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El caminar de LAMITEA: “a los pies del Maestro”
No podemos en esta oportunidad más que decirle gracias H Ana Lucia, y que Dios siga colmando su corazón de gozo y paz en esta nueva etapa de vida que comienza. Del mismo modo, algunas laicas expresan su gratitud por lo recibido, escuchémoslas: “Guardo en mi corazón inmensa gratitud y doy infinitas gracias a Dios por regalarme la bendición de encontrar en mi camino a la hna. Ana Lucia Pacheco de León y tenerla como guía y modelo espiritual en la formación de laica misionera teresiana.
Siempre admiré su maravillosa labor de asesora, su dedicación, compromiso, entrega, fraternidad, acogida, para inculcarme el ser una misionera comprometida en el servicio a la misión. No tengo suficientes palabras de agradecimiento para expresarle lo que sus enseñanzas significaron para mí”.
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Ana Mercedes Sierra
“Hermana Ana Lucia su labor evangelizadora con todos los laicos de Fontibon ha sido incomparable, gracias por la llama misionera que encendió en cada laico, son 22 años de acompañamiento de corazón, muy cercana y fraterna, a través de estos años su entrega fue total llenos de gratitud le prometemos no olvidar jamás lo aprendido. Que Dios sea tu recompensa, siempre estará en nuestros corazones”.
María Cenaida Celeita
CASA PROVINCIAL BOGOTÁ
Escrito: Hna. Lorena del Carmen Mendoza P.
Los laicos tienen un lugar muy importante en la misión apostólica de la Iglesia, como bautizados, son misioneros por naturaleza. Ellos tienen un gran campo de misión vida, siendo su ambiente, el lugar propio de su acción evangélica. Allí están llamados a santificarse a sí mismos y contribuir a la santificación de los demás. Es propio de su condición secular impregnar lo terreno con la luz de Cristo. Ellos están presentes en las diversas actividades de la iglesia y, en la vida cotidiana, encuentran el lugar propicio para ayudar a Cristo a extender su Reino en la familia, en el trabajo, en todo momento. Es un privilegio especial para ellos hacer presente a Dios en esos espacios donde los Sacerdotes y Religiosas no pueden hacer presencia, y desde allí, ellos hacen vida la consagración bautismal, logrando así transformar estructuras que desvirtúan la búsqueda del bien común y la lucha por la dignidad humana.
El grupo de LAMITEA, Consagrados y en formación, en este año se ha propuesto vivir el texto bíblico de Mc; 3,13-15 “Jesús Llamó a los que Él quiso para que ESTUVIERAN CON EL y luego enviarlos a la Misión” con el fin de poder hacer visible a Cristo como instrumento de su gracia, ya que nadie puede dar de lo que
no tiene y para eso es necesario PERMANECER A LOS PIES DEL MAESTRO como sus íntimos amigos, y ahí, aprender a vivir por dentro como nos dice el Padre Fundador. Ellos son
conscientes de la necesidad de formarse, para vivir lo que experimentan con Jesús, en su relación con Él desde la oración, los retiros mensuales, las Eucaristías, el acompañamiento espiritual y sus estudios propios de cada etapa, para que otros conozcan al Maestro y disfruten de sus bendiciones.
Es una riqueza contar con el entusiasmo de estos Laicos, que a pesar de la distancia que tienen para llegar a la casa Provincial hacen el Sacrificio con amor con tal de formarse y calmar su sed de Dios, porque el deseo grande de gustar, saborear, deleitarse en el silencio de un encuentro personal y grupal con Jesús, es más fuerte que la lejanía. Son testimonios vivientes de Cristo por el cual VALE LA PENA ABRAZAR ESTA PASTORAL DE FORMAR DISCÍPULOS DEL MAESTRO, para que ayuden a impulsar a la misión de las Parroquias en un espíritu más dinámico y vivo. Que atraiga a muchos a formar parte del grupo de misioneros que desde sus ambientes hacen crecer el rebaño del Señor. Ellos son la esperanza, su capacidad de entrega y de servicio es tan grande que no miran tiempo ni espacio, tan solo necesitan de nuestras ganas de contagiarles a Cristo y despertar en ellos el deseo de conocer al SER ENCANTADOR de la PERSONA DEL RESUCITADO y confiar que. a flor de piel. su creatividad es un fuerte elemento en su ser que los impulsa a vivir en oblación en el caminar misionero.
Ellos vivieron un día de retiro espiritual antes de la Semana Santa, en tres momentos: pasión, muerte y resurrección del Señor, como preparación a la misión de esta semana Mayor en sus familias, como primera tarea y luego la parroquia. La felicidad que había en sus corazones al compartir la experiencia de misión, era ver reflejado a ese Dios Padre que les dio la
oportunidad de encontrarse con su Amado Hijo y encantarse de su Persona. Que el Señor nos siga guiando y nos regale su Santo Espíritu que nos impulse a ir hacia aquellos misioneros del Señor y ayudarles en su formación.