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SEBASTIÁN
Su pasión por la geometría y las matemáticas lo llevó a crear un lenguaje lleno de elementos científicos para plasmarlos en sus esculturas definidas como un poema plástico.
Sebastián es originario de Camargo, Chihuahua, y se refiere a su lugar de nacimiento como una cuna que le brindó el origen artístico, pues es la misma tierra que trajo al mundo al maestro David Alfaro Siqueiros.
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“La influencia en la colorimetría que utilizo la tengo arraigada en los paisajes que vi desde pequeño; la luz, la cultura del sol y los cerros, pues a pesar de ser un terreno semidesértico, siempre hubo mucho verde y tonos diversos”, afirma el reconocido escultor.
Inició sus estudios en la pintura y una experiencia desafortunada en la adolescencia lo llevó a explorar la escultura. En palabras del artista: “Estaba en clase y el maestro me pedía más color, yo no entendía por qué, pues usaba una amplia gama de tonos. Lo fundamental en la pintura es el color y como escultor lo más importante es el volumen en el espacio; me enfocaba en ello y el maestro borró mi cuadro con aguarrás, era un autorretrato. Eso no lo resistí, pude haberle dicho muchas cosas agresivas, sin embargo, me serené, tomé mi cuadro, colores y bastidor para dirigirme al salón de escultura. Desde ese día me volví escultor”.
De manera casual, Sebastián continuó pintando, no para obtener una calificación, sino solo por el estrecho lazo que tiene con el color. Un día, hace 25 años, fue invitado a una bienal en Osaka, Japón, su cuadro ganó en dos ocasiones la exposición de arte.
La trayectoria de Sebastián abarca todas las disciplinas en las que la geometría está presente y, por medio de ellas, el creador plasma su vocación constructiva. Desde la arquitectura, pintura, diseño de ropa, industrial, de mobiliario y hasta de joyería, Sebastián imprime su lenguaje distintivo, siguiendo las reglas que necesita cada materia en cuestión.
¿CÓMO FUE EL INICIO DE TU CARRERA PLÁSTICA?
Inmediatamente de finalizar la licenciatura en la academia de San Carlos, impartí clases en la escuela de arquitectura, en la clase de Mathias Goeritz, del que fui su asistente por 22 años. Esta oportunidad me conectó con los más famosos de la época.
¿REFLEJAS TU VIDA EN LAS ESCULTURAS?
Sí, aunque no en el sentido humano. Fundamentalmente, la obra ya realizada tiene un sentido escultórico vital de fortaleza y de expresión.
¿CUÁLES SON LOS PRÓXIMOS PROYECTOS?
Al ser obra monumental pueden llegar 20 proyectos, pero termino escogiendo tres o cuatro. Hoy traigo en puerta algo en San Luis Potosí y otro en Albania.
¿CÓMO SON TUS COLABORACIONES CON DISTINTAS FIRMAS?
Ahora realicé una que me gustó y emocionó mucho con tequila Patrón. Consideré la fuerza y energía de la tierra y el trabajo del jimador que, al extraer la planta, transforma esa energía. Las piñas cortadas son una belleza que pude plasmar –desde su creación, con el hoyo negro, hasta los colores de sus pencas en movimiento– vista desde arriba.
La Tincan de tequila Patrón es una intervención del escultor Sebastián donde plasmó su técnica llena de geometría y color, evocando a una planta de agave con sus pencas en movimiento; al centro la piña cortada como alegoría del hoyo negro y la creación del cosmos.
Sebastián es un artista independiente. En 1997 creó la Fundación Sebastián A.C., para la gestión, promoción y difusión de su trabajo en exposiciones nacionales e internacionales que brindan cabida a proyectos y propuestas emergentes de enorme calidad. El organismo está en un centro cultural de dos niveles, con sala de exhibición, una explanada para usos múltiples, un foro que alberga expresiones teatrales, dancísticas, arte circense y más. En la tercera planta se ubica el pabellón Mathias Goeritz.