
7 minute read
día 7 - La inversión segura de la familia
LA INVERSIÓN SEGURA DE LA FAMILIA
DÍA 7
+
“TE ABRIRÁ JEHOVÁ SU BUEN TESORO, EL CIELO, PARA ENVIAR LA LLUVIA A
tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado” (Deut. 28:12).
“El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo del que presta” (Prov. 22:7).
“Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la casa” (Ecl. 10:18).
“Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos” (Hag. 1:9, 10).
“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley” (Rom. 13:8).
“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Tim. 6:6–10).
RECONOCER LA SOBERANÍA DE DIOS
“El cimiento de la integridad comercial y del verdadero éxito es el reconocimiento del derecho de propiedad de Dios. El Creador de todas las cosas es el propietario original. Nosotros somos sus mayordomos. Todo lo que tenemos es depósito suyo para que lo usemos de acuerdo con sus indicaciones” (La educación, p. 137).
“El dinero no es nuestro; ni nos pertenecen las casas, los terrenos, los cuadros, los muebles, los atavíos y los lujos. Somos peregrinos, somos forasteros. Tenemos tan sólo una concesión de las cosas necesarias para la vida y la salud... Las bendiciones temporales nos son dadas en cometido, para comprobar si se nos pueden confiar riquezas eternas. Si soportamos la prueba de Dios, recibiremos la posesión adquirida que ha de ser nuestra: gloria, honra e inmortalidad” (Carta 8, 1889).
TENDREMOS QUE DAR CUENTA
“Siempre debemos recordar que en el juicio confrontaremos la anotación de cómo usamos el dinero de Dios. Se gasta mucho en la complacencia propia, en cosas que no nos reportan beneficio verdadero alguno, sino que nos dañan realmente. Cuando comprendamos que Dios es quien da todo lo bueno y que el dinero es suyo, lo gastaremos sabiamente y conforme a su santa voluntad. No nos regiremos por las costumbres y modas del mundo. No ajustaremos nuestros deseos a sus prácticas, ni permitiremos que nos dominen nuestras inclinaciones. En nuestro uso del dinero haremos de él un agente de mejoramiento espiritual porque lo consideraremos como un cometido sagrado, que no ha de emplearse para fomentar el orgullo, la vanidad, el apetito o la pasión” (El hogar cristiano, p. 317).
EDUCACIÓN FINANCIERA PARA LOS NIÑOS
“Cuando los niños son aún muy tiernos, se les debe enseñar a leer, a escribir, a comprender los números, y a llevar sus propias cuentas. Pueden avanzar paso a paso en este conocimiento” (Consejos para los maestros, pp. 152, 153).
“Enseñen a los niños a llevar cuentas. Esto los capacitará para ser exactos. El niño gastador será el hombre gastador. La niña vanidosa, egoísta y preocupada de sí misma será la misma clase de mujer. Debemos recordar que hay otros jóvenes de quienes somos responsables. Si enseñamos a nuestros hijos a corregir sus hábitos, mediante ellos podremos influir en otros” (Conducción del niño, p. 127). MOTIVO DE ORACIÓN
1. Para que tú y tu familia coloquen a Dios en primer lugar en las cuestiones financieras y sean siempre fieles en los diezmos y ofrendas. 2. Por tus cinco familiares.
ELIMINAR HÁBITOS EXTRAVAGANTES
“Enséñenles que Dios tiene derecho sobre todo lo que poseen y que nada podrá cancelar ese derecho; que todo lo que tienen se les ha confiado temporalmente, para probar si son obedientes. El dinero es un tesoro necesario, que no sea disipado con los que no lo necesitan. Hay quienes tienen necesidad de sus donativos voluntarios… Si tienen hábitos dispendiosos, elimínenlos inmediatamente de la vida. A menos que lo hagan, entrarán en bancarrota por toda la eternidad. Los hábitos de economía, trabajo y sobriedad constituyen para sus hijos una mejor parte que una rica dote” (Manuscrito 139, 1898).
EL AMOR NO SE EXPRESA EN LA EXTRAVAGANCIA
“Les ruego que no empleen dinero en embellecer sus hogares, porque es el dinero de Dios, y se les pedirá cuenta de él. Padres, por amor de Cristo, no utilicen el dinero del Señor para agradar los caprichos de sus hijos. No les enseñen a ir en pos de la moda y la ostentación con el fin de ganar influencia en el mundo…
“No eduquen a sus hijos para que piensen que su amor por ellos debe manifestarse halagando su orgullo, su despilfarro, su amor a la ostentación. Ya no hay tiempo para inventar modos de gastar el dinero. Su capacidad inventiva debe ponerse al trabajo con el fin de encontrar la mejor manera de economizar” (Conducción del niño, p. 126).
APRENDIENDO A ECONOMIZAR
“El Señor me ha iluminado con la idea de que debemos ser cuidadosos en no gastar imprudentemente nuestro precioso tiempo y dinero. Hay muchas cosas que satisfarán nuestros
caprichos, pero debemos precavernos contra el gasto de dinero en aquello que no es pan. Necesitaremos muchos medios para adelantar decididamente la obra en nuestras ciudades. Cada uno tendrá una parte que desempeñar en la obra del Señor. Los padres deben instruir a sus hijos en lecciones de economía, con el fin de que los jóvenes miembros de la grey aprendan a compartir la responsabilidad de sostener la causa de Dios en este tiempo” (Conducción del niño, p. 125).
LECCIONES SOBRE EL VALOR DEL DINERO
“El dinero que los jóvenes obtengan con muy poco esfuerzo no será apreciado. Algunos tienen que ganarlo trabajando arduamente y con
ACTIVIDAD MISIONERA privaciones. Pero ¡cuánto más seguros están los jóvenes
Llama a tus cinco que saben exactamente de familiares para decirles dónde proviene el dinero que los amas y que no importa lo que haya sucedido, Jesús los que gastan, que saben lo que cuestan sus ropas y sus espera con los brazos alimentos, así como lo que abiertos. se requiere para comprar una casa!
“Hay muchas maneras por las cuales los niños pueden ganar dinero y desempeñar su parte en llevar ofrendas a Jesús, quien dio su vida por ellos… Debe enseñárseles que el dinero que ganan no les pertenece para gastarlo según su criterio inexperto, sino que han de usarlo juiciosamente y dar con fines misioneros. No han de contentarse con recibir dinero de su padre o de su madre y ponerlo en la tesorería como ofrenda, cuando no es suyo. Deben preguntarse: ‘¿Daré lo que nada me cuesta?’ ” (El hogar cristiano, p. 335).
LA MALDICIÓN DE LA INACTIVIDAD
“En muchos casos, los padres ricos no sienten la importancia de dar a sus hijos educación en los deberes prácticos de la vida, tanto como en las ciencias. No ven cuán necesario es, para bien de la mente y la moral de sus hijos y para su utilidad futura, darles una comprensión cabal del trabajo útil. Es una deuda que tienen para con ellos, a fin de que, si la desgracia los toca, puedan mantenerse en noble independencia, sabiendo usar sus manos. Si tienen un capital de fuerza, no pueden ser pobres, aun cuando no tengan un peso” (Consejos para los maestros, p. 261). EL PELIGRO DE LAS DEUDAS
“Debemos esquivar las deudas como esquivaríamos la lepra” (La educación cristiana, 506).
“Muchos, muchísimos, no han aprendido a mantener sus gastos dentro de los límites de sus entradas. No aprenden a adaptarse a las circunstancias, y piden prestado una vez tras otra, y en esa forma quedan agobiados por las deudas, y en consecuencia se desaniman y descorazonan” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 245).
LA VERDADERA RAZÓN DE LA MEZQUINDAD
“Vi que algunos se han excusado de ayudar la causa de Dios porque se encontraban endeudados. Si hubieran examinado cuidadosamente sus corazones, habrían descubierto que el egoísmo era la verdadera razón por la que no presentaban ofrendas voluntarias a Dios. Algunos se mantendrán siempre endeudados, porque debido a su codicia, la mano prosperadora de Dios no los acompañará para bendecir sus empresas. Aman este mundo más de lo que aman la verdad. No están siendo preparados para el reino de Dios” (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 206).
ACCEDE A MÁS CONTENIDOS EN: adv.st/10diasoracion