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William Zapata Montoya
PelĂculas de Carretera
y
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Medellín, 25 de octubre de 1999 En casa tengo una bola de pelos con pulgas. A decir verdad, se la están comiendo las pulgas a la bola de pelos. La veo rodando de un lado a otro mientras se rasca donde, supongo, le deben quedar las orejas. El día que fui por ella, el dueño de la tienda de mascotas me dijo que se trataba de un perro, pero yo no estoy muy seguro. Sólo sé que se trata de una bola de pelos pulguienta a la que no le he podido encontrar los ojos ni las patas ni los dientes y que se pasa correteando en el culmen de su inmensa redondez, rodando, persiguiendo por todas partes al gato de mi padre. No sé. Hay días de días. De repente sos un hueco de aire en el eterno fluir del acueducto. Digamos que hacemos parte del torrente de las cosas. Entonces alguien cierra la llave de paso y ahí
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queda tu casa con grifos sedientos y unos inmensos huecos de aire tosiendo cual pedos de viejo tísico. Ustedes deben saber muy bien, con exactitud, a lo que me refiero. Un día hay agua en tu casa y al otro día no lo hay. Así de simple. Abrís la ducha y tose y tose y tose y luego te restablecen el servicio y luego la ducha sopla y sopla y sigue soplando, hasta que zuás!, agua pura y cristalina, luego aire y luego, de una vez por todas, agua.
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En el Discovery mostraban a los grupos de Ubilalas caminando en medio del desierto. El desierto podía quedar en algún lado de Africa o de Norteamérica o de Colombia. Sólo que en Colombia no habían Ubilalas. Bueno, por lo menos no de las que salen en el Discovery. Luego entraba una voz en off y te decía que el desierto que estabamos viendo se ubicaba efectivamente en algún lado de Mozambique y que las Ubi-lalas, unas más pequeñas que las otras , eran una familia de Ubilalas debidamente constituída por Ubilala Padre, Ubilala Madre, Ubilalas hijos. Luego nos hacían un corte y nos mostraban a una Ubi-lala pequeña en primer plano a la cual le daban el nombre de Lucy y que era según Discovery, una de las Ubilalas hijas, hermana de las otras dos Ubilalas pequeñas que iban en el grupo de Ubilalas de la toma anterior. Después hacían un corte y nos mostraban al resto de la familia en una serie de cortes sucesivos, haciendo lo que hacen todas las Ubilalas del mundo, que es perseguir la carroña por el desierto y de vez en cuando cazar alguna que otra cebra.
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Pero se veía que eran una familia feliz. Cada miembro de la familia tenía un nombre desde antes del primer break de comerciales. Luego aparecía un plano de la luna llena alumbrando el desierto y una Ubilala caminando en contraluz. Supuestamente se trataba de Sam, el padre cabeza de familia que se había ido a cazar en medio de la noche. Sus pobres hijos estaban muertos de hambre. No habían podido comer desde hacía muchos días por aquello de lo salvaje que es la vida en el desierto. Mi ángel y yo no sabíamos por qué, pero ya empezábamos a sospechar, que toda esa cantidad de Ubilalas eran diferentes una cada vez, cada toma, cada corte. Y que nos estaban vendiendo gato por liebre. Pero no importaba. Lo disfrutábamos igual. Era preferible estar ahí, viendo la vida familiar de las Ubilalas, a estar afuera escuchándole las estupideces a los manes de la esquina que se reían como Ubilalas. Pero después se empezaban a poner descarados. A Sam se le extraviaba el camino y el resto de la familia sufría una serie de accidentes que los llevaba a la desintegración total. Cada uno de los miembros quedaban solitarios y, al final,
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ninguno sobrevivía sin su familia; no sin antes intentar hacerse a una familia nueva. Mi ángel me preguntó si yo no sentía el mismo olor a farsa que él. Le dije que no. - Mierda!, si todas las Ubilalas del mundo y todos los desiertos y todas las familias de Ubilalas se parecen, son indiferenciables dijo Mi ángel. - No importa. Es una buena historia - le dije. - Pero se supone que es un documental. Algo que no puede ser falseado. Una cosa sobre cosas de verdad. El rollo con Tex es que no podía meterse en la cabeza que los gringos fueran unos tesos para el montaje y para vender sus ideas. Era un endemoniado incrédulo Mi ángel. Por supuesto que el papel de Max y de Lucy había sido interpretado por muchos Ubilalas diferentes en muchos desiertos diferentes a lo largo de todo el documental. Pero no era de hacer una tormenta en un vaso de agua. El cuento era creerse el cuento. El montaje era una cosa que no se veía, si no quería verse.
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Debo irme. ...Cada que tengo cerca a un humano siento la presencia de un primate. Con Lovaína al lado, esta sensación se acentuaba. Por el suelo del patio empezamos a percibir unos huesos grandes como de cristiano. Lo más probable sería que el monstruo era aficionado a la carne humana y se había despachado unos cuantos inocentes antes de querer seguir con mi padre y conmigo. Se lo digo a Lovaína y Mr 18 putas dice, Grave, muy grave. Sin ser muy cercanos, Lovaína y yo hemos pasado por mucho juntos. Le pregunto si alguna vez se acuerda de Polyester y me contesta que a veces, en los allanamientos, cuando le toca participar en reconstrucciones. Las reconstrucciones son obras tenaces. Vos tenés que acordarte de imágenes que no te querés acordar y, a la vez, simular que estás en una representación como de colegio o algo así. Pero no es tan fácil. Y si uno se pone a pensar que no es una obra, entonces a uno le da por cambiar el libreto. Por eso fue que Lovaína y yo agarrábamos al asesino de Polyester antes de
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que le disparara. Y lo cascábamos y le quitábamos el revólver y hacíamos que le disparábamos. Pero los funcionarios de la fiscalía decían que no, que así no era. Que nosotros no podíamos cascar al asesino antes de que cometiera su crimen porque de lo contrario no había asesino, y que sin asesino no había asesinato, y sin asesinato no había crimen y que lo que nosotros estábamos reconstruyendo era un crimen de verdad, y no un crimen de mentiras de los que salían en las películas. Pero Lovaína y yo caíamos una y otra vez en el suave impulso de evitar que mataran a Polyester. Al final, el fulano que estaba haciendo de asesino tenía la cara moreteada y tuvieron que cambiarlo por otro fulano con cara de buena papa, y por fin dejamos que lo matara. Pero Lovaina entró en histeria y casi lo mata al cara de buena papa. Le daba mucha rabia a Lovaina pensar en el asesino de Polyester. Total que la reconstrucción nunca se hizo y tuvimos que hacer una declaración oral.
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Polyester nunca nos había ofrecido pérez. Pero ahora Mr 18 putas y yo la usamos con cierta asiduidad. Polyester la consumía para pintar. Mr 18 Putas, creo, lo hace para escapar y, yo, no sé para qué. Me gusta. Antes de aquella noche no había pensado en probarla, pero cuando supe que lo mataron por chirrete, más no por cagada, ni por torcido, ni por calavera, me entró la intriga. A Polyester le gustaba su cocaína de vez en cuando, y además la necesitaba. En su caso, de un modo diferente. El pintaba. Yo canto.
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Mi ángel era ese tipo de sujetos que siempre llevan algo en la mano. Mucha gente lleva siempre algo en las manos. Sobre todo en las universidades y en los supermercados. Mi ángel era ese tipo de sujetos. Siempre llevaba algo en las manos; una soda o una pajita que a veces se ponía en la boca, justo entre los labios. Yo le decía que se comprara un morral; pues a mi ángel no le bastaba con una simple soda o una pajita que de vez en cuando se llevaba a la boca. Los días se le iban con una botella de algo entre las manos. Tequila ó lo que fuera. Pero mi ángel siempre estaba en función de tener algo entre sus manos; y si era algo que emborrachase, mucho mejor. Lo usual era que la gente llevara una chaqueta, un bolso, una bolsa de manila o un helado en la mano. Claro que no faltaba quien pasara tirando de un poodle, ó con un adorno del San Alejo para ponerlo en su casa. En definitiva, el mundo se había convertido en una masa de gentes con cosas en la mano.
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En diciembre las tardes brillaban como una moneda bajo el sol. El Guitarras, La Colegiala y yo estábamos tumbados en medio de una verde cancha de fútbol, disparándoles a las golondrinas: diciembre se llenaba de ellas y a nosotros nos gustaba jugar sobre la hierba mientras la brisa pasaba soplándonos la cara y las golondrinas aplanaban por encima de nuestras cabezas. Disparábamos en ese lugar de la ciudad desde donde se veía el Río Medellín como un inmenso rollo de tela plateada recién desenvuelto. Las golondrinas daban una vuelta por el Paseo del Río y luego sobrevolaban por los rieles del Metro, pasaban por los barrios bajos del occidente , los puentes, Barrio Triste, el centro, la Universidad de Antioquia y unos tanques blancos de Terpel, que vistos a la distancia lucían como masmelos arrojados al azar. Cuando mejor la estábamos pasando vino un celador a decirnos que teníamos que abandonar el campo de juego, porque ya vendría a entrenar un equipo de la segunda división. La Colegiala
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dijo que le faltaba disparar una “fotico no más”, pero el celador dijo que “Ya”, que se había hecho demasiado tarde. Desde afuera veíamos mejor a las golondrinas aplanando sobre el césped. Pero de repente, una nube gris vino hasta nosotros y no hubo mas fotos ni disparos a la tarde. Ni sol. Ni golondrinas aplanando sobre el césped. Ni canchas de fútbol ni nada de verde.
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- Esto no puede seguir así -, decía yo. Las cosas no iban bien. Tal vez no debían seguir así. Tex era mi ángel y yo terminaba pagando sus cuentas en El Parador de Las Iguanas. Luego, tocaba echármelo al hombro y meterlo en un taxi. Hubo noches en que por supuesto no me daban ganas de echármelo al hombro. Entonces, mi ángel se quedaba con la cabeza clavada en la barra del Parador de Las Iguanas. Era un gran conquistador mi ángel. Hombre de divas y superstars. A veces le daba por irse de putas, pero nunca fue su estilo. Volvía bastante puto consigo mismo. Un día dijo, Me cago en las putas, y se cagó en las putas. Sólo se le veía con divas y superstars. Siempre fue su estilo. Decía que lo más importante en la vida era la pose. “El primer y último paso para todo”. La autoestima empieza por la pose, decía, “Si uno quiere ser cantante tiene que tener la pose del cantante antes de aprender a cantar”. Y ponía el ejemplo del futbolista descartado
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para una campaña publicitaria porque no tenía pose tanto de futbolista como de modelo. Pero las divas lo empezaron a olvidar. Siempre les tocaba pagar las cuentas de mi ángel en El Bar de Las Iguanas. Pagaban las cuentas y lo dejaban con la cabeza clavada en una mesa de las Iguanas. Luego, tocaba echármelo al hombro y meterlo en un taxi. Esto no puede seguir así, decía yo.
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A veces crees que las cosas parecen blandas porque se ven blandas. Pero las tocas y se vuelven duras. Es una sensación extraña y oscura. llámalo terror o frustración, o como quieras. Dios patea un balón en una cancha de micro. Tira el balón al pavimento y te dice, juega, y ves pasar tu destino por el lado. Es cuestión de decidir si salís en busca de la bola. Juega. De todos modos no importa. De nada servirá correrle a una pelota que no es tuya. En el fondo vos lo sabés y entonces de qué vale. Tus jugadas son tuyas, pero el balón y la cancha son de otros y siempre será así.
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En las noches sueĂąo que tengo un gran colchĂłn de espuma bajo mi espalda, pero luego me paro y mis pies sienten que caminan encima de una varilla de hierro como si se tratase de una cuchilla de afeitar gigante o algo asĂ.
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Odio esa canción de salsa que dice, “Así es la vida camará", Si no tienes dinero no tienes na", me pregunto cómo puede un artista pensar de tal modo. Yo soy un hombre del más allá y desde esa frontera veo la vida. Lo dijo el maestro Arenas Betancur y ahora lo digo yo. Imagino que al mundo entero, hoy en día y como están las cosas y con toda razón, le debe importar un soberano culo el maestro Arenas Betancur. O, tal vez, el mundo es tan ocioso y está tan agotado que en este preciso instante le deben estar alzando al maestro un busto en París con cámaras del Discovery y alcaldes y discursos y niños aplicados y desnutridos de escuelas pobres del Congo y embajadores y representantes de la ONU, los mismos que no saben que Medellín, su ciudad de nacimiento, es tierra de gente que come carne de gato. A mi tampoco me importaría el maestro Arenas Betancur si no fuera porque su estatua de la Alpujarra a veces sirve como referencia para orientar a los indiecitos desplazados por la violencia, que llegan a la ciudad. La verdad es que no me importa el maestro. Si fue el más
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grande o no. A veces me importa la jodida estatua, porque sirve para orientar indiecitos desplazados que llegan a la ciudad.
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La salsa es música que da ganas de lavar el taxi o de bailar guapachosamente, pero yo como no tengo taxi ni me gusta la guapacha, entonces oigo rock. Sin embargo, pienso que la salsa como música es algo sagrado. Odio el valor que cobra cuando esos niños de bien le da por hacerse los entendidos y esas universitarias que no saben lo que es ir a la esquina a comprar el pan, se pasean de fiesta en fiesta con todo su rollo de los diez grandes éxitos del Tibiri. Si tuviera un taxi y me tocara lavarlo escucharía salsa, entre otras cosas, porque me las sé todas. Pero no me dedico al asunto de la salsa porque no es lo mío. Uno debe ser consecuente con su propio pulso y no vestirse con camisas de flores simplemente porque ha llegado el verano o porque se han puesto de moda.
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Mi amigo Camilo y mi padre son la demostraciĂłn perfecta de que uno puede hablar mierda espiritual y al mismo tiempo ser un materialista de mierda. La vida misma parece blanda, pero te acercas y la tocas y es dura por dentro como un roble. La vida es dura, decĂa mi madre. La vida es dura, decĂa mi padre.
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El Parador de Las Iguanas era ese sitio donde todo el mundo iba a quedarse quieto. Era fascinante. El viento iba y se quedaba quieto. Las nenas conversaban pero se quedaban quietas. La luz de las cuatro de la tarde era fascinante. Entraba y se quedaba quieta. La gente iba y se quedaba quieta. Parecía un oasis en medio del desierto. Una suerte de espejismo. Pocas ciudades del país contaban con lugares así. Como refugios. A veces, alguna nena se fumaba un cigarro entre las quietudes de la tarde y luego se iba. Sola. Tal cual llegaba.
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Un murmullo, un gran murmullo, llegaba pero se quedaba quieto. Quieto y sordo. El tiempo pasaba y se quedaba quieto. Mi ángel pedía una cerveza y se quedaba quieto; se la tomaba, pero se quedaba quieto. Luego pedía otra, y se quedaba quieto. Era una época de borracheras quietas. A la distancia montañas quietas. Una nube de humo venía y se quedaba quieta. Creo que ya va siendo hora de irme. El gallinazo Roosvelt era uno de esos tipos al que vos mirabas y pareciera que hubiera sido el mismo toda la vida. Era un sujeto rápido Roosvelt. Rápido, pero quieto. No sé si me explico. Venía de un pueblo blanco. Cierto día dijo, Bah! Me voy. Y Bah!, se vino. Atrás dejaba una vida de nieblas y mañanas largas cuando se la pasaba encima de un techo de cualquier casa a la espera de que algo ocurriera.
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Hora de irme.
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Ayer en el Discovery hablaban de un extraterrestre con forma de bola de pelos que se le apareci贸 a una familia en la zona rural del estado de South Carolina. La familia depart铆a en el porche de la cocina cuando vieron un resplandor que proven铆a del bosque y en cuesti贸n de segundos, mera bola de pelos flotaba en el aire frente a sus propias narices.
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Roosvelt anduvo un tiempo con los buitres del desierto de Arizona, pero se aburri贸.
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El repertorio. El repertorio incluye algunas canciones de mis viejos álbumes. Algo de Lunes 50% Polyester, no sé, Edificios con fondo de cielo crepuscular, Aún llueva la Quaker, Toco y me voy, La insoportable terquedad del ser, pero, sobre todo, van a sonar temas de Películas De Carretera, nuestra última producción.
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Ya van siendo las cuatro. A las siete vienen a recogerme. Los muchachos de la banda estรกn muy emocionados por tocar acรก.
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Roosvelt quería ver edificios. Le daba tedio el viejo cuento de volar; y las casuchas. Sólo quería vivir entre edificios y punto.
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No sé, me gustan ahora los toques pequeños, en bares y fiestas en casas de amigos y cosas así. Eso de manejar un sonido para diez mil o veinte mil personas no me llama mucho la atención, son muchos los detalles que hay que tener en cuenta. En la época de los Pistols podías hacer mucho ruido y tocar bien; ahora todo lo hace la tecnología, podés hacer una bola de ruido y mucho ruido al tiempo, o tocar bien y hacer mucho ruido al tiempo. Yo prefiero los recitales chiquitos, en familia.
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Hubo un tiempo en que descuidamos demasiado nuestras vidas por esto de la mĂşsica. Sospecho que ahora estamos sufriendo las consecuencias.
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Era una noche fresca. Una de esas típicas noches californianas. Aún quedaba crédito de 100 pesos en el Amigo Teléfono Público del Parador De Las Iguanas. No supe en quién gastármelos. En realidad no tenía a quién llamar a esas horas. Después de las diez una siempre llama al novio o a las amigas. Y yo ni lo uno ni lo otro. Las mujeres como yo llegamos a una edad en la que es difícil conseguir amigas. Es lo natural y lo más apropiado. No podría ser de otra forma. Creo que yo me había anticipado a esa edad. Ahora gastaba y ganaba mis días refugiada en los teatros. Todo lo que hablaba por teléfono era sobre asuntos de perros con clientes interesados en asuntos de perros. Por lo demás, me la pasaba con mi ángel identificando las rutinas de cinéfilos como nosotros. Hacíamos una lista y después los eliminábamos; uno por uno.
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Había una nena con una risa triste y prodigiosa que iba a las comedias y nos traía muy alegres por esos días y nunca quisimos eliminarla, pero la teníamos enlistada. Después vino el ángel y la fabulosa idea de las vacaciones para ángeles, y la Colegiala, y no pude volver a ver a mis perros ni a la nena con una risa triste y prodigiosa que iba a las comedias.
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Cierto día, un amigo me contó la historia de Rosi, una exnovia suya, quién se encontró una bola de pelos en el desagüe del lavaplatos. Resulta que la muchacha se la había pasado toda la mañana limpiando la cocina. Luego de lavar los platos, vio cómo de la boca del desaloje, asomaba la punta de un pelo, y entonces empezó a halar. La mujer agarró el pelo entre sus dedos y tiró una vez, luego una segunda y una tercera y una cuarta, hasta que se convirtió en un movimiento continuo, con un interminable pelo saliendo por la boca del desagüe. El pelo salía y salía y salía y no se acababa. Total, se fue formando un abultado rollo de cabello, una especie de bola de pelos.
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Mi bola de pelos, la que tengo en casa, hace cosas de perros, corretea al gato, come Puppy Chow, ruĂąe huesos, juega con pelotas, se rasca las pulgas, ladra en las noches, pero yo no estoy muy seguro. Me parece medio fantoche la bola de pelos ĂŠsa. Creo que se trata de una farsa y que todo en casa, desde que ella vino, es una gran tima.
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Los domingos no funcionaba el Parador de Las Iguanas porque el local se usaba para dar misa. Alguien había tirado a la iglesia un Pedo químico de esos que no se quitan con nada, y entonces, el dueño del Parador de Los Gatos Fritos ofreció su negocio para que la gente buena del sector pudiera tener un sitio donde recibir la misa. Mami era una de las que no se podía quedar los domingos sin su misa. Se la pasaba toda la semana pegándome por lo jodida que estaba la vida y por lo difícil que le había tocado a ella. Pero los domingos no se podía quedar sin su misa. Creo que del mismo modo operaban esos sujetos y las señoras de buena clase que iban a misa en el Parador de las Iguanas. El dueño mismo del Parador de Las Iguanas era un sujeto que se la pasaba golpeando la semana entera a su única empleada, que era su esposa. Ahora se ofrecía para que su local hiciera las veces de iglesia. Yo conocía exactamente de qué se trataba eso de pegar y recibir. Claro que por lo menos yo no iba a misa como ocurría los domingos con toda esa ciudad de Dios y con los guerrillos y los paracos y los monos y todos esos hijos de puta
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de sangre espesa que se estaban jodiendo al mundo.
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Efe de Jesús era otro que no faltaba los domingos a misa aunque jamás fuese al Parador de Las Iguanas. Le gustaba ir a la iglesia del Calvario en Campo Valdés. Efe de Jesús sólo se limitaba a pegarle a mami durante la semana y los domingos no faltaba a misa en otra iglesia del lugar. Pero después nos volvimos una familia unida. Yo tuve que hacer lo mío y decidir lo propio. Los domingos iba a misa, a veces con Efe de Jesús y a veces con mami, no sin antes esforzarme y haber aprendido a pegarles a los dos. Pegar recibir pegar. Todo por la unión familiar. Al principio eran insultos, patadas en el culo y puños en la cara. Pero después logré perfeccionar unas cascadas impresionantes. Eran tan fuertes aquellas palizas que yo misma me quedaba aterrada de mis logros y me saboreaba los labios y apretaba los dientes y entrecerraba los ojos como cuando una come mango biche con sal. Todo por la unión familiar.
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Algunos títulos que se me vienen a la cabeza son: Par ruedas, Ya he goliado antes, Tren al tren, Bono engavetao, Cackakaka, De retenes, Maleta repleta de muertos, Paila, Pocos metros, El mismo viaje en persona, Llévate el auto, pero que no te vuelva a ver, No cama, Mil de chorro, Te llevo en la mira, La noche es un Renault sin frenos, Milqui, A lo varón que sí, La bala va, Padrenuestro Estéreo. No sé, es un concierto más conceptual que cualquier otra cosa. Algunos podrán tildarlo de concierto romántico, pero es o no me importa, las canciones están ahí, y allá estarán sobre el escenario.
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Las tejas de barro. Las tejas de barro y el viejo asunto de andar tras una carroĂąa con los buitres del desierto de Arizona y el viejo cuento de volar fue lo que terminĂł por hartar al gallinazo Roosvelt. Bueno, o al menos eso decĂa.
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La bola de pelos de la zona rural del estado de South Carolina dejó una marca indeleble en el cuello de cada uno de los miembros de la familia entrevistada por el Discovery Channel. Luego, la familia empezó a manifestar una terrible y dolorosa enfermedad muy parecida al Sida Mancha de Leopardo y al cáncer o algo así. En este momento, los miembros de la familia de South Carolina se encuentran refrigerados en la NASA y los están investigando. No quisiera sinceramente que eso me ocurriera a mí o a mi nena.
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- Oye, hay un sujeto que tiene un negocio,- dijo Mi ángel- Es uno de ésos tipos que montan una empresa fachada y lavan plata. - De qué se trata ?- dije yo. Mi ángel tenía un libro de Camus en la mano. Siempre llevaba algo en las manos Mi ángel. También tenía un encendedor de 1940. Una antigüedad. - Pues que el tipo se montó en una vaca loca. Una agencia de viajes. Sale por televisión anunciando unas tales vacaciones para ángeles. Puso el libro de Camus sobre una mesa y luego sacó del bolsillo de la camisa una cajetilla de Cigarrillos Ultramar. Era una de esas camisas cubanas. Yo leía un manual de Sexualidad para perros y Otras mascotas. - Y yo que tengo que ver con eso- dije.
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- Bueno, que me gustaría... - se puso un Ultramar en la boca. Luego lo prendió con el encendedor de 1940.-... darme una vuelta por esa agencia. -Y yo que tengo que ver con ello. - Pues no sé. Como te oigo todo el tiempo aquella canción de que las cosas tienen que cambiar y toda la vaina. - No veo todavía que tenga que ver yo con el hecho de que te querás ir vos de vacaciones. Siempre hacés lo que te dá la gana, sin mí. - Bueno, a ver si me prestás unos pesos... - Pero, hombre, mirá que yo no soy tu madre.
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No es necesario que tu forma de ir al frente coincida con la de los demรกs al fin de cuentas.
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Es mi primera entrevista en un sitio como estos.
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Ya casi hablamos poco con los muchachos del grupo. Nuestros temas de conversaci贸n se han ido agotando. Pero nos queremos. Ellos se limitan a re铆r. S贸lo viven para tocar y reirse. OYE TEX, QUE TAL SI TU PERRO SE LLAMA SUSSY O FIFY O CUCKY.
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En New York, un man nos citó al baño de un coliseo donde se presentaban Los Strokes y dijo que venía de parte de la Rolling Stones, pero que nos entrevistaría con tal de que nos lo dejáramos mamar. Eso es lo más intenso que me ha pasado en una entrevista.
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Yo me visto de mujer porque todo hace parte del show. AsĂ de simple.
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En Tokio nos hicieron meter a un refrigerador de pollos los manes de Mtv-Asia. En Bulgaria tocamos un acĂşstico desde una alcantarilla. Pero aquello era Bulgaria.
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Si Buda viviera este comienzo de siglo, entre todos estos centros comerciales y la televisi贸n y estas mujeres que cuestan m谩s de 500 d贸lares al mes, ser铆a un materialista de mierda como mi padre y mi amigo Camilo.
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Lo que pasa con las familias es que te apoyan con lo que les da la gana y en el mejor de los casos nunca con lo que vos necesitĂĄs. Se limitan a decirte todo el tiempo que es por tu bien, pero Âżpuede alguien decir lo que realmente putas te conviene a vos en la vida?.
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Cada que llego a casa, la bola de pelos me recibe contorsionĂĄndose, como quien dice, boleando la cola como si fuera un perro. Yo la agarro entre mis brazos, la pongo en mi regazo, le aparto su pelo y las pulgas traquean entre mis uĂąas. Me hace recordar aquello al pescado cuando tu lo fritas sin descongelar, ta-ta-ta-tas-tas-tas.
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Deber ser cosa de locos estar sentado en el techo de una casucha a la espera de que algo ocurra, y a eso sĂşmale los bancos de niebla y las jodidas pocas ganas de volar.
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No queda duda que se trata de un perro, dice mi padre, MĂrale los ladridos y la forma de arruinar los calcetines.
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Pensé que era buena idea llevar los chicos del grupo a casa para que me dieran su opinión sobre la bola de pelos antes de buscarle un nombre, pero creedme que hubiera sido mejor no abrir la boca, porque se rieron tanto que tuve que sacarlos del estudio a patadas. Una vez, de vuelta a los ensayos, insistí en convencerlos de que se trataba de un cachorro chow chow, péro se reían, y entre dientes hacían chistes, dizque se les parecía más bien a perro de marica fino y volvían a soltar la carcajada. Ni modo de mencionarles el cuento de la ex novia de mi amigo quien tuvo que desarmar el lavaplatos y el desaloje. Hubo un momento en que el pelo paró de fluir, algo lo atascaba en la rejilla de la boca del desaloje. Cuando la cocina estuvo medio desbaratada, se dio cuenta que el pelo arrastraba algo sólido a través de todo el tubo del desaloje. Era como un cigote la otra bola de pelos ésta,
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porque venía toda ensangrentada y pesaba como un demonio, según las palabras de mi amigo, quién me juró que lo había escuchado de la viva voz de Rosi, su ex novia.
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Un ron doble nunca viene nada mal antes de partir. Mi padre lo llama el arranque.
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De camino a la agencia, Tex llevaba un walkman y un casete de los Fabulosos en la mano. Quizás lo llevara porque se lo habían prestado o porque lo iba a prestar. De todos modos, no importaba. Lo que importaba es que tenía un walkman y un casete de Los Cadillacs en la mano y que hacía un día fabuloso; uno de esos días en los que cualquier cosa puede pasar. De veras que se siente la energía flotando en el aire, decía mi ángel. - Oye, ¿cómo sabes que la agencia es una empresa fachada?
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A Roosvelt sí le gustaba eso de pasar sus últimos días cerca del mar. Siempre había sido un tipo guapachoso Roosvelt. Amante de la salsa y demás ritmos calientes.
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Milqui dice que la bola de pelos se le parece a un cachorro chow-chow. Ni más ni menos. Pero creo que lo dice para complacerme. Siempre dice lo que cree que quiero oír y es que se acuesta con otros tipos y con algunas mujeres y me dice cosas y me complace en todo para que yo no me meta en sus asuntos. Lo que Milqui no sabe es que algunas noches, cuando todo está oscuro y me levanto a orinar, he visto a la bola de pelos en el patio aullándole a la luna y hasta donde yo sé, los cachorros no aúllan. No se lo he contado, porque de todos modos pondría cara de asombro y al tiempo no me creería nada . Mi padre también ha visto a la bola de pelos aullándole a la luna y dice que se trata de un cachorro muy precoz y que todos los perros tienen una memoria atávica que los hace aullar de vez en cuando a la luna. Yo creo que mi padre me está llevando la corriente. Siempre lo hace. Dice que, en el peor de los casos, puede tratarse de un perro lobo y no de un chow chow
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como dijo el sujeto de la tienda de mascotas. Dice mi padre que “esos animalitos” los hizo ‘dios para que le hagan compañía uno’. Yo me trago las palabras y pienso, Ay, padre, qué egocéntricos somos, si pudiera explicarte que no somos más ni mejores que ningún otro animal; si pudiera hacerte entender que todos los seres vivos somos iguales y que vamos y venimos del mismo lado y hacemos parte de lo mismo. Pero, las personas somos los únicos terrestres que necesitamos de algo en qué creer para no perder la gana de perpetuar la especie.
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Y por quĂŠ habrĂa Dios de preferirnos a nosotros?
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Es mejor dejar las cosas como estรกn.
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Espero que el pĂşblico me tenga un poco de paciencia. La acidez me tiene venido a menos. Creo que no serĂŠ un excelente frontman, pero haremos lo posible porque sea una linda noche.
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¿Qué se puede recordar de las noches en el desierto? Mtv. Videos de Depeche Mode. El color del invierno. La sensación de que te haces viejo a los veinte. Ver una buena película era decirle a dios en la cara que ya sabíamos cuál era su cuento. Nosotros por lo menos ya teníamos un guión. Misteriosamente lo pasábamos bien. No hablábamos mucho, pero lo pasábamos bien. Mi ángel no hablaba mucho en realidad. Decía lo preciso. Me hablaba de un sueño. - Oye, en estos días tuve un sueño contigo. En realidad, no sé si era contigo. Pero había un desierto y una nena y un perro muerto, y tú. Definitivamente estabas tú. Te habías vuelto una hija de puta...
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-Oh, pero, Vamos... -Sí, te habías vuelto una hija de puta y estabas en un desierto. Definitivamente. - Y la nena ¿Quién era? - Pues no sé, no me acuerdo. Supongo que otra hija de puta. - Oye, y mis perros, estaban mis perros en el sueño... - No me acuerdo. Pero, te habías vuelto muy popular. Tenías amigos. -Oh. Vamos... y el perro ¿Quién lo había matado?, no me dirás que yo. - No recuerdo.
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Yo tenía la propiedad de hacerme a cargos de poder. Eso era antes de que empezara con lo de los perros. Me conseguía un trabajo cualquiera y de inmediato los jefes me hacían sus asesores. Debía ser cosa de los astros o algo así. En realidad nunca me importó. Pero cuando una mira las cosas desde arriba casi siempre se marea, y alguna gente nos mareamos más que otros. Entonces el poder era algo que se tornaba para nada divertido. La palabra que más me gusta es DIVERTIDA. DIVERTIDO también es una hermosa palabra, pero me suena mejor en femenino. Las mejores palabras vienen siempre en femenino. PALABRA misma, es una palabra en femenino y una hermosa palabra.
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Los perros si que eran divertidos. Y sobre todo las siete lunas en el mar. Siempre he creĂdo que el mar es una mujer. Entonces por que no decirle la mar.
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Una posición de poder nunca podría ser divertida, ni PODER podría ser una hermosa palabra, así te empeñaras en citarla LA PODER.
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Estoy seguro que si careciera del sentido del tacto creería que el mundo esta hecho de masapán. En un set de grabación a lo Hollywood una calle de los Angeles se convierte, en cuestión de segundos, en una cuadra del viejo oeste. Si vos mordés las paredes te pueden saber a mueble. Si haces la cuenta, una mujer promedio se gasta 50 dólares yendo al peluquería, 200 en ropa, cien en gimnasios, 200 con el analista, cien en productos de belleza, sin contar minucias e imprevistos y alguna que otra cirugía. Lo fuerte del caso es que todo esto te lo cobran a vos como hombre en una sola noche.
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Íbamos por un lugar donde había una estatua de Bolívar. En La ciudad había muchos lugares donde había una estatua de Bolívar y a Mi ángel le gustaban las estatuas de Bolívar. Cada que íbamos a una ciudad distinta buscaba los lugares donde hubiera una estatua de Bolívar. Decía que podía hablar con las estatuas de Bolívar. Yo siempre estaba su lado. Me gustaba verlo hablar con las estatuas de Bolívar, aunque nunca supe de qué hablaba con las estatuas de Bolívar. Me decía que lo esperara a la distancia. Según él, yo no podía escuchar sus conversaciones con las estatuas de Bolívar. Eran cosas muy importantes. Entonces, yo tomaba distancia y lo esperaba por ahí, viéndolo mientras hablaba con las estatuas de Bolívar. Aquel día, me dijo que lo esperara. Iba como siempre a hablar un rato con la estatua de Bolívar. Yo tomé distancia y me fui a una tienda a tomar un café y a buscar un teléfono público. Necesitaba llamar a un cliente interesado en un
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Akita cruzado con Doberman. Cuando terminé con el cliente le eché un vistazo a Mi ángel. Estaba hablando con la estatua de Bolívar. Sentados, frente a frente, Mi ángel se reía de vez en cuando y la estatua permanecía incólume, como siempre, mirando hacia la barriga de un edificio que le obstruía su panorámica, y lo miraba la estatua desde arriba, como diciéndole, Enano. Petizo. Enano, marica. Luego, Mi ángel se incorporó y le puso el Walkman en la cabeza a la estatua de Bolívar. Una hora después, Mi ángel volvió con una gran sonrisa en la boca. Tenía el walkman en la mano. -Se mamó de Diomedez, quiere otras cosas.
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Tas-tas-tas. AsĂ sonaron las balas que mataron a Polyester y ni siquiera iba en el taxi.
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El viejo es pensionado.
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Mi novia anda descalza por todos lados y dice, En las noches y a veces de dĂa, vive en el otro, su paĂs.
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La bola de pelos. No sé qué será la bola de pelos.
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De Brooklyn recuerdo el frĂo en invierno, el cual te hacĂa congelar las pelotas.
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Milqui ama desnudarse en cualquier lugar y sobre todo, los pies. Lo suyo son las alas.
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O es que acaso cuando has visto un pájaro con zapatos, bebé, dice mi nena. La última vez estábamos en el restaurante de un amigo del grupo y mi nena se había descalzado los pies, y sus tenis reposaban al lado, como en muchas de las horas reposaban olvidados en su desván. Hablábamos de todo un poco y ella decía que un día de estos se iba a quedar viviendo en el otro, su país. Cuando de pronto, mi amigo quien en realidad no era mi amigo, sino amigo de la banda, me aparta a un lado y me dice que por favor le diga, A ella, que se ponga los zapatos, porque el suyo era un restaurante distinguido donde ni siquiera se recibía gente que no fuera de etiqueta, ya había hecho lo suficiente por mí dejándola entrar de tenis. Qué te pasa, le dije, Porqué no se lo decís vos? ¿No ves que tu distinguido restaurante está lleno de distinguidos mafiosos? ¿En qué país crees que estamos?, Tu distinguido restaurante funciona en una comarca donde el ciudadano más distinguido es un montañero con plata, en la mayoría de los casos untado de dinero sucio y
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en la totalidad de los casos con un alma no tan distinguida untada de corrupci贸n.
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La agencia de verdad que parecía una vaca loca. Habían cientos de clientes con cientos de funcionarios y todos con un teléfono pegado al oído. Me imagino que cada cliente iba con su respectivo ángel porque había mucha gente de todos los tipos y no se podía distinguir muy bien entre tanta gente junta. Pero de lo que si estoy segura es que no todos los clientes teníamos un asesor. En las agencias siempre lo atiende a una un asesor. Nosotros llevábamos cinco minutos adentro de la agencia y nadie parecía percatarse. Las cosas estaban color de hormiga atómica para el país y todo el mundo se quería ir. De seguro que todo el mundo se quería ir. La taquilla de VISAS USA estaba repleta. Y los asesores, todos, parecían estar ocupados. Yo sólo iba por lo de Mi ángel y ahí estábamos los dos en medio del hormiguero humano sin que nadie nos atendiera. Era una de
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esas oficinas ubicadas en los pisos altos de los edificios del centro. Podíamos mirar el paisaje urbano a través de las ventanas mientras venía un asesor. Pero pasaban los minutos y nosotros seguíamos mirando el paisaje urbano a través de las ventanas. Luego de una larga espera nadie vino a atendernos. Todo el mundo hablaba por teléfono y no parecía importarles que nosotros estuviéramos ahí parados en medio del hormiguero, mirando el paisaje urbano a través de las ventanas y no venía un asesor ó alguien a atendernos.
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En Brooklyn hay que armarse de unas buenas botas porque, o si no, el frĂo te mata. En Brooklyn a los carrangas resucitadas los yuppies les dicen arribistas.
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- Si. - Si qué? - Es mejor que un día de éstos te quedes viviendo en el otro, tu país.
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Eso pasa cuando vas a comer a lugares que quedan por fuera del centro. En un restaurante del downtown mi nena puede comer con los pies desnudos y nadie dice nada.
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Polyester se murió sin conocer el mar. Todo empezó a ir diferente cuando a Polyester lo mataron. Roosvelt es un tipazo. No lo hubiera conocido sino tuviera a Milqui. Milqui es amiga de todos los gallinazos del lugar. Yo no conocía nada de la belleza, ni de la música, ni de la pintura ni del cine hasta que un día Polyester me llevó a su casa. TAS-TAS-TAS a Polyester un día lo mataron y ni siquiera iba en el taxi. Amaba la salsa porque, supongo, tenía un taxi.
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Mami, va de vez en cuando a los conciertos y ahora nos la llevamos mejor. Hablamos un poco por telĂŠfono y de vez en cuando nos vemos. Nunca va a la casa porque no puede ver al viejo. Milqui dice que las mujeres quedan un poco rayadas despuĂŠs de un divorcio. El viejo dice que los hombres tambiĂŠn. Yo creo que los dos tienen suficiente calle para decirlo. Hay que tener mucha carretera para ponerse a hablar de esas cosas.
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Una semana después de que mataron a Polyester, Lovaina y yo aún no podíamos hablar. Estábamos chokiados y paniquitos. Mi abuela me llevó adonde una bruja a escondidas de Mami, dizque Pa’ sacarme el diablo. Pero la bruja lo único que hizo fue leerme el futuro y no más. Me dijo que yo tenía una misión muy importante sobre la tierra. Ahora que lo pienso, me pregunto si todo esto no tendría algo que ver. Qué tal si lo de la bola de pelos estuviera conectado con lo de Polyester y su muerte y la bruja. Cuando salí de la cabina telefónica, Amigo Teléfono Público, la Colegiala y El Guitarras planeaban cómo nos íbamos a repartir el dinero. La cabina quedaba a unos cuantos metros del Parador de las Iguanas y yo me pude haber arrepentido durante el trayecto del Amigo Teléfono Público al Parador de las Iguanas. Pero no lo hice. La Colegiala decía que quería comprarse un Jaguar. Yo le dije que si era un auto de ésos que salen en la TV. promocionados por Sting, pero Ella me dijo que no se trataba de un auto en lo absoluto. También dijo que le gustaría vivir en una isla. El Guitarras por su
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parte, iba a abandonarlo todo. Quería abrir un teatro y viajar a una ciudad costera. Cambiar el negocio del crimen por el negocio del espectáculo. Era lo que quería hacer. Una plata mejor ganada. Yo, aún no me imaginaba que podría hacer con mi parte. De niña siempre quise ser la dueña de un casino. Pero ahora me sentía muy bien con Las Siete Lunas En el Mar. Un negocio de perros era todo lo que podía desear una fanática al negocio de los perros. Una plata bien ganada. Las cosas estaban color de Hormiga Atómica para el país, la plata no se veía, el negocio no funcionaba, pero de todas maneras era una plata mejor ganada.
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-Oye cara pĂĄlida, quĂŠ piensas hacer con tu partedijo El Guitarras. Yo me estaba acordando de Mami y eso andar siempre bien peinada. -QuizĂĄs tenga un casino- dije.
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Mami trabaja en un peluquerĂa pero muy pronto le van a liquidar y dice que va a tener la suya propia.
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De un tiempo para acรก, la bola de pelos ya no es la bola de pelos sino la bola con pelos.
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Mis padres dicen que la familia es la familia y que la familia no se pierde. Parece ser que se creen muy familiares mis padres.
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Lo que mรกs me gusta de mi trabajo es que nunca discutimos con los chicos de la banda. Cuando necesitamos sacarnos la pepa, vamos a un club de la pelea y nos emborrachamos y nos abrazamos y luego volvemos y nos damos.
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Después de volver de donde la bruja, Lovaina y yo nos quedamos otros quince días sin hablar. Nada, ni bruja, ni nada de nada iba a hacer que Polyester resucitara. Polyester el día de su muerte, le regaló flores a todas las muchachas que había en un fiesta y tocó Sueles dejarme solo, mientras se lo dedicaba a una chimbita que le gustaba, nena nunca voy a ser un superhombre, sueles dejarme solo sin respuestas. Eso yo no se lo he visto hacer a nadie. Luego nos dijo a Lovaina y a mí que saliéramos a ver la luna , que la noche y las estrellas era para salir a verlas, eso tampoco se lo había escuchado a nadie.
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Mi nena aparece y desaparece. Dice que siempre viene del otro, su paĂs y que sus padres son de Manila pero que viven en BogotĂĄ. Imagino que algo debe hacer Milqui para ganarse la papa.
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Cada cierto tiempo, destapamos cuatro o cinco botellas de ron Jamaica y nos la clavamos en una sola tarde y nos vamos a ver morir la noche en el Parador de las Iguanas. La farra a veces nos dura toda la semana y yo muerdo las paredes del Parador de las Iguanas para probar mi falsa teorĂa de que el mundo es un poco blando, un poco un mueble, un poco una espuma. No sĂŠ, pero eso siempre pasa cuando Milqui me deja. Es que los artistas somos un poco autodestructivos cuando las novias se van.
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Al hombre le faltan tres cosas por resolver antes de concluir su misión en la tierra. 1. Viajar en el tiempo. 2. Sobrevivir a la muerte. 3. Verle la cara a un extraterrestre. Dos de estos tres aspectos ya están resueltos. Lo que pasa es que no nos hemos enterado, o no queremos creerlo. Sobre los otros asuntos acerca de la vida de los hombres, el DISCOVERY no es muy claro que digamos. Ya casi va siendo hora de irme ¿qué hora es? ¡las cinco? ¿seis? Debería irme a tocar o a tirarme de acá o a chutarme. Pero irme. Cuando Milqui va a los ensayos yo me pongo muy contento, ¿sabe? Estamos haciendo un nuevo álbum, sabe? Cuando ella va al estudio la cosa no funciona muy bien creativamente ni las ideas fluyen, pero yo me pongo muy contento.
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Los fines de mes Efe de Jesús se hace chistes y se burla de sí mismo, que es como hacer la misma cosa dos veces lo mismo, pero diferente; dice que se siente como el Coronel, Que no tiene quien le escriba, pues su pensión se retrasa uno o dos días. Entonces Efe de Jesús va a cobrar su giro y le dicen que todavía no han pagado y él dice que se siente como el Coronel, Que no tiene quien le escriba.
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Los lunes vamos con mi novia al supermercado y parece que de verdad no fuera de este mundo. La gente se queda mirándola y ella con su pies descalzos empuja tranquila el carrito del mercado como si lo hiciera en cámara lenta y su mirada, su mirada siempre está en el otro, su país.
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Mi ángel mataba el tiempo de muchas formas. Le gustaba matar los ratos a Mi ángel. Era un tipo de tiempos libres y de cualquier modo tenía que matar las horas. Uno mismo, a veces, era una simple criatura de Dios buscando las mil y una formas de cómo matar el tiempo. Mi ángel lo hacía con el triqui. No le podían faltar sus tres granos de fríjol, sus tres granos de maíz y una tiza en los bolsillos. Dibujaba un triqui en cualquier lado donde hubiera que matar el tiempo mi ángel. Era un desembale, algo así como una suerte de heroísmo. Podías pasarte la vida buscando un pensamiento adecuado para matar los ratos o irte por la fácil y te sentabas a jugar triqui con mi ángel.
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Aquella mañana jugábamos triqui. Era una buena manera de matar el rato. Se puede decir que la vida en la sala de espera derivó en un montón de ordenes alternos controlados por un montón de tiempos libres. Nosotros mismos éramos puro tiempo libre buscando sobrevivir a la inclemencia de una jodienda llamada el club de los ratos libres. Eran unos pandilleros los tiempos libres. Al menos en palabras de mi ángel. Pero entonces siquiera teníamos a su majestad el triqui. Se le había ocurrido a mi ángel un verdadero antídoto contra el club de los ratos libres. Pandilleros que nunca podrían contra el ímpetu y la fuerza arrolladora de su majestad el triqui. Aunque era peligroso. Nunca debías relajarte con ese asunto de los ratos libres. Pues sabían camuflarse muy bien en lugares insospechados a las horas menos
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pensadas. CreĂas matar el tiempo jugando una buena partida de triqui, pero resultabas comiendo uvas de la pared en salas de espera reciĂŠn empapeladas.
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La casa de Polyester estaba llena de pinturas y libros y películas que yo nunca había visto antes y tenía un estudio de grabación y una sala de edición donde hacía canciones y videos, los cuales nunca le mostraba a nadie porque decía, le parecían muy malas pero que a él le divertían y que eso era lo importante. En casa de Polyester aprendí que es muy importante divertirse con lo que se hace. Si tu trabajo te aburre mándalo a la mierda, Si tu vida te aburre a la mierda, Si no te diviertes con tus aburrimientos, a la mierda.
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La bola de pelos aĂşn no encuentra nombre, mejor dicho, a nadie en casa le ha dado por buscarle un nombre a la bola con pelos.
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El otro, su país, es un lugar donde Milqui trabaja todo el día según ella.
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Con Lovaina fuimos, luego, a buscar la bruja adonde me había llevado mi abuela, porque él quería saber lo que le deparaba su destino. No sé si es que íbamos muy locos o qué, pero a la bruja no la encontramos nunca. Se había mudado o algo así. No estoy muy seguro, la verdad es que nos habíamos fumado un Armadito de esos de la Toma y estábamos retrabados. Solía suceder, nos trabábamos y se nos corrían las calles. Igual, cualquier bruja puede ser reemplazada por cualquier otra bruja y entonces Lovaina y yo nos conseguimos una bruja de reemplazo.
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Cuando a mi ángel le tocaba jugar solo jugaba solo. No había problema. Me parece verlo con su walkman en las orejas jugando una buena partida de triqui consigo mismo. Sacaba una cajetilla de cigarros Ultramar y se fumaba dos o tres cigarros Ultramar, los cuales eran encendidos con una candela de 1940. Por las tardes, una solía encontrárselo en el Parador de las Iguanas. Jugaba y se quedaba quieto. Aunque la mayoría de las veces, los clientes le hacían compañía en sus partidas de triqui. Eran verdaderos campeonatos de triqui los que se armaban por las tardes en el Parador de las Iguanas. Y Mi ángel siempre era el que le ganaba a todo el mundo en aquellas tardes de partidas de triqui en el Parador de las Iguanas. Un tipo duro para el triqui mi ángel. Nunca hubo nadie quien le ganara un juego. Así que la gente se aburría. Pedían una cerveza y mandaban a la mierda el asunto del triqui.
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Preferían matar el tiempo viendo el espectáculo de una nena que iba y se fumaba un cigarro en medio de la tarde y que luego se iba sola tal cual llegaba. Entonces mi ángel también pedía una cerveza y se quedaba quieto. Mandaba a la mierda el asunto del triqui y veía el espectáculo de una nena que iba y se fumaba un cigarro y que luego se iba sola tal cual llegaba.
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La verdad es que no le atraía mucho la idea de jugar solo a mi ángel. A ratos, le tocaba pero no le gustaba. Al menos no demasiado. Aquella mañana era una de esas veces. Tenía la esperanza de que yo me sentara a jugar con él una buena partida de triqui. Pero yo estaba muy ocupada pensando en la sonrisa de Luna que estaba a punto de volverse carcajada, y en sus tetas que me apuntaban como si fueran los mísiles de afrodita y también me preguntaba qué estaría mirando la niña de los prismáticos desde una foto en el interior de las páginas de aquella revista. - Oye, ¿qué tal una partida para matar el rato? dijo mi ángel. - Listo una partida. - dije yo. - O.k. - dijo Mi angel.
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Cargan rocas de un lado a otro, pescan, juegan con piedras preciosas y las intercambian con los marinos de otros barcos, porque el otro, su paĂs de Milqui, Es a su vez un puerto. Debe ser un lugar muy extraĂąo, el otro, su paĂs de mi nena.
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Polyester sac贸 una guitarra y me la puso en las manos, dijo, Va a ser tuya si la aprendes a tocar, y ese fue el principio de todo. S贸lo un tiempo despu茅s me d铆 cuenta, que se trataba de una guitarra muy fina, una Gibson le Sport.
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Mi madre me contó que el día que mataron a Polyester fueron a visitarla unos tipos muy raros a la peluquería horas antes de la balacera. Iban así vestidos de civil sin uniforme ni nada, y le dijeron, Lo sentimos mucho pero le tenemos que informar que su hijo está andando con un viciosito de la zona. Dígale que se cuide. Mi madre les dijo que no lo podía creer, y que, Tranquilos, que ella me estaba cuidando desde hacía veinte años.
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Una cosa muy extraña estaba pasando en casa: el gato se fue desapareciendo. Iba y volvía, iba y volvía. Mi padre decía que fresco, que así eran los gatos, que se perdían por tiempos, Lo suyo es irse y volver. Son como las tortugas, dijo mi padre. Pero yo, desde el comienzo, lo vi alicaído al gato cuando llegué con la bola de pelos que ahora es la bola con pelos.
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Mi madre era una buena madre. Bueno, supongo que todas las mujeres terminan a la postre siendo buenas madres, así no sean buena gente, al igual que todos los muertos terminan siendo buenos muertos cuando están y sólo cuando están en la fosa. Cosa natural.
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Pero mi madre en particular no hacía cosas malas que ya es mucho cuento. Mi madre hacía todo lo que hacen las madres. Tal vez joder un poco y volverlo todo un infierno cuando uno les saca la piedra. Pero yo ya estaba empezando a sospechar lo que se traía entre manos. Se la pasaba con el cuento de que había invertido los mejores años de su vida en mi crianza, aunque en general no hacía cosas malas. Pero me daba mucho qué pensar. Se necesitaría medio siglo para pagarle a mi madre sus mejores años que había invertido en mi crianza. Algo así siempre da algo de terror teniendo en cuenta de que ello es un producto demasiado fino y que nadie es tan rico para pagarlo. Lo que sucedía con mi madre y con las señoras de su edad, según Loriga, es que lo empezaban a mirar todo con resentimiento porque a ellas se les había terminado la fiesta o porque posiblemente
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para ellas nunca la había habido. Eso a veces les hacía meterse en ideas un poco torcidas, en especial cuando esas ideas se relacionaban contigo. Yo desde hacía tiempos no pagaba nada por nada y uno en esencia es lo que consume. Yo no consumía casi nada, entonces se puede decir que yo era casi nada. Tal vez era un millón de canales exhibidos al mismo tiempo ó una más de mis perros. Pero ahora tendría que empezar a pagarle a mi madre sus mejores años que había invertido en mi crianza, ó irme antes de que me lo empezara a cobrar por ventanilla.
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TRACK # 10 – PAR RUEDAS (II) – KILÓMETRO 12. VELOCIDAD. PAR RUEDAS/ UN BARETO. VIDA AL CIEN/ ¿PARA QUÉ COLECCIONES DE MÚSICA SI EXISTE LA RADIO?/ UN PACE, QUE NO ES EL MISMO PASE DE PAPÁ. / ¿PARA QUÉ UN VHS SI TIENES LA TV?/ ¿PARA QUÉ MIS COMPACTS?/ PAR PACES. REVERSA. PRIMERA. SEGUNDA. ¿PARA QUÉ T.V. SI EXISTE LA BLANCA? DERRUMBE.
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Hace dos d铆as encontramos al gato muerto. Pobre gato. Muri贸 sin un nombre. En casa nunca nos ha preocupado un nombre para las mascotas.
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Milqui dice que no es extraño. Que es simplemente un país donde ella vive con un niño y nadie más. Un país donde se trabaja y se juega y se llega muy cansado al final del día, que un día de estos se queda viviendo allá. Cuando se duerme en el otro, su país, mi novia se despierta acá, y viene a hacerme la visita al estudio de grabación. Yo siempre me pongo muy contento.
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Sospecho que la bola de pelos tiene que ver mucho en la muerte del gato. Cuando lo fui a enterrar, estuve hurgĂĄndole la pelamenta y el cuero al felino, por si encontraba algo fuera de su lugar. Y preciso. EncontrĂŠ unas manchas rojas, muy extraĂąas, en el cuello del animalito, similares a las manchas de los humanos contactados por los extraterrestres que muestran en el Discovery.
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Ahora mis padres me tratan mejor. Desde que nuestro primer álbum se empezó a vender soy un ser humano que vale la pena y creen un poco más en esto de la música.
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Almuerzo Ejecutivo en el Parador de las Iguanas. La colegiala no tenía la más mínima idea de cómo podría hacerse un secuestro. Creo que yo tampoco. Pero El Guitarras decía que era igual a cómo se hacía en las películas. -Es cómo en las películas. -Entonces el primer paso es la pose- dije - hay que actuar como si perteneciéramos a una banda. - Sí. Pero tiene que ser una banda aparte. Como los Hooligans o algo así - dijo El Guitarras.
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-Pose de Hooligan. Hay que tener pose de Hooligan. Eso es. -Quiénes son los Juligan- dijo ella. -Unos sujetos que van a los estadios y salen por televisión. A veces, comen carne humana. Muerden la oreja de otros hinchas cuando sus equipos hacen un gol, sobre todo en partidos internacionales. - Actúan en manada y se esconden en la masa. - Podrían arrancarle las orejas a la Madre Sor Teresa de Calcuta y fritarlas y comérselas con arepa, pero no podrían secuestrar ni a un panda recién nacido. - Un secuestro es una cosa muy seria. Pensé en mi madre, que creía que el secuestro era un pecado. Pero que no le importaba con tal de que la sacara del fango.
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- Los Hooligans no son serios. - Son unos charlatanes. - Fantoches. - Farsantes. - Lo único que hacen es dejarse atrapar por la policía y salir en televisión. - Después de destrozar las tiendas de los extranjeros. - Nacionalistas faranduleros. - Nacionalistas. - No hay que ser un nacionalista para hacer un secuestro. - Hay que ser un hijo de puta. Y los nacionalistas son unos hijos de puta.
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- Tener pose de secuestrador no es lo mismo que tener pose de nacionalista. Eso lo tengo claro. - Se puede hacer un secuestro sin tener pose de nacionalista, pero no se puede hacer un secuestro sin tener pose de secuestrador. - PodrĂamos inventar nuestra propia pose. - PodrĂamos alquilar una pelĂcula de Bruce Willis. - Pero nosotros tenemos que ser una banda Aparte y Bruce nunca ha pertenecido a una banda. Siempre trabaja solo. Es un tipo solitario el viejo Bruce.
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ABIERTAS ESTÁN LAS INSCRIPCIONES PARA EL GRAN CAMPEONATO QUIMICOS OLIMPICOS DEL 2005. ÚNICOS PARTICIPANTES: MIlqui Y LOS MUCHACHOS DEL GRUPO. GRAN GANADORA...MILQUI ! POR VARIAS TURRAS Y ABULTADO MARCADOR... 5 PEPAS DE ROPHYNOL, CUATRO ACIDOS, UN ÉXTASIS, DOS BOTELLAS DE WHISKIE Y UN KILO DE PERICO: EN TRES DÍAS, POR LA NENA... CONTRA UN SPEEDBALL, MEDIO ACIDO, DOS COSOS, TRES DIABLITOS, DOS PAQUETES DE PECHES, UNA DE WHISKIE Y 5 GRAMOS DE PEREZ Y UN ÉXTASIS: EN CINCO DÍAS, POR TODA LA BANDA.
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Yo sé que todo lo dicho esta tarde suena a una mala canción de punk de ésas que escuchás en la radio, pero ésta es mi historia y he de contarla. Somos un mueble viejo y pesado en medio de un partido de fútbol y tenemos los huesos de hierro y no nos podemos mover. Aquella noche íbamos a comprar un Pérez. Aquella noche bailaban las estrellas.
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Mejor dicho, a Polyester, a veces le daba por un PĂŠrez.
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Cuando llegué a casa de mi madre, después de la balacera, ella estaba histérica.
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Íbamos felices. Todo estaba claro y perfecto. Íbamos tan felices, tan felices, como sólo se podía ser en aquella época. Parece ser que a la bola con pelos le gustan mis canciones. Algo extraño ocurre cuando pongo cualquier clase de música. Vi por televisión a Rosi, la ex novia de mi amigo, hablando de su experiencia con las bolas de pelos. Su casa se había llenado con decenas de ellas y tuvo que llamar a un exterminador espacial para aniquilarlas. En mi opinión, lo del exterminador espacial es pura mierda. Uno puede doblegar a las bolas de pelos con sus propias manos.
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La bola de pelos de casa se revuelca de la felicidad cada que escucha Things you cant leave behind de U2. La bola con pelos se revuelca cada que pongo cualquier mĂşsica.
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A la distancia se podían ver los movimientos de Luna. A mi ángel no le interesaba en absoluto lo que estuviera haciendo Luna ni sus tetas ni su sonrisa, pero yo sí quería ver cada uno de sus movimientos. La sala de espera estaba a unos cuantos metros del cubículo donde ella posaba su culo y sus tetas y su sonrisa y donde trataba de comunicarse con alguien para preguntarle sobre las consabidas vacaciones para ángeles y luego traernos la información de unas tales vacaciones para ángeles. De verdad que era una mujer hermosa esa Luna con todo lo que podía caber dentro del concepto mujer hermosa. Mañana que rueda. Estrella que llora. Niño que juega. Música sabia. Pelota que rueda. Fotos marinas. Estampillas. Tenis. Nenas casuales.
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Pero a mi ángel no le preocupaba todo lo que pudiera caber dentro del concepto mujer hermosa y decía que no fuera cursi, y yo no podía concentrarme en su estúpido juego de triqui. Así que prendió sus walkman se puso los audífonos y fumó un par de cigarrillos Ultramar mientras jugaba consigo mismo una partida de triqui y yo me quedaba mirando los movimientos de Luna, mientras que ambos esperábamos a que ella viniera con sus noticias sobre el plan especial de vacaciones para ángeles. Hoy siento que ya lo he vivido todo.
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Un exterminador espacial siempre va a ser una mierda.
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Le encantan las canciones, incluso las mĂas, a la bola de pelos.
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No creo que vayamos a estar mucho tiempo en la cúspide, es difícil competir con los vallenatos y las salsas de sábana.
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Me gustarĂa, de todos modos, gastar las Ăşltimas horas en algĂşn concierto.
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Milqui es suficiente con todo y se basta con un paquete de cigarros y par cervezas los viernes en las noches.
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La segunda bruja, la de reemplazo, nos dijo lo mismo que la primera bruja, Muchachos, ustedes tienen una misión crucial para la época, juegan con la carta del héroe en este mundo.
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No sé por qué hablo de la bola con pelos como si aún existiera.
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Las Ăşltimas palabras de Polyester hablaban de un intenso deseo de conocer el mar y tastas-tas, lo mataron. Ni siquiera iba en el taxi y cuando pienso en ello me dan ganas de morirme.
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QuisiĂŠramos seguir tocando, pero no nos interesa la USA. Nos inspira este paĂs y punto.
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La bola de pelos, perdón, la bola con pelos persigue, perdón, perseguía los palos que yo le arrojaba al aire. Es mejor hablar en pasado de la bola con pelos porque ahora ella también está muerta.
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Polyester se huelĂa, es cierto, de vez en cuando sus cosos. Tas! Tas! Tas! Tres disparos y a tierra!
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En los Ăşltimos dĂas habĂamos hecho buenas migas con la bola de pelos.
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Es a una especie de cansancio a lo que me refiero, como si ya lo hubiéramos vivido todo, como si te hubieras puesto viejo. Soñé que corría e iba por la playa y la Bola siempre iba atrás de mí y matábamos turistas. También vi en el sueño que Polyester se fugaba de su ataúd y Lovaina se volvía un valija y que yo me colaba en mis propios conciertos. Yo me volví rockero y nunca hubiera pensado hacerlo, así son las cosas, siempre te llegan por la espalda, nunca de frente para que puedas esquivarlas. Dios y su balón de micro.
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Si yo fuera pulga me daría un banquete entre tanto pelo junto. Pero uno necesita algo más que pelo para ser una pulga feliz. Por eso digo que la bola de pelos es una bola con pelos. No recuerdo el día exacto en que empecé a ganarme la vida con los perros, pero supe que ahora podía envejecer en paz. Había encontrado por fin una fórmula para no aburrirme conmigo misma. Solucionaba uno de los principales problemas de todos por esa época. Íbamos al cine, nos emborrachábamos, alquilábamos películas, cobrábamos cheques, veíamos fútbol, cantábamos goles, comprábamos, comprábamos, comprábamos, pero cuando nos quedábamos a solas, no sabíamos qué hacer con nosotros mismos. Con mis perros no había forma de aburrirse. Lo supe a la primera. Siempre se sienten esas cosas. Hasta una cárcel sería divertida si
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podías montar allá un negocio de entrenamiento para perros. Y si nunca te salía un cliente, no importaba. Estaban tus perros para divertirte mientras aparecía alguno. Ya no tenías que preocuparte por esos días donde la dirección correcta te la señalaba un jefe de los que se para en la línea de partida cronómetro en mano y espera a que tus mejores años vengan para disparar su M 54 al aire. El gran reto de una banda es sacar un álbum que alimente a sus fans durante uno o dos años sin hostigarlos, mientras uno prepara su álbum siguiente. Este álbum representa todo lo que hemos sido los últimos 25 años. Por primera vez en mucho tiempo ensayamos todos los días como si fuéramos una banda de verdad. Necesitábamos una razón para salir de nuestras camas y meternos de lleno en Películas de Carretera. Ahora salimos de nuestras casas y dejamos nuestras novias y nuestros hijos y nuestros cálidos hogares porque hay once buenas razones para hacerlo, que son estas once canciones. Once canciones, cual factura nos llena de regocijo. Es realmente lo más parecido a lo que siempre hemos querido hacer. Somos un grupo con la cabeza
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en las nubes y los pies en el barro. Las canciones te dicen cĂłmo deben ser los videos y los conciertos. Si deben ser espectaculares, si muy elaborados, si con muchos efectos y muchas luces, o si debe ir apenas una bombilla sobre el escenario. Todo eso te lo dicen las canciones. En un mundo que se ha quedado sin causas nuestra causa es la mĂşsica y por primera vez en mucho tiempo, es fantĂĄstico, me siento tocando en un grupo de rock, rock.
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Otros grupos favoritos de la bola con pelos son: Sonic Youth, Pixies y todas las bandas del circuito de NY: Pavement, The Lips, Nirvana, P.I.L., Yolatengo, P.j. Harvey. Algunos temas de Frankie y todo lo que suene a Manchester Sound: Stone Roses, Northside, Charlatans, Oasis, Bajotierra, Claroscuro, Radiohead, Blur, Los planetas, Moby. Su argumento es que hay una melacólica alegría en aquella música que la hace revolcarse en el piso. Su dolor no es de este mundo, dice. Es una tristeza ajena la mía y la de la bola con pelos. Juntos somos una pura bruma espesa.
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- No sabes lo que me duele que los vecinos me digan que te vieron por ahí como una marimacho con esos perros para arriba y para abajo - decía Mami. Yo pensaba que tampoco era justo que le proporcionara ese dolor a Mami. Al fin y al cabo ella no tenía la culpa de que las almas se estuvieran suicidando en las cajas registradoras de los supermercados y que los jefes estuvieran parados en las líneas de partida con sus veintidós apuntando al cielo esperando que vinieran los mejores años de tu vida para hacer su mejor disparo, y que al país se lo estuvieran robando y que los vecinos fueran unos cabrones que no se conformaban con lo adecuadas que eran sus vidas, sino que tenían que estar mirando lo inadecuadas que eran las vidas de los demás. Así que pensé que no era justo y que algún día me tendría que ir para no darle más vergüenzas a Mami.
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En las vacaciones pensaba en las playas. Las imaginaba repletas de universitarias hermosas. La gente fea siempre se quedaba en la ciudad en vacaciones. No es que creyera que la gente era bonita o fea en general, pero es que en la ciudad todo agarraba un aspecto raro y feo en las vacaciones. No sé si saben a lo que me refiero. Las playas se llenaban de gente hermosa, aunque también iban muchos turistas desagradables. Eso es a lo que me refiero. Daban ganas de meterle un tiro a los putos turistas desagradables y a la gente fea que se quedaba al mando de la ciudad en vacaciones. Yo por mi parte no tenía problemas. Algún día me iba a ir para no darle más vergüenzas a Mami y ya no tendría que ver más gente fea en la temporada de vacaciones. Creo que todo esto tenía que ver con los jefes que se paran en la línea de partida con sus cronómetros en mano y la veintidós apuntada hacia el cielo y con los disparos surcando el cielo rumbo al riesgo de la tarde.
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Los chicos de la banda todos tienen un hijo.
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En Nueva York nos ofrecieron unos cuantos miles de dólares para firmar un contrato, pero lo nuestro no es el dinero. Me importaría un carajo si nuestras canciones se vendieran, o no. De todos modos, no sobra agradecer a las emisoras por sonarlas. Pero me gustaría más que se fijaran en nuestro arte, más que si estamos en el Número uno o que si hace mucho tiempo no entramos a las listas. Ésos que escriben en los medios nunca se fijan en la real calidad de las cosas, no tienen alma para medirlas.
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SĂ, En su momento me encantarĂa tener un hijo.
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Le preguntĂŠ a la bola de pelos si tuvo algo que ver con la muerte del gato, pero la bola con pelos sĂłlo habla de mĂşsica. Por las noches huye hasta el patio y dice Miau Miau, como para que mi padre y yo no sintamos la ausencia del gato.
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Camilo era un hippie. Lo mejor de los hippies era su música. Y a mi no es que me cayeran muy bien los hippies. Al menos no demasiado. Pero Camilo Caicedo era mi vecino. Por el contrario creo que me caían muy mal los hippies. Andaban por ahí con el cuento de la pipa de la paz y del Yin- y el Yan y del sahumerio y de las ensaladas vegetarianas y de la última de Chopra y que el álbum de kítaro y el fen-shui y que Buda y el Imagine de Lennon y a mí todo eso siempre me supo a mierda. Habían unos cuantos hippies que eran buena nota. Tal vez buenos artistas. Pero todo ello seguía sabiendo a mierda. Actuaban como si todo estuviera bien y muchos podrán pensar que no hay nada malo en ello. Para mí los hippies entraban en la misma categoría de los Evangélicos, los Yuppies, los Curas, los Alcohólicos Anónimos, los vendedores de AMWAY y todos los demás cristianos que iban
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a misa los domingos al Bar de Los Gatos Fritos. Siempre con una sonrisa en la cara. Todo era digno de cortesías y nada era tan malo como para perder los estribos. Si tu día se arruinaba, no podías agarrar la tele a patadas o cargar tu 9 milímetros porque perder el control, sólo un poco, ya era cuestión de atraer mala nota. Pero ahí de que los hippies algún día estallasen. Nunca le tocarían un pelo nadie. Sólo venían con una sonrisa en la boca y te destrozarían la reputación con aguas de rosa. Luego todo se cierra y ellos hacen sus apuestas a que estamos en el baile de las hermanitas de la caridad. Pero en el fondo, así no lo creían. Todos sabíamos la otra cosa. El mundo no era una fiesta de bienvenida al Papa. Camilo lo sabía, pero era uno de esos tipos que no te hablarían de los granos en tu cara. Sólo iría donde el vecino a hablar de ello con tal de no perturbar tu paz. Cada mañana venía Camilo a mi casa y traía uno de esos álbumes donde todo es filosofías Zen. (Un día había tocado a mi puerta con un bareto en la boca y nunca más dejó de hacerlo por el resto de los siguientes ocho meses). Siempre llevaba algo en la mano. A veces un almanaque de los años 20 o de los 30 y yo le decía que de
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lo del pasado prefería a los Pistols y quizás a The Clash, pero que hasta ahí llegaba mi interés por la historia. Camilo daba un plon y luego yo me metía un par de líneas. Pero Camilo era mi amigo. Se había convertido en uno de los mejores con el paso de los días. Lástima que fuera un hippie. Las lineas las armábamos en las carátulas del London Calling. Camilo insistía con aquello de que los Beatles y los Rolling y Zepelin y todos esos grupos liderados por mechudos. Buen amigo Camilo. Creía en un mundo de hombres imperecederos. Como si nosotros fuéramos los chachos de la película. Una mañana lo encontraron agonizante con las cuerdas de su Gibson al cuello en un cuarto de un hotel. Estaba la televisión encendida. Canal Noticias y Deportes. Su esposa diría meses después que Camilo hablaba más de la cuenta mientras hacían el amor. Y mencionó algo de un gran campo con praderas azules y un indio Huitoto con nombre de presentador de noticias.
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A veces, se quedaban una o dos muchachas bonitas en la ciudad en la época de vacaciones. Pero tenías que estar de mucha suerte para encontrártelas por ahí adornando las calles, proyectando una paz un poco hippie, mientras leías revistas en algún kiosko del sector.
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La muerte de Rosi, la ex novia de mi amigo, puso de relieve una situación que muy pocos escépticos nos esperábamos en el planeta. Esta mañana escuché la noticia en la radio y de inmediato fui a comprar un arma adonde mis parceros del Viejo Oeste en Barrio Triste. Antes busqué una bruja, a ver si ésta era la señal que Lovaina y yo estábamos esperando. En efecto, la bruja, una señora anciana, muy humilde ella, con cara de almojábana quemada, me puso un collar de ajos y me dio un bebedizo y me fui en busca de Lovaina.
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Los noticieros de TV hablan el día entero de un virus nuevo que llega al país. Se trata de unas manchas rojas en la piel que supuran sangre por los poros y que mata en tres día a quienes lo contraen y que ellos se empeñan en llamar La Muerte Roja. Lovaina me dice que busquemos un tote para él.
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La golondrina Hurtado era una golondrina que no le gustaba volar. Iba al Bar de las Iguanas y decía que eso de abrir las alas y alzar el Vuelo lo tenía sin cuidado. Cada mañana se levantaba con física pereza de volar. - De verdad, que es una jodida mierda eso de volar - pensaba la golondrina Hurtado. Pedía una cerveza y se revolcaba en su propia mierda con aquello de que no le gustaba y le parecía una mierda y de que sentía física pereza de volar. Luego llegaba el gallinazo Roosvelt y se quedaba quieto. Decía también que le parecía aburrido el viejo cuento de volar y que no precisamente porque le pareciera una mierda. - Roosvelt, Roosvelt, Roosvelt - decía la golondrina Hurtado. - Hombre, Hurtado - decía el gallinazo Roosvelt. Y así se iban las mañanas en el Parador de las Iguanas.
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Roosvelt era un gallinazo que se consideraba a sí mismo un tipo aburrido. Pero le gustaba gastar las horas y los días en el Parador de las Iguanas. Hurtado bostezaba y Roosvelt contestaba y así se la pasaban el resto de la mañana. Luego llegaba Mi ángel y la golondrina Hurtado le decía que era una jodida mierda eso de volar. Entonces Mi ángel le decía que se fuera a la mierda y la golondrina Hurtado se echaba a volar. Le tocaba irse a sentar sobre los postes de la luz después de que Mi ángel la mandara a la mierda y de que él se echara a volar. Roosvelt en cambio, era un tipo aburrido. No le gustaba decirle a mi ángel que era una verdadera mierda éso de volar. A Roosvelt no le parecía una mierda nada. Sólo pensaba que era aburrido ese viejo cuento de volar. Luego Roosvelt bostezaba y Mi ángel bostezaba y la golondrina Hurtado bostezaba en algún cable de la luz adónde iba a sentarse después de que Mi ángel lo echaba y él se mandara por los aires en busca de una buena mierda en la cual revolcarse.
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Mi ángel se quedaba hablando con Roosvelt y entre bostezo y bostezo, nunca se supo de que hablaban ángel y gallinazo. Sólo se veía que a la hora del almuerzo Roosvelt se quedaba quieto y Mi ángel pedía una cerveza. Luego ambos bostezaban y Roosvelt, el gallinazo, se echaba a volar.
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Las causas exactas de la muerte de Rosi, aĂşn no se han podido determinar.
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Lovaina prefiere un revólver a una pistola porque las pistolas a veces se encascaran. Llegamos a casa y lo primero que nos encontramos es un carro de ambulancia a la entrada. Mi padre que lo sacan en camilla. Manchas rojas sobre su cuello. Pa, por qué no me lo habías contado. Y allá iba ese sujeto cincuentón con las sienes encanecidas y que los fines de mes se siente como un Coronel, porque no tiene quien le escriba y los aullidos de la sirena de la ambulancia ¡Auuuuuuuuu! Lovaina y yo llevamos nuestras armas bien guardadas, él un colt 45 y yo una pistola 9 m.m., ya pronto va a llegar el momento de usarlas.
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Lo cierto es que ya no quiero ser tan autodestructivo. Soy un fantasma buscando corporeidad. Mi máxima aspiración es ser un sujeto simple, de esos que van al trabajo por la mañana y vuelven a casa por la noche sin más enredos en la cabeza que el rollo de las cuentas de servicios y la renta y la mensualidad de mis hijos en el colegio, y es que lo he visto y lo he vivido todo y ya me siento un poco viejo.
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Le dije a Lovaina que no se dejara confundir, que la bestia le iba a parecer un cachorro de chow chow, pero que en realidad era una bola de pelos extraterrestre, la misma que la bruja nos dijo que tenĂamos que destruir. De lo contrario, el hombre como especie habrĂa de desaparecer, y Lovaina me dijo, Fresco viejo, todo bien.
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Roosvelt el gallinazo y mi amiga, la golondrina Hurtado, mataban la tarde en cualquier poste de luz de la ciudad. Generalmente lo hacían en uno de los postes que están al pie del río y a ninguno de los dos les gustaba volar. - Hombre Hurtado - decía el gallinazo Roosvelt. - Roosvelt, Roosvelt - decía la golondrina Hurtado - Llega la noche Roosvelt. - Llega la noche - decía Roosvelt. -¿Qué vamos a hacer...? - No se me ocurre nada. - Podríamos volar hasta el campanario de una iglesia y quedarnos a dormir con las palomas. Sería interesante culiarse a una paloma y después dormir.
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- Sería interesante. - Aunque también nos podríamos quedar acá, de verdad que tengo física pereza de volar. - Lo mismo digo. Es aburrido el viejo cuento de volar. - Una jodida mierda. A veces, a la golondrina Hurtado le daba por cantar Tráeme la noche, LA SUAVE NOCHE LENTAMENTE SE ACERCA/ LA OSCURIDAD TENDIÓ SU RED AL MAR/ TE ESPERO ENTRE LAS SOMBRAS/ DIOS SABRÁ POR QUÉ...TRAÉME LA NOCHE... y entonces Roosvelt lo interrumpía: - Podríamos irnos a culiar esas palomas. Hurtado reía. - Sí. Podríamos echar a volar e ir a darle por el culo a una paloma. Roosvelt rompía en carcajadas.
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-SĂ. PodrĂamos echar a volar e ir darle por el culo a una paloma. Culiarnos una docena de palomas, JA.JA, JA...Y sus risas tronaban por toda la ciudad. Desde el Parador de las Iguanas mismo, Mi ĂĄngel escuchaba las risas de Roosvelt y Hurtado y Mi angel pensaba, Tienen ganas de irse a culiar una paloma. Pero pasaban las horas y llegaba la noche y ambos, golondrina y gallinazo, no podĂan decidirse si iban a pasar la noche con las palomas. Entonces Hurtado y Roosvelt, golondrina y gallinazo, se quedaban bostezando, sentados en un cable de la luz en medio de la noche, como dos sombras envueltas por un manto negro.
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Debo irme. Los chicos me deben estar esperando. Esta es la hora en que no hemos cuadrado sonido ni nada.
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La televisión estaba encendida. Pasaban un informe del Tibet donde un grupo de religiosos buda peleaban a puño y a pata, al parecer, tratando de entrar de primeras a un templo sagrado. Era la celebración de una suerte de jubileo, o algo así. El caso es que los religiosos se peleaban a la entrada del templo a los puños y se daban con palos y esto nos pareció muy apropiado, a Lovaina y a mi. Pero raro entre unos manes que se dicen los más espirituales del mundo. Discutimos un rato el informe y luego nos fuimos a buscar la bola con pelos. No podíamos permitir que ese monstruo demoníaco se reprodujera en nuestro querido planeta.
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Lovaina confía plenamente en este asunto de las brujas y en mi versión de los hechos. Es la primera vez que uso un arma. Ni siquiera había tenido una en las manos. Es la primera vez para muchas cosas en mi vida y ya me siento todo un anciano. Lovaina dice que la brujas y los rezos lo salvan cuando Dios le Falla. Si te la encontrás, dispará, me dice, Si te mira a los ojos, me llamás y yo la acabo. Así, que ahí vamos la Chinga y yo por el corredor de mi casa tomada. El invasor es un extra terrestre y no se ve por ningún lado. Vamos al antejardín. A la cocina. A sus sitios favoritos y no la encontramos a la bestia peluda. Lovaina tiene una moto. Mi tío un balón. Lovaina patea el balón y yo disparo, le suelto todo el proveedor. Mierda! Lovaina, hiciste que acabara con ese balón. Pero yo lo entiendo, nadie se resiste a la tentación de patear un balón y el que lo haga no es colombiano, y que tire la primera piedra. Mi tío fue capitán de barco y aunque era uno de esos preocupados que le
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rinde culto a las cosas, sabrá comprender. La moto de Lovaina está afuera, la hemos dejado en la calle. Lovaina quería entrar con ella y correr a lo largo del corredor dando bala. Yo le dije, Fresco Lovaina, no es uno de tus allanamientos y él me dijo yo sé, es algo más grave. A Lovaina todo le parece muy grave y tiene una doble vida. El fútbol le parece muy grave, las mujeres son para él Asunto muy grave. La rumba, los toros, el boxeo, la música, el dinero, los animales, las citas, la familia, los curas, todo para él es muy grave, y lo suyo, su trabajo, son los allanamientos. /En el trayecto de la puerta de la calle al solar,/ / hay quince platos con cuido para cachorros en el piso/ / y es que mi padre es un obsesivo y la bola de pelos un comelón:/ / a diario se acaba de un solo jalón/ / el cuido que mi padre le sirve/ / en los quince platos distribuidos por todo el salón./ / Pero ya casi se acaba esta situación./ / Estamos al borde de presenciar la muerte de un comelón/.
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Difícil encontrar una fiesta más quieta que las 3 de la tarde en El Parador de las Iguanas. La Tarde misma era como un lamento que iba y se quedaba quieto. El verde de los árboles a su vez se encargaba de aplacarlo todo. Como un nene en su caminador, le gustaba estar en todas partes al Verde de los árboles. Ir de acá para allá, de juegos, en el filo de la Tarde. Los clientes llegaban, saludaban, pedían una cerveza, corrían una silla, se sentaban, iban al baño, bostezaban y luego jugaban una partida de triqui con mi ángel. 3:30 de la tarde. El verde de los árboles se empezaba a derramar entre las ramas y luego por los troncos. Si tocabas algo te untabas de verde porque todo se manchaba con el Verde de los árboles. Era como pintura fresca en pasamanos. Al dueño del Parador de las Iguanas le tocó hacer un cartelito que dijera, CUIDADO PINTURA FRESCA. Entonces el dueño del Parador de las Iguanas ponía el cartelito que decía CUIDADO PINTURA FRESCA.
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Pero al verde de los árboles lo tenía sin cuidado que el dueño del Parador de las Iguanas le hubiera tocado hacer un cartelito y que todas las tardes de todos los días tuviera que poner el cartelito que decía CUIDADO PINTURA FRESCA. Más bien le daba por transmutar en una especie de sopa verde y disfrutar de aquella sagrada hora del día en que los clientes iban y se quedaban quietos y Mi ángel jugaba triqui con el gallinazo Roosvelt ó con cualquier otro cristiano que se antojaba de echarse una partida de triqui con Mi ángel. La sopa verde, que minutos antes había sido un simple Verde color árbol, empezaba a inundar los gigantes minutos de la tarde en el Parador de las Iguanas. Aunque la fiesta no le duraba demasiado. Sólo alcanzaba a subir unos diez centímetros sobre el nivel del piso y de pronto untar uno que otro culo desprevenido. En general, los clientes nos manteníamos muy atentos de no seguirle el juego al verde de los árboles quien ya no era un simple verde, sino que era también, una gran sopa verde derramándose por el piso, trepando por las paredes de las botellas de cerveza y de los vasos de Whisky. Tenías que pasarte varias
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semanas con el culo manchado de verde si le dabas oportunidad a la sopa de que te tocara con sus fabulosos, pero horroríficos, tentáculos verdes. Una vez a Mi angel le tocó refregarse el culo con descurtol ULTRAMAR durante cuatro días hasta que se le borrara una mancha que le untó la sopa en el Parador de las Iguanas. Manchas en el culo. Manchas en la cara. En la espalda. En las güebas. Manchas en todas partes. No respetaba lugar la sopa verde para dejar su huella indeleble. Por eso, era mejor no darle papaya al verde de los árboles precisamente en esa hora en que todo estaba quieto y los clientes hacíamos gala de una profunda paz en el Parador de las Iguanas. De mucho servía, sobre todo para los nuevos clientes, un cartelito que decía CUIDADO PINTURA FRESCA y que había hecho el dueño del Parador de las Iguanas con motivo del gran lodazal verde que se armaba por las tardes en el Parador de las Iguanas. Todo terminó, lo del verde de los árboles quiero decir, una noche en que Mi ángel llevaba un libro de Beckett en la mano. Creo que era el
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Molloy. También tenía una de tequila. Se puso a leerles a los árboles en medio de la borrachera y de allí no se paró hasta que pasó por la última linea. El verde de los árboles tornóse pálido lentamente y luego murió. No se sabe si de horror o de placer. Mi ángel lo había matado con una buena dosis de Beckett. Ó mas bien, la sopa que una vez había sido verde tropical color árbol, no pudo resistir al Molloy. A eso de la segunda página, ya estaba doblegada por la subyugante prosa irlandesa. Todos fuimos al entierro de la Sopa. Modesto ritual solemne en el Parador de las Iguanas. Quería que lo enterraran en su suelo. "Aquí nací y aquí me muero...", solía decir en vida la sopa, "...Prefiero una tumba en mi patria que una cárcel en el extranjero". Incluso hasta la misma golondrina Hurtado, que nunca iba por las tardes al Parador de las Iguanas, estuvo aquella vez dándole el último adiós al verde de los árboles. Lástima. Ya no podría transmutar en sopa el Inolvidable verde de los árboles. Pero en el fondo todos sabíamos que se trataba de una buena muerte y que a la larga, el verde no había sufrido demasiado. Nadie lloró.
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Con Tex convertido en héroe y con algunos días de barra libre ( el dueño del Parador de las Iguanas no cabía en la ropa de la felicidad porque había podido embodegar el cartel) estuvimos recibiendo después, la visita del fantasma del verde de los árboles. A veces venía en forma de sopa, ó así, tal cual era. Entonces Mi ángel devolvía al fantasma del verde de los árboles cortésmente, no sin antes ofrecerle dos o tres tragos y mandarlo al planeta de los muertos. El fantasma del verde de los árboles entonces, se iba rebosante de gozo. A menudo, se la pasaban en guerra de bostezos. Tex disparaba un lento bostezo en dilay y entonces el fantasma del verde de los árboles le contestaba con un oloroso bostezo ralentizado. Luego, nunca volvimos a saber nada del inolvidable verde de los árboles ni de la sopa que una vez había sido simplemente el verde de los árboles. Pero la tarde seguía siendo como un lamento que iba y se quedaba quieta en el Parador de las Iguanas.
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Uno no es uno. Uno es un poco los pantalones que se pone, uno es un poco sus padres, uno es las películas que se ve. Un poco los amigos. Un poco las conversaciones, los partidos de fútbol, el color de la ropa, el clima, el olor de los días, el sabor amargo de la cerveza. A la vuelta de las esquinas te encontrás con gentes que te dicen algo y te modifican y tu forma de sentir y tus pensamientos cambian y tu discurso cambia, y entre tanto mundo junto te vas disolviendo hasta desintegrarte como en una especie de muerte constante. Tanta vida para darse cuenta que uno no es uno. Uno es un poco lo demás.
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Acostarse con Milqui es como dormir con Mick jagger cuando canta Mixed Emotions. Tarde en la noche tiene sue単os que la electrocutan y da saltitos entre mis brazos. Extra単o a mi nena.
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Cuando uno va a matar un monstruo tiene que extrañar a su novia. Le dije a Lovaina que si quería tomar un trago antes de enfrentar a belcebú, Como para entrar en calor. Dijo, Está bien, y nos sentamos a esperar en el solar. Era una noche con luna. La bola de pelos debía andar cerca. Luego de tomarnos un atao’ de medias de guaro, encontré cervezas en el congelador y las puse sobre una mesa. Lleve la mesa al patio. Par sillas. Cigarros. Una graba. Y nos sentamos con la Chinga a cerveciar y a escuchar a nuestros ídolos y a surrunguear la guitarra. habíamos soltado nuestras armas y con el licor bajando por las gargantas nos sentíamos plenos, los reyes del universo. Sonaba esa canción de fito que dice, /No se pasa el tiempo al menos para mí/ /ya tomé pastillas y sigo sin dormir/ miro a los costados y nada que atrapar/ /ya no existen lazos//alguien hizo track ... y esa otra de Charly, /andá a la esquina a ver si llueve//buscate un bar abierto que aun se puede//tomate un whiskie a ver si se te pasa//pero por favor no te mueras en mi casa/
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Lovaina ponía una canción y yo otra. Nos retábamos con temas y nos contestábamos con canciones. Lo llamamos el Festival Argentino porque adorábamos las bandas sureñas y éramos especialistas. En el tema del despecho reté a Lovaina con una muy buena de Coleman, pero que en realidad es de Bowie, de culto: /Yo/ yo soy el rey y vos serás la mujer/ la reina/ y aunque nada nos mantendrá juntos/ Pero Lovaina estaba tan borracho que puso una de amor de REM y con eso dañó el Festival Argentino y nos punkerizamos y pusimos Mojiganga y Polvo de indio y Beastie Boys y La Narváez y los Rolling y Rubén Blades y Henry Fiol y Tom Waits y Specials y Darío Gómez y Javier Solis y Diomedes Díaz y empezamos a trovar y esto ya fue el cólmo. Cantabamos y nos reíamos y sonaba una del London Calling de The Clash, Rudy can fall, rudy can fall cuando escuchamos un aullido al fondo del patio, justo donde empieza un pequeño bosque que da a cierta cañada.
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- La carátula que mejor interpreta el sentido del rock ese esa del London Calling, donde Joe Strummer estrella una guitarra contra el suelo del escenario. la guitarra flota congelada en el aire y Joe la empuja con la mano izquierda y se nota que va rumbo, a hacerse trizas, contra el piso... - tiene mucha fuerza. es como si fuera la rabia del rock and roll. - Es el rock en sí mismo. - es pura rabia hecha rock. pero no se trata de Strummer. Es Mig Jones quien empuña la guitarra. - Es Joe Strummer, te digo. - Es Mig Jones, hombre. -Bueno el que sea. Total esa carátula define el espíritu del rock en toda su dimensión. El rock no necesita decencia ni buenas intenciones.
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- ¿Te imaginas a un salsero haciendo lo mismo? - JA,JA. - Ja, Ja, Ja, o a un vallenatero destrozando su acordeón, ja, ja, a Lizandro Mesa. - JA, JA, JA, JA, JA, JA. - JA,JA,JA, JA JA, JA, o la loca de Bono... JA,JA, o al Burro Mocho. - JA, JA, JA, JA, JA, JA... Después hubo muchos que hicieron lo suyo con las guitarras on stage. - Sí, pero a muy pocos les quedó bien. - Kurt. - Billy Corgan. - Jimy Hendrix le echó fuego a la guitarra. La ritualizó y luego la destruyó. - Fue como velar a un muerto antes de matarlo.
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- Charly no destrozaba la guitarra sino que se la tiraba al público. - Charly es mas agrio que todos juntos. - Cruzó todas las fronteras el viejo Charly. - Sí, ¿no? - Cerati una vez se tiró al suelo en el Ivan de Bedout durante el punteo final de Un millón de años luz. Parecía que le estuviera haciendo el amor a la guitarra. - A Cerati no le alcanzó la rabia.
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Lovaina siempre es un superman cuando está borracho. De hecho, cada que tiene que cumplir una misión en su nuevo trabajo, se chanta media de guaro. Lovaina trabaja toda la semana y los viernes, dice, se come 18 putas, ni más ni menos. Auuuuuu! Apago la música, Mister 18 putas agarra su 45 y nos internamos en el solar, rumbo al oscuridad del bosque. En el camino recuerdo a Polyester. Mr. 18 putas desenfunda una linterna. Le hubiera encantado participar en el Festival Argentino a Polyester. Mi 9 m.m. va con el proveedor vacío, pero la llevo por si las moscas. Más allá de la cañada hay un barrio y luego otro y otro y otro. Pensé en aquellos instantes, que sería adecuado pedir a Milqui que me llevara con ella. Imaginario o real, artificial o virtual, el otro, su país, me interesa. Así halla de meterme todas las mandras que hay en el Pueblo, y los psicotrópicos y barbitúricos y anfetas y benzodiazepinas, me interesa ir allí. Alguna vez se llega el tiempo de partir. En el Pueblo me
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queda poco por hacer. Quise reconocimiento para mi música y lo tuve. Pero no deseo que dure mucho. Es muy probable que este sea mi último concierto aquí.
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Los viernes, la golondrina Hurtado cantaba Tráeme la noche. Le gustaba cantar Tráeme la noche a la golondrina Hurtado, y por lo general los viernes darse a la caza de una nena que iba a las comedias y que nos traía muy contentos a mi ángel y a mí con su risa prodigiosa de melón como si un melón se estuviera riendo. Luego iba al Parador de las Iguanas y cantaba Tráeme la noche / No puedo estar despierto más sin verla. El futuro se estrella ante mí / No hay nada que yo pueda hacer igual, cantaba la golondrina Hurtado. Mi ángel en cambio, gustaba de Al lado del camino y le decía que se fuera a la mierda. Entonces la golondrina Hurtado se echaba a volar y cruzaba la calle a vuelo de pájaro. Era una golondrina muy pájaro la golondrina Hurtado. Le tocaba irse a sentar en un carrito chocón al frente del Parador de las iguanas y cantar tráeme la noche, no puedo estar despierto más sin verla. Al rato llegaba el gallinazo Roosvelt y preguntaba por la golondrina Hurtado. Alguien
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aquí ha visto a la golondrina Hurtado, decía el gallinazo Roosvelt. Pero nadie sabía nada de la golondrina Hurtado en el Parador de las Iguanas. Ni siquiera la golondrina Hurtado hubiera sabido nada de sí misma. Le tocaba mandarse por los aires y cruzar la calle e irse a sentar en un abandonado parque de diversiones, justo al frente del Parador de las iguanas. Nadie le encontraba la pista a la golondrina Hurtado. Sólo cantaba Tráeme la noche, no puedo estar despierto más sin verla. - Hombre Hurtado - pensaba el gallinazo Roosvelt.
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Sentado en la barra del Parador de las iguanas, Roosvelt no sabía que su amigo Hurtado estaba al frente de sus propias narices. Adentro de un carrito chocón abandonado, cantaba, El futuro se estrella ante mi / dios sabrá por qué / no hay nada que yo pueda hacer igual / cada vez más solo me dejo caer /, mientras Mi ángel cantaba feliz en el Parador de las Iguanas, Me gusta estar al lado del camino / fumando el humo mientras todo pasa / me gusta abrir los ojos y estar vivo / tener que vérmelas con la resaca / me gusta regresarme del olvido / si alguna vez me cruzas por la calle / regálame tu beso y no te aflijas / si ves que estoy pensando en otra cosa / no es nada malo es que pasó una brisa / la brisa de la muerte enamorada que ronda como un ángel asesino / no te asustes siempre se me pasa / es sólo la intuición de mi destino... a lo que el gallinazo Roosvelt no hacía muy buena cara. Le parecía que era una buena canción, pero no una buena canción en labios de Mi ángel. La culpa en definitiva no era de la canción.
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Si Hurtado viniera los viernes en el Parador de las Iguanas... - pensaba Roosvelt - ...éste pajarraco no cantaría Al lado del camino". Hurtado sí que era un cantante y a Hurtado le gustaba Tráeme la noche. - Hombre, Hurtado - decía el gallinazo Roosvelt. Luego pedía una cerveza y se quedaba quieto. No vine a divertir a tu familia / mientras el mundo se cae a pedazos / me gusta estar al lado del camino / sentirme cada noche entre tus brazos. Pero los viernes, la gente se metía en su propio cuento. Hurtado cantaba Tráeme la noche y daba lo mismo que fuera en el Parador de las iguanas ó en un carrito chocón abandonado ó en algún cable de la luz. El mundo de todas maneras, se reunía entero en ciertas zonas de la noche. El Parador de las iguanas se cerraba y todos quedaban a solas consigo mismo. Mi ángel
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se quedaba quieto. Pero la golondrina Hurtado seguía en su cuento. Solo, más triste que un parque de diversiones abandonado, la golondrina Hurtado cantaba los viernes después de que se iba a la caza de una nena con risa prodigiosa y después de que mi ángel lo mandara a la mierda, tráeme la noche, no puedo estar despierto más sin verla.
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Luego nos encontramos un grupo de piedras dispuestas en forma de símbolos Maya sobre el suelo, junto a los huesos humanos, los cuales me hicieron recordar una película terrorífica donde una bruja mata a unos estudiantes perdidos en el bosque, a lo que Lovaina dice, Grave muy grave. Los símbolos poseen formas simples, ojos, flechas, cruces, peces, soles y cosas así. Lovaina los alumbra con la linterna y los vamos siguiendo a lo largo de todo el solar. En la inmensidad de la noche escuchamos un segundo aullido y Lovaina apaga la linterna. AAAAAAAAAH! Este aullido suena más agudo, más cercano, más amenazante. Esta vez se oye como un lamento. Parece que la bola de pelos estuviera triste y sufriera. Ahora yo iba a merced de 18 Putas, pues mis ojos no veian en la insondable oscuridad. Lovaina me dice que
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parece que el suelo se empezara a poner blando. Yo le digo que normal, que este bosquecillo siempre estaba empantanado. Era la única zona verde húmeda en muchos kilómetros a la redonda. Más adelante nos encontramos con una cerca de alambre de púas y la luz naciente de la luna se torna amable con nosotros. Sorteamos la cerca y nuestros ojos vislumbran algunas pálidas formas en el bosque. AAAAAHHHH ! parece que la bola peluda nos respirara, como se dice, en la nuca. Le indago a LovaIna si vale la pena seguir y Mister 18 Putas me dice que hay que encontrar a ese diabólico extra terrestre y acabarlo, que no ve la hora de tumbarle la cabeza al monstruo. Entonces yo miro hacia el cielo y veo cómo la luna se oculta. las nubes juegan un rato con ella y luego la cubren definitivamente. La espesura de la noche ahora nos acecha, ¡AAAAAA AAAAHHHH! vuelven a escucharse los aullidos y Mister 18 dice que estamos cerca, que huele la sangre del engendro. En el suelo, bajo nuestros zapatos, se siente como si estuviera blando, pero intercedido por palos crocantes, crack, crack, cronch, cronch!, suenan los troncos que pisamos. Me agacho para tocarlos y me percato que son
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una especie de huesos. Aaaaah ! aaaaaah ! estos lamentos suenan horroríficos hasta el punto de helar la sangre. Quién sabe en qué circunstancias nos iríamos a encontrar a la bestia alienígena. Quizás con una víctima entre sus dientes ensangrentados y haciendo pausas para aullarle a la luna. De repente, Lovaina enciende la linterna y alumbra a la bola con pelos. Estaba dentro de una caneca de basura derrumbada, junto a otros perros, hurgando las bolsas de desperdicios. Por primera vez se me parece a un cachorro de chow -chow y puedo apreciar sus patas gruesas de buena raza y sus ojos adormecidos y vivaces y su hocico de tiernos bigotes, y el pelaje abultado y amarillento y sus orejas finas e hiperactivas y su abollonada cola enroscada como si fuera un cero. ¡Acábalo!, grito. Pero Lovaina, Mister 18 Putas, no reacciona. Se ha quedado estupefacto como bajo el hechizo de un embrujo. Ni siquiera ha desenfundado su revólver Colt 45. La bola con pelos, mientras tanto opta por bolearnos la cola y luego rascarse las pulgas y los otros perros aullarle a la luna. Yo pensé que se trataba de otra treta más de la bestia y desenfundo mi 9 milímetros a ver si de pronto me queda alguna
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bala en el proveedor. Click, click, click, la 9 milĂmetros no me dispara. Entonces le arrebato su Colt 45 a Lovaina y apunto a la cabeza de la bola con pelos, que aĂşn se me acerca y me bolea la cola. Jalo del gatillo y tas-tas-tas! La bola de pelos vuela en mil pedazos. HabĂa salvado al mundo y vengado a mi padre.
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Creo que llevo un par de horas al frente de esta cámara. Tal vez sean mil. Y como es un asunto que se puede dar por descontado, entonces no voy a hablar del tiempo. Me interesa la cámara. La cámara y su eterna quietud. La miro. Es como una foto. Luego de un rato, empezás a sentir que la foto te mira a vos. Ahora no sé si yo miro a la cámara o la cámara me mira a mí. Nunca se sabe como llega uno a estas situaciones. Me gustaría saber cómo empezó todo. Conocer el principio de las cosas. Un millón de años mirando una cámara y un millón de maneras distintas de empezar la misma historia. Es arriesgar el pellejo. Un paso en falso y te cortas la cabeza. El Mersault de Camus pensó mucho y le cortaron la cabeza. Parece que hay que pensar dos veces. Podría decir que lo primero fue una llamada de Efe de Jesús a Mami, pero no es cosa segura. Lo único que hay es una cámara que me mira y que parece mirada por mí. No es grande. En realidad es una Handy pequeña. Rojiza e inmóvil. No tiene que sonreír. Ni a mí ni a nadie. Y yo no tengo que sonrerle a ella. Hoy tendré que sonreír. Es uno de ésos días en los que no se tienen ganas de sonreír. Así son las cosas cuando tenés que verle la cara a Dios. igual
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pasaba con las mujeres. Sobre todo si era tu primera cita y algún día querías tener esas chochas entre tus piernas. Si eras handy, no tenías que sonreír ni llorar ni parpadear ni abrir la boca ni ir a citas. Pero como no eras handy, si querías follar, sonreías, si querías comer, trabajabas. Si querías beber, llorabas. En principio, tengo la imagen de una handy. Pero yo, más que nadie, sé que no es una imagen y nada más. Quizás debería dejar la historia en blanco. No moverla. Sería una adecuada manera de quedarse quieto. Pero tengo una historia y no es precisamente la de una Handycam. Lo de la cámara es una imagen donde estoy yo mirando a una cámara. Una imagen como otras tantas que se me ocurren mientras miro la cámara. Me gustaría albergar la verdad de una cámara. Intercalar mi verdad por la suya. Estar quieto aquí por siempre y atestiguar el movimiento de las cosas. Dios y el mundo no creerían si les digo que me bastaba con sólo ver los autos... Yo tampoco lo creería. una handy sí le bastaría. Su verdad se basta por sí misma. Sólo basta con ser comprada, encendida o apagada por su dueño. Pero no necesita escribir ni contar su historia ni saber dónde empezaron las cosas. Creo que a los
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mortales con conciencia nos toca. Es natural. Ya vienen por mi cuerpo. Dios querrĂĄ saberlo todo. Parte de mi verdad: sonreir, culiar, comer, llorar, contar. culiar, sonreĂr, comer, llorar, contar, sonreĂr, culiar.
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Ahora estoy quieto y la cámara que me mira esta quieta. Pero por dentro fluye un río de recuerdos. Como quien dice que nunca se está tan quieto como uno quisiera. Ni siquiera cuando uno está muerto. Ya empiezan a tumbar la puerta. Escucho sus golpes. Serán los muchachos?. Me gustaría pensar que todo tiene su inicio en el Parador de las Iguanas. Pero también tengo la idea de una llamada a mami, o la de unas vacaciones en el desierto. También están las tetas de Luna o el recuerdo de mis días en New York. Un dilema como para volverse loco. Está Milqui, Polyester y Los muchachos de la banda. Cualquiera cosa podría ser el comienzo de todo. Una agencia de viajes o ésta cámara. Los muertos no nos volvemos locos.
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1° de diciembre. Día de la inauguración de la peluquería de mi madre. Los niños juegan en la calle y brilla un sol de esos de eterna primavera. También veo pasar viajeros con sus maletas y masas animosas hacia sus trabajos y mujeres vaporosas con la piel fresca de manantial. Hace dos días fue el concierto y sobre el tema de la bola con pelos nadie se ha pronunciado. Ello me parece bastante adecuado, pues ésta es la hora en que la culpa aún me persigue. Ayer vi en el Discovery que habían terminado las investigaciones de la NASA sobre el caso de la familia de la zona rural de South Carolina. Los resultados arrojaron un diagnóstico fatal: sus visiones extraterrestres consistían en un caso típico de sugestiones y alucinaciones colectivas, originadas por el consumo de hongos. La hija menor reconoció que sus padres la obligaban, a ella y a sus hermanos, a tomar zetas con chocolate, las cuales la madre cultivaba en el jardín. Del mismo modo, la epidemia de manchas de la Muerte Roja se debió a un súbito brote del mal de las vacas Locas en Norteamérica. El concierto estuvo tal como lo esperabamos, toda una fiesta, un sorbo de vida
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muy fuerte. Vino gente de todas partes, productores extranjeros, periodistas de Mtv, del Clarín, de Spin, HBO, Eurochannel y otras personalidades de la farandulilla local. Esa misma noche dimos la noticia: era nuestro último toque y nadie ni nosostros mismo lo podíamos creer. Nos despedimos con un cover de With a little help from my friends y con otro de Early to bed y a una parte de la crítica le pareció mal que no lo hubiéramos hecho con un tema de los nuestros. Pero a pesar de todo salimos por la puerta grande. Se puede decir que el grupo siempre tuvo un sonido propio y que nunca tuvimos que recurrir a la manida fórmula de buscar en nuestras raíces para tener éxito.
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El Rock es mi única tradición no heredada y por ello nos enamoramos de él. La canciones de Películas de Carretera sonaron únicas y el público las recibió bien. Me impacté porque la mayoría de los asistentes se la sabían y se preocuparon por escucharlas, nadie se subió al escenario a hacer slams ni nada de esas estupideces.
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Películas es un album completamente auto refencial y adulto. Nosotros mismos fuimos nuestra propia influencia, y pienso que eso es a lo que debe apuntalar una verdadera banda de rock. Cuando me preguntaron los de la prensa, que por qué nos despedíamos les conté que Hurtado, nuestro bajista, había llegado esa noche al camerino con la noticia sin más explicaciones, de que se iba a trabajar a Miami con Kike Santander. El baterista por su parte dijo que él sin Hurtado no seguía, mientras que el ángel y Pepe, guitarra y teclados, hicieron silencio. Luego, yo dije, Bueno, ok, brindemos por ello. Y entonces nos abrazamos y luego nos chutamos y salimos al escenario con lágrimas en los ojos, pero haciendo chistes sin ponernos melodramáticos ni nada. Tocamos como nunca aquella noche. A la salida me encontré con mi amigo a quien se le había muerto su ex novia Rosi, y me felicitó. Me dio las gracias y me dijo que se acordó de ella durante todo el show, porque los dos adoraban nuestras canciones. El hombrecito, a nombre de Rosi y en su memoria, quería desmentir el cuento de las bolas de pelos
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porque todo habĂa sido un invento de ella para ocultar el sida. Yo le dije, bueno, ok, brindemos por ello y nos abrazamos y luego nos chutamos y nos despedimos.
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Abandonado parque de diversiones. Tarde. Casi entrada la noche. Una calle. Una tórtola. Una paloma. Si cruzabas estabas en el Parador de las Iguanas. Alzar el vuelo y cruzar la calle. Una cerveza. Dos culos. Tórtola y paloma. El viento que iba y se quedaba quieto. Hurtado. Bostezo. Postes de luz. Tarde. Ni siquiera un culo como aquellos daba ánimo como para echarse a volar. Indudablemente se trataba de ¡Mierda! ¡Que culos! Mi ángel que entraba a escena. Roosvelt. Cerveza. La nena qué va y se va, ¡oh Dios!, pero ¡que culos! De ésos que se derraman cuando se les quita la cáscara, de los qué amaba la golondrina Hurtado y de los qué amaba Mi ángel y de los amaba Roosvelt y el papa y el presidente y todo el jodido mundo. Una forma de ser culo, y paloma. Y Tórtola. Y todo a la vez.
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Si te ponías a mirar bien las cosas, era mejor ver los culos de lejos al otro lado de la calle envueltos en sus empaques. Un culo sin movimiento es un culo muerto. Sin expresión. Y un culo muerto en pelota, una mala broma. Culo perdido. Aunque, qué tanto es un culo de menos y un culo de más? Me importa un culo, pensó la golondrina Hurtado.
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Un bostezo. Pareciera qué el mundo fuera el lugar aquel que se estaba llenando de culos. Abandonado parque de diversiones. La noche qué llega. Mi ángel que fuma Ultramar y Hurtado lo mira desde lejos. Cerveza. Roosvelt. La paloma. La tórtola. El viento. Tiempo. Gente. Culos. Tu padre. Mi madre. Todos. Mesa, ¡demonios!, Roosvelt!. Eso es Roosvelt, hacelo. Sacala. Dale. Dale con esa pistola. Apuntá. Una pistola. Pantalones abajo, ángel, culo. Mi ángel que hace lo mismo. Se para. Extiende las alas. Apunta. Se le para. Agarra La tórtola, la hala del pelo, le baja. La noche. El viento. La tórtola qué se retuerce. Mi ángel qué la domina. Nadie que mira. Jumbo rumbo al aeropuerto. Roosvelt que se viene. Atención señores pasajeros nave 747 pronto a arribar. Entonces, Mi ángel apunta, dispara y gol. El avión en su casita. Caliente, húmedo, comfortable. Divino útero perdido. Madre, Dios y patria. Tórtola. Placer. Se retuerce. Miradas al rabillo. Todo normal. - Normal Roosvelt, normal - dice Mi ángel.
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A lo qué Roosvelt contesta, bajo, loco, bajo. Y entonces Roosvelt baja. Alaridos. Abandonado parque de diversiones. Noche profunda. Cerveza. La quinta. Todo normal. El Parador qué no cambia. Abandonado parque de diversiones. Una jodida mierda eso de volar. Si se cruzaba la calle, se estaba en el Parador de la Iguanas. Lejos de todo y de nada. Cerca de todo, pero lejos de vos, de tu familia, de tu gente, de las vecinas, del vecino y de Dios. Abrir las alas y cruzar la noche. Irse lejos. Pero Hurtado decía que era una jodida mierda. Bostezos. Noche en calma. Abandonado parque de diversiones. Bostezo. Todo Normal. Noche de penalties y aviones y despedidas. La tórtola que se marcha. Mi ángel que la despide con un beso. Ellas que se alejan. Un culo que parecen dos. Culo con cuatro patas. El Parador de las Iguanas que se cerraba y todos que quedaban a solas consigo mismo. Mi ángel y Roosvelt cruzan la calle y trepan al carro chocón. - Qué hubo, Hurtado?
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- Normal Roosvelt, Normal. - Hora de culiar - DecĂa Mi ĂĄngel - Hora de ir a casa, Hurtado. - Bien pensado, Roosvelt.
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El famosos dicho ayúdate que yo te ayudaré de seguro lo dijo el mismo man que se inventó a diciembre. Por algo será que Mamma haya escogido esta época del año para abrir su peluquería. Un sujeto que diga, Ayúdate que yo te ayudaré, tiene que saber bastante de negocios. A mí como no me interesan los negocios, me van entrando ganas de vagar y siempre pienso en el Pueblo. Mami parece que ama los negocios. No lo digo con seguridad porque desde que me pasó lo de mi perro, ya no tengo certezas de nada.
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Cuando a un pobre arribista le empieza a ir bien con el dinero se le olvida parar el carro de seguir pensando como pobre arribista y se convierte en un pobre arribista con dinero y pobre al fin y al cabo. Pero esto no le debe preocupar al que se invent贸 a diciembre. Lo que importa en diciembre es el dinero y punto.
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SegĂşn entiendo Efe de JesĂşs va a venir a la fiesta si le dan salida en el hospital. Yo no he podido ir a casa de Efe ni tampoco ir a hacerle la visita al viejo.
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Luego del concierto estuve por ahí dando vueltas y buscando a Milqui y buscando a mis amigos. Pero no los encontré y me puse a beber con un artesano que se decía indio descendiente de los Pielrojas y guitarrista de Carbure, la más grande banda de rock que haya tenido el Pueblo. Suele terminar uno perdido, y celebrando entre desconocidos en los momentos claves de la vida. A la madrugada nos fuimos a buscar putas, pero es que no estábamos en New York. Sólo encontramos a una colegiala soplando en la banca de un parque. Estaba borracha y decía que su novio le había quitado la plata, pero que ya volvería. Le ofrecimos un trago y nos fuimos a caminar sin rumbo fijo, en medio del frío de la mañana.
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Total, que yo estuve por ahí dando tumbos no sé cuantas horas con dichos personajes y aquí me tengo, acompañando a Mami en la inauguración de su peluquería. Ella se empeña en hacerme sentir culpable y yo a ella, y pienso que nunca es suficiente con ser apenas un hijo y nunca basta con ser apenas mamá.
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En el periódico local dan la noticia de un grupo de personas infectadas por extraño virus: la enfermedad se contrae a partir del consumo de carnes infectadas con el mal de las Vacas Locas y los síntomas son manchas rojas en la cara, dolor de huesos, mareos insomnios y olvidos momentáneos, alerta en la ciudad.
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Leer el periódico siempre da ganas de ahorcarse, pero ahora pienso en mi perro masacrado inútilmente y creo que tengo la soga al cuello. Lo mejor es que vaya a casa y limpie los restos de la bola con pelos y después ya tendré una disculpa para justificar, ante mi padre, la desaparición del perro. Dios sabrá qué hacer con éste, su hijo loco y descarriado. Luego de un tiempo, vino una fabulosa racha de épocas quietas en el Parador de las Iguanas. Indudablemente, nada era como lo había sido en el principio de las cosas. Algo se rompía. El mundo era uno de esos sujetos viejos que se la pasan yendo y viniendo. No mariachis, no acordeoneros, no estudiantes universitarios, no oficinistas de tiempo completo.
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Excepto por la golondrina Hurtado y el gallinazo Roosvelt, todos de vez en cuando, nos reuníamos por casualidad. Aunque nada estaba programado. Si te encontrabas a alguien, bien, y si no, daba igual. Ahí estaba El Parador de las Iguanas, tan quieto como nunca, con su formidable Fantasma del Verde de los árboles y el inseparable Abandonado parque de diversiones, sedientos y nostálgicos como las llantas de las Mulas modelo 62.
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Cero cervezas. Cero clientes. Nadie que fuera al Parador de las Iguanas. Sólo Mi ángel que iba con sus libros en búsqueda de diversión. Normal para aquella clase de temporadas, era la visita de nenas como Bikini. Nenas muy flacas con la piel más blanca que un kilo de cocaína cortada con leche Klim y vidrio molido. Bikini iba y se sentaba en medio de la Insólita Soledad, justo en el centro del Parador de la Iguanas. Bikini del sol, Bikini del aire, decía Mi ángel. Y entonces Bikini ordenaba con sus ojos de mar Océano Pacífico que la tarde se fuera tarde. Se le veía llegar, a Bikini siempre, con el esqueleto de una cometa. Su misión era vagar por las calles y salvar los paracaídas y las cometas y los parapentes y los aviones y los cohetes enredados en los cables de la luz. Hija de un profesor de alta academia a Bikini no le gustaba Tráeme la noche. Iba tras algún rastro de algún cementerio de cometas. Pero su obsesión por las sirenas de las seis nunca la dejó hallar nada. - Déjame leerte un cuento - le decía Mi ángel. Pero Bikini clavaba sus ojos de polvo estelar en los suyos y posaba sus manos de losa en sus alas
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y Mi ángel ponía cara de Avena Quaker. - Vamos a hacer un cuento- decía Bikini. - Déjame cantarte una canción. - Un dibujo. - LA NOCHE SUAVEMENTE SE ALEJA/ LA OSCURIDAD TENDIÓ SU RED AL MAR/ TE ESPERO ENTRE LAS SOMBRAS/ DIOS SABRÁ POR QUÉ/... Pero igual, como sucedía con la golondrina Hurtado y con Roosvelt el gallinazo y con Chaparro en su época y con el Fantasma del verde de los árboles y con los vallenateros, a Bikini no le gustaba escuchar Tráeme la noche en labios de Mi ángel. Tampoco era una canción que fuera que gustara mucho. Pero la golondrina Hurtado en ocasiones lograba cantarla completa con algo de éxito, Tráeme la noche/ No puedo estar despierto más sin verla/.
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Una noche a alguien le dio por cantar Tráeme la noche en versión Diomedez Díaz. En el Parador de las Iguanas se corrió la voz de que era el mismo Diomedez quién estaría de incógnito, camuflado entre los estudiantes haciendo aquella terrible versión de Tráeme la noche. Pero a Hurtado le importaba una nalga que fuera el mismísimo Diomedez quien estuviera entonando tan terrible versión de Tráeme la noche. Así hubiera sido el mismísimo Sting el que cantara en el Parador de las Iguanas Tráeme la noche en versión Gospel, él no lo iría a permitir. Hurtado había sido quién diera a conocer la famosa canción de The Police en el bar de Chaparro. Total que saltó de su cómoda posición en el abandonado parque de diversiones y fue echar un vistazo. Estuvo dando vueltas un poco justo al frente de los carritos chocones y luego cruzó la calle a vuelo de pájaro. Se cercioró entonces, de que el autor de todo aquel barullo, era efectivamente mi ángel. Como era de sospecharse, Mi ángel trataba de impresionar a Bikini. Así que Hurtado se fue a hurtadillas hasta el piano traga monedas, puso un porro, Guarapera, Guarapera, quiero probar de tu sabroso guarapo, y sacó a
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bailar a uno de los mariquitas que se sentaban en la mesa 7 y entonces el mariquita aceptĂł gustoso. Nadie dijo nada. El estupor era inminente. ÂżY ahora quĂŠ?, se preguntaron muchos.
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A LO VARÓN QUE SÍ. PA’ LAS QUE SEAN. SON MUCHAS NOCHES EN LA SILLA DE ATRÁS. MUCHAS NOCHES. MERO COCAO’. NENAS CON EL SONIDO DE TODAS LAS COCINAS DEL MUNDO. CUCA MOJADA. MILQUI, CUÁNTO LO SIENTO. LO JURO: POR EL ÚLTIMO VIDEO DE MICHAEL STIPE QUE TE DIGO LA VERDAD. VOY POR UN CAMINO CIERTO. A LO VARÓN QUE SÍ.
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Es imposible expresar con palabras lo que pasó en aquel instante en el sector conocido como la Insólita Soledad. Sólo importa decir que los demás estudiantes, en su mayoría antioqueños, se fueron en contra de Hurtado y lo volvieron mierda. La golondrina había podido salvar la canción. Y a Bikini nunca se le volvió a ver, jamás. De alguna cosa se trata el hecho de ser músico. De estar haciendo cosas en un lugar donde nadie se lo espera. De estar un poco más adelante que todos los demás. Me da pena ver que los jóvenes asumen la música como si fuera un accesorio, una camiseta o un par de tenis. Cuando pienso en una industria mediatizada por Ricky Martin o por los Backstreets Boys me quiero tirar por el balcón.
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Yo que iba a casa a tratar de limpiarlo todo, a enfentar mi cruda realidad, ahora me desvío y busco a mi novia. Ella sabrá escucharme y quizás le cuente que maté al perro y me invite y me lleve al otro, su país. Siempre habrá una gran diferencia entre irse y escapar y esta vez me tocó escapar. ¿Cómo pude yo llegar a esto? Es la pregunta que algún día te hacés. Entro al Parador de las Iguanas, pregunto por mi nena, pero hoy no es su día de trabajo. El dueño del Parador de las Iguanas me dice, Oye ya fuiste a su casa?, le digo, No sé dónde es su casa?. Entonces el Dueño del Parador de las iguanas me da una dirección y yo me siento en la barra a tomarme un ron. Puede ser que Milqui se aparezca. A veces aparece y desaparece cuando
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uno menos la espera. Hace dos días desde el día del concierto no la veo. El dueño del Parador de la iguanas me cuenta historias de trastienda y me tomo otro trago y luego otro, y luego otro y otro y luego me despido y voy en busca de mi nena. Cuando llego a su casa llamo a su puerta y luego grito por el patio según las indicaciones del dueño del Parador de las Iguanas. Desde acá escucho el tráfico de los carros y me digo, Oye déjalo, es mejor así. Entonces lo dejo. Milqui y su mundo personal son para mí un mito y quiero que siga siendo así. No quiero saber con quién vive ni dónde duerme ni a qué horas se acuesta. Su casa por fuera luce amable y campirana, con una cornisa y un jardín en ella, y un balcón y dos hamacas y una escalera de incendios como en las películas. Entonces es mejor dejar atrás la realidad tras el velo de su aura misteriosa y fascinante. Andar, andar y andar. Eso es lo que hacíamos con ella en los buenos tiempos.
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Caminar. Caminar en silencio y mirar, como miro yo ahora, mientras camino y hago silencio y espero a que, de pronto, a la vuelta de un recodo, mi novia se aparezca. Luego de caminar, íbamos al Parador de las Iguanas y leíamos el periódico y no necesitábamos nada, nada más. Pensar en Milqui me hace pensar en Hitchcock. Sabías querida nena?. La obra de Alfred fue montada sobre la base del amor a su esposa. Las películas de Hitchcock, por tenebrossas que fueran, tenían un trasfondo romántico, siempre hablaban de una historia de amor entre un hombre y una mujer. Al final, su vida no fue más que la tragedia y victoria de un hombre gordo apuntándole a la cámara con una pistola de agua, mientras dedicaba sus logros a la madre de sus hijos.
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MILQUI. DICES ESTAR GANOSA. MERO PACE. MERO CIELO. MERAS ESTRELLAS. MILQUI CUÁNTO TE QUIERO. TUS PIERNAS SON MEJORES QUE TODO EL PÉREZ DEL MUNDO. MILQUI. HAY UNA LÍNEA EN MI ALMA, MÁS LARGA QUE TUS PIERNAS. Vuelvo a la peluquería de Mamma y antes de entrar a la fiesta me encuentro a dos tipos vestidos de negro con lentes oscuros. Los fulanos me han estado siguiendo desde que salí del Parador de las Iguanas. Uno de ellos se parece a Will Smith y le digo, oye Smith, Por qué me sigues?. Will me lleva a una tienda a media cuadra de la peluquería de Mamma y me ofrece un cigarrillo. Fumamos y me habla de una misión ultrasecreta. Me han estado siguiendo y creen que yo soy el indicado. Yo digo, Bah! Y me doy media vuelta. Le digo a Will Smith y su amigo, Frescos muchachos, es hora de que se relajen, es el día de la inauguración de la peluquería de mi madre y no me la quiero perder. Los invito a la fiesta, y ellos dan vueltas por ahí.
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LOS GRINGOS TAMBIÉN HACÍAN COSAS ESTÚPIDAS CUANDO EMPEZARON CON AQUELLO DEL ROCK Y DEL CINE. ACASO NO HAS VISTO LAS DE ELVIS? O ¿A LOS MEDICOS HABLANDO POR TELEVISIÓN COMO SI ESTUVIERAN VENDIENDO CONFITES EN LOS BUSES? Entro a la fiesta y me encuentro a mi novia hablando con mi madre y a los chicos de la banda atragantándose con vino y Coca-cola y ponqué, y a mi padre con la bola de pelos echada a su lado. Todos juntos reunidos en una sala. Un momento. Esto parece un sueño de locos ¿qué hacen mi padre y mi madre y mi novia y todos acá reunidos? Esto más bien parece un funeral mío. Por fortuna suena música y todos se ríen. Y ¿qué hace la bola de pelos aquí, viva? qué hubo pá, qué hubo má. Hurtado...muchachos...amor. Pepe, ángel....
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La peluquería de mi madre es una de esas casas grandes donde vivían los ricos en los ochentas durante el auge del narcotráfico. - Hijo, ahora que lo de la orquesta terminó, que tal si te consigues un trabajo serio. De verdad. - Banda, mamá. Éramos una banda. No una orquesta. - Bueno, banda... orquesta lo que sea. El caso es que te debes conseguir un trabajo de verdad. - Nunca podré ser lo que vos querés, mamá. - Está de por medio tu futuro. - Por qué mejor no me preguntás qué pienso yo del futuro y lo comentamos. - Hazle caso a tu madre , hijo. Es por tu bien. En las paredes se encuentran enchapes lobos de madera y caletas e incrustaciones de oro y artefactos rimbombantes que hacían las veces de barbiquius en los cuartos, y bares estrafalarios y
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protuberancias en óleo, supuestamente artísticas. Así eran los mafiosos del Pueblo en aquella época. - Padre, me alegro que estés bien. - No empezés con tus lambonerías. - Sólo quiero ser buena gente, padre. ¿Cuándo te dieron de alta? - ¿Cuánto te dieron a vos de plata? - ¿Quién? - En tu jodido concierto ¿cuánto te ganaste? Mami ha ubicado sus equipos de trabajo en el salón central de la casa. Ahí están mis amigos, los chicos de la banda, jugando con la bola de pelos y Efe de Jesús bebiendo y ofreciéndole tragos a Will Smith. Mamma recibe otros invitados y Milqui hojea un álbum de fotos donde estoy yo en mis días de infancia yendo con papá y mamá al parque de diversiones. Mamma tiene unos pantalones bota campana y
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suecos de doble suela y pañoleta en la cabeza, propios de la sicodelia de los setentas. Efe de Jesús, por su parte, viste Jeanes Lec Lee y camiseta Open Hands de rayas horizontales. Ambos me tienen cogido de la mano y yo soy el único que miro a la cámara, sonriente, feliz. Ellos miran afuera de cuadro; aunque creo que Mamma mira a Efe y Efe mira al piso, algo así.
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DELE A ESO. PÉGUELE. PÉGUELO. ¿NO LO HA PEGADO? ENTONCES PÉGUELE. YO LO PEGO. YA LO PEGUÉ. PEGUÉMOSLE A ESO. DESPÉGUELA ENTONCES.
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Es linda la peluquería de Mami. Tiene espejos en las paredes y plantas naturales y un revistero y varias sillas blancas de esas que salen en el comercial donde un luchador trata de destrozarlas y las lanza desde una azotea y las sillas quedan intactas. Llegan otros invitados y mi Efe de Jesús se vomita y mis amigos juegan con las cortinas y la bola de pelos se come el vomito del viejo, y Milqui y su mirada, álbum en mano, navegan por los mares del otro, su país. Yo le digo, Oye, tenemos que hablar, y ella me mira con sus ojos de fondo ultramar y me dice, Siquiera, Tenemos que hablar. - Padre, creo que he matado al perro. - Eso es imposible; Tex. Estás loco. - Le disparé con un revólver. Tres veces. En la cabeza. Pensé que era un monstruo alienígena. Cuando te llevaron al hospital fui a casa y lo maté. Creí que él era el culpable de tu enfermedad. - Tu novia se llevó al animal hace más de dos semanas. Ibas a dejar morir de hambre al pobre
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perro. Ella lo trajo esta mañana y aquí está, jugando con nosotros. Míralo! Mi enfermedad se debe a que he comido demasiada carne esta semana, no te preocupés.
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LÍNEA BLANCA QUE ME HAS ACOMPAÑADO TODO EL TRAYECTO. ESTO NO TERMINA. BREAK DE COMERCIALES. POLIZONES EN FARRA. NO FALTA EL BOBO ÚTIL QUE SE ATRAVIEZA EN EL CAMINO. Y MUCHO LAVAPERROS, VISAJOSO. NO TODO IBA A RESULTAR TAN FÁCIL. UNA PCA DE CARTELES EN EL ALMA.
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Diciembre 1, 3,30 de la tarde, casa de Efe de Jesús. Con la luz del día, el bosque parece poco amenazante. Los restos de la bola con pelos lucen viscosos y amarillentos y hay pedazos de cuero con pelos y carne con pelos regados a lo largo del patio. Limpio las manchas de sangre y echo los vestigios de la noche fatídica en un par de bolsas de supermercado. Luego llevo las bolsa a la cañada y allá se van los desperdicios de un mal recuerdo. El agua se los lleva en su perezoso caudal. Llamo a Mister 18 putas y le digo, Hola, Habla Tex, y Lovaina me confirma lo sucedido. Nada es irreal.
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A LA NEVERA IBA DE PASO, COMO SIEMPRE. DOS DÍAS Y LISTO LA VUELTA. UNA POLLA ME PASABA EL FIERRO. Y A VECES ME LO DABA. Y A VECES ME LO MAMABA. UNA MAÑANA, LA POLLA HIZO CAFÉ. PARCE; SI LO HE VISTO NO ME ACUERDO. Y SI USTÉ ME VE, SÁQUELO PRENDIDO.
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- Texaco Redentor, vas a tener un hijo. - Te quiero Milqui. - Debo ir a trabajar. Ahora soy toda una Disc Jockey. - Cuando te enteraste? - Siempre lo supe desde que te conocí. - Y lo quieres tener? - No sé. Quizás me lo lleve al otro país. - Es de los dos. - No puedes. - Llévame contigo. - Lo siento, Tex. Te amo. - Te quiero, Milqui.
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De regreso por el bosque me cercioro de los huesos y los símbolos Maya. En efecto son de humano, desde la tibias y los peroné hasta las elaboraciones con piedras de íconos indígenas, pasando por cráneos de bebé hasta los pelvis de mujer.
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Yendo por la calle, mi perro se mete a una cafetería TODO A 250, donde un sujeto bigotudo frita buñuelos en una paila gigante repleta de aceite hirviendo. La bola con pelos se le pasa entre las piernas y el hombrecito dice, Este perro Hijueputa!, y le pega una patada. Yo le digo al man, Viejo,¿Qué te pasa?, y le conecto un jab de izquierda en el mentón. - Es que a mí no me gustan los animales. - dice. Entonces yo lo remato con un puntapié en el culo y le digo: -Y a mí no me gustan los humanos, ¡maricón!
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Tómese un trago, cucho, que todavía le falta. No es que era llegar hasta este punto y listo. El camino sigue. La canción se repite. Si no quiere, le hago una. Mil pa’chorro. Bellas son las mujeres en el campo. Mero parche. Elegantes las estrellas. Una cosa es estar muerto, y otra muy distinta llevar el carro lleno de muertos. Una cosa es decir, chofer, ¡pare! Tengo una meada. Y otra muy distinta, es decir, Estoy muerto. Suena distinto: Compremos regalos a los muertos, que: No cuelgues, es mi última moneda, por favor. Televisión prendida de motel. Guaro: “Penúltima Frontera”. No cuelgues, mi reina. Ruta al abismo. No cuelgues. Última moneda.
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Vuelvo a la fiesta y mi madre cuenta una historia de cuando yo me vestía de mujer. Se le olvida que no debe omitir la parte donde ella por primera vez me encuentra vestido con falda y tacones y me parte una guitarra en la cabeza con la cual yo simulaba tocar frente al espejo. Esto es puro rock and roll señores y vos, vos estás muerta de catolicismo, madre. Los muchachos y yo contamos una historia del día en que hicimos una gran nube de humo y la ciudad se convirtió en una pura bruma espesa. Si salías a la calle nadie te reconocía. Nada se veía. Todo era confusión. Fresco, cucho, que todavía le falta. Le tengo todos los climas. Terror suspenso, comedia, drama. Eso sí. Os pido un favor, no se pisen los diálogos. Retrovisor. Espejo frío, lleno de rocío. Cadáver de perro muerto en medio de la vía. Postes de la luz. A donde vamos no hay dolor. Soy un tumbalocas y tengo varias en remojo. Llevo el pecao’ encima. Una vez aprietas el gatillo no hay retorno. No me gustan las películas ni la gente lenteja. Tus días y mis horas las tengo en la bandeja de entrada, junto a toda la producción de Mango Biche. Hay balas que no vienen por uno. Hay
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gallinazos que no te dejan nada. Hay carreteras, todo el tiempo, sin sentido. No hay remedio. La bala va. El viaje es incurable. Autopista borracha. A veces me siento un poco buitre, la verdad, un poco un gallinazo. No hay remedio: la bala va. Caballos muertos al lado de la carretera junto a un refrigerador oxidado. Si los muertos se te riegan por la ventana, no importa. Si el caballo aún respira, no importa. De todos modos, vendrán gallinazos, buitres a tomar lo suyo. Si tus noches se han ido por la borda. No importa. Llevadez, parcero. Padrenuestro estéreo. Esa es la palabra. Sueño en estéreo que hay 355 kilómetros de padrenuestros, sentados en un cable de la luz. Tus oraciones son mis oraciones. Rezo por vos. Tus sueños los acepto. Sueño por vos. De parachoques, mis miedos. Los sueños van en la guantera, junto a Bono y una pistola cargada de poesía explosiva bajo mi almohada. Par años luz en la ruta. Brutal. No es el camino a casa, Tumbapechos. Nadie te dijo que no hay regresos. No hay casa que no construyas. Te estaba esperando, Milqui. Rézame una oración de esas que te retumban hasta estallarte los tímpanos. Lucky. Belmond. Ultramar. Ruedas. Peche. Todos los muertos
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juntos buscan el viaje perfecto que los lleve a su hogar. Voy con usted, Milqui. No hay líneas blancas que apunten en una sola dirección. ¡Salta del auto! Salta del auto, Bono. ¡Es una orden! Mero pace. Mero cielo. Milqui.
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- ¿Es cierto eso, Tex? - ¿Qué? - ¿Eso de que mataste un extraterrestre? - ¿Andas matando extraterrestres? - ¿Y qué piensas hacer? - Podrías ganarte la vida de ese modo. - Quizás vaya a Brooklyn. Dicen que hay un bar abierto las 24 horas adonde van los músicos muertos a tocar. Carbure y La colegiala vienen conmigo.
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Todos coincidían en que era una buena forma de referirse a mi ángel. No muy original, pero al menos la más adecuada. Ocurrió después de que le diera por andar siempre con un libro de Beckett en la mano. Iba, pedía una botella, se fumaba un cigarro y les decía a las golondrinas que se fueran a la mierda. Luego pedía otra botella, se fumaba un cigarro y mataba unos cuantos clientes que iban, conversaban y se quedaban quietos. El mundo entonces, empezó a llamarle de ese modo. Mi ángel abría su libro, leía dos o tres pasajes y no paraba hasta llegar a la última frase. El dueño del Parador de las Iguanas le decía, Oye, tu bono de barra libre se acabó. De hecho, el dueño del Parador de las Iguanas fue el primero en llamarlo de ése modo. Todos estuvieron de acuerdo en que era una buena forma de referirlo. Entonces Mi ángel, que ahora todos llamaban De Ése Modo, pidió una cerveza, se quedó quieto, bostezó, jugó triqui hasta que quedó con la cabeza clavada en una de las mesas del Parador de las Iguanas. Nunca abandonaba la costumbre de abrir su libro, leer, fumar, bostezar, jugar y matar a algunos clientes que iban al Parador de las Iguanas.
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La cosa se ponía interesante cuando El Fantasma del verde de los árboles volvía. De Ese Modo, que también era Mi ángel, sacaba su mejor bostezo y lo confrontaba con el bostezo de su amigo El Fantasma del verde de los árboles que a veces se mostraba tal cual era o también convertido en sopa. La gente lo empezó a llamar de ese modo, también porque entre otras cosas, había venido la policía, preguntando por lo que pasaba. Que por qué tanto muerto. Noche tras noche, había que hacer un levantamiento en el Parador de las Iguanas. Entonces el dueño del Parador de las Iguanas decía que no era su culpa, que no tenía la menor idea y que el asunto se le salía de las manos. Dijo no obstante, que era muy importante hallar al culpable. Necesario para su negocio. Luego, señaló a Mi ángel y el jefe de la policía pensó, He ahí un sospechoso. Lo que el mundo no sabía era que no iba a ser el único. - Es su culpa - dijo el dueño del Parador de las Iguanas.
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Pero el jefe de la Policía, que era un pato muy destacado, no veía entre tanto borracho junto y creía que las cosas todas, cuando se vienen tan gruesas se hacen prontas al medirlas con la misma vara. - No veo sino una maldita amalgama- dijo el jefe de la policía - todo es lo mismo. Fue entonces cuando el dueño del Parador de las Iguanas insistió y Mi ángel le puso el pecho a las balas. - Es ése que está allá...- dijo el dueño del Parador de las Iguanas. Mi ángel tenía la cabeza clavada en la barra junto a otros 19 borrachos. - El único con cara de yo no fui. A eso de las diez, después de unas cinco cajas de cerveza, el jefe de la policía ordenó una requisa general.
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- Nombre? - Rafael Chaparro. - Edad? - 33 - ¿hace cuánto trabaja en este lugar? - Yo soy el dueño. - Hace cuánto? - Desde enero de 1991 - Haga la cuenta. - Un año y dos meses. - Tiene licencia? - Si. - Sáquela por favor.
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- Se la llevaron los otros policías. - Qué otros policías? - Los otros. - Cuáles otros? - Los otros... los del primer muerto. - Así que la bola ya está rodando ¿eh?, Chaparro. - Todos los días viene uno como ustedes.- dijo el dueño del Parador de las Iguanas. Mientras tanto, se armaba una pelea justo junto a la barra del Parador de las Iguanas. mi ángel, un tipo con un apodo bastante fastidioso, le estaba pegando un botellazo en la cabeza al Fantasma del verde de los árboles. Una silla fue a parar hasta las patas del jefe de la policía. Éste la apartó de un aletazo y el dueño del Parador de las Iguanas bajó un poco el volumen de la música. Siempre hacía lo mismo en estas situaciones. Pero ¿sabe qué?- continuó el dueño
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del Parador de las Iguanas - me harían un gran favor si un día de estos atraparan al maldito asesino. Cada noche se llevan un sospechoso con cada muerto y al otro día vuelve como si nada. Y si quiere que le diga la verdad, no me importa el maldito asesino, ni sus muertos y me tiene sin cuidado la mala prensa. El jefe de la policía dio un sorbo largo de cerveza. Puso su revólver sobre la barra. Actuaba a cada instante como si su cuerpo estuviera ganando algo de relax. El fantasma del verde de los árboles esquivaba un par de jabs de izquierda que le mandaba Mi angel. - ¿Qué le preocupa señor Chaparro?- dijo el jefe de la policía. - ¿Ha experimentado usted......- Mi ángel miró el pecho del pato. - ...Coronel Páez, ese sentimiento de espera cuando sabe que algo malo va a pasar?...supongamos que le dicen que su madre tiene un cáncer incurable... - Dios no lo quiera... - Entonces digamos que todos nos enteramos
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que mañana el mundo vuela en mil pedazos ¿usted que haría coronel? - Rezar. - Yo también. Pero después no habría más remedio que esperar. En ese momento una mesa voló por los aires. - usted sabe, uno se puede despedir de toda su gente, pedir perdón a los suyos, decirle que los quiere, sentarse en el miedo, pero después, sólo queda la espera y la espera se convierte en ansiedad y la ansiedad en deseo y decir deseo es decir Muerte. El coronel Páez apuró dos tragos más. Mi ángel recibió un gancho de derecha en la mandíbula. - El deseo es fábrica de salchichas cabeza cortada una y mil veces en el matadero de la vida tortura multiplicada infiernos al compás desear morir. - Entiendo - dijo el coronel.
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- No lo creo, Páez. No sabe lo que es tener cada día un ejercito de larvas a la espalda llevando huevos de reina a sus orejas, esperando el toque de la tensa brisa china. La implosión de las supernovas de cristal siempre está en manos de un niño a gatas cuyo único merito es saber prolongar las esperas. - Entiendo - dijo el jefe de la policía. El dueño del Parador de las Iguanas paró la música y puso las noticias de la tele. - ¿Por qué no se muda y abre su negocio en otro lado? - dijo el pato. - Un sitio como estos funcionaría muy bien cerca del mar. - Porque yo soy como ellos, coronel. Necesito al sable tanto como cualquiera de mis clientes. Cada noche toco la caricia del mar Venus. He visto el tic- tac en las venas de los brazos del pastel. Un poco exhausto, mi ángel ya tenía casi doblegado al Fantasma del verde de los árboles. Puso la rodilla en su cuello mientras le atestaba
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un par de puñetazos en la boca. El jefe de la policía abrió un par de cervezas más. - Y cuénteme señor Chaparro, ¿cómo opera el sujeto? - dijo el coronel Páez. El dueño del Parador de las Iguanas fue arrestado aquella noche. El coronel Páez no descartaba ninguna posibilidad. Ese Chaparro no sonaba descabellado del todo. Pero alguien tenía que cargar con tanto muerto. Así eran las cosas. Luego se supo que Chaparro pasaba los días en la cárcel de patio en patio, contando historias del Parador de las Iguanas. Hizo muy oportunos pesos y varios amigos con sus historias el dueño del Parador de las Iguanas. Sin embargo, una tarde relataría el cuento de mi ángel, un tal sujeto llamado de Ese Modo. Los presos, en su mayoría criminales políticos, entraron en pánico y Chaparro terminaría sus días en el pabellón de alta peligrosidad. Allí se convirtió en uno de los líderes más sonados, mientras que el Parador de las Iguanas entero, se olvidó de que una vez había existido un dueño. Sólo el cura del sector preguntaba los domingos por un tal señor Chaparro Madiedo.
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Por demás, todo, todo siguió igual. Los clientes iban se tomaban una cerveza y se quedaban quietos. El tiempo iba y se quedaba quieto. Mi ángel, también conocido de ese modo, Texaco Redentor Hijo de nadie, Salvador del mundo, Hijo de dios, iba, jugaba triqui con el fantasma del verde de los árboles, fumaba, tomaba, mataba y se quedaba quieto.
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Las Canciones: Por 'autopista lรกctea'
PAR RUEDAS BORRADOS. VAMOS BORRADOS. 120 POR HORA. LA MEJOR CHUSCA DE LA TIERRA. DOY VUELTA CAMPANA. HAGO EL TROMPO. CAIGO AL ABISMO. DERRUMBE. UNA PEPA. GUERREAN PAR BUSES. Rร PIDO OCHOA VS EXPRESO BELMIRA. BORRADOS. VAMOS BORRADOS.
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YA HE GOLIADO ANTES DERRUMBE. MORIDERO, BOTADERO DE MUÑECOS. NI UN PUTO MOTEL A DONDE DESCARGARLO TODO. EN CUALQUIER DESCUIDO PERDÉS EL AÑO Y YO CORONO. NO HAY DE OTRA. ES EL JUEGO ETERNO, NENA. MIRA ESTE CAÑÓN CÓMO TE APUNTA. ES CON VOS.
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NO TE HAGAS LA TONTITA. TE VENGO SIGUIENDO LA PISTA. YA HE GOLIADO ANTES. NO SOY EL MISMO MERMAO’ QUE ESTA CARA MUESTRA. AGÜEBAO DE LA CABEZA, PERO NO DE LAS GUEBAS. ¿ACASO CREES QUE NO TE VISTO ANTES??!! AH?!!! ¡MOTHER FUCKER! ¡A VER, MUESTRAME ESAS TETAS DE PERRA FLACA! SOY TODO UN VARÓN.
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TREN AL TREN VELOCIDAD SON TRES RUEDAS Y UN BARETO. CUANDO QUIERAN LES MUESTRO. MEDIO GRAMO DE PÉREZ. TODO VA BIEN. HAY QUE TIRAR FRESCURA. ESTE TREN NO PARA HASTA LA NOCHE. EL FERCHO SE HA VOLAO’. LOS PASSENGERS ESTÁN FRESCOS. PILOTO EN AUTOMÁTICO. TODO EL MUNDO FRESCO. AQUÍ NO HA PASADO NADA. NUNCA PASA NADA. EL TREN PARA SOLO. FRESCOS. PEPA. RUEDA. COMO LO QUIERAN LLAMAR. FRESCOS. VELOCIDAD.
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BONO ENGAVETAO’ LOS POLICÍAS ME HAN DICHO QUE BUSCAN A BONO EN LA MALETA. MIL EFECTIVOS PAGADOS POR LOS MISMOS U2 ENTERPRYCE A CAMBIO DE DOS PAQUETES Y MEDIO. NUNCA BUSCAN EN LAS GUANTERAS Y BONO DICE: ¡BEAUTIFUL DAY! Y YO LE HE RODADO UNA MANDRA A VER SI SE CALLA ¡BEAUTIFUL DAY! ¡CALLATE, PIROBO
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CUACKAKAKA VIENEN LOS BEASTIE BOYS CON SU GRAN POEMA DEL PAVIMENTO ACÁ DONDE LA AUTOPISTA HA PERDIDO EL CAMINO DONDE EL METEORITO MÁS PEQUEÑO GENERA VARIOS TRANCONES CONGESTIONES SIGNIFICATIVAS RODANDO RODAMOS RODANDO RODAMOS RODAMOS RODAMOS RODAMOS. RODAMOS RODANDO. RODANDO, FLOP, FLOP. RODANDO CUACKAKAKA RODAMOS. CUACKAKAKA
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DE RETENES LLEVO TRES O CUATRO MUERTOS EN LA GAVETA. Y NO COMO DE NADA. A VECES RECOGÉS A UN MAN EN LA ALTA AUTOPISTA, LLAMADO BILLY CORGAN, Y SE TE VOMITA ENCIMA. AUNQUE NO VA A SER SIEMPRE BILLY CORGAN EL QUE SE TE VOMITE EN EL AUTO DE PAPI. LO MEJOR ES QUE TE VUELES LA TAPA DE LOS SESOS HAY UN RETÉN MILITAR Y COMO VEINTICINCO GUERRILLEROS.
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MALETA REPLETA DE MUERTOS FARANDULERITOS. PIROBOS. ASAOS. GENTE BIEN. ABRANSE QUE VOY CARGAO’ NO RESPONDO POR ESTA VELOCIDAD TAN BRUTAL LA VELOCIDAD. MEDIO KILO DE PÉREZ Y DOS PACOS DE BARETA. NO COMO DE NADA Y EL QUE SE ME ATRAVIESE LO LEVANTO, (ANTES DE QUE ME SUENE YO MISMO). NO TE EMPELICULES, NENA. LLEVO UNA MALETA REPLETA DE MUERTOS.
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STOPS ¿QUIÉN HA PUESTO EL GRAN AUTO DE CRISTAL EN MEDIO DE LA VÍA? MONSTRUO DE AGUA MUTILADOR DE CANCIONES PEDAZO DE PEDAZO NADIE TE PERDONARÁ LA CANCIÓN SE ACABA PERO SIEMPRE QUEDARÁ LA POSIBILIDAD DE UNA REPITICIÓN. IMPORTAN CULO, LOS STOPS.
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PAILA LO TESO DE LA CARRETERA ES QUE UNO VA A DAR CON MUCHO CACORRO. SIEMPRE ES QUE HAY MUCHO CACORRO SUELTO. COSA TENAZ QUEDO PAILA QUEDÁS PAILA. FRIKI. TUQUI. TUQUI. LOS MUERTOS SE RIEGAN POR LA VENTANA. VUELVEN CON LO SUYO. VOY BORRADO Y EL PAVIMENTO ES UNA LARGA ESTELA DE MUERTOS QUE VAN QUEDÁNDOSE ATRÁS.
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– PAR RUEDAS (II) – KILÓMETRO 12. VELOCIDAD. PAR RUEDAS/ UN BARETO. VIDA AL CIEN/ ¿PARA QUÉ COLECCIONES DE MÚSICA SI EXISTE LA RADIO?/ UN PACE, QUE NO ES EL MISMO PASE DE PAPÁ. / ¿PARA QUÉ UN VHS SI TIENES LA TV?/ ¿PARA QUÉ MIS COMPACTS?/ PAR PACES. REVERSA. PRIMERA. SEGUNDA. ¿PARA QUÉ T.V. SI EXISTE LA BLANCA? DERRUMBE.
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BUÑUELO CON NATILLA GUILLERMO BUITRAGO. PERSONAJE, DE LA RUTA NUNCA SERÁS MI AMIGO ME HABLARÁS PEDIRÁS LO TUYO TU CUOTA A LA HISTORIA DICIEMBRE. DERRUMBE. CORONASTE, PARRANDERO. ESTAMOS EN LA MISMA JODA, PERO EN BUSES DISTINTOS. YO VOY. TÚ VUELVES.
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CONSUELO TUS PLATOS. AQUELLOS QUE ME TRAJE SIN SABER POR QUÉ FRÍA GUARIDA DONDE MAMI GUARDA SUS ENSALADAS PUNTO EN EL CIELO SUCIO EN LA NATA PARAPENTISTA O CUCARACHA GALLINAZO. GRAN CONSUELO A LA VIDA GRAN CONSUELO A MI ALMA.
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MENTIRA LA MENTIRA NO SÉ SI SON GALLINAZOS O LOS PROPIOS PARAPENTISTAS. DE TODOS MODOS NO IMPORTA. VUELVE EL NO IMPORTA. A ESTA ALTURA, KM 14, NADA IMPORTA. NO TENEMOS A DONDE IR. Y ES CASPA, DE LA PURA, REGRESAR. DA IGUAL DECIR ES DECIR GALLINAZO QUE PARAPENTISTA DA LO MISMO TODO DA LO MISMO DULCE MENTIRA. Y AL FIN Y AL CABO, MENTIRA LA MENTIRA.
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VIAJE YO VIVÍ UN TIEMPO EN LA NEVERA. AHÍ, DE PURO CONTRABANDO. NUNCA HE IDO A NINGUNA PARTE EN LA NEVERA NUNCA IBA A NINGUNA PARTE. EN LA NEVERA NO IBA A LADO ALGUNO. CIERTAS NOCHES ME COMPRABA UN PERRO EN LA ESQUINA Y LO CASCABA Y VOLVÍA AL T.V. NUNCA VOY A NINGÚN LADO. ESA ES LA CUESTIÓN. ES EL VIAJE. SIEMPRE DE VIAJE. UN BARETO. 2 PLONES. ASPIRINA Y FFFUAA. A VOLAR.
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POCOS METROS VALE LA PENA ESTRELLARSE. PERO SOBREVIVA PARA CONTARLO. ยกESTRร LLESE! CON TAL DE QUE PUEDA LEVANTARSE Y LLEVAR SUS NOVIAS AL CINE. YO CONOZCO VARIOS TEATROS EN LA CARRETERA. NO TENGAS MIEDO, PERRA. QUITA LA PATA DEL FRENO. REVIENTA LA AGUJA. QUE EL CAMINO NOS LLEVE LEJOS EN POCOS METROS.
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RADIO BONO. PERSONAJE DE LA RUTA. TOCA LA GUITARRA CON WENDERS. LLUVIA DE ESTRELLAS. BAJA DEL AUTO. ยกES UNA ORDEN!
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EL MISMO VIAJE EN PERSONA EL VIAJE ES EL MISMO SIEMPRE LO MISMO PODÉS PARAR LA CANCIÓN, PERO NUNCA EL VIAJE. ÉSTE, TU VIAJE Y EL MÍO, VA RÁPIDO, NENA. CIENTOS DE AVISOS EN CARRETERA Y POLLAS QUE SE DEJAN TOCAR LAS TETAS POR VIEJOS VERDES AL BORDE DEL ABISMO. MÍRALA CÓMO SE DEJA. CREO QUE SE ME PARA LA VERGA. LISTO LA VUELTA. UN BARETO. DOS PLONES. PAR RUEDAS. DERRUMBE. EL VIAJE ES EL MISMO. EL MISMO VIAJE EN PERSONA.
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EL GRAN VARÓN LA VALLA DE LA TIENDA CREATIVA NO ME LLEGA A LOS TOBILLOS. ES VELÓZ. ES DE RECONOCERSE. PERO YO SOY UN LISO. VOY BORRADO. COMO ‘ENTRO E’ UN TUBO. QUIEN SE ATRAVIESE ME LO LLEVO, ASÍ NO VAYA A ALGUNA PARTE. LO TENGO TODO. UNA T.V., UNA RADIO, REVISTAS Y BONO EN LA GUANTERA. QUIÉN DIJO QUE EN EL DÍA NO SE VEN LAS ESTRELLAS?
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KEEP ON ROLLING, BABY DEJASTE LOS BLUYINES. LOS LIBROS. TU CAMISA FAVORITA. A LO MEJOR ALGUIEN PUEDA PRESTARTE SU BAÑO. TE MOJARÁS LA CARA. PEDIRÁS EL ARRANQUE. (ELLA COCA-COLA) AVISO DE CURVA. NI UN SOLO SOFÁ DE SALA, DE LA CASA DE UN AMIGO, PARA PASAR LA NOCHE. LO MEJOR ES QUE SIGAS EN CAMINO. BÚSCATE UNA MAMADA. SIEMPRE HABRÁ CUCA FRESCA Y HÚMEDA Y BIEN ADMINISTRADA EN LA ALTA AUTOPISTA. TIRA ESA NENA POR LA VENTANA. (SI NO
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QUIERES QUE ELLA LO HAGA CONTIGO) CÓMPRATE UN TRAGO. HAY CIENTOS DE FORMAS DE PASAR LA NOCHE. TIRA ESA NENA. ANTES QUE ELLA LO HAGA POR VOS.
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MIS DÍAS EN LA CÁRCEL TENGO UN ARMA EN LA GUANTERA. ALLÍ, (JUNTO AL RECIBO DEL PEAJE Y LOS PARTES, Y EL CERTIFICADO DE DEFUNCIÓN, Y UNA FOTO DE MIS DÍAS EN LA CÁRCEL), GRITA BONO ENFURECIDO: ¡SÁCAME MALDITO! ¡SÁCAME! ¡QUIERO SALIR DE LA GUANTERA!
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LLÉVATE EL AUTO, PERO QUE NO TE VUELVA A VER SI TE COGE LA GUERRILLA, SE TE SALVA LA VIDA, DECÍA PAPÁ. SI TE METEN A LA CÁRCEL, SE TE SOLUCIONA LO DE LA PAPA, DECÍA MAMÁ. VACUNA. EN LA GUERRILLA TE PONEN A COCINAR PARA UN BATALLÓN DE COCINAR NOVECIENTOS NOVENTA NUEVE CENTAVOS DE DÓLAR HOMBRES.
Y
COGE ESE AUTO Y LÁRGATE A LA MIERDA.
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LOS DIEZ ÉXITOS DEL TÍBIRI LEO CANCIONES VEO TEXTOS MIRO INSULTOS ESCUCHO MIEDOS NADA CORRECTO EN LA ALTA AUTOPISTA SÓLO UN PAR DE GALLINAZOS. SOBREVUELO LAS FINCAS. PASEO. AVENTÓN, NENA. EL KILÓMETRO PERFECTO, LA CANCIÓN JUSTA, MAÑANA EXCELENTE PARA UNA MAMADA EXCELENTE.
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NO CAMA 666 KMS. VAMOS AL MAR. CIENTOS DE ALCATRACES TOMAN CERVECITA EN UNA TIENDA DEL LUGAR ME BASTARÍA A MÍ MISMO. NECESITO EN EL ACTO UN MOTEL DE ESOS DE CARRETERA PAR DÍAS MANEJANDO ME HE PREOCUPADO PORQUE LA RADIO ESTUVIERA ESCUPIENDO SU CASPA EN EL VOLUMEN ADECUADO. BORRADO. Y CON EL PECADO ENCIMA.
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PAILA PAILA TU MADRE PAILA, LOS MIL Y UN TELÉFONOS PÚBLICOS QUE HEMOS VISTO EN EL CAMINO PAILA EL HOMBRECITO DEL R- 4 PAILA EL R-4 EN EL VACÍO ESO SE SABE, QUE LA RADIO ES UN BOTADERO DE ESCAPE POBRE HOMBRECITO PAILA. SU AUTO EN EL VACÍO. MIL DE CHORRO UN SOLO MUERTO PESA MÁS QUE TODA LA MÚSICA CHATARRA DEL MUNDO LOS AUTOS TODOS LLEVAN UN MUERTO EN LA GAVETA ENMALETAOS’ LES DICEN EN MI PUEBLO
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EL VIAJE 500 DÍAS Y TRES NOCHES A VECES, SE PONE HEAVY TE LLEVO EN LA MIRA QUINCE PA’ CHORRO VENÍS CONMIGO YO NO DISTINGO SI EL PADRENUESTRO AGRADECER
SIRVIERA
A MI NADA ME PARECE INCREIBLE. YO NO TE DISTINGO. PERO CONOZCO EL EXCREMENTO DE CABALLO Y EN NADA SE PARECE AL SONIDO DE LAS COCINAS.
PA’
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ROAD MOVIE AVISOS DE RESTAURANTE: ¿VIENEN POR MÍ? ¿O ES QUE ACASO TAMBIÉN ANDAN EN EL CAMINO? ¿SON MENSAJES DE DIOS? ¿ALGUIEN LOS HA MANDADO CON NOTICIAS IMPORTANTES? ¿SON LOS CARTELES DE PRECAUCIÓN SUS COMPAÑEROS DE VIAJE? DIGANME: ¿VIENEN POR MÍ? ¿CUÁNTO OS FALTA PARA LLEGAR Y A DÓNDE? CARTELES DE “TELÉFONO PÚBLICO A 200 MTS” : NO ME MIENTAN.
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BONO METIDO BUENOS DÍAS, AGENTE COMO YA LE HE DICHO TENGO A BONO METIDO EN LA GUANTERA Y TENGO UNA TRABA ELEGANTE Y EL VISAJE ES EL QUE MATA AGENTE, NO SE ME TOQUE, PARCERO. ESTA ES MI RUTA Y VOY PA’LAS QUE SEAN. BUENOS DÍAS, AGENTE NO SOY NINGÚN MALOSO.
TÉNGALO PRESENTE, FORASTERO NO CREA CUCHO QUE ATRAVEZAR ESTE PAÍS LE VA A QUEDAR TAN FÁCIL AQUÍ NO HAY ESTACIONES, PERO SÍ RETENES
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SI VEÍS A UNOS MANES CRANIANDO A OTROS MANES NO MIREÍS NO DIGAÍS NADA BAJAD LA CABEZA Y TOMAD CAMINO
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PARTE DEL VIAJE UN ALCATRAZ BORRACHO ENFADADO Y EXTRAVIADO PUERTO LEJANO CORAZÓN SANGRANTE DERRUMBES 355 KILÓMETROS DE LLEVADEZ RETÉN MILITAR LA GUERRILLA LOS PARAS DA LO MISMO DA IGUAL. PARTE DEL VIAJE. SOY UN ALCATRAZ, ENFADADO Y BORRACHO. TODO DA IGUAL.
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PARTIR ES MORIR UN POCO VOLVER ES MORIR DEL TODO PUTOS POSTES DE LA LUZ ¿QUÉ LES CHOCARÍA? ¿POR QUÉ SE DEVUELVEN? A LA “F” QUE LES DIO CULILLO. CASPOSO REGRESO. EL ARRANQUE 180 KMS / H NO SON VELOCIDAD 1.400 KM NO SON DISTANCIA VELOCIDAD SON TUS NOCHES, NENA Y MIS NOCHES DISTANCIA TUS PIERNAS VELOCIDAD TU VOZ A OSCURAS DISTANCIA UN GOLPE QUE NO PUEDES ESQUIVAR VELOCIDAD UNA LÍNEA BLANCA A LO LARGO DEL CAMINO DISTANCIA EL SILENCIO Y LA MUERTE
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UNA NENA SE HA ESTRELLADO EN PLENO TUNEL CONTRA LA VALLA DEEL CAMPESINO
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LA NOCHE ES UN CARRO SIN FRENOS LA NOCHE ES CARRO SIN FRENOS CABALLO DESBOCAO’ VELOCIDAD, PARCERO LLÁMAME CARROLOCO, QUE VOY BORRADO PAR PACES. PAR RUEDAS. UN PEAJE. KILÓMETRO 30. 30 PLONES POR SEGUNDO. LOS DÍAS QUE VAN A MIL Y LA NOCHE UN CABALLO DESBOCAO’ AUTOPISTAS EN CONTRA. DERRUMBE. PEAJE. UN BARETO. PRIMERA. SEGUNDA. TERCERA. LA MAÑANA. LLUVIA DE METEORITOS. BAJAMOS A VER LAS ESTRELLAS. A LO VARÓN QUE SÍ.
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PA’ LAS QUE SEAN SON MUCHAS NOCHES EN LA SILLA DE ATRÁS. MUCHAS NOCHES. MERO COCAO’. NENAS CON EL SONIDO DE TODAS LAS COCINAS DEL MUNDO. CUCA MOJADA. MILQUI, CUÁNTO LO SIENTO. LO JURO: POR EL ÚLTIMO VIDEO DE MICHAEL STIPE QUE TE DIGO LA VERDAD. VOY POR UN CAMINO CIERTO. A LO VARÓN QUE SÍ.
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MILQUI DICES ESTAR GANOSA. MERO PACE. MERO CIELO. MERAS ESTRELLAS. MILQUI, CUÁNTO TE QUIERO. TUS PIERNAS SON MEJORES QUE TODO EL PÉREZ DEL MUNDO. MILQUI. HAY UNA LÍNEA EN MI ALMA, MÁS LARGA QUE TUS PIERNAS.
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SIN TÍTULO DELE A ESO. PÉGUELE. PÉGUELO. ¿NO LO HA PEGADO? ENTONCES PÉGUELE. YO LO PEGO. YA LO PEGUÉ. PEGUÉMOSLE A ESO. DESPÉGUELA ENTONCES. LÍNEA BLANCA QUE ME HAS ACOMPAÑADO TODO EL TRAYECTO. ESTO NO TERMINA. BREAK DE COMERCIALES. POLIZONES EN FARRA. NO FALTA EL BOBO ÚTIL QUE SE ATRAVIEZA EN EL CAMINO. Y MUCHO LAVAPERROS, VISAJOSO. NO TODO IBA A RESULTAR TAN FÁCIL. UNA PACA DE CARTELES EN EL ALMA
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A LA NEVERA IBA DE PASO, COMO SIEMPRE. DOS DÍAS Y LISTO LA VUELTA. UNA POLLA ME PASABA EL FIERRO. Y A VECES ME LO DABA. Y A VECES ME LO MAMABA. UNA MAÑANA, LA POLLA HIZO CAFÉ. PARCE; SI LO HE VISTO NO ME ACUERDO. Y SI USTÉ ME VE, SÁQUELO PRENDIDO.
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Tómese un trago, cucho, que todavía le falta No es que era llegar hasta este punto y listo. El camino sigue. La canción se repite. Si no quiere, le hago una. Mil pa’chorro. Bellas son las mujeres en el campo. Mero parche. Elegantes las estrellas. Una cosa es estar muerto, Y otra muy distinta llevar el carro lleno de muertos. Una cosa es decir, chofer, ¡pare! Tengo una meada. Y otra muy distinta, es decir, Estoy muerto. Suena distinto: Compremos regalos a los muertos, que: No cuelgues, es mi última moneda, por favor. Televisión prendida de motel.
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Guaro: “Penúltima Frontera”. No cuelgues, mi reina. Ruta al abismo. No cuelgues. Última moneda.
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LA BALA VA Fresco, cucho, que todavía le falta. Le tengo todos los climas. Terror suspenso, comedia, drama. Eso sí. Os pido un favor, no se pisen los diálogos. Retrovisor. Espejo frío, lleno de rocío. Cadáver de perro muerto en medio de la vía. Postes de la luz. A donde vamos no hay dolor. Soy un tumbalocas y tengo varias en remojo. Llevo el pecao’ encima. Una vez aprietas el gatillo no hay retorno. No me gustan las películas ni la gente lenteja. Tus días y mis horas las tengo en la bandeja de entrada, junto a toda la producción de Mango Biche. Hay balas que no vienen por uno Hay gallinazos que no te dejan nada.
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Hay carreteras, todo el tiempo, sin sentido. No hay remedio. La bala va. El viaje es incurable. Autopista borracha. A veces me siento un poco buitre, la verdad, un poco un gallinazo. No hay remedio: la bala va.
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Caballos muertos al lado de la carretera junto a un refrigerador oxidado Si los muertos se te riegan por la ventana, no importa. Si el caballo aún respira, no importa. De todos modos, vendrán gallinazos, buitres a tomar lo suyo. Si tus noches se han ido por la borda. No importa. Llevadez, parcera. Padrenuestro estéreo. Esa es la palabra. Sueño en estéreo que hay 355 kilómetros de padrenuestros, sentados en un cable de la luz. Tus oraciones son mis oraciones. Rezo por vos. Tus sueños los acepto. Sueño por vos. De parachoques, mis miedos. Los sueños van en la guantera, junto a Bono y una pistola cargada de poesía explosiva bajo mi almohada. Par años luz en la ruta. Brutal. No es el camino a casa, Tumbapechos.
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Nadie te dijo que no hay regresos. No hay casa que no construyas. Te estaba esperando, Milqui. Rézame una oración de esas que te retumban hasta estallarte los tímpanos. Lucky. Belmond. Ultramar. Ruedas. Peche. Todos los muertos juntos buscan el viaje perfecto que los lleve a su hogar. Voy con usted, Milqui. No hay líneas blancas que apunten en una sola dirección. ¡Salta del auto! Salta del auto, Bono. ¡Es una orden! Mero pace. Mero cielo. Milqui. TE AMO.
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PELÍCULAS DE CARRETERA Y OTRAS CANCIONES. Artista: AUTOPISTA LÁCTEA. Género: ROCK EN ESPAÑOL. Rating: **** Duración: 54’23’’ SIN FIN Records, 2005 GRABADO EN LOS ESTUDIOS DE Fundido a Negro DURANTE DICIEMBRE DE 2000 Mezclado en New York entre 2001 y 2004. Remasterizado en Sin Fin Productions., 2005.
William Zapata Montoya Películas de carretera y otras canciones