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para teNer hijos!”
porque ya estaba en una relación, casada, pensé que era momento de tener un hijo, tenía 41 años y fui a Nueva York con un doctor que me recomendó una actriz, pero me dijo que yo ya no estaba ovulando, ahí me enteré de cosas que estoy segura de que muchas mujeres no saben, y es que tu reserva ovárica termina a cierta edad, de acuerdo al momento en que comenzaste el periodo; yo empecé a los 11, por eso la reserva se terminó antes. Entonces, ninguno de los dos ovarios tenía folículos, me dieron pastillas durante tres meses para ver si podía ovular y fue un martirio, con todo y que fue una cosa leve, porque tenía que estarme sacando… Total, ¡yo ya no tenía óvulos!, pero en Estados Unidos me podían donar uno, buscaban una chica que se pareciera a mí, con mis rasgos, hacían el embrión y me lo ponían; yo no sabía nada de eso porque no me había interesado, pero decidí que no, porque se me hacía una porquería. Es una mezcolanza de donadores, gente que regala los embriones, que presta los ovarios, la matriz… Ya está tan comercializado que se perdió esto hermoso del instinto”.
“¡TENÍA UN RACIMO DE MIOMAS!”
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Pero si en algo estaba clara Mara Patricia, es que la maternidad no es para todas las mujeres, así lo refiere: “No todas tenemos el instinto de ser mamá, yo no lo tuve cuando podía ni cuando tenía la edad. Al poco tiempo de decir que no, empecé con problemas de miomas, ya era un racimo en la matriz, me la tuvieron que quitar porque de lo contrario me volvería anémica. Entonces, cuando me estaban poniendo la anestesia, comencé a llorar; la anestesióloga me dijo que mejor me ponía a dormir porque no paraba de llorar. Ahí entendí que se estaba cerrando un capítulo en mi vida, y lo que piense, opine o diga la sociedad, me tiene sin cuidado, porque la que iba a mantener a ese bebé iba a ser yo. Ahora veo que los jóvenes son los que no quieren tener hijos: mi sobrina tiene 23 años y no quiere hijos; el hijo de Iván tiene 26 y tampoco quiere”.
“VIVÍAMOS EN PECADO, PERO YA LO LEGALIZAMOS”
El pasado 30 de abril, Mara Patricia cumplió un año de casada con el empresario mexicano Iván Martínez Urbina y lo celebraron de una manera muy especial, así lo cuenta a TVyNovelas: “Me llevó a cenar al primer lugar donde cenamos, en una cantina de Antara, después pasamos un momentito al lugar en el que Iván era gerente, estuvimos ahí como chavorrucos recordando nuestra relación. Es que ya llevamos seis años juntos y uno de casados; vivíamos en pecado, pero ya lo legalizamos”. Sobre la experiencia de este tiempo de convivencia, afirma que se han soltado un poco más, “diría que nos amamos más, reconocemos más el amor, los detalles, las sonrisas, los abrazos… ha cambiado para bonito. Somos una familia, Iván tiene dos hijos y una hija, que es Fresita (su perrita). El Día de las Madres me hizo una tarjeta que decía: ‘Felicidades, mamá’, de parte de Fresita, la abrí y tenía escrito: ‘Eres la mejor mamá del mundo, te amo mucho’, con la letra de Iván y la huella de Fresa. O sea que la anduvieron persiguiendo por toda la casa para hacerlo posible; esos detalles de mi esposo los valoro mucho”.
Para la conductora del programa de YouTube En casa de Mara, “la figura masculina siempre ha estado presente en mi vida y de la mejor manera; mi padre murió cuando yo tenía 19 años, además de guapo era muy simpático, no decía groserías, quien las decía era mi mamá, y siempre fue un hombre que le indicó a mi hermano que a cualquier mujer, así sea una señora de la calle, había que abrirle la puerta del coche y atenderla como se merece porque es mujer. Mi padre trataba muy bonito a mi mamá, entonces fue una figura de soporte para nosotras; él decía que no importaba si nos enamorábamos de un albañil o de un obrero, mientras nos amara y nos respetara. Nunca nos enseñó a que buscáramos un millonario para que nos mantuviera, para él lo primero era el respeto y el amor, pedía que no nos casáramos pensando en la fiesta, porque eso se iba, lo importante era el amor, la necesidad de oler a la persona que tenemos al lado; iba más allá del enamoramiento y la pasión, porque eso se acaba. Así crecimos”.
Ya formó una familia. Su esposo tiene dos hijos, y su perrita Fresa es como su bebé.
Esta mujer que ha sido una referencia en el periodismo de espectáculos, se confiesa más feliz que nunca. “Para mí, en este momento tengo una presencia masculina, pero no por soledad, porque prefiero estar solita que mal acompañada. Estoy en pareja porque estoy muy enamorada, porque a esta edad el amor se ve de otra manera, porque es un compromiso de vida como el que me hubiera gustado tener siempre; es un disfrute tener un compañero con quien platicar, con quien salir a caminar, con quien compartir hasta la comida, la almohada. Es muy bonito el amor, y no se cierren a tenerlo, porque esa es una paz, una tranquilidad, que cuando llegas a tu casa después de tanto y tanto, te dan un abrazo, ahí te das cuenta de que valió la pena”.
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