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Atención a las arterias coronarias
Febrero se conoce como el Mes de la Prevención y Manejo de Síntomas del Corazón y de los Adiestramientos de Resucitación Cardiopulmonar, razón por la cual el tema toma relevancia. Tener un estilo de vida sedentario, padecer de diabetes, alta presión, colesterol elevado, fumar o consumir tabaco, son algunos factores de riesgo que pueden llevarte a desarrollar enfermedad de las arterias coronarias.
Se trata de una afección cardíaca común, que consiste en la acumulación de depósitos de placas de colesterol que se van formando dentro de las arterias que suplen sangre al corazón.
“A largo plazo, cuando estas placas se desestabilizan o limitan el flujo de sangre al músculo del corazón, vienen los infartos”, explicó la cardióloga Zuanette Ramos Robles.
La enfermedad cardiovascular es la causa principal de muerte a nivel mundial, provocando cerca de 17 millones de defunciones cada año, unas 300 mil en Estados Unidos. En Puerto Rico, también figura como la principal causa de muerte, tanto en hombres como en mujeres.
“En 2017, se le adjudicó la muerte por enfermedad coronaria a unas seis mil personas en Puerto Rico. La incidencia en la población mayor de 18 años representa cerca de un 7% y entre pacientes mayores de 65 años, puede alcanzar entre 12% y 15%. Pacientes jóvenes pueden tener estas enfermedades por una predisposición genética o anomalía de nacimiento en las arterias, pero en general es una enfermedad cuyo riesgo va aumentando con la edad. Lo que la hace más común en edades avanzadas. Las estadísticas apuntan a que el 20% de la población mayor de 65 años va a presentar problema de las coronarias”, abundó la especialista.
Los síntomas de la enfermerdad coronaria pueden variar de persona a persona, pero los más comunes son dolor de pecho, falta de aire, disminución en la capacidad para ejercitarse, pérdida de conocimiento o desmayo.
“Es importante identificar qué tipo de dolor de pecho nos debe preocupar. El relacionado con el corazón usualmente es apretado, asociado a dificultad para respirar, sudoración excesiva o mareos. Usualmente, se relaciona al esfuerzo físico. También puede moverse al brazo o quijada. Es importante identificar estas características que pueden alarmar o descartar sobre una situación de emergencia”, detalló Ramos Robles.
En mujeres y pacientes diabéticos el ataque cardiaco no siempre se presenta con dolor en el pecho; puede ocurrir dolor epigástrico o solo falta de aire.
Daño prevenible
La enfermedad de las arterias del corazón no se cura. Una vez se desarrolla no hay vuelta atrás.
Por ello, la portavoz y miembro de la directiva de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología enfatizó que “como profesionales y especialistas en salud cardiovascular, tratamos de llevar el mensaje de prevención. Porque la clave es tratar la enfermedad de las arterias coronarias antes de que haya ocurrido. Hay que identificar los factores de riesgo que predisponen a tener la afección y disminuir la progresión de la enfermedad”, recalcó.
Con esto en mente, cada año, en el Mes del Corazón, este gremio se lanza al ruedo para educar tanto a la población en general como a la comunidad médica sobre las enfermedades cardiovasculares.

Alternativas de tratamiento
En general, se recomienda a la pobla- ción mantener su chequeo rutinario anual con un médico primario. Y todo paciente mayor de 40 años debe tener una evaluación con su médico de cabecera dos veces al año —mínimo—para identificar los factores de riesgo.
En cambio, la visita a un cardiólogo debería ocurrir, en cualquier momento —sin importar la edad— si es que presenta alguno de los síntomas asociados a la enfermedad de las arterias coronarias: dolor en el pecho, falta de aire, pérdida de conocimiento.
Y, si no tienes ningún síntoma, es importante visitar al cardiólogo cuando se han identificado factores de riesgo por varios años, como: colesterol alto, diabetes, tabaquismo, historial familiar de infartos y enfermedad cardiovascular, entre otros.
La prevención es la clave para tratar las enfermedades de las arterias del corazón cuando todavía no se ha formado.
“Hay muchas cosas que se pueden hacer además de visitar al médico. Parte de nuestra genética, como latinos, nos pone en un alto riesgo de obesidad”, destacó la galeno.
Sin embargo, se ha demostrado en un sinnúmero de estudios que hacer 30 minutos de ejercicios al día disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular, así como llevar una dieta saludable —con menos grasa, carne roja, con más pescado, vegetales y mantenerse lejos del consumo excesivo de alcohol y tabaquismo—; estos son ajustes significativos al estilo de vida.
Si tienes algunos de estos factores de riesgo, no esperes a tener síntomas para visitar al médico, porque en muchas ocasiones cuando se presentan, la enfermedad ya está avanzada. No obstante, en términos de tratamiento, la doctora Ramos Robles explicó que se utilizan medicamentos dirigidos a estabilizar las placas de colesterol y disminuir el riesgo de tener un infarto.
“Ahora bien, si la placa de colesterol ya está limitando el flujo de la sangre al corazón y el paciente presenta síntomas o un infarto, tenemos dos opciones para tratamiento: cirugía de corazón abierto o cateterismo con angioplastía. Este procedimiento es realizado por los cardiólogos intervencionistas, y en él se coloca una malla donde está la placa de colesterol. Esto no cura la enfermedad, sino que abre la obstrucción existente para devolver el flujo de sangre”, subrayó.
“Buscamos que la población entienda que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte y que muchos de los factores de riesgo para presentar enfermedad cardiovascular son prevenibles o modificables. Queremos que haya una comunidad sana”, concluyó Ramos Robles.
Para más información, comunícate con la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología al 939-270-8393 o con la Dra. Ramos al 787- 726-7438.