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ENTRE LíNEAS
Si analizamos las estadísticas facilitadas por aseguradoras y bomberos, observaremos que la muerte de personas a causa de los incendios en la residencia habitual mantiene un triste y persistente promedio en la última década. La Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) y la Fundación MAPFRE realizaron en 2011 un estudio sobre víctimas de incendios, donde se destaca que: “El 35% de los incendios se produce en las horas nocturnas entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, mientras se duerme”. “La instalación de detectores domésticos de incendios podría contribuir a evitar un gran número de estas muertes”. Este estudio aconseja además, que la legislación de protección contra incendios en los edificios debiera prestar más atención al objeto de evitar las muertes en los edificios de vivienda. “Como ejemplo, se debería comenzar a regular la instalación de detectores de incendio en los hogares”. En el estudio se aprecia que los ancianos son la parte más afectada de la población y que los incendios más graves y con más muertes se generan en las horas nocturnas. Durante 2010 fallecieron a causa de un incendio en su hogar 136 personas, el 71% del total de las muertes de incendio de ese año. El pasado diciembre fue de los meses de mayor número de siniestros registrados, con un balance de ocho fallecidos y decenas de evacuaciones por incendios en viviendas, coincidiendo con la bajada de temperaturas, y mayor uso de aparatos eléctricos. Entre el 23 y el 26 de diciembre de 2011, cinco personas murieron en incendios de viviendas en Huelva, L'Hospitalet de Llobregat, Cambrils, Madrid y Córdoba. El 19 diciembre, tres miembros de una misma familia fallecieron en el incendio de su vivienda en Madrid, de madrugada. No hace falta comentar lo importante que es la detección temprana de un incendio, tanto por las posibilidades que otorga para su extinción como para la evacuación de las personas. El peor incendio que se pueda presentar en las viviendas en las que residimos es aquel que se produce por la noche cuando estamos durmiendo o descansando. La mayoría de los incendios en las viviendas se inician y desarrollan al principio con combustión completa (oxígeno al 21%) y por tanto los productos de la combustión son humos, CO2, H2O y productos derivados de la composición química de los materiales que arden (cloro, nitrógeno, etc.). A medida que el oxígeno se consume y no se renueva (en otoño e invierno la estanqueidad de las viviendas es mayor) la combustión se transforma en incompleta, es decir, con deficiencia de oxígeno y los productos de la combustión se multiplican en cantidad y toxicidad (CO y CNH). Estos gases asesinos acompañan a los humos en su desplazamiento horizontal por los techos de la vivienda y en su traslado a través de los pasillos se van enfriando. Cuando llegan a las puertas de los dormitorios,
Detección de incendios en el uso residencial-vivienda Prevención de INCENDIOS
Número 54 – 2º Trimestre de 2012