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FUE MANO LARGA Y SE CASÓ ¡OCHO VECES!

Hasta ahora, nadie como él para lanzar sobre el escenario un rosario de chistes para adultos plagados de leperadas, doble sentido y lenguaje explícito. En 51 años de carrera, Polo Polo (León, Guanajuato, 9 de marzo de 1944) popularizó un estilo de standupque, además de permitirle retacar centros nocturnos de todo el país y Estados Unidos, le llevó a grabar sus historias en discos, y que los casetes (formato en auge durante los 70 y 80) fueran los más “pirateados”. Vaya, tiempo después los hicieron en dibujos animados. Esto además de promoverlo como actor de comedia en el filme Lalecheríade Zacarías(1987), de Víctor Ugalde, y posteriormente en programas de televisión. Pese a que por el contenido de sus rutinas lo llegaron a tachar de misógino y homofóbico, (etiquetas que, conjugadas con persistentes rumores de censura, hacían presuponer que su carrera no duraría mucho), el año pasado celebró medio siglo de trayectoria, empatada con una vida marcada por sucesos trágicos en los que perdió a sus padres y a Eugenio, su único hermano, en poco tiempo. “Me quedé huérfano de la noche a la mañana”, platicaba.

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“NUNCA ME LE HE DECLARADO A UNA MUJER; NADA MÁS EMPIEZO A AGARRAR Y YA”

Pertenecer a una dinastía dedicada a la industria del calzado determinó su destino; entrenado por su padre, Antonio García

Peláez, para atender zapaterías de su propiedad desde los 11 años, y luego de estar un tiempo en Estados Unidos para aprender inglés, un día de 1972 le asignaron un local en la CDMX; enfrente había un café: D’Angelus, a cuyos propietarios solicitó la oportunidad de subir al escenario; ahí no sólo descubrió la vocación que desde niño manifestaba con los chistes que aprendía de sus amigos o que él creaba de sus propias vivencias, también sus dotes de conquistador.

“En la zapatería había mujeres muy guapas, y como yo era el hijo del dueño, me daban mis besitos, me arrimaban sus cosas”, se jactaba el comediante, cuya confesada afición a hacer el amor le permitió acumular ocho matrimonios echando mano de una técnica muy peculiar: “Nunca me le he declarado a una mujer; nada más empiezo a agarrar y ya. Lo demás es lo de menos. Siempre fui ojo alegre, anduve también con todas las muchachas que trabajaban en mi casa. Ninguna me ha hecho llorar, pero yo a ellas sí, y mucho. Nunca les llegué por el lado de las bromas, ni era tan caballeroso; sólo les decía: “Ya te toca (risas)”.

“SI TUVIERA QUE RENACER, QUISIERA SER MENOS MUJERIEGO”

Leopoldo Roberto García Peláez Benítez murió la madrugada del lunes 23 de enero en su casa, víctima de demencia vascular (padecimiento que frenaba notablemente sus reacciones cerebrales y movimientos corporales).

Eso le obligó a abandonar de golpe su carrera, justo cuando realizaba una gira del adiós em prendida en 2016, y 10 años después de que, en 2013, en entrevista con Adela Micha, hizo referencia a la muerte y a su última voluntad: “No me gustaría estar en mi muerte. Quisiera vivir otros 10 añitos, porque me la paso de masiado bien. Si tuviera que renacer, quisie ra ser exactamente igual, quizá menos mujeriego”, dijo Polo Polo, quien pro creó dos hijos: Adriana y Polo.

“No quiero morirme. La muer te no es algo que me gusta, pero tampoco hay remedio, no se puede cambiar”, dijo a TVyNovelas en 2011 el come diante, uno de cuyos máxi mos anhelos fue hacer su biografía. “Lo de escribir un libro es un sueño guajiro, no es nada sencillo hacerlo. Quiero que tenga la crónica de mi trabajo, de mi vida, y sobre todo que esté enmarcada de puros chistes. Está cañón, pero lo voy a lograr. Es que he sido y soy exageradamente tímido. El cuate que está arriba del esce nario no soy yo. Quizá sea un alma que se me mete”.

Descanse en paz.

Ninguna mujer me ha hecho llorar;

As Lo Despidieron

En privacidad absoluta se llevó a cabo su funeral, en un velatorio de la CDMX. Familiares y amigos se dieron cita ahí para despedirlo. Sus hijos Paul y Adriana recibieron las condolencias de algunas figuras del medio artístico, antes de que el cuerpo de Polo Polo fuera incinerado y sus cenizas llevadas a León, Guanajuato.

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