Cap 3. Fenómenos extremos y variabilidad climática

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ii. cambio climático

capítulo 3

Fenómenos extremos y variabilidad climática Autores Polioptro Fortunato Martínez Austria1 Alberto Alatriste Domínguez2 Francisco Ortiz Rodríguez2 Federico Irula Lutzow2

1 Cátedra unesco en Riesgos Hidrometeorológicos. Universidad de las Américas Puebla. México. 2 Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental. Universidad de las Américas Puebla. México.


La cuenca del río Bravo y el cambio climático

Introducción La cuenca del río Bravo es una de las de mayor extensión en Norteamérica y de ella dependen millones de personas en siete estados de ambos países. La superficie total de la cuenca del río Bravo es de 457,275 km2 de los cuales 231,000 se encuentran en territorio de Estados Unidos y 226,275 en territorio mexicano. Es una cuenca que se caracteriza por su condición de semiárida, con una muy alta variabilidad climática y recurrentes sequías. Por su desarrollo demográfico y económico, el uso intensivo del agua la ha conducido a una condición de estrés hídrico (Aparicio, Ortega, Hidalgo y Aldama, 2009). Estados Unidos y México firmaron en 1944 un tratado que incluye previsiones para la distribución de las aguas del río Bravo (México-EE. UU., 1944), en el cual México se comprometió a compartir las aguas que escurren en su territorio hacia el cauce internacional, en un volumen de por lo menos 431.72 millones de metros cúbicos en promedio anual, en ciclos que se contabilizan cada cinco años, lo que equivale a suministrar un volumen mínimo de 2,158.6 millones de metros cúbicos en cada ciclo. México puede cubrir ese volumen en cualquier orden en el periodo de cinco años, arreglo que se adoptó en reconocimiento a la alta variabilidad climática de la cuenca. No obstante, y considerando sólo razones de crecimiento demográfico en la región, el agua renovable per cápita en la cuenca mexicana es ahora de apenas 1,063 m3/hab/año, lo que la coloca en el límite de la escasez extrema, condición que alcanzará en los próximos años (conagua, 2014).

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Figura 1. Cuenca del río Bravo, principales afluentes, presas y sistemas de riego.

Figura 2. Distribución de la precipitación histórica (Martínez-Austria y Patiño, eds., 2010).


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Conforme al tratado, las aportaciones mexicanas a Estados Unidos no pueden provenir de cualquiera de los tributarios del río Bravo, sino sólo de los ríos Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido, Salado y Arroyo de las Vacas. De estos afluentes, el río Conchos cuenta con el 87% de la disponibilidad total. De ahí su importancia tanto para el desarrollo social en su cuenca, como para el resto del río Bravo y para el cumplimiento de las aportaciones de agua a Estados Unidos. La cuenca del río Conchos se alimenta —principalmente— de las precipitaciones que ocurren en las zonas elevadas en su nacimiento, ubicadas en las montañas de la sierra de Durango y Chihuahua, en las que se registran precipitaciones medias de 700 mm/año. Sin embargo, en su parte media y baja, la precipitación disminuye rápidamente a 300 mm/año y aún a 250 mm/año, como ocurre en buena parte de esta región árida y semiárida. Las sequías en la cuenca del río Bravo, en las décadas recientes, han producido conflictos entre ambos países, que hasta ahora se han podido resolver gracias a la participación de la sociedad, gobiernos e instituciones binacionales que ambos países han formado para atender los asuntos de interés binacional en su frontera (Martínez-Austria, Derbez y Giner, 2013; Chávez, 1999).

Variabilidad climática y sequías La historia de la sequía en México incluye muy poca información de las registradas en la región norte de México (ver Florescano, 2000, y Ortega Gaucin, 2013), debido, sobre todo, a que estos territorios se encontraron despoblados o con escasa población hasta finales del siglo xix, en que se desarrollaron los primeros grandes asentamientos urbanos. Sin embargo, es posible reconstruir las sequías en periodos largos de tiempo empleando información proxi, tal como el estudio de los anillos de árboles centenarios. La región noreste de México en general, y en específico, la cuenca del río Bravo, está sometida a sequías recurrentes. Cerano Paredes et al. (2011), empleando métodos dendríticos, han podido reconstruir los registros de precipitación de los últimos 600 años en la región Este de la cuenca. Analizaron registros en especies ubicadas en las sierras de Coahuila y Nuevo León, y entre sus conclusiones se encuentra la confirmación de la alta variabilidad interanual de la precipitación, y la ocurrencia de sequías y mega-sequías con una periodicidad aproximada de cincuenta y cien años, como se muestra en la figura 3, y que coinciden con registros históricos de los daños sociales y económicos que dichas sequías ocasionaron en México.

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Figura 3. Análisis de la variabilidad de la precipitación en la región noroeste de México en los últimos 600 años (Cerano-Paredes et al., 2011).

Figura 4. Precipitación reconstruida en los últimos 350 años en el suroeste de Chihuahua, reserva Cerro El Mohinora (Cerano-Paredes et al., 2009).

Para el estado de Chihuahua, donde se encuentra la cuenca del río Conchos, Cerano Paredes et al. (2009) utilizaron series de anillos de árboles de la reserva «Cerro El Mohinora», ubicada en la cuenca del río Florido, tributario del río Conchos, en la zona alta


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Figura 5. Tendencias globales de precipitación en el periodo 1950-2008, en mm/ día/50 años (Dai, 2011).

de Chihuahua, en la frontera con los estados de Sinaloa y Durango, región en la que se produce la mayor parte de la precipitación de la cuenca. Con esta técnica, Cerano Paredes et al., (2009) reconstruyeron las series de precipitación de los últimos 350 años, como se muestra en la figura 4. Como en el caso citado en la figura 3, los periodos de sequías más intensas coinciden con registros históricos de sus efectos en la sociedad. Por otra parte, si bien el análisis con series proxi permite observar tendencias de muy largo plazo, este tipo de enfoque no permite observar con exactitud las tendencias y variabilidad de la precipitación, sobre todo en un clima que puede haber cambiado en las décadas recientes (en este caso se requiere del estudio de series históricas directas). Recientemente Dai (2011) realizó una revisión del estado del conocimiento de las tendencias de temperatura, precipitación y escurrimiento en el mundo, en el largo plazo y, lo que interesa más en este texto, es el periodo de 1950 a 2010, en el cual se han observado los mayores efectos del cambio climático. Para la región de la cuenca del río Bravo, Dai encuentra que, en este periodo, hay una tendencia a una precipitación mayor. No obstante, es necesario considerar que la escala de la información empleada en ese análisis no es suficiente para observar las tendencias locales, en áreas como la cuenca del río Conchos y sus subcuencas. En la figura 5 se muestran los resultados de Dai de tendencia de cambios en la precipitación en los 50 años entre 1950 y 2008 en el mundo. Estos resultados son semejantes a los reportados por diversas bases de datos globales, como muestra el más reciente reporte del ipcc sobre las bases físicas del cambio climático (ipcc, 2013), y se

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Figura 6. Tendencia observada en la precipitación en el periodo 1951-2010, en mm/año por década. En la figura: cru, Climatic Research Unit (University of East Anglia); ghcn, Global Historical Climatology Network (noaa); gpcc, Global Precipitation Climatology Centre (ncar) ipcc, 2013).

ilustra en la figura 6, en la que pueden observarse las variaciones en el registro de cambios observados en la precipitación en México. Es notoria la diferencia entre las diversas bases de datos, que permiten tener una perspectiva global pero que, en algunas regiones, contienen diferencias importantes. Para determinar las tendencias en una cuenca como la del río Conchos, se requieren estudios más detallados en el ámbito local.


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Análisis de sequías en la cuenca del río Conchos Descripción de la zona de estudio La cuenca del río Conchos se ubica prácticamente en su totalidad en el estado de Chihuahua, salvo una muy pequeña fracción en su nacimiento, que pertenece al estado de Durango. La mayor parte de su población se ubica en zonas urbanas; de acuerdo al censo de población de 2010, sólo el 17% se ubica en comunidades rurales. La precipitación en la cuenca es muy variable y alcanza los 700 mm anuales en promedio en la parte alta de la cuenca, 350 mm anuales en la parte media y sólo 250 mm en la parte baja. Se trata entonces de una cuenca en una región semiárida, cuyos principales escurrimientos se producen en la zona alta, en las sierras que la rodean. La cuenca del río Conchos tiene una superficie total de 9,006 2 km , y está integrada por las subcuencas de los ríos Florido, Parral, Balleza, San Pedro y Chuviscar, además de la cuenca propia del cauce primordial (conagua, 2011). Las principales presas en la cuenca, las corrientes en que se encuentran y su capacidad total al nivel de aguas máximas ordinarias (namo) se muestran en la tabla 1. El principal uso del agua es el agrícola. En la cuenca se encuentran ubicados los distritos de riego que se muestran en la tabla 2. Si bien la superficie regable alcanza las 128,137 hectáreas, raramente se siembra la totalidad. En la tabla se muestra la superficie sembrada en el ciclo agrícola 2013-2014, que es alrededor del 58% de la superficie total. Respecto de la información climatológica, en la cuenca se ubican varias estaciones. Sin embargo, muchas de ellas han dejado de operar desde hace varios años, y otras tienen un periodo demasiado corto de registros para un análisis de variabilidad climática. No obstante, siendo una de las cuencas mexicanas con mayor infraestructura hidráulica, fue posible contar con información suficiente de estaciones en la parte alta, media y baja de la cuenca. En la tabla 3 se muestran las estaciones empleadas en el análisis, y su ubicación geográfica puede apreciarse en la figura 7. La cuenca del río Conchos, como se ha indicado anteriormente, padece sequías recurrentes, que se espera sean más frecuentes e intensas, como resultado de una tendencia general a la disminución en la precipitación. En un análisis para todo el territorio de México, realizado en 2012, la Comisión Nacional del Agua clasificó a la cuenca del río Conchos como una de las regiones más vulnerables a la sequía en México (conagua, 2012).

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Nombre del embalse Oficial

Común

La Boquilla Francisco I. Madero Chihuahua Luis L. León Federalismo Mexicano Pico del Águila

Lago Toronto Las Vírgenes Presa Chihuahua El Granero San Gabriel Pico del Águila

Corriente en que se ubica

Capacidad total referida al namo (millones de metros cúbicos)

Río Conchos Río San Pedro Río Chuviscar Río Conchos Río Florido Río Florido

2903.36 348.00 25.84 356.00 255.43 51.11

Tabla 1. Principales almacenamientos en la cuenca del río Conchos.

Número

Nombre

Superficie regable (Hectáreas)

Superficie sembrada 2013-2014

004

Don Martín

29,589

9,049

005

Delicias

79,555

54,096

090

Bajo Río Conchos

10,715

4,007

103

Río Florido

8,278

4,266

Suma

128,137

71,418

Tabla 2. Distritos de riego en la cuenca del río Conchos (elaborada con datos de conagua, 2011, 2015).

Número de estación

Nombre

Fecha de inicio de operación

8037 8085 8270

Coyame La Boquilla La Mesa

01/10/1964 01/06/1949 01/11/1975

Tabla 3. Estaciones climatológicas empleadas en el estudio.

De conformidad con los balances desarrollados por la Comisión Nacional del Agua, la cuenca del río Conchos cuenta con un escurrimiento promedio de 982.00 hm3, y una demanda de 1295.16 hm3, por lo que tiene un déficit promedio de -313.17 hm3 (conagua, 2013). No obstante, se aprovechan los periodos de precipitaciones mayores que ocurren por la variabilidad climática de la región, para almacenar el agua en su sistema de presas y obtener un mejor balance anual de disponibilidad.

Índice estandarizado de precipitación en la cuenca del río Conchos Existen diversos métodos para determinar la variación de la precipitación y la ocurrencia de una sequía meteorológica, definida como


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Figura 7. Estaciones climatológicas consideradas en el estudio. Croquis de localización en la cuenca.

una disminución de la precipitación, por un periodo prolongado, por debajo de los promedios registrados en ese periodo de tiempo. Los índices de sequía más empleados son el índice de severidad de sequía de Palmer (pdsi, por sus siglas en inglés) y el índice estandarizado de precipitación (spi, por sus siglas en inglés). En 2009, en la ciudad de Lincoln, bajo los auspicios del National Drougth Mitigation Center de la Universidad de Nebraska, se llevó a cabo un taller internacional para analizar los índices para la sequía en uso por los centros meteorológicos mundiales y en investigación (ver Hayes et al., 2011). Se llegó a un consenso entre los integrantes del taller para hacer uso de un solo índice y así poder generar una base de datos mundial. Se acordó emplear el índice de precipitación estandarizada (spi por sus siglas en inglés), por la disponibilidad de datos, por su facilidad de interpretación, así como por su posibilidad de uso en intervalos cortos o muy prolongados de tiempo. Otra ventaja del spi es que permite observar no sólo los periodos anormalmente secos, sino también los extremadamente húmedos y la variabilidad entre ellos. El índice estandarizado de precipitación representa el número de desviaciones estándar en que el valor transformado de la precipitación se desvía del promedio histórico que, por lo tanto, representa el valor cero. De esta manera, este índice no sólo cuantifica el déficit

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(valores negativos) sino también los excesos significativos (valores positivos) de precipitación respecto a las condiciones normales. Para calcular el spi se considera una distribución gamma para el histograma de precipitación. La función de densidad de probabilidades se transforma (mediante una transformación equiprobable) en la de una distribución normal. El índice de precipitación estándar (o estandarizado), spi, se calcula como la diferencia entre la precipitación estacional estandarizada respecto de la media, entre la desviación estándar.

Donde xij es la precipitación estacional en la i-ésima estación y en la j-ésima observación, x im es la media estacional y σ la desviación estándar.

La Organización Meteorológica Mundial provee software para el cálculo del spi, que se puede encontrar en su sitio de Internet. Conforme al valor registrado del spi se puede caracterizar la condición de humedad, como se indica en la tabla 4. El valor del spi permite también tener una aproximación al periodo de retorno y severidad de la sequía, como se muestra en la tabla 5. El spi puede calcularse en diferentes periodos, los más empleados son de uno, tres, seis, nueve y doce meses. Cada uno de estos valores tendrá un significado físico diferente. Los valores de spi a uno y tres meses reflejan la condición de precipitación en periodos cortos. Pueden emplearse para identificar el inicio de la sequía, o bien, para determinar los efectos de algún déficit de importancia en periodos cortos, por ejemplo, durante la época de siembra o floración de los cultivos. Debe tenerse cuidado con la interpretación de estos parámetros en las regiones donde la escasez de lluvias es normal durante la temporada de secas. El spi de seis meses es significativo para identificar las variaciones de precipitación entre estaciones. Si ocurre un valor negativo del spi, de sequía, durante la estación de lluvias, se puede identificar como un periodo de sequía que tendrá impactos importantes en la sociedad. Los valores del spi de 12 o 48 meses permiten analizar las condiciones de humedad en ciclos largos e identificar condiciones de sequía severa o extrema. Estos periodos son los más adecuados para estudiar las variaciones de largo plazo —climáticas— de la precipitación.


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Valor del índice estandarizado de precipitación

Categoría

2.0 y más

Extremadamente húmedo

1.5 a 1.99

Muy húmedo

1.0 a 1.49

Moderadamente húmedo

0.99 a -0.99

Normal o aproximadamente normal

-1.0 a -1.49

Moderadamente seco

-1.5 a -1.99

Severamente seco

-2 o menor

Extremadamente seco

Tabla 4. Valores del índice estandarizado de precipitación y clasificación de rangos de precipitación en el periodo analizado.

Categoría

Número de veces de ocurrencia en cien años

0 a -0.99

Ligeramente seco

33

1 en 3 años

-1 a -1.49

Moderadamente seco

10

1 en 10 años

spi

Severidad del evento

-1.5 a -1.99

Sequedad severa

5

1 en 20 años

-2 o menor

Sequedad extrema

2.5

1 en 50 años

Tabla 5. Severidad de las sequías en función del índice estandarizado de precipitación (traducida de wmo, 2012).

Análisis del spi en la cuenca del río Conchos En el análisis de tendencias de precipitación se revisaron los registros históricos de las estaciones señaladas en la tabla 3. Los resultados se resumen en las figuras 8, 9 y 10. En toda la cuenca, a partir de la década de los noventa, se observa una disminución de la precipitación. Esta tendencia es menos acusada en la parte alta de la cuenca (estación La Boquilla), y más clara y significativa en la parte media (estación La Mesa) y en la parte baja (estación Coyame). Asimismo, también a partir de la década de los noventa se observa una disminución en la variabilidad climática, en particular en la parte baja de la cuenca, la más árida. Así, en la estación Coyame, desde 1994 los valores del spi se mantienen en el rango de ligeramente seco, salvo un evento de lluvia registrado en 1998 y que se observa en el spi de seis meses. Contrasta este comportamiento de la precipitación con lo observado en el periodo 1975-1992, en el que se alternaron periodos de altos valores del spi con otros secos o ligeramente secos.


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Figura 8. Índice de precipitación estandarizado en seis, nueve y doce meses, estación La Boquilla. Se muestra también la tendencia lineal del spi de doce meses.

Figura 9. Índice de precipitación estandarizado en seis, nueve y doce meses, estación La Mesa. Se muestra también la tendencia lineal del spi de doce meses.


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Figura 10. Índice de precipitación estandarizado en seis, nueve y doce meses, estación Coyame. Se muestra también la tendencia lineal del spi de doce meses.

En la parte media de la cuenca, caracterizada por la estación La Mesa, se observa también una tendencia a la disminución de la precipitación a partir de 1990. Desde ese año, no se han registrado valores del spi superiores a 1.5, como ocurrió varias veces en el registro entre 1980 y 1990. De hecho, desde 1990 el spi de doce meses no alcanzó valores superiores a uno, indicativo de moderadamente húmedo, manteniéndose desde entonces en el rango entre 0.5 y -0.5; lo que indica también una disminución de la variabilidad climática. Finalmente, en la parte alta de la cuenca, caracterizada por la estación La Boquilla, se observa también una disminución en la precipitación a partir de los noventa. En esta estación, ubicada en la zona de mayores precipitaciones de la cuenca, la tendencia es menos evidente. Sin embargo, puede observarse que mientras en el periodo 1957-1985 se registraron varios episodios moderadamente húmedos y muy húmedos, a partir de 1985 no se han observado valores del spi-12 mayores a 1, y se observan periodos prolongados de sequía moderada, en los años 1989-1992 y 2000-2002. En general, en todos los registros analizados, el ajuste lineal (que sólo puede considerarse como indicativo de una tendencia) es claramente negativo; en conclusión, existe una tendencia a una mayor sequedad en la cuenca. Por otra parte, también la disminución en la variabilidad de la precipitación es un problema mayor para la gestión del agua en la cuenca. Esto es debido a que con frecuencia han sido las lluvias ex-

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Clave

Estación

Tendencia spi 12

19003

Allende

Descendente

19010

Cerralvo

Ascendente

19011

Cerro Prieto

Ascendente

19012

Ciénega de Flores

Descendente

19015

Cerrito

Ascendente

19016

El Cuchillo

Sin tendencia

19018

El Pajonal

Ascendente

19020

El Potosí

Ascendente

19024

Anáhuac

Descendente

19026

Icamole

Descendente

19027

Iturbe

Ascendente

19031

La Cruz

Ascendente

19042

Los Ramones

Descendente

19058

Sta Catarina

Descendente

Tabla 6. Estaciones analizadas en la cuenca baja del río Bravo y tendencias observadas en el spi 12.

traordinarias las que han producido excedentes en la cuenca, con derrames y transferencias a la cuenca baja del río Bravo, lo que ha permitido el cumplimiento de los compromisos de México con los Estados Unidos, previstos en el Tratado de 1944.

Tendencias de precipitación en el bajo río Bravo Después de la cuenca del río Conchos, la región de mayor importancia por su contribución al caudal del río Bravo es la cuenca baja del río Bravo, en la cual descargan ríos como el San Juan y el Salado. En esta región se realizó también un análisis de tendencias de precipitación con el índice estandarizado de sequía. Las estaciones seleccionadas se muestran en la tabla 6, todas ellas con información para el periodo 1961-2011, por lo que puede realizarse un análisis uniforme de los datos. En la misma tabla se muestran los resultados observados de tendencia del spi 12. Como puede observarse, la tendencia es mixta, con algunos casos en descenso de la precipitación, y otros en ascenso, por lo que en la región no se puede distinguir una clara tendencia de la precipitación, como sí ocurre en el caso de la cuenca del río Conchos.


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Figura 11. Índice de precipitación estandarizado de doce meses (spi 12) en estaciones seleccionadas en la cuenca baja del río Bravo.

En la figura 11 se muestra, gráficamente, la evolución de la precipitación en la zona en estudio, así como el promedio en las estaciones analizadas. Como puede observarse, no existe aún una tendencia clara, lo cual es consistente con lo esperado de los modelos de cambio climático, que indican que las mayores disminuciones en la precipitación ocurrirán en la zona central del norte de México y sur de Estados Unidos, donde se ubica la cuenca del río Conchos (ver figura 15).

Efectos del cambio climático Las tendencias previstas para el siglo xxi como resultado del cambio climático son pesimistas. En la figura 12 se observa que en la región de la cuenca del río Bravo se esperan disminuciones en la precipitación de alrededor de 10%. Por otra parte, son de esperarse también cambios en la humedad del suelo, lo que tendrá efectos en el medio ambiente, ganadería y agricultura como se muestra en la figura 13. El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (inecc) ha elaborado mapas con un mayor detalle en la República Mexicana, para los nuevos escenarios rcp. En las figuras 14 y 15 se muestran los mapas de anomalía de precipitación esperada para el final del siglo, para los escenarios rcp 6 y rcp 8.5.

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Figura 12. Cambio esperado en la precipitaciĂłn promedio en los escenarios rcp 2.6 (izquierda) y rcp 8.5 (derecha), para el periodo 2081-2100 respecto del periodo 1986-2005 (ipcc, 2013).

Figura 13. Cambio en la humedad del suelo promedio anual, en mm, proyectado al 2081-2100, relativo al periodo de referencia 1986-2005 (Collins y Reto, 2013).


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Figura 14. Cambios esperados en la precipitación al 2075-2099, en el escenario rcp 6 (inecc, 2016).

Figura 15. Cambios esperados en la precipitación al 2075-2099, en el escenario rcp 8.5 (inecc, 2016).

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En el escenario rcp 6 se esperarían disminuciones en la precipitación del orden de -10 a -20 %, mientras que en el escenario rcp 8.5, se esperarían disminuciones en la precipitación de entre -20 a -30%. Estos resultados son consistentes con los obtenidos antes con los escenarios sres. Aplicando un análisis multimodelo y downscaling, Rivas, Güitrón de los Reyes y Ballinas (2012) realizaron un análisis más detallado de la cuenca del río Conchos, y como resultado estiman que la disminución en la precipitación al final del siglo será de entre 15 y 21%, respecto de la registrada históricamente hasta el año 2009, como se muestra en la figura 16. El valor mostrado corresponde a la fracción en que disminuirá la precipitación. Es importante observar que el análisis multimodelo predice una menor disminución en las partes altas de la cuenca, y una mayor en la parte baja, hacia su confluencia con el río Bravo, y que estos resultados son consistentes con las tendencias observadas, que se han mostrado anteriormente. A la disminución en la precipitación le corresponderá una reducción en el escurrimiento y, por lo tanto, en la disponibilidad. Esta disminución será no lineal, típicamente será mayor que la correspondiente a la precipitación. Rivas et al. (2010) realizaron una evaluación para el río Conchos, empleando el denominado método indirecto y que se recomienda en la nom-011-cna-2015 (conagua, 2002) elaborada por la Comisión Nacional del Agua para calcular la disponibilidad del agua en cuencas de México. Para el mismo escenario A2, pronostican disminuciones en el escurrimiento de entre 23 y 27% hacia el final del siglo xxi, como se muestra en la figura 17.


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Figura 16. Disminución prevista en la precipitación en la cuenca del río Conchos, al final del siglo xxi, respecto de la precipitación histórica registrada hasta 2009, en el escenario A2 (Rivas, Güitron de los Reyes y Ballinas, 2010).

Figura 17. Cambios esperados en la disponibilidad natural en la cuenca del río Conchos hacia el final del siglo xxi, en el escenario A2 (Rivas, Güitron de los Reyes y Ballinas, 2010).

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Conclusiones La cuenca del río Conchos es la principal aportadora del sistema de ríos y arroyos que abastecen la parte media de la cuenca del río Bravo, tributarios en territorio mexicano, y que aportan volúmenes para el cumplimiento de los compromisos de México con Estados Unidos, conforme al tratado de distribución de aguas entre ambos países. Concretamente, la cuenca del río Conchos aporta alrededor del 87% de este volumen. La cuenca ha presentado históricamente una alta variabilidad climática con periodos recurrentes de sequías de diferente magnitud. No obstante, un análisis de tendencias de precipitación realizado con el índice estandarizado de precipitación muestra que, sobre todo a partir de la década de los noventa, la cuenca presenta una clara tendencia a la sequedad, mayor hacia su confluencia con el río Bravo, así como a una menor variabilidad climática. Estos resultados son consistentes con los previstos en los escenarios de cambio climático para la región y la cuenca, realizados en diversos estudios previos. Las consecuencias de esta tendencia climática en la cuenca sobre la disponibilidad para los diversos usos del agua en la cuenca y aguas abajo en el cauce del río Bravo son de gran relevancia para el futuro de la gestión del agua, así como para el cumplimiento del Tratado de Distribución de Aguas de 1944 entre Estados Unidos y México. La única solución viable será un uso integrado, eficiente y sustentable del agua en la cuenca, de lo contrario, son de prever mayores conflictos, entre usuarios y binacionales, ocasionados por una mayor escasez.


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Referencias Aparicio, F. J., Ortega, E., Hidalgo, J. y Aldama, A. (2009). Recursos Hídricos en la frontera norte. Jiutepec, Morelos : Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. Cerano-Paredes, J., Villanueva-Díaz J.D.; Mendez-González, J. y Constante V. (2011) Reconstructed droughts in the last 600 years for northeastern Mexico. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas (2), 235-249. Cerano-Paredes, J., Villanueva-Díaz, J., Arreola-Ávila, J., SanchezCohen, I., Valdez-Cepeda, R., García-Herrera, G. (2009).Reconstrucción de 350 años de precipitación para el suroeste de Chihuahua, México. Madera y Bosques, 15(2), 27-44. Chavez, O. E. (1999). The 1994-1995 drought, what did we learn from it?: The mexican perspective. Natural Resources Journal, 39, 35-60. Collins, M. y Knutti, R. (Coords.). (2013) Long-term climate change: projections, commitments and irreversibility. Chapter 12 of Climate Change 2013 ipcc Report. Cambridge University Press. conagua. (2002). Norma Oficial Mexicana nom-011-cna-2000. (pp. 2-18). México: Diario Oficial de la Federación. conagua. (2011). Acuerdo por el que se da a conocer el resultado de los estudios técnicos de la región hidrológica número 24 Bravo-Conchos. México: Diario Oficial de la Federación. conagua. (2012). Análisis espacial de las regiones más vulnerables ante sequías en México. Recuperado de http://www.conagua.gob. mx/conagua07/Publicaciones/Publicaciones/sequiasB.pdf conagua. (2013). Acuerdo por el que se actualiza la disponibilidad media anual de las aguas superficiales en la cuenca del río Bravo. (pp. 31-92). México: Diario Oficial de la Federación. conagua. (2014). Atlas del agua en México 2014. México: Comisión Nacional del Agua. conagua (2015). Estadísticas agrícolas de los distritos de riego 2013-2014. México: Subdirección General de Infraestructura Hidroagrícola. Cook, B. I., Smerdon, J. E., Seager, R. y Coats, S. (2014). Global warming and 21st century drying. Climate Dynamics, 43, 2607-2627. doi:10.1007/s00382-014-2075-y Dai, A. (2011). Drought under global warming: a review. Climate Change, 2(1), 46-65.

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