E
ENTRE LíNEAS
A finales de 2012 el Parlamento Europeo ha hecho una Declaración escrita preocupándose sobre algunos aspectos de la seguridad contra incendios doméstica. Este es el texto íntegro de la Declaración: A. Considerando que el fuego es una de las principales causas de muerte y lesiones en el hogar, que afecta a los grupos especialmente vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas con discapacidad. En promedio, más de 5.000 personas mueren en incendios en la UE cada año, el 80% de estas muertes ocurren en el hogar, B. Considerando que el coste económico de los incendios se estima en cerca de 1% del PIB de Europa y que la carga de fuego y el riesgo de incendio en el hogar sigue aumentando, C. Considerando que los muebles tapizados inflamables en particular, sigue siendo uno de los mayores peligros de incendios en los hogares de la UE, y que los consumidores se están poniendo en riesgo por la ausencia de un nivel elevado y uniforme de protección contra este peligro en toda la UE; 1. Insta (urge) a los Estados Miembro a que promuevan iniciativas y campañas de concienciación para educar a los consumidores acerca de los riesgos de incendio doméstico; 2. Insta (urge) a la Comisión a estudiar la manera de garantizar la recopilación de las estadísticas de incendios integrales en toda la UE; 3. Pide la introducción de requisitos armonizados de seguridad contra incendios para los muebles tapizados de uso doméstico vendidos en Europa que garantice el máximo nivel de seguridad contra incendios, salud y protección del medio ambiente, y para el etiquetado de productos inflamables provisionalmente; 4. Encarga a su Presidente que transmita la presente Declaración, acompañada del nombre de los firmantes, a la Comisión, al Consejo y a los Gobiernos de los Estados Miembro. Ante un hecho como esta Declaración me surgen varias sensaciones: la primera es la de felicitar a los parlamentarios europeos que han tenido esta iniciativa, la segunda es sentirme orgulloso de ser europeo y la tercera es la de preguntarme ¿por qué el Parlamento de la UE que viene pasando de todas las iniciativas que hemos trasladado desde la FEU (Federación de Asociaciones de Oficiales de Bomberos de Europa) tiene ahora esta sensibilidad? ¿Será que de repente hemos topado con un grupo de parlamentarios sensibles al fuego, son familiares de bomberos o de víctimas fallecidas en incendios y van a iniciar una cruzada para mejorar la seguridad contra incendios en Europa? ¿Pero, hay alguna razón para desconfiar de sus buenas intenciones? Me temo que me he contagiado de la desconfianza que tienen los españoles sobre sus políticos y estoy proyectando este recelo sobre los desinteresados parlamentarios europeos. Para despejar estas dudas que me invaden voy a realizar una pequeña investigación sobre el objetivo que persigue esta Declaración. En primer lugar voy a analizar la estructura de la Declaración. Veamos cómo nos conducen hacia su objetivo: En su introducción (Punto A), primero nos sensibilizan (nos asustan) sobre la grave incidencia de los incendios sobre nuestros niños, nuestros mayores y las personas con discapacidad (más de 5.000 personas muertas por incendio al año en Europa).
Declaración europea Prevención de INCENDIOS
Número 58 – 2º Trimestre de 2013
A continuación (Punto B) nos llaman la atención sobre el dinero que nos cuestan los incendios (el 1% del PIB) y asociándolo directamente –en el mismo párrafo– a que la carga de fuego y el riesgo de incendio en el hogar sigue aumentando. Partiendo de la afirmación de que los incendios en Europa tienen un coste económico del 1% del PIB y haciendo el cálculo sobre el PIB de la UE, tendríamos que sobre un PIB de los países de la UE de unos 15 billones de € tendríamos un coste anual de ciento cincuenta mil millones de euros. Sí, 150.000.000.000 € es una cantidad que marea un poco. Si este dato fuese absolutamente cierto, el Parlamento y la Comisión Europea deberían preocuparse y mucho, pues estaríamos ante una cifra escandalosa que supone más euros que lo ya aportado por la UE para el rescate a las economías de Irlanda, Portugal y Grecia juntas. No sé de dónde habrán obtenido este dato, me refiero al porcentaje del 1%. Estoy convencido que el dato que corresponde a España es una pequeña incógnita por no asegurar que es una gran incógnita. Si este porcentaje lo aplicásemos al PIB de España tendríamos un coste de los incendios superior a los diez mil millones de Euros. Intuyo que no es para tanto. El tercer Considerando (Punto C) afirma con rotundidad que los muebles tapizados inflamables es uno de los mayores peligros en los hogares europeos y se deduce en consecuencia que por la ausencia de una protección de un nivel elevado y uniforme estamos en riesgo (ya se les va viendo venir). Por todo ello, realizan tres recomendaciones, la primera, que los Estados Miembro promuevan campañas de concienciación para educar a los consumidores sobre los riesgos de incendio doméstico. ¡Pues ya era hora de que alguien lo dijese! ¡Qué gran utilidad la del Parlamento Europeo! Supongo que ahora los Estados Miembro de la UE que no se habían dado cuenta de lo importante que son las campañas de prevención de incendios se pondrán a hacerlas compulsivamente contratando grandes agencias de comunicación que pongan en marcha estupendas campañas de concienciación para decir a los consumidores de su país que los muebles tapizados son muy peligrosos. La segunda recomendación es para la Comisión Europea instando a que estudie la manera de tener estadísticas comunes de incendios en la UE. Pues si quieren se lo podemos decir nosotros, no es difícil, se puede conseguir con una simple Directiva Europea que establezca un impreso común para la recogida de los datos de incendios, un documento idéntico para toda Europa, un parte unificado para las intervenciones de los servicios de bomberos donde se recoja el parte de incendios. Esto, ahora mismo, me parece ciencia ficción. Hace años, en 2000, se creó la Liga de Augsburgo (un grupo de entidades europeas agrupadas con el fin de conseguir estadísticas comunes de incendios) y realizó algunas gestiones en Bruselas ante la Comisión europea y se topó con el desinterés más absoluto por parte de las autoridades comunitarias. Bueno, esta Declaración tiene algo positivo; al menos se han dado cuenta de que no hay estadísticas europeas de incendios. Y entonces, yo me pregunto, si no existen estas estadísticas ¿cómo han obtenido la conclusión de que los niños, los ancianos y los discapacitados son los más vulnerables? Y ¿cómo saben que los incendios suponen un coste del 1% del PIB? Y ¿quién les ha soplado a estos parlamentarios que los muebles tapizados inflamables son uno de los mayores peligros en el hogar? ¿Se lo habrán dicho, por casualidad, los fabricantes de tejidos no inflamables para tapicería de mobiliario? ¿Tendrán algo que ver con esto, las multinacionales de la industria química que han descubierto unas estupendas fibras ignífugas que nos llevarán la seguridad a nuestros hogares? Ahora, la UE sacará una norma que garantizará que los muebles tapizados no son inflamables con una etiqueta que garantice que se usan los tejidos ignífugos que han sido ensayados y certificados que ni arden, ni propagan los incendios. Y los ciudadanos europeos seremos felices con mobiliario tapizado con tejidos elaborados con nuevas moléculas procedentes del petróleo, desterrando de nuestros hogares la pura lana, el algodón, el lino, y otras fibras naturales de las tapicerías de nuestros muebles que aunque nos parecían confortables eran “muy peligrosas” desde el punto de vista de la seguridad contra incendios. Desde luego Europa puede ser de todo menos homogénea, y en este asunto de los incendios es, desde luego, muy diversa y variopinta. Como muestra de la discordancia entre las realidades de los distintos países que componen la Unión Europea podemos mostrar los datos obtenidos en los Estudios de víctimas de incendios en España en 2010 y en 2011 realizados por la APTB y la FUNDACIÓN MAPFRE en los que se ha puesto de manifiesto que en España los niños son el grupo de edad menos vulnerable a los incendios. En las estadísticas obtenidas en estos dos estudios los menores de 15 años solo suponen el 7% (en 2010) y el 2% (en 2011) de todas las víctimas mortales. Así pues, al menos para España no es válida una de las afirmaciones que se afirma en el primer punto de esta Declaración asegurando que los niños son un grupo especialmente vulnerable a los incendios. En cuanto a la afirmación de que la tapicería inflamable de los muebles en los hogares es uno de los mayores peligros de incendios en los hogares, creo que, sencillamente, se han pasado. ¿Y cuando consigan imponer sus fibras artificiales en nuestro mobiliario, qué vendrá después? ¿Querrán obligarnos a vestirnos con sus fibras sintéticas porque corremos un serio peligro de incendio? La conclusión es que corremos un gran peligro: estar sometidos al gobierno de las multinacionales. Javier Larrea. Secretario General de la APTB.
Prevención de INCENDIOS
Número 58 – 2º Trimestre de 2013