Gustavo Adolfo Bécquer

LAS RIMAS, POR MÍ TAN AMADAS, DE GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Ju uan Emilio Rí íos Vera

Las rimas del libro de los gorriones de Bécquer constituyen, sin lugar a dudas, uno de los poemarios más cargados de emoción y de delicadeza de toda la Historia de la Literatura española. Bécquer fue un romántico tardío y su poesía está ya muy lejos de contener los elementos, los tonos y las características de ese primer Romanticismo furibundo. El romanticismo de Bécquer es mucho más intimista, mucho más melancólico y elegante, menos radical y mucho más mesurado. Ya no es el romanticismo de los espectros y los cementerios, de la Naturaleza violenta ni de los precipicios, sino el romanticismo de la hiperestesia, de los sentimientos a flor de piel, de las tardes de otoño y los paisajes melancólicos, de los suspiros y de los besos, de los amores en secreto y los rayos de luna que se esconden por las esquinas. Podemos distinguir distintos bloques temáticos en el corpus de las rimas: uno sería el dedicado al amor y al desamor, que es el conjunto de poemas más importante en el conjunto del libro, en el que el poeta siente la necesidad imperiosa de plasmar en forma de poema sus propias experiencias eróticas. Hay rimas llenas de luz y optimismo, donde el poeta muestra su decepción por los desplantes de la enamorada. Es un corolario de emociones contrapuestas que nos conmueve.

Otro gran tema en las Rimas es el de la poesía y la cultura en general. Bécquer nos da su propia poética, es decir, su manera personal de entender la poesía y sus definiciones. La muerte es un tema también muy destacado. El poeta se pregunta cómo será su muerte y quién hallará a su lado en esos momentos. Los misterios y enigmas del Universo también sobrecogen al poeta, que se declara creyente, pero que, a pesar de ello, se pregunta por el origen y el destino de los mortales. Todo en su poesía es real como la vida misma, todas son emociones vividas con intensidad o pensadas con angustia, todo está vivo y cercano, todo es autobiográfico. La ficción y la fantasía las dejará Bécquer para las leyendas, donde encontramos a un autor mucho más cercano a los postulados del romanticismo más radical y exacerb