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Danza y percepción: el cuerpo como proliferación de lo sensible
from Bafona: El Potencial Educativo de la Danza. Concejo Nacional de la Cultura y las Artes
by Wakaya Danza
Es clave remarcar que en el trabajo con estudiantes de cursos superiores, al abordarse algunos aspectos técnicos del movimiento, lo que se pretende no es llegar a un ideal, sino enriquecer las posibilidades expresivas, apostando a que los y las jóvenes adquieran mayor comodidad y confianza corporal. La adquisición de habilidades y destrezas debe enmarcarse en una búsqueda en la que se priorice el trabajo orgánico de músculos y articulaciones, evitando privilegiar el virtuosismo por sobre el trabajo de concientización y creatividad. Al abordar algunos aspectos técnicos, lo que se propone, más que la copia y la repetición, es permitir la exploración. De ahí que resulta recomendable que el(la) docente no se aboque a una técnica específica, sino más bien que trabaje viabilizando la incorporación de nuevas habilidades y matices en el movimiento, tal como se plantea, por ejemplo, en el diseño curricular para la educación secundaria en Argentina de “Elementos del lenguaje de la danza” (Dirección General de Cultura y Educación de Buenos Aires, s/f).
Al reconocer, experimentar, reinterpretar y utilizar algunos elementos del lenguaje de la danza, los y las jóvenes irán aproximándose a los procedimientos que utiliza la disciplina para la organización del movimiento y la producción de discursos corporales, dándoles la posibilidad de explorar el potencial expresivo y creativo para la construcción de sentido desde el cuerpo y el movimiento.
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La danza otorga a la percepción un papel central en su área de conocimiento. Su carácter multisensorial permite establecer vínculos y comparaciones con las otras artes. Cualquiera de las artes tratadas supone, felizmente, un cruce sensorial: la danza, por ejemplo, se estructura en ritmos, como la música o la poesía. Tiene lugar en espacio y tiempo real para ayudar a construir espacios y tiempos ficticios, como el teatro; crea volúmenes y dialoga con ellos, como la escultura, y traza formas y recorridos, con formas plásticas de movimientos y colores que tanto pueden partir de obras pictóricas como inspirar obras videográficas, mezcla de abstracción conceptual y de concreciones físicas (Castañer et al., 2006, p. 90).
Respecto al aporte del carácter multisensorial de la danza, es posible sostener que las prácticas asociadas a su aprendizaje permiten coordinar e integrar los sentidos. Estaría ligado a lo que Jean Piaget llama coordinaciones intersensoriales que fomentan el desarrollo de las capacidades perceptivas y la complejización de las experiencias de las personas en su interacción con el ambiente. Del mismo modo, las profesoras de danza Gutiérrez y Salgado, plantean que una integración de los sentidos resulta fundamental para el desarrollo pleno de las capacidades de los individuos, describiendo los aportes de la ejecución dancística:
[...] durante un ejercicio asociado a una clase de danza, se puede estimular alternada o simultáneamente combinaciones de sentidos, tales como: la propiocepción más la visión; la percepción del movimiento y el tacto; la interocepción (respiración) sumada a la percepción del movimiento; el oído, el tacto, la percepción del movimiento, la propiocepción y la visión; entre otras posibilidades, poniendo énfasis en alguna de ellas con un trabajo consciente (Gutiérrez et al., 2014, p. 69).