Manual de estilo

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Manual de estilo En la categoría “vocablos amanerados para describir actitudes sartoriales”, los franceses pueden quedarse con su nonchalance porque los italianos tienen su sprezzatura. El término fue acuñado alrededor de 1508, hoy todavía se mantiene popular. Es utilizado para describir una actitud fríamente ensayada, pero despreocupada en apariencia. Conceptualmente, es un familiar muy cercano a la reina de los términos amanerados: el glamour. Desde que fue estrenada la sprezzatura nadie ha logrado personificarla como Gianni Agnelli (1921-2003). Con su ascendencia noble, inteligencia para los negocios y reputación de playboy, el empresario italiano heredero de la Fiat y dueño de Ferrari, Masseratti y del Juventus, fue el rey de la economía italiana entre las décadas de los 60 y 80 del siglo pasado. L’Avvocato, como le llamaban, utilizaba el reloj —cualquier marca, desde Patek Phillipe hasta Pulsar digitales— directamente sobre la manga de la camisa; no cerraba el cuello de sus camisas oxford de Brooks Brothers, a pesar de utilizar corbata, y no le importaba combinar botas de alpinismo con impecables trajes a rayas cortados por el propio Caraceni, en Roma. Aún considerado una leyenda, Agnelli logró ascender a esa categoría editorial tan amanerada: style icon. Eso sí, cero mariqueras.

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Los italianos lo hacen mejor por Daniel Leal

Fiat 500 by Gucci

El gatopardo 1 LLapo Elkann, nieto de L’Avvocato y figura clave dentro de Fiat, es citado frecuentemente como el heredero de la sprezzatura Agnelli. Es él quien ahora luce los increíbles trajes del nonno —aunque a veces los trajes lo lucen a él. En 2005, Lapo fue sorprendido con una sobredosis de cocaína, heroína y alcohol en el apartamento de una transexual brasilera cincuentona. ¿Qué hubiera pensado Signor Agnelli de esto? 500 2 La reencarnación siglo XXI del Cinquecento, modelo icónico de la Fiat. Reapareció de este lado del Atlántico luego que la automotriz italiana comprara 35% de la americana Chrysler. Ahora, quizás el Cinquecento “customizado” por Gucci sea sólo una versión dirigida al Medio Oriente.

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Ciao Italia 3 Italia Independent es la marca de ropa y accesorios creada por Lapo Elkann en un intento por reavivar la reputación de le etiqueta “Made In Italy”. Combina los intachables cachemiras de Loro Piana con el Gore-Tex de Dupont, explota el nacionalismo italiano hasta en forros de chaquetas y monturas de lentes oscuros.

Italia Independent Patek Philippe 1415 12HU


Manual de estilo No existe un basamento sólido que respalde la siguiente afirmación, pero igual, aquí va: “Manchester, Reino Unido, es uno de los lugares más deprimentes sobre la faz de la tierra”. Resulta difícil comprobarlo científicamente, pero un estudio realizado en la ciudad en 2008 da cuenta que 962 personas, de un grupo de 100mil, se habían hecho daño físico a sí mismos. La cifra más alta en el continente europeo. Evidencia empírica debilucha. Aparte, la prueba más fehaciente de lo depresiva que puede resultar Manchester es la música que ha salido de esta ciudad británica. Su máximo representante: Morrissey. Durante la primera mitad de la década de los 80, como vocalista de la banda mancuniana The Smiths, Morrissey desarrolló su look insignia: Levi’s 501, camisas con estampados abominables o una simple camiseta blanca, pero siempre un par de tallas más grande, una chaqueta o cárdigan de segunda mano y lentes del Sistema de Salud Nacional británico. Los estampados de las camisas cambiaron, los lentes iban y venían, pero hasta el día de hoy aún sobrevive el mítico copete Morrissey. Esa complicadísima construcción tan rockabilly que lleva secado, laca y cera. Ese mismo peinado que, junto a las desoladoras canciones que lo hicieron famoso, le consiguió un trabajo, pero el cielo sabe que ahora se siente miserable.

Este hombre encantador por Daniel Leal

The Smiths

El otro Sr. Smith

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A punta de camisas florales, o de bacterias, cantando sobre el pánico en las calles de Londres —narcisos asomando del bolsillo trasero de sus 501—, Morrissey se convirtió en una sensación adolescente. Sin embargo, no es necesario ser tan joven para continuar esa tradición tan Morrissey y tan británica de camisas estampadas con flores —ahem, ahem Liberty of London. Y nunca se es lo suficientemente joven o viejo para seguir esa otra tradición, aún más británica de los oxfords. Paul Smith London

Paul Smith

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Hay una luz que2 nunca se apaga Un disco de The Smiths es como El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. Si lo descubres en tu adolescencia, lo amas para el resto de la vida. La voz de Morrissey y la guitarra de Johnny Marr juntas, hablando de vestir de negro porque te sientes negro por dentro, es el tipo de material que un adolescente incomprendido necesita tener acceso para saber que hay más como él. El efecto Holden Caulfield podría llamarse —nada que ver con asesinatos, puro e inocente angst adolescente.

What Difference Does It Make?


Manual de estilo Comparado con la infancia del actor estadounidense Steve McQueen, Oliver Twist se lee como la biografía no autorizada del hermanito perdido de Paris y Nicky Hilton. Para terminar mereciendo el tremendo remoquete que resulta “King of Cool”, McQueen, el protagonista de clásicos de la testosterona setentosa como Papillon —1973— y Bullit —1968—, tuvo que soportar una infancia que incluyó una madre alcohólica de presencia intermitente, un par de cretinos como padrastros y una temporada en un reformatorio. Egresado de la República de los chicos —excelente nombre para un centro de detención juvenil— consiguió trabajos en un campo petrolero, luego como ratero de playa, después camarero, leñador y hasta conserje de un prostíbulo. Finalmente, en 1947, se unió al Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Por supuesto que la autoridad tuvo más de un encontronazo por la indisciplina de este rebelde sin causa. Tres años más tarde fue dado de baja y terminó en el Actor’s Studio de Lee Strasberg. Junto a James Dean, Paul Newman, en algunos momentos de su carrera, y Marlon Brando, Steve McQueen formó parte de esa camada de actores norteamericanos que representó esa idea del antihéroe cool, el galán solitario y rebelde, con una furia interior que le quedaba a la perfección a esa generación que no hallaba contra qué rebelarse entre la Segunda Guerra Mundial y la de Vietnam.

The Thomas Crown Affair

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Los tipos duros no bailan

por Daniel Leal

Jaguar XKSS

Steve McQueen

Cupido motorizado

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Lo de tipo rudo de Steve McQueen no era sólo pose. Lo demostró más de una vez frente a las cámaras y detrás de ellas. Gran parte de los 10 minutos épicos de la persecución en Bullit es el propio McQueen al volante del Ford Mustang 1968. Durante la filmación de Le Mans —1970—, el actor casi muere en dos oportunidades manejando un Porsche 917. ¿La carrera de motocicletas en The Great Escape —1963—? Ese loco también era él conduciendo. Sí, a Steve McQueen le gustaban los motores. Al momento de su muerte, en 1980, dejó cerca de cien motocicletas y automóviles, entre ellos, uno de sus favoritos, el Jaguar XKSS. Persol

2 El rey no ha muerto que

La película protagonizada por Steve McQueen que mejor justifica su título de “King of Cool” tal vez sea The Thomas Crown Affair —1968. No importa lo que haga allí: jugar polo, seducir a Faye Dunaway, o robar un banco, el factor cool se mantiene intacto. En un intento por rescatar la mejor cara de esa virilidad de finales de los 60, Persol reeditó las gafas que McQueen llevó en The Thomas Crown Affair, mientras que Barbour recreó la chaqueta que el actor utilizaba en sus carreras de motocicletas —las que corría cuando no había cámaras filmando.

Barbour


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Hasta el día de hoy, sólo 12 hombres han caminado sobre la superficie de la Luna. El último de ellos lo hizo en 1972. El primero, en 1969. Ese día, Neil Armstrong y su “Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad” se le adelantó por unos minutos a la “¡Magnífica desolación!” del segundo hombre sobre la luna: Buzz Aldrin. Inicialmente, estaba pensado que Aldrin, un veterano de la aviación en la Guerra de Correa devenido en astronauta, fuera quien pisara la luna por primera vez. Pero la NASA se antojó que Armstrong, un civil, lo hiciera. Así, la carrera espacial luciría más científica y menos política. De todas maneras: ¡Toma eso, ex Unión Soviética! A su regreso de la luna, Aldrin dedicó una temporada completa a la depresión y el alcohol –y es que después de ir a la luna ¿a dónde más se puede llegar? Renovado después de superar el lado oscuro, Aldrin ahora ocupa su tiempo ofreciendo declaraciones ambiguas sobre ovnis que pudo haber avistado –o no– en su viaje al espacio. En sus tiempos libres golpea a los fanáticos de la teoría de la conspiración que lo llaman “cobarde, mentiroso y ladrón” y que se niegan a creer que el hombre llegó a la luna. Y entre todas estas actividades, aún consigue tiempo para aparecer en la película Transfomers: Dark Of The Moon y vender relojes Bulova edición especial en su página web.

1969: Odisea en el espacio por Daniel Leal

1 Buzz Aldrin

Moonraker

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Cuando Buzz Aldrin se anotó esa victoria en la Guerra Fría que significó la llegada a la Luna, sujeto a la muñeca de su traje espacial iba un Omega Speedmaster. Antes que se convirtiera en el reloj favorito del héroe de ficción James Bond, esta pieza tenía sobre sus espaldas un viaje ida y vuelta a la luna –y acoplado al brazo de un héroe de la vida real. Para celebrar esto, en 1969, Omega lanzó su edición especial del Speedmaster, ahora apodado cariñosamente el Moonwatch, con un grabado en el reverso que lee “The First Watch On The Moon”.

Alexander McQueen Alfombra: Nanimarquina

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Galáctica que2 Ningún hombre ha viajado a la Luna desde 1972. Las explicaciones llegan por todas partes y en todas las formas y colores: el astronómico presupuesto que implica este viaje, una teoría de la conspiración, los rusos, bla bla bla. Lo cierto es que las probabilidades de convertirse en el próximo Buzz Aldrin se encuentran ya en una galaxia muy muy lejana. Lo más cercano de lograrlo: la alfombras de Nanimarquina y la chaqueta de Alexander McQueen.

Casco: Ruby


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El 3 de febrero de 1959, un avión Beechcraft Bonanza 1947 se estrelló cerca de Clear Lake, Iowa, en Estados Unidos. Además del piloto de la aeronave, fallecieron en el accidente sus pasajeros: Ritchie Valens, J.P. “Big Bopper” Richardson y Buddy Holly. El día sería inmortalizado por un tal Don McLean, 12 años más tarde, en su canción American Pie como “El día que la música murió”. Considerada la primera tragedia que sobreviviría el rock and roll, el accidente aéreo no fue suficiente para silenciar la influencia a Buddy Holly.

Los feos somos más por Daniel Leal

Desde que lanzó su primer sencillo, That’ll Be The Day, hasta el día de su muerte, transcurrieron sólo 18 meses. Sin embargo, lo prolífica de las grabaciones de Holly alcanzaron para que, muchos años después del fatídico día que la música murió, su compañía discográfica continuara los lanzamientos. Y la calidad de éstos alcanzó para llegaran al primer lugar de las carteleras. La típica estructura de banda rocanrolera de dos guitarras, un bajo y una batería fue idea de Holly. La típica melodía simplista de Holly de tres acordes y unas “palabras de amor”, como él le llamaba, fueron una gran influencia para un par de tipos llamados Paul McCartney y John Lennon.

Buddy Holly

Rock and nerd

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Cierto que nunca tuvo el sex appeal o el movimiento de caderas de su contemporáneo Elvis Presley. Pero Buddy Holly compensaba esto con talento de sobra. Al igual que sus himnos del rock and roll temprano como Oh, Boy! y Peggy Sue, el look de niño bueno que ostentaba ha sobrevivido varias décadas. Con esos anteojos de montura extra grande (como unos Wayfarers de Ray Ban en esteroides) y sus vestimentas de chico buena conducta, Buddy Holly se convirtió, injustamente, en el anteproyecto de los nerds.

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Maison Martin Margiela

Ksubi

2 True Love Ways que

El catálogo musical de Buddy Holly se pasea indistintamente por el rock and roll, el rockabilly y el country. Entonces seguro no le hubiera importado que Rave On Buddy Holly, un disco rindiéndole homenaje a su legado, sonara tan deliciosamente esquizofrénico. Y era de esperarse. Es lo que ocurre cuando incluyes en un solo álbum a Patti Smith, Kid Rock, Cee Lo Green, Florence And The Machine, Paul McCartney y Fiona Apple, entre otros.

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Manual de estilo

"¿Has visto, George? Hemos derrotado a este bastardo". Tal vez no sean las palabras más solemnes para un hombre que acaba de convertirse en parte de la historia. Sin embargo, eso fue lo primero que se le ocurrió proferir el alpinista y apicultor neozelandés Edmund Hillary, estrenándose como el primer hombre en llegar a la cima del monte Everest, el 29 de mayo de 1953. Desde 1921, varias expediciones habían tratado de llegar al tope de la montaña más alta del mundo, e incluso un par de alpinistas murieron en el intento, pero ninguno de esos británicos que lo intentaron antes que él pudieron con este “kiwi”. Con sus casi dos metros de estatura, y ese corte de pelo tan popular hoy día en los rincones del Brooklyn más hipster, Edmund Hillary se consideraba únicamente un tipo con suerte. “Tuve un sueño y se convirtió en realidad, eso no es algo que le ocurra a menudo a los hombres”. Tampoco ocurre a menudo que la Reina de Inglaterra otorgue el título de Sir por cumplir sueños, como le ocurrió a Hillary. Después del Everest, Hillary recorrió la Antártida en tractor, navegó el Ganges desde el Himalaya hasta el golfo de Bengala y atravesó el Polo Norte en avión, acompañado de Neil Armstrong. Aún así, se definía como un tipo común y corriente. “De alguna manera, creo que soy el prototipo del neozelandés promedio: tengo habilidades modestas, las combino con bastante determinación y siempre prefiero triunfar”.

2 Burberry Brit

Filson

Bastardo con gloria por Daniel Leal

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Hora pico

Sir Edmund Hillary

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Desde 1933, Rolex había sido patrocinante oficial de las expediciones británicas al Everest. Pero a las 11.30 am de ese 29 de mayo de 1953, cuando Edmund Hillary, a casi 9mil metros de altura, revisó su muñeca, allí iba sujeto un DeLuxe, uno de los productos estrella del otro mecenas de la aventura montañera: los relojeros británicos Smiths. Por supuesto que apenas descendió de la montaña, la compañía se dedicó de lleno a producir uno de sus mejores vendidos hasta hoy: el Everest. El Rolex lo llevaba el acompañante de Hillary en esta aventura, el sherpa Tenzing Norgay, y esa pieza sería la piedra angular para el Explorer de la casa.

2 Deporte de altura que

“No es la montaña lo que conquistamos, sino nosotros mismos”. Mal utilizada, la frase de Hillary suena a promoción de libro de Paulo Coelho. Pero a principios de la década de 1950, la tecnología para soportar el frío y sobrevivir la falta de oxígeno a tales alturas era bastante precaria. La procesión iba por dentro, y no iba abrigada por The North Face. Con su estética alpinista lo-fi, el morral de Burberry Brit es el accesorio perfecto para la conquista interior.


Manual de estilo Antes que la agrupación musical ABBA ganara Eurovision en 1974, jamás se habría pensado de Suecia como un lugar moderno, mucho menos cool. Pero entre los contagiosos beats de Waterloo, y un contemporáneo de éstos, el hipnotizante juego de tennis del también sueco Björn Borg, le cambiaron la cara al país que inventó el premio Nobel. Entre 1973 y 1983, “Iceborg”, como le gustaba a la prensa deportiva llamar al tenista sueco, ganó 56 torneos, recolectando unos 100 millones de dólares entre premios y promoción de productos. En un entrevista para televisión, el filósofo francés Gilles Deleuze lo describió “exactamente como Jesús, como Cristo: es un aristócrata que va al pueblo”. Aunque el contexto de la conversación era de estilos deportivos, y la “proletarización” del tenis de la mano de Björn Borg, la referencia a la cabellera mesiánica, con sudadera elástica en vez de corona de espinas, no podía ser más apropiada. En 1983, sin mayores explicaciones, y mientras aún estaba en la cima del juego, Borg decidió retirarse de las canchas. Resulta que el tenis ya no le divertía. Si después de haber recolectado semejante cantidad de dinero, el trabajo no es divertido, definitivamente hay que dejarlo. Moncler Gamme Bleu

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Voy a traer el pelo suelto por Daniel Leal

Björn Borg

Cool Scandinavia

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Luego de su retiro, tras un par de problemas fiscales (por los cuales se mudó a Mónaco), un supuesto intento de suicidio, un par de matrimonios fallidos y una demanda de su ex esposa Loredana Berté, la misma que cantaba Non sono una signora, Borg parece haberse estabilizado. Superados todos esos obstáculos, el hombre de hielo se encuentra ahora al frente de su propia línea de ropa. El plato fuerte de la compañía: ropa interior. Su mejor colaboración: Björn♥John, calzoncillos diseñados por el propio Borg y su némesis sobre la cancha, John McEnroe.

Black Fleece

Reproducciones en serie

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El estoicismo de Björn Borg sobre la cancha, esos conjuntos deportivos Fila, con sus gráficas tan setentas, pero tan ochentas a la vez, claramente fueron la inspiración del cineasta Wes Anderson para el personaje de Richie Tenenbaum en The Royal Tenenbaums –2001. Para los amantes de la nostalgia, Fila continúa produciendo réplicas de las chaquetas y camisetas de Borg. Sin embargo, la marca de origen italiana no es la única con un interés por ajuares deportivos vintage.


Manual de estilo Desde sus humildes orígenes, a finales de la década de 1970, en el Bronx neoyorquino, el hip hop nunca había gozado de buena reputación. A pesar de los increíbles aportes de Afrika Bambaataa y Grandmaster Flash al sonido del género musical, el pobre seguía etiquetado como música de negros, que incitaba a la violencia, tiroteos, saqueos. Ese tipo de eventos. En 1986, Russel Simmons trató de venderle a un grupo de ejecutivos de Adidas la idea que los raperos integrantes de Run DMC eran los embajadores perfectos para la marca de ropa deportiva. Ceño fruncido. Cuando los asalariados de la marca alemana fueron a un concierto del trío conformado por Joseph “Run” Simmons, junto a sus secuaces Darryl “DMC” McDaniels y Jason “Jam-Master May” Mizell, los directivos de la marca no entendían nada que estos tres negros vestidos con ropa deportiva rapearan. La única parte que lograron asimilar fue cuando, al final del tema “My Adidas”, uno de los integrantes de Run DMC incitó al público a “Rock your Adidas” —“Agiten sus Adidas”—, y unos tres mil pares de zapatos deportivos con sus tres franjas volaron por los aires del Madison Square Garden. El trato se cerró al instante. Un millón y medio de dólares para la banda, además de todo el calzado que quisieran. Sólo para comenzar. Givenchy

Alexander McQueen

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Por estas calles

por Daniel Leal

Adidas Superstar

RunDMC

Mis Adidas

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Para mediados de los ochenta, marcas de ropa deportiva como Fila o incluso Reebok superaban la popularidad de Adidas en las calles. Cuando Run DMC les escribió una canción a los fabricantes famosos por las tres rayas, nadie pensó que el tema sería un éxito comercial y que seguiría con un cheque gigante de patrocinio. Mucho menos esperaron que terminara en una colaboración con la propia Adidas, que incluyera zapatos Superstar sin trenzas, como los usaban en las cárceles, como los usaban los Run DMC. Para las chaquetas y los collares de oro, necesitarían escribir otro tipo de temas.

Dolce & Gabbana

Kings of rap En 1985, Run DMC fue la única agrupación de hip hop invitada a participar en el concierto para combatir el hambre en Etiopía, Live Aid. Su show quedó embutido entre los actos de Sting y Sade. Delante de miles de personas, los raperos interpretaron su “King Of Rock”, ese tema que mezcla hip hop y rock, prácticamente creando un nuevo género musical. Esta misma hazaña la repitieron cuando invitaron a Aerosmith a participar en el cover de su canción “Walk This Way”, rescatando a la banda de Steven Tyler del olvido al cual estaba condenada en 1986.

Paul Smith

Illesteva Holz Howard


Manual de estilo En 1924 la diseñadora de interiores y mobiliario Eileen Gray conoció al crítico y arquitecto Jacques Badovici. Si fue amor a primera vista o no, no viene al caso. Lo cierto es que Gray terminó diseñando, construyendo y obsequiándole a Badovici una casa en Roquebrune-Cap-Martin, sobre la Costa Azul. La bautizaron E.1027: E por Eileen, 10 por la jota de Jacques, 2 por la be de Badovici y 7 por la ge de Gray. Desde el final de la construcción en 1929, Badovici entretenía a sus amigos en esta, su nueva casa de verano. Uno de sus compinches más notorios era el arquitecto Charles Édouard Jeanneret-Gris, mejor conocido como Le Corbusier, gran asiduo a la E.1027. Mientras Le Corbusier era de los que pensaba que “La casa es una máquina donde vivir”. Gray opinaba lo contrario: “Una casa no es una máquina donde vivir. Es el caparazón del hombre, su refugio”. No es de extrañar entonces que nunca fueran amigos. Las fricciones entre la creadora de la E.1027 y el pionero de la arquitectura y el diseño modernos estallaron cuando a Le Corbusier se le ocurrió pintar algunos murales en su casa. Sabiendo que Gray detestaba esta intervención de sus espacios, Le Corbusier decidió publicar las fotos de sus obras y declarar que ellos “estallaron de paredes aburridas y tristes, donde nada ocurría”. Enfurecida, Eileen Gray salió de la casa que ella misma construyó, y más nunca regresó. Así, bien Casa de muñecas.

Folk

La casa sin los espíritus

por Daniel Leal

Le Corbusier

Erotica

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Para Eileen Gray, la autora intelectual de E.1027, la sola idea de arte figurativo —aunque sea figurativo abstracto— adornando las paredes de su maison, diseñada tan estrictamente geométrica, resultaba ofensiva. Los garabatos que Le Corbusier trabajó sobre las paredes poco tenían que ver con la formalidad y sencillez de la casa. Hoy en día, de los siete murales que generaron tal escándalo, sólo sobreviven cinco de ellos. Eso sí, la carga erótica —casi obscena— de estos, sigue intacta. Lanvin

Cassina LC1

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Votre Maison

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Con una estética a mitad de camino entre los polémicos murales de Le Corbusier y su enemigo, el cubismo “ornamental” de un Picasso contemporáneo a ellos, las piezas de Folk rescatan lo mejor de ambas corrientes de principios del siglo XX. Acompañado de un par de zapatillas de Jil Sander, el look resulta bien Côte d'Azur, perfecto para una visita a la controvertida Maison en bord de mer. A menos que el calentamiento global obligue a practicar el nudismo artístico, à la Jeanneret. En ese caso, un par de lentes sería suficiente.

Jil Sander

Linda Farrow Luxe


Manual de estilo En su “Song For Bob Dylan” —1971— un maquilladísimo David Bowie acuñó una de sus mejores imágenes: “Oye esto, Robert Zimmerman / escribí esta canción para ti / Sobre un extraño hombre llamado Dylan / con una voz como arena y pegamento”. Cuarenta años luego del lanzamiento de esta canción del excéntrico británico, el sujeto de la canción, un tipo nacido Robert Allen Zimmerman, y nacido otra vez Bob Dylan, sigue siendo un hombre bien extraño. Desde sus desaliñados inicios como cantante folk, circa “Blowin’ in the Wind” y “A Hard Rain's a-Gonna Fall”, influenciado por Woody Guthrie, el cantante originario de Minnesota ya demostraba un talento innato para subvertir las piezas de ropa más convencionales. Un talento sólo comparable con el de seducir y abandonar mujeres —toma eso, Joan Baez— y el de convertir una cabellera incontrolable en un accesorio deseable. ¡Ah claro! Y el talento para la música. Para grabar su Bringing It All Back Home —1965— Bob Dylan enchufó su guitarra, y pasó de la protesta a la introspección. Mientras cambiaba la historia de la música pop con ahora sendos clásicos de la talla de “Like a Rolling Stone” y “Just Like Tom Thumb's Blues”, Bob abandonó su armónica para un par de temas. Sin embargo, esa melena indomable, esos lentes de sol tapa amarilla, Chelsea boots y los clásicos de la ropa de obrero rural norteamericano —jeans y chambray— siempre le hicieron justicia, demostrando que eso que los franceses llaman nonchalance no es ningún mito urbano, y mucho menos que sólo aplica a las mujeres.

Slowear

Mejor que un Rolling Stone

por Daniel Leal

Bob Dylan

Intro

Desde 2002, la introducción a todos los conciertos de Bob Dylan se ha mantenido idéntica. Un miembro de la banda lee: “Damas y caballeros, permítanme presentarles al poeta laureado del rocanrol. La voz de la promesa de la contracultura de los sesenta. El chico Oliver Peoples que forzó al folk a meterse en la cama con el rock. Que se atavió de maquillaje en los setenta y desapareció en una nube de abuso de sustancias. Que emergió para descubrir a Jesús. Se le consideró una figura acabada al final de los años 80, y de pronto cambió de velocidad, publicando algunas de las mejores canciones de su carrera hacia finales de los 90. Damas y caballeros, el artista de Columbia Records, Bob Dylan”. Alexander McQueen

Lanvin

Beat En sus cincuenta años de carrera, no le queda mucho por probar. Y no sólo en cuanto a sustancia ilegales. Dylan ha explorado prácticamente todos los géneros musicales: del rock, al folk y pasando por el swing sin ningún problema. Ha recibido Globos de Oro y Grammys, ha escrito poesía y pintado cuadros. Más recientemente, un Robert Zimmerman setentón aceptó la Medalla de la Libertad entregada por Barack Obama. Melena descontrolada y lentes de sol también asistieron a la ceremonia.

Lanvin

Carven


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