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5 materiales tóxicos de uso doméstico y potencialmente cancerígenos La industria química lleva haciendo un enorme experimento con la salud de la gente desde hace por lo menos un siglo, y aunque los efectos y consecuencias legales para las compañías –debido a posteriores pruebas de irresponsabilidad corporativa así como evidencias científicas de daños a la salud– lleguen con años de retraso, el mal para muchos ya está hecho y es irreversible. El Centro para el Control de Enfermedades (Center for Disease Control, o CDC por sus siglas en inglés) ha monitoreado durante varios años más de 151 químicos potencialmente dañinos para la salud, muchos de los cuales ya se encuentran alojados en nuestros huesos, músculos, sangre y grasa. Lo que es bueno para las industrias químicas no necesariamente es bueno para los humanos –y tengamos por seguro que harán todo lo posible por encubrir los peligros y desviar la atención. Entérate de algunas de las sustancias aparentemente inocuas que podrían dañar grandemente tu salud (incluso mientras lees estas líneas) sin que lo sepas. 1. Plomo Hoy en día las compañías de pintura promocionan como una ventaja competitiva el que sus productos no contengan este metal – Pero hace menos de un siglo el plomo era un material utilizado en toda clase de productos, desde pintura para juguetes (pensemos en el clásico “soldadi-

3. Formaldehído Un químico utilizado por las funerarias como preservativo de los cuerpos también es usado como fungicida, germicida y desinfectante, además de to de plomo”), muebles y carpintería ser parte integral de la fibras de media en general. Los obreros que trabaja- densidad y resinas de melamina utilizaron en plantas de pigmentos, baterías das en muebles para oficina y hogar. y minas de plomo sufrieron terrible- Con el tiempo, el material se evapora, mente luego de exponerse al polvo diseminando un vapor invisible, inoloro de plomo en el aire dentro de sus y altamente tóxico. El Centro Nacional ambientes de trabajo. del Cáncer y los Institutos Nacionales de Pero durante los años 50, la industria Salud de Estados Unidos recomiendan a del plomo hizo todo lo posible para los consumidores de este tipo de muecubrir esta información. Publicaron bles (que incluyen restiradores, escritoinformes falsos sobre los efectos del rios, libreros y otros) preguntar por el plomo en la salud, incluso afirmando contenido de formaldehído en los que era seguro utilizarlo en la productos que compren. pintura, gasolina, herramientas de 4. Materiales ignífugos (retardantes de plomería, juguetes, pelotas de fuego) beisbol y arreos de pesca. Hoy en Los recubrimientos químicos para día, muchas casas viejas pintadas prevenir incendios en sofás, sillas, con plomo siguen envenenando a alfombras, cortinas, productos para sus habitantes silenciosamente. bebés y otros enseres domésticos pareEn 1971 el Congreso de Estados cieron una buena idea a principios de los Unidos aprobó una ley para limitar 70 cuando fueron introducidos al mercael uso de plomo en la industria de la do. Pero con los años, los científicos han pintura, y en 1978 se prohibió el uso descubierto que materiales ignífugos de de este material en todas las pinturas uso común como los bifenilos polibrode venta al consumidor. Desde 1980 mados y los éteres difenílicos tienen una el plomo comenzó a ser eliminado serie de consecuencias indeseables para de las gasolinas comerciales, aunque la salud, incluyendo (pero no limitado a) aún se utiliza en el combustible para problemas en la tiroides, problemas de aviones. memoria y aprendizaje, IQ bajo así como retraso en el desarrollo físico y 2. Bifenilos policlorados (PCBs) cognitivo en niños. Tal vez el nombre no te sea muy 5. Teflon familiar, pero esta sustancia cancerí- Un material de cocina sin el que nuesgena (a la vez que sus primos, los tros sartenes y ollas requerirían el uso de hidrocarburos clorados, incluyendo aceites para cocinar también es potenel DDT y otros pesticidas) fueron de cialmente nocivo. El ácido perfluoroocuso corriente entre los 50 y 70 del tánico, el recubrimiento de placas siglo pasado. Aunque hoy están antiadherentes que vuelve los enseres prohibidos por sus efectos cancerídomésticos resistentes al calor se queda genos, se utilizaron en papelería de con nosotros, además de la comida que oficina, adhesivos, pinturas y equipo cocinamos en ellos; según el Comité de eléctrico. La gente que estuvo Asesoría Científica de la Agencia de expuesta a ellos aún los lleva en el Protección Ambiental, el teflon “podría cuerpo. ser cancerígeno para los humanos.”




frases celebres



NEW TON BIOGRAFIA DE ISAAC NEWTON

Isaac Newton (Woolsthorpe, Lincolnshire; 4 de enero de 1643 GR – Kensington, Londres; 31 de marzo de 1727 GR) fue un físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista ymatemático inglés, autor de los Philosophiae naturalis principia mathematica, más conocidos como los Principia, donde describió la ley de la gravitación universal y estableció las bases de la mecánica clásica mediante las leyes que llevan su nombre. Entre sus otros descubrimientos científicos destacan los trabajos sobre la naturaleza de la luz y la óptica(que se presentan principalmente en su obra Opticks) y el desarrollo del cálculo matemático. Newton comparte con Leibniz el crédito por el desarrollo del cálculo integral y diferencial, que utilizó para formular sus leyes de la física. También contribuyó en otras áreas de la matemática,

desarrollando el teorema del binomio y las fórmulas de Newton-Cotes. Entre sus hallazgos científicos se encuentran el descubrimiento de que el espectro de color que se observa cuando la luz blanca pasa por un prisma es inherente a esa luz, en lugar de provenir del prisma (como había sido postulado por Roger Bacon en el siglo XIII); su argumentación sobre la posibilidad de que la luz estuviera compuesta por partículas; su desarrollo de una ley de convección térmica, que describe la tasa de enfriamiento de los objetos expuestos al aire; sus estudios sobre la velocidad del sonido en el aire; y su propuesta de una teoría sobre el origen de las estrellas. Fue también un pionero de la mecánica de fluidos, estableciendo una ley sobre la viscosidad. Newton fue el primero en demostrar que las leyes naturales que gobiernan el movimiento en la Tierra y las que gobiernan el movimiento de los cuerpos celestes son las mismas. Es, a menudo, calificado como el científico más grande de todos los tiempos, y su obra como la culminación de la revolución científica. El matemático y físico matemático Joseph Louis Lagrange (1736–1813), dijo que «Newton fue el más grande genio que ha existido y también el más afortunado dado que sólo se puede encontrar una vez un sistema que rija el mundo».


CARICATURAS


COLOREA


NOTICIAS ACTUALES QUIMICOS


España

la gran potencia de los “composites” ‘COMPOSITES’ Todos los estudios coinciden estos días en que la industria de los materiales compuestos está llamada a protagonizar un fuerte boom en los próximos años. Se espera que el sector, que facturó globalmente en torno a los 17.000 millones de euros en 2012, crezca entre un 15% y un 20% al año, al punto de que en 2015 la demanda ya puede que supere a la oferta. Esto porque los llamados composites, entre los que destacan la fibra de carbono y la fibra de vidrio, se van a beneficiar de un uso creciente en una serie de sectores, no solo en la aeronáutica (la que más los utiliza), sino también en la eólica (la segunda), el automóvil y el transporte en general, la transmisión de electricidad o la industria naval. Para empezar, su creciente uso en la aeronáutica, donde se espera que el consumo de composites se multiplique por cuatro hasta 2020. "Venimos de una utilización muy pequeña hace años, a una muy extendida en la actualidad" explica Iñigo Gurrea, director de Aeronáutica en Sener. En la última generación de aviones, como el Boeing 787 o los Airbus A380 o A350, los composites representan el 50% del peso del aparato. Y la demanda de aviones se va a triplicar en los próximos diez años. Lo mismo pasará con la eólica, donde los materiales compuestos son ya masivamente utilizados en los aerogeneradores, que verán su demanda multiplicada por 5,5 entre 2010 y 2020, según el centro de investigación australiano VCamm. La explicación para el creciente uso de los compuestos es sencilla. Son más ligeros (si bien igual de resistentes), lo que hace que los equipos fabricados con estos materiales —el caso de los aviones— consuman mucho menos energía. Según Vcamm, el uso de los composites en los nuevos aviones podría rebajar el gasto en combustible entre un 29% y un 31%. Y esto son buenas noticias para España, que disfruta de enormes ventajas a la hora de poder aprovechar esta auténtica revolución en ciernes. La primera es que España tiene la tercera industria europea de composites para la aeronáutica después de Alemania y Francia. La española CASA fue pionera en Europa en el uso masivo de los composites en la fabricación de piezas y secciones de los aviones, y su entrada en el consorcio Airbus impulsó esa tendencia, apunta José María Pintado, director de Materiales del INTA (Instituto Nacional de Técn-


El país cuenta con un potente tejido industrial en el sector aeronáutico Pero, aparte de Airbus, España cuenta con un potente tejido industrial en el sector aeronáutico, con centenares de empresas, tanto suministradoras de piezas (Aernnova, Aciturri y Alestis, por citar tres) como compañías como M Torres o Sener, especializadas en el diseño y fabricación de maquinaria para el sector. Las empresas españolas, que se iniciaron hace 15 o 20 años como proveedoras de piezas con tecnología transferida por Airbus, han acabado desarrollando sus propios sistemas y ahora trabajan no sólo para gigantes como Boeing, Embraer o la propia Airbus, sino también para otras compañías, como pueden ser Alenia, Bombardier o Sikorsky. Tras la decisión de Airbus (cada vez más un súper integrador) de externalizar secciones completas del avión en lugar de piezas aisladas, muchas de estas empresas han tenido que adaptar sus estructuras para hacer frente al reto de asumir mayores responsabilidades. "Empresas que antes se limitaban a producir una pieza", explica Pintado, "ahora tienen que diseñar el elemento estructural, el utillaje de producción, elaborar la documentación y fabricar y certificar el conjunto completo antes de su entrega". Este proceso de consolidación y crecimiento para afrontar las crecientes exigencias de los constructores no ha estado exento de problemas. Alestis, por ejemplo, se vio obligada a entrar en concurso de acreedores y ahora está controlada por Airbus. "Estas compañías han tenido que capacitarse, hacer enormes inversiones en I+D y en la ampliación de las instalaciones, además de que ahora van como partners de los constructores, por lo que no cobran hasta que se venden los aviones", explica Gurrea. De todos modos, aun cuando las perspectivas son magníficas en el sector aeronáutico, la industria española de composites se enfrenta a algunos nubarrones. Uno de los principales, un posible regreso del uso del aluminio, que en los últimos años venía siendo reemplazado por la fibra de carbono. "Se han desarrollado últimamente nuevas aleaciones de aluminio", señala Gurrea, "muy competitivas en peso y en precio y que han mermado parcialmente la ventaja de los compuestos". ¿Solución? "no dormirse en los laureles y seguir mejorando para poder mantener la ventaja frente al aluminio, más pesado pero más barato". Otra amenaza es la posibilidad de tener que trasladar a países emergentes la producción de piezas de composites más intensivas en trabajadores. "Aún tenemos muchas plantas basadas en un uso muy extendido de la mano de obra", dice el ejecutivo de Sener. "La solución está en automatizar aún más los procesos", agrega. A este riesgo, Pintado añade la amenaza asiática. "No creo que haya sido buena idea que Boeing y Airbus estén fabricando en China, ya que ese país acabará disponiendo al final de la tecnología necesaria para competir con nosotros". La industria aeronáutica del país asiático ha sido acusada en varias ocasiones de vulnerar diseños ajenos. A este riesgo, Pintado añade la amenaza asiática. "No creo que haya sido buena idea que Boeing y Airbus estén fabricando en China, ya que ese país acabará disponiendo al final de la tecnología necesaria para competir con nosotros". La industria aeronáutica del país asiático ha sido acusada en varias ocasiones de vulnerar diseños ajenos. Las nuevas tecnologías del aluminio y la baja automatización de los procesos, los principales retos a batir Todos estos riesgos, ahora latentes, podrán verse compensados, sin embargo, con el uso extendido de los composites en nuevos sectores, por ejemplo en el del automóvil. Pero para que suceda habrá que solucionar algunos problemas. Uno de ellos, apunta Gurrea, es "bajar el precio de los materiales de base, como la fibra de carbono o la de vidrio, aún muy caras". La solución para conseguirlo, prosigue el ejecutivo, "pasa por el aumento de la demanda, lo que hará bajar los precios, sobre los que no podemos actuar. Lo que sí debemos hacer es mejorar la eficiencia y el coste".


Otra cuestión pendiente en el sector del automóvil es el reciclaje. De momento no hay ningún sistema para reciclar vehículos de fibra de carbono. Habría que desarrollar también sistemas de producción automatizados, que ahora apenas existen. "Los procesos en composites siguen siendo muy manuales y lentos", dice Gurrea. Y no sólo habrá que convencer a los fabricantes para invertir en los nuevos materiales. "Las plantas están pensadas para los materiales metálicos. Procesos como la soldadura y la estampación no son reproducibles en el caso de los composites. Habría que cambiar mucha de la maquinaria actual", explica Pintado. Algunas empresas están investigando estas nuevas posibilidades. Es el caso de Sener, que tiene una división de diseño y fabricación de maquinaria para piezas de composites. Esta, que trabaja básicamente para la aeronáutica y el espacio (Airbus, Embraer, Bombardier, NASA...), está impulsando la aplicación de los compuestos en otros sectores mediante "la mejora de los procesos de fabricación", apunta Gurrea. Otro área donde los compuestos están escalando es la industria naval. No sólo en yates, pesqueros u otras embarcaciones de tamaño medio, sino incluso en buques militares de mayor calado, como cazaminas, corbetas o destructores, en los que el porcentaje de los compuestos va en ascenso. Por no hablar de que existen ya bicicletas hechas con composites, una de ellas la Avant, de Orbea, fabricada con fibra de carbono ca y el espacio (Airbus, Embraer, Bombardier, NASA...), está impulsando la aplicación de los compuestos en otros sectores mediante "la mejora de los procesos de fabricación", apunta Gurrea. Otro área donde los compuestos están escalando es la industria naval. No sólo en yates, pesqueros u otras embarcaciones de tamaño medio, sino incluso en buques militares de mayor calado, como cazaminas, corbetas o destructores, en los que el porcentaje de los compuestos va en ascenso. Por no hablar de que existen ya bicicletas hechas con composites, una de ellas la Avant, de Orbea, fabricada con fibra de carbono.


CÉLULAS SOLARES ALTERNATIVAS CON UN INGREDIENTE DEL TOFU Y DE LAS SALES DE BAÑO

Una nueva tecnología sustituye el costoso cloruro de cadmio por un compuesto mucho más barato y no tóxico

Una tecnología de células fotovoltaicas que intenta desbancar desde hace décadas a las de silicio, preponderantes en el mercado de la energía solar, ha recibido un empujón hacia el éxito con el anuncio de que se puede reemplazar uno de sus componentes, costoso y tóxico, por otro utilizado, entre otras cosas, en la fabricación de tofu, el alimento de origen asiático, y en sales para el baño. Las células de teluro de cadmio son mucho más finas y tienen un coste por vatio más bajo que las de silicio pero necesitan la adición de otro compuesto, habitualmente el cloruro de cadmio, una sal soluble en agua, para aumentar su eficiencia hasta hacerlas rentables, explicaron, en la cumbre de científicos europeos ESOF, investigadores de la Universidad de Liverpool (Gran Bretaña) Jonathan Major, que ha dirigido el trabajo, señaló que, tras los experimentos que han hecho, apuestan por cambiar el cloruro de cadmio por un compuesto mucho más barato y no tóxico, el cloruro de magnesio, que se extrae del agua marina y que se aplica fácilmente. Los resultados de la investigación se publican en la revista Nature e indican que la eficiencia de conversión de energía solar en electricidad ronda el 13% si se utiliza cualquiera de los dos compuestos. Sin embargo, todavía queda por probar la estabilidad de estas nuevas células para poder continuar hacia su producción comercial. Mientras que el teluro de cadmio, la base de estas células fotovoltaicas de capa delgada, es un compuesto estable con poco riesgo, el uso de cloruro de cadmio durante el proceso de fabricación exige grandes medidas de seguridad por el riesgo para los trabajadores y el medio ambiente. “Si queremos que la energía solar fotovoltaica compita con la procedente de combustibles fósiles debe bajar su coste por vatio generado y este es un paso más hacia ese objetivo”, aseguró Major. Los experimentos han mostrado que, curiosamente, el magnesio ya estaba presente en las células fabricadas con el compuesto tradicional. Procedía del sustrato de vidrio y no afectaba a su funcionamiento. Sin embargo, otros cloruros que se han probado sí afectan a su comportamiento, al introducir impurezas activas eléctricamente. El congreso de científicos ESOF 2014 agrupa a unos 4.000 participantes y es la mayor reunión interdisciplinaria que se celebra en Europa.


Química por ordenador para convertir el dióxido de carbono en metanol Un equipo internacional diseña y ensaya un catalizador que facilita y abarata la producción del potencial combustible que, además, se utiliza en la industria de plásticos, pinturas y pegamentos Cada año se producen en el mundo 65 millones de toneladas métricas de metanol, que se utiliza en la fabricación de pinturas, polímeros, pegamentos y disolventes. Además es un combustible potencialmente apto para el transporte, aunque no tan extendido como el etanol. Ahora, un equipo científico internacional ha descubierto un nuevo catalizador que convierte hidrógeno y dióxido de carbono en metanol con menos subproductos que el proceso convencional de fabricación y es potencialmente más limpio y más barato. “Imagínese que pudiera sintetizar metanol utilizando hidrógeno de fuentes renovables (descomponiendo el agua con luz solar, por ejemplo) y dióxido de carbono capturado en las plantas energéticas y otras instalaciones industriales”, comenta Jens Norskov, profesor de ingeniería química de la Universidad de Stanford (EE UU) y uno de los autores del descubrimiento. “También podríamos hacer otros alcoholes, como etanol o propanol que, a diferencia del metanol, se puede añadir ya directamente a la gasolina”, añade. Los investigadores han dado con el nuevo catalizador, un compuesto de níquel y galio, no por el método tradicional de experimentación en laboratorio, sino que han recurrido al diseño químico por ordenador que permite obtener resultados de compuestos basándose enteramente en cálculos computacionales. Luego, eso sí, han comprobado sus resultados con los clásicos experimentos. Publican los resultados en Nature Chemistry. “El metanol se produce en grandes fábricas a muy altas presiones utilizando hidrógeno, dióxido de carbono y monóxido de carbono de gas natural”, explica el líder de la investigación, Félix Studt, de Laboratorio Nacional de Aceleradores de Stanford (SLAC). “Nosotros estamos buscando materiales que puedan hacer metanol a partir de fuentes limpias a bajas presiones y creando bajas cantidades de monóxido de carbono”. Se trata, en última instancia, de desarrollar todo un proceso industrial a gran escala que no sea contaminante y que resulte neutro de carbono utilizando hidrógeno limpio, señalan los autores en un comunicado de Stanford. El catalizador utilizado en el proceso habitual de fabricación está hecho de cobre, cinc y aluminio, en un proceso que exige altas presiones. Studt y sus colegas empezaron por estudiar a fondo este catalizador y el proceso, y una vez que lo entendieron a nivel molecular, empezaron a buscar un nuevo catalizador capaz de sintetizar metanol a bajas presiones y utilizando solo hidrógeno y dióxido de carbono. A partir de este punto de la investigación recurrieron al diseño computerizado de materiales. Pudieron así comparar el catalizador de cobre, zinc y aluminio con miles de otros materiales de una gran base de datos de Stanford. El compuesto de níquel-galio resultó ser el candidato más prometedor por sus propiedades. El paso siguiente era probar lo en laboratorio el nuevo catalizador y para ello, los estadounidenses recurrieron al equipo de Ib Chorkendorff, de la Universidad Técnica de Dinamarca. Primero sintetizaron el compuesto de níquel y galio en un catalizador sólido y luego comprobaron que efectivamente podía producir metanol a presión ambiente, confirmando que el ordenador había ayudado a hacer la elección correcta. A alta temperatura, el níquel galio produce más metanol que el catalizador convencional de cobre, cinc y aluminio, señalan los expertos de Stanford, y considerablemente menos derivados de monóxido de carbono. Además, añade Chorkendorff, el níquel-galio es un sólido muy estable. Studt y sus colegas advierten que todavía tienen que mejorar y adaptar el proceso para su aplicación industrial, pero destacan que, de entrada, el níquel es relativamente abundante y que el galio, aunque es más costoso, se utiliza ampliamente en la industria electrónica, lo que sugiere que su uso puede ser idóneo y eficaz en la producción del metanol.


UInvestigadores alertan de los posibles daños para la salud de miles de sustancias de uso diario entre ellos hay productos que simulan la actividad hormonal c omo los disruptores endocrinos. ¿Qué daños para la salud provocan los compuestos químicos que se trasladan de los envases a los alimentos? No se sabe muy bien en la gran mayoría de los casos, pero es algo que inquieta cada vez más a los investigadores. Prueba de ello es el artículo de opinión que publica el Journal of Epidemiology and Community Health en el que cuatro especialistas lanzan una llamada de atención sobre los efectos a largo plazo que pueden tener estas sustancias y reclaman que se profundicen los estudios sobre lo que definen “un nuevo reto de la investigación epidemiológica”. Entre los autores del texto se encuentra Miquel Porta, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona e investigador del Institut Hospital del Mar d'Investigacions Mèdiques (Imim). Unas de las sustancias que preocupan cada vez más a epidemiólogos, nutricionistas, especialistas en salud pública o endocrinólogos son los compuestos químicos que se encuentran en los materiales que están en contacto con la comida. Pueden ser sustancias presentes en la película transparente con el que se envuelven los filetes para congelar, en el recubrimiento de las latas de envases de comida o bebida, en el revestimiento interior plástico de los vasos de cartón o las tarteras en las que se recalientan las sobras. O pueden ser otros componentes presentes en procesos de almacenamiento y procesado de comida o bebida; o en instrumentos que se emplean para servirla. El problema surge cuando estas sustancias químicas migran hacia los alimentos que se consumen, un proceso que se acelera con el calor y que es muy irregular en función de distintos factores. Depende del tiempo de almacenamiento, de las propiedades químicas de los materiales que están en contacto con la comida o de sus propiedades físicas (grosor, superficie, porosidad…) . Es entonces cuando se produce una contaminación química no demasiado conocida que, tomada de forma individual, puede ser muy limitada debido a la baja cantidad de tóxicos que se trasladan a la comida, pero a la que hay que prestar especial atención por varias cuestiones, como advierte Porta. Por un lado, por lo que denomina el efecto cóctel. No es uno, sino varios los compuestos que se ingieren. Y se desconocen no solo


Buena parte de los efectos individuales de cada uno de ellos, sino las interacciones que provocan al combinarse. Por otro lado, porque esta exposición es crónica, de largo plazo: “uno está expuesto a estas sustancias prácticamente de forma cotidiana”. “Algunos de estos compuestos están regulados y permitidos. La mayoría de ellas no están estudiadas”, añade el investigador del Imim. Entre las sustancias a las que alude el artículo está el formaldehido, un producto que se usa como bactericida o conservante. Se puede encontrar, en pequeñas cantidades, en botellas de plástico de tereftalato de polietileno (material más conocido por sus siglas en inglés, PET). Como el tabaco, está considerado como una sustancia cancerígena por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés), la división de Los la OMS encargada de revisar qué sustancias ocasionan esta enfervalio medad. telón Otras de las sustancias con capacidad de trasladarse a la comidales c que se emplean en los procesos de envasado son los llamados mejo disruptores endocrinos, unos compuestos químicos capaces de Si lo en p simular el comportamiento de las hormonas. Entre ellos están los ftalatos, el triclosán (antibacteriano y fungicida), el nonilfenol elem (detergente), el tributilo de estaño (biocida) o, uno de los más átom en lo famosos, el bisfenbol-A. Cata

Respecto a estas sustancias, la Sociedad Española de Salud Pública y administración Sanitaria (Ses- defin pas) remitió recientemente una carta a la Comisión Europea en la que se expresaba la “honda preocu- Uno Los pación por los efectos sobre la salud humana y ambiental” causada por los disruptores endocrinos. La molé entidad solicitaba “la adopción de medidas y políticas urgentes para reducir la exposición de la nada población y el medio ambiente a dichos tóxicos” que se encuentran en “alimentos, agua, envases El tr Olav juguetes, textiles, plaguicidas, productos de higiene y otros muchos artículos de consumo”. Porta recuerda que existen trabajos que han establecido una relación directa entre disruptores endo- dura crinos como el bisfenol A y la diabetes. “Con la obesidad cada vez hay más estudios que lo vinculan, inve Melc aunque no me atrevería a decir que esté demostrado”, añade. Lo q Los investigadores apelan a profundizar el conocimiento tanto de los compuestos químicos que quím forman los materiales que están en contacto con la comida (unos 4.000), como del proceso de migra- ce có ción a los alimentos y las bebidas: “es una oportunidad y un deber para los epidemiólogos”, plantean nece la at en el escrito. Los autores del texto confían que estos trabajos sirvan para reforzar las políticas de prevención y aclarar las relaciones entre los químicos medioambientales y las enfermedades huma- muc nas. De momento, además de plantear medidas a título colectivo, como por ejemplo políticas europeas que regulen esta cuestión (Francia ha prohibido el uso de bisfenol A desde 2015), Porta señala que también se pueden tomar iniciativas de forma individual. Por ejemplo, a través de algo tan simple como calentar la comida en el microondas sobre una superficie inerte como un plato de vidrio en lugar de envases de plástico.


Eliminación y descontaminación de las distintas partes de las armas químicas Puntos de producción y almacenamiento en Siria

uimistas de antaño soñaban con transformar cualquier metal en oro. Para los químicos actuales la meta no es menos que los procesos químicos más comunes dejen de generar residuos contaminantes. La llamada química verde es el fondo de muchas de las investigaciones más novedosas en los laboratorios españoles, que buscan nuevos materiaces de absorber mejor el CO2 atmosférico, aprovechar este gas excesivamente abundante para producir fármacos o el rendimiento de los combustibles. uímicos fueran pintores se encontrarían con que la paleta cromática de la que disponen está aún aprovechada solo . Es decir, quedan muchos colores por descubrir, o, traduciendo la metáfora, muchas combinaciones posibles de os y compuestos químicos por explorar. Las leyes físicas fundamentales son las que determinan la forma en que y moléculas se relacionan, pero lo cierto es que algunos límites del universo químico aún no se vislumbran, y que aboratorios se ensayan posibilidades nuevas cada día. Como dice Paolo Melchiorre, investigador del Instituto de Investigación Química (ICIQ), "lo más bonito es que podemos obtener algo que no hemos predicho, estamos do la nueva frontera". los proyectos plantea sintetizar fármacos usando CO2 micos del siglo XXI conservan parte del viejo espíritu alquimista. Conocen las fuerzas que hacen que átomos y as se unan con mayor o menor intensidad, pero cuando hay en juego decenas, centenares o millones de ellos no es cil predecir cómo se comportarán. La química aún avanza en parte a golpe de ensayo y error. está en reducir al mínimo los tiros a ciegas. En eso consiste el trabajo de Sofía Calero, en la Universidad Pablo de (UPO), de Sevilla. Su proyecto, como el de los demás aquí citados, ha sido seleccionado para recibir financiación cinco años por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), lo que significa que podría revolucionar el área de ación y, en última instancia, la vida cotidiana, pero su éxito no está garantizado. orre quiere que las reacciones sean promovidas por la luz solar hace Calero es comparable a manipular -de forma teórica, en el ordenador- el código matrix de los compuestos s: conociendo las leyes que rigen las fuerzas entre átomos y moléculas, Calero simula su comportamiento y predio modificar un material para que tenga las propiedades deseadas. "Supón que una empresa emite demasiado CO2 y retenerlo para que no se emita al exterior", explica; "ya hay en el mercado materiales capaces de absorber CO2 de sfera, pero pueden resultar muy caros, o no adecuados por otras razones. Nosotros podemos hacer que ahorren dinero al ayudarles a descartar materiales poco eficientes y proponer otros que, al menos sobre el papel, funciona-


Más duro que el diamante La depuración de nanopartículas de nitruro de boro obtiene un producto más r esistente que la cristalización de carbono

Para cortar un cristal se usan punzones de diamante. ¿Y para cortar el diamante? La respuesta pueden ser puntas con nitruro de boro, un material que se puede sintetizar a elevada presión y que ha demostrado tener una dureza y resistencia superior al de la piedra preciosa obtenida por cristalización del carbono. El material no es nuevo, pero el estudio –que publica Nature- se centra en sus nanopartículas (de un tamaño de unos 3,8 nanómetros -3,8 millonésimas de milímetro-). Su cristalización cúbica le proporciona un aspecto transparente y una resistencia superior a la de la piedra preciosa. Para los expertos, que la dureza aumente al disminuir el tamaño no es una novedad. Es lo que se conoce como el efecto Hall-Petch. Ello se debe, a grandes rasgos, a que las estructuras grandes están formadas por una acumulación de otras menores, por lo que las zonas de unión pueden favorecer roturas. Pero el efecto no crece indefinidamente. Llega un momento en que la dureza no aumenta. Lo novedoso del hallazgo del equipo dirigido por Yongjun Yan, de la universidad china de Yanshan, es doble. Por un lado, típicamente el efecto Hall-Petch tiene un límite y la dureza deja de aumentar cuando se llega a partículas de 100 nanómetros o menos. Y, por otro, la dureza alcanzada. .


LOS RETOS DE LA 'QUÍMICA VERDE' Investigadores españoles buscan nuevos compuestos con funciones innovadoras y que generen menos residuos contaminantes que los actuale

José Ramón Galán-Mascarós hace una especie de 'mestizaje químico' en el Instituto Catalán de Investigación Química (ICIQ). / JOSEP LLUÍS SELLART

Los alquimistas de antaño soñaban con transformar cualquier metal en oro. Para los químicos actuales la meta no es menos valiosa: que los procesos químicos más comunes dejen de generar residuos contaminantes. La llamada química verde es el telón de fondo de muchas de las investigaciones más novedosas en los laboratorios españoles, que buscan nuevos materiales capaces de absorber mejor el CO2 atmosférico, aprovechar este gas excesivamente abundante para producir fármacos o mejorar el rendimiento de los combustibles. Si los químicos fueran pintores se encontrarían con que la paleta cromática de la que disponen está aún aprovechada solo en parte. Es decir, quedan muchos colores por descubrir, o, traduciendo la metáfora, muchas combinaciones posibles de elementos y compuestos químicos por explorar. Las leyes físicas fundamentales son las que determinan la forma en que átomos y moléculas se relacionan, pero lo cierto es que algunos límites del universo químico aún no se vislumbran, y que en los laboratorios se ensayan posibilidades nuevas cada día. Como dice Paolo Melchiorre, investigador del Instituto Catalán de Investigación Química (ICIQ), "lo más bonito es que podemos obtener algo que no hemos predicho, estamos definiendo la nueva frontera". Uno de los proyectos plantea sintetizar fármacos usando CO2 Los químicos del siglo XXI conservan parte del viejo espíritu alquimista. Conocen las fuerzas que hacen que átomos y moléculas se unan con mayor o menor intensidad, pero cuando hay en juego decenas, centenares o millones de ellos no es nada fácil predecir cómo se comportarán. La química aún avanza en parte a golpe de ensayo y error. El truco está en reducir al mínimo los tiros a ciegas. En eso consiste el trabajo de Sofía Calero, en la Universidad Pablo de Olavide (UPO), de Sevilla. Su proyecto, como el de los demás aquí citados, ha sido seleccionado para recibir financiación durante cinco años por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), lo que significa que podría revolucionar el área de investigación y, en última instancia, la vida cotidiana, pero su éxito no está garantizado. Melchiorre quiere que las reacciones sean promovidas por la luz solar Lo que hace Calero es comparable a manipular -de forma teórica, en el ordenador- el código matrix de los compuestos químicos: conociendo las leyes que rigen las fuerzas entre átomos y moléculas, Calero simula su comportamiento y predice cómo modificar un material para que tenga las propiedades deseadas. "Supón que una empresa emite demasiado CO2 y necesita retenerlo para que no se emita al exterior", explica; "ya hay en el mercado materiales capaces de absorber CO2 de la atmósfera, pero pueden resultar muy caros, o no adecuados por otras razones. Nosotros podemos hacer que ahorren mucho dinero al ayudarles a descartar materiales poco eficientes y proponer otros que, al menos sobre el papel, funciona-


Los alquimistas de antaño soñaban con transformar cualquier metal en oro. Para los químicos actuales la meta no es menos valiosa: que los procesos químicos más comunes dejen de generar residuos contaminantes. La llamada química verde es el telón de fondo de muchas de las investigaciones más novedosas en los laboratorios españoles, que buscan nuevos materiales capaces de absorber mejor el CO2 atmosférico, aprovechar este gas excesivamente abundante para producir fármacos o mejorar el rendimiento de los combustibles.. Uno de los proyectos plantea sintetizar fármacos usando CO2 Los químicos del siglo XXI conservan parte del viejo espíritu alquimista. Conocen las fuerzas que hacen que átomos y moléculas se unan con mayor o menor intensidad, pero cuando hay en juego decenas, centenares o millones de ellos no es nada fácil predecir cómo se comportarán. La química aún avanza en parte a golpe de ensayo y error. El truco está en reducir al mínimo los tiros a ciegas. En eso consiste el trabajo de Sofía Calero, en la Universidad Pablo de Olavide (UPO), de Sevilla. Su proyecto, como el de los demás aquí citados, ha sido seleccionado para recibir financiación durante cinco años por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), lo que significa que podría revolucionar el área de investigación y, en última instancia, la vida cotidiana, pero su éxito no está garantizado. Melchiorre quiere que las reacciones sean promovidas por la luz solar Lo que hace Calero es comparable a manipular -de forma teórica, en el ordenador- el código matrix de los compuestos químicos: conociendo las leyes que rigen las fuerzas entre átomos y moléculas, Calero simula su comportamiento y predice cómo modificar un material para que tenga las propiedades deseadas. "Supón que una empresa emite demasiado CO2 y necesita retenerlo para que no se emita al exterior", explica; "ya hay en el mercado materiales capaces de absorber CO2 de la atmósfera, pero pueden resultar muy caros, o no adecuados por otras razones. Nosotros podemos hacer que ahorren mucho dinero al ayudarles a descartar materiales poco eficientes y proponer otros que, al menos sobre el papel, funcionarían mejor". Predicen, por ejemplo, el tamaño idóneo de los poros para que determinadas moléculas puedan atravesarlos, o si una molécula se pegará o no sobre tal o cual superficie. Es un trabajo teórico, para el que se usa un larguísimo programa informático. Lo que no le resta interés empresarial. El grupo de Calero colabora ya con Abengoa, Chevron Texaco y otras compañías del sector energético y medioambiental. Otra idea atrevida, y verde, es la del proyecto de Rubén Martín Romo, del ICIQ: sintetizar nuevos fármacos usando CO2. Martín Romo es experto en crear un tipo de compuestos -catalizadores metálicos- que hacen posible la reacción entre moléculas basadas en carbono. Los fármacos están hechos de moléculas con carbono. ¿Por qué no usar un compuesto tan barato y abundante como el dióxido de carbono (CO2) para hacer fármacos? No será fácil. El CO2 es una molécula muy estable tal como está, no está interesada en reaccionar con otras moléculas. Hace falta un compuesto, un catalizador, capaz de atraparla químicamente y cambiar su pasividad. El objetivo de Martín Romo es diseñar uno que además de cazar el carbono del CO2 no genere residuos. Uno de los metales más usados como catalizadores en la química del carbono es el paladio, pero este elemento es también uno de los más tóxicos. Martín Romo quiere diseñar un catalizador a base de metales muy abundantes, baratos y que no generen residuos, como el hierro. Xavier Ribas, de la Universitat de Girona, también ha declarado la guerra al paladio. "Hay un gran interés en encontrar metales menos tóxicos y más económicos que sirvan como catalizadores en la síntesis de moléculas orgánicas [basadas en el carbono]", dice Ribas. Su estrategia se basa en usar modelos que simulan cómo se acoplan fragmentos de varias moléculas, y que ayudan a predecir el resultado final. El lado verde del proyecto de Paolo Melchiorre (ICIQ) es que quiere que sus reacciones químicas sean promovidas por la luz solar. "Se trata de transformar la energía solar en energía química, para sintetizar nuevos compuestos", explica. Pero Melchiorre no busca cualquier compuesto, sino moléculas con una quiralidad que él haya sido capaz de predecir. La quiralidad es la propiedad que tienen las moléculas de ser zurdas o diestras. Como las manos humanas: puede haber dos moléculas de idéntica estructura pero que una sea la imagen especular de la otra, de forma que al superponerlas no coinciden. En el laboratorio se pueden generar a la vez moléculas zurdas y diestras, que tengan un comportamiento distinto. Es lo que ocurrió con el fármaco talidomida, retirado en los años sesenta porque producía malformaciones: ahora se sabe que contenía una mezcla de moléculas diestras y zurdas, y que la forma diestra es teratógena. Con el trabajo de Melchiorre se evitarían casos así.


Inventado un acelerador de reacciones químicas 'ecológico' Un método de síntesis limpio para los compuestos de nitrógeno aromáticos que están en todas partes en la vida diaria (en los tintes, pigmentos, aditivos alimentarios y fármacos) ha sido puesto a punto por científicos del Instituto de Tecnología Química de Valencia, liderados por Avelino Corma. El trabajo se basa en un nuevo catalizador (sustancia que promueve y acelera las reacciones) para producir estos compuestos, basado en nanopartículas de oro, y su importancia es tal que se publica hoy en la revista Science y ya se ha patentado.

"Hasta el momento estas moléculas se obtenían por una vía no catalítica que requería la utilización de compuestos de plomo o nitritos", explica Corma. El resultado era que por cada kilogramo de producto se generaba un kilogramo de subproducto contaminante. Con este nuevo catalizador que utiliza como reactivo oxidante el aire se genera únicamente agua como subproducto.

¿Está la química en crisis? Que se dedique un año a la ciencia es una buena noticia. Sin embargo, cuando se dedica un año a un tema determinado significa, generalmente, que ese tema está en crisis. ¿Realmente, la ciencia y, en particular, la química están en crisis? Si valoramos las vocaciones y el interés que nuestros jóvenes muestran por la ciencia, ciertamente podemos decir que sí está en crisis. Esta preocupación se incrementa por el modo en que nuestra sociedad -a diferencia de otras sociedades de países tecnológicamente más avanzados- percibe la necesidad de una apuesta decidida por la investigación científica para mantener e incrementar el bienestar social alcanzado. El objetivo de este Año de la Ciencia debe ir encaminado a modificar esta tendencia mediante el conocimiento de los hechos y personajes que han hecho de la ciencia una de las actividades más sublimes de la creación humana.


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