AOCM, Ruanda

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NOMINADA • Páginas 69–73

n AOCM n – ¿Alguien lo ve? Ahora sólo queda Naphtal, todos los demás de su familia fueron asesinados. ¡Si lo encuentran, mátenlo también! Naphtal contiene la respiración. Está en el río a sólo unos metros de los hombres... Esto sucedió en Ruanda en 1994, cuando por lo menos 800.000 personas fueron asesinadas en 100 días. 300.000 de ellos eran niños, y otros 100.000 niños quedaron huérfanos después del genocidio. Naphtal Ahishakiye perdió a toda su familia: mamá, papá y cuatro hermanos. Mientras aguardaba en el río, Naphtal no podía imaginar que un día crearía la AOCM, L’Association des Orphelins Chefs de Ménages (Asociación de Huérfanos Cabezas de Familia).

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que pertenecían al pueblo tutsi eran enemigos de Ruanda. También dijo que los tutsis eran sucios como cucarachas y que los hutus debían deshacerse de esas alimañas. El papá de Naphtal dijo que el gobierno subvencionaba la estación de radio. Como la familia de Naphtal era tutsi, se preocuparon. Esa mañana informaron que el presidente había muerto en un accidente aéreo. El avión se había estrellado

cuando regresaba de una reunión en Tanzania con el RPF (Frente Patriótico Ruandés), que mantenía una guerra con el gobierno de Ruanda desde 1990. El RPF quería derrocar al gobierno y afirmaba su deseo de crear un país tanto para hutus

La AOCM recibió el Premio de los Amigos Mundiales 2006 porque lucha por los niños y jóvenes cuyos padres fueron asesinados en el genocidio de Ruanda en 1994. La AOCM está compuesta por jóvenes que perdieron a sus padres en el genocidio y que ahora intentan juntos ayudarse para tener una vida mejor. Son como una familia en la que se interesan por los otros. A pesar de que la mayoría en la AOCM vive en una gran pobreza, se ayudan mutuamente para obtener comida, ropa, un techo, nuevas familias, acceso a la asistencia médica y educación. Y lo más importante de todo: se brindan amistad y amor. Más de 6.000 niños y jóvenes huérfanos tienen la oportunidad de una vida mejor a través de la AOCM. Son jóvenes que de otro modo podrían acabar viviendo en la calle rodeados de drogas, violencia, criminalidad y prostitución. La AOCM es el portavoz de los huérfanos en Ruanda, recordando constantemente al gobierno y a organizaciones que los huérfanos existen.

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aphtal tiene sólo la nariz fuera del agua. Se aferra a las raíces que crecen en el lecho del río. Sólo horas más tarde, cuando está oscuro, se atreve a salir del agua. Sabe que los hombres regresarán a buscarlo en cuanto aclare. Unos días antes toda la familia de Naphtal había estado escuchando la radio. Al igual que tantas veces en los últimos tiempos, la voz en la radio dijo que todos los

¿Por qué se nomina a AOCM?

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La AOCM ayuda a niños huérfanos para que puedan ir a la escuela. Los mayores ayudan a los más chicos con las lecciones.

como para tutsis. Ahora que el presidente había muerto, los hutus que no querían la paz con el RPF ni compartir el poder con los tutsis de Ruanda podían hacer su voluntad. – Los hutus van a empezar a asesinarnos. Debemos escondernos en el bosque, y todos deben hallar un escondite propio, dijo el papá de Naphtal. Asesinaron a la familia Unos días después de que la familia se escondiera, llegó un grupo de hombres armados a su hogar. Destrozaron la casa a golpes, talaron los bananos, arrancaron la mandioca y las papas de la tierra y arruinaron los sembrados. Robaron las cabras y vacas de la familia.

Naphtal vio todo desde su escondite, y vio que muchos de los que destrozaban el hogar eran sus vecinos. El día siguiente hallaron al papá de Naphtal y lo asesinaron. Dos días más tarde hallaron al hermano mayor de Naphtal y también lo asesinaron. Luego prendieron a sus otros tres hermanos y por último a su mamá... Cuando Naphtal estaba escondido en el río era el único que quedaba. No se atrevió a dejar el río en tres días y tres noches. – Logré sobrevivir en el bosque durante varios meses. Bebía agua de lluvia y cuando oscurecía, entraba a escondidas en los jardines de la gente y comía bananas. Por las noches me acostaba en la tierra. Estaba muy triste y confundido, cuenta Naphtal. Cuando Naphtal llevaba ya tres meses escondido en el bosque, la RPF consiguió derrotar al ejército de

Solo y asustado – Cuando me escondí en el bosque tenía miedo todo el tiempo. Apenas un árbol crujía, o las hojas se movían con el viento, pensaba que eran los asesinos que habían venido por mí. Era espantoso dormir afuera, en la oscuridad, totalmente solo, recuerda Naphtal.

El amor, lo más importante Lo más importante fue crear amor entre los que habíamos perdido a nuestros padres en el genocidio, dice Naphtal.

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Ruanda y hacer huir al gobierno. Por fin había acabado el genocidio. Naphtal y decenas de miles de otros supervivientes pudieron comenzar una nueva vida. – No fue fácil. Pero cuando las escuelas abrieron decidí de todos modos intentar volver a estudiar. Quería honrar a mi mamá y a mi papá, y sabía que ellos habrían querido que yo intentara hacer algo bueno de mi vida, dice Naphtal. El amor, lo más importante En la escuela, Naphtal conoció a muchos otros niños y jóvenes que habían perdido a sus padres en el genocidio. – Cuando empezamos a hablar, comprendimos que ninguno de nosotros podía salir adelante solo. Los que teníamos algo de dinero ayudamos a los que no tenían nada. Por las noches estudiábamos juntos. Nos convertimos en una familia y fue una sensación maravillosa ya no estar solos. Unos años más tarde, Naphtal y un par de sus compañeros de escuela decidieron intentar ayudar a los huérfanos de toda Ruanda del mismo modo en que ellos se habían ayudado mutuamente durante su años escolares. – En el año 2000 creamos la asociación AOCM para que los huérfanos pudiéramos ayudarnos unos a otros a tener una vida mejor. La AOCM se concentró en: • Que todos tuvieran un lugar donde vivir, a la mayoría le habían destrozado su casa. • Que todos pudieran ir a la escuela y recibir la atención médica necesaria. • Que todos tuvieran comida y ropa. – Pero sentíamos que lo más importante era crear amor entre nosotros, los que habíamos perdido a nuestros

padres. Porque si sentíamos amor, nos importarían los demás y nos cuidaríamos, dice Naphtal. Ahora la AOCM tiene 1.800 familias como miembros y en total son 6.100 niños y jóvenes huérfanos. AOCM ha levantado unas 150 casas. Cientos de huérfanos reciben ayuda económica para poder ir a la escuela y para abrir criaderos de cerdos, peluquerías, cafeterías, etc. de manera que los miembros puedan ganarse la vida al terminar la escuela. Todos ayudan cuando pueden. Si alguien tiene comida la comparte con el que no tiene. El que tiene dinero compra lápices y cuadernos para los que los necesitan. Si alguien se enferma lo acompañamos al hospital. Queremos ser como cualquier otra familia, explica Naphtal. Más huérfanos – Voy a reuniones con el gobierno, las autoridades, organizaciones y personas ricas e intento pedir dinero para los niños y jóvenes huérfanos de Ruanda. Pero

¿Qué es un genocidio? Se llama genocidio al intento de aniquilar a un grupo de personas en particular en un país o región. El exterminio de los judíos por parte de los nazis durante la segunda guerra mundial (1939–1945) y el exterminio de los tutsis de Ruanda en 1994 fueron genocidios. La palabra ‘genocidio’ se creó para describir el Holocausto – el exterminio por los nazis de 6 millones de judíos y entre 200.000 y 600.000 romaníes durante la segunda guerra mundial. Además fueron asesinados los homosexuales y otras personas consideradas de menor valor. También hubo genocidios en Camboya, donde fueron asesinados dos millones de personas entre 1975 y 1979, y en la antigua Yugoslavia, donde fueron asesinadas 250.000 personas entre 1992 y1995.

nunca alcanza. Ahora, además del genocidio, ha aparecido otro gran problema: la enfermedad del SIDA. Todos los días mueren personas a causa del SIDA y sus hijos quedan solos. Hacemos todo lo posible por ayudar, pero las necesidades son enormes. Hay

cientos de miles de niños huérfanos en Ruanda. Si no reciben ayuda, terminarán en la calle y nunca tendrán la oportunidad de ir a la escuela. Seguiremos luchando por los derechos de los niños huérfanos mientras sea necesario, dice Naphtal. 

– Todos necesitamos a alguien. Por eso creamos la AOCM y continuaremos luchando por los huérfanos, dice Naphtal.

Los niños pueden ser niños La AOCM quiere que los niños más pequeños de la asociación puedan salir de excursión. En las excursiones comen cosas sabrosas, beben refrescos, juegan al fútbol y simplemente se divierten. – Intentamos ir de excursión lo más a menudo posible, aunque en realidad no tengamos dinero. Los niños debieron convertirse en adultos demasiado pronto porque sus padres fueron asesinados. En las excursiones pueden ser simplemente niños, dice Naphtal.

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Marie Grâce adora su casa de la AOCM

Una mañana de abril en 1994, todas las familias tutsi del pueblo donde vivía Marie Grâce fueron atacadas. Asesinaron a su mamá y a su papá, y destruyeron su casa. – Si la AOCM no nos hubiese dado una casa nueva, mis hermanos y yo habríamos tenido muchas dificultades, dice Marie Grâce.

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arie Grâce sólo tenía un año cuando el pueblo fue atacado, así que no recuerda nada de esa época. – Es doloroso. Destruyeron nuestros hogares para demostrar que no querían convivir con nosotros. Miles de personas quedaron sin hogar. No entiendo cómo se puede hacer eso. Pienso que los hutus y los tutsis deben vivir como vecinos y amigos. No hay ninguna diferencia entre nosotros y debemos dejar de odiarnos, dice Marie Grâce. El hermano mayor preocupado Fue Diogène, el hermano mayor de Marie Grâce, quien la salvó aquella mañana en que debieron huir. – Me tomó en sus brazos y corrió todo lo que pudo. Mis otros hermanos también venían con nosotros. Como habían asesinado a mamá y

a papá, y habían destruido la casa, no sabíamos adónde ir. Al fi nal terminamos en un campamento de refugiados para niños supervivientes. Un tiempo después, muchos de los asesinos y también otros hutus huyeron al país limítrofe de Congo pues temían las represalias. Los niños que habían sobrevivido al genocidio se instalaron en las casas abandonadas. Y eso hicieron también

Marie Grâce y sus hermanos. Los niños podían vivir allí gratis y podían comer bananas y verduras de los huertos abandonados. – Pero cuando volvieron los que habían huido tuvimos que mudarnos. Alquilamos una casa en el centro de la ciudad, y mi hermano mayor se esforzaba para que pudiésemos sobrevivir. Pero a menudo pasábamos hambre y a Diogène le

¡Juega al bananbol! Marie Grâce hace una pelota de cáscara de banana para arrojársela al contrincante en el tayari, o bananbol.

¡Bienvenido a mi nueva casa!

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“Me levanto a las seis cada mañana y limpio tanto dentro de la casa como en el jardín.”

preocupaba cómo íbamos a salir adelante. Rescatados por la AOCM Diogène, el hermano mayor de Marie Grâce, y muchos otros que habían perdido a sus padres en el genocidio, se dieron cuenta de que tenían que ayudarse entre sí para poder sobrevivir. Comenzaron a colaborar con la AOCM y en junio de 2003 ocurrió algo que cambiaría radicalmente la vida de Marie Grâce y de sus hermanos. – Fue entonces cuando nos mudamos a nuestra casa nueva en el pueblo de la AOCM. La casa era totalmente gratis, ¡y no teníamos que pagar alquiler! Antes destinábamos casi todo el dinero al alquiler, pero ahora podemos comprar comida, ropa y otras cosas que necesitamos. Nunca habríamos tenido suficiente dinero

para comprar una casa nosotros solos. La vida aún es difícil, pero de todos modos ahora estamos mucho mejor, dice Marie Grâce. – Los que vivimos en el pueblo de la AOCM somos tutsis, porque fue a nosotros a quienes nos destrozaron las casas en 1994. Pero los niños de los pueblos de la zona suelen ser hutus. Jugamos todos juntos sin problemas. En la escuela es igual. Tengo amigos tanto hutus como tutsis. Y cuando me pongo a pensar, no tengo ni idea de quién es qué. ¡Para mí no hay diferencia y no me preocupan esas cosas! Pienso que todos valemos lo mismo. Muchos adultos no piensan así, pero deberían hacerlo. Si los adultos no piensan como los niños, temo que vuelva a haber guerra en Ruanda, dice Marie Grâce. 

“En el jardín lavamos la ropa, preparamos la comida y pasamos tiempo juntos.”

“En la calabaza que cuelga de la pared hacemos mantequilla.” “Cuando vuelvo de la escuela preparo la comida. A menudo comemos frijoles y bananas, pero mi comida favorita es el arroz. Preparo la comida directamente sobre la hoguera. Después cenamos en la sala de estar.”

Las niñas primero... E

n el pueblo donde vive Marie Grâce, la AOCM ha construido 34 casas para 130 niños y jóvenes que perdieron a sus padres en el genocidio.

– Constantemente intentamos reunir más dinero para poder construir más casas. Siempre pensamos primero en las chicas sin hogar, porque ellas son las más vulnerables.

– Pienso que el ramo de flores de seda es lo más bonito que tenemos en casa.

Cuando repartimos ropa y comida, también las chicas reciben primero, cuenta Naphtal, el líder de la AOCM.

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