DISCURSO DE DESPEDIDA COMO VICERRECTORA DE BELÉN UROSA
Rvdo.
P.
Vicegrancanciller,
Excelentísimo
Rector
Magnífico,
excelentísimas e ilustrísimas autoridades académicas, profesores, personal de administración y servicios, alumnos... Es difícil despedirse después de un mes de dejar mi puesto como vicerrectora, en estos momentos es cuando realmente puedes entender
un poco a Einstein y su teoría de la relatividad, parece que fue ayer y al mismo tiempo es como si hubieran pasado años desde que dejé este cargo. El pasar del tiempo también ayuda a objetivar la experiencia y a eliminar la carga emocional sobre los acontecimientos vividos y por tanto a valorar los buenos momentos y las metas conseguidas y a quitar dramatismo a las insatisfacciones por los errores cometidos o por los objetivos no alcanzados. Reflexionando sobre estos cuatro años de servicio, quizás desde la distancia espacio-temporal en que actualmente me encuentro, la primera conclusión a la que he llegado es que este tiempo en el vicerrectorado
me
ha
enriquecido
tanto
profesional
como
personalmente. Gracias a la oportunidad que me dio el Rector, en este momento conozco mucho más la variada potencialidad de nuestra universidad. He aprendido a entender a fondo y a apreciar las diferentes facultades y escuelas, con sus diversas culturas, sus particularidades, sus
fortalezas
diferenciales,
sus
acentos
comunes
y
su
complementariedad. Este cargo me ha permitido relacionarme con profesionales de la universidad de alta competencia tanto en el orden académico como en los Servicios, con sus gestores y sobre todo con sus
profesores y alumnos. Quizás sea de esto de lo que más orgullosa me siento, nunca en tan poco tiempo pude llegar a más personas, sentirme compañera de tantos y sentir el aprecio de muchos. Es todo un
privilegio que el ejercicio del cargo proporciona y estoy segura de que mi sucesor en el mismo también lo sabrá aprovechar. Como he dicho al principio, el tiempo lo relativiza todo y los momentos malos y duros (que como es lógico también ha habido) se van quedando
en el olvido. Ahora es momento de recordar los buenos y sobre todo de
agradecer a todas las personas que han sido responsables de que existieran. En primer lugar quisiera agradecer al Rector la confianza que depositó en mi al nombrarme Vicerrectora, espero haber cubierto dignamente sus expectativas y no haberle defraudado. A mis compañeros vicerrectores Ángela Jiménez, Cristina Gortazar y
Cecilio Moral y a las dos secretarias generales Rosa de Couto y Ana Soler con los que he trabajado estrechamente durante estos años, gracias por el trabajo común, por vuestra compañía y amistad. A Patricia González y a Domi Merino porque con su estilo personal y su competencia me han ayudado a abordar el trabajo en los frentes que se abrían cada día, sin ellas el caos se hubiera apoderado de mi agenda, son un ejemplo de absoluta colaboración inter-sedes. Quisiera agradecer al Servicio de Recursos Humanos y en particular a su actual director Roberto Rodrígues, su profesionalidad y su entrega. Siempre respondieron en un tiempo record a mis demandas. La compleja y delicada tarea de gestionar uno de los bienes más valiosos que posee la universidad: su profesorado fue más sencilla gracias a ellos, que me ayudaron a transmitir y formar en esta cultura a los responsables académicos. Al Servicio de Tecnologías de la Información y la Comunicación liderado por Valerio Casero, su trabajo en el desarrollo del Sistema Integrado de Información, en el de gestión del PDI, en el de gestión de becas y en el Portal de Recursos ha hecho que la universidad cuente con herramientas fundamentales para poder llevar a cabo una adecuada gestión.
A la Oficina de becas y a todos los que han pasado por ella en este tiempo, desde la excelente labor del Padre Juan Aguirre, hasta el
siempre eficaz trabajo de José Luis Marcos, la sensibilidad de todos ellos hace que este servicio, a favor de la justicia social, sea una de las señas de identidad de nuestra institución.
Gracias a la Oficina de Calidad y en especial a su director Juan Pedro Montañés, su labor por la mejora continua de la universidad ha sido totalmente imprescindible para llevar a cabo los procesos, no siempre apreciados pero totalmente necesarios, de evaluación interna y externa del profesorado y de sus titulaciones. Fueron un apoyo fundamental en
la elaboración de nuestro proyecto europeo y los responsables de que una gran parte de la comunidad universitaria sea consciente de los cambios a los que tendremos que dar respuesta en un futuro inmediato.
Agradezco al ICE y en particular a su directora Rosa Salas que, junto con los profesores del departamento de educación, han hecho posible que un porcentaje elevado de los profesores conozcan los elementos fundamentales del Espacio Europeo de Educación y hayan emprendido ya procesos de innovación en sus metodologías didácticas. Gracias por aceptar y responder siempre a mis propuestas a pesar de la sobrecarga de trabajo que ha supuesto para ellos. Al Instituto de Idiomas Modernos, en especial a Marcella Chartrand que supo resolver el complejo puzzle de asignaturas y profesores de idiomas con total acierto. A las diferentes autoridades académicas. A los decanos de las facultades y directores de las escuelas con los que tan estrechamente he trabajado, por su entrega y su preocupación por hacer una universidad mejor. De ellos y de sus equipos de dirección he aprendido a conocer y valorar las distintas identidades de sus centros y a reforzar mi creencia en que los
elementos que tenemos en común son los realmente esenciales, la sólida unión respetando la diversidad es la mayor riqueza de nuestra universidad. Gracias a los directores de departamento, soy la responsable de que
hayan tenido que asumir en sus cargos más responsabilidades, les agradezco su disponibilidad continua para formarse y liderar los cambios. Agradezco de forma especial a todos los profesores su compromiso con el trabajo bien realizado en facetas no siempre fácilmente compatibles
de docencia, investigación y gestión, su esfuerzo y sus resultados han
sido mi mejor recompensa. Y a los alumnos, cuya faceta más amarga he vivido en el vicerrectorado, porque siempre me seguirán enseñando desde las situaciones más extremas. Y por último, aunque no estén presentes en este acto, quiero agradecer a mi familia su incondicional apoyo, a mis hijas y a mi marido que han sufrido las consecuencias de mi servicio y entrega a la universidad, gracias y sobre todo perdón por mis ausencias.
Como ves Antonio el trabajo está asegurado, pero las compensaciones merecen
la
pena.
Dispones
de
los
mejores
profesionales
para
enfrentarte a los nuevos retos que se nos avecinen. Tienes cualidades y competencias más que sobradas que te llevaran con toda seguridad al éxito en el cargo que ahora asumes. Ánimo y suerte porque el trabajo es apasionante. Gracias de nuevo a todos y perdón por los errores que haya cometido durante el desempeño de este cargo que ahora dejo.