues se lo cambiaba según la empresa a acometer y se designaba al más vehemente partidario de cada una.

“Cierta vez, un hombre de ciencia nos visitó y en contestación a las preguntas que me hacía le dije que los onas no tenían jefes, según nuestra acepción de la palabra”.

Imposible señor Bridges, no puedo creer tal cosa.

...de la vida Selk’nam, Onas como les llama él en su libro “El último confín de la tierra”, intentemos reconstruir parte de la vida de este pueblo.

Estas son algunas de esas historias.

“Llamé a Kankoat, que entonces hablaba bastante español”.

Sí, señor, los onas tenemos muchos jefes.

Todos los hombres son capitanes y todas las mujeres son marineras.

Lucas Bridges.

Los onas eran tan distintos de los yaganes y los alacalufes, como lo son los pieles rojas de los antiguos británicos.

Los indios de las canoas temían a esta remota y casi legendaria tribu...

...habitantes de tierras escarpadas, cubiertas de bosques y montañas... un día Salí temprano a retirar las vacas de las colinas cercanas.

...que ningún hombre blanco había hollado todavía.

Me rodearon como veinte indios. Esta vez había dejado mi revólver en casa.

Me alejé un poco más de lo indispensable para ver si andaban los onas por los alrededores o alcanzaba a distinguir el humo de las fogatas de su campamento.

Se estaba desarrollando un serio debate.

“Los portavoces que tenían opiniones contrarias eran por un lado Kaushel y por el otro Kushhalimink, el indio ona más gigantesco que jamás haya visto”.

“Hablaban en voz baja. Cuando querían dar énfasis a sus palabras el acento se tornaba más áspero”.

“Nadie interrumpía al que tenía la palabra”.

“No movían la cabeza para asentir o negar, pues esas modalidades eran desconocidas entre los onas”.

“Se mantenía, en un tono grave y digno, un debate cuyo tema, evidentemente, era yo. Años después me lo contaron con detalle”.

1894.

“Kushhalimink quería llevarme con ellos, pues además de haberse encariñado conmigo, como podía ocurrirle a un niño con una ardilla...”.

“...pensaba que yo sería capaz de proporcionarles rifles y municiones y ayudarles a defender su tierra y vencer a sus enemigos”.

“Kaushel se oponía esta propuesta. Sostenía que yo me mostraba muy amistoso, pero que tanto a mí, como a mi gente, nos disgustaría el rapto, de modo que al hacerlo se acarrearían enemigos en ambos lados de las montañas”.

“Los argumentos de Kaushel resultaron ser los más convincentes y el debate concluyó”.

“Como yo tenía que atender mi trabajo matutino, me despedí con un ademán cordial, monté a caballo y regresé a Cambaceres”.

Bahía Cambaceres está aquí, en el sector sur del territorio argentino de la isla Grande de Tierra del Fuego, bajo la jurisdicción del Departamento de Ushuaia.

El misionero anglicano Thomas Bridges, bautizó el lugar en honor de Antonio Cambaceres, presidente del Congreso dela Nación, quien aprobara la donación de tierras a su familia.

Tierra que años más tarde se disputarían los gobiernos de Chile y Argentina en el llamado conflicto del Beagle.

Cierto día Bridges emprendió una excursión a la isla de Navarino acompañado por una veintena de Selk’nam, entre los que se contaban Talimeoat y su hijo Kaichin.

“Regresaron al campamento con las manos vacías y con la triste perspectiva de una noche de hambre”.

“Al carnear un guanaco, los onas generalmente lo dividían en seis pedazos para facilitar su transporte. Esta vez, Talimeoat cortó el animal en tantos trozos como hombres...”.

“...y a cada uno le arrojó su parte. En cada caso, el beneficiado era el único individuo que no mostraba interés”.

“Simulaba estar arreglando el fuego, secando sus mocasines o mirando al vacío, hasta que alguien le llamaba la atención sobre el regalo recibido; entonces él lo levantaba casi sin mirarlo”.

“Talimeoat y Kaichin no se habían reservado ni un pedacito”.

Solo faltaban Talimeoat y su hijo. Era tarde cuando aparecieron con una carga de carne.

Yo demostré mi alegría, pero mis compañeros onas, muy dignos, trataron de disimular la suya.

Era el modo correcto de repartir la carne en tales circunstancias.

Después de un rato, algunos de aquellos a quienes, quizás a propósito, se les había dado una porción mayor que a los demás, la dividieron con los afortunados cazadores.

Un día, Hechelash trajo un mensaje de Houshken...

...también conocido como Hyewhin Joon, que decía que pronto nos visitaría. Yo había oído sorprendentes historias sobre los poderes de este misterioso hechicero del Norte. ..

Houshken, le hemos traído un presente que esperamos acepte con gusto.

“Al atardecer fuimos a visitar a Houshken que había acampado cerca de nuestro establecimiento de Harberton”.

“Houshken estaba acompañado de Chashkil, Kautempklh y algunos de los suyos, todos ataviados con sus mejores galas”.

“Houshken nunca había visto de cerca a un hombre blanco”.

“La conversación, como ocurría siempre en tales encuentros, era lenta, con largas pausas, como para dar tiempo a reflexionar profundamente”.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.