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día 8 - Es al dar que la familia recibe
ES AL DAR QUE LA FAMILIA RECIBE
DÍA 8
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“CUANDO HAYA EN MEDIO DE TI MENESTEROSO DE ALGUNO DE TUS
hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite” (Deut. 15:7, 8).
“El hombre de bien tiene misericordia, y presta; gobierna sus asuntos con juicio, por lo cual no resbalará jamás; en memoria eterna será el justo. No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, hasta que vea en sus enemigos su deseo. Reparte, da a los pobres; su justicia permanece para siempre; su poder será exaltado en gloria” (Sal. 112:5–9).
“El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado” (Prov. 11:25).
“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna” (1 Tim. 6:17–19).
“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad” (1 Juan 3:17, 18).
JESUCRISTO, EL MODELO MAYOR DE GENEROSIDAD
“El Redentor del mundo fue hijo de padres pobres, y cuando en su infancia fue presentado en el templo, su madre pudo llevar tan sólo la ofrenda establecida para los pobres: un par de tórtolas o dos palominos. Él constituyó el don más precioso hecho por el cielo a nuestro mundo, un don que escapa a todo cálculo, y sin embargo se dio testimonio de él solo mediante la ofrenda más pequeña. Nuestro Salvador, durante su estada en el mundo, compartió la suerte de los pobres y humildes. La abnegación y el sacrificio caracterizaron su vida” (Consejos sobre mayordomía cristiana, pp. 160, 161).
CADA ACTO DE BONDAD FORTALECE AL DADOR
“Cada acto de abnegación realizado en bien de otros fortalecerá el espíritu de generosidad en el donante, y lo vinculará más estrechamente con el Redentor del mundo, quien ‘por amor de vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros fueseis enriquecidos con su pobreza’ (2 Cor. 8:9). Y la vida puede ser una bendición para nosotros únicamente en la medida
MOTIVO DE ORACIÓN en que cumplimos el propósito divino para el cual 1. Para que Dios fuimos creados. Todas las motive a tu familia a compartir el evangelio y apoyar a buenas dádivas que Dios hace al hombre constituirán una los ministerios de la maldición a menos que éste iglesia. las emplee para hacer felices 2 . Por tus cinco a sus semejantes y para profamiliares. mover la causa de Dios en el mundo” (ibíd., p. 22).
EL VERDADERO VALOR DEL DINERO
“El mejor legado que los padres pueden dejar a sus hijos es un conocimiento del trabajo útil y el ejemplo de una vida caracterizada por la benevolencia desinteresada. Por una vida tal demuestran el verdadero valor del dinero, que debe ser apreciado únicamente por el bien que realizará al aliviar las necesidades propias y ajenas y al adelantar la causa de Dios” (El hogar cristiano, p. 337).
UNA CAJA DE ABNEGACIÓN
“Hay que educar a los niños para que sean abnegados. Una vez, cuando hablaba en Nashville, el Señor me iluminó respecto de este asunto. Me impresionó con gran fuerza con la idea de que en cada hogar debería haber una caja de la abnegación y que habría que enseñar a los niños a colocar en esa caja sus monedas que de otro modo gastarían en dulces y en otras cosas innecesarias… Descubrirán que a medida que los niños colocan sus monedas en esas cajas, obtendrán una gran bendición… Cada miembro de la familia, desde el más viejo al más joven, debería practicar la abnegación” (Conducción del niño, p. 123).
MANIFESTAR VERDADERO INTERÉS POR EL SUFRIENTE
“La verdadera caridad ayuda a los hombres a ayudarse a sí mismos. Si llega alguien a nuestra puerta y nos pide de comer, no debemos despedirlo hambriento; su pobreza puede ser resultado del infortunio. Pero la verdadera beneficencia es algo más que mera limosna. Significa un interés genuino por el bienestar de los demás. Debemos tratar de entender las necesidades de los pobres y angustiados, y darles la asistencia que mejor los beneficiará. Prestar atención, tiempo y esfuerzo personal cuesta mucho más que simplemente dar dinero, pero es verdadera caridad. Aquellos a quienes se enseñe a ganar lo que reciben aprenderán también a sacar mayor provecho de ello” (El ministerio de curación, p. 147).
UNA VISLUMBRE DEL CIELO PARA LOS POBRES
“Cristo dice: ‘Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a vecinos ricos, no sea que ellos, a su vez, te vuelvan a convidar, y seas recompensado. Cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos; y serás bienaventurado, porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos’ (Luc. 14:12–14). Éstos son huéspedes que no les costará mucho recibir. No necesitarán ofrecerles trato costoso y de mucha preparación. […] El calor de la bienvenida, un asiento al calor de la lumbre y uno también a vuestra mesa, el privilegio de compartir la bendición del culto de familia, serían para muchos como vislumbres del cielo” (ibíd., pp. 272, 273).
UNA PEQUEÑA LUZ QUE SE ESPARCE
“El tiempo de que disponemos es corto. Sólo una vez podemos pasar por este mundo; al hacerlo, saquemos el mejor provecho de nuestra vida. La tarea a la cual se nos llama no requiere riquezas, posición social ni gran capacidad. Lo que sí requiere es un espíritu bondadoso y abnegado y firmeza de propósito. Una luz, por pequeña que sea, si arde siempre, puede servir para encender otras muchas. Nuestra esfera de influencia puede parecer limitada; nuestras capacidades, muy pequeñas; nuestras oportunidades, pocas; y nuestras adquisiciones, limitadas; sin embargo tenemos posibilidades maravillosas si aprovechamos fielmente las oportunidades que nos brindan nuestros hogares. Si tan sólo queremos abrir nuestros corazones y nuestras casas a los divinos principios de la vida, llegaremos a ser canales por los que fluyan corrientes de fuerza vivificante. De nuestros hogares fluirán ríos de sanidad, que llevarán vida, belleza y feracidad donde hoy por hoy todo es aridez y desolación” (El ministerio de curación, p. 273, 274).
HACER EL BIEN EN VIDA
“El Señor quiere que la muerte de sus siervos sea considerada como una pérdida, por causa de la influencia benéfica que ejercieron y las muchas ofrendas voluntarias que dieron para alimentar la tesorería de Dios. Los legados que se dejan al morir son un mísero substituto de la benevolencia que uno podría hacer mientras vive. En verdad, los siervos de Dios deben hacer sus testamentos cada día en buenas obras y ofrendas generosas a Dios. No deben permitir que la cantidad dada a Dios sea desproporcionalmente pequeña cuando se la compara con la cantidad dedicada a su propio uso. Al hacer así su testamento diariamente, recordarán aquellos objetos y amigos que ocupan el mayor lugar en sus afectos” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 316).
UNA OPORTUNIDAD PRECIOSA DE SERVICIO
“El amor y la lealtad a Cristo son las fuentes de todo servicio verdadero. En el corazón conmovido por su amor se engendra el deseo de trabajar por él. Estimúlese y diríjase debidamente este deseo. Ya sea en el hogar, el vecindario o la escuela, la presencia del pobre, el afligido, el ignorante o el desgraciado no debería ser considerada como una desgracia, sino como el medio de proveer una preciosa oportunidad para el servicio” (El hogar cristiano, p. 426).
¿CÓMO DISFRUTAR DE LOS BIENES QUE POSEO?
“¿Quieren asegurarse sus propiedades? Colóquenlas ACTIVIDAD MISIONERA en las manos que llevan las marcas de los clavos de la Refuerza la invitación crucifixión. Reténganlo todo en posesión de ustedes y a tus cinco familiares para que participen del programa de será para su pérdida eterna. cierre de los 10 días de Denlo a Dios, y a partir de ese Oración el sábado que momento llevará su marca. viene en la iglesia. Quedará sellado con su inmutabilidad. ¿Quieren gozar de sus bienes? Entonces utilícenlos para bendecir a los que sufren” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 53).
“A Dios le desagrada el interés egoísta tan a menudo manifestado cuando se dice: ‘Para mí y mi familia’. Cada familia que alberga este espíritu necesita ser convertida por los principios puros ejemplificados en la vida de Cristo. Los que se encierran en sí mismos, que no están dispuestos a atender visitas, pierden muchas bendiciones” (Testimonios para la iglesia, p. 346).
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