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ViVir del escándalo

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HOMENAJE A MAMÁ

HOMENAJE A MAMÁ

El entretenimiento está en constante cambio, no tiene nada que ver con los personajes involucrados, sino con una sociedad que constantemente cambia, pero también es más morbosa. Finalmente lo que busca la figura pública en la televisión es la aceptación del público y ser visto, es decir, se convierte en un entretenedor.

Y esto lo saben perfectamente bien los llamados influencers hoy en día, quienes presentan aparentemente su vida cotidiana en redes sociales, pero sólo es un pedazo sujeto a interpretación, y este pedazo de la realidad se convierte en un reality show.

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En un mundo donde buscamos validación a través de las redes sociales se puede convertir en un juego muy peligroso, ya que es una realidad donde no hay límites ni es crúpulos con el fin de tener Lo que no hemos querido dar nos cuenta es que somos noso tros como público quien elige ver los contenidos y engrandecer a quien, muchas veces, decimos que nos nos gusta. Hoy por hoy, al democrati zarse la opinión pública en los comentarios, el público se ha subido al escenario y es parte del show, siendo los influencers parte de los medios de comunica ción y de la industria del entrete nimiento. Estos influencers reflejo de nuestras aspiraciones y estilos de vida, de cómo queremos vernos, de cómo queremos sentir nos y, sobre todo, de dónde estamos parados como sociedad, incluso cul turalmente y también del nivel de violencia que estamos viviendo.

Yeri Mua

hoy por hoy es una de las más importantes creadoras de contenido en redes sociales y también de las más polémicas, y es que las plataformas no son para los bien portados ni para los tibios, sino que para aquellos que abren la conversación, ya sea de amor o de odio; finalmente, todas son impresiones, un comentario positivo o negativo, y parece que yeri mua lo sabe y lo sabe muy bien. inició su contenido muy suave, sólo de maquillaje, y terminó dando un giro de 180 grados para hacerse muy viral gracias a que empezó a hablar de su vida privada, haciéndola pública, lo que resulta el perfecto ejemplo de un reality show llevado a Facebook por temporadas, primero con el llamado “paponas”, después con Aaron mercury y ahora con y regresa. Por otro lado, se ha ca racterizado por no tenerle miedo a la opinión pública y hacerla enojar con el fin de generar emociones, y esas emociones generan com partidos y esos comparti dos monetización. Así que en este juego lo importan te es que te vean y que te escuchen.

RICARDO O’FARRILL

A pesar de estar muy bien posicionado dentro del mundo de la comida en México, se hizo famoso y conocido por el standup y la comedia, llegando a un público nuevo. Ricardo abrió la caja de Pandora al hablar de sus colegas, con lo que nos hizo desconfiar de ellos.

Hay gente que sabe hacer escándalo y que no le interesa la validación positiva, por ejemplo Adrian Marcelo que en la era de la cancelación ha demostrado que no le interesa quedar bien, pero sí provocar y generar reacciones, que es parte del personaje que se ha creado, y lo mismo le da pelearse con un luchador de cara roja que con una mujer como Herly o burlarse de Ricardo O’Farrill, generando muchos comentarios negativos, pero millones de visitas a sus videos.

Conclusi N

Es por eso que surge la pregunta: ¿Ellos están mal? No, al contrario, están en su derecho de pensar y hacer lo que quieran, al fin que el escándalo dura unas horas o días en lo que surge otro que borrará memorias para darle cabida a la memoria a corto plazo que muchas veces tenemos como sociedad.

Mona Y Geros

, cuyos nombres reales son Marisol y Gerónimo, lograron conectar por polémicos y auténticos, reconociendo sus debilidades y de alguna forma nos cuentan una historia de superación económica, generando empatía y el efecto espejo, incluso dándonos esa confianza que O’Farrill nos quitó de otros influencers

En el mundo libre en el que vivimos podemos observar lo que queremos, y si no nos gusta, podemos no verlo, pero si decimos que no nos gustan y los seguimos viendo, la incongruencia no es de ellos, es de nosotros.

Tú, ¿qué opinas?

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