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La performatividad de los límites del espacio público
Sin embargo, la inserción urbana de un espacio público también puede ser un factor de atracción para la apropiación y el uso del lugar. En el caso del parque, éste se ubica al borde del lago de Maracaibo, lo que lo convierte en uno de los elementos más significativos que tiene este espacio para los usuarios y le otorga un valor simbólico. Para los habitantes de la ciudad y del estado Zulia, el parque ofrece una de las pocas posibilidades de estar en contacto con el lago.
Por otra parte, la configuración espacial del parque facilita la aparición y consolidación de prácticas de apropiación y de uso asociadas a determinados grupos sociales, lo que por un lado, refuerza la identidad del grupo social, y por el otro, comienza a construir lecturas diferentes de un mismo espacio público. Es un lugar donde la apropiación y el uso del espacio por parte de los diferentes grupos sociales se manifiestan de forma segmentada en espacio y tiempo.
En este espacio público, el tiempo constituye una variable que permite explicar no sólo los cambios en las modalidades de apropiaciones y usos del espacio, sino también la lectura que se realiza de este espacio según el día y la hora en que se habite, ya que, en determinados momentos, estas prácticas y usos, que cotidianamente existen separados, se superponen intentando coexistir. Esta coexistencia es posible, aunque no ausente de conflictos, porque el espacio físico se transforma en un espacio-acontecimiento.
Este trabajo revela la existencia de límites en el espacio público y la cualidad performativa de éstos, entendiendo esta cualidad como la capacidad de un lugar de transformarse a partir de las acciones y los acontecimientos que tienen lugar en él.
El significado de qué es público y para quién es público un lugar, se reescribe constantemente en espacio y tiempo. En consecuencia, para un mismo espacio público, hay significados diversos que se manifiestan en las prácticas de apropiación y uso, que llevan a elaborar tácticas de evasión, interacción o confrontación, ante situaciones que
atentan contra lo socialmente correcto. Las personas en el espacio público evitan el conflicto, a la espera de que éste sea resuelto por la autoridad del espacio público.
Lo público es una condición temporal del espacio físico. Por consiguiente, los límites que se instauran a partir de las modalidades de apropiación y de uso del espacio, son temporales. El espacio público, como hecho formal y físico vinculado a la ciudad, se fortalece en la medida que garantice la accesibilidad peatonal y vehicular para todos los grupos sociales, y que su configuración físico-espacial, así como sus elementos arquitectónicos y naturales, proporcionen una legibilidad del orden socio-espacial inscrito en el espacio, lo que facilita su apropiación y uso adecuado de acuerdo a las reglas que cohabitan en el espacio, al tiempo que les permite el establecimiento de un nuevo orden.
De aquí que las prácticas de apropiación y de uso de los diferentes grupos sociales en el espacio público, sea el resultado de la percepción que sobre el espacio poseen, lo cual está relacionado con la significación que le otorgan a estas prácticas y usos, modificándose éstos en relación con el contexto en el que se llevan a cabo. Ahora bien, las cualidades físico-espaciales de un espacio público establecen usos posibles en el espacio, que construyen el significado de éste, mas son las prácticas de apropiación y de uso las que transforman este significado.
El espacio púbico posee una estructura que orienta los comportamientos de las personas en él, sin embargo, su carácter público ofrece la posibilidad de transgredir dicha estructura.
En este sentido, el carácter no público del espacio público, es decir, la existencia de límites tangibles e intangibles para la apropiación y el uso del espacio, no es una realidad manifiesta en el espacio público para ciertos grupos sociales ni para la autoridad del espacio. Se asume que por su condición jurídica de bien público para el uso público de toda la población, no existe exclusión. Se considera que el permitir el acceso a todos ya es condición garante del carácter público del espacio. Sin embargo, el permitir entrar no es garantía del ejercicio del derecho a habitar el espacio, primero se debe conseguir estar en el lugar. Asimismo, el establecimiento de normas y políticas de uso en el espacio, es considerado conveniente para el mantenimiento del orden
social y la armonía en los espacios públicos, siendo en algunos casos, acciones excluyentes disfrazadas. Se concibe al espacio público como:
[…] ese espacio modélico [donde] no se prevé la posibilidad de que haga acto de presencia el conflicto, puesto que se contempla en él la realización de la utopía de una superación absoluta de las diferencias de clase y las contradicciones sociales por la vía de la aceptación común de un «saber comportarse» que iguala (Delgado, 18).
Por otro lado, al reflexionar sobre el significado de lo público y sus límites, es necesario referirnos a la imagen de lo público. Las entrevistas y los dibujos realizados por los usuarios, permitieron conocer las imágenes que poseen de estos espacios públicos. A través de sus palabras y dibujos, no sólo expresaron las cualidades y debilidades que estos lugares poseen, relacionadas con su diseño y ubicación en la trama de la ciudad, sino que manifestaron la materialidad del espacio. Así como, los límites —no de forma consciente— que ellos construyen en el espacio público y hacia el otro, el extraño. En consecuencia, los límites de lo público trascienden los límites físicos del espacio público para acompañar al sujeto a donde éste vaya. Entonces, cabe preguntar, ¿cómo el diseño del espacio público y los elementos (arquitectónicos y naturales) presentes en él, son capaces de modificar o trascender estos límites personales, en algunos casos de naturaleza colectiva? Las personas en los espacios públicos encarnan y hacen visibles modos de pensar, hacer y utilizar lo público, condicionados por lo que se sabe, se conoce y cómo se vive el espacio urbano, vinculadas al género, a la edad y al nivel socioeconómico de las personas, aspectos éstos que se evidencian en la valoración que se le concede a los elementos físicos y naturales presentes en el espacio público. El significado de lo público se construye desde su vivencia cotidiana y desde sus ámbitos de vida (privada y pública), desde sus carencias y anhelos. La idea que tienen las personas sobre lo que es un espacio público, no es siempre vinculante con sus modalidades de apropiación y de uso