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Protección solar

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Bibliografía

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Figura 3.6. Altura del dintel de la ventana y profundidad de la zona iluminada.

sus propiedades más importantes, respecto a la iluminación natural y a las ganancias solares (ver sección: «Luz natural: fundamentos»).

• Transmitancia visible • Reflectancia visible • Color del vidriado • SHGC • Factor U

Mientras mayor sea la transmitancia visible, mayor será la cantidad de luz visible en el interior. Mientras menores sean los valores del coeficiente solar y el factor U, menor será la ganancia de calor al interior de los edificios.

Las ventanas de los edificios deben contar con dispositivos adecuados de control solar para satisfacer las necesidades de los ocupantes. Estos dispositivos deben bloquear la luz solar directa para evitar el deslumbramiento y el sobrecalentamiento, pero no deben limitar en su tota-

Figura 3.7. Recomendaciones sobre el uso de protecciones solares en ventanas del hemisferio norte. Según la latitud, se pueden requerir parasoles verticales para evitar el deslumbramiento.

Consultar la versión a color en anexo 4.

lidad la admisión de la luz natural pues esto incrementaría considerablemente el uso de la iluminación artificial. Las distintas fachadas de una edificación deben ser tratadas particularmente para satisfacer las necesidades de protección solar en los acristalamientos (figura 3.7):

• Sur. En latitudes al norte, esta fachada recibe radiación solar durante la mayor parte del día, sobre todo durante los meses de invierno, que es cuando el Sol se encuentra más bajo con respecto al cenit por lo que alcanzará una mayor profundidad de penetración a través de los acristalamientos. Es recomendable utilizar protecciones solares horizontales como voladizos y estantes de luz. El dimensionamiento de estos elementos puede realizarse mediante cartas solares específicas de las latitudes de estudio (figura 3.8).

Figura 3.8. Dimensionamiento de voladizo para una fachada sur, según el ángulo solar en temporada de sobrecalentamiento.

Consultar la versión a color en anexo 4.

Figura 3.9. Protección solar vertical exterior para orientación este y oeste.

Consultar la versión a color en anexo 4.

• Este y oeste. Estas fachadas se caracterizan por recibir radiación solar durante las mañanas y las tardes, respectivamente, tanto en invierno como en verano. Debido a los ángulos bajos del sol durante los horarios del amanecer y del atardecer, estas fachadas pueden generar sobrecalentamiento si no son protegidas. Para controlar la incidencia solar, se recomienda

utilizar parasoles verticales exteriores, o parasoles combinados (vertical-horizontal) hacia el este, oeste, sureste y suroeste (figura 3.9). No se recomiendan protecciones horizontales debido a los ángulos cercanos a 0°. • Norte. En latitudes en el hemisferio norte, esta fachada generalmente no recibe radiación solar en forma directa durante gran parte del año. En la latitud 19°, por ejemplo, únicamente se recibe en verano, durante ciertas horas cercanas al amanecer y al atardecer. El resto del año, la iluminación natural que provee esta orientación es principalmente difusa. Por tanto, no se requiere protección solar, pero se recomienda no exceder el área acristalada para evitar las pérdidas de calor durante el invierno. Según la latitud al norte, se pueden requerir parasoles verticales para evitar el deslumbramiento.

Existen diferentes tipos de protecciones solares, algunas pueden ser fijas, otras móviles. En el primer caso, son efectivas contra la radiación solar durante el verano permitiendo reducir las cargas de enfriamiento (figura 3.10). En el segundo, su dinamismo permite adaptarlas a las condiciones variantes del ambiente, permitiendo controlar las ganancias térmicas, proteger contra el deslumbramiento y redirigirla luz natural, según la época y hora del año (figura 3.11).

La vegetación es otro elemento de control solar que no debe pasarse por alto, al contrario, es altamente recomendable. Cuando es caducifolia, ella puede ser efectiva como elemento de protección solar, produciendo sombra en verano y dejando pasar la luz solar en invierno. Según la especie, puede permitir las visuales al exterior. Además, refrigera el ambiente y el aire que ingresa al espacio interior (figura 3.12).

La protección solar en elementos opacos de los edificios también es recomendable para evitar el sobrecalentamiento del espacio interior, especialmente en los muros de estructura liviana. Es posible disminuir las ganancias de calor a través de los muros opacos por medio de cámaras ventiladas exteriores o mediante la implementación de aislantes térmicos. La ventilación será de gran relevancia para evitar el sobrecalentamiento.

Figura 3.10. Elementos de protección solar fijos [102].

Figura 3.11. Elementos de protección solar móviles [102].

Figura 3.12. Vegetación como protección solar.

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